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HISTORIA NATURAL Tercera Serie Volumen 8 (2) 2018/47-64

PRESENCIA, DISTRIBUCIÓN, ECOBIOLOGÍA Y ADAPTACIONES DE Acrocinus longimanus (LINNAEUS, 1758) (COLEOPTERA, CERAMBYCIDAE, , ACROCININI) EN EL PARAGUAY

Acrocinus longimanus (Linnaeus, 1758) (Coleoptera, Cerambycidae, Lamiinae, Acrocinini) in Paraguay. Presence, distribution, ecobiology and adaptations

Julio R. Contreras Roqué † y Sergio D. Ríos1,2

† 1933-2017. Trabajo póstumo. Profesor Investigador, Universidad Nacional de Pilar. Pilar, Paraguay. 2 Secretaría Nacional de Cultura. Dirección General de Bienes y Servicios Culturales, Departamento de Arqueología y Paleontología, Asunción, Paraguay. [email protected] 3Museo Nacional de Historia Natural del Paraguay, San Lorenzo, Paraguay

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Resumen. Acrocinus longimanus (nombre popular: arlequín) es un conspicuo integrante de la entomofauna del Paraguay. En el Paraguay, se tienen registros en numerosos puntos de la Región Oriental, particularmente en el centro de la misma. Acrocinus longimanus utiliza como sustratos plantas de diferentes familias, como ser Moraceae (Ficus), Fabaceae (Lonchocarpus) y Bombacaceae (Ceiba) en donde las hembras depositan una media de 160 huevos, y sobre los que se desenvuelve el desarrollo larval, que puede prolongarse de uno a dos años. Los arlequines poseen una relación de aparente simbiosis con una especie de pseudoescorpión Cordylochemes scorpioides, evolucionada sin dudas durante millones de años y evidenciada en la convivencia comprobada de ambos en distintos puntos de la distribución del arlequín.

Palabras clave. Acrocinus longimanus, Cerambycidae, Paraguay, biología, adaptaciones.

Abstract. Acrocinus longimanus (Linnaeus, 1758) is a conspicuous member of the Paraguayan entomofauna In Paraguay the is known from several localities in the Oriental region, especially in central Paraguay. Acrocinus longimanus has been found associated with plants from different families such as Moraceae (Ficus), Fabaceae (Lonchocarpus) and Bombacaceae (Ceiba) where females deposit a mean of 160 eggs and upon which the larvae develop over a period of one to two years. It occurs in apparent symbiosis with the pseudoscorpion Cordylochemes scorpioides, a relationship which without doubt has evolved over millions of years and confirmed in different points across the species range.

Key words. Acrocinus longimanus, Cerambycidae, Paraguay, biology, adaptations.

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INTRODUCCIÓN primer par de patas con profemoras subci- líndricas (sección piriforme) aguzadas en su Acrocinus longimanus (Linnaeus, 1758) es borde interior. Las profemoras son tan lar- un insecto del orden Coleoptera integran- gas como el 90% de la longitud corporal to- te del suborden Polyphaga, superfamilia tal (desde el ápex hasta la mayor expansión Chrysomeloidea, familia Cerambycidae, sub- espinosa posterior de los élitros bilaterales). familia Lamiinae, tribu Acrocinini. El género Son de color negro con una intersección dis- Acrocinus Illiger, 1806 es monotípico, al igual tal cromática anaranjada de 7-8 mm de an- que la especie longimanus. cho, ubicada en posición antero terminal (el Conocido popularmente como arlequín, codo es negro) tal como lo son las antenas. se caracteriza por el agrandamiento desme- La base de las articulaciones es gris oscura. surado del primer par de patas, especial- Las meso y metafémoras aparecen, la pri- mente evidente en los machos, además de mera casi tan larga como la prefemora, con ser una de las especies de mayor tamaño manos descomunalmente desarrolladas en dentro de la familia, alcanzando los 75 mm el macho, y en éste también el pretarso apa- desde la cabeza hasta el final de los élitros o rece con una fuerte expansión. Tienen un 150 mm si se incluyen las patas extendidas. marcado dimorfismo sexual resultante de Se encuentra ampliamente distribuido en una densa historia evolutiva del notable ras- las zonas tropicales y subtropicales del con- go del tamaño, dimensiones y colorido de tinente americano, extendiéndose de México las patas anteriores, vinculándose el proceso al norte de la Argentina, especialmente en con una larga historia evolutiva. bosques y selvas. En el Paraguay, se tienen registros de la especie desde inicios del siglo XX con la pionera tarea de Arnaldo de W. Medidas Bertoni, registrándose la especie, a la fecha, en numerosos puntos de la Región Oriental, Link y Costa (2000: 125), suministran me- particularmente en el centro de la misma. didas basadas en lotes de ejemplares, en 49 La presente contribución contiene un pa- machos y en 38 hembras (Tabla 1). norama general acerca de esta especie, una de las más singulares de aquellas que inte- Tabla 1 - Medidas en mm de los lotes de machos y hembras enunciadas por Link y Costa (1983: 125), in- gran la fauna de coleópteros del Paraguay. dicándose el desvío estándar de las medias, y el coe- ficiente de variación (tamaño de las muestras arriba).

