EL COLEGIO DE MICHOACAN, A. C. CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS

ENTRE LIMITES REGIONALES La economía rural de la subregión de , 1856-1909

Tesis que presenta:

ALFREDO LOPEZ FERREIRA

Para obtener el grado de:

MAESTRO EN HISTORIA

Director de Tesis:

DR. MARTIN SANCHEZ RODRIGUEZ

Zamora, Mich., otoño del 2001 2

A mi esposa Lupita por su paciencia y apoyo A mi hija Fátima por florecer y alegrar A mis padres y hermanos por respaldar 3 INDICE GENERAL

Página Relación de planos, tablas y gráficas------4 Tabla de equivalencias de medidas usadas------6 Agradecimientos ------9 Introducción------11

I. LA SUBREGION DE SANTA ANA MAYA. 1856-1909------24 1. Una gran región geográfica: El Bajío de Guanamich------24 2. Integración histórica de la subregión de Santa Ana Maya------29 3. La organización administrativa del espacio------40 4. La modelación del espacio geográfico subregional------44

II. PROCESOS DEMOGRAFICOS------65 1. Las fuentes------65 2. Población------71 3. Los asentamientos humanos------76 4. Patrones demográficos------95

III. LA ESTRUCTURA DE LA TIERRA------103 1. Evolución histórica agraria------103 2. Movilización de la propiedad corporativa. 1856-1866------112 3. Cambio y estabilidad de la tenencia de la tierra. 1867-1888------125 4. Estabilidad y cambio de la tenencia de la tierra. 1888-1909------142

IV. ECONOMIA RURAL SUBREGIONAL------162 1. Economías tradicionales en cambio------.162 2. Trabajo y factor hum ano------169 3. Economía agrícola regional------182

CONCLUSIONES------206

FUENTES CONSULTADAS------212 Archivo Hemerografía Cartografía Bibliografía 4

RELACION DE PLANOS, TABLAS Y GRAFICAS

Página Planos 1. El Bajío de Guanamich------25 2. La organización administrativa del espacio------41 3. Lago, valle y cerros en la subregión de Santa Ana M aya------46 4. Localidades por Estatuto Político e Identificación agraria------83 5. Distribución de la propiedad rústica en la subregión de Santa Ana Maya. 1855------115 6. Distribución de la propiedad rústica en la subregión de Santa Ana Maya. 1890------145

Tablas 1. Población total. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910------72 2. Crecimiento absoluto y porcentual. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910------74 3. Población y localidades. Mpio. de Santa Ana Maya. 1868-1910------82 4. Localidades de residencia registradas. Vicaría de Santa Ana Maya. 1870-1909------86 5. Localidades de residencia registradas. Vicaría de San Buenaventura Huacao. 1860-1909------87 6. Número de localidades de residencia declarado por los contrayentes matrimoniales. Vicarías de Santa Ana Maya y San Buenaventura Huacao. 1860-1909------88 7. Número de localidades por n° de habitantes. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910------90 8. Distribución de la población por clasificación política-agraria. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910------92 9. Población por sexo. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910------96 10. Matrimonios realizados quinquenio/mes. Vicaría de Santa Ana Maya. 1870-1909------98 11. Matrimonios realizados quinquenio/mes. Vicaría de San Buenaventura Huacao. 1860-1909------99 12. Situación de la propiedad rústica. Subregión de Santa Ana Maya. 1856------113 13. Formación y trayectoria de la gran propiedad. Subregión de Santa Ana Maya. 1856-1888------128 14. Muestra del comercio de pequeñas propiedades rústicas en la Zona I y II. El Carrizal y Potrero Grande. 1862-1879------136 15. Situación de la propiedad rústica.-Subregión de Santa Ana Maya. 1890------143 16. Hacienda de Los Zapotes. División Hereditaria. 1908------152 5 17. Hacienda de Los Zapotes. 1a mitad. Ventas realizadas------154 18. Hacienda de Los Zapotes. 2a mitad. Ventas realizadas------156 19. Población total. Distrito Político y Ciudad de , Mich. 1868-1910------168 20. Densidad de población. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910------172 21. Estructura ocupacional principal por actividad y empleo. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1900------175 22. Relación de comerciantes, industriales y agricultores destacados. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. Años 1888, 1892 y 1896------178 23. Producción agrícola anual. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1883-1907------— ------191 24. Valor de la producción agrícola anual. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1887-1906 ------195 25. Producción agrícola por unidad productiva. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1887------198 26. Producción agrícola por unidad productiva. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1888------199 27. Condiciones Pluviales. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1854-1917------202

Gráficas 1. Estadísticas Vitales. Vicaría de Santa Ana Maya. 1850-1919------77 2. Tendencias demográficas quinquenales. Vicaría de Santa Ana Maya. 1850-1919 ------78 3. Estadísticas Vitales. Vicaría de San Buenaventura Huacao. 1858-1919------79 4. Tendencias demográficas quinquenales. Vicaría de San Buenaventura Huacao. 1860-1919------80 5. Pirámide de edad y sexo. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. Año de 1900------101 6. Producción de las principales cosechas. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1883-1907------192 7. Producción cerealera y de leguminosas. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1883-1907------194 8. Valor anual de las principales producciones agrícolas. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1887-1906------196 TABLA DE EQUIVALENCIAS DE MEDIDAS USADAS SANTA ANA MAYA, MICHOACAN

EQUIVALENCIAS DE VOLUMEN

CARGAS = FANEGAS 1 carga de arvejón, cebada, frijol, garbanzo y maíz = 2 fanegas

FANEGAS = KILOGRAMOS 1 fanega de maíz = 69 kilogramos 1 de garbanzo = 80.5 1 de trigo = 80.5 1 de frijol = 69

CARGA = KILOGRAMOS 1 carga de camote = 92 kilogramos 1 de leña = 92 1 de maíz = 138 1 de trigo = 161 1 de garbanzo = 161 1 de frijol = 138 1 de arroz = 161 1 de panocha (piloncillo) = 138 1 de cebada = 161 1 de arvejón = 138

ARROBAS = KILOGRAMOS 1 arroba =11.5 kilogramos

CARGAS = ARROBAS 1 carga de leña = 8@ 1 de cebada = 14@ 1 de pulque = 3@ 1 de maíz = 12@ 1 de trigo = 14@ 1 de frijol = 12@ 1 de garbanzo = 14@ 1 de panocha (piloncillo)= 12@ 1 de camote = 8@ 1 de arvejón = 12@ 1 de arroz = 14@ 7 HECTOLITROS = KILOGRAMOS 1 hectolitro de cebada = 69 kilogramos 1 de maíz = 75 Irrigo = 69 1 de frijol = 79 1 de garbanzo = 69 1 de haba = 68 1 de chile verde = 34.5 1 de cacahuate = 46 1 de arvejón = 66 1 de higuerilla (semilla) = 34 1 de pulque = 92

QUINTAL = KILOGRAMOS 1 quintal de arroz = 46 kilogramos

EQUIVALENCIAS DE SUPERFICIE

1 vara = 0.838 metros 1 legua = 5000 varas = 4190 metros 1 solar = 2500 varas2 = 1756 metros2 1 almud de tierra de sembradura = 0.3229 hectáreas 1 fanega de tierra de sembradura de maíz = 3.566 hectáreas 1 fanega de tierra de sembradura de maíz = 5.3494 hectáreas (según Winstano Luis Orozco para la región de Celaya) 1 fanega = 12 almudes = 3.87 hectáreas (medida empleada en El Cuervo, Mpio. de Santa Ana Maya) 1 fanega de sembradura ranchera = 7 caballerías = 6.113 hectáreas (medida empleada en el Bajío) 1 fanega de sembradura ranchera = 1/7 de caballería = 7.13 hectáreas (medida empleada cerca de Santa Ana Maya) 1 caballería de tierra = 42.7953 hectáreas = 12 fanegas de sembradura 1 fundo legal para pueblo = 101 hectáreas = 1.01 kilómetro2 1 sitio de ganado menor = 780.271 hectáreas 1 sitio de ganado mayor = 1 Iegua2 = 1756 hectáreas = 1,755.61 hectáreas 1 hectárea = 13.4 litros de sembradura 1 hectolitro = 7.5 hectáreas

FUENTES: ARCHIVO HISTORICO MUNICIPAL DE MORELIA (AHMM): Caja 263, año 1388, 1er. Semestre, leg. s/'n, exp. s/'n, año 1892-1893, Fomento, 1892, ieg. s/'n, exp. 14; Caja 295, año 1896, Fomento, leg. s/n, exp. 6; Caja 3, año 1900, Guerra, leg. s/n, exp. 9; Caja 2A, año 1901, Ayuntamiento de Morelia, 1901-1902, exp. 1 al 141, leg. s/n, exp. 7; Caja 12, año 1902, Instrucción, fomento y hacienda, leg. s/n, exp. 5; Caja 15, año 1903, Fomento, leg. s/n, exp. 19. ARCHIVO HISTORICO DEL PODER JUDICIAL DE MICHOACAN (AHPJM): Civil, Sala 1a, Morelia, 1885, Instrumentos Testamentarios, N° 180. ARCHIVO DE NOTARIAS DE MORELIA (ANM): Protocolos, González, 1873-74, f. 193v.

BAZANT, 1975, p. 6; BRADING, 1988, p. 19; MENEGUS BORNEMANN, 1980, p. 33; MORENO, 1992. pp. 34-45. 9

AGRADECIMIENTOS

El presente trabajo se presenta como Tesis para optar por el grado de Maestro en

Historia en el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de Michoacán, A. C., institución en la que tuve el privilegio de ser estudiante del Programa de la Maestría en Historia, generación 1993-1995.

Quiero agradecer a los directivos, investigadores, administrativos y empleados de

El Colegio de Michoacán, por el respaldo ofrecido y el ambiente propicio para el estudio durante el tiempo que residí en la Ciudad de Zamora, estadía que por otra parte no hubiera sido posible, sin una beca otorgada por el Consejo Nacional de Ciencia y

Tecnología (CONACYT) durante los estudios de posgrado, además de un apoyo económico adicional otorgado por este mismo organismo para que esta investigación se realizara.

A mis maestros del COLMICH: Jaime del Arenal, Rafael Diego Fernández, Luis

González, Francisco Meyer, Heriberto Moreno (q.e.p.d.), Verónica Oikión, Guillermo

Palacios, Luis Ramos, José Antonio Serrano y Nelly Sigaut, les agradezco de manera especial mi formación y el haber compartido su saber.

Al Dr. Martín Sánchez Rodríguez le debo la atención de compañero y la asesoría de la tesis, así como el interés, paciencia, confianza, dedicación y orientación brindada en todo momento. Le quedo como deudor de haber llegado a feliz termino.

Mi infinita gratitud a los Doctores Francisco Javier Meyer y José Antonio Serrano por haber participado, en cierto momento del trayecto, en el desarrollo del proyecto de estudio. Espero disculpen mi ingratitud y abusos. 10 Un reconocimiento al Dr. José Antonio Serrano y Dr. Victor Manuel González, lectores de tesis, por sus valiosas críticas y sugerencias que hicieron mejorar notablemente la estructura y concepción final de la investigación.

Mención a los directivos y personal de archivos, bibliotecas y hemerotecas de

Zamora, Morelia, Santa Ana Maya, San Buenaventura Huacao y Ciudad de México, por las facilidades y atenciones otorgadas en la búsqueda y revisión de los materiales bajo su cuidado.

A todos mis compañeros de generación les agradezco el afecto y el tiempo compartido en uno de los tramos más importantes de mi vida, en particular extiendo las gracias a Luciano Ramírez por la amistad proporcionada.

Finalmente a todos aquellos que de alguna manera me alentaron mi sincero agradecimiento. 11

INTRODUCCIÓN

Eric Van Young, hace tiempo, afirmó que los estudios regionales siguen manteniendo su validez para entender a México.1 La extensión del país y sus características geográficas han favorecido sin determinar, según Luis González, la formación de espacios homogéneos y coherentes distintos de los contiguos.2 Sin embargo la existencia de estos ámbitos, considera Aristides Medina, dependen de tres premisas esenciales asociadas e indivisibles: fisonomía física, presencia humana e historicidad. Así la dimensión geográfica, materializada en un valle, llanura y meseta, son los espacios factibles de ser ocupados por colectividades humanas que en el transcurso del tiempo precisaran la esencia y la existencia del territorio que habitan.3

Al ser pues la región un producto histórico posee una fijación transitoria en el tiempo. La temporalidad es el elemento paradójico que es la razón de la realidad regional.

Aunado a este señalamiento asiste el cambio constante e inherente que conforma y desarrolla su naturaleza empírica-histórica 4

La conformación regional, pese a ser un fruto histórico, bien puede resultar de la definición de condiciones naturales y humanas. Las primeras bajo un enfoque determinista, propuesta que hoy en día se han superado, aunque sin dejar de reconocer

1 VAN YOUNG, 1992, pp. 1-36.

2 GONZALEZ, 1987, p. 52.

3 MEDINA RUBIO, 1983, pp. 89-102.

4 LIZAMA SILVA, 1994, p. 18. 12 su debida influencia sobre el hombre.5 A las siguientes se les ha establecido importancia y peso de acuerdo al manejo que los estudiosos ponderen de los diversos factores de carácter histórico, económico y social que precisen en "su modelo" de análisis.6

Aunque he recogido elementos de concepto y definición en materia regional de varios autores no comparto algunas de sus apreciaciones que considero merecen ser cuestionadas apoyado en que la realidad histórica es obstinada a someterse a los paradigmas teóricos.

A grandes rasgos una revisión general de casi todos los modelos regionales elaborados hasta el momento indican que una región es una hipótesis y una categoría con delimitación transitoria en el tiempo y de espacio variable.

Mi propuesta es que el área de Santa Ana Maya entre 1856 y 1909 fue una subregión o subconjunto indefinido de estar incorporado en alguna región o dependiente de un lugar central, como los centros urbanos próximos de Morelia, Celaya y Acámbaro, por lo que la clasifico como una zona interpuesta entre estas mismas, debido a que fue un sitio en donde confluyeron variables de tipo ecológico, económico, histórico y cultural de estas regiones aledañas, aunque sin haber sido alguna de ellas determinante y predominante, esta característica la precisó como una área de "paso" regional en donde convergieron los sistemas anexos. Luego entonces ¿acaso en cierto momento Santa Ana

Maya no se integraría como una subregión con existencia precaria pero real?.

La.claridad.espacial pues de la subregión de Santa Ana Maya devino en esencia

5 BRAUDEL, 1976.

6 Ver ejemplos en: GONZALEZ Y GONZALEZ, 1979; MORIN, 1979; SUPER, 1986; TAPIA SANTAMARIA, 1986; VAN YOUNG, 1989; VERDUZCO, 1992. 13 por ser un producto histórico que parcialmente concordó sobre las jurisdicciones administrativas civiles y religiosas vigentes en ese entonces, como el ámbito preciso de influencia y en donde la población de Santa Ana Maya era el centro mercantil.

Por tanto ¿qué entenderé por subregión de Santa Ana Maya?. El pueblo de su nombre y su interland, compuesto por un valle no mayor de 250 kilómetros cuadrados de extensión, delimitado en un extremo por una cordillera de escasa elevación y por el otro extremo haciendo playa con la laguna de , siendo parte integrante de la cuenca de esta formación lacustre. El paisaje geográfico humanizado asoció una jurisdicción municipal entera y fracciones de otras demarcaciones, además de dos parroquias y porciones de otras vecinas.

Otra propuesta central que expongo es el vínculo existente entre el crecimiento demográfico y las transformaciones acontecidas en la estructura económica, pues admito en términos generales la teoría que subraya el incremento de la población como un estimulo para el desarrollo económico, al estar ya confirmado que existe en ello una secuencia causal.7 Así considero que en la subregión de Santa Ana Maya en el periodo que se extiende de 1856 a 1909 el crecimiento demográfico fue la variable principal que determinó los cambios ocurridos en las estructuras agrarias y la productividad agrícola.

En general el principio material es la constante en la investigación, las variables geográficas, demográficas y económicas -tierra, mano de obra, producción, tecnología, capital- serán cuantificadas con el objetivo de evaluar las relaciones de estas a través del

7 La hipótesis la recogí de Ester Boserup de la revisión de sus obras: Las condiciones del desarrollo en la agricultura y Población y cambio tecnológico. 14 tiempo. La delimitación cronológica se ha precisado bajo el supuesto de que en las sociedades rurales la tenencia y distribución de la tierra es un aspecto básico para el análisis de las permanencias y cambios en la estructura económica agrícola.

El contenido de los cuatro capítulos, de que se compone la investigación, son temas de paisajes, asentamientos humanos, propiedades rústicas y producciones. Los detalles incluyen objetos que van desde arroyos hasta productos y desde actores como simples individuos hasta entes colectivos.

¿Cuál es la noción y la delimitación de la subregión de Santa Ana Maya durante el periodo de estudio?. La interrogante me condujo ha revisar en el capítulo I las variables de tipo ecológico, económico y cultural que me permitieran reconstruir un espacio humanizado, producto histórico con delimitación transitoria en el tiempo y de cuantificación espacial variable, con una existencia precaria pero real.

En el capítulo II analizaré los procesos demográficos en la subregión de Santa Ana

Maya entre 1868 a 1909 proponiendo que la variable principal fue el crecimiento demográfico, lento e irregular, que entorpeció cambios en los factores secundarios de la organización agrícola y alteró de manera dinámica la estructura agraria. El espacio de estudio contempla las áreas administrativas correspondientes al municipio de Santa Ana

Maya y las vicarías del mismo nombre y de San Buenaventura Huacao.

La distribución y los procesos de movilidad de la propiedad rural en Santa Ana

Maya las examinaré en el capítulo III. La tierra fue el medio de producción más importante y la agricultura la actividad económica principal. Los años de 1856 y 1909 delimitan claramente el período debido a importantes transformaciones en la estructura agraria suscitadas en el lugar, revisándose tres momentos temporales precisos en el mercado de 15 bienes rústicos. Aunque básicamente se registran los cambios dentro de los limites administrativos del actual municipio de Santa Ana Maya, Michoacán, el examen reconstruye el proceso histórico de un ámbito espacial más amplio.

La economía de Santa Ana Maya entre 1856 y 1909 descansó en la agricultura y es el eje del capítulo IV. La tierra era escasa para dedicarla a menesteres que no fueran los cultivos. La frontera cultivable se expandió hasta los límites en que la deficiente tecnología y la naturaleza lo permitieron, y la presión demográfica no alcanzó a sobrepasar la potencialidad agrícola.

El estudio histórico sobre Santa Ana Maya enfrentó para empezar grandes dificultades por la falta de fuentes bibliográficas especificas sobre el área. A pesar de esta limitante, localicé valioso material disperso en distintas obras, pero esta tarea requirió de una atenta y paciente búsqueda de acopio, pues el más mínimo e insignificante dato podía ser un valioso testimonio.

La búsqueda entonces debió comprender desde obras conocidas y asequibles en la actualidad sobre Michoacán, comenzando con La Relación de Michoacán de Fray

Jerónimo de Alcalá y finalizando en la Historia General de Michoacán, pasando solo como ejemplo entre otros materiales, por la compilación de las Relaciones y memorias de la provincia de Michoacán. 1579-1581 hechas por Alvaro Ochoa y Gerardo Sánchez, la edición realizada por Ramón López Lara de El obispado de Michoacán en el siglo XVII.

Informe inédito de beneficios, pueblos y lenguas, el trabajo de investigación histórica de

Claude Morin en Michoacán en la Nueva España del siglo XVIII. Crecimiento y desigualdad en una economía colonial, el estudio Análisis estadístico de la provincia de 16 Michoacán en 1822 de Juan José Martínez de Lejarza, las noticias recopiladas en

Michoacán y en 1860. Noticias para formar ¡a historia y la estadística del obispado de Michoacán por José Guadalupe Romero. Sin embargo el descuido no debía permitir dejar de lado raros impresos como los Documentos relativos a la conducta del

Excelentisimo señor Gobernador de Guanajuato Don Luis de Cortazar, a consecuencia de una diligencia de Justicia practicada en jurisdicción del pueblo de Santa Ana Maya por el Juez de Primera Instancia de Morelia, Licenciado Francisco Antonino Benitez, y la reseña, escasamente difundida, de la Inauguración de la calzada construida en el Lago de Cuítzeo de Juan de la Torre.

Suficiente bibliografía general ha abordado las líneas generales de esta investigación que pretende ser en conjunto una historia agraria, demográfica y económica, aunque en el fondo lo correcto es que se podría ubicar también como un estudio de microhistoria.

En el campo de la historia local posiblemente nadie haya impulsado y abordado en

México estos estudios como Luis González y González, destacando su clásico Pueblo en vilo. En el ámbito de la microhistoria las investigaciones sobre las localidades de

Michoacán han alcanzado importantes adelantos a últimas fechas, sobresaliendo la promoción y la publicación de numerosas monografías.

Al advertir el papel amplio que tendría la geografía en el desarrollo de su obra

Pueblo en Vilo, Luis González declaraba "el medio natural afecta muy de cerca la vida rústica"8. Personalmente acepte esta premisa y fije como uno de los aspectos ineludibles del proyecto. Aunque®^intente tener presente la advertencia hecha por Fernand Braude!

8 GONZALEZ, 1979, p. 4. 17 respecto a las acostumbradas introducciones geográficas incorporadas inútilmente a los estudios históricos.9 Sea suficiente para aplicar lo anterior en ámbitos michoacanos, el raro y singular ejercicio de investigación histórica y estudio geográfico, realizado por

Heriberto Moreno en Geografía y paisaje de la antigua ciénega de Chapala.

La tierra es uno de los elementos centrales en esta tesis. La historiografía sobre el tema es abundante y avanzada. Los estudios sobre la hacienda, las tierras comunales campesinas y los ranchos: las tres formas de posesión del suelo y de unidad de producción que permanecieron vigentes durante un gran trayecto de la historia de México, han despejado innumerables dudas pero también no han resuelto otras. Una síntesis sobre el desarrollo de la historia agraria nacional hasta el momento ha sido descrita en la obra colectiva Historia de la cuestión agraria mexicana, en el trabajo coordinado por

Teresa Rojas intitulado La agricultura en tierras mexicanas desde sus orígenes hasta nuestros días y en las recientes reinterpretaciones sobre las diversas formas de propiedad y de obtención de recursos, de la que es ejemplo la obra coordinada por Margarita

Menegus y Alejandro Tortolero titulada Agricultura Mexicana: Crecimiento e Innovaciones.

A pesar de ser una de la más estudiada de las formas de tenencia de la tierra y de unidad de producción, la hacienda sigue permaneciendo como un referente necesario de abordar en cualquier investigación del México rural, antes de su aniquilamiento. El recuento y la evaluación realizada hace algunos años por Eric Van Young y recientemente por Frédérique Langue de lo producido solo para la hacienda colonial en los últimos tiempos es indicio del interés prevaleciente. Una muestra mínima de las últimas contribuciones al conocimiento de la* hacienda son los trabajos de Richard Lindley,

9 BRAUDEL, 1976, tomo I, p. 17. 18 Heriberto Moreno, Herbert J. Nickel, Juan Felipe Leal y Mario Huacuja Rountree, Simon

Miller, David Brading y Alejandro Tortolero.

La situación anterior difiere de manera contraria con las dificultades existentes

sobre el conocimiento de las comunidades campesinas. La cuestión ya había sido

advertida desde hace tiempo por Margarita Menegus, Jean Meyer y Donald Frazer, a

pesar de que al igual que las haciendas revistieron una importancia semejante en cuanto

al hecho de que significaron una de las estructuras básicas del México rural a través de varios siglos.

La historiografía mexicana sobre las comunidades campesinas ha sido desigual y

los resultados en la materia comprenden desde el siglo XVI hasta el siglo XX. El conocimiento que poseemos de las comunidades agrarias durante la época colonial

prácticamente se restringe a la condición legal que mantuvieron, mientras la realidad de

estas durante el siglo XIX continúa en general en el arcano. Únicamente el siglo XX dispone de abundantes investigaciones, producto de la labor de antropólogos y sociólogos fundamentalmente y escasamente de historiadores. Aunque debe de reconocerse que a

últimas fechas el panorama ha cambiado gracias a las investigaciones de Margarita

Menegus, Robert J. Knowlton y Frank Schenk.

Otro protagonista central del campo mexicano que ha sido "descubierto" y revelado

desde no hace mucho es el sector ranchero y de los pequeños propietarios. El descuido

inicio siendo enmendado por Luis González, Frans J. Schryer, lan Jacobs y Esteban

Barragan, destacando los últimos trabajos de Martha Eugenia García Ugarte sobre el

tema. Sin embargo todavía no hace mucho, en El Colegio de Michoacán, David A. Brading

evaluaba solo algunos aspectos sobre este tema indicando, entre algunas impresiones, 19 de que aun estamos en la fase de la definición de problemas.10

Una propuesta de la tesis comprende también el examen demográfico basado en los archivos parroquiales existentes en el lugar. En aspectos teóricos y de método para el manejo de asuntos históricos de población me remití a E. A. Wrigley, Henry Louis,

Pierre Chaunu y T. H. Hollingsworth. Un modelo de aplicación y del provecho que se puede obtener del análisis de las estadísticas vitales para el siglo XIX utilizado fue la investigación Tendencias demográficas de Cuatitlan, siglo XIX. Fuentes y técnicas para su estudio realizado por Concepción Lugo Olín o los realizados por Thomas Calvo y

Claude Morin.

Un concepto indispensable de definir fue el espacio, es decir, precisar la investigación desde un enfoque regional conveniente, para ello obtuve provecho práctico de instrumentos de teoría y metodología, obtenidos de fuentes como la compilación

Región e historia en México (1700-1850) de Pedro Pérez Herrero. Como el debate regional ha sido amplio y fructífero he tenido muy en cuenta la aplicación hecha por estudiosos sociales en la resolución de sus estudios específicos. Citando a modo de referencia en este menester, para no ir tan lejos, el trabajo realizado en El Colegio de

Michoacán por Jesús Tapia Santamaría y Gustavo Verduzco y últimamente en la tesis doctoral de Gladys Lizama.

No quisiera terminar esta revisión bibliográfica general sin dejar de mencionar uno de los trabajos, aparte de otros, que más han influido en la concepción general de mi trabajo, La ciudad y el campo en el siglo XVIII. La economía rural de la región de

Guadalajara, 1675-1820 de Eric Van Young, en donde éste autor resolvió la variable entre

10 BRADING, 1994. pp. 329-334. 20 la relación del crecimiento demográfico y las estructuras agrarias definió el área de su investigación.

Las fuentes de archivo que sostienen este proyecto son bastante abundantes y la principal dificultad resultó en como seleccionar los materiales que serían utilizados.

Los repositorios en donde se localizó documentación sobre Santa Ana Maya y el tipo de información contenida fueron los siguientes:

Archivo de Notarías de Morelia. En sus diferentes ramos encontré casi siempre series completas e ininterrumpidas de diversas operaciones consistentes en poderes, compra-venta de fincas rústicas y urbanas, testamentos, arrendamientos, cancelaciones de gravámenes, formación de compañías mercantiles y agrícolas, contratos comerciales sobre mercancías, convenios relacionados con propiedades litigiosas, asuntos de comunidades indígenas, herencias, permutas, etc.

Archivo Histórico Municipal de Morelia. Los diferentes expedientes poseen abundantes constancias de la fluida comunicación que existió entre el Prefecto del Distrito y el Presidente Municipal de Santa Ana Maya. Pocos son los años en los que se interrumpe la relación administrativa y prácticamente no existe ámbito que no sea tratado.

Informes, oficios, circulares, notificaciones, cartas, ofrecen un amplio panorama del

municipio sobre asuntos políticos, económicos y sociales, que incluyen aspectos

religiosos, geográficos, sanitarios, educativos, criminales, comerciales, agrícolas y de seguridad.

Archivo Histórico del Poder Ejecutivo del Estado de Michoacán. La sección denominada Hijuelas contiene el complejo proceso de reparto de las tierras de comunidad 21 en el área realizado en la segunda mitad del siglo XIX. La información no solo se limita a la trama de la repartición, también comprende diversos aspectos sobre la situación al interior de las comunidades indígenas.

Archivo del Registro Público de la Propiedad del Estado. La riqueza documental es comparable con el Archivo de Notarías y se complementan. Las disposiciones legales impuestas a partir de 1884 y aún antes, permitieron dejar constancia de muchos negocios sobre las propiedades rústicas y urbanas del área de Santa Ana

Maya.

Archivo Histórico Judicial de Michoacán. Enorme repositorio que prácticamente sigue desconocido para los investigadores. Los legajos sobre litigios civiles permitieron localizar valiosos inventarios sobre fincas rústicas, disputas por la tierra entre los diferentes actores individuales y colectivos, balances testamentarios de economía familiar y querellas internas entre miembros de las comunidades indígenas.

Archivo Histórico "Lie. Manuel Castañeda R.". (Casa de Morelos). El ramo de

Diezmos complementó las series de producción agrícola y comercialización en los años en que los otros archivos carecían de datos. Me causo sorpresa que esta fuente, en el caso del Diezmatorio de Cuitzeo, arrojó resultados "fehacientes" hasta la séptima década del siglo pasado, momento en que realice un corte de la recopilación debido a gran cantidad de estimaciones agrícolas que existían en otros sitios.

Archivo de la Secretaría de la Reforma Agraria. Delegación Michoacán.

Deposito documental posterior al período cronológico que comprendió la investigación. La utilidad de este acervo radicó en los informes de antecedentes de las fincas de! área que eran susceptibles de afectación de reparto agrario. Incluye información sobre la 22 producción, formas de trabajo y condiciones de vida de la época porfiriana.

Los Archivos Parroquiales de Santa Ana Maya y Huacao poseen las colecciones

completas de los ramos de Sacramentos. Mediante los registros existentes se recopilaron

las estadísticas vitales con la finalidad de reconstruir las tendencias demográficas del

período por estudiar.

Además se consultaron con fines complementarios y resultados provechosos en

la Ciudad de México, D. F. el Archivo General de la Nación, los ramos Mercedes, Tierras y Buscas.

En vista de los contenidos del proyecto me fue también necesario consultar otras fuentes de información como los periódicos y recurrir a la vivencia personal.

La recolección de datos aparecidos en la prensa de la época sobre Santa Ana

Maya resultó una tarea ardua y no siempre fructífera, pero necesaria. Los periódicos

michoacanos, El Pueblo, La Libertad, El Centinela, Gaceta Oficial, El Constitucionalista,

El Heraldo y El Periódico Oficial, proporcionaron escasas pero estimables noticias

parcialmente utilizadas.

Por último una fuente más de la historia rural fueron los paisajes, en ellos encontré

las señales de la actividad humana en el pasado ligados al presente. La experiencia

personal en los campos mediante largos recorridos realizados a pie fue imprescindible. Sin

esta vivencia toda la paciente y cuidadosa investigación de archivo y de lectura

bibliográfica hubiera quedado incompléta. Unida a la experiencia andante aprendí a viajar

e interpretar sobre las cartas topográficas y la fotografía aérea del área, levantadas por 23 el INEGI, lo que mis ojos y mi limitada percepción no alcanzaban a entender al rasante de la tierra. CAPITULO I

LA SUBREGION DE SANTA ANA MAYA. 1856-1909

"... en ¡a práctica las situaciones históricas reales no son tan simples como indican los modelos" VAN YOUNG, 1991, pp. 108

1. UNA GRAN REGION GEOGRAFICA: EL BAJIO DE GUANAMICH

En Guanajuato le llaman los Valles Abajeños y en Michoacán el Bajío Moreliano, estas denominaciones entre algunas otras conocidas, corresponden a la porción sur y norte de ambos estados.1 Este espacio geográfico con sus características físicas y componentes de actividad humana homogéneos, a pesar de encontrarse dividido desde

1786 entre dos entidades administrativas civiles, han conformado históricamente una misma región que podría nombrarse el Bajío de Guanamich2

El Bajío de Guanamich tiene forma oval y sus fronteras naturales son una cordillera y un río (plano 1).3 Situado en el descenso norte del Sistema Volcánico

Transversal este conjunto montañoso lo rodea por el sur y se extiende hacia el norte

1 La noción y dimensión de esta región la han establecido los estudiosos hasta ahora desde una perspectiva ecológica y administrativa. GONZALEZ, 1992, p. 38; SALCEDA, 1987, p. 32; GUEVARA, 1989, v. I, p. 10.

2 La designación regional es lo menos lo importante es la resolución del problema. Mi propuesta establece una espacialización unitaria que contemple las variables geográficas y el juego de los diversos componentes sociales y económicos enlazados.

3 El diseño es propio y se ha formado con arreglo sobre la obra de: CORREA, 1974, (1,9/4) t. I. PLANO 1. El Bajío de Guanamich 26 hasta las márgenes del río Lerma.4 La superficie regional puede estimarse en unos 5500 km2.56

La región se caracteriza por tener un relieve en donde alternan valles y cadenas montañosas. De los primeros sobresalen los de Queréndaro y Morelia dentro de

Michoacán. En Guanajuato, las depresiones más importantes son las de Uriangato,

Moroleón, San Nicolás de los Agustinos, Salvatierra y Acámbaro. Los macizos montañosos se distinguen por su gran tamaño destacando las sierras de San Andrés, Mil

Cumbres, Acuitzeo, Tigre, Comanja y Zirate, designaciones locales que va tomando en su trayecto de oriente a poniente el Sistema Volcánico Transversal. También emergen enormes moles aisladas que se desprenden de este eje rumbo al norte hasta arribar al

Bajío, confiriendo esa fisonomía tan característica a la región, destacando cerros como el

Punguato, Quinceo, Venado, Araré, Guranguillo, Amóles, Blanco, Culiacán, Grande y El

Toro. En conjunto la región asemeja una plataforma que desciende paulatinamente de sur a norte desde altitudes de las montañas que promedian los 2400 msnm hasta los

g 1700 msnm en las riberas del río Lerma.

Las precipitaciones pluviales anuales son moderadas y se presentan principalmente desde finales de mayo hasta comienzos de octubre. La regularidad de ellas no es su característica experimentándose notables fluctuaciones de un año a otro.

4 El Eje Volcánico es el macizo montañoso, que según Bernardo García, es el elemento dominante que define la estructura fundamental de la geografía mexicana pues permite distinguir y agrupar las diferentes regiones del país; y, el río Lerma es el límite natural que establece el inicio de la extensa llanura aluvial conocida como El Bajío. GARCIA MARTINEZ, 1987, t. I, p. 13 y 36-37.

5 Cálculos propios deducidos de la extensión conjunta de la Cuenca hidrológica del Lago de Cuitzeo y del área actual de los municipios de ambos estados.

6 CORREA, 1974, p. 194 y 199; Cartas Topográficas, INEGI: Moroleón f14c83, Zinapécuaro e14a14, Acámbaro f14c84 y Cuitzeo e14a13, Escala 1:50000 (en adelante CT-INEGI). 27 Además la distribución no es uniforme. La zona norte es más seca que la sur oscilando los valores anuales en promedio de los 700 mm a orillas del Lerma y de más de 800 mm en las estribaciones serranas del eje volcánico.7 Así en Celaya, las lluvias han registrado cifras medias de 708 mm. y en Morelia, el extremo opuesto, 796 mm.8

Debido a los factores orográficos y pluviales descritos el drenado del Bajío de

Guanamich es fundamentalmente de carácter endorreico pero no del todo.9 En estricto sentido es parte integrante de la cuenca del río Lerma aunque su aporte liquido es escaso y bastante irregular pues una importante proporción de las aguas se queda al interior de la zona donde siguen existiendo ciénegas y lagunas. En esta subcuenca destaca la laguna de Cuitzeo que es el principal depósito natural al cual están interconectados de manera natural la mayoría de los escurrimientos de los alrededores.

