Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus

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¡Esta historia se la dedico a mis primix a quienes amo y adoro!

…y a todos aquellos que disfruten de historias rosas, medio cursis y chistosas.

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus Índice Yami Horus dice… ...... 4 Capítulo 1: El destino no es casualidad ...... 6 Capítulo 2: La luna y las estrellas ...... 31 Capítulo 3: “Dos gentes que no se dicen nada” ...... 87 Capítulo 4: Besos de canela para ti ...... 128 Epílogo: Presumido y orgulloso...... 165 O M A K E S ...... 213 1: Gafas ...... 213 2. Suegro ...... 225 3. Fotos ...... 231 Notas Finales ...... 234 *GLOSARIO: ...... 242

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YAMI HORUS DICE… [[[*Insertad aquí una fanfarria con acróbatas y… bueno, mejor el desfile completito]]]

Este es mi primer fanfic de Miraculous que escribo en español y este “pequeño” fue inspirado en una canción ¿Cómo se llama la canción…? No les diré, tendrán que esperarse a leer el final ¡MUAJAJAJAJA! ¡Sí, qué malvada soy! (Claro que esto sería más más malvado si no pudieran irse hasta las anotaciones finales para ver el nombre de la canción y artista para luego oírla mientras leen la historia… ¿tú qué opinas, “Perri, el ornitorrinco”?)

¡Por cierto! Si ven palabras con un asterisco, es porque estoy consciente de que no todos van a comprender estos términos o referencias y no los van a encontrar en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, (¡y no confíen en el traductor de google! esa cosa sólo traduce literalmente y no tienen sentido), así que están en el glosario del final (ustedes deciden si van a buscar la palabra o frase mientras leen o si lo ven hasta el final o si lo ven desde el principio...)

PD: La serie Miraculous Ladybug (llamada « Miraculous : Les Aventures de Ladybug et Chat Noir

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» en Francia, « Miraculous tales of Ladybug and Cat Noir » en inglés, “Miraculous: Le storie di Ladybug e Chat Noir” en italiano y « Prodigiosa : las aventuras de Ladybug » en los países de habla hispana) NO me pertenece, es creación de "Hawkdaddy"/”Papapillon”, Thomas Astruc.

Ahora sí, ¡que comience la función!

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CAPÍTULO 1: EL DESTINO NO ES CASUALIDAD

La nieve que había cubierto hasta la semana anterior las calles de París pareció haberse esfumado de la noche a la mañana. Era como si, por arte de magia, los árboles hubieran retoñado en una noche. La temperatura había aumentado y las nubes que traían gélidas mañanas habían comenzado su propia temporada de sueño. El cambio de estación trajo consigo una ola de alegría que fue realzada con el entusiasmo de los jovenes de una cierta escuela, donde las paredes se pintaron de mil colores y una ola de curiosos y extraños personajes tomaron el control junto con una música hecha con coros de risas y emocionadas pláticas y planeación…

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…Baile. Máscaras. Disfraces. Comida. Juegos… Festival, hermoso festival.

Una vez al año, durante la segunda semana de marzo, Collège François Dupont celebraba el aniversario de su construcción y dejaba de ser la institución educativa que era para, por tres días, transformarse en una versión pequeña del país de las maravillas. Era en éstos días donde varias reglas podrían ser pasadas por alto y otras nuevas aparecían con una simple misión: mantener a todos felices y conviviendo en armonía. La experiencia era maravillosa. Los dos días previos se suspendían clases a partir de mediodía para trabajar en los preparativos de la celebración.

El festival, cabe mencionar, era más que solo una actividad recreativa o una celebración frívola. Los alumnos se unían en equipos para crear pequeñas “atracciones”; en algunos casos se incluían puestos de venta de regalos (usualmente, manualidades), servicios (como subasta de amigos como sirvientes por toda la duración del festival), o comida (preparada por los alumnos) y el dinero obtenido era donado a un hospital pediátrico (no era competencia, pero muchos disfrutaban de pensar que sí importaba quien obtuviera más). Todos recordaban la tradición y la honraban con alegría; sobre todo porque aquellos que desistieran de formar parte de alguno de los equipos

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus tendrían la oportunidad de disfrutar de las atracciones con la única condición de llevar a tanta gente como fuera posible (algunos, como Alix, habían sido traídos por hermanos mayores, primos u otros parientes para disfrutar de la improvisada fiesta que ofrecía la escuela)

En el grupo de la profesora Bustier, la participación fue bastante activa (y creativa). Rose y Juleka se unieron a Nathaniel y Myléne para crear un pequeño laberinto fantástico (con ellos haciendo de personajes de la historia) en uno de los salones; Kim y Max optaron por un proyecto al que llamaron: “Videojuego en vivo” (en el que las personas podrían venir y utilizar controles de videojuego falsos y pretender que jugaban con ellos, siendo el deportista y el gamer los avatares en dicho juego). Sabrina y Chloé ocuparon su puesto favorito: la police de la fête*; su trabajo consistiría en supervisar que todo se manejara adecuadamente y tendrían autoridad para repartir castigos a diestra y siniestra (no tendrían que mover ni un dedo y obtendrían beneficios de abusar de su poder, claro estaba; pues ya lo venían haciendo desde hacía cuatro años… nadie se había quejado sólo porque Chloé se portaba medianamente decente con ello) Iván y Nino se unieron para formar un karaoke,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus además de ser los encargados de la ambientación sonora de todo el evento…

—Su trabajo suena divertido. — Señaló Adrien ante la, sorprendentemente detallada y meticulosamente preparada, explicación de Nino sobre el festival y sus planes con Iván.

— No realmente— comentó Iván con un letárgico tono. —…yo solo me encargaré de mover y cuidar el equipo.

— ¡Pero! — Le interrumpió Nino— Como necesitamos atraer a la gente a comprar un turno para cantar, podrás pasar las veces que quieras al karaoke. — El moreno le sonrió al más alto, quien se encogió de hombros y se marchó del salón ya que su presencia no era exactamente esencial (Nino, se había preparado desde hacía un mes) — ¿Y tú? ¿Ya sabes qué vas a hacer, mec*? — le cuestionó al modelo.

— Yo, eh… no lo sé. La verdad me encantaría ayudar con alguno de los equipos, pero…

— ¿“Pero”?

— Monsieur Damocles dijo que la demostración de esgrima sólo podría presentarse una vez y... Realmente no sé hacer nada más. Me siento tan inútil.

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— Nino levantó su dedo índice para indicarle que guardara silencio un momento y, con una expresión severa e incrédula habló:

— Mec, tocas el piano; juegas basquetbol; puedes escalar un muro de, al menos, unos cinco metros sin cuerdas; hablas chino, sabes bailar, ¿y me estás diciendo que no sabes hacer nada?

— Nino, ninguna de esas cosas ayudará a nadie, solo sería un estorbo

— No es cierto, — continuó negando el moreno, divertido con las inseguridades de su amigo.

— En primer lugar, no hay piano en la escuela, además no hay música en vivo planeada y no estoy seguro de que todos sean fans de Yuki Kajiura como yo…

— ¿Qué tal si te unes a los del salón de al lado con el juego de los tres tiros al aro?

— ¿Y estar a plena vista donde Chloé me pueda ver? — El rubio hizo una expresión de horror que fue seguida de un leve escalofrío— Preferiría algo que me dé la oportunidad de escapar y esconderme, muchas gracias. — Tomó aire y tomó su mochila de debajo de la mesa para ocuparla como almohada en el escritorio.

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—Puedes participar en alguno de los concursos de música, ¡podrías cantar en chino!

— Mi chino sólo es necesario si alguien necesita leer un instructivo; y sobre el muro... no creo que me den permiso de hacer mi imitación de Spiderman; y, si lo hiciera, mi padre me encerraría en mi habitación con una camisa de fuerza.

— Bueno, al menos puedes estar seguro de que se volverá el último grito de la moda y luego aparecerías en la siguiente portada de… ¡de todas las revistas en Francia! — Alzó un brazo y realizó la pantomima de un letrero sobre sus cabezas—Adrien Agreste: loco y con estilo— Adrien se rio y le siguió la corriente (aunque, sería más divertido si no creyera que esa clase de cosas eran bastante posibles con su suerte). Nino tomó un bolígrafo de sus cosas y habló directamente del lado de la tapa— Y díganos, joven Agreste, ¿qué se siente ser el loco con más estilo? ¿Es verdad que su padre diseñó su camisa de fuerza? — preguntó con el mejor tono de reportero que pudo emular y dirigió entonces la cabeza del “micrófono” al rostro de su amigo.

— Gracias, gracias. —le siguió el juego el rubio, remedando un poco a Chloé en su modo de hablar— Sí, como podrás ver es de seda púrpura traída de una

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus aldea remota en China y combina perfecto con mi cama; mi padre decoró el interior de mi habitación en el manicomio él mismo...

— Escuché que harían una película de su vida y que sería dirigida por su mejor amigo, el mejor director del mundo, ¿es eso verdad? — La poca humildad de Nino le sacó una carcajada al de verde mirar.

— ¿Enserio? Pues les mintió, yo ni siquiera conozco al señor Del Toro

— ¡Oye! —Nino le soltó un ligero golpe al brazo y Adrién rio para luego dejar que la melancolía se apoderarse de él y en un tono agridulce comentó:

—… estoy condenado a ser un maniquí que respira.

— Oye, no es exactamente tu cutiemark*, joven shinobi*, pero es algo que has hecho por tanto tiempo que es difícil pensar que no seas bueno. Sólo recuerda: con algo de esfuerzo, lograrás ser hokage— Adrien suspiró de nueva cuenta, esta vez por exasperación.

—Gracias por recordarme que aún no consigo mi cutiemark* ¿Y por qué usas términos del fandom conmigo?

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— ¿Qué? ¿Prefieres que utilice la jerga de otra de tus aficiones, pequeño vikingo bronie*? ¿O cambiamos de universo, chico card captor*? ¿Qué dice la TARDIS*? Espera, ¿acaso eres un sailor scout* el día de hoy? No, espera, tú serías Tuxedo Mask*— El rubio sonrió con una ceja arqueada. Si Nino estaba usando tantas referencias a series, eso quería decir que...

— Nino, aquí hay gato encerrado, ¿verdad? — Adrien le dedicó una ligera mirada acusadora que hizo al que ojos cafés encogerse de hombros e intentar fingir inocencia… para luego, descaradamente, contestar:

— ¡Culpable! Me declaro culpable señoría, me merezco cualquier clase de sentencia — finalizó con el tono más exageradamente dramático que haya podido musitar.

— Objeción. No se te puede dar sentencia si aún no sabemos qué hiciste.

— Bien, unos chicos del salón de al lado planean hacer un desfile de modas con trajes inspirados en historias de ciencia ficción. Es meramente entretenimiento, pero dicen que necesitan ayuda para que se vea como un verdadero desfile de modas así que…

— ¿Me ofreciste como voluntario?

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— Les dije que te preguntaría si podías ayudarles y, como tú eres el experto con experiencia, me imagino que tú sabrás los secretos de cómo entrenar a tu modelo… —explicó divertido—Además, no creas que no vi tu cara cuando todos se reunieron hace rato. ¡Parecías un perrito perdido!

— Nino, ¿qué haría yo sin ti? — Soltó Adrien, conmovido por el amor fraternal que estaba en el ambiente. Nino se incorporó y colgó su mochila de su hombro.

— Vamos, están usando uno de los salones de tutoreo— Adrien imitó el gesto de Nino.

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—Noventa y ocho punto tres centímetros. Noventa y nueve punto siete centímetros. Un metro. Un metro veinte. Un metro y medio...—El mismísimo Monsieur Damocles se hallaba supervisando que la asignación de lugares para que los puestos de venta fuesen justamente medidos; con precisión milimétrica y calibre vernier en mano.

El alumnado colocado en el claustro ya comenzaba la construcción y diseño de sus pequeños puestos; decorados con papel, cartón y material reciclado misceláneo. Entre ellos, se alzaba un pequeño puesto

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus de “paredes” decoradas en tonos menta y chocolate. Pareciera que se trataba de una gigantesca maleta de antaño, sacada de alguna película vintage; sobre su frente se alzaba el dibujo de un búho entre hogazas de pan acompañado de las palabras: “Boulangerie Bohême*”

— Bueno, ya que la toma de corriente está de ese lado… y el horno irá aquí… quizá… la hielera irá…— Decía una voz casi experta.

— Sabes que te quiero, y te apoyo en todo; pero, sólo te advierto que, mientras soy una experta devorando croissants, ponerme frente a un horno no es una buena idea. — La chica de anteojos decía al tiempo que grababa en video las acciones de su amiga — Sabes bien lo que pasó con mis primos en Navidad.

— Tranquila, Alya. Sólo deja que yo me encargue de hacer el pan y tú te encargas de los clientes. — Alya abrazó a la ojo-azulada.

— ¡Por eso te quiero!

— ¡Alya, me aplastas!

— ¡Salut*, mes copines*! — Una voz llamó, haciendo saltar a Marinette detrás de Alya.

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— A-adri-sa, en-enlut. Digo, sa-rien, lut-ad ¡Es decir! S-sa-sa-Salut* ¡Salut*! Salut* Adrien—tartamudeó la futura diseñadora.

— ¿Qué los trae aquí abajo? Pensé que estarían haciendo planes en la entrada de la biblioteca. — Señaló Alya mirando al muchacho fijamente.

— Lo tengo cubierto, además Adrien acaba de unirse a la gente del otro salón, sólo pasábamos por aquí. — Explicó el DJ.

—Monsieur Damocles debió estar de muy buen humor para dejarte como encargado de la música y aceptar que organizaras los concursos. — la pelinegra comentó, tratar de disimular el acelerado palpitar de su pecho al estar tan cerca del modelo.

— ¿Y qué se supone que se gana el primer lugar? — Añadió Alya

— Eso es lo que aún no sé; pero…— Nino miró de reojo a Marinette— ¿De casualidad, harás “las cosas de canela”? ¿Tus especialidades, Marinette?— el moreno cuestionó. —Porque podríamos darle algunas al ganador…

— Mejor búscate otro premio— interrumpió la chillona voz de Clohé. Adrian sintió un leve escalofrío

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus recorrerle la espalda y erizando los pocos cabellos de su nuca—… como un trofeo. Mi habitación tiene ganas de un nuevo trofeo para la colección. —dijo la rubia con una mirada de ensoñación. — Combinaría perfecto con mi perfección, ¿No crees, Adri-bu? — terminó adulona.

— ¿Trofeos de qué? — Alya susurró al oído de Marinette— ¿Hacer llorar a bebés?

— E-Este… — Adrien miró desesperadamente a sus tres amigos en busca de salvación— Ehm...

— Clohé, no finjas. —Intervino Nino— Sabes que las especialidades de Marinette son la cosa más deliciosa en este lado de Paris.

— Esas cosas no tiene nada de especial, ¡un trofeo de oro sólido es mejor!

— ¿Entonces, por qué siempre las compras por montones cuando las hago? —Cuestionó la panadera.

— ¡Pues, porque son deliciosos! ¡No es justo que las hagas sólo una vez al año!

— ¡Cállate, Sabrina, nadie pidió tu opinión! — Clohé le gritó a su amiga/asistente— Nos vemos Adri-bu. Tal vez después del concurso podríamos compartir esas

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus deliciosas piezas de repostería juntos…— Clohé le guiñó el ojo y le lanzó un beso conforme se alejaba. El de ojos verdes sólo sintió un escalofrío que sólo se compara con la sensación ver al Coco cara a cara en el mundo de las pesadillas. — ¡Prepara bien ese micrófono para que gane!

Un silencio sepulcral se apoderó de la atmósfera su alrededor. Por un momento todos se volvieron telepates: todos compartían el mismo pensamiento sobre la hija del alcalde, curiosamente fácil de transmitir con la mirada.

—Marinette, ma meuf*, entraras al concurso de canto ¿verdad? — Nino rompió el silencio y todos la miraron expectantes

— Ehm… No lo creo— respondió simplemente con una sonrisa apenada antes de proceder a armar el mostrador para el pan.

— ¿Eh? — Nino se quejó con una gran impresión

— ¡Pero tienes una linda voz! — Añadió la reportera.

— ¡Tienes que hacerlo, no te he oído cantar en un escenario desde la primaria! — insistió el moreno.

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— Yo solo te he oído una vez en nochebuena y la otra en año nuevo y quiero oírte cantar algo fuera de la catedral y que no sea: “Un cloche par-dessus un cloche”*. — Reclamó Alya, canturreando el título de la canción.

— Alya, no voy a participar. Estaré demasiado ocupada horneando en la “Boulangerie Bohême” Además, no quiero estar cerca de Chloé, ésta es una de las pocas veces al año en que se porta menos… Chloé.

— ¡Por favor! ¿Qué debo hacer para convencerte de participar? ¿Te pinto un fresco? — Continuó rogando Nino— ¿Aplasto a Clohé con una gárgola de la catedral? ¿Le pido a Ladybug y Chat Noir que canten contigo?

— No, pero si dejas de insistir te daré una caja con mis especialidades de canela mañana a primera hora…

— Trato hecho. —Nino habría insistido; pero Marinette sabía que haría lo que fuera por esos panecillos… —Madamoiselles, con su permiso, debo llevar a Adrien a su puesto. — Se despidió en una graciosa forma solemne.

— Aguarda, yo voy con ustedes — agregó Alya—… acabo de recordar que me pidieron ayuda con el

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus streaming. — La reportera se giró y vociferó sobre su hombro— ¡Regreso en cinco minutos!

— ¿Por qué la insistencia en hacer que Marinette participe…?— el modelo preguntó en un murmullo una vez que estuvieron lo suficientemente lejos de la de mirada azul y sin cambiar el ritmo de su andar.

— ¡Mec! El punto no es que participe, es que suba al escenario y se adueñe del micrófono. Créeme cuando te digo que Marinette canta como un ángel. — Nino miró el rostro de su amigo y notó un gesto de sorpresa y mucha, mucha curiosidad. — Alya ¿me prestas tu teléfono? — La reportera entregó su importante aparato y el DJ no tardó en encontrar el archivo que buscaba.

— Sólo escúchala. — Adrien concentró su mirada en un video que, a golpe de vista, no lograba comprender visualmente. Con más atención miró el video. Parecía ser el interior de la casa de la pelinegra, decorada con luces y listones en los típicos colores navideños; y, desde algún sitio, una melodiosa voz sonaba…

—… et par-dessus une cloche, une~… —Adrien no tuvo que preguntar quién o de dónde venía la canción, la pelinegra salió de atrás del árbol colocando enormes esferas rojas al tiempo que cantaba suave y

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus dulcemente:—… asómate a la ventana, tu verras l'Enfant dans le berceau. Belén, campanas de Belén, que les anges fait sonner, quelle nouvelle m'apportez…?

Era cierto que la voz de Marinette era muy bella. Claro, las voces internas de su mente (a las que usualmente sólo oía cuando usaba el uniforme de micho) sumaron varios pensamientos y observaciones como: ¿Cuál sería el rango de su clave sonoro? ¿Si se pusiera a cantar a plena voz, se acercarían los pájaros como en las películas de Disney? ¿Sería posible que todos se pusieran a cantar espontáneamente si ella lo hacía? Se le estaban ocurriendo muchos posibles escenarios en los que podría hacer algún chiste sobre princesas de películas con ella. Bueno, por algo era su princesa… Esperen, si eso le sumaba puntos como princesa de Disney, ¿eso lo convertía a él en un príncipe? ¡Oh! Las posibilidades… (Decidió parar en cuanto su lado más Chat Noir amenazó con salir a flote)

— Wow— fue lo único que pudo decir sin sonar a su alter ego. — Bien dice el dicho que “siete vidas tiene el gato, las mujeres tres o cuatro”

— Honestamente, mec, me sorprende que no lo hayas oído antes. Es como… uno de los secretos peor

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus guardados del salón. — Añadió Nino apenas llegaron al espacio donde se llevaría a cabo el desfile de modas— ¡Y no la han oído cantar algo de «La Mélodie du bonheur»!— Exclamó, más para sí que a los que estaban a su alrededor.—Es su musical favorito, se lo sabe completo.

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Adrien sonrió por repetida ocasión ¡Esto de organizar un festival era bastante divertido! Los chicos del otro salón tenían una buena idea para la decoración del lugar; pero, realmente, les hacía falta mucha organización (y conocimiento) para ésta pasarela. Adrien tuvo que darles múltiples tips sobre caminar, posar, gestos y todo eso para cada atuendo (Adrien sabía que, en una pasarela, uno debía hacer lucir el conjunto y, siendo la pasarela inspirada en historias de ciencia ficción, tenía que pensar en formas de hacer que trajes con planetas, luces, tentáculos, cascos y demás lucieran al máximo). No era mucho, pero era suficiente para hacerse sentir como si estuviese haciendo algo importante.

Chat Noir sonrió con cada recuerdo de ese día. Desde las explicaciones de Nino hasta el misterio de las especialidades de canela de Marinette (olvidó por completo preguntar qué eran esas cosas de las que

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus todos parecían hablar y les hacía emocionarse. Claro, dado el nombre, podía suponer que tenían sabor a canela.)

— Hoy estás de buen humor, gatito, debió pasarte algo bueno. — comentó la heroína parada junto a él en la punta de la Torre Eiffel.

—Oh, mi Lady, digamos que tiene que ver con los deberes cotidianos de nuestras identidades de la vulgata cotidiana— Explicó el de traje negro con una divertida imitación de un pomposo lord.

— ¿Podría ser más específico, Maître Chat*? — Respondió Ladybug con el mismo tono burlón y pomposo que había usado su compañero. Claro, las palabras de la heroína en rojo tuvieron otro efecto.

— Espera. A-acabas de…— el morroño se quedó momentáneamente sin palabras ¿Podía ser que Ladybug acabara de decir lo que acababa de decir? — ¿Acabas de hacer una...?

— ¿Qué pasa? ¿Se comió su propia lengua el gato? — El de ojos verdeceledón usó todo el autocontrol que halló para no hacer algo indebido; mejor dicho, decir algo indebido. Ladybug también debía estar de muy buen humor si estaba dispuesta a hacer juegos de palabras y bromas tontas con él sin poner peros.

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— Jeje… bueno, no es nada del otro mundo, sólo algo que pasó en la escuela. —Confesó el felino con una sonrisa traviesa aún en sus labios— Estamos organizando un festival, no soy muy bueno con estas cosas, ¡pero creo que estoy haciendo algo bien!

— ¡Qué coincidencia! En la mía igual. ¿Cuál es la ocasión? ¿La llegada de la primavera? ¿Alguna celebración pagana...?

— No, en realidad es una razón propia de mi alma mater. Es el aniversario de la escuela…

— ¿En serio?, ¿de la tuya también? — La respuesta de la pelinegra fue tan espontánea que no registró lo que había dicho hasta que fue muy tarde.

— ¿“También”…? Espera, estás diciéndome que…— Los engranes en la mente de Chat Noir se estaban moviendo; se veía reflejado en sus ojos y en la inminente sonrisa que se comenzaba a dibujar de a poco a poco en su rostro. De ninguna forma la heroína quería seguir hablando de éste tema, así que ejecutó la primera idea que se le ocurrió: huir.

Saltó de inmediato al edificio contiguo y siguió corriendo hacia el siguiente. Procuró correr y saltar en ángulos agudos en todos los sentidos que pudo: derecha, izquierda, arriba, abajo, diagonales

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus ascendentes, diagonales descendentes… Todo con la sola intención de cansar al héroe gatuno. Quien la hubiese visto correr a tales horas de la noche habría notado cómo parecía dejar una ligera estela roja donde quiera que iba y cómo dicha estela aparentaba dibujar miles de zigzags en todas direcciones. Con algo de suerte (y ella tenía mucha) el michino estaría demasiado cansado para cuando, finalmente, le alcanzara y no tendría energía para seguir hablando de ese tema. Al menos, ese era el plan.

— OH LA VACHE*! — Exclamó el hiperactivo mizo, casi sin aliento, un par de minutos después de que lograra alcanzarle en el campanario de la catedral. — ¡Mi Lady, vamos a la misma escuela!

— ¡N-no! — Intentó negarlo la ojo-azulada al tiempo que reanudaba la carrera, ahora con el rubio corriendo a su lado— Chat Noir, eso es solo… sólo es una casualidad. — Terminó su oración con un gran salto.

— ¡Oh, mi Lady! — El mizo saltó y se aseguró de caer justo frente a ella para cortarle el paso y poder decir con una sonrisa — ¡El destino no es casualidad!

— Si eso te ayuda a dormir por las noches, minino…— contestó Ladybug sintiendo una sonrisa propia en sus

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus labios. El torrente de adrenalina corriendo por sus venas parecía desvanecer todas sus preocupaciones y enfatizar su confianza.

—Aunque… se supone que en esta vida nada es casualidad; — continuó divagando el paladín felino mientras saltaba distraídamente al lado de la heroína—pero, dicen que lo que llamamos “casualidad” es en realidad una expresión del destino. Pero yo pienso que…

¡CLANG!

Las luces se apagaron. Lo siguiente que supo el rubio fue que, cuando abrió sus ojos, estaba mirando directamente al rostro de Ladybug. Parecía que estaban en una terraza pequeña ¿No era esa la casa de Marinette? ¿Qué hacían ahí? ¿Por qué estaba en el suelo? ¿Y por qué le dolía tanto la cabeza?

— ¿Chat Noir, estás bien? — la chica preguntó algo preocupada.

— Mi tren de pensamientos se descarriló. — Respondió el felino antes de tocar el punto en que se concentraba el dolor de su cráneo. Ladybug suspiró aliviada y con simpatía para luego darle un (no muy ligero) golpe en el brazo. —¡Auch!

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— No me vuelvas a asustar así, gato malo.

— ¿Qué pasó? — Preguntó con los ojos medio abiertos. Ladybug no sabía si reír o regañarlo.

— Ésta noche, el increíble y sorprendente Chat Noir fue derrotado por un inocente poste de luz que sólo cumplía con su deber. — Chat se cubrió el rostro con una mano en señal de vergüenza.

— A veces se me olvida que esto de la invulnerabilidad no funciona fuera de una pelea...— murmuró, el sonido siendo casi ahogado por la presión de sus manos contra su cara.

— Espero que nadie haya grabado aquello o seguro estará en el LadyBlog por la mañana.

— Eso sería humillante… —comentó el chico de negro con la mitad del interés que Ladybug mostraba en aquélla posibilidad. La heroína miró su gesto de descontento y decidió que le daba cierto placer macabro torturar el ego de su compañero (además, se lo merecía por preocuparla). Desvió la mirada a algún punto en la lejanía y siguió con la tortura…

—Y ese no es el peor escenario que se me ocurre. — dijo con seriedad.

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— Ah, ¿no? — Preguntó el otro descubriendo su ingenuo rostro.

— Ese fue un golpe intenso. Esperemos que tu cerebro esté intacto o esta será una incómoda visita a la sala de emergencias. ¡Ya puedo ver los titulares!

— ¿Los titulares? — preguntó curioso y algo confundido.

— Sip, dirán: “Para Superman, la kryptonita; para los gatos, los árboles y para Chat Noir, el alumbrado público”

— ¡Buguinette! — reclamó el chico.

— Y después, cuando se hable de Chat Noir en internet, se hablará también de sus épicos golpes en la cara…Y convertirán el video en un gif y lo utilizarán miles de veces en conversaciones de blogs. Será un trending topic en twitter ¡Oh! Y luego lo convertirán en un meme, ¡que se volverá viral! — Narró sus teorías la heroína como quien cuenta una historia de fantasmas en la obscuridad.

— ¡No! ¡Basta mi Lady! ¿Por qué me haces esto? Estoy herido y tú sólo me lastimas —rogó el felino en una forma muy dramática y rompió el personaje solo para clarificar— Pero, salvo por el dolor y el moretón que

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus seguro tendré mañana, estoy bien. Recuerda: “quien le quita un pelo a un gato, no le hace ningún daño”.

— Ese refrán no viene al caso. ¡Además! La culpa es toda tuya, minino. Estas cosas te pasan por no poner atención. — le regañó su camarada.

— ¡Pero, sí pongo atención!— Era verdad, sí ponía atención a las cosas. Claro que, cuando usaba el uniforme y no había akumas cerca, su atención estaba siempre en Ladybug (quizá demasiado). Y, pensando en la atención…acababa de notar algo: mientras que su cuerpo descansaba sobre el duro suelo de la terraza, su nuca y cuello descansaban sobre algo cálido y suave… y Ladybug estaba junto a él… ¡Un momento, su cabeza descansaba sobre el regazo de su amada! Una sonrisilla esperanzada surgió en su rostro. —…aunque… dadas las condiciones, creo que valió la pena, mi Lady.— Ladybug notó la sonrisa y frunció ligeramente el ceño.

—No empieces, gato malo. Sabes que pego más fuerte que el poste. — amenazó con un puño levantado y una risita traviesa.

— Si mi Lady lo ordena, no lo haré…— El mizo obedeció y no dijo más. Inhaló profunda y tranquilamente antes de dejar escapar un suspiro,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus sonrió satisfecho y clavó su mirada en las estrellas. No sabía si esta sensación de ensoñación se la debía al golpe o a su posición.

— ¿Estás seguro de que no necesitas que te revisen? — Insistió la pelinegra, extrañada con el comportamiento de su compañero.

— Sí; aunque no tanto como de que tus ojos brillan cual zafiros bajo la luz de la luna, Mi Lady… — El gatuno le miró fijamente y sonrió en una forma tan sincera y pura que, por un instante, la heroína se preguntó en qué momento su travieso gato se había metamorfoseado en un ángel. — ¿Mi Lady? — Llamó después de una larga pausa.

— ¿Sí?

—Tengo miedo— admitió con un tono suave y sin perder la sonrisa.

— ¿Miedo? —Era ahora el turno de Ladybug para sentirse confundida. — ¿De qué?

—De que todo esto sea solo un sueño… Pero, bueno, la vida es sueño…

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CAPÍTULO 2: LA LUNA Y LAS ESTRELLAS

El tiempo de preparativos pareció correr como agua.

Era el primer día del festival y en punto de las ocho de la mañana las atracciones comenzarían oficialmente y los visitantes podrían venir a divertirse; por ello, las horas previas eran las más atareadas. Por todos lados se veían alumnos dando los últimos toques y afinando detalles de último momento. Muchos equipos corrían contra el reloj y estaban por empezar a entregarse al pánico para lograr que sus planes salieran a la perfección… (aún cuando sus proyectos fueran abiertos al público intermitentemente)

—Oye Nino, ¿sabes por qué aún no llega Adrien? — Preguntó una chica de cabello corto al DJ — Como ayer no vino, prometió llegar temprano hoy…—

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus expresó preocupada — ...y dijo que estaba en camino hace como una hora.

— No sé, pero no debe tardar… — La chica le agradeció y se dio la vuelta para ir a donde su equipo. El moreno trató de continuar con lo suyo cuando vio una familiar figura de melena rubia y playera negra aparecer por el lado opuesto del pasillo— ¡Ey! Hablando del rey de Roma y… ¡¿qué te pasó, mec?! — Nino se sobresaltó bastante en cuanto tuvo a su mejor amigo a unos pasos de él. El rubio tenía una venda alrededor de la cabeza que ocultaba su frente (que, por cierto, se veía considerablemente abultada).

—Ah… ¿esto? —El de ojos verdeceledón sonrió nerviosamente y se llevó una mano a la nuca. —Eh…. Yo… em… yo… resbalé en el baño y caí con la cara... — Contestó con inseguridad y añadió, en cuanto a Nino se le escapó el ligero fantasma de una risa: — No te rías.

— ¿Y no se rompió el piso? — El DJ cuestionó con una sonrisita antes de ser levemente empujado por el rubio.

— ¿Cómo sabes que fue con el piso? — preguntó Adrien un poco confundido.

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— Pues porque es de mármol. — contestó y, finalmente, se puso a reír a carcajadas (bueno, debía admitir que era una forma muy creativa de decirle que era un cabeza dura)

— Já. Já. Já. No le veo lo gracioso, fue un vergonzoso viaje al hospital… — Nino controló su risa para escuchar mejor el relato de su amigo.

Al llegar a casa había ido a pedir consejo de su padre con el tema de planear pasarelas de moda (obviamente, no mencionó nada sobre su salida con Ladybug) para cuando regresó a su habitación (y luego de haberse dado un baño), el mismísimo Gabriel Agreste vino a su encuentro con una bitácora de eventos de moda pasados. Adrien habría podido fingir estar completamente sano (con su cabello húmedo y desordenado, la marca sobre su hueso frontal estaba completamente escondida) y habría podido continuar mirando y tomando notas mentales sobre qué y cómo hacer su versión de la pasarela, de no ser por el constante dolor en su frente que parecía intensificarse con cada palpitación. En algún momento Gabriel notó la expresión de dolor en el rostro de su hijo y, con una sola mirada amenazadora, le hizo confesar. En cuanto Adrien descubrió su frente Gabriel hizo que Natalie preparara el auto y le llevara a la sala de emergencias. No es necesario mencionar las expresiones de las

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus muchas enfermeras al enterarse que el hijo del renombrado diseñador había llegado con una lesión. Aún con el sentimiento de incomodidad, logró repetir la historia sobre resbalar en el baño y golpearse en la cara sin contradecirse (y sobrevivir a la vergüenza de ser llevado en bata de hospital a que se le tomara una radiografía y una resonancia magnética con un enfermero bastante entrometido y que, sospechaba, era un reportero disfrazado o peor: un paparazzi).

— Con razón no te ví ayer, ¿y por qué no me llamaste o escribiste o algo?

— Lo intenté— se defendió de la mirada acusadora de Nino—...pero Natalie me quitó el teléfono. Dijo que con eso iba a hacer todo menos descansar.

— ¿Pero, estás bien? — Nino quiso asegurarse.

— Me tuvieron todo el día de ayer en observación con bolsas de hielo en la frente y tengo un paquete de gel congelado bajo la venda. Estaré bien— le aseguró el rubio (descubrieron que el golpe había logrado darle una ligera contusión, además del amplio moretón, no necesitaría cirugía; pero sí una venda y desinflamatorios).

— Perfecto, porque te están buscando…—Nino se congeló un segundo— Espera… ¿hueles eso? — el de

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus ojos marrones se recargó en el barandal y miró hacia los puestos que se alzaban en la planta baja. Los sentidos gatunos de Adrien, y sus instintos felinos, le hicieron imitar la acción de su amigo en cuanto notó el delicado olor a dulce pan recién horneado. Sintió como si una mano invisible le quisiera arrastrar hasta la fuente de tan deliciosa fragancia y cerró los ojos como lo haría un gato común al ser acariciado bajo la barbilla.

— Hm… — suspiró el sonriente modelo. — Huele bien… ¿Será Marinette en La Boulangerie Bohême?

— Apuesta tus rizos de oro a que sí ¡Vamos!

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Los alumnos encargados de la comida ya casi estaban listos. La Boulangerie Bobême no era la excepción. Alya estaba terminando de escribir los productos y precios de éstos en un pequeño pizarrón negro que colgaba a un lado del puesto (con pedazos de tiza de múltiples colores claros).

