Recuerdos De Mi Amado León”
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“RECUERDOS DE MI AMADO LEÓN” Figure 1PORTADA DEL II TOMO DEL LIBRO 1 A MANERA DE PRÓLOGO: Me llena de emoción comenzar a escribir estas líneas para prologar una obra de mi hermano mayor, mi primo hermano José Wenceslao Mayorga Donaire. Tres razones me emocionan especialmente. La primera es que se trata de un trabajo que corona la dilatada trayectoria de José Wenceslao como historiador. Desde muy joven, el se dedico a investigar en los Archivos Nacionales sobre las raíces históricas de nuestro país, y puso un interés especial en poner en orden la genealogía de la familia Mayorga. Como se sabe, la genealogía no es solamente una ciencia de apellidos, sino que es además una rama de la historia que permite reconocer los hechos del pasado desde la perspectiva de una familia. La labor del investigador de la historia es ardua, cargada de detalles y de frustraciones, porque con frecuencia se encuentra con callejones sin salida por falta de información. Por eso el historiador debe conjugar la vocación científica con la paciencia de un armador de rompecabezas, asegurándose de contar cada vez con más piezas, con aquellas evidencias que le permitan resolver los acertijos de la historia. La segunda es que se trata de un trabajo sobre nuestra ciudad natal, nuestra Patria Chica, de la que dijera Salomón de la Selva ―copan de borde quebrado que me hieres el labio si te acerco a la boca de mi alma‖. Al moderno paradigma de la globalización se contrapone la perspectiva provinciana que José Wenceslao enarbola con firmeza. La globalización disuelve las identidades de los pueblos. El provincianismo las afianza y las reafirma. La globalización desvanece al individuo, diluye las familias y macera las naciones en un licuado de corporaciones transnacionales que todo lo empaquetan en plástico y lo etiquetan con códigos de barras que solamente pueden ser descifradas por las lectoras magnéticas que aguardan al acecho del consumidor anónimo en cada caja registradora. El provincialismo exalta al individuo, enaltece a la familia, afirma las costumbres regionales y engrandece las tradiciones y los valores que son la esencia de la identidad de cada pueblo. El mundo de hoy se debate entre la árida estandarización de la fabricación en masa y la diversidad de los talleres; entre las comidas rápidas tipo Mc Donalds, idénticas en cualquier ciudad del mundo, y la infinidad de aromas, sabores y texturas de las gastronómicas de los distintos pueblos del mundo; entre los robots dirigidos por chips de sus cerebros artificiales y los artesanos que labran cada pequeña obra, no solo con el fruto de su imaginación sino con la impronta de los sentimientos de su corazón. Este libro de José Wenceslao Mayorga se enmarca en la devoción a las tradiciones, en la exaltación a los valores de la familia y la entidad propia, esa que se ha venido surgiendo y afirmándose en cada generación en el terruño que nos pertenece y al que pertenecemos. Y es una obra que dejara un testimonio de algo importante, un testimonio de lo que hemos sido y lo que somos, para las generaciones venideras. Y aquí está la tercera razón por la cual me emociona prologar este libro: que en la batallas por afianzar nuestra identidad ante la avalancha de la globalización, este es un libro victorioso, porque es un trabajo de amor. Francisco J. Mayorga V. León de Nicaragua, 25 de Julio del 2008. 2 SOBRE EL AUTOR José Wenceslao Mayorga Donaire pertenece a una de las familias fundadoras de la ciudad de León de Nicaragua. Por línea recta de Mayorga, sus antepasados surcaron las aguas del Atlántico poco después del descubrimiento de América. Los registros de embarque en Sevilla muestran que, en 1524, Alonso Díaz de Mayorga fue uno de los primeros españoles que viajaron a América para asentarse en Nicaragua. A un hijo de este, llamado también Alonso, le correspondió organizar la evacuación de la ciudad que originalmente se asentó a orillas del Lago Xolotlán y que fue destruida por una erupción del Momotombo en 1610. Alonso Díaz de Mayorga también estuvo a cargo del trazado original de las calles de León en el lugar donde ahora vuelve a florecer, después de sobrevivir guerras civiles y desastres naturales. De esos Díaz de Mayorga desciende José Wenceslao, en línea recta de varón. Sobre León han escrito numerosos autores locales y aun extranjeros, desde la perspectiva poética hasta la política y la militar. En esta obra, José Wenceslao Mayorga Donaire nos ofrece otra perspectiva, la del leones del siglo XX, un leones enamorado de su ciudad natal, sin pretensiones vacías, sino simplemente orgulloso de su cuna, sus raíces y sus tradiciones. Su trabajo es un testimonio acerca de una pequeña ciudad vista desde adentro, sin fabulas