HONG SANG-SOO Baja.Pdf
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EL CINE DE HONG SANG-SOO VR3,2: Variaciones con repetición de tres elementos tomados de dos en dos Por Gloria Fernández y Enrique Garcelán (CineAsia) Edita: Festival Internacional de Cine de Gijón ISBN: 978-84-15932-99-4 Depósito legal: AS-3460-13 Imprime: Eujoa Diseño y Maquetación: Signum Festival Internacional de Cine de Gijón C/ Cabrales, 82 33201 Gijón - España Tel. (34) 985 182 942 E-mail: [email protected] http://www.gijonfilmfestival.com copyright ©: 2013 de cada autor de su texto Índice Prólogo (por Albert Serra) 05 Introducción 07 Agradecimientos 13 Contextualizando a Hong Sang-soo y su cine 15 El momento histórico 17 La Nueva Ola de cine coreano 21 El cine de Hong Sang-soo: diálogos en el bar 27 Los primeros años (1996-2000). Trilogía de la estructura 29 Francia es el futuro del director (2002-2008). Aprendiendo el oficio del cine. 35 Hiperactividad creativa (2009-2011): los años de mayor producción. 47 La voz femenina de Hong Sang-soo (2012-2013). Trilogía de la mujer 57 El abecé del cine de Hong Sang-soo 65 Visiones sobre Hong Sang-soo 73 El espectáculo de la forma (por Jordi Codó) 75 Hong, Rohmer, Buñuel (por Luis Miranda) 81 Autorretrato del intelectual coreano (por Ji-young Youn) 93 Ha, Ha, Ha. La repetición como estímulo cómico en las películas de Hong Sang-soo (por Javier H. Estrada) 99 Filmografía 109 Bibliografía Consultada 111 04 UN CUENTO DE CINE (Geuk Jang Jeon, 2005) prólogo por Albert Serra El cine de Hong Sang-soo a nivel formal podría parecer banal. En la superficie de la forma de sus películas no hay ninguna tensión estética. Pero ya en la primera película que vi de él intuí que, en su caso, la tensión estética está escondida a un nivel más profundo e íntimo y que, acaso, sólo la vida, y no el análisis formal, puede revelarla. No, por supuesto, la vida de su director, irrelevante para el espectador, sino quizás la vida que hay en el corazón de sus películas, esa otra vida más verdadera: la vida artística que se crea solamente en un rodaje y se transforma mágicamente en cine. Todo este mundo penetra más o menos sus imágenes y, de hecho, las transforma, y de ahí el carácter hondamente subversivo de todos sus retratos personales: todos escapan a la representación y, por tanto, a la vida burguesa, que es la esterilidad representativa por excelencia. El sutil engaste con que la vida abraza el arte (¡y no a la inversa!), y la confusión que este proceso provoca en la fabricación de una película de Hong Sang-soo nos revela el secreto de su belleza, que va y viene, confusa también ella, pero que se nos escapa siempre. Son películas de hechos (de vida) que incorporan la interpretación de los hechos, pero jamás su representación, insisto. Quizás en los últimos filmes este dulce equilibrio, inspirado, de La Puerta de la Vuelta, de La Mujer Es el Futuro del Hombre, de Mujer en la Playa se ha descompuesto un poco en favor de la interpretación y el análisis estricto de los hechos, que han prácticamente desaparecido bajo el formalismo aparentemente superficial del dispositivo, siempre torcido, sin embargo. Hong debe ser más feliz ahora, nosotros un poco menos... El caos de las comidas colectivas con muchos personajes, su fuerza reveladora e imprevisible, ha ido cediendo paso, poco a poco, a las relaciones interpersonales de personajes solitarios que, gracias a la estructura derivativa que los trata por separado, se conectan en el tiempo del film pero, ay, ya no en el espacio. Las comidas y el alcohol eran a la vez testimonio y símbolo de la confusión del mundo social contemporáneo y de la autenticidad, del suave radicalismo del cine de Hong Sang-soo. Sus grandes temas nacieron allí, aunque ahora han desbordado este marco. Algunas cosas han cambiado, otras siguen igual. Uno de mis temas preferidos, que quizás ningún otro director ha tratado de forma tan penetrante e incisiva, es el de la jerarquía psicológica (consecuencia lógica e injustamente atractiva de una jerarquía social) que determina todas nuestras 05 relaciones personales modernas. Es verdad que, al ser la sociedad coreana mucho más cerrada y categorizada que la nuestra, este tema nos resulta mucho más gráfico, pero aún así la sutileza del retrato no ha sido superada. Y pensar que el propio Hong Sang-soo es profesor en una escuela de cine de Seúl... Sin embargo, el alcohol actúa siempre como desestabilizador de esta jerarquía, y análogamente, como desestabilizador de la jerarquía impuesta por el guión en el proceso de rodaje, lo que añade una complejidad y un misterio ausentes en los demás realizadores. Así, las ideas preconcebidas desaparecen, los detalles se vuelven irrepetibles y los personajes únicos, de tal modo que no podemos aventurar qué piensa Hong Sang-soo sobre la Mujer porque sólo habla