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RELACIONES ENTRE TARRACO Y BARCINO A TRAVÉS DE SUS SENADORES Y CABALLEROS EN LOS SIGLOS I-II D.C. RELATIONS BETWEEN TARRACO AND BARCINO THROUGH THEIR SENATORES AND EQUITES IN THE 1ST-2ND CENTURIES AD.

ISABEL RODÀ*

RESUMEN Dos fueron las colonias romanas en el nordeste de Hispania citerior: Tarraco y Barcino, de muy diferente carácter. La primera, la capital provincial, la segunda, una pequeña ciudad. Se recogen aquí las similitudes y especificidades a través de los estamentos privilegiados de la sociedad, con las vías de promoción que en buena parte posibilitó la institución del culto imperial. Se constata el peso de los senadores en época trajanea, con la figura clave de Lucio Licinio Sura y las carreras de los Licinii Silvani y de los Minicii Natales. Se dedica atención a la importante familia senatorial de los Pedanii y a la figura de Iulius Ursus Servianus que una nutrida bibliografía mantiene como de origen barcinonense, sin que podamos detectar prueba fehaciente; continúan siendo senadores en busca de origo. Por último, no sólo los textos epigráficos proporcionan valiosa información, sino también los mismos soportes y su material lapídeo.

PALABRAS CLAVE: Epigrafía. Senadores y caballeros. Sociedad romana. Tarraco. Barcino. Marmor.

SUMMARY There were two Roman colonies in the northeast of Hispania Citerior: Tarraco and Barcino, and they had a very different character. The first was the capital of the Province whilst the latter was simply a small city. Here, we gather both similarities and specificities across privileged social classes, with the promotion channels that to a large extent were made possible thanks to the institution of imperial cult. The importance of the senators has been verified during the Trajan era, with the leading figure that was Lucius Licinius Sura and the carriers of the Licinii Silvani and the

(*) UAB-ICAC Este trabajo se inserta en el proyecto Officinae lapidariae Tarraconenses. Canteras, talleres y producciones artísticas en piedra de la Provincia Tarraconensis (I+D HAR2015-65319-P, MINECO/FEDER, UE)” financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y en las actividades desarrolladas por el Equipo «Arqueometría y Producciones Artísticas-ArPA» (http://www.icac.cat/recerca/equips-de-recerca/arqueometria-i-produccions-artístiques-arpa/) del Grupo 2017 SGR 00970 MIRMED-GIAC del ICAC, financiado por el AGAUR/Generalitat de Catalunya. 290 ISABEL RODÀ

Minicii Natales. Particular attention is paid to the prominent senatorial Pedanii’s family and the figure of Iulius Ursus Servianus. A vast literature considers that these came from Barcino, although actually there is not reliable proof of that; they keep being senators in search of Origo. Finally, not only the epigraphic texts provide valuable information, but also the supports and their stone material.

KEYWORDS: Epigraphy. Senatores and equites. Roman Society. Tarraco. Barcino. Marmor.

Tarraco fue la capital de la mayor provincia del Imperio romano, según le gustaba recordar al profesor Géza Alföldy. Su importancia y monumentalidad corrieron parejas a su función y por ello fue reconocida en el año 2000 como patrimonio mundial de la Humanidad.

Además, Tarraco posee un riquísimo corpus epigráfico, magníficamente puesto recientemente al día1, con lo que tenemos la mejor guía para adentrarnos en su sociedad y en las distintas clases que la componían, comprobando como su rango de capital la convirtió en polo de promoción personal y de atracción para las diferentes ciudades de la Hispania citerior.

Como es bien sabido la categoría jurídica de Tarraco era la de colonia, que obtendría en tiempos de Julio César. En el noreste de la provincia sólo otra ciudad fue asimismo colonia, el parvum oppidum de Barcino, ciudad de nueva planta y de fundación augustea después de finalizada la segunda campaña de las guerras cántabras en el 19 a.C. y que cuenta con un importante repertorio epigráfico que supera los 300 textos2, con lo que disponemos también de un gran bagaje de información. Los dos núcleos urbanos tenían dimensiones y funcionalidad bien distintas, pero a través de sus componentes sociales, podemos ver sus conexiones, extensivas a otros municipios próximos, como Badalona (Baetulo) y Caldes de Montbui (posiblemente una de las Aquae Calidae).

Ya hemos tratado en otra ocasión de Tarraco y Barcino dentro del marco de las ciudades del poder y hemos destacado las relaciones entre ambas ciudades. Con anterioridad las confrontó el gran historiador que fue sir Ronald Syme3. Queremos centrarnos aquí en los ordines privilegiados a partir de la época de Augusto y hasta mediados del siglo II d.C. Es natural que Tarraco, como capital, fuera especialmente atractiva, pero Barcino también jugó un papel destacado4 (fig. 1).

En los primeros tiempos del Principado una gens destaca de manera ostensible, la Licinia, y un motor económico primordial: la producción vitivinícola, fundamental

(1) CIL II2/14, fascs 2, 3, 4 contienen 1570 inscripciones. La anterior edición del corpus de Tarraco, Alföldy 1975, contaba con 1080 textos. (2) IRC IV, 317 inscripciones y con IRC IV en IRC V, se llega a las 328, más algunas otras que han ido apareciendo con posterioridad y publicándose puntualmente en la revista QUARHIS del Museu d’Història de Barcelona. (3) RODÀ, Isabel “Tarraco y Barcino en el Alto Imperio”, Las ciudades del poder en Hispania, Mª.D. Dopico, J. Santos y M. Villanueva (edd.), Revista de Historiografía 25 (2016), págs. 245-272; SYME, Ronald, “Rival cities, notably Tarraco and Barcino”, Ktema 6 (1981), págs. 270-285. (4) ALFÖLDY, Géza, “Drei städtlische Eliten im römischen Hispanien”, Gerion 2 (1984), con trad. esp. en Gorostidi Diana (ed.) 2017, págs. 163-204; FABRE, Georges, MAYER, Marc, RODÀ, Isabel, “Recrutement et promotion des ‘élites municipales’ dans le nord-est de l’Hispania citerior sous le Haut-Empire”, MEFRA. Antiquité 192/2 (1990), pág. 530 nota 23.

Anas 29-30 (2016/2017) pp. 289-311 ISSN:1130-1929 Relaciones entre Tarraco y Barcino a través de sus senadores y caballeros… 291 tanto en el ager Tarraconensis como en el Barcinonensis. La producción y exportación de vino en ambas zonas fueron intensivas y comentadas en la Historia Natural de Plinio5; la línea de investigación que pone en relación la epigrafía monu- mental con la anfórica, y el examen atento de la toponimia medieval, han permitido vis- lumbrar la ubicación de los fundi y ver la coincidencia entre propietarios urbanos y propieta- rios rurales tanto en una como Fig. 1. Ciudades del nordeste peninsular en las que se atestigua en otra ciudad, muchos de ellos la presencia de senadores y caballeros, entre las que destacan de rango senatorial o ecuestre e ostensiblemente Tarraco y Barcino (de Fabre, Mayer, Rodà 1990, p. 531). Aunque ha habido un incremento de hallazgos, implicados en la viticultura, en la proporción continúa manteniéndose, con un mismo impacto ocasiones representados por sus visual. libertos. Como es de esperar, la situación de las propiedades viene a coincidir con lugares privilegiados, como son las áreas próximas a la vía Augusta y, en el caso de Barcino, las inmediaciones del curso bajo del río Llobregat (antiguo Rubricatum)6.

En la época augustea es muy notable la presencia de gentes de origen itálico y en Barcino hemos podido identificar un notable número de ellas7. Aunque el gentilicio Licinio es muy abundante en general en Hispania, cabe destacar que lo es especialmente en la zona que ahora nos ocupa y que no debe responder en absoluto a una mera casualidad.

Entre el 13 y el 10 a.C. era propraetore Hispaniae Citerioris, M. Licinius Crassus Frugi que fue cónsul ordinario en el 14 a.C. y patrono de la ciuitas Bocchoritana en Mallorca, el 10 a.C.; en la epigrafía de Tarraco contamos con la

