NOVIEMBRE. Alegoría De La Victoria. Giaquinto Y El Trabajo Del Pintor
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
RAQUEL SIGÜENZA MARTÍN PIEZA DEL MES NOVIEMBRE 2012 ALEGORÍA DE LA VICTORIA: GIAQUINTO Y EL TRABAJO DEL PINTOR Días 3, 10, 17 y 24 de noviembre a las 12:30 h. por Raquel Sigüenza Martín Ventura Rodríguez, 17 28008 Madrid 1 ALEGORÍA DE LA VICTORIA: GIAQUINTO Y EL TRABAJO DEL PINTOR Texto: Raquel Sigüenza Martín Coordinación: Cecilia Casas Desantes Maquetación: Gráficas Pedraza © Museo Cerralbo, 2012 N.I.P.O. 030-12-096-0 2 RAQUEL SIGÜENZA MARTÍN ALEGORÍA DE LA VICTORIA: GIAQUINTO Y EL TRABAJO DEL PINTOR EL LEGADO VILLA-HUERTA Y LA PINTURA EN LA COLECCIÓN CERRALBO Alrededor de 700 obras componen la colección pictórica de Enrique de Aguilera y Gamboa (1845-1922), XVII marqués de Cerralbo, siendo en su mayoría de asunto religioso y pertenecientes a la escuela española de los siglos XVII y XVIII. Su organización en el palacio se hizo, en vida del propietario y como era corriente durante el siglo XIX, siguiendo unas directrices meramente decorativas, y sin que se tuvieran en cuenta parámetros como épocas o escuelas. El lienzo que nos ocupa, una Alegoría de la Victoria (Inv. Nº VH 0056) del pintor italiano Corrado Giaquinto (1703-1766), procede del legado Villa-Huerta y se localiza en el Recibimiento de Verano, situado en el Piso Entresuelo del Museo. Era ésta la 3 ALEGORÍA DE LA VICTORIA: GIAQUINTO Y EL TRABAJO DEL PINTOR sala de recibir correspondiente a los apartamentos privados del hijo político del Marqués, Antonio del Valle y Serrano (1846-1900), antes de su fallecimiento. El “legado Villa-Huerta” está formado por el conjunto de bienes propiedad de Amelia del Valle y Serrano (1853-1927), marquesa de Villa-Huerta, procedentes tanto de este palacio madrileño como del soriano de Santa María de Huerta. Por desgracia, no conocemos cómo y cuándo se adquirió la totalidad de las piezas, siendo algunas herencia de la familia del Valle-Serrano y otras compradas en vida de la familia del Marqués, si bien no formaban parte de la donación de éste. Era Amelia la hija política de Enrique de Aguilera, nacida del matrimonio entre Inocencia Serrano y Cerver y su primer marido, Antonio del Valle Angelín. Tanto ella como su hermano Antonio estuvieron siempre muy implicados en el proyecto del Marqués para crear un museo que pasara a ser propiedad de la nación. Fue así como, el 6 de enero de 1927, tras el fallecimiento de la marquesa, este lienzo ingresa también en la colección del Museo mediante legado testamentario. CORRADO GIAQUINTO Y ESPAÑA En 1714, con el enlace en segundas nupcias de Felipe V con Isabel de Farnesio, se acentúa la influencia italiana en el escenario artístico español: Jacopo Amigoni (1680-1752) llega a nuestro país en 1747; Giacomo Bonavía (1705-1758) lo había hecho en 1728; Antonio Joli (h. 1700-1777) es llamado a Madrid en 1749; y el gran nombre de este período, Corrado Giaquinto, vendrá para sustituir a Amigoni tras la muerte de éste, durante el reinado de Fernando VI, encargándose de finalizar las decoraciones palaciegas de la corte (1). 4 RAQUEL SIGÜENZA MARTÍN Hasta 1719, Giaquinto se inicia en el arte de la pintura de mano de Saverio Porta en su Molfetta natal. En ese momento se traslada a Nápoles, reino al que pertenecía la pequeña ciudad donde nació, para continuar su formación con el estudio de las obras de Luca Giordano (1632-1705) y Francesco Solimena (1657-1747). Después de Nápoles acude a Roma, donde se encuentra en 1723 colaborando con Sebastiano Conca (1680-1764) en la bóveda de Santa Cecilia in Trastevere. Rápidamente, el joven artista asimila tanto el dibujo de Conca como el de Carlo Maratti (1632-1713), sin dejar de lado su característica delicadeza de tonos con suaves verdes, rosas y azulados. Tras una estancia en Turín y otra vuelta a Roma, llega a ser el pintor más moderno de la Città Eterna, con un estilo elegante que funde la tradición barroca napolitana con elementos que se podrían calificar de “clasicistas”, asimilados en la capital italiana. Al fallecer Amigoni es elegido como su sustituto, llegando a Madrid en 1753, tres años después de haber pintado La Trinidad para la iglesia romana de la Santa Trinidad de los Españoles por encargo de Fernando VI. Parece que esta obra y su estilo conciliador entre las escuelas romana y napolitana, junto con su amistad con Farinelli y las estrechas relaciones mantenidas con el ministro José de Carvajal y Lancaster, habrían sido determinantes para su elección como sucesor del desaparecido maestro, a pesar de no tener noticia de obras suyas que hubiesen llegado a España antes que él. Además, aunque pueda resultar anecdótico, tampoco hay que quitar importancia al