En ciclos de precipitaciones abundantes y al rebasarse la capacidad de captación de dicho vaso, que por cierto es de poca profundidad, es cuando debido a esta contingencia los excesos escurren hacía el Lerma.10

En general los suelos de la región son de dos tipos. El sobresaliente tiene características de color grisáceo, composición granular mijagosa y donde el humus se encuentra en los mantos superiores y hondos. Respecto al otro conjunto localizado en

7 GUEVARA, 1989, t. I, p. 30.

8 Para Celaya: BRADING, 1973, p. 198; y Morelia: CORREA, 1974, p. 301.

9 La percepción de estudiosos como Claude Bataillon, Bernardo García y Genaro Correa, al considerar que es endorreica es errónea, pues basan su postura en la supuesta falta de salida natural de las aguas de todo el conjunto. BATAILLON, 1979, p. 166; GARCIA, 1987, p. 34; CORREA, 1974, p. 217.

10 La idea de que el único conducto existente con dirección al Lerma, a través de la laguna de Yuriria, sea de tipo artificial es equívoca. La conformación natural ha permitido la existencia de una depresión que es una boca de desagüe que, el ingenio del hombre se ha encargado de conservar y modificar para evitar los riesgos cíclicos del aumento del nivel de las aguas sobre las tierras ribereñas al lago. 28 espacios menores lo integran tierras de apariencia blanca y una tapa de materia orgánica sobre una capa de tono que se extiende del café al gris.11 El temperamento en general se define por la presencia de una temperatura templada con ligeras variaciones según la altitud y la época del año. El promedio de enero, el mes más frío, es de 13 grados centígrados y de 23 grados en el tórrido mes de mayo.12 La vegetación de la zona fundamentalmente corresponde al tipo pradera o chaparral. En los valles se compone por especies arbóreas xerófitas compuesta básicamente de mezquites, nopales, magueyes, huizaches y órganos, resistentes a la larga temporada sin lluvias. En las cimas, más húmedas, el paisaje permite el desarrollo de bosques mixtos, pinos y encinos.13

El espacio geográfico actual de Santa Ana Maya

El área de Santa Ana Maya se localiza al centro de la actual región de Guanamich

(plano 1). El sitio astronómico es donde se trasponen el paralelo 20 y el meridiano 101.14

La superficie es de aproximadamente 250 kilómetros cuadrados y el accidente geográfico que define la zona es la presencia de un valle que emerge de las aguas del lago de Cuitzeo en la parte más septentrional de la cuenca, destacando por su mayor

11 Según la clasificación técnica de K. D. Glinka se denominan chernozem y podsólica, respectivamente. CORREA, 1974, p. 316.

12 La división climatológica de Wilhelm Koeppen establece este clima como de tipo cwag. CORREA, 1974, pp. 280-282.

13 GONZALEZ, 1992, p. 40; SALCEDA, 1987, p. 34; CORREA, 1974, p. 365.

ír* oinÍA VI V llhir^Ko i—Ci o a i iw y i cu ICI U d O I^IU /\i/\ Uk/n./ctkyct 14 GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHO ACAN (et. al. H- esta zona "á los 20 grados 3' 47" de lat. N. y los 1 grados 34' 22" de long, al O. del mer. Méx.", en: PEREZ HERNANDEZ, 1992, p. 54. 29 tamaño de las llanuras vecinas, más estrechas y menos dilatadas. La zona esta constituida por tres paisajes: lagunado, llano y montañoso, y sus dimensiones aproximadas son de 80, 70 y 95 km2 respectivamente. El vaso del lago se encuentra a una altura de 1830 msnm, las tierras planas entre las curvas de nivel de los 1840 y 1870, y las elevaciones en ascensos variables que llegan a las espirales de los 1900 y 2300.15

El clima es templado con temperaturas medias anuales de 18.7 grados, los extremos máximos se experimentan en mayo con 21.7 y los mínimos de 16.0 en enero.

Graduaciones extremas oscilan entre los 37.0 y los 0.0 grados respectivamente.16 En promedio el riesgo de heladas es de 7.8 días al año registrándose con mayor proporción e intensidad entre los meses de noviembre y enero. Más que distinciones estacionales del clima, el régimen de lluvias es el que define el carácter climático. La presencia de un periodo seco en el cual se presentan apenas el 19.4% de las precipitaciones se dilata por alrededor de 8 meses, entre octubre y mayo, mientras que de junio a septiembre registra

índices de humedad del 80.6%. En total el promedio anual es de 740.3 mm. No obstante, las lluvias manifiestan fuertes contrastes cíclicos en intensidad y medida que oscilan entre los 525.9 mm y 1270.5 mm.17

2. INTEGRACION HISTORICA DE LA SUBREGION DE SANTA ANA MAYA

El pueblo de Mayao y sus alrededores fueron conquistados y formaron parte del

15 Estimaciones propias basadas en: CT-INEGI.

16 DEPARTAMENTO DE ESTADISTICA, Censo de 1921, p. 289.

17 . , . r-. i --- 1 _ _l „ J I—_i. :x._ ____ i._____ IX_: -J_ II____l_JL_ r“_i. I n-l O .. i m n Kegisiros anuales, ueuaua ue I»/U. tzsiauiuu meieieuiuyiua ut: iviuiuieun, oiu, a m e i^ io y i a Estación de Cuitzeo registró una media de 808.1 mm, en: DEPARTAMENTO DE ESTADISTICA, Censo de 1921, p. 289. 30 reino tarasco durante la época prehispánica.18 Esta zona, parte del núcleo étnico

purépecha, estuvo ligada por relaciones mercantiles y de tributo con la capital del reino y

bajo su dominio político, siendo la lengua tarasca de uso dominante sin ser exclusiva.19

Una fuente documental redactada después de la conquista española refiere que este

lugar era sujeto de Cuitzeo, lugar en donde residía el gobernador de la jurisdicción enviado por el Cazonci para imponer la justicia y recolectar los tributos.20 El territorio sería frontera militar entre una tierra de nadie y las tribus nómadas del norte conocidas

más tarde genéricamente por los españoles como .21 Es posible que el cercano pueblo de Huacao, hacía el norte de Mayao, fuera una plaza fronteriza de los

indios otomíes.22

El área fue dominada por los conquistadores hispanos en la década de 1520 aprovechando la estructura administrativa establecida previamente por los purépechas que giraba en torno del pueblo Cuitzeo y su zona de influencia. En 1524 Antonio

Carvajal, enviado de Hernán Cortés para repartir tierras del antiguo Señorío entre sus

allegados, entregaba en encomienda a Gonzalo López este territorio, posiblemente jurisdicción idéntica a la manejada por el anterior gobernador indígena. La encomienda

se mantuvo hasta la muerte de su beneficiario a mediados de la quinta década pues

hacía 1569 diversos registros revelan que el área de Cuitzeo era tributaria de la

18 ALCALA, 1988, p. 211.

19 POLLARD, 1994, pp. 205-210.

20 OCHOA y SANCHEZ, 1985, pp. 48-51.

21 GERHARD, 1986, p. 100.

22 MARTINEZ DE LEGARZA, 1974, p. 194. 31 Corona.23

Durante la segunda mitad del siglo XVI hacia el norte y oriente de Mayao, lugares de presencia de indios chichimecas e inicio de las "tierras de guerra", uno de los mecanismos utilizados en la pacificación fue mediante la otorgación de mercedes de tierra a españoles, indios principales de Cuitzeo y comunidades indígenas.2426 25 De la misma manera la política de congregar a los naturales se combinó con la sujeción , pues las dos tenían objetivos semejantes, consistentes en el sometimiento a los modos de vida y requerimientos de los españoles. Al encontrarse el área de Mayao en el borde de la Gran Chichimeca, tanto el pueblo de Mayao como Huacao, despoblados en ciertos momentos a finales del siglo por las catástrofes demográficas, se convirtieron en centros de congregación, en el primero se reagruparon indios purépechas y probablemente

26 chichimecas, siendo el otro asiento exclusivamente de otomíes.

Las dimensiones del territorio que controlaba la administración civil residente en

Cuitzeo se mantuvieron sin modificaciones durante todo el período colonial, pero la categoría y la importancia de las autoridades sí experimentaron cambios. Al confiscarse la encomienda de Cuitzeo por la Corona se estableció como corregimiento dependiente de la Alcaldía Mayor de Michoacán. En el segundo tercio del siglo XVII las autoridades

23 ESCOBAR, 1984, pp. 228-236.

24 Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Tierras, año 1585, v. 2782, exp. 24; año 1590, v. 2681, exp. 21; años 1610-92, v. 1810, exp. 15: Otorgamiento de tierras a españoles en: Mercedes, año 1597, v. 22. f. 96v; Mercedes a comunidades indígenas e indios principales, en: Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Michoacán (en adelante AHPJEM), Civil, Sala 1a, Morelia, año 1866, Varios, exp. 109.*

25 POWELL, 1985, p. 211.

26 Las congregaciones en: GERHARD, 1986, p. 102; Los despoblamientos en: AGN, Mapas y planos, N° 1826; Los grupos de población en: MARTINEZ DE LEGARZA, 1974, p. 194. 32 virreinales la convierten en Alcaldía Mayor27 28 En 1787, al reordenarse el antiguo obispado de Michoacán como consecuencia de la aplicación de las reformas políticas de los bordones, la anterior alcaldía de Cuitzeo, ahora denominada subdelegación, pasó a

28 formar parte de la intendencia de Michoacán.

La subdelegación de Cuitzeo permaneció dentro de la jurisdicción de la intendencia de Michoacán pero en sus límites, sirviendo la orilla norte como frontera con la recién establecida intendencia de Guanajuato. La decisión de fijar la línea limítrofe de ambas jurisdicciones en esta zona no fue resultado de una disposición arbitraria, pues entre diversos factores debieron de tenerse en cuenta las instancias de gobierno civil y eclesiástico mucho tiempo antes instaladas y que habían ofrecido resultados operativos funcionales. En todo este tiempo el pueblo de Santa Ana Maya, conocido desde finales del siglo XVI de esta manera, y la zona inmediata invariablemente siguieron dependientes del dominio político proveniente de Cuitzeo.

En 1822, al haberse obtenido la independencia de España, la dimensión de la vieja subdelegación de Cuitzeo, ahora designada como Partido, se mantenía con leves modificaciones territoriales, y el pueblo de Cuitzeo como cabecera, siguió conservando su hegemonía política sobre los demás asentamientos de su área administrativa. En la porción noreste, la más alejada del centro, el pueblo de Santa Ana Maya se había convertido en núcleo rector de su ámbito espacial circundante, debido entre otros factores, a la existencia de ayuntamiento en la localidad y al desarrollo de aspectos económicos y de crecimiento de población, destacando también dentro de su interland la

27 GERHARD, 1986, p. 100.

28 JUAREZ, 1994, pp. 74-75. 33 dependencia, entre otros sitios en similar condición, del cercano pueblo de Huacao.29 30

Las fuerzas e intereses locales de los pueblos de Santa Ana Maya y Huacao tuvieron una manifestación formal y práctica, cuando en 1825 la primera legislatura local los erigió en calidad de tenencias del recién creado municipio de Cuitzeo, manteniéndose en esta condición sin cambios por espacio de poco más de cuatro décadas.

A mediados del siglo XIX en Michoacán las nuevas condiciones obligaron a una reestructuración territorial del estado, necesidad que exigían intereses e inercias antiguas y nuevas. Los legisladores estatales en 1868, poco después del intento de dominación imperial francés en tierras mexicanas, decretaron el 10 de abril un nuevo ordenamiento al que titularon como "Ley orgánica de división territorial del Estado y sobre el gobierno económico-político del mismo". La intención de este decreto era reformar medidas administrativas previas no funcionales ni acordes ya para el momento. Entre las numerosas modificaciones de jurisdicción integradas a la ley figuraban la creación de nuevos ayuntamientos, esto sin duda como resultado de la pretendida adecuación y redistribución de las fuerzas políticas y económicas imperantes. Entre los cambios de límites municipales habidos se incluía el desprendimiento de la porción norte del municipio de Cuitzeo para formar el de Santa Ana Maya, antigua tenencia de este,

30 estableciéndose formalmente el 5 de mayo siguiente.

Los argumentos oficiales esgrimidos para reorganizar el territorio de Michoacán en

1868 fueron motivos sin duda importantes, entre los que destacaba la necesidad de

29 MARTINEZ DE LEGARZA, 1974, pp. 193-195.

30 La "Ley Orgánica de división territorial del Estado y sobre el gobierno económico-político del mismo" del 10 de abril de 1868 en: COROMINA, 1886, t. XIX, pp. 55-77; La explicación oficial sobre la necesidad de la reorganización territorial de Michoacán en: GONZALEZ, 1869, pp. 10-11. 34 hacer eficiente la labor gubernamental, pero es evidente que no era el único. Las modificaciones de jurisdicción municipal y distrital habidas en la ley número 30, así también conocida, respondían a una serie de factores resultado de las condiciones particulares y especiales de cada caso.

Entre las causas de la creación del municipio de Santa Ana Maya se pueden encontrar la presencia de actores e intereses individuales y sociales encontrados, el resguardo de los linderos estatales, la fundación de autoridades nuevas en donde las antiguas desaparecieron como resultado de las políticas aplicadas por los gobiernos liberales, el reconocimiento a realidades económicas en desarrollo que por ende requieren de espacios políticos por la presión y demanda que ejercen. Cada uno de estos agentes por separado, pero en una trama interrelacionada, se presentaron de la siguiente manera.

La relación política en la administración civil de Cuitzeo durante la época colonial, mostró la estructuración de poderes y el conflicto en los nexos de diferentes órganos de gobierno, resultado de lo anterior fueron los vínculos inestables entre el pueblo de

Cuitzeo, la cabecera, y sus sujetos.31

Ya desde la época prehispánica los pueblos de Santa Ana Maya y Huacao habían mantenido líneas de dependencia con Cuitzeo, situación y estructura que adaptaron los españoles a los requerimientos de organización de gobierno.32 El importante descenso de la población india, debido a las epidemias y otras causas, provocó la desaparición de

31 Sobre Ici asimetría ut: las reiaciunes entre sujetes y cabecera, ver: VAZQUEZ, iyoo, p. /o.

OCHOA y SANCHEZ, 1985, pp. 48-49; Relación de los obispados..., 1904, p. 34. 35 estos sujetos hacía fines del siglo XVI. 33 El área al quedar sin asentamientos humanos importantes condujo a las autoridades virreinales a juntar a los naturales diseminados nuevamente en los lugares antiguos. Esta política de congregación se realizó en dos ocasiones, en 1593 y en 1599-1604 en el pueblo de Santa Ana Maya, mientras que en

Huacao en cierto momento del primer tercio del siglo XVII se hizo lo mismo.33 34 *35

Las congregaciones de Santa Ana Maya y Huacao conllevaron no solamente al establecimiento en un sitio determinado a la población dispersa, sino que también se les concedió las ventajas de toda fundación formal, sobresaliendo entre los privilegios otorgados, la autonomía política representada en poseer un gobierno propio consistente en un cuerpo de oficiales de república de indios. La importancia que irían cobrando otros pueblos del área de Cuitzeo, fue observada y advertida desde principios del siglo

XVIII por el fraile agustino Matías de Escobar señalando entre algunos al de Santa Ana

Maya, aunque también atinadamente destacaba el reconocimiento de los sujetos hacía la posición del pueblo de Cuitzeo como cabecera, al precisar que este lugar era el asiento del corregidor, funcionario que representaba la máxima autoridad civil de la

36 demarcación.

Las tensiones entre cabecera y sujeto tuvieron representación en el marco de las disputas sobre tierras entre las comunidades indígenas. En la época colonial, las

33 AGN, Mapas y planos. 1826; Para Huacao, AGN, Tierras, años 1595, v. 2721, exp. 3.*

34 GERHARD, 1986, p. 101.

35 Sobre la autonomía política de los lugares sujetos: GERHARD, 1975, p. 574; Los oficiales de "república" en: Archivo de Notarías de Morelia (en adelante ANM), Tierras y Aguas, leg. 3, t. 2, exp. 77; Archivo Histórico Municipal de Morelia (en adelante AHMM), c. 117-1. año 1796-?. año 1788. Valladolid. Formado a instancia de los indios de Guacao contra el padre vicario Fray Pedro Paramo.

36 ESCOBAR, 1970, p. 356. 36 autoridades españolas definieron a los pueblos indígenas como corporaciones con tierras propias cedidas por la Corona mediante una merced para ser usufructuadas en beneficio de la comunidad, imponiéndoles ciertas condiciones en la propiedad plena. El común de los pueblos de Cuitzeo, Santa Ana Maya y Huacao, resultaron agraciados de los favores virreinales, al concedérseles a finales del siglo XVI y durante el XVII tierras adyacentes de distintas dimensiones, localizadas en los alrededores de los dos últimos pueblos. Esta circunstancia ocasionó que al recuperarse la población en el siglo XVIII la presión demográfica sobre la tierra se hiciera aguda, desarrollándose innumerables e interminables litigios que tienen arreglo hasta mediados de la siguiente centuria. Los conflictos sobre el manejo de los recursos sin considerar las causas económicas, lograron sentimientos locales de identidad y cohesión en cada uno de los tres pueblos habitados por indios o de individuos asumidos como tales en su mayoría.37

Es evidente que las disputas por las tierras ocasionaron graves distanciamientos entre Cuitzeo (la cabecera) y Santa Ana Maya y Huacao (los sujetos) y que ejercían inercias "separatistas" para evitar el dominio político buscando una autonomía. La queja hecha ante el Alcalde Mayor de Cuitzeo en 1700 por los oficiales de la república de indios de Santa Ana Maya, sobre la carencia de las 600 varas en donde se asentaba el pueblo además del reconocimiento sobre la propiedad de un rancho, fue acompañada por la exhibición de la categoría política, tributaria y religiosa del pueblo, al manifestar la existencia de un cuerpo legal de autoridades, pago de pensiones y servicios a los superiores, existencia de iglesia, presencia permanente de un vicario y elementos

37 Un análisis sobre las derivaciones de las controversias indígenas sobre las tierras en: VAN YOUNG, 1989, pp. 328-335; También VAN YOUNG, 1992, pp. 11-12. 37 primordiales para la realización del culto.38

Las comunidades campesinas indígenas siguieron conservando durante el siglo

XIX sus órganos de gobierno heredados de la colonia lo que les siguió brindando una gran autonomía, principio de la que se derivaba su unidad y fuerza política, siendo el autogobierno y el control sobre las tierras los elementos esenciales de su existencia.39 En una situación por demás ambigua las tres corporaciones campesinas de Cuitzeo, Santa

Ana Maya y Huacao, en la primera mitad del siglo XIX adoptaron las posiciones e intereses de los pueblos donde existían y en donde residían un gran número de individuos ajenos a estas.40 41 En los tres pueblos se asentaban autoridades municipales y mandos comunitarios con jurisdicción y ejercicio formalmente diversos pero en su composición y accionar en cierta manera indistintos. 41

El embate de los liberales en el siglo XIX contra las comunidades campesinas como corporaciones poseedoras de bienes raíces se presentó en Michoacán con la aplicación de una legislación desamortizadora sucesiva y constante en concordancia con la nacional.42 Una de las bases fundamentales de existencia de las comunidades

38 ANM, Tierras y Aguas, leg. 3, t. 2, exp. 77.

39 ESCALANTE, 1992, p. 59.

40 En enero de 1856 por petición expresa de los indígenas de Cuitzeo dirigida a las autoridades del estado se destituyó al Subprefecto del lugar nombrándose en su lugar a Vicente Estrada, apoderado de la comunidad. La solicitud en: AHMM, Subprefectura de Cuitzeo, lib. 44, año 1856, of.Oficio N° 11, f. s/n.; Vicente Estrada como apoderado en: AHPJEM, Civil, Sala 1a, año 1838, leg. 1, exp. 10. f. 20.

41 En los años cuarenta en la tenencia de Santa Ana Maya el cuerpo de gobierno estaba integrado por miembros de la comunidad de indígenas y por "gente de razón" del pueblo. En la de Huacao únicamente indios, en: AHMM, caja 244 A, año 1842-1874, Comunicaciones varias según índices respectivos. Ayuntamiento de Cuitzeo. 1862. Hoja suelta; Unos meses antes de crearse el municipio de Santa Ana Maya, en 1868, la composición étnica y de procedencia grupa! se mantenía en ios dos puebíos, en: Ei Constitucionalista, 1.1, N° 10. Morelia, Mich. 24-1-1868, p. 3.

42 Las sucesivas disposiciones legislativas en Michoacán en materia de desamortización se encuentran 38 campesinas de esta manera fue embestida, ocasionando el deterioro de la cohesión social y el debilitamiento hasta la extinción de la autoridad de los gobiernos comunales.

Al ir perdiendo las comunidades campesinas de Cuitzeo, Santa Ana Maya y

Huacao sus tierras durante el segundo tercio del siglo XIX se debilitaron sus órganos de gobierno interno, apareciendo por consecuencia vacíos de poder que grupos y familias locales indias o mestizas sin distinción, de posición económica notable aunque local, demandaban a la vez que iban ocupando paulatinamente, exigiendo por otra parte una

recomposición ajustada a las nuevas condiciones imperantes 43

El importante reordenamiento territorial y de estructura administrativa aplicado en el estado de Michoacán en 1868 respondió, sin duda en parte, a las presiones de grupos de lugareños poderosos demandantes de la ocupación de los espacios de poder que los gobiernos indígenas dejaban, pero también a la necesidad del centro (Morelia) de sujetar a las oligarquías periféricas concediéndoles formalmente el poder, en una intrincada trama que en un principio fue consecuencia del reconocimiento y lealtad recíprocos44

Las gestiones realizadas para la creación del municipio de Santa Ana Maya ante

la legislatura estatal, previa a la emisión de la ley, por un grupo de "vecinos" del pueblo de Santa Ana Maya fueron difíciles y en un momento determinado estuvieron a punto de ser infructuosas. Los legisladores al analizar la propuesta se encontraron ante

en la recopilación de Amador Coramina.

43 A principios del siglo XIX integrantes de la familia Orduña, "criollos" de Santa Ana Maya, eran jueces de la Tenencia. En 1840 Benito y Francisco Orduña atestiguaron en contra de los intereses de los indígenas del pueblo en el litigio por tierras contra los condueños de la hacienda de Irámuco, en: AHPJEM, Civil, Sala 1a, Morelia, año 1838, leg. 1, exp 10.

44 En términos generales, salvo numerosas modificaciones y precisiones internas resultado de diversos factores, la Ley N° 30 del 10 de abril de 1868 se mantuvo vigente en Michoacán hasta el movimiento revolucionario de 1910. 39 situaciones complicadas que residían sobre todo no en la separación de este pueblo de la jurisdicción de Cuitzeo, consideración que era facilitada por las dificultades ancestrales

ô y recientes habidas entre las comunidades de campesinas de ambos pueblos, problemas que en ese momento eran sobre todo utilizados por los grupos en ascenso del pueblo de

Santa Ana Maya beneficiarios de las leyes de desamortización. La dificultad era el cercano pueblo de Huacao, considerado para ser parte integrante del nuevo municipio con la categoría de Tenencia, al presentarse renuente a quedar sujeto a un pueblo con el que habían tenido siempre pleitos sobre la apropiación de los recursos naturales. La relación tradicionalmente conflictiva entre estos dos pueblos se adicionó con las diferencias de identidad racial y cultural, pues Santa Ana Maya se había mestizado aceleradamente desde la segunda mitad del siglo XVIII, mientras que Huacao siguió conservándose en muchos aspectos indígena. Así, en los vecinos de Huacao existió la intención a seguir dependientes de la tradicional sujeción política a Cuitzeo que por otro lado se conservaba india. Al final los intereses y la influencia de los nuevos grupos del pueblo de Santa Ana Maya se balanceó favorablemente atendiendo su petición. El hecho era un reconocimiento al surgimiento de estas elites lugareñas, conformadas por los recientes propietarios surgidos por las leyes de desamortización, agentes del ideal liberal del ciudadano en el campo, contra elementos de "antiguo régimen" como eran las corporaciones campesinas.45

45 El debate en la cámara de diputados de Michoacán sobre la Ley N° 30 se haya en el periódico El Constitucionalista y la discusión particular sobre la creación del Municipio de Santa Ana Maya en el N° 31, 14 de febrero de 1868, p. 1 y N° 54, 6 de mayo de 1868, p. 2.; Una rica fuente de ¡deas sobre el liberalismo en el siglo XIX y las corporaciones de "antiguo régimen" en México en: GUERRA, t. I, pp. 249-301. 40 3. LA ORGANIZACION ADMINISTRATIVA DEL ESPACIO

El municipio

Cuando en 1894 el prefecto del Distrito de Morelia le solicito al presidente municipal de Santa Ana Maya un informe sobre los límites y extensión de la jurisdicción a su cargo, la contestación le dejó satisfecho. El informe refería que a pesar de la inexistente regulación sobre los linderos y tamaño de las demarcaciones municipales de

Michoacán, en ciertos lugares se tenía un amplio conocimiento sobre estos aspectos.

El municipio de Santa Ana Maya, notificó el funcionario municipal, tenía una superficie de 15 leguas cuadradas, reuniéndose en su perímetro los linderos estatales de Guanajuato y Michoacán; los distritales de Acámbaro, Salvatierra, Yuriria, Morelia y

Zinapécuaro; y, los municipales de Acámbaro, Salvatierra, Yuriria, Uriangato, Cuitzeo,

Tarímbaro e Indapárapeo (plano 2). Una vigésima parte del área situada hacia el sur, apuntaba el informante, correspondía a la laguna de Cuitzeo y era el único sitio que pertenecía a Michoacán, mientras la vecindad de Guanajuato rodeaba los otros flancos; además el lindero, a pesar de su intrincado recorrido por sobre de una cordillera, estaba perfectamente delimitado. Al concluir su relación, el munícipe asentaba, que no existía contrariedad alguna limítrofe con las autoridades vecinas desde por lo menos medio siglo atrás.46

46 El informe clasificó las 15 leguas cuadradas en 12 de tierra firme y tres de laguna, aproximadamente 263 kilómetros cuadrados. No existen datos oficiales sobre la extensión superficial de la jurisdicción municipal de Santa Ana Maya en ese entonces. Aun en el siglo XX las cifras fueron imprecisas, así por ejemplo en 1936 Fernando Foglio Miramontes en su Geografía económica-agrícola del Estado de Michoacán, t. II, p. 137 calculó 154 kilómetros cuadrados; posteriormente en 1940 Pedro M. Haca en sus Estudios Histórico-Económicos-Fiscales sobre los Estados de la República: Michoacán, t. I, p. 190, lo sitúo en 161 k.m.2; Finalmente en 1973 el libro! Michoacán. Plan de Desarrollo e Inventario de Recursos, pp. 2-3, editado por varios organismos públicos, le asignó 117.69 Km2. Esta última cantidad es la que ha permanecido vigente en las fuentes gubernamentales. PLANO 2. La Organización Administrativa del Espacio.

GUANAJUATO

& MICHOACAN 42 La certidumbre del informe es admirable pues evitaba las antiguas descripciones de los espacios administrativos basadas en relaciones de jerarquía. El ayuntamiento de

Santa Ana Maya revelaba tener una noción precisa del territorio donde ejercía su autoridad sin importar encontrarse en la confluencia de distintas demarcaciones.

Facilitaba este sentido una cerca de piedra y algunas mojoneras en un considerable trecho del trazo perimetral que impedían dudas de jurisdicción. Sin embargo, la existencia del vallado se debía a cuestiones de referencia de límites entre las fincas rústicas. La tenencia de la tierra coincidía de esta manera con el espacio geoadministrativo municipal en ese momento. La conformación de ambos procesos había arrancado en tiempos distintos fusionados con otros factores en una trama compleja. Al respecto, la citada autoridad local solo acertaba a decir que todo esto se conocía "por la tradición"47 *48

Las jurisdicciones parroquiales

El establecimiento permanente de religiosos en el área se presentó con la fundación del convento de Santa María Magdalena en el pueblo de Cuitzeo en 1550 por los frailes de la orden de San Agustín pertenecientes a la Provincia de San Nicolás

Tolentino de Michoacán, al obtener un año antes el consentimiento del rey. La

49 dimensión de la parroquia agustina de Cuitzeo distribuida en unas cinco leguas, comprendió exactamente la mitad norte correspondiente a la jurisdicción política durante

47 AHMM, c. 286, año 1897, leg. 2, exp. 114.*

48 i a d a m i i i n Hrvrv-i — nr\ UrMA/AIVIIL-LW, IÎ3Î2I, [J. OU.

49 Op. cit. p. 31. 43 la época colonial y hasta la reestructuración política del estado en 1868, salvo el pueblo de Copándaro, situado al sur, que de parroquia en el siglo XVII pasó a ser vicaría dependiente de Cuitzeo en el XVIII hasta el momento de su secularización en 1770.50

Los agustinos evadieron de la política de secularización de fines del siglo XVIII a la parroquia de Cuitzeo manteniéndola dentro de su administración hasta mediados del siglo XX.5154 5253

El pueblo de Santa Ana Maya y área contigua distante tres leguas de la cabecera religiosa era la más alejada atendida por los frailes. En un principio el cuidado espiritual se realizaba desde Cuitzeo como centro parroquial mediante la visita constante de un fraile a la comarca, siguiendo una peculiar política de evangelización que giraba alrededor de un núcleo común aplicada en todas las parroquias agustinas en el siglo XVI y XVII. Hacia 1684, en la fase de mayor disminución de la población, la antigua visita se transforma en vicaría. En el siguiente siglo, en el que se experimentó una recuperación y crecimiento demográfico sostenido, desde el pueblo de Santa Ana Maya se atendía a los vecinos en un radio de extensión de poco menos de dos leguas, que incluía el

50 Copándaro como parroquia en: CARRILLO, 1993, p. 26; Vicaría de Santa Ana Maya en: MAZIN, 1986, p. 288; La secularización en MAZIN, 1987, p. 250.

51 Archivo Parroquial de Santa Ana Maya (en adelante APSAM), Administración.

52 LOPEZ LARA, 1973. p. 205.

53 Este rasgo agustino en: JARAMILLO, 1991, p. 21. Santa Ana Maya visita de Cuitzeo en: CARRILLO, 1993, p. 158.

54 Los libros de administración propia como vicaría en Santa Ana Maya inician en 1684. Nicolás Navarrete en su Historia do ia Provincia Agustiniana da Pan Nicolás de Toiantino de Michoacán, t. !, p. 698, parece haberse basado en este hecho para también asignar a este año la creación de la vicaría. En 1950 se transfiere ya como parroquia al clero secular. 44 55 importante pueblo de Huacao. Finalmente el aumento poblacional de la vicaría en el siglo XIX, aunado a una diversidad de factores políticos, económicos y sociales, parecen ser algunas de las razones para establecer la de Huacao en 1856 (plano 2).55 56

4. LA MODELACION DEL ESPACIO GEOGRAFICO SUBREGIONAL

Durante siglos el espacio físico de Santa Ana Maya fue siendo modificado por la acción del hombre atendiendo a necesidades de ocupación y abastecimiento sin percibirse una explotación más allá de los requerimientos de una economía natural y ciertos momentos mercantil. A partir de la segunda mitad del siglo XIX infinidad de factores como el crecimiento y movilidad poblacional, las modificaciones en la tenencia y usufructo de la tierra, la integración a mercados regionales y círculos comerciales más amplios, la desarticulación y aniquilamiento de viejas estructuras de organización social y la incorporación de otras formas, los nuevos esquemas de dominio político y económico, fueron ocasionando que el paisaje natural se modificara de manera intensa. El crecimiento de la frontera agrícola incorporando superficies vírgenes, la introducción de técnicas novedosas de laboreo, la utilización de las corrientes acuíferas, el cambio de sentido, valoración y utilización tradicional de la tierra, fueron algunas de las acciones que empezaron a cambiar la fisonomía del valle, el lago y las montañas objeto de la presente investigación. A continuación reconstruyo el espacio geográfico de la subregión de Santa Ana Maya en sus tres nichos ecológicos: lago, valle y montañas, durante la segunda mitad del siglo XIX destacando los cambios de la acción del hombre sobre su

55 MAZIN, 1986, p. 288.

56 Los libros parroquiales de Huacao empiezan en ese año. Ignoro los motivos de su creación. 45 entorno (plano 3).

El lago

El lago de Cuitzeo poseía rasgos y ciclos temporales de existencia conocidos y revelados de manera habitual desde hacía siglos para los hombres de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. La forma lacustre alargada que la visión apreciaba, se extendía de oriente a poniente de 15 a 17 leguas mientras que de norte a sur apenas alcanzaba las 4.5, resultando tener un perímetro de 70 leguas cuadradas, según medidas de la época.57 La profundidad de sus aguas era escasa, pero no uniforme, los contemporáneos notaban un desnivel gradual que corría del levante hacia el extremo contrario en el fondo del lago, pues mientras por el rumbo de Araró la sonda marcaba cosa de tres metros hacía Santa Ana Maya llegaba a uno.58 5960 El suelo de su fondo era cubierto de una combinación de tierra salina sólida con una masa vegetal que era arrastrada en cada estación de lluvias de los terrenos inmediatos, bajo de esta capa el subsuelo era calcáreo arcilloso, propiedades generales que en Santa Ana Maya

60 definían como "fangoso".

El sustento acuífero del lago provenía de afluentes de carácter permanente y transitorio de la propia cuenca. El principal acopio se hacía en la ribera sur por los ríos

Morelia y Queréndaro, escurrimientos provenientes del lado norte de la húmeda Sierra

57 TORRE, 1991, p. 173.

58 AHMM, c. 268, año 1889, 5 a 8 legajos, leg. s/n. exp. 382.

59TORRF— , 1991---- - i r~...... n 174

60 AHMM, c. 257, año 1887, 2o semestre, leg. s/n, exp. s/n. Hojas sueltas. PLANO 3. Lago, Valle y Cerros en la Subregión de Santa Ana Maya. 47 Madre Occidental. Un aporte continuo de líquido, aunque escaso, provenía de los numerosos manantiales que se encontraban en las orillas. No obstante, el ingreso fundamental del lago correspondía al período anual de lluvias, al bajar de las vertientes montañosas circundantes, infinidad de arroyos de ciclo intermitente o semiduradero.61

En un ciclo anual cualquiera, el lago recorría tres etapas de desarrollo: la primera, correspondiente a la estación de lluvias entre los meses de julio y octubre, era de acopio, seguido por un lapso de estabilidad y plétora que se prolongaba hasta principios de enero, para concluir, a partir de ese mes y hasta cerrar el ciclo en mayo, con el descenso de las aguas debido a la evaporación natural y la absorción realizada por un pantano situado en el estuario del río de Morelia.62

El lago representaba una dimensión que reflejaba la clasificación humana entre años con precipitaciones excesivas, suficientes y precarias.

En los años de intensas lluvias el lago acrecentaba su volumen hasta el limite de su capacidad. Cuando esto ocurría las aguas sobrantes .rebasaban una depresión que se abría entre una cordillera de cerros que colindaban con el vaso. Este único desagüe natural conocido por El Brazo descargaba los excedentes en la laguna de Yuriria, en un trayecto descendente hacia el norte de seis leguas de extensión.63

61 AHMM, c. 268, año 1889, 5 a 8 legajos, leg. s/n, exp. 382.

62 TORRE, 1991, p. 174.

63 AHMM, c. 286, año 1894, Gobernación, 2o Semestre, leg. 2, exp. 114; Las aguas descienden en su recorrido por este canal natural unos 110 metros. La laguna de Yuriria se encuentra a una altitud de 1720 m.s.n.m. CT-INEGI F-14-C-83; Autores como Bataillon, Correa y García Martínez, presuponen que el canal es artificial, percepción incorrecta pues existen referencias documentales del siglo XVI y XVII en el sentido contrario: AHPJEM, Civil, Sala 2a. Morelia, años 1852, 1856 y 1857, varias etiquetas, cuaderno 2°, 1856, Pruebas de la parte del común de Cuitzeo; Sobre esta salida también hace mención BASALENQUE, 1963, p. 143. 48 Las crecidas del lago representaban para el hombre muchas cosas. Las aguas eran medio de obtención de sustento, transporte y comunicación de los pueblos ribereños. Estas ventajas se tornaban en fatalidad en años de incremento excesivo. Las noticias de la época mencionan el perjuicio ocasionado por los derrames salobres de la laguna de Cuitzeo a la fauna marina, de agua dulce, de la laguna de Yuriria, pero siendo sobre todo este deposito interconectado con el cercano río Lerma, parte de un importante sistema de tierras irrigadas en el Bajío, los escurrimientos provenientes del de

Cuitzeo, eran vistos con recelo y aversión por los agricultores guanajuatenses, por el alto contenido de sales que producían salitres en sus terrenos.64 Daños que las autoridades del vecino estado de Guanajuato trataron, en su jurisdicción, de remediar mediante la construcción de diques sobre el curso del conducto, impidiendo el desalojo natural de las aguas. Al aumentarse el nivel del lago las aguas invadieron los predios inmediatos localizados en gran parte en Michoacán. La cuestión fue causa de diferencias entre ambos gobiernos estatales, siendo necesario la participación federal en algunas ocasiones para dirimir las controversias.65

En los años considerados como "normales" por los pobladores de las riberas, apuntaban que la mengua de las aguas del lago de Cuitzeo sería de ordinario apenas un

64 La formación de la laguna de Yuriria es parcialmente artificial, los agustinos originalmente en el siglo XVI habían proyectado construir un enorme almacén de agua, con el objetivo de utilizarlo en tareas de riego de sus propiedades. En el siglo XIX varios gobernadores de Guanajuato, con propiedades rústicas e intereses económicos en esa zona, fueron los más interesados en continuar y ampliar las tierras irrigadas. GONZALEZ, 1904. pp. 447, 450 y 451; Sobre los derrames salobres del lago de Cuitzeo y las inconformidades generadas en: Boletín del Archivo General del Estado de Guanajuato (en adelante BAGEG), "Informe que rinden ..." pp. 45-48.