El horno, junto con la primera ronda de pan fresco, estaba listo para el ajetreado día que le esperaba a la improvisada panadería. El siguiente lote de pan consistiría netamente de esos pequeños panecillos de

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus canela que había creado accidentalmente hacía unos años atrás (cuando tenía 10). Habían comenzado como rollos de canela normales (que se quemaron, era la primera vez que los preparaba); pero se le ocurrió cambiarles la forma y añadir un poco más de esto y aquello (al menos, a lo poco que quedó de la masa). Para cuando se dio cuenta, esas pequeñas piezas de repostería (ahora, legendarias) habían sido el alabado (y, sorprendentemente, codiciado) resultado final.

La chica sacó el lote de su designado lugar sobre la charola con papel encerado; estaba aplicando el ligero glaseado con una manga (que le agregaría un toque extra a cada pedazo sabor canela), cuando notó que había dibujado gatitos sobre cada pieza. Por un segundo un pequeño ataque de pánico amenazó con posesionarse de ella. La parte buena era que era algo nuevo en sus pequeñas creaciones dulces; la parte mala, bueno, digamos que realmente esperaba que Chat Noir no estuviera entre la gente que vendría al festival en éste primer día. ¿Por qué? Quizá tuviera que ver su última conversación con él...

El momento parecía haberse tallado profundamente en el mármol de su memoria y, ahora, era una pieza de museo que se exhibía altiva y acusadora en su conciencia. ¿Cómo había ocurrido todo aquello? Sólo había sido una noche cualquiera de patrullaje con el

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus morroño haciendo sus tonterías acostumbradas. ¿En qué momento las luces habían adquirido aquél místico resplandor dorado?, ¿cuándo habían comenzado a brillar las estrellas como en La noche estrellada de Van Gogh?, ¿por qué había parecido que el universo entero eran sólo ellos dos? Bueno, ella vivía en París y, como parisina que era, debía estar consciente de que cada rincón en esa ciudad era (aunque no lo quisiera aceptar) un potencial escenario para el romance ¡Pero su propia terraza no debería entrar en la lista!

Estaban cerca de su barrio cuando el felino cayó inconsciente, sí. Sí, había llevado al felino hasta su hogar; pero sólo por si necesitaba un kit de primeros auxilios. Y no, no podía dejar a su compañero desmayado en medio de la calle. Sí, había arriesgado su identidad secreta al hacer eso; pero, si preguntaba, podía dar la excusa de ser “amiga” de Marinette. Sí, también se arriesgaba a que su socio se diera una idea de dónde vivía e irla a buscar. Sí, ella lo acunó contra sí y le acarició mientras esperaba a que recobrara el conocimiento, pero era el tipo de caricia que se le concede a cualquier animal herido. Sí, su camarada se veía lindo estando “dormido”. Y no, eso no tenía nada de romántico. Nada ¡Absolutamente, nada!

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Éste tipo de cosas no ocurrían así… tan… casualmente.

—“El destino no es casualidad”— resonó un eco dentro de su mente. ¡Claro! No solo no podía quitarse la imagen del gato sonriente de su consciencia, ahora tampoco podía dejar de oír su voz. Marinette sacudió la cabeza un par de veces para intentar borrar una idea ridícula antes de que se materializara por completo.

A ella le gustaba Adrien.

Nadie más.

Nadie.

¡Y menos Chat Noir con sus tiernos ojos verdes de soñador…!

—“Tengo miedo” —el recuerdo volvió a tomar el mando y, otra vez, tenía la misma película proyectándose en el teatro de su cabeza…

—Tengo miedo— declaró el felino con una sonrisa que la ojoazulada solo creyó posible dentro del mundo de la fantasía: tan pura, tan serena, tan armoniosa. Ladybug miró sus ojos buscando alguna señal que develara algún tipo de engaño, algún rastro de

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus siniestra mascarada bromista (porque tal conducta debía ser el preludio de algo con lo que la molestaría en los meses por venir). Sin embargo, aquello parecía ser real. Era real. Y, esa realidad, no parecía tener concordancia con las palabras de su heroico socio.

— ¿Miedo? —Preguntó, su propia confusión reflejada en su rostro— ¿De qué?

—De que todo esto sea solo un sueño;— admitió el héroe felino. Sus ojos se cerraron un poco más, parecía que sus pestañas serían lo único que evitaría que sus párpados hicieran contacto. Aquello era peligroso.—...pero, bueno, — prosiguió — la vida es sueño.— “Calderón de la Barca” comentó en su mente la de cabello negro; habiendo reconocido aquellos versos de la clase de literatura (además, estuvo en su examen).

— Y los sueños, sueños son... —completó la joven, sus pupilas captando cada detalle de la fisonomía de su compañero cada vez más cerca. Al parecer, el gato no era sólo rostro y coqueteo; también podía ser bastante intelectual… y tierno. Los labios de Marinette se arquearon en una ligera y dulce sonrisa que se plantó sin permiso en su propio rostro. Se estaba dejando llevar por el momento.

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Sintió algo parecido al fenómeno del magnetismo ocurrir en ella. De repente su cabeza había comenzado a acercarse lentamente al rostro del rubio cuando...

¡BIP-BIP-BIP-BIP! ¡BIP-BIP-BIP-BIP! ¡BIP-BIP-BIP- BIP!

— ¡Marinette, el pan! — El grito de Alya la sacó del mundo de los recuerdos y salvó un lote de mini croissants de terminar “extra crujiente”.

— Gracias Alya— suspiró aliviada la chica euroasiática.

— ¿Por qué estás tan distraída? — observó su mejor amiga con preocupación.—¿Estabas soñando despierta? No, mejor dicho, ¿con quién estabas soñando despierta?

— ¡Con nadie! —se apresuró a decir— A menos que se pueda tener una pesadilla despierta— Añadió por lo bajo, a lo que la reportera arqueó una ceja. Tikki, entonces, salió de su escondite entre el cabello de Marinette y susurró en su oído:

—¿Sigues pensando en ...?

—¡Gente!— la reportera llamó y la kwami no habló más.

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—¡Salut, Alya! ¡Salut, Marinette!— Reconoció esa como la voz de Nino. La chica se giró con una cálida sonrisa (si estaba Nino, era más que seguro que Adrien también).

— ¡Salut… ah!—ahogó un grito al notar la venda que llevaba el rubio, logrando que sus nervios y su tartamudeo se liberasen de su pequeña y metafórica jaulita (como siempre)— Adrien. ¿T-tu v-v-venda- frente pasó? ¡E-es decir!, ¿q-qué te ha frente…? D- digo... ¿Pasó frente…? Digo, ¿cosa frente? ¡Digo!—El chico sintió un sonrojo formarse en sus mejillas; hasta ahora, todos habían tenido la misma reacción.

—No te alarmes, — habló Nino por el rubio—“Don Perfecto”, aquí presente, solo tuvo un accidente en el baño. —Alya negó con la cabeza (¿podrían estar esos dos más destinados a estar juntos? Estaban hechos el uno para el otro)— Dice que no es nada; pero, igual, lo intentaron mo… mificar, ¿qué estás haciendo?— cuestionó a su amigo que estaba en proceso de remover el lienzo constrictor de alrededor de su cabeza.—¿Qué, no necesitas eso?

— Solo es para reducir la inflamación...— aseguró sin darle mucha importancia—y lo único que estoy logrando es espantar a toda la gente que conozco.— Al retirar lo que quedaba de la venda y el paquete frío,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus quedó a la vista de todos el ligeramente obscuro, colorido y bastante extenso, moretón que había estado oculto— ¿Qué tal se ve?

— ¡Auch!—Se estremeció el moreno.— A mí me duele de sólo verlo…

— Es… bastante grande. — intervino Marintette con los ojos muy abiertos— Ehm…pe-pero, puedes ocultarlo con tu cabello, es decir, si lo cambias un poco… ¡No es que debas hacerlo, es sólo una idea…! Así no se verá. Claro, si quieres...— Marinette desvió su mirada con pena para traer de nuevo sus recuerdos de dos noches atrás. Chat Noir había predicho que tendría un moretón en la frente; entonces, si Adrien tenía semejante marca con un accidente en el baño, seguramente Chat estaría sufriendo igual o peor. Por supuesto, con lo descuidado que era el minino, no le sorprendería que para sus padres fuera normal que se apareciera con una herida en la cabeza; pero (¿habría ido a revisarse?) los golpes en la cabeza siempre son una cosa seria (¿estaría bien?). Cuando era una niña de preescolar, un niño había perdido la audición del lado izquierdo después de golpearse con la puerta en la sien; y había oído de gente que perdía la vista luego de recibir un balonazo. Pobre gato (quizá debería guardar algunas de las cosas de canela para él).

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—Sabemos que es algo temprano todavía, pero...— expresó con una gran sonrisa y un poco de impaciencia, que fue explicada por un ruido de su estómago. Nino añadió entre risas:

—¡Parece que a las momias también les da hambre!— Adrien iba a decir algo pero se abstuvo al oir:

— ¡Marinette, Marinette! — llamó una vocecita. La euroasiática no descubrió la identidad de quien la llamaba hasta que bajó su mirada para encontrarse con una niña muy familiar que apenas podía mirar por encima del improvisado mostrador.

— Salut, Manon— le sonrió la diseñadora.

—Hola, Manon. Tiempo sin verte— saludó el modelo junto a su mejor amigo (que sólo hizo un ademán).

— Hola Adrien, ¿ya eres novio de Marinette?— la pregunta hizo las mejillas de Adrien contrastar en un rojo brillante contra el verde de sus irises, mientras que Nino se cubrió la boca e hizo todo en su poder para no reírse de su reacción... y falló (al menos, tuvo la decencia de intentar aguantarse la risa; a diferencia de Alya, a quien le dió por reír hasta perder el aliento)

—¡M-Manon! — habló por lo bajo la joven euroasiática con un fuerte rubor extendiéndose por sus mejillas

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— Manon, esas cosas no se preguntan...— añadió el rubio mismo—…perdón Marinette, pero creo que acabo de ver a mis compañeros de esgrima…Nos vemos luego.— Y se desapareció entre los demás puestos mientras arrastraba a Nino consigo (quien, por cierto, seguía intentando no reír)

— ¿Qué haces aquí a esta hora? ¿No tienes que estar con tu mamá en el estudio?

—Sí, pero como mi prima, Estelle, está de visita, mi mamá dijo que podía venir aquí con ella. — Manon miró a un lado y Marinette siguió la dirección de sus ojos hasta un puesto de alhajas donde curioseaba una niña de trenzas de alrededor de doce años de cabello color chocolate con un uniforme de primaria rojo y azul, una falda tableada y un saco de botones dorados al frente con un moño de la mísma tela que la falda al frente.

— Ah, ya veo. Entonces, Estelle te está cuidando hoy. — concluyó la mayor.

— ¡Nop!— de inmediato protestó la pequeña y corrigió con un gesto de orgullo— Yo estoy cuidando a Estelle. —Entonces Manon levantó sus puños como boxeadora y lanzó un par de golpes al aire— No dejaré que nadie

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus se meta con Estelle. Esos niños que la molestan tienen suerte de que no estemos en la misma escuela.

— ¿Entonces... por qué no está en la escuela?

— Mi mamá la iba a llevar, pero dijo que no quería ir nunca más y mamá dijo que se podía quedar conmigo… ah… Y dijo que te diera esta nota.—Manon tomó un trozo de papel de su bolsillo frontal y se la entregó a la panadera.

Como lo sospechaba, la señora Chamack le pedía que vigilara a Manon y a Estelle; pero no contaba con que también le pidiera que hablara con Estelle. Al parecer, estaba consciente de que la molestaban en la escuela; mas no sabía cuál era el motivo, quien o quienes eran los responsables, ni cómo lograr que Estelle le contara más. Por ello, le pedía a Marinette que hablara con ella y, quizá, también aconsejarle (mejor dicho, convencerla de hablar con sus padres). Genial, una misión…

Bueno, si era responsable de estas dos… Tal vez Alya tendría un mejor plan (?).

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— Mec, ¿qué te pasó allá?— Un Nino burlón preguntaba mientras su amigo caminaba sin mirar al

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus frente (como si siguiera una línea invisible). Una pregunta muy interesante, ¿por dónde debería empezar a explicar? ¿Cómo se supone que le dijera a esa niña que no era el novio de Marinette? ¿Cómo explicarle que no tenía intenciones de entablar una relación romántica con la panadera?, ¿cómo explicarle que no era porque Marinette no fuera bonita? (Porque seguro que la pequeña Manon le preguntaría si era por eso) ¿Cómo decirle que era porque ya estaba enamorado de… de alguien más? ¿Y cómo hacerlo con Nino, el amigo burlón en turno, ahí presente? ¿Y cómo hacerlo sin que comenzara con las preguntas insistentes sobre el quién, cómo y dónde? ¿Cómo explicarse sin revelar mucho sobre su papel como héroe de París? ¡¿Y cómo decir todo eso en frente de Marinette?! (¿Cómo decirlo sin que sus nervios vinieran a decir ‘bonjour*!’?) O, más importante, ¿cómo contestar sin decir algo que hiciera que Marinette lo odiara?

—Adrien... Adrien... ¿Hola? —susurró apresuradamente y “a gritos” alguien en medio de sus pensamientos— La Tierra a Adrien. Llamando al satélite Agreste… Adrien, rápido, antes de que sea tarde…

—¡Adri-pú!— el repentino choque de un algo contra sí y la sorpresiva presión de algo cerrándose alrededor

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus de su cuello logró llamar, finalmente, su atención. Ahora deseaba haberse quedado en el hospital.— ¿Por qué no viniste ayer? Me tenías preocupada.

—Ah… Hola Clo…

— ¿Que cómo estoy? Estoy muy bien, gracias. ¿Qué tal mi uniforme de policía? Me queda bien, ¿verdad? Espera, ya sé que piensas: eso era exactamente lo que ibas a decir. Debe ser impresionante que sepa lo que vas a decir antes de que lo digas, ¿no?— el modelo pidió auxilio a Nino con la mirada, el DJ sólo pudo encogerse de hombros en lo que pensaba en un plan de escape. — Lo cual solo comprueba que somos el uno para el otro.

— ¡Ay, no! ¡Clohé, a los chicos de las brochetas dulces se les rompió la fuente de chocolate!— exclamó el moreno en un intento desesperado por salvar a su amigo.

— ¡No en mi guardia! Sabrina, vamos. ¡Tendrémos brochetas de recompensa! Nos vemos Adri-chu...— se despidió, no sin antes intentar besar a Adrien (que respiró aliviado en cuanto los brazos de la rubia dejaron su cuello)

—Adrien, ya en serio— se quejó un exasperado Nino— ¿Cómo y porqué es que te hiciste amigo de Clohé?

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— ¿Has oído un refrán que dice: “buen amigo es el gato cuando no araña”?— El silencio de Nino fue suficiente para expresar su incredulidad.— ¿Qué? Tenía como seis años, era joven e inexperto, no sabía lo que hacía y Clohé era una niña muy agradable...

— ¡Por cierto Adri-bú!— llamó Clohé desde la distancia— ¡No se te olvide que el concurso de karaoke es esta tarde! —Y agregó un poco más demandante:—¡No faltes!

—… Claro, que antes no conocía a mucha gente…

Nino dejó al rubio en el lugar en el que habría de ser el desfile de modas. Su evento de sci-fi no estaría listo hasta medio día, aún había tiempo de terminar los simulacros de los modelos y dar los últimos toques a la decoración. Se había decidido (más bien, él había declarado y los demás aceptaron en forma unánime y sin protestas) que el interior luciría como un cielo estrellado y los lados del escenario debían arreglarse como nebulosas (lo cual les había costado mucho algodón, diamantina, pintura fluorescente, incontables cantidades de pegamento en aerosol y horas de desenredar series de luces navideñas). En el techo había estrellas fluorescentes pendiendo de hilos y otras dibujadas en su superficie; y el piso había sido

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus cubierto por una capa de material reflejante, dando la impresión de que uno flotaba en el espacio.

— ¡Quedó bastante bien!— elogió el Agreste.

—Tenías razón sobre los materiales. Por cierto, gracias por decirnos dónde comprarlos ¡Nuestro presupuesto está muy agradecido!—habló el encargado del dinero— ¡Nos sobró suficiente para comprar una pizza al rato!

—Pero aún nos faltan cosas. Esas estrellas aún no están colgadas, y las cortinas del escenario aún no están decoradas— aclaró una chica que usaba un traje plástico con tentáculos a modo de falda.

— No se preocupen, pienso compensarles mi ausencia con mucho trabajo—insistió Adrien.— De verdad, siento mucho no haber estado aquí para ayudar…

— Ok, pero no te mates en el intento. Todavía necesitamos que nos ayudes con esto de caminar y posar— dijo alguien más que llevaba algo parecido a un traje con muchos ojos.

— Sí… Hablando de eso… — comentó el rubio con mucha seriedad— no quiero ser el malo del cuento, pero les hace falta mucha práctica.

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— ¡Confiamos en usted, general!— Bromeó alguien más del grupo.

— Muy bien, empecemos con el ensayo y yo me encargaré de las estrellas...—los demás obedecieron y se formaron detrás de la cortina del escenario.

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Las horas pasaron y podría la alegría que irradiaba el festival era una dosis de energía y felicidad para todo ese lado de Paris. Hasta ahora, la celebración era todo un éxito.

—¡Acérquense, acérquense! ¡La primera canción es gratis!— Llamaba Nino por el micrófono— Recuerden también los concursos de música que hemos preparado para ustedes: el concurso de improvisación, mañana; el concurso de ensamble instrumental y el de la canción que son pasado mañana y, por supuesto, el concurso de canto que empezará dentro de poco. Esta es la segunda llamada. Segunda, segunda llamada. Y les recuerdo que aun tenemos vacantes , así que… ¡Anímense a participar…! Por favor…— añadió lo último entre dientes y lejos del micrófono para reanudar el sonido de la música de espera.

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— Listo, Nino,— Marinette vino con Manon y Estelle detrás de ella— una caja grande de panecillos de canela para el ganador y una caja pequeña para el organizador.

— Gracias, Marinette. Estas cosas de canela son justo lo que necesito para ahogar mis penas...— Se lamentó y comenzó a devorar el contenido del paquete pequeño.

— ¿Por qué necesitas ahogar las penas?— preguntó la ojo-azulada divertida.

— Una palabra, niña: Clohé— oyó la voz de una cierta reportera a pocos pasos de distancia con Estelle.— Espero que no te moleste, puse el letrero de: “regreso en 10 minutos”. —Marinette le aseguró que no había problema mientras que Nino se apresuraba a desaparecer los pequeños postres de canela, acto que llamó la atención de las niñas.

— ¡ESH EL ESHTRESH!— articuló con la boca llena— …el próximo año, recuerdenme no volver a decir qué haré para el festival antes de los preparativos.—Se desahogó apenas tragó el bocado que tenía.— Al ritmo que me está sacando canas verdes, terminaré siendo el gemelo perdido del Guasón.

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—Da gracias que sólo son canas verdes—se oyó una voz más, bastante conocida.

—¿Adrien?— Preguntó Alya que levantó la tela que cubría la mesa del DJ para encontrar (entre un par de mochilas y una maleta con cables y electrónicos varios desordenadamente acomodados) a un Adrien asustado y tembloroso como un conejo blanco.— ¿Qué haces allí abajo?

— ¡Shhhh! No le digan a Clohé que estoy aquí, por favor...— Rogó Adrien quien ya había tenido suficiente de Clohé luego de que le persiguiera después de la presentación de la pasarela. Lo había seguido detrás del escenario; había criticado la decoración en una forma muy grosera y, luego de que le dijo que él había elegido la apariencia y decorado del lugar, lo acosó sin parar tratando de “disculparse”. Dicho de otra forma: encontró la mejor excusa para intentar besarlo y ni siquiera la improvisada escapatoria al baño del sablista pudo ayudarlo a perderla ¿Acaso Clohé podía teletransportarse o algo así? Lo peor fue cuando le dió una “exclusiva” de lo que se oiría en el concurso...

—¡Nino!—La voz de Clohé alcanzó los oídos de los presentes como un látigo. El moreno escondió su caja de “cosas de canela” y Adrien volvió a esconderse bajo el mantel decorativo)—¿Qué crees que haces

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus platicando con la cruza Supertorpe* y la señorita “Blog-sesión”? ¡A trabajar, muévete! Mi concierto va a empezar tarde por tu culpa.— Nino suspiró con una expresión de hastío tal que tuvo que tomarse un momento para tomar aire (le sorprendió que, al exhalar, liberó sus dedos de una presión increíble, pues nunca se dió cuenta de cuándo había cerrado sus puños)

— ¿“Su” concierto?—Marinette cuestionó como quien ha oído algo ridículo.

—Nino, dile a la cámara: del uno al diez, ¿qué tanto te ha torturado “la princesita” con “su concierto”?

—Treinta. —Contestó con cansancio en su voz— Ahora, si me disculpan, debo dar la tercera llamada…

— ¡Espera Nino!— Exclamó Adrien— ¿Puedo robarte una de las cosas de canela? No he comido por estar evitando a Clohé

— Lo siento, mec. El estrés me hace pecar de mal- amigo.— Se disculpó encogiendo los hombros.— Aunque, estoy seguro de que Marinette te guardará unas cuantas. ¿O no, meuf?

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— Ah… s-si-sillón. Digo, yo-si. ¡Digo, sí! Sí, yo te las guardo.— Afirmó la chica tratando de contener su tartamudeo con una risilla nerviosa.

— Por cierto, Marinette. — El rubio llamó a la pelinegra asomando la cabeza un poco—Se me había olvidado preguntarte, ¿por qué todos les dicen “las cosas de canela”? — La ojoazulada apartó sus ojos de la cabeza que asomaba debajo de la mesa y se concentró en sus propios pies en un intento de contestar de manera fluida, elocuente y educada.

—Ehm… es que, cuando las inventé, no les puse nombre. No se me ocurrió algo bueno en aquél momento y...— dudó por unos momentos si continuar o no, pero lo hizo, en un murmullo tan bajo que casi asemejaba a un susurro—...y decidí que hasta que se me ocurriera un buen nombre, las seguiría haciendo sólo una vez al año.

— Oh… Si así son las cosas con unos panes, no quiero imaginar cuando tengas hijos. —Opinó risueño. La cabeza de Adrien desapareció debajo de la tela nuevamente y la respiración de una Marinette hiperventilándose fué sofocada por el sonido de Nino que volvió a llamar por el micrófono anunciando el inicio del concurso. La gente comenzó a girar sus

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus cabezas en torno al descanso de la escalera, curiosos de lo que sucedería a continuación.

— ¡Y ahora, presentando a nuestra concursante…!— Nino pausó un momento ¿qué se supone que dijera? ¿Que era la primera participante? ¿Que era la participante número uno? Ambas cosas serían un engaño— ...eh… Nuestra…. ¡Nuestra concursante, Clohé Bourgeois! —y añadió entre dientes y con poco entusiasmo— Un aplauso, por favor.

Clohé vino casi corriendo desde un lugar en el otro extremo del pasillo, soplando besos a la multitud y guiñando a todos los que podía. Sabrina, por su parte, venía detrás de ella con un peludo maletin rosa con rayas de tigre. En el momento en que pasó junto a Alya y Marinette para llegar al DJ, se hizo evidente la capa extra de rubor, sombras y brillos que había añadido a su, ya de por sí, pesado maquillaje diario. Nino iba a ofrecerle el micrófono inalámbrico que estaba usando, pero Clohé le empujó lejos de sí mientras que Sabrina sacaba un micrófono rosado con estrellas y brillos decorandolo (y, al parecer, aquél maletín era un equipo de sonido portátil)

— Apuesto cien euros a que hará playback...— Murmuró Alya a su amiga.

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Clohé tomó el micrófono en una mano e hizo una pose que recordaría mucho a la primera serie de “Power Rangers” y luego comenzó la música. De inmediato dejó la pose para comenzar a bailar al ritmo de los acordes introductorios; pero, sus movimientos parecían ser completamente improvisados y, de haber sido una coreografía realmente, había sido muy mal planeada, pues nada seguía el tiempo de la melodía.

—Algo me pasa no consigo dormir. / Tomo tu foto y me tiro al sofá. / Voy a romperla, el aire se me va. / Frente a su casa tú le hablabas, ¡te vi…! — el público perdió interés luego de los primeros versos, especialmente por el débil funcionamiento del equipo de sonido portátil. —¡…Besos de ceniza*…!— la voz cantante intentó utilizar un falsete que terminó oyéndose como algo similar a una cabra balando— …alma quebradiza, / ojos de inocente, / corazón que miente. / Como los bandidos te deslizas…—cambió el tono de la voz de Clohé, parecía que le estaba doliendo la garganta— …Besos de ceniza, alma quebradiza, /ojos de inocente / corazón que miente. / Todo de repente se hace trizas.—El micrófono, entonces, comenzó a retroalimentar el sonido y silbido que emitieron las bocinas obligó a todos los presentes a dirigir su atención a la hija del alcalde de nuevo con una visible expresión de sufrimiento y desagrado—

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…Besos de ceniza. / Fueron promesas cuentos de cristal. / Frágil tu modo de amarrarte de mi. / Lo he visto todo, no me puedes mentir… —La rubia terminó su canción y (como, seguramente, había visto la petimetra hacer a cantantes famosas en internet) dejó caer el micrófono rosa al suelo y caminó lejos del escenario— ¡Merci beaucoup, Paris!

— Sí, sí, Clohé. Gracias a ti también; pero la próxima vez que quieras usar tu micrófono personal, espera a que lo instale adecuadamente… —habló Nino con la multitud que, sospechaba, quería demandar a Clohé por daños y perjuicios a su integridad física. — Y… a continuación… Ehm… ¡Música ambiental!— el moreno tomó el micrófono rosa caído y se dirigió a conectarlo adecuadamente (dos micrófonos eran mejor que uno).

—Retiro . Eso fue horrible.— Alya, Marinette y las niñas habían aplastado sus manos contra sus orejas en un intento de proteger su sentido del oído.—Ahora, mis tímpanos son de ceniza.

—Aun así, ganó el concurso.

—Pero, ella canta muy mal—le llamó la atención Manon—¿Por qué ganó ella?

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—Ella fue la única que se presentó— Nino se encogió de hombros.

—¿Qué? Eso no puede ser— protestó Alya.

— No me digas que Clohé los espantó a todos — Marinette adivinó. La soez chica mala se había encargado, personalmente, de evitar que cualquiera se acercara a la lista de participantes y Sabrina, de sabotear a cualquiera que mostrara interés (por ejemplo, Aurore que había mencionado a alguien la posibilidad de participar y terminó con una cubeta de pintura cayéndole encima o Mireille que, seguramente, seguía encerrada en el cuarto de las escobas)— Aguarda, tengo una idea. Dame el micrófono.—Nino le pasó el micrófono extra y la pelinegra se dirigió al público—Bueno, parece que nuestros participantes fueron pocos y… No se presentaron. Así que… ¿Alguien del público quisiera participar? ¿Hay algún concursante de última hora? ¿Algún espontáneo? ¡Vamos, anímense!— Mientras la ojoazulada intentaba que la gente le hiciera caso, Manon tomó la mano de su prima y se acercó a dar un tirón de la chaqueta de la diseñadora.

—Marinette, Estelle sabe cantar, ¿ella puede participar?— preguntó la niña. Marinette miró a la susodicha que venía detrás de Manon. Estelle parecía

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus feliz por la oportunidad; aunque con un velo de duda y algo de timidez mezclados en su rostro. Quizá así podría animarla a hablarle de sus problemas en la escuela.

—Solo si ella quiere— respondió la panadera y miró a Estelle a los ojos— ¿Quieres, Estelle?

—Sí, eh, ¿pu-puedo?

—Claro que sí.

—¡Claro que no!—vino la voz de Clohé— este concurso ya se terminó, sólo yo puedo ganarlo. No necesito más competencia cuando es obvio que soy la única estrella que la gente necesita. —Entonces, la chica pesada bajó la mirada para apreciar a la concursante in promptu — ¿Y quién se supone que va a competir contra mí? ¿Ella? Esta mocosa no podría cantar ni en un concierto de ratones. ¿Acaso ha recibido clases? ¿Se ha presentado en algún teatro, eh?— con cada pregunta, la hija del alcalde se acercó amenazadoramente a la aterrada niña uniformada.

—Y-yo… Yo… — la estudiante tartamudeó, el acto de intimidación de Clohé había funcionado.

—¿Tú qué? ¿Para qué cantar si ni siquiera sabes hablar? ¡Mejor regresa al rincón del que saliste, ratón!

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—¡Clohé!— Marinette intervino un segundo muy tarde (porque Alya la estaba reteniendo para no golpear a la niña rica). La pre-adolescente sucumbió a las ofensas de la mimada diva. Sintió sus ojos arder y, en su mente, todos los ojos de los presentes la veían en forma hostil. Dió media vuelta y salió corriendo hasta perderse entre la gente mientras el llamado de su prima se perdía entre el ruido y la cruel risa de Clohé.

— ¡Esa Clohé!— chilló indignada la pequeña — ¡No soy un ratón! Ella ni siquiera sabe cantar, es una... ¡Es una...! — mientras sus lágrimas nublaban su vista y apoyaba su espalda en la pared para dejarse deslizar hasta terminar sentada en el suelo, una mariposa de siniestra procedencia encontró su camino hacia ella y se posó sobre el micrófono de estrellas que aún llevaba en la mano.

— Diva Estrella— habló la voz macabra— yo soy Hawk Moth. Siempre te han hecho lo mismo ¿verdad? Debe ser duro hacer que te escuchen siendo tan pequeña. Te ignoran como un simple ruido en el fondo; pero no te preocupes, yo te ayudaré a hacer que aquellos oídos sordos que se atrevieron a callar tu voz retracten sus palabras. Sólo te pediré un par de minúsculos favores a cambio...

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— Será una función que nunca olvidarán ¡Trato hecho…!

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—¡Estelle!— Manon llamó y, al no recibir respuesta, se dió media vuelta y decidió impartir justicia ella sola— ¡Oye, tú! ¡Sí, tú! ¡La que canta como vaca! ¡Hiciste llorar a mi prima!— reclamó la niña con furia y los puños apretados.

— ¡No me hables así, enana-! ¡Auch!— Clohé fue callada por una patada en la espinilla de parte de la morenita de las coletas.

—Nadie hace llorar a mi prima ¡Discúlpate ahora! ¡O le diré al unicornio mágico que te patee el trasero!— declaró la menor de las dos antes de lanzarse a morder la pierna de la chica soez.

—¡Ah! —Gritó de dolor— ¡Suéltame, alimaña! ¡Marinette, controla a este animal!— Aunque a Marinette le habría encantado inventarse alguna excusa para no apartar a Manon de Clohé, la diseñadora estaba más preocupada por la otra niña que era su responsabilidad.

— “Esto no puede ponerse peor…”— pensó para sí.— “Claro que lo peor que podría pasar sería que…”

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— ¡Ahora, todos escuchen a Diva Estrella!—Una voz aguda vociferó en aquél recinto. El efecto había sido inmediato. En cuanto la niña de las trenzas desapareció de su vista, cerró el pacto, su uniforme de primaria fue reemplazado por un futurista traje blanco y rosa ceñido al cuerpo con varias estrellas decorando su figura, mientras que su cabello trenzado se tiñó de ambos colores y pareció enredarse alrededor de su cabeza como una corona.

Sip. Clohé lo había hecho otra vez. Y ahora corría por su vida, abriéndose paso a empujones.

— “Tenía que abrir mi bocota ¿Por qué no dije: ‘Lo peor sería que Adrien me declare su amor en éste momento’?”— Se auto regañó mentalmente. — Alya, cuida a Manon. Voy a ver dónde está Estelle —se excusó la panadera para encontrar un lugar donde transformarse.

El lugar estaba en caos y el único lugar que se le ocurría para esconderse era la biblioteca. Abrió la puerta y (luego de verificar con la mirada que los bibliotecarios no estuvieran cerca) dio la orden a Tikki y la prodigiosa Ladybug salió a salvar el día. Paralelamente, un cierto rubio escondido bajo la mesa había esperado el momento en que todos se alejaran para usar el mismo lugar para transformarse y había

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus dejado su escondite en el mismo momento en que la heroína había salido.

— ¡Adrien! ¡Ah…! ¿Q-qué estás haciendo aquí? ¡Es peligroso! — Le regañó la chica de cabello como la noche. El rubio no pudo evitar perderse por un momento mirando los ojos azules frente a él, era como si pudiera ver las profundidades del universo a través de ellos.

— L-Ladybug… Yo…— Un par de explosiones les sacaron a ambos del trance.

— Cuando Diva Estrella quiere cantar, todos cantan con ella— La villana en turno declaró y vocalizó un juego de notas agudas en su micrófono que brilló y lanzó a su alrededor rosadas estrellas que, al golpear a los pocos peatones aún en la escena, hicieron que todos comenzaran a cantar al mismo tiempo que hablaban (como Kim, que corría mientras entonaba un muy desafinado “Cha-la-head-cha-la*” o Nathaniel, quien entonaba entre bocanadas de aire un: “tengo que ser siempre el mejor*...” mientras llamaba a las puertas de los salones cerrados buscando refugio, Rose le pisaba los talones a Juleka con una letra que decía: “El mundo hay que cambiar para ir a un futuro ideal…*”; y Alya, que había vuelto sólo para subir un video al Ladyblog, terminó

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus interpretando “Je ne regrette rien*” entre su narración de la acción).

— ¡Rápido! ¡Por aquí! — Ladybug tomó a Adrien del brazo mientras usaba su yoyo para bloquear los ataques de las estrellas rosadas.

Una nueva ola de estrellas apareció y Ladybug tuvo que detener su retirada para poder evitar que estas llegasen hasta Adrien. El de ojos verdes sabía que debía ayudar a Ladybug pronto; pero, ¿cómo podría alejarse de Ladybug lo suficiente para ayudarla? (¡Inoportuna suerte la suya, siempre que quería estar cerca del amor de su vida no podía y cuando, finalmente, estaba con ella, no era buen momento). Tal vez podría distraerla de algún modo. Como una señal del cielo, sus ojos encontraron la puerta del salón de la pasarela.

— ¡Por aquí! — Esta vez fue Adrien quien la tomó y salieron corriendo en dirección al salón (mientras la niña akumatizada se distraía añadiendo gente a “su show”) esperando que la noble y heroica Ladybug le ordenara quedarse ahí dentro mientras ella iba a salvar el día.

El espectáculo sci-fi había sido a mediodía, así que ya no quedaba nadie de la pasarela ahí dentro, salvo por

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus el rubio (quien, por cierto, se había ofrecido a retocarlo todo él solo durante los días consecutivos). Las luces, en su mayoría, estaban apagadas, pero no estaban en total obscuridad, las estrellas y decoraciones, proporcionaban cierta ayuda al caminar por aquél recinto. Hasta ahora, todo iba bien, y el plan del chico habría funcionado sin problemas de no haber estado en el camino del rubio unas latas de pintura fluorescente y otros materiales y, también, de no haber caído llevando a Ladybug consigo. Genial, ¿qué más podía salir mal?

— ¿Estás bien? — el modelo oyó a la chica preguntar.

