Adaptación De Azoarcus Sp. CIB a Diferentes Condiciones Ambientales
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Universidad Autónoma de Madrid Facultad de Ciencias Departamento de Biología Tesis Doctoral Adaptación de Azoarcus sp. CIB a diferentes condiciones ambientales Helga Fernández Llamosas Madrid, 2018 Universidad Autónoma de Madrid Facultad de Ciencias Departamento de Biología Tesis Doctoral Adaptación de Azoarcus sp. CIB a diferentes condiciones ambientales Helga Fernández Llamosas Directores: Dr. Manuel Carmona Pérez Dr. Eduardo Díaz Fernández Consejo Superior de Investigaciones Científicas Centro de Investigaciones Biológicas Tutora: Dra. Marta Martín Basanta Universidad Autónoma de Madrid Facultad de Ciencias El trabajo descrito en esta Tesis Doctoral se ha llevado a cabo en el Departamento de Biología Medioambiental, del Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CIB-CSIC) de Madrid. La investigación ha sido financiada mediante un Contrato para la Formación de Doctores (BES-2013-063052) del Ministerio de Economía, Industria y competitividad y los proyectos BIO2012-39501 y BIO2016-79736. Cuando a medianoche se escuche pasar una invisible comparsa con música maravillosa y grandes voces, tu suerte que declina, tus obras fracasadas los planes de tu vida que resultaron errados no llores vanamente. Como hombre preparado desde tiempo atrás, como un valiente, di tu adiós a Alejandría, que se aleja. No te engañes, NO DIGAS QUE FUE UN SUEÑO. No aceptes tan vanas esperanzas. Como hombre preparado desde tiempo atrás, como un valiente, como corresponde a quien de tal ciudad fue digno acércate con paso firme a la ventana, y escucha con emoción -no con lamentos ni ruegos de débiles- como último placer, los sones, los maravillosos instrumentos de la comparsa misteriosa y di tu adiós a esa Alejandría que pierdes para siempre. CAVAFIS, El dios abandona a Antonio A QUIENES SIEMPRE CONFIARON EN MÍ Agradecimientos Han pasado más de cinco largos años desde la primera vez que atravesé la puerta del CIB persiguiendo un sueño que ahora se materializa. Resultan inimaginables e indescriptibles la cantidad de sensaciones y personas que han pasado por mi vida en este espacio de tiempo en el que tantos sentimientos se han condesado y magnificado y que, en su conjunto, me han permitido llegar por fin hasta aquí. En primer lugar, no puedo dejar de agradecer a mis dos directores de tesis, Manuel Carmona y Eduardo Díaz, el haber confiado en mí primero como alumna de máster y, más tarde, por haberme dado la oportunidad de continuar mi formación con la realización de esta Tesis Doctoral. Gracias por haberme ensañado lo que es la Ciencia, por todas las conversaciones mantenidas que derivaban en nuevos retos y experimentos y por haber sido dos grandes guías a lo largo de este camino. Agradezco también toda la ayuda e ideas aportadas en los seminarios científicos por los demás jefes “rubenes”: José Luis, Auxi, Pedro y Ernesto (gracias por aconsejarme y alegrarme tantos días grises). Así como a los servicios científicos del CIB, especialmente los servicios de microscopía (confocal y electrónica), por su gran ayuda y aportación técnica. También quisiera agradecer de forma muy especial a todos aquellos que me han acogido en diferentes etapas de la Tesis, ayudándome a comprender nuevas técnicas. A Rafael Rivilla y Marta Martín de la UAM, a Mercedes Fernández-Pascual del ICA-CSIC, a Jaco Vangronsveld y Sofie Thijs de la Universidad de Hasselt y a Laura Castro de la UCM. Por supuesto, y espero no olvidarme de nadie, esta Tesis no hubiera sido posible sin el apoyo y el compañerismo de todos los “Rubenes”, por haber sido mi segunda familia (y a la que he visto en estos años más que a la propia). ¡Da vértigo pensar la cantidad de gente que ha pasado por el laboratorio en estos cinco años! Ana, porque sin ti el laboratorio no podría funcionar cada día, gracias por todo el apoyo y el cariño (sin abrazos) aportado durante todos estos años. Bea, ¡qué sería de nosotros, y del grupo de Whatsapp, sin ti! Gracias por tu apoyo personal, y laboral, y gracias por sacar siempre tiempo de donde no lo hay para ofrecer tu ayuda y tus conocimientos. A Tere y Zaira, por haber sido mis grandes maestras en la “domesticación” de Azoarcus, gracias por ser un ejemplo a seguir en lo personal y en lo laboral, os echo de menos… A Loreine, por haberme demostrado que la distancia no es impedimento para conservar una verdadera amistad, por haberme ayudado en los momentos más difíciles y por haber disfrutado en cada buena ocasión que se ha presentado, ¡en nada estás de vuelta! A Julia, por tantos años de amistad que espero continúen, por ser un alma cazurra en Madrid con la que poder recordar viejas anécdotas y ayudarme a poner los pies en tierra. A Carmen, porque