65 TORRE, 1991, pp. 174-175. El proceder gubernamental de Guanajuato sobre la contención de las aguas de ¡a laguna de Cuitzeo se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX, por ejemplo: Entre 1925 y 1931 el incremento de las aguas ocasionaron numerosos daños a propietarios rurales ribereños y a obras públicas como la calzada de Cuitzeo en Michoacán en: BALLESTEROS, 1991, pp. 34-36. 49 metro, calculándose que la superficie descubierta al terminar la temporada de secas se reducía al 44% del área cubierta al finalizar la fase lluviosa, aunque advertían de que la proporción de la desecación era diferente año tras año66

El más dramático y constante de todos los cambios observados y vividos por los pueblos asentados en las cercanías del lago de Cuitzeo fue la desecación periódica que sufría. La dependencia a la irregular estación de lluvias anuales y la presencia del prolongado estiaje ocasionaban fluctuaciones extremas al sensible nivel de las aguas.

Los pobladores entendían bien esta relación natural inestable que impactaba también sus faenas agrícolas, ganaderas y pesqueras.

Desde los primeros tiempos coloniales se apreció el fenómeno de la desecación extrema del lago. Las autoridades virreinales por ejemplo en 1543 y 1590-91 concedieron la moderación del pago de tributos y de otras obligaciones impositivas a los indios del área debido a esta circunstancia.67* 68 A mediados del siglo XVII fray Diego de

Basalenque relataba sobre las condiciones del lago que "nunca se seca al Oriente como se seca muchas veces por el Poniente". La centuria siguiente otro fraile, Matías de

Escobar, al redactar su crónica asentaba: "por el Oriente (del lago), en donde no se siente la sequedad, que por el Poniente se experimenta, en donde acontece andar las

Bestias, adonde el día antes navegaban las canoas". Es evidente que las referencias de los dos religiosos destacan la regularidad de esta situación, pero dan también a

66 AHMM, c. 293, año 1895, Gobernación, 1er. semestre, leg. 1, exp. 70.

67 ESCOBAR, 1984, p. 236.

68 BASALENQUE, 1963, p. 143.

69 ESCOBAR, 1970, p. 354. 50 entender de que en ciertas ocasiones se excedía de lo acostumbrado.

La escasez de lluvias provocaron notables repliegues de las aguas de la laguna en los años 1855, 1864, 1895-96 y 1916-17-18.70 En un informe remitido en junio de

1895 por el presidente municipal de Santa Ana Maya al prefecto del distrito, le expresaba con admiración, pero con cierta displicencia por lo usual en cierto modo del suceso, la grave sequía y merma que experimentaba en esos momentos el lago confrontándola en igual magnitud con la acaecida en 1864, calculando en 90% la superficie descubierta por las aguas.71

El avance ordinario que seguía el descenso de las aguas, siempre en dirección oeste-este, persiguiendo el declive del fondo del vaso, iniciaba en una especie de ensenada en el extremo noroeste, frente a la hacienda de Cuaracurío y del desfogue natural de El Brazo, esta área anualmente casi siempre se secaba. A continuación seguía un rumbo uniforme desde la parte suroeste, pueblo de Chucándiro y

Huandacareo, hasta la línea imaginaria entre el pueblo Santa Ana Maya en el norte y el de San Agustín, en el centro, debido a su localización en el extremo de la península de

Cuitzeo, para terminar en el rancho de Chehuayo Grande, en el extremo sur.

Prolongándose finalmente hasta la zona en donde al parecer jamás se secaba por completo, frente al pueblo de Irámuco, alrededor de un archipiélago compuesto de once

70 Las desecaciones de los años 1855, 1864 y 1895 en AHMM, c. 293, año 1895., Gobernación, 1er. semestre, leg. 1, exp. 70; para 1896, c. 287, año de 1895, Gobernación, 2o semestre, leg. 2, exp. 107; en 1916: Archivo de la Secretaría de la Reforma Agraria (en adelante ASRA), Dotación, exp. 29, 5-VII-1916, f. 1; en 1917-18, CONTRERAS, s/'f, p. 41.

71 AHMM, c. 293, año 1895, Gobernación, 1er. semestre, leg. 1, exp. 70. 51 islas.72

Cuando ocurría esta condición de desecación parcial, la paulatina desocupación y alejamiento de las aguas de las márgenes regulares mostraba ante la visión de los lugareños extensos llanos yermos, cubiertos por mantos de tequezquite, salitre y sosa, en donde crecían gramales y chacamo.73

Las autoridades de la época y algunos particulares consideraron que la inestabilidad del lago podría aprovecharse para desecar completamente de manera artificial los terrenos cubiertos con las aguas. La idea era aprovechar el fondo inculto en actividades agrícolas.74 Un intento formal para cristalizar el proyecto se presentó en marzo de 1891 mediante la concesión otorgada por la Secretaría de Fomento a los señores generales Ignacio M. Escudero y Epifanío Reyes para que realizaran el desagüe y se abrieran estas tierras a la agricultura. Los trabajos no se llevaron a cabo por diversos motivos, cancelándose el permiso en 1916.75 En este mismo año, ai iniciarse los trámites sobre el reparto agrario en Santa Ana Maya, el ingeniero encargado de hacer las mediciones y levantamientos respectivos, en el informe remitido a sus superiores evaluaba las tierras del lago como de "buena calidad ... si se efectuara su disecación y el

CORONA, 1979, p. 24; CT-INEGI y experiencia personal.

73 OCHOA y SANCHEZ, 1985, p. 53; Conocimiento popular; José Corona Núñez menciona que el chacamo en la época colonial sirvió para avivar el fuego de los hornos para fundir el vidrio y la "Relación de Cuitzeo" refiere que hacia 1579 el chacamo era de gran aprecio y demanda en la ciudad de México.

74 Otros proyectos de desecación en Michoacán lo fueron a partir de la segunda mitad del siglo XIX una fracción del Lago de Chapala y la Ciénaga de .

75 Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Michoacán (en adelante Periódico Oficial), t. XXIV. N° 102. Morelia, Mich., 21 de diciembre de 1916. p. 2. 52 labado de las mismas".76

El valle

En la actualidad la extensión aproximada del valle de Santa Ana Maya es de alrededor de 70 km2 y tiene forma ovalada. Una larga cadena montañosa en forma de abanico compone el perímetro norte y la laguna de Cuitzeo en un arco delimita el resto.

La altura de la planicie se extiende desde la laguna en dirección a las montañas desde los 1830 msnm hasta los 1870 msnm, un desnivel de apenas 40 metros, característica que permite desde cualquier ángulo de observación elevado tener una visión completa del valle, siendo la curva de nivel acotada en los 1850 msnm la que define el nivel medio de elevación. La anchura mayor del valle se sitúa enmedio y tiene una extensión máxima de cinco kilómetros reduciéndose sensiblemente conforme se aleja hacia ambos vértices.

La longitud es cuatro veces más extensa midiendo de un extremo a otro unos 20 km.77 7879

Hace un millón de años, según el tiempo geológico, durante el recientet pleistoceno se modelaron las características estatigráficas del valle de Santa Ana

Maya. Los suelos son de tres tipos y se localizan en toda la subregión presentándose en franjas horizontales de diverso tamaño a lo largo del valle. 79

Con dirección hacia el norte, el primer borde de tierras (tipo I), denominadas

76 ASRA, Dotación, exp. 29, 5-VII-1916, f. 2; En 1922 el gobierno federal pretendió vender una superficie de 6120 ha. descubiertas por el lago. El proyecto consistía en fraccionar estos terrenos en lotes no mayores de 30 ha. cediéndose a particulares con facilidades de compra, en: Periódico Oficial, t. XLIII, N° 98. Morelia, Mich., 19 de agosto de 1923, p. 1.

77 Análisis apoyado en visita al sitio y CT-INEGI.

78 GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOACAN, 1973, f. 5.

79 CORREA, 1974, pp. 314-322. 53 técnicamente gleysol, salen desde las orillas de la laguna y presentan la evidencia de la influencia de la cercanía de los mantos freáticos a la superficie, condición que se une a la presencia de un declive insignificante que impide el drenado, por lo que muestran un proceso de salinización de diversa intensidad.

Paulatinamente, al avanzar hacia las montañas, los suelos se tornan de color negro y textura pesada debido a la abundante arcilla que contienen. Estas tierras clasificadas como vertisol (tipo II), asemejan esponjas que al humedecerse se distenden y se hacen pegajosas y al desecarse se agrietan y endurecen por la contracción que experimentan. Las grietas van desde un centímetro de ancho y llegan a descender hasta los 50 centímetros de profundidad.

Finalmente se transita hacia la faja de suelos llamadas chernozem (tipo III) que se extienden hasta el pie de los cerros. A simple vista se observa sobre la primera capa de la tierra el color negro y café grisáceo que tienen y su composición granular migajosa, pero sobre todo destacan por el alto contenido de materia orgánica, cualidad de trascendencia en las labores agrícolas.

A continuación reconstruyo la imagen histórica del valle y la relación con el hombre.

La porción sur, el tipo I de la subregión de Santa Ana Maya, se compone del litoral y aguas interiores del lago de Cuitzeo. La primera se dilata por aproximadamente 20 kilómetros comenzando desde la punta de El Venado, al oriente, hasta terminar en El

Brazo en el otro extremo. Extendiéndose aguas adentro hasta una distancia de tres 54 80 kilómetros de la costa. Las honduras comunes que los habitantes comarcanos del siglo

XIX observaban que las aguas fluctuaban entre media vara en época de estiaje hasta niveles máximos de 1.5 varas en la estación de lluvias. 81

Un intento de reconstrucción del paisaje por la ribera de la laguna perteneciente a la subregión de Santa Ana Maya en la segunda mitad del siglo XIX se puede efectuar mediante muchas lecturas recorriendo el sitio. La salida sería el extremo oriente y la inspección se trazaría bordeando los fluctuantes niveles de las aguas del lago rumbo hacia el poniente. A la izquierda se observaría siempre el vaso del lago y a la derecha los cerros y la planicie.

En el estrecho de El Venado las aguas del lago y los cerros se acercan en este lugar como en ningún otro en la zona. El cerro de El Venado es punta con el que termina una especie de península conformada por una cadena de montañas empinadas, prolongación de una sierra conocida por Cerro Grande situada al norte. Al frente, después de vadear el paso de las aguas, se yergue la pequeña isla de El Venadito. La sucesión de cumbres, siempre al norte, distinguidas con los nombres de El Limón, Loma

Larga, Peña Prieta y Cerros Cuates, bordean el lago formando pequeñas ensenadas.

Entre las cumbres aparecen estrechos valles en lugares como La Cañada y Zirándaro, que según una apreciación de uso agrícola fechada en 1898, eran tierras de labor de 828081

80 Las medidas calculadas sobre CT-INEGI; Los gobiernos municipales durante el porfiriato establecían el ámbito jurisdiccional sobre el lago en 10056 metros de ribera por 4190 metros hacia el centro del vaso, en: PEREZ GIL, 1886, Noticias hidrográficas del los Municipios del Estado. Lagunas, albercas y ciénegas, p. s/n.

81 AHMM, c. 293, año 1895, Gobernación. 1er. semestre, leg. 1, exp. 70; c. 257, año 1887, 2o. semestre, leg s/n, exp. s/n, Hojas sueltas.

82 En este lugar, Bruno Orduña, vecino importante e influyente de Santa Ana Maya, en 1873 presentó un proyecto de construcción de una calzada a través de lago, obra que facilitaría las comunicaciones entre Morelia y el Bajío, en: GONZALEZ, 1877, Documento N° 29, 1a parte, Sección VI. 55 "clase superior", calidad que variaba conforme la proximidad de los cerros.83 El ciclo anual de las aguas del lago, debido a la mayor profundidad, no era tan drástico y advertido como en lugares conforme se avanzaba hacia el poniente. La presencia de dos manantiales en esta zona, en La Ortiga y en Zirándaro, permitieron los asentamientos humanos, pero la utilidad no fue más haya del abastecimiento doméstico.

La última cumbre saliendo de esta zona integra parte de una extremidad que formaba una bahía que se extendía hasta la desembocadura del Arroyo Grande. La playa "crecía" de forma eventual al acercarse el estío por el retiro de las aguas del lago a zonas más profundas. La ribera y las tierras descubiertas conformaban un llano de tierra tequesquitosa tapizado de grama.84 8685 Los pastos, malos e insuficientes, satisfacían las exigencias del escaso ganado que tenía la hacienda de San Nicolás Cuiritzeo, sin embargo la utilidad fundamental era la de lamedero. En época de secas la planicie se veía concurrida de bestias provenientes de fincas como Pejo, El Moral, Las Cruces y San

José Cuiritzeo, que bajaban de las tierras altas por el camino del pueblo de Pejo hasta alcanzar el paraje inmediato conocido como Zanjón Blanco o por la senda diseñada exprofeso para ese fin, apropiadamente llamado el Camino Salitrero. La familia Pérez

83 ANM. Apéndices, Tena, 1929, N° 10; AHPJM. Civil, Sala 2a, año 1898, leg. 2 - 82.

84 ANM, Protocolos, Pérez, 1865, N° 194; AHPJM, Civil, Sala 1a, Morelia, año 1866, leg. 2. Juicio arbitral seguido por don Antonio Homobono contra don Evaristo Alvarez ... f. 9-1 Ov.

85 Los animales requerían del consumo del salitre, al respecto el presidente municipal de Santa Ana Maya en 1888 refería, "en la estación de aguas en que tiene más demanda, porque es más necesario para robustecer el ganado", agregando que se enviaba también a algunos lugares de la sierra y de la tierra caliente, en: AHMM, c. 263, año 1888, 1er. semestre, leg. s/n, exp. s/n.

86 i—» _ _ . _ _ j_ _ _ i ______IV ir»l i ru n rlû C—y /orif>fA Kespecio ai pasu cum uüiuu oum u ucm ivnyUCl w ucvcuu, icpi c o g í nai uc uvanoiu Alvarez inminente propietario de la hacienda de San José Cuiritzeo, finca que atravesaba, comentaba en 1865, "hay la servidumbre muy perjudicial de dar paso á los ganados de las haciendas mediatas é inmediatas" para llevarlos a los salitrales de la laguna, en: AHPJEM, Civil, Sala 1a, Morelia, año 1866, leg. 2. 56 Gil, dueños de San Nicolás Cuiritzeo, a pesar de la pretensión del supuesto derecho de propiedad sobre las tierras desecadas periódicamente, no pudieron evitar la utilización de esta servidumbre ancestral.87

Los grandes volúmenes de material acarreado desde el nacimiento del Arroyo

Grande, en la cordillera del Cerro Grande, a través del tiempo formó la otra punta de la ensenada. Al final del cauce, en la desembocadura del lago de Cuitzeo, el arroyo en temporada de lluvias depositaba los deslaves traídos por las impetuosas avenidas de agua, conocidas localmente como crecientes, debidas a los aguaceros ocasionales. La alzadura natural de este sitio denominada Boca del Arroyo, calculada en un kilómetro de extensión, era aprovechada de embarcadero por el pueblo de Santa Ana Maya y abrevadero de los ganados que pastaban en las cercanías.88 89

Un arco muy abierto se extendía desde la Boca del Arroyo hasta el Monte del

Chayóte, un primer tramo consistía en una playa cenagosa por la acción del lento desliz del lago en las secas y que desaparecía al subir la cota de las aguas en la temporada de lluvias. Más allá, la tierra se hacía más compacta, alternándose espacios de densos montecillos de mezquites y huizaches y de llanos de grama y salitre. Otra vez, el espectáculo de los ganados bajando de los agostaderos hacia la planicie se repetía, el

Juicio arbitral seguido por Don Antonio H. Cortés contra don Evaristo Alvarez ... f. 16.

87 La propiedad particular de terrenos lagunados y descubiertos por el lago no estaba reconocida por los habitantes en general, pues eran considerados como de utilidad común. Las mismas autoridades municipales en 1888 manifestaban que el salitre se "junta libremente" y sobre el lago referían "á nadie pertenece la propiedad", en: AHMM, c. 257, año 1887, 2o Semestre, leg. s/n, exp. s/n.; c. 263, año 1888, 1er Semestre, leg. s/n, exp. s/n.

88 Archivo Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán (en adelante AHPEM), Hijuelas, lib. 4, exp. Reparto de tierras a los indígenas de Santa Ana Maya. Año 1903. passim.

89 ANM, Protocolos, León, 1879, N° 263, 27-XII-1879, f. 227v; Gutiérrez, 1908, t. Il, 2-XII-1908, f. 81. 57 nombre del paso refería a la utilidad de su fin: "Callejón del Salitre", sirviendo a los

propietarios de semovientes de la zona central de la subregión90 * Los pastores descubrían anualmente que las condiciones del llano cambiaban según la intensidad de las lluvias. En temporales de grandes precipitaciones, una especie de saliente, cercana a

la desembocadura del arroyo Huacao se transformaba en la Isla de Afuera y un poco

más al poniente un gran manchón de tierra denominada Isla Grande también sufría la misma condición, pero este evento no era regular volviéndose a convertir ambas en parte de llano. En cambio una verdadera ínsula lo era atinadamente para los gueyeros,

llamados de esta manera en el lugar a los vaqueros, la isla del Tequesquite o de Adentro o del Salitre, designada indistintamente de estas tres maneras por sus características, siendo susceptible de ser aprovechada en todo el año mediante el tránsito por sendas

91 enjutas en el estío o cruzando por las aguas siempre poco profundas.

La claridad de los contornos exactos de la ribera de la laguna se desvanecen a

partir de la desembocadura del arroyo de Las Sardinas. El litoral del lago se confundía

con la aparición de una llanura desierta que llegaba hasta la hacienda de Cuaracurio y la

garganta de El Brazo. En años de lluvias normales se sumergiría una extensión

considerable por unos seis meses, para ir paulatinamente disecándose en el transcurso

de los subsiguientes. En ciclos de grandes precipitaciones, o de sequía el llano

experimentaba cambios acordes a los fenómenos meteorológicos. La monotonía de

horizontes vacíos blanqueados por el salitre se quebraba por ligeras elevaciones jamás

90 Al fraccionarse la hacienda de Los Zapotes en 1909, la "servidumbre inmemorial" del "Callejón del salitre" se siguió conservando. ANM, Apéndices, Ortega,

91 ANM, Protocolos, Cano, 1866, N° 167, 5-VII-1866, f. 60; León, 1880, N° 87, 7-V-1880, f. 66. 58 cubiertas por las aguas, perceptibles al ojo humano solo por vegetación baja que allí se desarrollaba. Las descripciones del siglo XIX nos mencionan cercanas a la desembocadura del arroyo El Salto, las islas de Las Canoas, Gallo Abado y San Pedro, mientras localizadas rumbo a la otra esquina el par de la Grande y Chica de Cuarácurio y la isleta de Piedras Negras. Otros pequeños promontorios aparecen aquí y allá, además de una pequeña mesa que era conocida como Tepetate del Chilongrino. El llano como en ningún lugar en toda la ribera se extiende por esta zona, los reportes de los dueños de las propiedades colindantes con la laguna mencionan la presencia de grandes extensiones cubiertas de cerrados montes de mezquites y huizaches alternados con terrenos pastales tequesquitosos, espacios nunca abiertos a la agricultura en ese tiempo.92 93

En el mundo rural los suelos del tipo vertisol y chernozem, los tipos II y III, tienen una alto aprecio para los agricultores debido a la fertilidad que tienen. Su valor agrícola depende también de infinidad de factores políticos, económicos y sociales.

En el valle de Santa Ana Maya estas tierras fueron de las más estimadas por la gente del siglo XIX pues la agricultura era la principal actividad practicada. El accionar humano sobre estos espacios indica y muestra una constante intensidad, experimentando ritmos desiguales a través del tiempo. Una gran cantidad de variables modificaron las características naturales originales manifestándose en la apertura de nuevas tierras al cultivo. El paisaje sufrió transformaciones dramáticas y es aquí como en ningún otro lugar en la subregión donde se experimentaron los cambios.

92 ANM, Protocolos, Huacuja, 1888, N° 161, 15-XM888, f. 93.

93 ASRA, Dotación, exp. 450, 28-IX-1932, f. s/n. 59 A mediados del siglo XIX en esta zona los vastos bosques de mezquites y

huizaches, anteriormente típicos del lugar, en gran parte habían ya desaparecido.

Solamente El Chayóte, La Manga e Isla de Chamo fueron los preservados con la finalidad de suministrar la madera necesaria para las labores del campo y domésticas.94 95

Esta vocación agrícola de las tierras permitió el aumento de los espacios

destinados a los cultivos y un reconocimiento acelerado de la calidad del suelo. Los

agricultores distinguían perfectamente las clases de tierra que había dividiéndolas según

sus posibilidades de riego y feracidad natural. Las tierras de riego eran las más

apreciadas pero lo podrían ser tanto como las de temporal. Sin embargo, siempre se

observó con minuciosidad las gradaciones existentes en el potencial agrícola y a la hora

de valuarse monetarianente estas cuestiones llegaban a ser importantes. Por ejemplo,

en 1866 el precio medio de una hectárea de tierra de riego era de 55 a 60 pesos y hacia

1909 su cotización llegaba a los 100 pesos por hectárea. El caso de las tierras de

temporal muestra más claramente que la calidad era lo importante. Las dividían en tres

clases y los valores oscilaban en 1865 entre los 55 pesos por hectárea para las mejores

y 27 para las peores, mientras que entre 1909 a 1912 se cotizaban alrededor de 85 a 66

pesos por hectárea respectivamente.96

Los ritmos de utilización de las tierras desmontadas no respondieron

exclusivamente a los ciclos temporales, agrícolas y de recuperación/explotación, sino a

94 PEREZ GIL, 1885, Anexos, pp. 109-110.

95 AHPJEM, Civil, Sala 1a, Morelia, año 1866, C. Varios 1, N° 38 - 6, f. 9; ANM. Protocolos, Gutiérrez, 1909, t. Il, 6-VIII-1909, f. 87.

96 ANM, Protocolos, Pérez, 1864-1865, N° 194, 20-IX-1865, f. 140v; Gutiérrez, 1910, t. I, N° 18, 31-1-1910, f. 22; Gutiérrez, 1912, t. I, N° 68, 3-VII-1912, f. 230. 60 los mismos factores que habían motivado su apertura. Es importante considerar las características del tipo de propiedad existentes pues las variaciones son notables y dependen del interés del propietario. En cierta manera la racionalidad del manejo de la tierra dependerá según se trate de un comunero, arrendatario, mediero, ranchero y hacendado. El grado de aprovechamiento es más intenso según la posición y posibilidad de acceso a la tierra.

Las montañas

Las montañas en la subregión de Santa Ana Maya se localizan al norte y al oriente formando una gran curva. Su formación data de la era del mioceno al plioceno, de uno a 60 millones de años, y están constituidas por rocas con predominio de lavas, brechas, tobas basálticas y andesíticas. En 1924, un ingeniero que realizaba un estudio en el lugar para la Comisión Local Agraria apuntaba que, estos cerros estaban compuestos por "elementos geológicos basálticos, porfíricos y tepetatosos". 98

Un examen de superficie muestra que esta zona se compone de dos señes de elevaciones. 99

La primera serie de cerros esta situada al oriente de la subregión de Santa Ana

Maya y la forman tres conjuntos. El más importante es una cordillera que no posee un nombre que la identifique de manera generalizada. Es una sierra estrecha y larga con dirección oriente-poniente y que solo ofrece la fachada oeste al valle de Santa Ana 9997*

97 GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOACAN, 1973, f. 5; CORREA, 1974, pp. 147-148.

88 ASRA, Dotación, Exp. 29, 6-VIII-1924, pp. 16-18.

99 El siguiente examen se realizó con las Cartas Topográficas referidas y recorridos personales de campo. 61 Maya. Los lugareños la conocen como el Cerro Grande. Esa tierra tiene una escarpa pronunciada y alturas que llegan a los 2400 msnm por lo que a simple vista destaca de las eminencias contiguas. Separado de esta serie montuosa por la barranca de El

Aguacate, rumbo al oeste, aparece el macizo de La Mesa de dimensiones pequeñas y con una altitud máxima de 2130 msnm. En contraste con el primer conjunto, su relieve no es abrupto. Por último, apenas desprendido del Cerro Grande por el puerto de Las

Cabras, con dirección al sur y penetrando a la laguna de Cuitzeo, surge una breve y vigorosa cadena de cerros que separan los valles de Santa Ana Maya y su vecino de

Irámuco. Su relieve es empinado y cruzado por cañadas. Cumbres como Limón, Peña

Prieta, Cuates y Don Pepe se llegan a erguir a 2070 msnm.

La otra línea montañosa situada al norte del valle de Santa Ana Maya es larga y monótona, en general tiene alturas entre los 1870 msnm hasta los 2130 msnm. La topografía en un primer tramo con trayectoria este-oeste asciende en ondulaciones suaves desde el declive del Cerro Grande hasta la ceja de El Conejo.100 El otro bloque inicia en una especie de farallón que es quebrado por la barranca El Salto y se bifurca en las cejas paralelas Grande y Tabardillo, que dan paso otra vez a un ascenso suave y después violento que se remata en el cerro El Comal y desciende a la garganta de La

Cinta donde termina, sitio en que drena la laguna de Cuitzeo sus excedentes hacia la de

Yuriria. Toda esta cadena montañosa es el contrafuerte de una meseta, quebrada y salpicada de conos volcánicos, que se extiende rumbo a El Bajío hasta los valles de

Salvatierra y Yuriria.

100 Las cejas son cimas que toman su nombre debido a que tienen una forma parecida a las cejas de seres humanos. 62 La vegetación de estas montañas debido a factores naturales ya reseñados son del tipo de pradera sobresaliendo la flora de dos a cinco metros de altura que se cubre de hojas pequeñas en el verano. Un informe de 1885 reportó que en estas montañas existían 14 montes. Cuatro estaban localizados en las serranías del oriente: La Joyita, La

Clavellina, La Mesa y La Cofradía, cubiertas de palo bofo, huizache, pirúl, vara prieta, palillo, pirimo y mezquite. Los otros diez montes conocidos como Tejocote, Uña de gato,

Llano grande, Cucurucho, Mesa Rica, Potrero Grande,. Cuervo, Las Mangas, Los

Mogotes y Los Mogotes de Huacao, estaban en la cordillera del norte y su riqueza vegetal era más variada, pues además de contener las ya citadas, existían zapote, capulín blanco, fresno, uña de gato, palo amarillo, sauz y moral. Además de una mayor diversidad estos eran más extensos que aquellos.

Las montañas ofrecieron al hombre recursos forestales y espacio para las actividades agrícolas y pecuarias.

El carácter de la vegetación solo permitió el uso de algunas cuantas variedades de árboles por el hombre. El de mayor importancia fue el mezquite aprovechándose su madera como leña para las actividades domésticas y para la fabricación de instrumentos de labranza.* 102103 Existió un gran aprecio social por este árbol debido a que era el único que tenía un valor comercial y por el evidente cuidado que le procuraban los dueños de propiedades rústicas.104 La explotación de estos montes llevada a cabo durante siglos

1U1 CORREA, 1974, p. 365.

102 PEREZ GIL, 1885, pp. 109-110.

103 Ibíd.

104 En 1892 un mezquite tenía un valor de 4 pesos: AHMM, c. (*), Estadísticas agrícolas; En muchos 63 por el hombre parece que había llegado a un limite con riesgo de entrar a un desequilibrio ecológico, razón por la que en el valle como en las partes altas se impidiera la continuación de la tala libre de árboles. Una ventaja fue la de contar en las cercanías, en las alturas del Cerro Grande y toda esa cordillera, de frondosas encineras para el corte de leña y la producción de carbón, espacios que fueron sometidos a una sobrexplotación generalizada. Otras maderas fue necesario importarlas de las sierras del distrito de Zinapécuaro. Fuertes tensiones llegaron a presentarse en ciertos momentos entre individuos y grupos por el acceso y control de este recurso. Un ejemplo lo fueron las controversias habidas entre los integrantes de la comunidad campesina de Santa Ana

Maya y los pequeños propietarios de Irámuco por los astilleros del Cerro Grande durante varios años de la década de I860.105 106

En un sector el relieve de los cerros permitió la actividad agrícola. Entre las fértiles cañadas abiertas entre los empinados cerros Limón, Peña Prieta, Cuates y Don Pepe, situados al oriente del valle, pequeños agricultores labraban las tierras con buenos resultados. Los ondulados y suaves declives de los ricos suelos del norte de la subregión, fueron adecuados para la agricultura de riego y de temporal. Los indígenas de

Huacao, por ejemplo, aprovecharon las ventajas topográficas para hacer una explotación intensa mediante el riego derivado de las aguas del arroyo Huacao. Otros agricultores, principalmente arrendatarios y medieros, labraban las otras tierras con siembras de contratos de arrendamiento aparecía como una cláusula el cuidado de este árbol.

105 AHMM, c. 268, año 1889, 5 a 8 legajos, leg. s/n, exp. 735. La leña del encino hasta épocas recientes aun era utilizada en los alrededores teniendo una gran demanda.

106AHMM, c. (*), años 1860-1870. 64 108 secano. Había también buenos terrenos de extensión reducida en la cima del farallón de El Cuervo en un sitio conocido como Potrero Grande, donde se había talado parte del monte. Esta misma trasformación ocurrió en algunos parajes del monte, llamados 110 ecuaros, incorporados al cultivo.

La función de las montañas no fue la de servir como lugar de pastoreo de animales.111 Los pastos nunca fueron abundantes a excepción del verano. Existía más ganado en el valle, alimentado con los esquilmos de las cosechas, que en los cerros.

Además la presión sobre la frontera agrícola debido al incremento constante de la población fue un factor que impidió el desarrollo de la ganadería extensiva en esta zona.

Escasos hatos de ganado vacuno, caballar y cabrio, llegaron a pastar en estos lugares.112

107 AHPJM, Civil, Sala 2a, Morelia, año 1898, N° 2 - 82.

108 Estas tierras pertenecían a los indígenas de Huacao, y a pequeños y grandes propietarios.

ANM, Protocolos, León, 1879, No. 271, 31-XII-1879, f. 232.

110 En diversos momentos la dueña de la hacienda Los Zapotes cedió estos terrenos para la agricultura. ANM, Apéndices, Ortega, 1908, f. 28 y ss.

^ ^ C n rtrtn r. f.-* I I ^ r e ~ \ ,Ar» r. +1 u i n I i f i y ci i c i cil ici i c y i c i i i i u lu vu uiid uiopuoioiui i a id ydi lauci id.

112 AHMM, c. 15, año 1903, Fomento, leg. s/n, exp. 39. 65

CAPITULO II

PROCESOS DEMOGRAFICOS

"cuantificar lo concerniente a los hombres nunca será exacto, sino aproximado, cercano; será un indicador de la realidad' MALVIDO y CUENYA, 1993, p. 24.

1. LAS FUENTES

La información para reconstruir y analizar los procesos demográficos de la subregión de Santa Ana Maya en el período de 1856 a 1909 proviene básicamente de instituciones eclesiásticas y gubernamentales, respondiendo ambas fuentes, a necesidades y usos distintos en su momento según la instancia que los produjo. Así tanto los registros parroquiales como estimaciones y levantamientos censales oficiales generados de manera simultánea se complementaron y permitieron reconstruir la estructura demográfica del período.

Las fronteras que cubren los registros parroquiales y civiles de la subregión de

Santa Ana Maya eran diferentes y cuando me refiera a este espacio comprenderá a la jurisdicción municipal y a las vicarías de Santa Ana Maya, Huacao y parte del curato de

Cuitzeo, una superficie de aproximadamente 150 kilómetros cuadrados. Conviene precisar que el municipio de Santa Ana Maya desde su fundación en 1868 permaneció sin modificaciones territoriales conteniendo una superficie aproximada de 117 kilómetros cuadrados. Respecto al territorio administrado por las parroquias de Santa Ana Maya y

San Buenaventura Huacao, la revisión de archivo me permitió calcular para ambas una 66 extensión de 120 kilómetros cuadrados, dejé al margen una porción del curato de

Cuitzeo que las fuentes gubernamentales permitieron examinar.1 Así pues aunque se aceptaron los limites administrativos de cada institución y que plenamente se justifican, el análisis abarca e integra un conjunto espacial más acorde a una integración histórica.

En primer lugar los datos parroquiales de la zona derivaron de los registros escritos levantados en las vicarías agustinas de Santa Ana Maya y San Buenaventura

Huacao, pertenecientes al curato de Cuitzeo, que listan la aplicación de los sacramentos del bautismo, matrimonio y defunción, establecidos por la iglesia católica desde la época colonial para los creyentes. La revisión de estas series mostró en general continuidad física y de elaboración permitiendo establecer las tendencias vitales en el período de estudio, estando en general apegados a las sugerencias de Claude Morin para poder trabajar esta documentación.2

La vicaría de Santa Ana Maya se estableció hacia 1684 y desde sus inicios llevó libros de administración parroquial propios. Durante el siglo XVIII y XIX la extensión de la jurisdicción que atendió puede calcularse en alrededor de 120 kilómetros cuadrados. En

1854 se creó la vicaría de San Buenaventura Huacao y el territorio original se dividió entre ambas. La superficie de cada una puede estimarse para el período de análisis, según se desprende de los datos de sus registros, en 70 y 50 kilómetros cuadrados para

Santa Ana Maya y San Buenaventura Huacao respectivamente, comprendiendo ambas gran parte de la jurisdicción municipal de Santa Ana Maya, en Michoacán, y fracciones

Ver plano 2. Archivo Parroquial de Santa Ana Maya (en adelante APSAM), Administración; Archivo Parroquia! de San Buenaventura Huacao (en adelante APSBH) Administración

2 MORIN, 1972, pp. 389-418. 67 pertenecientes a las de Acámbaro, Salvatierra y Yuriria, en el estado de Guanajuato.3

La dinámica poblacional de la subregión de Santa Ana Maya también se reunió de los intentos oficiales de cuantificación de la población y de recuentos censales que en su proceso dispusieron de técnicas y métodos demográficos. Para el período en cuestión

Michoacán presenta seis recuentos, tres que pertenecen a una etapa preestadística y tres a una era ahora sí estadística. Los primeros son censos estatales y fueron levantados en 1868, 1881 y 1889, los otros son nacionales y corresponden a 1895, 1900 y 1910.4 En general todos merecen credibilidad y se reconoce que los levantamientos censales realizados por el gobierno del estado tienen sus limitaciones aunque es mejor destacar su utilidad que sus errores.