El muchacho abrió los ojos luego del abrupto contacto con el suelo y, cuando giró su cabeza para preguntar a la heroína por su estado físico, sintió el roce de algo suave contra parte de su mejilla y labios. Era suave y sutil, como el toque de los pétalos de una rosa. Ladybug notó la misma sensación que el verdeceledonóculo, quien, al prestar más atención, notó que su socia había caído parcialmente sobre él y, por ello, habían terminado casi besándose (si se le puede llamar “casi” a estar a medio milímetro de distancia del otro).

—L-lo, lo siento, Ladybug, yo... no era mi intención— intentó disculparse el rubio.

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La mente de la chica rojinegra aceleró al tiempo que se puso de pié ¿Qué acababa de pasar? ¡¿Realmente había besado a Adrien?! (Bueno, el “casi” contacto había sido mayormente con la piel de su mejilla, pero...) Oh, no. No era el momento de entregarse a la fantasía ni a divagar admirando lo perfecta que era la atmósfera de todo ese ensamble circunstancial (bueno, perfecto, salvo por el akuma pendiente). Se pateó mentalmente a sí misma y le tendió la mano al confundido, preocupado (y perfecto) Adrien para ayudarle a ponerse en pie nuevamente, pero la pintura demostró ser un digno adversario para el equilibrio del rubio, haciéndolo resbalar para caer indignamente de sentón enfrente de su amada y acabar, prácticamente, acostado sobre un charco de pintura fluorescente y diamantina (obviamente, la suerte de la heroica catarina ayudó a que ésta no tocara nada de la pintura).

Ésta escena, definitivamente, sería colocada en un lugar de honor entre sus pensamientos (como un cuadro que uno querría que todo el mundo viera al entrar en la sala de su casa). La pelinegra no quería apartar la mirada de él mientras que el pobre intentaba ocultar su rostro avergonzado con sus manos. Se veía tan adorable en ese momento ¿Quién diría que su amor platónico podría ser tan torpe como

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus ella y no perder el estilo? (Tal vez Alya). Su mirada recorrió cada detalle de aquello; desde las luminiscentes manchas amarillo, naranja y verde invadiendo las ropas de Adrien hasta los accidentales trazos y brillo en su cara que se intensificaban en el medio de su frente.

— ¿Ladybug? — Llamó el rubio en cuanto sintió la intensa mirada azul sobre él. — Eh-Uh… ¿Por qué me miras así?

— ¡Oh! — La chica rio algo nerviosa pero genuinamente divertida— Disculpa es que… pintura… tú… t-tu cara…

— Ah… eso..— el rubio miró sus manos, cubiertas de pintura fosforescente. — ¿Qué tan grave es? — Preguntó con un ligero rubor que, gracias al cielo, pasó desapercibido gracias a la poca luz de la carpa.

— Parece que tienes una galaxia en el cuerpo. — Ladybug le sonrió — Creo que veo la luna y las estrellas por tus hombros. — Bromeó mientras fingía examinarlo con una lupa. —Muy bonito, pero quizá quieras limpiarte antes de esconderte; en especial ese cúmulo de estrellas en medio de tus cejas, parece que caminan hacia la punta de tu nariz. Si Diva Estrella te

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus ve, no creo que piense que ver estrellas caminando en la obscuridad no sea sospechoso.

— Ah… claro yo… me... esconderé por aquí… — tal y como predijo, la chica suertuda le ordenó no salir de su escondite y regresó al exterior para pelear contra Diva Estrella.

— ¿“Ese cúmulo de estrellas en medio de tus cejas”?— Citó Plagg con una expresión de repulsión justo antes de salir del interior de las ropas de Adrien— ¿“la luna y las estrellas por tus hombros”? Quien se exprese en esa forma es, sin duda, tu media naranja… ¿Adrien?

— Ah...— el muchacho suspiró.— Ella es mi caballero en moteada armadura...—Adrien no pudo evitar sonreír como tonto y dejar que su mirada se perdiera en la dirección que la heroína de rojo y negro había tomado. Es decir, Ladybug acababa de… ¿acaso acababa de coquetear con él? Y, además, ¡se habían besado! (por accidente, pero no pareció molestarle a ella) ¡Oh! Podría pasar horas escribiendo versos sobre el deleite que era semi-besar a Ladybug. Ese beso se sintió como un manjar concebible sólo en el mundo de la mitología griega: ambrosía. Sí, seguro que la ambrosía era así de dulce, así de suave, así de fragante y… con el mismo curioso toque de canela. No se lo

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus creía. Era como un sueño sacado de un anime. Debía ser un sueño, porque...

—“…bueno, la vida es sueño.”

Recordó haberle dicho esas palabras a su Lady antes de cerrar los ojos y entregarse a la somnolencia que le había atacado repentinamente, en esos instantes de armonía noches atrás. Mientras sus ojos perdían la batalla contra el sueño, las estrellas parecieron desvanecerse poco a poco y los sonidos nocturnos de Paris se volvieron más lejanos, incluso, en ese punto, su propia voz le pareció muy distante.

— “…y los sueños, sueños son”. — había escuchado decir a la voz que reconocía como la de Ladybug (¿Había leído a Calderón de la Barca?) y, también...

Esperen. Ese no era ni el momento ni el lugar para dejarse llevar por ensoñaciones ni para entregarse a la fantasía.

— ¡Iug! Eres la persona más cursi que he conocido...

—Luego hablamos de eso ¡Plagg, transforme moi*!

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Cuando Ladybug salió, Diva Estrella venía directo en su dirección. La nota aguda había cambiado de tono y

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus las estrellas de su micrófono se volvieron doradas, ahora éstas eran proyectiles que destrozaban todo aquello con lo que tuvieran contacto.

— ¡Mi Lady! — Chat Noir apareció de la nada y desvió un grupo de estrellas con su báculo antes de que se acercaran a la susodicha (quien notó un trozo de venda burdamente atado alrededor de su cabeza y ocultando lo que su máscara no cubría).

— ¡Al fin, micho! ¿Qué te tomó tanto tiempo...?— Interrogó la pelinegra, aún evadiendo las estrellas con su yoyo.

— No lo creerás, estaba cerca cuando apareció la señorita “cantante del terror”, pero había mucha gente alrededor y no pude venir hasta que logré alejarme de todos y encontré un salón vacío. Lo malo es que estaba obscuro y no sé quién haya sido el atolondrado que dejó unas cosas de decoración en el paso. Tengo tanta diamantina en la cabeza, que parece caspa de unicornio. Y sospecho que pareceré un felino radiactivo todo el mes.— Bromeó el rubio (tenía que justificar el porqué de sus nuevas rayas y manchas de colores cuando estuviera en un lugar poco iluminado; obstante, dió gracias a la pintura y diamantina que se le había pegado a la cara por desviar la atención de la

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus ojiazul lejos de su tremendo moretón cuando cayeron al suelo)

——¡Vaya, vaya! Me pareció ver un lindo gatito… — Diva Estrella vino directamente a ellos, flotando sobre una plataforma semi-transparente en forma de una estrella rosada. En su rostro se dibujaba una falsamente inocente sonrisa—¿Que no sabes que “gato con guantes no caza ratones”?

— “Gato con guantes no caza... pero amenaza”— replicó el morrongo fusco con un gesto bastante intimidatorio o, al menos, en su cabeza lo fué. Y mientras el felino distraía a la cantante, la heroína se apresuró a decir:

—¡Amuleto encantado!— Y, de las alturas, cayó una pieza de museo: un walkman con un casette de “Las frases favoritas de Ladybug” —¿Es enserio? ¿Qué se supone que debo hacer con ésto?— se preguntó.

— Hm, tienes estilo ¡Y siempre quise tener una mascota! — comentó la diva en un tono dulce e infantil.— Decidido, te adoptaré.— La villana habló nuevamente con su tono dulce.

— Lo siento, pero...— el de ojos verdeceledón se acercó a Ladybug y enganchó su brazo alrededor de los hombros de esta,—este micho ya tiene a su

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus bicho,—dijo y miró a Ladybug a los ojos y elevó sus cejas con una mirada de conquistador (o eso pretendía parecer) y una sonrisa coqueta. La de rosa y blanco se encogió de hombros y apretó los puños con indignación, resistiendo las ganas de hacer un berrinche.

— De todos modos, quien no cante con Diva Estrella, ¡calladito se ve más bonito! — gritó directamente en su micrófono y las estrellas se volvieron blancas. Ladybug fue la primera en reaccionar y empujó a su compañero de negro lejos del peligro.

—¡No es momento de soñar despierto, Chat Noir!

—Lo siento mi Lady, tienes razón, “gato dormilón no atrapa al ratón”, lo sé.— Ladybug saltó hacia atrás esperando poder alejarse de los proyectiles brillantes y tomó su yoyo mágico para protegerse, pero había sido un segundo demasiado tarde. Había logrado bloquear un par de estrellas cuando sintió cómo uno de los siniestros bólidos mágicos le daba en el medio del pecho. Eso no era bueno.

—¡Mi Lady!— Chat Noir se abrió paso hacia la chica de rojo haciendo girar su báculo con furia— ¿Estás bien, Ladybug?—Su voz se proyectó llena de gentileza y un grado de preocupación que se atizó cuando la

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus catarina usó sus manos para cubrirse el cuello y ningún sonido salió de ella. Ladybug, ahora, era muda— ¡Santo Gato Félix! ¡Mi Lady, te han convertido en “La Sirenita”!—Con un nada sutil golpecito con el dedo en la punta su nariz la heroína le dió a entender que no era momento para bromear (el michino sabía que eso era serio y no era adecuado jugar en ese momento, pero esa era la única forma en la que podría evitar entregarse al pánico y hacer algo estúpido)

— ¡Perfecto!—el contorno brillante de una mariposa se dibujó en el rostro de Diva Estrella— Sólo me falta tomar sus miraculous y podré dar a mis fans lo que quieren.

— ¡Claro que no! ¡Le devolverás la voz a mi Lady y nuestros miraculous se quedarán donde están, bruja del mar!— protestó el mizo y arremetió contra la chica. Ladybug, por el momento, miró a todos lados esperando encontrar la forma en la que el walkman pudiera funcionar.

— ¿Es que nunca te callas, gato callejero? Por si no sabías, es preferido que los mininos no conversen, a no ser que no te quieras divertir.— le llamó la atención la otra y, nuevamente, envió un enjambre de estrellas contra los héroes de París. En aquél momento los

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus sentidos de Ladybug parecieron agudizarse, estaba consciente de todo cuanto estaba a su alrededor y, de la misma forma en que un ajedrecista profesional puede predecir los siguientes diez movimientos de su oponente, las posibilidades de cualquier movimiento de los objetos a su alrededor se hicieron visibles y bastante obvias: el micrófono de Diva Estrella, el Walkman y la villana misma.

—¡Lo tengo! — Exclamó (aun extrañada de no producir ningún sonido). Antes de que las estrellas lograran tocar a cualquiera de los dos, la moteada jaló del cinturón a su compañero y subió a la planta alta ayudada del yoyo mágico.

— ¿Por qué hiciste eso mi Lady?—se quejó el micho. La ojo-azulada le mostró el walkman y señaló el micrófono— ¡Oh, ya entendí! ¡Así llevaremos al gato al agua!

—¡Exacto!— Afirmó la catarina (el audio de su voz solo presente en su mente), lo cual fue entendido por el otro héroe al ver la sonrisa de ésta.

— No sé de qué se queja tu felino malcriado, —llamó la villana en turno— creo que le hice a Ladybug un favor, además “distinguida tú serás si callada siempre estás”...

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Lo siguiente ocurrió muy rápido. Chat Noir se lanzó contra Diva Estrella y esta volvió a lanzar un ataque de estrellas enmudecedoras, por otro lado, Ladybug se deslizó silenciosamente a espaldas de la diva y presionó el botón de record; así, cuando la de rosa terminó de emitir su nota aguda, la pelinegra le dio play al walkman y sonó una grabación de la misma vocalización que había repetido tantas veces. Tanto el sonido como la activación de su micrófono tomaton a la akumatizada por sorpresa, por ello no pudo hacer nada cuando un grupo de estrellas blancas chocó con su propio rostro. El micrófono cayó de sus manos y se cubrió la boca con horror.

— “Sujeta bien tu lengua y triunfarás” ¡Cataclismo!— invocó el micho e hizo al objeto, donde la siniestra mariposa negra se alojaba, quebrarse en pedazos como si fuera de vidrio. Entonces, Ladybug tomó el walkman nuevamente y adelantó la cinta un poco, una vez más presionó el botón de play para lanzarlo al aire y oír la voz de la grabación decir: “Miraculous Ladybug!”. La ola de luminosas catarinas mágicas restauró todo cuanto había sido dañado y a todos cuantos habían recibido una estrella.

— No más maldades para tí, petit akuma. Je te libere du mal!—Como una coreografía perfecta, el insecto fue atrapado y, como una confirmación de que todo

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus había salido bien, la joven de motas negras liberó al lepidóptero blanco diciendo: —Bye-bye, petit papillon.

— ¿Uh, qué hago aquí?— Estelle se preguntó apenas volvió a ella la lucidez necesaria para reconocer el lugar. La niña miró a uno y otro lado del vacío claustro, sólo hallando dos figuras de rojo y negro cuyos puños hacían contacto en su especial y amistoso signo de victoria:

—Bien Joué!— Ladybug miró de reojo a Estelle y vino a su encuentro.

— Hola, tú debes ser Estelle ¿verdad?— La moteada se puso a la altura de la niña de trenzas.

— ¿Cómo sabes mi nombre, Ladybug?— la niña cuestionó con una mezcla de emoción y curiosidad.

—Digamos que soy amiga de tu niñera. No, espera, es la niñera de Manon, tú solo estás de visita, ¿no?— Ladybug se extrañó de verla algo abatida—¿Qué pasa?

— ¿Me convertí en una villana?— la pregunta vino con la amenaza de lágrimas a punto de ser derramadas por la más joven.

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—Digamos que sí— Intervino el morroño— …y, debo admitir, tenías casi tanto estilo y carisma como yo.

—¡Perdón! No era mi intención causar problemas. Es que… esa Clohé me recordó mucho a los niños de mi escuela.—Explicó aun queriendo llorar.—Ellos se burlan de mí porque… porque tengo pánico escénico y en clase de música, cuando voy a cantar, siempre tartamudeando y desafino. — Confesó apenas conteniendo sus lágrimas —La última vez desafiné en un Si sostenido… y dijeron que me oía como un ratón aplastado.

— Y déjame adivinar… Clohé te llamó ratón— declaró el de negro, genuina y verdaderamente exasperado por el comportamiento de la hija del alcalde. —“Nota mental: darle un castigo a Clohé”— Escribió en un gigantesco pizarrón de recordatorios dentro de su cabeza.

— Hm… tal vez deberías pedirle consejo a tus padres sobre esto o a tu niñera,—aconsejó la moteada,—ella lidia con Clohé todos los días, así que, comparados con esa niña mala, los niños de tu salón no serán nada.

— Eso no se me había ocurrido…— aceptó la niña uniformada y sonrió un poco.

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— Anda, ve. Seguro que te está buscando.— La menor se puso en pie y salió corriendo en busca de su prima y de Alya.—Bueno, eso salió bien ¿No crees, Chat Noir?— la respuesta inmediata del morroño fué un suspiro típico de un adolescente enamorado.

— ¡Oh, mi Lady! — Chat Noir vino a abrazar a Ladybug como quién no ha visto a una persona en meses. — ¡Por un momento pensé que no podría volver a escuchar tu melodiosa voz! —Confesó el micho restregando su mejilla contra el hombro de la Catarina.

— No es para tanto Chat Noir. Deberías aprender de la paz que se puede encontrar en el silencio. Además, algunas veces calladito, te ves más bonito ¿Sí sabes que gato maullador no es buen cazador?

—Sólo cuando estoy contigo, mi Lady…— El morrongo se detuvo en cuanto notó que estaban cerca de un puesto muy familiar— ¿Aguarda, hueles eso? —El gato señaló y se acercó ligero a la Boulangerie Bohême. — ¡Ah! ¿Serán estas las cosas de canela de las que he oído a todos hablar? — Ladybug no pudo evitar sonreír al ver la emoción en los ojos verdes del minino.

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— Ah, éste debe ser el puesto de mi amiga Marinette.— Comentó la heroína, muy segura de haber escuchado el estómago del felino gruñir por un buen rato.— Adelante, no le molestará si le digo que los tomé yo —La sonrisa de Chat Noir sólo se ensanchó más y el inocente brillo en sus ojos se volvió más intenso. Con un poco de inseguridad se acercó al puesto y tomó un panecillo de canela de detrás del mostrador (Ladybug le había dicho que no habría problema, pero no quería abusar). El pequeño manjar tenía una forma que parecía imitar la de una rosa, espolvoreado con un poco de canela en polvo sobre el ligero glaseado que cubría el centro. Con solo probar ese único pedazo de sabor canela su rostro pareció brillar como el sol y llevó sus manos a sus mejillas.

—Hm… ¡Mi Lady, debes probar esto! ¡Es delicioso! — Exclamó mientras su mirada se perdía en el horizonte y comenzaba a recitar su descripción como un soliloquio. — Hm… La textura de un rollo de canela. Altamente suave; un centro de azúcar, mantequilla y canela netamente dulce y sin empalagar… Tan delicado y a la vez tan intenso… Tan pequeño que tus labios lo tocan un instante y para la lengua es una eternidad… ¡Quien fuera poeta para describirlo! Es el sinónimo perfecto de “efímero”. Es poesía vuelta comida… es la combinación perfecta de signo y

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus significado. Creo que ya no sé de qué hablo. Es adictivo, es obsesivo, la perfección es relativa pero esto es lo más cercano a la perfección absoluta… Esto es como un amor a primera vista y probarlo por primera vez… Esto es inolvidable como un primer amor ¡No! Un primer beso. Y, casualmente, tienen el mismo tamaño que un beso de nuez… ¡Deberían llamarse: “besos de canela”!

— ¿Es en serio? — Ladybug alzó las cejas, bastante impresionada con la elocuencia de su compañero y, particularmente, impresionada con su elección de palabras. —Tu primer beso debió ser inolvidable. — Concluyó sin pensarlo dos veces.

— Y todos lo han sido, mi Lady. Lo malo es que, casi siempre, terminan cuando me despierto o me caigo de la cama… o ambos ¿Y qué hay de ti Lady-belle*? — el morrongo preguntó en su tono usual de coqueteo.

— ¿Cómo de que “casi siempre”, michino? — Ladybug, en cambio, contestó en un tono acusador pero juguetón. El mizo se encogió de hombros y titubeó un poco antes de responder finalmente (y no del todo seguro de sí mismo o de querer hacerlo):

— E-es que…— dijo buscando con la mirada cualquier cosa menos el rostro de la oji azul —… digamos, mi

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Lady, que hay un par que no estoy seguro si los estaba soñando dormido o soñando despierto y…Uh… ¡Mi miraculous! ¡Nos vemos mi Lady! — La franco-china no lo cuestionó (realmente le quedaban dos garras en su anillo), le miró hacer fu (como el gato que era, valga la redundancia) y saltar al techo del edificio, paro cuando se dispuso a ir a un sitio para volver a su identidad secreta, se tomó un momento para preguntarse:

— ¿Cómo supo que aún no tienen nombre?

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Poco a poco la gente volvió y Marinette se reunió con Manon y Alya para darle unos cuantos consejos a Estelle. Luego de unos minutos de conversar, la diseñadora acompañó a la de trenzas a donde Nino se encontraba. Por supuesto, la ojo-azulada no pudo llegar más allá de las bocinas sin accidentes en cuanto vio al rubio de ensueño platicando con el DJ (que, como todo buen amigo, lo estaba molestando por su apariencia tan... colorida y brillante).

—¿Dos caídas en la misma semana? ¿Tu padre despidió a tu ángel de la guarda o qué?—Y, jugando, le dio un ligero golpe en el brazo al modelo que rio con un cierto deje de timidez antes de cambiar de tema.

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—Ey, Nino, ¿crees que pueda cantar?

— ¡Claro, mec! —respondió el moreno con entusiasmo— El equipo está intacto, sólo debo encenderlo ¿Qué canción quieres? — El rubio le susurró algo al oído y luego el moreno lo miró con reproche— Tú quieres que me manden a la guillotina, ¿verdad? ¡Mal amigo, pensé que me querías! Y no, no hay forma de que me convenzas. Preferiría volver a ser akumatizado antes que te deje cantar eso. — Adrien se giró ligeramente hasta casi darle la espalda al DJ.

— ¡Aw, qué lástima! — fingió derrota el de iris verdeceledón—… Y es la favorita de Clohé...— el tono sarcástico de Adrien y su gesto de niño travieso le dió a entender a Nino todo lo que necesitaba para dejar al modelo interpretar la canción, porque el moreno respondió casi de inmediato:

— ¿La quieres en italiano, español, inglés, francés, turco o coreano? — el modelo habría reído triunfal, pero no iba a dejar que nadie viera su sonrisa traviesa de gato de Cheshire.

— En francés será suficiente, gracias— respondió con una risita, divertido por el súbito entusiasmo de Nino (¿Quién habría pensado que una canción tan

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus detestada por el DJ mísmo lo pondría de tan buen humor?). Y, hablando de akumatizados, vió a Marinette y la niña que había sido akumatizada acercarse a Nino. De repente una idea floreció en su mente. Podría matar dos pájaros de un tiro: castigando a Clohé y ayudando a Estelle a sentirse mejor. Perfecto. — Hola, Marinette.

—Ah… a-ha-ho hol-Adrien— Ahora fue turno de Marinette para hablar y el de Estelle para decir por lo bajo con una sonrisita:

— Tu novio es muy guapo—y hacer sonrojar más a Marinette (y a Adrien).

—¡No! Digo, no me molestaría, pero… ¡Es decir! No lo somos, p-pero…—la pelinegra cortó su balbuceo al recordar en presencia de quién estaba.— Ehm… venía a ver a Nino. Es que... Estelle se quedó con las ganas de cantar… y, ah...— El rubio sonrió un poco, no sin algo de timidez propia (a veces Marinette le recordaba a un personaje de anime ¡Qué linda! Y era tan tierna cuando comenzaba a tartamudear. Aunque, debía admitir, no sabía muy bien el por qué tenía ese extraño trastorno del habla cada vez que hablaba con él ¿Quizá era algún remanente de lo que pasó en su primer encuentro? Él mismo tenía miedo de hacer algo que la hiciera odiarlo por el resto de la eternidad,

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¿sería que ella se sentía igual?). — B-bueno, creo qu- que, esperar un turno n-n-no… no va a causar daño.

— Tengo una idea. — Contestó finalmente el modelo para luego dirigirse a la niña castaña.—Estelle, ¿cantarías conmigo?

— ¿Y-yo?— La niña cuestionó con una combinación de sorpresa y entusiasmo.

— Sí. Verás, no soy muy bueno y digamos que, de ve vez en cuando, me oigo como una rana con sinusitis — la niña de primaria se rio con la comparación —¿Me ayudarías a disimular mis alaridos de gato atropellado en el escenario?

—¡Claro!

Marinette vio como ambos subieron al escenario y tomaron cada uno un micrófono de manos de Nino. El proyector estaba encendido y las letras de la canción aparecieron en la pantalla de proyecciones (que era un lienzo en soporte reciclado de un taller de pintura y un caballete). Adrién y Estelle parecían estar en el mismo nivel de entusiasmo y alegría (la franco-china no pudo evitar preguntarse si al modelo le habría gustado tener hermanos o hermanas). Le pareció que, en esos momentos, estaba conociendo una más de las muchas formas de sonreír de Adrien.

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— À la radio il y‘a un poussin, à la radio il y’a un poussin...— Comenzaron la canción intercalándose los versos. Marinette reconoció la letra y tonada de la famosa canción (una nota mental más sobre Adrien, que se no se encontraría nunca en ninguna revista, fue hecha por la joven diseñadora)

— Et le poussin Piou, et le poussin Piou, et le poussin Piou, et le poussin Piou, et le poussin Piou ¡Et le poussin Piou!

— Nino, ¿me traicionan mis oídos?—articuló apenas salió de su estupor— Creí que, luego de la boda de tu prima, no querías volver a oír Le poussin Piou nunca más.

Nino eligió guardar silencio por un segundo en el que experimentó un extraño caso de analepsis en la vida real: vió a su yo de un año en el pasado, vestido con un smoking y queriendo ir a golpear al DJ que habían contratado para la boda por poner dicha canción en modo de repetición cada vez que iba a raptar pedazos del pastel. Respiró hondo y evocó la maravillosa información que Adrien le había dado para sonreír como si estuviera en un concierto de Daft Punk*.

—Á la radio il y'a un coq, á la radio il y'a un coq, et le coq corico et le poullet cot-cot et poussin piou...

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— Sí, bueno, creo que “Don Carita-de-actor” se la quiso dedicar a Clohé. Dice que: “es su favorita”— contestó el moreno haciendo comillas con los dedos en la última parte y guiñandole el ojo. La panadera no pudo evitar alarmarse un poco antes de procesar por completo la información, pero todo fue aclarado cuando:

—¡Callen eso!— refunfuñó Clohé a sus espaldas sin siquiera ver quien estaba al micrófono — ¡¿Por qué tienen que torturarme a donde quiera que voy?! ¡Mis pobres oídos! ¡Sabrina! ¡Hazlo parar!

— A la radio il y’a un chat. A la radio il y’a un chat et le chat miaou...

— ¡Sí, Clohé!— Prácticamente de la nada, la pelirroja tomó unos tapones de oídos y los presionó a cada lado de la cabeza de la rubia.

—¡Lo sigo escuchando! ¡¿Por qué el mundo es tan malo con la gente buena?! — Se volvió a quejar Clohé en una de sus típicas rabietas. Obviamente, todos los que le vieron tuvieron que esforzarse por no reír a expensas de ella (a pesar de sentir Schadenfreude*).

—À la radio il y’a un chevre…

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CAPÍTULO 3: “DOS GENTES QUE NO SE DICEN NADA”

— Mec, de haberme dicho antes la tendría en el teléfono…¡No! Tendría una alarma que sonara cada 10 minutos.— Nino bromeó mientras recibía a su mejor amigo con los brazos abiertos.

— No seas cruel. Solo úsalo para las llamadas.— Fingió regañarlo el rubio, que también pensaba en lo divertido que sería.

— Ok. Voy cambiar mi tono en cuanto llegue a casa, pero no prometo nada.— Un emocionado Nino declaró entre risas. Estelle, por su lado, corrió a abrazar a Marinette y a intercambiar palabras de entusiasmo con Manon.

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— ¡Ey!— la blogger y la panadera se acercaron — Modelo, esgrimista y, ahora, ¿cantante? ¿Qué sigue, señor supermodelo? ¿También eres actor, piloto de F1, futbolista…?— le susodicho se rio.

— No exactamente, tomé lecciones de canto hace años y...

— Y sólo mi Adri-bú podría hacer que ese horroroso ruido se oyera como un canto celestial— Clohé apareció de la nada para colgarse del cuello del rubio. Los otros tres los miraron preguntándose qué hacer para deshacerse de ella (no sabían si necesitaban un escudo, un repelente o un cazador de demonios).

— Clohé...—el de ojos verdeceledón iba a inventar una excusa para alejar a la niña mimada, pero alguien se le adelantó.

— Pues, si lo sigues abrazando así, se unirá a un auténtico coro celestial.— Alya comentó.

— No seas ridícula. Para mi Adri-kins soy como el aire.— Contestó petulante— ¿O no, mi Adri-chú? Vas a cantar un dueto romantico conmigo, ¿verdad que sí?—Con sólo oír tan terrorífica proposición se les escaparon algunos comentarios que (hay que admitirlo, aunque dichos en voz baja y al unísono,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus habría sido mejor que se hubieran quedado sin ser emitidos)

—No, por favor...

— El cielo nos ampare…

— Suerte la mía…

—¿Qué? ¿Tienen algún problema?— Clohé interrogó con su típica actitud altanera.

— Sólo con tu falta de técnica vocal—musitó Marinette entre dientes, a lo que Nino y Alya asintieron; sin embargo, Clohé también oyó el comentario.

— ¡Hm! Es simplemente lógico y normal que talentos naturales como mi Adri-lindo y yo unamos nuestras bellas voces en perfecta armonía.— declaró la rubia, intentando nuevamente acercar sus labios al rostro del verdeceledonóculo (que gritaba internamente por auxilio).— Tú sólo estás celosa.

— Y tú ni siquiera conoces lo que es la afinación — Replicó una Marinette exasperada (con la actitud de la rubia y con su firme agarre en las cervicales del modelo).

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—Bien dicen que “perro y gato no caben en un saco”— Adrien murmuró en un volúmen que sólo su mejor amigo pudiera oír.

— ¡¿Ah, sí?! ¡Como si tú pudieras hacerlo mejor!—La rubia, entonces, soltó tan bruscamente al joven sablista, para tomar una postura más intimidatoria, que éste último casi cayó al suelo— ¡Oh, claro! Se me olvidaba, eres toda palabras y nada de acciones ¡Sabes que no puedes hacerlo! Apuesto que por eso no te inscribiste al concurso de canto. Soy mejor que tú y lo sabes, siempre lo has sabido y tienes miedo ¡Vaya paladín del pueblo que eres, Marinette Dupain- Cheng!

— No, Chloé, no es por eso…— Replicó una diseñadora que temblaba de ira, tratando de sofocar las ganas que tenía de hacer callar a Clohé por la fuerza.

— ¿Entonces, Supertorpe? —Y añadió despectiva— Seguro que es por tu superpoder: ¡Super torpeza extrema! Y lo peor es que eres demasiado terca para admitir que no puedes hacer nada bien. ¿Es que tus padres no sabían que al cruzar un burro y un caballo se obtiene una mula, mala cruza?

— ¡En primer lugar, no metas a mis padres en ésto! Y en segundo… en segundo… N-no participé porque no

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus tengo intención de entrar en una competencia en la que tú estés… además… además… yo… yo… ¡Yo participaré en el concurso de la canción!— Declaró la franco-china.

— ¡Já! Ya veo, quieres ser épicamente humillada. Entiende, no todos somos ganadores en la vida— comentó como si realmente estuviera dando una plática motivacional.

— Bueno, tal vez no gane; pero, al menos, a mí me recordarán como una concursante decente, no como a otras.

— ¡Ah!— Clohé ahogó un grito de indignación.— ¡Pues, bien! Ya veremos si eres tan buena ¡Vámonos Sabrina! No es de niñas bien juntarse con gentuza. — Finalizó barriendo a Marinette con la mirada.

— ¡Pero si me las va a pagar!—la panadera gruñó con un enojo que fue contenido cuando Alya colocó sus manos en su espalda y la empujó ligeramente, motivándola a avanzar (pues, francamente, la de ojos celestes había dejado de escuchar lo que ocurría en el exterior porque estaba muy ocupada insultando internamente a la hija del alcalde y, por repetida ocasión desde que la conoció, se preguntó qué tan

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus buena idea sería invertir en un curso en línea de vudú).

— Ya, ya, primero regresemos a la Boulangerie Bohême para que te pongas a practicar lo más pronto posible.— Ya había dado un par de pasos la pelinegra cuando la morena giró la cabeza para decir: —Nos vemos después, niños.

— ¡Nos vemos! ¡Al rato iré por más rollitos de canela!

— ¡Y no dejes que Clohé te desanime, Marinette! — ambas chicas detuvieron sus pasos para mirar al rubio — ¡Sé que tú puedes!— La panadera reanudó su andar con una leve sonrisita y un ligero rubor rosado.

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— OK… Solo tengo que escribir una canción y crear la melodía hoy para practicar todo el día de mañana… y el concurso es pasado mañana… Sencillo.— Se repitió Marinette por milésima (o, quizá, millonésima) ocasión desde que regresó a casa. Ya era medianoche y su libreta de ideas estaba llena de garabatos y dibujos sin sentido bajo el título: Canción para el concurso.

Aún con el pasar de las horas, las mismas cuitas habían seguido bloqueando su creatividad.

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—¡Ahugh…! Tikki, ¿en qué estaba pensando?— Se lamentó y ocultó su rostro afligido en el chal.

— Fué una decisión abrupta, pero no te culpo.— Replicó la kwami— Además, no tienes nada de qué preocuparte, yo sé que lo lograrás y, como dijiste, al menos te recordarán como una buena cantante.

Enormes nubarrones oscuros habían invadido la bóveda celeste parisina desde el atardecer. Era demasiado pronto para esperar lluvia, así que no era extraño hallar a la chica ojo-azulada intentando disfrutar del templado clima en su terraza. Mientras el nebuloso velo de apariencia tormentosa ocultaba el arrebol característico del ocaso, la joven se estremecía bajo el abrigo de un confortable chal de estambre rosado; no por el frescor del aire de inicios de primavera, sino por las inquietudes que le acechaban desde su discusión con la hija del alcalde. Aunque la kwami catarina citó las palabras que la franco-china misma había dicho a Clohé, no sirvió de mucho para subir su ánimo ni detener la ansiedad ni la incertidumbre que se apilaban en ella a cada momento. Prefirió seguir procrastinando con los mísmos pequeños rayones en su cuaderno (afinándolos y considerando diseñarlos como era debido en un rato más) ¿Cómo fue que el día en que había besado a Adrien terminó así? ¡Ni siquiera podía

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus celebrar ni fantasear a gusto! Suspiró y miró al aún nublado cielo nocturno, rogando por una señal: si había esperanza, llovería; si estaba perdiendo su tiempo, el cielo se despejaría y si le aguardaba un desastre, caerían truenos.

Aunque recibió la señal en la forma de un sonido, no fue el augurio de catástrofe que ella misma había profetizado, sino otro tipo de cataclismo.

—Cuando la luna se pone regrandota / como una pelotota y alumbra el callejón...— una leve voz se oyó en la distancia ¿Quizá alguien cantando en la calle?— ...se oye el maullido de un Triste gato viudo* / y su lomo peludo se eriza con horror,— entonaba la persona su copla, a todo pulmón.

—Pero no falta quien mande un zapatazo / que salga hecho balazo a quitarle lo chillón.— La diseñadora dejó su asiento y se acercó a la balaustrada de su terraza para buscar al misterioso peatón de agridulce canción (y cuyo volumen se oía más y más alto, como si estuviera acercándose). A juzgar por el sonido, el transeúnte debería estar en algún punto de la calle frente a la panadería, desde el otro lado del parque, pero no había nadie. Qué extraño. De soslayo alcanzo a ver algo moviéndose en los edificios vecinos: una silueta que se movía con una gracia y destreza que

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus sólo ella reconocería de inmediato en cualquier sitio.— En el alero del místico tejado, / el gato se ha quejado cantando esta canción.

— ¿Chat Noir…?— Articuló extrañada y preguntándose qué hacía el morroño por esos lares.

—Para curar mi mal de amores, / dijeron los doctores que, no había salvación.—Continuó el morrongo con su copla.—Y ahora, me dicen gato viudo / porque una gata pudo quitarme lo chillón...— la joven de rosa no reconoció ni la melodía ni la letra ¿Acaso Chat Noir no hacía otra cosa en su tiempo libre que buscar cosas con temas de gatos? (Bueno, debía admitir que era contagiosa).

