Índice o cuaderno humanitas n 24

Prólogo

El evangelio de la vida: la buena noticia 3 Ignacio Sánchez Díaz, Rector Pontificia Universidad Católica de

Estudios A 15 años de la encíclica Evangelium vitae de Juan Pablo II 6 Mons. Fernando Chomali

El bien y la inviolabilidad de la vida en la Encíclica Evangelium vitae 19 Card.

Reconocer la vida La cuestión epistemológica: Evangelio, ciencia y crítica 27 Livio Melina

La Evangelium vitae, inocencia y derecho 51 Francesco D’Agostino

El Sentido Social en la encíclica Evangelium vitae 60 Juan de Dios Vial Correa

La Familia en el Tercer Milenio 78 Angelo Serra S.J.

Las ondas de choque de la encíclica Evangelium vitae 92 Mons. Jean-Louis Bruguès O.P.

Apéndice

La vocación humana está en peligro 104 Jaime Antúnez entrevista al Dr. Juan de Dios Vial Correa El aborto “terapéutico” a la luz de la Encíclica Evangelium vitae. 112 Josef Seifert HUMANITAS quince años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura

HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Suscripciones y correspondencia: HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (562) 354 6519, Fax (562) 354 3755, E-mail: [email protected] Suscripción anual, $26.000; estudiantes, $16.000. Valor por ejemplar, $7.000. Prólogo

El evangelio de la vida: la buena noticia

La carta encíclica del Sumo Pontífice Juan PabloII sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana es un documento cuya validez no se limita al momento en que fue publicado, hace 15 años, sino que se ha constituido en una profunda orientación de carácter permanente sobre el tema. Nos recuerda la buena noticia de la vida que nos trajo Jesús: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Su Santidad el Papa Juan Pablo II nos anuncia que “el Evangelio de la Vida está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia de todas las épocas y culturas”. Por eso, el Cuaderno Humanitas N° 24 –Ocho reflexiones sobre la Evangelium vitae– que ahora se publica es muy pertinente: viene a fijar nuevamente la mirada en un tema de interés duradero en el tiempo, cual es el respeto y cuidado de la vida que nos ha regalado el Señor. Con este fin el presente Cuaderno Humanitas reúne a un grupo de personalidades de Iglesia y del mundo académico que reflexionan sobre el significado del Evangelio de la Vida. Ya desde su primer número, Humanitas ha incluido este tema en sus páginas, res- pondiendo a su misión de promover el encuentro entre la fe y la cultura. Así, en el número correspondiente a enero-marzo de 1996 (N°1), esta publicación presentó un completo análisis de la encíclica firmado por Monseñor bajo el título “Reflexiones en torno a la Evangelium vitae”, en cuya introducción se puede leer: “Monseñor Carlo Caffarra, Arzobispo de Ferrara [hoy Cardenal Arzobispo de Bolonia], ex presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia analiza en estas páginas el cuadro antropológico y cultural constituido por el primer capítulo de la encíclica Evangelium vitae, como escenario de la lucha entre la Trinidad divina y la trinidad satánica –que busca imponer la cultura de la muerte–. Cuando el ‘delito’ es llamado ‘derecho’ ya no nos enfrentamos a un simple ‘colapso moral’, sino a un ‘colapso mental’: la censura de la cuestión religiosa impuesta por el ambiente cultural contemporáneo ha desconectado la libertad de la verdad y ha llevado a la deformación de la subjetividad. Es una situación ante la cual los cristianos no pueden declararse neutrales”. Independiente de los 15 años que han transcurrido desde la publicación de esta en-

