HACIA EL BICENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS GALERÍA DE GENERALES DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

En su reciente carta sobre la reorganización de la Curia Generalicia, el P. Nicolás nos recuerda que en 2014 celebraremos el bicentenario de la restauración de la Orden por Pío VII. El P. General nos anima a prepararnos y a refundar nueva y continuamente la Compañía para que responda al mundo de hoy.

El P. Socio nos comentaba en nuestra Curia de algunas iniciativas de provincias vecinas para recordar episodios de la Historia de la Compañía en sus Noticias. Como una sencilla contribución, les comparto los siguientes resúmenes de nuestros Generales, que he preparado en años precedentes para las clases con los novicios. La información presentada en estas fichas – seleccionada según mi humilde criterio– puede ser corroborada y ampliada en el Diccionario Histórico SJ -4 volúmenes-, en la Historia de la Compañía de Jesús de W. Bangert, en el Manual de Historia de la Compañía de Villoslada y en numerosas publicaciones que tenemos a la mano en nuestras bibliotecas.

Mensualmente irá apareciendo el recuento de un generalato. Comenzamos la serie con el P. Diego Laínez, uno de los primeros padres –los “doctores de París”–. La verdad que no me atrevo a resumir la vida y obra de San Ignacio en una página; además, de nuestro Fundador ya hemos hablado bastante… Cualquier sugerencia será bienvenida.

H. David Chamorro, S.J.

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DIEGO LAÍNEZ (II General)

Español. Nació en 1512 en Almazán (Soria). Posiblemente era descendiente de judíos en cuarta generación. Se ordenó sacerdote en 1537, en Venecia. Profeso de 4 votos el 22 de abril de 1541, en S. Pablo Extramuros, Roma.

Período: 1558- 65. Uno de los períodos más positivos en lo que concierne a la actividad ministerial de los jesuitas en su conjunto. Su entusiasmo a veces tocaba el heroísmo.

Contexto político y religioso.- Carlos V ha abdicado en 1555 a favor de su hijo, Felipe II. La CG I recién pudo reunirse en 1558, debido a la guerra entre Pablo IV y Felipe. El episodio más tristemente célebre de este conflicto fue el saqueo de Roma, por las tropas imperiales. Se consolidan los avances de los reformados. Pero la Iglesia Católica está lista para “contraatacar” y sus dos armas más poderosas serán la puesta en práctica del Concilio de Trento (concluido al fin) y la recientemente fundada Compañía de Jesús.

Hechos de su Gobierno.- Laínez también estaba muy enfermo en el momento de la muerte de Ignacio. Nombrado Vicario General días después, solicitó audiencia al Papa. Allí comenzó a evidenciarse la proximidad de la tormenta, producto de la irresponsabilidad de Bobadilla, que deseaba un gobierno colegiado y había predispuesto a Pablo IV contra nuestro Instituto.

El P. Laínez sirvió 2 años como Vicario. La CG I lo nombró General al primer escrutinio. Acto seguido, los congregados acogieron con veneración el texto de las Constituciones y las promulgaron sin cambios. En tanto, el Papa ordenó que el Oficio Divino fuese recitado en coro, así como que el generalato sólo durase 3 años. Pablo murió en 1559 y sus dictámenes no fueron renovados por su sucesor; de hecho Pío IV se negó a que el P. Laínez dimitiese al terminar su primer trienio.

El General asumió la tarea de hacer vida de lo que estaba escrito: la joven SJ encontró en Laínez el tipo ejemplar en que mirarse (Scaduto SJ). Por medio del sobrino de Pablo IV, el Card. Carlos Borromeo, la SJ recibió muchos privilegios y su progreso fue veloz. Laínez marcó la elección de ministerios al poner más acento en los Colegios que en las residencias; con todo, sólo aceptó 10 nuevos colegios, dada la escasez de personal. Las misiones de ultramar ocuparon también lugar preferente en su mente. En Europa se destacó la actividad de Canisio en Alemania, de Borja en España y de Nadal en todas partes, promulgando las Constituciones.

El General asistió al Coloquio de Poissy, convocado por Catalina de Médicis para discutir la cuestión religiosa, y a la última sesión del Concilio (1563-64); quedó en Roma como Vicario Francisco de Borja. La brillantez como teólogo del doctor de la Sorbona quedó manifiesta: a su puño y letra se deben los decretos sobre las indulgencias, el culto a los santos y el purgatorio. Estos encargos, asumidos por obediencia, le quitaron tiempo para el gobierno. Su salud física y síquica se resintió. Al volver a Roma, sobrevivió 11 meses y falleció el 19 de enero de 1565 (tenía 53 años).

Su legado.- A la muerte de Laínez, la Compañía contaba con 3.500 miembros en 18 provincias y 130 casas. Creó las provincias de Nápoles, Aquitania, Toledo, Lombardía, Rin y Austria. Consiguió que el Concilio aprobase oficial y explícitamente a la SJ y a su Instituto, con todas sus innovaciones. A su erudición y doctrina se debió en gran parte el prestigio intelectual de la Compañía de Jesús.

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SAN FRANCISCO DE BORJA (III General)

Español. Nació en 1510 en Valencia. Biznieto de Alejandro VI. Antes de su entrada en religión fue Duque de Gandía, Marqués de Llombay, Virrey de Cataluña y hombre de confianza de Carlos V. Ingresó en secreto a la Compañía (1546). Sacerdote en 1551. Comisario de España. Tuvo problemas con la Inquisición.

Período: 1565-72. Los historiadores Scaduto, Bangert y Karrer difieren sobre la fidelidad del Santo Duque a los principios ascéticos ignacianos. Canonizado por Clemente X en 1671.

Contexto político y religioso.- San Pío V emprendió la tarea de aplicar los decretos de Trento; para extirpar la herejía no dudó en recurrir a la Inquisición. La amenaza del Turco –aliado de Francia- se cierne sobre Europa, pero la Santa Alianza (Estados Pontificios, Venecia y España) vence a la Media Luna en Lepanto. Borja fue comisionado por Pío para negociar la conformación de la coalición anti-otomana. Se consolidan los imperios español y portugués en las Indias Orientales y Occidentales.

Hechos de su Gobierno.- La CG II se inclinó en su elección por el prestigio del otrora Duque de Gandía. El electo revisó las reglas de la Orden y, por influjo de las prácticas de ciertos jesuitas españoles, aumentó el tiempo dedicado a la oración. Se preocupó de que cada Provincia tuviese su noviciado: personalmente fundó el Noviciado de S. Andrés del Quirinal, en el que se formaron S. Estanislao Kostka, el predicador Piotr Skarga (polacos ambos) y el futuro General Aquaviva.

Una de las tareas más delicadas de este gobierno fue negociar con Pío V, quien deseaba reintroducir el Oficio cantado. De hecho, esta medida se adoptó en mayo de 1569, pero solamente en las casas profesas y sin interferir con otras tareas. El Papa también ordenó que ningún religioso fuese ordenado hasta después de su profesión; por esta razón los NN. debían profesar al menos tres votos solemnes para ser sacerdotes, hasta que Gregorio XIII (dic. 1572) restauró la práctica original. Los Colegios prosperaron: de 50 en 1556 pasaron a 163 en 1574. Borja promulgó la primera Ratio en 1569. Para su gobierno se apoyo en Visitadores. Se inició la remodelación del Gesù. El General siguió muy de cerca la evolución de la Contrarreforma en Alemania. Muchas fundaciones atendieron a reforzar la causa católica. Una expedición misionera enviada por él a Brasil fue liquidada por los calvinistas en altamar (Azevedo y sus compañeros mártires).

Borja recibió misiones especiales de Su Santidad, al igual que Laínez. De viaje a la Península Ibérica –pese a sus achaques-, fue muy agasajado. Atendió negocios de la SJ y delicados encargos diplomáticos en las cortes. El regreso a Roma fue penoso; llegó a la Ciudad Eterna desahuciado, pero feliz de obedecer hasta el fin. Murió el 30 sept. 1572.

Su legado.- Su decisión referente a la oración alteró la concepción ignaciana, hasta que en el s. XX se volvió a la práctica primigenia (cf. Bangert). Aplicó la resolución de la CG II de convocar las Congregaciones de Procuradores, que demostró ser una medida muy acertada. Bajo su administración la obra misionera se incrementó y fue próspera. La Compañía fundó nuevas misiones en Florida, México y Perú. Se incrementó la penetración en Brasil. Sugirió a Pío V la creación de la Congregación para la Propagación de la Fe.

Pedro M. Lamet SJ ha escrito recientemente una novela histórica sobre su vida: Borja, los enigmas del Duque.

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EVERARDO MERCURIANO (IV General)

Flamenco. Everard Lardinois nació en 1514 en la villa de Marcour (Luxemburgo belga), de ahí su nombre. Ingresó en 1548 en París, ya como sacerdote. Primer General no español.

Gobierno: 1573-1580. Mercuriano dirigió y organizó el desarrollo de la Compañía y su actividad apostólica, con lo que preparó el gobierno de Aquaviva. La consolidación fue el distintivo de su período (Bangert).

Contexto político y religioso.- Pontificado de Gregorio XIII, quien dio a la Contrarreforma un ímpetu más militante. Felipe II insiste en su política de hegemonía continental y busca que los jesuitas también se sometan a su real voluntad. Portugal es anexionado. Sólo Inglaterra, regido por Isabel I, se interpone al dominio español, pues Francia está muy debilitada por las guerras entre católicos y hugonotes. Isabel persigue todo asomo de catolicismo en su Reino. Pero Bellarmino gana puntos para la causa papal con sus célebres Controversias (prohibidas por la Reina Virgen).

Hechos de su Gobierno.- Después de una tormentosa CG III, Gregorio XIII se salió con la suya: impuso un General no español. Las maniobras de los portugueses, controladas desde Lisboa, tuvieron como fin evitar la elección de Polanco, dada su condición de cristiano nuevo. Este penoso incidente, que causó descontento entre gran número de los delegados, no pasó a mayores gracias a la nobleza de Polanco; pero sembró la semilla de una gran crisis durante el siguiente generalato. En todo caso, Mercuriano llegó con una importante experiencia administrativa. Empleó sus grandes dotes de gobierno en dos campos:

a) Composición de reglas para Provinciales, Rectores, Ministros, etc.; surgieron así el “Resumen de las Constituciones” y las “Reglas Comunes”, así como las reglas de cada oficio (1577). b) Selección, evaluación y síntesis de las directrices y normas de los Colegios. La contribución de Diego Ledesma desde el Colegio Romano fue valiosa.

Se acelera el avance de la Compañía. De 3905 sujetos a la muerte de Borja, pasaron a 5165 en 1579, repartidos en 18 provincias, 199 casas (10 profesas, 33 residencias, 144 colegios y 12 noviciados). Por deseo del Papa, la Orden mantuvo los Seminarios, aceptó los Colegios Inglés e Ilírico, pero se cerraron otros. Al P. Tolet se le confió la tarea de obtener la sumisión del cismático Michael Baius a la Santa Sede; tuvo éxito, pero provocó el odio de los jansenistas. Mercuriano tuvo que enfrentar ciertas desviaciones rigoristas en España y Portugal. Para ello, insistió en los métodos de oración contenidos en los Ejercicios. También en la península surgió una demanda para reformar el Instituto, refutada por Ribadeneyra.

Tuvo el Prepósito un valiente interés por las misiones: estableció las misiones maronita e inglesa, enviando a la isla a y Robert Pearsons. Envió personal a abrir Colegios en Europa Septentrional y Oriental (Hungría, Transilvania y Polonia). Destinó a Possevino a una difícil misión en Suecia y al organizador Valignano y al erudito Ricci a las misiones de Oriente.

Su legado.- Este prudente gobierno se caracterizó por medidas, quizá no originales, pero sí orientadas a precisar mejor lo que era conforme al fin fundacional de la SJ y al espíritu del Fundador. Consolidó la reforma oracional de su antecesor. Aseguró la vida religiosa por medio de Reglas. En muchas decisiones (destino de profesores) aplicó la máxima ignaciana: el bien a más universal es más divino.

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CLAUDIO AQUAVIVA (V General)

Italiano. Nació en Atri, de familia aristocrática, en 1543. Ingresó al Noviciado de S. Andrés del Quirinal en 1567; ordenado sacerdote en 1572.

Gobierno: El generalato más largo de nuestra historia –y uno de los más turbulentos-, duró desde 1581 hasta 1615. En ese período hubo 8 pontificados (Gregorio XIII, Sixto V, Urbano VII, Gregorio XIV, Inocencio IX, Clemente VIII, León XI y Pablo V) y 3 CC GG: IV, V y VI. Para él, gobernar una Orden religiosa era cuidar paternalmente de un “ejército de hombres de Dios”.

Contexto político y religioso.- Felipe II fracasa rotundamente en su intento de invasión a Inglaterra (desastre de la Armada Invencible, 1588). Sus diferencias con la Compañía se agudizaron. Las guerras de religión en Francia remitieron gradualmente tras la absolución de Enrique IV de Navarra (París bien vale una misa, 1597; los jesuitas Georges, Toledo y Possevino desempeñaron papel importante). El Papa más cercano a la SJ durante este periodo fue Gregorio XIII: encargó la reforma del calendario a Clavius y fue bienhechor del Col. Romano, que tomó su nombre: Universitas Gregoriana. El prestigio moral de la Santa Sede va en aumento.

Hechos de su Gobierno.- Tiempo de extraordinarios obstáculos: desavenencias externas con el Rey de España, con Sixto V y con los teólogos dominicos; y al interior, la actividad de ciertos renegados y la rivalidad entre españoles e italianos condujeron a insólitas complicaciones y a la convocatoria de dos CCGG. Estalló la tormenta en España: un grupo de jesuitas descontentos atacó puntos esenciales del Instituto. La Orden estaba aquejada por la inevitable crisis producto de su gran crecimiento. Felipe intervino contra el poder del General, tejiendo más de un ardid para limitar los poderes de Aquaviva, asegurando la subordinación de los jesuitas españoles a la Corona y a la Inquisición. Sixto V, por su parte, desea cambios profundos en las Constituciones. Ante una lluvia de cartas de príncipes y obispos, el Papa retrocede y sólo exige el cambio del nombre de la Compañía. La muerte se lleva al Pontífice cuando tenía listo el documento oficial en ese sentido. También en Portugal e Italia hay problemas: el General actuó ante Gregorio XIV e Inocencio IX para frenar las maniobras del Card. Archiduque Alberto y de Pietro Maffei (instigados por perturbadores dentro de la misma Orden).