Pero no podía quedarse ahí oyendo a Chat Noir cantar (por más chistoso que fuera), primero tenía una misión que terminar...

— Con esta triste y maullida serenata / la noche es una lata, / no duerme el más gallón.— Claro, si tan sólo el felino pudiera callarse y dejar que se concentrara ¿Qué tenía que hacer para tener un poco de paz? (¡Cuántas ganas le dieron de lanzarle una zapatilla!) Con frustración se masajeó las sienes. — El pobre gato, está pagando el pato/ allá va otro zapato / y aquí va otra can… ¿-ción?— El silencio volvió a

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus reinar en cuanto el héroe gatuno notó a su compañera de clase en el exterior, al otro lado de la calle. El rubio agitó su brazo en el aire para llamar su atención, la pelinegra, por su parte, permaneció inmóvil, mirando al firmamento ¡Oh, pero qué tontito era! Estaba demasiado oscuro para que ella reconociera quién estaba tratando de saludarla (desde el otro lado del parque). Bueno, sólo había un método seguro de llamar su atención, tomó su báculo y lo alargó lo suficiente para dar un salto con garrocha de azotea a azotea (y añadió un salto triple justo antes de caer frente a la chica con un ukemi)

— ¡Miau!— Exclamó en cuanto se halló de pie en la casa de la panadera.

—¿Chat Noir!?— Marinette quedó estupefacta por un momento ¿Qué hacía el mizo ahí? Oh, perfecto, ahora tendría que usar su acto de fan emocionada y desperdiciar valioso tiempo que podría ocupar en escribir los versos que necesitaba.— ¡Esto debe ser un sueño! ¡Uno de los héroes de París en mi terraza! Un momento, ¿qué te trae por aquí? — ahogó un grito y continuó fingidamente escandalizada— ¿Acaso hay un villano cerca?

— Oh, no. Yo sólo, eh... —Ahora que lo pensaba, realmente no tenía una buena razón para venir. (Sip,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus todavía estaba distraído con el recuerdo del beso con Ladybug) — Solo salí a pasear un rato. — Salvado por la inspiración (de algo servía escribir fanfics en su tiempo libre).

— Creo que sólo tú puedes llamar “pasear” a hacer eso— se le salió a la pelinegra con un deje de ironía.

— ¿Qué?

—Eh, pues, desafiar a la gravedad con imposiblemente complejos movimientos de parkour, y arriesgar la vida en el proceso, como si fuese un juego de niños.

— Corrección: como un juego de mininos.—Marinette se mordió la lengua para tratar de no decir (o hacer) algo que Ladybug diría y se limitó a cubrir una fingida risa su mano

— Oh… tienes razón.— Fingió así estar deslumbrada ante la “brillantez” de su ingenio y vocabulario.

— Pero eso no es nada. —Continuó hablando. —Una vez Ladybug y yo peleamos contra un akuma que era corredor de pista con obstáculos y…

La ojo-azulada suspiró internamente con exasperación ¡Genial! El morrongo se acababa de inventar una historia sobre una pelea con un akuma

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus llena de exageraciones sobre sus habilidades e ingenio (bueno, no era completamente inventada, más bien era una versión muy exagerada de un akuma que derrotaron en menos de 20 minutos; y no era un corredor profesional, era un niño que había sido descalificado de una carrera de obstáculos en su escuela) ¡Mizo vanidoso! Escuchó con poco interés sobre cómo distrajo al akuma y cómo una parte de la ciudad pareció convertirse en una obra de M.C. Escher. ¡Por la Pucelle*! Nada había ocurrido como él lo estaba diciendo! (pero recordó que, si se atrevía a corregirlo con respecto a los detalles, se daría cuenta de que ella era Ladybug). Tenía ganas de gritar. No tenía tiempo para eso, debía terminar la letra de la canción. Miró nuevamente hacia los trazos en su libreta y se perdió en sus pensamientos ¿Qué sería mejor? ¿Refinar los diseños primero o pensar en una melodía? ¡Y ese micho que no se callaba! ¿Qué debía hacer para conseguir algo de silencio y paz?

Quizá podría comenzar la canción como una rapsodia...

¡No, eso no funcionaría jamás!

O quizá...

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—¡Marinette, hazme caso! — Finalmente exclamó el rubio con fingido enojo (curiosamente, con el nivel de reclamo que Alya utilizaría de haberla atrapado ignorandola), sacando a la diseñadora de su trance— ¿Que nadie te enseñó que un ojo al gato y otro al garabato?

— Oh… disculpa— habló recordando que debía mantener su mascarada de fan—… temo que mi cabeza está atorada con… otros asuntos— y añadió cuando el gato se acercó a espiar sus notas: —¡Ah-ah- ah! ¡Esto es secreto! Además, la curiosidad mató al gato— y alejó su libreta lo más que pudo de él.

—Sí, pero la satisfacción lo revivió. ¿Qué tanto escribes?— pidió con genuino interés.

— Es una larga historia...— fue todo lo que dijo la diseñadora desviando la mirada, algo apenada con sólo recordar lo que había pasado con la rubia majadera aquella tarde— ...y no quisiera aburrirte con mis pleitos con Clohé.— El michino se encogió de hombros con una mueca.

— ¡Ni modo! Para pasar el rato, uno puede acariciar al gato— y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas. La chica cedió y contó todo lo que había ocurrido aquél día: el concurso que Clohé arruinó,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus cómo se creó un nuevo villano akumatizado, cómo se le escapó un comentario indebido en frente de la niña rica y cómo había anunciado su participación en el concurso de canciones...

— ...y, ahora, tengo bloqueo creativo y no sé qué escribir.— Admitió casi al borde del llanto (¿Estaría mal querer hacer un berrinche como los niños de parvulario en aquél momento?).

El chico detrás del gato sabía perfectamente lo que había ocurrido esa tarde, ya sabía que la franco-china estaría completamente desprevenida, pues no tenía intenciones de participar en los concursos (así lo había anunciado ella días atrás), pero no se imaginó que Marinette (una de las chicas más increíbles, la más genial del salón, la más creativa, inventiva y dulce) tuviera éste tipo de ataques de estrés. Claro, él mismo había visto a su propio padre pasar por bloqueos creativos antes (como aquella vez en la que una maestra de cuando estaba en la universidad había llegado de visita, Gabriel quiso diseñar algo para conmemorar la ocasión y pasó semanas dibujando como loco en cada lugar de la casa en la que se encontrara y arrancando hojas haciéndolas pelotas y lanzandolas lejos); obstante, no había presenciado nada como ésto ¿Sería así el proceso creativo?

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¿Siempre? (¿Habría pasado algo como ésto cuando organizaron el concurso de sombreros?)

— Princesa, ¿nunca nadie te dijo que el trato engendra amistad entre el perro y el gato? — comentó el muchacho de negro.

— ¡No es mi culpa! ¡Es que Clohé…! ¡URG! — La rabia de aquella tarde refloreció y la panadera ocultó su gesto indignado con sus manos (además, una fea migraña amenazaba con estrujar su cabeza)— Y eso no es lo peor...

— ¿Ah, no?

— ¡No!— Vociferó la panadera que se estaba entregando al pánico (haciendo al pobre michino irse de espaldas).— Lo peor es que el chico que me gusta estará entre el público y, de sólo pensarlo, no sé si sea capaz de cantar frente a toda esa gente ¡Me quiero morir!

— Si quieres, te puedo ayudar,— ofreció el héroe fusco. — Tengo tiempo y, aunque hay personas que lo dudan, soy un prodigio musical.— Presumió al tiempo que atentaba peinar su cabellera hacia atrás sin lograr cambio alguno.

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— No creo...— la chica intentó rechazar la oferta.— Dicen que un gato negro trae mala suerte.

—Oye, á la nuit tous le chats sont gris! Y no importa si el gato es negro o blanco, lo que importa es que cace a los ratones.— Marinette sonrió un poco con esos felinos refranes y se animó lo suficiente para replicar:

—Los gatos en la obscuridad no tienen color.— Al muchacho en ropas de micho le agradó oírla más alegre.

— Cuéntame qué te detiene ¿Ya pensaste en un tema o algo?

—No realmente. Sólo sé que no quiero que sea una vil canción comercial sin sentido, pero quiero que sea sencilla, alegre pero de significado profundo; pero la literatura no es mi fuerte y quiero que sea perfecta. — El rubio sonrió y contestó gentilmente:

— Marinette, la respuesta es muy simple. Sólo piénsalo: en la ópera no todo es exactamente poesía culteranista. No le busques tres patas al gato cuando sabes que tiene cuatro. —La joven le vió usar sus dedos para enlistar ejemplos.—En El barbero de Sevilla, Figaro sólo habla de lo mucho que le gusta ser

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus barbero aunque tenga mucho trabajo y el mago Colás, de Bastien y Bastienne, en la canción Diggy Daggy Shurry Murry, sólo dice el equivalente de “abracadabra” en muchos idiomas.

— Oh... — Articuló la joven comprendiendo por dónde iba le punto del morrongo.

— De Giaccomo Puccini, la canción “O mio babino caro”, en la que Lauretta le pide permiso a su padre para casarse con un sujeto que acaba de conocer, sólo dice: “Oh, mi papito querido”, como si fuera una carta y lo que sigue es una sarta de amenazas sobre lanzarse del puente si no se lo permite.— El felino se detuvo en su cátedra sobre el bel canto para mirar a la ojo- azulada y hacer énfasis en que:— La ópera es una forma musical que se ve como culta y refinada; pero, en esencia, son solo canciones populares muy adornadas que hablan de las cosas más simples, y no te das cuenta de lo profundas que son hasta que les pones atención. Lo mismo pasa en las operetas y los musicales.

— Ahora que lo dices… es cierto. — la panadera sonrió mientras los códigos en su cabeza compilaban.— Realmente no lo había notado, ni siquiera en « La mélodie du bonheur »

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—¿Tu musical favorito?

—Sí, a veces me la puedo pasar oyendo «Mes joies quotidiennes» por horas y perderme,— admitió la franco-china que se acomodó mejor en su silla para ponerse a cantar suavemente:—Niños que ruedan sus aros de alambre, / gatos que juegan con bolas de estambre. / La noria baja y vuelve a subir, / son de las cosas que me hacen vivir.

—Leños que arden, teteras que hierven; — Le acompañó Chat Noir en voz baja— hojas que caen y las brisas revuelven. / Copos de nieve que caen al helar, / son de las cosas que me hacen vibrar. — Terminó la estrofa y se restringió a sólo tararear la melodía en voz baja para oír la bella voz de la joven (no, no tenía nada que ver que sólo se supiera esa parte de la letra).

—Noches tranquilas con luna de estío, / rosas y lilas que beben rocío, / razas palomas de suave matiz, / son de las cosas que me hacen feliz...— Marinette terminó de cantar y se dejó caer en el respaldo antes de ponerse reír — ¡No puedo creerlo! ¿Por qué no lo pensé antes?

— Porque la inspiración es como los magos, princesa: nunca llega tarde ni temprano, llega en el momento

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus preciso.— Declaró el gato con aires de sabio.—¿Lo ves? Las canciones con temas sencillos son la clave.— El muchacho de negro se cruzó de brazos y continuó.—Las princesas de Disney sólo hablan de lo que les pasa con música y el léxico tampoco tiene que ser tan complicado. Por ejemplo, en mi musical favorito que es Sweeny Todd, la señora Lovett compara a la gente como pays.— Marinette resistió las ganas de rodar los ojos con esa información, (con la cantidad de chistes malos en esa canción, obviamente le iba a gustar a su socio).

La muchacha estaba bastante impresionada, en esa semana parecía que su camarada había decidido mostrar su nivel de cultura. ¿Cómo sabía tanto de ópera? ¿Acaso él había visto esas óperas y musicales? ¿Era un aficionado a la ópera que las veía en internet? ¿Buscaba traducciones de las letras o era políglota? (Ella sólo había visto la película de Sweeny Todd y entendió la mitad de los chistes porque su nivel de inglés aún era intermedio) ¿Cuántos idiomas se suponía que hablaba el mizo? Vaya, realmente no sabía mucho sobre él.

Sintió un escalofrío y se sorprendió de que parecía hacer más frío de repente. Un momento, ¿qué era esa extraña sensación? Se sentía como si su corazón hubiera subido a su garganta y… ¿Acaso eran…

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus mariposas en el estómago? ¡¿Por qué estaba sintiendo mariposas en el estómago?!Sólo estaba hablando con Chat Noir, su compañero que cuando no hacía actos heroicos hacía juegos de palabras o malos chistes ¡El gato comediante que solo era su amigo! ¡Solo eso!

— ¿Marinette? — Llamó el gato—¿Estás bien?—Al parecer, Marinette se quedó callada varios segundos más de lo necesario.

— Qué chistoso,— comentó la joven, — pensé que tu musical favorito sería Cats.

—Sí… ehm…—el minino cerró los ojos, tomó una gran bocanada de aire y apresuradamente...— la-verdad-es- que-nunca-he-visto-Cats. — Confesó cabizbajo.

— Quoi?! —La joven no necesitó fingir sorpresa, en verdad estaba sorprendida (lo suficiente para perder su control sobre su lado Ladybug). — ¡Deshonor! ¡Deshonor sobre toda tu familia! ¡Dishonore sur toi, dishonore sur ta vache* …!

— ¡No es mi culpa! — Declaró con llanto fingido y llevando su puño a su frente, evocando el gesto más dramático que pudo — ¡Siempre que intento ver Cats algo pasa! Parece que este amor está condenado a no suceder ¡¿Por qué cruel destino?!— En ese momento cortó el drama y continuó hablando como si esa

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus interrupción no hubiera pasado.— Oye, podrías escribir una canción de amor, es la cosa más fácil. Hasta podrías confesarle tus sentimientos al sujeto que te gusta.

— ¡¿Cómo?! No, este… ehm...

— ¿Qué? ¿Ya le dijiste?— el morrongo interrogó con suma inocencia.

— N-no… yo… pues, lo he intentado; aunque... a veces, creo que no estamos destinados a estar juntos. —Rió con nerviosismo y la cara roja.

— ¿En serio? ¿Ya has hecho algo para que tu príncipe azul se entere?— el gato preguntó, ladeando la cabeza con curiosidad.

—Pues... en San Valentín le mandé una tarjeta, pero creo que olvidé firmarla porque no mencionó nada...— su ánimo bajó un poco ante el recuerdo de la fallida “Operación San Valentín”.

— ¿No has intentado otra cosa?— Cuestionó el morroño de la misma forma que lo haría Alya.

—Eh… en su cumpeaños le hice un regalo, pero pensó que era de alguien más… ¡Pero se veía tan feliz al pensar que esa persona se la dió que…! Preferí que

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus siguiera creyéndolo… ¡se veía tan feliz! Te juro que, cuando sonríe, siento que el cielo resplandece a mi alrededor. Y cuando miro sus preciosos ojos… — Suspiró—… siento que el tiempo se va volando y, cuando me doy cuenta, lo he estado admirando por horas.

— Y, a éste príncipe tuyo, ¿de casualidad, lo conozco?— “¡Oh, torpe!” El rubio se auto regaño, hasta donde él sabía, Marinette no estaba enterada de que se conocían ni de que iban en la misma escuela ni que eran compañeros de clase, ¡ni siquiera que él era Adrien! “Piensa, piensa… ¿cómo cambiar gato por liebre?”— Tal vez ha sido akumatizado alguna vez(?)

— No lo sé… bu-bueno, tal vez… ¿Quizá? ¿Por qué lo preguntas?— Y en ese momento Adrien se preguntó: “Don de la mentira ¿dónde estás?” y se apresuró a decir algo para interrumpir la cadena de pensamientos de la diseñadora:

— Sólo quiero saber qué clase de persona es, tal vez te pueda dar consejo. Soy un asesor de amor certificado ¡Oh, ya sé! El otro día leí que la gente no se interesa en algo a menos que escuche a un tercero hablar de eso, tal vez funcione contarle a alguien más...— Sugirió.

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— De hecho, — el emisor escuchó decir a la otra,— según mi mejor amiga, todo el salón ya sabe, menos él…

— ¿Todo el salón? — El joven hizo eco de aquellas palabras, extrañado ¿Era eso cierto? ¿Cómo era posible que él no se había enterado de quién le gustaba a Marinette? ¿Sería de antes del tiempo en que él se había inscrito en la escuela? ¿Por qué Nino no le había dicho? —¿Cuándo y cómo se enteraron?

— Al parecer dicen que soy muy obvia y… lo han notado casi desde que… comenzó...—admitió, esperando que en la poca luz que había no se notara su cara enrojecida.

— ¿Enserio? ¿Y dices que el susodicho no se ha dado cuenta?— El joven habló más para sí, no podía creer lo que escuchaba.— Princesa, ¿por casualidad los ojos de tu caballero de armadura brillante son negros?

— Ahm… no, son verdes, — contestó con incertidumbre y confusión, mismas con las que preguntó: —¿por qué?

— Es que eso explicaría mucho. Verás, en la naturaleza hay dos posibles razones para tener ese color de ojos. — Respondió el enmascarado del

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus infortunio—La número uno es que el iris sea de un tono marrón tan obscuro que, a simple vista, parece negro. Y la número dos es que la persona tenga una enfermedad genética llamada aniridia, en la que, básicamente, el ojo no se desarrolla bien y la persona tiene una agudeza visual del 20% o peor y, al crecer, lo más probable es que empeore.

— ¿Eh...?— una confundida artista miró con confusión al héroe de la ciudad— ¿Qué me quieres decir?

— Por lo que me cuentas de tu príncipe azul, el feliz suertudo debe ser un pobre ciego,— aclaró risueño. A Marinette no pareció agradarle que se refiriera al objeto de su interés romántico en de esa forma, porque perdió su compostura y dejó algo de Ladybug invadir su conducta para decir:

— ¡Oye, no digas eso! Además, ¿que tal si tú eres el chico que me gusta, gato en la caja de Shrödinger*?— Ésta posibilidad tomó por sorpresa al rubio.— Como dice la paradoja: hasta que alguien abra la caja se sabrá si el gato está vivo o muerto; mientras tanto, es válido decir tanto que el gato está vivo como que está muerto o ambas o…

— Lo siento, princesa; —interrumpió el de negro el circunloquio de la franco-china — pero, soy muy

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus observador y, si yo fuera el afortunado que ha ganado tus afectos, ya me habría dado cuenta,— el michino se rio entre dientes.

— ¿Y cómo estás tan seguro?

— Pues, es que mucho sabe el ratón, pero más el gato.— La pelinegra resistió la necesidad de usar su libreta para golpear al susodicho en la cara.— Estoy completamente seguro de que no soy el despistado del que estás enamorada.

— ¿E-enamorada? Yo no dije nada sobre estar enamorada...— rio nerviosa la joven. El gato la miró como a quien ha negado un secreto a voces.

— Claro, no estás enamorada, — sarcásticamente comentó el invitado— sólo le diste al sujeto-de-pocas- luces un regalo hecho por tus propias manos, en el que invertiste mucho tiempo, cariño y empeño, y preferiste que pensara que se lo dió alguien más sólo por verlo feliz. Y dices que el tiempo se te pasa volando cuando miras sus, ¿cómo los llamaste? ¡Ah, sí!— Se tomó un segundo antes de llevarse las manos a las mejillas y pestañear burlonamente para continuar: — “Sus preciosos ojos negros”

— ¡Que son verdes!

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— Metafóricamente, son negros—Respondió, impávido.—Si eso no es estar enamorado, no sé qué sea.

— Y tú eres un experto, ¿verdad?—La joven murmuró con puchero y sonrojo puestos.

— No me atrevo a llamarme experto; —reconoció el muchacho en negro, aunque no con el grado de humildad que pretendía profesar,—pero estoy muy seguro de que sé de lo que hablo. — El michino alzó la mirada a las estrellas.—Ese sentimiento que se tiene al, simplemente, ver la sombra de esa persona y sentir nostalgia. Sentir que, de no volverla a ver, el espejo de la vida se rompería, y lo que queda es sólo un montón de fragmentos que no valen nada.— Esta vez fue el turno del micho para quedarse callado unos momentos (y con la mirada perdida en el horizonte). Sí, así se sentía por Ladybug y nunca tenía la oportunidad de decirlo.

— ¿Tienes algún otro consejo?— Interrumpió la oyente, queriendo romper ese incómodo silencio.

— Hm… —el michino se cruzó de brazos pensativo por unos segundos— ¿tiene algún punto débil?

— ¿Punto débil?

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— Algo que le cueste trabajo hacer, como cocinar algo o sobrevivir videojuegos en modo legendario o peinarse solo. Tal vez, si le ayudas con eso que le da dificultad, quiera pasar más tiempo contigo. Por eso te pregunto si tiene alguna.

—No, que yo sepa.— La pelinegra reflexionó un poco sobre qué podría dificultarsele al rubio de sus sueños, pero no logro pensar en nada, salvo el moretón que se había conseguido en la frente— ¿Cuenta, una ligera racha de mala suerte?

—¿Mala suerte?

— Sí, el pobre ha sufrido un par de caídas severas esta semana, una de ellas le ganó una visita al médico. Fuera de eso, no tiene debilidades. Él es tan... —la muchacha se perdió unos segundos en sus propias fantasías de las que tuvo que abstenerse al oir un bufido del morroño seguido de una risa burlona— …perfecto.

— ¡Oh, pero que buen partido! Ciego, despistado y torpe.— Se mofó el “invitado”.

—¡No es torpe! —Le arremetió la diseñadora, parcialmente consciente de que esta pequeña discusión estaba tomando aires de pelea de

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus parvulario—Él es gracia y elegancia en uno. Y creeme que lo demuestra en todo lo que hace.

—¿Como qué?

— Como... cuando… — No, Marinette no iba a admitirle a Chat Noir que el chico que la traía loca era un modelo del cual coleccionaba todas las fotos que encontraba en todas las revistas de moda de Francia que pudiere comprar.— Cuando practica en su clase de esgrima.

— ¡Ay, por favor! Eso no es difícil, cualquiera puede hacer esgrima. Hasta yo. — El mizo insistió en burlarse del misterioso chico al que amaba la “princesa”. Esa conversación se sentía tan fluida (y con el mismo nivel de confianza que cuando hablaba con Nino) que era imposible no permitirse ciertas confianzas con aquella criatura a quien debía pretender no conocer (y que lo estaba mirando con algo de furia)

—¿Alguna otra recomendación? — Demandó la chica con un tono ligeramente irritable

— De hecho, sí ¿Has intentado robarle un beso?— La de rosa se fue de espaldas (de no estar sentada, habría caído al suelo) ¿Enserio le había hecho esa pregunta con una cara seria?

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— ¡¿QUÉ?!— El solo pensar en un acto tan audaz de su parte fue suficiente para hacer que su cerebro cambiara al modo: “Alerta de Adrien”. Su intenso tartamudeo le atacó (divirtiendo en sobremanera al minino que, internamente, disfrutaba de lo adorable que se veía) y, por más que lo intentó, la única cosa coherente que la joven logró articular fue un simple: —n-n, ¡n-no! ¿p-p-po po-porqué…?

— ¿Por qué no? Según lo que he aprendido viendo anime, —le explicó el de negro,— un beso robado siempre es una buena idea.

— ¡Claro que no, no estoy loca!— Respondió estresada y aún en modo de alerta. El mizo se estaba divirtiendo tanto con ésto (se sintió tentado a usar la cámara de su bastón y tomar una foto de su rostro como prueba de que ella era un verdadero personaje anime).

—¿Qué es lo peor que podría pasar?—En un pizarrón imaginario comenzó a trazarse un mapa de las ideas de Marinette mientras esta decía:

— Podría no gustarle la forma en que beso y podría odiarme de por vida. Si eso pasa estará tan enojado conmigo que me demandará y contratará a los mejores abogados del mundo. Y luego, el juez me sentenciará a cien años de prisión y, por tratarse del

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus chico más lindo y perfecto, lo duplicarán; pero, como tendrá a los mejores abogados del mundo, mi sentencia será de por vida. Mi familia me repudiará, mis amigos me abandonarán y moriré sola y sin amor en la cárcel mientras Clohé se ríe de mí por el resto de la eternidad.— En el pizarrón imaginario, todo se llenó de rayones y se vino abajo. —¿Tu besarías a Ladybug sin su permiso?

— Con mi Lady, es diferente. — Hizo un ademán para señalar la poca importancia del asunto.— Si la besara de sorpresa y no le gustara, que lo dudo mucho, solo me patearía desde la punta de la Torre Eiffel y recogería mi cadáver en el atrio de la catedral.— La franco-china se rio (al parecer, su compañero la conocía lo suficientemente bien) .— Sí, la parte mala es que me mataría; pero, por Santa Gertrude de Nivelles*, moriría feliz. De todos modos, yo daría mi vida por mi caballero de moteada armadura...

—“Hombre honrado y gato ladrón, ambos cumplen con su función”— Resonó en la consciencia de la chica y ésta suspiró exasperada—. Escucha lo que te digo: robar besos no es una buena idea.

—Está bien, supongo que “el gato y el ratón nunca son de la misma opinión”— terminó, encogiéndose de hombros.—Y, sólo para el registro, dudo que a tu ciego

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus prince charmant* no le guste un beso tuyo. Personalmente, a mi no me molestaría.

— Y… suponiendo que siga tu recomendación y use la canción para declararle lo que siento, ¿qué se supone que diga? Traté de escribirle un poema una vez y me costó mucho trabajo.— Confesó aún sonrojada y apenada.

— ¿Qué te acabo de decir?— El gato preguntó un poco frustrado.— Palabras sencillas. ¿Alguna vez has oído la canción Bésame mucho*?— El gato cambió su forma de sentarse, optando por arrodillarse en frente de la joven (como lo solía hacer en sus clases de karate)— Mira, te voy a poner un ejemplo. Este mizo que ves aquí frente a ti a veces solo se pierde pensando en lo maravilloso que sería ver a Ladybug, regalarle un beso y un tierno abrazo.—Dijo con la mirada perdida en las nubes. Marinette rodó los ojos, exasperada y algo incómoda con la explicación del michino.— Claro, si eso alguna vez… es decir, cuando pase, mi Lady tendría que compensar nuestra diferencia de altura para llegar a mis labios, ¿no crees? Así que, si yo lo fuera a poner en una canción, sólo lo escribiría en la forma más… resumida. Algo como: “sube a mi boca mientras escuchas mi corazón hacer tic-tac”.—Expresó lo último con una mano en el aire y la otra sobre su pecho.

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— ¿”Tic-tac”?— cuestionó la panadera, intentando no poner atención en el uso tan poético del idioma por parte del morroño.

— No me juzgues, es un verso hecho en cinco segundos. Además, esa es una forma metafórica de llamar al latido del corazón, porque lo más sano es que la frecuencia cardiaca se mantenga alrededor de las 60 palpitaciones por minuto, así que…

— Sí, sí. Ya entendí. Debería oírse casi como un reloj.

— Bien, ahora tú. Si quieres puedes plagiarme, sólo describe vagamente el beso ideal y listo.— La chica se sonrojó al pensar en la posibilidad ¿El beso perfecto con Adrien? En cierta forma ya había ocurrido, pero no podía hablar de eso. ¿O sí? Quizá algo que no había ocurrido aún ¿Una cita? ¿Cómo podía hablar de una cita perfecta con pocas palabras?

— Y, ¿qué tal si no queda bien? — La paranoia regresó a invadir a la joven.— Entré al concurso de último momento, los otros participantes han tenido, por lo menos, una semana para practicar y...— En la mente de Marinette un crayón comenzó a dibujar una historieta conforme hablaba.— No terminaré la canción a tiempo y no podré ensayar las veces necesarias, fracasaré en el concurso, Clohé se burlará

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus de mí y...— La cara de un decepcionado Adrien inundó sus pensamientos y la compostura de la pelinegra se perdió— ¡Estoy perdida!

— Marinette…— El michino intentó llamar su atención, en vano.

— ¿Por qué tuve que escuchar a Clohé? O mejor, ¿por qué tuve que abrir mi bocota? De haberme quedado callada no estaría en este lío.— La muchacha tomó su libreta y con ella se auto propinó unos cuantos golpecitos en la frente.— ¡Tonta, tonta, tonta!

— Marinette… —Insistió el micho sin éxito alguno.

— ¡Ahora tengo que sufrir esta tortura mental y, además, tengo que practicar como loca y...!— El muchacho en traje fusco se puso de pie y la tomó por los hombros, finalmente, logrando llamar su atención.

—¡Marinette! — La ojo azulada guardó silencio y miró directamente a esos profundos ojos verdes que le sonreían con calma.— Será una canción maravillosa. Tienes mucho talento y sé que, lo que sea de lo que decidas escribir, será una canción preciosa. Como tú.— Lo siguiente que ocurrió dejó a la susodicha estupefacta.

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Desde que el michino aterrizó de improviso en la terraza, Tikki se había mantenido escondida bajo el chal rosa de la euroasiática (justo sobre su hombro para poder contemplar lo que ocurría desde un sitio seguro). Sin embargo, la corta distancia entre el morroño y su elegida la hizo entrar momentáneamente en pánico, por lo que (tan pronto y tan rápido como pudo) se escabulló hacia la trampilla que llevaba al cuarto de Marinette. La pequeña y repentina estela roja tomó por sorpresa la panadera y la hizo voltear a buscar la fuente de movimiento y, obviamente, el destino quiso hacer una “pequeña” travesura...

— ¿Viste e…?—El rubio se había acercado más su rostro con la intención de depositar un beso en la mejilla de la futura diseñadora de modas al mismo tiempo que ésta giró su cabeza.

El resultado fue el contacto de los labios del héroe de negro con los de la joven (mejor dicho, el labio superior y el espacio de debajo de la nariz de ésta), acción que, en el mundo real, duró fracciones de segundo; pero en su cabeza, aquel instante fugaz pareció durar una eternidad.

Los cerebros de ambos se atoraron unos instantes después de apartarse. El minino, por su lado no pudo

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus evitar pensar en lo divertido que era aquello: él mismo le había recomendado robarle un beso al misterioso sujeto y, ahora, se habían robado mutuamente un beso (accidental, claro estaba). Se preguntó con algo de fascinación si era ese su primer beso y no pudo evitar reírse como si esa acción hubiera sido premeditada y adrede.

—A-ah… eh...

— ¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua el gato?— Tres segundos y medio fue el tiempo que le tomó a Marinette procesar el suceso y reiniciar su sistema

— ¡Fuera de aquí, morroño atrevido! — Gritó con el rostro colorado y el dedo índice apuntando agresivamente hacia el lejano horizonte.

— ¡Miau! — El felino dió un salto mortal hacia atrás y aterrizó de puntitas justo sobre la balaustrada de la terraza—Estaré ahí para oírte cantar, en primera fila.—Hizo una señal de cruzarse el corazón—¡Honor felino!— Y se dejó caer de espaldas (el micho nunca tocó el pavimento, claro, en algún momento alargó su báculo con la velocidad suficiente para catapultarse en la misma dirección de la que había llegado).

— ¿“Honor felino”?— Hizo eco con furia.— Esas dos palabras no pueden ir juntas.

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— ¿Ya se fué?— Tikki regresó unos segundos después.

— Sí, por suerte.— La pelinegra se cruzó de brazos con enojo en sus gestos. — Espero no verlo en la escuela o le tomaré la palabra y lo haré volar a la catedral ¡Y me aseguraré de que caiga en el campanario!— Declaró antes de cubrirse la cabeza con el chal, tratando de ocultar su sonrojo y el hecho de que estaba mirando de reojo hacia la dirección en que partió el micho.

El día que había besado a Adrien, también había bajado la guardia con Chat Noir ¡Qué horror! No obstante, había resultado una conversación bastante agradable con él. ¿Quién habría pensado que sería una persona tan adorable y culta? Aquello había sido casi como hablar con Alya o Nino, pero su forma tan gentil de hablar era más bien como la de… ¡Sería tan maravilloso que fuera…! ¿Y qué tal si…?

No.

Se rehusó a dejar que ese pensamiento que comenzaba a brotar de su mente se expresara en forma verbal (aunque ello explicaría mucho). Sin embargo, su subconsciente se atrevió a seguir con ese hilo de razonamiento:

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Chat Noir hacía esgrima. Eso era una gran coincidencia, tal vez era cierto que cualquiera podía ser esgrimista, pero ¿qué tal si…?

No.

No, y mil veces, no.

Pero ambos se parecían, eran dos rubios de ojos verdes, como dos gotas de agua. No, eso no significaba nada, seguro que había miles de chicos con esas características en Paris... Aunque, sólo el 2% de la población mundial tiene ojos puramente verdes…

Y sólo una persona en Collége François Dupont.

¿Y el moretón en la frente? Eso podría significar… No, eso era sólo una coincidencia.

Además, el micho tenía una personalidad completamente diferente a la de Adrien ¡Chat Noir era tan…! ¡Urg! Y Adrien tan… ¡Awww!

También dijo haber salido del mismo salón donde había dejado a Adrien… A lo mejor estaban los dos y nadie se dió cuenta.

¿Pero cómo supo que su musical favorito era…? ¿Y cómo supo que las cosas de canela no tenían un

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus nombre oficial? Bueno, si era alguien del salón, tal vez...

Quizá…

Y ese beso...

Bueno, podría ser...

—“Mi lady, el destino no es casualidad”— las palabras de días atrás volvieron al tifón de ideas de su mente y en medio de cuyo centro se encontraba ella: viendo cómo todo lo que consideraba como real dar vueltas y vueltas.

—¿Marinette?— llamó la kwami catarina con preocupación al ver a su elegida temblar ligeramente.— ¿Estas bien? —la ojo azulada acercó sus rodillas a su caja torácica y se cubrió la cabeza aún más con el chal.

—Tikki… tengo miedo.— Susurró en una voz que, nuevamente, bordeaba en el pánico.

— ¿Miedo? ¿De qué?

— No lo sé. Primero creí que temía enamorarme de dos personas; pero ahora...— La chica hizo una pausa y miró el cielo, admitiendo su derrota contra ese pensamiento al que había intentado ignorar y con el

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus que había perdido en ese duelo mental.— Creo… creo que temo que esas dos personas… sean la misma.

Algo dentro de ella (muy probablemente ése pensamiento de antes) le hizo querer sonreír de emoción, y a la vez enojarse consigo misma. Se sentía tan tonta como quien entiende un chiste al último ante éste. Era una completa tontería. El mundo, repentinamente, había perdido toda seriedad. Estaba segura de que el universo entero estaba conteniendo una gran y tremenda carcajada de proporciones cataclísmicas ¡Era el gato de Schrödinger! Qué locura. Porque era una locura. Momento, si era verdad ¿seguía siendo una locura? Tal vez la loca era ella, podría jurar que el destino mismo estaba riéndose en aquel preciso instante. Es más podría jurar que el destino era una persona pequeñita viviendo en la parte trasera de su cabeza que le estaba diciendo: “¿Te lo explico con peras y manzanas o quieres algo más fácil?”

Vaya, al parecer, el destino era una Alya miniatura.

Tomó su libreta y comenzó a escribir como posesa antes de olvidar la idea que le acababa de llegar...

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Adrien corrió por los techos de París con una sonrisa tonta y una risita traviesa escapándosele de vez en cuando ¿Acaso era por la satisfacción de haber robado un beso por primera vez? (Accidental, pero estaba seguro de que contaba).

