Julio Caro Baroja
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JULIO CARO BAROJA Las formas complejas de la vida religiosa (Siglos XVI y XVII) Julio Caro Baroja Las formas complejas de la vida religiosa (Religión, sociedad y carácter en la España de los siglos xv1 y xvn) sarpe ---- ---------.,------------- B f21oZS Cé31á Julio Caro Baroja En la séptima década de su vida, el gran antropólogo e historiador Julio Caro Baroja sigue dando muestrás de una fecundidad asombrosa. El autor de innumerables estudios sobre el desarrollo español observado desde todas sus facetas posibles continúa su labor partiendo de unos principios vitales que ha expuesto de la forma más clara en sus recientes trabajos. Julio Caro Baroja es hoy uno de los patriarcas imprescindibles de la vida cultural española entendida en el mejor sentido del término, el referido al trabajo solitario o en equipo del investigador y del creador, alejado de los centros de reunión permanente de tantos supuestos cdnmortales)) cuya vigencia se mantendrá sólo mien tras ellos mismos sean capaces de apuntalarla con esfuerzo diario. Al igual que su tío el novelista de tan controvertido carácter, el antropólogo e historiador prefiere el fructífero retiro, cumpliendo además el clásico papel del intelectual integrado en su propio paisaje, del que forma parte de forma irreversible. En este caso, obvio es decirlo, es el paisaje vasco alrededor de la casona de Vera de Bidasoa, ambiguo espacio fronterizo que cuenta con el atractivo de la proximidad de los tradicionales centros de actividad brujeril, a los que él tantos estudios e investigaciones dedicó. r . A Julio Caro le definió otra gran figura de nuestro mundo del © Julio Caro Baroja. INSTIÍUTO Ot II!UESmRClOlltS fllOLOGICRS pensamiento, J. J. Linz, como ((un intelectual completo>>. Más de © Por la presente ediciórt: SARPE, 1985. BIBLIOTECA cuarenta volúmenes constituyen hoy el fruto de su labor permanente Pedro Teixeira, 8. 28020 Madrid. ~ ZOll ~ de investigación, siempre a partir de unas concepciones previas Depósito legal: M-6243-1985 determinadas por una mente racionalista, analítica y minuciosa. 0 RUBEH BOHI FAZ HUAO El estudioso del carácter vasco ampliaría más tarde su área de ISBN: 84-7291-768-1 (tomo 10. ). DONACION ISBN: 84-7291-736-6 (obra completa). tratamiento a la totalidad de los pueblos que componen España; Impreso en España - Printed in Spain. los temas referidos a la población judía, los moriscos, la Inquisición Imprime: Gráficas Futura. o la brujería se unen en su obra a los enfocados sobre diversas En portada: Hieronymus Bosch, El Bosco, Cristo etapas de la historia nacional, en especial los dos siglos de presencia con la cruz, detalle (Gante, Museo de Bellas Artes). de la monarquía austríaca al frente de los destinos del país. Para el antropólogo, todas las formas de cultura popular son 2 f { Prólogo . 29 Primera parte Dios, el demonio, sa ntos y hombres . 43 Capítulo I: La idea y búsqueda de Dios . 45 Capítulo II : El demonio . 69 Capítulo III: Santos y hombres . 95 Capítulo IV: El arte . 125 Capítulo V: Vida y muerte . 145 Segunda parte La sociedad cristiana: la autoridad y sus contradictores . 171 Capítulo VI : Hierocracia . 173 Capítulo VII: ·Las quiebras de la religiosidad. Anticlericalismo . 189 Capítulo VIII: Las quiebras de la religiosidad católica. Ateísmo, in- credulidad . 213 Capítulo IX : Las quiebras de la fe católica . 225 Capítulo X: El mayor tema de un tiempo . 239 Capítulo XI: El anticristo . 263 Tercera parte Problemas de la moral católica . 281 Capítulo XII: La moral católica . 283 Capítulo XIII: La división de la sociedad o "La danza de la muerte" . 307 Capítulo XIV: La religiosidad del labrador . 341 Capítulo XV: El sacerdote y el mercader . 377 Capítulo XVI: Contabilidad y espiritualidad . 401 Capítulo XVII: La milicia cristiana y la moral del guerrero . 427 Capitulo XVIII: La figura del pobre . 461 Cuarta parte La sociedad cristiana: separación, disidencia y decadencia 481 Capítulo XIX: ¿Hay una "bohemia" religiosa? . 483 Capítulo XX: Los grupos étnico-religiosos . 505 Quinta parte La doble bancarrota . 535 Capítulo XXI: Probabilidades, laxitudes y corrupciones . 537 Capítulo XXII: La derrota . 573 Capítulo XXIII: Epilogo . 