RESULTADOS Variable Longitud Amplitud C. V. (%) Longitud 66,02 (4,78) 52-75 7,25 Descripción Fémur 64,84 (8,07) 40-76 12,45 La apariencia general es masiva y atípica Tibia 71,53 (9,44) 42-85 13,20 con respecto a la de los Cerambycidae re- Variable Longitud Amplitud C. V. (%) gionales de la zona templada y subtropical transicional. Su forma es elongada y oval, Longitud 61,60 (7,54) 37-75 12,25 con una dominante robustez, pero relativa- Fémur 32,68 (4,88) 20-40 14,92 mente aplastada en el eje vertical, razón por Tibia 34,53 (4,95) 45-24 14,19 la que permanece cercana al substrato en el que posa. Hay diferenciación sexual pues el Las pupas de los machos superan de un macho presenta un notable desarrollo en el 10 a 20% la longitud de las de las hembras.

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Figura 1 - Aspecto externo de un macho de Acrocinus longimanus, se aprecian las dimensiones descomunales del primer par de patas. Foto: Wolfgang Walz.

Figura 2 - Un arlequín a punto de tomar vuelo, dejando ver la forma de la anatomía alar y abdominal, normalmente ocultas por los élitros. Foto: Wolfgang Walz.

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Figura 3 - Primer plano de la región anterior del mismo ejemplar de Acrocinus longimanus de la Figura 2. Foto: Wolfgang Walz.

Figura 4 - Detalle del aspecto dorsal de una hembra de Acrocinus longimanus. Nótese el marca- do punteado presente en la parte anterior de ambos élitros. Foto: Francisco Arango.

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Figura 5 - Macho y hembra sobre un árbol de Yaca, Monumento Científico Moisés Bertoni, Alto Paraná, Paraguay. Foto: Bianca Soares.

Distribución geográfica Nacional Itatiaia (Monné et al., 2012: 50), en el Estado de Río de Janeiro, con altitudes Se caracteriza la geonemia general de de 700 a 1200 msnm, cuenta a Acrocinus este género monotípico abarcando una longimanus entre las 322 especies locales amplísima superficie, que de norte a sur, de la subfamilia Lamiinae, en un ambiente prolonga su área de registro desde México general de Mata Atlántica (entre 22º 19’ y hasta el noreste de Argentina, ocupando 22º 45’ S, 44º 15’ y 44º 50’ W). En Colombia también América insular. Las regiones que la distribución y la notorieda de esta espe- cuentan con más numerosas observaciones cie son de particular abundancia (Monné, son las subtropicales de baja latitud o in- 1994; Martínez, 2000: 94), donde se los ha- tertropicales y en alturas no mayores a los llaría entre los 30 y los 1900 msnm, en espe- 2000 msnm. cial en la Amazonia, también en la vertiente Fueron registradas larvas de Acrocinus del Pacífico y en la Cuenca del Orinoco. En longimanus en el valle peruano del río la Argentina (Di Iorio, 2005) la asigna sola- Marcapata, en La Cadena, en San Luis de mente a Misiones, reiterando información Shuaro y Satipo (Soukoup, 1942). También de Burmeister (1865), todo el material dis- en Cusco, Perú (Escalante, 1974: 121); en ponible en las colecciones proviene de esa otras dos localidades peruanas fue se- provincia. ñalado para La Convención (XI, 1965) y en Pilcopata (IX, 1964), de acuerdo con Carrasco Z (IX, 1964) y por Monné et al. En el Paraguay (2012: 33) para el Perú en general. En Costa Rica (Hubweber, 2008), en la región Material examinado. En el Instituto de del Golfo Dulce; N. Banks (1913). En El Biología e Investigación Subtropical exis- Salvador (Franz, 1955). En Brasil, el Parque te un ejemplar: IBIS-Cer. 25.000. Pilar,

