Termófilas, Como Celtis Australis, Osmunda Regalis, Scrophularia
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CONGRESO FORESTAL ESPAÑOL - Lourizán 1.993. Ponencias y comunicaciones. Tomo IV 41 LAS ALISEDAS (SCROPHULARIO-ALNETUM GLUTINOSAE) DEL VALLE DEL TIETAR (SIERRA DE GREDOS, AVILA): ESTADO DE CONSERVACION y PRESENCIA DE ESPECIES RELICTICAS DEL TERCIARIO Y PLIOCUATERNARIO J osé Antonio López-Sáez Departamento de Biología Vegetal 1. Facultad de C.C.Biológicas. Universidad Complutense. Ciudad Universitaria. 28040-MADRID (España) Resumen Se relacionan los problemas medioambientales que afectan a los bosques ribereños del Valle del Tiétar (Sierra de Gredos, Avila) , en base a su importancia paleoecológica y florística. P. C.: Paleoecología, Bosques riparios, Valle del Tiétar, Gredos, Avila Abstraet The problems of the zones of paleoecological and floral importance in the Tietar Valley (Gredos, Avila), are studied and discussed. K. W.: Paleoecology, ~riparious vegetation, Tietar valley, Gredos, Avila INTRODUCCION Los bosques ribereños de aliso (Alnus glutinosa ) en la Península Ibérica han sido motivo de estudio de numerosos autores, entre los que destacamos a BOLOS (1984) Y RIVAS MARTINEZ y cols. (1986). Para nuestrél; zona de estudio, SANCHEZ-MATA (1989) cita dos tipos de asociación para las alisedas: la Galio broteriani- Alnetum glutinosae, alisedas , continentales meso superior y suprameditarráneas, que presentan su óptimo en las cabeceras y tramos medios de los ríos de la provincia corológica Carpetano-Ibérico-Leonesa. En nuestro territorio se encuentran bien conservadas en algunas gargantas de difícil acceso en .. las cuencas altas. Se caracterizan por la ausencia generalizada de elementos con exigencias termófilas, como Celtis australis, Osmunda regalis, Scrophularia scorodonia y Vitis sylvestris, así como por la presencia de taxones de óp~imo atlántico, como Betula alba, Ilex aqu:ifolium y Paris quadrifolia. La otra asociación descrita es la Scrophulario scorodoniae Alnetum glutinosae, mesomediteránea, de óptimo biogeográfico en la provincia corológica Luso-Extremadurense. Están representadas por bosques umbrosos con marcada influencia atlántica, loc.alizados en el borde de gargantas y ríos de caudal continuo durante todo el año. Además de Alnus glutinosa, podremos encontrar a Fraxinus o:ngustifolia, Celtis australis, 42 Corylus avellana, Salir spp. y otras especies nemorales o taxones de óptimo atlántico u occidental. Debido al carácter umbrófilo y ripario de estos bosques han sido sometidos a una fuerte presión antrópica, sobre todo en el verano, siendo frecuentes los aclareos mediante talas para convertirlos en zonas de recreo. SANCHEZ MATA (1989) señala además que son bosques muy sensibles al grado de contaminación del agua, banal izándose rápidamente el espectro f1orÍstico de la asociación. A través de nuestro trabajo, queremos colaboraren un mejor conocimiento de los problemas medioambientales que afectan a las gargantas gredenses. ZONA DE ESTUDIO Situado al sur de la provincia de Avila, y en la vertiente meridional de la Sierra de Gredas, el Valle del Tiétar ocupa toda la vega por la que corre el río que le da nombre y marca el límite con la provincia de Toledo. Su cercanía a la capital, Madrid, apenas algo más de 100 km, la peculiaridad de sus pueblos, su clima subtropical y la belleza de sus parajes naturales, han favorecido el desarrollo de un turismo básicamente nacional, que año tras año aumenta de manera considerable, sobre todo en épocas veraniegas y festivas (CANTO, 1980). La gran diferencia de desnivel existente respecto a las altas cumbres gredenses, ha marcado el carácter abrupto del territorio, sobre todo' por encima de los 1000 m, donde son frecuentes los afloramientos rocosos principalmente graníticos. Así mismo, ha condicionado el carácter torrencial de la mayoría de las gargantas meridionales de Gredas que afluyen al río Tiétar. Es precisamente esta heterogeneidad topográfica la que proporciona gran diversidad de hábitats y microclimas (MONTSERRAT y MONTSERRAT, 1990), además de posibilitar que se cobijen en el valle plantas relícticas en aquellos refugios que les son apropiados. La ! gran diversidad ecológica, relacionada con una orografía muy acentuada, parece haber facilitado la existencia de múltiples "enclaves refugio", a cubierto de los más intensos efectos glaciares; que, permitiesen la persistencia de los distintos tipos de bosques sin necesidad de grandes desplazamientos. Modelos paleobiogeográficos basados en el desplazamiento altitudinal de los pisos de vegetación y persistencia de enclaves relictuales parecen más adecuados que los que centran la interpretación en fluctuaciones latitudinales (COSTA TENORIO Y cols., 1990). RESULTADOS En la Tabla 1 se relacionan todas las especies exóticas alóctonas introducidas en los