(5) Plinio, NH 14,71; PREVOSTI, Marta y MARTIN Antoni (edd.) 2009. (6) Para Tarraco, GOROSTIDI, Diana, Ager Tarraconensis 3, Les inscripcions romanes, ICAC, Tarragona 2010; GOROSTIDI, Diana et alii “Propietaris de vil.les de l’ager Tarraconensis (meitat occidental del Camp de Tarragona). Proposta per a un catàleg”, Ager Tarraconensis 5. Actes del Simposi Internacional (Tarragona 2010), ICAC, Tarragona 2013, págs. 401-423. Para Barcino, CARRERAS, César, GUITART, Josep. (edd.), Barcino 1: Marques i terrisseries d’ àmfores al Pla de Barcelona, Barcelona 2009; CARRERAS, César, LÓPEZ MULLOR, Alberto, GUITART, Josep (coords.), Barcino II: Marques i terrisseries del Baix Llobregat, Barcelona., 2012; CARRERAS, César, OLESTI, Oriol, “New methods for the study of the social landscape from Laietania wine production region (NE Spain)”, P.P.A. Funari, R.S.A. Garrafoni, B. Letlien (edd.), New perspectives in the Ancient World, Oxford 2008, págs. 131-144; MORERA, Jordi, OLESTI, Oriol, CARRERAS, César, “Centres de producció amfòrica i territori a la riba dreta del Llobregat: novetats de la terrisseria del Mercat (Sant Vicenç dels Horts)”, Pyrenae 41/2 (2010), págs. 49-79; OLESTI, Oriol, “Propietat de la terra i élits locals. L’exemple de l’ager Barcinonensis”, Laietania 16 (2005), págs. 163-176; OLESTI, Oriol, CARRERAS, César, “Esclavos y libertos en la producción vinícola y alfarera en el ager Barcinonensis: de la marginalidad al éxito económico”, F. Reduzzi (ed.), Dipendenza ed emarginazione nel mondo antico e moderno. XXXIII Convegno Internazionale G.I.R.E.A. (Napoli-Ascea 2009), Nápoles 2011, págs. 309-335. Idd.“Le paysage social de la production vitivinicole dans l’ ager Barcinonensis : esclaves, affranchis et institores”, Dialogues d’Histoire Ancienne 39/2 (2013), págs. 1-44; MARTIN, Antoni, MAERKER, Michael, SCHERNTHANNER, Harald, VOGEL, Sebastian,“Viticulture in the Laetanian Region (Spain) during the Roman Period: Predictive Modelling and Geomatic Analysis”. Geosciences, may 2020, 28 págs. (7) RODÀ, Isabel, “Imago mortis: el componente itálico en el mundo funerario de Barcino y Tarraco”, J. Andreu, D. Espinosa, S. Pastor (coords.), Mors omnibus instat, Aspectos arqueológicos, epigráficos y rituales de la muerte en el Occidente romano, Madrid 2011, esp. págs. 267-270.

Anas 29-30 (2016/2017) pp. 289-311 ISSN:1130-1929 292 ISABEL RODÀ lápida funeraria de uno de sus esclavos que falleció en la ciudad8. Crassi liberta fue Licinia Peregrina que aparece como dedicante, junto a Publio Licinio Filero (con un poco frecuente praenomen para la gens en la Tarraconense en época augustea), de una placa en honor de la diosa Isis9. Esta inscripción, no exenta de dificultad por la mención Re.Publica en esta época protoimperial, procede de Caldes de Montbui, posible Aquae Calidae aunque sin un testimonio evidente, como tenemos en cambio para la otra Aquae Calidae en Caldes de Malavella (Gerona); ambas Caldes continúan siendo en la actualidad grandes centros termales. Es importante destacar la presencia de esta placa de una liberta del gobernador Craso en Caldes de Montbui, ya que después veremos la fuerte relación de este núcleo con personajes destacados de Tarraco y asimismo las relaciones de esta potente gens con la Hispania citerior ya que M. Licinius Crassus Frugi, el joven, cónsul en el año 27 d.C. y patrono de Segobriga, era con toda probabilidad el hijo del cónsul del 14 a.C. y gobernador de la provincia, con lo que comprobamos las relaciones de esta poderosa familia con nuestra provincia a principios del Imperio10.

De la misma época es el Lucio Licinio Sura de la tribu Sergia, por cuyo testamento fue construido el arco de Berà sobre la vía Augusta en el punto que hoy coincide con la N-340. La potencia de estos tria nomina hizo que tradicionalmente se asociara este personaje con el colaborador y amigo de Trajano, pero X. Dupré demostró la cronología augustea del arco, que ha sido aceptada por la investigación posterior11. Este Licinio Sura debía ser un antepasado directo, abuelo o bisabuelo, del homónimo senador y tres veces cónsul; por su onomástica cabe relacionarlo con magistrados de la colonia Lepida (Celsa) y suponer que sería un notable propietario en el ager Tarraconensis en cuyos terrenos se alzaría precisamente el arco, orgullosamente en pie a pesar de las vicisitudes y restauraciones.

Quizás al patrimonio de este personaje perteneciera también el extenso fundus Licinianus, que la documentación altomedieval cita como Liciniano/Liciano, topónimo que viene a coincidir con los actuales municipios de Lliçà d’Amunt y de Vall, pero que podría desbordar sus límites y extenderse hacia la actual Granollers, según permiten apuntar tanto las fuentes documentales como arqueológicas12. Sería una propiedad de gran extensión que podría haber llegado a manos del Licinio Sura trajaneo cuya explotación hubiera podido recaer en su hombre de confianza y liberto, Licinio Secundo; volveremos sobre estos personajes cuando tratemos del siglo II d.C.

En Tarraco constatamos, pues, la presencia de ilustres miembros de la gens Licinia en unos años próximos a la tercera estancia del emperador Augusto en la

(8) CIL II2/14, 976. Para este gobernador, ALFÖLDY, Géza, Fasti Hispanienses, Wiesbaden, 1969, págs. 8-9. (9) IRC I, 36 e IRC V, págs. 18-19. (10) ALFÖLDY, Géza, ABASCAL, Juan Manuel, CEBRIÁN, Rosario, “Nuevos documentos epigráficos del foro de Sego- briga”, ZPE 143 (2003), págs. 265-266; ALFÖLDY, Géza, Die epigraphische Kultur der Römer, A. Chaniotis y Chr. Witschel (edd.), Habes 50, Stuttgart 2018, págs. 195-186. Nos parece poco probable la atribución de la inscripción fragmentaria, perdida y muy problemática de Barcino (IRC IV, 39) a M. Licinio Craso Frugi, junior, hecha por F.J. NAVARRO en “M. Licinio Craso Frugi y la ciudad de Barcino”, P. Castillo, P. Iguácel (edd.), Studia historica in honorem Prof. Urbano Espinosa, Universidad de la Rioja 2018, págs. 99-108, ya que ninguna relación tuvo este personaje ni con Barcino ni con el noreste peninsular. (11) DUPRÉ, Xavier, L’arc romà de Berà (Hispania Citerior), Monografías de la EEHAR, Roma 1994.; CIL II2/14, 2332; GOROSTIDI, Diana, Op. cit. 2010, núm. 6, pág. 63. (12) BERNI, Piero, CARRERAS, César, OLESTI, Oriol, “La gens Licinia y el Nordeste Peninsular. Una aproximación al estudio de las formas de propiedad y gestión de un rico patrimonio familiar”, Archivo Español de Arqueología 79 (2005), págs. 179-191; OLESTI, Oriol, “Propietat de la terra i élits locals. L’exemple de l’ager Barcinonensis”, Laietania 16 (2005), págs. 166-167.

Anas 29-30 (2016/2017) pp. 289-311 ISSN:1130-1929 Relaciones entre Tarraco y Barcino a través de sus senadores y caballeros… 293 ciudad (16-15 a.C.). También del cambio de era y la primera mitad del siglo I d.C. son los sellos sobre ánforas de libertos de la familia que, aunque no podemos asociar a un patrón concreto, sí atestiguan su implicación con la producción de vino13.

En la ciudad de Barcino tenemos asimismo atestiguado el nomen Licinius en la época augustea fundacional, llevado por un magistrado municipal, según consta en la exedra descubierta en Montjuïc14. El praenomen, tanto en la Tarragona como en la Barcelona romanas en época augustea, es siempre el mismo: Lucius.

G. Alföldy puso en diversas ocasiones de manifiesto que Tarraco, gracias a su organización administrativa, fue una activa plataforma para la promoción personal y el salto a las clases sociales privilegiadas, constituyendo el culto imperial uno de sus pilares fundamentales15. Hemos de anticipar que las promociones al orden ecuestre se atestiguan sobre todo a partir de los flavios, cuando asimismo se incrementa la presencia de senadores de las elites locales, que llegaron al consulado con Domiciano y sobre todo bajo el reinado de Trajano16. Mencionemos, entre los ejemplos de cronología temprana, a Raecius Gallus, Tauri filius, que entre los años 70-73 fue flamen provinciae Hispaniae citerioris y que desde este cargo ascendió al ordo senatorius17. Traigamos también a colación otros dos senadores del siglo I d.C. atestiguados en Tarraco: M. Fabius Priscus, mencionado como dedicante en una inscripción, hoy perdida, hallada en una villa del ager18; el segundo senador, para nosotros desconocido, fue adlectus inter tribunicios por Vespasiano19. Cabe pensar en este último caso y en el de Raecius Gallus, también flamen perpetuo del emperador Vespasiano, que en el ascenso de ambos un factor determinante fue su proximidad a Galba y su participación contra el partido neroniano, lo cual fue recompensado por Vespasiano, época en la que además hemos de mencionar que en Tarraco se acomete la gran reforma de toda la parte alta, con un enorme complejo monumental cuya construcción se alargó hasta Domiciano20.