En medio de su éxtasis no pudo evitar preguntarse qué le diría Nino si le pudiera contar de ésto. Involuntariamente imaginó la imagen del susodicho, con la nitidez de una videollamada, flotando junto a él como un fantasma y quitándose el sombrero sonriendo, perdiendo un poco la cordura y con los pulgares arriba, incluso lo escuchó decirle: “Increíble, Mec, eso fue como sacado de un anime. Seguro que habría sido el clímax del show ¡Veinte puntos para Hufflepuff! Espectacular. Totalmente inolvidable. Inigualable. Joven padawan, la fuerza en tí, intensa es.” Con semejante precisión en su pensamiento, se preguntó si de casualidad Nino era el maestro Yoda o algo así y, extrañamente, la respuesta fue un: “No, sólo soy tu conciencia”.

Quizá el golpe que se había dado en la frente tuvo consecuencias peores que las que los doctores le aseguraron o, tal vez, la emoción, el riesgo y la adrenalina de momentos atrás tenían algo que ver. Aunque, en ese punto, no estaba seguro de si era por el hecho de estar corriendo a varios metros sobre el

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus suelo o por tantos desniveles emocionales en un sólo día. Sus ideas no podían ponerse de acuerdo (ni siquiera con la ayuda del Nino imaginario flotante siguiéndolo de cerca) Aún así, en medio de tal caos mental, no pudo evitar pensar que aquél breve contacto con los labios sabor canela de Marinette se sintió familiar.

Muy familiar.

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CAPÍTULO 4: BESOS DE CANELA PARA TI

A veces el tiempo se va como agua. En ocasiones, la anticipación hace parecer que el que se espera es un evento que durará por siempre; pero el final llega antes de que uno se de cuenta. Cuando comenzó el tercer día del festival, todos estaban en el punto medio entre la melancolía y el alivio; aunque la Boulangerie Bohême parecía no estar cerca de ese momento aún. Alya no había tenido mucho que hacer desde el día anterior en que su amiga ojo azulada parecía haberse vuelto la personificación de la diosa griega Talia (hasta había terminado de leer Les Miserables* y Le bossu de Notre Dame de Paris*, y ya iba a la mitad de Les Fleurs du Mal*). La joven diseñadora, por su parte, se había dedicado no sólo a hornear, sino que también atendía a los visitantes como si ella fuera la

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única presente, siempre con una sonrisa gigante y, en todo momento, tarareando una melodía desconocida (se veía tan feliz que Alya se preguntó si la euroasiática se había decidido, finalmente, a comprar el peluche oficial de Adrien o su figurilla de colección, E.1:10 cm*, también oficial).

Aunque, esa no era la parte aterradora; también parecía haber perdido parte del nerviosismo característico de sus avistamientos de Adrien (le habían ido a ver en su demostración de esgrima el día anterior y la panadera se mostró lo suficientemente intrépida y segura para regalarle una cajita llena con las cosas de canela). Y no perdió el control de sí ni porque el susodicho le hubiera llamado con un sobrenombre. Además de eso, parecía estar muy tranquila con respecto al concurso de las canciones (no exactamente serena como un monje zen en plena meditación, pero cerca) ¿Acaso los extraterrestres la habían secuestrado y experimentado con ella? ¿Y si los ladrones de cuerpos la tenían y había sido reemplazada por un robot programado para oirse y actuar como ella? ¿O qué tal si se trataba de un parásito de otra dimensión…?

—Alya, estás exagerando.— Le aseguró Nino cuando fue a hablarle sobre su “encuentro cercano del tipo Mari”.— Tal vez pasó algo que la puso de buen humor,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus como con Adrien. Y, antes de que me preguntes, no. No me quiere decir, pero voy a hacerlo hablar. Et... quand on parle du loup on voit sa queue*!

— Salut...—Adrien respondió al saludo con un ligero ademán al tiempo que se acercaba a la plataforma del DJ, lo que combinó perfecto con su evidente somnolencia.— ¿Qué hacen?

— Nada, en parlant de la pluie et des beau temps*— La morena se excusó para evitar más preguntas sobre su conversación.

— Sí, entiendo...— bostezó otra vez y continuó hablando (con entusiasmo, pero con poca energía).— Como siempre le digo a Monsieur D’Argencourt: de vez en cuando, no hace daño algo de floreo ¿Entienden? ¡Floreo!—El silencio que le prosiguió, aunque corto, fue lo suficientemente profundo como para oir unos grillos cantando en la lejanía.

—Tú y tus chistes de esgrima… —la muchacha de lentes se quejó y masajeó suavemente su sien.— ¿Cuándo pararán?— El chico fingió pensarlo un momento y luego contestó:

— Hm… ¡Quién sable!— Sus amigos suspiraron y se preguntaron uno al otro si lo más correcto era reír por

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus cortesía o llorar con tan mal chiste.— Oigan, no espada tanto.

— No pienso lidiar también con ésto— La muchacha negó con la cabeza y se despidió de ellos con su copia de la obra de Charles Baudelaire en mano ( y “Madame Bovary” también, sólo por si acaso), dejando a los dos mejores amigos solos con la privacidad que les otorgaba el volúmen de la música que resonaba a su alrededor. Ya podría investigar más a fondo al final del día, cuando pudiera interrogar a su amiga sobre qué había pasado (y, si era realmente una doble, bueno, su cinturón blanco-avanzado de tae kwon do sería realmente útil).

— ¿Qué tiene Alya?— Preguntó el rubio yendo a levantar la tela que decoraba la mesa y tomar asiento en su escondite recurrente bajo esta.

— ¿Cómo sabes que tiene algo?— Nino alzó una ceja.

— Soy muy observador. Me puedo dar cuenta de cuando algo les molesta a mis amigos, hasta con los ojos cerrados.—A continuación, cerró los ojos para dar énfasis a sus palabras.

—¿Qué, tienes visión de rayos X? Honestamente, siempre pensé que era más probable que fueras un típico héroe en la vida diaria es sólo un millonario

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus excéntrico... ¿Adrien?— Nino sacudió un poco el hombro de su amigo y este abrió los ojos de súbito con una expresión en la que su deseo de seguir durmiendo era más que evidente.— Qué cara, ¿te sientes bien?

—Ehm…— El rubio miró al suelo inconscientemente.

— Sé honesto— pidió el moreno con un gesto entre empático, divertido y preocupado.

Adrien no sabía cómo responder ni siquiera sabía cómo sentirse. Por un lado, la pasarela había gustado a todos los espectadores y todos en el equipo se divirtieron, por el otro… el estrés. Los vestuarios se habían dañado con cada repetición de la pasarela: los que tenían tentáculos empezaban a romperse, los que llevaban cascos estaban perdiendo brillo y color, los que tenían brazos (o piernas) extra estaban perdiendo rigidez y realismo, los que tenían múltiples ojos ya tenían varios perdidos; habían sido momentos de intensa presión al tratar hacer reparaciones de último minuto (¡Y ni hablar de aquellos a quienes se les rompió el cierre o las costuras!). La organización había sido su principal prioridad, pero falló en muchos detalles (quizá debió pensar en conseguir un asistente), muchos de los modelos se olvidaron de qué debían hacer con cada una de sus partes de extraterrestre o cyborg o la criatura que fueran y

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus prefirieron improvisar (o hacer lo contrario de lo que les dijo que hicieran).

Una pequeña parte de él se sintió importante al tener a todos yendo a él por ayuda (habiendo estado en pasarelas y espectáculos de moda como estos, se sabía muchos trucos), pero el resto… Solo estaba seguro de que había sentido una montaña rusa de emociones que se elevaba al gozo, descendía a la desesperación, daba vueltas en la ansiedad y hacía un montón de movimientos que desafiaban a su cordura con lo confusos que eran. No podía creer que había aceptado tan alegremente aquel terrible, aunque divertido, martirio que le hacía mantenerse en el rango de emociones negativas más inusual para él.

Aunque, quizá lo peor de todo era:

— Nino, sálvame. Creo que me estoy convirtiendo en mi padre.— Un cansado Adrien se lamentó.

—Solo es estrés, tú tranquilízate, ya pasó. —Su amigo moreno le dió unas palmaditas en el hombro.— Ahora sólo debes preocuparte por disfrutar lo que queda del festival y desmontar tu escenario antes del lunes.— Trató de consolarlo su amigo músico.

— No quiero saber nada de organizar otra pasarela de modas nunca más. Nunca en la vida. Jamás de los

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus jamases. “Bien se lava el gato después de harto”.— Decretó con obstinación.

— Como diga, Don Exagerado, Recuerde escribirlo para futuras referencias.— Se burló Nino como sólo los mejores amigos lo hacen.— Mejor no te quejes, suertudo. Marinette te regaló muchas especialidades de canela.— Intentó levantarle el ánimo con el cambio de tema.

—De no ser por Marinette, estoy seguro de que habría muerto ayer y me estarías hablando con una ouija. — Sonrió un poco y continuó despotricando con poca energía— ¡Ella es tan dulce y amable…!— El chico suspiró conmovido por la solidaridad y buen corazón de la ojo azulada.

El día anterior, como lo había prometido, el chico llegó antes que los demás para retocar el escenario y todas las decoraciones que le daban vista y paisaje al espectáculo sci-fi. Apenas llegó puso manos a la obra, pero el avance de su trabajo estaba significativamente por debajo de sus propias expectativas. El siguiente evento de la pasarela sería justo después del de esgrima, que comenzaría pronto y debía llegar quince minutos antes para prepararse y hacer un calentamiento decente, y había recibido mensajes de todos los miembros del equipo diciendo que estaban

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus en camino o a punto de llegar. El tiempo estaba en su contra ¡No podía dejar que vieran así aquello! (Y menos cuando él no podría estar presente para vigilarlos antes del espectáculo).

De pronto, la puerta rechinó y el miedo tomó el control. El muchacho saltó del espanto y la paranoia se activó en su cabeza: ¡Estaba perdido! Sus compañeros de equipo acababan de llegar e iban a ver que aún no terminaba con su deber y lo peor sería que dejarían de confiar en él (Su confianza bajó al nivel del suelo) ¡Qué horror! Y la peor parte estaba por llegar: el escenario no estaría listo para el siguiente show.

¡¿Cómo había ocurrido todo ésto?! Oh, esperen, él lo sabía: había mal calculado el tiempo ¡Arg! Y todo por ser demasiado confianzudo ¿Por qué no tomó precauciones? ¿Por qué no terminó de retocar el día anterior como lo había pensado inicialmente? Ah, sí, porque se había ido a casa para celebrar lo del beso con Ladybug ¿Y por qué no le preguntó a su padre después sobre cómo hacer estas cosas más rápido? ¡Ah, cierto! Se había puesto tan feliz que quiso salir a pasear y dejar salir la dosis de adrenalina que aun corría por su sistema circulatorio. Sí, esa sólo era la lista corta de razones por las que ahora se había quedado en esa encrucijada.

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— Uhm… A… A-Ad… ¿A-Adrien?— Le regresaron a la realidad. Las luces naturales del salón aún estaban cubiertas por papeles de colores que les hacían tenues, pero reconoció la silueta de quien venía en su dirección.

— ¿Marinette? — Su alma descansó un momento.— Hola, ¿qué te trae por aquí?

— Y-yo… yo s-solo.. quería… ehm… Que-quería… quería-traerte-lo-que-te-prometí-ayer— terminó hablando a toda velocidad e intentando no apretar demasiado la pequeña cajita que traía en las manos.

— ¿De verdad?— El otro cuestionó con emoción en su mirada, como si le hubieren elegido los dioses para algo súmamente importante.

— S-sí, ayer te prometí que te guardaría… algunas de las cosas de canela y… y como ayer desapareciste, no pude dártelas...— La pelinegra clavó su mirada en las decoraciones. — Ehm, el escenario es muy bonito…

— ¿En serio? — Contestó el rubio con algo su preocupación de nuevo presente.—Bueno, algo es algo—Suspiró con pesadumbre y continuó— Aún faltan muchas cosas por retocar y…— Confesó con decaimiento.

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— ¿Quieres que te ayude? — Ofreció la joven con una sonrisa.

— Pero, ¿qué hay de la Boulangerie Bohême? ¿Y el concurso de canto…?— La chica alzó una mano y mostró sus dedos mientras explicaba sus respuestas:

— Uno, Alya está allá y acabo de hornear suficiente pan para unas horas; dos, por el concurso, no te preocupes ¡Oh! Y trés: soy la reina de las reparaciones de último... minuto— Lo último lo dijo casi sin aliento, pues Adrien le abrazó fuertemente y sin previo aviso.

— ¡Gracias, Marinette! ¡Gracias-gracias-gracias- gracias!—Exclamó con notable alegría.

— Ahhhm… ehhhhm… d-de nada.— Tartamudeó la franco-china.

— ¡Eres un ángel! ¡Un ángel caído del cielo! ¿Oye, eres mi ángel de la guarda?— La chica se apartó un poco de él y tomó una lata de pintura riendo nerviosamente.

— Bueno, manos a la obra. Esto no se va a arreglar solo.

— Oui, ma Lady*!— Respondió el modelo, un poco más determinado y haciendo un saludo militar (en ese momento no pareció importante, pero esperaba que

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Marinette no hubiera prestado atención a su respuesta automática).

El rubio se maravilló con todos los recursos y trucos que tenía Marinette para retocar el escenario ¿Tomaba cuánto tiempo retocar la pintura fosforescente? Pues ella sabía cómo hacerlo en la mitad de ese tiempo ¿Ponerles más brillos a las estrellas sin quitarlas del techo? Pan comido ¿Las nebulosas falsas se estaban deshaciendo y hacer nuevas era imposible? Eso no era un reto ¿el material reflejante se estaba opacando? ¡Qué fácil! La incrédula expresión del jovencito en apuros fue aún mayor cuando vió que lo habían logrado terminar con tiempo suficiente para que él fuera a su demostración de esgrima.

Oh, pero eso no fue todo.

Al terminar con la agotadora exhibición (a la que llegó con el tiempo ajustado para calentar y hacerlo sin que Clohé lo fuera a acosar al vestidor) se encontró con una la visita de la ojo azulada y su amiga bloggera con una nueva caja de pastelitos de canela y una infusión hidratante de jengibre y limón en mano (“Merci beaucoup, mon Ange Gardien*!”). Y no sólo eso, a lo largo del día estuvo recibiendo paquetes pequeños con todo tipo de postres y cosas de canela acompañados

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus de pequeñas notas con mensajes de ánimo. En su cabeza no pudo evitar evocar la idea del despistado que le gustaba a la chica y (volviendo al presente, donde estaba hablando con su mejor amigo) dijo:

— Quien quiera que sea ese despistado que le gusta, en verdad es muy afortunado. —Comentó sin notar lo concentrado que Nino estaba en programar la música (o, al menos, eso era lo que intentaba hacer para no hablar de más)— Si un día lo conozco, tendré una larga charla con él, de esgrimista de ojos verdes a esgrimista de...— El rubio detuvo sus palabras y todo proceso mental por unas fracciones de segundo. Con la velocidad de una supercomputadora, su mente repasó las variables dadas por los hechos ¿Acaso sería posible que…?

—¿Adrien? ¿Ahora qué tienes? Te ves raro— Expresó el DJ apenas su amigo dejó de hablar y su mirada se perdió en la lejanía, en un espacio místico más allá de lo que podía captar el ojo mortal. Ciertamente, no le pareció nada saludable aquél extraño mutismo por parte del verdeceledonóculo —¿Adrien, amigo? Por favor, háblame, mec; me estás asustando.

— Creo que soy yo.— Se quedó callado unos momentos más y explicó: —Nino, no sé por qué, pero creo que… creo que soy yo el que le gusta a

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Marinette.— El moreno casi perdió el equilibrio, de hecho terminó agarrado de su equipo de sonido para evitar caer, sus ojos abiertos de par en par como los de quien se ha encontrado con actividad paranormal por primera vez.

— ¡Ay, Dioses, te diste cuenta!— Exclamó aún incrédulo— ¡Kami-sama! ¡Se dió cuenta! ¡Al fin te diste cuenta! Tlaloc, le cayó el veinte, gracias. Vishnú, perdón por dudar de su existencia, no lo vuelvo a hacer.

—Quoi? — El confundido (y aún sorprendido) Agreste preguntó mientras su mejor amigo seguía evocando y dirigiendo palabras de agradecimiento a deidades de diferentes panteones.

—Ese es el otro secreto peor guardado del salón ¡Ay, Amaterasu* brilla más el día de hoy! ¡Odín hará fiesta en el Valhalla!— Mientras que el moreno mantenía su casi exagerada muestra de dicha, el otro sintió la necesidad de recostarse en el suelo.—

Aquello era mucha información para procesar. Todo ese tiempo él había sido el ciego esgrimista despistado de quien gustaba la dulce panadera. Él era el único que no sabía que había alguien que llamaba la atención de la diseñadora. Él había recibido una nota

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus sin firma el día de San Valentín. No podía creerlo, parecía que había entrado en una película o, más bien, la premisa de una película: “Un despistado descubre que su ángel de la guarda está enamorada de él”.

De hecho, esa idea sonaba bien. Quizá algún día se daría el tiempo de escribir un guión y…

¡No!

No. Concentración.

Al punto.

Primero debía encontrar la respuesta a la pregunta más importante que se hubiera hecho en toda la vida…

—Ahora, ¿qué debo hacer?— Musitó desde su lugar en el suelo mientras su mirada se perdía entre las líneas de la pesada puerta de madera de la biblioteca. Le gustaba a Marinette, quelle folie*! ¿Quién lo habría pensado? No le molestaba que le gustara a una chica muy amable y lista, sino que él ya tenía a alguien a quien pertenecía su corazón y era Ladybug. Eso quería decir que debería alejarse de Marinette y su afecto y no darle esperanzas a un amor que podría nunca ocurrir; empero quería seguir siendo su amigo y

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus perder esa conexión con ella no era aceptable, mucho menos romperle el corazón.

Sin embargo, tenía que decidirse por una o la otra. Ladybug era una heroína, dispuesta a defender y proteger a cualquier ser indefenso y en sus ojos ardía un fuego espectral lleno de valor y fortaleza. Esa era la heroína moteada: un fuego imparable que ardía sin importar la tempestad ni la adversidad de la situación, brillante como el sol mismo ¿Y Marinette? Ella era como el viento o el agua, una brisa en un día caluroso, una lluvia enmedio del desierto, un elemento maleable que se abría paso y llegaba a lo más alto y a lo más profundo y del cual depender sería un privilegio: cariñosa, solícita, diligente, creativa y adaptable así como constante, disciplinada, con los pies en la tierra y la vista en lase strellas ¿Quién podría ser capaz de rechazar a un ángel o a una princesa?

¡Qué decisión tan difícil! ¿No, era posible conservarlas a las dos? Probablemente Chat Noir podría mantener su eterno romance con Ladybug (él estaba seguro de que tarde o temprano sus corazones latirían en la misma frecuencia), mientras que Adrien se dejaría consentir por Marinette o, mejor, Adrien podría mantener un amor prohibido con Ladybug y Chat Noir sería el gato que tocara a la ventana de Marinette

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus de vez en cuando para recibir una caricia y … Un momento, ¿qué locuras estaba pensando? No podía mantenerlas cerca con puros engaños. Eso no estaría bien, no eran juguetes sino personas y, si se enterasen de que siquiera pensó en ello, ¡sería gato muerto! Claro, si Ladybug lo rechazaba a él, entonces no habría problema... No obstante no estaba dispuesto a renunciar a Ladybug y algo le decía que Marinette tampoco se daría por vencida con él (y algo en él no quería que lo hiciera)…

¡¿Y qué tal si en el futuro ellas se pelearan por su amor?!

Ahora sabía cómo se sentía Inuyasha*

— Nino, ¿qué hago?— Suplicó el modelo a su mejor amigo por una respuesta.

— Bueno…— El susodicho recibió a tres personas en el karaoke, (al mismo tiempo, preparó un discurso en su cabeza sobre cómo su amigo famoso debía dejar de soñar y hacerse ilusiones de tener una relación con su ídolo, o sea Ladybug, y prestar atención en alguien cuya posibilidad de gustarle o conquistar su corazón no fuera de uno en un millón), programó las canciones y continuó hablando como si nada:—...yo en tu lugar la invitaría a ver una película o a ir por un

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus helado o, no sé, algo. Todos sabemos que aún le gusta a Nathaniël, así que apresúrate si no quieres que se te adelanten.

— Nino.— Le llamó con reclamo en la voz y el ceño fruncido ligeramente.

— Yo solo digo que qui vole un œuf, vole un meuf*— volvió a reñirle, sin más malicia que la de hacerlo sentir avergonzado.

— Así no va el refrán y además… Además, Marinette no… bueno… ella sólo es mi amiga...— Intentó excusarse el rubio— Mejor ayúdame a pensar una forma de, ya sabes, no herir sus sentimientos...

— Trés bien*.— Suspiró el moreno.— Supongo que podemos llamar a Marinette aquí y yo buscaré un dueto de amor por aquí, y eso… Así, luego de que le quites la ilusión, podrá ayudarse a sacar un clavo con otro clavo… como me lo pidió alguien con mucho afán y de rodillas.

— ¿Qué? ¿Quién te pidió eso?— Nino se rio con la expresión indignada de Adrien.

— Su nombre empieza con “Na-”.— contestó simplemente el moreno que fingía revisar algo en el equipo mientras los chicos usaban el micrófono.

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—¿Nathaniël?— Intentó adivinar el chico de ojos verdes, inconscientemente con algo de molestia palpable en su tono de voz. Su amigo negó con la cabeza y triunfante dijo:

— “Nadie”. —Replicó el ex-burbujero perdiendo el control de su burlona sonrisa.—“Nadie” me lo ha pedido con mucho afán y de rodillas.— Adrien sintió sus mejillas quemarle un poco y su cara roja se volvió casi incandescente cuando el chico de azul le quiso fastidiar: — Adrien Agreste, ¿seguro que no sientes algo más por Marinette?

— Yo… —El insospechado héroe suspiró y pasó una mano entre sus dorados cabellos, como si despejar su campo de visión fuera acto suficiente para aclarar sus dudas y ampliar su panorama…— No sé, no estoy seguro.— Contestó y murmuró para sí: — Ya no.

— Ya, tranquilo, campeón. Tómate tu tiempo ahí abajo para meditarlo y yo te despierto a la hora del concurso.— El DJ se dispuso a cubrir el escondite de su mejor amigo cuando agregó: — Pero, en serio,, ¿qué es lo peor que podría pasar?

—P-podría…— “Ladybug podría odiarme de por vida por ser un gato infiel, desleal, pérfido y alevoso”, lloró en su mente.— Bueno… Es que… no sé, yo… la

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus quiero y es una chica genial, es maravillosa, pero no en esa forma. Ya me hacía muy feliz la idea de tener a Marinette como amiga y creo que es mejor que así sigamos… ¡Ya no sé qué pensar!— Nino lo miró impávido un par de segundos y, con seriedad, comentó:

— …Si lo necesitas, mi primo Bettino es psicólogo...

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Pasaron las horas y cada minuto Alya observó las acciones de su amiga con el detenimiento de un zoólogo o sociólogo en plena incursión. Trató de descifrar la razón detrás de cualquier pequeño gesto o comportamiento, preguntándose el porqué de su extraña conducta.

— Hm, es tiempo de ir con Nino.— la joven dijo en un momento en que revisó su teléfono.

— Síp, ¿lista para dar tu función?— Interrogó la morena.

— Diré que sí, aunque la verdad es que nunca me voy a sentir lista.— La panadera, entonces tragó saliva al sentir su boca repentinamente seca.

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— Eso suena como algo muy sabio… — La morena le dió la razón justo antes de dejar su tono amistoso por uno un poco más amenazador— Habla ¿Quién eres y qué hiciste con Marinette?— La pelinegra dejó salir una ligera risa (en ningún momento notó que Alya hablaba en serio).

— ¿Qué te puedo decir? La verdad es que estoy aterrada.— Se cubrió el rostro con ambas manos y Alya logró respirar con más tranquilidad (quizá había visto demasiadas películas de ciencia ficción).— Si no me contengo, voy a perder la cabeza. — Con esto la otra chica (aunque con algo de culpa) se alegró de que todo era normal. — Digo, hay como un millón de cosas que pueden salir mal ¿Qué tal si a Adrien no le gusta la canción? ¿Qué tal si desafino? ¿Qué tal si mis nervios me hacen sonar como Clohé? ¿Qué tal ti la canción no gusta? ¡Ni siquiera soy buena en esto de la escritura!— Su voz cayó, pero su mente continuó gritando:— “¡Y no sé qué haré si Chat Noir realmente es Adrien! ¡Y tampoco sé qué esperar después de que escuche la canción!”

— Y, ¿ya vas a contarme algo de tu canción o me mantendrás en la penumbra?— Interrumpió la reportera para evitar oír el tren del drama.

— ¡Alya!— Le reclamó la chica aterrada.

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—Anda, al menos, dime cómo se llama— suplicó la reportera mientras la panadera se quitaba el delantal.— Ya sé que es sorpresa, pero tanto misterio me está carcomiendo por dentro.— La franco-china suspiró y sacó de su pequeño bolso una hoja de papel que desdobló y entregó a su amiga.

—“Besos de...”— Alya alzó una ceja cuando vió el título de la canción— ¿La escribiste cuando tenías hambre, verdad?

— Alya... — reclamó la joven franco-china con un puchero.

— Ya, sólo estoy jugando— la morena dijo al tiempo que alzaba una mano en señal de paz y ojeaba los versos.— La verdad, es que me parece una linda letra. Ya quiero saber cómo se oye… y si se la vas a dedicar a tú-sabes-quién...

— Y-y-yo… yo… — comenzó a tartamudear su respuesta, pero comprendió que la blogger sólo buscaba molestarla un poco.— Yo solo espero que le guste a la gente.— Afirmó la ojo azulada con esperanza.— Y a Adrien...— “Aunque ni siquiera estoy segura de que entenderá mi mensaje.”

—Hey, Supertorpe— La molesta voz de la chica pesada local vino a interrumpir desde unos pasos de

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus distancia.— Solo para que lo sepas, mi papi me prestó a su equipo de camarógrafos y se encargará de registrar este momento en alta definición; pero no te preocupes, no hay presión.—La chica rubia sonrió petulante— Oye Sabrina, se me acaba de ocurrir...— Fingió un gesto de reflexión profunda y se giró para hablar con su lacaya,— sería tan vergonzoso si alguien cometiera un error, en especial si la versión original será enviada a toda la escuela.

—Oh, sí, Clohé. Muy, muy, muy vergonzoso. —Asintió la pelirroja,antes de alejarse se, riendo, de la diseñadora.

Marinette se encogió de hombros con furia (¡Cómo le daban ganas de darle a Clohé un buen escarmiento!); sin embargo tomó una gran bocanada de aire que mantuvo su compostura mientras ella se repetía internamente con los ojos cerrados:

—“Paz interior, paz interior…”— Y cuando exhaló, dijo a la de lentes:— Ok, acabemos ésto rápido.

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Uno a uno pasaron los inscritos al concurso, desde pequeños conjuntos hasta dúos e individuos acompañados con instrumentos acústicos, como violines, guitarras y ukeleles. La fila delante de

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Marinette se iba haciendo más y más corta y sintió que su propio corazón comenzaba a temblar del miedo mientras le reclamaba: “¡te dije que no era una buena idea!”. Finalmente, Nino le llamó y caminó al centro del pequeño escenario, tratando de callar las dudas que insistían en morar sus pensamientos en tanto que los nervios trataban de tomar posesión de su cuerpo.

Ella era la última en aquel concurso (y las canciones anteriores habían sido muy buenas). Respiró profundo y trató de recordarse a sí misma que la misión no era ganar (esto no era Eurovisión); sino darle una pista a Chat Noir sobre quién era Ladybug realmente o clarificar si sus sospechas sobre Adrien eran acertadas. En cualquier caso, si no lograba ninguna de las dos, por lo menos haría que Clohé se comiera sus palabras. Miró al público mientras Nino cargaba la pista (que la prodigiosa había armado la noche anterior y, con algo de mucha suerte, iría acorde al ritmo y tono de la canción) y los nervios parecieron reiniciar la batalla en su interior en cuanto notó que todos sus compañeros habían dejado momentáneamente lo que hacían para escucharla.

En cuanto tomó el micrófono en sus manos, el leve barullo del festival pareció enmudecer, salvo por la voz que a lo lejos declamaba (la aportación del

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus director Damocles al festival: un micrófono abierto de poesía que él ocupaba a falta de voluntarios). Marinette sintió que no había nadie más en aquél lugar, salvo por el micrófono… y el rubio de ojos verdes que la veía entre la multitud que había invadido los pasillos de la parte superior para tener una mejor vista. Bien, al menos podía estar segura de que su canción llegaría hasta él sin contratiempos. (Lo que importaba era el mensaje, el sonido era solamente un plus… ¿verdad?) Suspiró y dio la señal a Nino para que corriera la música justo antes de cerrar los ojos en un intento por bloquear cualquier cosa que alimentara a sus rebeldes nervios y recordarse el por qué había creado aquella canción…

Aunque ella no fue la única que sintió en ese momento que su estómago y su corazón estaban en medio de un duelo dentro de su caja torácica.

Adrien se seguía preguntando qué debía hacer ahora que conocía los verdaderos sentimientos de su tierna amiga ¿Le habría hecho caso? ¿Usaría la canción para declararse? No haría algo como dedicarle la canción públicamente…¿o sí? Esperaba que no, la verdad no quería ser la razón de que Marinette estuviera triste y que, aparte de todo, la escuela entera se enterase (o ,peor, que la akumatizaran). Rogó a todas las deidades que pudo que su suerte no fuera tan mala (o que, al

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus menos, la de Marinette fuera mejor que la suya) y su amistad no quedara arruinada por culpa de él y sus consejos.

—En un abrir y un cerrar de ojos negros, el tiempo se me puede pasar… — Comenzó la dulce voz, algo tímida con el micrófono fuertemente atrapado entre sus palmas, antes de poner en su rostro una sonrisa traviesa.—En medio de tus cejas, un cúmulo de estrellas camina en la obscuridad…— La chica tomó otra gran bocanada de aire para evitar reírse del recuerdo de Adrien con la pintura fosforescente en la cara,—hasta la punta de tu nariz, la misma ruta quiero seguir; en este andar por descubrir lo que tú guardas para mí. — En algún momento volvió a cerrar los ojos mientras los recuerdos de la última semana danzaban en su mente al ritmo de la melodía cual imposible caleidoscopio musical—El destino no es casualidad… Hoy estoy en medio del lugar que no imaginé… tengo miedo…— ocurrió un momento de absoluto y efímero silencio en que un gato negro se aventuró a hablar...

—Parece que la princesa tiene múltiples talentos ocultos… — comentó el usualmente indiferente Kwami de la mala suerte— ¿no crees Adrien…? —El susodicho quedó paralizado. No. Hipnotizado. Fascinado al oír sus propias palabras en la letra de

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus aquella canción ¿Cómo sabía Marinette lo del comentario de Ladybug sobre estrellas en su cara? Lo de los ojos negros… lo entendía, había ocurrido en su casa (claro, no como él-Adrien sino como él-Chat- Noir). Aunque, cuando se golpeó con el poste despertó en su terraza con Ladybug y, vagamente, recordaba haberle dicho aquello sobre el destino… ¿Qué tanto pasaba en su cabeza? Ni él lo sabía. Ni siquiera estaba seguro de qué era lo que ocupaba a su cerebro momentos atrás, sólo podía estar seguro de que quería seguir oyendo esta canción…

…que su intérprete reanudó luego de aquél escaso segundo de silencio…

— Bajando… La luna y las estrellas por tus hombros, te miro de reojo y me sonrojo. Besos de canela para ti. — Mientras la melodía en el fondo le daba unos segundos para recuperar el aliento, dio una ojeada al público que había entrado en trance, y a la mirada verdeceledón de Adrien. Ahí estaba: embelesado y fascinado con aquel fenómeno que se desarrollaba frente a sus propios ojos y con la mente hecha un torbellino de preguntas en caos. No pudo evitar sonreír al saber que ella era el catalizador. Era ella a quien Adrien estaba dando toda su atención. A ella y a nadie más…

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—“…porque las mejores palabras de amor están entre dos gentes que no se dicen nada…” —Regresó a su canción en cuanto oyó los versos del director romper aquél corto silencio:

—Hasta tu boca voy a llegar y, poco a poco, voy a bajar marcando el son. Oigo el tictac de tu pecho al respirar… El destino no es casualidad… — Nuevamente ese estribillo. Adrien sintió que algo en su cabeza estaba ocurriendo, como si alguien estuviera a punto de encender una luz y se estuviera tardando mucho en alcanzar el apagador. Sentía los engranes de sus pensamientos a punto de comenzar a moverse, como con un acertijo a punto de resolverse, un rompecabezas a una pieza de completarse, una palabra atorada en la punta de la lengua…

—Bajando... La luna y las estrellas por tus hombros…— Esas palabras se las había dicho la mismísima Ladybug cuando estaban solos y no recordaba haberle contado eso a la pelinegra cuando le ayudó con su canción. Y hablando de la canción, ¿le había puesto atención? Pensaba que Marinette no lo tomaba en serio cuando era Chat Noir. Igual que Ladybug…

—“¡¿Igual que Ladybug?!”— Exclamó en su mente. Un segundo...

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—…Besos de canela para ti… — De repente una película comenzó a proyectarse silenciosamente dentro de su cabeza: una película sobre una chica a quien había conocido un mizo negro, una chica con cabello obscuro como hecho con hebras de fina obsidiana y grandes ojos azules cual agua de mar vertida en dos perfectas albuferas bajo el sol veraniego y en cuyos espejos había tenido la suerte de verse reflejado muchas veces; en ocasiones, enmarcados por una máscara bicolor y en otras, coronando unas mejillas sonrosadas (de vez en cuando, ruborizadas), convirtiendo las pequeñas pecas sobre su nariz en hermosos destellos…

— Je comprends lá!*— murmuró para sí el rubio

—Veo en tu sombra una fuente de nostalgia. — Marinette espió la reacción de Adrien de soslayo... — De repente los fragmentos de esta vida, no valen nada…

—Mi Lady...— susurró el rubio a la nada, la nada se tragó el débil sonido de su voz y lo convirtió en un trozo más del silencio fugaz que precedía a aquél simple, pero significativo, verso:

— Bajando… La luna y las estrellas por tus hombros…— El mundo de Adrien pareció tener más

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus sentido que nunca; dos perfiles diferentes se unieron para crear el retrato de una sola joven: una sola persona determinada y, a veces, dudosa; insegura y valiente; astuta e inocente; increíblemente talentosa y, de vez en cuando, increíblemente torpe;—… te miro de reojo y me sonrojo... —admirablemente elocuente y tiernamente tímida;— Besos de canela para ti.... — sorprendentemente firme e inconcebiblemente dulce; de aguda vista y atención al detalle y, al mismo tiempo, enorme despiste… Bueno, él había sido el ciego despistado (y torpe) que no había visto lo que era evidente ni porque la viera en clase todos los días; así que, ¿quién era él para juzgar?