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Ñembucú, 1 macho, JRC leg. En el Museo Departamento de San Pedro, el mismo Nacional de Historia Natural del Paraguay se acercó a una de las luces de una casa. existen dos ejemplares: Colonia César El otro registro fue realizado el 9.12.2018 Barrientos, Serranía de Ybycuí, Paraguarí, por Bianca Soares quién fotografió dos 17.2.1989, L. Peterchek leg. (Sobre un ár- parejas en acople sobre un árbol de Yaca bol en el bosque); Pacová, sobre la frontera (Artocarpus heterophyllus Lam., Moraceae), con Brasil, Canindeyú, 28.11.1990, Gilberto dentro del Monumento Científico Moisés Barreiro leg. Bertoni, Puerto Bertoni, Departamento de Adicionalmente Carlos Aguilar Julio po- Alto Paraná, una de las fotografías se inclu- see dos especímenes en su colección par- ye en esta contribución. ticular, a depositarse en el MNHNP y: Cristal, Parque Nacional Caazapá, Caazapá, Menciones bibliográficas. En el Paraguay 11.2000, C. Aguilar Julio Leg. 3ª Kangará ha sido dado a conocer por Arnoldo da (sic), Repatriación, Caaguazú, 12.12.2003, C. [Arnaldo de] W. Bertoni (1918: 230), para Aguilar Julio Leg. Puerto Bertoni, Alto Paraná (donde parecía Se preservan además, dos ejemplares de ser abundante) y en Yaguarasapá (Itapúa). la especie en la colección biológica de la Viana (1972: 366) da cuenta de la existen- Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, cia en el Museo Argentino de Ciencias Departamento de Canindeyú. Uno de ellos Naturales Bernardino Rivadavia de Buenos es un macho sin datos, pero con seguridad Aires, de dos ejemplares de Lambaré, colectado en la reserva (S. Fernández com. Central, del II-1930, A. Stevenin leg. pers.) y el otro ejemplar una hembra con Aranda y Benítez (1985: 14) mencionan la los siguientes datos: R.N.B.M., Jejuí-mí, colecta de un ejemplar adulto en Caacupé casa de guardabosque, 2.11.2002, Col. S. (Departamento de Cordillera), capturado Fernández. por Braulio Aranda en 1977. Finalmente, Di En la colección didáctica del Museo de Iorio (2004: 50) examinó un ejemplar obte- Procosara, Estancia Nueva Gambach (San nido en la Reserva Natural del Bosque de Rafael, Departamento Itapúa) existe un Mbaracayú, Canindeyú, sobre el río Jejuí- ejemplar presumiblemente colectado en el mi, 2.11.2002, Fernández leg. Parque, pero que no dispone de datos (P. En las proximidades del Paraguay tene- Smith com. pers.). mos el ya mencionado hallazgo en Iguazú (Misiones) (Di Iorio, 2005) y existe una re- Ejemplares Observados. 30.IV.1999, Taru- ferencia reciente de Larry Bezark, respecto má Playa, Lago Ypoá, Paraguarí, macho en a su presencia en la provincia argentina de corte de tronco de timbó recién talado; Pilar Corrientes. (Ciudad), Ñeembucú, ca. 16.8.2006, aplasta- do, Club Deportivo Pilar, macho. Pilar, Bo. Loma Clavel, en patio de herrería con lau- Mapa distribucional en el Paraguay reles y timbó, macho, aplastado, primavera de 1998. Teniendo en cuenta la información reco- Reportamos además dos observaciones gida y georreferenciada para este trabajo, muy recientes realizadas por terceras per- ilustrada en la Figura 6, es posible obser- sonas, quienes gentilmente nos propor- var la presencia de la especie en buena cionaron fotografías e información. Un parte de la Región Oriental del Paraguay, ejemplar fue fotografiado por Rocío Silvero aparentemente sin discriminar ecorregión el 27.11.2018 en Itacurubí del Rosario, alguna pero por lo general asociada a bos-

HISTORIA NATURAL Tercera Serie Volumen 8 (2) 2018/47-64 HISTORIA NATURAL Tercera Serie Volumen 8 (2) 2018/47-64 53 CONTRERAS ROQUÉ J. Y RÍOS S. D. ques de cierto porte. Se podría plantear su G) Cristal, Parque Nacional Caazapá, ausencia tanto en los Cerrados del norte Departamento Caazapá. de la Región Oriental (Departamentos de H) Procosara, Reserva para Parque Concepción y Amambay) y en los campos Nacional San Rafael, Departamento del sur (Departamentos de Misiones y oes- Itapúa. te de Itapúa). I) Capitán Meza (Yaguarasapá), A) Pilar, Departamento Ñeembucú. Departamento Itapúa. B) Lambaré, Departamento Central. J) Puerto Bertoni, Departamento Alto C) Caacupé, Departamento Cordillera. Paraná. D) Tarumá Playa, Lago Ypoa, K) Jejuí-mi, Reserva Natural del Bosque Departamento Paraguarí. Mbaracayú, Departamento Canindeyú. E) Colonia César Barrientos, Ybycuí, L) Itacurubí del Rosario, Departamento Departamento Paraguarí. San Pedro. F) Repatriación, Departamento Caaguazú.

Figura 6 - Distribución conocida de Acrocinus longimanus en la Repú- blica del Paraguay. Rojo: Localidades con ejemplares examinados o con citas recientes. Verde: Observaciones. Amarillo: Localidades menciona- das en referencias antiguas (1950<).

