Los Venerables -No- Todos, Momentos De La Periodización De La Historia Cinematográfica Argentina: Un Recorrido
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Inti: Revista de literatura hispánica Number 52 Argentina Fin De Siglo Article 33 2000 Los venerables -no- todos, momentos de la periodización de la historia cinematográfica argentina: Un recorrido Lorena Cancela Silvina Rival Follow this and additional works at: https://digitalcommons.providence.edu/inti Citas recomendadas Cancela, Lorena and Rival, Silvina (Otoño-Primavera 2000) "Los venerables -no- todos, momentos de la periodización de la historia cinematográfica argentina: Un recorrido," Inti: Revista de literatura hispánica: No. 52, Article 33. Available at: https://digitalcommons.providence.edu/inti/vol1/iss52/33 This Otras Obras is brought to you for free and open access by DigitalCommons@Providence. It has been accepted for inclusion in Inti: Revista de literatura hispánica by an authorized editor of DigitalCommons@Providence. For more information, please contact [email protected]. LOS VENERABLES -NO- TODOS, MOMENTOS DE LA PERIODIZACIÓN DE LA HISTORIA CINEMATOGRÁFICA ARGENTINA: UN RECORRIDO1 Lorena Cancela y Silvina Rival revisión: Domin Choi y Emilio Bemini Universidad Nacional de Buenos Aires Introducción Dar cuenta, en un espacio más o menos reducido como éste, de cien años del cine argentino es una tarea que pone en evidencia la problemática de las elecciones. Ahora bien, si elegimos trazar un recorrido narrativo de cien años del cine argentino en tan pocas páginas -con sus necesarias lagunas y omisiones- es porque la selección de films y de "autores" y su posterior intento de ordenamiento podría perderse, en caso contrario, en un intrincado embrollo en semejante tiempo de acumulación. De ahí proviene, como apoyo a "la ventana del cine" la siempre abierta historia de los acontecimientos políticos e históricos de la Argentina que acompañarán nuestra pcriodización como marcando los ritmos en la producción de los films. Asimismo, como una especie de contrapartida, la cuestión estética del cine y la intención de algunos "autores" tejerán un entramado paralelo a los acontecimiento históricos, no sólo como si sus hechuras reclamaran una historia paralela con sus propuestas de diálogos y críticas al contexto histórico, sino también como una pretendida creación de una nueva realidad social y política desde la producción cinematográfica misma. Luces de la ciudad De a poco, el cine le permitió a la sociedad la posibilidad de darse una imagen -por momentos hegemónica, por momentos desplazada y limítrofe- de sí misma. Pero, además de la producción de films, la historia del cine argentino está compuesta por un fuerte protagonismo de otros agentes que 536 INTI N° 52-53 se agrupan alrededor del hecho cinematográfico: las revistas especializadas, los periódicos, la reflexión académica, los cine clubs, las escuelas y los festivales, que complejizan y amplían así la noción misma de la imagen cinematográfica. Teniendo en cuenta estas instancias iremos desplegando, dentro de nuestras posibilidades, las distintas conexiones que se entraman y reclaman en el recorrido propuesto. El origen de la primera proyección de cine en la Argentina es incierto. Al parecer, se lo disputan las ciudades de Rosario y Buenos Aires. Los primeros films argentinos revisten, tal vez como algunos films producidos por los hermanos Lumiére, el valor de documento. Estos films se construyen, en una primera instancia, desde una crónica periodística: Viaje del Dr. Campos Salles a Buenos Aires (1900), La revista de la Escuadra Argentina (1901), La visita del General Mitre al Museo Histórico (1901) o La bandera argentina (1897, hasta la fecha el primer film nacional), son algunos ejemplos. Luego de estas primeras exploraciones, el interés por la narración aparece en el año 1909 con La Revolución de Mayo de Mario Gallo. Aquí, como en otros films del mismo ánteior-Elfusilamiento deDorrego (1910), La batalla de San Lorenzo (1910), La batalla de Maipú (1913)-, el acento está puesto en algunas de las anécdotas históricas que habían tenido lugar antes, durante y después de la revolución emancipadora.2 Con este corpus, y a través de la inclusión de actores de teatro en el reparto, podríamos decir que comienzan a organizarse los apuntes de lo que será una "industria cinematográfica". En 1915 con Nobleza Gaucha, un melodrama criollista, queda explicitado en la pantalla el recorrido que va de la ciudad al campo y del campo al desierto. En su segundo montaje, a través de intertítulos del "Martín Fierro" de José Hernández y otros textos de la gauchesca, el film narra la historia de un gaucho al que un terrateniente le ha raptado su prometida. Según Tranchini (1999), este cruce entre la literatura criollista, conjuntamente con el folletín y el cinematógrafo, despliega "una estructura de sentimiento y un modo de experiencia que permite sobrevivir al cambio asimilando los procesos emergentes, ejerciendo presiones desde lo tradicional y fijando límites a la modernización".3 Esta dicotomía espacial campo-ciudad