H5 cíclica, el tema de la vida es propio y natural de todo ser humano. Y aquellos que dirigimos la mirada a Cristo sabemos que es Él quien ha traído la vida al mundo. Nos lo recuerda Monseñor Jean-Louis Bruguès al término de la reflexión que desarrolla en este Cuaderno Humanitas N° 24: “¿Juan Pablo II no trataba acaso de poner la razón y a aquellos que se consagran a su búsqueda, al servicio de la cultura de la vida?”. Y lo dice frente al florecimiento de la cultura de la muerte que impera en ciertos sectores de la sociedad actual: “dicha cultura –sostiene Monseñor Bruguès– fomenta el aborto, el suicidio y la eutanasia”. Por su parte, Monseñor Livio Melina, actual presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia, nos plantea en su artículo “Riconoscere la vita. La questione epistemologica: vangelo, scienza ed etica” que “la cuestión de la vida es el corazón de la bioética”. Nos dice que Evangelium vitae nos ha invitado a elaborar una nueva y auténtica cultura de la vida. De gran interés resulta también, en este Cuaderno Humanitas N° 24, el análisis del Cardenal Angelo Scola, Patriarca de Venecia y Rector Emérito de la Universidad La- teranense, titulado “El bien y la inviolabilidad de la vida en la encíclica Evangelium vitae”. Frente a la pregunta ¿por qué la vida tiene valor y es inviolable?, su respuesta se resume en una breve frase: “La vida del hombre tiene valor, si tiene valor el hombre”. Monseñor Fernando Chomali, Obispo Auxiliar de Santiago, nos recuerda en su artículo que “la preocupación de Juan Pablo II por el tema de la vida está en el centro de su solicitud pastoral” y que esta carta en particular tiene varios propósitos: “denunciar los atentados en contra de la vida que constituyen una verdadera conjura en contra de ésta; anunciar el valor de la vida humana, promoverla y defenderla en los más amplios campos de la cultura (…) El Papa Juan Pablo II la escribe arraigado en sólidos fundamentos, aportados por la ciencia, la filosofía y la teología, consciente de que las alas de la razón y la fe se alzan juntas a la hora de una búsqueda sincera de la verdad”. El Rector Emérito de la PontificiaU niversidad Católica de Chile y Presidente Emérito de la Pontificia Academia para la Vida, Doctor Juan de Dios Vial Correa, orienta su reflexión a la doctrina social inscrita en la encíclica: E“ n orden a simplificar este análisis –nos advierte– cabe concentrarse en la cuestión del aborto, asunto muy ilustrativo por cuanto él no es hoy tanto un problema médico como ideológico y social”. El catedrático de la Universidad de Roma Tor Vergata y ex presidente del Comité de Bioética del Estado italiano, Profesor Francesco D’Agostino, analiza el tema de la inocencia y el derecho contenido en el trasfondo de la Evagelium vitae, mientras que Angelo Serra, Profesor Emérito de Genética Humana de la PontificiaU niversidad del Sacro Cuore, concentra sus consideraciones en la familia en el marco del tercer milenio. El Evangelio de la Vida es, pues, la buena noticia que nos trae este Cuaderno Huma- nitas N° 24. La reflexión del Papa Juan Pablo II nos ilumina cada vez que volvemos a poner nuestro corazón en sus santas palabras. Su invitación queda claramente señalada

H6 cuando nos dice al término de la encíclica Evangelium vitae: “Y mientras, como pueblo peregrino, pueblo de la vida y para la vida, caminamos confiados hacia ‘un cielo nue- vo y una tierra nueva’, dirigimos la mirada a aquélla que para nosotros es ‘señal de esperanza cierta y de consuelo’… Oh, María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a Ti confiamos la causa de la vida”.

Dr. Ignacio Sánchez Díaz Rector Pontificia Universidad Católica de Chile

H7 A 15 años de la encíclica Evangelium vitae de Juan Pablo II

Fernando Chomali1

Monseñor Fernando Chomali es Obispo Auxiliar de Santiago, profesor del Centro de Bioética de En la encíclica Evangelium vitae, Juan Pablo II manifiesta que estamos inmersos en medio de una lucha la Pontificia Universidad Católica dramática entre la cultura de la muerte y la cultura de la vida. Es una lucha análoga a la vivida con de Chile y miembro de la Pontificia motivo de la cruz de Cristo, “una inmensa lucha entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, entre Academia Pro Vita. la vida y la muerte” (EV, 50). A la vez, este panorama de luces y sombras en relación a la vida no se presenta a nuestros ojos en cuanto espectadores, sino en cuanto actores: “estamos ‘en medio’ de este Monsignor Fernando Chomali, conflicto: todos nos vemos implicados y obligados a participar, con la responsabilidad ineludible de Auxiliary Bishop of Santiago, professor elegir incondicionalmente en favor de la vida” (EV, 28). Juan Pablo II se mueve en un sano realismo; of the Bioethics Centre of the Pontifical por un lado no hay espacio para pesimismo alguno, ya que la oscuridad no eclipsa el resplandor de la Catholic University of Chile and member cruz, sino que por el contrario lo resalta aún más. Por otro lado tampoco hay espacio para un optimismo of the Pontifical Pro Vita Academy. ingenuo que nos llevara a bajar los brazos a la hora de defender y promover la vida.

John Paul II in the Evangelium vitae encyclical manifests that we are immersed in a dramatic battle between the culture of death and the culture of life. It is a fight analogous to Christ’s in the Cross, “an immense battle between the forces of good and the forces of evil, between life and death” (EV, 50). At the same time that panorama of life’s lights and shadows does not appear to our eyes as spectators, but as actors “we are ‘in the midst’ of this conflict: we are all implicated and obliged to participate, with the unavoidable responsibility of choosing unconditionally in favour of life” (EV, 28). John Paul II proceeds with wholesome realism, on one hand there is no space for any pessimism, as darkness does not eclipse the brightness of the cross; quite the opposite, it enhances it even more. On the other hand, neither is there space for a naïf optimism that might lead us to lower our arms at the time of defending and promoting life.