La CG V (1593) apoyó a Aquaviva contra las facciones oponentes (los disidentes fueron expulsados como “malos hijos”) y el intento de deponerlo fue vencido. Como legislador, Aquaviva aclaró puntos del Instituto y promulgó la Ratio Studiorum (1599), el documento clave de nuestra educación hasta el s. XIX y que se convirtió en un clásico de la pedagogía universal. La SJ fue expulsada de Burdeos por su cauta postura política, de toda Francia, acusada de conspirar contra la vida del Rey –atentado de Chastel, 1594- y de Venecia, por defender al Papado. La CG VI (1608) completó la unificación de opiniones. Pablo V (1606) reconfirmó el Instituto en nombre de la Iglesia, zanjando el tema. A partir de 1608, Enrique IV favoreció abiertamente a la SJ en Francia.

Su legado.- Gran defensor del Instituto. Gracias a su tenacidad y tino, alejó por fin las amenazas contra el ideal de Ignacio, producto de la miopía de algunos Papas, Cardenales y religiosos. Legó a Vitelleschi un clima de paz. Escribió abundantes documentos (cartas, directrices para los Superiores). Se establecieron misiones en Canadá, Chile, Paraguay, Filipinas y China. A la muerte de Aquaviva, la Orden se había desarrollado extraordinariamente: contaba con 13.112 miembros (aumento de más del 100%) en 32 provincias y 559 casas (23 profesas, 372 colegios, 41 noviciados, 123 residencias). La Compañía era ya la primera fuerza de la Cristiandad, toda al servicio del Romano Pontífice.

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MUZIO VITELLESCHI (VI General)

Romano. Nació en 1563. Ingresó a los 20 años de edad; fue ordenado sacerdote en 1590.

Gobierno: 30 años, segundo más largo de nuestra historia (1615-1645). Durante estas tres décadas, cuatro Papas gobernaron la Iglesia: Pablo V, Gregorio XV, Urbano VIII e Inocencio X. La SJ creció sostenidamente en su periodo. Hombre profundamente espiritual, era más propenso a la blandura que a la severidad.

Contexto político y religioso.- Entre 1618 y 1648, Europa Central es sacudida por la Guerra de los 30 Años, que concluye con la victoria de Francia, Suecia y de los príncipes protestantes alemanes. La derrota de los Habsburgo significa un enorme golpe para España, que se hunde en la decadencia. Es la hora del imparable ascenso francés, gobernada por el Card. Richelieu; el país galo se erige como el gran referente cultural e ideológico de Occidente. Descartes – exalumno de nuestro colegio de La Fleche- significa una revolución en la Filosofía. Las ideas de Copérnico y Galileo no consiguen ser erradicadas. Gregorio XV (1621-23), fundador de la Congregación para la Propagación de la Fe (1622), fue el primer Pontífice en haber sido formado por la Compañía (en el Colegio de Boloña).

Hechos de su Gobierno.- Este generalato fue uno de los más pacíficos y progresistas, pues ya habían sido superadas las pruebas del período anterior. El Prepósito zanjó en sus comienzos cualquier conato de tensión. Fue exigente en cuestiones de pobreza y prohibió el uso del tabaco.

Quizá el mayor problema fue la guerra que causó estragos en Alemania y dificultó la acción de la Compañía en esa región. La canonización de Ignacio y Javier (1622) y el Centenario (1640) fueron celebrados con gran alegría.

Comenzaron las grandes misiones del Paraguay; en cambio, la Cristiandad del Japón fue erradicada a sangre y fuego por los líderes locales, que veían con mucho recelo al Catolicismo. Se segó así una floreciente iglesia. Inglaterra, más tolerante, alcanzó en 1619 el rango de Provincia; China, en ese mismo año, se convirtió en VProvincia. Vitelleschi apoyó el trabajo heroico de Pedro Claver, pese a los recelos de los Superiores locales. Se establecieron misiones en el Tíbet (1624), Tonkin (1627) y el Marañón, dependiente de Quito (1640). Prohibió comprar esclavos en Guinea para el Colegio de Cartagena y aceptar donados (seglares al servicio de los sacerdotes jesuitas y que a veces vestían hábito) en el Cuzco y Canadá. Fue contrario a admitir criollos en los noviciados de Hispanoamérica, por considerarles poco aptos para nuestra formación ascética.

Su legado.- En su período hubo paz interna y un sólido crecimiento. Vitelleschi incentivó la actividad misionera en Filipinas, Canadá (“la pupila de sus ojos”, que dio muchos mártires), y en las reducciones del Paraguay (aseguradas por la victoria de los guaraníes en Mbororé sobre los bandeirantes). La tranquilidad interna tuvo el contrapeso de la Guerra de los 30 Años, el fin de la adhesión de Etiopía a Roma y las persecuciones en China y Japón. Ignacio y Javier fueron elevados a los altares junto con Teresa de Ávila, Felipe Neri e Isidro Labrador (12 mar. 1622).

El historiador español Julián Lozano en su seria investigación La Compañía de Jesús y el poder en la España de los Austrias (Cátedra, 2005) llama la atención documentadamente sobre el entramado de influencias en torno a la Corte de Madrid que el General atendía desde Roma.

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Inclusive algunos jesuitas estuvieron involucrados, en nombre de la Iglesia, en delicados asuntos internacionales, como por ejemplo, las negociaciones matrimoniales entre la hermana de Felipe IV de España y el Príncipe de Gales (1618-23). Pero, ante todo, Vitelleschi dejó una Compañía saludable, “animada de empuje apostólico en todas las regiones donde estaba presente” (Fois SJ).

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VINCENZO CARAFFA (VII General)

Italiano (nació en Andria, 1585) De familia noble, era pariente del Papa Pablo IV. Ingresó al Noviciado en 1604. Enseñó filosofía y fue Superior y Provincial en Nápoles. Destacó como escritor espiritual. Contaba 60 años de edad al momento de su elección como Prepósito. Murió cuatro años después. Siervo de Dios.

Contexto político y religioso.- En 1648 se firmó la Paz de Westfalia, que puso fin a la Guerra de los 30 Años y sentó las bases del principio de tolerancia religiosa (cuius regio, seius religio). Inocencio X –uno de los Pontífices más notables de la época- desaprobó los acuerdos, llamándolos “nulos, inválidos e inicuos”, entre otros epítetos. A partir de Westfalia comienza el proceso de declive del poder político del Papado. En 1649, Carlos I de Inglaterra es ejecutado; Oliver Cromwell toma el poder sobre bases republicanas.

Hechos de su Gobierno.- Con Caraffa inicia un periodo de generalatos breves. Él gobernó a la Compañía entre 1645 y 1649; este cuatrienio no estuvo exento de acontecimientos:

 En Francia, comenzó la larga controversia teológica con los jansenistas, católicos rigurosos que desaprobaban la teología moral jesuítica, acusándola de laxa.  En Puebla, México, el Opispo Juan de Palafox –hostil hacia la Compañía- impuso un interdicto sobre los NN. Las hondas diferencias de criterios pastorales entre el Obispo y la Orden motivaron la intervención del Papa, que ordenó a los jesuitas “a respetar la jurisdicción episcopal”.  Isaac Jogues, Jean de Brébeuf, Henry Morse y otros compañeros en Canadá e Inglaterra alcanzaron la palma del martirio, demostrando que el fervor misionero no había decaído en la SJ.  En 1647, la colonia de Massachusetts prohibió, bajo pena de muerte, el ingreso de jesuitas.

Su legado.- Aparte de su correspondencia, su único escrito conocido como General fue la carta De mediis conservandi primævum spiritum Societatis (Los medios de preservar el primitivo espíritu de la Compañía). La conocida Cofradía de la Buena Muerte, que alcanzó difusión universal, fue instituida a sugerencia del Padre Caraffa.

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FRANCESCO PICCOLOMINI (VIII General)

Italiano (Siena, 1582 – Roma 1651). Su familia era de las más nobles de Siena. Entre sus ancestros se cuentan dos Papas (Pío II y Pío III) y Octavio, General del Imperio durante la Guerra de los 30 Años (personaje clave en la trilogía dramática Wallenstein, de Schiller; de hecho, la segunda parte se titula Die Piccolomini).

Ingresó al Noviciado a los 16 años de edad. Fue profesor de Filosofía en el Colegio Romano, así como Provincial sucesivamente de Roma, Milán y Venecia.

Contexto político-religioso.- Prosiguen el pontificado de Inocencio X y la guerra entre Francia y España. Descartes muere en feb. 1650 en Estocolmo, adonde había ido invitado por Cristina de Suecia. Cromwell gobierna con mano de hierro la República Inglesa.

Hechos de su Gobierno: Piccolomini fue electo por la CG IX en 1649. Contaba 75 años de edad. Uno de sus empeños al asumir el cargo fue crear nuevas Provincias. Insistió en que solamente hombres de excepcional virtud sean aceptados a la profesión de cuatro votos y que no se tratasen cuestiones bizantinas en las cátedras de Filosofía y Teología de los NN. Canadá continuó siendo regado por la sangre de mártires jesuitas.

El P. General murió después de apenas 18 meses en el cargo (estaba agotado por sus anteriores cargos de gobierno y por el generalato).

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LUIGI GOTTIFREDI (IX General)

Italiano (Roma, 1595 - 1652). Entró al Noviciado a los 15 años de edad. Conocido predicador en Roma, profesor de Teología y Rector del Colegio Romano; además, fue Secretario de la Compañía durante el generalato del P. Vitelleschi.

CG X: Fallecido el P. Piccolomini, se reunió la CG, que eligió al P. Gottifredi como Prepósito, el quinto italiano consecutivo en ocupar el cargo. Eran tiempos en que los congregados juzgaban –siguiendo la lógica imperante para la elección del Sumo Pontífice– que un General italiano estaría más al margen de los conflictos políticos entre Francia, España y las demás potencias europeas.

La CG había decidido concluir sus trabajos el 20 de marzo. Sin embargo, con apenas 50 días en el cargo, el P. General muere el día 12. Por tanto, los congregados procedieron a hacer una segunda elección. Esta vez eligieron a un alemán, Goswin Nickel. Esto hace de la CG X la única congregación en haber electo dos Generales.

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GOSWIN NICKEL (X General)

Alemán (de Renania-Westfalia). Ingresó a la Orden en 1604; ordenado en 1614.

Gobierno: Duró 9 años efectivos, pues los tres últimos (1661-64) estuvo inhabilitado (habrá que esperar a Beckx y Anderledy para un caso semejante). En noviembre de 1660 nombró Vicario en la persona de C. Schorrer. Los contemporáneos alabaron su gran rectitud y dedicación al generalato.

Contexto político y religioso.- Prosiguen el ascenso francés (sube al trono el Rey Sol, Luis XIV) y la decadencia española (reinado de los Austrias menores), declive manifestado incluso en la producción literaria (culteranismo). Paz en Europa (salvo Polonia, asolada por suecos y cosacos) en medio de recesión económica y pestes (186 jesuitas entregan su vida al servicio de los enfermos). En 1653, por medio de la bula Cum ocassione, Inocencio X condena el Augustinus de Janssen. En 1655 es electo Papa Alejandro VII.

Hechos de su Gobierno.- Nickel, de 70 años, era Asistente de Alemania -la Asistencia más numerosa con 10 Provincias y 5100 sujetos) al momento de su elección. Una de las personalidades más llamativas con quienes se relacionó fue la Reina Cristina de Suecia, que escogió a los jesuitas para que le acompañasen en su conversión al catolicismo, suceso muy sonado en Europa. Al artista Bernini se le encomendó la construcción de una nueva iglesia en el Quirinal. La controversia sobre los ritos chinos (iniciada en 1645) continuaba.

Un problema que enfrentó el General fue la crisis económica de la Compañía, explicada en parte por los destrozos de la Guerra de los 30 Años. Limitó el número de admisiones y exhortó a una mayor austeridad personal y corporativa. Escribió una carta amonestando por las rivalidades internacionales y regionales entre los NN. Durante su período, la lucha contra los jansenistas se tornó más virulenta. Nickel recibió de lleno el duro embate de Blaise Pascal y sus Cartas Provinciales, escritas en un perfecto francés. La fidelidad de los jesuitas franceses al latín les impidió contrarrestar el golpe. La Orden volvió a Venecia en 1656. Los misioneros jesuitas en ultramar alcanzaron el millar. Martirio de S. Andrés Bobola. Nickel se enfrentó a Juan IV de Portugal, partidario de la división de la Provincia en dos, medida que resultó desastrosa.

Debido a su avanzada edad, el anciano Nickel obtuvo de la CG XI (reunida por orden papal) el nombramiento de G. P. Oliva como Vicario General (7 jun. 1661), con plenos y universales poderes. Alejandro VII aprobó la resolución; siempre mantuvo en muchísima estima a Nickel y a la Compañía (de hecho, el confesor papal era jesuita: S. Pallavicini).

Su legado.- En ocasiones, Nickel fue severo: llegó a remover Superiores y a un Provincial (el de Aquitania) por desobedecerle. Dio una enseñanza de humildad y mesura religiosa a todos. Asistió al desarrollo de las misiones populares. Defendió vigorosamente los intereses de la SJ, incluso frente a los poderes seculares. Fue un gran administrador.

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GIOVANNI PAOLO OLIVA (XI General)

Genovés. Nació en 1600, de familia aristocrática. Ingresó en 1616, fue ordenado sacerdote en 1628.

Gobierno. 1661-1664: Vicario; 1664-1681: General. Oliva fue electo por la CG XI, que trató de remediar cierta crisis en la vida religiosa de la Compañía. Aportó a su generalato ricas dotes humanas y espirituales, reconocidas incluso por Leibniz y Luis XIV.

Contexto político y religioso.- Se incrementa la polémica en la Iglesia en torno al Jansenismo. Tensiones entre Luis XIV (dirigido espiritualmente por un jesuita: de la Chaize) e Inocencio XI. Cobran fuerza las tesis galicanas. El Imperio Portugués continúa siendo desmembrado por Holanda e Inglaterra. Entre 1666-69, un jesuita austriaco, Johann Nithard, fue nombrado 1er Ministro de España por Mariana de Habsburgo, con desastrosos resultados.

Hechos de su Gobierno.- Durante este generalato, la Compañía fundó una misión en Persia, la cual al principio tuvo éxito, con 400 mil conversos en 25 años. En 1736, la misión fue destruida por una violenta persecución. Alejandro VII autorizó a los jesuitas de China desempeñarse como mandarines en la corte, prueba de que las relaciones con la Santa Sede fueron excelentes, por lo menos hasta la cuestión de los vicarios apostólicos (1673-80).