tus teorías filosóficas nos ayudan a ver la vida de una manera más divertida. Gracias por todo vuestro apoyo. Por supuesto un agradecimiento especial a los postdocs del grupo, Helena y Gonzalo, por toda la ayuda, protocolos y conocimientos compartidos, por no perder nunca la sonrisa y por todos los grandes momentos de risas y “pavo” que me habéis dado; a Igor, por recordarnos cada viernes que el fin de semana estaba a la vuelta de la esquina. Al equipo cafetero, por hacer más llevadero el día a día y por haber sido un gran gabinete de (anti)crisis: Juan, gracias por todo el apoyo dado durante estos años, por haber sido un gran “donpato” y por ser un gran científico y mejor persona, ¡mucho ánimo en la recta final!; David por ser mi compañero de penas “azoarqueras” en esta última etapa; Lucía, por tu sinceridad y disposición, desde luego que el CIB no fue lo mismo desde tu marcha al CNB; Gerardo; Sonia; Dina… ¡se os echa de menos! A Miriam, Susana y Roberto, la resistencia “pneumo”, gracias por vuestro cariño y por todo la ayuda que siempre he recibido en las visitas al 340-341. A estas alturas es imposible no guardar un gran recuerdo de todos los que estaban cuando llegué y se fueron yendo: Iria, Esther (aunque nunca se haya ido del todo), Andrés (y sus novatadas), Nina, Carlos, Rober, Héctor, Fernando, Pilar, Virginia… a los que fueron llegando y marcharon antes que yo: Dani (gracias por toda tu ayuda y consejos en las primeras etapas), Lorena, Olga, Laura, Nano… y por supuesto a todos los que continuáis en los Rubenes: Elena, Pablo, Alberto, Manuel, Ana María, Irene, Érika, Fran, María, Arantxa, Cris, Natalia T., Natalia H., Virginia, Sergio, Ryan… ¡gracias a todos! Y porque si los Rubenes han sido una segunda familia…no puedo olvidar a la otra gran familia del CIB. Sois tantos los que habéis compartido algún momento de estos años y a los que tengo tanto que agradecer… A Adrián, por las cañas, futbolines, billares que nunca tuvieron lugar… A Lucía por Villafeliz de la Sobarriba que fue nuestro hogar durante un intenso año, ¡gracias por todo! Quiero agradecer especialmente a toda mi gente “de la primera” (y asociados). Gracias a Nohemí, por ser tan única y genial y llenar de buen ambiente cada oportunidad que se presta; Mónica, Noemí, Alejandra, Elvira (queremos más conciertos de Srta. Trixie), Estefi, Sheila, por todos aquellos días locos de manualidades y manifestaciones, y Emi, por tu sonrisa, optimismo y por cada consejo dado. A Marta, Lucía y Silvia, me es imposible no incluiros en un “triunvirato”, gracias por cada momento compartido, que seguro serán muchos más, por cada plan que ha ido surgiendo, cada viaje, cada risa y cada paraguayo. Gracias a Carol y Bea, por vuestro positivismo y vuestro cariño. Y por supuesto, no me olvido de vosotros: Miguel, por ser mi gran apoyo, por haberme aguantado cuando no lo hacía ni yo, por no fallar nunca y por ser la chispa de la vida; e Irene, qué decirte que no te haya dicho ya, gracias por toda la ayuda ofrecida, por toda la confianza que me has dado y sobre todo gracias por cada segundo vivido; sólo por haberos conocido, este viaje ha merecido la pena. Siempre os llevaré conmigo allá a donde vaya, ¡os quiero! Gracias también a mi gente, la que me acompaña desde que este camino realmente comenzó, allá por el 2006, en el Campus de Vegazana: Sara, Silvia y Ángela y a quienes se han ido “asociando”: Noa, África, Santos, Sara, Carmen y Mertxe. Gracias por haber seguido siempre ahí, por todo vuestro apoyo, vuestro cariño, por Florencia, Toriellu, León, Jerez, Ponferrada y Pepino, y por todos los proyectos y momentos que nos quedan por vivir. También a quienes han llegado hace poco pero que sé que se quedarán por mucho tiempo, mi equipo internacional: Valeria, Iva, Sofie, Jordan, Lukasz, Giselle, Giulia, Francisco, Wouter… Dank je wel! Lo que Bélgica unió que no lo separe el mundo. Y ahora sí, aunque las palabras se quedan cortas para expresar y recoger todo el agradecimiento y admiración que siento hacia mi familia, la que siempre ha estado y estará, la que siempre ha confiado en mí y ha hecho todo lo posible, y más, para poder ofrecerme un futuro y la posibilidad de haber ido forjando el camino hacia aquí. Gracias a mis padres, por ser mi punto de apoyo, los que nunca han dejado que me rinda y quienes me han enseñado a levantarme una y otra vez. Gracias Nieves, por aguantarme cada segundo, a mí y a mis frikadas, por soportar que llegara a casa y hablara “raro” de cosas científicas que ni te van ni te vienen, gracias por apoyarme, por hacerme disfrutar la vida y por sacarme siempre una sonrisa, incluso en los peores momentos, porque como dijo aquel sabio vietnamita: “podrás perder mil batallas, pero solamente al perder la sonrisa habrás conocido la auténtica derrota”.