hecho de que la esposa de Francesco de Mura, el otro candidato para ocupar el puesto de Jacopo Amigoni, no tenía intención alguna de permitir a su marido trasladarse a la capital española. En su viaje pasa por Zaragoza con el encargo de revisar el trabajo que Antonio González Velázquez (1723-1794), que había 5 ALEGORÍA DE LA VICTORIA: GIAQUINTO Y EL TRABAJO DEL PINTOR aprendido con él en Roma, estaba realizando en la cúpula de la basílica del Pilar. Llegará a Madrid en junio de 1753, junto a su segunda esposa, su hermano menor, su hija María Victoria y sus discípulos José del Castillo y Nicola Porta (2). Tras asentarse con su familia en la corte es nombrado primer pintor de cámara y desde muy pronto interviene también en decisiones relacionadas con la decoración de Palacio que no tienen que ver con este nombramiento; en octubre recibe la orden de restaurar el fresco de Lucas Jordán en el Casón del Buen Retiro. Parece bastante posible que en este mismo año de su llegada se iniciara la serie de trece pinturas, hoy dispersas, destinadas al Oratorio del Rey, Fernando VI, y al de la reina, Bárbara de Braganza, en el palacio del Buen Retiro. En el altar del primero se encontraría La Santísima Trinidad (actualmente en el Museo Nacional de Escultura, Valladolid), acompañada por la Oración en el Huerto (Museo del Prado), el Cristo ante Pilatos en el pretorio (Palacio Episcopal de Vitoria), la Flagelación (Palacio de Carlos V, Granada), la Coronación de espinas, así como el Cristo con la cruz, un Descendimiento y una Santa Faz (todos ellos en el Museo del Prado); por otro lado, en el Oratorio de la Reina, los asuntos tratados fueron la Oración en el huerto, el Cristo a la columna, la Coronación de espinas, un Cristo con la cruz (conservados en la Casita del Príncipe, El Escorial) y una Virgen de los Dolores (Patrimonio Nacional). 6 RAQUEL SIGÜENZA MARTÍN La oración en el huerto, óleo sobre lienzo, 136 x 77 cm, Museo del Prado (Madrid). Santa Faz, óleo sobre lienzo, 65 x 174 cm, Museo Nacional del Prado (Madrid), depositado en el Museo Balaguer de Vilanova i la Geltrú. Tras solo unos meses de estancia madrileña, el 8 de diciembre es nombrado por el rey director general de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, si bien no cumplió con las tareas propias de su cargo porque el mismo monarca le relevó de esta obligación en 1756, lo que no gustó al resto de académicos. Igualmente tempranas, dentro de su producción en nuestro país, son las siete pinturas que completaban la decoración del Comedor de Gala del Palacio de Aranjuez (Sala de Conversación por aquel entonces), inconclusa también tras la muerte de Amigoni. De ellas, cuatro reflejaban episodios de la historia de José José( adivinando los sueños en la cárcel, El triunfo de José, La copa en el saco de Benjamín y José presenta su familia al faraón) y el resto son asuntos alegóricos (La Profecía con la Providencia, La Religión con la Abundancia y Juego de niños) (3). Además, para la Sacristía de este Real Sitio, ejecuta un San Antonio de Padua y una Virgen con el Niño rodeada de santos. 7 ALEGORÍA DE LA VICTORIA: GIAQUINTO Y EL TRABAJO DEL PINTOR Aunque los preparativos para la decoración de la Capilla del Palacio Nuevo comenzaron en 1754, las obras se extendieron en el tiempo hasta 1758 o 1760, según los diferentes autores (4). En la cúpula, la Gloria celestial estaba presidida por la Coronación de la Virgen en la media naranja y los santos Isidoro, Hermenegildo, Isidro Labrador y María de la Cabeza en las pechinas. Y, a pesar de que la documentación no menciona de manera expresa el resto de pinturas murales (Santiago en Clavijo, sobre la bóveda de ingreso a la capilla, la Trinidad con Cristo muerto en la del presbiterio y, sobre la del coro, las Tres Virtudes Teologales), deben entenderse como parte del encargo. Santiago en la batalla de Clavijo, óleo sobre lienzo, 77 x 123 cm, Museo del Prado (Madrid). Boceto para la Capilla Real. Por otro lado, en 1754 están pintados los dos cuadros con las alegorías de La Paz y la Justicia, exaltación del buen gobierno de Fernando VI. El primero se encuentra en la Academia y el segundo, que según Ponz, estaba destinado al salón grande del Cuarto de la Reina, en el Museo del Prado. En ambos casos, el resultado es una de las más exquisitas muestras del arte del autor, por la utilización de unos delicados colores típicos del Rococó y la gran maestría de la composición (5). 8 RAQUEL SIGÜENZA MARTÍN La Paz y la Justicia, óleo sobre lienzo, 216 x 325 cm, Museo del Prado (Madrid). Trabajó también en las Salesas Reales, donde llevó a cabo cuadros y pinturas de altar así como las de las bóvedas y cúpula e, igualmente, asumió la supervisión artística de la fundación.