(13) Es el caso de varios Licinios cuyo nomen consta en inicial y de Lucius Licinius Chresimus, con marcas atestiguadas sobre dolia, cf. BERNI, Piero, CARRERAS, César, OLESTI, Oriol, Op. cit 2005, págs. 171-179. (14) IRC IV, 62. (15) ALFÖLDY, Géza, Tarraco, Fòrum 8, Tarragona, 1991, págs. 72-74, ALFÖLDY, Géza, “Sociedad y epigrafía en Tarraco”, S. Armani, B. Hurlet, A.U. Stylow (edd.), Epigrafía y sociedad en Hispania durante el Alto Imperio: estructuras y relaciones sociales, Acta Antiqua Complutensia IV, Madrid 2003, págs. 159-176 e Id. “Introducción histórica”, en X. Dupré 2004, pág. 11; GOROSTIDI, Diana, RUIZ, Julio C., “The Flavian oficina lapidaria Tarraconense: color and texture in the service of Rome”, Studia Europaea Gnesnensia 16 (2017), pág. 326. Para las reformas flavias, v. especialmente, MACIAS, Josep M. et alii, Planimetria Arqueològica de Tarraco, ICAC, Tarragona 2007 y MAR, Ricardo et alii, Tarragona. Arquitectura y urbanismo de una capital provincial romana, vol. II. La ciudad imperial, URV-ICAC, Tarragona 2015. (16) LE ROUX, Patrick, “Les sénateurs d’Hispania Citerior au Haut-Empire Romain”, Epigrafia e ordine senatorio, Tituli 5, vol. 2, Roma, 1982 (a) págs. 443-448; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, “Les sénateurs hispaniques et le pouvoir d’Auguste à Trajan”, M. Navarro, S. Demougin (edd.), Élites Hispaniques, Ausonius, Burdeos 2001, págs. 205-211; NAVARRO, Francisco Javier, “Senadores y caballeros hispanos de época flavia”, J.F. Rodríguez Neila, E. Melchor Gil (edd.), Poder central y autonomía municipal: la proyección pública de las elites romanas en Occidente, Córdoba 2006, págs. 185-209. (17) CIL II2/14, 992, con bibliografía exhaustiva; ALFÖLDY, Géza, Op. cit. 2003, págs. 165-166; CABALLOS, Antonio, Los senadores hispanorromanos y la romanización de Hispania, Sevilla, 1990, vol. II, págs. 279-280; BOSCS- PLATEAUX, Françoise des, Un parti hispanique à Rome?. Ascension des élites hispaniques et pouvoir politique d’Auguste à Hadrien (27 av. J.-C. – 138 ap. J.-C.), Casa de Velázquez vol. 32, Madrid, 2005, pág. 447. En estas obras se trata de la relación familiar entre padre e hijo, por vía de parentesco natural o a través de una adopción. (18) CIL II2/14, 2291; CABALLOS, Antonio, Op. cit. 1990, vol. I, págs.143-144; GOROSTIDI, Diana, Op. cit. 2010, núm. 6, págs. 62-63. (19) CIL II2/14, 999. (20) BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 293-294.

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El culto imperial provincial constituyó una puerta abierta al ascenso al rango ecuestre y de éste al de los senadores, como acabamos de comentar. De esta manera es notabilísimo el elenco de flamines de la provincia de Hispania Citerior que son homenajeados en Tarraco, después de haber culminado una brillante carrera municipal21; a un buen número de ellos, el concilium P.H.C. les erigió estatuas con sus correspondientes pedestales, que es la parte que se nos ha conservado, en la gran plaza de representación del llamado foro provincial, en la parte alta de Tarraco.

Dos de estos flamines recibieron sendos homenajes también en Barcino por parte del ordo decurionum. Uno de ellos fue Cayo Julio Séneca Liciniano; aunque consta su adscripción a la tribu Aniense, propia de Caesar Augusta, podría haber tenido antepasados de esta ciudad pero él mismo ser un barcinonense, lo que explicaría el homenaje público de que fue objeto22 (fig. 2). Una hipótesis muy sugestiva es la que propone identificar este caballero con Liciniano, amigo de Marcial y bilbilitano como él, al que se refiere en el libro I de sus Epigramas (I, 49; I, 61), refiriendo sus intereses en Tarraco y en la costa de la Layetania y su amistad con Licinio Sura23.

El segundo flamen provincial al que se le erigió un pedestal en el foro de Barcino, hoy perdido, fue Lucio Gavio Romano Vibio Secundo, perteneciente a la tribu Tromentina; es un caso único de esta tribu en la península Ibérica, pero sus poliónimos permiten vislumbrar que naciera como un Vibio y fuera adoptado por un Gavio itálico, lo que no excluye que pudiera ser originario de Barcino. Nuestro Gavio Romano fue también homenajeado en Tarraco, seguramente en un pedestal que asimismo no se ha conservado y Figura 2. Pedestal de Cayo Julio Séneca Liciniano, dedicado por L. Emilio Saturnino, un conservado en el MAC. (IRC IV, 41). Foto O. Clavell. liberto que en Barcino ejerció el sevirato augustal, otorgado de manera gratuita por decreto del ordo24.

Otra puerta abierta al rango ecuestre en Tarraco fue el ejercicio de las prefecturas, entre las que cuenta una muy efectiva que debía tener como escenario la zona

(21) ALFÖLDY, Géza, Flamines provinciae Hispaniae citerioris, Anejos de AEspA VI, Madrid 1973 y cf. ahora el largo índice en CIL II2/14, fasc. 4, págs. 1123-1124. Cf. también PANZRAM, Sabine, Stadtbild und Elite: Tarraco, Corduba und Augusta Emerita zwischen Republik und Spätantike, Stuttgart 2002, págs. 43-66. (22) IRC IV, 41; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 687-688, núm. 232. (23) ABASCAL, Juan Manuel, “Licinianus (Marcial I 49 y 61), ¿C. Iulius Seneca Licinianus (CIL II 6150)?”, Hermes 139 (2011), págs. 358-364. (24) IRC IV, 40; CIL II2/14, 1141; FASOLINI, Donato, Le tribú romane della Hispania Tarraconensis, Milán 2012, págs. 171-172 y 454. Para el pedestal barcelonés de Emilio Saturnino, IRC IV,10.

Anas 29-30 (2016/2017) pp. 289-311 ISSN:1130-1929 Relaciones entre Tarraco y Barcino a través de sus senadores y caballeros… 295 costera: la prefectura de la ora maritima ejercida mayoritariamente por personajes oriundos de Tarraco, institución que demuestra su vitalidad en época flavia, perdurando hasta bien entrado el siglo II25. La prefectura de la ora maritima, en ocasiones unida a la de las islas Baleares26 y relacionada con las cohortes I, II y novae tironum27, fue ejercida casi siempre por personajes tarraconenses, adscritos a la tribu Galeria, con alguna excepción. Nos referimos a Tiberio Claudio Paulino, perteneciente a la Quirina, pero que seguramente ejerció sus cargos municipales en Tarraco. Por otra parte, tenemos un Marco Porcio en cuya inscripción leemos Narbonensi, pero más que una origo se trata de un cognomen propiamente dicho28 y por su adscripción a la tribu Galeria no podemos excluir que fuera oriundo de Tarraco.

Algunos de estos praefecti, ejercieron también el flaminato provincial como culminación de su carrera en Tarraco y de esta manera lo tenemos atestiguado para tres personajes29. La prefectura de la ora maritima tenía su sede en Tarraco, pero su radio de acción se extendía por buena parte de la costa, como dejan patentes las especificaciones conventus Tarraconensis, Laeetanae y la dedicatoria por parte de un barcinonense, Lucio Valerio Latino30.

Asimismo se ha podido comprobar que algunos de estos praefecti fueron propietarios notables en el ager Tarraconensis. El caso más claro y bien documentado es el de M. Clodio Marcial ya que su familia pudo ser la propietaria de un fundus en el término de Riudoms ya que en dos yacimientos cercanos se han hallado sellos sobre dolia de fabricación local; la propiedad pudo extenderse hasta el término de Reus donde se hallaron fragmentos de ánfora Dressel 2-4 locales. Hay, sin embargo, un problema cronológico ya que este tipo de ánforas no va más allá del 50 d.C.; por ello es posible que este patrimonio se remontara al padre del caballero Clodio Marcial que ejerció sus funciones más tarde, en época flavia o quizás ya dentro del siglo II. Continúa siendo primordial que se pueda relacionar la epigrafía monumental urbana con las producciones cerámicas del ager que ponen de relieve el interés de las elites por el campo y su productividad, que podemos suponer asociada al vino31.

