Solo Contra Todos: Estudiantes De La Plata Frente Al Peronismo
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Capítulo 8 SOLO CONTRA TODOS: ESTUDIANTES DE LA PLATA FRENTE AL PERONISMO por Jorge Troisi Melean1 Introducción Es el mediodía de un sábado, a mediados de 1983. Un grupo de adolescen- tes se juntan en una vieja casona de la calle 42 en La Plata. Discuten sobre lo de siempre, el fútbol, pero lo cruzan ahora con algo nuevo, la política. Son los tiempos de la primavera democrática. Estudiantes, Gimnasia y Bo- ca se mezclan con peronistas, intransigentes y radicales. La experiencia es novedosa y fascinante. Aunque los jóvenes lo ignoran aún, Martín presenta la más curiosa combi- nación de identidades. Se enteran de ello cuando Atilio, el padre de Leandro, se acerca a la mesa: “Qué paradoja, Martín, pincha y peronista”. Nadie se atre- ve a solicitar una explicación de la frase. Atilio emana respeto. Pero el interro- gante lo llevan todos a sus casas por el resto del !n de semana. Padres y abue- los les cuentan con gusto la historia, cada uno desde su perspectiva, política y de hincha. Pero el lunes, todos los jóvenes llegan con la misma conclusión al colegio: Perón había mandado al descenso a Estudiantes en 1953.2 De todos los equipos de primera del fútbol argentino, Estudiantes de La Plata ha sido tradicionalmente el más asociado con el antiperonismo. En este trabajo indagaremos tanto el origen de esa asociación, como la relación entre el primer peronismo y el deporte, un campo de estudio que muy recientemen- te se ha comenzado a transitar. Asimismo, exploraremos cómo el peronismo afectó la propia percepción que los hinchas de Estudiantes tenían del club de sus amores, dando origen a la idea de “solo contra todos”, un relato que forjó una de las identidades más de!nidas del fútbol argentino. 1 Quisiera agradecer la desinteresada colaboración para la elaboración de este trabajo de Daniel Ridner, YeyeIsard, Pablo Scharagrodski, Gustavo Rodríguez y Facundo Aché. Este trabajo está dedica- do a Luis Francisco Troisi. 2 Entrevista a Martín M., socio de Estudiantes de la Plata y actualmente director técnico en Comodoro Rivadavia. 153 La cancha peronista Un club simpático La historia para los hinchas de Estudiantes es conocida. En 1905, un grupo de disidentes de Gimnasia y Esgrima deciden alejarse del club, en desacuerdo por la prohibición de practicar fútbol. El 4 de agosto, en la zapatería Nueva York de calle 7, los disidentes crean el Club Atlético Estudiantes, cuyo nom- bre re"eja el impacto generado por la Universidad de La Plata, nacionalizada casi simultáneamente.3 Como todos los miembros de la nueva asociación son alumnos de la Facultad de Medicina, adquieren rápidamente el mote de “pincharratas”, por los estudiantes que utilizaban agujas con los roedores de laboratorio. El apodo perdurará en el tiempo. Estudiantes es la respuesta al moderno per!l que adquiere la nueva univer- sidad. Y es el club popular de La Plata hasta 1912, cuando sus dirigentes deci- den aceptar como asociados solo a los residentes de la ciudad, restringiendo así el ingreso de los pobladores de los barrios obreros. Dos años después, esos sec- tores desplazados por Estudiantes ingresan a Gimnasia y Esgrima, que vuelve a aceptar el fútbol. Hasta que se popularice ese deporte, en la década de 1930, Estudiantes será el club del casco urbano y Gimnasia, el de la periferia.4 Estudiantes crece social y deportivamente. Hacia !nes de la década de 1920, el equipo de fútbol cuenta con una muy efectiva delantera que lo lleva a consagrarse subcampeón en 1930, el último torneo del amateurismo argen- tino. Con la base de esa formación, Estudiantes juega el primer torneo profe- sional erigiéndose en su mayor atracción. Es una verdadera máquina de hacer goles, pues sus jugadores convierten 104 tantos en 34 partidos. Dos de sus de- lanteros, Alberto Zozaya y Alberto Scopelli, son los máximos anotadores del primer campeonato argentino con 33 y 31 goles, respectivamente. El equipo de Estudiantes de 1931 es el primer equipo en recibir un mote que quedaría en el recuerdo: “Los profesores”.5 Pero Estudiantes no es el campeón. Termina tercero detrás de Boca y San Lorenzo. Se constituye en un equipo simpático, que anima los torneos pero que nunca pone en riesgo la supremacía de Boca, River, San Lorenzo, Inde- pendiente y Racing, los “cinco grandes”, que obtienen todos los campeonatos del fútbol argentino hasta !nes de la década de 1960.6 3 “El acta fundacional del club”, El Día, 4.8.2009, Deportes, p. 2. Sobre la universidad, ver Jorge Troisi Melean. Rocha, el último porteño. La Plata, Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, 2006, pp. 56-57. 4 Matías Godio y Daniel Sazbon. “Fútbol y política”, Forjando 1, julio 2012, p. 67. 