La división de la Provincia de Portugal en dos resquebrajó la unión de ánimos; por este motivo Oliva decretó la reunificación (1665). En Austria y Bohemia, 41 jesuitas ofrendaron su vida en servicio de los apestados (1679-80). En España, el General fue firme respecto a la pobreza y las querellas nacionalistas en Aragón, donde los catalanes se quejaban de ser relegados de la dirección de colegios. El General intervino también en Hispanoamérica, expulsando 18 jesuitas del Perú, y enfrentando una “escandalosa” rebelión contra el Visitador que unió la VProvincia Chilena con Paraguay. Dado que la inobservancia prosiguió en Chile, el General suprimió la VProvincia, anexándola al Perú. En 1679, saneada la situación, se volvió a erigir la VProvincia Chilena.

Como dato curioso, el P. Oliva frenó el ministerio de los exorcismos, ya que se demostró que había habido credulidad imprudente en casos de mujeres en apariencia posesas. Fue una de las épocas más difíciles en la historia de la Compañía, ya que la controversia con el jansenismo, el derecho de regalías (en Francia) y la teología moral fueron caballos de batalla de nuestros enemigos.

Su legado.- Como vemos, fueron múltiples las crisis locales que Oliva tuvo que enfrentar. Había provincias con síntomas preocupantes: relajación de la pobreza, desenvoltura en la administración, distensión disciplinar y espiritual, problemas en la formación, acusaciones de laxismo, desunión de ánimos… Oliva trabajó con honestidad para mantener la alta reputación intelectual y el espíritu de pobreza y obediencia en la Orden. Durante este gobierno, empero, se mantuvo en alto la entrega a las misiones populares y entre infieles, donde los NN. aún eran capaces de empresas admirables y actos de heroísmo hasta llegar al martirio. En una circular enviada a todas las casas de estudio, el General urgía a cultivar las lenguas orientales. Tenía un espíritu genuinamente ignaciano, una piedad profunda y una austeridad de vida que le impulsaba a penitencias durísimas (M. Fois SJ).

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CHARLES DE NOYELLE (XII General)

Valón (n. Bruselas, 1615). Ingresó al Noviciado en Malinas, 1630. Sacerdote en 1644. Profeso de 4 votos, 1648. Fue Rector y después, Asistente de Alemania durante 21 años. Oliva confiaba mucho en él y lo designó como Vicario.

Gobierno: 1682-86. Electo por la CGXII (junio 1682) por unanimidad de votos, excepto el suyo.

Contexto político – eclesial.- En 1683 tiene lugar el último intento turco de conquistar el centro de Europa. Viena es sitiada. Los jesuitas transforman sus casas en hospitales de emergencia. La intervención del Rey de Polonia, Jan Sobieski, salva a Austria: los turcos son derrotados. Las pugnas entre Luis XIV e Inocencio XI recrudecen. Un edicto real obligó a las universidades francesas a enseñar los Cuatro Artículos Galicanos, que restringían el poder pontificio en Francia. Noyelle fue enfático al exigir que ningún jesuita enseñase ninguna doctrina desaprobada por el Papa. Jacobo II -católico- llega al trono inglés.

Hechos de su Gobierno: El nuevo Prepósito promovió las misiones populares y los EE, apostolados que fueron fructíferos en Francia y los países vecinos. Destacaron Tirso González en España y Antonio Vieira en Portugal. La Compañía promovió con ahínco la devoción al Sagrado Corazón. El General apoyó también las misiones de Noruega y China (que en conjunto sumaban 36 misioneros). Dos jesuitas se instalaron en Moscú y otros en las Islas Marianas; la Asistencia de Francia inauguró nuevas misiones en Armenia y Turquía (1684).

El Rey Sol acababa de conquistar los Países Bajos meridionales; solicitó a Noyelle que las casas SJ en estos territorios se incorporasen a la Asistencia de Francia. El atribulado General dio largas al asunto; cuando parecía que iba a ceder, España comunicó a la Curia Generalicia que exigía que también Milán y Nápoles, posesiones hispánicas, se transfiriesen de la Asistencia de Italia a la de España. El asunto quedó en suspenso hasta la muerte de Noyelle en 1686.

En Extremo Oriente, los vicarios apostólicos designados por Propaganda Fide se quejaban frecuentemente de la insumisión de los jesuitas y de que éstos continuaban practicando los ritos chinos y malabares. La Santa Sede prohibió enviar más misioneros. Luis XIV envió por su cuenta a seis jesuitas como “matemáticos del Rey” a Siam y China. La prohibición de Noyelle a este envío llegó tarde; el influyente confesor real, De la Chaize, se encargó de explicar el asunto al Nuncio, librando de responsabilidad al General.

Su legado: Noyelle fue un hombre de gran sencillez, prudencia y moderación. Al terminar este periodo, la Orden tenía 18 mil miembros, 36 Provincias y una VProvincia (China), agrupadas en 5 asistencias: Italia, Francia, España, Portugal y Alemania. Se apreciaban signos de desgaste: aburguesamiento, aires de superioridad y disminución en el fervor espiritual. Sobre todo en Francia, algunos de los NN. aparecían influenciados por el galicanismo y el jansenismo.

Noyelle percibió estos problemas y les hizo frente, pero la muerte se lo llevó a escasos cuatro años de su nombramiento.

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TIRSO GONZÁLEZ (XIII General)

Español. Nació en León, 1624. Destacó entre 1665-76 como misionero popular: evangelizó Extremadura, Navarra, Andalucía... Su primer compañero fue el Beato Diego de Sanvitores. Su rigorismo es anunciado ya en 1674 en su opúsculo Acerca de los escotados y trajes provocativos. Nunca fue Superior antes de su elección como Prepósito.

Gobierno: fue electo por la CG XIII. Su periodo abarcó entre 1687 y 1705, 19 años, dominados por las pugnas teológicas.

Contexto político y religioso.- Newton publica sus Principia Mathematica en 1687. Frente al intento de Jacobo II de restaurar el Catolicismo, se produce una reacción anglicana apoyada por los whigs que conduce (1688) a la Revolución Gloriosa. En 1692, el Emperador de China promulga un edicto de tolerancia religiosa; en el país practican su fe entre 200 y 500 mil católicos. El Rey Sol alcanza el apogeo de su poder; Francia marca el paso de la cultura, artes y letras en Europa. Las otras potencias arman un frente para frenar el expansionismo galo y las guerras se suceden. En 1700 se produce la crisis que lleva a la Guerra de Sucesión Española.

Hechos de su Gobierno.- Su elección fue insólita. En jun. 1687 los delegados a la CG XIII llegaron a una Ciudad Eterna donde la preocupación por la teología moral estaba a la orden del día. Inocencio XI pidió a la CG dos cosas: la elección de González y un decreto estatuyendo que los jesuitas fuesen libres para defender el probabiliorismo. La Congregación accedió.

González decretó en 1696 la erección de la Provincia de Quito, segregada de la del Nuevo Reino. Asistió al comienzo de las célebres misiones del P. Kino en California y en el norte de México. En Próximo Oriente, la Orden estableció misiones en Turquía, Líbano, Siria, Mesopotamia y Armenia. En India fue luminoso el apostolado de S. Juan de Brito, aunque en 1704 fueron condenados los ritos malabares. Las misiones de Indochina dieron muchos mártires.

El General se entrometió en la larga controversia entre probabilismo y probabiliorismo. Él mismo fue un fervoroso cruzado del segundo sistema. Al contar el primero con el respaldo de la mayoría de nuestros moralistas, emergieron complejas discusiones entre González y sus Asistentes, que no remitieron hasta la CG XIV (1699). Con aprobación del Papa, se dejó en libertad a ambos bandos para sostener sus sistemas, aunque urgiendo la caridad. Un tratado de Tirso, ataque a la Déclaration du clergé de France, fue publicado en Roma en 1689; sin embargo, Alejandro VIII, hizo que la obra fuese retirada ya que sus efectos habían hecho que las relaciones entre Francia y la Santa Sede fuesen más tensas.

Su legado.- El Diccionario Histórico afirma que fue un generalato positivo, de aumento numérico (de 18.300 jesuitas a 19.700), de empuje apostólico en inaugurar y potenciar misiones. En los postulados de las CCGG apenas se encuentran signos de pérdida del espíritu religioso y se nota la preocupación por el en la formación. Con un amor apasionado por la Compañía, González empuñó las riendas del gobierno con firmeza, en donde estaba de por medio el prestigio de la Orden. Bangert, por su parte, dice que si fuera posible poner entre paréntesis las contiendas teológicas, esta administración sería muy encomiable. González fortaleció el genuino espíritu religioso, animó la labor de las misiones populares. Puso el rostro a la ridícula condena de la Inquisición al trabajo de los Bolandistas y propagó la devoción a nuestros santos SJ. Murió a los 84 años.

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MICHELANGELO TAMBOURINI (XIV General)

Italiano. De Módena, nació en 1647. Ingresó a los 17 años de edad. Sacerdote en 1675. Provincial de Venecia y Secretario de la Compañía. Vicario de González en 1703.

Gobierno: 1706- 1730. Fue electo por la CG XV a los 58 años. Ningún General antes que él encaró ataques de proporciones tan grandes.

Contexto político y religioso.- La Guerra de Sucesión Española termina con el ascenso de los Borbones al trono (1713). Prusia y Rusia cobran progresiva importancia en la escena europea. El Rey Sol y el Papa Clemente XI asestan duros golpes al Jansenismo. El sistema cartesiano adquiere progresivo prestigio en el ámbito filosófico. Luis XIV muere en 1715, le sucede Luis XV. Al final de este período se evidencia un declive de la autoridad del Papado en la política europea. Estamos en los albores de la Ilustración.

Hechos de su Gobierno.- La Compañía contaba con 19 mil miembros y seguía creciendo. Durante el largo reinado de Luis XIV germinaron en Francia movimientos muy hostiles contra la SJ. Los poderes autocráticos del Rey, su galicanismo, su insistencia en la eliminación de los jansenistas por la fuerza, la forma en que obligó a la Orden a tomar parte en la disputa con Roma por las regalías (1684-8), dieron lugar a una falsa situación en la que los papeles podían invertirse en cualquier momento. La destrucción de Port Royal y la condena de los errores jansenistas (bula Unigenitus, 1713) probaron la ortodoxia de las teología moral jesuítica. A la muerte del Rey, el regente desterró al influyente confesor Le Tellier, mientras el obispo de París, Cardenal de Noailles, sometió a los jesuitas a un interdicto (1716-29).

Respecto a los ritos chinos, la Compañía fue acusada repetidamente de eludir las órdenes de la Santa Sede (en Macao). Tamburini protestó enérgicamente contra estas calumnias; cuando en 1711 los procuradores se reunieron en Roma, hizo que firmasen una protesta dirigida a Clemente XI. Inocencio XIII exigió nuevamente acatar las disposiciones de su predecesor.

El General mostró interés por los territorios de frontera del catolicismo (Holanda, Alemania y Hungría) y por Armenia y Persia. Estaba al corriente de las misiones de Maryland y Nueva Francia (Québec) y se preocupó de los colegios británicos en el Continente. Durante su generalato la misión de Paraguay alcanzó una enorme prosperidad; en un año acudieron allí 77 misioneros. Las labores de S. Francisco de Gerónimo y del Beato Antonio Baldinucci (Italia) ratificaron el compromiso con las misiones populares.

Su legado.- Tamburini procuró la canonización de Gonzaga y Kostka, y la beatificación de Regis. Falleció a la edad de 82 años, sin nombrar Vicario. Sus cartas reflejan a un cortés diplomático, firme en sus decisiones, talento del que hizo mucho uso para aplacar la cólera de los Papas ante las acusaciones que llegaban desde China. En 1730 la Compañía contaba con 37 provincias, 24 casas de padres profesos, 612 colegios, 59 noviciados, 340 residencias y 200 centros misioneros. En opinión de Bangert, a la muerte de Tamburini la Compañía quedó intacta, pero insegura.

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FRANTISEK RETZ (XV General)

Bohemo. Nació en Praga (1673). Ingresó a la SJ a los 16 años. Doctor en Filosofía y Teología. Provincial de Bohemia. Asistente de Alemania. Vicario General, convocó a la CG XVI.

Gobierno: 1730-1750. Hombre afable, humilde y devoto, trató de preparar a la SJ para los inciertos tiempos que se acercaban (G. Mellinato)

Contexto histórico y religioso.- Comenzó uno de los pontificados más importantes del siglo XVIII, el de Benedicto XIV (1740-1758). En 1742, por medio de la constitución Ex quo singulari, el Papa rechazó los ritos chinos, animó a los misioneros al martirio y les exigió un juramento de obediencia. En 1750, Portugal y España firman el Tratado de Madrid, que implica el traspaso de siete de las más ricas reducciones guaraníes a soberanía lusa. Francia entra de lleno en la Ilustración; asciende la estrella de un exalumno de nuestro Colegio “Luis el Grande”: Voltaire.

Hechos de su Gobierno.- La CG XVI eligió a Retz (57 años) casi unánimemente (68 votos de 70) al 1º escrutinio. A continuación, la CG recomendó al General que redactara una lista de proposiciones que debían prohibírseles enseñar a los NN. En una de sus primeras cartas, Retz solicitó suma prudencia, pues avizoraba la tormenta, especialmente en Francia.

La prohibición de los ritos chinos fue un duro golpe para la misión en el Celeste Imperio. Dos años después, Benedicto dictaminó también en contra de la práctica del apostolado selectivo en India (deferencia de los jesuitas a la estructura de castas, por lo que evitaban el contacto con los parias para no hacerse inaceptables a los brahmanes). Retz urgió a los misioneros acatamiento total a las disposiciones romanas, aunque eso implicase el colapso de la misión. Efectivamente, los jesuitas de China e India acataron los decretos. En Tonkín murieron mártires cinco de los NN. (1737)

Otras zonas de misión prosperaron como nunca antes. Las misiones populares en Alemania (Baviera, Tirol) florecían.

La SJ llegó a evangelizar las islas Marianas y la Luisiana. Las reducciones guaraníes lograron su máximo desarrollo: en 1732 la Provincia Paraguaya dirigía 30 reducciones en las que vivían 141.252 guaraníes. Por estos años, los testimonios de misioneros y visitantes se refieren a su prosperidad. Antonio Sepp SJ escribía: “un pueblo que no tenga tres o cuatro mil caballos se considera pobre”. En total, en Iberoamérica (1749) operaban 2171 misioneros SJ, distribuidos en México, el Orinoco, el Marañón, Chiquitos y Paraguay.