La riqueza epigráfica de Tarraco y Barcino es tan enorme que, por fuerza, hemos de ceñirnos a unos ejemplos seleccionados dentro de la cronología que nos hemos

(25) LE ROUX, Patrick, L’armée romaine et l’organisation des provinces ibériques d’Auguste à l’invasion de 409, París, 1982 (b), págs. 153-157; CIL II2/14, 1010-1016, 1019, 1139, 1147, 1148, 1161 y cf. el índice en CIL II2/14, fasc. 4, pág. 1112. Estudios clásicos sobre esta prefectura son los de BARBIERI, Guido, “Il praefectus orae maritimae”, RFIC, n.s. 19 (1941) págs. 268-280 (=Scritti minori, Roma 1988, págs. 241-253) e Id. “Ancora sul praefectus orae maritimae”, RFIC, n.s.24 (1946), págs. 166-171 (=Scritti minori, Roma 1988, págs. 255-260). (26) CIL II2/14, 1014-1015. (27) CIL II2/14, 1010-1013, 1016, 1019; ALFÖLDY, Géza, “El ejército romano en Tarraco”, A. Morillo (ed.), El ejército romano en Hispania. Guía Arqueológica, León 2007, págs. 504-506. (28) Cf. el comentario de G. ALFÖLDY en CIL II2/14, 1161; Cf. también ALFÖLDY, Géza, Op. cit. 1973, pág. 85, núm. 55, y DEVIJVER, Hubert, “The Career of M. Porcius Narbonensis (CIL II 4239), Ancient Society 3 (1972), págs. 165-191 (=The Equestrian Officers of the Roman Imperial Army Amsterdam 1989, págs. 29-55 (con addenda) e Id. Prosopographia militiarum equestrium quae fuerunt ab Augusto ad Gallienum V, suppl. II, Leuven/Lovaina, 1993, pág. 2210. (29) CIL II2/14, 1139, 1147-1148, 1161. (30) CIL II2/14, 1010, 1148 y 1013 respectivamente. (31) Para el pedestal tarraconense de Clodio Marcial, CIL II2/14, 1015 y para los sellos anfóricos y sobre dolia, cf. GOROSTIDI, Diana, Op. cit. 2010, págs. 36, 158-159, 161, 166-168, con edición, foto y lectura de los textos en págs. 175- 177 (núms. 137-138), 204-205 (núms. 169-170), a cargo de P. Berni.

Anas 29-30 (2016/2017) pp. 289-311 ISSN:1130-1929 296 ISABEL RODÀ propuesto. Para ello, volvamos a retomar la gens Licinia con dos de sus miembros, ambos magistrados municipales en Tarraco y que ejercieron la prefectura de la ora maritima.

El primero, sería Publio Licinio Laevino, que pasó por todos los cargos municipales, edilidad incluida, y culminó su carrera como praefectus cohortis novae tironum orae maritumae. Su praenomen es Publius, pero era hijo de un Lucius, más habitual en la zona durante los primeros tiempos del Imperio como hemos visto, aunque ya bien entrado el siglo I comprobaremos que hay mayor variedad en los praenomina. Este personaje con toda probabilidad era oriundo de Tarraco32.

Más interesante resulta para nuestro objetivo establecer relaciones entre las elites de diferentes ciudades, en especial de Barcino, y Baetulo a través del caballero Quinto Licinio Silvano Graniano33, hijo de un Marco y adscrito a la tribu Galeria a quien la provincia de Hispania citerior le erigió en Tarraco un pedestal, hoy perdido, como flamen provincial de Roma y de los Augustos y antes fue prefecto de la ora maritima y procurator Augusti34. Otro pedestal, conservado pero muy deteriorado y con mención de los mismos cargos, le fue erigido por Caius Terentius Philetus, domo Roma, que consta asimismo como el dedicante de otro pedestal a la flaminica provincial y esposa de Silvano Graniano, Baebia Galla, como era frecuente para este cargo político-religioso ya que las faminicae acostumbraban a ser las esposas de los flamines provinciales35. Además este último documento tiende un puente entre un notable de Tarraco y una mujer perteneciente a una gens de prestigio consolidado en Saguntum, aunque no podamos establecer lazos seguros de parentesco ya que nuestra Baebia Galla era hija de Titus, praenomen que no aparece atestiguado entre los Baebii saguntinos36.

Quinto Licinio Silvano Graniano desarrolló una brillante carrera dentro del ordo equester y por ello fue homenajeado con sendos pedestales erigidos en época flavia, hacia los años 80-90 d.C. Se ha pensado que su origo pudiera ser Tarraco o Baetulo, ya que su hijo y nieto, fueron homenajeados en esta segunda ciudad, como veremos. Anticipamos que nos inclinamos más bien por considerar este caballero como originario de Tarraco por los cargos que desempeñó y por su matrimonio con una flaminica del culto imperial a nivel provincial.

El hijo de este caballero, homónimo de su padre, y por ello, hijo de Quinto, ascendió a senador en los primeros tiempos de Trajano, siendo cooptado por los Baetulonenses como patrono, según consta en la tabula de hospitalidad, fechada el 8 de junio del año 9837, dentro de un tipo de pacto que se daba entre la clase senatorial. Más tarde, en el año 106 d.C., llegaría al consulado que lo ejercería con Lucio

(32) CIL II2/14, 1019; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 643-644, núm. 179. (33) BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 642-643, núm. 177. (34) CIL II2/14, 1147; ALFÖLDY, Géza, Op. cit. 1973, pág. 77, núm. 38. (35) CIL II2/14, 1178; ALFÖLDY, Géza, Op. cit. 1973, págs. 49-53 y págs. 94-95 para Baebia Galla. (36) ALFÖLDY, Géza, Los Baebii de Saguntum, Valencia 1977, pág. 75; CIL II2/14, fasc. 4, págs. 1079-1080. (37) IRC I, 139; LE ROUX, Patrick, Op. cit. 1982 (a), págs. 443-444, núm. 10; CABALLOS Antonio, Op. cit. 1990, vol. I, págs. 180-182, núm. 101; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 537-538, núm. 82; BELTRÁN, Francisco, PINA, Francisco, “Clientela y patronos en Hispania”, J. López Vilar (ed.), Tarraco Biennal. Actes 1er Congrés Internacional d’Arqueologia i Món Antic. Govern i societat a la Hispània romana, novetats epigràfiques. Homenatge a Géza Alföldy (Tarragona 2012), Tarragona 2013, pág. 59, nota 51 para las no muy numerosas tábulas de hospitalidad en Hispania.

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Minicio Natal, padre. Tenemos un caso más del salto que una familia podía dar desde el ordo equester de Tarraco al senatorius. El hijo de este cónsul, fue homenajeado públicamente por decreto de los decuriones de Baetulo con un pedestal cuando estaba en los inicios de su carrera como senador ya que tan sólo se especifica que era en aquel momento triunviro monetal y tribuno militar de la legión VI Victrix Pia Fidelis38. De este joven senador no tenemos más noticias sobre la evolución posterior de su cursus, pero en cambio es muy interesante su onomástica: Quinto Licinio Silvano Graniano Cuadronio Próculo.

En el año 106 d.C. los cónsules fueron Q. Licinio Silvano Graniano y L. Minicio Natal, dos senadores hispánicos cuyas carreras fueron unas de las que se vieron favorecidas por el ascenso al trono de Trajano. Estos dos colegas en el consulado tuvieron respectivamente dos hijos, ambos con un idéntico nombre, Quadronius, lo que parece establecer un lazo de parentesco a través de unas para nosotros desconocidas mujeres de la gens Quadronia, sin excluir de todas maneras un proceso de adopción. De esta manera se explican los poliónimos de Quinto Licinio Silvano Graniano Cuadronio Próculo y de Lucio Minicio Natal Cuadronio Vero39.

Hemos de hacer constar la extrema rareza del nomen Quadronius40 ya que en Hispania tan sólo está atestiguado a través de estos dos senadores y, más allá de la península Ibérica únicamente hay otros Quadronii en la vecina Narbonense; los tenemos en cuatro inscripciones41. Por ello se han elaborado diversas hipótesis sobre el origen narbonense de esta gens42, aunque quizás es más probable en todo caso que los Quadronii narbonenses, en su mayoría libertos y seviros augustales excepto el A. Cuadronio de CIL XII 3167, no fueran los antepasados de nuestros senadores Licinio y Minicio sino más bien que los C. Quadronii narbonenses pudieran ser libertos de los Licinios y Minicios de Baetulo y Barcino43. Que ambas familias senatoriales eran terratenientes en nuestra zona parece evidente, ya que, por ejemplo, los Minicii Natales seguramente fueron los propietarios del fundus Minicianum que la documentación medieval transcribe como Miziano/ Minciano44; además, en el centro urbano, donaron unas termas públicas en Barcino, solo suo, es decir en un terreno de