Los tres censos estatales son diferentes en motivos, estructura, limitaciones y resultados presentados. Los métodos utilizados en su levantamiento parecen haberse guiado parcialmente y de manera incompleta por las medidas formuladas por el

Ministerio de Fomento para establecer una estadística nacional en ese tiempo.5 Las fuentes muestran que los responsables de la organización y supervisión, al menos de los dos últimos recuentos, fueron el secretario de gobierno y los jefes distritales, sirviendo las autoridades municipales como encuestadores. Esta situación hizo valorar al gobierno del estado sobre los alcances de la compilación al reconocer "la falta de aptitud y eficacia"

APSAM, Administración; APSBH, Administración.

La clasificación se basa en MALVIDO y CUENYA, 1993, p. 23.

/ ^ „ i _ ! n A ------i / - M - ir r -7 (cu ducidi il c ivittm uiici i o o v ), l u r c ¿ , 1882, cuadros oe división territorial, cuadro n° 1 (en adelante Memoria 1882); PEREZ GIL, 1889, cuadro n° 1 (en adelante Memoria 1889). 68 de las personas involucradas en recoger la información.6

Los resultados del censo estatal realizado en mayo de 1868 se dieron a conocer en la Memoria de Gobierno perteneciente al año 1869, respondiendo a requerimientos del gobierno federal con propósitos electorales y presentó cifras de población distritales y municipales resumidas, además de mostrar algunas características de la composición social.7 La estructura del censo dividió la información recabada en columnas de hombres y mujeres, distribuidos según su estado civil en solteros, casados y viudos, conforme a su género, además de hacer una separación étnica entre indígenas y extranjeros. Así los datos para el municipio de Santa Ana Maya son generales y se encuentran inmersos en la estadística perteneciente al Distrito de Morelia, aunque existe un trabajo de Anselmo

Rodríguez publicado en 1873 que recupera parcialmente otros datos de ese censo y

permiten completarlo.8

Los otros dos censos, levantados en noviembre de 1881 y febrero de 1889, fueron

iniciativa estatal y respondieron a necesidades administrativas y fiscales fundamentalmente.9 En comparación al censo de 1868, el de 1881 dejó de incluir

información demográfica sobre la composición social y racial de los habitantes de

Michoacán y sólo hizo un recuento general de habitantes sin distinción alguna,

arreglándose la estadística por distritos y municipios, incluyéndose también todas las

localidades que los componían, clasificándolos con arreglo a su categoría legal y

6 Memoria 1882, pp. 15-16; Memoria 1889, pp. 157-160.

7 Sobre los fines de este censo en URIAS y VICTORIA, 1982, p. 138.

8 RODRIGUEZ, 1873, passim.

9 Memoria 1882, p. 15; Memoria 1889, p. 157. 69 dependencia reconocida en ciudades, villas, pueblos, congregaciones, haciendas y ranchos. El censo publicado al parecer dejó de incorporar todos los datos enviados por los encuestadores municipales y estos tienen que localizarse en archivo. En el caso del municipio de Santa Ana Maya el cuadro-resumen dirigido por el Presidente Municipal a la

Prefectura informó también sobre los hombres y las mujeres establecidas en cada una de poblaciones pertenecientes a la jurisdicción y otras anotaciones.10 11

El censo de 1889 tiene una estructura semejante a los anteriores recuentos presentándose los resultados de acuerdo a la división por distritos y municipios, aunque las cifras se ofrecen de manera detallada únicamente para las cabeceras de las jurisdicciones y se hacen de manera sumaria para el resto de la demarcación política correspondiente. Los datos demográficos fueron ordenados por sexo y estado civil, origen, lengua y raza, además de identificar a los que sabían leer y escribir. Para el municipio de Santa Ana Maya se muestran los recuentos de los pueblos de Santa Ana

Maya y Huacao, cabecera municipal y tenencia respectivamente, junto con lo que se designó de forma escueta como su "comprensión".12

La Dirección General de Estadística, organismo federal dependiente del Ministerio de Fomento, realizó los otros tres censos citados. Se desconoce con exactitud el método, la manera y los tiempos con los que se levantó el censo general de 1895, pero todo indica, al menos para Michoacán y en el caso de Santa Ana Maya, que los funcionarios estatales y municipales fueron los que llevaron a cabo las labores, tarea en

10 Memoria 1882, Apéndice n° 3, 15 cuadros.

11 Archivo Histórico Municipal de Morelia (en adelante AHMM), c. 251, año 1882, leg. s/n, exp. s/n.

12 Memoria 1889, cuadro n° 1. • 70 la que no eran ajenos debido a sus experiencias anteriores.13 Igual sucedió con el censo de 1900 en el que se nota una mayor complejidad y conocimiento en el manejo estadístico pero en el que otra vez en Michoacán y Santa Ana Maya, los empadronadores siguieron siendo los mismos empleados municipales y vecinos de las localidades.14 Respecto al recuento de población de 1910 se sabe que la citada

Dirección tuvo ya una supervisión y cuidado directo sobre los encuestadores.15 16

El primer censo nacional presentó sus resultados sobre Michoacán únicamente desde una disposición distrital y el recuento de población contempló aspectos de número, ubicación, vivienda, sexo, edad, lugar de nacimiento, estado civil, escolaridad, ocupación, religión e idioma. El inconveniente de este recuento censal, en nuestro caso, es la falta de conteos municipales por separado, sin embargo para Santa Ana

Maya se dispone de datos preliminares aparecidos en la prensa estatal y de archivo que permiten subsanar esta carencia.1718

La cuenta de 1900 integró similares variables a las levantadas en 1895, entre algunas otras informaciones que enriquecieron este censo, con la conveniencia de que los datos aparecieron en detalle para cada municipio y localidades de Michoacán. Diez años después el tercer Censo General de la Nación recogió parecidos datos a los censos

13 MEYER, 1995, p. 21; AHMM, c. 291, año 1894, Fomento, leg. s/n, exp. 18.

14 AHMM, c. s/n, año 1900, Fomento, leg. Censo General.

15 MEYER, 1995, p. 21.

16 PEÑAFIEL, 1897 (en adelante Censo de 1895).

17 Las noticias censales municipales en: Periódico Oficial, t. XLV, N° 8, Morelia, Mich., 28-1-1897, p. 5; AHMM, c. 291, año 1895, Fomento, leg. s/n, exp. 27.

18 SECRETARIA DE FOMENTO, COLONIZACION E INDUSTRIA, 1905 (en adelante Censo de 1900). 71 anteriores, publicándose la cuantificación de forma global por entidad federativa y distrito para muchos de los datos, aunque las cifras de habitantes se ofrecieron por municipio y localidad, además de la división entre hombres y mujeres.19 20

Las fuentes citadas también se completaron con memorias, geografías, diccionarios, estadísticas, boletines, que nos dan cuenta parcial de la demografía de la subregión de Santa Ana Maya pero que son útiles y creíbles.

2. POBLACION

Para poder tener una idea de la población total de la subregión de Santa Ana

Maya entre 1868 y 1910 se tiene que recurrir a los censos estatales y nacionales levantados en 1868, 1881, 1889, 1895, 1900 y 1910 en la jurisdicción municipal (tabla 1).

El análisis de la tabla 1 muestra que en el período de 42 años que transcurren entre 1868 y 1910 en el municipio de Santa Ana Maya la población había crecido en

3816 habitantes, un 67% de incremento absoluto, presentando un promedio de 90 personas más cada año o sea una tasa de 1.57%. Un crecimiento natural moderado y normal para un municipio con una economía esencialmente agrícola, según se desprende de las tipologías de E. A. Wrigley. Sin embargo es necesario matizar este aumento pues si lo estimamos a partir de 1881 resulta que es de apenas 0.98% anual, este problema lo voy a analizar un poco más adelante.

El crecimiento municipal de la población señala un ligero ascenso en relación con las cifras del estado y distrito. Michoacán en ese entonces y en el mismo lapso tuvo un

19 DIRECCION GENERAL DE ESTADISTICA, 1917 (en adelante Censo de 191.0).

20 WRIGLEY, 1994, pp; 56-57. Tabla 1. Población total. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910.

Censos 1868 1881 1889 1895 1900 1910

Población 5715 7386 7547 7967 9040 9501

Fuente: Memorias de 1869, 1882, 1889; Censos de 1895, 1900, 1910. 73 aumento bruto del 64.08% y una tasa de crecimiento porcentual promedio anual del

1.33%, mientras el Distrito de Morelia, al cual pertenecía Santa Ana Maya, lo hizo en

50.41% y 1.20% respectivamente. Sin embargo en el contexto distrital, de los 7 municipios que lo componían, Santa Ana Maya ocupó el tercer lugar en tasas de crecimiento porcentual anuales, después de Morelia y Cuitzeo.21

En general creó que el incremento de la población desde las imágenes fijas de los conteos para Santa Ana Maya en este período son aceptables y creíbles, tal vez ligeramente contrastantes en comparación al balance realizado por John E. Kicza sobre las características demográficas de los estados de Guanajuato y Michoacán, jurisdicciones que cercaban el municipio de Santa Ana Maya, al exhibir que entre las décadas de 1860 y 1880 estas entidades presentaron un breve aumento porcentual, hasta que al inicio de siglo el primero comenzó una profunda caída y el otro se estancó, para llegar ambas hacia 1910 con un declive porcentual en su crecimiento.22

Sin embargo no esta claro cómo y cuándo en el Municipio de Santa Ana Maya se presentó este incremento de la población. Un examen por intervalos entre los diferentes conteos puede ayudarnos a estimar las tendencias de crecimiento absoluto y porcentual anual (tabla 2).

Los intervalos comprenden los momentos en que se realizaron los censos. Las secuencias son irregulares y abarcan períodos de 13, 8, 6, 5 y 10 años. Hay dos espacios que presentan desconfianza, el primero entre 1868 y 1881 en que el problema

parece deberse a un subregistro en el censo levantado en 1868, esto se desprende por

21 KICZA, 1993, p. 253.

22 Ibidem, pp. 233-234. Tabla 2. Crecimiento absoluto y porcentual. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910.

Crecimiento anual ______Intervalo______absoluto porcentual

1868-1881 128 2.24 1881-1889 20 0.27 1889-1895 70 0.92 1895-1900 215 2.69 1900-1910 46 0.50

Fuente: Memorias de 1869, 1882, 1889; Censos de 1895, 1900, 1910. 75 estimaciones sobre población realizadas en fechas terminales al conteo, una realizada en 1860 por José Guadalupe Romero y la otra en 1871 por el presidente municipal que hacen dudar de las cifras censales. Este subregistro que al ser "compuesto" en el siguiente conteo de 1881 es la causa de esa impresión de crecimiento notable de la población. Pero también, y a lo mejor es más importante, debe tenerse en cuenta que las décadas de 1860 y 1870 presentan un fenómeno de emigración temporal debida a causas tan diversas como la inestabilidad social prevaleciente y los cambios de tenencia de la tierra ocasionados por las leyes de desamortización, entre algunos factores.2324

La otra anomalía se presentó en el intervalo de 1895 a 1900. No es lógico que en un lapso de apenas 5 años el crecimiento natural de la población haya sido bastante rápido, la explicación puede estar en el mismo censo nacional de 1895 en deficiencias presentes en un momento del proceso censal. Al tratar de corregir este desvío mediante el cálculo entre el censo estatal de 1889 y el nacional de 1900, sin tomar en cuenta el de

1895, resulta que el incremento anual absoluto es de 135 personas por año, con una razonable y confiable tasa de crecimiento porcentual del 1.79%.

Un esquema sobre las características demográficas de este período a la luz de los censos señala que lo más probable es que entre 1868 y 1881 el crecimiento de la población sí estuviera aumentando pero a una tasa porcentual anual apenas superior al

1%. Un segundo intervalo se inició en 1881 en el cual el crecimiento se detiene por casi

23 ROMERO, 1972, p. 125; AHMM, c. 242 A, año 1871, leg. Ayuntamiento de Santa Ana Maya.

24 Para el frágil sosiego de este período existen muchos informes remitidos por el presidente municipal al prefecto en el AHMM y sobre los cambios de lá propiedad rústica en el Archivo Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán (en adelante AHPEM), Hijuelas, y el Archivo de Notarías de Morelia (en adelante ANM), Protocolos. 76 un decenio para presentar una recuperación notable en la década de 1890 al elevarse a una tasa cercana al 2% anual. Entre 1900 y 1910 el crecimiento se derrumbó hasta una medida del 0.50%.

En breve, puede decirse que a luz de los censos estatales y nacionales la población en Santa Ana Maya en esta época se elevó en los decenios de 1870 y en especial en la de 1890, apenas creció a partir de 1900 y se estancó en la que corresponde a 1880, resultando un balance positivo ligeramente superior a las pautas resultantes, según Kicza, en los estados de Michoacán y Guanajuato. Las tendencias demográficas obtenidas en los archivos parroquiales de Santa Ana Maya y San

Buenaventura Huacao parecen respaldar esta propuesta (Gráficas 1, 2, 3, 4).

3. LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS

La población de la subregión de Santa Ana Maya entre 1856-1909 tenía un carácter rural por el tamaño de sus localidades y las actividades desarrolladas por sus habitantes. El perfil de distribución de los asentamientos era disperso presentado índices de concentración contrastantes. Un análisis de las características descritas durante este período muestra procesos de permanencia y cambio.

Al hacer una revisión de los censos de 1868, 1881, 1889, 1900 y 1910, estos permiten reconstruir de manera fragmentada o total el número de habitantes en cada una de las localidades del municipio de Santa Ana Maya. Los cinco censos clasificaron los lugares conforme a la categoría política establecida en ese entonces pero he considerado las observaciones realizadas por Francois-Xavier Guerra y Jean Meyer al Gráfica 1. Estadísticas Vitales. Vicaría de Santa Ana Maya. 1850-1919

500

450

400

350

------■— ü) 300 BAUTIZOS o 3 250 ENTIERROS oen 200 ------o — MATRIMONIOS

150 100

50 0 O CM ^ (O ( D O CM ’ ' t CD 0 0 O (N ^ (O OO O CN ' f CD 0 0 O CM 's f CD 0 0 O CM 4 CD 0 0 O CM CD 0 0 LO LO LO LO LO CD CD CD (O CD N N N N N CO OO CO OO 0 0 O ) 0 5 o o o o 0 5 O O O O O ' r T T - T - T - 00 00 00 OO 00 00 00 0 0 OO 00 OO oo 00 OO 00 00 00 00 00 00 00 OO 00 00 OO 0 5 0 5 0 5 0 5 05 05 05 05 05 05

Años RegistruS 10 -- '1400 2000 60 - 1600 - 1800 1200 -- 1000 0 - - 400 { 600 0 ! ! 800 200 rfc .Tneca eorfcsqiqeae.Vcrad at n aa 1850- Maya. Ana Santa de Vicaría quinquenales. demográficas Tendencias 2. Gráfica - 0 - - - - t

o LO LO oo T — 1 O(O LO ) O T LO LO OO — i o co oo i CO en un co oo T— 1^- ó i ó - h CO □ en - N - h 0 0 ó co 0 0 ■sj- oo ■*- 1919 Años 0 0 en LO OO OO ) O ó en oo T— 05 en LO no en oo ■ o o en —T— T— i 05 LO o O en i i o CD T CT> LO ) O — i ------■— ♦— ENTIERROS - BAUTIZOS - MATRIMONIOS 00 Gráfica 3. Estadísticas Vitales. Vicaría de San Buenaventura Huacao. 1858-1919

BAUTIZOS

ENTIERROS

MATRIMONIOS

0 0 o CM CD OO o G ) CD O) O) T— T— T- T— r — ’ C— T— T— t — T- T— T ■'e— T— T— T- T— T— T— T- T- T T— T— x— x— T— T- T— Años Gráfica 4. Tendencias demográficas quinquenales. Vicaría de San Buenaventura Huacao. 1860-1919

1600 -

— ■— - BAUTIZOS

- ENTIERROS

— ♦— - MATRIMONIOS

e n e n "Ñf e n ■ÑT e n ■ñj- e n O) CD c o r - h ¡- 0 0 c o O) e n o o i 1 1 1 1 o LO o LO ó l o o LO O LO o LO T— CD c o h - h - 0 0 0 0 e n e n o o CO 0 0 0 0 0 0 0 0 c o c o 0 0 e n e n C7) CD T— T— ■í- ■*- ■*“ ■KT- Años

co o 81 respecto. 25 Los ajustes que he hecho permiten tener una visión real del conjunto al clasificar las localidades tomando en cuenta tanto el estatuto de la aglomeración humana como su identificación agraria (tabla 3).

Una revisión del cuadro muestra un paisaje compuesto de pueblos, haciendas, ranchos dependientes, ranchos y rancherías (plano 4). Los nombres de las localidades son variados e indican el origen prehispánico del lugar, la advocación religiosa al cual fueron ofrecidos, una serie de referencias geográficas y de cambio de condición de status legal y agraria. De procedencia indígena y ofrecidos a un patrón espiritual durante la época colonial fueron los pueblos de Santa Ana Maya y San Buenaventura Huacao. El rancho de Potzundareo y el dependiente de Sirándaro siguieron conservando el nombre indio indicando más que un asentamiento reciente de población un viejo espacio rústico.

Sitios que se conformaron como propiedades privadas a mediados del siglo XIX y que al nombre primitivo del paraje conocido por la tradición, los nuevos dueños agregaron el del santo de su devoción, siendo el caso de las haciendas de San José Cuiritzeo y San

Nicolás Cuiritzeo y del rancho de San Francisco Chamo. El rasgo distintivo natural del paisaje motivó el nombre de la hacienda de origen colonial de Los Zapotes y de aglomeraciones dependientes como El Tejocote, La Palma, Piedras Anchas, El Toronjo,

Clavellina, El Aguacate, Puerto de Cabras, El Cuervo, El Puertecito, El Salto, La Lobera y

Mesa Rica. Otras localidades dependientes de reciente creación se encomendaron a la protección divina como La Soledad, San Vicente, Tres Reyes y Las Animas. Un cambio de categoría o definición económica fueron asignados a las rancherías de Carrizal

Nuevo, Carrizal Viejo, Rancho Nuevo y Potrero Grande.25

25 GUERRA, 1992, t. II, anexo V, pp. 473-496; MEYER, 1986, pp. 477-509. Tabla 3. Población y localidades. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910 82

Estatuto político e Años identificación agraria 1868 1881 1889 1900 1910

Pueblos Santa Ana Maya 2528 2968 2813 3321 3628 Huacao 1003 1328 1401 1359 1415

Haciendas -Los Zapotes- 265 218 206 142 El Tejocote 53 132 153 La Palma 85 136 La Soledad 7 Piedras Anchas 25 52 80 San Vicente 34 Tres Reyes 36 30

-San José Cuiritzeo- 32 70 57 El Toronjo 102 266 Las Animas 70 79 67

-San Nicolás Cuiritzeo- 93 146 184 Clavellina 85 El Aguacate 30 Puerto de Cabras 218 345 356 Sirándaro 160 284 242

R anchos Potzundareo 57 119 81 San Francisco Chamo 29 32 39

Rancherías Carrizal Nuevo 704 792 816 Carrizal Viejo 126 116 66 El Cuervo 673 675 368 El Puertecito 196 El Salto 78 221 210 La Lobera 360 360 309 Mesa Rica 60 91 81 Potrero Grande 49 37 Rancho Nuevo 508

Total del Municipio 5715 7386 7547 9040 9501

FUENTE: 1868: Memoria, 1869, cuadro 1, pp. 65-68, RODRIGUEZ, 1873; 1881: Memoria 1882, división territorial, cuadro 1; 1889: Memoria 1889, noticias estadísticas, cuadro 1; 1900: Censo 1900; 1910: Censo 1910. PLANO 4 Localidades por estatuto político e identificación agraria. 84 Los pueblos de Santa Ana Maya y Huacao tenían este estatuto político desde la colonia, llegando a tener tierras propias que fueron perdiendo paulatinamente hasta finales del siglo XIX. Los Zapotes fue una hacienda que se conformó desde la época colonial mientras San José Cuiritzeo y San Nicolás Cuiritzeo se crearon hacia finales de la década de 1860, en las tres propiedades estaban establecidos una serie de aglomeraciones dependientes con residencia de medieros y arrendatarios. Los dos ranchos existentes son de dominio individual y su extensión era menor que las haciendas del lugar, en Potzundareo aparte de los propietarios vivían los subalternos y en San

Francisco Chamo solo los últimos. Las rancherías estaban asentadas fuera de alguna propiedad privada y la mayoría de sus habitantes tenían pequeñas extensiones de

26 tierra.

El examen estadístico nos indica que el número de asentamientos creció,

mientras el censo de 1881 registró 20 localidades los de 1900 y 1910 publicaron 22 y 26

respectivamente. Sin embargo al comparar los sitios empadronados por los censos y el

lugar de mención de residencia de los contrayentes matrimoniales en los detallados

libros de matrimonio de las vicarías de Santa Ana Maya y San Buenaventura Huacao

encontré omisiones y errores.*27 Así los conjuntos dependientes de La Soledad y San

Vicente que figuran en el censo de 1910 nunca aparecen en los registros eclesiásticos,

aunque es posible que fueran conocidos con otro nombre. Lo mismo sucede con El

Toronjo, que los censos de 1900 y 1910 anotan y que el de 1881 ignora, la vicaría de

Santa Ana Maya lo cita desde la época colonial. Igual situación sucede con El Aguacate

2b Ver Capítulo III.

27 APSAM, Libros de Información matrimonial; APSBH, Libros de información matrimonial. 85 que solo aparece en el conteo de 1910 y del cual existen referencias parroquiales desde la década de 1870. Además las rancherías de El Puertecito y Rancho Nuevo que sólo se encuentran en el censo de 1910 la vicaría de San Buenaventura Huacao los contempla dentro de su jurisdicción al menos desde 1860, y por último el Potrero Grande que no se menciona ya en 1910 sigue apareciendo en esta fecha en la mencionada vicaría.

Un cotejo de las localidades registradas por los censos con los índices de los contrayentes matrimoniales en las vicarías de Santa Ana Maya y San Buenaventura

Huacao revelan graves omisiones y limitaciones de los conteos censales. El registro cotidiano del sacramento del matrimonio realizado por los frailes presenta un panorama de todos los lugares sujetos a su jurisdicción según la declaración de residencia de los pretendientes. Lo que resulta es una carta detallada de lugares que nunca aparecen en los conteos oficiales y que muestran de manera fiel los cambios y las permanencias de los asentamientos humanos (tablas 4 y 5).

Al completar el número de localidades registradas en los censos oficiales levantados en la jurisdicción municipal con los registros de residencia al momento de contraer matrimonio en las dos vicarías se tiene una visión más precisa de la cantidad de localidades existentes en la subregión de Santa Ana Maya en todo el período en cuestión. El recuento lo realice en cortes quinquenales para ambas parroquias entre

1860-1909 y muestran la evolución de los sitios habitados (tabla 6).

Lo mismo que encontramos sobre la presencia de un número creciente de localidades en el Municipio de Santa Ana Maya durante el período de estudio se

manifestó en el ámbito parroquial, aunque los ritmos son diferentes según la parroquia.

Entre algunos de los factores que explican el incremento de localidades en Santa Ana Tabla 4. Localidades de residencia registradas. Vicaría de Santa Ana Maya, Mich. 1870-1909

Quinquenios registrados Localidad 1870-74 1875-79 1880-84 1885-89 1890-94 1895-99 1900-04 1905-09

AGUACATE EL X X XXXX LA XX XXXX A N IM A S LAS XX XXX XX X BR U JA LA XXX X C A Ñ A D A LA X XXXXXX X CAÑAS DE GARCIAS XX X X X CAÑAS DE HERRERAS XXXX X CAÑAS DE PAÑI AGUAS X XXX X C AÑ AS LAS X XXX XX CLAVELLINA LA X XX C R U C E S LAS X XX X X XXX CHAMO X XXX X GUADALUPE X HDA. DE LAS CRUCES X M O R AL EL X XXX XXX X OJO DE AGUA DE GALVAN X X O R T IG A LA X XXXX X P A LM A LA X X PIRUL EL X XX XX X X X PRESITAS LAS XXX X X PUERTO DE OCCIDENTE XX X PUERTO DE ORIENTE EL X X XXX X P U E R TO EL X X XXX XX RINCON DEL GALLO EL X XX XX SAN JOSE CUIRITZEO X SAN NICOLAS CUIRITZEO X XXX XXX X SANTA ANA MAYA X X XXX XX X SIRANDARO XX XXXX XX TEJOCOTE EL X XX XXX X TO R O N JO EL X X XX XXX X TRES REYES LOS X X X

FUENTE: Archivo Parroquial de Santa Ana Maya. Informaciones matrimoniales Tabla 5. Localidades de residencia registradas. Vicaría de San Buenaventura Huacao. 1860-1909

Qinquenios registrados Localidad 1860-64 1865-69 1870-74 1875-79 1880-84 1885-89 1890-94 1895-99 1900-04 1905-

CALVARIO EL X X XX CEJA DEL AIRE LA X XXXX C O N E JO EL X X XXXX C U E R V O EL X XXXXX XXXX EN C IN A L EL X ESPAÑITA X X XX HDA. DE LOS ZAPOTES XXX X X XXXXX HUACAO XX X XX XXXX X LO B E R A LA XX XX XXX XXX M E S A R IC A XX X XXX X XXX PIEDRAS ANCHAS LAS XXX XX XXX PILALA XXX XX X POTRERO GRANDE XXXX XX X XXX PU C H O TE EL XX PUERTA DE ESPAÑITA X PUERTECITO EL XXXXX XX X XX RANCHO DE LA BARRANCA X RANCHO NUEVO X XXXX X SA LTO EL XXXXX XX X XX TIMBINAL EL XXXX XX X XX

FUENTE: Archivo Parroquial de San Buenaventura Huacao. Informaciones Matrimoniales Tabla 6. Número de localidades de residencia declarado por los contrayentes matrimoniales. Vicarías de Santa Ana Maya y San Buenaventura Huacao. 1860-1909.

Quinquenio Santa Ana Maya San Buenaventura Huacao Total

1860-64 11 11 1865-69 13 13 1870-74 16 15 31 1875-79 21 14 35 1880-84 21 17 38 1885-89 18 16 34 1890-94 21 14 35 1895-99 19 16 35 1900-04 25 14 39 1905-09 25 14 39

Fuente: Archivo Parroquial de Santa Ana Maya y San Buenaventura Huacao. Informaciones Matrimoniales 89 Maya, vicaría rica por estar asentada en tierras planas y que experimentó un proceso de concentración agrario a partir de 1870, están las nuevas relaciones sobre el acceso agrario establecido por las haciendas. El estancamiento de San Buenaventura Huacao puede descifrarse por la atracción que ejerció Santa Ana Maya y la pobreza comparativa de sus tierras en mayor medida montuosas.

Los censos de 1868, 1881, 1889, 1900 y 1910 también muestran de manera parcial o cabal los tipos de localidades según el número de habitantes que había en el municipio de Santa Ana Maya. La colocación de los lugares en diferentes rangos conforme a la cifra de vecinos que los habitan ofrecen un mapa del tipo y alteración de las aglomeraciones en el período (tabla 7).

En principio destaca la existencia de un número importante de asentamientos pequeños de 1 a 99 habitantes de carácter familiar y sin variación en cantidad, más de la mitad de estos lugares estaban en terrenos pertenecientes a las haciendas, también los dos ranchos, Potzundareo y Chamo, casi siempre estuvieron en este grupo. El rango más dinámico en crecimiento de localidades fue el de 100 a 499 residentes, en 1881 tres estaban asentados en las haciendas y dos eran rancherías, después de 1900 un 70% estaba ubicado en las grandes propiedades. Los tres segmentos siguientes se mantuvieron con igual cifra de sitios y son los mismos lugares. En el primero que comprendía de 500 a 999 moradores correspondió a las rancherías de Carrizal Nuevo y

El Cuervo y aunque este último no aparece en el censo de 1910 el que surge es una ranchería separada e inmediata a este llamada Rancho Nuevo. Los dos últimos rangos siempre correspondieron a los pueblos de Huacao y Santa Ana Maya en los cinco conteos registrados. Tabla 7. Número de localidades por n° de habitantes. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910

CENSO Total de localidades de 1- a - 99 de 100 - a - 499 de 500 - a - 999 de 1000 - a-2499 de 2500 - a - 4999

1868 1 1 1881 20 11 5 2 1 1 1889 1 1 1900 22 8 10 2 1 1 1910 26 11 11 2 1 1

Fuente: 1868: Memoria 1869, cuadro 1, pp. 65-68; 1881: 1881: Memoria 1882, cuadro 1; 1889: Memoria 1889, cuadro 1; 1900: Censo 1900; 1910: Censo 1910. 91 Después de conocer la población total y una relación de localidades arregladas conforme a estatuto político e identificación agraria (tabla 3) y revisar el número y tipo demográfico de los asentamientos del municipio de Santa Ana Maya (tabla 7), conviene identificar en que lugares se estableció la población y como se desarrollo este proceso durante el período. La tabla 8 muestra los resultados censales conforme a una distribución de la población por clasificación político-agraria presentado las cifras y los porcentajes integrados.

Las cifras sobre los pueblos son las más completas y revelan que en este período más de la mitad de todos los habitantes del municipio residían en estos. Empero su crecimiento absoluto es patente, la presencia relativa de estos lugares en el conjunto muestra una tendencia en constante descenso. Hacia 1900 su posición respecto a la población total municipal es 10% por debajo de la que tenían en 1868 aunque para 1910 experimentan una ligera recuperación. Parte de la explicación a esta situación está en que hacia 1868 los pueblos son lugares de refugio en un ámbito de inestabilidad social pero las dos últimas décadas del siglo son de retorno migratorio y atracción hacia otro tipo de localidades beneficiadas por el reacomodo agrario. Un indicio adicional de desaceleración se presenta en los pueblos con un crecimiento anual entre 1868 a 1910 de 1.01%, por debajo del incremento municipal que es del 1.57%, pero si lo estimamos a partir de 1881 es de apenas 0.59%. En conjunto los pueblos crecieron en los 42 años que comprenden entre 1868 a 1910 un 42.82% pero si la estimamos a partir de 1881, fecha en la que existen registros para todos los demás asentamientos, la cifra se reduce a 17.38%. Por último es conveniente destacar la diferencia de tamaño que existía entre el pueblo de Santa Ana Maya y el de Huacao, el primero oscilo entre el 37% y 44% de la Tabla 8. Distribución de la población por clasificación política-agraria. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910

Años Pueblos Haciendas Ranchos Rancherías Total

1868 3531 5715 61.7% 100% 1881 4296 954 86 2050 7386 58.1% 12.9% 1.1% 27.7% 100% 1889 4214 7547 55.8% 100% 1900 4680 1537 151 2292 9040 51.7% 17.0% 1.6% 25.3% 100% 1910 5043 1784 120 2554 9501 53.0% 18.8% 1.2% 26.8% 100%

Fuente: Memorias de 1869, 1882, 1889; Censos de 1900, 1910. 93 población total del municipio, mientras el otro nunca pudo remontar el 18% aunado con una tasa de crecimiento siempre menor que aquel.

Las haciendas quizás fueron una de las localidades cercanas que aprovecharon y debilitaron el crecimiento de los pueblos. Entre 1881 y 1910, lapso de 29 años, estos lugares incrementaron su población en 33.33% a una tasa media anual de 1.14%. Frente al conjunto municipal las haciendas tuvieron una constante y dinámico crecimiento pasando de tener un 12.91% en 1881 a un 18.77% para 1910 del total de habitantes de la jurisdicción. No obstante las cifras estos sitios en realidad tuvieron pocos residentes con relación al tamaño de la propiedad. Por separado las tres haciendas existentes tuvieron características diferentes. San Nicolás Curitzeo era la menos extensa pero fue la más poblada y con dos aglomeraciones dependientes que le fueron superiores en vecindario, Puerto de Cabras y Sirándaro. Igual sucedió con San José Cuiritzeo, la propiedad más grande y la menos ocupada de las tres, en donde sus únicas dependencias, El Toronjo y Las Animas, tuvieron más gente que el casco de la finca.

Con más aglomeraciones que las otras dos, en Los Zapotes el fenómeno de nuevos asentamientos se da a partir de 1900 como consecuencia de su desintegración como unidad económica que concluye en 1909, este proceso también se manifiesta en el declive poblacional que experimenta el casco en favor de las dependencias.

A pesar de que entre 1881 y 1910 los ranchos de Potzundareo y San Francisco

Chamo fueron los establecimientos que más crecieron en población absoluta y tasa media anual, un 39.53% y 1.36% respectivamente, su presencia relativa respecto a la población total municipal no pasó del 1.67%. El primero fue una autentica unidad económica y social de administración familiar, auxiliada por trabajadores residentes en el 94 lugar que atraídos por la prosperidad del rancho allí se establecieron pero que hacia

1910 experimentó un descenso de la población debido a una crisis de carácter económico. La otra agrupación no era más que un caserío familiar de medieros establecidos allí por conveniencia mutua entre ellos y el propietario de la tierra vecino del pueblo de Santa Ana Maya.

Las denominadas rancherías fueron la residencia de un poco más del 25% de la población total del municipio en esta época y junto con los pueblos son de las localidades que crecen menos, aunque por arriba de estos. Entre 1881-1910 experimentan un crecimiento bruto de 24.58% y una tasa promedio porcentual anual del 0.84%. Lugares habitados por pequeños propietarios en su gran mayoría, estos lugares tienen tamaños diversos que van desde conjuntos familiares menores a los 100 habitantes como Potrero

Grande y Mesa Rica hasta las aglomeraciones complejas del Carrizal Nuevo y El Cuervo-

Rancho Nuevo pobladas por seis, siete y ocho centenares de vecinos. Todas las rancherías por separado son heterogéneas, mientras El Salto crece a pautas anuales del

5.83% el Carrizal Viejo se deshabita cada año 1.64%, y otras como Carrizal Nuevo apenas crece y La Lobera disminuye.

El modelo de distribución habitacional de la subregión de Santa Ana Maya tuvo pues un carácter rural. Caras de una misma moneda fueron la concentración de la población y la dispersión de localidades. Los ritmos demográficos sin embargo fueron los que fijaron la dinámica de la tenencia de la tierra y definieron la estructura económica agrícola. La relación no fue causal sino factorial aunque la variable principal fue la poblacional. 95 4. PATRONES DEMOGRAFICOS

Un esquema diseñado por Ester Boserup midió en diez grupos la densidad de la población sobre un espacio determinado. El espectro propuesto consideró diferentes gradaciones de hábitat que van desde consistencias limitadas hasta muy compactas. En particular me interesó los grupos 7 y 8 que la autora clasificó en densidades medianas y densas representadas en rangos de ocupación de 32 a 64 y de 64 a 128 habitantes por kilómetro cuadrado respectivamente. La aplicación de este modelo para el municipio de

Santa Ana Maya, jurisdicción para el cual es factible, indicó que en el período en cuestión la escala de la población pasó de una densidad "mediana" a una "densa". La estimación con base en los resultados demográficos de los censos citados nos muestran que entre

1868 a 1889 la densidad oscila entre 48 y 64 personas por kilómetro cuadrado y desde esta fecha y número hasta 1910 creció a 80. Boserup clasificó a ambas categorías como

"altas".28

Sin embargo es conveniente plantearse qué tipo de sociedad rural fue la que vivió en la subregión de Santa Ana Maya en el período en cuestión y que características demográficas tenía. Una revisión de los censos anteriormente tratados nos da un primer indicio sobre la composición de la sociedad. La tabla 9 la diseñé según los criterios establecidos de clasificación aplicados en los otros apartados y muestra una división de género de la población del municipio de Santa Ana Maya.

