Informe final. Fase 3. Zona 6. Comarca de y (Jaén)

Autor: Francisco Jiménez Rabasco

Fecha: 17/10/2014

INDICE

1. MARCO SOCIOECONÓMICO Y CULTURAL DE LA LOMA Y LAS VILLAS DE JAÉN.

1.1 Configuración y articulación territorial de la comarca. 1.2 Procesos históricos de la comarca. 1.3 Características ecológicas y paisajísticas. 1.4 Actividad económica y culturas del trabajo.

2. MEMORIA DEL PATRIMONIO INMATERIAL DE LA COMARCA DE LA LOMA Y LAS VILLAS DE JAÉN.

2.1 Principales rasgos del patrimonio inmaterial de la comarca.

A) Rituales festivos. B) Oficios tradicionales en la comarca. C) Modos de expresión de la comarca. D) Alimentación y cocinas.

2.2 Listado de elementos registrados

3. BIBLIOGRAFÍA.

4. ELEMENTOS A PROTEGER Y DOCUMENTAR.

2

1.- MARCO SOCIOECONÓMICO Y CULTURAL DE LA LOMA Y LAS VILLAS DE JAÉN

1.1 CONFIGURACIÓN Y ARTICULACIÓN TERRITORIAL DE LA COMARCA.

Según la zonificación utilizada en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía, la comarca definida como Comarca de La Loma y Las Villas está integrada por trece municipios que ocupan una superficie total de 1.583,7 km2 ,lo cual representa el 11,51 % de la superficie total provincial. Dentro de esta comarca destacan por extensión los términos municipales de Úbeda, , Baeza y , que ocupan más del 60% de la extensión comarcal, seguidos de , , , , , Rus, Begíjar, Lupión y .

La comarca de La Loma y Las Villas se encuentra situada en el centro del cuadrante sur oriental de la Península Ibérica. Enmarcada al norte por Sierra Morena, al sur por Sierra Mágina y al este por las Sierras de , Segura y Las Villas, ocupa la meseta interfluvial comprendida entre los cursos altos de los ríos Guadalimar al norte y al sur.

Esta comarca conecta el Valle del Guadalquivir con Levante, la Alta Andalucía y las provincias orientales, y a través de Sierra Morena con la submeseta Sur. La comarca ha constituido un cruce de caminos habitual del centro y el Este peninsular con Andalucía.

La red viaria de la Comarca está configurada entorno a dos vías principales que la atraviesan, la A-316 y la N-322, así como por un entramado de carreteras comarcales y locales que conectan a los municipios entre sí y que sirven de acceso a las vías principales.

La N-322 (Linares-Albacete), atraviesa la Comarca conectando directamente con Linares las poblaciones de Canena, Rus, Úbeda, Torreperogil, Villacarrillo y Vva. del Arzobispo. Además de contar con conexiones con otras poblaciones (Iznatoraf, Sabiote, Baeza, Ibros, Begíjar, Lupión y Torreblascopedro). Se trata de una vía perteneciente a la red de interés general del Estado. Parte de su trazado, hasta la A-44 (Bailén – Motril), está ya duplicado, estando actualmente en proyecto la transformación de esta carretera en la nueva autovía A-32. Se trata de una carretera convencional de una calzada con un carril por sentido con intersecciones a nivel y enlaces a distintos nivel con gran parte de las carreteras de la red autonómica y estatal.

La A-316 (Lucena - Úbeda) representa la conexión de la Comarca con la capital de Provincia, atravesando Puente del Obispo y Baeza, terminando en Úbeda. Es una vía perteneciente a la red básica autonómica cuya conversión en autovía está igualmente proyectada, con varios tramos del itinerario ya en ejecución.

Otras importantes vías son:

‒ A-301: Conecta Úbeda con . ‒ A-315: Conecta Torreperogil con . ‒ A-401: Conecta Úbeda con Jódar. ‒ A-6000: Conecta Villargordo con la A-316. ‒ A-6101: Conecta Baeza e Ibros con la Estación Linares-Baeza.

3 ‒ A-6102: Conecta Baeza con la A-6104 dirección Jimena. ‒ A-6103: Conecta Úbeda con Sabiote. ‒ A-6104: Conecta Úbeda con Jimena. ‒ A-6201: Conecta Vva. del Arzobispo con .

Si se toma como referencia la distancia de los municipios de La Loma y Las Villas con respecto a la capital de la provincia; nos encontramos por un lado que el municipio más cercano a la capital de Provincia, Bégijar, está a 45 kilómetros de distancia, y que por el otro, Villanueva del Arzobispo estaría a 100 kilómetros de distancia de la capital. Esta circunstancia, condiciona las relaciones culturales, ya que los municipios más alejados de Jaén capital, como son los de Las Villas, suelen mantener mayores flujos de comunicación con Úbeda u otros circundantes, mientras que buena parte de los municipios de La Loma, además de Úbeda, muestran preferencia en sus comunicaciones con Linares.

La Comarca de la Loma y Las Villas dispone de una amplia red de caminos rurales que interconecta cortijos y fincas con los cascos urbanos y con la red viaria de primer orden. Se trata de cientos de kilómetros de pistas y carriles de tierra cuya función básica es la de dar acceso a las propiedades agrarias y transporte de productos, así como facilitar el paso de maquinaria agrícola.

Las vías pecuarias son itinerarios por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero, de conformidad con lo establecido en la Ley 3/1995 de Vías Pecuarias.

Con carácter general, las vías pecuarias se clasifican en cañadas, cordeles y veredas. Las cañadas son aquellas vías cuya anchura no exceda de los 75 metros, los cordeles no pueden tener una anchura superior a los 37,5 metros y las veredas son las vías que tienen una anchura no superior a los 20 metros. Dichas denominaciones son compatibles con otras como las coladas en las que su anchura será determinada en el acto administrativo de clasificación.

En la Comarca de La Loma y Las Villas, existe un total de 22 cañadas reales, 24 coladas, 7 cordeles y 22 veredas.

La Comarca cuenta con varias líneas ferroviarias aunque solo una se encuentra en activo, la de “Linares–Baeza”, el resto quedan como referencias patrimoniales.

La Estación Linares - Baeza está situada junto al río Guadalimar, al norte de La Loma, a 13 kilómetros de Baeza a 13 km. de Baeza y a 22 km. de Úbeda.

Concretamente a la Estación Linares - Baeza, llegan los tramos de la red ferroviaria estatal:

‒ Línea convencional Moreda–Linares / Baeza. Se trata de una vía única sin electrificar que permite la conexión con las estaciones de Granada, Almería y Málaga, entre otras. ‒ Línea convencional Jaén-Linares / Baeza. Es vía única electrificada a 3KV. ‒ Línea convencional Espeluy–Linares / Baeza. Se trata de una vía única electrificada a 3KV que permite la conexión con las estaciones de Andalucía occidental. ‒ Línea convencional Linares / Baeza–Santa Cruz de Mudela – Alcázar de San Juan. Se trata de una vía única electrificada a 3KV que permite la conexión con el resto de la red ferroviaria de interés general del norte y del este de la Península.

4

La línea Linares-Baeza es origen de una línea regional no electrificada, la Linares-Baeza a Moreda que se bifurca allí en dirección a Granada y Almería.

Esta línea cruza el término siguiendo por una u otra margen el río Guadalquivir, para penetrar en la Depresión de Guadix - Baza por la del Guadiana Menor.

En el Puente del Obispo tiene una estación, la de Begíjar, en el límite de su término, por donde pasa la línea de ferrocarril Linares - Almería y que es útil a algunas industrias de transformación agraria localizadas allí y un apeadero en Garcíez-Jimena, muy próxima al límite sur.

Otras líneas ferroviarias no activas, por una parte, son las del trazado del llamado tractocarril de La Loma, tranvía electrificado que unía la Estación de Linares - Baeza con las dos ciudades principales de La Loma, que fue desmantelado en los años sesenta; por otra parte, el trazado sobre el que nunca llegaron a tenderse los raíles de la línea Linares - Baeza a Utiel (Albacete).

La población de la Comarca 101616 (año 2012) representa aproximadamente un 15%, respecto al total provincial, siendo los municipios de Baeza y Úbeda los que concentran la mayor parte de ésta, constituyendo casi el 50% de la misma: 12,27% y 25,07% respectivamente. El resto queda distribuido en los 11 municipios restantes.

Los municipios con más de 10000 habitantes son Baeza, Úbeda y Villacarrillo. Mientras que los municipios con menos de 10000 habitantes son Begíjar, Canena, Ibros, Iznatoraf, Lupión, Rus, Sabiote, Torreblascopedro, Torreperogil y Villanueva del Arzobispo (la mitad de ellos tienen entre 2.001 y 5.000 habitantes).

En un plano muy general, el perfil de la pirámide poblacional de la Comarca de La Loma y Las Villas, es muy similar al de la Provincia, mostrando una clara tendencia al envejecimiento.

Los acontecimientos del siglo XX que han quedado reflejados en la pirámide de la Comarca son numerosos.

El escalonamiento en las últimas edades corresponde a la disminución de efectivos ocasionada por unas tasa de mortalidad específica que son cada vez más altas en las edades superiores hasta la completa extinción de la generación. El mayor grosor del lado femenino es debido a su menor mortalidad específica.

Entre los 80 y 84 años persiste aún la huella correspondiente a pérdidas ocasionadas por la Guerra Civil. La disminución de efectivos del grupo de 75-79 años se corresponde con la caída de los nacimientos producida por la gripe de 1918 que afectó a ocho millones de españoles/as.

En los grupos de 65 a 74 años se produce una expansión. Después se aprecia una nueva regresión en el grupo de 60 a 64 años y un escalonamiento marcado por el grave déficit de nacimientos debido a la Guerra Civil. A continuación, un nuevo retranqueo que indica la generación nacida alrededor de los años cuarenta. Estos grupos de edad, se vieron muy afectados por los movimientos migratorios de los sesenta.

5

A partir de aquí, se produce una recuperación de los nacimientos que se ve frenada en progresión acelerada desde 1976. Con las generaciones nacidas desde 1981 comienza claramente un fuerte descenso en la fecundidad.

Si se toman como referencia los datos correspondientes al año 2006, la edad media de la población residente en la Comarca se sitúa en los 40 años (un año en relación a la media provincial y dos más en comparación con la media andaluza). A nivel municipal, el rango de edad media está comprendido entre los 38 y 43 años.

Atendiendo a los datos disgregados por sexo, puede apreciarse como la edad media de las mujeres supera a la de los hombres en todos los ámbitos territoriales, lo cual resulta lógico si se tiene en cuenta la estructura de la población por edad y sexo anteriormente analizada, en la que la población femenina suele contar con más efectivos que la masculina.

La evolución del número de habitantes de la población de La Loma y Las Villas durante los últimos treinta años, resultado del crecimiento natural (nacimientos menos defunciones) y del saldo migratorio, ha sido lento y oscilante. Este período ha coincidido con una reducción del crecimiento natural debido a la disminución de los nacimientos y a la estabilización, o incluso ligero decremento, del número de defunciones.

Esto ha provocado en los últimos años una contracción muy importante del crecimiento natural, de manera que el número anual de nacimientos se está acercando al de fallecidos en algunos municipios y en otros ya es menor, aunque este hecho sea en parte compensado por el saldo migratorio positivo.

La natalidad siguió una trayectoria ascendente hasta mediados de los setenta; desde esta fecha hasta los primeros años de los noventa, se mantuvo estable.

Pero los datos de 2005 permiten asegurar que ha habido una progresión negativa en los nacimientos. Si a este factor se le une el descenso paulatino de la mortalidad en estos últimos treinta años, hasta su estabilidad actual o incluso ligero incremento, el crecimiento poblacional de La Loma y Las Villas debería haberse mantenido, pero ha resultado ser regresivo.

La razón de todo esto no sólo estriba en ese estancamiento y en algunos casos en el recorte de las tasas brutas de natalidad, sino también en la emigración que, a inicios de los años setenta, afecta especialmente a los grupos de población joven, en la mejor edad para procrear. De este modo, estudiando el balance del movimiento natural de la población de los últimos años, pueden encontrarse tasas de crecimiento vegetativo bajas y en algún caso negativas.

Las cifras de crecimiento vegetativo correspondientes al año 2005 reflejan que la rápida reducción del excedente de los nacimientos sobre las defunciones es bien patente en ocho municipios como Begíjar, Canena, Ibros, Iznatoraf, Rus, Torreblascopedro, Torreperogil y Villanueva del Arzobispo. Esto se debe, en parte, al mayor número de defunciones, consecuencia del envejecimiento de la población por la cúspide de la pirámide. En el resto, en cambio, el comportamiento de la población ha sido a la inversa o, como en el caso de Lupión, corresponde a una situación de crecimiento cero.

6 A través de los datos correspondientes al periodo 2000-2006, se observa que en estos años los municipios presentaron comportamientos dispares, pues siete municipios se situaron por encima del estado estacionario y, por tanto, registraron tasas de crecimiento positivo, mientras que el resto perdió población.

Los municipios que han experimentado un incremento poblacional positivo son Baeza, Ibros, Rus, Úbeda,Villacarrillo y Vva. del Arzobispo. Por el contrario, ha tenido lugar un decrecimiento de población los municipios de Begíjar, Canena, Iznatoraf, Lupión, Sabiote, Torreblascopedro y Torreperogil.

Como casos más llamativos y extremos, citar el aumento en casi 2000 habitantes de Úbeda, mientras que Torreperogil ha perdido 775 habitantes con respecto al año 2000.

La Comarca ha atravesado episodios de grandes migraciones, como la ocurrida durante los años 60 y 70 del pasado siglo XX. Los datos referidos a los últimos años a nivel municipal y comarcal, arrojan una recuperación de población presentando un elevado saldo migratorio negativo los municipios de Villanueva del Arzobispo y Torreperogil, por el contrario resaltan Baeza y Sabiote con un saldo migratorio muy positivo.

En general, el análisis por sexos muestra que las mujeres suelen tener un saldo negativo frente a los varones, en los que suele ser positivo. La causa de que esto suceda radica en que la mayoría de los inmigrantes suelen ser varones.

El fenómeno migratorio comarcal sigue afectando a las zonas más deprimidas, que se corresponden con municipios de menores dimensiones, y repercute directamente en la fuerza de trabajo, tras producirse el abandono de la Comarca de buena parte de la población juvenil con elevado nivel de estudios (universitarios/ as) por motivos laborales, produciéndose no sólo la consecuente disminución del volumen de población, sino también, la reducción de la descendencia potencial, al reducirse la natalidad, con lo cual se está originando un progresivo envejecimiento de la población. Situación muy similar experimenta la Provincia.

Con respecto a la existencia de otras comarcalizaciones además de la propuesta, habría que citar que fue el día 27 de marzo de 2003, de acuerdo con el catálogo elaborado por la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, cuando quedaron modificadas las comarcas de Jaén quedando la comarca de La Loma y las Villas dividida en dos:

- Las Villas, que engloba los municipios de Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo, Iznatoraf y Sorihuela del Guadalimar. - Y La Loma, donde quedaría englobado Torreblascopedro.

También merece una mención la zonificación utilizada por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, en la cual la comarca definida como Comarca de La Loma y Las Villas estaría integrada por trece municipios (Úbeda, Villacarrillo, Baeza, Villanueva del Arzobispo, Sabiote, Torreperogil, Iznatoraf, Torreblascopedro, Ibros, Rus, Begíjar, Lupión, Canena y .

Se podría también indicar si tomamos como referencia la identificación colectiva con el territorio, que en esta comarca prima mayormente un sentimiento de identidad local sobre el comarcal o también la identificación con dos áreas comarcales bien diferenciadas por un lado los municipios

7 que se identifican culturalmente con La Loma (Úbeda, Baeza, Sabiote, Torreperogil, Torreblascopedro, Ibros, Rus, Begíjar, Lupión, y Canena) y por el otro con Las Villas (Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo e Iznatoraf). Además, estos últimos declaran su vinculación con el municipio de Sorihuela del Guadalimar, que actualmente es integrante de la Comarca de El Condado, por su identificación con el área cultural de la Sierra de Las Cuatro Villas.

Finalmente, para describir los procesos históricos de la comarca ha sido tenido en cuenta el libro “La comarca de La Loma” que coordinaron en 1994 Marcelino Sánchez Ruiz, arqueólogo y el arquitecto Jesús María Martín Clabo. De igual forma, para las características ecológicas y paisajísticas y la actividad económica y culturas del trabajo se ha utilizado la información del documento “Nueva estrategia rural de la Loma y las Villas” elaboradas en el año 2008 por el Grupo de Desarrollo Rural de la Loma y las Villas. Las conclusiones expresadas en el resto de epígrafes son el resultado del trabajo de campo realizado durante los meses de abril, mayo y junio en la comarca de La Loma y Las Villas de la provincia de Jaén.

1.2 PROCESOS HISTÓRICOS DE LA COMARCA.

Las primeras evidencias de ocupaciones de la comarca las encontramos con las comunidades de cazadores-recolectores que habitaron en las terrazas de los cursos fluviales.

En estas zonas, la captación de recursos naturales determino el establecimiento de campamentos estacionales al aire libre que, basados en una economía depredadora, existían en función de las posibilidades cinegéticas y recolectoras que ofrecían estos ecosistemas.

Los ríos ofrecían también la materia prima necesaria para la fabricación de los útiles, tallados en piedra, vinculados a ese modo de vida.

Situados en las terrazas del río Guadalimar, los yacimientos paleolíticos de Lorite, Casa de los Rayas responden perfectamente a ese modelo de poblamiento. Los yacimientos paleolíticos de Lorite, Casa de los Rayas han ofrecido una cultura material caracterizada por la presencia de útiles realizados sobre cuarcitas talladas (choppers, chopings tools y picos triedros) y grandes lascas poco retocadas, industria adscribible al Paleolítico Inferior o Medio, con una técnica de fabricación poco evolucionada y con una reducida gama de utensilios, escasamente especializados.

En las terrazas del río Guadalquivir, cerca del Arroyo de los Caballeros, se han documentado guijarros tallados, y útiles más evolucionados realizados sobre sílex, que pueden adscribirse a un período más avanzado dentro de la etapa musteriense.

De un momento posterior son los asentamientos de Montalvas (Baeza) y de Centenares (Begíjar), donde se han encontrado un conjunto de piezas microlíticas, también de sílex, que indicarían la existencia de un asentamiento epipaleolítico de los últimos momentos en que los cazadores-recolectores dominaban la zona.

La colonización agrícola de la zona se produjo desde el sur hacía el norte, es decir desde Sierra Mágina hacía el valle del Guadalquivir y posteriormente hacia la comarca de La Loma y Las Villas.

8

La expansión demográfica se reflejó primero durante el Neolítico Final, hacia finales del IV milenio. A esta etapa se adscriben los asentamientos del Cañaveral, Pedro Marín, Cerro del Tosco y la Vega Chica.

Este proceso de consolidación agraria continua durante la primera mitad del III milenio mediante la ocupación de las tierras del interior de La Loma y Las Villas por las comunidades de las Fases iniciales de la Edad del Cobre. Estas comunidades tenían un modelo económico y de poblamiento muy similar a las del Neolítico Final, como manifiestan los asentamientos de Las Montalvas (Baeza), del Pedregal y el Encinarejo (Úbeda).

Los ensayos agrícolas de estas fases, con las que cabria relacionar la estructura megalítica localizada en el término municipal de Úbeda, conducirán a la selección de las zonas en las que se encontraban las tierras más aptas para el desarrollo de la agricultura, lugares donde se ubican los asentamientos.

La consolidación de la agricultura en la comarca no se documenta hasta la fase plena de la Edad del Cobre. En este periodo, los asentamientos de mayores dimensiones se ubican en las mejores tierras de la Vega del Guadalquivir y en la zona meridional de La Loma y Las Villas.

Por el contrario, las tierras del interior y de la zona norte, con suelos más pobres, presentan una ocupación menos intensa, representada por asentamientos como el situado bajo el Castillo de Sabiote.

Hacia mediados del III milenio, durante el Cobre Pleno, el proyecto agrario de estas comunidades aparece plenamente consolidado, y la población se ha sedentarizado: los asentamientos aumentan de tamaño considerablemente, se estabilizan y se fortifican.

Los grandes poblados se encuentran en las tierras que ofrecen mayores posibilidades agrícolas. En el Valle del Guadalquivir presentan una clara estrategia locacional al ubicarse en la desembocadura de los ríos, donde las vegas son más amplias y donde controlan las vías naturales de penetración de los afluentes del Guadalquivir hacia las zonas interiores, piedemonte y zonas serranas.

Este sería el caso del yacimiento de Plaza de Armas de Puente de la Reina, frente a la desembocadura del Guadiana Menor, Puente Mazuecos en la desembocadura del rio Bedmar y Puente del Obispo.

En el reborde Sur de La Loma y Las Villas, con una amplia capacidad visual de control sobre el valle del Guadalquivir, se encuentran los poblados del Barrio del Alcázar de Úbeda, del Puente de Piedra, junto a Baeza y de Cagasebo, en el término municipal de Begíjar.

El control del territorio sobre el que se desarrolla el proyecto agrícola, dio lugar a una división territorial del trabajo y una jerarquización de los asentamientos. Esto explica la existencia de otros yacimientos que se pueden agrupar por su localización en zonas más alejadas de las desembocaduras de los ríos, y por ser de tamaño más reducido y sin presencia de fortificaciones. A este tipo responder los asentamientos de Rambla de la Pioja en el Guadiana

9 Menor, Puente Leburne y Salinas de Calderón cercanos al río de La Vega, La Serrana, junto al rio Bedmar y Las Montoras en el arroyo del Umbral.