5 Pablo Ramírez. Fútbol. Historia del profesionalismo. Buenos Aires, Perfil, 1976, tomo 1, pp. 1-38. 6 Estudiantes se convierte en un equipo simpático para los contemporáneos y también para los his- toriadores del fútbol que encontrarán en los equipos de las décadas de 1920, 1930 y 1940 un des- pliegue de fútbol vistoso con el que podrán contraponer el “antifútbol” de Estudiantes de la década de 154 Capítulo 8 Solo contra todos: Estudiantes de La Plata frente al peronismo Otras dos cuestiones, que no se asocian directamente con el desempeño futbolístico, refuerzan la con!guración de una institución amigable. La pri- mera es la importante presencia de público femenino en su estadio, lo que lo destaca con respecto al resto de los clubes.7 La segunda tiene que ver con la diplomacia dirigencial. En 1932, Estudiantes obsequia un juego de camisetas completo con los colores del equipo platense al club Independiente. Como forma de agradecer el gesto, el club de Avellaneda utiliza durante muchos años la casaca con los colores de Estudiantes cada vez que debe cambiar la suya. El gesto es apreciado por todo el entorno del fútbol como una forma de mostrar los valores que deben caracterizar a los dirigentes y al deporte.8 La imagen de Estudiantes se refuerza en la década siguiente de la mano de excelentes jugadores como Manuel Pelegrina y Ricardo Infante. Llegado a La Plata en 1938, el cordobés Pelegrina llega a anotar 231 goles, erigiéndose como el puntero izquierdo más productivo del profesionalismo.9 Infante, el “Beto”, es sinónimo de habilidad y también de goles: marca 180 en 329 partidos. Con estos delanteros, Estudiantes despliega un juego brillante, que es protagonista de todos los campeonatos de la década de 1940 pero nunca llega a consagrarse. Suma otros dos terceros puestos en 1944 y en 1948.10 Es un equipo que parece estar para algo más pero que al !nal siempre cede la consa- gración a los cinco equipos grandes. Además, es una escuela de buen fútbol y goles. Estudiantes es un club importante para la capital de la primera provin- cia argentina pero a la sombra de los de Buenos Aires. Razón e intervención La política distributiva del primer peronismo se traduce en una mayor parti- cipación del sector trabajador en la economía que aumenta su poder adquisiti- vo.11 El fútbol se transforma en un espectáculo masivo. Desde 1945, se produ- cen ininterrumpidamente records de recaudación, venta de entradas y número de socios. Durante varios domingos de ese año se venden más de 140.000 entradas en los ocho partidos de la fecha.12 1960. Ver Ramírez, Fútbol, op. cit. 7 Ibíd., pp. 34-35. 8 Ibíd., p. 99. 9 Ibíd., p.282. 10 Ibíd., pp. 558 y 720. 11 Ver Daniel James. Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina, 1946- 1976. Buenos Aires, Sudamericana, 1990. 12 Ramírez, Fútbol, op. cit., pp. 561, 569 y 601. 155 La cancha peronista Cuando Perón accede al poder, Estudiantes es una institución con una importante inserción social en La Plata, fútbol bien jugado y básquetbol consagrado.13 Aunque está lejos de los números de los grandes de Buenos Aires, su masa societaria está en aumento, como puede verse en cuadro 1. El empresario funerario, Pedro Osácar, es el presidente del club durante la mayor parte de la década de 1940. Tras su segunda presidencia, en noviembre de 1951, se convoca a elecciones. César Ferri y Orlando Grecco se postulan para la presidencia.14 Ferri posee una larga trayectoria en la política universitaria, un ámbito hostil al primer peronismo y afín al radicalismo.15 En 1918, había sido presi- dente de la Federación Universitaria de la Plata durante el Primer Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios, un encuentro en el marco de la re- forma que cambiaría el sistema académico nacional y latinoamericano.16 En 1951, el ingeniero Ferri es decano de la Facultad de Agronomía.17 El otro candidato es Orlando Grecco, secretario del gremio bancario, y apoyado por el delegado regional de la Confederación General del Trabajo, Luis Suárez. Ferri gana las elecciones y asume la presidencia.18 Casi paralelamente, el 15 de octubre de 1951, un libro se convierte en un inmediato best-seller, vendiendo 25.000 ejemplares en 24 horas y un millón, en solo diez meses. La Razón de mi vida, !rmado por Eva Perón, pero escrito por Manuel Penella de Silva, es un éxito editorial en todo el país.19 Por ley, se incorpora como texto de enseñanza de quinto y sexto grado de la asignatura Educación Cívica en todas las escuelas de la provincia de Buenos Aires.20 El libro es traducido al francés, al portugués, al alemán y hasta al árabe, pero no al inglés. Por eso, en junio de 1952, la entonces Comisión Nacio- nal de Cultura denuncia ante la UNESCO a los Estados Unidos por haber, supuestamente, prohibido la difusión de la obra en ese país.