(38) IRC I, 138; LE ROUX, Patrick, Op. cit. 1982 (a), págs. 443 ss.; CABALLOS, Antonio, Op. cit. 1990, vol. I, págs. 182-183, núm. 102; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 549-550, núm. 92. (39) Para los Minicii Natales, padre e hijo, cf. IRC IV, 30-34. RODÀ, Isabel, “Le iscrizioni in onore di Lucius Minicius Natalis Quadronius Verus”, Dacia XXII (1978), págs. 291-223, y Ead. “Luci Minici Natal Quadroni Ver i la societat barcelonina del seu temps”, Revista de Catalunya 22 (1988), págs. 37-51.; LE ROUX. Patrick Op. cit. 1982 (a), págs. 446- 448 y 456, núm. 2; CABALLOS, Antonio, Op. cit. 1990, vol. I, págs. 226-229, núms. 127-128; ECK, Werner, NAVARRO, Francisco Javier, “Das Ehrenmonument der Colonia Carthago für L. Minicius Natalis Quadronius Verus in seiner Heimatstat Barcino”, ZPE 123 (1998), págs. 237-248; ECK, Werner, PANGERL, Andreas, “L. Minicius Natalis in einem weiteren Militärdiplom für Pannonia Superior”, ZPE 180 (2012), págs. 287-294; BOSCS-PLATEAUX. Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 538-540, núm. 83 y 585-587, núm. 124. Sobre la cuestión de la atribución de la inscripción fragmentaria IRC I, 31, en lugar de a Minicio Natal padre a Lucio Julio Urso Serviano, conjetura que creemos improbable; aludiremos más adelante a este influyente personaje, cf. NAVARRO, Francisco Javier, “Un anónimo senador procedente de Barcino”, C. Alonso del Real et al. (edd.), Urbs Aeterna. Homenaje a la Profesora Carmen Castillo, Pamplona 2003, págs. 663-677. (40) YAMAMOTO, Haruki, “Autour des Quadronii en Narbonnaise et en Tarraconaise”, Shigaku-Ronsou (Review of Historical Studies) XLVI (2016), Beppu University (Japan), págs. 73-75. (41) LÖRINCZ, Barnabas, Onomasticon Provinciarum Europae Latinarum IV, Viena 2002, pág. 15; CIL XII 3167, 4414- 4415, 5081. (42) WIERSCHOWSKI, Lothar, Fremde in Gallien-‘Gallier’ in der Fremde. Die epigraphisch bezeugte Mobilität in, von und nach Gallien vom 1. Bis 3. Jh. N. Chr., Stuttgart 2001, págs. 212-214, a nuestro parecer excesivamente imaginativo; CHRISTOL, Michel, “De la notabilité locale à l’ordre sénatorial: les Iulii de Nîmes”, Latomus 60 (2001), pág. 629. (43) FRANKE, Thomas, “Quadronius-sozialer Aufstieg in 250 Jahren?”, Laverna 4 (1993), págs. 69-80; KRIECKHAUS, Andreas, Senatorische Familien und ihre Patriae (1./2.Jahrhundert n. Chr.), Hamburgo 2006, pág. 97. (44) OLESTI, Oriol, Op. cit. 2005, pág. 166; cf. la bibliografía citada para Barcino en la nota 6. Para un más problemático fundus Silvianum, cf. OLESTI. Oriol, Op. cit. 2005, pág. 170-171.

Anas 29-30 (2016/2017) pp. 289-311 ISSN:1130-1929 298 ISABEL RODÀ su propiedad45. Lo que no está probado, aunque se ha apuntado46 y es muy posible, es que debieran su riqueza a la elaboración y comercialización del vino.

Una vez más, de todas maneras, a través de la rareza del nomen Quadronius, se pone de manifiesto la intensa relación que hubo entre Narbo y Barcino a pesar de corresponder a dos provincias distintas47, lo cual encaja perfectamente en una época en que se tejió una red de contactos de los senadores hispánicos con la Narbonense y también con Italia, como comentaremos más adelante.

Es más que probable, dadas las relaciones como cónsules del año 106 d.C, y la coincidencia en los nombres de sus dos hijos, que Licinios Silvanos y Minicios Natales, estuvieran emparentados. De esta manera vemos como se tejen las relaciones a partir de un caballero de Tarraco y el hijo y nieto de éste, senadores y bien atestiguados en Baetulo, con la familia senatorial más genuina de Barcino, los Minicii Natales, padre e hijo. Constituyen indicios del modo en que se estrechan los círculos familiares dentro de las clases privilegiadas de nuestras ciudades.

Nada más sabemos sobre la familia de los Minicii Natales en Barcino, más allá de unos probables libertos suyos48. El hallazgo de una nueva inscripción en Tarraco ha permitido poner de manifiesto el peso de la gens en la capital provincial y en el conventus Tarraconensis, aunque no se puedan establecer relaciones familiares entre los personajes atestiguados en las diversas ciudades, a pesar del predominio del praenomen Lucius49, sin poder excluir no obstante que pudieran pertenecer a su círculo de clientes o libertos.

Llegados a este punto es interesante constatar la dedicatoria por parte de Lucio Minicio Aproniano, brillante magistrado municipal en Tarraco, al dios Apolo en la localidad de Caldes de Montbui50 (fig. 3), que la epigrafía nos atestigua con organización municipal aunque no nos especifica si fue una de las Aquae Calidae, cosa probable pero no probada. En esta inscripción se hace constar su origo, Tarraconensis , y por los epígrafes de la ciudad de Tarragona y de su ager51, sabemos que era un personaje acaudalado que mandó poner por testamento una estatua de 15 libras de plata en honor del Genio de la colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraconensium; por otra parte, el pedestal erigido post mortem por sus herederos y hallado en lo que debió ser una finca de su propiedad, nos informa de que fue flamen divi Traiani Parthici, lo que sitúa al personaje y sus monumentos en época de Adriano/Antonino Pío; se ha apuntado una posible adopción por parte de los Minicii de Barcino, idea atractiva pero no demostrable.

(45) IRC IV, 30. (46) FRANKE, Thomas, Op. cit. 1993. (47) RODÀ, Isabel: “La escultura del sur de la Narbonense y del norte de Hispania Citerior: paralelos y contactos”, P. León, T. Nogales (edd.), Actas de la III Reunión sobre Escultura romana en Hispania (Córdoba 1997), Madrid 2000, págs. 173-196. (48) IRC IV, 1, 191; quizás también pudiera haberlo sido la Minicia Iucunda de IRC IV, 161, casada con un liberto. (49) ANDREU, Javier, OTIÑA, Pedro, CURULLA, Òscar, “Un nuevo documento sobre los Minicii de Tarraco”, Butlletí Arqueològic 26 (2006), págs. 199-210 e Idd. “Los Minicii de Tarraco. En torno a un nuevo documento epigráfico tarraconense”, Epigraphica LXX (2008), págs. 193-117. Cf. la nómina de Minicios en Tarraco en CIL II2/14, fasc. 4, pág. 1087. (50) IRC I, 34; IRC V, pág. 18; ANDREU, Javier, OTIÑA, Pedro, CURULLA, Óscar, Op. cit. 2008, págs.109-110. (51) CIL II2/14, 819 y 2293; GOROSTIDI, Diana, Op. cit. 2010, núm. 8, págs. 65-66.

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Minicio Aproniano no fue el único personaje de orígenes tarraconenses que dedicó su voto a Apolo en Caldes de Montbui; podemos aducir otros dos que homenajearon también a la misma divinidad: Marcus Fonteius Novatianus y Lucius Vibius Alcinous52. El primero debió ser el padre de L. Fonteius Maternus Novatianus, flamen provincial y equo publico donato por el emperador Nerva, lo cual nos sitúa en 96-98 d.C.53; ello nos cuadra, además, con la cronología ya que el pedestal de Caldes, con el desplazamiento superior del texto, encaja bien en una cronología flavia. Respecto a Lucio Vibio Alcinoo, a finales del s. I o comienzos del II, él mismo homenajea en Tarraco a su liberta y esposa, Vibia Felícula y es a su vez objeto de homenaje por parte de su liberto Vibio Silvano54; en este último caso nos movemos no entre magistrados Figura 3. Pedestal dedicado a Apolo por el y caballeros, sino en ambientes de tarraconense Lucio Minicio Aproniano, de Caldes de Montbui (¿Aquae Calidae?), IRC I, 34. Museu de clases dependientes, aunque con un Caldes de Montbui. Foto P.Ll. Artigues potencial notable.

Con todo ello, establecemos de nuevo relaciones a partir de la capital provincial, Tarraco con una zona próxima a Barcino, centrada en el importante centro salutífero de Caldes de Montbui, como vemos muy visitado por las elites de la capital provincial y que tuvo como una de las principales divinidades a Apolo; además de las inscripciones que le invocan y que hemos mencionado, se ha encontrado una excelente cabeza de mármol pario en las recientes excavaciones llevadas a cabo en el recinto termal55.

Como vemos, nos movemos siempre entre una cronología flavia y principios del siglo II d.C. y hemos de pensar: ¿quién era el tarraconense más influyente del momento? La respuesta es: Lucio Licinio Sura. Siendo como fue uno de los personajes claves del reinado de Trajano, poco es lo que sabemos de él ya que las inscripciones son escasas, controvertidas y cuando aparece más reiteradamente recordado es en la larga serie de pedestales dedicados en el foro de Barcino a su liberto, Lucio Licinio Secundo56 (fig. 4).

(52) IRC I, 33 y 35; IRC V, pág. 18. (53) CIL II2/14, 1137-1138; ALFÖLDY, Géza, Op. cit. 1973, núm. 27, pág. 72. (54) CIL II2/14, 1349-1350. (55) PÉREX, Mª Jesús, MIRÓ, Carme (edd.), Ubi aquae ibi salus. Aguas mineromedicinales, termas curativas y culto a las aguas en la Península Ibérica (desde la Protohistoria a la Tardoantigüedad), UNED, Madrid 2018, págs.198-202; RODÀ, Isabel et alii, “Una testa ideal inédita en las termas públicas de Caldes de Montbui”, XVI Internationales Kolloquium zum Provinzialrömischen Kunstschaffen (Tübingen 2018) en prensa. (56) RODÀ, Isabel, “Lucius Licinius Secundus, liberto de Lucius Licinius Sura”, Pyrenae, 6 (1970), págs. 167-183; IRC IV, 83-104, págs. 163-188; IRC V, págs. 113-114. Para Licinio Sura, RODÀ, Isabel, “Lucius Licinius Sura, Hispanus” I. Piso, R. Varga (edd.), Trajan und seine Städte (Cluj-Napoca 2013), Cluj-Napoca 2014, págs.21-35 y bibliografía citada en la nota 58.

