Medina Azahara. Arqueología Y Paisaje
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MEDINA AZAHARA. ARQUEOLOGÍA Y PAISAJE “Desde Azahara te recuerdo con pasión. El horizonte está claro y la tierra nos muestra su paz serena. La brisa desmaya con el crepúsculo, parece que se apiada de mí y languidece llena de ternura”. Ben Zaydn de Córdoba 1003-1070 1 ÍNDICE 1 Introducción. 1.1 Carácter del libro y organización del libro 1.2 Lugar, tiempo y memoria 1.3 lugar que recupera una leyenda 2 La ciudad 2.1 El contexto histórico: fundación y primera organización de la ciudad 2.2. La remodelación de Medina Azahara 2.3. La organización de la ciudad en las narraciones del Muqtabis de Ibn Hayyan 2.4. El problema de la identificación de los itinerarios descritos en las crónicas con los restos arqueológicos 2.5 La destrucción de la ciudad 2.6 Las ruinas y su valoración en la poesía taifa 2.7 Evolución en el uso y propiedad del lugar Las excavaciones Los prolegómenos P. Madrazo Los comienzos R. Velásquez Bosco Etapa de consolidación del yacimiento F. Hernández La reorganización administrativa y la reorientación crítica del yacimiento A. Vallejo. 3 El contexto territorial 3.1 El paisaje soporte 3.2 La valoración cultural del paisaje 3.3 Organización administrativa 3.3 Componentes de la organización poblacional 3.4 Las infraestructuras 3.5 Dimensiones de la población 2 1 INTRODUCCIÓN 1.1 Carácter y organización del libro 1.2 Lugar, tiempo y memoria 1.3 Lugar y leyenda 1.1 Carácter y organización del libro El presente libro se origina a partir del material informativo recopilado por sus autores, arquitectos de profesión, como base para la redacción de un plan de protección del yacimiento de Medina Azahara y su entorno en la ya lejana fecha de 1991. Su posible originalidad no debe buscarse en una aportación de nuevos datos arqueológicos o históricos, que quedan fuera del alcance del campo de actuación de los redactores, sino de la lectura de los datos históricos y materiales ya conocidos a la luz de una interpretación territorial. Es decir, descubrir la influencia de ese prestigioso zócalo histórico en la conformación de un paisaje tan cualificado como es el que se extiende al oeste de Córdoba, entre la Sierra y la Campiña. Para esa interpretación se ha partido de una confrontación de las fuentes literarias islámicas, tanto de carácter histórico, como literario, con el conocimiento de los restos materiales, bien sea a partir de las estructuras sacadas a la luz por las excavaciones, bien mediante la foto interpretación aérea incluyendo nuevas técnicas como las imágenes de infrarrojos. Todo ello completado como un pausado recorrido de campo y con una familiarización con la materialidad de los restos arqueológicos a través de sucesivas campañas de restauración. Se trata fundamentalmente de una interpretación de índole espacial reflejada en una correspondencia entre la expresión gráfica, a través del dibujo y la fotografía, y los textos literarios. Debido a la importancia concedida al valor de la inserción paisajística, el libro se ordena en dos secciones, una primera dedicada a la ciudad en sí misma y otra segunda al contexto territorial que siguen a la presente introducción general. 1.2 Lugar, tiempo y memoria Con el discurrir histórico unos pocos lugares excepcionales adquieren el valor de capitalidad universal o continental, lugar en el que concentran las más excelsas manifestaciones de la cultura de una época, de lugares se convierten en centros de referencia para la cultura de una época de la que ejercen su capitalidad y, de esta forma, dicho tiempo se convierte en marchamo identificador para el desarrollo futuro de dicho espacio. Córdoba Califal, y Medina Azahra constituyen un caso ejemplar de ese proceso. 1.3 Lugar y leyenda 3 Hay lugares en los que el territorio actúa como receptáculo de la memoria, bien sea a través de la memoria colectiva bien como objeto de la historia y los archivos escritos. Otra fuente de rememoración tiene su origen en la literatura. A través de las narraciones literarias, una imagen pasada frecuentemente se convierte en leyenda y fantasía, una vez desaparecido el referente material que la había originado. En el caso de Madinat al-Zahra ese proceso de ocultamiento, olvido, y rememoración, se produce en el campo territorial y en el histórico. Las referencias historiográficas más verídicas del Muqtabis de Ibn Hayyan no se recuperan sino mucho tiempo después del descubrimiento de las ruinas, de forma que, hasta entonces, las referencias más comunes serán las proporcionada por la tardía fuente de lo s Analectes de Al Maqari, el siglo XVII, cuando hacía tiempo que toda huella había desaparecido, por lo que la historia, desprovista de objeto de confrontación, mezcla las referencias reales entremezcladas con otras transformadas en hipérbole fantasiosa. Durante un tiempo la eufonía de Medina Azahara correspondía al reino fantástico de las Ciudades Invisibles fantaseadas por Italo Calvino, una huella perdida (sepultada en el olvido) en el paisaje y conservada de forma nebulosa en la historia. De ese sueño fantástico vino a despertarla el proceso de excavación. A partir de ese momento se produce un reencuentro entre el lugar la historia y la literatura, la imagen fantástica y la realidad. 