se va ampliar en otro espacio cuando en 1927 José Ferreyra filme Perdón Viejita. En este film, a la vez que irrumpe la problemática de la familia, queda representado un "otro espacio" que hasta nuestros días todavía sigue ocupando un lugar periférico: el suburbio. La película de Ferreyra narra, a través de una estructura cuasi melodramática, las peripecias de una pareja frente al juicio equivocado que la madre del novio emite respecto de la novia de su hijo. Si básicamente en la narrativas tradicionales la figura que organiza la trama intersubjetiva familiar recae en el hombre, aquí, en un gesto casi inaugural de la narración cinematográfica argentina, de un modo llamativo, es la figura de la madre LORENA CANCELA y SILVINA RIVAL 537 la que adopta esa función. Además, conjuntamente con otros films del período4, queda canonizado el diálogo que operan las letras de tango con la organización argumental de los films. Siguiendo esta línea, Muñequitas porteñas (1931)5, se constituye como film bisagra en tanto que toma la temática tangucra y utiliza por primera vez en este contexto la sonorización a través de discos: ilustrando el tango "Muñequita", este film cuenta la historia de una señorita que se siente fascinada por las "luces de la ciudad". Podemos decir que de este modo el espacio de la ciudad y las melodías tangueras impregnan lentamente las imágenes cinematográficas y a sus protagonistas en el cine argentino. "Los tres berretines": el sonoro, los estudios, las estrellas... Los tres berretines (1933) es la ópera prima de los estudios Lumiton6 y uno de los primeros films sonoros7. Cuenta en su reparto, entre otros, con la participación de Luis Sandrini, quien luego se convertiría en uno de los actores cómicos más reconocidos dentro de lo que se denominó "cultura popular". Sandrini fue, en su larga trayectoria, actor de cinc, radio y televisión asimismo "cabeza de compañía" de varios espectáculos, manteniéndose así durante décadas como una verdadera institución dentro del mundo del espectáculo argentino. Los tres berretines se construye teniendo como referencia al sainete. La acción comienza en el patio de la casa de un inmigrante, Manuel Sequeiros, quien junto a su suegro se queja de la actitud de su esposa e hijos, cada uno de los cuales, de forma individual o en conjunto, tiene un berretín: el fútbol, el cine o el tango que, según su apreciación, desgajan la unidad familiar. Su referencia al cine, podría considerarse como una temprana y casual "reflexión de metadiscursividad", que va a ser más frecuente en la década del '60 y el '70 en el cine argentino. La elección de los tres -el cine, el tango y el fútbol- invita a ser leída como índice de anticipación con respecto a la importancia que van a tener los mismos en los años subsiguientes en el entramado socio- cultural argentino. Con la llegada de Manuel Romero a Lumiton, se construye un cruce con algunos géneros hollywoodcnses -como las comedias al estilo Capra o el cinc de gángsters pregnantes en Fuera de la ley (1937) o La rubia del camino (1938) respectivamente- y se hacen presentes conjuntamente a éste ciertos iconos de la cultura popular. Manuel Romero, que es uno de los directores más exitosos del cine argentino, a través de una extensa producción que cuenta con 53 films - además ser compositor de letras tangos y de obras teatrales- presenta "rasgos importantes de un populismo genérico, y avant la lettre al de Juan Perón y el peronismo, con valores e ideas sobre la sociedad argentina y sus instituciones." (Ciria, 1995: 268). Desde una mirada cristalizada sobre la 538 INTI N° 52-53 figura de la mujer, Romero dedica muchos de sus films a los hombres de la Armada. Así, en el argumento de La muchacha de a bordo (1936) donde Elvira, propietaria de un café, termina su feliz unión con el oficial Garrido, en detrimento de un conscripto quien también la pretendía. De este modo queda delineada una ruptura de la diferencia entre clases sociales y comienza el esbozo al respeto por las "autoridades" del estado que va a ser una de las constantes en las décadas peronistas. Paralelamente, con el apoyo de otros estudios, Luis Saslavsky, uno de los directores más interesantes y con una inusitada conciencia del "lenguaje cinematográfico" en la época, interpreta a su manera los géneros. Anticipando lo que más tarde se conocería como Generación del '60, Saslavsky "es, probablemente, el primer realizador argentino que piensa en términos de puesta en escena cinematográficay de narración en imágenes. Sus films no son sólo ejercicios de una buena caligrafía, sino que expresan la auténtica escritura de un autor" (Oubiña: 1995). Podríamos destacaren su filmografía sobre todo La fuga (1937) y Puerta cerrada (1938) que se van a convertir en el futuro en verdaderos modelos de realización. Otro director importante del momento es Leopoldo Torres Ríos que en 1936 filma El conventillo de la Paloma y en 1937 La vuelta al nido. El primer film, es la transposición del texto teatral de Vacarezza, que, al igual que Los tres berretines, ubica al patio como el lugar centrípeto de la acción.