Los cinco conteos muestran en tres ocasiones, 1868, 1889 y 1900, una supremacía de hombres sobre las mujeres, en comparación estas lo fueron en 1881 y

1910. No obstante las diferencias no tienen nada de extraordinarias pues en términos Tabla 9. Población por sexo. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910. 96

CENSOS 1868 1881 1889 1900 1910 HMHM H MHMHM PUEBLOS Santa Ana Maya 1430 1538 1414 1399 1628 1693 1723 1905 Huacao 653 675 723 678 676 683 681 734 S u b to ta l 2083 2213 2137 2077 2304 2376 2404 2639

HACIENDAS Los Zapotes 113 105 103 103 72 70 El Tejocote 27 26 65 67 70 83 La Palm a 43 42 69 67 La Soledad 5 2 Piedras Anchas 11 14 28 24 41 39 San Vicente 17 17 Tres Reyes 14 22 11 19 S u b to ta l 151 145 253 258 285 297 San José Cuiritzeo 18 14 38 32 21 36 El Toronjo 59 43 131 135 Las A nim as 24 46 40 39 33 34 San Isidro S u b to ta l 42 60 137 114 185 205 San Nicolás Cuiritzeo 44 49 69 77 88 96 Clavellina 49 36 El Aguacate 14 16 Puerto de Cabras 109 109 177 168 189 167 Sirandaro 79 81 141 143 118 124 S u b to ta l 281 275 387 388 409 403 Subtotal de las haciendas 474 480 777 760 879 905

RANCHOS Potzundareo 33 24 57 62 39 42 San Francisco Chamo 16 13 17 15 19 20 Tayo S u b to ta l 49 37 74 77 58 62

RANCHERIAS Carrizal Nuevo 368 336 402 390 417 399 Carrizal Viejo 69 57 58 58 32 34 El C uervo 353 320 341 334 186 182 El Puertecito 99 97 El Salto 35 43 125 96 102 108 La Lobera 181 179 189 171 162 147 M esa Rica 27 33 49 42 40 41 Potrero Grande 22 27 20 17 Rancho Nuevo 259 249 S u b to ta l 1055 995 1184 1108 1297 1257 Total por sexo 2896 2819 3661 3725 3845 3702 4527 4513 4638 4863 Total del Municipio 5715 7386 7547 9040 9501

Fuentes: Memorias de 1869, 1882, 1889; Censos de 1900 y 1910. 97 porcentuales la diferencia sexual se mantuvo en rangos de apenas un medio y un punto.

Si acaso existen explicaciones que no sean las naturales sobre estas desigualdades entre ambos sexos, las causas atribuibles en su momento a la superioridad del índice masculino serían la inestabilidad social de las décadas de 1860 y 1870 y al auge económico del decenio de 1890, estos repuntes provendrían básicamente de una corriente migratoria de lugares cercanos. En contraste la posible razón de la mayor

presencia femenina en la década penúltima del siglo f í a primera de éste estaría en cuestiones meramente económicas que ocasionaron un reflujo de los hombres hacia otros ámbitos. La descripción parece encajar a nivel localidades muy bien para los pueblos y las haciendas pero de ninguna manera para las rancherías que parecen ser

lugares de atracción masculina permanente. En breve puede afirmarse que el municipio de Santa Ana Maya en la composición de hombres y mujeres se mantuvo en equilibrio durante el período de estudio.

En donde percibimos mejor el carácter preindustrial de la población de la subregión de Santa Ana Maya fue en los ritmos de nupcialidad. Un examen del número de los matrimonios realizados en las vicarías de Santa Ana Maya y San Buenaventura

Huacao contenidos en las tablas 10 y 11 muestra la relación establecida entre esta variable y el calendario agrícola. Los registros indican que fueron los ciclos vegetales los

que regularon las celebraciones de casamiento y este modelo nupcial es aplicable a

ambas parroquias. Los meses de diciembre y enero, período de declinación de la

actividad en el campo, y los de abril y mayo, final del estío y de preparación de la tierra

para la siguiente siembra, presentaron casi la mitad de todos los casamientos celebrados

en estas jurisdicciones. En comparación durante los cuatro meses de labores de cuidado Tabla 10. Matrimonios realizados quinquenio/mes. Vicaría de Santa Ana Maya. 1870-1909

Quinquenio Mes 1870-74 1875-79 1880-84 1885-89 1890-94 1895-99 1900-04 1905-09 Totales %

Enero 26 24 39 33 27 43 66 29 287 14.01% Febrero 21 15 11 22 10 11 9 16 115 5.61% Marzo 16 17 18 8 23 20 20 10 132 6.44% Abril 25 23 33 25 18 41 53 40 258 12.59% Mayo 26 35 29 17 23 34 41 43 248 12.10% Junio 23 18 11 20 15 23 22 23 155 7.51% Julio 11 5 13 9 14 13 20 14 99 4.83% Agosto 9 11 17 11 23 11 17 20 119 5.81% Septiembre 9 6 16 12 15 14 15 19 106 5.17% Octubre 17 25 12 18 16 24 28 26 166 8.10% Noviembre 25 18 21 9 16 16 19 15 139 6.78% Diciembre 21 28 33 17 23 32 47 23 224 10.93%

Totales 229 225 253 201 223 282 357 278 2048 100%

FUENTE: Archivo Parroquial de Santa Ana Maya, Mich. Informaciones Matrimoniales Tabla 11. Matrimonios realizados quinquenio/mes. Vicaría de San Buenaventura Huacao. 1860-1909.

Quinquenio Mes 1860-64 1865-69 1870-74 1875-79 1880-84 1885-89 1890-94 1895-99 1900-04 1905-09 Totales %

Enero 13 16 19 31 23 29 45 38 30 40 284 14.32% Febrero 12 16 18 14 35 25 20 23 10 23 196 9.88% Marzo 17 9 14 17 9 19 10 27 19 20 161 8.12% Abril 13 23 13 18 26 27 43 36 22 34 255 12.86% Mayo 16 22 16 29 17 29 27 25 23 22 226 11.40% Junio 11 7 7 18 26 8 15 18 7 12 129 6.50% Julio 4 0 9 9 10 7 11 9 7 9 75 3.78% Agosto 4 3 1 7 11 6 4 6 14 9 65 3.27% Septiembre 14 6 6 7 22 6 10 18 16 17 122 6.15% Octubre 4 8 19 15 13 10 17 20 14 24 144 7.26% Noviembre 6 5 4 19 12 13 ■ 18 30 16 18 141 7.11% Diciembre 12 9 19 14 13 13 22 29 18 35 184 9.28%

Totales 126 124 145 198 217 192 242 279 196 263 1982 100%

FUENTE: Archivo Parroquial de Santa Ana Maya y San Buenaventura Huacao. Informaciones Matrimoniales 100 de las plantas, junio, julio, agosto y septiembre, los índices totales se desploman oscilando en 19.7% para San Buenaventura Huacao y 23.3% en Santa Ana Maya. Por

último un 15% de los contrayentes esperaron casarse hasta el final de este período, durante octubre y noviembre, cuando se recolectaba la producción.

Con relación a la nupcialidad la atención de la cuaresma perteneciente al calendario religioso en las dos vicarías tuvo una desigual obediencia y su importancia es bastante relativa, basta recordar que de febrero a abril, meses en los que se conmemora, es período de estío y las labores agrícolas son limitadas. Atención y respeto parecen advertirse en la parroquia de Santa Ana Maya durante esta festividad cristiana con un

índice de apenas un 12% de los matrimonios totales que contrastan con los dos meses previos y subsecuentes a esta celebración. El registro de matrimonios en San

Buenaventura Huacao en cambio indica que en estos meses sí se presenta una disminución pero no es tan drástica.

La revisión de la estructura por edades también puede ayudar para precisar el carácter de la población de la subregión de Santa Ana Maya, en este caso únicamente disponemos al respecto de los datos sobre la edad que ofrece el censo de 1900 para la jurisdicción municipal. La utilización de una sola fuente pueda que no represente una limitante decisiva que nos impida establecer el modelo de población vigente para todo el período en cuestión. Wrigley valida esta propuesta al afirmar que durante largos períodos las poblaciones preindustriales permanecían sin grandes cambios. El municipio de

Santa Ana Maya según el conteo de 1900 tenía 9040 habitantes de los cuales 4527 eran hombres y 4513 mujeres. Los resultados del citado censo los presentó en la gráfica 5. “29 ! Edad Gráfica 5. Pirámide de edad y sexo. Mpio. de Santa Ana Maya, Ana Santa de Mpio. sexo. y edad de Pirámide 5. Gráfica ih ñ 1900 Año Mich. Registros □ MUJERES MUJERES □ . HOMBRES 7. o 102 Una lectura de la composición demográfica de la pirámide muestra una base extensa de la población con edades de un día a 15 años, el primer escalón destaca por sus dimensiones. Las gradas a partir de los 15 y hasta los 40 años ascienden y se presentan con menores diferencias, después de allí trepan de manera bastante pronunciada y precipitada a los 100. La revisión de las barras para ambos sexos despiertan serias suspicacias o interrogantes sobre la fiabilidad del censo, para los hombres en la parte superior de eje y para las mujeres en la parte media al presentar según el caso amplitud o reducción en los segmentos representados.

La importancia de la gráfica reside en hacer una división económica de la sociedad del municipio de Santa Ana Maya en tres secciones que pretenden clasificar a la población entre personas productoras y dependientes. La primera comprende la base integrada por la población con edad de un día y 15 años, la segunda construida entre los

16 y los 60 años y la última a partir de aquí y hasta el final de la columna. Los resultados muestran que un poco más la mitad de la población produce la riqueza y sostiene a la otra mitad improductiva.

El análisis de las características demográficas en la subregión de Santa Ana Maya entre 1868 y 1910 es compleja percibiéndose que la economía y la sociedad están ajustadas a un dinámica local más que macroregional. Al parecer todo indica que la demografía fue la variable principal y que es la mejor imagen para entender el ámbito natural y económico como factores secundarios. 103

CAPITULO III

ESTRUCTURA DE LA TIERRA

"Se va una generación y viene otra, pero ia tierra permanece siempre" Eclesiastés 1,4

1. EVOLUCION HISTORICA AGRARIA

Antecedentes coloniales. Siglo XVI

Durante el siglo XVI el área de Santa Ana Maya formó parte de la encomienda de

Cuitzeo, entregada en 1524 a Gonzalo López. Tres décadas después, a la muerte del beneficiario, la zona pasó a ser tributaria de la Corona.1 Entre 1545 y 1579 se registró en esta zona dos momentos de una disminución impresionante de la población.2 Lugares como Huacao hacia 1595 se encontraban despoblados.3 La situación obligó a la Corona a reubicar a la población sobreviviente y Santa Ana Maya se convirtió en centro de congregación en 1593 y en 1599-1604 45 Huacao parece repoblarse nuevamente por mandamiento real a principios del siglo XVII.

1 ESCOBAR, 1984, pp. 228-236.

2 OCHOA Y SANCHEZ (editores), 1985, p. 49.

3 Archivo General la Nación (en adelante AGN), Mapas y planos, 1826.

4 GERHARD, 1986, p. 101.

5 JARAMILLO, 1991, Apéndice N° 3, pp. 307-308. 104 La concesión de mercedes en Santa Ana Maya, generalmente sitios de ganado menor y caballerías, se comienzan a otorgar a partir de la década de 1580, etapa de un marcado descenso de la población indígena debido también a la migración hacia el Bajío.6

El número de dotaciones se incrementó a partir de 1590, para ir disminuyendo y terminar por 1620. Los beneficiarios fueron españoles, indios principales de Cuitzeo y Santa Ana

Maya y la comunidad indígena de Cuitzeo.7 Estas entregas parecen obedecer al interés oficial por expandir y reforzar el poblamiento hacia El Bajío, impulsar la utilización del suelo y apoyar y desarrollar las actividades agrícolas y pecuarias.8

Siglo XVII

Al finalizar el primer cuarto del siglo XVII casi todas las mercedes citadas del área de Santa Ana Maya habían sido transferidas por obra pía, donación y venta al convento agustino de Santa María Magdalena de Cuitzeo, fundado en 1550.9 Un listado incompleto de los bienes rústicos pertenecientes a dicho convento en el corregimiento de Cuitzeo, comenzado a redactar desde finales del siglo XVI y terminado en 1634, numeró al menos

"en términos de Maya" cuatro sitios de ganado menor y siete caballerías.10

6 GERHARD, 1986, p. 101.

7 AGN, Mercedes, varios volúmenes; Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Michoacán (en adelante AHPJEM), Civil, Sala 1a, Morelia, año 1866.

BARONI BOISSONAS, 1990, pp. 113-114.

AHPJEM, Civil, 1856; Archivo de Notarías de Morelia (en adelante ANM), Protocolos, Arratia, 1783, vol. ^ O Q Q .Q H Q 161; JARAMILLO, 1991, Apéndice N° 3, p p . £ - o» C/“ W V w .

10 JARAMILLO, 1991, Apéndice N° 3, pp. 300-301. 105 Siglo XVIII

En 1716, debido a la indagación en materia de composición de tierras efectuada por el alcalde mayor de Cuitzeo, el funcionario encontró que, en su jurisdicción no existían espacios realengos. En este informe se advierte la falta de propietarios privados y un dominio del 84% de la propiedad rústica en manos de los conventos agustinos de Cuitzeo,

Valladolid y Copándaro. El primero destaca por disponer de alrededor del 52% de la totalidad. El restante 16% correspondía a los indios de Cuitzeo y de Copándaro. En las inmediaciones del tenientazgo de Santa Ana Maya los frailes controlaban el 76% de la tierra y el 14% restante pertenecía a los naturales de Cuitzeo. Las comunidades de Santa

Ana Maya y Huacao solo tenían "sus tierras de pueblo", lo que equivale decir solo su fundo legal.11

Al sur del Bajío la Orden agustina de San Nicolás de Tolentino también contó con extensas y ricas posesiones agrícolas. Una investigación realizada por la mitra de

Valladolid en 1736 y actualizada en el año de 1766 reveló que, los conventos de

Valladolid, Cuitzeo, Copándaro y Chucándiro, poseían en conjunto en la jurisdicción de

Cuitzeo, más de siete haciendas y 19 ranchos. Aunado a estas propiedades la provincia tenía 12 haciendas y 16 ranchos colindantes, en la demarcación de Celaya, pertenecientes a sus parroquias de Yuririapúndaro y Ucareo.12

En febrero de 1753 la Corona española emitió una cédula disponiendo la transferencia de las parroquias administradas por los regulares a favor del clero secular.

La secularización contempló también la expropiación de los bienes rústicos. La provincia

11 ANM, Tierras y Aguas, leg. 4, t. 2, exp. 59.

12 MAZIN, 1987, Apéndice III, pp. 252-253. 106 de San Nicolás de Tolentino de Michoacán ofreció una enérgica defensa de sus conventos y haciendas. Sin embargo, entre 1755 y 1802, 27 doctrinas agustinas fueron secularizadas, pero los esfuerzos tuvieron logros. Cuitzeo y Yuriria, parroquias contiguas y extensas, junto con sus ricas posesiones agrícolas, entre las que destacaba la hacienda de San Nicolás, fueron conservadas. De esta manera los agustinos siguieron conservado en palabras del historiador David Brading un "enclave rico y atractivo en el sur del Bajío".13

La recuperación de la población india de los pueblos de Santa Ana Maya y Huacao, iniciada a partir de la segunda mitad del siglo XVII, ocasionó la demanda de los espacios necesarios por sus habitantes. Las autoridades virreinales parece que intentaron adecuar a las nuevas condiciones demográficas existentes la tenencia de la tierra en el área disponiendo la entrega de tierras. Sin embargo casi todo el suelo tenía propietario y las mercedes entregadas se limitaron a las 600 varas concedidas legalmente a los pueblos.

De esta manera Huacao consiguió su fundo legal hasta finales del siglo XVII.14 Mientras

Santa Ana Maya apenas pudo alcanzar a regularizar su lugar de asiento hacia 1741.15 Un ejemplo de la falta de espacios fue una disposición del virrey en 1694 para entregar a

Huacao un sitio de ganado mayor y otro menor que al parecer se practicó de manera incompleta.16

La situación de precariedad de tierras por las comunidades de indígenas provocó que los conflictos agrarios comenzaran desde principios del XVII. Al principio, los terrenos

13 BRADING, 1994, pp. 77-91.

14 AGN, Tierras, vol. 159, exp. 10.

15 AGN, Mercedes, vo¡. 74, f. 97v.

16 AGN, Indios, vol. 32, exp. 209. 107 desocupados por los traslados de población a sitios de congregación fueron denunciados como disponibles. Así, al moverse los habitantes de Huacao a Santa Ana Maya en la década de 1590 las tierras del último pueblo fueron solicitadas por un particular.17

Posteriormente durante el siglo XVII las disputas presentaron un carácter confuso y especulativo. Dificultades interminables enfrentaron a frailes, indios y seglares.18 19 El siglo

XVIII se caracterizó por constantes y ©prolongados litigios al crecer la población indígena de la zona. Los agustinos se enfrentaron a los pueblos de Huacao, Santa Ana Maya y

Cuitzeo y las tres comunidades también tuvieron serios problemas entre ellas. En especial,

Santa Ana Maya y Huacao resintieron las limitadas posibilidades de acceso a la tierra al resultar insuficientes las poseídas, frente al crecimiento demográfico que experimentaron.

Los pleitos por las estancias de Cuiritzeo y Chamo serían ejemplo de la agudización de las contradicciones entre las variables demográficas y económicas en una zona de abierta

19 penetración capitalista en el siglo XVIII.

La práctica agustina de acumular bienes rústicos también contrastó con la preservación de lo reunido. La orden en contadas ocasiones accedió a vender sus tierras y solo por causa de extrema necesidad.20 Sin embargo al ser aplicada la secularización en el último tercio del siglo XVIII, las propiedades expropiadas de los agustinos fueron lanzadas al mercado.21 En el caso de sus tierras en Santa Ana Maya, el convento de

17 JARAMILLO, 1991, Apéndice 3, pp. 307-309.

18 Existen antecedentes de estas desavenencias en AHPJEM.

19 AGN, Tierras, varios volúmenes.

20 MORENO, 1985, pp. 30-34.

21 SOLIS, 1985. 108 Santa María de Gracia de Valladolid, vendió en 1783 varios sitios de ganado mayor y menor conocidos como El Zapote y El Moral.22 Esta transacción significó la aparición de un propietario privado en el área, otra vez, desde hacia más de 150 años. Por tanto, el mismo carácter corporativo de la propiedad en Santa Ana Maya, eclesiástica y comunitaria, amortizó la tierra impidiendo su movilidad.

En toda la jurisdicción del partido de Cuitzeo los frailes agustinos siguieron conservando y aumentando sus bienes rústicos después del proceso de secularización.

Varias propiedades pertenecientes a las doctrinas agustinas segregadas, la provincia las declaró pertenecientes a esta parroquia y evadió de esta manera su expropiación. Un ejemplo es la hacienda de Chucándiro transferida a la parroquia de Cuitzeo cuando aquella, de igual nombre, fue secularizada en 1785. Una estimación realizada en 1849 le registró en ese entonces a este convento tres haciendas y 10 ranchos valorados en

87,700 pesos pero un recuento más detallado del año 1856 enlistó tres haciendas y 17 ranchos.23

Los frailes también participaron en el manejo y provecho de las tierras indígenas en la jurisdicción de Cuitzeo desde la colonia. Muchas de las mercedes concedidas en los inicios del período colonial a los indígenas de Cuitzeo fueron para el servicio de su hospital. Con la declinación de la población en el siglo XVII y la desaparición de la institución hospitalaria el producto de las propiedades fue cambiando a un destino religioso. A finales del siglo XVIII el convento agustino tenía el control y usufructo de bastantes tierras pertenecientes a las comunidades de indígenas de su parroquia. Así

22 ANM, Protocolos, Arratía, 1783, vol. 161, f. 33-40.

23 PIQUERO, 1849, p. 139; AHPJEM, Civil, 1856, Exp. 10. 109 durante el siglo XIX la condición previa se modifica y presenta conflictos de carácter diferente a los del siglo anterior. Se inicia el reclamo de las tierras por los indígenas y la defensa por el convento de Cuitzeo. Las décadas entre 1830 y 1850 son de permanente litigio en los tribunales por ambas partes y de ocupación ilegal campesina de los terrenos.24

Siglo XIX. Primera mitad

La primera mitad del siglo XIX es de conflictos, permanencias y cambios de la propiedad rústica en Santa Ana Maya.

Los agustinos siguieron conservando sus propiedades de Tayo y Potzundareo sin modificaciones. Tenían la mitad de Chamo que era reclamada por los indígenas de Santa

Ana Maya, Cuitzeo y Huacao. Además de usufructuar mediante el cobro del arriendo las tierras de Cuiritzeo, bajo el argumento de ser una obra pía, también disputadas por las tres comunidades.25

Las corporaciones campesinas siguieron en la incertidumbre jurídica de sus tierras.

Cuitzeo, Santa Ana Maya y Huacao, reinician desde la década de 1830 sus alegatos sobre

Cuiritzeo, viejo litigio que había comenzado desde finales del siglo XVII y en el que ahora también participaban los agustinos, beneficiarios de la renta de la propiedad. Sin embargo, la ocupación ilegal de esta propiedad fue constante y resultó en fuertes tensiones entre las comunidades. En 1838 Santa Ana Maya recibió la resolución legal de la otra mitad de

24 Archivo Histórico Municipal de Morelia (en adelante AHMM), Tierras de comunidad, varios años; AHPJEM, Civil, Sala I a, 1856, varios expedientes.

25 AHPJEM, Civil, Sala 1a, 1856, varios expedientes. 110 Chamo, disposición que confirmó la ocupación que los campesinos ya tenían.26 Esta situación de incertidumbre de la tenencia de la tierra provocó una inestabilidad social que afectó a propietarios privados de los alrededores, en especial con los del pueblo de

Irámuco, perteneciente al distrito de Acámbaro, creándose de manera simultánea un serio problema jurisdiccional entre los estados de Michoacán y Guanajuato.27 La controversia por Cuitzeo se prolongó y finalizó hasta 1862 al dividirse la propiedad en dos partes, desiguales en extensión, entre las comunidades de Santa Ana Maya y Cuitzeo.28

A la inestable situación legal de algunas de las propiedades de las comunidades campesinas, de manera paralela otras que les pertenecían, transformaron la naturaleza de su tenencia. En 1822 al realizar un inventario de los bienes pertenecientes a las comunidades indígenas de Michoacán, Juan José Martínez de Legarza, integrante de la

Diputación Provincial de Michoacán, registró varios bienes a favor de los indios del partido de Cuitzeo, destacando El Carrizal perteneciente a los naturales de dicho pueblo, la propiedad estaba localizada en las inmediaciones de Santa Ana Maya.29 En Michoacán, la promoción de la individualización de las tierras de las comunidades campesinas durante el siglo XIX antecedió las iniciativas federales de mediados de siglo. Hacia 1827, el gobernador del estado emitió una ley ordenando el reparto de las tierras comunales entre las familias integrantes.30 Los campesinos de Cuitzeo cumplen la disposición en junio de

26 AHMM, Tierras de comunidad, Caja 96.

27 BENITEZ, 1839.

28 AHPJEM, Civil, Sala 1a, 1838.

28 MARTINEZ DE LEGARZA, 1974, tabla Nb 7.

30 COROMINA, 1886, t. II, pp. 61-62. Ill 1829 fraccionando El Carrizal en multitud de lotes que se reparten entre ellos.31 En las siguientes décadas estas "suertes", denominadas de esta forma los lotes repartidos, entraron a una dinámica acelerada de intercambio en la que los nuevos adquirientes, posiblemente emigrantes de zonas cercanas situadas al norte y antiguos arrendatarios de estas tierras, fueron supliendo a los primitivos propietarios indios.32 33 Este es el primer espacio de carácter corporativo grande que se abre al mercado de tierras y que es el origen de una infinidad de pequeños propietarios en el área.

La aparición de otro grupo de pequeños terratenientes con propiedades al norte del pueblo de Santa Ana Maya también tuvo su origen en los bienes rústicos de los indígenas.

Los prolongados y costosos litigios judiciales por la posesión de la tierra se reiniciaron a partir de la década de 1830 y obligaron a los campesinos de Santa Ana Maya a vender tierras en el lugar conocido como La Loma. Los compradores fueron vecinos del pueblo que habían establecido contratos de arrendamiento sobre terrenos de la comunidad. Los predios vendidos, de extensiones regulares, fueron adquiridos por unos cuantos individuos que siguieron comprando, según las necesidades económicas de la comunidad, en las siguientes décadas. 33

Finalmente, las ventas de El Moral y Los Zapotes, realizadas en 1783 por los agustinos de Valladolid, mantuvieron cierta estabilidad en manos de sus propietarios particulares pues es posible que hasta mediados del siglo XIX una sola vez hayan cambiado de manos cuando fueron vendidos de forma separada. La familia Roaro había

31 ANM, Protocolos, León, 1871-72 y 1873-74; Pérez, 1862-1867, f. 11 v.

32 ANM, Protocolos, León, 1873-1874, ff. 296V-303.

33 ANM, Protocolos, León, 1879; González, 1873-1874; Gutiérrez, 1910; Apéndices, Gutiérrez, 1909. 112 adquirido El Moral y Los Zapotes tenía como propietaria a María de la Luz Núñez. La gran propiedad privada manifestó tener permanencia en contraste con la gran movilidad de la tenencia de la tierra que comienza a manifestarse a partir de la década de 1830 en las propiedades comunitarias de los campesinos y posteriormente en las del clero.

2. MOVILIZACION DE LA PROPIEDAD CORPORATIVA. 1856-1866

La imagen de la propiedad rústica en 1855 en las inmediaciones de la tenencia de

Santa Ana Maya presentó una distribución heterogénea y compleja. La tierra estaba distribuida en cuatro tipos de propietarios: los frailes agustinos de Cuitzeo; las comunidades campesinas de Cuitzeo, Santa Ana Maya y Huacao; un gran poseedor individual; y una infinidad de pequeños terratenientes. La falta de espacios vacíos muestra una completa ocupación territorial. La superficie rústica que puedo someter a revisión es de 7083 hectáreas y que de manera coincidente se aproxima a la que hasta hace no mucho tiempo se encontraba inscrita en el Registro de la Propiedad Rural de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. El examen que a continuación se realizara será de acuerdo con el tipo de propietario.

Los agustinos tenían tres propiedades conocidas como Potzundareo, Tayo y la mitad de Chamo. Cuiritzeo, en litigio entre los frailes e indios de Cuitzeo y de Santa Ana

Maya, estaba ocupado por estos últimos. Los de Huacao tenían tierras alrededor de su pueblo. María de la Luz Núñez era propietaria de Los Zapotes y numerosos dueños ocupaban los predios llamados Potrero Grande, La Loma y El Carrizal (tabla 12).

Los agustinos de Cuitzeo poseían 2056 hectáreas. La comunidad de Santa Ana

Maya tenía la propiedad de 417 hectáreas y el dominio de 1642 litigadas contra los Tabla 12. Situación de la propiedad rústica. Subregión de Santa Ana Maya. 1856

TIPO DE PROPIEDAD PROPIETARIO PROPIEDAD SUPERFICIE [Ha.] FUENTE

Propiedad particular María de la Luz Núñez Los Zapotes 1798 ANM. mo. ape. 1908

Propiedad corporada Convento agustino de Cuitzeo Potzundareo 689 ANM. pa. pro. 1906 Tayo 872 ANM. fpg. ape. 1920

Chamo 495 ANM. fpg. ape. 1920

Comunidad Campesina de Cuiritzeo 1642 APJM. 1o Civil. 1866; ASRA. Exp. 29, 399, 702 Santa Ana Maya y Cuitzeo C ham o 417 ANM. mlc. pro. 1900

Comunidad Campesina de Huacao Terrenos 385 Memoria 1889

Pequeña propiedad Zona I Potrero Grande 58 ANM. al. pro. 1879

Zona II El Carrizal 599 Memoria 1889

Z ona III La Lom a 128 Memoria 1889

TOTAL 5285 114 indígenas y los religiosos de Cuitzeo. Los indios de Huacao disfrutaban de 385 has. de terrenos alrededor de su pueblo. María de la Luz Núñez era la dueña de 1798 has. que median Los Zapotes. Y en tres zonas distintas estaban localizados una multitud de pequeños propietarios con una extensión de 785 hectáreas.

La estimación porcentual de las 7083 hectáreas registradas para la propiedad rústica en las inmediaciones de Santa Ana Maya según el tipo de propietario presenta los

índices siguientes: un 29% correspondía a una corporación religiosa; la tenencia comunitaria campesina era del 34%; un 11% estaba fraccionado en una diversidad de pequeños propietarios y una gran propiedad controlaba el restante 25%. Así, la combinación de la propiedad del clero regular y campesina suma un 63% de la tierra estudiada que, por el carácter corporativo de estas instituciones tenía siglos que se encontraba al margen, al menos legal, de la dinámica del mercado de bienes, pero no del

ámbito capitalista. Mientras el restante 37% estaba en constante movilidad debido a las variables económicas y a la suerte de los individuos.

La distribución geográfica de la propiedad rústica muestra una ocupación de las tierras corporativas religiosas y comunales al oriente y al poniente del pueblo de Santa

Ana Maya, mientras enmedio de la zona la gran propiedad de Los Zapotes y a los márgenes de ésta tres áreas de diversas dimensiones eran asiento de pequeños propietarios (plano 5). Haciendo lindero con las propiedades citadas en los limites administrativos estatales de Michoacán y Guanajuato la tierra muestra el mismo patrón de propietarios. Los agustinos de Cuitzeo tenían la propiedad de El Derramadero. Los indios del Aguacate eran dueños del sitio del mismo nombre. San Nicolás y El Moral eran grandes propiedades privadas e Irámuco y Zirándaro, antiguas unidades territoriales, PLANO 5. Distribución de la propiedad rustica en la subregión de Santa Ana Maya. 1855 116 estaban muy fraccionadas. Conforme se acerca uno al pueblo de Cuitzeo, por las márgenes de la laguna, el territorio era dominio agustino.

El aspecto descrito de la tenencia de la tierra en Santa Ana Maya comenzó a modificarse en 1856. A partir de esta fecha puede establecerse un corte que se prolongó hasta diez años después. La naturaleza corporativa de la tenencia de la tierra legalmente desaparece como consecuencia de la legislación liberal y las propiedades de los agustinos pasan a comercializarse. Al igual, las comunidades campesinas, se desintegraron de manera simultánea a la venta de sus tierras y a la individualización de sus bienes restantes. Así más del 60% de la tierra del área del Santa Ana Maya cambió de carácter y de propietario en este período.

Desamortización de los bienes corporativos eclesiásticos

En 1856 es posible que el convento agustino de Cuitzeo haya sido el poseedor del mayor número de valiosas propiedades rústicas de la provincia de San Nicolás Tolentino de Michoacán, aun por encima de la casa provincial de Morelia. En conjunto eran 17 ranchos y 3 haciendas.34 Todas las fincas pertenecientes a estos frailes estaban en la jurisdicción de Cuitzeo y representaban la mayoría de las tierras disponibles allí. La importante presencia agraria que tenían sobre esta área se extendió además al dominio y control de algunas propiedades de las comunidades campesinas. Los mismos propietarios privados se encontraban en relaciones de dependencia con los religiosos. La influencia de los frailes también se prolongó a otros ámbitos de la economía como la producción, el comercio y el crédito. Esta situación se había conformado desde la época

34 AHPJEM. Civil, Sala 1a, 1856, exp. N° 10. 117 colonial.

En el contexto del proceso de desamortización, los hechos parecen confirmar parcialmente la afirmación de Jan Bazant respecto a la actitud de disposición de los agustinos de Michoacán de aceptar y acatar la ley del 25 de junio de 1856.35 Mientras otros conventos de la Orden sí vendieron sus bienes según lo dispuesto, los frailes de

Cuitzeo pretendieron evadirse de la disposición efectuando ventas simuladas y escondiendo sus propiedades. Los contratos realizados de manera ficticia ocasionaron la apropiación posterior del bien por el beneficiario o se regresó como se había convenido.

El ocultamiento de los inmuebles también tuvo resultados contrarios pues algunos se nacionalizaron de acuerdo a la ley de 1859 y otros se siguieron encubriendo hasta finales de siglo.36

En la subregión de Santa Ana Maya el convento de Cuitzeo vendió a Vicente

Estrada, el arrendatario de las propiedades, el 6 de octubre de 1856 Chamo y

Potzundareo, el contrato fue "a reconocer", es decir sin recibir dinero a cambio en ese momento.37 El supuesto comprador, probablemente después de la nacionalización, pagó las dos propiedades en la oficina de Hacienda de ese lugar.38 La propiedad de Tayo los agustinos también la "vendieron" a Mariana de Sánchez, vecina del pueblo de Cuitzeo y

35 BAZANT, 1995, p. 136; RIVERA, 1996, p. 86.

36 Ejemplos de ventas disimuladas y de contratos "a reconocer" en: SANCHEZ, 1989, p. 62 y CORONA, 1979, p. 87; de devolución de las propiedades en: ANM, Protocolos, Valdovinos, 1862-63, f. 224; y de ocultamiento en: NAVARRETE, 1978, v. II, p. 83.

37 Vicente Estrada en 1856 se le nombró subprefecto de las jurisdicción de Cuitzeo, había sido apoderado de los indígenas de Cuitzeo en 1842. AHMM, Suprefectura de Cuitzeo, 1856, libro 44, f. s/n; AHPJEM, Civil, Sala 1a, 1838, leg. 1.

38 ANM, Protocolos, Valdovinos, 1866-67, f. 131 v; 1868-1869, f. 310v. 118 probable hermana de un fraile del convento, pero la compradora regresó el inmueble.

Antonio Homobono Cortés, vecino de Indapárapeo, en febrero de 1863 denunció esta situación ante las autoridades de la Hacienda Federal quien le hizo la adjudicación respectiva del bien, de acuerdo con lo dispuesto por la ley de nacionalización.39

Desamortización de los bienes corporativos campesinos

Durante el siglo XIX en Michoacán los intentos de desamortizar e individualizar las tierras pertenecientes a las comunidades campesinas parece que se debieron más a la legislación estatal que a la federal.40 En 1827, 1851 y 1902, el congreso local expidió tres leyes con el propósito de desaparecer el carácter corporativo de las propiedades campesinas.41 Hasta el momento, todos los historiadores han considerado que las dos primeras leyes no tuvieron aplicación y no habían logrado la circulación de la propiedad, sin embargo, el caso de la comunidad de Cuitzeo contradice esta postura. Recordemos que en 1829 los indígenas de ese lugar se dividieron y repartieron en lotes las tierras de

El Carrizal y que a principios de 1850 hicieron lo mismo en otras propiedades según lo dispuesto en la ley de 1851, aunque sin apegarse a las formalidades establecidas 42

También existen indicios documentales que muestran que las corporaciones indias, con

39 Antonio Homobono Cortés fue administrador general del Diezmatorio de Cuitzeo entre 1853-1859, arrendatario de Chamo perteneciente a los indígenas de Santa Ana Maya, en 1857 denunció y se le adjudicó la hacienda de Huandácareo, propiedad del convento agustino. Archivo Histórico Manuel Castañeda Ramírez (en adelante AHMCR), Diezmatorios, cajas 1386 y 1387; ANM, Protocolos, Pérez, 1866-1867, f. 259); Valdovinos, 1862-63, f. 224.

40 Robert J. Knowlton propone esta tesis, pero solo a partir de 1868. KNOWLTON, 1990, passim.

41 COROMiNA, 1824-1912.

42 ANM, Protocolos, León, 1871-72 y 1873-74; AHPJEM. Civil, Sala 1a, 1856, 1° Civil, N° 10. 119 anterioridad a 1856, fueron vendiendo jurídicamente algunos bienes, lo que prueba que ya no estaban legalmente amortizadas y libremente circulaban. Por ejemplo debido a una

serie de gastos realizados por la comunidad campesina de Santa Ana Maya,

principalmente en disputas agrarias, la obligaron en 1838 a vender en 40 pesos un solar

urbano en el centro del pueblo e hicieran lo mismo con un terreno de "pan llevar" en 400

pesos. 43

El objetivo de las leyes estatales de 1827 y 1851 fue básicamente el de repartir los

bienes de las comunidades campesinas para convertirlos en pequeños propietarios, en

contraste, la ley federal de 1856 estableció la entrega de las propiedades a los

arrendatarios de estas o su venta a un postor.4344 Los registros localizados en archivos de

Michoacán muestran la aplicación de ambas medidas en la década de 1860, aunque la

magnitud del resultado se ignore. A partir de 1869 la decisión de repartir las tierras de los

pueblos fue impulsada y desarrollada por iniciativa estatal, pareciendo ser ante todo una

continuación de los proyectos precedentes de desamortización locales.