—El destino no es casualidad… hoy estoy en medio del lugar que no imaginé… que no imaginé…

Apenas la pista terminó, la multitud comenzó a aplaudir. Aquellos en la clase de Madame Bustier vitoreaban como si fuera un entendido unánime que su canción fuera la ganadora (y lo fue).

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Cuando la hora de desmontar y partir al hogar llegó. Adrien se dirigió al lugar en que, sabía, se encontraba la panadera. En el mostrador de La Boulangerie

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Bohême, se apreciaba en el pizarrón la oferta de la tarde:

~Besos de canela~

···Dulces como tu primer beso···

La muchacha que buscaba estaba de espaldas a él, tratando de descolgar el letrero que rezaba “Boulangerie Bohême”, el cual se había atorado. El rubio se acercó y lo levantó lo suficiente para liberarlo del pequeño gancho del que colgaba. La chica se giró para agradecer a quien fuera que le había sacado del problema, sorprendiendose al encontrar a Adrien con las mejillas sonrosadas y sin saber qué decir.

—Hola— Fue lo único que se le ocurrió.

—Hola— Le contestó la chica, quien no sabía si era una buena o mala señal que él se acercara a hablar.

— Veo que ya les pusiste nombre.— Comenzó a decir tímidamente.

— Sí… alguien me dijo que probarlas era como un primer beso...— Ambos guardaron silencio, buscando mirar en cualquier dirección menos los ojos del otro.— Adrien, yo...

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—Yo… ehm… Solo quiero… Marinette, perdóname.— Pidió, aún con el letrero en las manos. La franco-china le miró con confusión.— Debí darme cuenta antes. Creo que… soy un pobre ciego, pero esto de “jugar al gato y al ratón”, al menos fue algo divertido. Por cierto, ya no me cabe duda de que eres una princesa, ya tienes una canción y una bella voz, solo te falta tu propia película animada.

— Ya vas a empezar, gato ciego— murmuró. Los ojos azules de la panadera se inundaron con lágrimas de felicidad ¡No se había equivocado! ¡Realmente eran uno solo! Adrien Agreste era Chat Noir, Chat Noir era Adrien Agreste. Sonriente, retiró el exceso de agua de sus orbes celestes y rio aliviada—No me sorprende. “Gato con cascabel, ni el ratón ve”. Aunque, siendo honesta, yo te descubrí apenas hace un par de días. Supongo que es verdad que “de noche todos los gatos son pardos”… morroño atrevido.

— Te juro que fue un accidente.— Se defendió instintivamente y sintiendo que en cualquier momento recibiría alguna clase de regaño.

— Ajá. “Cara de beato y garras de gato”.— El chico notó un tono juguetón y la tensión en él se desvaneció. Incluso optó por seguir el juego.

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— Bueno, cuando de ayuda artística se trata, no puedo hacerlo gratis. Tenía que cobrar algo— La pelinegra tomó una cesta de pan vacía y fingió darle un golpe en la cabeza, Adrien levantó un poco el letrero a manera de escudo y lo colocó en el suelo cuando vió a la chica regresar su respectiva “arma” al lugar del que la había tomado.

— Por cierto… ahora que sé que estás loca por mí...— comenzó a decir con un tono sugestivo—… tal vez sea un buen momento para decirte que ya hay alguien que hace que mi mundo se ponga de cabeza… Tiene un hermoso par de ojos azules, unas adorables pecas ¡Oh! Y tiene muchos talentos...

—¿En serio? Me pregunto quién será…—Fingió hacerse la occisa.

—Seguro la conoces, es una chica con mucha suerte…—Sugirió siguiendo el juego de Marinette.— Además, todo París la conoce.

—¿Clohé?— Bromeó la chica. El rubio pareció algo incómodo con dicha sugerencia.

— La quiero mucho, pero ella prácticamente es mi hermana.— “Hermana malvada” quedó flotando en la mente de la pelinegra junto con una risita.

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—Entonces… No, no sé de quién me hablas.

— ¿Enserio? Es muy lista, graciosa, compasiva, tierna, valiente… Quizá hayas oído hablar de ella, mi Lady.

— Hm...— Fingió pensarlo más a fondo. — Je donne ma langue au chat*.— El rubio inclinó un poco la cabeza y la ojo azulada se paró en las punas de sus pies para poder compensar la diferencia de sus estaturas y, finalmente, sus labios se encontraron (con un especial sabor a canela que el chico de ojos verdeceledón ahora entendía y se sentía tonto por no haber reconocido antes).

¡Finalmente! Un primer beso apropiado. El insospechado héroe felino no se resistió y sonrió ampliamente aún cerca del rostro de la diseñadora. La dicha era tanta que no sabía que debía hacer primero, ¿bailar, gritar, cantar? Esto era aún mejor que en sus sueños…

—“...los sueños sueños son” —Juró escuchar en su mente y, de repente, le llegó un recuerdo que había estado algo nublado toda la semana:

— Creo que la patrulla de ésta noche se suspende — le indicó la chica de rojo. — No sé si sea buena idea que saltes por ahí en estas condiciones. Almenos no aún. — El enmascarado de ébano entreabrió los ojos al

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus sentir la mano de Ladybug sobre su cabeza y sonrió para sus adentros, celebrando la pequeña victoria de aquella noche ¡Ladybug lo estaba cuidando! (Igual que una dedicada doctora, o eso parecía en su nublado y adormilado juicio).

— Tranquila, mi Lady. — El muchacho trató de disipar la tensión, aunque su voz no cargara el tono más enérgico en esos momentos. — Sólo necesito descansar un poco y estaré en pié en unos…—Sintió su frente palpitar y un dolor breve extenderse por su cabeza, lo que le hizo cerrar los ojos con fuerza. —Pero no me quejaré si me ayudas a llegar a mi hogar...— Ladybug pareció considerarlo unos momentos y luego dijo:

— Está bien.— La chica accedió, sin peros ni condiciones (claro, realmente ella esperaba que el micho no hiciera escándalo sobre ello por un rato) — Sólo espero que realmente sea una casa y no una caja de cartón debajo del pont des arts*.—El chico se rio ligeramente al ser llamado gato callejero en tan sutil forma.

— Sí, vivo en una casa, cerca de la Torre Eiffel… ¿y tú, Buguinette?— Runroneó su respuesta y su pregunta salió antes de que pudiera pensarlo dos veces. El muchacho sintió cómo Ladybug seguía acariciando su

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus salvaje melena y casi se permitió emitir un ronroneo. La chica le miró amorosamente y, antes de registrar completamente lo que estaba haciendo o las consecuencias que traería, dijo:

— Te responderé con una canción, — tosió ligeramente para limpiar su garganta y en voz baja entonó unos cuantos versos: — Tengo una casa que puedo llevar y que sabe alojar la fragilidad. / Es una casa que sabe andar y aunque lenta va / no hay mejor, no hay.

— ¿Vives en una casa que se mueve? Mi Lady, ¿eres gitana?— Inocentemente preguntó el gato, la joven de puntitos volvió a sonreír levemente.—Tu voz es preciosa.— Dijo ruruneando, como si lo anterior no hubiera pasado.— Deberías cantar más seguido, mi Lady, ¿me concederías una canción?

—Está bien.— Susurró. El muchacho no se percató en aquél instante del cómo la respiración de Ladybug se sentía más cerca de él—Busco verdades, coherencias, lugares, amor, unidad. —La joven se inclinó un poco más para apreciar el adorable rostro durmiente de su socio sin dejar de vocalizar aquella copla.—Me voy / como el caracol. / Cargo mi casa y me voy. / Cargo mi casa y me voy. / Salen la luna y el sol… / y me voy… como el caracol*...—

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El chico de negro sintió cómo volvía a entrar en estado de inconsciencia, como si estuviera cayendo (más precisamente, sintió esa sensación que se experimenta a veces al irse a dormir: el sentir que uno se cae aunque no se esté moviendo). El brusco espasmo de sus músculos le hizo despertar un poco más, aunque no lo suficiente para ayudarle a darse cuenta de lo que había sucedido, ni de que el rostro de Ladybug estaba a pocos centímetros del suyo.

—Ven, micho. —Se apresuró a decir la heroína.— Llevémoste con tu familia

Lo siguiente que recordó sólo fueron lagunas mentales en las que la heroína lo llevó en brazos, sobre los techos de París. El siguiente recuerdo lúcido que revivió fueron unos momentos cuando se despidió de Ladybug en unos edificios cercanos a la mansión Agreste, hacia la cual corrió en cuanto la ojo azulada desapareció en la lejanía. Por último, rememoró cuando saltó a la ventana de su habitación y se dejó caer al suelo, a Plagg exigiendo camembert y cómo, prácticamente se había arrastrado a su bañ, curiosamente, pensando en cenar algo con sabor a canela.

Todo aquello lo revivió en un segundo, y sólo una cosa le importaba: lo ocurrido en la casa de Marinette

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(sobre todo el beso, ¡un beso de Ladybug sin un akuma de pormedio que lo estuviera controlando!). Ahora sí, la alegría se desbordaba sin límite alguno. El sólo pensar en todo lo que había pasado esa semana bastó para hacerle querer carcajear histérico (bueno, casi).

—“Sip.”—Pensó— “Definitivamente, el destino no es casualidad”

—¿De qué te ríes?

— De nada, sólo… no puedo evitar pensar que esta semana ha sido de primeros besos: la primera vez que Arien besó a Ladybug, la primera vez que Chat Noir besó a Marinette y la primera vez que Adrien besa a Marinette …

— Hm… Tienes razón. — Le dió la razón la joven, fingiendo meditarlo con detenimiento.— Han sido muchos besos de canela en esta semana.— El muchacho recargó su frente contra la de la chica, disfrutando su presencia y seguro de que ella tenía la mejor suerte del mundo para hacer que un ciego como él lograra ver más allá de su nariz.

—Besos de canela para mí…

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EPÍLOGO: PRESUMIDO Y ORGULLOSO.

Adrien parpadeó. Miró los lisos y desgastados muros opacos, carcomidos por el tiempo; las mesas y sillas de madera, cuyo brillo había sido devorado por el paso de los años; los carteles con estilos de otras épocas; las ropas estrafalarias y a la vez tan ordinarias. Sí, esto era un sueño. No solo eso, este era un sueño lúcido, ahora él podría controlar lo que ocurriese a su alrededor (si quisiera, claro estaba, la verdad era que disfrutaba ver cómo las interacciones de los ahí presentes eran adaptadas a éste escenario de época creado por su subconsciente, como Kim y Alix en un juego de póker, aunque no más que ver a Nino en el escenario discutiendo con Alya mientras una irreconocible banda de jazz tocaba en el fondo).

Al ser un sueño lúcido, se suponía que él podría cambiar cualquier cosa.

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Y de detrás del mostrador de éste bar de antaño (¿treintas, quizá?), venía nada más y nada menos que la joven franco-china de ojos azules que él amaba, portando una máscara muy adornada con plumas negras y rojas, pero sabía que era ella la que se escondía bajo esas ropas: una falda roja y moteada de negro, botas negras que combinaban perfecto con la ajustada blusa negra de mangas largas en la que se dibujaba la silueta de un gato de ojos verdes ¡Las ganas de acercarse y hablar eran incontenibles! ¡Cómo quería robar su atención mientras atendía las mesas con los demás clientes!Y lo haría, después de todo, este era su sueño. Se acercó con paso decidido; pero, en lugar de hablar, comenzó a cantar a la par de una melodía que no coincidía con los instrumentos de la banda en el escenario.

—Elle est toujours à la bourre, la fille du Chat Noir— (Siempre anda con prisas, la chica del gato negro) comenzó a decir él antes de verse a sí mismo vestir un traje y sombrero blancos con corbata negra a través de los ojos de un segundo que continuó el verso:

— Avec sa petite gueule d'amour, toujours elle nous égare. — (Con su pequeña caña de amor, siempre hace que nos perdamos). La Marinette del sueño vino a dejar algo a una mesa y, antes de regresar detrás del mostrador, se giró para ver en la dirección del rubio.—

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Ses grands yeux bleus s'étonnent, quand on est trop bavards… — (Sus grandes ojos azules se sorprenden cuando estamos más habladores...)

—...après deux, trois verres de rhum. La fille du Chat Noir.— (...después de dos o tres vasos de ron. La chica del Gato Negro) Adrien continuó desde su perspectiva inicial y notó (no sin algo de extrañeza y fascinación) que tanto él como su doble (también vestido con el mismo estilo de época en color negro) llevaban antifaces negros y unas orejas de gato asomaban de unos huecos en los sombreros de ambos. Era como si aquello fuera un videojuego y él estuviera usando dos versiones del mismo avatar al mismo tiempo. A veces uno parecía ejercer dominancia, a veces era el otro, a veces ambos operaban al mismo tiempo.

—Et c'est comme ça tous les jours. On attend de la voir...— (Y así es todos los días. Esperamos verla...) una tercera perspectiva dominó su visión, sólo podía ver desde abajo de las mesas (como un gato que rodea las piernas de su dueño en busca de atención) cómo Marinette sonreía a los clientes y, desde ese punto, notó a sus dos avatares tomar asiento, mientras el de negro seguía la canción—...on flippe et on se rassure, au moindre de ses retards— (...jugamos con el pinball y nos calmamos del menor de sus retrasos). Como es usual en los sueños, la escena cambió bruscamente y,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus ahora, el rubio veía a ambos avatares sentados frente a la barra, siguiendo cada paso de la chica de coletas y cayéndose de vez en cuando de sus respectivas sillas, mientras que la pelinegra les miraba discretamente y con una ligera sonrisa de diversión. Su desconocido tercer avatar apartó la mirada y se detuvo en el rostro sonriente de la ojo-azulada que se acercó a tomarle en brazos y llevarlo a otro sitio (vaya, un avatar pequeño)

—Pour elle c'est bien plus grisant que de se voir…— (Porque ella es mucho más embriagante que mirarse…)—…nue dans sa chambre debout devant son miroir. —(…desvestido en su habitación, frente a su espejo) siguió escuchando la misma canción cuando descubrió que, ahora, estaba en el dormitorio de la franco-china. Exploró el lugar con la mirada y se detuvo frente a un espejo, donde comprobó que la tercera perspectiva pertenecía a un gato negro. Momento, él era un gato negro. Literalmente, un gato negro (y estaba desnudo).

—On lui a tous un jour promis la lune ~quel espoir ?—(todos le han prometido la luna alguna vez~¿Con qué esperanza?) El gato se dirigió a la ventana, en donde su avatar de traje negro estaba sentado y cantaba mientras veía al enorme disco plateado brillar en una melancólica atmósfera que parecía sacada de algún capítulo de un animé de romance.

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—Car on a beau lui faire la cour...——(Es porque nos divierte cortejarla…) —… à chaque fois elle se marre— (...en cada ocasión se muere de risa). Continuó el avatar de blanco que apareció de repente, sentado en el diván rosado de Marinette, dándole la espalda al gato y al doble de negro quien continuó la canción al tiempo que bajaba la escalera con los ojos cerrados:

—Elle sait que tous nos beaux discours ne sont que des miroirs aux alouettes... —(Ella sabe que todos nuestros bellos discursos no son más que trampas...) En un parpadeo, el gato apareció al pie de los escalones y admiró al doble ofrecerle una rosa a la pelinegra y ser retribuido con un golpecito en la nariz justo antes de dar media vuelta e irse al otro lado del recinto, ocultando una sonrisa.—...car le soir, on finit tous au radar— (...porque, al anochecer, terminamos todos en el radar).

Adrien volvió a tomar el lugar del avatar de blanco y fue a plantarse al lado del de negro para reflexionar un poco. Para ser un sueño lúcido, era bastante realista con la imagen de la panadera. Un momento, si su sueño era muy realista, ¿quería decir que ella lo quería más cuando era Chat Noir? ¿Por eso era que tenía dos avatares, acaso representaban ambas caras de la moneda? ¿Pero, entonces, porqué los dos tenían orejas de gatos? ¿Quería decir eso que Marinette

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus prefería a uno más que al otro? Un segundo, ¿estaba sintiendo celos de sí mismo? ¡Eso solo pasaba en los animes shojo!

Iba a llamar a la ojo azulada cuando la canción volvió a irrumpir en sus acciones:

—Faut dire qu'on s'en fout bien tous de savoir...— (Debe decirse que no nos importa mucho saber...) En medio de la oración, su conciencia saltó nuevamente al cuerpo del gato negro que reposaba en los brazos de su amada, disfrutando de sus caricias y su atención— ...si l'un de nous sera l'heureux veinard —(...si uno de nosotros será el feliz suertudo) ¿Por qué había pensado aquello? ¿Marinette lo quería completo, no? Las dos caras de la moneda, todos los matices de Adrien, hasta el último pelo del gato. Solo bastaba con preguntarle a la chica de rojo y… Tiempo, ¿de verdad quería tomar el riesgo y saber si era verdad? ¿Y qué tal si resultaba preferir un lado más que el otro…?

—...l'homme de sa vie, et si c'était un cauchemar?— (...el hombre de su vida, ¿y si fuera una pesadilla?) En un pestañeo los dos dobles rubios se encontraron sentados a cada lado de la adorable pelinegra, siendo observados por el avatar que era un gato negro, sentado sobre el regazo de esta. Ambos se habían

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus acercado a besar una mejilla de la chica (y estuvieron a punto de hacerlo) cuando…

TOC-TOC-TOC-TOC-TOC-TOC

—¡Adrien, es tarde!— Abrió los ojos y vió que, en realidad, estaba abrazando sus cobijas. —Sería aconsejable que cambiaras el tono..

— Eh… Sí, Natalie… tienes razón...— contestó el original y único Adrien Agreste, desde su sitio al pie de la cama, con la cara pegada al piso.

—Apresúrate, tu alarma ha estado sonando desde hace una hora. —Comentó la dama de gafas mientras Adrien se erguía y lo dejó solo para que pudiera alistarse para la escuela a toda velocidad; aunque ni siquiera ganó tiempo suficiente para desayunar algo más que un pain au chocolat* y medio vaso de jugo de naranja.

El tiempo en que recorrió el auto el trayecto de su casa al colegio fue bastante justo. El chico llegó a clase a tiempo, aunque su prisa le hizo chocar con la puerta cuando Madame Bustier estaba en el proceso de cerrarla. Pudo oír unas cuantas risitas y a la profesora indicarle que no debía correr por los pasillos...

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— ¿Y ahora, por qué tan tarde?—le interrogó Nino, divertido como todos.

—Me quedé dormido.— Explicó el modelo, medio ocultando su rostro detrás de su cuaderno. Nino

—¿“La fille du Chat Noir” otra vez?— Cuestionó con la ceja arqueada y algo entretenido con la reciente obsesión que su amigo había desarrollado con dicha canción desde el momento que la oyó (o eso suponía él, pues su amigo de ojos verdes sólo llegó una mañana tarareando el estribillo y no paró desde entonces).

— Una buena canción muchachos, pero no es el tema de la clase.— Intervino la profesora antes de que pudieran continuar con su conversación.— El día de hoy continuaremos con el tema de la poesía. — La maestra fue hacia su tableta y la conectó al proyector. —La semana pasada revisamos los temas respectivos a corrientes poéticas y movimientos literarios que han contribuido a su evolución, por ejemplo… Marinette, ¿podrías mencionar los subtemas que vimos?

— O-oui, madame.— La pelinegra asintió. Adrien, por su parte, sonrió con aquella pequeña excusa para poder girar su cabeza y mirar a la adorable panadera

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(y sentir como si su corazón hiciera un clavado olímpico a una piscina de felicidad pura)

— Ehm… Grecia Clásica...— titubeó un poco al no recordar muy bien los temas—...clásica, clásica… era... poesía sagrada, poesía amorosa, poesía épica, poesía lírica… ah…— Hizo una pequeña pausa y se ayudó de los dedos de su mano para seguir— Poesía barroca, culteranismo, conceptualismo, poesía estilo Dadá, poesía romántica, modernismo… y poesía contemporánea.

— Muy bien, sólo te faltó mencionar el haiku.— Dijo la profesora con aprobación. Marinette tomó asiento y brevemente dio una ojeada al rubio que regresó su mirada al frente con renuencia. El propio corazón de Marinette parecía latir más lento, como si nada en la vida le preocupara y pudiera darse el lujo de ser perezoso y disfrutar de ese momento en lugar de enviar sangre oxigenada al resto de su cuerpo.

— El día de hoy, niños, verémos los temas concernientes a la parte técnica de la poesía: métrica, ritmo y figuras literarias. Ahora, comenzaremos hablando del verso florentino y el soneto. Observen la pantalla...

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El tiempo de la clase pasó volando, la campana indicó el final de la clase y el inicio de otra. Todos guardaron sus pertenencias para correr a prepararse para la clase de Madame Mendeleiev mientras Madame Bustier les aseguró que terminarían de ver la parte de la clase que faltó cubrir al día siguiente.

— Y para su tarea de hoy...— Una protesta colectiva fué recibida.— Tranquilos. No es mucho ni algo muy pesado. Con lo que vimos el día de hoy sobre rima, métrica y las figuras literarias, elaborarán un poema de la extensión de su preferencia siguiendo la corriente o estilo que ustedes quieran. Y, como quiero asegurarme de que le pondrán empeño a su poema, en caso de que elijan el haiku, deberán escribir cinco. Bueno, ya pueden retirarse, nos vemos mañana.

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— No sé qué escribir para la tarea de Madame Bustier.— Se quejó Nino en cuanto salieron para la hora del almuerzo. — Creo que mi poema se va a llamar: Bloqueo Creativo.— Adrien, Alya y Marinette rieron con su exagerada muestra de estrés.

— Oigan. —Interrumpió la reportera.— Me tengo que ir, ya saben: increíble entrevista exclusiva con

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Ladybug y Chat Noir. Debo irme pronto para llegar al foro.

— Bien, nosotros vamos a almorzar a casa de Marinette— El rubio contestó al tiempo que tomaba la mano de la pelinegra. Se despidieron sin más palabras y Marinette y Adrien se apresuraron a ejecutar su plan: paso uno, convencer a los padres de Marinette de dejarlos ir a la habitación de ella con el pretexto de jugar videojuegos y cerrar la puerta; paso dos, dejar una grabación del videojuego reproducirse a alto volumen para disimular su ausencia; paso tres, hacer la entrevista y volver a su habitación tan rápido como fuera posible para alcanzar a almorzar algo.

— ¿Cómo lograste que la entrevista fuera a la hora del almuerzo?— Preguntó Adrien.

—Fácil, sólo dije que no quería hacer que la administradora del Ladyblog tuviera problemas en la escuela. — Y había sido una muy buena excusa, sabiendo que Ladybug era una heroína que solo quería lo mejor para todos, nadie protestó cuando el bienestar académico de Alya fue mencionado.—Creo que nuestra historia para hoy es sólida y no da muchos detalles. Lo que me preocupa son las preguntas de los fans, sólo tuvimos 10 minutos para

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus hablar de eso ayer...— Admitió mientras buscaba entre sus archivos el video del juego pregrabado.

— Ya me encargué, mi Lady— le aseguró el rubio.— Me encargué personalmente de saturar los comentarios del Ladyblog anoche después de patrullar.

— Con razón llegaste tarde hoy ¿Cómo lo hiciste? Creí que estaban bloqueados los comentarios anónimos.

— Fácil, hay un sitio que te permite crear cuentas de correo temporales, creé uno nuevo por cada pregunta que se me ocurrió, algunos cambios en la gramática por aquí, cambio de estilo de escritura por acá, debates fingidos, faltas de ortografía a diestra y siniestra y listo, cientos de preguntas que parecen ser enviadas por cientos de usuarios diferentes.— Sonrió el chico.— Confía en mí, hice las preguntas más interesantes que Alya podrá encontrar en el blog. — La muchacha rodó los ojos y sonrió.

—Como sea, hora de transformarse.— La joven se apresuró a reproducir el video señuelo y llamar a Tikki y, apenas completó su transformación, abrió la ventana de su habitación.—Les tomarán 15 minutos a Alya y Nino para llegar, tardaremos la mitad del tiempo si nos coordinamos y...

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— ¡Espera, mi Lady!— Adrien, quien aún no había invocado su transformación, la detuvo justo antes de salir por la trampilla sobre su cama.— Yo… bueno, ya han pasado varias semanas desde... el festival y… yo quería… ehm...— El tartamudeo del chico se hizo peor—y-yo...eh-q-que-que-que-quería...— Se aclaró la garganta.— Sólo dame un par de minutos.

—Adrien, ¿qué estás...?— El rubio sacó su teléfono y comenzó a reproducirse el sonido de una guitarra. Para la sorpresa de la ojo azulada, el verdeceledonóculo tomó sus manos entre las suyas y comenzó a cantar.

—Y yo que hasta ayer / sólo fui un holgazán, / hoy soy el guardián / de sus sueños de amor La quiero a morir*. — Su voz y la música se oyeron en perfecta armonía por encima. los efectos de sonido del video, su voz (El rubio había querido dedicarle esa copla a Ladybug desde hacía un buen tiempo, lo tenía planeado desde antes de conocer la identidad de su amada, pero no había tenido la oportunidad de hacerlo).— Pueden destrozar / todo aquello que ven, / porque ella de un soplo / lo vuelve a crear / como si nada. / Como si nada. La quiero a morir. — La chica quedó paralizada al escuchar aquella letra que el muchacho entonaba con un gran sentimiento y sin apartar sus tiernos ojos verdes de los de ella.

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— Ella para las horas / de cada reloj / y me ayuda a pintar / transparente el dolor, / con su sonrisa. — A cada verso que Adrien pronunciaba las imágenes de Marinette y Ladybug se intercalaban como en un caleidoscopio en su cabeza, como si estuviera dentro de un anime romántico y todo a su alrededor fueran rosas y burbujas rosadas—Y levanta una torre / desde el cielo hasta aquí. / Y me cose unas alas / y me ayuda a subir / a toda prisa. / A toda prisa. / La quiero a morir...

— A-Adrien, tenemos que irnos— La heroína apenas logró pronunciar luego de oír esa conmovedora serenata impromptu por parte del chico. — Va-vamos a llegar tarde. Y-y… y… y no podremos regresar a tiempo...

—Conoce bien cada guerra / cada herida, cada ser… /— El rubio sonrió satisfecho y continuó la última parte de su interpretación— Conoce bien cada guerra / de la vida y del amor también...— Terminó la grabación de la guitarra y el joven sonrió ampliamente al ver a Marinette sonrojada en su forma de Ladybug. — Elle a dû faire toutes les guerres / De la vie, et l'amour aussi... Te ves preciosa cuando te sonrojas, mi caballero de moteada armadura.

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— ¡Eres un inoportuno!— Exclamó la chica, el rubor en sus mejillas intensificándose con el enojo que sentía.

— ¡Jajaja! Lo siento, mi Lady, tenía que hacerlo— Trató de justificarse justo antes de llamar a Plagg al interior del anillo (interrumpiendo su discurso sobre las náuseas que le provocaban las muestras de afecto entre humanos).

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— ¡Entramos al aire en un minuto! — Se oyó en los comunicadores de todos en el foro, posteriormente se escuchó la instrucción del switcher sobre qué cámara sería la primera en entrar y su productora hablándole al jefe de piso y gritando instrucciones al VTR. Nadja miró su reloj preocupada.

— Ya deberían estar aquí,— murmuró para Alya que estaba revisando sus mensajes en su respectivo sillón.

— Tranquila, ellos nunca fallan, seguro que harán una gran entrada— La joven reportera respondió, un poco distraída con un debate en su blog un tal “ladybug_lover111” y “lAdYnOiRr4eVeR” sobre de qué estaban hechos los trajes de los protectores de la ciudad y una teoría de un usuario llamado

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“ladybugiestmawaifu”(a quien insultó un trol llamado “ChatNoirEsElRey”).

— Al aire en diez… nueve… ocho…— Escuchó Nadja en su oído cuando los paladines llegaron como caídos del cielo.—

— ¡Llegaron!— Exclamó la pelirroja con una nota de alivio en su voz.

— Cámara uno, Nadja.— resonó en el auricular y la presentadora siguió la indicación para continuar con el programa (lo usual: un saludo a la audiencia de su parte y de Alya, una presentación rápida de sus super héroes locales y una invitación a “no despegarse de la transmisión”)

— Primero comenzaremos con lo que todo el mundo quiere saber, — comenzó Alya— en estos últimos días hemos podido notarlos más juntos que nunca… ¿podrían explicarnos?— La mirada pícara de la morena y su sonrisa casi hacen al rubio y a la pelinegra rodar los ojos.

—Bueno, creo que ya todo el mundo lo ha dicho en redes sociales, —empezó a explicar la chica moteada,—pero es mejor que aclaremos la situación verán…

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— ¡Ladybug me abrió su corazón!— Exclamó el michino con un maullido agudo de emoción. La catarina le miró con algo de enojo de ser interrumpida.— Perdón, mi Lady. No resistí.

— Oh, la vache!— Exclamó Nadja, por su parte, la chica de los lentes ensanchó su sonrisa.— ¿A qué se debe éste tremendo giro de la trama?

— Como podrán haberse dado cuenta,— Ladybug intentó volver a explicar,— Chat Noir no es nada discret con sus sentimientos y es muy insistente. — La periodista y la reportera asintieron al unísono mientras que en la pantalla a sus espaldas se proyectaban imágenes de los dos grandes insignes de la ciudad captadas en noticieros anteriores.— Así que decidí darle una oportunidad. Acordamos salir y pasar tiempo juntos y hacer cosas que hacen las parejas durante un periodo de prueba de un mes. Si no nos incomoda, se estaremos juntos por un tiempo indefinido; y, en el caso contrario, terminaremos con el romance y seguiremos siendo sólo buenos amigos...

— Cosa que no pasará,— interrumpió el morrongo fusco.— Sólo debo mostrarle a mi Lady que somos el uno para el otro.

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— Sí, claro, minino. — La chica de rojo sonrió en su dirección e hizo un ademán para mostrar la poca importancia que le daba a sus palabras. Al parecer, la excusa que habían inventado el día anterior había tenido éxito.

Habían pasado un par de meses desde el concurso, pero Ladybug y Chat Noir no podían dejar ver al mundo que se habían robado el corazón el uno del otro, y habían logrado ocultar sus sentimientos por unas semanas, pero una foto viral logró hacerlo peligrar sus identidades a los ojos de Alya. (Era demasiada coincidencia que Marinette y Adrien se hicieran una pareja un día y al siguiente el romance floreciera entre los paladines de la ciudad).

— Bueno, si no les molesta, sus fans dejaron una generosa cantidad de preguntas para ustedes en el Ladyblog y esperamos que puedan responderlas...— Intervino Alya. Nadja, entonces, se unió con la aclaración:

—Claro, sólo serán las de mayor frecuencia y algunas nuestras, si no, éste programa no acabaría nunca.— Los presentes sonrieron divertidos. — Alya, ¿nos haces los honores?— La colegiala tomó su tablet y abrió un documento actualizado justo antes del inicio de la entrevisata.

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— De acuerdo con el software estadístico con el que cuenta el Ladyblog...— Comenzó a leer, y Nino (desde su sitio detrás de cámaras), se quejó en su mente: “Y el increíble software de estadística que registró las respuestas y clasificó los comentarios e hizo el análisis de resultados se llama Nino Lahiffe, muchas gracias. Y le debes al pobre software humano, que tuvo que despertar a las 4:00 am para revisar todos los comentarios del Ladyblog y tuvo que hacer milagros para que Madame Bustier no lo atrapara distraído en clase, una tonelada de chocolate y un cuerno de unicornio”— Estas son las preguntas que tienen a gran parte de nuestra audiencia despierta por las noches. Ladybug, Chat Noir… ¿Cuál es su libro clásico favorito?

—Hm… tengo una cierta inclinación hacia la ciencia ficción, así que… basta con que les diga que ha sido llamado el primer libro de ciencia ficción.— Ladybug respondió sabiendo que muy pocos realmente sabrían que la respuesta era “Mundo en llamas”.

— Oh, entiendo, ¡somos del mismo club!— Bromeó la morena— ¿Y qué hay de tí, Chat Noir?— El verdeceledonóculo sonrió travieso con esa sonrisa que a Ladybug no le gustaba porque le daba la sensación de que algo malo iba a pasar...

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—De Lope de Vega… Gatomaquia.— Ladybug sintió la necesidad de hacer que su mano hiciera contacto con su cabeza, estaba enamorada de un tonto que sólo quería una excusa para hacer juegos de palabras de gatos.

—Oh, no sé por qué no lo sospeché.— Comentó Nadja, divertida con la respuesta tanto como lo estaba Alya.

— Siguiente pregunta… — Alya llamó su atención— ¿Cuál es su anime favorito?— Ladybug se quedó muda unos segundos y miró al micho con una mirada que, esperaba pudiera enviar todo su mensaje: “Que empiece el juego…”. El mizo le guiñó el ojo.

—Las damas primero, mi Lady.— Y se dejó hundir en el sillón como adueñándose de ese lado del mueble.

— La Princesa Caballero. Siempre ha sido de mis favoritas.—Dejó salir algo de verdad la catarina, luego se dirigió a su querido compañero.— Tu turno.

—Hm, es difícil decir,— admitió el michino mirando al techo como si se hallara la respuesta ahí,— porque de hecho tengo tres, Tokyo Mew Mew, Black Cat y los Gatos Samurai— En algún lugar, alguien rodó los ojos (Nino se lamentó por haber escuchado el consejo de Adrien sobre la selección de preguntas)

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—Ahora, Serie de libros favorita— Siguió leyendo la morena.

—La peor bruja de Jill Murphy,— el morroño se rio internamente por la selección de su amada, se perdió un par de segundos mientras alababa el ingenio de ésta en su mente antes de dar su contestación:

—Warriors de Erin Hunter, por cierto, soy del clan del cielo.

—Oh, vaya, tenemos algo en común,— comentó la muchacha con las preguntas—... yo soy del clan tormenta. — Volvió a revisar su tablet y dijo:— No sé por qué le intriga esto a nuestra audiencia, pero… ¿personaje de animación favorito?

—Hm… no tengo uno realmente… A menos que cuenten personajes de videojuegos. Si es así, elijo a Link.

—Félix, el gato— dijo simplemente el de negro y todos los presentes movieron la cabeza señalando lo obvio.

—¿Serie de culto favorita…?— Leyó la pregunta interrogando más a la pregunta misma que a los entrevistados (¿Qué clase de pregunta era esa? ¡Iba a matar a Nino!). Los invitados pensaron un momento a

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus qué se refería aquello con “serie de culto”. Con suerte, sería algo subjetivo.

—¿Dónde en el mundo está Carmen Sandiego?— La chica respondió con la pantomima de ponerse un sombrero. El gato se puso de pie sobre el sillón y dijo, blandiendo su bastón cual espada:

—Thundercats. Ambas versiones.— Y volvió a sentarse cuando la ojo azulada dió un tirón de su cinturón.

—Cuento favorito— Pidió la entrevistadora de lentes.

—“El diablito bueno”— Confesó emocionada la catarina al hablar de su predilecto de los cuentos de la calle Broca.

—El Gato con Botas— El micho replicó señalando a sus pies.

—¿Poema favorito?