Existe un tercer grupo de asentamientos que poseen una funcionalidad estratégica de control territorial. Son enclaves de tamaño reducido, ubicados en cerros aislados con una altura relativa considerable, que les confiere mayores posibilidades defensivas y un perfecto control visual del territorio. Suelen controlar los vados, las desembocaduras y afluentes, y establecer una conexión visual entre los grandes poblados situados en la vega del Guadalquivir y los de la vertiente Sur de La Loma y Las Villas. A esta categoría pertenecen el Cerro del Cruce, El Sombrerete (junto at poblado de Puente Mazuecos), La Sierrezuela (junto al poblado del Puente de la Reina), Cortijo Ventanas y el Atalayón.

Toda esta compleja ordenación de territorio fue acompañada de un proceso de diferenciación social en el seno de estas comunidades. El control de los excedentes agrarios irá definiendo una jerarquización social que se aceleró cuando un nuevo recurso, el metal, adquirió unas connotaciones que lo identificaban con el prestigio individual ante la sociedad. Algunos de los restos materiales característicos de las fases finales de la Edad del Cobre, como los recipientes cerámicos carenados, la mayor presencia de útiles de metal, y las puntas de flecha, evidencian los cambios internos que se van generando en estas comunidades, y que a la postre determinaran la crisis del proyecto agrícola y de su compleja ordenación territorial, coincidiendo con la explotación del mineral, recurso que adquirirá una importancia inusitada durante la Edad del Bronce.

Pero las manifestaciones culturales que mejor permiten, observar estos cambios son los sistemas y rituales de enterramiento en estas fases finales de la Edad del Cobre.

Frente a la modalidad empleada durante el Cobre Pleno, de enterramientos colectivos en cuevas artificiales localizadas fuera de los poblados (aparecidos, según referencias de antiguas noticias, en la Ermita de San Sebastián de Begijar y en las Murallas de Baeza), la aparición de un enterramiento individual perteneciente a las fases del Cobre Final del asentamiento de Puente Mazuecos refleja un incipiente proceso de jerarquización social y evidencia la transición hacia el sistema y ritual de enterramiento que se generalizara durante la Edad Plena del Bronce. Esta diferenciación parece observarse también en el enterramiento de Haza de Trillo, que aun siendo colectivo, presenta una disposición individualizada de los ajuares y adornos personales.

Si bien algunas de las características culturales que definen a las comunidades de la Edad del Bronce de mediados del II milenio aparecen reflejadas en los asentamientos de finales de la etapa anterior, la demanda creciente del metal y la crisis del sistema agrario dará lugar a un importante cambio en los modelos de poblamiento de la comarca. Los Asentamientos de la Edad de Cobre del Valle del Guadalquivir se abandonan, al igual que los de la zona media y baja del Guadalimar, registrándose durante la fase del Bronce Pleno, un nuevo modelo de poblamiento basado en asentamientos de nueva planta, ubicados en cerros y laderas de fuertes pendientes con altas posibilidades defensivas. Este modelo determina que en el Valle del Guadalquivir se ocupen unidades geomorfológicas más compactas y elevadas (El Chantre, Cerro Román, Cerro del Depósito, El Acebuche, Cabeza Gorda) y aquellas zonas del reborde de La Loma y Las Villas que responden a las necesidades del nuevo modelo de poblamiento, como el Cerro del Alcázar de Baeza.

10 Los nuevos poblados acrecientan sus posibilidades defensivas con la construcción de murallas y adoptan un sistema constructivo de hábitat en terrazas, adaptándose a las pendientes del terreno.

El control de las vías naturales coincidentes con las rutas de distribución del mineral, parece determinar en gran medida la elección del lugar de asentamiento de las comunidades de la Edad del Bronce de La Loma y Las Villas, si bien continúan basando su economía en la agricultura y la ganadería, al estar alejados de los centros de extracción y transformación del mineral, localizados en Sierra Morena y la Depresión Linares-Bailén.

La ocupación de la zona norte de la comarca en su vertiente hacia el Guadalimar, que durante etapas anteriores no sostuvo una intensa población por sus menores posibilidades agrícolas, adquiere en estos momentos una mayor importancia estratégica at estar más próxima a la zona minera de Sierra Morena y la Depresión Linares- Bailén. Esta proximidad parece ser la causa de la aparición de los asentamientos de Rincón de Olvera, Sabiotillo y Cerro del Salto.

Las comunidades de la Edad del Bronce presentan ya una marcada jerarquización social, documentada a través de las excavaciones del Rincón de Olvera, iglesia de Santa María de los Reales Alcazares de Úbeda y Cerro del Alcázar de Baeza, donde las grandes diferencias existentes entre los ajuares funerarios de los enterramientos, en cuanto a cantidad y calidad, reflejan una marcada distinción de la condición de sus propietarios. La mayoría de los asentamientos del Bronce Pleno se abandonan y se produce una concentración de la población en grandes poblados como Cástulo y Giribaile.

Estos cambios parecen estar en función de la crisis de las comunidades metalúrgicas del Alto Guadalquivir, ante la creciente demanda de productos metálicos de mayor calidad que se están explotando en el Bajo Guadalquivir.

Durante la fase ibérica, la proximidad de la ciudad de Cástulo, como uno de los principales centros Oretanos, y una riqueza económica basada en la producción agraria y en la exploración de los filones de mineral de la Depresión Linares-Bailén, debió favorecer a los asentamientos ibéricos de La Loma y Las Villas.

Las Fuentes escritas refieren la existencia de dos ciudades ibéricas, Salaria (Úbeda la Vieja) y Bibacia (Baeza), si bien la ubicación de esta Ultima no ha podido precisarse.

Las prospecciones superficiales realizadas solo han permitido la diferenciación de dos tipos de asentamientos ibéricos:

- Poblados fortificados identificados como Oppidum, caracterizados por su localización sobre cerros amesetados situados en la vega de los ríos, con un urbanismo planificado y desarrollado. Con este tipo se identifica el poblado ibérico de Gil de Olid junto al Guadalquivir y muy cerca de Puente del Obispo (Baeza).

- Asentamientos de pequeño tamaño sobre las fértiles vegas de los dos Guadalquivir y Guadalimar, que no presentan estructuras de fortificación y parecen constituir las unidades de producción agraria del medio rural.

11 La identificación de numerosos recintos fortificados -murallas ciclópeas de Ibros y de San Bartolomé de Úbeda, El Sombrerete- como torres ibéricas no ha sido constatada arqueológicamente, y las evidencias materiales recogidas a nivel superficial permiten catalogar estos asentamientos como recintos ibero-romanos.

Las necrópolis constituyen otro tipo de yacimiento ibérico localizado en la zona. La excavación de Gil de Olid ha permitido documentar la evolución de los rituales de enterramiento del poblado desde finales del siglo VI hasta finales del siglo IV a.C. Las diferencias de la riqueza de los ajuares funerarios, de los elementos personales y de las estructuras de enterramiento, manifiestan una acusada diferenciación social entre los miembros de esta comunidad.

La incineración del cadáver era la práctica funeraria imperante. El individuo era quemado en una pira y posteriormente sus cenizas eran depositadas en urnas, que junto con el ajuar, se disponían organizadamente en la tumba. La cremación afectaba también a los elementos personales del individuo por lo que los restos orgánicos de vestimentas y otros objetos no se han conservado.

A lo largo de estos dos siglos de utilización de la necrópolis se observan una serie de cambios en el ritual de enterramiento.

- En las rumbas en fosa de finales del siglo VI a.C. se documenta la presencia de urnas funerarias acompañadas de pobres ajuares, formados por recipientes cerámicos de cocina fabricados a nano.

- En las tumbas del siglo V a.C. se observa un cambio en el ritual de enterramiento. La localización de la pira dentro de la tumba determina la ausencia de urnas funerarias, por lo que las cenizas aparecen sobre la pira rodeadas del ajuar cerámico.

- En el ritual de enterramiento de las tumbas de mediados del siglo IV a.C., aparecen nuevamente las urnas funerarias acompañadas por ajuares entre los que destacan la presencia de cerámicas griegas, de barniz negro, importadas: kyliques, crateras, etc.

Durante el siglo III a.C., la comarca de La Loma y Las Villas se vio inmersa en el conflicto romano-cartaginés de la Segunda Guerra Púnica. Las poblaciones ibéricas debieron de correr la misma suerte que Cástulo, principal centro económico y de la escala jerárquica de los asentamientos de la zona. La ciudad oretana estableció una política de pactos y alianzas con uno y otro contendiente según se iba desarrollando el conflicto bélico. La derrota Cartaginesa a finales de siglo supuso la inclusión del territorio de la comarca bajo el dominio de Roma y un cambio en la organización del control territorial, articulado ahora a partir de los intereses de los vencedores.

Los nuevos criterios territoriales de Roma, determinan el abandono de numerosos asentamientos indígenas en todo el Alto Guadalquivir y la potenciación de otros, cuya localización coincidía con las nuevas estrategias de control y explotación del territorio. Este debi6 ser el caso de Baeza que desde la etapa republicana, según apuntan las fuentes escritas (Plinio, 111-25), gozaba de los derechos estipendiarios, que le permitían acuñar moneda y regirse por sus propias leyes, aunque sometida al pago de tributos y a la mera posesión de la tierra.

12 Las causas concretas del abandono de varios asentamientos ibéricos de la zona como Gil de Olid, Turruñuelos, La Loma del Perro, Cerro Cerón, aún no han podido ser definidas, pero debieron estar relacionadas con el comportamiento de los distintos asentamientos durante el desarrollo de la guerra y con la presión económica que Roma, a través de una dura política tributaria, impuso a los centros ibéricos. En los inicios del siglo II a.C. se produce la división provincial de la Península Ibérica y una nueva organización administrativa basada en el centralismo provincial y en la existencia de distintas categorías jurídicas entre los asentamientos.

Desde esta nueva organización, ciudades como Baeza y Úbeda la Vieja se vieron potenciadas económicamente al situarse dentro de la vía romana que unía Cástulo y Málaga, y que permitía la salida de la plata de las minas de Sierra Morena y la Depresión Linares-Bailén hacia Roma.

Las prospecciones superficiales han permitido diferenciar varios tipos de asentamientos durante la etapa alto imperial:

‒ Ciudades: En este grupo se incluyen Salaria (Úbeda la Vieja) y Bibatia (Baeza), ambas referidas por las fuentes escritas como los principales centros económicos y administrativos de la Comarca.

‒ Vicus o Aldeas: núcleos de población secundarios con los que habría que identificar los asentamientos de tamaño intermedio, como Piedra Hincada (Begíjar), Torre del Obispo (Rus), San Bartolomé (Úbeda) y Herrera (Villacarrillo).

‒ Villae: Son los asentamientos agrarios de menor tamaño localizados en el medio rural en función de la explotación agraria que desarrollan. El número de este tipo de asentamientos en la Comarca es considerable y su distribución espacial parece estar en relación con la productividad y las diferencias de tamaño de las explotaciones y con las posibilidades de captación de agua en sus proximidades. Los yacimientos del Cortijo del Ahorcado, Villapardillo y las Montoras en el término municipal de Baeza, Cortijo del Álamo (Lupión), El Molinillo (Canena) y Puntal del Rey (Ibros), entre muchos otros se incluirían de este tipo.

‒ Recintos fortificados: Situados sobre los cerros elevados con amplio dominio visual como torres vigías tienen una clara posición estratégica de control territorial de las tierras explotadas y de interconexión entre los asentamientos.

En este grupo se incluirían los yacimientos de El Sombrerete, Los Horneros, Cerro Blanco y El Atalayón, en el término municipal de Baeza, y el de Calderona en el de Úbeda.

El siglo I d.C. constituye una etapa de desarrollo y estabilidad de los asentamientos de la comarca plenamente integrados y adaptados a las estructuras administrativas y económicas romanas.

En este siglo la comarca queda adscrita al Conventus Cartaginensis de la provincia Tarraconense y la ruta que comunicaba Cástulo con la costa oriental debió de potenciarla económicamente con los beneficios derivados de la actividad comercial.

13 A finales del siglo I d.C. la concesión del Derecho Latino por Vespasiano (70 d.C.) a todos los hispanos, permite que Bibatia, que ya era un importante centro administrativo y de intercambio a nivel comarcal, pase a ser considerada Municipio Flavio, situándose en un plano de igualdad jurídica con respecto a Salaria, testimoniada como colonia romana desde la época de Augusto. Las excavaciones arqueológicas del cerro del Alcázar de Baeza han permitido documentar construcciones y materiales cerámicos adscribibles a esta época (70-100 d.C.).

En la etapa bajo imperial, desde mediados del siglo II d.C., se aprecia la crisis del sistema municipal romano que determinó la pérdida de importancia de las ciudades como centros económicos y administrativos.

Esta decadencia dio lugar a una reducción de los pequeños asentamientos rurales de época flavia, y a una concentración de la propiedad en villae de mayor tamaño, con un modelo de explotación agrícola latifundista tendente a la autosuficiencia. Durante esta etapa aún perduran muchos asentamientos agrarios de menor tamaño, pero podrían estar incluidos dentro del sistema de explotación de la gran villa. En la mayoría de las villae de este momento se observa un aumento de sus dimensiones, que estaría relacionado con un incremento del tamaño de la superficie explotada y con una función residencial que contenía los servicios que en la etapa alto imperial ofrecían los centros urbanos: jardines, termas, zonas porticadas con mosaicos, etc. Este tipo de estructuras junto a cerámicas de la segunda mitad del siglo II se han documentado en los asentamientos del Balneario de Canena, Cortijo del Ahorcado y en la Villa del Puente del Obispo. La mayoría de estas villae bajo imperiales desaparecen en los siglos IV y V d.C., coincidiendo con la agudización de la crisis imperial.

En el siglo V tienen lugar las invasiones germánicas. La comarca se ve sometida a las invasiones de distintos grupos tribales: Suevos, Vándalos y Visigodos realizan incursiones en todo el Alto Guadalquivir. Hasta mediados del siglo VI, la zona no es controlada por el estado visigodo.

En líneas generales, la organización administrativa del reinado visigodo fue una adaptación del sistema provincial romano. La aristocracia visigoda acabó fundiéndose con la clase dirigente hispano-romana, mientras que el campesinado hispano-romano formaba la clase social más numerosa.

Las entidades territoriales más amplias serán llamadas Provincias Condados. La Loma pertenecía a la Cartaginense. Estas provincias, también con jurisdicción eclesiástica, se dividirían en demarcaciones territoriales más pequeñas Ilamadas Territorium, centradas en los núcleos urbanos o Civitas, que por lo general coincidirán con la sede de los obispados. Según un edicto del año 612, uno de estos territorios era Biatia (Baeza) que controlaba administrativamente a toda la comarca. A pesar de la existencia de las provincias eclesiásticas, la diócesis fue la demarcación territorial por excelencia, pues cada diócesis tenía su propio territorio sobre el que el obispo ejercía su jurisdicción. Baeza no fue sede episcopal hasta el siglo VII. El patrimonio diocesano quedo fragmentado con la aparición de dos nuevas entidades, las parroquias, que se correspondían con las aldeas establecidas sobre el medio rural e Iglesias propias, erigidas por los señores laicos dentro de sus propiedades.

Si bien, civitas, parroquias e Iglesias propias no han podido ser documentadas arqueológicamente en la comarca, sí se han podido constatar otros dos tipos de asentamientos visigodos:

14

‒ Lugares de culto o Cenobios, representados por el eremitorio rupestre de Valdecanales y la Cueva de la Veguilla, ambos en el término municipal de Rus. ‒ Pequeñas casas de campesinos localizadas dentro de grandes propiedades señoriales. A este tipo de hábitat parece responder el asentamiento de los Horneros y Arroyo de la Dehesa, cuyos restos materiales parecen adscribirse dentro de esta etapa.

Junto a estos asentamientos, la aparición de restos arqueológicos visigodos descontextualizados en numerosas zonas de la comarca permite suponer la existencia de núcleos de población visigodos bajo las actuales ciudades.

La ocupación del territorio en época islámica. A principios del siglo VIII, con la muerte del rey visigodo Witiza, se inicia un período de luchas internas por el poder. Los hijos de Witiza solicitaron ayuda a los musulmanes que, una vez en la península y viendo la desintegración del estado visigodo, iniciaron la conquista en su propio beneficio. Los hijos de Witiza recibieron en compensación grandes extensiones de tierra conocidas como Feudos Reales.

En el momento de la invasión, las ciudades hispano-godas habían perdido su papel de centros administrativos y de control de territorio, como consecuencia del progresivo éxodo de la población desde los núcleos urbanos hacia el campo, donde se encontraban los centros efectivos de producción y sustento.

La decadencia urbana iba acompañada de una fuerte ruralización de la población y de la economía.

Los invasores musulmanes constituían un grupo muy heterogéneo formado por tribus o clanes Árabes y bereberes sumidos en un complejo proceso de desintegración, tendente a la formación de fuertes linajes que minaban la estructura social basada en los lazos de parentesco.

El distinto grado de reestructuración social de estos grupos y sus rivalidades internas, que les impedían habitar en los mismos asentamientos, unido a la falta de investigaciones arqueológicas, determinan que nos encontremos ante una fase del proceso histórico poco conocida y con unos datos basados, fundamentalmente, en las escasas fuentes escritas existentes. En base a una de estas fuentes se ha podido determinar la localización, en las estribaciones de la comarca, de una población de la cora de Jaén denominada de Al-Mallaha (La Salina), ubicada en Cerro de Peñaflor, junto a las Salinas de Don Benito.

Las tierras de la comarca se repartían entre Feudos Reales de la familia Witiza, los señores hispanogodos y la Iglesia. Esta última fue perdiendo propiedades y poder económico en beneficio de la población árabe y bereber, aunque a los cristianos que se sometieron se les permitió practicar su religión y Baeza continúe siendo sede episcopal, al menos hasta el siglo IX, por lo que la Iglesia continuaría conservando su patrimonio edificado.

La población cristiana estaba sometida al pago de una serie de impuestos, un tercio de estos tributos fueron concedidos a los Yunds sirios (Cuerpos del Ejército) que se asentaron en la península en el año 743 tras sofocar varias revueltas beréberes. En Jaén se asentará el Yund Qinnasrin.

15

Esta presión económica dio lugar a la conversión de una gran parte de la población cristiana al Islam (muladíes) por lo que la estructura del poblamiento en el medio rural no debió sufrir grandes cambios.

Los nuevos ocupantes realizaron una reestructuración administrativa organizando el territorio en Coras (Provincias) que a su vez se subdividen en Agalim (Distritos administrativos). Bayyasa (Baeza) era cabeza de uno de estos distritos incluidos en la Cora de Yayyan (Jaén).

Hasta el Emirato (755) la ocupación musulmana se va a caracterizar por la conflictividad en el seno de la aristocracia militar islámica por acrecentar su poder. Pero el equilibrio intergrupal y la falta de una política capaz de aglutinar los intereses de las distintas facciones impedirían la resolución de los conflictos.

Durante el Emirato se inicia un verdadero proyecto político basado en el modelo de estado que habían desarrollado los Omeyas en Oriente.

La implantación de este modelo en Al-Andalus dará lugar a violentas sublevaciones tribales en las que continua el proceso de formación de la aristocracia.

Sera con el reinado de Abd al-Rahmán II (822 - 852) cuando se aplique una política integradora basada en la sacralización del poder político utilizando la religión del Islam como elemento de cohesión del estado, sustituyendo de esta forma a la tradición política Omeya caracterizada por el dominio de la casta árabe sobre el resto de la población.

Algunas fuentes escritas refieren que en estos momentos tienen lugar la fundación de Ubbadat al-`arab (Úbeda), pero otras fuentes nos hablan de la existencia de un asentamiento ocupado por miembros del Yund de Qinnasrin hacia mediados del siglo VIII en esta misma ciudad.

Frente a estas contradicciones en las fuentes, las excavaciones arqueológicas realizadas en la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda han permitido localizar los restos de la antigua mezquita mayor o aljama, por lo que cabria pensar que durante el reino de Abd al- Rahmán II lo que se produce es un aumento de las construcciones que convierten el núcleo preexistente en una Mádina. Esta potenciación de los núcleos urbanos, que favorecía la concentración de la población, respondía a la política de articulación estatal impulsada desde Córdoba por Abd al-Rahman II.

La confrontación de intereses entre las aristocracias árabes y los muladíes y el proceso de estatalizacion de los emires Omeyas dio lugar a una fuerte oposición y a la sublevación de mozárabes y muladíes que formaban la población de origen autóctono. En la cora de Jaén las insurrecciones de los señores muladíes se centraron en el medio rural y en La Loma y Las Villas en torno a la ciudad de Ubbadat al-`arab (Úbeda), donde existía una importante población muladí. Los insurrectos se encastillaron en sus fortalezas haciendo frente al poder estatal. Esta pugna entre el Estado y los grandes señores se prolongaría durante todo el Emirato, finalizando con el reinado de Abd al-Rahman III que en el año 929 adopta el titulo de Califa. En términos generales el Califato (929 - 1009) fue un periodo tranquilo en el que se desarrolló la estructura del Estado y la islamización de la península.

16 En el ámbito rural se han localizado algunos asentamientos emirales, entre los que destaca, por las evidencias materiales que presenta, el Cerro de las Canteras.

La minoría de edad de Hisam II en su subida al trono permitiría ejercer el poder a Al-Mansur (976-1002) y sucesivamente a dos de sus hijos. En este período se intensificara la guerra con los reinos cristianos del norte, justificada por la yihad.

La muerte del segundo hijo de Al- Mansur, Abd-al Rahman ("Sanchuelo') daría lugar a la fitna y a la crisis del califato que marcara el inicio de Ia desintegración de Al-Andalus.

Durante la etapa de la fitna (1009 - 1031), se producen nuevos enfrentamientos por el poder entre los distintos grupos, que darán lugar a Ia división del territorio estatal en numerosos reinos independientes (taifas) que lucharan entre ellos por extender su base territorial durante todo el siglo XI.

La cora de Jaén será fragmentada y la comarca de La Loma y Las Villas entrará a formar parte, sucesivamente, de distintas taifas.