La preocupación de Juan Pablo II por el tema de la vida está en el centro de su solicitud pastoral. El tema está presente en múltiples encíclicas, exhortaciones apostólicas, discursos, homilías. Notable resulta la encíclica Dominum et vivifican- tem, donde Juan Pablo II habla de señales de muerte que se

1 Texto correspondiente a la manifiestan en las sociedades más avanzadas, y de modo conferencia pronunciada por patente en el ámbito de la ciencia y la tecnología, en la carrera el autor con ocasión del XV aniversario de la encíclica armamentista y los peligros asociados a ella. También estas Evangelium vitae y de la presentación de Humanitas n. 60. señales se manifiestan de modo dramático en las vastas zonas 2 Cf. Juan Pablo II, Carta encíclica del planeta marcadas por la indigencia y el hambre2. Estos Dominum et vivificantem, 18 de mayo de 1986, 57. signos, según el Papa, se hacen más sombríos en lo difundido

H8 que se halla el hecho de truncar la vida de seres humanos 3 Cf. Dominum et vivificantem, 57; Juan Pablo II, Carta encíclica antes de nacer o antes de su muerte natural, así como en Sollicitudo rei socialis, 30 de 3 diciembre de 1987, 33. las guerras y el terrorismo . Estos hechos son producto de 4 Cf. Juan Pablo II, Carta encíclica Centesimus annus, 1 de mayo un específico sistema cultural que ha ido configurando una de 1991, 39. En la alocución a verdadera cultura de la muerte4. la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Lo importante es tener claridad de que la cultura no es un Ciencia y la Cultura (UNESCO) que pronunciara el año 1980, Juan dato dado, sino más bien algo que el hombre va construyen- Pablo II define la cultura como “un do. En este sentido, la cultura es producto de las acciones modo específico del ‘existir’ y del ‘ser’ del hombre”. Juan Pablo II, humanas y, como consecuencia, una realidad que surge de Discurso a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la actividad del hombre en los amplios y variados campos la Ciencia y la Cultura – UNESCO, París, 2 de junio de 1980, 6. En el en los que se desarrolla y de sus fuentes inspiradoras. El discurso que pronunciara al mundo hombre es el artífice de la cultura en la que está inmerso, de la cultura el año 1987, durante su visita a Chile, sostenía que “la con sus valores y desvalores y al mismo tiempo es el objeto cultura de un pueblo –en palabras del documento de Puebla de los de la cultura. Ángeles- es ‘el modo particular como los hombres cultivan su Esto significa que en cuanto sujeto de la cultura el hombre relación con la naturaleza, entre sí es capaz de realizar un juicio en torno a ella y aceptarla, mismos y con Dios de modo que puedan llegar a un nivel verdadera rechazarla o cambiarla. y plenamente humano’”. Juan Pablo II, Discurso al mundo de la cultura Por último, es necesario recalcar el carácter dinámico de las y constructores de la sociedad culturas, y la posibilidad de ser transformadas. Ello implica (Universidad Católica), Santiago, 3 de abril de 1987. En ese sentido por que la cultura de la muerte no es una cultura a la que hay que cultura se puede entender “el estilo de vida común que caracteriza a un rendirse, sino que nos abre a la posibilidad de una cultura pueblo y que comprende la totalidad de su vida: el conjunto de valores nueva que esté a la altura de la dignidad del hombre, de todo que lo animan y de desvalores que el hombre y de todos los hombres. Estamos todos invitados lo debilitan… las formas a través de las cuales aquellos valores o con nuestra acción a colaborar de tal manera de pasar de la desvalores se expresan y configuran, es decir, las costumbres, la lengua, cultura de la muerte a la cultura de la vida. Es ahí donde no las instituciones y estructuras de podemos eludir nuestra propia responsabilidad en el campo convivencia social”. Ibidem. Se trata, pues, de la vida de un pueblo. En la de acción que nos es propio. La defensa de la vida humana exhortación apostólica Christifideles laici, Juan Pablo II entiende por y su promoción es parte integrante de la evangelización. cultura “todos aquellos ‘medios con los que el hombre afina y desarrolla En las Naciones Unidas postuló que el proceso de cambio sus innumerables cualidades en el que se encuentra inmerso el mundo de hoy no podrá espirituales y corporales; procura someter el mismo orbe terrestre llevarse a cabo en sentido de salvación al margen de una con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social, cultura nueva de dimensiones planetarias. Y ella parte desde tanto en la familia como en la 5 sociedad civil, mediante el progreso Cristo si pretende ser auténticamente humana . de las costumbres e instituciones; En lo que se refiere directamente a la encíclica Evangelium finalmente, a lo largo del tiempo, expresa, comunica y conserva en Vitae, escrita hace 15 años y más vigente que nunca, ella sus obras grandes experiencias espirituales y aspiraciones, para está estructurada en seis partes: una introducción, cuatro que sirvan al progreso de muchos, e capítulos y una conclusión. Es una encíclica que tiene varios incluso de todo el género humano’

