Margarita Vargas-Betancourt University of Florida Noviembre 2017 1 Las Mujeres Tlatelolcas En Los Mercados De La Ciudad De Méxi
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Margarita Vargas-Betancourt University of Florida Noviembre 2017 Las mujeres tlatelolcas en los mercados de la ciudad de México Introducción Durante la época mesoamericana Tlatelolco jugó un papel fundamental en el comercio de la cuenca de México. Los factores que dieron lugar a la preeminencia mercantil de Tlatelolco fueron además de políticos y sociales, ambientales y geográficos. Todo ello dio lugar a una sociedad particular, cuya especificidad se reflejó en la actividad económica de las mujeres. Durante el virreinato, Tlatelolco, a la que los españoles nombraron Santiago Tlatelolco, fue una de las dos repúblicas de indios que constituyeron la ciudad de México. La otra fue San Juan Tenochtitlan. El propósito de este estudio es explorar la participación de las mujeres tlatelolcas en la actividad mercantil de la ciudad de México durante el siglo XVI, y dilucidar sobre algunas cuestiones. En primer lugar, se analizarán las continuidades y cambios en el ejercicio del oficio mercantil entre la época prehispánica y la colonial. Aunque en este análisis se abordará el oficio de mercader en general, se pondrá especial énfasis en el papel de las mujeres. En segundo lugar, se examinará si la participación femenina en el mercado se limitó a una actividad doméstica, relacionada a la venta del excedente de una producción casera o si se trató de una actividad altamente especializada, relacionada a productos de lujo como la llevada a cabo por los pochtecas. El caso de las mercaderes tlatelolcas contradice la suposición de que las mujeres tuvieron un papel incidental en los mercados coloniales. Aunque limitadas, fuentes documentales, como litigios, testamentos y peticiones a las autoridades coloniales, proveen información detallada sobre la vida de las mujeres tlatelolcas, incluyendo detalles sobre su persona, actividad 1 Margarita Vargas-Betancourt University of Florida Noviembre 2017 económica, bienes, propiedades y familias. El análisis cualitativo de estos documentos permite identificar patrones que pueden ser comparados y contrastados con evidencia filológica y etnohistórica para llegar así a la conclusión de que las mujeres tlatelolcas tuvieron un papel más importante de lo pensado en la actividad económica de la ciudad de México durante el siglo XVI. Los mercaderes Como otros pueblos nahuas, los tenochcas y los tlatelolcas alcanzaron un alto grado de especialización económica originada por la combinación de un medio ambiente propicio y una civilización compleja que resultó en un excedente de recursos naturales. Esto dio lugar primero, a una sociedad altamente estratificada y en segundo, a una demanda cada vez mayor de bienes de lujo.1 El oficio de los mercaderes reflejaba esta estratificación. En la base de la pirámide, se encontraban los productores y los vendedores, seguidos por los distribuidores, y en la punta, se hallaban los pochtecas. La distinción entre estos grupos no era rígida. Muchas veces tanto vendedores como productores hacían o cultivaban sus productos. De igual forma, los distribuidores estaban involucrados en la producción. La diferencia entre productores, vendedores, distribuidores y pochtecas era que los tres primeros generalmente se especializaban en un tipo de mercancía, mientras que los segundos abarcaban muchas variedades de productos.2 El mercado de Tlatelolco era el mercado más importante de los mexicas, del mundo nahua y, en general, del hemisferio americano. Causó una impresión tan fuerte entre los 1 Frances F. Berdan, The Aztecs of Central Mexico: An Imperial Society. Case Studies in Cultural Anthropology (New York: Holt, Rinehart & Winston, 1982), 15. 2 James Lockhart, The Nahuas After the Conquest. A Social and Cultural History of the Indians of Central Mexico, Sixteenth Through Eighteenth Centuries (Stanford: Stanford University Press, 2005), 189-190. 2 Margarita Vargas-Betancourt University of Florida Noviembre 2017 conquistadores que se ha convertido en uno de los fenómenos económicos prehispánicos más documentados.3 En 1358, los tlatelolcas fundaron Tlatelolco en el norte de la isla en donde se encontraba Tenochtitlan. Tanto tenochcas como tlatelocas estaban bajo el dominio de los tepanecas, quiénes habían llegado a la cuenca un siglo antes. Sin embargo, en un principio la relación entre los tepanecas y los tlatelolcas fue más cercana que la de los tepanecas y los tenochcas. Consecuentemente, en esta primera etapa, los tlatelocas fueron más importantes que los tenochcas.4 El arqueólogo Michael E. Smith cree que la importancia de Tlatelolco radicaba en su mercado. Aún más, sugiere que la causa de la confrontación entre Moquihuix, tlatoani de Tlatelolco, y Axayacatl, tlatoani de Tenochtitlan, en 1473 fue por un mayor control sobre el mercado de Tlatelolco.5 El advenimiento del sistema colonial no resultó en una transformación drástica en los mercados indígenas. Aun en la capital de la Nueva España, el sistema indígena de intercambio comercial se caracterizó por un alto grado de continuidad. Algunas de las características de los mercados prehispánicos sobrevivieron hasta hoy en día, como la rotación semanal del mercado o 3 Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo y el conquistador anónimo describieron en detalle el mercado prehispánico de Tlatelolco. Charles Gibson, The Aztecs Under Spanish Rule. A History of the Indians of the Valley of Mexico 1519-1810 (Stanford: Stanford University Press, 1985), 352. 