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Hábitat a Bertoni (1918). Machado et al. (2012: 14), tomando datos de Di Iorio (2004: 61), men- Se distribuye en zonas tropicales y sub- cionan como sustrato nuevamente a Maclura tropicales boscosas y selváticas y en selvas tinctoria (L.) D. Dom ex Steud. (Moraceae). ribereñas. En valles montanos bajos muy ve- Hubweber (2008: 250) enuncia como provee- getados y en remanentes boscosos y selváti- doras de plantas-sustrato para el arlequín, cos con bajo nivel de intervención humana. a las familias Mimosaceae, Apocynaceae, También aparece en sucesiones secundarias Myrtaceae, Papilionaceae y Sterculiaceae y ha sido también señalada su presencia en (Chemsak, 1983; Monné, 2001c). Silva (1968) plantaciones de Eucalyptus de cultivo silví- señala la observación de ataque a una cola en Brasil (Berti Fillho, 1997). En áreas Bombacaceae, Chorisia speciosa, algo reitera- de la Mata Atlántica brasileña, con densas do por Rodrigues-Nettoet al. (2003: 383). formaciones tropicales aparece superando alturas locales de 700 msnm (hasta 1200 m), como en el Parque Nacional Itatiaia (Monné Comportamiento et al., 2012: 50). En los alrededores de Caracas, Venezuela, aparecían numerosos Link y Costa (1983) y Zeh et al. (1992) han individuos hasta que el desmonte de los fal- investigado y descripto cómo son los patro- deos del Ávila los restringió sensiblemente, nes de comportamiento sexual en Acrocinus este es un indicador de convivencia cercana longimanus, y por ellos se podría establecer con humanos (Recuperado de: ). tivo de la necesaria y consecuente plastici- En Perú ha sido señalado por Monné et al. dad etológica, coevolucionada con la plas- (2012: 8). ticidad fenotípica que se evidenciará en el desarrollo alométrico del modelo somático del macho, llegando así a establecerse selec- Substratos larvales tivamente el acentuado dimorfismo sexual de la especie, en el que, como hemos visto, En Perú se ha comprobado que las larvas el mayor rasgo diferenciador sexual secun- del arlequín son usuarias preferenciales dario de la misma, reside centralmente en de los substratos de Lonchocarpus, de Ficus el desmesurado desarrollo del par anterior y de Chorisia speciosa, las larvas son activas de miembros. El tamaño relativo grande de brocas (la expresión coleobrocas se utiliza Acrocinus longimanus, una especie en la que para aquellos coleópteros cuyas larvas son la longitud de los machos supera apenas en brocas, es decir taladros, que son capaces un 10% o más a la de las hembras, demues- de horadar y penetrar con fines tróficos la tra que en una tendencia progresiva hacia el estructura leñosa viva o la muerta (Sukup, aumento de tamaño a través de la historia 1942). Bosq (1943a) encontró formas lar- de las generaciones, un conjunto de rasgos vales en Ficus sp., una morácea en Iguazú, asociados -las dimensiones de las patas an- Misiones, Argentina, aparecen asociadas teriores- no siguieron una relación escalar a formas adultas que fueron capturadas lineal (Emlen y Nijout, 2000) con las del res- mientras recorrían una planta recién corta- to del cuerpo. Son sensibles a la luz ema- da de “ibapoy” o “ybapohí”, Ficus enormis nada de fuentes luminosas en la oscuridad (Mertius ex Miquel) (= Ficus moncki Hassler); y sienten atracción por ella (Hubweber, también refiere Bosq actividad larval en 2008). Además, la luz ultravioleta o luz ne- Maclura tinctoria (L.) pero en esto reitera gra ejerce un fuerte atractivo.

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Bioecología reproductiva No contamos con descripciones del corte- jo, pero sabemos que inmediatamente des- Así bien, aunque se señala a Acrocinus pués, la hembra desova en las hendiduras longimanus como una especie de hábito labradas y ya vimos el número medio de nocturno, durante el cortejo y apareamien- huevos y el total de “jamelas” que usa una to, tiene actividad también diurna (Link y hembra, que tiene un período de postura Costa, 1983), y es entonces cuando entra en de 4 a 6 días. Link y Costa (1983) constata- juego, no sólo el rasgo central del dimor- ron que cada hembra se aparea con un úni- fismo, sino también la realización de- des co macho. Las larvas han sido someramen- pliegues en los que resalta la visualización te descriptas en los estadios iniciales por del colorido abigarrado y multitonal de la Bondar (1926, 1938a, 1938b). A este autor se faz dorsal, en especial de la cara superior debe la noticia de que si hay alta concen- de los élitros, pero -lo destaca Hubweber tración de hembras desovando, la planta o (2008: 250)- también sirve para suministrar parte de ella, mueren. Los huevos tardan un fondo con el cual confundirse críptica- seis a ocho días en su incubación hasta lle- mente entre líquenes, musgos y hojarasca, gar a eclosionar. cuando el está quieto. Es destaca- La maduración larval se alcanza a los dos ble que la movilidad en círculo de ambos años (Link y Costa, 1983), aunque estos mis- miembros anteriores desplegada al máxi- mos autores informan que hay circunstan- mo, es capaz de recorrer un espacio circular cias en las que maduran al año. La poliva- de aproximadamente 25 a 30 centímetros lencia de este rasgo (la capacidad de variar de diámetro. el tiempo de vida larval) es una estrategia El número medio de óvulos, registrado poblacional fuertemente relacionada con el en 30 hembras emergentes, en Río Grande macroclima externo, cuya percepción por la do Sul, Brasil, fue de 160 (Link y Costa, larva es difícil de establecer ya que no se ha 1983: 126). Para el desove las hembras utili- hallado correlación de las jamelas en crian- zan las que el último autor llama “janelas” za con la altura, la insolación, la orientación o sea, sajaduras, peladuras o áreas de des- y demás variables climático-topográficas cortezado (con propósito de alimentación y en el substrato. Sin embargo varios auto- desove), labradas en la corteza del árbol en res relacionan el tamaño larval con la es- el substrato elegido (Bondar, 1926). pecificidad vegetal del substrato (Bondar, Las mismas son de forma elíptica y tama- 1938b; Duffy, 1960; Mariconi, 1976; Galloet ño variable en función del diámetro de la al., 1978; Link y Costa, 1983). Al llegar a ese rama o tronco, y del espesor de su corteza, estado es de apariencia cilíndrica, aunque pero su longitud es 15 a 20 cm de diámetro su sección es ligeramente ovalada, seis ve- mayor (Bondar, 1938b). Una misma hem- ces más larga que alta. La aglomeración de bra deposita en 3 a 21 de esos receptáculos jamelas resulta sorprendente, pudiéndose (número modal 9), un promedio de 11 hue- encontrar series de hasta 2 metros de longi- vos. Aclaran Link y Costa (1983: 126), que tud en el sentido del eje del tronco o rama. “…a presença de posturas nas janelas nem sem- En las jamelas las larvas labran galerías pre foi constante, habendo com relativa frequên- por debajo de la corteza lateral, pero a los cia janelas sem posturas. O numero de jamelas cuatro meses de edad, aproximadamente seguidas com posturas variou de 3 a 21, com hacen su entrada en el leño subyacente me- major ocorrência na faixa de 9 janelas contínuas diante excavaciones espiraladas. Al hacer- com presencia de ovos.” la expelen el aserrín producido al exterior. La larva llega a alcanzar 83 mm de largo,