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Como hemos mencionado al principio, la erección del arco de Berà por mandato testamentario de Lucio Licinio Sura, de la tribu Sergia, en época del emperador Augusto, hacen de este personaje un antepasado familiar directo del homónimo personaje trajaneo que sería por lo tanto un tarraconense dotado de un rico patrimonio familiar. Fue uno de los contados senadores que alcanzó por tres veces el consulado, la última de las cuales en el 107 d.C., poco tiempo del cual moriría en circunstancias poco claras. En un nítido cuadro elaborado por W. Eck57, destaca que el mayor número de consules iterum (16) coincide con los años del reinado de Trajano, siendo 3 los que lo fueron por tercera vez, número sólo igualado en tiempos de Domiciano, cuando los consules iterum llegaron a 7. Sólo por ello, la figura de Sura ya destacaría con méritos propios, a lo que cabe sumarse la estrecha colaboración y amistad personal que le manifestó Trajano.

A pesar de ello, son pocos los testimonios directos que tenemos de tan eminente senador58. Nada sabemos de su familia; Marcial, como hemos recordado más arriba, nos informa que fue amigo del bilbilitano Liciniano que se ha propuesto identificar con el caballero barcinonense Julio Séneca Liciniano59. En el conventus Tarraconensis son dos las inscripciones fragmentarias, perdidas ambas, que se han puesto en relación con Licinio Sura. La de Tarraco pensamos que ha quedado definitivamente descartada por la acertada interpretación de G. Alföldy que ha visto en ella la mención de un magistrado municipal que llevaba como cognomen Sergianus60. La inscripción de Barcino61 continúa siendo problemática porque en ella se mencionan unos trumphalia ornamenta que no sabemos si fueron concedidos a Licinio Sura, pero hemos de tener siempre en cuenta la parquedad de datos que poseemos sobre este personaje principalísimo; por ello no descartaríamos de manera definitiva que el texto barcinonense hubiera podido corresponderle. Además de la interpretación de la inscripción como alusiva a Licinio Sura, G. Alföldy propuso reconocer en el exiguo texto a Plautius Silvanus Aelianus, cónsul sufecto del 45 y gobernador de la Citerior entre 70 y 73 d.C.62, pero de él no tenemos atestiguada ninguna relación con la ciudad. Otra identificación, que me parece más alejada de la realidad, es la que propone pensar en M. Licinio Craso Frugi, el hijo del gobernador63.

Que Lucio Licinio Sura tenía intereses económicos en las áreas de Tarraco y Barcino, resulta evidente, tanto por el patrimonio familiar como por la figura omnipresente de su liberto, Lucio Licinio Secundo que fue primero seviro augustal de Tarraco y después lo fue de Barcino, siendo el permanente accensus durante los tres consulados de su patrón, el último de los cuales fue desempeñado en el año 107 d.C., poco tiempo después de lo cual, Sura desaparece de escena. Continúa pareciendo grandioso y sorprendente que en tan sólo poco más de un año (107-108

(57) ECK, Werner, “Consules, consules iterum und consules tertium. Prosopographie und Politik”, G. Zecchini (ed.), ‘Partiti’ e fazioni nell’esperienza politica romana, Milán 2009, pág. 166. (58) LE ROUX, Patrick, Op. cit.1982 (a), págs. 445 ss. y 457, núm. 3; CABALLOS, Antonio, Op. cit. 1990 vol. I, núm. 103, págs. 183-193, núm. 103; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 496-502, núm. 50. (59) Cf. nota 23. (60) CIL II2/14, 1218. (61) IRC IV 39. (62) ALFÖLDY, Géza, Op. cit. 1969, págs 17-18. (63) NAVARRO, Francisco Javier, “M. Licinio Craso Frugi y la ciudad de Barcino”, P. Castillo, P. Iguácel (edd.), Studia historica in honorem Prof. Urbano Espinosa, Universidad de la Rioja 2018, V. nota 10.

Anas 29-30 (2016/2017) pp. 289-311 ISSN:1130-1929 Relaciones entre Tarraco y Barcino a través de sus senadores y caballeros… 301 d.C.) se le erigieran tantos monumentos por parte de tan diversos dedicantes a este poderoso liberto en el foro barcinonense ya que es lógico que le fueran dedicados en vida todavía de su influyente patrón. La razón que parece evidente es que Lucio Licinio Secundo velaba por los intereses de Sura y tenía en su mano la llave para llegar a tan alto personaje. Debía cuidar de sus pro - piedades en ausencia de su patrono, entre las que se contarían fincas como la que la documentación medieval nombra como Liciniano/Liciano64 en una ubicación a mitad de camino entre Barcino y Auso (Vic), ciudades bien comunicadas a través de la vía que corría a lo largo del río Congost; este hecho podría deberse la erección de uno o quizá dos pedestales a Secundo parte de los ausetanos; el Figura 4. Pedestal dedicado a Lucio Licinio Secundo que es seguro fue levantado por por los decuriones ausetanos (IRC IV, 83). MAC. Foto decreto de los decuriones ausetanos O. Clavell. en el foro barcinonense (fig. 4)65, interesados por tener una buena relación con el poderoso senador y rico propietario Sura y su liberto, Secundo.

Un reciente descubrimiento ha venido a abundar en la sólida riqueza de estos personajes ya que en la domus más ostentosa de Barcino en torno al 100 d.C. había un interesante grafito; en una de las paredes exteriores se escribió LICINI (uacat) S[- - -] que es absolutamente tentador reconstruir como Licini S[ecundi], seguido quizás de la especificación domus, es decir: la casa de Licinio Secundo66.

El notorio peso de una figura como la de Licinio Sura coincidió con un momento de promoción de los senadores hispanos y especialmente para nuestra zona su influencia debió ser decisiva. No en vano fueron contemporáneos los Minicios Natales de Barcino y los Licinios Silvanos Granianos de Tarraco y Baetulo que, como hemos visto, establecieron estrechas relaciones entre ellos. De todas maneras, resulta evidente que la consolidación de los consulares hispanos iniciada bajo Domiciano tuvo lugar bajo el reinado de Trajano y continuó bajo el de Adriano67; hay

(64) Cf. nota 12. (65) IRC IV 83. Quizás en la lectura que se nos ha transmitido de IRC IV, 91 como un extraño y desconocido collegium Assotan(norum) pudiera en realidad interpretarse como una errónea transcripción de Ausetan(norum). (66) GOROSTIDI, Diana, “Els grafits de Licinius i altres grafits de la domus d’Avinyó”, La Domus d’Avinyó. El luxe d’una casa de Barcino, MUHBA, Documents 13, Barcelona 2018, págs. 60-63. (67) ALFÖLDY, Géza, “Spain”, A. K. Bowman, P. Garnsey, D. Rathnone (edd.), The Cambridge Ancient History, vol. XI. The High Empire, A.D. 70-192, Cambridge 2000, págs. 444-461; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2001, págs. 207-211. Cf. nota 16.

Anas 29-30 (2016/2017) pp. 289-311 ISSN:1130-1929 302 ISABEL RODÀ que tener en cuenta el apoyo que entre ellos halló el nuevo emperador Trajano y el hecho de que extendieron su red de alianzas a Italia y a la Narbonense68, formándose lo que se ha dado en llamar un “partido hispánico”69.

Hemos intentado poner de manifiesto los contactos entre las elites senatoriales y ecuestres mediante ejemplos señeros. La capital, Tarraco, cobra la primacía pero, si atendiésemos a una cierta tradición historiográfica, el número de senadores originarios de Barcino se acrecentaría de manera evidente. Pero, como veremos, no podemos considerarlos como tales.

Una especificidad de la pequeña colonia de Barcino es la abundante presencia de miembros de la gens Pedania, que llegan a monopolizar el 5% de las inscripciones de la ciudad. En cambio en Tarraco, cuyo corpus epigráfico cuadriplica el barcinonense, sólo tenemos en una inscripción funeraria del s. II d.C. una Paedania Crescentina (corrupción de Pedania), que G. Alföldy supone relacionada con la familia barcinonense70.

Ante tan desconcertante y abrumadora presencia de Pedanii en Barcino, R. Syme apuntó el origen barcelonés de la familia, o familias, de senadores71. A partir de este momento han sido diversos los autores que fueron admitiendo esta posibilidad72, tanto para la rama de los L. Pedanii Secundi como de los Cn. Pedanii Salinatores73.Por su parte, A. Caballos en su fundamental recopilación de los senadores hispanorromanos, incluye a los senadores Pedanii en la parte que titula “senatores incerti et incerta origine”, dejando por lo tanto abierta la posibilidad de su origen peninsular74. De todas maneras, ya P. Le Roux en 1982 advirtió la escasa probabilidad de que L. Pedanio Secundo, el cónsul del 43 d.C. fuera de Barcino, ciudad pequeña y de fundación augustea, preguntándose cómo tan sólo en medio siglo hubiera podido un barcinonense llegar al orden senatorial y ser cónsul, procónsul de Asia y también prefecto del pretorio75. Fr. Chausson declara abiertamente en su estudio que el origen barcinonense de los Pedanii es incierto76.