A principios de 1860, los campesinos en el área de Santa Ana Maya seguían

conservando en comunidad sus tierras. Las corporaciones de labriegos con bienes eran

Cuitzeo, Santa Ana Maya y Huacao. La ley federal de demortización de 1856 seguía sin

aplicarse en el lugar. La inestabilidad política y social en México y los litigios agrarios

locales entre las comunidades fueron factores que impidieron el reparto individual de las

tierras. Terminada la guerra en el país la añeja disputa por Cuiritzeo, entre los indígenas

de Cuitzeo, Santa Ana Maya y Huacao se solucionó, en noviembre de 1862 el Tribunal de

43 ANM, Protocolos, Valdovinos, 1838, f. 75 y 337.

44 GARCIA AVILA, 1992, pp. 49-59. 120 Justicia de Michoacán resolvió dividir en dos partes de desigual tamaño la propiedad entre

Cuitzeo y Santa Ana Maya.45

Sin embargo las controversias judiciales por la propiedad de Cuiritzeo entre las comunidades indígenas de Cuitzeo y Santa Ana Maya precisó de gastos constantes que fueron creando deudas. Por ejemplo, en 1840 después de saldar parte del débito al juez y escribanos encargados de la causa en Morelia, la comunidad de Santa Ana Maya resultó adeudarles todavía 191 pesos y 5 reales, además de 50 fanegas de maíz.46 Lo anterior es solo un elemento que indica la naturaleza, en los años siguientes, de una secuencia de obligaciones económicas y ventas de tierras para saldarlas. Cuando el pleito se arregló, a finales de 1862, resultó que la comunidad de Santa Ana Maya debía 2400 pesos a

Benigno Pérez Gil, vecino de Morelia y antiguo arrendatario de Cuiritzeo47. El empréstito había sido concedido por el señor Pérez Gil condicionándolo a la venta de la propiedad en caso de fallarse a favor de sus deudores.48 Resuelto el juicio los comuneros en febrero de 1863 cumplen la condición y obligados venden al acreedor la parte que les correspondió de Cuiritzeo en 6150 pesos, en ese momento la deuda superaba los 3000 pesos con el comprador.49 Una posterior revaluación realizada en septiembre de 1865, debida a la inconformidad de los campesinos, estableció el precio de 9483 pesos,

45 AHPJEM, Civil, Sala 1a, Morelia, 1838, leg. 1, exp. 10; ANM, Protocolos, Valdovinos, 1866, f. 114v.

46 ANM, Protocolos, García, 1839-1840, f. 118v.

47 Benigno Pérez Gil fue arrendatario en Santa Ana Maya desde la década de 1840, rentaba tierras de propiedad indígena y privada, los volúmenes diezmados por él fueron de los más altos de este lugar correpondiente al Diezmatorio de Cuitzeo. En Morelia fue administrador de la alhóndíga y del pósito: AHMCR, Diezmatorios, Caja 1386, 1397 y 1388; AHMM, 1856, Caja 215-11, leg. 247.

48 ANM, Protocolos, Pérez, 1862-1863, f.‘ l68.

49 ANM, Protocolos, Pérez, 1862-1863, f. 35v. 121 cubriendo Pérez Gil la diferencia.50 Parecida situación aconteció con la comunidad de

Cuitzeo. El juicio por Cuiritzeo endeudo a los indígenas con Antonio Homobono Cortés, vecino de Indapárapeo, el servicio recibido un año después del arreglo fue recompensado

al practicarse una permuta por tierras que el señor Cortés tenía en las cercanías del

pueblo de Cuitzeo, la transacción pareció convenir a los campesinos pues Cuiritzeo estaba

alejado 10 kilómetros, a través de laguna en línea recta hasta su pueblo.51 A partir de ese

momento solo las comunidades de Santa Ana Maya y Huacao siguieron contando con

propiedades en esta zona.

Entre tanto los miembros de Santa Ana Maya disputaban a los de Cuitzeo la

propiedad sobre Cuiritzeo, desde noviembre de 1857 establecieron contrato de arrendar

Chamo por 9 años a Antonio Homobono Cortés. Al poco tiempo el arrendatario violó el

acuerdo negándose a cumplir el pago anual de la renta y alegando la adjudicación de

Chamo "por ministerio de ley" según lo estipulado en la ley Lerdo. El conflicto se trasladó

a los tribunales y se prolongó hasta 1865 cuando un juez obligó a Cortés a desocupar la

propiedad. Durante el transcurso de este juicio fue cuando este señor decidió convertirse

en aval financiero de Cuitzeo contra Santa Ana Maya.52 Arreglado el problema el

apoderado de la comunidad convocó la licitación de la propiedad según lo disponía el

artículo 5o de la Ley del 25 de junio de 1856, el único postor que se presentó fue Evaristo

Alvarez, vecino de Acámbaro, llevándose a cabo la venta en julio de 1866 en 6000

50 ANM, Protocolos, Pérez, 1864-1865, f. 140v.

51 ANM, Protocolos, Escobar, 1860-1863, f. 402.

52 AHPJEM, Civil, Sala 1a, 1865, leg. 1. 122 pesos.53

La aplicación de las medidas legales de 1856 y 1859 en Santa Ana Maya liberaron entre 1856 y 1866 más de 4000 hectáreas de tierra pertenecientes a los agustinos y comunidades de Cuitzeo y Santa Ana Maya. Así, casi el 60% de la propiedad rústica del

área se transfirió al dominio privado. Sin embargo las adjudicaciones realizadas tuvieron como característica la especulación y el oportunismo. Evaristo Alvarez aprovecho la coyuntura existente. Vicente Estrada quizás actuó como prestanombre de los agustinos intentando evadir las medidas legales de 1856 y 1859. En tanto Antonio Homobono Cortés y Benigno Pérez Gil aprovecharon de forma simultánea la legislación y su participación en el contexto local. Los tres efectivamente fueron arrendatarios y cumplieron con el perfil establecido por la ley pero, la actuación de los dos últimos y sus actividades crediticias, comerciales y especulativas que fundamentalmente realizaban y siguieron desarrollando, estaban en sentido contrario a los objetivos de las medidas liberales en el campo.54

La individualización de la tierra en la comunidad campesina de Santa Ana Maya

Desde el México borbónico Santa Ana Maya dejó de ser un pueblo de mayoría indígena pero al interior siguió existiendo un grupo de campesinos que se definía como tal. Parecían dos ámbitos sociales distintos y separados dentro de un mismo espacio. Los supuestos "indios" conformaban una comunidad identificada por el manejo y defensa corporativa de sus bienes rústicos y de manera simultanea a la existencia de

53 ANM, Protocolos, Cano, 1864-1866, f. 58v.

54 Ejemplos de la relación de los arrendatarios con las comunidades campesinas en Michoacán en: BOEHM, 1990, pp. 8-13; SANCHEZ DIAZ, 1988, passim; SANCHEZ RODRIGUEZ, 1992, pp. 91-116. 123 representantes reales en el lugar, ellos tenían su propio órgano de oficiales de república.

Con los ingresos de las tierras arrendadas seguían sosteniendo su hospital, además de destinar el usufructo de solares, potreros y semovientes a su cofradía. La división racial era más ficticia que real.

Los registros parroquiales pertenecientes a la Vicaría de Santa Ana Maya muestran que entre 1751 y 1820 el pueblo tenía altos índices de mestizaje a consecuencia del establecimiento de criollos y castas provenientes del Bajío.55 Numerosas evidencias documentales presentan que ya desde finales del XVII el empleo del castellano estaba muy difundido y es probable que a finales del siglo XVIII el tarasco ya no se utilizara. La misma cofradía del Santísimo, fundada exclusivamente por indios en el siglo XVII, llegó en las postrimerías del siguiente a tener integrantes y mayordomos de otros grupos

étnicos. Las propiedades de los "indígenas" eran cedidas y rentadas sin restricciones y el pueblo crecía sobre los bienes comunales. Ningún conflicto se ha encontrado que demuestre enfrentamientos entre los indios y los otros integrantes del pueblo. Las características descritas más que reflejar a una comunidad indígena pura representa a una corporación agraria de campesinos.

Durante la primera mitad del siglo XIX la comunidad agraria de Santa Ana Maya funcionó con un carácter corporativo con derechos legales, en especial sobre la defensa y administración de Cuiritzeo, que le permitió seguir unida hacia el exterior pero que paradójicamente fue un factor de desintegración. Los gastos de protección y gestión de los bienes rústicos ocasionaron el desgaste de la credibilidad de los apoderados quienes de manera reiterada disponían de los fondos comunes sin claridad. Existen pruebas de

55 Archivo Parroquial de Santa Ana Maya (en adelante APSAM), Administración, Bautizos y Matrimonios. 124 manejos arbitrarios por la elite de la corporación sobre rentas, ventas y divisiones de tierra previas a 1856. Sin embargo, la disputa por Cuiritzeo, continuo siendo un catalizador que diluyo las tensiones internas.

Cuando en febrero de 1863 la comunidad campesina de Santa Ana Maya vendió

Cuiritzeo y en julio de 1866 Chamo, unas 1260 hectáreas, ingresaron por este concepto a sus cajas 15483 pesos, un 40% se repartió entre unos 200 comuneros y el resto se utilizó en cubrir deudas y gastos administrativos.56 Lo único que quedó después por dividirse fueron terrenos dentro y anexos al pueblo, este es el momento cuando se presentaron los factores disruptores internos manifestados en contradicciones por intereses individuales y de grupo.

En mayo de 1866, en plena ocupación francesa, Tomás García, apoderado de la comunidad de Santa Ana Maya, junto con el mayordomo y otros principales, medían solares urbanos y en la periferia del pueblo hasta distribuirlos a 185 individuos. Al parecer este reparto se realizó según lo dispuesto por la ley estatal de 1851. Los lotes adjudicados eran de extensión distinta y reducida, valuados en promedio en 30 pesos. Ejemplo de la división de bienes fue la entrega a Santiago López de un terrenito que medía 18.5 x 92.5 metros y a Laureano López de otro de 20.5 x 20 metros.57 Este reparto fue contrariado casi de inmediato y siempre fue cuestionado en años subsecuentes por otros integrantes que alegaron parcialidad y deshonestidad en su ejecución.

Las propiedades sobrantes, que no eran muchas, parte se las repartieron los

56 AHPJEM, Civil, Sala 1a, Morelia, 1869, exp. c. varias 2, N° 26.

57 AHPJEM, Civil, Sala 1a, Morelia, 1869, exp. c. varias 2, N° 26; Archivo Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán (en adelante AHPEM), Hijuelas, lib. 5, exp. 2110; ANM, Protocolos, León, 1871-1872, f. 445. 125 mismos apoderados y mayordomos, según ellos, "en recompensa a los servicios prestados a la comunidad" y los restantes se otorgaron a supuestos miembros, además de continuarse vendiendo los pocos solares que les quedaban para costear pleitos entre ellos mismos. Hacía 1875 la comunidad agraria de Santa Ana Maya como corporación ya no tenía tierras, aunque como institución siguió siendo utilizada por grupos de campesinos para demandar y solicitar los espacios necesarios para vivir.58 En síntesis, la unidad de la comunidad de Santa Ana Maya dependió en gran medida mientras la tierra tuvo una pertenencia común, a pesar de que su estructura socioeconómica tenía un proceso avanzado de desarticulación hacia mediados del siglo XIX, cuando desapareció el control comunitario sobre los bienes la institución perdió el fundamento de su existencia.

3. CAMBIO Y ESTABILIDAD DE LA TENENCIA DE LA TIERRA. 1867-

1888

Este período se caracterizó por un comercio intenso de la propiedad rústica en la subregión de Santa Ana Maya. Las transacciones son numerosas y diversas. Hay cambios

pero también estabilidad. La gran propiedad privada se conforma, expande y afianza.

Simultáneamente existe un intenso comercio en la pequeña propiedad, presentando

procesos de acumulación y dispersión. Sin embargo los grandes propietarios

prácticamente no absorben los espacios de los pequeños propietarios. Los terratenientes

más grandes, de forma directa o colateral, su origen es la desamortización de la propiedad

corporativa. En contraste, la procedencia de los pequeños y medianos propietarios es

58 AHPEM, Hijuelas, lib. 5, exp. 2110, f. 23-45; lib. 4, exp. Reparto de tierras a los indígenas de Santa Ana Maya. Año 1903, f. 92-172. 126 diversa y se remonta al primer cuarto del siglo, sus tierras se localizan en espacios que con anterioridad pertenecían a las comunidades campesinas. El campo no solo experimenta los cambios jurídicos de la propiedad, en especial la estructura económica local es profundamente alterada.

La conformación de la gran propiedad particular

La gran propiedad individual en Santa Ana Maya tuvo su origen en la desamortización de los bienes del clero y de las comunidades campesinas. La única excepción fue el extenso dominio conocido como Los Zapotes, cuya integración se inició desde finales del siglo XVIII. Todas las demás tuvieron un período formativo que inició en

1856 y se extendió hasta 1888. En este lapso de tiempo cinco familias: Núñez, Pizano,

Pérez Gil, Alvarez y Orduña, fueron adquiriendo tierra hasta llegar a controlar unas 7889 hectáreas, aproximadamente el 85% de la toda la propiedad rústica analizada. A continuación presentaré a cada propietario según la formación y desenvolvimiento de sus bienes.

Empezaré con la propiedad de Los Zapotes perteneciente a María de la Luz y

María Anacleta Núñez, tierras que tuvieron un origen anterior a 1856 y que no hnanifestaron en más de 60 años modificación territorial alguna. A continuación seguirán

las familia Pizano y Benigno Pérez Gil, propietarios de Potzundareo y San Nicolás

Cuiritzeo respectivamente, bienes estos sí provenientes de la Ley Lerdo y que se distinguieron también por conservarse sin cambios hasta bien entrado el siglo XX.

Finalmente aparecen Evaristo Alvarez y Bruno Orduña, los terratenientes más dinámicos del área, indirectamente beneficiados por la ley de desamortización y con bienes rústicos 127 en constante crecimiento (tabla 13).

María de la Luz Núñez adquirió Los Zapotes con anterioridad a 1850. La compradora, originaria de Salvatierra, declaró posteriormente que el dinero provino de "mí trabajo personal á excepción de seiscientos pesos que heredé en muebles de mis padres".59 La propiedad tenía una extensión de 1798 hectáreas.60 La señora Núñez, turnó su residencia entre Morelia y su propiedad, nunca contrajo nupcias y no tuvo descendientes directos. Cuando muere en 1871 legó Los Zapotes y algunos bienes urbanos a María Anacleta Núñez, su sobrina y ahijada.61 La heredera, nacida en

Salvatierra, llegó a Santa Ana Maya durante su niñez. Contrajo matrimonio en dos ocasiones, con Ramón García y Antonio Paniagua, ambos del lugar, uniones de las que surgieron siete hijos.62 Por espacio de 35 años la propietaria mantuvo sin modificaciones territoriales Los Zapotes, a pesar de estar sometida a fuertes presiones económicas resultado de un juicio hereditario, adeudos fiscales, deficiencias administrativas y derroche familiar.63

Vicente Estrada compró Potzundareo a los agustinos de Cuitzeo en 1856 pero el precio de 2800 pesos se pagó después a la recaudaría de Hacienda cuando los bienes de la iglesia se nacionalizaron.64 La extensión de la propiedad era de 689 hectáreas y en

59 ANM, Protocolos, García, 1862-1869, f. 441.

60 ANM, Apéndices, Ortega, 1908.

61 ANM, Protocolos, García, 1862-1869, f. 441.

62 APSAM, Administración, Matrimonios; Archivo Parroquial de San Buenaventura Huacao (en adelante APSBH), Administración, Matrimonios.

63 ANM, Protocolos, Diversos notarios; AHk JEM, Civii, Saia 2a, 1871, interdictos.

64 ANM, Protocolos, Valdovinos, 1866-1867, f. 131 v; 1868-1869, f. 31 Ov. Tabla 13. Formación y trayectoria de la gran propiedad. Subregión de Santa Ana Maya. 1856-1888

PROPIEDAD 1er DUEÑO AÑO 2° DUEÑO AÑO 3er DUEÑO AÑO 4to DUEÑO AÑO 5to DUEÑO

Los Zapotes María de la Luz Núñez 1871 María Anacleta Núñez

Potzundareo Agustinos Cuitzeo 1856 Vicente Estrada 1869 Vicente Pizano

Cuiritzeo (mitad) Comunidad Campesina 1863 Benigno Pérez Gil de Santa Ana Maya

Cuiritzeo (mitad) Comunidad de Cuitzeo 1866 Antonio Homobono Cortés 1866 Evaristo Alvarez Chamo (mitad) Comunidad Campesina 1866 Evaristo Alvarez de Santa Ana Maya El M oral María Dolores Roaro Antonia Roaro Evaristo Alvarez

La Loma Antonio García 1874 Eduardo García 1877 Bruno Orduña

Chamo (mitad) Agustinos Cuitzeo 1856 Vicente Estrada 1867 Jacoba Herrera 1874 Hermanos García 1880 Bruno Orduña Tayo Agustinos Cuitzeo 1863 Antonio Homobono Cortés 1879 Eduardo García 1881 Hermanos García 1888 Bruno Orduña

Fuente: Archivo de Notarías de Morelia, Protocolos, Varios. 128 129 los años siguientes Estrada la rentó a Vicente Pizano, vecino de Moroleón, al cual en 1869 se la vende en 3000 pesos.65 Pizano vivió en Cuitzeo, Moroleón y Potzundareo en donde murió en 1878. Sus bienes acumulados resultaron en varias casas en Morelia, Moroleón y el inmueble rústico de Potzundareo. Su viuda, Antonia Martínez y sus cinco hijos, mantuvieron la herencia sin dividirla entre ellos en este período y Potzundareo siguió teniendo su extensión original.66

En 1863 Benigno Pérez Gil adquirió a la comunidad de campesinos de Santa Ana

Maya la parte que les correspondió de Cuiritzeo, después de haberse solucionado el pleito un año antes contra los indígenas de Cuitzeo. El nuevo dueño llamó a la propiedad San

Nicolás Cuiritzeo teniendo una superficie de 843 hectáreas y hasta 1890 no tuvo otro bien rústico.67 Pérez Gil de manera habitual residió en Morelia dedicándose al comercio, la agricultura y la especulación. La propiedad se conservó sin cambios territoriales en este período a pesar de que continuamente el dueño la gravó como garantía hipotecaria.68

La otra parte de Cuiritzeo le fue asignada a los indígenas de Cuitzeo pero los campesinos en marzo de 1866 decidieron permutarla por unas tierras cercanas a su pueblo con Antonio Homobono Cortés. El nuevo propietario rentó la propiedad a Evaristo

Alvarez, vecino de Acámbaro, como garantía de un préstamo que le había concedido.69

Ambos individuos casi de inmediato tuvieron diferencias serias que terminaron en los

65 ANM, Protocolos, Valdovinos, 1866-1867, f. s/n; Angeles, 1906, f. 80.

66 AHPJEM, Civil, Sala 2o, 1894, Intestados y testamentarias 1, N° 186.

67 Archivo de la Secretaría de la Reforma Agraria (en adelante ASRA), Dotación, Exptes. 29, 399, 702.

68 ANM. Protocolos, Varios notarios y años.

69 ANM, Protocolos, Escobar, 1860-1863, f. 402. 130 tribunales. En agosto del citado año los magistrados resuelven obligar a Cortés a vender

la superficie de 799 hectáreas de Cuiritzeo a Alvarez, pactándose un precio de 17,772

pesos.70 No habían aun terminado estas negociaciones cuando en el mes de julio Tomás

García, apoderado de la comunidad de Santa Ana Maya, en acuerdo a lo dispuesto por

la ley de 1856 vendió en 6,000 pesos a Evaristo Alvarez las 417 hectáreas que componían

a Chamo.71 Conviene aclarar que hasta ese momento dicha propiedad seguía siendo

reclamada en adjudicación por Cortés, su antiguo arrendatario.72 A la suma de estas

propiedades Alvarez agregó los bienes rústicos heredados por su esposa Antonia Roaro

en El Moral, propiedad situada en los limites estatales y adyacente a sus recientes

adquisiciones. En años posteriores se siguieron comprando algunos predios de tamaño

reducido pertenecientes a la comunidad campesina y de excomuneros en los alrededores

del pueblo de Santa Ana Maya.73 Hacia 1870 estas tierras en su conjunto medían 2935

hectáreas en una unidad territorial conocida como San José Cuiritzeo.74

Evaristo Alvarez y su familia mantuvieron su residencia en Acámbaro alternada con

estadías prolongadas en una casona que edificaron en San José Cuiritzeo en las afueras

del pueblo de Santa Ana Maya. Durante las siguientes dos décadas la propiedad se

extendió poco. Ninguna adquisición rústica importante se le encontró a Alvarez en otro

lugar, salvo un terreno cedido como pago de una deuda en 1884 en Indapárepeo y la

70 ANM, Protocolos, Valdovinos, 1866, f. 154.

71 ANM, Protocolos, Cano, 1864-1866, f. 59.

72 AHPJEM, Civil, Sala 1a, 1865, Leg. 1.

73 ANM, Protocolos, León, 1871-1872, f. 153v.

74 ASRA, Dotación, Expíes. 29, 252, 399, 479, 702. 131 compra en 1888 de un molino de trigo en Taimeo, ambos en la jurisdicción de

Zinapécuaro. También se acrecentó el caudal familiar con algunos bienes urbanos adquiridos en Acámbaro, Morelia y Santa Ana Maya.75

El caso más notable de acumulación de bienes rústicos en Santa Ana Maya es el de Bruno Orduña. Hijo natural nacido en 1836 en Cupareo, en la municipalidad de

Salvatierra, Orduña llegó a Santa Ana Maya durante su infancia, lugar de residencia de la familia de su padre.76 Los Orduña al iniciar la segunda mitad del siglo era una familia dedicada al comercio y a la agricultura. Arrendaban tierras corporativas y tenían pequeñas propiedades compradas a la comunidad de Santa Ana Maya.77 Iniciado como comerciante,

Bruno había acumulado una modesta fortuna consistente en 7 hectáreas en Irámuco y dos predios situados al norte del pueblo cuando en 1868 recogió un caudal de 4746 pesos, legado de su madre. Entre los bienes heredados figuró una casa y una tienda frente a la plaza principal, dos solares urbanos y 32 hectáreas, además de 6 hectáreas en Irámuco.78

Entre 1871 y 1888 Bruno Orduña compró numerosos lotes urbanos y solares rústicos situados en el pueblo de Santa Ana Maya provenientes de excomuneros y pequeños propietarios. Sin embargo en este período consiguió tres propiedades importantes pertenecientes a los García Herrera. Esta familia, vecina de la localidad conformada por los padres y siete hijos, se dedicaron al comercio y a la agricultura.

Antonio García, el padre, comenzó su fortuna como arrendatario de tierras comunales en

75 ANM, Protocolos, Alvarado, 1884, f. 145; Laris, 1888, f. 1.

76 ANM, Protocolos, Gutiérrez, 1908, t. II, f. 82; 1912, t. I, f. 58.

77 ANM, AHMCR, ARjM, Varios expedientes y años.

78 ANM, Protocolos, León, 1871-1872, f. 445v; Apéndices, Pérez Gil, 1920, t. I, f. 277. 132 Santa Ana Maya, cuando muere, a principios de la década de 1860, tenía una vivienda frente a la iglesia parroquial, una casa y mesón en Morelia y un inmueble con jabonería y tocinería en Acámbaro. Además de unas 73 hectáreas en La Loma, sitio inmediato al norte del pueblo, y algunos solares más, todos estos terrenos adquiridos paulatinamente a la comunidad campesina y a los excomuneros.79 Posteriormente en 1867 su viuda,

Jacoba Herrera, compró en 2000 pesos a Vicente Estrada las 495 hectáreas de Chamo que este señor había comprado 11 años atrás a los agustinos de Cuitzeo.80 Uno de los hijos, Eduardo, en 1879 recibió por disposición judicial 872 hectáreas correspondientes a Tayo debido a un préstamo con hipoteca otorgado a Antonio Homobono Cortés, aquel que denunció la propiedad como perteneciente a los agustinos y adjudicado en 1863. En

1881 sus hermanos, Mauro y María Concepción, le compraron Tayo en 5000 pesos.81

Las adquisiciones de Bruno Orduña a los integrantes de la familia García Herrera se fueron realizando en 1877 cuando compró a Eduardo en 1500 pesos los terrenos de

La Loma. Tres años más tarde, los hermanos Mauro y Francisco, le vendieron en 3000 pesos San Francisco Chamo, de esta manera conocida la propiedad en ese momento.

Ambas propiedades los vendedores las habían recibido por división hereditaria en 1874.

Finalmente en 1888, Orduña pagó 6000 pesos a Mauro y a su hermana María Concepción por Tayo.82 Hacia 1890 puede estimarse que los bienes rústicos conjuntos de Bruno

Orduña ascendían a más de 1600 hectáreas situadas en un radio de 8 kilómetros del

79 AHMM, c. 236, año 1863, leg. 267; ANM, Protocolos, González, 1873-1874, f. 178.

80 ANM, Protocolos, Valdovinos, 1866-1867, f. 131v.

81 ANM, Protocolos, Alvarado, 1879, f. 7; León, 1881, f. 1v.

82 ANM, Protocolos, Alvarado, González y Gutiérrez, 1877, f. 338; Léon, 1880, f. 66; Huacuja, 1888, f. 93. 133 pueblo de Santa Ana Maya y quizás en este período ninguna propiedad vendió.

Pequeños propietarios

La categoría de pequeño propietario continua confusa en el debate teórico. La

caracterización de rancheros, pequeños terratenientes y campesinos, siguen presentando

problemas de definición. La controversia se presenta en su complejidad en El Bajío

durante el siglo XIX en donde existió un numeroso grupo de propietarios rústicos. Hace

poco, David A. Brading, historiador conocedor de la realidad rural mexicana, reflexionaba y cuestionaba la caracterización construida para cada uno de estos grupos, pues pensaba

que las definiciones no dejaban de ser ambiguas.83

En el caso de los pequeños propietarios de Santa Ana Maya entre 1866 a 1888

resulta también complejo. La documentación de archivo revisada indica la existencia de

un importante y numeroso estrato de propietarios que es difícil ubicar a que capa

corresponden. La movilidad social es una constante desde la perspectiva horizontal y

vertical. Sin embargo todos tienen el elemento común de poseer pequeñas propiedades

de tierra.

La dinámica de estos terratenientes impide seguirles la pista. En general sus

negocios dejaron escasas constancias formales, debido en parte a lo restringido del

número y calidad de sus transacciones, efectuadas de manera privada o limitada a la

verificación de funcionarios menores. Empero, las mismas fuentes documentales los

muestran por doquier.

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83 BRADING, 1994, pp. 329-334. 134 propietarios en el área de Santa Ana Maya durante este período suman unas 785 hectáreas, cantidad que puede ser más indicio que realidad según la revisión y evaluación de las fuentes disponibles. Si aceptara esta cifra resulta que apenas un 11% de la propiedad rústica de la superficie analizada perteneció a infinidad de dueños. En este caso se entenderá como pequeños propietarios a individuos poseedores de terrenos con una superficie inferior a las 250 hectáreas.

En Santa Ana Maya existieron tres zonas geográficas que fueron asiento de infinidad de pequeños propietarios, las cuales he clasificado para su análisis en función de su origen, espacio geográfico y tipo de propietario.

Zona I. El Carrizal, Mesa Rica y Potrero Grande

Esta zona estuvo íntimamente ligada por sus características generales. Los antecedentes de los pequeños propietarios en la subregión de Santa Ana Maya comienzan a registrarse a finales del siglo XVIII, precisamente en un rectángulo que conformaron las localidades de La Lobera y El Carrizal Viejo, en el extremo sur, y El salto y El Puertecito, en el norte. Este espacio se conoció como El Carrizal y durante la época colonial perteneció a la comunidad indígena de Cuitzeo. La propiedad estuvo casi siempre arrendada en su totalidad, pero una intensa corriente migratorio proveniente del sur de El

Bajío, estableció definitivamente a un numeroso grupo de criollos y castas sobre estas tierras en condición de subarrendatarios y medieros.84

Como consecuencia de la primera iniciativa legal sobre la división de bienes de

84 ANM, Tierras y Aguas, leg. 4, t. 2, exp. 59; AHMM, Tierras de comunidad, c. 2, años 1808-?; c. 11, años 1773-?. 135 comunidad expedida en Michoacán en 1827, los campesinos de Cuitzeo realizaron la división territorial respectiva de El Carrizal entre los miembros en 1829. Durante las

siguientes décadas las "suertes" repartidas, como se les designó a los lotes otorgados, entraron a una intensa dinámica de mercado con transferencias constantes. Muchos de

los compradores fueron los viejos arrendatarios y sus descendientes, aumentados por el

arribo de nuevos inmigrantes, que en conjunto llegaron a sustituir a los anteriores

propietarios indios.

En los contratos de compraventa de tierras que comenzaron a aparecer a partir de

la década de los sesenta del siglo XIX, con frecuencia los nombres de los compradores

ofrecen la presencia de grupos familiares extensos integrados a los apellidos Pérez,

Páramo, Díaz, Sánchez, Zamudio, Calderón, Contreras, Vigil y Albor (tabla 14).

Los terrenos vendidos que hacen mención los convenios de ordinario tenían una

extensión pequeña y su origen era familiar. Infinidad de ventas se repiten de manera

semejante, siendo comunes casos como los siguientes: en 1879 Jesús Calderón compró

a Patricio Díaz, ambos vecinos de El Carrizal, un predio de 1.4 hectáreas en 37 pesos

correspondientes a su herencia paterna;85 en ese año María Bernabé Calderón y Librada

Vázquez, también de El Carrizal y al parecer suegra y nuera, vendieron 2.4 hectáreas a

Antonio Vázquez, posible hermano de la segunda, el terreno en cuestión era un legado

del esposo y suegro respectivamente.86

Un informe oficial estatal realizado en 1889 enumero 42 propietarios en la zona de

88 ANM, Protocolos, León, 1879, f. 60v.

86 ANM, Protocolos, León, 1879, f. 229. Tabla 14. Muestra del comercio de pequeñas propiedades rústicas en la Zona I El Carrizal y Potrero Grande. 1862-1879.

AÑO TIPO CONTRATO VENDEDOR COMPRADOR

1862 Terreno Venta Sra. Franiro y Sr. Huazano Tomás Orerguil 1865 Terreno Venta María del Franeiro Tomás Orerguil 1866 Terreno Venta Antonio Díaz Fructuoso Reyes 1870 Terreno Venta Justo y Rafael Zamudio Rafael Vigil 1870 Terrenos Venta Bruno Ortiz Miguel Pérez 1871 Terreno Venta Andrés Izquierdo Francisco Quintana 1871 Terreno Venta Juan Fabian Jesús Calderón 1871 Terreno Venta Rafael Zamudio Rafael Ruiz 1871 Terreno Venta Rafael Zamudio Miguel Zamudio 1871 Terreno Venta Cayetano Tapia Francisco Sánchez 1871 Terreno Venta José María Guzmán Eligió Hernández 1871 Terreno Venta María Guadalupe Pérez Trinidad Díaz 1871 Terrenos Venta Francisco Cisneros Eligió Hernández 1871 Terreno Venta Rafaela Páramo Pascasio Aguilera 1871 Terreno Venta P ablo Ruiz Vicente Ferreira 1871 Terreno Venta Francisco Alvarez Miguel Pérez 1871 Solar Venta J. López y T. Martínez Lucio Pérez 1872 Terreno Venta Juan Díaz Francisco Palencia 1872 Terreno Venta Francisco Cisneros Cleto Ojeda 1872 Solar Venta Ramón Medrano Florentino Calderón 1872 Terreno Venta Antonio Díaz Nicolás Pérez 1872 Terreno Venta Leonides Zamudio Gabriel Hernández 1872 Terreno Venta Antonio Díaz Vicente Reyes 1872 Solar Venta Francisco Ferreira Justo Zamudio 1872 Terreno Venta Rafael Zamudio Eligió Hernández 1872 Solar Venta Juan Pedraza Rafael Zamudio 1872 Solar Venta A. Reyes y F. Rodríguez Justo Zamudio 1872 Terreno Venta Felipe Díaz Francisco Calderón 1872 Terreno V enta Rafael Zamudio Antonio Garnica 1872 Terreno Venta V arios Nicolás Pérez 1874 Terrenos Perm uta Rafael Vigil José María Sánchez 1874 Terrenos Venta José María Sánchez Francisco Sánchez 1874 Terreno Venta Juan Lázaro Jesús Villalobos 1874 Terrenos Venta Patricio Díaz José Concepción Pérez 1874 Terreno Venta Concepción Bibian José Concepción Pérez 1874 Terreno Venta Tomás García Antonino Albor 1874 Terreno Venta Sres. Lázaro Nicolás Sánchez 1874 Terreno Venta José Cruz Montes Nicolás Guzmán 1874 Terrenos Venta Guadalupe Díaz R. H ernández y P. Pantoja 1874 Solar Venta Guadalupe Díaz Nicolás Sánchez 1874 Solar Venta Sres. Calderón Trinidad Calderón 1874 Terreno Venta Sres. Vigil Rafael Vigil 1874 Terrenos Venta V. Medrano y N. Zamudio José Zamudio 1874 Terreno Venta Celso Díaz Francisco Calderón 1874 Terreno Venta Felipe Díaz Francisco Calderón 1874 Terreno Venta Margarito García Francisco Calderón 1874 Terreno Venta María Vicenta Zamudio Rafael Ayala 1874 Terrenos Venta Antonio Díaz Germán Pérez 1874 Terreno Venta Rafael Ayala Miguel Pérez 1874 Terreno Venta Juan Díaz Jesús Pérez 1874 Terreno Venta Juan Díaz Miguel Pérez 1874 Terreno Venta María Rosario Bibian Francisco Sánchez 1874 Terreno Venta Tomás López Antonio Calderón 1874 Terreno Venta Juan Díaz Vicente Ferreira 1874 Terreno Venta Patricio y Guadalupe Díaz Francisco Calderón 1874 Terreno Venta Antonio Díaz Fructuoso Pérez 1874 Terreno Venta Rafael Páramo Maximino Pérez 1876 Terreno Venta Jobita Calderón Antonino Albor 1877 Terreno Venta José María Sánchez Antonio Garnica 1877 Terreno Venta Rafael Caderón Antonio Calderón 1877 Terreno Venta Francisco Quintana Marcos Pérez 1877 Terreno Venta Francisco Quintana Octaviano Pérez 1877 Terrenos Venta Jacinto González Antonio Pérez 1877 Terreno Venta Rafael Páramo y Sra. Vega Antonio Pérez 1877 Solar Venta V arios Miguel Rodríguez 1877 Terreno Venta Francisco Quintana Gabino Suarez 1879 Terrenos Venta Sres. Díaz y García Antonio Vazquez 1879 Terreno Venta Sras. Calderón y Vázquez Antonio Vazquez 1879 Terreno Venta Patricio Díaz Jesús Calderón 1879 T erreno Venta Patricio Díaz Jesús Calderón 1879 Terreno Venta Hermanos Vigil Rafael Vigil

Fuente: Archivo de Notarías de Morelia, Protocolos, Varios. 138 El Carrizal y Potrero Grande distribuidos en una superficie de 600 hectáreas.87 El dato es meramente indicativo pues es probable que la cifra registre solo las propiedades legalmente inscritas en el catastro. Un cálculo sobre las dimensiones del conjunto de estas tierras es posible que fácilmente superara las 1700 hectáreas.

En breve, las pruebas documentales muestran en esta zona la existencia de una gran cantidad de pequeños terratenientes que oscilan dentro de un espectro tan amplio que va del campesino al ranchero y una dinámica de transferencia de la propiedad intensa y de carácter familiar.