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18 mm de ancho y 14 mm de altura a nivel tructuras intimidantes, en este caso el par de del protórax (Link y Costa, 1983: 133). La desmesurados miembros anteriores de los estación reproductiva en el subtrópico del machos, cuyo papel se centra en la disua- Hemisferio Sur dura en general de octubre sión aloespecífica y en la lucha contra ma- a febrero. chos isoespecíficos (Tippmann, 1951) en la competición sexual. Adicionalmente la fun- ción de esas estructuras agigantadas tiende Rasgos modelados por selección a incrementar las habilidades trepadoras de sexual y caracterizados por exageración los machos cuando se desplazan por las ra- morfológica mas de los árboles (Chemsak, 1983). En la mayoría de los estudios realizados El carácter sexual secundario distintivo no hay evaluaciones del poder intimidante básico de esta especie se refiere notable- o disuasivo ejercido sobre otras especies, mente al desmesurado desarrollo del pri- tal como abundan acerca de su papel en el mer par de miembros, y al encararlo recu- cortejo y la competición sexual de los ma- rrimos a una expresión tomada de Emlen chos de Acrocinus longimanus. Esta compe- y Nijout (2000: 661), quienes repasan y es- tencia, se ha demostrado experimentalmen- tudian el desarrollo y sus raíces evolutivas te que se centra en la obtención por parte de esos rasgos, que aunque raros, se dan en de los machos de un recurso generalmente los insectos. Así enumeran varios casos de crítico para la especie en todos sus hábi- estas “exagerated morphologies”, entre ellas tats frecuentados, como lo son los árboles dos casos de gigantismo del último par recién muertos para la oviposición (Zeh y de miembros en Sagra papua (Coleoptera: Zeh, 1992: 86). Los machos emergen de su Chrysomelidae) y en Acanthocephala declivis estadio pupal y de inmediato se abocan al (Hemiptera: Coreidae), gigantismo mandi- vuelo en pos de sitios adecuados de deso- bular en Ciclommatus imperator (Coleoptera: ve. Lo que eligen puede ser árboles derriba- Lucanidae), de estructuras corniformes to- dos, ramas quebradas, o sectores secos de rácicas en Dynastes neptunus (Coleoptera: árboles vivos (árboles mosaico). Los auto- Scarabeidae), de la cabeza completa en res citados, clasifican los sitios de aparición Pheidole tepicana (Hymenoptera: Formicidae) preferencial de la especie en emergence trees y existe, además de la que tratamos, otra es- (Et) y oviposition trees (Ot). El cortejo, la lu- pecie de Cerambycidae, Dendrobias mandi- cha competitiva y la oviposición tienen lu- bularis que presenta mandíbulas desmesu- gar en éstos últimos, en general de noche o radas. Douglas J. Emlen (2008: 395) señala en condiciones muy pobres de iluminación. que “…the forelegs of male arlequín are Los machos identifican los Ot y se despla- among the most extremes weapon forms in any zan hacia ellos. Los Ot preferenciales (fami- (with a reach that can exceed 30 cm in lias Maraceae y Apocynaceae) poseen una width and be three times the male’s body length) savia o látex lechosa y aromática que atrae and are used in grappling contests over sap oo- la sensibilidad química de los arlequines, zes on fig trees where females feed, mate and que concurren al sustrato y al encontrarse lay eggs”. Se trata de las estructuras mate- comienzan los despliegues agresivos has- riales propiciadoras de las conductas que ta que se desencadena el comportamiento M. Edmunds (1974: 150-171), denomina agónico ente ellos, lo que contribuye mar- deimatic behaviour, es decir, con apariencias cadamente a la selección sexual por el ta- posturales intimidatorias, basadas tanto en maño de las patas hipertróficas. La lucha conductas como en la disponibilidad de es- no es sin riesgo, pues las poderosas piezas

