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CENTRO DE ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS Y LITERARIOS LA POÉTICA DEL AMOR Y LA TRANSFORMACIÓN EN POETA EN NUEVA YORK DE FEDERICO GARCÍA LORCA TESIS PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR EN LITERATURA HISPÁNICA PRESENTA MARIANA IGLESIAS ARELLANO ASESOR DR. JAMES VALENDER CIUDAD DE MÉXICO, JULIO DE 2018. 1 2 RESUMEN A pesar de que hoy en día nadie duda en considerar Poeta en Nueva York como una de las obras más importantes de Federico García Lorca, hay un enorme desequilibrio entre la producción crítica escrita alrededor de este poemario y aquella que gira en torno a otras obras importantes del granadino. Aunque el panorama crítico se fue enriqueciendo paulatinamente a partir de finales de los años setenta, muchos de los estudios publicados se han limitado a explorar tal o cual aspecto individual del libro, sin ahondar lo suficiente en la lógica poética que une al conjunto de sus poemas, caracterizándolos, y sobre la cual el poeta insistió una y otra vez en sus escritos. El propósito de esta tesis consiste, por tanto, en intentar reparar esa falta e indagar en la lógica poética que conforma el universo de Poeta en Nueva York. El estudio de la poética que subyace el poemario neoyorquino es producto de una constante lectura, relectura y análisis de todos los poemas del libro para dilucidar, no tanto lo que significan, sino lo que en la mayoría de ellos ocurre. El trabajo consta, por tanto, de dos partes. La primera se dedica a dilucidar la visión de mundo que conforma el poemario y que se ve marcada por la relación que se da en el libro entre el amor y la muerte, una relación dialéctica que se muestra presidida por lo que aparenta ser una contradicción pero que resulta ser, más bien, una manifestación del ciclo vital vida-muerte-vida. Este ciclo vital elimina la voluntad de todo ser vivo arrastrándolo a sufrir una eterna ola de transformaciones. La segunda parte de la tesis está destinada a analizar la forma en que dicha visión cíclica del universo poético —junto con el consecuente proceso de transformación— encuentra su expresión apropiada en los poemas. 3 AGRADECIMIENTOS Quisiera comenzar agradeciendo a todas los profesores e instituciones que han contribuido a mi formación. A la Universidad Pompeu Fabra, por enseñarme a leer y a tener un pensamiento crítico, a los doctores Antonio Monegal y Domingo Ródenas, por alimentar mi amor por la literatura y, por supuesto, a El Colegio de México, por ofrecerme un espacio privilegiado para comenzar mi vida académica como investigadora. En el transcurso de la escritura de esta tesis, agradezco enormemente a los doctores Rafael Olea, Rose Corral, Anthony Stanton, Martha Lilia Tenorio, Xiomara Luna, Yvette Jiménez de Báez y Martha Elena Venier. Todos ellos fueron muy amables en leer los avances de esta tesis y ayudarme a encontrar nuevos caminos para estructurar mejor aquello que quería expresar. También ofrezco mi más sincero agradecimiento a mis lectores, los doctores Tatiana Aguilar-Álvarez Bay, Luz Elena Gutiérrez y Antonio Monegal, quienes, aceptando generosamente formar parte del comité, leyeron mi tesis con gran esmero y cuidado. Finalmente, debo mi total agradecimiento a mi asesor, el Dr. James Valender. Sin su magnífica intuición poética, sin su gran capacidad lectora y, sobretodo, sin su enorme generosidad, esta tesis no habría tenido lugar. Este trabajo es producto de mi formación académica, pero también del entorno amoroso en que he vivido y he crecido a lo largo de los años. Por ello doy las gracias a mis padres, Flor y Eduardo, que me han dado absolutamente todo, siempre. A mi hermana, por su eterna complicidad y a Marco, por su inmenso amor. A todos ustedes: detrás del amor que siento por la literatura está el amor que me han enseñado a sentir, día a día. Por eso, y mucho más, estaré eternamente agradecida. 4 Amor, amor, un hábito vestí. G. de la Vega 5 ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN 1.1. Breve historia de Poeta en Nueva York 8 1.2. La crítica sobre Poeta en Nueva York. Estado de la cuestión 18 1.3. La evolución de un pensamiento poético (1926-1933) 39 Calas en la correspondencia del poeta (1927-1928) 41 Cuatro conferencias (1926-1933) 49 1.4 Hacia una poética de Poeta en Nueva York. Propósito y metodología 63 PRIMERA PARTE: EL FONDO POÉTICO EN POETA EN NUEVA YORK 2.1 La dialéctica amor-muerte 69 2.1.1. La pasión de Cristo 73 “Nacimiento de Cristo” 75 “Crucifixión” 78 2.1.2. La transfiguración poética de la pasión de Cristo 82 “Cielo vivo” 85 2.2 El ciclo vital amor-vida-muerte 90 “Nocturno del hueco” 90 2.2.1. La concepción mítica del ciclo vital 104 2.2.2. Superposición temporal: pasado-presente-futuro 109 “1910 (Intermedio)” 111 “Poema