Durante el período de taifas, las ciudades experimentaron un desarrollo económico importante al reinvertir sus recursos en sus propios territorios.

En este contexto se estaba produciendo el avance de los reinos cristianos, fundamentalmente a través de las conquistas de Alfonso VI, acción que se verá frenada con la expansión de Almoravides y Almohades, que en sucesivas oleadas penetraran en la Península.

La cora de Jaén, y por tanto la comarca de La Loma y Las Villas, se convertirá en territorio fronterizo. Los conflictos internos permitirían a Alfonso VII la conquista de Baeza y de Úbeda entre 1147 y 1148, pero la nueva ofensiva almohade recupera estos territorios en 1137. A partir de este momento los Almohades se consolidan en la actual Andalucía, coincidiendo con la crisis de los reinos cristianos tras la muerte de Alfonso VII. Asentamientos como el Cerro del Alcázar de Baeza, Cortijo de Haro y Las Canteras, presentan restos materiales de época almohade.

En 1209 los reinos cristianos, tras la intervención del Papa Inocencio III, consiguen un acuerdo que permite a Alfonso VIII reanudar las hostilidades.

Con la derrota del califa almohade Abu-Alláh Muhammad al- Nasir en las Navas de Tolosa (1212) se iniciará la decadencia del Imperio Almohade. Toda esta etapa conflictiva de incursiones de unos y otros contendientes debió dar lugar a un abandono del medio rural y a una nueva concentración en las ciudades o centros mejor fortificados, como evidencian las remodelaciones y consolidación efectuadas en gran parte del recinto amurallado de Úbeda durante este periodo. La época bajomedieval se inicia con la recuperación de los territorios por los reinos cristianos. Los caudillos locales, ante la desintegración del Imperio Almohade, se hicieron con el poder. El caudillo de Baeza al-Bayasí pactará con Fernando III la cesión de numerosas fortalezas a cambio de conservar su poder; estos acuerdos terminan con el asesinato del caudillo y con la conquista de Baeza y sus territorios por parte de Fernando III en 1226.

17 Esta conquista sirvió a Fernando III de cabeza de puente para la conquista de la zona sudoriental de la actual provincia de Jaén. En 1229 conquista Sabiote y en 1233 conquista la ciudad de Úbeda que es abandonada por su población. La conquista definitiva del territorio jiennense termina con la entrega de la ciudad de Jaén por parte de Muhammad l en 1246.

Las conquistas castellanas supusieron importantes cambios en la organización territorial. En un principio se ocuparon los núcleos urbanos fortificados, mientras que la población mudéjar ocupaba el medio rural. A mediados del siglo XIII se inician los asentamientos cristianos en el medio rural, desplazando a la población múdejar, que tras sublevarse en 1264, es expulsada hacia el reino de Granada.

Esta expulsión generó un importante vacío poblacional en el medio rural; la población restante se concentró en las ciudades y en los recintos fortificados, fundamentalmente en las zonas muy próximas a Granada.

Fernando III procede a la reorganización del territorio conquistado, dotando a las ciudades de Baeza y Úbeda con el fuero de Cuenca, el cual otorgaba una mayor autoridad a los concejos, frente a otro tipo de fueros.

Igualmente, establecería una política de concesión de privilegios—repartimiento de tierras y exenciones fiscales encaminada a favorecer Ia atracción y fijación de nueva población cristiana, Esta posibilidad de ascenso social y acceso al poder del concejo generaría intensas luchas políticas en ambas ciudades, entre los miembros que representaban el nacimiento de una nueva oligarquía urbana.

Otra de las medidas reorganizativas de Fernando III será la restauración de la diócesis de Baeza. Pero los problemas con la diócesis de Toledo, que tratara de ampliar los territorios bajo su jurisdicción, motivan que en 1246 la sede del obispado se traslade a Jaén.

Hacia mediados del siglo XIII aparecen también los primeros señoríos en manos de señores laicos y órdenes militares, pero a pesar de los intentos de ordenación territorial, el reino de Jaén continuara siendo una zona fronteriza hasta la caída de en 1485. Durante este periodo la extensión del reino de Jaén y el reino Nazarí de Granada variará en función de las acciones de conquista emprendidas desde ambos frentes.

Durante el siglo XIV, las oligarquías urbanas consolidan su poder, favorecidas a partir de 1369, por las donaciones efectuadas por Enrique II y sus seguidores. La propiedad de grandes extensiones de tierra, en las que se ubicaban donadíos y cortijos, les conferirá una progresiva acumulación de riqueza. El afán por el control político y económico de las ciudades dará lugar al enfrentamiento entre los distintos linajes nobiliarios que configuran este nuevo estamento urbano. En Úbeda cobraran especial virulencia las luchas entre las familias Aranda y Trapera a finales de siglo, mientras que en el XV continuaran reproduciéndose entre Cuevas y Molinas, y Carvajales y Benavides en Baeza.

Durante este siglo, con el aislamiento del reino Nazarí de Granada, la comarca fue perdiendo su carácter fronterizo, lo que permitió el control efectivo sobre el

18 territorio. La población aumentó, favoreciendo la repoblación del medio rural impulsada por los grandes propietarios y los concejos, lo que a la postre daría lugar a la formación de varios núcleos urbanos.

A la complejidad del proceso histórico de la Edad Media en la comarca, se une la escasez de fuentes escritas y la falta de proyectos de investigación arqueológica centrados en el estudio de este periodo.

No obstante, las evidencias materiales de estos siglos, poco conocidos, son numerosas, y a las posibilidades de estudio que ofrecen las ciudades medievales de Úbeda y Baeza se unen otra serie de asentamientos islámicos y bajomedievales, localizados en los recintos fortificados de los actuales núcleos urbanos de Sabiote, Torreperogil, Iznatoraf, Canena y Begíjar, así como otros asentamientos situados en el medio rural (Cerro de las Cameras, Cortijo de Haro y Avinazas).

El Quinientos será un siglo de bienestar general en la comarca, lo que se reflejara en las inquietudes intelectuales y en la magnífica edilicia público-privada que se construye en esta centuria.

La prosperidad económica en La Loma y Las Villas y como consecuencia el auge demográfico serán los causantes de un periodo de esplendor. Según Rodríguez Molina, la producción cerealista de trigo y cebada en La Loma y Las Villas representaba el 56% de la producci6n jiennense. Producción organizada, no obstante, en grandes propiedades en manos de la Nobleza y de la Iglesia, generalmente explotadas en arrendamiento; en cambio, las pequeñas propiedades estaban dedicadas al cultivo de la vid y del olivo. En La Loma y Las Villas la ganadería representaba casi el 40% de la producci6n de la provincia; y las actividades artesanales, dependientes directamente de Ia ganadería y la agricultura cerealista cobrarían un desarrollo considerable. Así, la producción de harina, los curtidos y la fabricación de paños ocupaban a la mayor parte de los artesanos. En la confección de pafios destacaron Úbeda y Baeza, que se convirtió en el principal centro andaluz y llegó a competir con las grandes ciudades pañeras castellanas.

Si bien es cierto que en la primera mitad del siglo XVI la población se duplicó, también le afectó las crisis de subsistencia o "hambrunas". Así se aprecia en el testimonio del depositario de Baeza sobre la crisis de 1555. Desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, la construcción de pósitos en la comarca permitían paliar los efectos de las malas cosechas estabilizando la producción cerealista y provocando una fuerte recuperación demográfica.

Durante el siglo XVI, los términos municipales de Úbeda y Baeza se extendían a poblaciones situadas incluso fuera de la comarca. Las grandes familias con rentas y propiedades en lugares y aldeas menores levantaron sus palacios, casas señoriales y capillas en las dos ciudades de La Loma.

El monopolio que sobre la economía ejercía una minoría privilegiada (nobleza e iglesia) dejara su impronta en la abundante y potente edilicia moderna público privada del Quinientos. Una nobleza formada por hidalgos, cuyo origen se remonta a los tiempos de la conquista y grupos minoritarios de judeo-conversos impulsarán la construcción en estas dos ciudades en plena efervescencia, de iglesias parroquiales, palacios, casas señoriales, concejos, pósitos, así como la fundación de la Universidad de Baeza.

19

Ya desde Carlos V se inicia la emancipación de aldeas como una óptima fuente de ingresos reales, lo que repercutió en la progresiva pérdida de poder de Úbeda y de Baeza. En 1537 Carlos V, falto de medios, vende a su secretario D. Francisco de los Cobos la villa de Sabiote y en 1539 la villa de Canena. Este proceso emancipador de muchas poblaciones de la comarca se cierra en tiempos de Carlos III con la emancipación de Lupión, en 1784, de la ciudad de Baeza.

El siglo XVII fue una fase de depresión: nunca más las dos ciudades de La Loma y Las Villas volverán a remontar el apogeo económico y cultural que constituyó el siglo XVI.

Causas exógenas y endógenas contribuyeron a la perdida de esplendor. El proceso disgregador de las poblaciones cercanas continuara con la separación de Torreperogil, en 1637, de Úbeda. Asimismo no es raro encontrar en las actas municipales referencias a alborotos populares, en años de escasez, como fue el caso de Úbeda en 1679. En esta centuria comenzó también el absentismo de los grandes señores que abandonaron sus tierras en manos de administradores y arrendados.

El porcentaje de propietarios en Úbeda paso del 27% en 1586 al 8% en 1787; y los jornaleros en Baeza alcanzaban el 89% de la población a mediados del Setecientos. La producción de cereal en La Loma y Las Villas pasara de excedentaria en el siglo XVI a importadora en el siglo XVII.

Aunque el siglo XVII supuso el comienzo de una decadencia económica que se refleja en la actividad constructiva, Baeza ve aparecer en 1660 el Seminario Mayor y Úbeda la Fundación de un colegio de Jesuitas. Al final del siglo XVIII con los Borbones y el mundo ilustrado, en Baeza aparece la Fundación de las Sociedades Económicas, entre cuyos fines destacaban la reforma de la educación, la promoción de la agricultura, la manufactura, etc.

A finales de la centuria, las ferias más importantes de la comarca eran las de Úbeda y Baeza, y a su vez, solamente Úbeda contaba con licencia para celebrar mercado semanal. Es, por tanto, el siglo XVIII en la comarca un intento fallido por remontar la economía.

Durante el siglo XIX con las desamortizaciones aparece en la comarca el poder de una pequeña burguesía agraria compuesta, generalmente, por medianos propietarios. La población sigue malviviendo, mayoritariamente, de la agricultura.

En el siglo XIX, frente a Baeza que ve cerrar su Universidad en 1824 y cuya economía es única y exclusivamente agraria, en Úbeda se denota una nueva burguesía urbana como nos desvelan las edificaciones de carácter burgués de la ciudad. Desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en la comarca se impone progresivamente la presencia hegemónica del olivar, incluso con peligrosa tendencia al monocultivo. La única actividad industrial, sin incluir los molinos de aceite, estará constituida por el equipamiento y las industrias de electricidad en Villacarrillo y Úbeda, alimentación en Úbeda y textil en Baeza.

El resto de las poblaciones siguen conservando a principios de siglo y prácticamente hasta la década actual una estructura económica y social básicamente agraria.

20 Sin haber llegado a ser una comarca industrial, durante la dictadura de Primo de Rivera, se inició la construcción del ferrocarril Baeza-Utiel y con él la esperanza del desarrollo. En 1934 se paralizaron las obras del ferrocarril, desapareciendo unas esperanzas infundadas y numerosos puestos de trabajo.

En la actualidad, una ambivalencia entre el peso de la agricultura tradicional y un futuro en el sector servicios, concentrado principalmente en la ciudad de Úbeda, hacen de La Loma y Las Villas una zona en la que la tradición artesanal y su patrimonio cultural están convirtiéndose en un recurso para el desarrollo.

1.3 CARACTERÍSTICAS ECOLÓGICAS Y PAISAJÍSTICAS

Si se toman en consideración las características ecológicas y paisajísticas de la comarca, al reparar en primer lugar en sus aspectos geomorfológicos podemos distinguir dos áreas bien diferenciadas: La parte alta o cima, y las laderas. El tramo superior correspondiente a la cima se ha originado por la distribución mayoritaria de materiales areniscos, más duros y difícilmente erosionables. Los flancos o laderas, disimétricas desde el punto de vista topográfico, suaves las meridionales y algo más abruptas las septentrionales, terminan ocultándose bajo los cursos de agua de los dos ríos principales, Guadalquivir y Guadalimar, a 500 m de desnivel con respecto a la cima.

Desde el punto de vista estructural, La Loma se presenta suavemente inclinada hacia el suroeste, mostrando un ligero relieve en cuesta entre los 900 y 700 metros de altura, siendo Iznatoraf el techo de la Comarca con 1036 m de altitud, seguido de Sabiote a 828 m y Santa Eulalia a 780 m en la vertiente norte; mientras que en la vertiente sur, Úbeda y Baeza se alzan a unos 750 m de altitud.

En el extremo nororiental de la Comarca (parte de los términos municipales de Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo e Iznatoraf), la Sierra de Las Villas se eleva bruscamente desde la margen izquierda del Guadalquivir hasta alcanzar alturas que sobrepasan los 1500 m., como La Morra (1539), El Pardal (1577), Lancha de la Escalera (1595) y el Blanquillo, que con sus 1830 m., es la mayor elevación de la zona.

En segundo lugar al tener en cuenta los aspectos climáticos, la Comarca puede definirse como de carácter subtropical, propio de zonas mediterráneas, con veranos cálidos e inviernos fríos, produciéndose marcadas diferencias entre las distintas estaciones termopluviométricas.

Las oscilaciones térmicas son elevadas, propias de la continentalidad de La Loma y Las Villas.

La distribución de precipitaciones resulta bastante desigual y variable, no sólo entre distintos años, sino también a nivel estacional, registrándose las mayores intensidades en la época invernal, considerada de septiembre a marzo.

La Comarca de La Loma y Las Villas, como unidad fisiográfica, se incluye dentro del conjunto de las Cordilleras Béticas, ocupando el extremo oriental de la Depresión del Guadalquivir. Sus materiales son principalmente de edad miocénica; se trata, pues, de materiales marinos y de

21 grano de tamaño fino, como arcillas, margas y limos de potencia variable, aunque con algunos intervalos gruesos y duros de conglomerados, areniscas y calizas.

Los materiales que constituyen la Comarca, han originado suelos de fertilidad entre moderada y alta.

En las partes altas y medias de La Loma y Las Villas, sobre las margas, areniscas y calcarenitas, pueden encontrarse cambisoles y regosoles calcáreos.

En las vaguadas y valles fluviales se hallan materiales finos procedentes de la erosión de los relieves circundantes que han generado suelos vérticos, sin piedras, profundos y poco erosionados.

En la franja septentrional se han formado, sobre los materiales triásicos y jurásicos, regosoles calcáreos y litosoles poco desarrollados.

En el extremo oriental, sobre las estribaciones de Sierra de Cazorla, se han formado cambisoles y regosoles sobre los carbonatos jurásicos, que forman un paisaje típico de empinadas laderas cubiertas de olivos hasta los 1000 metros de altitud, continuando con los encinares y pinares característicos de las umbrías y zonas altas de estas tierras.

El clima de la Comarca puede definirse como de carácter subtropical, propio de zonas mediterráneas, con veranos cálidos e inviernos fríos, produciéndose marcadas diferencias entre las distintas estaciones termopluviométricas.

Las oscilaciones térmicas son elevadas, propias de la continentalidad de La Loma y Las Villas.

Estas temperaturas extremas limitan, en parte, las condiciones para el desarrollo agrícola, pues si bien en verano las máximas absolutas diarias pueden llegar hasta incluso los 40ºC, en invierno se producen heladas en las zonas más deprimidas por inversión térmica, llegándose esporádicamente a mínimas absolutas de -5ºC en algunas estaciones. Precisamente estas temperaturas tan extremas se producen en enero y febrero cuando ya han comenzado a florecer algunos cultivos, por lo que sus consecuencias para el campo pueden ser fatales.

La distribución de precipitaciones resulta bastante desigual y variable, no sólo entre distintos años, sino también a nivel estacional, registrándose las mayores intensidades en la época invernal, considerada de septiembre a marzo.

El número de horas de sol al año es importante, debido a la escasa nubosidad y a la baja latitud de la Comarca, lo que permite que las cosechas maduren pronto y se obtengan cultivos tempranos.

La Comarca se encuentra delimitada por el río Guadalimar al norte y por el río Guadalquivir al sur. Estos son los principales componentes de la red hidrográfica superficial, si bien existen numerosos cauces que atraviesan los términos municipales del territorio objeto de estudio, como es el caso del Aguascebas Grande (Villacarrillo) o el Jandulilla (Úbeda).

22 La vegetación actual de La Loma y Las Villas se corresponde con una flora mediterránea influida por un clima caracterizado por un largo período de sequía estival.

Actualmente, el bosque autóctono mediterráneo, con predominio de encinas, se encuentra transformado en superficie agrícola cultivada, fundamentalmente, de olivar.

En la desaparición del bosque original ha influido su adehesamiento y destrucción por el aprovechamiento de la madera de con fines caloríficos.

En la zona del río Guadalimar, en la vertiente norte, han quedado algunos restos de matorral duro y de encinar adehesado, tras haber sido inundado, en parte, por el pantano de Giribaile.

En la vertiente sur del río Guadalquivir, debido al sobrepastoreo de los terrenos no invadidos por la agricultura, se conserva muy poco matorral lo que ha dado lugar en algunas zonas a una vegetación semidesértica.

En las riberas de los ríos Guadalquivir y Guadalimar existen numerosas plantaciones arbóreas de especies frondosas, que se intercalan con la vegetación natural, propias de estas zonas.

La transformación de la vegetación natural ha facilitado el predominio de plantas herbáceas, que se adaptan a las características de la zona, resultando resistentes incluso a los productos fitosanitarios utilizados para el olivar.

También pueden encontrarse algunas masas de plantaciones forestales, que entran a formar parte de la vegetación del paisaje de la Comarca como resultado de la repoblación de algunos parajes en los que se han utilizado varias especies de coníferas; pinos principalmente, y esparto en las zonas más degradadas.

Los embalses de Puente de la Cerrada, Doña Aldonza y Pedro Marín, en el río Guadalquivir, junto con el pantano de La Laguna, han posibilitado la fijación en sus orillas de una vegetación característica de cañaveral de singular importancia, por lo que han llegado a convertirse en espacios protegidos por sus excepcionales valores naturales.

En la meseta se encuentran indicios de lo que en su tiempo pudo ser un bosque de quejigos, en la zona de San Bartolomé. Las principales causas de la desaparición han sido de las encinas para su uso como leña y la roturación de los terrenos para su aprovechamiento agrícola.

En cuanto a las depresiones, en la zona del Guadalimar, aparecen áreas de matorral denso y adehesamiento de encinares. Las especies más representativas del matorral denso, actualmente, son la coscoja, el lentisco, la cornicabra, el espino negro y la estepa blanca.

En los adehesamientos que surgen del aprovechamiento por parte del hombre de estas zonas naturales, aparecen restos de encinares con retama y gramíneas, como vegetación herbácea. Estos lugares están sometidos a una actividad pastoril que impide la regeneración del sotobosque autóctono.

En la depresión del Guadalquivir, la erosión es bastante acentuada en su cara sur y aparecen numerosas áreas con un alto porcentaje de suelo desnudo. En esta depresión aparecen las

23 pseudoestepas con el esparto como especie dominante procedente de las repoblaciones que en los años cincuenta se realizaron en la zona.

La vegetación actual de los dos grandes ríos es típica de ribera. Las especies forestales más representativas de estos dos ríos son: álamo blanco, álamo cano, álamo balsámico, álamo negro, sauce rojo, sauce, sauce llorón, taray, taraje, fresno, higuera y eucalipto.

Los cañaverales aparecen con mayor densidad en el río Guadalquivir debido a la presencia de numerosos embalses y pantanos en su cauce.

La Sierra de Las Villas posee una enorme riqueza florística en la que casi todos los grupos están representados: bosque aciculifolio, caducifolio, bosque típico mediterráneo, vegetación riparia, rupícola, ruderal, arvense, etc. Las zonas más bajas están ocupadas principalmente por el pino carrasco. Le sucede el pino negral o rodero, alcanzando el pino laricio o salgareño los cumbres más elevadas. Sobre los substratos duros y calcáreos, mezclados sobre todo con el pino carrasco, se asientan especies del bosque típico mediterráneo: encinas, quejigos, coscojas, junto con las especies del sotobosque (sabinas, enebros, lentiscos, majuelos, romero, retamas, madroños, etc.). La fauna de la Comarca de La Loma y Las Villas se caracteriza por ser la propia del ecosistema mediterráneo, con un biotopo relativamente uniforme y con gran disparidad de especies.

Las zonas húmedas, declaradas Parajes Naturales por su valor científico, cultural y paisajístico, son ricas desde un punto de vista zoológico:

- Entre los reptiles y anfibios destacan distintas especies como la salamanquesa, el lagarto ocelado, la culebra de escalera, la culebra de herradura, el galápago europeo, el sapo partero y el sapo de espuelas. - Entre los peces destacan el barbo común, muy numeroso en los ríos más importantes de la Comarca. También pueden encontrarse carpas y bogas de río. - Entre las aves dominan las granívoras sobre las insectívoras y rapaces, propio de una avifauna olivarera. Sobresalen el verderón y el verdecillo por su abundancia, así como el jilguero, el zorzal y el mirlo.

En las últimas décadas, la densidad de población de las aves insectívoras de matorral ha descendido debido fundamentalmente a los herbicidas, productos químicos y demás labores agrícolas a que se somete el olivo.

La avifauna acuática se concentra en los Parajes Naturales del Alto Guadalquivir y Laguna Grande. Por tratarse de áreas de cría o de invernada son zonas de especial interés. Destacan los rabudos, el pato de cuchara, la cerceta común, el ánade real, la garza real, la garza imperial, la focha común, la polla de agua y el calamón común. Por su belleza y escasez destacan el somormujo lavanco y el zampullín chico.