bosques riparios del valle. A continuación ofrecemos distintos comentarios sobre ciertas especies consideradas como "relícticas", cuya importancia ecológica es manifiesta: Betula alba L. La presencia de abedul ares en el Sistema Central puede considerarse como relíctica (LUCEÑO y VARGAS, 1991). Estudios paleopalinológicos llevados a cabo en las sierras de la Paramera (ANDRADE y cols., 1990), Gredas (RUIZ ZAPATA y ACASO DELTELL, 1982 y 1984) y Bejar (RUIZ ZAPATA y cols., 1989) ponen de manifiesto la presencia de pólen fósil de Betula durante el Tardi-postglaciar, e incluso en periodos climáticos más recientes, el subboreal (RUIZ ZAPATA y ACASO DELTELL, 1988). AIRA y cols. (1989) se refieren al abedul como un árbol de clima frío y hútnedo, que formó parte de bosques mixtos con Pinus :,ylvestris en toda Europa, en especial en el noroeste, durante el preboreal 43 (11.000-9.300 B.P.). Este mismo dominio de formaciones mixtas de abedul y pino ha sido puesto de manifiesto en la Sierra de Gredos (RUIZ ZAPATA y ACASO DELTELL, 1981) en los momentos iniciales del holoceno e incluso en el subboreal. LOPEZ GARCIA (1978) considera al abedul como una de las especies pioneras del Tardiglaciar, desempeñando un papel fundamental en el poblamiento forestal holocénico. ' En la Sierra de Gredos la época óptima para el abédul debió situarse entre los 10.000 y 6.000 a.C (LUCEÑO y VARGAS, 1991). La acción humana ha debido ser fundamental en la regresión de dichos bosquetes de Betula alba, sobre todo en aquellos medios en los que la antropización se acentúa (LOPEZ-SAEZ, 1991). • Siendo más frecuentes en el norte de Gredos, en el Valle del Tiétar sólo se puede detectar un abedula,r en la localidad de Piedralaves (LUCEÑO y VARGAS, 1991) Y ejemplares aislados en la Garganta de Nuño Cojo (SANCHEZ MATA, 1989; LOPEZ-SAEZ, 1991) formando parte de las especies de óptimo atlántico que perviven en las alisedas meso-superior y supramediterráneas del valle. Este punto de la geografía abulense representa un área refugio muy importante, ya no sólo para el abedul, sino para otras especies de la flora pliocuaternaria caso de Pinus nigra subsp. salzmannii. La idea de encontrar zonas bajas y húmedas en las que persistir durante el último periodo glaciar en la proximidades de los macizos montañosos, es algo perfectamente lógico teniendo en cuenta que otros taxones más sensÍbles al frío como Castanea o Juglans también contaron con áreas refugio (COSTA TENORIO Y cols., 1990). La presencia de pólen fósil de Retula en análisis polínicos correspondientes al stlbatlántico, (LOPEZ-SAEZ y cols., 1992) en El Raso de Candeleda, permite deducir una notable extensión del abedul en tiempos prehistóricos, cubriendo como árbol dominante junto al pino el piedemonte del valle, desde su tramo oriental (Piedralaves) hasta el occidental (Él Raso). Prunus lusitanica L.- Celtis australis L. El loro, "reliquia terciaria del primitivo bosque de laurisilva" (RIVAS GODA y y cols, 1965; LABAJOS y BLANCO, 1992) se extiende en la actualidad por todo el occidente de la Región Mediterránea. Su óptimo se presenta en el tramo central de los Montes de Toledo, en la mayoría de las gargantas por encima de los 600 m en las cuales se hacen frecuentes las «loreras». Junto al loro, suelen ser frecuentes otras especies también consideradas relictas del Terciario (RIV AS GODA Y Y cols., 1965), de aspecto lauroide tales como Ilex aquifolium, Arbutus unedo, Viburnum tinus y Hedera helix, de marcado carácter mediterráneo, lo que hace que la comunidad así formada deba incluirse dentro de los bosques mediterráneos de la Quercetea ilicis. En nuestro territorio las loreras aparecen únicamente en el piso mesomediterráneo, a veces en la frontera con el supramediterráneo siempre en el sector toledano tagano de la provincia Luso-Extremadurense. Desde el punto de vista fitosociológico, apenas han sido inventariadas estas formaciones de ripisilva, mucho menos en el Valle del Tiétar. Las referencias sobre la presencia del loro en la cara meridional de la S ierra de Gredos, se restringían hasta hace bien poco a la única cita conocida, dada primeramente por Quer (GOMEZ ORTEGA, 1784) para las gargantas de Candeleda. VARGAS y LUCEÑO (1987) aportaban dos nuevas citas en Poyales del Hoyo y Arenas de S. Pedro. En el presente trabajo presentamos diez inventarios (Tabla 2) que completan junto a un estudio anterior (LOPEZ SAEZ, 1993) el panorama florístico de tales formaciones y aumentan su areal de distribu- ción. Celtis australis aparece únicamente en las loreras más occidentales siendo en general menos exigente que Prunus lusitanica, soportando una mayor iluminación, aunque se hace 44 relativamente frecuente en márgenes fluviales, dentro o fuera de las loreras. Gusta igualmente de laderas pedregosas de fuerte pendiente, donde en ocasiones (Garganta de Sta. María, Candeleda) se