GIGANTOMAQUIA Pasado Y Presente
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GIGANTOMAQUIA Pasado y presente 1 GIGANTOMAQUIA Pasado y presente Juan Manuel Moreno 2 A todas las personas que, de alguna manera se sientan oprimidas por algún Goliat de nuestro tiempo 3 ÍNDICE Prólogo Introducción 1. Mitología griega 2. Literatura hebrea: Nephilim 3. Prisionero de las tensiones 4. Materialismo puro y duro 5. Religión y asertividad 6. Vicios 7. Tradiciones 8. Falta de esperanza 9. Esnobismo 10. El qué dirán 11. La falta de perdón 12. Miedo 13. Inanición espiritual 14. Una de proverbios Apéndice 4 PRIMERA PARTE Demasiado lejanos 5 PRÓLOGO ¡Hola! ¿Qué tal? Mi deseo es que os encontréis bien, y que vuestra vida esté llena de riqueza. Me dirijo de nuevo a vosotros, queridos lectores/as, para compartir algunas cosillas que he escrito últimamente. Para mí han sido de una tremenda ayuda, y pienso que, tal vez a otras personas les pueda servir, como plataforma para crecer en los distintos campos de sus vidas. Los libros me gustan mucho, sobre todo los buenos. Entiendo por buenos aquellos que te ayudan en tu necesidad diaria; que te sacian la sed, que te alejan de la hambruna incultural, que te alimentan, que te alientan, que te dan vida y que no estropean tu vida. Aquí caben muchos y muy variopintos. Libros que al leerlos te cambian la tempestad en bonanza, te cambian el carácter —aunque eso es sucesivamente difícil— libros que sobre todo, cuando terminas de leerlos han aportado algo bueno a tu persona, han dejado un buen sabor de boca difícilmente de olvidar. Libros que son como mirar a la primavera, como oler un perfume. Sensaciones que alegran un tanto nuestros sentidos tan castigados por esta vasta sociedad. La lectura de este libro está autorizada para todos los públicos; no creáis que lo digo de broma. En otras ocasiones he utilizado un lenguaje, tal vez un poquito fuerte, (para algunos lectores/as tal vez demasiado) pero para nada cuando escribo lo hago con un lenguaje obsceno. 6 Ni hablo así, ni escribo así; ahí están mis compañeros de trabajo, mis amigos y mi familia que son los que realmente pueden opinar acerca de mi manera de hablar o comportarme. Lo que he querido mostrar en mis anteriores libros es la cruda realidad que vivimos a nuestro alrededor, con sus puntos y sus comas. Sería muy difícil describir un accidente de tráfico donde mueren todos sus ocupantes, en un choque frontal, y no mencionar nada acerca de sangre, de muerte… Mejor describir una salida de sol que es más agradable, y así seguro que no molestamos a nadie. Pido disculpas de nuevo si en algunas expresiones he podido herir la sensibilidad del lector/ra; no ha sido mi intención. Si no recuerdo mal, todos los libros que he regalado han sido a personas adultas, salvo uno a mi hija Loida, la cual va a cumplir próximamente dieciocho años, y no creo que se haya escandalizado ni por asomo de dicho lenguaje. Habría que preguntarse lo que dejamos ver y hacer a nuestros hijos, en la televisión e Internet; ya que ese es realmente un tema bastante delicado, el cual sí puede hacer realmente mucho daño. Leer libros es algo enriquecedor, y expresar lo que somos, lo que tenemos, lo que hay en nuestro interior, es algo igualmente constructivo, ya sea expresado de una u otra manera. A mí en particular me gusta expresar esta “vida” por escrito. No es fácil. El hablar del interior, del corazón, de emociones, de sentimientos; es como mantener una tremenda lucha entre lo que realmente quieres expresar y lo que literalmente escribes. No es lo mismo que te cuenten la película, que ser actor de la misma. Para mí el escribir entre otras cosas es una necesidad. Entendiendo por necesidad algo que necesito, no tanto para sentirme bien solamente, yo diría más bien para cumplir mi cometido, para hacer mi función en este cuerpo; organismo viviente que es la sociedad. 7 Es como tener flores en la terraza. Las riegas, las cuidas, las mimas; a cambio ellas te dan su olor y belleza. Cada día subes a la terraza y repites una y otra vez el mismo ritual sin importarte que lo has hecho miles de veces. Y te preguntas: ¿Quién lo va a hacer si no lo hago yo? Es sin duda una buena pregunta y no tiene por qué estar llena de vanagloria. Es hermoso mostrarnos genuinos en las cosas que hacemos, sin importarnos lo que los demás puedan pensar de nosotros. Si me gustan las flores, tendré flores y las cuidaré aunque todos mis vecinos piensen que es una pérdida de tiempo y esfuerzo. Bien sabéis queridos lectores/as que no escribo para ganarme la vida, ni para ser un best seller. En este ring hay multitud de pupilos que luchan encarnizadamente