A pesar de que las poblaciones de rapaces han sufrido un serio retroceso en nuestro país debido a multitud de factores, en estas tierras aún es común observar el cernícalo vulgar. Asimismo cabe mencionar otra de las especies que tanto por su abundancia como por sus características de ave protegida hace su aparición en La Loma y Las Villa: el cernícalo primilla. En el grupo de

24 las águilas aparecen distintas especies como el águila perdicera, negro y el aguilucho lagunero.

Entre los mamíferos destacan como más pequeños los topos y musarañas. Son de especial interés el conejo y la liebre, siendo sus densidades óptimas para la actividad cinegética que se desarrolla en todo el territorio. Abundan los roedores como el ratón de campo. También aparecen comadrejas, turones y hurones domésticos.

Entre los carnívoros aparecen especies como la jineta común, el gato montés y el zorro.

La riqueza faunística de Las Villas queda constatada por la presencia en sus sierras de ungulados (ciervo, cabra montés, gamo) y otros mamíferos como el zorro, el gato montés, la garduña, la jineta, el tejón, la ardilla, etc., pero el grupo más ampliamente representado es el de las aves. Entre las rapaces diurnas, la reina es el águila real, aunque existen también águilas perdiceras, calzadas y culebreras. Otros cazadores que surcan el cielo de la zona son el ratonero, el halcón, el milano y el cernícalo. De las rapaces nocturnas cabe mencionar el búho real, el cárabo, la lechuza y el autillo. Entre los buitres, el común, el leonado y el alimoche.

Destaca, muy especialmente, la riqueza piscícola de la Sierra de Las Villas. Los Arroyos de Aguascebas Grande y Chico son los principales cursos de agua que recorren el lugar. Además, existen otros arroyos de menor importancia como el Aguascebas de Chorrogil, Aguascebas de la Fuente del Tejo o Aguascebas de la Cueva del Agua, todos ellos ricamente poblados. Las especies más abundantes son la trucha, el barbo y el black-bass.

La Comarca de La Loma y Las Villas cuenta con espacios mediambientales que gozan de figuras legales de protección y están integrados en Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA): Sierra de Las Villas (integrada en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas), Paraje Natural Alto Guadalquivir y Paraje Natural La Laguna Grande.

Actualmente, un total de 18.383 hectáreas de la Comarca se encuentran integradas en la RENPA y los tres enclaves naturales cuentan con declaraciones adicionales formando parte de la Red Natura 2000 (LIC, ZEPA) o han sido declarados Reserva de la Biosfera (Sierra de Las Villas).

El uso predominante del suelo en la Comarca de La Loma y Las Villas lo constituye la agricultura, representando las tierras labradas más del 80 % sobre la superficie total, seguido de terreno forestal, prados y pastizales, así como otras superficies.

Desde el punto de vista del aprovechamiento geológico como recurso. Destacan las explotaciones de gravas para áridos en las terrazas actuales de los sistemas fluviales más importantes, como principal proceso de extracción en la Comarca, a las que hay que añadir antiguas explotaciones de arcillas y yesos muy localizados que, junto con alguna cantera de piedra arenisca para trabajos de cantería, constituye el total de las explotaciones de rocas industriales en La Loma y Las Villas.

Por consiguiente, los tipos de explotación predominantes son la cantera y la gravera, habiendo dos casos de salinas en Baeza.

25 Desde los años noventa se han invertido importantes esfuerzos para la incorporación de los sistemas de regadío en la agricultura comarcal, siendo el riego por goteo el sistema más extendido.

La superficie de regadío de La Loma y Las Villas supone más del 50 % del total de tierras labradas. La mayor concentración de estas hectáreas de regadío se producen en los municipios de Úbeda y Baeza, especialmente en olivar.

Andalucía cuenta con 865691 hectáreas de regadío, de las cuales un 22,6% pertenecen a la Provincia de Jaén y a su vez la Comarca representa un 36% de la superficie total de regadío existente a nivel provincial.

En cuanto a la procedencia de los recursos para riego, gran parte de caudal es obtenido mediante bombeo directo desde los diferentes embalses como el Puente de La Cerrada, Doña Aldonza, Pedro Marín y Giribaile. Además de contar con recursos procedentes de los acuíferos.

De los 1.583,7 kilómetros cuadrados de superficie que ocupa La Loma y Las Villas 129,07 kilómetros cuadrados están catalogados como monte. Los montes demaniados son los que abarcan mayor superficie en la Comarca llegando a contabilizarse un total de nueve, mientras que existen seis deslindados y cuatro amojonados.

El análisis de todo lo que implica la silvicultura, obliga a conocer la dedicación de la superficie forestal. En la Comarca ésta es de 10.397 Ha, encontrándose la mayor parte dentro de los municipios cuyos términos se extienden al Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas (Villacarrillo, Vva. del Arzobispo e Iznatoraf).

De la misma forma, se puede comprobar que la mayor parte del monte maderable también pertenece a los municipios de la Sierra de Las Villas.

1.4 ACTIVIDAD ECONÓMICA Y CULTURAS DEL TRABAJO.

En la comarca de la Loma y Las Villas la principal actividad económica de la que se deriva una compleja cultura del trabajo es la agricultura, y especialmente la actividad oleícola. La actividad oleícola supone el principal motor económico y el sector económico que más población ocupa.

La actividad agrícola se caracteriza por la existencia de un elevado número de explotaciones con un alto grado de parcelación.

El progresivo envejecimiento de la población agrícola junto al predominio de los/as agricultores/as a tiempo parcial son otras de las características de esta actividad, en la que gran parte de la población se encuentra con grandes dificultades derivadas de los bajos niveles de renta y de la precariedad y estacionalidad en el empleo.

Medidas adoptadas como la introducción progresiva del regadío y la racionalización de los sistemas de riego utilizados han contribuido a la mejora de la productividad y rentabilidad de las tierras.

26 En los últimos años, han surgido también iniciativas referentes a una diversificación de los productos y subproductos del olivar, ya sea la artesanía con madera de olivo, la cosmética a partir del aceite de oliva o el aprovechamiento energético de la biomasa resultante de los residuos del olivar.

Entre los cultivos herbáceos, destacar en primer lugar los cereales de grano (trigo y cebada), seguidos de los cultivos industriales (girasol, remolacha y algodón) y hortícolas (espárrago, pimiento, alcachofas, entre otros).

Algunos municipios como Begíjar, Baeza y Sabiote dedican parte del cultivo de cereales a la obtención de forrajes y piensos para la alimentación animal, al mismo que han proliferado importantes panaderías en los mismos. Mientras que en otros municipios como Torreblascopedro (en Campillo del Rio) y Rus existen conserveras de productos hortícolas como el espárrago, pimiento, entre otros.

La ganadería constituye un sector económico en crisis, con algunas de sus actividades avocadas a la desaparición en la Comarca. Entre algunas de sus causas, se puede citar la apuesta por un sistema agrario no ganadero, el reciente incremento en el precio de las materias primas para la alimentación animal, la fuerte competencia derivada de un nuevo mercado globalizado, la inexistente promoción del consumo local de alimentos perecederos en fresco y las deficiencias estructurales de buena parte de los mataderos.

La actividad industrial en la comarca es escasa. Se concentra muy especialmente tanto en Úbeda como en Baeza, y en determinados sectores como alimentación, con la producción de aceite de Oliva, y textil.

La industria de la madera y el mueble está representada principalmente por los municipios de Begíjar, Ibros y Sabiote. Mientras que la actividad pirotécnica es tradicional en Lupión.

Las ciudades medias de Úbeda, Baeza, Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo centralizan diversas empresas de suministros agrarios y maquinaria agrícola, especialmente relacionadas con la actividad oleícola, que abastecen a todo el sector oriental de la Provincia de Jaén.

En Villanueva del Arzobispo, además, se encuentra la empresa comercializadora de agua mineral embotellada "Aguas Sierras de Cazorla".

La mayor parte de las industrias se dedica exclusivamente a satisfacer las necesidades de abastecimiento comarcales y provinciales, siendo muy pocas aquellas cuyo ámbito de actuación supera el de la Comunidad Autónoma. El desarrollo de la construcción tiene una fuerte vinculación con la actividad agrícola, en la medida en que el desarrollo del sector depende de la campaña de la aceituna. Es muy difícil la dedicación exclusiva a la actividad agrícola, por lo que es muy frecuente que los/as trabajadores/as de la construcción, paren su actividad en la época de la recogida de la aceituna, compartiendo de este modo su actividad laboral.

La Comarca también se caracteriza por un elevado nivel de terciarización, con especial importancia en el sector del comercio, con claro predominio del minorista, destacando Úbeda con un amplio margen de diferencia.

27

El segundo lugar lo ocupan las actividades inmobiliarias, de alquiler y los servicios empresariales y, en tercer lugar, los establecimientos hosteleros, presentando Úbeda el mayor número, seguido de Baeza, Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo, con diferencia respecto al resto de la Comarca. Ello es debido al auge de las dos modalidades turísticas del territorio por excelencia: Turismo monumental (Renacimiento) y de Naturaleza (especialmente en la Sierra de Las Villas).

2.- MEMORIA DEL PATRIMONIO INMATERIAL DE LA COMARCA DE LA LOMA Y LAS VILLAS DE JAÉN.

2.1 PRINCIPALES RASGOS DEL PATRIMONIO INMATERIAL DE LA COMARCA.

Para reflejar en este estudio los principales rasgos del patrimonio cultural inmaterial de la comarca de La Loma y Las Villas en Jaén se ha partido de la definición de Patrimonio Cultural Inmaterial establecida por la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de París (17 de octubre de 2003) de la UNESCO debido a que la misma se encuentra ampliamente debatida y consensuada por diferentes especialistas en la materia tanto en el plano internacional como nacional.

Se entiende por Patrimonio Cultural Inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

Desde esta definición las manifestaciones del patrimonio Cultural Inmaterial que han sido elegidas para la comarca de La Loma y Las Villas de Jaén están fuertemente vinculadas a significados colectivos compartidos, vivas y con raigambre en la comarca. Constituyen creaciones que son exponentes de formas de vida, actividades, modos de producción, sociabilidad y otras manifestaciones de la cultura ampliamente valorados por los diferentes colectivos sociales de la comarca.

Uno de los factores que influyen en la gran heterogeneidad de las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial que tienen los municipios de esta comarca son las diversas áreas paisajísticas que la misma alberga.

Por un lado, se puede distinguir un área paisajística situada en torno al río Guadalimar que abarcaría una estrecha franja que va de este a oeste, teniendo como extremos el Cortijo del Caracol, por un lado, y, por otro, el límite de los municipios de Rus, Linares y Vilches. Esta área paisajística tiene una altura media y sus terrenos son utilizados fundamentalmente como pastos para el ganado de la zona. En esta área se recolectan frutos y la flor de la alcaparra. A lo largo del curso del Guadalimar existen abundantes saltos de agua, vegetación de ribera, bosques de encinas además de los encajonamientos propios del río. En esta área se construyó entre 1992- 1997 la presa de Giribaile.

28

Otro área paisajística que se podría denominar como ladera norte en la que se encuentran los asentamientos de Rus, El Mármol, Canena, Santa Eulalia y Sabiote muy próximos a la meseta. El resto de esta ladera norte se dedica a la explotación agrícola centrada en grandes cortijos, como los de la Torre del Obispo o el Cortijo de la Veleta. Predominio del cereal.

Un área de meseta en la que se encuentran ubicados los núcleos de población, de mayor densidad de población en la que es preponderante el cultivo del olivar.

Un área que podría definirse como ladera sur en la se domina paisajísticamente desde ella todo el sector comprendido entre el Guadalquivir y las estribaciones de Sierra Mágina. Conforme nos desplazamos al NE se divisa la Sierra de Cazorla.

El entorno propiamente del Guadalquivir en el que se distinguen dos zonas diferenciadas: La Vega del Guadalquivir y otra en el extremo sur, más alejada del curso del río. En la Vega del Guadalquivir predominan los cultivos de regadío y en los años cincuenta, se construyeron los poblados de colonización como son: El Donadío, San Miguel, Solana de Torralba, Veracruz y Agrupación de Mogón. En la vega del Guadalquivir existen diversas zonas húmedas representadas por los pequeños embalses existentes a lo largo del curso del río. Próximo a la margen derecha del río existen amplias zonas de cultivo cerealista, de girasol y algún otro cultivo forrajero.

La propia de la Sierra de Las Villas, localizada en la parte noroeste del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, estando limitada al norte y al este por el río Guadalquivir, al oeste por los terrenos pertenecientes a la depresión de dicho río, y al sur por la Sierra de Cazorla, con la que tiene cierta continuidad.

La Sierra de Las Villas posee importantes valores geológicos, florísticos, faunísticos, sin olvidar los específicamente etnológicos.

Y finalmente una al extremo sur en la que se produce la confluencia de los ríos Jandulilla y Guadiana Menor con el Guadalquivir y el consiguiente desarrollo de terrazas. El pastoreo y el cultivo del olivar, cada vez más extendido, son sus aprovechamientos actuales. Las condiciones bioclimáticas, conjuntamente con el sobrepastoreo y las técnicas de cultivo del olivar, son los factores que influyen en la consideración de esta zona como subdesértica.

Un segundo factor que va a influir en las características de las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial de esta comarca va a ser el papel histórico que va a jugar este territorio como espacio de contención y paso en la conquista castellana así como escenario privilegiado para la difusión de las ideas propias la Edad Moderna y la cultura renacentista.

Un tercer factor que influye en la configuración de las diferentes manifestaciones patrimoniales inmateriales de esta comarca está relacionado con las actividades económicas y los modos de producción. La base de la economía de esta Comarca está centrada, en términos generales, en el sector primario, siendo la actividad agrícola el principal modo de vida de la mayoría de los municipios, mientras que la reducida actividad industrial que aparece está en parte ligada a la agricultura a través de las almazaras existentes. La actividad ganadera se encuentra en una fase de claro retroceso. Dentro de la misma el ganado ovino-caprino está presente en todos los

29 municipios, contando con mayor número de cabezas Villacarrillo, Úbeda, Sabiote, Baeza, Villanueva del Arzobispo y Torreblascopedro, siendo la mayoría de raza manchega y sobre todo merina. La industria de la Comarca de La Loma y Las Villas se caracteriza por ser, mayoritariamente, agroalimentaria, ligada de manera directa al monocultivo del olivar, dirigida básicamente a abastecer y satisfacer las necesidades comarcales, en la que sólo determinados productos superan el ámbito comarcal y provincial. La Comarca también se caracteriza por un elevado nivel de terciarización, con especial importancia en el sector del comercio con claro predominio del comercio minorista, destacando Úbeda con un amplio margen de diferencia que reafirma su liderazgo comercial. Progresivamente está ganando en importancia la actividad turística especialmente en los destinos de Úbeda y Baeza además de los espacios naturales protegidos de la sierra de las Villas. La actividad artesanal en los municipios de la Comarca es muy importe por lo que ha tenido una gran representación en el número de manifestaciones elegidas.

A. Rituales festivos.

En esta comarca, predominan los rituales festivos relacionados con actividades productivas agrícolas. Dentro del calendario festivo anual de la comarca lo iniciamos con la fiesta de San Antón, el 17 de enero, celebrada en Sabiote, Villacarrillo, Úbeda, Lupión y Torreperogil. En estos municipios se realizarán las tradicionales hogueras.

En Sabiote y Torreperogil es común degustar colectivamente en torno a las hogueras los garbanzos “tostaos”, rosetas etc. Como bebida suele tomarse sangría en Sabiote y ponche en Torreperogil. Existe la costumbre en estos dos municipios de realizar cigarrillos de matalahúga tostada y fumarlos en las lumbres.

El día 2 de febrero, en el municipio Úbeda, Sabiote y Rus se celebra "la Candelaria". En Sabiote este ritual festivo se inicia con la bendición de los “roscos de la caridad”. Los roscos son portados por los niño/as en cestas de mimbre engalanadas por sus madres con cintas de colores y ramos de romero.

En Rus la candelaria se realiza tras el acto eucarístico en honor a San Blas. En ese acto también se ofrece una salve a la Virgen de la Candelaria. Suelen degustarse tortillas con chocolate a la luz de las lumbres de ramas de olivo.

En Úbeda, es costumbre tomar las tradicionales tortas del mismo nombre.

Siguiendo el calendario festivo común, tienen lugar los Carnavales, celebrados prácticamente en toda la comarca. Dentro de estos rituales festivos destaca lo arraigado que está el de Torreperogil. En este municipio, el martes de Carnaval es fiesta local y sigue manteniendo la costumbre del "Mascarote", personaje que vestido con ropas viejas, reprende a los/as vecino/as, ironizando sobre los hechos más ocurrentes que han acontecido durante el año. Es tal la identificación colectiva con las fiestas de Carnaval en este municipio que siguieron celebrándose incluso en los años posteriores a la guerra civil pese a su prohibición oficial.

30 Tras la Cuaresma, se celebra la Semana Santa, destacando las celebraciones en Baeza, Úbeda y Villacarrillo declaradas de "Interés Turístico Nacional" desde 1980. Son mencionadas las mismas, por su antigüedad, por el gran número de cofradías y cofrades, además de por el valor devocional y la calidad artística de sus imágenes.

En Baeza destaca la peculiaridad de la procesión de El Paso, con imágenes articuladas que reproducen el episodio de la Verónica. Gastronómicamente son muy representativas las “cazuelas”. En Úbeda, destaca la procesión de Jesús Nazareno, con la interpretación del "Miserere" en su salida al amanecer, la de la Virgen de la Soledad, con la rápida subida a hombros por la Cuesta de La Merced y su "Despedida" de la Cofradía del Santo Entierro, y la Procesión General, una representación cronológica de la Pasión en la que participan veinte tronos y cerca de 3.000 penitentes.

En Villanueva del Arzobispo se realizan representaciones de "La Semana Santa Viviente" a cargo de los/as vecinos/as de la localidad.

El 25 de abril, Canena y Lupión celebran las fiestas en honor a San Marcos.

La Festividad de San Marcos Evangelista en Canena ha sido registrada en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía con el código RAPI (4301003) al tratarse de una fiesta popular de gran arraigo en este municipio, perteneciente al ciclo de primavera. Ritual festivo público en el que se procesiona la imagen de San Marcos por los alrededores del municipio de Canena para obtener la bendición de los campos. En el discurrir procesional al pasar la imagen por la “Sala de la Caridad” le es entregado por un niño/a una rosca especialmente amasada y cocida con tal motivo. Una vez que la imagen del Patrón ha retornado a la iglesia, se reparten los roscos en la Sala de la Caridad entre todo/as lo/as presentes.

También en el mes de abril, concretamente el último fin de semana, todos los municipios de la comarca acompañados por su hermandad matriz parten al Cerro de la Cabeza en Andújar, para celebrar la festividad de "La Morenita".

Excepcionalmente, también se desarrolla la Procesión de la Virgen de la Cabeza en el municipio Bégijar en esta misma fecha, la cual ha sido registrada en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía con el código RAPI (4301001) como ejemplo de la dimensión local de una las principales devociones de nuestro país en un contexto espacial distinto al de Andújar.

31 La procesión de la Virgen de la Cabeza constituye el momento más significativo y esperado del año por los miembros de la Hermandad, por los/as vecinos/as de la Calle Mesones y aledañas así como por el resto de fieles.

En el mes de mayo, se celebran en la comarca varias fiestas patronales, tal es el caso de Sabiote, con la Virgen de la Estrella, Patrona de Sabiote, advocación que se comparte con (Jaén) en una curiosa pugna histórica. Concretamente la noche del 30 de abril, en torno a las doce de la noche, la Virgen es expuesta y mecida, mezclándose entre los fieles, en la puerta de Santa María de la Estrella, donde al compás de la música se cantan “los mayos” y la numerosa concurrencia vitorea a su patrona. Al finalizar se queman fuegos artificiales. La madrugada del primero de mayo la Virgen de la Estrella es procesionada por las calles de la Villa (por diferente recorrido cada año), y con un Rosario de la Aurora es trasladada hasta la ermita de San Ginés, donde se celebra la Eucaristía, se cantan “los mayos” y se ofrece a los/as fieles la tradicional caridad de pan de aceite, habas verdes y vino. Al llegar la tarde, tras el rezo del Rosario, la Virgen de la Estrella es procesionada hasta la parroquia donde se le ofrece un acto eucarístico. Allí permanecerá la Imagen todo el mes de mayo para la ofrenda de flores, regresando a su Santuario el último domingo de mayo. Torreperogil festeja la romería de "El Santo", en honor a Santiago el Menor, en la que los/as devotos/as bañan al Santo en el Río Guadalquivir y realizan carreras a caballo; en Úbeda, la Virgen de Guadalupe, donde los cofrades organizan una pequeña feria en la pedanía de Santa Eulalia; Torreblascopedro, celebra sus fiestas patronales en honor a San José Obrero, Ibros la Virgen de los Remedios.

El ritual festivo de la Cruz de Mayo o “Día de la Cruz”, entendido como culto a la cruz sin imagen, lo encontramos en Baeza, Úbeda, Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo el día tercero del mes. Las cruces se sitúan en calles, plazas y patios de vecino/as y añaden, junto a los tradicionales enseres, textiles bordados y macetas que decoran el lugar. La festividad de San Isidro tiene lugar en todos los municipios de la Comarca, dado el marcado carácter agrícola de la misma, dicha festividad consiste en procesionar al Santo acompañado por un gran número de carrozas de abundante decoración. La preparación de las mismas supone un trabajo previo de diseño y confección que puede iniciarse un mes o casi dos meses antes. La elaboración de las carrozas forma parte de un trabajo colectivo en el que cada persona colabora aportando sus conocimientos y destrezas.