(68) BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 297-307. (69) BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 315-316. (70) CIL II2/14, 1294. (71) SYME, Ronald, Tacitus, vol II, Oxford 1958, págs 460, 599, n. 9, 794, n.15; Id., Op. cit. 1981, pág. 282. (72) ETIENNE, Robert, “Les sénateurs espagnols sous Trajan et Hadrien”, Les empereurs romains d’Espagne (Madrid- Italica 2964), París 1965, pág. 63, núm. 10 y Op. cit. págs 69-70, núm. 27; AE 1966, 462 alude también al posible origen barcinonense; ECK, Werner, Senatoren von Vespasian bis Hadrian. Prosopographische Untersuchungen mit Einschluss des Jahres und Provinzialfasten, Munich 1970; CÉBEILLAC, Mireille, Les ‘quaestores principis et candidati’ aux Ier et IIème siècles de l’Empire, Milán 1972, pág. 77; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 445-446, núm. 6 (L. Pedanius Secundus), 475-476, núm. 34 (Pedanius Secundus Festus Munatianus), 485-487, núm. 44 (Pedanius Cn. F. Fuscus Salinator), 531-532, núm. 75 (L. Pedanius Secundus Iulius Persicus), 576-578, núm. 117 (Pedanius Fuscus); NAVARRO, Francisco Javier, “Senadores y caballeros hispanos de época flavia”, J.F. Rodríguez Neila, E. Melchor Gil (edd.), Poder central y autonomía municipal: la proyección pública de las elites romanas en Occidente, Córdoba 2006, esp. págs. 191, 201-202. Cf. también DÍAZ DE CERIO, María, “Relaciones familiares y promoción: los Iulii en el conventus Tarraconensis”, A. Caballos (ed.), Del municipio a la corte. La renovación de las elites romanas, Sevilla 2012, págs. 175-177. (73) Fr. CHAUSSON en “Le patriciat des Pedanii”, Epigraphica 75 (2013), págs. 167-186, ha confeccionado un magnífico estudio de los diferentes componentes senatoriales de los Pedanii, que podemos considerar como el estado de la cuestión puesto al día. (74) CABALLOS, Antonio, Op. cit. 1990, vol. II, págs. 413-423, núm. I43 (Pedanius Costa), núm. I44 (Pedanius Fuscus), núm. I45 (Pedanius Cn. F. Fuscus Salinator), núm. I46 (Cn. Pedanius Fuscus Salinator), núm. I57 (Cn. Pedanius Salinator), núm. I48 (L. Pedanius Secundus), núm I49 (L. Pedanius L.f. Secundus Iulius Persicus), núm. I50 (L.[Ped]anius Secundus Pompeius Festus Munatianus). (75) LE ROUX, Patrick, Op. cit. 1982 (a), págs. 448 ss. (76) CHAUSSON, François, Op. cit. 2013, p. 176.

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Por nuestra parte, y a nuestro pesar ya que sería ilusionante contar con un origen barcinonense para la ilustre familia, o familias, de senadores, nos hemos de reiterar en que no hay ningún argumento para poderlo afirmar.

Todo este embrollo tiene su inicio, además de en la enorme e insólita cantidad de Pedanii en Barcino, en un pedestal donde consta sólo la dedicatoria: L(ucio) Pedanio L(uci), f(ilio) Secundo Iulio Persico77 (fig.5). Se trata de un pedestal de dimensiones peculiares (80 x 36,5 x 30 cm), labrado en piedra de Santa Tecla, características que nos llevan a una datación en época flavia temprana. Nada más sabemos de él por ninguna otra fuente. Por su onomástica nos parece relacionable con los Lucii Pedanii Secundi y quizás pudiera ser el hijo natural o adoptivo del cónsul del 43 d.C. al que acabamos de referirnos78.

Por nuestra parte, consideramos muy Fig. 5. Pedestal de Lucio Pedanio Secundo probable su rango senatorial, aunque no Julio Pérsico (IRC IV, 37). MAC. Foto O. 79 tengamos la certeza absoluta , lo que si nos Clavell. parece seguro es que se asentó en Barcelona y que de él derivó toda la notabilísima saga personajes, siempre con el praenomen Lucius y nunca Cnaeus80, convirtiéndose en la familia más característica de Barcino entre finales del siglo I d.C. y mediados del siglo II, ya que doblado el siglo se pierde la información. La gran mayoría fueron libertos, que supieron asimismo tejer sus redes con los de otras familias, como los Trocinae, llegando a constituir un auténtico poder fáctico en el tejido social y económico de Barcino, mediante el desempeño del sevirato augustal, contemporáneamente a la red que habían establecido las familias senatoriales, como hemos visto más arriba. Otros, los menos, fueron ciudadanos y magistrados, inscritos sin embargo en la tribu Palatina, la propia de aquellos de libertad adquirida recientemente81; uno de ellos, Lucio Pedanio Clemente senior, después de haber ejercido todos los cargos en su ciudad de Barcino, fue también quinquennalis de Tarraco82.

(77) IRC IV, 37; CABALLOS, Antonio, Op. cit. 1990, vol. II, págs. 421-422, núm. 49. Cf. bibliografía citada en la nota 72. (78) Cf. PFLAUM, Hans Georg, “Réference bibliographique de Sebastián. Mariner Bigorra, Inscripciones romanas de Barcelona, (lapidarias y musivas)”, REA 76, núms. 3-4 (1974), pág. 414; RODÀ, Isabel, “La gens Pedania barcelonesa”, Hispania Antiqua V (1975), págs. 230-232; LE ROUX, Patrick, Op. cit. 1982 (a), pág. 460, núm. 19. (79) CHAUSSON, François, Op. cit. 2013, pág. 176 dice textualmente: “personnage mal identifié, de rang inconnu attesté seulement par une inscription de Barcelone”. (80) IRC IV, págs.103-105 e índice de todos los Pedanii de Barcino en pág. 405; RODÀ, Isabel, Op. cit. 1975, págs. 223- 268 y Ead., “La promoción de las elites en las ciudades del conventus Tarraconensis”, F.J. Navarro (ed.), Pluralidad e integración en el mundo romano (II Coloquio Internacional Italia Iberia-Iberia Italia, Pamplona-Olite 2008) Pamplona 2010, págs.182-184. (81) FASOLINI, Donato, Op. cit. 2012, págs. 172-173. (82) IRC IV, 69; RODÁ, Isabel, Op. cit. 1975, págs. 252-253.

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La gens Pedania barcinonense formó un grupo potente y tuvo propiedades fuera del ámbito urbano, como lo demuestra el extraordinario hallazgo en una explotación romana de Teià (Maresme), consistente en un signaculum de plomo de Epicteto, esclavo de Pedanio Clemente que regentaba la propiedad83. Este esclavo se manumitiría posteriormente, llegando a ser seviro augustal en Barcino84.

Otro senador para el que se ha supuesto un origen barcinonense es Ser. Iulius Servianus que pasó a denominarse L. Iulius Ursus Servianus85 y que compartió segundo consulado en el año 102 d.C. con Licinio Sura. Argumentos esgrimidos eran su relación con los Pedanii y que se le atribuye una estatua en Barcelona. Pero, ya hemos visto cómo la gens Pedania senatorial no tiene origen barcinonense, y la estatua, que se va mencionando de manera reiterada en la bibliografía, tiene que descartarse completamente ya que se trata de un busto de una colección que ahora se custodia en el Museu d’Arqueologia de Catalunya, en Barcelona. Por diversos autores fue considerado como obra de época moderna, pero certeramente M. Claveria ha determinado que se trata de un retrato antiguo, como también había propuesto E. Albertini, pero que representa a un desconocido y que, por su datación en época augustea, no puede corresponder evidentemente a un personaje más tardío86.

Por último, para la propuesta del origen barcinonense de Julio Urso Serviano, queremos mencionar la reciente de atribución de la inscripción perdida IRC IV, 39 como dedicada a este personaje; más arriba ya hemos expuesto nuestras dudas al respecto, con lo que esta inscripción continua constituyendo un problema87. A nuestro modo de ver el hecho de que los Pedanii senatoriales, con los que entroncó Julio Urso Serviano, no sean de Barcino, excluye que éste pudiera ser un argumento a favor. Establecido este hecho, creemos que resulta irrelevante traer a colación, como se ha aducido, la existencia en Barcino de L. Pedanius L. f. Ursus, que fue decurión e hijo de una Pedania Dyonisia, probablemente una liberta88. Aunque no deja de ser curiosa la presencia segura de un Ursus en Barcino, pensamos que en el estado actual de los conocimientos es querer sacar mucha punta a un cognomen tan frecuente89.