doble del Lago Eden” 114 “Tu infancia en Menton” 120 2.3. La primacía de la voluntad amorosa 129 2.4. El ciclo vital y la transformación 145 2.5. La homosexualidad en “Oda a Walt Whitman” 154 6 SEGUNDA PARTE: LA FORMA POÉTICA EN POETA EN NUEVA YORK 3.1. La transición del plano vital al plano poético 164 3.2. El ritmo 172 3.2.1. De la métrica al versolibrismo 172 “El rey de Harlem” 181 “Pequeño vals vienés” 195 “Son de negros en Cuba” 201 3.2.2. El ritmo musical y el misterio poético 211 3.3. La transformación de las palabras 214 3.3.1. La poética de la transformación 214 3.3.2. Los borradores de Poeta en Nueva York 220 “Cementerio judío” 223 “Navidad en el Hudson” 229 “Norma y paraíso de los negros” 234 4.1. CONCLUSIONES 242 BIBLIOGRAFÍA 259 7 1. INTRODUCCIÓN 1.1. BREVE HISTORIA DE POETA EN NUEVA YORK Federico García Lorca escribió la mayor parte de los poemas de Poeta en Nueva York durante su estancia en la gran metrópoli entre el verano de 1929 y la primavera de 1930.1 El poemario, sin embargo, tardaría casi seis años en fijarse (1936) y cuatro años más en publicarse (1940). El poeta vaciló por largo tiempo sobre el título, sobre los poemas que conformarían el libro ―dejando fuera otros poemas también escritos en Nueva York― y sobre el orden que la obra finalmente tendría. De acuerdo con la detallada investigación que Andrew A. Anderson ofrece en la reciente edición de Poeta en Nueva York, si bien hacia mayo de 1931 Lorca comenzó a leer algunos de los poemas a sus amigos más cercanos,2 la estructura del libro, tal y como lo conocemos hoy, no la habría concebido sino hasta agosto de 1935, cuando elaboró el original que serviría como base a la primera edición.3 Finalmente, no fue sino hasta julio de 1936 cuando el poeta decidió entregar el manuscrito a José Bergamín para su publicación, a pocos días del estallido de la Guerra Civil. 1 Para un relato detallado del viaje y la estancia en América de Federico García Lorca, véase Christopher Maurer y Andrew A. Anderson, Federico García Lorca en Nueva York y La Habana: Cartas y recuerdos, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, Barcelona, 2013. 2 La primera lectura de la que se tiene constancia es, según Anderson, la que Lorca ofreció en casa de Carlos Morla Lynch, hacia finales de 1931. La primera mención del poemario que habla de una estructura similar a la que conocemos ahora se da en una entrevista publicada el 5 de marzo de 1933. Véase la introducción de Andrew A. Anderson a su edición de Federico García Lorca, Poeta en Nueva York, Andrew A. Anderson (ed.), Galaxia Gutenberg- Círculo de Lectores, Barcelona, 2013, p. 10. Puesto que esta es la primera edición moderna que se basa directamente en el manuscrito original elaborado por Lorca entre 1935 y 1936, es la edición que citaré a lo largo de mi trabajo. Después de cada cita, únicamente registraré el número de la página (o del verso) entre paréntesis. 3 Anderson prefiere el término “original” “porque evita los malentendidos ocasionados por palabras más corrientes: «manuscrito» puede sugerir un texto escrito a mano, y el original sólo lo es en contadas ocasiones, y «mecanografiado» sugiere un texto producido en una máquina de escribir, caso de un buen número de los poemas 8 Sería inútil pretender explicar el titubeo en la génesis del poemario que, por otra parte, tal y como relata Francisco García Lorca, no fue un fenómeno exclusivo de Poeta en Nueva York.4 No hay lugar a dudas de que el poeta era muy consciente de estar incursionando en una estética a la cual su público ―aquel que en 1928 había hecho suyo el Romancero gitano― no estaba todavía acostumbrado. Aún más, Lorca parece haberse dado cuenta de que sus poemas se prestaban cuando menos a dos formas de interpretación. Por un lado, se leen como un relato autobiográfico dotado de imágenes que reflejan el día a día del poeta en la ciudad neoyorquina. Por otro, se leen como un complejo universo creado, hecho de poemas que rebasan por mucho los confines de una lectura meramente biográfica. De hecho, la tensión resultante, lejos de resolverse, determina la esencia conflictiva y fascinante del conjunto. Como ya se había dicho, antes de publicar el libro, Lorca decidió darlo a conocer a través de recitales. Para tal fin, redactó una conferencia-recital en la que propuso enmarcar esta poesía dentro de una narrativa biográfica que resumiera su experiencia neoyorquina. La lectura pública de este texto la dio por primera vez el 16 de marzo de 1932 y el suceso se repitió en diversas ocasiones durante los siguientes tres años.5 En 1933, en la lectura de esta conferencia que dio en Buenos Aires, Lorca detalló lo siguiente: Este libro sobre Nueva York que traje de mi viaje a los Estados Unidos no he querido darlo a ninguno de los editores que me lo han pedido.