El día 22 de mayo Sabiote y Villacarrillo celebran la onomástica de Santa Rita. La ermita se encuentra en (Villacarrillo). Los/as vecino/as de Sabiote se dirigen en romería hasta la misma, siendo despedidos/as y posteriormente recibidos/as en la Puerta de la Canal.

El Corpus Christi se celebra también en todos los municipios de la comarca.

Esta manifestación festivo-ceremonial se realizaba sesenta días después del Domingo de Resurrección, según el calendario litúrgico- jueves que sigue al noveno domingo siguiente a la primera luna llena de primavera del hemisferio norte, final de la primavera y comienzo del verano - hasta que el “Jueves del Corpus” dejó de ser festivo en la mayor parte de localidades españolas pasando a celebrarse el domingo siguiente.

32

Especialmente significativa es esta celebración en Baeza y Villacarrillo. En esta última localidad, ha sido registrada en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía con el código RAPI (4301002) dados sus valores históricos y enológicos destacándose de estos últimos la gran implicación y participación que tiene la sociedad civil en los preparativos y exorno de las calles para la celebración.

La abundante decoración efímera (alfombras y otros exornos) del entramado urbano que recorre la procesión del Corpus Christi, es elaborado durante los días previos a de la actividad ritual- en ocasiones varias semanas antes-.

Existen adornos callejeros de carácter vegetal (juncias, helechos, romero, ramas, flores, hojas de palmera, etc.), enseres cotidianos “antiguos” (platos, cantareras y cántaros, macetas sobre maceteros de forja, etc.), arcos de ramas verdes aromáticas (ajustados a una estructura de madera, metálica e incluso de corcho a la que se le da forma mediante alambre), colgaduras o adornos aéreos utilizando diversos géneros de tela -a modo de toldos-, además de cartulina o papel y alfombras que pueden estar compuestas por materiales como serrín, arena, gravilla, pintura, etc.

Los diseños pueden realizarse con unas plantillas metálicas o de marquetería y los motivos representados son diversos – geométricos, florales e iconográficos-.

Las alfombras y otros exornos del itinerario procesional constituyen como se ha destacado el resultado de un gran esfuerzo colectivo vecinal que denota la especial significación que esta manifestación festivo-ceremonial tiene para lo/as vecinos de Villacarrillo. Constituyen muestras de originalidad y creatividad que realzan el itinerario procesional.

En agosto se celebran las fiestas patronales de Baeza en honor a la Virgen del Alcázar, en Canena, la Virgen de Los Remedios, en Sabiote, San Ginés de la Jara. En Canena suele beberse "La Paloma" en su festividad, una bebida elaborada base de anís que se distribuye entre lo/as vecinos/as después de la Eucaristía en el patio de la Biblioteca y Hogar del Jubilado. En Sabiote, el día 25 de agosto, día de San Ginés de la Jara, se procesiona la imagen del patrón desde la Iglesia de San Pedro Apóstol hasta la Ermita que lleva su nombre. Finalizada la misma tiene lugar la tradicional subasta de las roscas.

Muchos municipios de la comarca celebran sus fiestas patronales en septiembre, como son Begíjar, Iznatoraf, Lupión y Villacarrillo en honor al Cristo de la Vera Cruz, El Mármol pedanía de Rus, las fiestas del Cristo de Las Aguas, en Torreperogil las ferias en honor a la Virgen de "La Misericordia", en Úbeda las ferias y fiestas de San Miguel y en Villanueva del Arzobispo, las de la Virgen de la Fuensanta. Ibros celebra la Fiesta del emigrante.

Merece una especial atención en este mes de septiembre la fiesta de los mozos en Rus. Un ritual festivo que complementa la parte eclesial con la carnavalesca. La procesión de la Santa Custodia privilegio otorgado a Rus, y que se realiza por segunda vez en el año y la espontaneidad de las máscaras

En Villacarrillo, en octubre tiene lugar la celebración de las fiestas en honor de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad.

33

En el mes de noviembre tiene lugar en Baeza la celebración de las Reales Fiestas del Consejo de Baeza en honor a San Andrés, siendo el barrio homónimo del Santo el epicentro de las actividades festivas, engalanándose para la ocasión, en especial la Calle San Francisco, la Plaza de los Leones o el Auditorio de San Francisco. Este ritual festivo conmemora la conquista de Baeza, por Fernando III El Santo, que se produjo el día de la onomástica del San Andrés en el del año 1227. Destaca la hoguera, levantada en la puerta de la iglesia que lleva su nombre.

B. Oficios tradicionales en la comarca.

Los oficios tradicionales que han sido elegidos para ser registrados en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía constituyen manifestaciones culturales vivas, asociadas a significados colectivos compartidos y con raigambre en la comarca.

Dentro de los oficios tradicionales de la comarca, en el municipio de Úbeda destaca la producción en la alfarería, la forja, así como, en menor medida, la vidriera, elaboración de esparto, bordados y bolillos, la restauración y la talla de madera o piedra.

De esta reseña, posiblemente uno de los oficios más significativos no solo de la ciudad y la comarca sino también de la provincia es la Alfarería en Úbeda (4302001).

Más allá del aspecto material de la alfarería tanto en su proceso productivo -materias primas, máquinas, instrumentos, etc.- como en el objeto producido -la pieza final realizada por el artesano-, habría que atender a aquellos aspectos inmateriales resultantes del conjunto de saberes que singularizan esta actividad dentro de un ámbito temporal y geográfico determinado y que se basan en buena medida en la relación del hombre con los recursos de su entorno más cercano y, por supuesto, en la reproducción de un conjunto de experiencias culturales a lo largo de varios siglos. En este sentido, en el caso de la alfarería de Úbeda, nos encontramos por un lado con una zona geográfica donde el aprovisionamiento de materia prima para la actividad estaba garantizada (cercanía de canteras de arcilla, cercanía a las minas de plomo para los elementos relacionados con los aspectos decorativos, y acceso a combustible) y, por otro lado, el surgimiento, desarrollo y reproducción continuada durante algunos siglos de un trabajo artesanal como forma de manifestación representativa de una experiencia cultural que se viene transmitiendo de generación en generación.

Es importante señalar que este tipo de experiencia cultural -tanto en su vertiente material como en la inmaterial- no permanece inmóvil sino que la propia dinámica de la evolución histórica va modificando muchos de sus rasgos. Este proceso no implica que se abandone toda experiencia cultural del pasado asociada a esta actividad puesto que muchos rasgos tradicionales

34 permanecen como puede ser la relación directa del artesano con las piezas que elabora, la tipología y morfología de las mismas, la transmisión de la actividad, la presencia de “dinastías” de alfareros desde hace varias generaciones, la comercialización desde los propios talleres, la pervivencia de una buena parte de los talleres dentro del que ha sido durante siglos barrio alfarero de la localidad (el barrio de San Millán), etc. Se podría afirmar que más bien se produce una relación dialéctica entre elementos contemporáneos y elementos arcaicos que definen al conocimiento artesano y a su obra en un momento dado, en este caso, el presente. Un conocimiento acumulado que está vivo, en permanente proceso de transformación.

En algunas de las prospecciones arqueológicas de la localidad de Úbeda, en el barrio del Alcázar, se han documentado restos de cerámica argárica asociados a un poblado del Bronce situado en esa localización. Teniendo en cuenta la cercanía de canteras de arcilla podemos afirmar la presencia de la actividad alfarera en la zona ya en el primer milenio antes de nuestra era (aunque por supuesto no de manera continuada puesto que Úbeda se funda en el siglo IX de nuestra era). En la cercana Úbeda la Vieja en cuya estratigrafía se han documentado suelos de ocupación del Bronce Final, así como de la época íbera y romana, existe una presencia destacada de restos de cerámica sobre todo romana e íbera hecho que podría indicarnos la existencia de una destacada actividad alfarera en esta población aunque seguramente para el abastecimiento de un mercado meramente local.

Aunque durante la Edad Moderna ya se evidenciaba una cierta importancia de la alfarería en la provincia, especialmente en las localidades de Andújar y Úbeda, no va a ser hasta entrada la Edad Contemporánea cuando se configurarán los tres centros alfareros más importantes en la provincia de Jaén: Andújar, Bailén (en una época más tardía) y Úbeda. En general en Andújar, en materia de alfarería, se configura con el tipo de cerámica mayólica de tradición italiana mientras que en Bailén y Úbeda se generalizará la decoración vidriada de fondo marrón con rameados en verde y blanco o fondo blanco con decoración en verde. En la segunda mitad del siglo XX encontramos una clara tendencia a la modernización en los modos de producción alfareros en localidades como Andújar y Bailén. El agotamiento de las canteras en Andújar condicionará el auge del sector en la vecina en detrimento de la anterior. Con la aparición de los derivados del petróleo y el abastecimiento de aguas a los pueblos y ciudades, la tendencia será la de abandonar los productos tradicionales y orientar la producción a miniaturas y otras piezas de mayor demanda en las tiendas de recuerdos de Andújar y Arjonilla, así como a la producción de material de jardinería en Bailén.

Otro oficio que hemos documentado ha sido el Trabajo de forja (4302002).

La forja es un procedimiento de conformación de los metales que se realiza sometiéndolos a esfuerzos violentos de compresión repetidos (forja) o continuos (prensa), generalmente en caliente sobre un yunque y mediante el uso de un martillo.

En la Loma, el desarrollo de esta actividad ha sido muy relevante, como muestra de ello es el taller de forja Tiznajo, ubicado en la localidad de Úbeda.

35 Este oficio ha sido transmitido de generación en generación, adaptándose a las nuevas demandas, pero sin perder nunca su forma artesanal de proceder. La búsqueda de la calidad en las obras de este taller, las inquietudes de los artesanos por la recuperación y el mantenimiento de las técnicas propias del oficio y, sobre todo, su compromiso por el fomento de la artesanía en general, se asocian en un sello manifiesto en todos sus trabajos que buscan:

− Recuperar el oficio de la forja con transmisión del conocimiento a generaciones venideras. − Realización de trabajos de recuperación y restauración de obras que forman parte del Patrimonio Histórico. − Promoción de la forja y activación de la misma en el siglo XXI tanto en el mercado nacional e internacional de obras ornamentales de carácter artesanal.

“Forja Tiznajo” trata de realizar sus obras con el mayor detalle, en condiciones de calidad y seguridad, a partir de proyectos previos, confeccionando las piezas mediante técnicas artesanales específicas, cuidando todos los aspectos sin renunciar cuando es posible a la innovación y la creatividad.

Por estas razones, sus creaciones son continuadoras de la tradición centenaria de la que es depositaria la forja artística de Úbeda. En sus obras se puede reconocer la influencia de los grandes maestros rejeros del Renacimiento en la provincia, pero también de las obras modernistas, del arte no occidental, de las vanguardias, etc.

Sus obras tienen un sentido decorativo pero no renuncian al sentido funcional. El carácter artesanal y artístico de este oficio les ha permitido la realización de muy variados trabajos, que iban desde aquellos íntimamente ligados al patrimonio histórico y cultural (rejerías, luminarias, verjas), pasando por obras de uso y utilidad social, pública y privada (faroles, bancos, , mesas...) hasta una obra más personal donde se muestra más libre en el proceso creador, sin renunciar a los valores de la artesanía.

Vinculado a la importancia de la cultura renacentista en la comarca, se ha considerado de especial relevancia la documentación de la Elaboración de vidrieras en Úbeda (4302003).

El desarrollo de la vidriera está relacionado con la industria del vidrio y la arquitectura, teniendo respecto a ésta una función de cierre. La vidriera es una composición formada por trozos de vidrios que son coloreados debido a diversas aplicaciones adquiridas tras su horneado. Estos trozos se unen entre sí por medio de varillas de plomo y se sujetan al muro con una estructura metálica o de obra. Según Víctor Nieto Alcaide la técnica de la vidriera, tal como aparece empleada en las primeras obras conocidas, fue el fruto de una larga tradición experimental de carácter empírico. No fue hasta el siglo XI cuando, en obras como el tratado del monje Teófilo Schedula diversarum artium, redactado hacia 1100, se sistematizaron los procedimientos técnicos que perdieron parcialmente su carácter experimental. Hasta el siglo XIV los vidrieros utilizaban la coloración de los vidrios en masa como soporte cromático. Es decir, los vidrieros no aplicaban colores sobre

36 los vidrios. Solamente se empleaba la grisalla, negra o marrón, para modelar, trazar rasgos y crear sombras, que posteriormente se horneaba para su fijación. Se trata de una paleta que, era muy limitada. Por eso, cuando en una representación el vidriero tenía que cambiar de vidrio estaba obligado a poner otro con el color correspondiente. Así, el vidriero disponía de tres elementos para realizar sus obras: los vidrios con sus respectivos colores, la grisalla para pintarlos y los plomos de unión que creaban un dibujo específico de la vidriera. Con unos medios tan elementales, los vidrieros de los siglos XII y XIII lograron crear vidrieras de una belleza singular en las que esta reducción pasaba inadvertida.

La elaboración de vidrieras, cuenta con una gran tradición histórica en Úbeda. En las últimas décadas se ha experimentado un resurgir de esta actividad motivado por la restauración y rehabilitación de edificios históricos. El volumen de lo construido y la calidad de bastantes de los edificios, como en los núcleos próximos a ellas, aseguraron en el pasado la proliferación de numerosos vidrieros, agrupados por lo común en talleres familiares.

El maestro artesano elegido Francisco García Lucha ha sido pionero en el trabajo del vitral y el introductor de esta técnica en Úbeda en el año 1980. Sus creaciones aplicadas a espacios decorativos y arquitectónicos están presentes en edificios públicos y privados de la provincia de Jaén, tales como los lucernarios del Edificio de Correos y del Hotel Santiago en Linares y las vidriera del Ayuntamiento y de la cúpula del Hotel Infanta Cristina en Jaén. También ha realizado trabajos de restauración de las vidrieras de numerosas iglesias de la provincia. En el ámbito nacional destaca la realización de los lucernarios del Museo Geológico y Minero de Madrid, y de la Fiscalía General del Estado. Su formación procede inicialmente de su actividad como oficial industrial en la rama metal y la especialidad de tornero, una formación que con el contacto y aprendizaje con otros vidrieros, el estudio de los tratados y publicaciones relacionadas con esta actividad y finalmente su propia experiencia ha convertido este conocimiento acumulado en oficio artesanal, llevando más de 3 décadas dedicándose a la elaboración de vidrieras.

Actualmente los/as artesanos/as ubetenses se encuentran organizados/as dentro de la Asociación de Artesanos de Úbeda, creada en 1979 y que persigue, entre sus objetivos, crear una "Marca de Calidad" para las producciones propias.

En Baeza existen numerosos/as artesanos/as de la cerámica y la alfarería. Es especialmente relevante la dedicación a la talla de madera y la cantería.

Además de ello, también se trabaja la madera de olivo, tanto para bisutería como para objetos de decoración, así como la cosmética a partir de aceite de oliva.

También relacionado con la importancia de la cultura renacentista en la comarca, se ha considerado de especial relevancia la documentación de la Cantería en la Loma (4302003).

La cantería, cuenta con una gran tradición histórica tanto en Baeza como en Úbeda. En las últimas décadas se ha experimentado un resurgir de esta actividad motivado por la restauración y rehabilitación de edificios históricos. El volumen de lo construido y la calidad de bastantes de los edificios, tanto en Úbeda y Baeza como en los núcleos próximos a ellas, aseguraron en el pasado la proliferación de numerosos canteros, agrupados por lo común en talleres familiares, cuya fama trascendió los límites de la comarca y de la región.

37 Así en 1575, la Corporación Municipal de San Clemente (Cuenca) acordaba llamar a un Maestro arquitecto de Baeza para terminar la obra de su Ayuntamiento porque en Baeza “...y en su comarca ay maestros eçelentes”.

El arquitecto en aquella ocasión sería Ginés Martínez de Aranda. Un descendiente suyo, del mismo nombre, llevaría sus conocimientos a Santiago de Compostela en calidad de Maestro Mayor de su catedral, considerándosele por la crítica “el introductor del Renacimiento en Galicia”. Previamente había sido Maestro de las catedrales de Cádiz y Segovia. Baezano era igualmente el capitán Cristóbal de Rojas, arquitecto e ingeniero militar, quien hiciera las Defensas de la ciudad de Cádiz en 1586 y autor de un Tratado de Fortificación. Y ya en el S. XVII, Bartolomé Fernández Lechuga, también de Baeza, arquitecto en el palacio de Carlos V, en la Alhambra de Granada, y Maestro Mayor de nuevo en Santiago de Compostela.

Pero, sin duda, el arquitecto insigne, extraordinario maestro en el arte del corte de la piedra, es Andrés de Vandelvira, cuyas mejores lecciones prácticas pueden verse en la puerta de acceso a la sacristía de la iglesia de El Salvador, en Úbeda, espacio en el que comienza a experimentar con la bóveda vaída, el sistema de cubrición empleado casi sistemáticamente por él luego en grandes templos catedralicios (catedral de Jaén) y exportado con gran éxito a América (catedral de Mérida, en Yucatán, Méjico). De gran virtuosismo también es la escalera del Hospital de Santiago, en Úbeda y la Capilla funeraria de los Benavides, en San Francisco de Baeza, que aunque desaparecida su bóveda, conocemos su diseño y fórmula constructiva a través del Libro de Cortes recopiado por su hijo Alonso de Vandelvira.

El volumen de lo construido en Úbeda y Baeza durante el siglo XVI y el hecho de emplear sistemáticamente una técnica de estereotomía de alta y excepcional calidad en algunos casos, invita necesariamente a la reflexión sobre la importancia de maestros y talleres de las dos ciudades, así como en la difusión que tuvieron. Una difusión que vendría avalada por dos caminos: Uno, el de la diáspora de maestros canteros y arquitectos, acentuada en el último tercio del siglo; el otro, el de los tratados o libros que sobre la técnica de la Cantería, específicamente, y de la Arquitectura tendrían una resonancia nacional e internacional humanamente reconocida por la historia y la crítica de la Arquitectura.

La cantería, afecta a todas las actividades ingenieriles y arquitectónicas en la comarca de La Loma y acaba por configurar un paisaje arquitectónico que lleva a la albañilería a espacios interiores y a edificios de menor entidad. Según Pedro Galera Andreu la cantería de La Loma ofrecería una imagen en la que se cruza, con fundamento, el recuerdo y la presencia de la cultura islámica, donde la hegemonía cálida del ladrillo y la luminosidad de los enjalbegados contrasta vivamente con la dureza y frialdad de la piedra. La asociación castellana y mesetaria con esta última frente a la Andalucía del color y del calor, siempre considerada desde la óptica del Medio y Bajo Guadalquivir, ha llevado a identificar todo el territorio del Alto Guadalquivir más con el espacio de la Meseta que con el de la Andalucía por antonomasia, contribuyendo poderosamente a la diferenciación paisajística global entre la Alta y Baja Andalucía.

38

Otra segunda asociación en este juego de contrarios que propone Pedro Galera Andreu, Meseta- Andalucía, podría vislumbrarse a propósito de la confrontación cantería-albañilería: La de cristianismo e islamismo. Es decir, en la medida que la arquitectura en piedra se hace sistemática en el ámbito castellano la conquista cristiana del Valle del Guadalquivir bien podría venir rnarcada por este gusto, que enseguida pudiera percibirse corno signo de distinción frente a una arquitectura de albañilería arraigada e identificada mayoritariamente con el dominio musulmán.

A estas identificaciones colectivas podríamos unir el hecho de la abundancia y facilidad para obtener la “piedra dorada” en la comarca, un factor que permitía abaratar el proceso de extracción y transporte de la misma.

Finalmente habría que destacar el empleo de la misma para distinguir templos, edificios públicos y palacios privados.

En la actualidad, continúa esta actividad en varios talleres de Baeza y Úbeda que realizan sus trabajos fundamentalmente en piedra dorada, una calcarenita (constituida por calcita y cuarzo principalmente), del Mioceno, que se obtenía de las canteras de la comarca, donde aparece en forma de estratos que se alternan con bancos de margas.

La Piedra Dorada presenta una variedad muy bien cementada, a la que los canteros denominan Piedra Viva, y otra variedad, mucho más porosa, que es la Piedra Franca. La Piedra Franca es más fácil de trabajar para los canteros, por lo que la utilizan para tallar los elementos ornamentales; la Piedra Viva se reserva para la talla de sillares que tendrán que soportar mucho más esfuerzo y peso.

Otro oficio que hemos documentado en Baeza ha sido la elaboración de Pastel de hojaldre "Virolo" (4302004).

Los “Virolos” son hojaldres elaborados, en una panadería familiar -actualmente pastelería- con manteca de cerdo, huevos, azúcar glass y cabello de ángel.

Actualmente existen varias panaderías y empresas reposteras en el municipio sin embargo es la elaboración de este afamado hojaldre el rasgo identitario más importante de la repostería baezana.

El obrador en el que se realiza fue fundado entre el 1870 y 1885 -solo como panadería- siendo a partir de 1955 cuando inicia la actividad como bollería y pastelería.

Este obrador elabora este producto alimenticio artesanal que desde la percepción del consumidor es muy valorado- producto local, de calidad, etc.

39 El empleo de recetas tradicionales, la utilización de materias primas de primera calidad y la producción ligada al territorio y el conocimiento del proceso de elaboración, unidos a una elaboración cuidadosa y personalizada, dándole a cada lote su tiempo especifico a criterio del artesano y no predeterminado hace que se obtenga un producto que favorece la identificación colectiva de la ciudad de Baeza con el mismo.

En Sabiote destaca el tratamiento del esparto y del mimbre y, recientemente, la artesanía en madera de olivo y cosmética con aceite de oliva.

Diferentes modalidades de bordados y técnicas de transformación de materias son desarrollados en Canena, Lupión, Torreperogil, Villacarrillo y Rus. Específicamente en Torreperogil y Úbeda se trabajan las fibras vegetales. Concretamente, en Torreperogil se mantiene la artesanía del mimbre para la producción de cestería y mobiliario (sillones, mesas, estanterías, maceteros, etc.).