H9 propósitos: denunciar los atentados en contra de la vida que constituyen una verdadera conjura en contra de ésta; anun- ciar el valor de la vida humana, promoverla y defenderla en los más amplios campos de la cultura. Su método es exhortativo y su lenguaje claro y sin ambigüe- dades. El Papa Juan Pablo la escribe arraigado en sólidos

Son muchos los factores fundamentos, aportados por la ciencia, la filosofía y la teo- que han confluido para logía, consciente de que las alas de la razón y la fe se alzan hallarnos en presencia juntas a la hora de una búsqueda sincera de la verdad6. Él de la cultura de la mismo plantea la urgencia “de llamar a las cosas por su nombre, muerte. Quizás un primer sin ceder a compromisos de conveniencia o a la tentación de elemento a considerar dice 7 relación con la pérdida autoengaño” . En ese sentido, esta encíclica es una invitación 8 del carácter sagrado a llamar bien al bien y mal al mal . También es una invitación que la vida humana lleva a admirarse de la maravilla que significa cada vida humana9. grabada en sí. Es una encíclica escrita por el pastor universal de la Iglesia, por lo tanto de carácter pastoral; sin embargo tiene una di- mensión política. En efecto, el Papa hace ver que las leyes y los poderes ejecutivos y legislativos juegan un rol esencial a la hora de fomentar las políticas públicas, ya sea a favor o en contra de la vida, sobre todo en su etapa inicial o en su ocaso.

(GS 53). En este sentido, la cultura Dice al respecto: “Si las leyes no son el único instrumento debe considerarse como el bien para defender la vida humana, sin embargo desempeñan un común de cada pueblo, la expresión de su dignidad, libertad y creatividad, papel muy importante y a veces determinante en la promo- el testimonio de su camino histórico”. 10 Juan Pablo II, Exhortación apostólica ción de una mentalidad y de unas costumbres” . post-sinodal Christifideles laici, 30 de diciembre de 1988, 44. En la El Santo Padre hace ver que estamos inmersos en medio de encíclica Centesimus annus dirá una lucha dramática entre la cultura de la muerte y la cultura que “el punto central de toda cultura 11 lo ocupa la actitud que el hombre de la vida . Es una lucha análoga a la vivida con motivo de asume ante el misterio más grande: el misterio de Dios”. Centesimus la cruz de Cristo, “una inmensa lucha entre las fuerzas del annus, 24; cf. Evangelium vitae, 96. bien y las fuerzas del mal, entre la vida y la muerte”12. Lo 5 Cf. Juan Pablo II, Discurso a la quincuagésima asamblea general interesante es que para Juan Pablo II, este panorama de luces de las Naciones Unidas, Nueva York, 5 de octubre de 1995, 3 y 17. y sombras en relación a la vida no se presenta a nuestros ojos 6 Cf. Juan Pablo II, Carta encíclica Fides et ratio, 14 de septiembre de en cuanto espectadores, sino en cuanto actores. “Estamos 1998, Introducción. ‘en medio’ de este conflicto: todos nos vemos implicados y 7 Evangelium vitae, 58. 8 Cf. Evangelium vitae, 58. obligados a participar, con la responsabilidad ineludible de 9 Cf. Evangelium vitae, 2. 13 10 Evangelium vitae, 90. elegir incondicionalmente en favor de la vida” . 11 Cf. Evangelium vitae, 28 y 50. Juan Pablo II se mueve en un sano realismo; por un lado no 12 Evangelium vitae, 50. 13 Ibíd., 28. hay espacio para pesimismo alguno, ya que la oscuridad no

H10 eclipsa el resplandor de la cruz, sino que por el contrario lo resalta aún más14. Por otro lado tampoco hay espacio para un optimismo ingenuo que nos llevara a bajar los brazos a la hora de defender y promover la vida. Los signos que van configurando una verdadera cultura de la vida son muchos, están a la vista y el Papa los nombra expresamente15: 1. Las iniciativas a favor de las personas más débiles e in- defensas promovidas por personas, grupos, movimientos y diversas organizaciones. 2. Los esposos que generosamente acogen a los hijos como El concepto de sacralidad el don más excelente. de la vida, que dice relación con un orden 3. Las familias que acogen a niños abandonados, a mucha- “metafísico”, en cuanto chos y jóvenes en dificultad, a personas minusválidas, a que nos refiere a Dios ancianos solos. creador y trascendente, 4. Los centros de ayuda a la vida, o instituciones análogas, ha sido desplazado por un que ayudan moral