Su legado.- La Compañía creció sostenidamente en este período. En 1750, la SJ estaba organizada en 5 asistencias y 39 provincias. 22,589 jesuitas (11.293 sacerdotes) trabajaban en 24 casas profesas, 669 colegios, 61 noviciados, 335 residencias, 273 puestos de misión y 176 seminarios. Las provincias más florecientes eran Alemania Superior con 1.082 sujetos, y Francia, con 814. En España, se fomentaron las Congregaciones Marianas. Retz abrogó la obligación de convocar CG cada 9 años y obtuvo la canonización de Juan F. Regis (1738); con este ejemplo promovió las misiones rurales. El suyo fue quizá el gobierno más tranquilo, en el plano estrictamente político, en la historia de la Orden; estas dos décadas pueden ser descritas “como la paz que precede a la tormenta”.

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IGNAZIO VISCONTI (XVI General)

Milanés. Estudió en nuestro colegio de Parma. Ingresó al Noviciado en 1702; enseñó Humanidades durante 20 años. Retz le nombró Provincial y, más tarde, Asistente de Italia. Electo por la CG XVII al 1º escrutinio. Su generalato fue uno de los más breves (3 años y 10 meses, 1751 – 1755).

Contexto político y religioso.- Visconti heredó el serio problema del Tratado de Límites hispano- portugués de 1750, firmado sin ninguna consideración hacia el pueblo guaraní y que nuestros misioneros juzgaron injusto. También concerniente a España fue el concordato aprobado por Benedicto XIV (1753), que dejó en manos de la Corona todos los nombramientos de Obispos, hecho cuyas implicaciones se extenderían hasta más allá de la Independencia de nuestros países. En Portugal, era ya evidente la política anticlerical del Ministro Sebastião José de Carvalho. En nov. 1755, Lisboa fue arrasada por un terremoto (9 en la escala Richter).

Hechos de su Gobierno.- Mal informado, el P. General tuvo una “desafortunada intervención” (según el Dicc. Hist.) en torno al problema guaraní. Escribió una carta (jul. 1751) al Provincial de Paraguay, en la que mandó bajo pecado mortal la evacuación de las siete reducciones. Un Comisario, Luis de Altamirano SJ (que en La Misión aparece como exjesuita, una licencia histórica del guión de la película), se encargó de asegurar la transferencia y la aceptación del Tratado por parte de los NN.

En la isla Martinica, el P. Antoine de Lavalette comenzó a ser acusado por estar inmerso en operaciones comerciales riesgosas. En 1753, Visconti lo llamó a Europa para que justificase su conducta. Antes de morir, el General le permitió retornar a su misión, con la orden de detener sus actividades comerciales. Lavalette ignoraría esta orden.

Su legado.- Escribió cartas a toda la Compañía sobre los estudios, la pobreza y la vida espiritual de los Escolares. Los eventos en Paraguay mostraron la indefensión de la Compañía ante posteriores maniobras de Carvalho; con todo, Visconti trató de defenderla de los ataques desatados en Portugal y Francia, así como de las intrigas urdidas en la misma Roma. Estos acontecimientos amargaron su generalato y quizá precipitaron su muerte.

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LUIGI CENTURIONE (XVII General)

Genovés. Nació en 1686. Enseñó letras, filosofía y teología antes de ser Provincial de Milán (1750). Sucedió a Visconti como Asistente de Italia. Vicario General en mayo de 1755.

Gobierno: 1756-58; electo por la CG XVIII, que creó una nueva Asistencia (la sexta): Polonia.

Contexto político y religioso.- Después del terremoto de Lisboa, el Ministro Carvalho desató una campaña de calumnias a nivel continental contra la SJ. También en 1756 comenzó la Guerra de los Siete Años entre las potencias europeas, que involucró también a las colonias en Norteamérica, el Caribe y la India.

Hechos de su Gobierno.- La CG encomendó refrenar la vida burguesa que se había infiltrado en algunas comunidades (estamos en medio del esplendor del Siglo de las Luces). Por tanto, la primera medida de Centurione fue escribir una carta sobre “el espíritu de la vocación del jesuita”: entrega apostólica generosa por extender y defender la fe de todas las formas posibles, a las órdenes del Papa. Esto implicaba además un celo ardiente contra toda clase de vida cómoda, fe viva e intensa oración. Siguió otra carta a los Superiores mayores sobre los estudios de Moral, que había que incrementar y así evitar cualquier pretexto de acusaciones a cargo de nuestros enemigos, que eran ya muchos. La Orden estaba a la defensiva en todos los frentes (teológico, político, e incluso misionero, después del asunto de Paraguay y de las reiteradas calumnias respecto de los ritos chinos y malabares).

Este General asistió al empobrecimiento de los colegios del centro y del norte de Europa por la guerra, así como a la hostilidad de los Philosophes (Voltaire, Diderot, Montesquieu) en Francia, donde se incrementaron los rumores de quiebra del P. Lavalette.

Su legado.- Hombre de notables cualidades, gozaba de la estima de Benedicto XIV. “Trabajador y resuelto, poseedor de una fina cortesía e, incluso, de sentido del humor” (Dicc. Hist.). Era perspicaz y hábil para tratar los negocios políticos y eclesiales. Su principal dedicación fue defender a la Compañía en medio de tantas acusaciones, pero su salud era débil: falleció a los 72 años, apenas 18 meses después de su nombramiento.

Su fortaleza de ánimo le dio valor para deponer a superiores de casas y provincias, para imponer a todos el cumplimiento del deber. “Preparaba así, sin preverlo, a los jesuitas para sobrellevar con fortaleza la suprema prueba de la supresión”.

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LORENZO RICCI (XVIII General)… último de la antigua Compañía

Florentino, nacido en 1703; ingresó al Noviciado a los 15 años. Profesor de Humanidades en Siena. Secretario de la Compañía. Nunca fue Superior antes de su elección como General. Varón mansísimo y piadosísimo… Religioso dulce y casi tímido (Villoslada).

Gobierno: los tormentosos años que van de 1758 a 1773.

Contexto político y religioso.- Es el tiempo del Despotismo Ilustrado. La Guerra de los Siete Años concluye con la sorprendente victoria de Gran Bretaña y Prusia. La derrota sume a Francia en una honda crisis, que conducirá finalmente a la Revolución. Polonia desaparece del mapa, desmembrada por Austria, Prusia y Rusia. En la América española se dieron las reformas borbónicas, que incluyeron la creación de los Virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata.

Los actores del drama que se desarrolla desde 1750 –la agonía de la Compañía de Jesús- son: José I, Rey de Portugal, y su Ministro Carvalho; Luis XV, Rey de Francia, y su Secretario de Estado Choiseul; Carlos III y su Ministro, Conde de Aranda. El Papado vive su momento de mayor debilidad política. Clemente XIII defendió a los jesuitas con todas sus fuerzas, incluso ante la posibilidad de un cisma. El cónclave de 1769 estuvo manejado por los poderes contrarios a la Iglesia. El tema de la sobrevivencia de la SJ decidió la elección del franciscano Fray Lorenzo Ganganelli, Clemente XIV. Completaban el tablero Federico II de Prusia, María Teresa de Austria y la Zarina Catalina II, la Grande.

Hechos de su Gobierno.- La CG XIX se reunió en mayo de 1758. Al echar una mirada al estado de la Orden, los delegados la vieron en todas partes perseguida. No sabían que ésta sería la última Congregación en 60 años… Eligieron Prepósito al P. Ricci, quien recibió de Clemente XIII un sencillo programa: silencio, paciencia y oración.

Portugal: Después del terremoto de Lisboa, un jesuita anciano, el P. Malagrida, afirmó temerariamente que aquel había sido un castigo de Dios por la impiedad de la corte. La situación era delicada; una facción de la nobleza atentó contra la vida del Rey. El terrible Carvalho ejecutó a las familias acusadas y convenció a José I de que los jesuitas estaban involucrados. Es la expulsión (1759): 1900 jesuitas son arrancados de India, África, Brasil y Portugal, 180 mueren en los calabozos del Tajo y Malagrida es quemado vivo como hereje. El monarca premia a su Ministro por sus servicios nombrándolo Marqués de Pombal.

Francia: La tormenta pasó al país galo, donde el partido antijesuítico es nutrido: Voltaire, D´Alembert y sus colegas, Mme. Pompadour, los jansenistas, los masones… Por fin, Lavalette quiebra en Martinica, hecho que sacude a la opinión pública y a la banca. El Parlamento de París –otro viejo enemigo- exige a la SJ pagar los perjuicios. Luis XV duda y Ricci declara que la Orden no pagará por los malos manejos de un solo miembro. El Parlamento condena a las llamas las obras de Suárez, Bellarmino y Toledo. El Rey ofrece salvar a la Compañía si ésta se reorganiza en Francia de acuerdo al juicio del Parlamento. El Papa responde: que los jesuitas sean lo que son o que no sean. Por fin, en nov. 1764, la Orden es disuelta en Francia. 3000 jesuitas se convierten legalmente en clérigos seculares.

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España: La locura antijesuítica se apodera también de la patria del Fundador. Carvalho y Choiseul aconsejan a Carlos para seguir su ejemplo. Ciertamente, la Compañía ha acumulado un vasto poder, intelectual y financiero, en el Imperio. El motín de Esquilache contra la Corona da el pretexto a los enemigos. Carlos III, “para mantener la paz en mi Reino y por otras causas que reservo en mi real ánimo”, expulsa a más de 5500 hijos de San Ignacio de sus dominios (1767) y los embarca, en medio de inauditas penalidades, rumbo a los Estados Pontificios. Clemente XIII protesta y se resiste a acogerlos, pero cede ante la crisis humanitaria de los expulsos, amontonados en Córcega. Los jesuitas quiteños –entre ellos, Juan de Velasco y Juan Bautista Aguirre- hallan refugio en una pequeña villa de la Romaña: Faenza.

La Supresión: Faltaba el golpe de gracia. La elección del débil y manipulable Clemente XIV anunció la victoria de los conjurados. El nuevo Papa trató de ganar tiempo, acosado por los Borbones y por sus escrúpulos. En la Curia Papal y el Colegio Cardenalicio prefieren la destrucción de la Compañía para salvar a la Iglesia. Según Bangert, los jesuitas se habían vuelto impopulares en las esferas romanas, en parte por fallos suyos (involucrarse demasiado en negocios temporales y por cierta arrogancia). Ricci instó repetidamente a la humildad y escribió carta tras carta motivando a un mayor recurso a los medios sobrenaturales. La última de ellas: Nuevo incentivo a la oración en la hora suprema de la Compañía (feb. 1773).

María Teresa también es ganada para la causa de la supresión y Clemente XIV cede. El breve Dominus ac Redemptor fue escrito prácticamente en la embajada española y el Pontífice lo promulgó el 16 ago. 1773. Como señala el periodista A. Woodrow, la Compañía moría en su ley, suprimida por aquel a quien había jurado fidelidad absoluta. “Unos doce mil sacerdotes quedaban reducidos a la inacción, el mundo infiel perdía más de tres mil misioneros y la sociedad cristiana más de 800 instituciones de enseñanza” (Villoslada). Ricci y sus Asistentes son apresados y, sin juicio alguno, encerrados en el Castillo Sant´ Angello. “Yo adoro las disposiciones de Dios”, fue la respuesta del General. En las regiones donde aún permanecían (Alemania, Inglaterra y sus dominios, Europa Oriental, China) los jesuitas acataron –con dolor- el breve. Pero sucede lo imprevisto: Federico II (luterano) y Catalina de Rusia (ortodoxa) prohibieron que Dominus ac Redemptor fuera promulgado en sus reinos.

Ricci permaneció prisionero dos años, sin poder celebrar misa ni recibir visitas. Si recordamos el ingenio y destreza con que Ignacio y Aquaviva defendieron a la Compañía de ataques externos, es posible admitir que sus acciones fueron insuficientes; pero la magnitud del ataque que debió soportar hacía inevitable el desenlace. El que parecía haber sido el último Prepósito General murió en 1775; ante la ostia consagrada leyó su postrera declaración:

“Declaro y protesto que la extinguida Compañía de Jesús no ha dado motivo alguno para su supresión… Declaro y protesto que yo no he dado ningún motivo para mi prisión… Ruego al Señor que, por su pura bondad y misericordia, perdone primero mis numerosos pecados y luego perdone a todos los autores y a los que han cooperado a dichos males e injusticias”.

Concluyó así una de las más grandes tragedias protagonizadas en la vieja fortaleza junto al Tíber. En suma, “la supresión no se basó en ningún motivo religioso; fue un acto político, cuya causa principal estaba en el conflicto creciente entre los absolutismos nacionales y el poder papal, del que la SJ aparecía como símbolo e instrumento” (Dicc. Hist.).

¿Y si la Compañía de Jesús llegara a desaparecer? ¡Pues nada! La Iglesia continuaría.

André Ravier, SJ

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La Compañía en Rusia, 1773-1814 (I)

Contexto político-religioso.- El Derecho Canónico estipulaba que el breve de Clemente XIV debía ser promulgado por los obispos locales para entrar en vigor. Pero al no conocer el Obispo de Vilna la voluntad del Rey polaco y de Catalina II, sólo mandó (sept. 1773) a los jesuitas a esperar la decisión final. El VProvincial de Mazovia previó que habría dificultades en la parte de su Provincia bajo control ruso desde la primera división de Polonia (1772); por eso nombró al P. Czerniewicz Superior de las casas en esa área. Dominus ac Redemptor fue promulgado en Polonia en noviembre, pero quedó incierta la situación de los NN. de Rusia Blanca.

¿Cuáles fueron las motivaciones de Catalina para conservar viva a la Compañía en su Imperio? Según M. Inglot SJ (autor de una monografía sobre el tema), eran dos: a) afirmar su soberanía y poder frente a los Borbones y el Papado, y b) servirse de la pericia pedagógica de los jesuitas para renovar y mejorar el sistema educativo en Rusia, tarea urgente en el marco de sus proyectos como la déspota ilustrada que era. a) Stanislaw CZERNIEWICZ.- Lituano (n. Kaunas, 1728). Archivero de Provincia y, desde 1770, Rector del Colegio de . Vicario General entre 1782-85.

En 1773, los jesuitas de Rusia Blanca, súbditos de la Zarina, eran 201 (97 sacerdotes, 55 hermanos, 49 escolares); dirigían 5 colegios, 2 residencias y varios puestos de misión. Czerniewicz les animó a permanecer fieles a la SJ y a continuar su apostolado. En San Petersburgo, se enteró que Catalina II había dado claras instrucciones al Auxiliar de Vilna, Mons. Siestrzencewicz, para mantener a los jesuitas, con permiso de vivir según las Constituciones. Czerniewicz visitó a continuación (mar. 1774) nuestras casas y garantizó a sus súbditos su permanencia. Con todo, 30 jesuitas, motivados por sus escrúpulos, abandonaron la Orden.