587 · CAPÍTULO XX LOS GRUPOS ETNICO-RELIGIOSOS l. Los bautismos de infieles San Pablo, como apóstol de los gentiles, dio al cristianismo el giro históri• co más grande que pudo tener en sus comienzos. La religión verdadera no podía ser patrimonio de un solo pueblo, elegido. El cristianismo se extiende, entre muchos del Imperio romano, hasta triunfar oficialmente. Tras el triunfo oficial vienen las grandes discusiones teológicas de los siglos IV y v el proceso de conversión de las poblaciones rurales, aferradas a los antiguos cultos. El cristianismo sufre, todavía después, divisiones internas producidas por he rejías que afectan a estirpes enteras de hombres; también de cismas. En un momento retrocede ante la expansión islámica; este retroceso afecta a la Pe nínsula Ibérica. Después todavía la situación en ella se presenta compleja; pero a fines de la Edad Media y comienzos de la Moderna se llevaron a cabo varias conversiones forzadas y masivas de moros y judíos; mejor dicho , bau tismos en masa acerca de los cuales se opinó de modos distintos, como se verá. Las consecuencias varias de esta medida se vieron al cabo de algún tiempo de haberse realizado. La más grave, de tipo coercitivo, que condicio na otras muchas, es la del establecimiento de la Inquisición española: un or ganismo del que aún se habla de continuo, repitiéndose a veces de los dos lados argumentos esgrimidos hace cuatrocientos años, sin darles un giro nue vo interesante. No es cuestión de tratar ahora de ella. Sf habrá que observar que, dentro de España, los católicos la han defendido contra sus enemigos tradicionales, sosteniendo que incluso no fue cruel, o que lo fue en menos grados que otros tribunales e instituciones ~. Fuera de España, los católicos, 1 Véase como ejemplo simple el articulo «Inquisición (Tribunal de)», en el Diccio nario de ciencias eclesiásticas, dirigido por don Niceto Alonso Perujo y don Juan Pérez Angulo, V (Barcelona, 1887), págs. 630a-632b (es del primero). 505 Julio Caro Baraja Las formas complejas de la vida religiosa enfrentados en otro tiempo con la monarquía española, consideran que, en El bautismo, dice , por ejemplo, Toledo que, según la sentencia más pro efecto, fue cruel y además un instrumento que estaba más en la mano del bable, no se debe administrar a los hijos de infieles que viven en libertad 2 ~oder. estatal ~ue de la Iglesia . Algunos, sin embargo, piensan que fue la contra la voluntad de sus padres, y como están bajo la tutela de éstos, no se sttuactón peculiar de Esp.aña, de~de el punto de vista <<racial» y «religioso» a ría válido. Si luego quisiesen ellos, sí se les podría bautizar, contra la voluntad la par, 1~ que lo creó e htzo funciOnar, como «organismo de defensa» 3. Pero paterna 6. Pero los casos producían duda. la cuestión es que en dos o tres generaciones los resultados de la defensa Otro texto, éste de Pineda, nos ilustra con respecto a la cuestión del bau fueron de lo más extraño que cabe imaginar, según refleja la investigación tismo referida a los moriscos concretamente. Tratando de los padrinos dirá 4 actual. ~orq~e de los conversos, «Cristisnos nuevos» , confesos, neófitos sali que no están obligados a enseñar la doctrina a sus ahijados, a no ser "que los dos del JUdatsmo, hay descendencia, más o menos mixta, más o menos «pu padres y parientes más cercanos no fueran capaces de hacerlo: <<Mas si fuesen ra>>, en 1~ ~ue se cu.entan desde grandes santos dentro del catolicismo, o escri hijos de moriscos, obligados estarían los padrinos a tener cuenta con esto, si tores rehgtosos emmente_s •. hasta in~réd~los de toda fe , pasando por Jos que, no se presumiese con razón que sus padres eran católicoS.>> Esto dice un inter d~ modo m~s o menos ngtdo, segman fieles a la ley antigua, aunque no pu locutor; pero otro replica: <<A buen tiempo tocastes en los moriscos, porque dteran P.racticarla. Un. profesor hebreo que no citaré por su nombre, en varias yo tengo aquí esclavos casados moriscos, y por consejo de un teólogo les arremetidas cont~a. mt obra sobre los judíos, me ha reprochado, entre otras tomé por fuerza un hijuelo, que les nasció, y se le bapticé contra su voluntad; cosas, ~1 ha.ber utthzado mucho el concepto de «criptojudaísmo>>. ¡Como si yo y después, alabándome yo de la buena obra, me fue reprehendido por un lo hubte~e mvent.ado! Son autores del siglo XVI 5 y los mismos judíos Jos que catedrático principal desta ciudad, y con esto no me ha restado sino renegar en ot~o tiempo dtero_n a conocer la existencia de grupos crípticos, con perdón de los teólogos que, no sabiendo lo que se dicen, determinan los casos de 7 del dtcho flamante htstoriador y de otros, no menos flamantes, que, a la par, consciencia, y llevan consigo al infierno a los que dellos se fían>> . me rep.r?charon no haber leído lo que escribían constituidos en grupo monolíti• La confrontación de los dos textos no puede ser más significativa. De co Y_ mthtar y a los que pude haber contestado (aunque no lo hice) que esto se todas formas, el bautizado como sea, si no acepta la fe cristiana y «mahometi debta a que tuve que leer parte mínima de los muchos documentos esenciales za>> o «judaíza>>, es decir, si sigue la fe de sus padres, es un apóstata, un fundamentales, que ellos jamás habían leído en su ensimismamiento o tal ve~ hombre que retrocede y que desampara la fe; no sólo interiormente, como lo 8 prudencia interesada. Por si «mejor es no meneallo», dejemos e'sto.