4 Para más información sobre la relación entre tepanecas, tenochcas y tlatelolcas ver María Castañeda de la Paz, “Los tlatelolcas y su ascendencia tepaneca en las fuentes mexicas.” Expresión Antropológica 8, No. 9 (May-December 1999): 39-53 y Conflictos y alianzas en tiempos de cambio: Azcapotzalco, Tlacopan, Tenochtitlan y Tlatelolco (siglos XII-XVI) (Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 2013). Margarita Vargas-Betancourt, “Land, Water, and Government: Conflicts in Santiago Tlatelolco in the Sixteenth and Early Seventeenth Centuries” (Tesis doctoral. Nueva Orleáns, Luisiana: Tulane University, 2015). 5 Michael E. Smith, Aztec City-State Capitals (Gainesville: University Press of Florida, 2008), 69. 3 Margarita Vargas-Betancourt University of Florida Noviembre 2017 tianguis por los diferentes barrios o colonias de la ciudad. El mercado de San Hipólito, por ejemplo, se llevaba a cabo los lunes en el atrio de la iglesia de San Hipólito; el de San Juan, los jueves, y el de Santiago Tlatelolco, los sábados. Es de notar que la palabra tianguis del náhuatl tianquiztli fue una de las primeras palabras nahuas en entrar a la lengua española después de la conquista.6 Los productos básicos del mercado colonial no eran diferentes a los que se vendían en la época prehispánica, pues los españoles no interfirieron en los aspectos más cotidianos de la vida de los pueblos originarios. La gente siguió utilizando material de construcción, ropa, comida y utensilios tradicionales. En un principio el intercambio comercial en los tianguis no atrajo la atención de los españoles, por tanto, hubo continuidad. El oficio de los artesanos de bienes utilitarios continuó.7 Gradualmente se empezaron a introducir productos españoles que la gente indígena empezó a consumir: productos alimenticios, como trigo, harina, carne de pollo, chivo, borrego, cerdo y res. Otras innovaciones europeas disponibles en los tianguis fueron las velas y las imágenes cristianas. En los años iniciales del virreinato, no se vendían herramientas europeas, vidrio o vestimenta europea pues los indígenas no tenían necesidad de estos productos. Pero se introdujeron a medida que los empezaron a utilizar. De manera gradual, los españoles empezaron a comprar en los mercados indígenas y a depender más y más de éste para abastecer sus necesidades diarias.8 6 Jorge Olvera Ramos, Los mercados de la Plaza Mayor en la ciudad de México (Ciudad de México: Centro de estudios mexicanos y centroamericanos, 2007), 546. Gibson, The Aztecs Under Spanish Rule, 353. Lockhart, The Nahuas After the Conquest, 190-191. 7 Gibson, The Aztecs Under Spanish Rule, 335. 8 Se empezó a vender lana, tintes, papel, seda y ropa de hombre como camisas, pantalones, sombreros, objetos de metal, guitarras. Gibson, The Aztecs Under Spanish Rule, 337, 353. Lockhart, The Nahuas After the Conquest, 187-188, 191. 4 Margarita Vargas-Betancourt University of Florida Noviembre 2017 Los productos alimenticios que los indígenas traían a los mercados de la capital eran indispensables para el sustento de los habitantes de la ciudad de México. Esto fue especialmente notorio después de la plaga de 1545-1548, a partir de la cual se interrumpió el abasto.9 La regulación de los mercados cambió en el periodo colonial. Hasta 1533, todavía había jueces indígenas en los mercados de Tenochtitlan y Tlatelolco. Pero poco después el control de los dos mercados urbanos pasó a manos de autoridades españolas. Probablemente fue así cómo desaparecieron los jueces indígenas. Cuando se estableció el mercado de San Hipólito en la Ciudad de Mexico a principios del siglo XVI, éste quedó bajo la jurisdicción de los alguaciles españoles de los mercados de Tenochtitlan y Tlatelolco. De esta manera, los pueblos originarios perdieron control sobre la regulación de los mercados de la ciudad de Mexico. La administración española sobre éstos se hizo total durante los siglos XVII y XVIII. En los pueblos fuera de la Ciudad de Mexico, los mercados estuvieron bajo control indígena por más tiempo. Por ejemplo en Coyoacán, los vendedores pagaban a los tlatoques por el privilegio de vender en el mercado. Esta práctica duró mientras se mantuvo la autoridad de los caciques. Cuando los gobernadores reemplazaron a los primeros, los gobernadores y otros oficiales comunitarios asumieron la regulación de los mercados.10 El derecho virreinal prohibía la interacción entre los comerciantes indígenas y los españoles; cada uno debía funcionar en una esfera independiente de la otra. En la práctica, esto 9 Para contrarrestar la crisis de desabasto en la ciudad, en 1551 el virrey Velasco ordenó que no hubiera tianguis en las comunidades que estaban a menos de diez leguas a la redonda de la ciudad de México. Olvera Ramos, Los mercados de la Plaza Mayor en la ciudad de México, 546.