HISTORIA NATURAL Tercera Serie Volumen 8 (2) 2018/47-64 HISTORIA NATURAL Tercera Serie Volumen 8 (2) 2018/47-64 57 CONTRERAS ROQUÉ J. Y RÍOS S. D. bucales de los rivales muerden y amputan chernes scorpioides, que tiene una relación de miembros y antenas de sus contrincantes, vieja data por lo compleja en sus pautas y, algo que trata específicamente Larsson en buena medida, necesaria para las partes (2010). La simetría antenal es ventajosa intervinientes. El pseudoescorpión es un fo- para la selección sexual (Mǿller y Zamora rético que depende de su portador para su Muñoz, 2004). Uno de los ejemplares exa- traslado y dispersión. Por la evidente coe- minados (IBIS-Cer-25.200) aparece con la volución con su portador (Cordón, 1966), antena y la pata delantera derechas ampu- el forético puede haberse diversificado y tadas con corte limpio, típico de la lucha. las formas divergentes del forético podrían Un complemento del comportamiento agó- mostrar que existen barreras geográficas nico es la capacidad de producir un sonido para el libre cruzamiento de Acrocinus a lo de alarma y disuasión al verse en situación largo de su geonemia, donde podrían estar de ataque. El mismo se modula mediante implicadas varias especies crípticas de nivel las espinas laterales torácicas en interacción específico. con los élitros y las membranas alares. Las C. scorpioides es una especie distribuida en hembras de A. longimanus son poliándricas los bosques tropicales sud y centroamerica- y al primer apareamiento lo realizan con nos, sus miembros, a los que Vachon (1940) consanguíneos, generalmente hermanos. El y Beier (1948) reconocieron en su condición segundo tiene lugar casi de inmediato con de foréticos, es decir transportados por otra machos heterólogos (Zeh y Zeh, 1992: 47; especie con mutuo servicio, o -al menos-, Newcomer et al., 1999). Para el primer tipo en forma inocua para el portador. Acerca de fecundación, la tasa de aborto es alta, y de esta relación, se planteaban varias hipó- en el segundo casi no se da. tesis explicativas (Zeh y Zeh, 1992: 1) se tra- Las fecundaciones tienen períodos del taría de abordajes accidentales y azarosos año en los que se concentran, y en cuanto del pseudoscorpión sobre el arlequín; 2) a su ubicación calendario, ésta se produce Existe una simbiosis obligatoria entre am- en función del clima externo, eludiendo bos; 3) hay fagofilia (ambos buscan y com- siempre el frío. A la habilidad para detec- parten el mismo sustrato trófico o, lo hacen tar los Ot en oferta, la especie Acrocinus complementariamente); 4) el forético acude longimanus, posee adaptaciones sensoriales al portador para su dispersión. Las opinio- especiales y en ellas basa su extrema espe- nes de más peso concuerdan con la segun- cialización. da y la cuarta alternativa. Es una conducta evolutivamente fijada, cuenta con adapta- ciones bilaterales y es obligatoria. Por parte Relaciones de convivencia interespecífica de A. longimanus, existen pequeñas cavida- des, es decir “…small pits in the undersurface Los “arlequín beetles”, Acrocinus longima- of its fore elytra and in its thorax, wings and nus tienen una relación interespecífica muy abdomen” (Zeh y Zeh, 1992: 47), en los que estrecha y largamente coevolucionada con penetran los “-riders” para transpor- un elemento que en general lleva vida libre tarse, y también lo hacen en la zona subeli- integrando la mesofauna en ambientes edá- tral del arlequín, en la acceden después que ficos y en la capa de detritus llamada man- estimulan el segmento caudal del abdomen tillo (litter) del suelo boscoso o selvático. del longicornio. Al hacerlo el abdomen se Se trata de una especie particular de pseu- flexiona y se abren los espacios interseg- doescorpiones (Arthropoda, Chelicerata, mentarios, entonces los pseudoescorpiones Pseudoscorpionida, Chernetinae), Cordylo- entran invasivamente en el espacio subeli-