—De Pablo Neruda, Oda al gato— Se adelantó el de negro con emoción.— Miren ese si es un poeta que sabe honrar a la belleza de mi especie.

— De Jaime Sabines, Espero curarme de ti en unos días.— Confesó mientras miraba al mizo

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus acusadoramente, a lo que el otro hizo un ademán para mostrar que se sentía ofendido.

—¿Película favorita?— La catarina, sin dudas ni titubeos respondió:

— Un Monstre á Paris— Luego miró al morroño a su lado que se encogió de hombros y sonrió resignado. Eso quería decir que se le habían acabado los juegos.

— Cómo entrenar a tu dragón— Respondió y los paladines sintieron como si el mundo entero levantar una ceja— Los gatos somos dragones en su última evolución.— A Alya se le escapó un ronquido que delató su intento por ocultar su risa.

— Chat Noir, no eres un pokemon.— Se rio la catarina con un poco de pena por la dirección tan ridícula que había tomado la entevista con estas preguntas.

— Y ahora… Una pregunta mía, — intervino la periodista favorita de la ciudad —si su relación funciona, ¿tienen planes para el futuro?

— ¿Planes?— El michino preguntó al encontrarse con estas preguntas que se salían de su zona de confort.

— Sí, como casarse, tener familia, o tal vez… No sé, ¿una boda grande?

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— Sí.—Afirmó el de ojos verdeceledón como si hablara de un hecho irrefutable.— Una boda grande, muy grande. Tan grande que todo París estará invitado y toda Francia seguirá la transmisión en vivo. Tendrémos un pastel de bodas tan grande que aparecerá en el libro de records mundiales— El micho describió con grandes gestos de manos.— Todos los grandes diseñadores del mundo pelearán para encontrar al que creará el vestido de Ladybug. Y el mundo entero se enterará de que Chat Noir es el ídolo más afortunado de la creación y que Ladybug es la persona más feliz del universo.. — Declaró con mucho entusiasmo. Ladybug suspiró divertida y dijo:

— Bueno, —respondió la joven moteada,— si todo sale bien, quizá— hizo hincapié en la palabra— nos casemos.

— ¿Y cuántos hijos?— la pelirroja con una sonrisa y cero seriedad, aún así, la pregunta sorprendió a los tortolos lo suficiente para tardar un segundo en reaccionar.

— No sé, puede ser...— La catarina respondió y se llevó la mano a la barbilla en un gesto pensativo. — Tal vez uno o dos…

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— Oh no, mi Lady, ya tengo todo planeado. — Intervino el mizo.— Tendremos tres hijos, dos niños y una niña. Y sus nombres serán: Félix, Silvestre y Kitty. Y viviremos una maravillosa vida felina con nuestros pequeños mininos. Ya verás que seremos muy fe- linces.— Ladybug se llevó una palma a la frente y suspiró resignada. (Más tarde, cuando los ladybloggers vieron la repetición del programa, el comentario con más “me gusta”, hecho por alguien llamado “ladamabug_y_el_gatobundo”, explicaba cómo “Félix Silvestre y Kitty” no sólo eran nombres de personajes felinos de caricaturas sino que, también, era lo más parecido al nombre científico del gato: Felis Silvestris Cattus) Alya sintió empatía por Ladybug.

— Ladybug, una pregunta más. —Agregó Nadja— Suponiendo que lo suyo no funcionara ¿seguirías queriendo a Chat Noir? Bajo el entendido de que le tienes cierto cariño, claro.

— Por supuesto que lo quiero. — Afirmó la catarina, haciendo sonreír al susodicho.— Ya lo quería como un mejor amigo, y lo seguiría queriendo... aunque sea un gato presumido, orgulloso.

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— ¡Pero, mi Lady! ¿cómo puedes decir tal cosa? Sabes bien que soy sencillo y soy modesto.— Ladybug sonrió en forma ligeramente malvada.

— Qué bueno que me lo recuerdas, porque ya tengo un plan de vida, sencillo y modesto, hecho para nosotros dos, Chat Noir. — El chico se sorprendió y no pudo pronunciar palabra. — Primero, tendremos cinco hijos, una se llamará: Catalina, pero le diremos de cariño “Catita”, y cuatro que se llamarán: John, Paul, George y Ringo; a quienes les enseñaremos a cantar y les apodarán “Los Beatles”. Los llevaremos a la escuela en el auto familiar que será un Beetle. Y vivirémos .— El micho se sonrojó visiblemente y no dijo más nada. (Los comentarios hechos en el Ladyblog de esa tarde señalaron cómo Ladybug lo había hecho callar y sonrojar).

— Finalmente, para terminar nuestro programa ¿Cómo quisieran que terminara su cuento de hadas?

—Yo no calificaría lo nuestro como un cuento de hadas,— aseguró la joven catarina,—tuvieron que pasar muchas cosas primero... es más bien como…

—¿Como una novela romántica, mi Lady?— Intervino el mizo mirándola a los ojos.— ¿Algún libro de Jane Austin? ¿Orgullo y prejuicio?”)

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—No, más bien estaba pensando en algo más coloquial, como… ya sé, como Naruto— Y el gato se quedó sin palabras. Adrien sintió cómo su cuerpo quedaba paralizado y a su corazón acelerarse en un intento por lograr convencer a los nervios de sus brazos y piernas de reaccionar, pero su cerebro estaba muy ocupado gritando como si estuviera en una montaña rusa.—…Sí, algo como Naruto y Hinata, en especial después de todo el drama, la cuarta guerra ninja… ¡Oh, y el relleno! En especial el relleno, creeme, lo vi completito.

— ¿Y qué dices tú Chat Noir…?”— Se dirigió la morena al chico de negro que no respondió, parecía estar perdido con la cabeza en la luna o más allá.

—¿Chat…?— La moteada intentó sacudirlo para llamar su atención, pero éste cayó de su asiento, desmayado.

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— Creo que eso salió bien— Comentó la panadera al rubio que se había mantenido callado todo el trayecto.—La joven terminó su transformación en cuanto sus pies tocaron el piso de su hogar. Apenas terminó la entrevista (y el micho volvió en sí), se apresuraron a volver a la habitación de la panadera.—

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¿Adrien?— Llamó al seguir sin recibir sonido alguno del enmascarado de ébano. — Oye, si aún te sientes mal, puedo ir a buscar algo en el botiquín, quizá una aspirina te ayude.

— Quoi?— El susodicho se percató, finalmente, del cambio de lugar — No, eh… estoy bien… solo...— En vano quiso explicar la razón de su desmayo, era un poco vergonzoso admitir que se sintió muy feliz con la idea de que la linda pelinegra tuviera ya un plan (fuera real o no).

— No me espantes así, avísame la próxima vez para tomar precauciones— Le regañó la chica un poco molesta, convencida de que el michino presentaba algunas señas de deshidratación y bajos niveles glucosa en sangre (Adrien no admitiría que esto fuera verdad, pero había optado por contener su costumbre de comer de inmediato cualquier galleta, croissant, eclair o cualquier platillo que le ofreciera la chica y mentir sobre su dieta sólo para verla preocuparse por su salud, después de todo se veía adorable hasta cuando se enojaba.)— Espero que hayas aprendido tu lección, no quiero que mi futuro esposo me deje viuda antes de nuestra boda por descuidar su salud. — El oyente se sonrojó apenas esas palabras fueron comprendidas por su cerebro, sentía que debía sentarse antes de volver a desmayarse.

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— ¿Futuro esposo?— Ahora fue el turno de la chica para sonrojarse, pero de vergüenza por haber confesado algo en el momento menos preciso.

— Pe-perdón yo...— la chica se disculpó y trató de excusarse tan rápido como pudo—… hablé sin pensar. Tal vez estoy pensando demasiado… ya sabes. Ni siquiera somos adultos aún y… y… — Hizo una pausa por un momento para encontrarse con un gato mudo mirándola fijamente con una expresión imposible de leer— ¿Sabes qué? Olvida lo que dije. Puede que sólo sea mi subconsciente hablando y mi subconsciente tiene el mal hábito de juntarse con mi imaginación. Que, bueno, te quiero lo suficiente para imaginarme casada contigo y es claro que, tal vez, tú no y… y… Ay, ¿qué digo? Ya empecé a divagar...

— Marinette… — El chico, aún vestido de gato, la tomó de los hombros y sonrió radiante y ampliamente. Acto seguido, buscó algo en la computadora y se arrodilló frente a la ojo azulada.—Yo quiero que tú seas mi princesa... — Vocalizó sin preparación previa y, por segunda ocasión en ese día, en esa habitación se escuchó una serenata espontánea.— Yo quiero que seas como cenicienta / esa mirada dulce y mágica a mí me congela...—La emoción en su voz era evidente, el cariño y la ensoñación estaban presentes, aún más notoriamente con la expresión de sus ojos.

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— ¡Oh, no! ¡No vayas a empezar!— La joven le llamó la atención, halagada de que el rubio le dedicara nuevamente una canción, pero también preocupada...

—Yo quiero que tú seas princesa de mi corazón / yo quiero ser el sapo que solo beses por amor…—Siguió el otro, ya sin preocuparse por su volúmen y entregándose al sentimiento de la melodía (y usando un cepillo para el cabello como un micrófono).

— ¡Mis padres te van a escuchar!— Le reclamó la diseñadora, sintiendo como si la entrada de su habitación se fuera a abrir en cualquier segundo.

—...y que despiertes de tus sueños solo con mis besos / y regalarte mi amor eterno

— Por lo menos destransfórmate, ¿qué tal si te ven?— Continuó la chica, que se apresuró a verificar que sus cortinas permanecieran cerradas, cada vez con más pánico. Chat Noir, sin embargo, no paró y la siguió por la habitación aún cantando.

—Yo quiero que tú seas mi princesa / que tú seas la bella y yo la bestia

— ¡Ya basta! Plagg, te deberé dos paquetes de Camembert si lo destransformas ya.— En un destello de luz verde, el kwami del infortunio aceptó el trato y

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus se unió a Tikki dentro del bolso de la muchacha. Y justo a tiempo, pues en ese momento el destino decidió que Nino y Alya debían entrar en la habitación de Marinette.

—Yo quiero que tú seas princesa de mi corazón /yo quiero ser el sapo que solo beses por amor... — El rubio continuó como si no hubiera habido ningún cambio, sin perder la amplia sonrisa y la expresión de dicha infinita en su mirar. —...ser aquel que ponga en tu pie, la zapatilla / y que despiertes de tus sueños solo con mis besos / y regalarte mi amor eterno...— Marinette se cubrió el rostro con las manos. Sólo esperaba que Nino y Alya no hubieran visto nada. La canción aún no terminaba cuando a Nino se le escapó una carcajada.

— Mec, ¿no pudiste encontrar algo más cursi?— Se burló el DJ. El modelo sonrió como gato de cheshire y se acercó a la computadora nuevamente

— ¿Más cursi? D’accord*…!

— ¡No! — El moreno detuvo a su amigo.— No sabes lo que es el sarcasmo, ¿verdad?

— Claro que lo sé, es un filósofo griego— Respondió el de ojos verdes. El DJ suspiró sin darse cuenta del juego en el que estaba a punto de ser atrapado.

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— Ese es Sócrates.— Desmintió el mejor amigo del chico de ojos verdes, mordiendo el anzuelo exitósamente.

—Ya lo sabía. Sarcasmo es un tipo de edulcorante artificial que contiene azufre.— Volvió a equivocarse el modelo (obviamente lo había hecho adrede, pero, aunque todos sabían que era muy bueno en clase de física y química, Nino no se dió cuenta de la trampa en que había caído).

— Eso es la sacarina— Le corrigió un exasperado Nino, evento que Alya tomó como señal para comenzar a grabar aquello, esperando que sus risas y las de Marinette no arruinaran el audio.

—Cierto, el sarcasmo es un grupo de huesos casi al final del columna vertebral.—Dijo con una amplia sonrisa con la que intentó detener sus carcajadas.

— No, eso es el sacro. — Se desesperó más el de lentes.

— Me confundí. El sarcasmo es el féretro de un faraón— Aseguró con mucha seguridad.

— Eso es un sarcófago.— Se desesperó más el DJ.

— ¡Ya me acordé! Es un tipo de alga marina.—En éste punto, Adrien hablaba con poco aire y entre risas.

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— ¡Ese es el sargazo! —Le gritó su mejor amigo que, finalmente, había caído en la cuenta de que el otro se estaba burlando de él.

— Entonces es… es un tumor de un tipo de cáncer muy raro.

— Eso es un sarcoma. Mejor regresemos a la escuela para que te eduques.— Todos en la habitación comenzaron a reír. — Cambiemos de tema, ¿vieron la entrevista?

— ¡Sí! — Exclamó la pelinegra con entusiasmo— De hecho, Adrien me recordó cuando íbamos a la mitad del nivel. ¡Tramposo!

— Lo siento, princesa— Se disculpó con una sonrisa coqueta y un guiño, sólo para recibir un puchero por parte de la pelinegra y un pellizco en la mejilla.— ¡Me encantó la parte en la que hablaron de su boda! Sería tan divertido ver a mi papá pelearse con otros diseñadores...

—No sé ustedes pero, mi parte favorita fue cuando Ladybug hizo que Chat Noir se quedara sin palabras.— Aseguró Nino.

— La mía también.— Informó la reportera— Sólo quisiera saber el porqué completo, solo entendí lo de

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“Catita”, porque suena como “gatita” y La vie en rose es por la canción. Eso de los chistes locales es frustrante...

—De hecho eso es completamente explicable.— Aseguró el rubio, haciendo que Alya le mirase con una ceja levantada. El rubio, antes de asustarse por la posibilidad de que Alya sospechara de su identidad secreta, le aseguró: — Las catarinas son escarabajos, que en inglés se dice “beetle”.

— Que a su vez rima con el nombre del cuarteto de Liverpool, los “Beatles”— Continuó Nino, el sabio de la música.— Y “La vie en rose” también es porque las mariquitas se comen a los pulgones y es por eso que las encuentras en las rosas.— Alya sintió tantas ganas de que se la tragara la tierra que sólo pudo exclamar:

— ¡¿Por qué no me dí cuenta?!

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La habitación de Adrien estaba silenciosa. Aquella noche despejada permitía ver las estrellas (las pocas que podían verse, al menos, como era normal en cualquier parte urbanizada). El dueño de dicho espacio, sin embargo, no podía admirar las luces del firmamento, su cabeza trataba de concentrarse en algo más importante, tanto que el estrés de pensar en

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus ello le hizo buscar una salida… intentando decidir qué luz dejar encendida ¿Las luces sobre de la cama? ¿La iluminación periférica de la habitación? ¿Y si encendía las luces de su mini biblioteca? ¿O tal vez…?

— Ya, apaga esa luz y duermete.— Se quejó el kwami residente, que fue a flotar frente al rostro de su elegido con solo propósito de intentar amenazarlo.— Creí que dijiste que ya habías terminado tu tarea.

— Mi tarea de física está terminada y también el poema de Madame Bustier.— Confirmó el chico, confundiendo al kwami.— Aún es temprano, es la hora perfecta para trabajar en una cosa para mi princesa.

—¡Fu!— El kwami se fue a acomodar debajo de una almohada.— ¡Al menos deja de prender y apagar luces como loco!— El joven tomó su libreta, tomó una lámpara de mano del cajón del escritorio y se unió a Plagg en su cómoda cama.

— “ Chevaliere d’armor moucheté*”. No, más corto...“Mi Lady amada”. No, mejor que empiece con... “Mi princesa” No sé si me gusta. Podría ser Mon Ange Chérie*...— Su mano se movió a otro sitio de la página y escribió en otro renglón. Unas horas pasaron

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus y el chico rubio no paraba de dar vueltas al bolígrafo en su mano.

—No…—Un suspiro tras otro salieron del muchacho, uno que otro quejido de frustración y múltiples rayones y tachones fueron escuchados por quien tenía los oídos más sensibles en aquél lugar.

— ¡Ya duermete!— Le ordenó el kwami.— No me dejas dormir.— El chico le miró impávido y, sin ninguna piedad, dirigió la luz directamente en su dirección— ¡Oye…!— Se quejó, pero no al grado en que lo hace alguien que ha sido deslumbrado, eso quería decir que sus pupilas estaban lo suficientemente contraídas. Conclusión: lo había estado espiando.

—Plagg, estoy seguro de que tú eres la única persona en el mundo que es capaz de dormir al aire libre en medio de un huracán, porque sé que lo harías. — Dicho esto, volvió a intentar escribir algo que terminó convirtiendose en una nueva mancha de tinta.

— ¿Qué se supone que haces?— interrogó el gato negro, tratando de descifrar qué clase de mensaje oculto se podría encontrar en tan extraña lista de palabras sin sentido.

— Luego de la entrevista, bueno luego de que volvimos a la habitación de Marinette… ¡Ay, Dios! Tú

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus estabas ahí, escuchaste lo que dijo.— Señaló con algo de reclamo— Creo que tal vez piensa que no la quiero lo suficiente, así que le quiero escribir algo para aclarar la situación...

— ¿Y el problema es…?— El kwami siguió cuestionando.

—Es que no sé como decirlo, tiene que ser lo suficientemente especial… y no sé cómo comenzar a explicarlo ¿Recuerdas lo que pasó con el poema de San Valentín?

— ¿El que tiraste a la basura y que, de todos modos, la princesa encontró y leyó? ¿Ese poema?— el portador del miraculous destructivo suspiró abatido. El kwami bufó exasperado, debatiendo si darle o no consejo, ¿aquel no era el trabajo del padre de ese niño? Había tenido antes elegidos a los que enseñó a cazar en medio del desierto, hubo a quienes enseñó el cómo hablar a la multitud, tuvo uno a quien le enseñó cómo hacerse respetar ¿Pero ésto? ¿Que, no era éste trabajo para el padre del niño? — Chico, haz lo que siempre haces: escribe lo que estás pensando en la forma más cursi que puedas. Ese es tu estilo de escritura literaria. — El kwami le dijo.— Y, dado que ustedes dos son tal para cual, le gustará y te entenderá. Hablan el mísmo idioma...— “ en más de un sentido” dijo en su cabeza.

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Adrien reflexionó y sintió su cara enrojecer mientras recordaba las palabras que escribió meses atrás...

Tes chevaux sont noirs de jet.

Tes yeux bleu comme le ciel.

Je me demande qui tu es derrière ce masque mystérieuse.

Je te vois tous les jeurs et j’aimerais que tu me fasses un singe.

Je t’aimerai jusqu'à la fin de mes jeurs.

Veux tu être ma valentine?

… así como la respuesta que recibió.

Tes cheveux sont dorés

Tes yeux vert iridescent

Quand je te regarde je partages

de tes rêves et tes pensés

Oui je vais être ta valentine

Ensemble, nous serons bien

Je t’aimerai pour toujours

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Mon coeur t’appartient.

—Sí… ¡Sí, es verdad! — Sus manos atraparon al kwami gentilmente y lo frotó contra su mejilla—Gracias, Plagg. — Dijo con toda sinceridad y con una nueva dosis de dicha. — Te debo diez kilos de camembert...

— Aunque me digas eso, sé que me voy a arrepentir...

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El día siguiente comenzó muy temprano para Adrien (su nueva alarma funcionó perfectamente, Jagged Stone siempre era una buena opción). Tuvo suficiente tiempo para desayunar, vestirse e incluso de revisar su poema y reescribir algunas partes. Sip, ese sería un buen día.

— Muy bien, clase, por orden de lista se pondrán de pie, de la Z a la A. No es necesario que pasen al frente, pueden leerlos desde sus lugares, sólo traten de no darle la espalda a sus compañeros.— Madame Bustier tomó su lista y ojeó de abajo hacia arriba—Así que, comenzaremos con… Raincomprix Sabrina.

— Oui, Madame.—La pelirroja se puso de pie y giró hacia los oyentes para leer su poema desde el título—

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“Las Divinas”. Nadie pase de esta esquina, / aquí mandan las divinas...

El rubio dejó de escuchar qué era lo que estaba pasando en el salón ¿Leerían el poema en voz alta? ¡Qué maravillosa idea! Dió vuelta a la página en que estaba escrito el poema que entregaría a la profesora y, develó el que había escrito antes de dormir, el que era para la chica que amaba (y que, la verdad, estaba impaciente por mostrarselo). Y, al mísmo tiempo se debatía si leerlo o no con sus compañeros ahí, se dedicó a leerlo y releerlo, la lista continuó: Lê Chiėn Kim, “Yo amo el fútbol”; Lavillant Rose, “Yo Canto”; Lahiffe Nino, “La reina de las diosas”; Kurtzberg Nathanaël, “Tiempo de vals”; Kubdel Alix, “Mi nombre será leyenda”; Kanté Max, “La leyenda del hada y el mago”; Haprèle Myléne, “Eres tú”...

—Dupain-Cheng Marinette, —Llamó la profesora que miró las notas que llevaba en la mano y añadió apresuradamente:— ¡Antes de que se me olvide! Por favor escriban al final de su poema el cómo aplicaron los temas que vimos. Recuerden que sus tareas valen el 30% de su calificación del periodo.— Los ahí reunidos, casi en el momento, tomaron bolígrafos y lápices para escribir alguna pequeña nota, acción que

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus los distrajo cuando la profesora indicó:— Ahora sí, Marinette, continúa.

—Oui, Madame. — Marinette se aclaró un poco la garganta y comenzó a leer: —“Fucsia”. Alegrías de la vida / endulzando mi rutina. —El rubio sonrió para sus adentros, son ange* había elegido un tema sencillo y —Poco tiempo necesitas / Ni tu ni yo tenemos prisa. — Un par de neuronas se movieron en su cerebro, ¿estaba dirigiéndose a él?— No vamos a correr, te quiero conocer/—Sí, le estaba hablando a él, le estaba repitiendo cómo habían acordado no apresurar nada en su emergente relación.— Carteles colgaré para mostrarte como debe de ser...— El chico sonrió embelesado. Esa era la forma alegre y poco seria en que la panadera le decía que no se preocupara aún por cosas como casarse. Plagg tenía razón, hablaban el mismo idioma (y le debía mucho camembert)—Alegrías compartidas / Los matices de esta vida: / fucsia electro y poesía. / Te comparto mi sonrisa...— El modelo se perdió en sus pensamientos al escuchar la meliflua voz de la virtuosa. Marinette leyó su poema en voz alta ¿por qué él no? Más decidido que antes, tomó aire y se mentalizó para leer el otro poema (ya que el soneto sobre galletas que había escrito para ser entregado, no era adecuado)

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La lista siguió, y el verdeceledonóculo prestó más atención a los nombres anteriores al suyo, esperando romper así la ola de nerviosismo que venía: Couffaine Juleka, “Agujetas de color de rosa”; Césaire Alya, “Fiesta pagana”; Bruel Ivan, “Brujeria”; Bourgeois Clohé ,“Diosa única bonita”(que, obviamente, fué escrito por Sabrina) y...

— ...finamente, Agreste Adrien.

— Sí, madame — El joven se puso de pie, dió media vuelta para mirar a la parte de atrás del salón y levantó su escrito a la altura suficiente para ocultar sus ojos y, al mismo tiempo, robar una mirada a la chica que estaba justo frente a él — Mi poema se llama...— ¡Ups! no había pensado en eso. Miró las estrofas y eligió un verso al azar. — “Presumido y orgulloso”. —Tomó una gran bocanada de aire para intentar que eso que estaba temblando en el medio de su pecho (nervios) se detuviera y lo dejara hablar.

—Puedo mencionar quinientas veces / los momentos que has dejado sin palabras a mi suerte —Recitó con palpable miedo a audiencia impregnado en su timbre— Y, repitiendo tu nombre, me has dejado sin canciones / Sin pensar en otra cosa que lo que hacemos de noche.— Continuó pausada y

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus tímidamente, sacando comentarios susurrados y apresurados entre sus compañeros de clase.

— ¡Ya, silencio! Dejen que Adrien termine de leer su poema.—Silenció a profesora a los que comenzaban a armar el barullo.— Continúa, Adrien.— El muchacho asintió y cruzó su mirada con la de su amada pelinegra por unos segundos y sintió una ola de mariposas revolotear en su estómago. Tragó saliva y continuó:

—Juego a que me escapo de tus ojos / y que le pongo a esas ganas diez millones de cerrojos / Para dar vida al deleite que provocan tus regaños / que amenazan mientras tiemblas porque no estoy a tu lado.— Una nueva ola de murmullos se escuchó, pero ésta vez la profesora no necesitó más que fruncir el ceño para que todos volvieran a sumirse en el silencio absoluto de antes. El chico se sonrojó profundamente, (tal vez debió pensarlo dos veces al usar esa combinación de palabras para la expresión de sus pensamientos, sobre todo cuando se trataba de un poema que debería ser leído enfrente de la clase. Sólo esperaba que Marinette si entendería que a él le gustaba pensar que ella no podía vivir sin él… ) —Es que tú me das / los motivos suficientes para ser / altanero y envidioso, / presumido y orgulloso.

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Adrien perdió un poco de sus nervios y se permitió sonreír, aún un poco cohibido, pero con más confianza que antes. Sus mejillas adquirieron un tono rosado y decidió que era mejor olvidarse de los otros en el salón, sólo debía pensar que le estaba leyendo a Marinette.

—Sabes que no es un juego de suerte. / Eres reina y propietaria de la ruta de mis pasos. / Te reconocen mis labios como sus únicos besos / y mis manos ya olvidaron los amores pasajeros— Declaró con gran convicción y sin una pizca de su anterior vergüenza aún cuando las exclamaciones de “¡Aww!” de varios compañeros hallaran su camino hacia sus oídos como ecos fantasmales. —Para hacer resumen de mi vida / Puedo mencionar tu nombre y escribir mi biografía / Puedo cantarla en canciones donde seas protagonista / De los versos, sueños, rimas y todas mis fantasías.

La ojo azulada miró al chico que hacía a su corazón latir apresuradamente, sus miradas se cruzaron múltiples veces mientras él seguía las palabras escritas por su propia mano.

—Convéncete. / Eres dueña de un esclavo al que tendrás que mantener. / No pagarás un gran precio para darme de comer, / solamente los antojos que

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus comparte nuestra piel.— La sonrisa de Adrien se suavizó y sus ojos parecieron destellar como estrellas, haciendo a la joven perder el aliento. Instantáneamente, su mente voló a un sitio lejano de su imaginación; ya no se encontraba en el salón: el príncipe Adrien le recitaba aquellos versos desde un balcón de un castillo y alargaba su brazo para tocar la mano de ella, quien le escuchaba, con su espada en mano y su noble corcel a su talón.

—Es que tú me das / los motivos suficientes para ser / altanero y envidioso, / presumido y orgulloso.— Adrien, mientras tanto, siguió su declamación, sin desprender sus ojos verdes de los orbes azules de la pelinegra.—Convéncete / No hay manera de librarte de este enfermo corazón / Que hace caso a sus instintos y los riega con su voz.— En ese momento, Adrien bajó la hoja, aunque hacía varios versos que había dejado de ver las palabras escritas en tinta. — Presumido y orgulloso de nombrarte... — hizo una pausa muy pequeña para poder recuperar el aliento y finalizar casi en un suspiro:— ...en su canción

El salón entero aplaudió ante su despliegue de habilidad para la oratoria, Madame Bustier elogió su habilidad para la escritura (y le dió una llamada de atención sobre no olvidar escribir su nombre en su tarea cuando le entregó el papel), Kim comenzó a

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus decir algo sobre ser capaz de escribir un poema mejor y Alix y Max negaron con la cabeza, Juleka le pasó un pañuelo desechable a Rose que lloraba conmovida, Mylene se giró para ver a Iván mientras aplaudía, Nathaniël también aplaudió un poco (aunque algo letárgico), Alya y Nino compartieron miradas de orgullo (por el progreso de Adrien y porque lo tenían todo en video), Clohé se limitó a morder su bolígrafo con Sabrina dándole palmaditas en la espalda.

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— ¡Ey, Adrien! ¿Una partida en línea?— Sugirió Nino a su amigo apenas salieron del edificio a final del día de escuela.

— Lo siento, Nino.— Interrumpió la ojo azulada— Te lo robaré toda la tarde, hoy veremos Cats con su padre.

— ¿Tu padre contrató al elenco completo para una función privada?

— No. — Respondió la joven. — La magia de un proyector y un buen equipo de audio ayudan mucho.— Sacó una carcasa de DVD de su mochila con el título del musical y la mostró a los dos jóvenes (el modelo sonriendo como un chibi en un anime).

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— Edición especial, dos discos, DVD y Blue-Ray.— La reportera entró en la conversación.— Y recuerda: si les pasa algo, tengo derecho a vender un riñón de Adrien en el mercado negro.— La morena se rio. — Vámonos, Nino. Tenemos que planear la siguiente encuesta en el Ladyblog. — El DJ sonrió e hizo un ademán a sus amigos en seña de despedida mientras la chica lo tomaba del brazo para llevárselo.— Dejemos a las semillas de romance germinar en paz...

— ¿Dejarás que Alya venda mi riñón?— El rubio interrogó con una ceja levantada.

— Era eso o mi Memorial Box de Sakura Card Captor.— Le respondió la chica.

—¡Qué sabia eres, mi Lady!— Le dio un beso en la mejilla después de elogiarla.

— Vamos, si no nos damos prisa, no llegaremos a tiempo para acorralar a tu papá en su estudio. Nathalie ya debe tener preparada la sala de proyección y el bloqueador de señal. — Comentó mientras subían al auto.

—Esto de secuestrar a mi padre es divertido.— Confesó el modelo. — No me molestaría hacer éste tipo de cosas contigo siempre

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— Tampoco a mí. — En el espejo retrovisor, Gorila vio a los tórtolos tomarse las manos y mirarse tiernamente (casi se le salió un “¡aww!”, pero se contuvo).

—Sabía que me arrepentiría— Plagg comentó a su compañera kwami en el bolso de la panadera.— Ni ahogándome en un océano de camembert podré olvidar ese poema.

— ¡Ay, Plagg! Yo sé que, en realidad, eres una persona muy romántica.— Insistió en molestar la tierna kwami.

— ¡Pamplinas!

—FIN (?)—

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O M A K E S

1: GAFAS Era una mañana normal en la mansión Agreste o, por lo menos, lo era para el amo y señor de la marca de diseño: Gabriel Agreste, que se encontraba leyendo la sección financiera de Le Monde* aquella mañana. No tenía ningún compromiso a esa hora ni tendría sino hasta la tarde, así que podría desayunar tranquilamente con Adrien. Claro que, el desayuno estaba demasiado tranquilo.

Lo normal, sería que Adrien le hablara de su día o que lo distrajera o lo hiciera hablar de algún proyecto mientras intentaba tomar alguna pieza extra de pan y arruinar su dieta. Sin embargo, era el niño el que parecía estar distraído, completamente perdido en sus pensamientos que le hacían fruncir el ceño.

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— ¿Adrien?— Llamó múltiples veces hasta que gritar el nombre fue necesario— ¡Adrien!

— Ah… perdón, papá.— se disculpó.

— ¿Qué tienes, hijo? Te veo preocupado. — Señaló el Agreste mayor.—¿Ocurre algo?— Adrien contestó con una mezcla de pensamientos en el rango de: “¿Mi propio padre no sabe diferenciar cuando estoy preocupado de cuando estoy pensando?”

— Ehm… no es nada, solo estoy pensando...— su padre arqueó una ceja y, como agente de la DGSI*, le interrogó sobre el objeto de sus pensamientos… con una sola mirada— ¿Recuerdas a mi amiga Marinette?

—¡Oh, la señorita Dupain-Cheng, sí!— Contestó Gabriel con, podría decirse, algo de entusiasmo— ¿Cómo olvidarla? En especial el exquisito diseño de su sombrero de plumas. Es una lástima que tuviéramos que reemplazar las plumas que usó por artificiales…

— Sí, lo sé. Mi estúpida alergia. — Comentó Adrien con algo de culpa.

— ¿Qué ocurre con ella?

— Bueno, es que ayer yo...— Adrien casi se muerde la lengua. El joven Agreste recordó que no podía decirle

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus a su padre que había salido por la noche ni que él era Chat Noir.

— ¿Adrien?

— Yo… yo… oí a unos compañeros de clase hablar y… es que… dijeron algo de ella… Estábamos hablando y se les escapó algo sobre que… que… — Adrien tartamudeó mientras hablaba. Qué incómodo era eso de hablar con su padre sobre esas cosas.— Bueno, que hay alguien que le gusta y me pregunto quién es.— Gabriel levantó una ceja. — Es que… es eso, me pregunto quién es. Solo dijeron que le gusta alguien y que todo el salón ya sabía menos él… y que hace esgrima y tiene ojos verdes.— Gabriel casi se ahoga con su espresso en cuanto oyó esa información. — Sé que no son Nino ni Max porque ellos tienen ojos cafés; Kim los tiene ambar, Ivan no es porque él los tiene grises y… quizá sea Nathaniël, pero sus ojos son más bien de color turquesa. Aunque, también podría ser alguien de otro salón… — Su padre no dijo nada, se limitó a beber más de su café

— Adrien, ¿no se te hace tarde para la escuela?— Interrumpió su padre.— Recuerda que Goliath está un poco enfermo así que no vendrá hoy...— El joven de ojos verdes se terminó su jugo de naranja con entusiasmo y tomó su teléfono.

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— Ya lo sé, por eso acordé ir a la escuela con Nino hoy— Gabriel le miró — La mamá de Alya nos llevará a la escuela en su auto. — El amo de la casa Agreste respiró profundo.

— Está bien.— Aceptó el hombre de lentes.— Puedes ir con tus amigos, pero esta noche cenas con tu padre. Hace mucho que no tenemos una cena familiar como se debe.

—Sí, papá.— Adrién respondió con una sonrisita. Gabriel no le quitó la mirada de encima en ningún momento, inclusive (cuando Cheff Cesére y sus amigos llegaron) le acompañó a la entrada de su hogar y espió un poco su conversación con sus amigos que era (nada sorprendente) sobre el misterioso muchacho del que gustaba la prometedora señorita Dupain-Cheng.

— ¿Oigan, les puedo preguntar algo?

— Preguntar sí, pero la respuesta te costará— bromeó su mejor amigo.

— ¿Galletas, pastel y un cuerno de unicornio?

—Tú sí me entiendes.— Le abrazó su mejor amigo, siguiendo el juego.— ¿De qué se trata?

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—Verán, ayer escuché...— y volvió a contar la misma historia que había relatado a su propio padre minutos atrás.

— ¡¿Dónde lo oíste?! ¡¿Quién abrió la boca?!— vio cómo Alya empezaba a escribir amenazas en su teléfono furiosamente.— ¿Es que ya nadie respeta la confidencialidad de un secreto?

— Ya Alya, calmate. No creo que a Marinette le moleste. Si ya se enteró, ya se enteró.— Intentó calmarla el DJ. Alya parecía a punto de tomar una escopeta e ir a la cacería del culpable.— Además, así ya podremos hablarlo los tres...

—Entonces, ¿saben quién es el despistado que le gusta a Marinette?— Un segundo de silencio en el que Alya miró a Nino y luego al rubio no fue suficiente pista para el de ojos verdeceledón.