de las mujeres y de la belleza que para él supone la confusión de no trabajar jamás con una sola idea general de la mujer. Este camino sólo es posible a través de la nocturnidad (las escenas oscuras, escasas, son las mejores que ha rodado jamás) de espacios cerrados e íntimos donde la felicidad (efímera) del contacto físico todavía es posible (fuera de la pareja, casi siempre). Antes estos espacios estaban claramente contrapuestos a la rutina de la luz, el día y los espacios abiertos, donde los deseos quedan siempre insatisfechos. En los últimos filmes esto también ha cambiado, hay mucha más luz, pero una luz más artificial, extraña metamorfosis de las nuevas cámaras digitales: ¿no será una felicidad artificial la que podemos obtener de día? También ideológicamente ha habido cambios... Pero él sigue siendo puro, o al menos lo deseamos, para poder contraponer, o mezclar, su figura insobornable, a unos metros de la pantalla, en el fuera de campo del rodaje, con la de todos los personajes artistas y directores de cine, arribistas, conquistadores sociales (y corruptores), que no pueden llegar a ser nunca verdaderos guías espirituales; en el cine de Hong Sang-soo el artista es siempre un estafador. Este contraste entre su pureza como realizador y la corrupción de sus personajes en la pantalla es especialmente punzante debido a la dejadez formal y a la irrelevancia de algunos recursos de puesta en escena (los zooms, por ejemplo): entonces, las películas se vuelven verdaderamente emocionantes porque uno ya no puede saber donde está no su belleza, sino su verdad estética. La confusión aumenta... pero con una romántica actitud ejemplarizante. Su aceptación de un sistema de producción cada vez más pobre para películas cada vez más formalistas es una paradoja. ¿No hay una delectación y un aprovechamiento directo (sobre los actores, el acabado formal, etc.) por parte de Hong de estas paupérrimas condiciones de trabajo? ¿No es también una forma sibilina de compromiso? Él mismo me contó que para una de las últimas película sólo tenían tres habitaciones de hotel: si no recuerdo mal, en una dormían cuatro personas (las más importantes), en otra seis y en otra diez personas... Quizás no tardará mucho que todo el cine de autor serio deberá hacerse en estas condiciones, por necesidad... y por placer. Algunos ya están preparados. 06 Introducción Dándole vueltas al título que debería tener el libro que el Festival Internacional de Cine de Gijón estaba preparando (y que ahora tienes en tus manos) con motivo de la retrospectiva que en su 51ª edición dedica al director coreano Hong Sang- soo, pasamos por diferentes estados anímicos. Estados no muy alejados de los vaivenes emocionales a los que son sometidos los protagonistas de un film de Hong. El título que proponía uno, era descartado por el otro. El que uno veía como más realista y fiel a la estructura narrativa del director, el otro lo contemplaba como irreal o demasiado academicista. Finalmente, después de un largo paseo matutino, mientras el bullicio del día a día encaminaba a sus respectivos trabajos al resto de personajes secundarios que se colaban en nuestra improvisada escena, llegamos a las puertas de un bar. Nos sentamos y pedimos unas copas. No tenían soju (bebida destilada tradicionalmente de arroz típica coreana), así que hubo que improvisar unas cervezas de marca nacional. Al llegar a la tercera ronda, vino la inspiración. VR3,2 (variaciones con repetición de tres elementos tomados de dos en dos): El cine de Hong Sang-soo. La frase la pronunció uno de los dos personajes sentados a la mesa. Los recuerdos, como en las películas de Hong pueden mezclarse, incluso contraponerse. Quizá resulte difícil asimilar un título matemático con el cine de un director postmodernista y postestructuralista, relacionado con la Nouvelle Vague (francesa y oriental) e, incluso, con el Neorrealismo italiano. Un director consagrado por la crítica internacional, considerado uno de los autores más independientes del cine asiático en la actualidad. Y, sin embargo, había un reto en la frase, una provocación similar a la respuesta de Hong cuando le cuestionan acerca de su autoría: “No pienso en mí mismo como un autor. Tampoco pienso que no lo soy. No le veo sentido a ninguna de las dos posiciones.” Los dos extremos. El sí y el no. La realidad y la ficción. Bien valía la pena arriesgarse a formular una hipótesis. La matemática de las variaciones. 07 La estructura geométrica Ver una película de Hong Sang-soo es similar a la resolución de un problema. Se parte de una premisa banal, de un hecho anecdótico con el que se abren los interrogantes. El espectador asiste como observador, como compañero que mira en la distancia al grupo de personajes que pueblan los films del director: guionistas, directores de cine, profesores universitarios..