Sin embargo existen varios ejemplos registrados sobre el ascenso social y éxito de varios individuos de esta zona, he escogido dos casos. En 1871 los tres hijos y la viuda de Miguel Páramo, vecino de Potrero Grande, se repartieron los bienes esencialmente rústicos del difunto, consistentes en algunos terrenos, potreros y mangas de tierras de labor y cerriles, que ascendían a unas 58 hectáreas.88 89 Un ejemplo de mayor fortuna se encuentra en Miguel Pérez, originario y vecino de El Cuervo, cuando se hizo el balance de sus bienes rústicos al morir en 1885, se encontró que era propietario de bastantes terrenos, de diversas calidades, diseminados en las cercanías de La Lobera, El Carrizal y El Cuervo, que medían 122 hectáreas. 89

Es evidente que a lo largo del siglo XIX y principios XX en esta zona aparecieron procesos de acumulación, dispersión y estabilidad de la pequeña propiedad rústica.

Algunos individuos de la misma zona llegaron a amasar fortunas rústicas notables,

87 PEREZ GIL, 1889, Noticias Estadísticas, Cuadro N° 2.

88 ANívi, Protocoios, León, 1879, N° 271, 3Í-XÜ-1879, f. 232; Extensión estimada y la conversión es 1 fanega= 3.87 ha. (medida en el rancho de El Cuervo).

89 AHPJEM, Civil, Sala 1a, Morelia, año 1885, leg. Instrumentos testamentarios, exp. 180. 139 muestra de la posibilidad de la movilidad vertical existente y sin ser excepcional. Pero esta prosperidad llegó a verse sin embargo frecuentemente modificada por el matrimonio y la herencia, pues las propiedades se fraccionaban entre los herederos, aunque también inversamente el casamiento fue un mecanismo para incrementar los bienes. Sin embargo la tierra presentó la característica de mantenerse en núcleos familiares extensos.

Zona II. Santa Ana Maya

La zona II de pequeños propietarios está localizada en las inmediaciones del pueblo de Santa Ana Maya. Son dos las capas de parvifundistas existentes, con orígenes diferentes de status social y rol económico, pero con similar procedencia de los bienes rústicos. También los distingue la extensión de tierras que poseen y los tratos que hicieron con ella.

Primer tipo

Anteriormente analicé el proceso seguido de las tierras pertenecientes a la comunidad campesina de Santa Ana Maya y de la necesidad económica que tuvieron para costear los interminables litigios judiciales que enfrentaron, convirtiéndose en una condicionante que intervino en cesiones de tierras a particulares que parece arrancan hacia la tercera década del siglo XIX.

Los compradores de tierras comunales fueron, entre otros, Benito Orduña, Antonio

García, Ramón García y Juan Pedraza, convirtiéndose en los primeros pequeños propietarios en esta zona. Eran vecinos del pueblo y sus propiedades se localizan al norte de él, en las inmediaciones del lugar conocido por La Loma, fue gente que no pertenecía a la comunidad campesina. Los dos primeros anteriormente habían sido arrendatarios del rancho de Cuiritzeo.90

Los inventarios de las sucesiones de cada uno nos dan una ligera idea de la acumulación de tierras que habían realizado. Una de las hijas de Benito Orduña en una fecha tan posterior como 1910 citó en su testamento como de su propiedad un terreno llamado El Antiguo Jacal que medía 20 hectáreas herencia de su padre.91 92 En el reparto de los bienes entre los deudos de Antonio García en 1874 se inscribió un total de 294 hectáreas y 6 solares. Al hacer también su última voluntad en 1879 una hija de Ramón

García, refirió como de su propiedad por herencia del finado García un terreno llamado

El Ranero, que aproximadamente medía 135 hectáreas.93 En el juicio de intestado de un nieto de Juan Pedraza efectuado 1909, entre los bienes raíces que habían pertenecido al abuelo se encontraban un predio denominado Loma de Afuera con extensión de 44 hectáreas.94 Es interesante descubrir que a excepción de los sucesores de Antonio García que vendieron sus bienes en la década de los setenta, los otros los conservaron por lo menos hasta la tercera generación dentro del circulo familiar, un espacio temporal de 60 a 90 años.

En un anexo perteneciente a la Memoria de Gobierno del año 1889 que incluye fincas y principales dueños de tierras en el estado, anteriormente citada, expone que en la zona circunvecina al pueblo de Santa Ana Maya existía un número de 21 propietarios,

90 AHMM, c. 236, año 1863, leg. 267, f. 10vy 16.

91 ANM, Protocolos, Gutiérrez, 1910, t. 2, f. 219; 1911, t. 1, f. 212.

92 ANM, Protocolos, González, 1873-1874, f. 193v-194v.

93 ANM, Protocolos, León, f. 133, el cálculo resulta de la división testamentaria realizada en 1911 en Gutiérrez, 1911, t. I, f. 241-251.

94 ANM, Apéndices, Gutiérrez, 1909, Carpeta N° 139. 141 siendo evidente que se refiere a esos pequeños terratenientes, que un informe municipal en 1896 referente a los principales agricultores, entiéndase pequeños propietarios, daba a conocer a las autoridades, enumerando a los siguientes: José López Vasco, Francisco

Castillo, José Trinidad López, José , Juan Pedraza, José Trinidad Alvarez y

Atilano García.95 El informe omitió algunos miembros de la familia Orduña, a Ladislao

Pedraza y a José Santos López Pedraza, entre otros.

Segundo tipo

En los días de mayo de 1866 en que Tomás García, apoderado de la comunidad campesina de Santa Ana Maya, midió y repartió solares en los alrededores del pueblo a un número de 185 beneficiados, indudablemente de facto desligó mediante el otorgamiento de solares la integridad corporativa, al convertir a los miembros en pequeños propietarios con documentos de acreditación sobre los predios.

Hay innumerables vestigios documentales que muestran que estos trabajos de división lo que en parte hicieron fueron legalizar un estado de cosas hacia tiempo vigente.

Las asignaciones de lotes se habían hecho desde hacía tiempo y se seguían realizando, habiéndose desarrollado un sentido de propiedad en los campesinos. Lo difícil es precisar de qué manera se habían hecho, si por cesión o compra, o por ambos medios.

El reparto de 1866 se distinguió de cualquiera realizado previamente pues fue definitivo al repartir prácticamente con la mayoría de los bienes que a la comunidad le restaban. Los títulos de propiedad otorgados demuestran que fueron dos los modelos de lotes: urbanos y rústicos. Los últimos tenían dimensiones bastante variables que podían

95 AHMM. c. 295, año 1896, v. Fomento, leg. 1, exp. 2. 142 llegar a tener más de una hectárea.96

¿Hasta que punto definir a los excomuneros de Santa Ana Maya también como pequeños propietarios? ¿Acaso campesinos con predios pequeños no lo son?. El problema es complejo y hasta el momento no existe respuesta. Esos predios de tierra por su extensión y aprovechamiento fueron sustancialmente de explotación familiar intensiva.

En el transcurso del tiempo los solares se dividieron por necesidades hereditarias en algunos casos y en otros se vendieron. Existen pruebas de muchas ventas realizadas en los años subsecuentes, pero es sumamente difícil encontrar una tendencia general de ellas.97

4. ESTABILIDAD Y CAMBIO DE LA TENENCIA DE LA TIERRA. 1888-

1909

El balance numérico de la distribución de la propiedad rústica vigente en 1890 en

Santa Ana Maya muestra los alcances de las transformaciones en la etapa anterior. Una evaluación general de la tierra sobre una base de 8909 hectáreas presenta una concentración de 7739 hectáreas en posesión de cinco personas, aproximadamente el

87% del total. Casi el 9%, 785 hectáreas, correspondían a una multitud de pequeños propietarios en El Carrizal, Potrero Grande y Santa Ana Maya, con diferencias importantes de superficie sobre los terrenos entre ellos. Finalmente los campesinos de Huacao mantenían con carácter corporativo unas 385 hectáreas, apenas el 4% (tabla 15).

Las grandes propiedades eran: Los Zapotes perteneciente a María Anacleta Núñez,

96 AHPEM, Hijuelas, lib. 5 exp. 2110.

97 ANM, Protocolos y Escrituras Privadas, varios notarios y años. Tabla 15. Situación de la propiedad rústica. Subregión de Santa Ana Maya. 1890

TIPO DE PROPIEDAD PROPIETARIO PROPIEDAD EXTENSION (ha) FUENTE

Gran Propiedad María Anacleta Núñez Los Zapotes 1798 ANM. mo. ape. 1908

Antonia Martínez de Pizano Potzundareo 689 ANM, pa. pro. 1906

Benigno Pérez Gil San Nicolás Cuiritzeo 843 ASRA. Exp. 29, 399, 702

Evaristo Alvarez San José Cuiritzeo 2935 ASRA. Exp. 29, 252, 399, 479, 702

Bruno Orduña Tayo, San Francisco Chamo, 1474 ANM. fpg. ape. 1920 La Loma y otros terrenos

Pequeña Propiedad 42 propietarios El Carrizal y Potrero Grande 657 ANM. al. pro. 1879; Memoria 1889

21 propietarios Varios terrenos en SAM 128 Memoria 1889

Propiedad Corporada Comunidad Campesina de Huacao Terrenos 385 Memoria 1889

TOTAL 8909 143 144 Antonia Martínez de Pizano tenía Potzundareo, San Nicolás Cuiritzeo era de Benigno

Pérez Gil, Evaristo Alvarez poseía San José Cuiritzeo y Bruno Orduña varios terrenos entre los que destacaban Tayo, San Francisco Chamo y La Loma.

El examen de la distribución geográfica de la propiedad indica que el oriente del municipio de Santa Ana Maya estaba ocupado por San Nicolás Cuiritzeo y San José

Cuiritzeo, rodeados hacia el Partido de Acámbaro por la hacienda fraccionada de El Moral y los pequeños propietarios de la Parcialidad de Irámuco. Hacia el centro encontramos Los

Zapotes, y las propiedades separadas de Chamo Grande y San Francisco Chamo.

Encerrados por estos dominios se encontraban los pequeños propietarios del pueblo

Santa Ana Maya y la comunidad campesina de Huacao. En una superficie triangular que formaban las localidades de El Cuervo, La Lobera y Carrizal Nuevo, junto con Potrero

Grande seguía siendo asiento de pequeños propietarios. Al final, en el extremo poniente, estaban Tayo y Potzundareo, colindando con los pequeños propietarios de El Aguacate,

El Derramadero y la fraccionada hacienda de San Nicolás de los Agustinos, más allá rumbo a Cuitzeo las propiedades tenían variadas dimensiones (plano 6).

Esta etapa tiene dos divisiones. La primera parte se extendió de 1888 a 1906 y se caracterizó por un movimiento lento del volumen del mercado de tierras y la culminación del crecimiento de la gran propiedad. Cinco personas dominan un 86% del espacio rústico y las zonas de pequeños propietarios se mantienen con modificaciones significativas internas. Un acontecimiento destaca por su significado: en 1899 la comunidad campesina de Huacao termina con el proceso de individualización de la propiedad que al interior se había iniciado desde dos décadas atrás. La segunda mitad comprendió los años de 1908 a 1923 y presentó la reactivación del comercio territorial. Sin embargo el movimiento fue PLANO 6. Distribución de la propiedad rustica en la subregión de Santa Ana Maya . 1890

>£■ U1 146 en la gran propiedad y se presentó a partir de 1908 con la desintegración de Los Zapotes.

La magnitud del traslado de terrenos quizá superó un 35% de la tierra en su conjunto.

Estabilidad y crisis de la gran propiedad particular

La gran propiedad rústica en Santa Ana Maya tuvo una prolongada continuidad familiar a pesar de que se presentaron cambios sucesorios. La excepción fueron los bienes pertenecientes a Bruno Orduña quién falleció hasta 1918. En la década de 1890

San Nicolás Cuiritzeo y San José Cuiritzeo enfrentaron procesos hereditarios sin profundas alteraciones, en el primer caso el beneficiado fue un hijo del testador y en el otro se conservo*indivisa la herencia entre la familia. También Potzundareo experimentó un cambio generacional en 1895 dentro del ámbito familiar, empero la conservación se debió a uno de los descendientes quien evito su desintegración. Finalmente Los Zapotes en donde se combinó una serie de problemas económicos y presiones hereditarias que dan por resultado la desintegración de la propiedad en 1908.

San Nicolás Cuiritzeo, San José Cuiritzeo y propiedades de Bruno Orduña

San Nicolás Cuiritzeo enfrentó en 1896 el proceso hereditario sin graves tensiones.

Entre cinco hijos del matrimonio Pérez Gil-Loaiza, Francisco Pérez Gil hijo, recibió integra la propiedad. El heredero, abogado residente en Morelia e importante funcionario público estatal, mantuvo el legado de sus padres hasta su muerte en 1920 sucediéndole en el dominio su viuda.98

El dueño de San José Cuiritzeo, Evaristo Alvarez murió en 1893, sin aplicarse división familiar entre la esposa y sus ocho hijos. En 1899 se formalizó el fraccionamiento

98 ANM, Protocolos, Laris Contreras, 1896, f. 62 y f. 71 v; Tena, 1932 t. II, f. 184. 147 de los haberes hereditarios pero en la realidad Antonia Roaro, viuda de Alvarez, continuo como propietaria única." La familia Alvarez Roaro, radicada en Acámbaro, dejó la administración de la propiedad en manos de dos herederos.99 100 103101102 Una división legal entre los sucesores, pero sin aplicación concreta, se realizó hasta 1917. La única alteración de la propiedad sucedió en 1900 cuando la señora Roaro vendió las 417 hectáreas de

Chamo en 6000 pesos a Teófilo Calderón, Pipino Tirado y Antonio Garnica, arrendatario, comerciante y pequeño propietario respectivamente, los tres vecinos del lugar.

Aunque Bruno Orduña murió hasta 1918 sus propiedades rústicas siguieron creciendo en comparación con los otros grandes propietarios. Al suceder en 1908 el fraccionamiento de Los Zapotes extendió sus terrenos de San Francisco Chamo comprando 220 hectáreas contiguas en 3000 pesos. La extensión de sus bienes rústicos hacia estas fechas quizá se aproximaran a las 1700 hectáreas y sus ventas estuvieron limitadas a terrenos pequeños a compradores con relaciones de amistad o parentesco con él. Así por ejemplo, en 1909 le cedía unas 7 hectáreas en 200 pesos a

Luis Alvarez Roaro y a su único yerno Pablo García de Alba, tres predios que medían 26 hectáreas.104 Hasta 1920 sus dos hijos herederos se dividieron en idénticas proporciones

99 Archivo del Registro Público de la Propiedad (en adelante ARP), Modificaciones de fincas rústicas, libro 2, tomo 16, registro 2084.

100 ANM, Protocolos, Laris, 1900, f. 213v.

101 ASRA, Dotación, exp. 29.

102 ANM, Protocolos, Laris, 1900, f. 213v.

103 ANM, Protocolos, Gutiérrez, 1908, t. II, f. 80v.

104 ASRA, Dotación, exp. 1502; ANM, Protocolos, Gutiérrez, 1912, t. I, f. 177; 1913, t. I, f. 86. 148 todas sus propiedades.105

Potzundareo

Al morir en 1878 Vicente Pizano, dueño de Potzundareo, la viuda Antonia Martínez y sus cinco hijos, mantuvieron la propiedad indivisa. Cuando fallece la madre en 1893 los descendientes planearon la división hereditaria.106 En 1895 el proyecto se ejecutó y el terreno se fraccionó en 14 partes de dimensiones irregulares.107

Es claro que los traslados hereditarios eran un trance difícil en la permanencia de la integridad de cualquier propiedad, sin embargo había maneras de evadir su pulverización. Una forma de evitar la división era la compra directa de las fracciones por uno de los herederos a los coherederos con un riesgo evidente de endeudamiento por la necesidad de solicitar capital para conservar la posesión. Esto ocurrió con Potzundareo.

Cuando la partición parecía irreversible transformándose en un cúmulo de pequeñas propiedades de aspecto muy común a las muchas que existían en las proximidades, uno de los herederos, Crispin Pizano, inició la tarea de mantener dentro del circulo familiar la propiedad, proceso de compraventa que se extendió por doce años.

Ya desde 1890 Crispin Pizano compró a su hermana, Tiburcia, una fracción del rancho y de la casa grande en 666 pesos, y cinco años después sus derechos hereditarios en igual cantidad.108 El interés de Crispin Pizano por quedarse con la propiedad se muestra en los contratos que efectuó con sus hermanos. Inmediatamente después de

105 ANM, Apéndices, Pérez Gil, 1920, t. I, Letra G, f. 277.

106 AHPJEM, Civil, Sala 2a, 1894, leg. 1, exp. 186.

107 ANM, Protocolos, Huerta, 1895, f. 199v. '

108 ANM, Protocolos, Huerta, 1890, f. 184v; Huerta, 1895, f. 168v. 149 formalizar la partición hereditaria en 1895, Crispin Pizano, José y María Socorro,

acordaban de manera asociada preferirse previamente a otra persona en ocasión de

necesidad de vender sus predios, pues al tratar reconocían "los inconvenientes que

resultarían, si alguno de ellos enajena en favor de otra persona extraña que no sea alguno

de los coherederos, la fracción ó fracciones que respectivamente se les ha adjudicado".109

Tres semanas después el acuerdo anterior comenzaba a ser cumplido al prestar Crispin

1200 pesos a José, con la garantía de la fracción correspondiente, aduciendo el acreedor

al momento de entregar el préstamo que su intención no era lucrar, "sino evitar que

practique negocios ruinosos é impedir que personas extrañas á la familia se introduzcan

en el rancho ... con el carácter de parcioneros, de arrendatarios, medieros ó de cualquiera

otra calidad".110 Interesante observación que descubre la importancia adquirida de estos

actores rurales y el sentimiento profundo de desconfianza que les ocasionaban a algunos

propietarios en El Bajío de fines del siglo XIX. El préstamo citado obligó a José, en marzo

de 1896, a ceder a Crispin una parte de la fracción 5a en 1400 pesos, en una transacción

que en otros términos era una cesión equivalente a la deuda.111 A continuación los

restantes hermanos irían cediendo sus porciones. En 1897, María Socorro, le vendió la

mitad de la fracción 11a en 333 pesos, haciéndole completo el traslado en 1899

agregándole también la 6a en 1000 pesos, igual aconteció con la viuda de Martín en 1898

al cederle todos sus predios en 2000 pesos, y Luis en 1899 con la fracción 13a.112 Al final

109 ANM, Protocolos, Huerta, 1895, f. 201.

110 ANM, Protocolos, Huerta, 1895, f. 207v.

111 ANM, Protocolos, Huerta, 1896, f. 71.

112 ANM, Protocolos, Huerta, 1897, f. 68; Huerta, 1898, f. 68; Huerta, 1899, f. 86; Angeles, 1906, f. 80. 150 a Crispin Pizano solo le faltaba la parte que le restaba a José, arreglo que se realizó en

1902 en precio de 1266 pesos.113

El dinero que gastó Crispin Pizano para ser el único poseedor de Potzundareo parece bastante (sin incluir su parte de herencia y la venta de su hermano Luis) él pagó

8331 pesos. Sin embargo es conveniente preguntarse de ¿donde obtuvo Crispin Pizano el dinero suficiente para comprar las fracciones de sus hermanos en una época de escasez de circulante y sin recursos monetarios propios suficientes?. La respuesta es la relación entre compra de tierra y préstamo que estableció Pizano con sus hermanos, pero principalmente al crédito solicitado a comerciantes de Morelia y a los bancos establecidos durante el porfiriato.114

Sin interrupción, pero con graves deudas que se iban contrayendo conforme transcurría el tiempo con el respaldo hipotecario respectivo, Crispin Pizano y su familia mantuvieron la propiedad del rancho por alrededor de 23 años, hasta 1925 en que

Potzundareo se adjudicaba por incumplimiento de pago a la familia Arriaga, antiguos acreedores que radicaban en la ciudad de Morelia.115

Los Zapotes

La desintegración de la hacienda de Los Zapotes es un ejemplo en que se combinaron una serie de problemas económicos y presiones hereditarias suscitadas entre

1906 y 1908. Sin margen de maniobra Anacleta Núñez inició vendiendo en el primer año

113 ANM, Protocolos, Laris Contreras, 1902, f. 156v.

114 ANM, Protocolos, varios notarios, varios años.

115 Periódico Oficial, t. XLV, N° 43, Morelia, Mich., 1-111-1925, p. 10. 151 el rancho de El Salto a Francisco Pérez, su antiguo prestamista y vecino de El Cuervo, en precio de 2000 pesos, cantidad muy por debajo del valor de la propiedad pues el contrato es el resultado de una relación acreedor-deudor en el cual este último no tuvo otra opción para saldar el débito que la venta del inmueble.116

Una disposición central del testamento realizado en 1869 por María Luz Núñez al heredar a María Anacleta Núñez y que se convirtió muchos años más tarde en un factor de desintegración fue la división de la propiedad en dos mitades. Una asignada a la heredera en pleno dominio y la otra, según lo disponía el legado "solo sea usufructuaria por sus dias ... (y que) á su fallecimiento sigan de usufructuarios sus hijos, pasando la propiedad de familias á sus nietos ó herederos.117

El mandato postumo de la testadora no se cumpliría cabalmente. Los trámites de división familiar se iniciaron en 1907 sin esperar al fallecimiento de la heredera María

Anacleta Núñez, pues al tratar de evitar los problemas que se habían iniciado entre sus hijos, renunció al derecho de usufructo de que gozaba sobre la otra mitad, con el propósito de que las desavenencias desaparecieran.118 La propietaria procedió a repartir Los

Zapotes con equidad entre los hijos de sus dos matrimonios. En marzo de 1907 todos los herederos acordaron dividir la propiedad en dos mitades iguales en valor, una correspondería la madre y la otra fraccionada en siete partes y divida entre hijos y nietos

(tabla 16).119

116 ANM. Protocolos, Laris Contreras, 1906, f. 60v-62v.

117 ANM, Protocolos, García, 1862-1869, f. 441.

118 ANM, Apéndices, Ortega, 1908, f. 46 y ss.

119 ANM, Apéndice, Ortega, 1908, f. 46. Tabla 16. Hacienda de Los Zapotes. Division Hereditaria. 1908

MITAD______FRACCION HEREDERO______EXTENSION [has.] CALIDAD

1a Mitad María Anacleta Núñez 324 Labor 367 C erril

2a Mitad 1a Canuta Paniagua 61 Labor 61 C erril

2a María Sofía García 55 Labor 134 C erril

3a José Eduwiges García 61 Labor 73 Cerril

4a José Basilio Paniagua 61 Labor 110 C erril

5a Magdalena García 67 Labor [hija de Melesio] 73 Cerril

6a Gilberta García 61 Labor 73 Cerril

7a Saturnino y Timoteo 55 Labor [hijos de Mudo] 73 Cerril

TOTAL 1709

Fuente: Archivo de Notarías de Morelia, Apéndices, Ortega, 1908, f. 28 y ss. 152 , 153 Numerosos compromisos aceptó Anacleta Núñez, previa a la entrega de los haberes a cada uno de los herederos, entre los cuales sobresalieron: la liberación de contratos anticresis de las tierras de la hacienda, al satisfacer a los acreedores, que eran varios, con tierras o dinero los pasivos que ascendían a más de 60000 pesos, vendiendo para cumplir de su mitad correspondiente; suprimiendo todos los contratos de arrendamiento que en ese momento estaban presentes con el fin de dejar sin imposiciones de todo tipo a las heredades de la otra mitad; y, cubriendo todos los gastos del juicio, sin ninguna disminución de la parte cedida a los otros sucesores, a pesar de que fundamentalmente los débitos se habían recibido para beneficio de ellos. El fraccionamiento Los Zapotes se efectuó en septiembre de 1908, sin embargo en la búsqueda de la equidad se sacrificó la armonía, pues las fracciones de tierras de labor y

120 cerriles asignadas a la segunda mitad estuvieron separadas.

Sin esperar mucho tiempo y con el fin de cumplir con los compromisos adquiridos,

Anacleta Núñez, inició la cesión de sus propiedades. Entre 1908-1912 transfirió 581

hectáreas, el 84% de la parte que le correspondió (tabla 17). El 3 de octubre de 1912,

probablemente en el pueblo de Santa Ana Maya, murió Anacleta Núñez, de sus restantes

bienes rústicos que sumaban 110 hectáreas su última providencia consistió en también

repartirlas en 7 fracciones, de las que 6 se repartirían entre sus numerosos nietos y

bisnietos, reservando la otra al fraile Manuel Aguilera. Entre 1914 y 1921 cinco de estas

porciones habían sido vendidas. 122121 122

121 ANM, Protocolos, Angeles, 1913, t. II, f. 230.

122 ANM, Protocolos, Nava, 1914, t. I, f. 62 y f. 64; ASRA, Dotación, exp. 1502. Tabla 17. Hacienda de Los Zapotes. 1a Mitad. Ventas realizadas

FECHA COMPRADOR EXTENSION [has.] CALIDAD PRECIO

2-XI1-1908 Bruno Orduña 220 Labor, montecillos y llanos 3000

30-VII-1909 Vicente Chávez 224 Cerril 11000

6 -V I11-1909 A ntonino A lb o r 40 Labor 4000

20-VI11-1909 Mariano Martínez 16 Cerril 495

9-XI1-1909 Pipino Tirado 56 Labor y montecillos 5000

31-1-1910 Teófilo Calderón 7 Labor 600

4-11-1910 Canuta Paniagua 50

3 -V II-1 912 Pipino Tirado 18 1200

Fuente: Archivo de Notarías de Moreiia, Protocolos, Gutiérrez, 1908, t. II, f. 80v; 1909, t. II, f. 80v, 87; 1909, t. Ill, f. 87; 1910, t. I, f. 22; 1912, t. I, f. 230; Archivo de la Secretaría de la Reforma Agraria, Dotación, exp. 1502, 24-11-1939. 154 155 La otra mitad repartida en siete fracciones corrió parecida suerte a la otra de María

Anacleta Núñez. Hacia 1923 cuatro de los herederos, habían vendido completas sus fracciones, dos habían vendido y heredado y solo uno al parecer conservó su legado

(tabla 18).

La desintegración de la comunidad campesina de Huacao

Los campesinos de Huacao en el último tercio del siglo XIX seguían manteniendo en comunidad unas 385 hectáreas. A partir de 1869 el gobierno del estado impulsó con energía la división de las tierras de los pueblos. Una de las tácticas usadas para que las medidas legales emitidas favorables a la desaparición de la propiedad corporativa civil en

Michoacán consiguieran este objetivo, fue exigiendo el pago de los impuestos sobre las propiedades rústicas que muchas comunidades indígenas adeudaban con anterioridad.123 124

Esta maniobra parece ser una de las principales causales externas que contribuyeron a acelerar la pérdida de las tierras pertenecientes a los campesinos de Huacao.

La actitud gubernamental en el aspecto impositivo no dejó de ser contradictoria al asignar en un primer momento el pago de las contribuciones de manera conjunta a los miembros de la comunidad de Huacao, aceptándola como corporación, en una actitud opuesta a las disposiciones legales que les negaban a estas instituciones carácter legal. 124

En 1872 la Administración de Rentas de Morelia le reclamó a la citada comunidad saldar las contribuciones atrasadas de sus bienes valuadas en 2000 pesos, requerimiento que los afectados apelaron solicitando la condonación, petición que no les fue aceptada

123 PEREZ, 1986, p. 50.

124 COROMINA, 1824-1912, t. XXI, p. 61; t. XXII, p. 7, 63; t. XXIV, p. 97, 99. Tabla 18. Hacienda de Los Zapotes. 2a Mitad. Ventas realizadas

FRACCION FECHA COMPRADOR EXTENSION [has.] CALIDAD PRECIO

1a 1914 Pipino Tirado 61 Cerril 1730 [a]

2a 1910 Pipino Tirado 134 Cerril 2715 [b]

3a 1909 Teófilo Calderón 61 Labor 5715 73 Cerril 4a 1910 C resenciano Pérez 61 Labor 3800 [c] Antonio Garnica 110 Cerril Francisco Castillo

5a - [d]

6a 1911 Cresenciano Pérez 73 Cerril 2000 1923 Marcos Calderón 61 Labor 3000

7a 1909 Nabor Pérez 55 Labor 3000 [e] 1915 Eleuterio Calderón 73 Cerril

Notas: a] El destino de las tierras de labor se desconoce. b] Las tierras de labor de María Sofía García las hereda en partes iguales a sus cuatro hijas. Una de ellas, Rufina, en febrero de 1912 vende su fracción a Teófilo Calderón en 375 pesos. c] En 1909 muere Basilio Paniagua y hereda sus bienes a su esposa Magdalena García Orduña. Cresenciano Pérez, Antonio Garnica y Francisco Castillo, cada uno por separado compró partes de la fracción 4a , el primero por un valor de 2000 pesos, el segundo por 1300 pesos y el tercero por 500. d] Ninguna venta encontrada. e] José Timoteo y Saturnino García mantuvieron la propiedad proindiviso. Saturnino vende primeramente su parte a Nabor Pérez en 1000 pesos y se sigue manteniendo la fracción proindivisa. Posteriormente Timoteo hace lo mismo a favor de Eleuterio Calderón en 2000 pesos.

Fuente: Archivo de Notarías de Morelia, Protocolos, Gutiérrez, 1909, t. II, f. 18; t. Ill, f. 32v; 1910, t. I, f. 16; t. II, f. 130; Nava, 1914, t. I, f. 68; 1915, t. I, f. 84; Angeles, 1923, t. II, f. 206; Archivo de la Secretaría de la Reforma Agraria, Dotación exp. 1502, 24-11-1939. 156 157 teniendo que cubrir los adeudos y sujetarse al pago fijado en adelante.125 Una segunda ocasión se presentó en 1885 en que de mutuo acuerdo comuneros y autoridades elevaron el valor catastral de los terrenos a 6000 pesos congelando este valor y los consiguientes gravámenes fiscales por espacio de 10 años.126 *127

En la década de los noventa la postura del gobierno con la comunidad de Huacao se modificó considerablemente en dos variantes por un lado exigiendo se cubriera al fisco de manera individual los impuestos e incrementando excesivamente el valor de los terrenos comunes, estos mecanismos con la intención clara de propiciar el reparto. El propósito inicial se aplicó a fines de 1894 a solicitud expresa de los representantes de los campesinos de seguir pagando en común las contribuciones, al negárseles cualquier aplicación en conjunto pues los pagos deberían de hacerse de manera particular. La otra forma se presentó a mediados de 1898 cuando la Oficina de Administración de

Rentas pretendió elevar a 40000 pesos el valor catastral de los bienes comunales siendo que estos se habían ajustado a un valor de 2812 pesos, a la protesta de los campesinos el gobernador accedió a otro convenio fijándose como importe de los bienes la cantidad de 4000 pesos con la condición de que se mantendría este valúo por corto tiempo debido al compromiso de los beneficiados de verificar el reparto en breve. 128

No obstante estas presiones gubernamentales que vulneraban la integridad de la comunidad de San Buenaventura Huacao, la penuria económica fue también un elemento

125 AHPEM, Hijuelas, lib. 18, f. 431-438

126 Ibíd., f. 439-442.

127 Ibíd., f. 372-379. 128 Ibíd., f. 380-387. 158 desintegrador. En la década de 1870 al exponer los indígenas su demanda ante el gobernador para que se les condonara los impuestos prediales argumentaban la precaria situación material en que se encontraban debido al estado de intranquilidad e inseguridad pública prevaleciente, que les impedía comerciar sus confecciones de ropa de lana, actividad alterna que complementaba sus ingresos siendo el cultivo de las tierras su actividad económica principal. Dejando ver el grado de intensificación en la agricultura en terrenos que ya no eran suficientes para su sostenimiento.129

Fue evidente también que al interior de la comunidad campesina de Huacao el control absoluto del manejo de la tierra ya no descansaba en la corporación desde mediados del siglo XIX, pues de hecho estaban cedidos de manera individual sin regulación legal derivada de las leyes de desamortización, esto originó que se estableciera un mercado de tierras al parecer vigente exclusivamente dentro de la comunidad sin posibilidad de intromisión por compradores extraños, en este rasgo que la colectividad imponía a sus miembros, comienza a debilitarse hacia el inicio de la década de 1870 cuando los "forasteros", emprendieron la compra de terrenos a pesar de la oposición de las autoridades de la comunidad.130

La práctica de las ventas, realizada muchas veces sin constancia legal, se había acelerado hacia finales del siglo, el representante Antonino Albor evaluaba que en el período comprendido entre 1885 y 1898 la propiedad del común se había reducido en más de la mitad, transacciones que habían conducido a un proceso de acaparamiento de tierras, por individuos ajenos a la comunidad como Esteban Flores, Mariano Martínez,

129 Ibid., f. 435-436.

130 AHMM, Caja 241 A, año 1870, leg. Ayuntamiento de Santa Ana Maya. 159 Vicente y Francisco Díaz, y propios del interior de la corporación como el propio Antonino

Albor, Rafael Vieyra y Marcos Vega.131

La constante intromisión y presión gubernamental impositiva, las necesidades económicas, el comercio de tierras, el sentido individual campesino, entre los principales factores, condicionaron el reparto de los bienes sobrantes en febrero de 1899 y la consiguiente extinción de la comunidad campesina de Huacao como propietaria de tierras, en un proceso al parecer escaso de las tensiones y contrariedades prevalecientes en otros pueblos indios.132

La expansión de los pequeños propietarios

Al iniciar el siglo XX los pequeños propietarios se mantenían en las mismas zonas que tenían antes en El Carrizal-Potrero Grande y en Santa Ana Maya, extendiéndose aun más con la reciente individualización de la tierra en Huacao. Los procesos de dispersión y acumulación continuaban presentándose pero siempre dentro de los ámbitos familiares.

En 1895 Francisco Castillo, Presidente Municipal de Santa Ana Maya, comentaba sobre las localidades de El Cuervo, Carrizal Nuevo, Lobera, Carrizal Viejo, Mesa Rica y

Potrero Grande, "son verdaderas congregaciones por estar dividida la propiedad rústica que los componen entre los mismos habitantes, principalmente los tres primeros que son los más grandes".133 La consistencia de la pequeña propiedad en esta zona continúo permaneciendo hasta bien entrado este siglo, siendo tan importante el fraccionamiento de

131 AHPEM, Hijuelas, lib. 18.

132 Ibid., f. 389.

133 AHMM, Caja 293, Gobernación, 1er semestre, 1895, leg. 1, Exp. 46. 160 la tierra que, cuando se aplicó la reforma agraria revolucionaria en este lugar, no se expropiaron predios para la creación de ejidos.

En 1916 un ingeniero comisionado por la Comisión Nacional Agraria para iniciar los primeros trabajos del reparto ejidal observó que en los alrededores del pueblo de Santa

Ana Maya, la tierra estaba sumamente fraccionada en lotes de reducida extensión, calculando que pertenecían a unas 100 familias.134

En las inmediaciones del pueblo de Huacao la pequeña propiedad parece se había establecido desde la segunda mitad del siglo XIX. La practica de vender las propiedades rústicas de la comunidad de Huacao, realizada muchas veces sin constancia legal, se había acelerado hacia finales del siglo, Antonino Albor, representante campesino, evaluó que en el período comprendido entre 1885 y 1898 la propiedad comunitaria ya se había reducido en más de la mitad.135 El reparto final efectuado entre los indígenas de Huacao en febrero de 1899 posiblemente haya legalizado también un hecho irreversible de uso individual sancionado por el tiempo de posesión de cada campesino.