Czerniewicz solicitó (oct. 1775) permiso del nuevo Papa Pío VI, para aceptar ex jesuitas de fuera de Rusia. En jun. 1779, Siestrzencewicz permitió abrir un noviciado (lo cual provocó un conflicto diplomático entre Rusia, la Santa Sede y los Borbones), mientras el P. Stanislaw empezó a admitir exjesuitas foráneos, con cuidado de no recibir demasiados por el difícil clima ruso y la falta de sitio en las casas. La Zarina autorizó la convocatoria de la Congregación I de Polotsk que, el 17 oct. 1782, eligió a Czerniewicz Vicario. Al año siguiente, el Papa dio su aprobación verbal de la SJ en Rusia. El Vicario mantuvo correspondencia con exjesuitas de varios países; fue fiel a las Constituciones e hizo que los colegios se organizasen según la Ratio. “Tenía un conocimiento profundo de Rusia y de su pueblo, (por eso) fue capaz no solo de encontrar modos de mantener la SJ en Rusia, sino también de hacerla crecer” (Dicc. Hist.). b) Gabriel LENKIEWICZ.- Polaco (n. Polotsk, 1722). Tenía formación de arquitecto; enseñó latín y francés. Director del Colegio de Nobles en Varsovia. Vicario General, 1785-98.

La Congregación II de Polotsk eligió Vicario al hasta entonces Secretario de la Compañía, P. Lenkiewicz (oct. 1885). Se decretó que los profesos que deseasen reingresar a la Orden hiciesen primero una semana de Ejercicios; además, se alentó a cultivar con celo la devoción al Sagrado Corazón. En 1789, comenzó la Revolución Francesa: 43 exjesuitas franceses serán ejecutados, sobre todo por negarse a jurar la Constitución Civil del Clero. Catalina II, la gran protectora de los jesuitas, falleció en 1796.

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La Compañía en Rusia, 1773-1814 (II)

Contexto político-religioso.- La Revolución ha estallado en Francia. Luis XVI es destronado y ejecutado; se proclama la República (1792). Las monarquías europeas atacan a la joven nación revolucionaria, pero son rechazadas. La Iglesia Católica vivirá tiempos agónicos. Pío VI rechazó el juramento de fidelidad que el nuevo régimen impuso al clero y condenó la Declaración de los Derechos del Hombre. En las campañas siguientes, emerge la estrella del General Napoleón Bonaparte, que da un golpe militar en 1799. El Papa es depuesto como jefe de Estado por los franceses; morirá prisionero en agosto, y muchos creyeron que el Papado había llegado a su fin.

Sin embargo, un grupo de cardenales consigue reunirse en cónclave en Venecia (mar. 1800) y eligen Pontífice al benedictino L. B. Chiaramonte, Pío VII. En primera instancia, Pío se reconcilia con Napoleón y bendice su coronación imperial (1804); pero en 1808 se precipitó el rompimiento. Napoleón anexó Roma a su Imperio y el Papa lo excomulgó. Entre 1809-14, el Papa estuvo cautivo; seguramente en ese periodo tomó la decisión de restaurar la Compañía de Jesús en cuanto fuera posible. c) Franciszek Xavier Karew.- Lituano de origen inglés. Ingresó al Noviciado en Vilna, 1754. Fue profesor de filosofía, matemáticas, arquitectura y teología antes de ser nombrado Rector del Colegio de Orsa (1782) y Provincial de Rusia Blanca. A la muerte de Lenkiewicz (1798), la III Congregación de Polotsk le eligió Vicario General.

En 1785 había 172 jesuitas en Rusia, cifra que asciende a 202 en 1795. El Zar Pablo I entregó a la Compañía la Iglesia de Santa Catalina y pidió a Karew la apertura de un Colegio en San Peterburgo. El Duque de Parma había solicitado jesuitas y le fueron enviados tres. El Zar escribió al Papa, pidiéndole una “aprobación explícita de esta Orden, a la que profeso especial amor”. Pío VII accede: el breve Catholicæ fidei (mar. 1801) aprueba la Compañía dentro de los límites del Imperio Ruso y reconoce a Karew el título de Præpositus Generalis S.I.

Mientras tanto, en Italia, el zaragozano José Pignatelli, “varón providencial por sus virtudes y dotes de gobierno”, considerado el restaurador de la Compañía (Villoslada), se destacó auxiliando a sus compañeros exiliados. En 1803, Karew le nombró Provincial de Italia; la SJ retornó al Reino de las Dos Sicilias. De inmediato los jesuitas se dedican a las misiones populares y a enseñar en seminarios diocesanos. El P. General murió por complicaciones respiratorias el 11 ago. 1802. d) .- Austríaco (Viena, 1740). Ingresó al Noviciado en 1755, ordenándose sacerdote 11 años más tarde. Se reincorporó a la SJ en 1784 y recibió la tarea de ser profesor de arquitectura y agronomía. Sus relaciones con Catalina II y Pablo I fueron excelentes. Era un gran devoto del Sagrado Corazón. En 1802, la IV Congregación de Polotsk le nombra General. Alejandro I no tenía en tanto aprecio a la SJ como sus dos antecesores y Mons. Siestrzencewicz manifestó abiertamente su hostilidad. Pese a todo, Gruber abrió misiones en el Volga, Odesa y Astrakán, así como una residencia en Riga. En 1803, readmitió a los jesuitas ingleses de Stonyhurst College y acordó con el Obispo de Baltimore, John Carroll (ex SJ) enviar jesuitas a Georgetown College, la primera universidad católica de los Estados Unidos. A la muerte de Gruber (1805, víctima de un incendio doméstico), había 284 jesuitas. La V y última Congregación de Polotsk nombró Prepósito a Th. Brzozowski. Ese mismo año llegaron a Maryland los jesuitas prometidos por Gruber (hecho reprobado enérgicamente por el expresidente John Adams).

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TADEUSZ BRZOZOWSKI (XIX General)… primero de la Restauración

Polaco; nació, al igual que Kant, en Königsberg (1749). Sacerdote en 1775; en 1782 se reincorporó a la SJ. Después de un breve noviciado, fue profesor de Alemán y Francés. Secretario de la Compañía en 1797; sucedió al General Gruber en 1805.

Contexto político - religioso.- 1814 es el año de la caída de Napoleón. Liberado de su cautiverio, Pío VII retorna a Roma y su primera acción importante es restaurar la Compañía de Jesús en todo el orbe, por medio de Sollicitudo Omnium Ecclesiarum (agosto 8, Octava de S. Ignacio). En la bula, el Papa dice que sería culpable de un “grave delito” si en aquellos tiempos turbulentos renunciase a echar mano de “aquellos vigorosos y expertos remeros de la barca de Pedro”. Un puñado de ancianos jesuitas (el Cardenal Secretario de Estado recordó el pasaje de Juan 5,3) es testigo del magno evento en el Gesú. “El nexo tejido desde 1540, roto en 1773, se reanudaba” (Lacouture). Mientras tanto, en América han comenzado las Guerras de Independencia.

En 1815, Napoleón vuelve de su exilio, desembarca en Cannes y ocupa París. Son los Cien Días: en Waterloo sus ejércitos son definitivamente vencidos y los ingleses lo confinan en la isla de Santa Elena. Las viejas potencias monárquicas rehacen el mapa europeo en el Congreso de Viena. Es la hora de la Restauración y la Compañía renacida (358 miembros) aparecerá como una de las más firmes defensoras del Antiguo Régimen, lo que le traerá no pocos problemas.

Hechos de su Gobierno.- Restaurada la Orden, Brzozowski trató por todos los medios de trasladarse con su Curia a Roma, pero el Gobierno Ruso se lo impidió, en aras de su seguridad, pues desconfiaba que los jesuitas volvieran a ser los “insidiosos agentes del Papa”. En 1814, dos eventos enturbiaron las relaciones entre San Petersburgo y la Curia General. El Ministro de Relaciones Exteriores, Príncipe Golitzyn, un entusiasta de la difusión de la Biblia en lenguas vernáculas, esperaba que los jesuitas le apoyasen en sus proyectos como animador de la Sociedad Bíblica Rusa. Pero el General fue fiel a la condena papal de las versiones vernáculas durante la Reforma; por tanto, y pese al aprecio que sentía por el Príncipe, se negó a ayudarle. Sería la primera ocasión en el s. XIX en que el apego de los Generales a posturas conservadoras frenase empresas de interés.

Para empeorar las cosas, el sobrino de Golitzyn, estudiante del Colegio de San Petersburgo, anunció su intención de convertirse al catolicismo. Muy disgustado, el Zar expulsó a los jesuitas de la Capital, conduciéndolos bajo guardia militar a Polotsk. Incapaz de actuar libremente, el P. General se vio obligado a confiarle gran parte de la responsabilidad del gobierno a sus Vicarios en Roma, PP. Petrucci y Fortis.

Su legado.- Notable trabajador, se preocupó por preservar el espíritu ignaciano y desarrollar los colegios y las misiones; pero le faltaba prudencia y visión de futuro, cualidades imprescindibles dadas las condiciones impuestas por el Gobierno zarista. Murió en febrero 1820; un mes después, la Compañía fue expulsada del Imperio Ruso. Pero quedó para la historia que un Estado ortodoxo, el más extenso del mundo, fue el reducto de la Compañía de Jesús en el periodo más oscuro de su historia. La Compañía había renacido y estaba lista de nuevo para prestar servicio.

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LUIGI FORTIS (XX General)

Italiano. Estudió en nuestro colegio de Verona. Entró al Noviciado a los 14 años; enseñaba Humanidades al momento de la Supresión. Sus 40 años siguientes fueron típicos de muchos ex jesuitas: ministerios varios, docencia y muchos cambios de lugar, en medio de los trastornos de la Revolución y de las Guerras Napoleónicas. Reingresó a la Compañía en 1794. Después de la Restauración, Brzozowski le nombró Provincial de Italia (1815-18) y su Vicario en Roma (1818- 19). Electo General por la CG XX el 18 oct. 1820. Gobernó entre 1820-29.

Contexto político-religioso.- Fernando VII vuelve al trono de España y readmite (1819) a la Compañía de Jesús, expulsada por su abuelo. En América, su Imperio se desmorona debido a las victoriosas campañas de Bolívar y San Martín. Consumada la Independencia, demandó a Pío VII el no reconocimiento de las nuevas repúblicas, lo que provocó que las sedes episcopales hispano-americanas quedasen vacantes.

La Curia General vuelve por fin a Roma. Pero los tiempos han cambiado, pues el liberalismo y las nuevas doctrinas siguen presentes en el ambiente. Occidente entra en la era de la industrialización (en 1825 se inaugura la primera línea férrea en Inglaterra). La Santa Alianza (Austria, Prusia y Rusia) se encarga de mantener el statu quo, por la fuerza de ser necesario.

Hechos de su Gobierno.- Las consecuencias de la cautividad del anterior General se dejaron sentir en la CG. Para empezar, la Congregación no fue convocada por el Vicario, sino por los Asistentes. Hubo ásperas disensiones internas que tuvieron que ser resueltas por los delegados antes de atender tres puntos prioritarios en la agenda: 1) la preservación del carácter de la Compañía, 2) la formación de los Nuestros, y c) el apostolado educativo. El Noviciado del Quirinal y el Terceronado anexo al Gesú ya habían sido devueltos a la Orden. En 1820, la Compañía contaba con 1.300 sujetos en 7 provincias: Italia, Sicilia, Rusia (exiliada), Francia, Inglaterra, España y México (estas dos últimas serían expulsadas entre 1821-23).

Fortis encargó la revisión de la Ratio para ajustarse a las necesidades modernas. Los jesuitas regresaron al Piamonte, Suiza, Galizia y a algunas de sus instituciones clásicas (Colegios Romano y Germánico); su antigua reputación como orden educativa y los apremios de gobernantes y Obispos por la reapertura de colegios convencieron al General y a los Provinciales de que éste era su apostolado central. En el deseo de igualar los logros del pasado y en un contexto de restauración de valores tradicionales, los nuevos colegios SJ tendieron a ser muy conservadores.

Su legado.- Fortis se dedicó con esmero al vasto programa de la reconstrucción de la Orden; tenía fama de ser afable, enérgico y decidido a mantener un alto nivel de observancia. Promovió con vigor la formación de los Escolares. Su contrapeso fue recelar de la innovación, aunque era difícil obrar de otra manera en el clima reaccionario de la época. De León XII obtuvo la confirmación de los antiguos privilegios de la Orden. A su muerte (1829), había 2.100 jesuitas en 9 provincias y tres grupos dependientes de Roma: Irlanda, Maryland y Missouri.

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JAN ROOTHAAN (XXI General)

Holandés, nacido en Amsterdam en 1785. Su ingreso a la Compañía (1804) es una muestra de cuán profundamente había calado el ideal ignaciano en Europa: el joven Jan sólo conocía a los jesuitas de oídas, pero quiso ser uno de ellos. Atravesó Alemania para ingresar al Noviciado en Dünaburg (Letonia). Estudió y enseñó en Rusia Blanca; más tarde fue Rector en Turín y Viceprovincial de Italia. Electo por la CG XXI a los 44 años (el segundo General más joven, después de Aquaviva). Gobierno: 1829-1853. Siervo de Dios.

Contexto político -religioso.- Durante el generalato de este austero holandés, Europa vive dos oleadas revolucionarias: 1830 y 1848, que significan el avance del liberalismo y de los nacionalismos. La Jerarquía católica fue restablecida en Inglaterra, donde Victoria comenzó su largo reinado. Tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos, la Iglesia goza de más libertad que en los países tradicionalmente católicos. El interés de los Estados por educar a sus ciudadanos anunció que la era en que la Iglesia tenía el monopolio de la enseñanza había terminado. Bélgica se convierte en un país independiente y la Gran Colombia se disuelve (1830). Pío IX comienza su pontificado con optimismo y apertura, pero la revolución de 1848 significará un drástico cambio en su política. Ese mismo año, Marx escribe el Manifiesto Comunista.

Hechos de su Gobierno.- París es el epicentro del antijesuitismo: se reimprimen las Monita Secreta y se publica la novela El judío errante (E. Sue); para el historiador Michelet, la Compañía es la Contrarrevolución. En Italia, Gioberti escribe Il Gesuita moderno (1847), en el que acusa a la SJ de trabajar más por su prestigio que por la gloria de Dios. En medio de este ambiente hostil, Roothaan - que había dado instrucciones claras de no inmiscuirse en política partidista- vería a sus hijos perseguidos y expulsados de Portugal y España (1834), Suiza (1847, en medio de una guerra civil), Argentina (1848), Nueva Granada y Ecuador (1850-52)… Pero estas contrariedades permitieron a la Compañía llegar a nuevos rincones de la viña del Señor: Maduré, Nanking, Ceilán, Brasil, Guatemala, Oregon… El P. DeSmet evangelizó incansablemente a los nativos de Norteamérica. En 1848, el General compartió la suerte de tantos jesuitas: el exilio. La República Romana de Mazzini depuso a Pío IX y extendió las hostilidades contra el clero; el Papa sugirió que la Curia SJ abandonara la ciudad. La intervención militar francesa restauró el orden y tanto el Papa como el General retornaron a Roma.