Dentro de estas técnicas de transformación de materias –en este caso vegetales- se ha documentado en Canena el Rizado de palmas (4302009).

El rizado de palmas consiste en la manipulación artesanal de la hoja de palma o palmera por motivos eminentemente religiosos. Las palmas rizadas suelen ser colgadas en los balcones así como en otros lugares representativos de la vivienda -dormitorio, reja, recibidor, etc.-cumpliendo una función sacralizadora y protectora. Mediante la manipulación de las palmas también son realizados juguetes para lo/as niño/as. Se trata de un actividad realizada exclusivamente por mujeres dentro del ámbito doméstico y transmitida de generación en generación.

La elaboración del rizado de palmas se lleva a cabo después del Domingo de Ramos (fecha variable) debido a que en este momento, las palmas han sido bendecidas y han podido formar parte del ritual religioso (procesión).

En fechas posteriores, pero muy próximas a la celebración del Domingo de Ramos, las palmas blancas continúan “frescas” lo que favorece que estén flexibles para su posterior manipulación.

Se trata de una actividad que actualmente (2014) es realizada en el municipio de Canena por alrededor de cuarenta mujeres.

Una actividad significativa que ha sido documentada ha sido la Elaboración de vinos en Torreperogil (4302006). La elaboración de los vinos de Torreperogil, se inicia tras la vendimia, en el mes de septiembre. Posteriormente se suceden diferentes fases en la producción y crianza– proceso largo y delicado para ofrecer unos caracteres distintos- que conllevan una actividad que se prolonga durante todo el año.

40 Existen evidencias documentales de que en época romana ya existía en Torreperogil el cultivo del viñedo. Incluso bajo la dominación musulmana, y pese a las prohibiciones, la Cora de Ŷaīyān tenía plantaciones de vides.

Desde los inicios de su cultivo, la uva no solo se consumía como postre en su estado fresco y natural; sino que también sus pasas fueron a enriquecer las despensas más exigentes siendo el postre preferido en los largos inviernos. El mosto convertido en “arrope”- del árabe hispano “arrúbb”, y este del árabe clásico “rubb”- o mostillo-, se utilizaba también para elaborar las tortas de mosto que hacían las delicias de los más exigentes comensales, las doradas uvas salidas de los viñedos de Torreperogil, eran convertidas casi en su totalidad en la elaboración del vino, blanco o tinto, que puesto a la venta era degustado tanto por musulmanes, judíos como cristianos.

La provincia de Jaén ha contado con una importante tradición productiva de vino. Desde el siglo XV se tiene constancia de documentos oficiales que aluden a los caldos artesanos; los hermanos de las Cuevas resaltan una ordenanza de 1463 de Torreperogil sobre heredamientos de viñas, y el testamento de Catalina González de Ortega de 1492, donde dejaba a su hijo Martín Alonso, viñas de vino tinto, “viñedo Jahén”, además de tinajas y 70 arrobas de vino claro. En tiempos del condestable de Castilla, Lucas Iranzo, siglo XV, ya habían alcanzado gran celebridad los vinos de Torreperogil, pues este se consumía en mesones y tabernas del municipio, siendo transportado por recuas de arrieros en pellejos o recipientes de piel.

Será durante el siglo XVI cuando se consoliden y adquieran un mayor prestigio los vinos giennenses; vinos blancos de , y Andújar enyesados y de fermentación lenta, o las uvas torrontés y los vinos aloques y blancos en Baeza y Alcalá la Real.

La extensión de fanegas dedicadas a viñedo en el Reino de Jaén y en otras localidades de Jaén que en el siglo XVIII pertenecían a las provincias de Murcia, Córdoba, Granada y La Mancha según el Catastro del Marqués de la Ensenada era de 24.243,9 fanegas, lo que equivalía a 11.007,26 hectáreas.

En 1848 existieron en Torreperogil veintiún cosecheros de vino, quienes tributaron para arreglo de caminos vecinales, siendo los vinos de Torreperogil muy valorados en la exposición provincial de Jaén de 1879 a la que concurrieron treinta y dos expositores, pagándose los caldos tinto de Torreperogil a trece reales la arroba, y el blanco a diez.

En el año 1886, la superficie dedicada al viñedo, en la provincia de Jaén aumento hasta 11.581,46 hectáreas.

La superficie dedicada al cultivo de la vid en cada uno de los municipios de la actual Indicación Geográfica Protegida Vinos de la Tierra de Torreperogil en los siglos XVIII y XIX se presenta en la siguiente tabla

Fue en el año 1890 cuando sucedió la terrible plaga de la filoxera en la provincia de Jaén; a partir de este momento, de aquellas más de once mil Has. de extensión de viñedos solo quedarían unas setecientas. La aparición de la filoxera hizo desaparecer casi la totalidad de las plantaciones pero lo/as Torreño/as, tan identificado/as con este cultivo, pronto recuperaron la perdida de ganancias con la aparición de plantas americanas inmunes a tan terrible epidemia.

41

En 1956 se fundaría la S. C. A. Nuestra Señora de la Misericordia, con la intención de agrupar a los numerosos viticultores de la zona, erigiéndose en el motor del desarrollo del sector vitivinícola de la comarca.

En el año 2005 y coincidiendo con el apogeo de la regularización del viñedo de la comarca, las personas responsables de la cooperativa realizaron un gran esfuerzo económico para trasladar la bodega originaria, situada en el centro del núcleo urbano, a las actuales instalaciones en la carretera de Córdoba–Valencia, Km 157 de Torreperogil.

En el año 2009, se dicta la Resolución de 01 de abril de la Dirección General de Industrias y Calidad Agroalimentaria por la que se autoriza el uso de la marca «Calidad Certificada» para los vinos amparados por la mención «Vinos de la Tierra de Torreperogil».

En el año 2011, la mención «Vinos de la Tierra de Torreperogil» se adapta a la normativa europea vigente pasando a ser una Indicación Geográfica Protegida (Orden de 30 de noviembre de 2011). En esta orden se publica la ampliación de la zona geográfica protegida hasta alcanzar los once términos municipales actuales: Toreperogil, Úbeda, Sabiote, Cabra de Santo Cristo, Rus, Canena, Baeza, Cazorla, Santo Tomé, Pozo Alcón y Villacarrillo.

Esta Indicación Geográfica Protegida «Vino de la Tierra de Torreperogil» está formada por 197 parcelas, pertenecientes a 129 viticultores y una superficie total de 64.80 hectáreas. La superficie media por parcela es de 0.33 hectáreas. El 78,17% de las parcelas tienen una superficie menor a 0,5 hectáreas y solo nueve parcelas superan la extensión de una hectárea, siendo la parcela de mayor superficie de 1,8031 hectáreas.

El 70% de la superficie total se dedica al cultivo de variedades blancas, con un sistema de conducción en vaso o en cabeza con una densidad de plantación de 2.500 plantas/ha. Normalmente en la misma parcela suele haber más de dos o tres variedades diferentes siendo las principales Jaén Blanco y Pedro Ximénez. También nos encontramos variedades blancas como la Cirial, Lanjarona, Malagueña, Jaén Colorado, Manchega o Airen, Palomino fino, etc.

El resto, el 30% de la superficie plantada, se dedica al cultivo de variedades tintas, principalmente Tempranillo y Garnacha tinta aunque también hay cepas, muy escasas, de Cabernet Saugvinon y Bobal. La mayoría de las parcelas con tempranillo tiene un sistema de conducción en espaldera con cordón doble. Al contrario de lo que sucede con las parcelas dedicadas al cultivo de variedades blancas, las parcelas de variedades tintas son monovarietales. La explicación a este fenómeno se pude deber a que las plantaciones de variedades tintas son recientes, en cambio las plantaciones de variedades blancas son muy antiguas.

Actualmente, la cooperativa de Torreperogil S.C.A. Ntra. Sra. de la Misericordia, fundada en 1959, es en la actualidad, la única bodega que elabora, embotella y cría vinos amparados por la Indicación Geográfica Protegida Vinos de la Tierra de Torreperogil.

Los vinos de Torreperogil constituyen una seña de identidad no solo del término municipal sino de todo el ámbito delimitado como Indicación Geográfica Protegida (IGP) “Torreperogil”.

42 Cada porción de tierra “majuelo” que incluye la zona de producción y elaboración de estos vinos tiene un nombre propio -“Las Monjas”, “La Barquera”, La Cobatilla, la Viñuela cañada de Baeza, la Torre Mocha, etc,- que sirve de referencia y reconocimiento para los vecinos permitiéndoles reflejar pasajes de su historia local o características de ese entorno -calidad de la tierra, tipos de plantaciones y cultivos, etc.-.

La existencia de múltiples tabernas que existieron en el municipio de Torreperogil - "María Pepa", "Fila", "La Lobera", etc. – así como el papel de sus taberneros "Rafael el Cabo", Sebastián de la Torre García "Belloto", "Rafael el Cojo", "Centimillo", permitieron que la clase obrera de la comarca considerase estos espacios de socialización como idóneos para reunirse y poder disfrutar de unas copas mientras compartían su acontecer diario.

En estas tabernas del municipio de Torreperogil, según Ginés de la Jara Torres Navarrete "…servían el vino en jarras de casco y era la clientela la que iba provista de sus aperitivos que solía ser una raspilla de bacalao, unas aceitunas machacás o unos garbanzos tostaos".

Existe una importante relación entre el ciclo productivo de la vid y el ciclo festivo. Las fiestas patronales en honor de San Gregorio y la Virgen de la Misericordia transcurren del 6 al 11 de septiembre- la semana previa a la vendimia-. De hecho, esta advocación femenina es la que dará nombre a la cooperativa de Torreperogil. Al igual que la devoción a la Virgen de la Misericordia cada 15 de mayo los labradores torreños sacan en procesión con carrozas, jinetes y maquinaria agrícola a San Isidro para implorarle la protección de sus campos. La importancia del cultivo de la vid en esta comarca también se refleja en la devoción a San Ginés de la Jara patrón del municipio de Sabiote y a su vez patrón de los viticultores.

El cultivo de la vid en Torreperogil también guarda relación con remedios caseros y recetas gastronómicas. Por citar varios ejemplos la receta de las tortas de mosto o la elaboración de mistela.

La producción de vino también ha influido en la arquitectura popular de la comarca. Como ejemplo, la construcción de abundantes “caracoles”-arquitectura de piedra seca- en Torreperogil, Canena, Rus, etc.

El siguiente oficio que hemos documentado ha sido la Producción de pirotecnia en Lupión (4302005).

La importancia de este oficio queda reflejada en los tratados de pirotecnia que vienen desde Oriente y que a través de los árabes se difunden en nuestra geografía nacional, el saber en la fabricación de fuegos de artificio, transmitido de generación en generación, ha estado íntimamente ligado al calendario ritual de cualquier localidad, al ser concebidos los dispositivos pirotécnicos de efectos visuales, sonoros y fumígenos con una finalidad lúdica y de espectáculo.

43 Pequeños talleres se localizan por toda la geografía regional en ciudades como Almería, Granada, Sevilla y, en concreto, Jaén, que cuenta con tres de ellos, uno de los cuales es el más antiguo, fundado en 1898, que sigue elaborando de manera artesanal elementos pirotécnicos diversos y adaptados a las nuevas demandas de mercado e innovación tecnológica.

Es el caso de la empresa familiar “Pirotecnia Virgen del Lorite” de Lupión, cuyo fundador (Manuel Pérez Jodar) es iniciado por un reconocido maestro pirotécnico formado en Valencia y transmite el oficio, bajo el nombre de “Pirotécnica Pérez”, a sus dos descendientes, uno de los cuales (Juan Manuel Pérez y Pérez) prosigue con el nombre de “Pirotecnia San José”, haciéndose cargo más tarde una tercera generación (Manuel Pérez Gutiérrez) con la denominación actual, y posteriormente una cuarta.

Siguen actualmente técnicas y procedimientos artesanales, ya sea desde la elaboración de la pólvora en las propias instalaciones hasta la mezcla de colores (cuyas fórmulas siguen guardando su secretismo), su montaje y su disparo bajo diferentes y novedosas modalidades, ya que hoy día las reacciones pirotécnicas pueden estar iniciadas por elementos eléctricos y encender dispositivos pirotécnicos que permiten programar la ocurrencia de otras reacciones pirotécnicas por medio de programas informáticos. Así, entre los productos fabricados destacan los truenos, ruedas, palmeras, volcanes, abanicos gigantes, grandes y dobles estrellas, efectos de figuras, serpentinas, cometas, torbellinos, roncadores, meteoros, luceros, etc., así como baterías o “colecciones” de múltiples combinaciones y espectáculos pirodigitales con música e iluminación. Son un total de ciento veinte productos los que tienen catalogados y fabrican según encargo.

El último registro que hemos seleccionado dentro de este ámbito es la Elaboración de queso de granja en Villanueva del Arzobispo (4302007).

Se trataría de un queso elaborado en una quesería de granja con la intervención de personas artesanas, a partir de leche cruda recién ordeñada de las cabras de esta explotación familiar bajo unas condiciones de elaboración basadas en la tradición familiar y la normativa vigente.

El volumen de leche a transformar no excede los 75.000 kilos de leche al año ni tampoco elaboran más de 20 kilos de queso al día. No cuenta con un espacio destinado a la venta de los productos en la superficie total de las instalaciones.

44 La producción artesanal de queso de cabra ha sido una actividad muy generalizada en la comarca hasta los años finales del siglo XX. Se desarrollaba dentro del ámbito doméstico para el autoconsumo o la comercialización local. Sin embargo los cambios de hábitos sociales, un fuerte éxodo de la población rural y los crecientes controles en materia de calidad agroalimentaria sanitarios han desanimado la continuidad de la actividad. Actualmente, tan solo existe una familia de artesanos dedicada a la elaboración de quesos artesanales de granja en el municipio de Villanueva del Arzobispo.

Esta actividad contribuye al sostenimiento de la población en el medio rural y a su desarrollo económico. De igual forma, contribuye al respeto del entorno natural- en pleno Parque natural de Cazorla, Segura y las Villas- elaborándose un alimento cotidiano que desde la percepción del consumidor es muy valorado- producto local, de calidad, sano, sin conservantes ni colorantes ni fermentos, ni modificadores de textura-. La curación con ingredientes usuales en la dieta de comarca de La Loma y Las Villas -aceite de oliva, romero o en pimentón- refuerza el valor identitario en la elaboración de estos quesos.

C. Modos de expresión de la comarca.

Dentro de los modos de expresión significativos en la comarca no podemos dejar de documentar, los Bolos serranos (4303001).

Los bolos serranos constituyen un modo de expresión (juego o deporte tradicional) compartido e interiorizado por los habitantes del macizo montañoso que conforma el actual Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas como parte de su identidad. Villacarrillo, forma parte de los cuatro municipios que conforman la Sierra de las Villas o Sierra de las Cuatro Villas. De ellos, en tres - Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo e Iznatoraf- hay boleras o “boleas”, siendo Villacarrillo el municipio de este territorio que aporta el mayor número de practicantes.

Los bolos serranos es un modo de expresión vivo y dinámico, transmitido y recreado de generación en generación desde el aprendizaje, originalmente practicado por hombres adultos pero que actualmente también incluye al colectivo femenino y a los miembros más jóvenes.

A los bolos serranos se suele jugar bajo dos modalidades, conocidas como “valle” y “montaña”, perteneciendo ambas al grupo de los “pasabolos”, grupo de juegos en los que se premia la distancia a la que se envían los bolos tras el impacto con la bola.

La modalidad de Valle se juega con tres mingos y conserva normas y lances de juego que proceden de los bolos medievales (birlos), siendo la más antigua, aunque menos practicada, de las dos que actualmente se practican en Villacarrillo.

45 La modalidad de Alta Montaña es una práctica que deriva de la anterior, en la que se juega solo con un mingo o bolo, y en la que suprimen “lances” en el juego, siendo la de Alta Montaña, la única modalidad que en la Península Ibérica presenta esta característica. Se trataría del juego de “pasabolo” que menos modificaciones habría sufrido de cuantos se conoce, siendo el que más aficionados reúne actualmente.

En el municipio de Villacarrillo existen actualmente siete boleras en activo, destacando la pedanía de Mogón con tres.

A principios de los años ochenta del siglo pasado se inició la “deportivización” del juego en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, incorporándose en las competiciones tanto mujeres como niños.

Es en el año 2000 cuando se federa esta modalidad deportiva organizándose campeonatos tanto a nivel regional, provincial y comarcal. Actualmente se realizan también competiciones a nivel nacional. Antes de producirse esta deportivización de la actividad, los bolos serranos podían ser instrumentos de apuesta –“los equipos apostaban la ronda en los partidos”, pero tras la misma, los/as jugadores/as, parejas o equipos son recompensados en sus habilidades y destrezas con trofeos y premios en especie (jamones, aceite, embutidos).

Los bolos serranos habitualmente han sido practicados por equipos (de tres a seis jugadores), pudiendo haber “retos” individuales o por parejas. En los torneos existen competiciones individuales, por parejas o por equipos de cuatro jugadores -en esta actividad pueden participar cuantas personas lo deseen-. En los concursos federativos pueden llegar a registrarse participaciones superiores a los doscientos deportistas, en las distintas categorías de sexo y edad. En los partidos por equipos participan un máximo de doce personas (equipos de seis jugadores/as).

Si tenemos en cuenta la distribución de los competidores en función del género podemos comprobar el hecho de que se pueden organizar partidos mixtos, con equipos formados por mujeres y hombres, pero lo habitual que se hagan categorías de competición distintas en función del género. Por edades, existe una amplia horquilla que va desde los 6 a los 90 años -se han registrado tarjetas federativas de personas con 89 años-. A nivel competitivo y federado se participa por clubes. Fuera de la competición oficial, los aficionados que practican este juego- deporte no tienen porqué formar parte de ningún club.

Las boleras o “boleas” constituyen escenarios de sociabilidad que se caracterizan por la ausencia de estratificaciones sociales. Tanto en el marco de las competiciones como fuera de las mismas. Los equipos se confeccionan repartiendo los jugadores con mayor y menor destreza en cada uno de los equipos. La base del buen desarrollo del juego es la existencia de un reglamento tradicional bastante claro. Hay normas que son modificables según los usos y costumbres de cada localidad, prefijándose las mismas antes de comenzar la partida. Federativamente existe un Reglamento de Juego Oficial, aprobado por la Federación Española de Bolos y basado en las reglas tradicionales, que se aplica en todas las competiciones oficiales que se organizan en España.

46 Los bolos serranos, constituyen uno de los elementos que configuran la identidad cultural de lo/as vecino/as de Villacarrillo. Contribuyen a la integración social de jóvenes y mayores, a la ocupación colectiva del espacio, favorecen los encuentros y la convivencia entre familiares, vecino/as y otros/as jugadores/as de otros municipios del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas con lo/as que comparten esta afición y los significados colectivos asociados a esta actividad. Muchos de los jugadores/as expresan que cuando acaba la competición de Bolos, parece que se quedan como “vacíos” deseando que llegue de nuevo una nueva edición de la misma en la que puedan desarrollar otra vez sus habilidades y afloren nuevamente las vivencias colectivas que propicia esta actividad. La práctica de los bolos serranos está plenamente interiorizada en los individuos y en los grupos humanos que participan en esta actividad.

Los bolos serranos, en su manifestación cotidiana, favorecen la identificación con el territorio en su dimensión material. Las boleras constituyen el soporte físico culturizado sobre el que descansan los significados de esta actividad. Tanto las boleras como las bolas, como los mingos constituyen productos culturales, que son a su vez testimonio y documento de esta actividad. Se convierten en escenarios e instrumentos receptores y transmisor de multitud de significados culturales conocidos por los/as participantes. Las boleras, son escenarios que contienen mensajes culturales. A modo de ejemplo, las marcas en el suelo de las pistas contribuyen a comprender las reglas de la actividad que se desarrolla. Muchas de las emociones colectivas asociadas a los bolos serranos también vienen evocadas por el marco espacial y paisajístico en el que están las boleras (Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas) además de por las actividades deportivas que se desarrollan en las mismas.

Los bolos serranos son vividos en colectividad, individualmente por cada jugador/a y como miembro de un determinado club o colectivo social con formas rituales básicas (jergas, posturas, gestos, sonidos, etc.), que reafirman formas de entender lo lúdico y de valorarlo que resultan primordiales para los vecinos de Villacarrillo y el resto de practicantes de los diferentes territorios del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.

Además de los bolos serranos, existe una abundante variedad de modos de expresión significativos en esta comarca que procedemos – algunos de ellos- brevemente a citar.

En el municipio de Baeza podemos destacar su bolero además del Miserere de Don Hilarión Eslava y Elizondo.

Concretamente el miserere se compuso en 1860 para la Catedral de Baeza y a partir de su recuperación, en el año 1961 por parte del maestro Jerónimo Morales, constituye un referente identitario de la ciudad durante estos últimos cincuenta y tres años. Es un modo de expresión propio del Martes Santo, en el que participa prácticamente, toda la ciudad al implicar entre 120 y 130 personas en su interpretación.

En el municipio de Ibros merece una mención la leyenda de la aparición de la Virgen de los Remedios “La Remediadora”.

47 La referencia temporal de este modo de expresión, según se relata en la leyenda, sería bajo la dominación musulmana, cuando los ibreños/as, temerosos/as de que la imagen pudiese ser profanada, decidieron esconderla, para lo cual la enterraron. Será en los primeros años del siglo XVIII cuando un ibreño que extraía barro para el tejar que un baezano tenía en el paraje conocido como la Huerta de la Virgen, se encontró la imagen mariana en el interior de una campana. El dueño baezano del tejar quiso que la imagen fuese trasladada a su localidad, hecho al que manifestaron una clara oposición los/as ibreños/as. Tras el intento repetido tres veces de llevársela a Baeza, aquélla retornaba a Ibros de forma milagrosa, lo que fue interpretado como el deseo de que la Virgen se quedarse en este municipio.