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tral. A. longimanus emite una estridulación lo largo de varios miles de kilómetros, de específica que se combina con la emisión de Hemisferio a Hemisferio, pero la única ex- un olor clave para comunicarse con los sim- periencia al respecto para el llamado “ar- biontes facilitándoles el acceso a su cuerpo lequín”, es la de Zeh et al. (2003), de orden (Zah y Zah, 1992). La portación de pseu- molecular, cuyas conclusiones se transcri- doescorpiones es una condición exclusiva ben: “The molecular data on populations from de los longicornios adultos. Northern South America and Panama are con- Por parte de los pseudoscorpiones, la sistent with the current, morphologically based adaptación mutua arrastró consigo compor- classification ofA. longimanus as a single pan- tamientos fisiológicos, genéticos y pobla- Neotropical species…” Estas conclusiones no cionales muy complejos: la hembra puede son óbice para que se mantengan las dudas retener espermatozoides de fecundaciones al respecto, ya que podría ser objetable la previas efectuadas en el interior del árbol prueba con poblaciones geográficamente substrato antes de la muy competitiva co- cercanas, tal vez en este caso también fun- pulación de los momentos álgidos de emer- cionalmente cercanas. gencia de machos. Experimentalmente Zeh Al comienzo de un artículo crítico y de et al. (1997) comprobaron en una población muy útil lectura, expresan Zeh et al. (2003: de pseudoescorpiones que tras el momento 747): “The extent to which cryptic species con- de concentración de cópulas las hembras tribute to Neotropical diversity remains inade- poliándricas son capaces de almacenar quately investigate” y esta es una constante espermatozoides de un episodio repro- para quienes trabajan con diversos órdenes ductivo anterior, balanceando el material de insectos. Los autores lo han experimen- genético al impregnarlo en la fecundación tado muy sensiblemente al tan solo aproxi- retardada de genotipos machos que no son marse a uno de los problemas casi crónica- selectivos y significan una selección adver- mente emergentes que se presentan en la sa pues dentro del substrato se aparean con zoología del Paraguay, un país en el cual los machos que no responden al tipo selec- las investigaciones tendientes a elucidar la cionado en la cópulas corrientes. De este biodiversidad en los órdenes Lepidoptera modo regulan en Condylochernes scorpioi- (en varias de sus familias) y en Coleoptera des, el modelo tendencial de la especie, con (fundamentalmente en este último, con gran ventaja para el tipo de vida simbiótico las familias Cerambycidae y Elateridae) que llevan al atenuar significativamente la chocan con tres órdenes de problemas al- selección sexual. Publicaciones ulteriores tamente preocupantes y que tienen muy (Zeh y Zeh, 2006; Hosken y Treguenza, difícil solución para quienes afrontan la 2006), siempre sobre el pseudoescorpión tibiamente sobrellevada, y casi solitaria que venimos tratando, han abierto nue- empresa de avanzar en el conocimiento de vos campos, ahora embriológicos, de valor una naturaleza absurdamente menguada práctico en biología poblacional, y teórico en tanto en superficie, como en biomasa y en biología de avanzada. diversidad, en la que lamentablemente no se valora adecuadamente lo que en última instancia significa para la ciencia global Aspectos biogeográficos, evolutivos del subcontinente sudamericano al sur de y metodológicos la Amazonia, la perduración de un claro cognitivo mal dilucidado, invadiendo, se Tratamos en otro espacio de este artículo quiera o no, las visiones generalistas y sis- el problema de las monotipias sostenidas a témicas que ya se van alcanzando en otras

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áreas continentales, con silencios y ruidos viajes de estudio, de no poder sostener al- perturbadores en los aspectos informáticos gún plan de intercambio dentro del país, el implicados. resultado de esta situación, nos muestra un Los tres órdenes problemáticos son, en panorama de muestreo disperso azarosa- primer término, las interpretaciones de la mente, fuertemente “scattered”, sin poder- geonemias en una forma equívoca. Esto es se seguir gradientes de ninguna variable algo que se presenta claramente con el caso fundamental. En síntesis, nuestras posibi- de la especie que nos ocupa, todo lo que lidades instrumentales y logísticas, difícil- nos dice la bibliografía disponible, da cuen- mente pueden coincidir con el estándar de ta que la enorme extensión de la geonemia trabajo internacionalmente reconocido. de este antiguo y muy especializado géne- Zeh et al. (2003) intentaron una prueba ro monotípico, que se distribuye desde la filogeográfica midiendo las variaciones latitud central de México, en el Hemisferio entre 1245 lp de la citocromo-oxidasa mi- Norte, hasta el noreste argentino. Esta es tocondrial (COI) de dos poblaciones de una situación generalizada en docenas, Acrocinus longimanus, una en Panamá y otra si no en centenares de casos, como mayo- en Trinidad. La misma no mostró diver- ría de los especialistas lo reconocen. Por gencias notables en el portador (1,29 %). El ejemplo tenemos el caso de otro Lamiinae, caso es curioso, pero no significativo ante pero se trata de un Onciderini, el género el tamaño de la geonemia del longicornio y Clavidesmus Dillon y Dillon (1946), del que debe ser reiterada. Nearns y Tavakilian (2012: 17), -tras lograr un precario ordenamiento de las especies y subespecies preconizadas para el mismo- Un rasgo fisiológico particular de dicen: “The known range of Clavidesmus Acrocinus longimanus extended [from México] to Central America (Costa Rica, Honduras, Nicaragua and Se trata de una capacidad productiva di- Panamá). We believe the genus Clavidesmus fundida en muchas especies animales en is over-split and in need of a taxonomic revi- su medio natural: la producción de pép- sion”. Es también el caso de Achyson suri- tidos antimicrobianos. El primer registro namum (Linnaeus, 1767), una especie mo- de esta actividad correspondió a la mos- notipia pese a algunos intentos no exitosos ca Hyalophora cecropia, en 1980 (Hull et al., de reconocer variaciones en un área que 2012; Katete y Ntwasa, 2012) y prontamen- abarca un enorme rango geográfico desde te se encontraron productos equivalentes el centro de los Estados Unidos y América en Tribolium (Coleoptera) (Bahar y Rem, Insular -incluyendo Puerto Rico- hasta el 2013). Hay una variada producción de pro- norte de la Patagonia argentina, en las pro- ductos generados por artrópodos, con pro- vincias de Río Negro y Neuquén. piedades antimicrobiales y antifúngicos. En segundo lugar se experimenta la ca- En Acrocinus longimanus fueron Barbault et rencia de investigaciones en paralelo con al. (2003) quienes detectaron la producción las que se realizan en un sitio dado casi en de Ale-3, una nueva forma de Knottina, un soledad, en el seno de uno de los escasos péptido con cualidades antifungales, con núcleos activos asentados en el territorio posibilidad concreta de uso (Hancock et al., nacional. 2006). Después de una década de rastreo El tercer orden problemático es que es de ese tipo de sustancias que energizan las tan baja la magnitud de las colecciones, estrategias antimicóticas y antibacterianas como consecuencia básica del no realizarse de los organismos productores y tienen