Su legado.- “Asceta de manos blancas…, profundamente cultivado, hablaba ocho lenguas, autor de una reforma de la enseñanza jesuita y de un comentario famoso de los Ejercicios” (Lacouture). Roothaan prosiguió la revisión de la Ratio Studiorum, tarea culminada en 1832 ad experimentum. En 1834 escribió una importante carta a toda la Orden sobre el estudio y apostolado de los EE. Publicó una nueva traducción latina del original español. ”El General llevó a cabo una importante obra al hacer que sus súbditos fueran profundamente conscientes de la fuente de su espiritualidad” (Bangert). Promovió las misiones populares; el número de jesuitas en misiones de ultramar pasó de 119 (1829) a 1.014 (1853). Roothaan apoyó a F-X Gautrelet en la fundación del Apostolado de la Oración y aprobó (1837) la reconstitución de los bolandistas, a petición del Gobierno belga. Fueron numerosas sus cartas: ningún General dio tanta importancia a este medio. En 1850 se fundó la influyente revista La Civiltá Cattolica en Nápoles. Ese año, el número de jesuitas era de 4600; los colegios pasaron de 55 a 100 entre 1844-54.

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PIETER BECKX (XXII General)

Belga. Nacido en 1795 en Zichem (cerca de Diest, ciudad natal de S. Jan Berchmans). Ordenado sacerdote en Malinas; fue confesor de los duques de Anhalt-Kothen y Provincial de Austria. Electo por la CG XXII a los 58 años de edad. “La santidad de Roothaan se prolongaba en Beckx con tonalidades de amabilidad y dulzura, a las que prestaba particular realce su prudencia consumada.” (Villoslada).

Gobierno: 1853-1887, segundo generalato más prolongado. Gobernó durante los años finales del pontificado de Pío IX (+1878) y los iniciales de León XIII. Desde 1883, gobernó apoyado en un Vicario General que gozó de plenos poderes.

Contexto político-religioso.- El liberalismo triunfa en Europa y América. En EE.UU. la Iglesia Católica goza de entera libertad, lo que favorece un prodigioso desarrollo de la SJ. Entre 1861- 65 se libra la Guerra de Secesión, que concluye con la victoria del Norte, la abolición de la esclavitud y el asesinato de Lincoln. En Japón, se produce un evento que marcará el comienzo de su expansión: la restauración del poder del Emperador (1868). G. Bretaña se afianza como la primera potencia mundial y surgen dos nuevos poderes: las recientemente unificadas Italia y Alemania. La entrada de las tropas piamontesas en Roma significó el fin del poder temporal del Papado y el abrupto cierre del Concilio Vaticano I. El Imperio Francés se hunde en la guerra con Prusia (1870-71) y en su lugar surge la III República, que restringirá severamente la labor educativa de la Compañía.

Hechos de su Gobierno.- Durante la Comuna de París fueron fusilados el Arzobispo de París y cinco jesuitas, entre ellos el notable predicador y profesor Pierre Olivaint. Las expulsiones a manos de los gobiernos liberales continuaron: Nápoles, Sicilia e Italia central: 1859-60; Colombia: 1861; Venecia: 1866; España: 1854 y 1868; Guatemala: 1870; Alemania: 1872, en el marco de la anticatólica campaña del Kulturkampf; Roma, 1873; Francia: 1880; Nicaragua: 1881… La vida comunitaria de miles de jesuitas fue interrumpida continuamente, lo cual fue constante motivo de preocupación para el P. General. Ante el urgente pedido de García Moreno, Beckx envió jesuitas al Ecuador, sobre todo a los alemanes desterrados por el canciller Bismarck, con quienes el Presidente conservador fundó la Escuela Politécnica y el Observatorio Astronómico; destacaron los nombres de José Kolberg, Teodoro Wolf y del italiano Luis Sodiro. Durante el Concilio, los PP. Perrone, Franzelin y Schrader jugaron un papel central en la definición del dogma de la Infalibilidad Papal.

El General tuvo que abandonar Roma en 1873, ante la presión del Gobierno italiano. Se dirigió a Florencia y después a Fiésole, exilio que se prolongó por 22 años. Pese a estos golpes, la leyenda sobre la fuerza política de la SJ permanecía viva en la imaginación de muchos... En cuanto a Pío IX, se declaró prisionero en el Vaticano –cuestión romana- y prohibió a los católicos italianos toda participación en la vida política de su país. En 1883, el P. Beckx (88 años), convocó la CG XXIII y pidió un Vicario. Fue electo el suizo de 64 años A. Anderledy, con derecho a sucesión. El anciano General quiso renunciar, pero León XIII no se lo permitió. En 1884, el Vicario recibió plenos poderes en nombre del Prepósito, quien sobrevivió tres años más: falleció el 4 de marzo de 1887.

Su legado.- Hizo todo lo posible por mantener unida a la SJ en medio de tantas contradicciones. Siguiendo lo prescrito por S. Ignacio –confiar más en los medios divinos que en los humanos, Const. Parte X- consagró a toda la Compañía al Sagrado Corazón el 1 ene. 1872. Expandió las

26 misiones: Cuba, Filipinas, Zambeza, Madagascar… Incentivó las publicaciones periódicas jesuíticas: La Civiltá Cattolica (Italia), The Month (Inglaterra), Stimmen aus Maria Laach (Alemania), Przeglad Powszechny (Revista Universal, Polonia), Études (Francia). Bajo su generalato, la Orden, pese a las fuerzas hostiles, pasó de 5.209 miembros (1853) a 12.070 (1887).

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ANTON ANDERLEDY (XXIII General)

Suizo. Antón María nació en Valais, 1819. Ingresó al Noviciado a los 19 años de edad. Enseñó humanidades en Friburgo; se formó en Filosofía y Teología en Roma y de nuevo en Friburgo. Expulsado como todos los jesuitas de Suiza en 1847, fue misionero en Wisconsin hasta que el P. Roothaan lo nombró Provincial de Alemania Superior. Asistente en 1870. “Dotado de temple varonil y acerado carácter, quizá algo inflexible…” (Villoslada).

Gobierno.- 1883-87: Vicario General –electo por la CG XXIII -. 1887-92: Prepósito General.

Contexto político-religioso.- Carrera armamentista en Europa. El capitalismo alcanza el punto álgido de su desarrollo: el Imperialismo; las grandes potencias no tienen ningún reparo en repartirse África. En 1888, el nuevo Kaiser, Guillermo II, destituye a Bismarck y emprende una agresiva política exterior. Tanto Alemania como Estados Unidos desafían la hegemonía industrial de Gran Bretaña; mientras, se instauran regímenes muy anticlericales en Francia e Italia. Desde 1878 el Papa es León XIII, intelectual de gran experiencia diplomática, que le capacitó para aproximarse positivamente a la realidad del momento. En 1891, al constatar que la Iglesia ha abandonado a los trabajadores, hace historia al escribir la primera encíclica social: Rerum Novarum.

Hechos de su Gobierno.- La CG XXIII se adhirió plenamente al Syllabus de Pío IX y a la encíclica Aeterni Patris de León XIII, que ratificó la preminencia del Tomismo en el quehacer teológico de la Compañía. Anderledy gobernó desde Fiésole; su período se caracterizó por nuevas expulsiones de las Asistencias de Francia e Italia. En el país galo, la SJ había inaugurado 12 colegios en la década de 1870, pero el partido anticlerical ganó posiciones y decidió descristianizar a la “hija mayor de la Iglesia”. La marea irreligiosa se anotó un triunfo cuando la Cámara aprobó en 1879 una dura legislación que denegaba a jesuitas, maristas y a otras congregaciones la libertad de enseñar. El 30 jun. 1880 la policía ocupó las 37 casas de la SJ en el país y expulsó a los Nuestros. El Papa aceptó la disolución de la Compañía en Francia con tal de que las demás congregaciones pudieran salvarse. Dispersados los jesuitas franceses, partieron a Inglaterra, Bélgica y a misiones tales como Madagascar, Argelia, Siria, Maduré y China. Mientras, desde su exilio en EE.UU., Iberoamérica, Inglaterra y Holanda, los jesuitas alemanes ejercieron un profundo influjo misionero e intelectual. En Bengala, fue notable el apostolado del flamenco Constant Lievens, quien dedicó sus conocimientos jurídicos para luchar en favor de los campesinos.

Su legado.- Nuevas misiones: Moldavia, Puna (India) y El Minya (Egipto). El número de jesuitas subió de 11.481 (1884) a 13.275 (1892). En 1888 fueron canonizados Jan Berchmans, Pedro Claver y Alonso Rodríguez. En su período, este Prepósito dirigió cinco cartas a la SJ. León XIII renovó todos los privilegios del Instituto en 1886. Las grandes políticas de Anderledy fueron robustecer la formación científica de los Escolares –tarea en la que le ayudó el P. Luis Martín-, ayudar a los dispersos de Alemania, Francia e Italia, promover las misiones y defender el Instituto, actitud que cayó en ocasiones en el rigorismo (Dicc. Hist.). Fue un mecenas de la actividad científica y literaria de sus jesuitas (estos fueron los años de actividad creativa del poeta inglés Gerard M. Hopkins). Anderledy falleció repentinamente el 18 ene. 1892. La tensa situación política del Reino de Italia impidió que su cuerpo fuera enterrado en Roma.

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LUIS MARTÍN (XXIV General)

Quinto General español. Luis Martín García nació en Burgos, 1846. Noviciado en Loyola. Expulsada la SJ por la revolución de 1868, Martín prosiguió la Filosofía en Vals y la Teología en Poyanne (Francia). Celebró su primera misa en Lourdes. Expulsados los jesuitas de Francia por la ley Ferry, pasó a ser Rector en Salamanca, primer Rector de Deusto y Provincial de Castilla (1886). Anderledy le llamó a Roma y le nombró Vicario. Martín fue electo General por la CG XXIV, que él mismo se encargó de preparar. Se conservan de su puño y letra unas voluminosas Memorias. Gobierno: 1892-1906.

Contexto político-religioso.- Para evitar conflictos, el Papa sugirió que la CG se reuniese fuera de Italia. El lugar elegido fue Loyola. La carrera armamentista prosigue en Europa y se configuran dos bloques enfrentados. También ascienden dos potencias militares y económicas no europeas: Estados Unidos y Japón. En 1898, España pierde los últimos restos de su Imperio –Cuba, Puerto Rico, Filipinas- en la guerra con EE.UU. Entre 1899 y 1901, China es sacudida por la rebelión nacionalista de los bóxers, en la que fueron martirizados 32 mil cristianos, incluyendo cuatro jesuitas franceses (León Mangin y compañeros mártires). Pío X, electo en 1903, combate sin cuartel las doctrinas modernistas, y cuenta para ello con el apoyo total del P. Martín.

Hechos de su Gobierno.- La CG continuó la línea restauracionista mantenida desde 1814: aplicación literal de las normas antiguas, en lugar de intentar un ajuste a los nuevos tiempos. Estas pautas explican el rigorismo de Martín en cuanto a disciplina religiosa. Su primera decisión importante fue visitar diversas Provincias europeas, para alentar el trabajo de sus súbditos. En la carta De aliquibus nostrorum temporum periculis cavendis, alertó a los NN. de dos peligros modernos: la ligereza de espíritu y la falsa libertad. La CG había recomendado también que la Curia General volviera a Roma. Esta meta se cumplió en 1895, gracias a una mejoría en la situación política italiana; la Curia se instaló en el Col. Germánico. Desde allí, el General emprendió la tarea de reorientar nuestro apostolado, privilegiando las obras culturales de largo alcance y la acción social, en la línea de Rerum Novarum. En Londres, el jesuita irlandés George Tyrrell, empeñado en la búsqueda del Jesús histórico y en la indagación bíblica, tuvo repetidos problemas con el Santo Oficio; pero fueron sus heterodoxas ideas sobre el Infierno las que condujeron a Martín a expulsarlo de la Compañía –feb. 1906. Tyrrell murió al año siguiente y la Santa Sede prohibió que fuese enterrado en un camposanto; tal era la dura legislación antimodernista de Pío X. En 1905, se detectó un cáncer en el brazo derecho de Martín. Éste le fue amputado. El Prepósito soportó con firmeza y edificación su mal, que terminó doblegándolo en abril de 1906, a sus 59 años de edad.

Su legado.- Martín fue hombre de grandes iniciativas y una de las más trascendentales fue la redacción de una historia definitiva de la Compañía, desde sus orígenes ignacianos y empleando todos los documentos disponibles. Este proyecto se plasmó en Monumenta Historica (MHSI), la célebre colección de más de 150 volúmenes escrita por jesuitas competentes en sus áreas específicas. También animó a los Nuestros a narrar la historia de sus respectivas provincias: España, Astráin; Italia, Tacchi Venturi; Francia, Fouquerey; Alemania, Duhr; Portugal, Rodrigues. Nuevas misiones: Jamaica y Honduras. Martín animó a los jesuitas españoles en la creación de su revista Razón y Fe, y a los portugueses en la creación de Broteria (1901-02). A su muerte la Orden contaba con 15.660 miembros y 209 colegios, que educaban a 52.700 estudiantes.

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FRANZ XAVIER WERNZ (XXV General)

Alemán. Nació en Rottweil, Wurtemburg, en 1842. Jesuita desde 1857: Noviciado en Gorheim, Filosofía en Aachen y Maria Laach. Expulsado como todos sus compatriotas SJ por el Canciller de Hierro, se refugió en Ditton Hall, Inglaterra, y luego en Gales. Renombrado canonista; profesor y Rector de la U. Gregoriana. Electo General por la CG XXV, cuando contaba 64 años. “Se distinguió por su visión clara y serena, talento organizador… y por su rectitud y justicia al juzgar de cosas y personas” (Villoslada). Gobierno: 1906-1914.

Contexto político-religioso.- Europa se divide en dos bandos: la Triple Entente (Rusia, G. Bretaña y Francia) y la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia). La situación en los Balcanes es explosiva; la guerra es inminente. Un General alemán dirige los destinos de la Compañía de Jesús en ese grave momento. Pío X continuó combatiendo el Modernismo y exigió lealtad incondicional a la Compañía.