Así queda expresado parte del contenido de esta leyenda en una coplilla conocida por lo/as ibreños/as:

"Un ibreño la encontró, formó pleito con Baeza pero Ibros lo ganó."

Dentro de las expresiones musicales de la comarca encontramos el Bolero de Torreperogil, Úbeda, Villacarrillo y Sabiote y las jotas de Úbeda y Villanueva del Arzobispo entre otras. Especialmente significativos son los cantes de pasión en Villacarrillo, que actualmente son interpretados durante la procesión de “Nuestro Padre Jesús Nazareno" y "La Verónica" en la madrugada del Jueves al Viernes Santo. Estos cantes de pasión también pueden ser escuchados en otras estaciones de penitencia así como en las tabernas de Villacarrillo durante el periodo de la Cuaresma.

Los cantos de pasión serían una modalidad de saeta cantada a dúo, en la que uno de los/as interpretes hace la voz aguda y principal y el otro la grave, que sirve de acompañamiento. Al finalizar cada una de las redondillas cantadas por la pareja se escucha el sonido de una bocina.

A modo de ejemplo, citaremos varios ejemplos de redondillas que pueden ser interpretadas:

“Silencio en las cuatro esquinas que espera la soledad El paso del nazareno Que espera en la madrugada”

“Caminemos, caminemos Caminemos al calvario Que por pronto que lleguemos Ya lo habrán crucificado”

“Virgen de la soledad Más bonita que ninguna Por delante lleva el sol Por detrás lleva la luna”

48

“Viernes Santo por la mañana el Concilio se juntó para sentenciar la causa de Cristo nuestro Señor"

"Por treinta monedas de plata vendieron a nuestro Señor ay qué prenda más barata siendo de tanto valor"

D. Alimentación y cocinas.

Fundamentalmente en la Comarca de La Loma y Las Villas encontramos unas pautas culturales de alimentación y cocina vinculada con los productos de huerta, cereales y el aceite de oliva y la aceite de oliva.

Por este motivo es frecuente en este territorio que la dieta del desayuno incluya pan con aceite, picatostes, migas y gachamiga.

En los almuerzos son recurrentes los andrajos, calandrajos o ajo harina, los potajes, el lomo de cerdo, la morcilla o los chorizos en aceite con el acompañamiento de ensalada de productos de huerta, aceitunas de verdeo, negras, rajadas o machacadas.

Se mantienen las matanzas de cerdo, en casi todas las casas de los núcleos más rurales de la Comarca, realizadas durante el periodo invernal entre los meses de noviembre y febrero, siendo en diciembre y enero los meses de mayor actividad. Se concentra en dichos meses por las bajas temperaturas, que permitirán posteriormente curar los productos obtenidos.

La matanza del cerdo forma parte de los recursos de auto subsistencia dentro de la economía doméstica. Se pueden sacrificar uno o varios cerdos para proporcionar las chacinas alimenticias de una familia durante el año. Entre las mismas se obtiene la morcilla en caldera, los chorizos, salchichones, los jamones, paletillas saladas, la careta, las manitas del cerdo, etc.

En la comarca de la Loma y Las Villas constituye una costumbre generalizada y transmitida generacionalmente que contiene saberes que se realizan de forma artesanal, a pesar de la incorporación de determinadas maquinarias, ya que los conocimientos se mantienen sin alteraciones sustanciales con el paso de los años.

Dentro de la variada y abundante repostería de la comarca destacan las tortas de candelaria que se realizan en febrero; los sobaos, roscos de blanquete, o de gachamiga, los panecillos en caldo para Semana Santa; las gachas para la festividad de "Los Santos"; las flores, borrachuelos, empanadas de cabello de ángel, perrunas y mantecados para Navidad.

Son muy conocidos e identificativos tanto en Baeza como en Úbeda los ochíos con sal y pimentón.

49

Específicamente en Baeza encontramos las "cazuelas" de Semana Santa, las alcachofas con panecillos, el Bacalao a la baezana con sofrito de cebolla y tomate con pimiento morrón y piñones, el plato de habas y garbanzos cocidos -amasados con cebollas, berenjenas y tomates y adornados con piñones y ajonjolí-, el cocido mareado, las gachas, el paté de frutas y el aguardiente de uvas o guindas además de los hornazos de Semana Santa entre otros.

En Begíjar, destaca el Lomo de orza, el “albondigón" o "relleno" en carnavales, el "bacalao encebollado" el Viernes Santo, la "ensalada de pimentón", las "flores de esponja" o "esponjuelas" y los "guiñapos" o andrajos entre otros.

Asociados con los rituales festivos encontramos en Canena las empanadas de almíbar y los rosquillos de vino en Navidad, las "gachas dulces con cuscurrones" para la fiesta de todos los Santos, guisado de albóndigas para San Marcos, "hornazos" para el Domingo de Resurrección, "migas de pan con torreznos", "Roscos de la caridad" para San Marcos, "sopas de segadores, "tortillas dulces", Licor "palomas" y Los andrajos o "guiñapos con liebre" y el Risol.

Este último licor ha sido seleccionado para formar parte del Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía.

El Risol en Canena (4304001) es una bebida casera que se degusta acompañada de respostería tradicional – “plato de dulce, pericones, empanadilla de manteca, tortas de nueces, etc.-, que está interiorizada por los/as vecinos/as del municipio, como parte de su identidad. Su elaboración a partir de la maceración de hierbas aromáticas y el sentido colectivo de su consumo en el ámbito doméstico con amigo/as y familiares en momentos significativos como pueden ser bodas, comuniones o rituales festivos es transmitido y recreado de generación en generación desde el aprendizaje.

Es una bebida, muy imbricada en las formas tradicionales de vida –sentido comunitario, suministro de algunas de sus materias primas en los patios de la propia vivienda, etc.- que aporta una experiencia sensorial y refuerza los lazos identitarios tanto en oferentes/as como en consumidores/as.

Los/as vecinos/as de Canena consideran la elaboración de risol como una bebida tradicional, de elaboración y consumo local, asociada a los momentos significativos de sus vidas –carácter cíclico-, que mantiene vivo en sus participantes un estilo propio de gusto, que conserva activa una cultura sensorial coherente y específica de la colectividad.

La elaboración de risol en Canena está muy interiorizada en la memoria colectiva de sus vecino/as, constituye un elemento fundamental para fomentar la sociabilidad a través del comensalismo.

En su preparación existe un marcado rol de género. Suelen ser las madres, tías o hermanas mayores las que enseñan la elaboración a sus hijas, hermanas menores o sobrinas.

50

Entre los platos más característicos que encontramos en Iznatoraf destacan el ajo morcilla, elaborado con sangre de cerdo, cebolla frita, arroz cocido y abundantes especias como canela, pimienta, clavo, matalahúva y pimentón. También sobresalen las migas de harina, la gachamiga (sin desmenuzar la masa) o la pipirrana. En su repostería, destacan los buñuelos de viento o los roscos de baño - harina, aceite y huevos-.

En Lupión destacan las migas, la pipirrana –compartida con el resto de la provincia- , el Ajoharina y las perdices en Escabeche.

En Rus merece una mención el arrope, los guiñapos o andrajos, el morrococo, la gachamiga, el relleno de San Blas en cocido, la sobreusa, los potajes de legumbres, el estofado de patatas con costillas de cerdo y panecetes, conejo de corral con tomate, caminantes o manitas de cerdo, arroz caldoso con conejo de corral, la cazuela, empanadas de viernes, alcachofas con panecillos, migas de pan con torreznos y tostones, calabaza, etc. La repostería tradicional de Rus incluye los papajotes, gachas dulces, tortillas de San Antón, roscos de matalahúva, tortas dormidas, alpargates, gusanillos entre otros.

En Sabiote destacan los andrajos, el ajoharina, papajote, roscos de blanquete, gachas de los santos, los picatostes o las migas y las roscas de San Ginés.

En el municipio de Torreblascopedro son significativas las migas, los potajes de garbanzos y habas, ropa vieja, gachamiga, pollo en pepitoria, la pipirrana y como repostería las rosquillas, tortas dormidas, “tortas de bizcochos”, los “mostachones”, o el “bizcocho cuajado” y las gachas entre otros.

En Úbeda destaca la "cuerva", los “andrajos”, los borrachuelos, las empanadillas de vigilia, los garbanzos "mareaos" o con acelgas , las habas con berenjenas , los hornazos de Semana Santa y las tortas de Candelaria además de los dulces que se elaboran en los conventos de clausura como la torta dominguera, los pericones o las empanadillas de almíbar .

Dentro de la gastronomía de Villacarrillo encontramos el ajo de morcilla, ajoharina, andrajos, calandrajos, ensalada gitana, Ensaladas (pimientos rojos asados), gachamiga, migas, morcilla blanca, picadillo, etc. En su repostería destacan las gachas, hornazos (semana santa), tosquillas, tobaos, o los borrachuelos. Como bebida tradicional puede ser citada la "cuerva".

Y finalmente en Villanueva del Arzobispo es tradicional el encebollado de bacalao (Semana Santa), judías de perdiz, lomo de orza, revueltos de ajos, Setas y espárragos, ajoharina, migas, ajoatao, la morcilla blanca, ajomorcilla, blanquillas, las calabazas al horno. Como repostería destacan las empanadillas de cabello de ángel, borrachuelos, roscos de naranja y anís.

51 2.2 LISTADO DE ELEMENTOS REGISTRADOS.

A continuación se presenta la relación de bienes culturales inmateriales registrados y documentados en la comarca de La Loma y Las Villas (Jaén).

ZONA CÓD. COMARCA CÓD ÁMBITO CÓDIGO DENOMINACIÓN MUNICIPIO REGISTRO 06 43 La Loma y 01 Rituales Festivos 430100 Virgen de la Begíjar Las Villas 1 Cabeza 06 43 La Loma y 01 Rituales Festivos 430100 Corpus Christi Villacarrillo Las Villas 2 06 43 La Loma y 01 Rituales Festivos 430100 Festividad de Canena Las Villas 3 San Marcos Evangelista 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Alfarería en Úbeda Las Villas 1 Úbeda 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Forja en Úbeda Úbeda Las Villas 2 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Elaboración de Úbeda Las Villas 3 vidrieras en Úbeda 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Elaboración de Úbeda Las Villas 4 pastel de hojaldre "Virolo" 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Producción de Lupión Las Villas 5 pirotecnia 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Elaboración de Torreperogil Las Villas 6 vinos 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Elaboración de Villanueva del Las Villas 7 queso de granja Arzobispo 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Cantería en La Úbeda y Las Villas 8 Loma Baeza 06 43 La Loma y 02 Oficios y Saberes 430200 Rizado de Canena Las Villas 9 palmas 06 43 La Loma y 03 Modos De Expresión 430300 Bolos serranos Villacarrillo Las Villas 1 06 43 La Loma y 04 Alimentación/cocina 430400 Elaboración de Canena Las Villas 1 Risol

52 Los bienes culturales inmuebles registrados son los siguientes:

GPH / SIPHA DENOMINACIÓN MUNICIPIO CARACTERIZACIÓN OR00000089- Alfarería Almarza Úbeda Patrimonio inmueble GR46 SIPHA Alfar Alameda Úbeda Patrimonio inmueble 01230920079 SIPHA Alfarería Tito (Juan Martínez Patrimonio inmueble 01230920080 Villacañas “Tito”) Úbeda SIPHA Forja Santa María “Tiznajo” Úbeda Patrimonio inmueble 01230920077 OR00000132- Vidrieras Artísticas García Úbeda Patrimonio inmueble GR46 OR00000131- Pastelería "Virolo" Baeza Patrimonio inmueble GR46 OR00000037- Pirotecnia Nuestra Señora Virgen del Lupión Patrimonio inmueble GR46 Lorite OR00000041- S.C.A. Ntra. Sra. de la Misericordia Torreperogil Patrimonio inmueble GR46 OR00000045- Quesería de elaboración de quesos Villanueva del Patrimonio inmueble GR46 artesanales de granja Arzobispo OR00000068- Taller de cantería "Baepiedra" Baeza Patrimonio inmueble GR46 Iglesia Parroquial de Santiago Begíjar Patrimonio inmueble SIPHA 01230140002 OR00000082- Casa de Hermandad de la Virgen de Begíjar Patrimonio inmueble GR46 la Cabeza OR00000084- Calle Mesones Begíjar Patrimonio inmueble GR46 OR00000085- Avenida de Jaén Begíjar Patrimonio inmueble GR46 OR00000086- Recorrido de Subida de la Virgen de Begíjar Patrimonio inmueble GR46 la Cabeza en Begíjar OR00000087- Recorrido de Bajada de la Virgen en Begíjar Patrimonio inmueble GR46 Begíjar Himno de la Morenita Begíjar Patrimonio actividad OR00000187- etnológica GR23 OR00000080- Virgen de la Cabeza 01 de Begíjar Begíjar Patrimonio mueble GR46 OR00000081- Virgen de la Cabeza 02 de Begíjar Begíjar Patrimonio mueble GR46 OR00000094- Recorrido procesional (variable) Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46 OR00000095- Plaza Juan XXIII Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46

53 SIPHA Iglesia de la Asunción de Nuestra Villacarrillo Patrimonio inmueble 01230950004 Señora OR00000091- Alfombras y otros exornos Villacarrillo Patrimonio mueble GR46 OR00000093- Altares Villacarrillo Patrimonio mueble GR46 OR00000097- Custodia Villacarrillo Patrimonio mueble GR46 OR00000133- Bolera de la Terraza Río Park Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46 OR00000134- Bolera La Tocona Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46 OR00000135- Bolera del Bar de San Vicente Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46 OR00000136- Bolera del Ferial Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46 OR00000137- Bolera de la Agrupación de Mogón Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46 OR00000138- Bolera de las Arroturas Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46 OR00000139- Bolera de Gil Cobo Villacarrillo Patrimonio inmueble GR46 SIPHA Iglesia de la Inmaculada Concepción Canena Patrimonio inmueble 01230200002 OR00000144- Recorrido procesional Canena Patrimonio inmueble GR46 OR00000145- Ermita de San Marcos de extramuros Canena Patrimonio inmueble GR46 OR00000146- Las Moreas Canena Patrimonio inmueble GR46 OR00000147- Vivienda de los/as priostes. Sala de Canena Patrimonio inmueble GR46 la Caridad OR00000148- Panadería Ana Godoy Moreno Canena Patrimonio inmueble GR46 OR00000149- Panadería SCA Santo Cristo Canena Patrimonio inmueble GR46

54

3 BIBLIOGRAFÍA

- AA.VV.: Guía práctica de la cantería. León: Editorial de los Oficios, 1993. - AGUDO TORRICO, J.: Introducción: Hermandades, Cofradías y Otras Asociaciones Religiosas. Vol. 1. En: Religión y Cultura. Signatura Demos. 1999, págs. 331-334. - AGUDO TORRICO, J.: Romerías, Ferias y Fiestas. Vol. 6. En: Conocer Andalucía: Gran Enciclopedia Andaluza del Siglo XXI. Sevilla: Ediciones Tartessos. 2001. ISBN 84-7663-062- X, págs. 257-303. - AGUDO TORRICO, J.: Santuarios, Imágenes Sagradas y Territorialidad: Simbolización de la Apropiación del Espacio en Andalucía. En: Demófilo (Sevilla). 1996. Núm. 17. Págs. 57-74. - AGUDO TORRICO, J.: Úbeda y Baeza, un Entorno Cultural Vivo. la Continuidad en las Tradiciones. En: Conjuntos Monumentales de Úbeda-Baeza: Patrimonio Mundial: Enclave Dual del Renacimiento Español. Ed. 1. Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 2003. ISBN 84-8266-413-1, págs. 105-111. - AGUILAR CRIADO, E.: “Entre la tradición y la modernidad las artesanías, una propuesta de análisis”, en: Patrimonio etnológico: nuevas perspectivas de estudio / coord. por Encarnación Aguilar Criado, Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 1999, ISBN 84-8266-093-4, págs. 130-155. - AGULLÓ VELASCO, M.; GALIANA FERRÁNDEZ, C: La palmera datilera. Cultivo y aprovechamiento. Alicante: Instituto de Estudios Alicantinos. Excma. Diputación Provincial de Alicante, 1983, 304 pp. - ALMANSA MORENO, J. M.; JODAR MENA, M.; MORENO MENDOZA, A.: Guía artística de Jaén y su provincia. Sevilla. Fundación José Manuel Lara, 2009. 8496278260. - AMPLIATO BRIONES, A.L.: “La cantería de Baeza. Modelos, tratados y proyección”, en: Baeza: arte y patrimonio / coord.por María F. Moral Jimeno, 2010, ISBN 978-84-936900-0- 7, págs. 75-84. - ANGUITA HERRADOR, M. DEL R.: “La reja del maestro Bartolomé en la Capilla de San Andrés (Jaén)”. En: Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 130, 1987, págs. 9-20 - ANTA FELEZ, J.L.: “Reflexiones en torno a la alfarería tradicional (lo que no es tradición es plagio)”. en Revista de Folklore, Nº 131. Ureña (Valladolid): Fundación Centro Etnográfico Joaquín Díaz, 1991, págs. 165-171. - AYALA HERRERA, I. M.: Actividades lúdico-tradicionales en la Loma de Úbeda Jaén: Universidad de Jaén, 2008. ISBN 84-8439-382-8, 300 págs.: il. ; 24. - Blog Oficial del Club de Bolos "Sierra Cazorla" Disponible en URL: http://bolosserranos.blogspot.com.es/ Consultado el16/05/2014. - BOJA Número 108 de 05/06/2013. - Bolo Andaluz. Disponible en URL: http://www.boloandaluz.org/ Consultado el16/05/2014. - BOMBILLAR SÁENZ, F. M.: “El fomento del deporte autóctono en Andalucía. El caso de los bolos serranos” En: Anuario Andaluz de derecho deportivo nº 7 Asociación Andaluza del Derecho Deportivo, 2008, pp. 113-126, ISSN 1695-1050 Disponible en URL: http://www.boloandaluz.org/res/site40699/res608702_Anuario-derecho-deportivo.pdf Consultado el 16/05/2014. - CAMBIL CAMPAÑA, I.; GALERA MENDOZA, E.: Vidrieras clasicistas en la Alhambra LOCVS AMOENVS 10, Barcelona: Universidad de Barcelona, 2009-2010, págs.113-129. ISSN: 1135-9722

55

- CARRERA DIAZ, G., MONDÉJAR FERNÁNDEZ DE QUINCOCES, M. del P.: SORO CAÑAS, S.: La Información del Patrimonio Inmueble. En: Ph Cuadernos Nº 20. el Sistema de Información del Patrimonio Histórico e Andalucía (Sipha). Ed. 1. Sevilla: Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, 2007. ISBN 84-8266-637-1, págs. 90-105. - CARRERA DIAZ, G.: Iniciativas para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial en el Contexto de la Convención de la UNESCO, 2003: una Propuesta desde Andalucía. En: Patrimonio cultural de España. 2009. Núm. 0. Págs. 179-195 - CARRERA DIAZ, G.: La Evolución del Patrimonio (Inter.)Cultural: Políticas Culturales para la Diversidad. En: Patrimonio Inmaterial y Gestión de la Diversidad. Ed. 1. Sevilla, España. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. 2006. ISBN 84-8266-567-7, págs. 14-29. - CARRERA DÍAZ, G.:“Pervivencias y transformaciones de la Artesanía Almeriense” en: PH. Boletín del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, 2008, Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, 2008. Vol. 16. Núm. 66. págs. 50-53. - CARRERA DIAZ, GEMA: Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía. Puntos de Partida, Objetivos y Criterios Metodológicos. En: PH. Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. 2009. Núm. 71. Pág. 18-42. - CARRERA DIAZ, GEMA: Base de Datos de Actividades Etnológicas. En: Ph Cuadernos Nº 20. el Sistema de Información del Patrimonio Histórico e Andalucía (Sipha). Ed. 1. Sevilla, España. Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. 2007. ISBN 84-8266-637-1, págs. 108- 133. - CASAS GARRIDO, C.: La alfarería de Úbeda. Úbeda: Ayuntamiento de Úbeda y Museo de Alfarería, 1996. - CASTILLO , J.C.: “La cerámica medieval en la provincia de Jaén”. En I Jornadas de Alfarería y Cerámica. Ed. Cámara Oficial de Comercio de la provincia de Jaén, 1996. - CAZABÁN LAGUNA, A.; GUTIÉRREZ, M.: Cosas de antaño: curiosidades históricas del Jaén y su provincia; Jaén como base de la conquista de Granada; Ntro. P. Jesús de los Descalzos: apuntes histórico-religiosos. Jaén, Riquemel y Vargas, 1983 ISBN 84-300-9284-6 - CISNEROS CUNCHILLOS, M.; GONZÁLEZ PENA, M. L.: “El trabajo de la piedra: Calatorao”, en Narria: Museo de artes y tradiciones populares, nos. 51- 52, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, 1990, págs.18-28. - CONTRERAS HERNÁNDEZ, J.: Antropología de la alimentación. EUDEMA Universidad, 1993. ISBN 84-7754-100-0 - CONTRERAS HERNÁNDEZ, J.: Gracia Arnaiz, M. I.: Alimentación y cultura: perspectivas antropológicas. Barcelona: Ariel, 2005. ISBN 84-344-2223-9 - DE HITA RIVAS. P.: De luz y sombra. La técnica de grisalla en la vidriera medieval. En Goya: Revista de arte, ISSN 0017-2715, Nº 189, 1985. Págs. 140-141. - DOMÍNGUEZ CUBERO J.: “La rejería renacentista en Ubeda”. En: Úbeda en el siglo XVI”/ coord. por José Manuel Almansa Moreno; Arsenio Moreno Mendoza (dir.), 2002, ISBN 84- 95244-08-X, págs. 527-544. - DOMÍNGUEZ CUBERO, J.: “Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda, un foco plateresco de la rejería andaluza”. En: Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 186, 2003, págs. 139-159. - Federación Andaluza de Bolos. Disponible en URL: http://andaluzadebolos.org Consultado el 12/06/2014