(83) RODÀ, Isabel et alii, “Personatges de Barcino i el vi laietà”, QUARHIS 1 (2005), págs. 46-57; MARTIN, Antoni, RODÀ, Isabel, VELASCO, Carles, “Cella vinaria de Vallmora (Teià, Barcelona). Un modelo de explotación vitivinícola intensiva en la Layetania, Hispania Citerior (s. I.a.C.-s. V d.C.)”, Histria Antiqua 15 (2006), págs. 195-205. (84) IRC IV, 106. (85) CABALLOS, Antonio, Op. cit. 1990, vol. II, págs. 386-388, núm. I30; BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 505-507, núm. 53; CHAUSSON, François, Op. cit. 2013, con actualización de la bibliografía en pág. 173, nota 18. Un extenso estudio ha sido realizado recientemente por M. DÍAZ DE CERIO, Op. cit. 2012 donde propone un posible origen barcinonense tanto para L. Iulius Ursus como para L. Iulius Ursus Servianus; a nuestro modo de ver, el problema radica en que se hace eco de una larga tradición historiográfica sobre los Pedanii que creemos que no tiene suficientes fundamentos, como hemos intentado exponer. (86) La atribución de la estatua a L. Julio Urso Serviano arranca de ALBERTINI, Eugène, “Sculptures antiques du conventus Tarraconensis”, Anuari de l’Institut d’Estudis Catalans IV (1911-1912), p. 434, núm. 200, fig. 228. Cf. RODÀ, Isabel, Op. cit. 1975, págs. 245-246, láms. V-VI; Ead. Op. cit. 2010, p. 184; NAVARRO, Op. cit. 2003, pág. 675; DÍAZ DE CERIO, Op. cit. 2012, págs. 177-178, propone que pudiera representar a L. Iulius Ursus, pero tampoco cuadra con las conclusiones de la revisión más reciente del busto que ha sido llevada a cabo por CLAVERIA, Montserrat, “Las cabezas antiguas de la colección de retratos de personajes romanos atribuida a los Marqueses de Barberá”, J.M. Abascal, R. Cebrián (edd.), Escultura romana en Hispania VI. Homenaje a Eva Koppel (Segobriga 2008), Murcia 2010, págs. 360- 366, lám. 2. (87) NAVARRO, Francisco Javier, Op. cit. 2003, págs. 663-677 e Id. Op. cit. 2006, pág. 201. (88) IRC IV, 70; RODÀ, Isabel, Op. cit. 1975, págs. 241-246. (89) LÖRINCZ, Barnabas, Op. cit. 2002, págs. 187-188.

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Según nuestra manera de ver, y muy a nuestro pesar como manifestábamos con los Pedanii senatoriales, nada tenemos por ahora en Barcino que pueda relacionarse de manera segura con este importante senador, más allá de una tradición historiográfica errónea que ha ido creando un gran castillo de naipes.

Sobre el lugar de origen de Julio Urso Serviano, se ha apuntado preferentemente que pudiera ser un hispano, y también un narbonense, aunque hemos de reconocer que continúa siendo incierto90. De todas maneras, habida cuenta de la cronología, la coincidencia con Licinio Sura y su proximidad a Trajano, hacen muy verosímil que pudiera tratarse de un hispano, pero es sólo una posibilidad sin evidencia segura.

Hasta aquí hemos ido rastreando las relaciones sociales entre Tarraco y Barcino, ateniéndonos especialmente a las dos clases privilegiadas, dedicando un largo espacio a debatir y rebatir orígenes barcinonenses de los Pedanii senatoriales y de Julio Urso Serviano, en absoluto probados, y que han generado una larguísima bibliografía a cargo de grandes especialistas formando una enorme marea que hemos intentado redimensionar. No hemos obviado, por lo tanto, centrarnos en alguna llamativa especificidad concreta, para detectar por un lado las concordancias y por otro los rasgos peculiares que, como hemos visto, no sólo los tiene la capital, con todo su potencial.

Ello nos ha sido posible gracias a los corpora epigráficos y los textos que contienen que demuestran el deseo de autorrepresentación tan arraigado en ambas ciudades entre época augustea y el siglo II d.C. y que tanto hacían visible al homenajeado como al dedicante. Pero hay otro aspecto al que queremos brevemente atender: más allá de la propia inscripción, son también los mismos soportes lapídeos los que nos establecen asimismo unos intensos contactos.

Excepto para los monumentos de época augustea y de la primera mitad del siglo I d.C., constatamos que a partir de la época flavia hasta mediados del siglo II d.C. hay una gran uniformidad tipológica ya que hemos extraído el contenido de monumentos públicos, generalmente de tipo honorífico, cuyo mensaje está grabado en pedestales paralelepipédicos, que conformaban la parte central de un monumento tripartito con basa y coronamiento labrados independientemente; a todo ello se superpondría la correspondiente estatua en pie aunque ninguna ha llegado a nosotros. Como recordaba G. Alföldy, “no hay otra ciudad hispánica con tantos pedestales de estatuas honoríficas como Tarraco”91. Las medidas son estándar y hay gran sencillez en el diseño, puesto que la única ornamentación consiste en una moldura que enmarca el campo epigráfico ligeramente rehundido. El material es siempre el mismo para los homenajes a senadores y caballeros: la buena piedra caliza, que puede considerarse el marmor de Tarraco en su variedad conocida como “Santa Tecla” por ser el material que reviste la capilla de la santa patrona en la catedral de Tarragona; en menor proporción se usó la variedad de tonos más grisáceos que se denomina “llisós”92.

(90) Para las hipótesis de su origen hispano, cf. CABALLOS, Antonio, Op. cit. 1990, vol. II, págs 386-388 y para la posible procedencia de la Narbonense, cf. BOSCS-PLATEAUX, Françoise des, Op. cit. 2005, págs. 505-506 que recoge la teoría de sir Ronald Syme. Para una exhaustiva revisión de la controversia sobre la origo, cf. DÍAZ DE CERIO, María, Op. cit. 2012, págs. 166-179, inclinándose esta autora por una procedencia de Barcino. (91) ALFÖLDY, Géza, Op. cit. 2003, pág. 162. (92) ÀLVAREZ et alii, Op. cit. 2009.

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A este tipo de soportes, prestó ya su atención en una fecha relativamente temprana, G. Alföldy93 y su tipología fue retomada por él mismo en un trabajo póstumo94. Esta línea de investigación continúa en la actualidad con fuerza dentro del proyecto I+D HAR2015-65319-P, que especificamos al principio de estas páginas, y que dirige D. Gorostidi95.

Ante estas consideraciones, podemos deducir que los monumentos se ultimaban en los talleres de Tarraco y se exportaban masivamente a Barcino y también a otras ciudades del cuadrante noreste peninsular. Naturalmente el transporte se hacía por mar, de puerto a puerto, y nos hemos de preguntar hasta qué punto no intervendría en este comercio la flota de la prefectura de la ora maritima que tenía como función la vigilancia del litoral.

Ya tenemos, pues, la procedencia de la materia y forma de los monumentos: Tarraco. Pero, ¿dónde se gravaba el texto? Este es un interrogante que nos llevaría demasiado lejos, desbordando en marco que nos hemos propuesto. Entraríamos en otro debate que también está siendo abordado, examinando con minuciosidad los “tics” de los talleres, el modo de grabar las letras, el ductus, la manera de pulir las superficies y un largo etcétera que se desarrolla en el marco del proyecto en el que se inserta también este trabajo sobre senadores y caballeros de dos ciudades hispanas destacadas, con el que queremos rendir homenaje a quien consideramos ilustre senador de la Hispania Lusitania que ha ejercido sus funciones con éxito en la capital de la provincia, Augusta Emerita, su ciudad natal, por lo cual es dignísimo merecedor de este homenaje público en el lugar designado por los ilustres editores.

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(93) ALFÖLDY, Géza, “Bildprogramme in den römischen Städten des conventus Tarraconensis – das Zeugnis der Statuenpostamente”, Homenaje a García Bellido IV. Revista de la Universidad Complutense 18 (1979), págs. 177-235 y traducción del artículo en D. Gorostidi (ed). 2017, págs. 49-142. (94) ALFÖLDY, Géza, “Officina lapidaria Tarraconensis”, A. Donati, G. Poma (edd.), L’officina epigrafica romana. In ricordo di Giancarlo Susini, Faenza 2012, págs. 429-471 (reeditado en Alföldy 2018, págs. 341-363, y traducción del artículo en D. Gorostidi (ed). 2017, págs. 341-378). Cf. Id. “Desde el nacimiento hasta el apogeo de la cultura epigráfica de Tarraco”, L. Hernández Guerra, L. Sagredo San Eustaquio, J. Mª Solana Sáinz (edd.), Actas del I Congreso Internacional de Historia Antigua. La Península Ibérica hace 2000 años (Valladolid 2000), Valladolid 2001, págs. 61-74 (trad. alemana en Alföldy 2018, págs. 317-339). Se ha editado también en 2018 (págs. 279-298), su discurso de clausura del Congreso que conmemoraba los 150 años del CIL, celebrado en Berlín en noviembre de 2003 y que tiene por título “Text, ¨Schrift, Monument und Raum. Epigraphik und Archäologie im römischen Hispanien”. (95) GOROSTIDI, Diana, RUIZ, Julio C., Op. cit. 2017, págs. 319-350; GOROSTIDI, Diana, La cava e il monumento. Materiali, officine, sistemi di costruzione e produzione nei cantieri edilizi di età imperiale, M.S. Vinci, A. Ottati y D. Gorostidi (edd.), Roma 2020, págs. 177-194.

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