Hechos de su Gobierno.- La CG XXV recibió tres sorpresivos encargos de Su Santidad: a) obediencia a la carta de León XIII sobre los estudios de los NN., b) nombramiento de censores para supervisar los escritos de los Bolandistas, y c) la fundación en Japón de una Universidad. El General se esforzó por cumplir totalmente la voluntad del Vicario de Cristo; según Bangert, fue admirable la ecuanimidad con que cumplió e hizo cumplir estas directrices. La demanda papal significó el envío de más misioneros al País del Sol Naciente y la erección de la Universidad Sofía en Tokyo. Bajo su generalato, la Orden fue expulsada de Portugal (1912) El problema más grave de su gobierno fue la represión del Modernismo. Algunos jesuitas mantuvieron una postura crítica en cuestiones como el Tomismo, la naturaleza de los sindicatos, el Liberalismo… La postura personal de Wernz fue la de un conservador moderado. A pesar de sus esfuerzos por defender la ortodoxia, Wernz sufrió los ataques de la prensa integrista e incluso calumnias. Recordó en 1914 el centenario de la Restauración con la amargura de saber que Pío X tenía reservas sobre su gestión. Murió en la noche del 19 al 20 de agosto de 1914, en medio de la tragedia del inicio de la Gran Guerra. Dos horas después murió también el Papa.

Su legado.- Este Prepósito promovió vigorosamente la vida espiritual; creó nuevas misiones y provincias: Canadá, California, New Orleáns, México y Hungría. Norteamérica y Japón fueron intereses prioritarios. Continuó el proyecto de MHSI y respaldó la creación, solicitada por Pío X, del Pontificio Instituto Bíblico, encomendado a la SJ. Fomentó las casas profesas (Valencia, Viena, Madrid, Bilbao) y las Congregaciones Marianas (a las que dio nuevos Estatutos, 1910). Wernz creó Acta Romana, con la intención de comunicar mejor a sus súbditos las disposiciones de la Santa Sede. Colaboró en la preparación del nuevo Código de Derecho Canónico. Apoyó a la revista America de los jesuitas estadounidenses. Su periodo promovió el espíritu interior, la sólida doctrina de los Escolares, sin concesiones ni al modernismo ni al integrismo; moderación que encontró obstáculos dentro y fuera de la Compañía. A su muerte, la Orden contaba 16.940 miembros. La CG XXVI (1915) aprobó un decreto que reivindicó la fama del XXV General.

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WLODIMIR LEDOCHOWSKI (XXVI General)

Polaco. Nació súbdito austriaco en Galicia. Su familia era noble: un tío suyo fue Nuncio en Bogotá y dos de sus hermanas (beatas ambas) fundaron sendas congregaciones. Doctor en Filosofía por la Gregoriana, antes de ingresar al Noviciado. Hizo toda su formación religiosa en Polonia. Sacerdote en 1894. Hablaba cinco lenguas. Provincial de Galicia y Asistente de Alemania. Electo General por la CG XXVI. Gobierno: 1915-1942 (comenzó con la I Guerra Mundial y murió durante la II).

Contexto político-religioso.- La Gran Guerra se ha desatado debido al asesinato del Archiduque Francisco Fernando. Europa va a la guerra con ansias de gloria, pero su juventud es segada en las trincheras. Gigantescas batallas tienen lugar en el frente occidental: Ypres, el Somme, Verdún… Sin embargo, el frente apenas se mueve un par de kilómetros. Benedicto XV trata en vano de mediar por la paz, que sólo llegará en nov. 1918, con la victoria de los Aliados. En Rusia, la Revolución instaura la URSS. Un periodo de entreguerras de 20 años ve aparecer el terror de Stalin y los Fascismos. Pío XI, Papa desde 1922, tuvo que encarar la convivencia con el régimen de Mussolini y la persecución religiosa en México y España. La economía mundial se hunde en 1929. Cuatro años después asciende al poder, por vías legales, Adolf Hitler. Entre 1936-39, se libró la cruenta Guerra Civil Española, que termina con la victoria de los nacionales: se instaura la dictadura de Franco.

Hechos de su Gobierno.- En medio del conflicto mundial, un hombre de temple lidera una Compañía multinacional con firmeza y audacia; pero lo hizo desde Suiza (Zizers), pues su nacionalidad le impidió permanecer en Italia. Tras la guerra, impulsó las misiones, los estudios sobre nuestra Historia y la formación. Fueron años de numerosas canonizaciones: Canisio, Belarmino, Bobola… En México, muere por la fe Miguel A. Pro; otro santo varón evangeliza Madrid: José Ma. Rubio. En París, un jesuita se doctora en Geología, pero sus superiores le aconsejan que se ausente debido a la controversia que generan sus ideas evolucionistas. Su nombre: Pierre Teilhard de Chardin. En 1923 se traslada a China, donde participará en el hallazgo del Sinántropo.

El gobierno de Mussolini normalizó las relaciones entre Italia y la Santa Sede, por medio de los tratados de Letrán, que resolvieron la cuestión romana. Un jesuita, el historiador Pietro Tacchi- Venturi, tuvo un papel destacado en las negociaciones. A partir de 1931 la Orden fue perseguida –como toda la Iglesia- por la República Española; la disolución legal se decretó en enero de 1932. En cuanto al Tercer Reich, el Concordato negociado por el Cardenal Pacelli fue sistemáticamente violado por los nazis.

Su legado.- A Ledochowski se debe la nueva sede de la Curia General (1927) en Borgo Santo Spirito. Fue un legislador: Epítome del Instituto (1923), adaptación de la Ratio, numerosas cartas en las que atendió la vida espiritual y la lucha contra el ateísmo. Pío XI confió mucho en él y en la Compañía, a la que hizo encargos trascendentales: Pontificio Instituto Oriental, Facultad de Misionología en la PUG, Radio Vaticana... En 1922, el Papa proclamó a San Ignacio Celestial Patrono de todos los Ejercicios Espirituales.

Con este General, hubo un florecimiento vocacional en varias regiones: en 1942 había 26.558 jesuitas, repartidos en 50 provincias. Se crearon tres Asistencias: Estados Unidos (1915), Eslava (1929) y América Latina (1938). En su gobierno, Ledochowski convocó dos CC.GG. Incentivó las misiones; la Compañía volvió a países de donde había sido expulsada: América Central,

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Venezuela, Alemania, Portugal... Algunos han criticado el férreo control de Ledochowski, hombre de fuerte personalidad, en una era que se caracterizó por los totalitarismos (Mussolini, Hitler, Stalin). Pero sin lugar a dudas fue un General extraordinario.

La CG XXVIII (1938; promulgó 316 decretos), nombró un Vicario para el anciano Prepósito: el belga M. Schurmans. En sept. 1939, Alemania invade la patria del General, Polonia. La II Guerra Mundial ha empezado.

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JEAN BAPTISTE JANSSENS (XXVII General)

Cuarto General belga (n. 1889). Ingresó al Noviciado a los 17 años. Doctor en ambos Derechos; dedicó un tiempo a estudiar en Estambul documentos del Derecho Canónico Oriental. Fue profesor y rector en Lovaina, instructor de 3º Probación, Provincial de Bélgica Septentrional y Visitador de Holanda y Zaire. Gobierno: 1946-64. “Hombre muy humano, respetuoso, sincero y muy espiritual” (Dicc. Hist.).

Contexto político- religioso.- 1945: el mundo queda dividido en dos bloques antagónicos, con EE.UU. y la URSS como superpotencias. Tres estadistas católicos: Adenauer, De Gaulle y Gásperi, sientan las bases de la reconciliación europea. Al Este, el comunismo persigue toda creencia religiosa; las provincias S.J. de Lituania, Bohemia, Eslovenia y Hungría son dispersadas. La China de Mao Zedong hace lo mismo desde 1948. Llega la hora de la descolonización: los países independientes se multiplican en Asia y África. En 1959 triunfa la Revolución en Cuba; tres años más tarde el mundo está al borde de la guerra nuclear por la crisis de los misiles. Es evidente que la Iglesia requiere de una puesta al día, tarea que será llevada a cabo por un hombre providencial: Juan XXIII.

Hechos destacados.- A más de un siglo de su Restauración, la Compañía ha llegado a una era de madurez y esplendor. Una pléyade de intelectuales y hombres santos trabaja en ella por la gloria de Dios: ya hemos hablado de Pro, Rubio, Mayer, De Lubac, Daniélou, Teilhard; también tenemos a Murray, Lonergan, los hermanos Rahner, Hurtado… Ecuador aportó con dos grandes nombres: Aurelio Espinosa y Pablo Muñoz.

El régimen del afable Janssens estuvo dominado por las reacciones a la línea de Pío XII y por Humani Generis, encíclica que identificó al evolucionismo y al existencialismo como esencialmente anticristianos y llamó a los intelectuales católicos a cerrar filas contra los “errores modernos”. Pero nuestros pensadores de vanguardia estaban más bien tendiendo puentes hacia las ideas expresadas por Camus, Sartre, Einstein... La obediencia al Santo Oficio llevó al P. General a frenar la actividad de la Nouvelle Théologie. El “chivo expiatorio” más famoso fue Teilhard de Chardin, quien había emprendido una grandiosa tentativa de reconciliar la fe con la ciencia. A Janssens le causó dolor intervenir en la censura de este genio del s. XX, que murió en un autoexilio en New York (1955). Mientras sus libros son retirados de las bibliotecas católicas, un consejo de admiradores publica su obra cumbre, Le Phénomène Humain. Otros jesuitas que tuvieron dificultades para enseñar o publicar fueron Karl Rahner y John Courtney Murray, paladín de la libertad religiosa.

La CG XXIX había eliminado las limitaciones de estudios para los Hermanos y de admisión a novicios de origen judío. Janssens fue el primer General en escribir una carta sobre el apostolado social. En 1952 muere en Santiago, a los 51 años, un pionero en este campo: Alberto Hurtado. En Venezuela, José Ma. Vélaz comienza la aventura de Fe y Alegría. En 1956, la CG XXX nombra un Vicario para asistir al Prepósito: el canadiense John Swain.

Su legado.- Con Janssens, la SJ alcanza su máximo crecimiento: 36 038 miembros (6000 en misiones) y se consolida en América Latina y Asia con cuatro asistencias. En 1952, el General erigió a Ecuador como Viceprovincia Independiente. Se preocupó de preservar las virtudes típicas del jesuita y dio sabios criterios para la selección de ministerios. Acerca de los conflictos que le afligieron en los 50s, Janssens quiso actuar con caridad y justicia. La verdad es que esos problemas le sobrepasaban; no estaba en su poder resolver semejantes cuestiones: sólo un Concilio podía hacerlo. Él mismo participó en las primeras sesiones del Vaticano II, antes de morir el 5 oct. 1964.

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PEDRO ARRUPE (XXVIII General) I (1965-74)

Sexto General español, y vasco como el Fundador. Nació en Bilbao, 1907. Ingresó al Noviciado interrumpiendo una brillante carrera en Medicina. Disuelta la S.J. en España (1932), Pedro prosiguió su formación en Bélgica y Alemania. 3º Probación en Cleveland, EE.UU. Ledochowski le destinó al Japón en 1937, donde fue párroco, maestro de novicios y viceprovincial.

Contexto político-religioso.- Los Años 60: década de profundos cambios en la Iglesia y el Mundo. Guerra Fría, Vietnam, revolución sexual, carrera espacial, avance de las telecomunicaciones y del indiferentismo religioso. Kennedy propone a América Latina la Alianza para el Progreso y el hombre llega a la Luna mientras suena la música pop de The Beatles. Juan XXIII ha convocado el Vaticano II (1962-65) para que la Iglesia “abra sus puertas y ventanas al mundo”. Pablo VI –“nuestro pequeño Hamlet”, como solía llamarle Angelo Roncalli- toma el timón a la muerte del “Papa Bueno”; pero quizá los cambios son demasiado atrevidos para el gusto de algunos…

Hechos destacados (1965-74).- En el Concilio participan Daniélou, De Lubac (Cardenales en 1969 y 1983, respectivamente) y Rahner como peritos (al igual que el joven teólogo J. Ratzinger). La declaración sobre libertad religiosa reivindica a Murray: queda claro que los cuestionados de ayer son los celebrados de hoy. La CG 31 inicia sus trabajos en 1965; el Papa pide a los congregados hacer frente al ateísmo. Al 4º escrutinio es electo el vasco Arrupe, quien desde el comienzo imprime un nuevo aire a su oficio de Papa Negro: más abierto, más acogedor, más mediático.

El Posconcilio constituye una prueba de fuego para toda la Iglesia. La Compañía entra en una aguda crisis; en lo interno, el P. General es cuestionado por sectores tradicionales; otros problemas: disminución de vocaciones, crisis de identidad, ola de salidas… En diez años, la Orden pierde más de 6 mil hombres (una de las más afectadas fue la VProvincia Ecuatoriana). En lo externo, se deterioran las relaciones con la Santa Sede. Pablo VI amaba sinceramente a la Compañía –su confesor era jesuita: Paolo Dezza, a quien un Mercedes recogía los viernes a las 18h45 para llevarle al Vaticano-, pero le llegan frecuentes quejas de los Obispos por los “desacatos” de los Nuestros al Magisterio. Particularmente dolorosa para el Papa es la oposición de teólogos jesuitas a Humanae Vitae, que prohíbe los anticonceptivos. Escrita en 1968, esta encíclica causó tal reacción que el Papa Montini no volvió a escribir otra en los diez años restantes de su pontificado. Fue un año complicado, marcado por la movilización estudiantil; en EE.UU., Daniel Berrigan, S.J., activista antiguerra, fue sentenciado a prisión por quemar los archivos de una oficina de reclutamiento.

La evolución de la coyuntura convenció al Prepósito de la necesidad de convocar la CG 32. Fue esta la mejor preparada hasta entonces (1974) y marcó la gran opción de Arrupe y de la Compañía: Fe y Justicia. En la apertura, y por si había alguna duda del aprecio que profesaba a sus antiguos maestros, Pablo VI pronunció estas recordadas palabras: “Dondequiera que en la Iglesia, incluso en los campos más difíciles y de primera línea, en los cruces de las ideologías, en las trincheras sociales, ha habido o hay confrontación entre las exigencias urgentes del hombre y el mensaje cristiano, allí han estado y están los jesuitas”. Propuso también cuatro

34 rasgos esenciales de la identidad de los hijos de San Ignacio: ser religiosos, apóstoles, sacerdotes y unidos al Papa por el cuarto voto.