4 2 LA CIUDAD 2.1 El contexto histórico: fundación y primera organización 2.2. La remodelación de Medina Azahara 2.3. La organización de la ciudad en las narraciones del Muqtabis de Ibn Hayyan 2.4. El problema de la identificación de los itinerarios descritos en las crónicas con los restos arqueológicos 2. 1 EL CONTEXTO HISTÓRICO FUNDACIÓN Y PRIMERA ORGANIZACIÓN DE LA CIUDAD Vista de Mahdiya en el siglo XVI Planta supuesta de Mahdiya en el siglo X La creación de Medina Azahara, al igual que la del propio califato cordobés, obedecería, según Acién (M. Acién 1.987, p. 16), a una contraofensiva de Abderramán III a la anterior proclamación del califato en Ifriquiya (Túnez actual) por el emigrado Fattimí Ubaid Allah al Mahdi, y a la fundación por éste de una nueva capital a la que le dio su nombre: al Mahdiya. Esta estrategia de confrontación habría que entenderla dentro del contexto de lucha por el dominio del Norte de Africa que se venía desarrollando desde tiempos de Abderramán II. Sin embargo, el gran lapso temporal existente entre la motivación y su efecto nos obliga a matizar esa hipótesis y considerar que no se trataría de una respuesta inmediata a un estimulo, sino de una causa profunda, cuyas consecuencias se irían produciendo a largo plazo, cuando las circunstancias lo permitiesen. En efecto, la autoproclamación como imán de al Mahdi se produciría en el 909 y la ciudad de al Mahdiya se fundaría en el 915 finalizándose en el 921. Se trata de un diseño condicionado por la configuración de la península en la que se asienta sin que se perciba una geometría previa. En el caso de Abderramán III la proclamación del califato no se verificó hasta el 928, una vez aplastadas las discordias civiles, tras la definitiva conquista de Bobastro y la edificación de Medina Azahara se dilataría hasta el 940, como consecuencia del cambio vital del monarca, al retirarse de los campos de batalla tras la derrota del foso de Simancas. Por tanto, se habría producido un lapso de 24 años entre el comienzo de la capital norteafricana y el de la cordobesa. 5 Monasterio de Bobastro La consideración de Medina Azahara como la clave del arco que divide la época de Abderramán III en dos periodos caracterizados por distintas actitudes políticas está presente en toda la historiografía islámica, así, según al Maqqari y otros cronistas tardíos, el largo reinado de 50 años se habría dividido en dos etapas iguales, la primera dedicada a guerrear y la segunda a la construcción. El inicio de esta segunda etapa, el día primero del año 26 de reinado, equivalente al año cristiano 936, estaría marcada por la fundación de Medina Azahara. La más reciente publicación del Muqtabis de Ibn Hayyan ha venido a poner en tela de juicio una tan sospechosa simetría cronológica. Según el citado historiador, contemporáneo de los hechos, tras la derrota del foso de Simancas verificada el 1 de Agosto de 939 "Al Nasir quedó abrumado por su fracaso en esta campaña, sin paralelo en todo su periodo anterior, y disgustado con su suerte, tenía confusos pensamientos, y no era justo consigo, por lo que se le aconsejó distraer su preocupación con su mayor placer, la construcción. Dicen que se dedicó a ello de modo absorbente fundando Azahara más abajo de Córdoba, poniendo en la holgura y majestad de sus edificios el descanso de su mente y olvidándose de lo demás, pues desde entonces dejó de guerrear personalmente, delegando en sus ... alcaides". Ibn Hayyan, 1.981, p.328. Puente sobre el Duero y planta de la muralla y puente de Simancas en el siglo XVI 6 La vuelta de Abderramán derrotado a Córdoba se produjo el 30 de Septiembre del 939. Del 3 de Marzo siguiente, cuando aún no había transcurrido el invierno, proceden las primeras noticias del comienzo de ese furor constructivo, fruto del fervor con el que el Califa se aplicó a practicar la terapia antidepresiva que le había sido recetada, la edificación de un acueducto, con grandes obras de ingeniería que desde la Sierra conducía hasta su almunia de al Naura, concluyéndose la obra el Marzo siguiente Entre Julio y Diciembre de se mismo año, una placa epigráfica nos informa que se construye otra conducción de agua hacia la zona del alcázar desde las montañas. Considerando la coincidencia de fechas y la cortedad del plazo, es probable que esta conducción sea solamente un ramal de acueducto de Al Naura que B.