56 - FELIÚ ALONSO, F.de O.: “Consideraciones sobre la influencia de la metalistería islámica en nuestra industria férrica del Renacimiento”. En: Anales de historia del arte, ISSN 0214-6452, Nº 2, 1990, págs. 79-92. - GALERA ANDREU, P. A.: “Juan de Aranda Salazar, un epígono del clasicismo en la Baja Andalucía”, en Atrio: Revista de historia del arte. Universidad Pablo de Olavide, Sevilla. ISSN 0214-8293, Nº. 10-11, 2005. - GALERA ANDREU, P. A.: “Úbeda y Baeza, taller universal del arte de la cantería”, en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 186, 2003, págs. 161-193. - GODOY VAQUERIZO, P: Historia de Canena. En: Entorno. Jaén: Caja Provincial de Ahorros, Obra Socio-Cultural, año 3, nº12 (marzo 1994). págs. 23-32. - GONZÁLEZ SANTORO, S.: “Deportes Tradicionales de la Comarca de la Sierra de Segura”.En: Actas XVI Congreso de la Asociación Española de Cronistas Oficiales. Ciudad Real, 1989, pp.343-3. - GONZÁLEZ SANTORO, S.: Juegos tradicionales de la Sierra de Segura. Jaén: Diputación Provincial de Jaén, 2003. - GONZÁLEZ SANTORO, S.: Los Bolos Serranos: deporte autóctono de la Comarca de la Sierra de Segura “Demófilo, 14,1995, pp. 195-205. - IDAÑEZ DE AGUILAR, A.F.: “Juegos y Deportes tradicionales serranos: los bolos y la bolea”.En: Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, Nº 147, 1993, pp. 201- 233, ISSN 0561-3590 - JÓDAR JÓDAR, M.: Y por San Marcos, un retrato. Canena: Ayuntamiento de Canena, D.L. 2000. ISBN 84-930149-1-5 - LÓPEZ CORDERO, J. A. y APONTE MARÍN, Á.: Un terror sobre Jaén: las plagas de langosta (s. XVI-XX), Ayuntamiento, Jaén, 1994. - MALTESE, C. (coordinador) Las técnicas artísticas, Madrid: Cátedra, 1990 (1ª ed. 1973). - MARTÍN CLABO, J.; Sánchez Ruiz, M.: La comarca de La Loma. Madrid: Fundación Cultural Banesto, D.L. 1994, 401 págs. - MORENO MENDOZA, A.: “La plaza Vázquez de Molina de Úbeda: nuevos datos para el análisis de su configuración urbanística” En: Espacio, tiempo y forma. Serie VII, Historia del arte, ISSN 1130-4715, Nº 15, 2002, págs. 71-94. - MURCIEGO MURCIEGO, I.; CONESA FUENTES, D.: Amar desde el corazón de la Morenita. Jaén: Parroquia Santuario de Virgen de la Cabeza Orden SMA, 2014, ISBN: 978-84- 616-8469-4 - NAVARRO MARÍN, P.: Nuestra Señora de la Cabeza: historia, imágenes, tradición y devoción. Begíjar: Asociación Proyecto Cultura Joven, 2009. - NIETO ALCAIDE, V. M.: “El uso del amarillo de plata en la vidriera española del siglo XVI: recepción y controversia”. BSAA Arte: Boletín del Seminario de Estudios de Arte, ISSN 1888- 9751, Nº. 75, 2, 2009, págs. 139-144. - NIETO ALCAIDE, V. M.: “Grutescos en vidrio: el ornamento y la vidriera española del siglo XVI”. Quintana: revista de estudios do Departamento de Historia da Arte, ISSN-e 1579-7414, Nº. 2, 2003, págs. 29-40. - NIETO ALCAIDE, V. M.: “La profesión y oficio de vidriero en los siglos XV y XVI: Talleres, encargos y clientes”. En: Espacio, tiempo y forma. Serie VII, Historia del arte, ISSN 1130- 4715, Nº 10, 1997, págs. 35-58. - NIETO OJEDA, J. M.: “Los bolos en la Sierra de Cazorla: esplendores y decadencias de algo más que un juego”. En: Anuario del Bolo Andaluz, 2009, pp. 174-179.

57 - NIETO OJEDA, J. M.: Los bolos en la comarca Sierra Cazorla: génesis y evolución de un deporte autóctono. En: Anuario del Adelantamiento de Cazorla núm. 48, 2007, pp.143-153. - NIETO OJEDA, J. M.: Los bolos de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Federación Andaluza de Bolos. Disponible en URL: http://www.boloandaluz.org/res/site40699/res629459_Art-culo-Bolos-Serranos.pdf Consultado el 16/05/2014. - ORTEGA FERNÁNDEZ, A: Fiestas de San Marcos de Canena. En: Al andar: revista provincial de educación de adultos. -- Jaén : Consejería de Educación y Ciencia, Delegación Provincial, n. 8 (may. 1997). -- il.; 30cm. -- pág. 27. - PANTOJA VALLEJO, J. L: El viñedo en la provincia de Jaén. Siglos XVIII-XX. Jaén: Universidad de Jaén. Servicio de Publicaciones, 2008. ISBN 978-84-8439-401-3 - PANTOJA VALLEJO, J. L: Vitivinicultura en la provincia de Jaén (siglos XVIII-XX). Jaén: Instituto de Estudios Giennenses, 2009. ISBN 978-84-96047-96-9 - PÉREZ ORTEGA, M.U.: Campanas y cohetes. Calendario jaenés de fiestas populares Jaén: Diputación Prov. de Jaén. Instituto de Estudios Giennenses, 1996 ISBN 978-84-87115-40-0 - Reglamento de juego de la especialidad Bolo Andaluz. Disponible en URL: http://www.boloandaluz.org/res/site40699/res585843_Reglamento-de-Juego-Bolo-Andaluz- 2012-.pdf Consultado el 16/05/2014. - RODRÍGUEZ GARCÍA, M., CARRERA DIAZ, G.: La salvaguardia del patrimonio inmaterial. Conclusiones de las Jornadas de sobre protección del Patrimonio Inmaterial. Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales. Ministerio de Cultura, 2010. 78. - RODRÍGUEZ MOLINA, J.: “Los insecticidas en la época precientífica”. BIEG, núm. 153, T II, Jaén, julio-septiembre 1994, págs. 687-744. - RODRÍGUEZ TAUSTE, S.: “Santiago González Santoro y la recuperación de los bolos serranos en la Sierra de Segura”. En: Anuario del Bolo Andaluz, 2009, pp.170-172. Disponible en URL: http://www.boloandaluz.org/res/site40699/res610465_Santiago- Gonzalez-Santoro-y-la-recuperacion-de-los-bolos-serranos-en-la-Sierra-de-Segura.pdf. Consultado el 16/05/2014. - RUBIO FERNÁNDEZ, J.: Fiestas populares de la provincia de Jaén. Jaén: Diario Jaén, 2003, 320 págs. - SALAZAR VELA, M.: "Los bolos serranos". En Anuario del Adelantamiento de Cazorla, núm.28. - TORRES NAVARRETE, G. DE LA J.: Historia de la Muy Ilustre Villa de Torreperogil. Jaén. Artes Gráficas Sociedad Provincial, S.A. Edición de autor. Ayuntamiento de Torreperogil, 1982. - URBANO PÉREZ ORTEGA, M. : Campanas y cohetes: calendario jaenés de fiestas populares, Jaén: Diputación Provincial de Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, 1996. 8487115403. - VV.AA. Nueva estrategia rural de la Loma y las Villas. Sevilla: Grupo de Desarrollo Rural de la Loma y las Villas, D.L. 2008. ISBN 9788461244867 - VV.AA: La comarca de La Loma y Las Villas: Renacimiento, olivar y naturaleza, Jaén: El Olivo, D.L. 1998, ISBN 84-95244-09-8

58 4 ELEMENTOS A PROTEGER Y DOCUMENTAR

En función del trabajo de campo realizado y la valoración del mismo, se procede a sugerir una serie de bienes que dado su valor etnológico deberían ser documentados de una manera más pormenorizada además de ser propuestos para su inscripción en el CGPHA como Actividades de Interés Etnológico. Se incluyen también algunas medidas para la salvaguardia de los mismos.

Iniciando la valoración con los rituales festivos de la comarca, podría solicitarse la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico del Carnaval de Torreperogil.

En este sentido también habría que solicitar la inscripción de la Festividad de San Marcos Evangelista en Canena. Se propone además que se realice la grabación audiovisual de este ritual tan significativo para Canena que recoja los preparativos de la sala de la caridad como la elaboración de los roscos.

También debería solicitarse la inscripción para el Corpus de Villacarrillo. Sería importante realizar un plan de acción que promueva e impulse el reconocimiento y la sensibilización social que redunde en el reforzamiento del sentimiento identitario de los colectivos protagonistas, así como el respeto de las administraciones públicas y de la ciudadanía sobre la dimensión y los valores culturales de esta manifestación festivo-ceremonial. Se propone además que se realice la grabación audiovisual de este ritual incluyéndose los preparativos en el exorno de las calles.

Habría que solicitar la inscripción de la festividad en el mes de septiembre de la fiesta de los mozos en Rus.

Teniéndose en cuenta los oficios tradicionales de la comarca de La Loma y Las Villas habría que solicitar la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico de la Alfarería en Úbeda. El conocimiento vinculado a esta actividad que se ha trasmitido de generación en generación debería ser salvaguardado.

Deberían de facilitarse ayudas económicas por parte de la administración a sus artesanos para evitar que esta actividad pudiese dejar de llevarse a cabo.

Las posibles ayudas no serían muy distintas a las realizadas para otros sectores económicos como son la agricultura, la pesca o la ganadería.

Sería conveniente la reanudación en la localidad de programas docentes dedicados a la alfarería promovidos por la administración como son las Escuelas Taller o la Escuela de Artes y Oficios que por un lado permitiría a los maestros artesanos trasmitir parte de sus conocimientos y por otro lado podría ser el inicio del conocimiento de la actividad por parte de la población local. En una segunda fase, para todos/as aquellos/as alumnos/as interesados/as en desarrollar la actividad profesionalmente, una vez terminado ese proceso formativo desde estos organismos, sería conveniente establecer una serie de acuerdos económicos entre la administración y los talleres alfareros de la población de cara a facilitar un periodo de prácticas que conllevase una formación más profunda, en este campo artesano, de estos alumnos. En el pasado el proceso formativo de los aprendices se establecía en el taller y el maestro no pagaba nada al alumno ya que la transmisión de su conocimiento y por tanto la enseñanza del oficio y de una serie de valores relacionados por el mismo era lo esencial en esa relación maestro-aprendiz. Hoy en día

59 en el que es difícil encontrar ese tipo de relación, por los condicionamientos que impone la estructura político-económica, sería conveniente facilitar tal tipo de relación a partir de la prestación, por parte de las administraciones, de un salario, así como de las cargas impositivas, para aquellos alumnos que continuasen su formación en los talleres artesanos. Incluso se haría necesario también realizar una prestación económica para los maestros artesanos por cuanto están realizando una actividad docente que incluso les podría perjudicar en cierta media en el futuro al estar fomentando su competencia.

Actualmente la tradición artesana y más concretamente la alfarería, en Úbeda es considerada como uno de los activos turísticos de la población por lo que se colabora desde las administraciones, en unión con la Asociación de Artesanos, en la edición de guías, celebración de ferias y otras cuestiones relacionadas con la difusión de esta actividad; pero lo cierto es que los/as artesanos/as señalan que no es muy frecuente que los turistas se acerquen al barrio donde se concentran los talleres como lo demuestra el hecho de que algunos de los artesanos de estos barrios tengan una tienda por el centro histórico para la comercialización de sus productos. En ese sentido se debería fomentar las visitas a los distintos talleres a partir de acuerdos con los maestros de los talleres, ya sean desde la administración o incluso desde las empresas de servicios turísticos, de cara a determinar unas horas al día o a la semana para la visita a los centros de trabajo donde podrían observar al artesano en el desarrollo de su trabajo y también se facilitaría la comercialización de su obra. Se propone además que se realice la grabación audiovisual de este oficio tan significativo para Úbeda.

Otro oficio para el que proponemos la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico es el trabajo de forja. En esa documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería incluirse la descripción de técnicas de soldadura, caldeado, envejecimiento, remachado, abrazadera o grapeado, taladrado, repujado, labardo, etc. El taller de Forja Santa María "Tiznajo" (Úbeda) actualmente desarrolla una importante labor pedagógica en estrecha relación con la Escuela de Artes y Oficios, participa dentro del tejido asociativo artesanal impulsando la creación de una Marca de Garantía Artesanal de Úbeda y finalmente colabora con diferentes instituciones en la difusión de la artesanía local en exposiciones temporales.

Sin embargo esta actividad tan importante en la historia de Úbeda debería verse más beneficiada por el cada vez mayor auge del sector turístico en la ciudad, a través de campañas institucionales en torno al desarrollo de la misma, así como aprovechar las posibilidades que pueden abrir nuevos mercados que tengan una mayor demanda de productos asociados a la decoración personalizada y al lujo.

El 17 de enero de 2012 le fue concedida la Carta de Maestro Artesano por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía.

También proponemos la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico la elaboración de vidrieras en Úbeda. En la documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería incluirse la descripción de la técnica del emplomado además de la técnica de corte. Posiblemente sea el oficio en que sea más urgente documentar los conocimientos del mismo aprendidos a lo largo del tiempo de actividad de Francisco García Lucha para que puedan ser transmitidos a las siguientes generaciones dado que a pesar de su importancia como maestro artesano no está asegurado el relevo generacional de este oficio.

60

En Baeza debería documentarse el oficio de la talla de madera.

Proponemos la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico de la cantería en la Loma. En la documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería incluirse la descripción de procedimientos de selección del bloque, cuarteo, desbastado, labrado o tallado acabado que aún no están mecanizados. A modo de ejemplo la técnica de partir las piedras con cuñas y chapas. Sería importante que se documentase la cultura del trabajo que existía en este oficio.

Estaría justificado un plan de acción para un oficio tan identitario para la comarca. Sería necesario que se complementara la difusión de este oficio con el valioso patrimonio natural y cultural de La Loma y Las Villas mediante la creación de rutas turísticas combinadas, más aún con las posibilidades que ofrece la Declaración de Úbeda y Baeza como Patrimonio de la Humanidad y la inclusión de tres municipios (Villacarrillo, Vva. del Arzobispo e Iznatoraf) en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Dentro de estas rutas turísticas sería importante la incorporación de este oficio. De esta manera, la persona que visita estos destinos turísticos puede valorar de primera mano, el trabajo humano que conlleva el levantamiento de estos edificios históricos-artísticos que posteriormente va a visitar.

Otro oficio para el que proponemos la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico es la elaboración de pastel de hojaldre "Virolo". En la documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería incluirse la descripción pormenorizada de la elaboración de la masa de hojaldre. Lo/as artesano/as que elaboran los virolos junto a otros productores/as agroalimentarios de la provincia de Jaén están amparados por el proyecto "Degusta Jaén" un plan de acción impulsa la Diputación Provincial de Jaén, la cual ha creado una nueva Asociación de Productores Agroalimentarios de Jaén (Asprajaen) que los aglutina y pretende representar sus intereses para trabajar por la formación de los miembros, la ampliación de mercados, la comercialización de sus productos o la promoción de sus empresas. Al frente de la junta directiva de esta asociación está Alfonso Sánchez, de Pastelería Virolo, como presidente.

Dentro de las técnicas de transformación de materias vegetales sería muy importante la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico del rizado de palmas en Canena. En la documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería incluirse la descripción pormenorizada de las técnicas de encaje, filigrana, pleita, trenzado, celosía, deshilado, cosido, “almartas”. Estaría justificado un plan de acción para una actividad tan identitaria para el municipio. Sin embargo es absolutamente necesario – al igual que en todos los bienes propuestos- incorporar el punto de vista de las propias agentes para no desvirtuar el sentido último de esta práctica.

Una actividad significativa que debería inscribirse en el CGPHA es la elaboración de vinos Torreperogil. En la documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería incluirse la descripción de las técnicas de la poda en verde y poda corta, las técnicas de piedra seca “Caracoles” asociada al cultivo de la vid, las formas de distribución local -pequeños distribuidores que llevan el vino directamente a los bares, restaurantes, tiendas, supermercados y las casas de los vecino/as-, las técnicas de reparación de barricas además de la destartarización tradicional.

61

ADLAS, la Diputación de Jaén, los Ayuntamientos de Torreperogil y Baeza y la Cooperativa Nuestra Señora de la Misericordia, están planteando acciones convergentes para potenciar esta actividad productiva como una actividad económica alternativa y complementaria al sector del olivar. Las acciones buscan aumentar la superficie cultivada, incrementar la producción e incrementar la calidad del producto final.

De igual forma, la bodega está dando los pasos necesarios para realizar cursos de catas, para hacer las instalaciones visitables para que puedan ser incluidas dentro de un paquete enoturístico que incluya la visita a los viñedos, a la bodega y una cata. Con esta iniciativa turística se pretende complementar las ya existentes en la comarca de La Loma y Las Villas.

Otro oficio para el que proponemos la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico es la producción de pirotecnia en Lupión.

En la documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería incluirse la descripción del proceso de elaboración de la pólvora.

Se hace preciso el apoyo al estudio e implantación de distintivos de calidad en la producción de artificios pirotécnicos artesanos que contribuyan a la mejora de su comercialización y a competir en el sector frente a otras empresas mayores que abaratan los productos, así como la realización de campañas institucionales y acciones promocionales para el conocimiento de dichos distintivos a nivel provincial y regional.

Dentro de los modos de expresión para los que proponemos la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico estarían los bolos serranos. La documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería incluir:

‒ Conocimientos, destrezas, habilidades, simbolismos vinculados a este modo de expresión (juego-deporte tradicional). ‒ Técnicas específicas de elaboración de bolas, mingos tradicionales- elección de material para su realización -. ‒ Creencias relacionadas con esta actividad. ‒ Tradiciones y expresiones orales vinculadas a los bolos serranos (jergas, léxicos y toponimias). ‒ Relatos de vida de boleros significativos. ‒ Espacios, motivos y ritos de comensalismo colectivos que son desarrollados durante y después de la competición. ‒ Abundantes usos sociales, normas de conducta, reglas de hospitalidad que han servido tradicionalmente a los jugadores de los bolos y que constituyen parte de su identidad. ‒ Formas de organización de las competiciones, regidas por el derecho consuetudinario e instituciones tradicionales (premios en especie, obligaciones de los ganadores con respecto a los perdedores, etc.). ‒ Organizaciones formales e informales que organizan y regulan la actividad (clubes, federaciones, parentesco, etc.). ‒ Reglas de competición basadas en la costumbre.

62 Los Bolos Serranos constituyen un modo de expresión que tiene múltiples probabilidades de transmitirse y de permanecer vivo dado su carácter identitario, lúdico y fuertemente marcado por la interactividad, por ello es necesario que todo plan de acción que se realice respete los mecanismos de orden interno y los límites tradicionales de esta actividad deportiva tradicional.

Los bolos serranos se han adaptado con facilidad a los modos de vida actuales y a los públicos diversos que demandan este tipo de actividades. Este deporte tradicional conserva lo que siempre fue para los de dentro añadiendo además la posibilidad de ser lugar de encuentro, de experiencia para los foráneos. Sin embargo, pueden plantearse nuevos problemas de perpetuación y de transmisión si no se establecen políticas culturales que pongan el énfasis en la voluntad de perpetuar esta actividad, desde la perspectiva de sus legítimos propietarios y ejecutantes, que desde las demandas y expectativas provenientes de los visitantes foráneos o de la sociedad en su conjunto.

Es muy positivo que la sociedad civil a través de los clubes deportivos y la Federación Andaluza de Bolos siga siendo el principal agente e instrumento de mantenimiento y transmisión de este modo de expresión tan importante para la provincia de Jaén

Finalmente con respecto a este modo de expresión se debe valorar que están siendo muy importantes las iniciativas de promoción y difusión de los Bolos Serranos que se están llevado a cabo (redes sociales, blogs, noticias en prensa, ferias, jornadas de patrimonio, etc.) pero se considera necesaria una mayor proyección de la misma más allá del ámbito provincial (por ejemplo con retransmisiones de las competiciones a través de la radio televisión andaluza).

Proponemos la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico del Miserere de Don Hilarión Eslava y Elizondo en Baeza dado el valor etnológico – importante implicación de la ciudadanía- que tiene este modo de expresión para la ciudad.

De igual forma, se propone la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico los cantes de pasión en Villacarrillo, que actualmente son interpretados durante la procesión de “Nuestro Padre Jesús Nazareno" y "La Verónica" en la madrugada del Jueves al Viernes Santo.

Como se ha especificado con anterioridad fundamentalmente en la Comarca de La Loma y Las Villas encontramos unas pautas culturales de alimentación y cocina vinculada con los productos de huerta, cereales y el aceite de oliva y la aceite de oliva. Deberían de ser documentados al ser muy conocidos e identificativos tanto en Baeza como en Úbeda los ochíos con sal y pimentón.

Finalmente sería conveniente la inscripción en el CGPHA como Actividad de Interés Etnológico de la elaboración del risol en Canena.

En la documentación técnica necesaria para llevar a cabo este procedimiento debería documentarse el imaginario colectivo asociado a esta bebida, dentro y fuera de Canena (emigrantes de Canena), las técnicas tradicionales de colado y la elaboración de dulces tradicionales que acompañan el consumo ritual del risol.

Sería muy importante el apoyo institucional para otorgar un valor patrimonial a este tipo consumo ritual primando los significados sus participantes (elaboración y consumo).

63