por estar entre los más vendidos, los más leídos, los más rentables, los más famosos, los más… Este libro que tenéis en vuestras manos trata acerca de la gigantomaquia. Como su título nos muestra. La literatura que trata de la lucha de los gigantes por conquistar el monte Olimpo, morada de los dioses, es llamada gigantomaquia. Cualquier persona podría pensar con toda la razón del mundo, ¿Qué es lo que pinto yo aquí? ¿Qué puedo yo añadir o contemplar a este campo? Cierto. La gigantomaquia, sobre todo en la mitología griega, es un tema cerrado y archivado. Hace bastantes años, siglos e incluso milenios que se escribieron las últimas palabras, sílabas, comas y puntos acerca de estos mitos y leyendas. Ahora en el siglo XXI, los griegos tienen otras preocupaciones. Grecia no es lo que fue, y ahora arrastra una crisis, incluso peor que la de España, que ya es decir. Si te gusta querido lector/ra la mitología, podrás encontrar a lo mejor algunas cosillas que tal vez las hayas leído ya, pero que por diversas 8 circunstancias han pasado desapercibidas ante tus ojos. No obstante, el que me conozca algo, sabrá que sería incapaz de escribir un tratado de mitología por dos razones principales. Primero por desconocimiento. Es tremendo lo que hay escrito acerca de la mitología griega, es un campo amplísimo, y aquel que pueda considerarse un verdadero experto en dicha materia, seguro que le habrá llevado décadas de estudio acerca de esta parte de la historia, y precisamente yo no soy esa persona. La segunda razón es que normalmente escribo con un doble mensaje. Utilizo historias; unas ciertas, otras inventadas, pero casi siempre para mostrar otra historia que está tras esas historias, valga la redundancia. Cada maestro tiene su librillo y el mío ya lo conocéis, por lo menos en parte. Soy como soy y no tengo que ser como nadie, ni escribir como nadie. Ya os explicaré algunas cosillas que supongo serán difíciles de comprender, a no ser que os metáis dentro de mi pellejo, como se suele decir. También es cierto que al escribir no quiero confundir a nadie ni herir su sensibilidad, lo cual es sumamente difícil porque cada persona es distinta a la que tiene a su lado. Pensamos, vivimos, sentimos de manera diferente, y lo que para mí es una cosa sin importancia, para ti puede ser una gran ofensa o viceversa. Al escribir de gigantes, obviamente lo haré refiriéndome al pasado, a la mitología, o más bien a las mitologías ya que existen muchas, no solamente la griega, que sin duda es la más conocida. Es difícil encontrar un país que no tenga su propia mitología. Qué decir de Gilgamesh y el diluvio universal, de la caja de Pandora, del mito de Pigmalión, de la fundación de Roma, del Hércules español, de la creación del mundo según el Mazdeismo. 9 Sería largo e interminable hablar de todo este campo, ya que esto de los mitos y leyendas se pierde en el horizonte como nuestra vista en la inmensa mar. Y como es de suponer también hablaré de gigantes que viven y muestran su poder y fuerza en pleno siglo XXI, en nuestro día a día. Estos gigantes sí que los conocemos aunque a veces pasen completamente desapercibidos a nuestra vista, pero están ahí. Descubrir estos gigantes y hablar de ellos, es parte de lo que también escribiré. Equivocado o acertado, intentaré ser veraz y ecuánime. En otros libros he hablado bastante de mí, de mi familia, mi infancia, mi juventud, de mis amistades, de mi vida. He hecho reflexiones puramente personales de lo que pienso acerca de ciertos temas que orlan nuestra vida, y puede que parezca que lo que he pretendido es darme a conocer, como lo hace el cantante que empieza su carrera artística o el deportista que no acaba de ser famoso o bien conocido en los medios de comunicación. Este no es ni caso. En otros libros he hablado de mí porque era necesario, ya que lo que pienso y creo no se lo voy a cargar al vecino evidentemente. En este libro no voy a hablar nada de mí. Puede que personalmente me identifique con algún personaje que aparezca entre los gigantes, e inclusive que haya vivido una historia parecida, pero para nada soy dicho personaje. Os contaré historias desde la barrera y no como torero frente al toro. Bien es cierto que todo libro deja huellas imborrables acerca de su autor. Sería difícil no tener un concepto más o menos real de la persona de Federico García Lorca al leer sus libros, o de Cervantes, al leer sus Novelas Ejemplares; una maravilla de prosa con una frescura y riqueza inigualables. Con esto lo que quiero mostraros es que mi opinión, lo que soy y lo que creo también estará presente en estas líneas, pero solamente presente, nada más.