— Lo siento mucho, joven Agreste,— Alya forzó una sonrisa, — pero, a menos que conozcas ya la identidad del elegido, esa es información clasificada. No soy de las que gustan de esparcir chismes y Nino tampoco. Tendrás que descubrirlo tú mismo.

— Cinco euros dicen que no podrá.— Vociferó el DJ para llamar la atención de los otros dos.

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— ¡Diez euros a que lo descubro… y pido el asiento de adelante!— Anunció y dejó la periferia de la gran mansión para reclamar el lugar declarado. Apenas se alejó el verdeceledonóculo de sus dos amigos, Gabriel pudo oír a la chica de lentes murmurar entre dientes (y haciendo presión sobre su hueso nasal) un:

—Eres tú, animal— Y, también, alcanzó a ver a Nino poner una mano en el hombro de la reportera. Gabriel no necesitaba más prueba para saber qué necesitaba hacer.

— Natalie.— Llamó el diseñador.

— ¿Señor?— la fiel asistente se acercó con su tablet en mano y lista para ejecutar cualquier orden.

— Agenda una cita con el oculista para el fin de semana.— Ordenó estoicamente su empleador. La mujer del mechón rojo juntó sus cejas ligeramente en señal de confusión.

— ¿Algún problema con sus gafas, señor?

—No, no es para mí, es para Adrien.

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Veinticuatro horas de retraso ¡Veinticuatro horas tarde para la cena sin haber salido de su propia casa!

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus

Esto era el colmo. Se preguntó, por repetida ocasión, si había sido una buena idea haberle dado el número de su teléfono personal a tan numeroso lote de revistas, reporteros, proveedores y distribuidores de modas. Una inofensiva llamada después del desayuno llevó a la otra, que llevó a otra que le trajo otras y así sucesivamente hasta que el flujo telefónico se volvió demasiado. Cuando Gabriel se dió cuenta, ya había oscurecido y se ubicó en el comedor a esperar a su...

—Hijo, —saludó el magnate aún sin levantar la vista de su tablet al oír el rechinar de la puerta,— llegas a tiempo. Disculpa que no pude cenar contigo ayer, parece que todas las revistas del medio se enteraron que tenía un rato libre en la mañana y terminaron ocupando todo mi día, además de que el proveedor de textiles reagendó de último minuto y me retrasé un poco en algunas cosas. Por un momento pensé que no podría acompañarte a cenar otra vez.— Explicó el hombre de blanco que notó cómo Adrien tomó asiento a su derecha.— ¿Sabes? No me había dado cuenta que me he vuelto un adicto al trabajo, un... ¿cómo lo llaman? “Workaholic”, creo que se dice.— Gabriel no recibió respuesta, pero no pareció notarlo pues continuó hablando.—Bueno estaba pensando que tal vez podríamos pasar un tiempo juntos. No sé, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que fuimos

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus al teatro o al cine...— No hubo respuesta.— Tal vez debamos planear una salida a algún sitio fuera de París o de Francia en general. Claro que, eso sería hasta Navidad, aún es temporada de clases. Quizá una huida a esa exposición sobre gatos en el arte que están anunciando en Louvre… ¿Tú qué opinas, Adrien?—El hombre apartó la vista de los archivos que robaban su atención y se sorprendió de ver a su hijo con la mirada perdida, una sonrisa tonta y una expresión de dicha sin par. Parecía que en ningún momento había puesto atención a lo que estaba diciendo ni a lo que había en su plato, es más, estaba jugando con su comida en lugar de comiendola ¿Veía mal o el niño había formado un corazón con las verduras de su sopa? — ¿Adrien?—Volvió a llamar.

— ¿Sí, papá?— preguntó el chico en una voz que podría más bien haber sido un suspiro. El diseñador arqueó una ceja en señal de extrañeza.

— ¿Estás bien?— Preguntó con preocupación ¿Por qué parecía que su hijo estaba a punto de caer desmayado en cualquier momento? ¿Y por qué tenía las mejillas sonrosadas?

— Todo está bien, papá. Todo está perfecto…— Ahora sí, el muchacho suspiró profundamente y su mirada se volvió a perder en el horizonte, como si mirase un

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus sitio más allá del plano material. Qué curioso, cuando Adrien se perdía mentalmente en esa manera le recordaba tanto a sí mismo cuando había conocido a su espo…

Ah.

— “¡Ah...! ¡Conque eso es!”— El diseñador pensó con éste nuevo hallazgo.— Por cierto, ¿qué tal tu día, hijo? ¿Pasó algo… interesante?— El mayor preguntó y puso más atención en su propia cena para ocultar la débil sonrisa traviesa que se quería dibujar en su cara (su esposa siempre dijo que Adrien había heredado ese gesto de él).

— Sí… de hecho sí… Descubrí quien era el despistado de ojos verdes que le gusta a Marinette ¡soy yo! ¡Yo le gusto a Marinette! Pero lo mejor es que ella me ama. Elle m’aime passionnément et à la folie*...—Otro suspiro profundo y el chico apoyó su rostro sobre ambas manos— ¿En qué momento me volví tan suertudo?

Por unos momentos el mundo de Gabriel dió un giro, estaba de cabeza y a la vez no; no había ni arriba ni abajo, estaba en el espacio sideral. Por un lado, Adrien tenía la cara, por el otro, ¡¿en qué momento su hijo había crecido tanto para llegar al momento de hacer

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus la cara?! Bueno, tal vez no le había puesto la atención suficiente, tal vez sí se había vuelto un adicto al trabajo (inconscientemente apartó su tablet de sí mísmo lo más lejos posible) ¡De ninguna manera se iba a perder ver a su hijo hacer la cara de tonto enamorado! Como odiaba su agenda apretada en ese momento, ¡casi se perdía el primer enamoramiento de su propio primogénito! Bueno, bien decía el dicho: mejor tarde que nunca.

— Ah… ¿Es por eso que tienes marcas de brillo labial rosa en las mejillas?— Adrien pareció salir de su gozoso trance y retomar el control de sus sentidos.

— ¿Qu-qué?— El rostro del joven heredero enrojeció como el traje de Ladybug. Adrien tomó su teléfono y miró su opaco reflejo en la pantalla.

— ¿No te habías dado cuenta? Bueno, es mejor que te enteres por mí y no por fotografías de paparazzis después.— Efectivamente, con la luz reflejada en cierta forma era posible ver el contorno dejado por los labios de marinette en sus mejillas y sus…—Hijo, por lo menos ten la decencia de mantenerte presentable y...— Gabriel notó algo más— ¿acaso tienes canela en la barbilla? Espero que no hayas estado comiendo rollos de canela, sabes que tu dieta...

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— En realidad fueron besos de canela...— fue la respuesta automática que dió el modelo, momentáneamente perdido en sus pensamientos, hasta que se dió cuenta de lo que había dicho e, imposiblemente, su rostro enrojeció aún más. Comenzó a balbucear sin poder poner en palabras, lo suficientemente rápido, que se refería a los panecillos de canela que Marinette preparaba como la causa del rastro de canela bajo su labio inferior, no a que se hubieran besado (por supuesto, tampoco iba a negar que lo habían hecho, pero no por eso quería que su padre se enterase).

—Hijo… ¿quieres ir a lavarte la cara?— En menos de lo que se dice “Coco Chanel”, el joven desapareció por el pasillo en dirección al baño de la planta baja. Gabriel contó treinta segundos hasta que no resistió más y dejó que su sonrisa se ensanchara y una risa histérica escapó de su boca ¡Ahora entendía más a su propio padre!

—Señor. —Llamó Natalie en cuanto creyó apropiado acercarse a su contractor.— Dadas las circunstancias, ¿debería cancelar la cita con el oftalmólogo?

— No.— Respondió su inusualmente relajado jefe.— Siempre es bueno hacerse un exámen de la vista.— La asistente le miró sin expresión— Sólo por si acaso.

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Natalie arqueó una ceja y procedió a confirmar la cita del día siguiente en la agenda.

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2. SUEGRO Adrien contestó el teléfono en el lugar más privado que pudo hallar cerca de donde dejó a Marinette (o sea, el final del pasillo) ¿Nino no pudo esperar a a que le llamara en la noche como habían acordado? Bueno, era su mejor amigo, sabía que lo hacía porque se preocupaba por él, así que lo perdonaría. Claro, no le daría todos los detalles hasta más tarde, cuando Marinette se hubiere ido a casa y después de que él escribiera todo en su diario (y Plagg se ahogara en camembert hasta caer en coma, así no lo molestaría hasta la mañana siguiente).

— Ok, entonces pasaste toda la mañana con la familia de Marinette, venciste a su padre jugando videojuegos y descubriste que su mamá es una maestra del kung fu...—

— Sip, así es— confirmó el joven.— Ahora, si me disculpas, debo volver a mi cita.

— Ok, solo dime, ¿cómo saludas a los padres de Marinette?— Nino preguntó, Adrien se mostró confundido con el propósito de tal pregunta.

— “Hola, señor y señora Dupain-Cheng”— Respondió sin más palabra.

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—¿“Señor y señora Dupain-Cheng”? ¡Uy, perdone usted, Luis XVI*!— Se burló el DJ. Adrien se llevó una mano a la cara, un poco molesto de que su amigo aprovechara pequeños detalles así para reírse a sus expensas.

— ¿Entonces qué se supone que diga?

— Sólo dí: “¡Hola, suegritos!”— Adrien rio con algo de vergüenza de caer en el jueguito de su amigo y dió gracias que no había nadie para verlo sonrojarse.

— ¡Nino! Te odio, en verdad te odio. — Dijo mientras escuchaba al otro decir: “Gracias, gracias, ¡cuántos halagos!”— Te lo juro, con amigos como tú, no sé ni para qué quiero enemigos…

— ¡Pues porque quieres hacerte el interesante con Marinette! — Le dijo riendo y aún con burla.— Por cierto, ¿dónde está? Necesito que se una a esta conversación

— Está en el estudio de mi papá...— comenzó a explicar cuando escuchó voces provenir de dicho lugar, pero Natalie y Gorila estaban en el pasillo.

— Ou lala*!— gritó y corrió al otro lado del pasillo tan rápido como pudo.— “¡Idiota, idiota, idiota!”Adrien Agreste, eres un idiota”— Se repitió en su cabeza ¿Por

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus qué? Porque sólo a él se le ocurrió dejar sola a Marinette en el estudio de su padre (porque quería enseñarle el retrato de su mamá). Podría haberla llevado a su habitación primero, pero no, prefirió dejarla ahí porque estaba seguro de que su padre no estaba en casa y no regresaría pronto de su maldita reunión que, se suponía, le quitaría toda pizca de tiempo libre de ese día. Ahora estaba enojado y seguro que se desquitaría con Marinette y la haría sentirse triste y de ninguna forma podía permitir que nadie (ni siquiera su propio padre) dañara en ninguna forma a su princesa.

— ¡Marinette…!— Lo siguiente que vió no le permitió terminar de decir lo que planeaba. En el escritorio de su padre había numerosas fotografías de él de todas las principales colecciones Agreste de los últimos dos años y, unos pasos más atrás, un maniquí de su talla con un perfecto traje, diseñado especialmente para él, sin terminar.

— Negro, sí. Verde, no.— Dijo su padre con un tono terminal.

— No lo entiendo, señor ¿Por qué?— Una exasperada pelinegra le miró como intentando contener las ganas de prender en llamas el trozo de tela verde en su mano.

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— El color de sus ojos puede perderse con el fondo. Hay que ser muy cuidadosos con eso. — Justificó el gran diseñador antes de dirigirse a un cajón y tomar un par de fotografías— Además, tiene los mismos ojos que su madre, quien siempre posó para la cámara vestida en tonos de lila y violeta, perfecto contraste de colores opuestos. Conozco los perfectos irises de mi hijo desde su nacimiento, conozco todos y cada uno de los tonos de lila con los que contrastan perfectamente.

— Señor Agreste, con todo respeto, yo sé lo que le digo. — Insistió Marinette. — El punto no es ponerlo en un traje verde de los pies a la cabeza, sólo unos toques de verde en lugares estratégicos. Usted obtiene un nuevo diseño, una nueva tendencia y más fotos bonitas de su hijo.

— ¿Qué está pasando aquí…?— Finalmente intervino el heredero de Gabriel quien, más serio que nunca, declaró:

— Solo hay una forma de arreglar esto. — Tocó un par de botones en un panel cercano y una puerta secreta se abrió en un muro, de éste salió una estación de trabajo preparada con tijeras, hilos instrumentos y un par de hileras de rollos de diferentes telas (al parecer básicas para sus proyectos más secretos).— Escoja su tela, señorita Dupain-Cheng.

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— Adrien, sube a la mesa.— La susodicha tomó una cinta métrica de la mesa le mandó una mirada desafiante al diseñador.

— ¿Hola? ¿Mec? ¿Adrien, sigues ahí?— el rubio miró su teléfono y recordó que Nino se había quedado en la línea. Qué bueno. Realmente necesitaba hablar de ésto con alguien.

—Nino, Marinette se está peleando con mi padre.— Murmuró al mismo tiempo que seguía indicaciones sobre extender el brazo, quedarse derecho, no moverse, etc.

—¿No ha dicho que es una mala influencia?

—No.

—¿No le ha pedido que se vaya?

—No. Están escogiendo telas y me acaban de ordenar subir a la mesa para tomarme medidas y...— pausó un momento para ver cómo su progenitor y la ojiazul comenzaban una nueva discusión sobre qué mezcla de tejidos iría mejor en qué detalles.

— Felicidades, se lleva bien con su suegro.— El rubio solo miró de soslayo y con exasperación hacia su teléfono como si ese acto pudiera hacer a todos sus

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus pesamientos ser oídos en el otro extremo: “Eres la peor persona del mundo ¡Mal amigo!”

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3. FOTOS — Adrien, Pierre está aquí para tu sesión de...— Gabriel Agreste abrió la puerta y se encontró con la imagen de Adrien y Marinette dormidos uno junto al otro, cada uno con un control entre sus dedos y la pantalla (que debería estar frente al sillón en el medio de la habitación) a los pies de la cama. Recapituló cómo había pasado esto en su cabeza: el día anterior Marinette había llegado a hacer una tarea con Adrien, reunión que se convirtió en una pequeña competencia de videojuegos entre ellos para luego volverse una pijamada porque esa noche hubo una lluvia muy fuerte desde el atardecer.

—Este niño... Disculpa, Pierre, le dije explícitamente que debía dormirse temprano…

— Aspeta, signore Agreste ¿Usted vede lo mismo que io? Il encuadre é perfetto. —susurró el ruidoso fotógrafo al tiempo que formaba un cuadro con sus dedos para tratar de ilustrar su punto. —Penso que io ho un’idea. Si usted mi pudiera aiutare, esta serò la foto più perfetta.— El diseñador miró por encima del hombro del hombre para darse una idea de lo que el otro artista estaba pensando:

— Hm… es una buena idea. Está bien, dese prisa.

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— Muy, bien, primero necesito aiuta per muovere estas almohadas…

Con mucho cuidado y a hurtadillas, tan silenciosamente como pudieron, cambiaron de lugar algunas cosas. Retiraron los controles de sus manos, soltaron las coletas de la pelinegra, desordenaron estratégicamente el cabello del rubio, Gorila sostuvo los modificadores de luz necesarios (para no despertar a los modelos con luz artificial) y pidieron a Natalie que trajera algo para completar la composición visual.

—Abbiamo finito— Declaró el fotógrafo en cuanto las fotos fueron tomadas (ventaja de usar la cámara en modo de disparo rápido con un par de modelos que comenzaron a moverse en cuanto la luz del sol se hizo más intensa)— Salgamos de aquí.

— Voy detrás de usted, Pierre.— Respondió muy satisfecho el diseñador con Gorila a su talón.

— Señor, si me permite el atrevimiento...—Intervino Natalie en cuanto la puerta de la habitación fue cerrada.— ¿Es correcto hacer una sesión de fotos de su hijo sin él estando consciente...?

—¿A qué te refieres Natalie?

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— Bueno, si fueran fotos para su uso personal, no creo que hubiera problema, pero esto es para uso comercial y…

— Natalie, si yo quisiera, —le interrumpió su patrón,— haría una exposición en el Louvre con sus fotos de bebé. —Respondió su jefe sin cambiar su tono estoico.— Soy su padre, puedo hacer lo que quiera con ellas. Además, no pasará nada.

Un par de semanas pasaron y, justo frente a la entrada de la escuela, al otro lado del parque, se alzó un anuncio nuevo de la marca Agreste: Cannelle, eau de parfum*. Claro que eso no era lo importante, sino la foto en éste que mostraba los rostros durmientes de Marinette y Adrien a unas pulgadas del otro y (con el photoshop suficiente) mostrados como dos ángeles enamorados durmiendo despreocupadamente entre nubes.

—¡¿Por qué no me dijiste?! ¡¿Qué clase de mejor amiga eres?! Me debes todos los detalles y tres mil croissants

— Mec, ¿para cuando es la boda?

— ¡ADRIKINS! ¡ME DEBES UNA EXPLICACIÓN!

—0—0—0—AHORA Sí: FIN (?)—0—0—0—

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NOTAS FINALES Ahora sí, unas cuantas aclaraciones:

I.- Como pudieron darse cuenta, puse a Adrien haciendo algunas referencias a Disney y diciendo refranes de gatos y chistes de esgrima, eso fue porque es muy difícil hacer juegos de palabras de gatos en español o, al menos, para mí lo es .

[[[Inserte aquí imagen de mí mientras estoy despotricando sobre cómo rayos es posible que pueda crear juegos de palabras en francés aunque mi francés sea una decepción para Molière]]]

En nuestra lengua usamos la palabra “gato” para referirnos a muchas cosas dependiendo del país en el que se viva. Si no me creen, vean en el diccionario de la RAE.

ADEMÁS: Los pocos juegos de palabras sobre gatos que incluí, MUY SEGURAMENTE, no los entendieron. (A menos que conozcan la expresión “hacer fu como el gato” o el verbo runrunear)

II.- Si se confunden con algunas palabras:

-De acuerdo con el diccionario (de la RAE) los sinónimos de GATO (animal, mamífero carnívoro de

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus la familia FELIDAE), son: MIZO, MICHO, MORRONGO, MORROÑO, MICHINO y MININO.

-VERDECELEDONÓCULO, es una palabra que yo me saqué del sombrero, combinación de las palabras: VERDECELEDÓN (un verde muy claro) y ÓCULO (del latín, que quiere decir ‘ojo’).

III.- No mencioné a Lila porque nunca dejaron claro si ella estaba en el mismo salón que Marinette y compañía. Así que… por eso no aparece.

IV.- Sí, para el epílogo, tomé prestados títulos de canciones para los poemas de cada quien en el salón. Las elegí porque, en algún momento, he pensado que les quedarían bien (una que otra la elegí sólo porque no se me ocurrió algo mejor y un caso particular fue sólo por fan service XD). Si gustan oirlas, aquí las dejo:

Raincomprix Sabrina “Las divinas” - Patito Feo

Lê Chiėn Kim “Yo amo el fútbol”

Lavillant Rose: “Yo canto” - Laura Pausini

Lahiffe Nino “La reina de las diosas” – Marcos Llunas

Kurtzberg Nathanaël “Tiempo de vals” - Chayane

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Kubdel Alix “Mi nombre será leyenda” - Tierra Santa

Kanté Max “La leyenda del hada y el mago” - Rata Blanca

Haprèle Myléne “Eres tú”- Belanova

Dupain-Cheng Marinette “Fucsia” - Valgur

Couffaine Juleka “Agujetas de color de rosa” - Los Hooligans

Césaire Alya “Fiesta pagana” - Mago de Oz

Bruel Ivan “Brujería” - Tuxido

Bourgeois Clohé “Diosa única bonita” - Patito Feo

Agreste Adrien “Presumido y orgulloso” - Fer Torrez

V.- Como no se sabe el verdadero nombre de Gorila, me he inventado que se llama Goliath (Goliath era un gigante y Gorila, francamente, parece un gigante). Además, el padre de Adrien no le va a llamar “Gorila”, ¿o sí?.

VI.- No los culpo si se tardan días en llegar hasta aquí y leer esto.

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VIII. Como ya les dije al inicio del fic… MIRACULOUS no me pertenece. Es bastante obvio, esto es un fanfic y mi acta de nacimiento no dice “Thomas Astruc”.

IX) …Y LA CANCIÓN “BESOS DE CANELA” ES CREACIÓN DE VALGUR, CANTAUTORA MEXICANA—SI LA QUIEREN OIR, BUSQUENLA EN SPOTIFY O SU PERFIL DE SOUNDCLOUD O iTUNES / iMUSIC O LO QUE ENCUENTREN PRIMERO.

Así la buscan: VALGUR

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ORGULLO Y CANELA

“SOUNDTRACK”

DISCO 1: CANELA

Digital Love DAFT PUNK (Ladrien)

Mes joies quotidiennes LA MÉLODIE DE BONHEUR (Marichat)

Las cosas que me hacen feliz LA NOVICIA REBELDE (Marichat)

Caracol - MUNA ZUL (Ladynoir)

Besos de Canela VALGUR (Adriennete)

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Disco 2: ORGULLO

“Presumido y orgulloso” FER TORREZ (Adriennette)

La fille du Chat Noir MATMATAH (Ladynoir)

Je l’aime mourir FRANCIS CABREL (Ladrien)

La quiero a morir FRANCIS CABREL (Ladrien)

Mi princesa VICTOR MUÑOZ (Marichat)

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Disco 3: ¿Más azúcar?

El triste gato viudo - CHAVA FLORES

Besos de ceniza - TIMBIRICHE

Le poussin Piou

El pollito Pío

Campanas de Belén

La vie en Rose - EDITH PIAF

Fucsia - VALGUR

PARA DUDAS, SUGERENCIAS, COMENTARIOS, REGAÑOS Y/O AMENAZAS DE MUERTE, ESCRIBIR A:

[email protected]

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(Favor de escribir sin errores gramaticales, fallas de sintaxis, ni faltas ortográficas y se prohíben las palabras altisonantes, de lo contrario serán remitidos a vuestras mercedes.)

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus *GLOSARIO: Nota: si quieren saber cómo se pronuncia algo en francés, (SÓLO LA PRONUNCIACIÓN) usen google translate porque no sé cómo les puedo explicar las pronunciaciones.

Á la nuit tous le chats sont gris: dicho popular, literalmente traducido como: “En la noche todos los gatos son grises”, su equivalente en español dice: “de noche, todos los gatos son pardos”

Amaterasu: diosa Japonesa del sol de acuerdo al shintoismo.

Belle: literalmente, “bella”.

Bésame mucho: Es una canción mexicana que se hizo famosa allá en la década de los 40.

Besos de ceniza: canción que viene del grupo “Timbiriche”, no sé de cuando sea (es viejísima), la cosa es que necesitaba algo con qué hacer el contraste musicalmente… ¿Sí me explico? ¿Besos de ceniza VS Besos de canela? ¿Clohé VS Marinette?

Bonjour: literalmente, “Buenos días”/ “Buen día” u “Hola”

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Bronie: para los que no estén familiarizados con el fandom de Mi pequeño poni, así es como se llaman los miembros masculinos del fandom. Se comprende de la unión fonética de las palabras brother (hermano) y pony/ponie. A las féminas, se les conoce como “pegasisters”, que es la unión de las palabras: “pegaso” (en inglés pegasus) y sister (hermana).

Canelle, eau de parfume: Literalmente, dice “Canela, agua perfumada” (qué creatividad la mía, ¿no?)

Caracol: Canción del grupo “Muna Zul”

Card captor: en la serie anime Sakura Card Captor, así es como se les llama a los que “capturan cartas” (entenderán si ven el anime, lo recomiendo)

Cha-la-head-cha-la: Este es el primer tema de entrada de Dragon Ball Z, es un clásico (esto es casi conocimiento universal, pero uno ya no sabe con el paso de las generaciones)

Chevaliére d’armor moucheté: “Caballero de armadura moteada”

Copine(s): Curiosamente la palabra “Copine”, dependiendo del contexto o la intención, puede entenderse sólo como “amiga” o una amiga muy

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus querida o también como “novia” (En el capítulo Kung Food Clohé dice “ma copine preferée, Marinette Dupain-Cheng” = “mi amiga preferida, Marinette Dupain-Cheng”, claro que ella lo dice con sarcasmo). Dato curioso: los sinónimos de copine son amie (amiga), camarade (camarada), y amoureuse (novia). Luego de la escena del paraguas en el capítulo 26…

***tómense un minutopara recordar y suspirar, yo aquí los espero***

…Plagg dice: “…tu as déjà une amoureuse” (“…ya tienes novia”) y Adrien responde “Elle es seulemment une amie” (“Solo es una amiga”)

Información extra: En el capítulo 22 (Jackady) cuando Marinette trata de persuadir a sus padres de dejarla ir a apoyar a Nino se refiere a él como “un copain” (copain es el masculino de copine), dando a entender que Nino es, definitivamente, un amigo cercano de Marinette.

Cutiemark: así se llaman las marcas que llevan los ponis (de Mi pequeño poni) en sus flancos y que son la expresión de su talento (aquello en lo que el poni que posee esa marca es bueno y que le hace feliz)

D'accord: De acuerdo

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Daft Punk: Éste dúo representante de la música electrónica es de orígen francés (Si no los conocen, les sugiero que se inicien con la película: “Interestella 5555: 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem”

DGSI: Siglas de la “Direction générale de la sécurité intérieure” (Dirección general de seguridad interior) de Francia. Básicamente, es la CIA versión francesa.

Dishonore sur toi, dishonore sur ta vache…!: (esta es la versión en francés de un diálogo tomado de una película que la mayoría de la gente conoce, de hecho mucha gente la usa en alguna circunstancia) Literalmente se traduce como: ¡Deshonrado tú, deshonrada tu vaca…!

E.1:10 cm: Esto es una acotación, se lee: “Escala uno a diez centímetros” (Significa que la figura de adrién es de 1/10 del tamaño real)

El mundo hay que cambiar para ir a un futuro ideal: este es el primer verso del primer tema de entrada del anime Inuyasha*.

Elle m’aime passionnément et à la folie: literalmente se traduce como “ella me ama con pasión y con locura”. ¿Conocen eso que se hace con las margaritas de “me quiere, no me quiere”? en francés se dice: “il/elle m’aime un peu, beaucoup,

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus passionnément. á la folie, pas du tout” que se traduce como “Me me ama un poco, mucho, con pasión, con locura, nada”. Creo que, culturalmente hablando, la forma más parecida a esta versión que se tiene en español es estarima para saltar la cuerda (Me acuerdo que uno elegía un nombre de alguna niña o niño y, mientras saltabas, quienes movían la cuerda decían): “Te quiere, mucho, poco, poquísimo, nada, para nada” (y, cuando te enredabas con la cuerda… bueno, ese era el veredicto final sobre esa persona)

En parlant de la pluie et des beau temps: Literalmente: “Hablando de la lluvia y el buen tiempo”. Esta expresión se usa para llamar a una conversación banal, algo irrelevante y pasajero… como el clima.

Et quand on parle du loup on voit sa queue: literalmente, “Y cuando hablamos del lobo, vemos su cola”. En español hablamos del rey de Roma, en francés se habla del lobo.

Gato de Schrödinger o Gato en la caja de Schrödinger: Este es un planteamiento que va así: “Un gato, junto con un matraz que contiene un veneno y una fuente radiactiva, se coloca en una caja sellada. Si un contador Geiger detecta la radiación, el frasco se rompe, liberando el veneno que mata al

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus gato”. El punto es que la paradoja del gato en la caja básicamente, dice que la única forma de saber si el gato está vivo o muerto es abriendo la caja. Mientras tanto, es válido decir tanto que que el gato está vivo como que está muerto o ambas.

INUYASHA: Si no han visto Inuyasha, creo que una imágen vale más que mil palabras. https://youtu.be/I7Vn5UWxqPk?t=12s

Jane Austen: Es una novelista británica (autora de “Orgullo y Prejuicio”, “Sentido y Sensibilidad”, “Emma”) que vivió allá por el siglo XVIII. Es considerada uno de los “clásicos de la literatura inglesa”

Je comprends lá!: Ahora comprendo

Je donne ma langue au chat: literalmente, “le doy mi lengua al gato”. Esta expresión se usa para admitir derrota cuando se intenta adivinar algo.

Je ne regrette rien: “No me arrepiento de nada”

La Boulangerie Bohême: Literalmente “La panadería bohemia”

La melodie du bonheur: Éste es el nombre francés del musical “La Novicia Rebelde”, también conocido

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus como “Risas y Lágrimas” (original en inglés: “The Sound of Music”)l

La Pucelle: Literalmente, “La Doncella”. Así se refiere la gente en Francia a Santa Juana de Arco, “La Doncella de Orleans” (y, como ya sabemos, una Ladybug del pasado)

La quiero a morir: Je l’aime a Mourir”

Le bossu de Notre Dame de Paris: El jorobado de nuestra señora de París

Le Monde: literalmente, “El Mundo”. Así se llama un periódico francés.

Les Fleurs du Mal: Las flores del mal

Les Miserables: Los miserables

Maître Chat: Ladybug está haciendo un juego de palabras aquí. Maître, se usa para llamar con respeto a alguien, (según entiendo) es como decir “señor” con suma humildad. Claro que depende del contexto; también puede significar “maestro” (dígase, alguien que tiene una maestría) o “amo”. Así mismo, la primera versión que se tiene del cuento El Gato con Botas viene, más o menos, del siglo XVI o XVII y tenía dos posibles títulos Le Chat Botté (“El

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus gato con botas”) o Le Maître chat (“El amo gato” o bien “El Señor Gato”)

Mec: éste es un coloquialismo que se utiliza para llamar de manera informal (MUY INFORMAL) a un amigo. Se puede decir que es el equivalente en francés del americanismo “dude”, pero éste sólo se usa con hombres, como cuando hablas con tu amigo y le dices: “cuate”, “viejo”,“compadre” o “compa” o “tío” (si eres de españa) Ejemplo: (yo hablando con mi amigo) “¿Cómo estás, compa?” / “¿Por qué no me sorprende, compadre?” en francés: Comment va tout, mec? (¿cómo va todo, compa?”)

Merci beaucoup, mon Ange Gardien!: Muchas gracias, mi ángel de la guarda!

Mes joies quotidienes: literalmente : « Mis alegrías cotidianas» Ésta es la versión en francés de la cannción “Las cosas que me hacen feliz”/“Cosas sencillas que me hacen feliz” (del musical de “The Sound of Music”, conocido en España como “Risas y lágrimas” y en América Latina como “La novicia rebelde”)

Dato extra: Utilicé la letra de la versión hecha en México porque no es muy conocida ésta traducción latina (solo la castellana).

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Si gustan oirlas tal vez necesiten esto:

Para la versión en francés

Para la versión en español latino

Meuf: el equivalente femenino de mec.

Mon Ange chérie: Mi ángel querido o Mi querido Ángel

OH LA VACHE!: literalmente, significa “¡Oh, la vaca!”, usualmente, esta expresión se usa en Francia en lugar de “¡OhDios mío!”.

Ou lala: Ésta expresión, tengo entendido, es como un comodín lingüístico en Francia. Si se te olvidan las llaves: “Ou lala!” Si te encuentras con algo podrído en tu refri: “Ou lala!” Si tiraste el café sobre unos papeles: “Ou lala!” Si Adrien y Marinette no descubren sus identidades ni porque se los expliquen con peras y manzanas: “Ou lala!”

Oui, ma Lady: literalmente, “Sí, mi Lady”. Oui = sí, ma= mi,

Pain au chocolat: Es un tipo de pan blanco relleno con chocolate. En México las conozco como “Chocolatina”.

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Police de la fête: literalmente, Policía de la fiesta, en francés.

Pont des arts: es un puente parisino sobre el río Sena de uso peatonal que une el Instituto de Francia con el Museo del Louvre.

Porque las mejores palabras de amor están entre dos gentes que no se dicen nada: Éste es un fragmento tomado de la prosa poética del señor Jaime Sabines, poeta mexicano, titulada: “Espero curarme de ti en unos días”. Si no quieren leerla, pueden ver el video en el que es leída por el mismísimo Jaime Sabines.

Prince charmant: literalmente traducido como “Príncipe encantador”, aunque lo más común en el español es “Príncipe azul”

Quelle folie: Qué locura.

Qui vole un oeuf, vole un meuf: literalmente se podría traducir como: “Quien roba un huevo, roba a una chica”. Adrien dice que “así no va el refrán” porque, en efecto, el original dice: “Qui vole un oeuf, vole un boeuf” (Quien roba un huevo, roba una res). Este refrán se usa para resaltar algo que hace una persona muchas veces.

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Por ejemplo, si tienes a un amigo al que siempre le prestas dinero, pero nunca le puedes cobrar porque siempre te saca una mentira y un día llega a pedirte prestado para algo realmente importante y te jura que ahora sí te va a pagar, tal vez digas:

-En español: “En la boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso” (Con tanta mentira, ¿cómo creerle?)

-En francés: “Qui vole un oeuf, vole un boeuf” (Tienes la sospecha de que lo volverá a hacer, porque es lo que siempre hace)

Quoi?: Literalmente, es un “¿Qué?” A secas.

Sailor scout: Así se les llama a las protagonistas de la serie “Seilor Moon”

Salut: literalmente, un simple “hola” en francés (Es un saludo informal/coloquial)

Santa Gertrude de Nivelles: La santa patrona de los gatos.

Schadenfreude: palabra de orígen alemán que se refiere al placer que uno siente al presenciar el dolor o la desgracia ajena.

Son ange: Su ángel

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Supertorpe: Así se llamaba un personaje de una serie argentina (con el mismo nombre) Le quise hacer un homenaje (Aunque, desafortunadamente, nunca pude verla serie completa)

TARDIS: Lo diré en la forma más corta y burda para no explayarme. La TARDIS es la máquina del tiempo de Dr. Who. Es una cabina telefónica azul que puede llegar a cualquier sitio en cualquier tiempo. Punto. Si quieren saber más, vean la serie.

Tengo que ser siempre el mejor: Así comenzaba la letra del primer tema de entrada de la primera serie de Pokemon.

Transforme moi: Literalmente, “transfórmame”. Es la orden para activar sus poderes usada en el audio original en francés.

Trés bien: literalmente, “Muy bien”

Triste gato viudo: Es una canción de por allá por los 30, pero (aquí en México) es conocida como canción infantil.

Tuxedo Mask: Es el novio de Sailor Moon.

Ukemi: Esta es una rodada en el suelo, no sé cómo explicarla (mi sensei me daría un sermón) la cosa es

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Besos de Canela Fannovel por Yami Horus Drako Angelus que ruedas con la diagonal de tu espalda y te pones de pie sin problemas. Investiguen lo que es un mae ukemmi.

Un cloche par-dessus un cloche: éste villancico se conoce en español como “Campana sobre campana”. La verdad encontré ésta traducción al francés y decidí agregarla (no sé si haya audio disponible)

Uy, perdone usted, Luis XVI: Hay un meme que dice: “Perdone usted, señor francés”, le cambié a Luis XVI para que siguiera rimando y tuviera sentido (Además, en la época de Luis XVI, es cuando los protocolos y la opulencia entre la realeza francesa alcanzaron un punto extremo. Pregúntenle a María Antonieta.)

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