PEDRO ARRUPE (XXVIII General) II (1975-83)

Contexto político-religioso.- La Guerra de Vietnam termina en 1975, con victoria comunista. Ante el escándalo Watergate, Nixon renuncia. América Latina vive una era de dictaduras militares, particularmente sangrientas en el Cono Sur; en Argentina, el Gral. Videla instrumentaliza el Mundial de Fútbol del 78 para desviar la atención de las atrocidades de su régimen. El Provincial de los jesuitas argentinos es Jorge Mario Bergoglio. Nuestro pueblo es bendecido por pastores de la talla de Helder Cámara, Oscar Arnulfo Romero (asesinado en 1980), Leónidas Proaño, Pablo Muñoz Vega... y surge la Teología de la Liberación. A inicios de los 80, la Guerra Fría vuelve a caldearse a raíz de la invasión soviética a Afganistán. En Occidente resaltan dos líderes de mano dura: Margaret Thatcher y Ronald Reagan.

Hechos destacados (1975-83).- Prosigue la CG 32: son trascendentales sus decretos 2 (identidad del jesuita: pecador perdonado llamado a ser compañero de Jesús) y 4 (nuestra misión hoy: defensa de la fe y promoción de la justicia que la misma fe exige). Se considera eliminar los grados en la Orden, pero Pablo VI lo impide enérgicamente y pregunta a los congregados: “¿adónde vais?” Los medios difunden el impasse entre el Pontífice y sus otrora “fidelísimos hijos”. El compromiso con la Fe y la Justicia será sellado con sangre; varios de los Nuestros son asesinados en los años posteriores: Joao Bosco Burnier (Brasil, 1976), Rutilio Grande (El Salvador, 1977), Bernard Darke (Guyana, 1979), Luis Espinal (Bolivia, 1980)… Y poco se sabe de los 89 jesuitas chinos condenados por el régimen comunista por sus “actividades antipatrióticas”.

Pablo VI muere en agosto de 1978. Después del efímero Juan Pablo I (la Sonrisa de Dios) llega la hora del Cardenal de Cracovia, Karol Wojtyla, Juan Pablo II (primer Papa no italiano desde el s. XVI). Es evidente que no comparte la línea de Arrupe; así lo nota éste, por lo que piensa en renunciar, pero el Pontífice está en desacuerdo. En el ínterin, nombra Arzobispo de Milán al Rector de la PUG, Carlo Ma. Martini. Al volver de un viaje a Filipinas, la salud de Arrupe se desmorona (7 ago. 1981). Hospitalizado, nombra Vicario a Vincent O´Keefe; sucede entonces lo inesperado: Juan Pablo II interviene y desautoriza al General y a su Vicario. Actuando por encima del Instituto, nombra al octogenario Paolo Dezza como su Delegado en el gobierno de la Orden, asistido por Giuseppe Pittau. La reacción de la Compañía es de filial obediencia, salvo algunas voces críticas: el inagotable Rahner y otros dirigen una carta cuestionadora al Papa polaco.

Su legado.- Ningún otro Prepósito después de la Restauración ha tenido tanto impacto en la Iglesia. Arrupe fue Presidente de la Unión de Superiores Generales (USG) por seis periodos consecutivos. Convencido del compromiso social, del aggiornamento, de la inculturación; fundó el Servicio Jesuita a Refugiados e inició la renovación de la Ratio. Desplegó una enorme actividad visitando a cada jesuita en su puesto de misión, en su cátedra, en su parroquia… y aún en la cárcel (Berrigan). Nos animó con espléndidos documentos: El modo nuestro de proceder, Inspiración trinitaria del carisma de la Compañía, Arraigados y cimentados en la caridad, Sobre el apostolado social, Carta sobre la inculturación… Don Pedro siguió edificando a la Compañía con la paciencia con que enfrentó su enfermedad, hasta su muerte el 5 de febrero de 1991. Está encauzado su proceso de beatificación.

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PETER-HANS KOLVENBACH (XXIX General)

Holandés. Nació en Druten, 1928. Estudió en el Canisiuscollege de Nimega e ingresó al Noviciado en 1948. Durante su magisterio fue profesor de alemán. En 1958 partió al Líbano y estudió Teología en la U. de San José (Beirut); se ordenó sacerdote (1961) según el rito armenio. Se especializó en Lingüística en La Sorbona e hizo la 3º Probación en Connecticut. Entre 1974- 81 fue Provincial de Próximo Oriente, antes de ser nombrado Rector del P. Instituto Oriental por Arrupe.

Contexto político y religioso.- En 1985 sube al poder Mikhail Gorbachov, que impulsa la Perestroika, conjunto de reformas que precipitan el colapso del bloque soviético. Entre 1989-91 cae el Muro y se produce la transición hacia la democracia en Europa Oriental. El Viejo Continente entierra los antagonismos y se encamina a la unión económica. Juan Pablo II se erige en un líder religioso global, al costo de frenar algunas de las innovaciones del Concilio. Se constata una añoranza de Dios; el Espíritu sigue suscitando movimientos de las más diversas figuras y tendencias. El 11-S 2001 marca un punto de quiebre en la historia contemporánea.

Hechos destacados (1983-2008).- La intervención papal dura dos años. P. Dezza convoca a los Provinciales para preparar la CG 33, que se reúne en 1983. Al 2º escrutinio, es electo el P. Kolvenbach (13 sept.); sus palabras a Arrupe ese día fueron: “Ya no podré llamarle Padre General, pero seguiré llamándole Padre”. Los representantes de los 27 mil jesuitas del mundo ratificaron la opción hecha ocho años atrás y, nuevamente, tal compromiso implicó el martirio: en 1987, Vicente Cañas fue asesinado en la Amazonía; y el 16 nov. 1989 fueron acribillados seis jesuitas en San Salvador. Eran profesores de la U. Centroamericana, liderados por su Rector, Ignacio Ellacuría, y acompañados en su Pascua por dos mujeres del pueblo salvadoreño. Se trató de un descarado crimen de Estado que continúa impune.

Frente al descenso vocacional en el Primer Mundo, emerge la India como la Asistencia más numerosa. La CG 34 (1995) actualiza nuestro Derecho –Normas Complementarias- y trata temas de vanguardia: MCS, fe y cultura, rol del laico y de la mujer en la Iglesia y la sociedad… JP II muere en 2005 y Kolvenbach puede poner a disposición su cargo; con la aprobación de Benedicto XVI convoca la CG 35. El 14 ene. 2008, la Congregación acepta la renuncia del P. General, en medio de un atronador aplauso. Días después, PHK retorna a su hogar: Beirut.

Su legado.- Con laconismo y prudencia, Kolvenbach normalizó las relaciones con el Vaticano. En 1986 promulgó las Características de la Educación SJ, la más importante actualización de nuestro apostolado educativo desde la Ratio Studiorum. Fue miembro de la comisión para el diálogo con los ortodoxos. Han sido muy refrescantes sus enfoques lingüísticos sobre los textos ignacianos. Uno de los mejores elogios a su figura se debe al portal religiondigital.com que le llamó, poco antes de su renuncia, “columna silenciosa de la Iglesia”.

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ADOLFO NICOLÁS (XXX General)

Séptimo General español. Adolfo Nicolás Pachón nació en Palencia en 1936; ingresó al Noviciado en Aranjuez (1953). Estudió Filosofía en Alcalá; se trasladó al Japón en 1961. Sacerdote en 1967; Doctor en Teología por la Gregoriana, profesor en la U. Sofía, Director del Instituto Pastoral de Manila hasta 1984 y Rector del Escolasticado de Tokio (1991-93). El P. Kolvenbach le nombró Provincial del Japón (1993-99).

Contexto político y religioso.- China, que ha apostado por la economía de mercado, se ratifica como un nuevo coloso global. Una crisis económica mundial comienza en 2008 y afecta especialmente a Europa. El pontificado de Benedicto XVI se caracteriza por un profundo magisterio, oportunos viajes (a las JMJ, a EE.UU., Brasil, G. Bretaña, España, México, Cuba…) y por algunos escándalos convenientemente explotados por los medios: trabajo no le ha faltado a su Secretario de Prensa, Federico Lombardi, S.J. En un hecho sorpresivo y con pocos antecedentes, el Papa alemán anunció el 11 de febrero de 2013 su renuncia.

Hechos destacados (2008-14).- El 19 de enero de 2008, la CG 35 elige Prepósito, al 2do escrutinio, al Presidente de la Conferencia de Asia Oriental y Oceanía, Adolfo Nicolás. A continuación, los congregados reafirman la misión de la Compañía y sus prioridades de cara al s. XXI: África, China, refugiados, apostolado intelectual y casas interprovinciales de Roma. El P. General, hombre creativo y sencillo, ha emprendido una serie de reformas en el gobierno de la Orden, entre las que destacan la reestructuración de las secretarías y la reconfiguración de provincias (España, Brasil, Estados Unidos…). La Congregación de Procuradores (2012) se reúne, por primera vez, fuera de Europa: el lugar escogido fue Nairobi, Kenya, para mostrar el compromiso con África. Algunos han visto a Nicolás como “un nuevo Arrupe”; el mismo P. General ha descrito a su antiguo Provincial en Japón como un "gran misionero, un hombre de fuego".

El 13 de marzo de 2013, el Cónclave eligió Sumo Pontífice al Cardenal Jorge Mario Bergoglio, S.J., Arzobispo de Buenos Aires, quien fuera Provincial de Argentina y Rector del Colegio Máximo de San Miguel. El primer Papa jesuita de la Historia toma el nombre de Francisco. El número de jesuitas en enero de 2013 era de 17.287 (Escolares: 3589, Hermanos: 1400, Sacerdotes: 12298) en 110 países.

La Compañía de Jesús durante casi quinientos años ha portado una llama, en medio de innumerables circunstancias sociales y culturales, que la han desafiado intensamente a mantenerla viva y ardiendo. Hoy las cosas no son diferentes. En un mundo que abruma a la gente con una multiplicidad de sensaciones, ideas e imágenes, la Compañía busca mantener viva la llama de su inspiración original, de manera que ofrezca luz y calor a nuestros contemporáneos. Y lo hace transmitiendo un relato que ha soportado la prueba del tiempo, a pesar de las imperfecciones de sus miembros y de todo el cuerpo, gracias a la continua bondad de Dios, que nunca ha permitido que el fuego se extinga (CG 35, d. 2: “Un fuego que enciende otros fuegos”).

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SAN IGNACIO DE LOYOLA Fundador y Primer General

Nació en Azpeitia, País Vasco (1491) en el seno de una familia de la pequeña nobleza local. Hasta los 30 años vivió una “vida desgarrada y vana”. Participó en la defensa de Pamplona contra los franceses (1521), donde fue gravemente herido. Durante su convalecencia en la Casa Torre se produjo su conversión. Inicia su vida de peregrino, marcada por la intensa experiencia espiritual de Manresa y la visita a los Santos Lugares. Emprendió estudios en Alcalá, Salamanca y París. En el Colegio de Santa Bárbara compartió habitación con Pedro Fabro y Francisco Javier.

Contexto político-religioso.- 1492 es el gran año de la historia de España: los Reyes Católicos expulsan definitivamente a los moros (toma de Granada), Nebrija escribe su Gramática y Colón llega a América. Está en su esplendor el Renacimiento, el retorno de los ideales grecolatinos. En Roma, la Iglesia es gobernada por Alejandro VI (el valenciano Rodrigo Borja, 1492-1503), quien reparte el mundo entre España y Portugal en el Tratado de Tordesillas. Los Pontífices posteriores serán grandes mecenas de las artes, pero descuidarán la reforma de la Iglesia.

Hechos principales.- Son siete (Ignacio, Fabro, Javier, Salmerón, Laínez, Rodríguez y Bobadilla) los que, el 15 ago. 1534, hacen votos en Montmartre. En 1539 tenemos a estos amigos en el Señor en Roma (ahora son diez, pues se han incorporado los franceses Jayo, Broet y Coduri), dispuestos a entregarse al servicio de las almas y, en cuanto sea posible, partir a Jerusalén. En el trayecto a la Ciudad Eterna, el pequeño escuadrón ha decidido llamarse Compañía de Jesús. Se ponen al servicio del Papa, Pablo III, quien les dice que Roma es su Jerusalén. En sept. 1540, Pablo aprueba la nueva Orden (bula Regimini militantes Ecclesiae).

Mientras Fabro parte a Alemania para predicar, reformar monasterios y dar los Ejercicios, Ignacio envía a Rodríguez y a Javier a Lisboa, rumbo a las Indias. El Rey de Portugal pide que Rodríguez se quede en su capital –se funda así la primera Provincia de la SJ-, así que Javier parte sólo a Oriente. Evangelizará incansablemente India, Indonesia y Japón, hasta su muerte en 1546. Salmerón, Laínez y el joven Pedro Canisio participan en el Concilio de Trento. El duque de Gandía, Francisco de Borja, hace los Ejercicios con Fabro e ingresa en secreto a la Compañía. En Mesina se funda el primer colegio para alumnos externos: la experiencia tiene gran éxito y marca la opción de la Compañía por la educación de la juventud. El crecimiento de la SJ es vertiginoso: Ignacio lo controla todo desde Roma, por medio de una enorme correspondencia; pero cuenta con dos colaboradores extraordinarios: su secretario, Juan de Polanco, y Jerónimo Nadal, a quien encarga recorrer Europa promulgando las Constituciones.

Legado.- Ignacio es el Fundador y el Legislador de la Compañía: juntó a los primeros compañeros, les instruyó y, electo unánimemente por ellos como primer General, escribió las admirables Constituciones. Pero su influjo trascendió el marco de la nueva Orden: renovó a la Iglesia con un modelo inédito de vida apostólica (ser contemplativos en la acción, según la célebre fórmula de Nadal), legó al mundo cristiano sus Ejercicios Espirituales y la práctica del discernimiento de espíritus.

Falleció en su austera camareta al amanecer del viernes, 31 de julio de 1556. En ese momento eran aproximadamente mil jesuitas, repartidos en 13 provincias ad maiorem ad Dei gloriam.

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Si sólo podéis constatar con tristeza y resignación el hecho de que la Orden no haya recuperado y no posea ya la significación política y eclesiástica que tenía antes de su supresión en 1773; si, repito, este sencillo hecho que no hay por qué ocultar os llena de tristeza y de secreta resignación, entonces es que no habéis entendido en absoluto lo que tenéis que ser: personas que por causa de Dios intentan olvidarse de sí mismas, que siguen al Jesús pobre y humilde, que anuncian su Evangelio, que se ponen de parte de los pobres en el combate por conseguir para ellos una mayor justicia (Karl Rahner: Palabras de Ignacio de Loyola a un jesuita de hoy).

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