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acción farmacológica extensiva para se- AGRADECIMIENTOS res humanos, ya se prevé su eventual uso clínico (Andres y Dimarcq, 2005; Ntwasa Los autores agradecen a las siguientes et al., 2012). Actualmente se distinguen personas por colaborar en diferentes as- con nitidez dos órdenes de productos, la pectos, todos ellos relacionados a la pre- Knittina con acción funguicida y los AMPs paración de este trabajo: Carlos Aguilar (antimicrobial peptides), ambos presentes Julio, José María Gómez, John Kochalka en Acrocinus longimanus, razón por la que (Museo Nacional de Historia Natural del Katete y Ntwasa (2012), lo llaman “the pro- Paraguay), Ramón Rolandi (Secretaría mising Acrocinus longimanus” (el promi- Nacional de Cultura), Erica Ríos Quintana, sorio A. longimanus). A este último tipo de Osvaldo Salerno (Secretaría Nacional de productos que mencionamos, pertenece la Cultura), Rocío Silvero, Bianca Soares Psacotheasina, hallada en el Cerambycidae (Fundación Moisés Bertoni), Paul Smith Psacothea hilaris, que posee la doble función (Fauna Paraguay), Tania Riveros Montiel antimicótica y antibacteriana. En cuanto a (Universidad Nacional de Pilar) y Ever su mecanismo de acción se comprobó que Villalba Benítez. Deseamos agradecer es- en infecciones severas por Candida albicans pecialmente a Francisco Arango, Wolfgang en enfermos inmunocomprometidos, la Walz y Bianca Soares por brindarnos las fo- knittina elimina al organismo causal por tografías de Acrocinus longimanus que ilus- inducción de apoptosis celular. tramos. Finalmente, a las autoridades de la En definitiva, hemos enunciado una es- Universidad Nacional de Pilar por el apoyo pecie local nueva para el departamento recibido. Ñeembucú de Cerambycidae, pero con un fin didáctico-cognitivo, aprovechamos también para revistar lo que significa una BIBLIOGRAFÍA especie para la biología teórica, la genéti- ca, la filogeografía, la etología, la biología Aguiar, N.O. y Bührheim, P.F. (1998). Phoretic evolutiva, pero además y muy fundamen- Pseudoscorpions associated with flying talmente, sus insospechadas y básicas rela- in Brazilian Amazonia. Journal of Arachnology, 26, 452-459. ciones con la medicina (lucha contra hon- Anderson, D.T. (1973). Embriology and Phylogeny gos y microbios, antibióticoterapia, parasi- in Annelid and Arthtropods, Oxford, England, tología). De esto se desprende una vez más Pergamon Press. la razón de la permanente insistencia en la Andres, E. y Dimarcq, J. (2005). Clinical development conservación del medio natural y de la bio- of antimicrobial peptides. International Journal of diversidad, así como la necesidad de llevar Antimicrobial Agents, 25(5), 448-449. los estudios académicos a explorar al máxi- Aranda, B. y Benítez, A. (1985). Catálogo de insectos que mo las propiedades y relaciones de cada atacan maderas en Paraguay. Fascículo I: Coleoptera, Asunción, Paraguay, Instituto Nacional de especie investigada. Por eso, completamos Tecnología y Normalización. con Bahar y Rem (2013) el concepto médico Bahar, A.A. y Rem, D. (2013). Antimicrobial pepti- surgente de estas comprobaciones: “…the des. Pharmaceuticals, 2013(6), 1543-1575. rapid increase in drug-resistant infections has Barbault, F., Landon, C., Guenneugues, M., Meyer, presented a serious challenge to antimicrobial J.P., Schott, V., Dimarcq, J.L. y Vovelle, F. (2003). therapies. The failure of the most potent antibio- Solution structure of Ale-3; a new Knottin-type tics to kill “superbugs” emphasizes the urgent antifungal peptide from the insect. Acrocinus lon- gimanus. Biochemistry, 42(49), 14434-14442. need to develop other control agents for bacte- Barriga-Tuñón, J.E. y Bezark, L. (2014). Coleoptera ria, fungi and parasites”. Neotropical. Familia Cerambycidae Latreille,

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Recibido: 10/12/2018 - Aceptado: 17/12/2018 - Publicado: 25/03/2019

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