ni mitos, con colores rurales y matices primitivas, describiendo calles y personajes de esos que habitan en muchas ciudades de América y que sellan su propia identidad. Es especialmente curioso que, además, este sea el testimonio de un hombre que, habiendo vivido lejos de su terruño natal, padeciendo la pena del exilio durante tres décadas, pareciera que ha permanecido en León toda su vida. José Wenceslao Mayorga Donaire es militar y abogado de formación, promotor del deporte (su efigie se encuentra en el Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense) y con un interés especial en los estudios genealógicos de Nicaragua. Figure 2 LA CATEDRAL DE LEÓN 3 LA REAL CATEDRAL DE SANTIAGO DE LOS CABALLEROS DE LEÓN, NICARAGUA Esta bella Catedral de estilo Barroco, comenzó su construcción en 1747 por el Obispo de ese entonces Martín de Bullón y Figueroa, la continuó el Obispo Juan Carlos de Vílchez y Cabrera y la siguieron: el Arcediano Francisco Díaz Cabeza de vaca, Fray Lorenzo Esteban de Tristán y Fray Antonio de la Huerta Caso hasta 1775, y la finalizo el Obispo Fray García Jerez, a quien le tocó enfrentar un periodo tumultuoso de nuestra historia y en 1860 la consagro Fray Bernardo Piñol y Aycinena, incorporada y unida a la Catedral de San Juan de Letrán, la primera que se abrió al culto católico en Roma. Las fiestas de su consagración fueron magnificas e imponentes en todo Centro América y se conservan de aquella época, las crónicas y versos en los archivos de la misma. Había dilatado su construcción más de cien años. Durante lo largo de su construcción Sufrió los embates e invasiones de Piratas ingleses que la quemaron y destruyeron la ciudad de León causando cienes de muertes. Está constituida por cuatro Capillas exteriores: la de las Ánimas, la de la Concepción de María, la del Rosario de María y la del Santísimo. Fue levantada sobre una enorme plataforma de cantera que se encontró a seis varas de profundidad; las Bóvedas subterráneas tienen el mismo sistema de arquerías de la parte exterior y posee tres túneles los cuales se comunicaban con el Instituto San Ramón, el Colegio la Asunción de María y la Iglesia la Mercedes ubicada a dos cuadras de distancia, posiblemente para evadir las agresiones piratas y de las guerras, para esconderse en esos centros aledaños. Hace pocos años la Cúpula izquierda sufrió un serio deterioro quizás por el tiempo, el que fue debidamente atendido por expertos Ingenieros para fortalecerla y así evitar su derrumbe, Cuando fue Obispo de León Monseñor Simeón Pereira y Castellón a comienzos del siglo pasado, logró colocarle dos Gigantes en cada campanario para darle un mayor sostén por el peso de las campanas. Es nuestra Santísima Catedral una bella joya nacional, la que es visitada diariamente por miles de turistas que la llegan a conocer de todo el mundo y visitar las tumbas de los excelsos Poetas leoneses RUBÉN DARÍO, SALOMÓN DE LA SELVA Y ALFONSO CORTES. Es digna de ser conocida por estar considerada como la tercera Catedral más imponente de Americana Latina. Dr. José Wenceslao Mayorga Donaire Miembro del Instituto Nicaragüense de Genealogía e Historia Figure 3 MAPA DE NICARAGUA Figure 4 DR MAYORGA E HIJOS A M I N I C A R A G U A Jose W. Mayorga y sus hijos Adiac A los 500 años de su despertar Antonio y Marlon del Cid, visitando Histórico en 1502. (12/09/02) a Rubén Darío en Miami. ¡Oh Nicaragua, madre querida SE FUE NUESTRO ÁNGEL AZUL esta tu imagen siempre viva en mi corazón Fue su última visita a su familia, dejando 4 eres la tierra más prolija y siempre hermosa, un doloroso vacío en nuestros corazones. la más fraterna y alegre de la región. ******************* En tus entrañas se concibió la vida Espere confiado que su vida cambiaria, de nuestra raza aborigen, los nicaraguas nunca dudamos que con tenaz esfuerzo tierra bendita y santa, madre dulce y amorosa, grandes e importantes metas lograría en ti se trasluce la palabra amor. En su corta vida, ante lo adverso. Amor al recuerdo de tu histórico forjamiento, Oigo los vientos fuertes y del mar rugidos, amor a nuestros adorados antepasados, Oigo del trueno el fragor que estremece. amor a nuestros hijos y sus descendencias, Los seres nacen, viven y fallecen, amor a tu vida republicana y democrática. Todo se mueve por voluntad de Dios. Adorable tierra nica, cuanto te añoro. La muerte del justo, del hombre honrado, amo tu idioma nicaragüense tradicional del hombre bueno que viaja hacia el Edén, que es el idioma de las almas nobles No es la muerte que mata, es un cambio, donde encontramos el vocablo materno es ganar el todo en su último bien. que sintetiza nuestros ideales y esperanzas; nuestros más cordiales y elevados afectos, Hijo tu muerte lloramos, nuestros más puros y fraternos sentimientos echamos de menos tu noble bondad.