Un informe enviado por el presidente del ayuntamiento de Santa Ana Maya en

1896 al gobierno del estado, referente a los principales agricultores del municipio, listaba a 13 individuos de Huacao, que sin duda muchas de sus propiedades las habían adquirido a la comunidad.136

Sin embargo desde finales del siglo XIX empezó a desarrollarse una capa de pequeños propietarios en ascenso en las tres zonas. He tomado como ejemplo solo una

134 ASRA, Dotación, exp. 29, f. 2.

135 AHPEM, Hijuelas, lib. 18, f. 383.

136 AHMM, c. 295, año 1896, Fomento, leg. 1, exp. 2. 161 muestra de unos cuantos de los más representativos. Hacia 1895 en el Carrizal, Francisco

Pérez llegó a reunir 242 hectáreas y su padre Maximino Pérez, una superficie similar.137

En Santa Ana Maya, Pipino Tirado fue adquiriendo una fortuna rústica que en 1921 era de 451 hectáreas; en 1912 Teófilo Calderón poseía 241 hectáreas.138 Otros destacados fueron José López Vasco, Juan Pedraza y Bonifacio Contreras. En Huacao el número de pequeños propietarios con acumulaciones importantes de tierra fue limitado pero importante, el caso más representativo fue el de Antonino Albor, anterior apoderado de la comunidad, sus bienes rústicos ascendían a 175 hectáreas y tenían como principal origen los repartimientos de la extinta comunidad y de la desmembración de Los

Zapotes.139

137 ANM, Apéndices, Laris Contreras, 1905, f. 99; ASRA, Dotación, exp. 1502.

138 ASRA, Dotación, Expíe. 252, 479, 721 1421.

139 ANM, Protocolos, Gutiérrez, 1909, t. II, f. 87; Herrejón Patiño, 1938, t. X, 1939, f. 249; ASRA, Dotación, Expíe. 29. 162

CAPITULO IV

ECONOMIA RURAL SUBREGIONAL

"hay una correlación clara entre densidad del sistema de obtención de alimentos y la densidad demográfica" BOSERUP, 1984, p. 31

1. ECONOMIAS TRADICIONALES EN CAMBIO

La destrucción generada por la guerra de independencia debilitó la estructura productiva del Partido de Cuitzeo al iniciarse el período independiente. La agricultura, base de la economía de la jurisdicción, fue severamente afectada. Los informes estadísticos recabados por Martínez de Legarza sobre de esta comarca describen una estructura agrícola fundamentalmente tradicional dedicada a los cultivos de maíz, frijol, chile y hortalizas, unida a la recolección de charare realizada en la laguna y a la extracción de pulque, completada con la confección de prendas de algodón y petates. El comercio, según este autor, era escaso y limitado a la venta de charares y pulque.1 Queda la

posibilidad de que en general este escenario precario se haya mantenido durante el resto de la primera mitad del siglo XIX, como consecuencia de la fuerte inestabilidad social experimentada en Michoacán debido a las alteraciones políticas del país.2 De acuerdo con

Eduard Mühlenpfordt, un versado viajero alemán, en 1844 en el Estado "la agricultura se

1 MARTINEZ DE LEGARZA, 1972, pp. 191-196.

2 BRAVO LIGARTE, 1993, p. 386. 163 ha limitado hasta ahora a cubrir las necesidades más indispensables de sus pobladores.

Hace falta que haya tranquilidad política, seguridad pública y capital para la explotación de sus recursos naturales y la construcción de vías de comunicación".3 Aunque también conviene hacer notar evidencias, hacia la cuarta década, de una reactivación económica agrícola en gran parte de la entidad,4 indicios que en el Diezmatorio de Cuitzeo muestran una reactivación de la producción a niveles registrados antaño, según se desprende de los informes anuales, que van de los años 1848 a 1857, pertenecientes a los recaudadores del diezmo del ramo de Santa Ana Maya.5 No obstante, la estructura productiva en general se mantuvo en iguales circunstancias, hacia 1860 el canónigo José

Guadalupe Romero en su noticia estadística daba cuenta de un escenario parecido en el perímetro parroquial de Cuitzeo, al señalar "los habitantes se mantienen del producto de sus canoas, de la pesca, del pulque ... y de la agricultura", pero reparando en que el tráfico mercantil había pulsado un incremento de las relaciones comerciales hacia localidades vecinas importantes.6

Los procesos de nacionalización de los bienes eclesiásticos y de desamortización de las corporaciones religiosas y civiles modificaron dramáticamente la estructura agraria de los alrededores de Cuitzeo, lugar donde la administración corporativa de la tierra era

la más importante y se había mantenido sin grandes cambios desde el siglo XVIII. En el

lapso de unos cuantos años miles de hectáreas cambiaron la naturaleza jurídica de

3 BOEHM DE LAME IRAS, 1995, p. 198.

4 PIQUERO, 1849, pp. 65-70.

5 Archivo Histórico Manuel Castañeda' Ramírez (en adelante AHMCR), Fondo Cabildo, Sección Administración Pecuniaria, Caja 1386, exps. 22-26.

6 ROMERO, 1972, p. 125. 164 posesión. La orden agustina de Cuitzeo fue obligada a transferir por venta a partir de 1856 una importante porción de sus propiedades rústicas y las restantes expuestas a la expropiación por la denuncia de especuladores en años posteriores. El vuelco se completo con los itinerarios controvertidos de la individualización de las propiedades pertenecientes a las comunidades campesinas. La década de los sesenta y la siguiente fueron tiempos de desarticulación de esquemas económicos controlados por los religiosos agustinos, cambio en la organización agrícola anteriormente corporada y de tensiones entre viejos y nuevos actores del ámbito rural. Además de las modificaciones agrarias y del reacomodo agrícola, se presentó de manera simultánea la turbulencia política y social generada por la revolución de Ayutla, la guerra de Reforma y la ocupación militar francesa entre 1854 y 1867/

La situación de inseguridad y desorden continuó vigente entre 1869 y 1876 en gran parte del área de Cuitzeo creando un clima de zozobra, debido al levantamiento de grupos de inconformes políticos, gabillas y de los llamados religioneros, los cuales emplazaban a los lugares en que arribaban con contribuciones forzosas y pasturas, incautaban caballos y armas, apropiándose también de canoas para transitar la laguna, entorpeciendo las faenas productivas.7 8 Bajo estas circunstancias caóticas en 1872 el general José María

Pérez en su Geografía del Estado hecho un somero vistazo económico, muy parecido a los recuentos anteriores y tal vez sin actualizar, en donde los cultivos tradicionales como

7 BRAVO LIGARTE, 1993, pp. 408-431. Por ejemplo el ambiente de inestabilidad se manifestó en las inmediaciones de Cuitzeo con el arribo de bandas de insurrectos que apoyaban el plan de Ayutla: AHMCR, Fondo Cabildo, Sección Administración Pecuniaria, Caja 1386, Cuitzeo, año 1851, carpeta n° 25.

8 Archivo Histórico Municipal de Morelia (en adelante AHMM), varias cajas, años 1870-1872; año 1874- 1875, Libro 197, Ayuntamientos del Distrito, passim; Sobre este turbulento período de la República Restaurada en Michoacán ver: GUZMAN AVILA, 1989, pp. 101-136. 165 el maíz, frijol, chile destacaban sobre cultivos comerciales emergentes como el garbanzo, trigo y otros "granos y frutas", todo en un escenario supuesto de prosperidad.9

Paulatinamente la estabilidad llegó con el ascenso de Porfirio Díaz a la Presidencia de la República y la paz se convirtió en objetivo político de las elites gobernantes de

Michoacán. La anhelada paz en el discurso oficial se transformó en factor del esperado crecimiento económico, según se declaraba en el Informe de Gobierno de 1882, en

"nuestra naciente industria, nuestro abatido comercio y nuestra exigua agricultura".10 La tranquilidad social se convirtió en los años siguientes en elemento de atención permanente como factor básico del desarrollo económico, entendidos ambos agentes como inseparables en la construcción del anhelado progreso.11

Las condiciones de seguridad, estabilidad política, modernización del Estado, expansión económica y de una sociedad en constante cambio en el país, fueron variables que estimularon el desarrollo y el crecimiento.12 Todavía en 1882 Juan de la Torre, al reseñar la inauguración de la calzada construida sobre la laguna de Cuitzeo, describe un cuadro de producción del área muy parecido a antaño, aunque apunta algunas transformaciones. En principio la producción agrícola se había diversificado, las artesanías han experimentado alteraciones de las que la reciente elaboración de cordeles de ixtle era un ejemplo, además producciones seculares del área como el pulque y los charares muestran elevación de volúmenes para satisfacer la creciente demanda de los mercados

9 PEREZ HERNANDEZ, 1992, pp. 54-55.

10 LOPEZ, 1882, p. 16. (en adelante Memoria 1882)

11 PEREZ GIL, 1886, p. 16 (en adelante Memoria 1886); PEREZ GIL, 1889, passim (en adelante Memoria 1889); PEREZ GIL, 1890, p. 18 (en adelante Memoria 1890).

12 GUERRA, 1992, t. I, pp. 302-375. 166 locales y urbanos.1314

A partir de ese entonces las transformaciones agrarias alteraron la esfera agrícola en el área de Cuitzeo al presentar dos ámbitos diferenciados pero integrados, según se desprende de las primeras descripciones oficiales. Uno de ellos conformado por propiedades particulares grandes y medianas, instituciones de reciente formación en esta zona, orientadas al abastecimiento del mercado local y regional, especializadas básicamente en la comercialización de maíz, frijol y trigo. El otro lado compuesto por una enorme gama de pequeños terratenientes, de origen relativamente reciente y diferencias marcadas, ocupados en producir inicialmente para el autoconsumo y de manera ocasional destinando los excedentes hacia el comercio. La artesanía se mantiene como una actividad profesional pero también complementaria reforzada por un aumento de gente con escasa relación directa con la tierra. 14

Datos oficiales de 1889 correspondientes a los municipios de Cuitzeo, Chucándiro y Santa Ana Maya, muestran que la situación descrita tenía ya un proceso de consolidación muy avanzado y diferente respecto de 30 años atrás. La economía en general se mantiene con su secular vocación agrícola. El paisaje agrario se compone de haciendas grandes y medianas; ranchos de variada extensión; numerosos pequeños propietarios, anónimos y diversos; restos de comunidades campesinas en trayecto a la completa desintegración. La anterior importancia, casi única, de los cultivos tradicionales de maíz y frijol, cede espacio a la diversificación con la creciente producción de trigo,

13 DE LA TORRE, 1991, pp. 123-125. Unavdescripción parecida en: RIVERA CAMBAS, 1883, t. Ill, pp. 488-499.

14 LOPEZ, 1884, pp. 83-100 (en adelante Memoria 1884); RIVERA CAMBAS, 1883, t. Ill, pp. 488-499. 167 garbanzo y cebada, que en el entorno estatal hacen destacar al Distrito de Morelia.

Algunos propietarios de haciendas comienzan a realizar importantes inversiones transformando tierras de temporal al riego, aunque los esfuerzos son limitados y la introducción de tecnología se ve reducida a un modesto trapiche en la hacienda de San

José Cuiritzeo. Todas las propiedades producían dentro de una economía agrícola dual empresarial y campesina en donde las primeras, las haciendas y los ranchos, se van convirtiendo en las unidades productivas centrales del desarrollo agropecuario.15

El crecimiento de la población de la ciudad de Morelia y los municipios cercanos a

ésta fue la variable principal que permite entender el aumento y la diversidad de la producción agrícola de gran parte de la circunscripción en las siguientes décadas. Una síntesis censal organizada en la tabla 19, señala las pautas del desenvolvimiento demográfico de la jurisdicción y de la urbe entre 1868 y 1910.

La revisión de las cifras muestra un crecimiento absoluto y relativo de Morelia respecto al distrito en general. En el lapso de 42 años la ciudad había aumentado un

69.36% con un índice anual de 1.65%, superior al espacio contiguo que registró un

50.41% y 1.20% respectivamente. La concentración urbana significó en promedio un 25% de la población total, en otro sentido uno de cada cuatro vivían en Morelia, aunque se observa a partir de la novena década una ligera tendencia hacia arriba. Al igual que la capital del Estado el florecimiento demográfico también se experimentó en todas las cabeceras municipales del Distrito.

La creciente y concentrada población de Morelia y localidades de los municipios vecinos suscitaron la demanda de granos básicos y otros productos agrícolas, induciendo

15 Memoria 1889, Cuadros 2, 3 y 4. Tabla 19. Población total. Distrito Político y Ciudad de Morelia, Mich. 1868-1910.

Crecimiento Censos 1868 1881 1889 1895 1900 1910 Periodo (42 años) Anual Promedio

Distrito 96371 111637 116204 128894 130760 144959 50.41% 1.20%

Morelia 23643 23835 26934 34540 38604 40042 69.36% 1.65% Ciudad/Distrito 24.54% 21.35% 23.17% 26.76% 29.52% 27.62%

Fuente: Memorias de 1869, 1882, 1889; Censos de 1895, 1900, 1910. 168 169 al alterado ámbito rural circundante a abastecer el mercado urbano y semiurbano. La ciudad y algunas poblaciones comenzaron de manera parcial a reordenar y controlar la producción agropecuaria de acuerdo con sus nuevas y crecientes necesidades, acciones reforzadas con la llegada del ferrocarril en 1883 al Distrito.16 El abasto hacia los conglomerados urbanos de productos agropecuarios se convirtió desde la octava década en objetivo de la mayoría de las haciendas del Distrito. Volúmenes importantes y en aumento de maíz, frijol y trigo, eran consumidos básicamente a nivel local o enviados rumbo a Morelia, requerimiento que por cierto fue necesario completar en ocasiones con importantes remesas venidas del vecino Estado de Guanajuato.17

2. TRABAJO Y FACTOR HUMANO

La principal actividad económica en el municipio de Santa Ana Maya durante este período fue la agricultura y la mayoría de la población trabajadora se ocupó básicamente en las tareas agrícolas. El presente apartado hará una exploración aproximada de la fuerza de trabajo con la finalidad de reconstruir sus características y transformaciones.

Las Fuentes

La dificultad más importante que enfrenté para el análisis de la estructura ocupacional de Santa Ana Maya fue la de haber localizado información incompleta y fragmentada. Las fuentes de consulta corresponden a documentación privada inscrita

16 José Alfredo Uribe Salas opina lo contrario considerando al ferrocarril como el factor que debilitó a la capital del estado como centro económico y cpmercial. URIBE SALAS, 1993, p. 36.

17 Sobre el insuficiente abasto de Morelia en: Memoria 1884, p. 100; AHMM, c. 248, año 1881, leg. s/n, exp. 152. En el AHMM existen numerosas referencias de los lugares hacia donde se destinaba la producción. 170 conforme a la ley y exigida por la administración pública gubernamental.

Los registros seriados de trabajadores pertenecientes a los dueños de propiedades importantes que uno generalmente espera encontrar y que son de gran utilidad al parecer no se conservaron. Otros datos de carácter privado nunca quedaron con un registro documental y su evaluación se encuentra en el ámbito de la especulación. Aunque conviene considerar que otra documentación de negocios particulares inscritos ante autoridades pueden permitir configurar los tipos y formas de ocupación de la mano de obra. El examen de información sobre el número de operarios y modalidades de trabajo registrados por ejemplo en documentación notarial y judicial permitieron aproximarse al panorama laboral prevaleciente, empero se debe de reconocer su delimitación temporal y que sus motivaciones estaban ajenas a nuestro interés.

En cuestiones de estadística oficial conviene destacar que el país se encontraba en una etapa previa del registro de la fuerza de trabajo por lo que no existió un proyecto sistemático de recolección de datos. Luego entonces se tiene que revisar fuentes alternas de igual procedencia que por su distinta finalidad no consideraron la fuerza laboral como su objetivo. Algunas pistas pueden rescatarse de los levantamientos censales revisados en el Capítulo II, aunque conviene considerar que estos son básicamente conteos demográficos y poseen una utilidad restringida al ámbito municipal, a excepción del Censo del año 1900 que por lo demás incluyó los datos de la estructura ocupacional. Diversos detalles también de carácter oficial provienen de la correspondencia establecida entre las autoridades municipales y la prefectura distrital, aunque la información es limitada y tiene un carácter indicativo. 171 Brazos Suficientes

Una nueva revisión de los conteos demográficos levantados durante el período en cuestión en el municipio de Santa Ana Maya presentados en el Capítulo II apuntan una notable densidad demográfica sobre el territorio referido. La jurisdicción durante esa época debió tener unos 117.69 kilómetros cuadrados de extensión, superficie similar a la contemporánea, con una presencia humana que entre 1868 y 1910 mudó de 48 a 80 habitantes por kilómetro cuadrado. La tabla 20 siguiente muestra los seis censos disponibles y los cambios de densidad entre estos dos extremos cronológicos.

Basado en la clasificación de cohesión demográfica territorial, establecido por la geógrafa Ester Boserup, se desprende que el Municipio de Santa Ana Maya modificó su densidad de niveles que van de "medianos" a "densos", el segundo nivel referido desde el censo de 1889, aunque conviene resaltar que ambas escalas la autora etiqueta como de "altos".18 19 Comparado con otras jurisdicciones vecinas, siguiendo la misma clasificación,

Santa Ana Maya aparece con índices de aglomeración en algunos casos muy por encima, por ejemplo el municipio de Cuitzeo, localizado en Michoacán, en todo el período se mantuvo en una densidad "mediana". Mientras los distritos políticos guanajuatenses de

Acámbaro, Salvatierra y Yuriria, ya bien entrados en El Bajío, en 1895 estaban por debajo con densidades de 27, 58, y 43 respectivamente, únicamente Moroleón tenía una tasa similar a Santa Ana Maya, 67 habitantes por kilómetro cuadrado; en el censo siguiente levantado en 1900 se siguió manteniendo la misma tendencia en estas demarcaciones. 19

La abundancia de brazos desde luego que fue advertida en el lugar. Varios

18 BOSERUP, 1984, pp. 22-23.

19 Para Cuitzeo ¡guales fuentes que el Cuadro; MEYER, 1995, p. 29; GONZALEZ, 1904, pássim. Tabla 20. Densidad de población. Municipio de Santa Ana Maya, Mich. 1868-1910.

Censos 1868 1881 1889 1895 1900 1910

Población 5715 7386 7547 7967 9040 9501

Densidad/km2 48 62 64 67 76 80

Fuente: Memorias de 1869, 1882, 1889; Censos de 1895, 1900, 1910. 173 informes municipales dirigidos a la prefectura indicaron esta situación. Por ejemplo en

1888 el presidente afirmaba sobre la fuerza de trabajo disponible en el municipio que era

"suficiente y de sobra" y agregaba además también "hay brazos suficientes"20 Años más tarde, en 1903, en otro reporte el munícipe seguía sosteniendo la suficiencia de trabajadores pues, según su parecer, no había ni siquiera "terrenos a propósito para la colonización".21 La situación seguramente se mantuvo invariable pues no hay indicios o testimonios que muestren la necesidad de mano de obra.

Estructura ocupacional

Hacer un balance aproximado sobre el número de individuos ocupados en las tareas productivas en el municipio durante este período tiene sus dificultades debido a la falta de estadísticas levantadas por las autoridades. Las noticias y los datos localizados tienen un carácter indicativo y necesariamente despiertan suspicacias. Así, una serie de reportes municipales enviados al prefecto en diferentes años reproducen de manera similar a uno de 1887 lo siguiente "los mas habitantes del municipio se dedican al comercio y á la agricultura".22 Algunos munícipes enviaron estimaciones sobre el total de trabajadores en funciones en las cuales no se consideraron conceptos evidentemente actuales como el de la población económicamente activa. En 1888, por ejemplo, un informe sucinto calculó en 1200 la cantidad global de hombres que laboraban.23 La cifra

20AHMM, c . 262, año 1888, 1er semestre, leg. s/n, exp. s/n; c. 263, año 1888, 1er semestre, leg. s/n, exp. s/n.

21 AHMM, c. 15, año 1903, Fomento, leg. s/n, exp. 39.

22 AHMM, c. 257, año 1887, 2o semestre, leg. s/n, exp. s/n.

23 AHMM, c. 262, año 1888, 1er semestre, leg. s/n, exp. s/n. Las labores femeninas no fueron 174 bien podría representar la ocupación de alrededor del 65% de todos los varones entre los

16 y 60 años de edad en ese entonces, teniendo en cuenta que en las sociedades preindustriales estos peritajes carecen de certidumbre.

El censo de 1900 es el único material oficial disponible en presentarnos una instantánea municipal del número y sexo de los trabajadores y su correspondiente oficio.

De acuerdo con este levantamiento poblacional preparé, aprovechando las observaciones realizadas al respecto de este levantamiento por Francois-Xavier Guerra y Jean Meyer, la tabla 2124, en donde presento la estructura ocupacional por empleo con relación a categorías de actividad principal por tipo, el número parcial de listados, el peso porcentual por grupo, la distribución y cantidad por cada género.

El análisis de los datos muestra una gama de 2990 individuos, básicamente

hombres, que según resultados del mismo censo, los 2256 varones en edades de entre

16 y 60 años, junto con algunos niños y ancianos, estaban ocupados en alguna actividad

productiva.2425 Las tareas agrícolas agrupaban al 66% de las personas y corresponden a

la categoría I, mostrando que 2/3 se desempeñaban principalmente en labores

relacionadas directamente con el campo. Ya antes del levantamiento censal de 1900 funcionarios locales, además de reconocer la dificultad para saber el número de individuos

que se dedicaban a las tareas agrícolas, les era evidente de acuerdo con un reporte

incorporadas en este balance debido a que el sexo masculino, se indicaba, es el "único que se ocupa".

24 La realización del cuadro es personal pero su construcción descansa en la idea de: HERMOSILLO ADAMS, 1981, pp. 466-474; y las prevenciones a los equívocos cometidos con anterioridad y advertidos por GUERRA, 1988, t. II, pp. 474-475 y MEYER, 1986, pp. 477-509.

25 Recuérdese que la mayoría de las labores realizadas por las mujeres no son reconocidas como tales en ese entonces. Tabla 21. Estructura ocupacional principal por actividad y empleo. Municipio de Santa Ana Maya, Mich. 1900

Actividad Número % Hombres Mujeres

Agricultura 1967 65.78 1965 2 Grandes propietarios 7 7 Jornaleros 1947 1947 Otros propietarios 13 11 2

. C o m e rc io 382 12.77 363 19 A m bulantes 4 3 1 A rrieros 131 131 C anoeros 19 19 Carretonero 1 1 Comerciantes fijos 227 209 18

I. A rte s a n ía 353 11.80 331 22 A lbañiles 20 20 A lfareros 1 1 C anteros 7 7 Carpinteros 39 39 C ereros 5 5 C igarreros 6 6 C oheteros 5 4 1 C ostureras 10 10 C urtidores 12 12 D ulceros 3 2 1 Fustero 1 1 H erreros 12 12 Hojalateros 2 2 Ladrilleros 5 5 P lateros 6 6 S om breros 4 4 Tejedores textiles 185 175 10 Tejedor de palma 1 1 Zapateros 29 29

/. Servicios diversos 229 7.65 152 77 Criados domésticos 59 2 26 33 Lavanderas 1 1 M olenderas 40 40 M úsicos 34 34 M atanceros 18 18 Panaderos 18 18 Parteras 3 3 P eluqueros 6 6 P escadores 16 16 P intor 1 1 Sastres 18 18 Tablajeros 15 15

V. Gobierno y clero 13 0.04 12 1 Burócratas 9 9 Profesores 3 2 1 Sacerdote 1 1

VI. Se ignora 46 1.53 46

TOTAL 2990 99.57 2869 121

Fuente: Censo General de 1900, pássim. municipal de 1893 que "los mas habitantes del municipio son dedicados á la lavor" Los

20 grandes y medianos propietarios rurales, por cierto en el contexto municipal fáciles de identificar (Tabla 22), tienen una evidente holgura económica y el dominio de extensiones rústicas importantes. Respecto a los 1947 registros designados como jornaleros, se refiere a un conjunto complejo de personas que en Santa Ana Maya básicamente son pequeños propietarios, arrendatarios y medieros, además de campesinos desprovistos de tierra que, dependen de trabajar, al menos de manera parcial, de los primeros.26 27 Entre el conjunto de jornaleros es probable que apenas, en ese entonces, uno de cada cuatro fuera peón residente de las haciendas y ranchos del lugar de acuerdo con estimaciones del presidente municipal en turno. En reportes de la jurisdicción pertenecientes a los años

1903 y 1906, se calculaba en 500 y 425 respectivamente los hombres que trabajaban en dichos sitios. Si damos crédito a estas estimaciones apenas representarían el 17% respecto al total de trabajadores en activo, cifra por otro lado coincidente a la población radicada en 1900 en las haciendas.28

El comercio, categoría II, fue una actividad la cual junto con la agricultura, los informes oficiales en varias ocasiones también reconocieron como importante por el número de habitantes del municipio dedicados a esta. La Memoria de Gobierno correspondiente al año de 1885 destacó esta tarea y el presidente municipal, en julio de

1887 señalaba, "los mas habitantes de esta Municipalidad se dedican al comercio y á la

26 AHMM, c. 279, año 1893, Fomento, leg. s/n, exp. 16.

27 Ver Capítulo III. Sobre el problema de la confusión de los términos "agricultor" y "peón" del censo de 1900 en: GUERRA, 1992, t. II, pp. 474-475. .

28 AHMM, c. 15, año 1903, Fomento, leg. s/n, exp. 39; c. 19, año 1907, Fomento, leg. s/n, exp. 71; Ver Cuadro 8 del Capítulo II. 178 Tabla 22. Relación de comerciantes, industriales y agricultores destacados. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. Años 1888,1892 y 1896.

G iro ______U b ic a c ió n ______D ire c c ió n ______A ñ o s ______1888 1892 1896 1899 C o m m e e rc ia mn te e ssuo

Bruno Orduña A barrotes SAM SAM X Eduardo Hernández C arnicería SAM SAM X Pablo Hernández C arnicería SAM SAM X Valentín Mendoza C arnicería SAM SAM X Lorenzo Orduña Engorda de cerdos SAM SAM X X Rafael A. Vieyra Engorda de cerdos Huacao H uacao X X Isidoro López Mantas y tejidos SAM SAM X Laureano López Mantas y tejidos SAM SAM X Amador Orduña Tienda mixta SAM SAM X XX X Antonino Albor Tienda mixta H uacao H uacao X Aristeo Orduña Tienda mixta SAMSAM X Bruno Orduña Tienda mixta SAMSAM XX X Cipriano Vélez Tienda mixta SAMSAM X Francisco Castillo Tienda mixta SAMSAM X X Francisco López Tienda mixta SAM SAM X Ignacio Contreras Tienda mixta SAM SAM X Lorenzo Orduña Tienda mixta SAM SAM X Macario Ferreira Tienda mixta SAM SAM X Pipino Tirado Tienda mixta SAM SAM X Rarafel A. Vieyra Tienda mixta Huacao Huacao X Casimiro Vieyra Huacao Huacao X Donaciano Vieyra Huacao Huacao X José María López SAM C uitzeo X

Industriales José López Vasco Curtiduría SAM SAM X Bruno Orduña Fabrica de jabón SAM SAM X Evaristo Alvarez Fabrica de jabón San José Cuiritzeo A cám baro X Evaristo Alvarez Molino de caña San José Cuiritzeo Acámbaro X

Agricultores Felipe Díaz Carrizal Nuevo Carrizal Nuevo X Jesús Pérez Carrizal Nuevo Carrizal Nuevo X Melitón Contreras Carrizal Nuevo Carrizal Nuevo X Timoteo Calderón Carrizal Nuevo Carrizal Nuevo X Francisco Pérez El Cuervo El Cuervo X J. Concepción Pérez El Cuervo El Cuervo X Jacinto González El Cuervo El Cuervo X Maximino Pérez El Cuervo El Cuervo X Pedro González El Cuervo El Cuervo X Teodulo Pérez El Cuervo El Cuervo X Urbano Pérez El C uervo El C uervo X 179

Antonino Albor Huacao H uacao X Antonio Dondiego H uacao H uacao X Atenogenes González H uacao H uacao X Benito Vieyra Huacao Huacao X Bernandino Jimenez Huacao Huacao X Casimiro Vieyra Huacao Huacao X Cirilo Vieyra Huacao Huacao X Damaso Corral H uacao H uacao X Donaciano Vieyra Huacao H uacao X J. Guadalupe Vega Huacao H uacao X Jesús Andrade H uacao H uacao X Rafael Vieyra H uacao H uacao X Vicente Diaz Huacao H uacao X Antonio Garnica La Lobera La Lobera X Antonio Vigil La Lobera La Lobera X Catarino Garnica La Lobera La Lobera X Anacleta Núñez Los Zapotes Morelia x Pioquinto Guzmán Los Zapotes Los Zapotes X Teófilo Calderón Los Zapotes Los Zapotes X Vicente Chávez Cultivo de cereales Los Zapotes SAM X Vicente Chávez Los Zapotes Los Zapotes X Crispin Pizano Cultivo de cereales Potzundareo Potzundareo X Crispin Pizano Potzundareo Potzundareo X José Pizano Potzundareo Potzundareo X Luis Pizano Potzundareo Potzundareo X Antonia Roaro SAM A cám baro x Atilano García SAMSAM X Francisco Castillo SAMSAM X J. Trinidad Alvarez SAMSAM X J. Trinidad López SAM SAM X José Guerrero SAMSAM X José López Vasco SAMSAM X Juan Pedraza SAMSAM X Evaristo Alvarez Cultivo de caña San José Cuiritzeo A cám baro X X J. Julián Alvarez Roaro San José Cuiritzeo A cám baro X Evaristo Alvarez Cultivo de cereales San José Curitzeo A cám baro X Benigno Pérez Gil Cultivo de cereales San Nicolás Cuiritzeo Morelia X X Sinforoso Pardo San Nicolás Cuiritzeo San Nicolás Cuiritzeo X

Bruno Orduña Cultivo de cereales Tayo SAM XX X

Fuente: 1888: AHMM, c. 263, año 1888 1er semestre, leg. s/n, exp. s/n 1892: AHMM, c. 278, año 1892-1893, Fomento 1892, leg. s/n, exp. 7 1896: AHMM, c. 295, año 1896, Fomento, leg. 1, exp. 2 1899: DOMENECH, J. F. Guía General descriptiva de la República Mexicana. México, Ramón N. Araluce, 1899. pp. 333-367 180 agricultura". Un informe del Prefecto del Distrito del año 1909 también apuntó del lugar "los

medios de subsistencia (son) la agricultura y el comercio en general".29 30 Apoyado en el

Censo de 1900 he registrado 382 personas dedicadas a actividades comerciales,

alrededor del 13% del levantamiento global. Respecto a los 231 individuos que fueron

matriculados como comerciantes, casi todos establecidos por cierto, tenían diferencias

entre ellos de consideración, según se puede apreciar de la tabla 22 en donde están

relacionados los principales. He considerado incluir en esta categoría por la estrecha

relación con el sector comercial a los 131 arrieros, 19 canoeros y 1 carretonero,

responsables del tráfico, porte e intermediación de mercancías. En particular la

importancia de los arrieros siguió siendo fundamental en el transporte de productos a

pesar de la llegada del ferrocarril a Andocutín en 1883, a escasos 14 kilómetros de Santa

Ana Maya. Al parecer, según las evidencias documentales, la introducción del tren reforzó

en el área la utilización de la arriería para el transporte de productos, un ejemplo lo es un

informe de marzo de 1892 del Presidente Municipal en donde hacia notar que el ferrocarril

"tiene algunos inconvenientes, razón por que es preferible" los anteriores medios. 30

Entre las principales actividades económicas, que siempre los informes municipales

destacaron, estaban las artesanales, no es difícil precisar si las pocas factorías existentes

deberían seguir siendo calificadas como preindustriales. Los artesanos, categoría III, eran

un grupo respetable y variado, que cumplían necesidades anteriores y presentes de la

economía local. El censo registró 353 personas dedicadas a estas tareas, casi un 12% del

29 Memoria 1885, pliego 29; AHMM, c. 257, año 1887, 2o semestre, leg. s/n, exp. s/n; Periódico Oficial, t. XVII, N° 49, 20-VI-1909, p. 4.

30 AHMM, c. 276, año 1891-1892, Gobernación, 1892, 1er semestre, leg. 1, exp. 42. 181 conjunto, sin embargo la mitad de estos estaban dedicados a los tejidos de algodón y lana, vestigios de una actividad de origen colonial en transformación y decadencia, pero que seguían manteniendo representatividad.31 El grado de especialización de estos oficios no impidió que algunos tuvieran una relación directa con la tierra y que muchos de ellos fueran poseedores de extensiones reducidas. Muestra de esta situación son algunos miembros de la extinta comunidad de campesinos del pueblo de Santa Ana Maya que hacia 1888 declaraban seguir teniendo también algún oficio.32 Además en la de Huacao los integrantes de la misma manera continuaban combinando los quehaceres de la tierra con el trabajo textil.33

La categoría IV es lo que en la actualidad podría denominarse servicios diversos y su conformación atendió a cubrir necesidades cotidianas particulares y colectivas complementarias. El Censo enlisto 229 personas que representan el 7.65% del total.

Molenderas y criados domésticos fueron las ocupaciones con mayor número en este grupo aunque su distinción esta en la cantidad de 73 mujeres dedicadas a estas tareas, aproximadamente el 60% de todas las que están anotadas por el conteo general. La mujer, desde la opinión de algunos reportes municipales, no era reconocida en su participación en las tareas productivas pues como lo mencionaba un informe de 1888, el sexo masculino es el "único que se ocupa" y el femenino "no se ocupan".34 Es evidente que las labores del hogar y otras relativas no eran contempladas como productivas y que

31 AHMM, c. 262, año 1888, 1er semestre, leg. s/n, exp. s/n; Memoria 1885, pliego 29; URIBE SALAS, 1989, t. Ill, p. 272.

32 Archivo de Notarías de Morelia (en adelante ANM), Protocolos, Gonzaga, 1888, f. 17v.

33 Archivo Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán (en adelante AHPEM), Hijuelas, lib. 18, f. 435v.

34 AHMM, c. 262, año 1888, 1er semestre, leg. s/n, exp. s/n. 182 el Censo de 1900 solo registró a quienes recibían un ingreso por este quehacer.

Finalmente tenemos la categoría V que en el contexto general no significó un peso numérico importante, 13 personas, pero que junto con los grandes propietarios conformaron la elite del lugar. Los burócratas eran los empleados municipales, más no los miembros del cabildo que tenían otras actividades. Existe una omisión al registrarse sólo un sacerdote cuando había un fraile de la orden de San Agustín en el pueblo de Santa

Ana Maya y otro en Huacao. Los profesores atendían las 3 escuelas oficiales de niños y niñas que tenía el municipio en la cabecera y en la tenencia.

La imagen fija de la estructura ocupacional resultante del Censo de 1900 es factible pueda extenderse al menos para tres décadas correspondientes a este estudio, con una permanencia relativa de las categorías de actividad sin grandes cambios. La agricultura sin duda fue el sector más importante por el número de individuos ocupados, con un poco más de dos tercios dedicados a las labores agrícolas y con una organización compleja de actores. No obstante, el comercio, las artesanías y los servicios, también muestran una presencia destacada de trabajos, especializados en muchos casos, que tienen la finalidad inmediata de cubrir las necesidades locales.

3. ECONOMIA AGRICOLA REGIONAL

La dificultad de las estadísticas

Las mismas dificultades sobre censos demográficos revisados en el capítulo II nuevamente se presentan con la carencia de levantamientos económicos para gran parte del siglo XIX. Esta etapa preestadística puede ser subsanada parcialmente con varias recopilaciones. Así durante la primera mitad de dicha centuria destaca de manera aislada 183 el "Análisis estadístico de la provincia de Michoacán en 1822", trabajo pionero y magnifico de Juan José Martínez de Legarza, modelo que posteriormente intentó seguir Ignacio

Piquero con sus "Apuntes para la corografía y la estadística del estado de Michoacán" en

1849, sin embargo su esfuerzo es limitado debido, como lo confiesa el autor, a "la falta de datos" y "escasas noticias".35 Al comenzar el siguiente medio siglo las cosas no iniciaron tan bien. José Guadalupe Romero realizó en 1860 un registro de noticias diversas sobre las 116 parroquias que conformaban el Obispado de Michoacán, pero su trabajo trató de manera muy somera los datos de la riqueza material. Mientras el general José María

Pérez publicó en 1872 un "Compendio de la geografía del Estado", con la intención de ofrecer una visión general de Michoacán, destacando los capítulos III y VI dedicados al examen de la producción. Estas obras, conviene aclarar, aprovecharon la estructura administrativa y las iniciativas oficiales para ser confeccionadas.

La falta de un conocimiento cierto, ajeno a suposiciones y conjeturas, sobre la riqueza económica de la entidad tuvo que ser reconocido por la misma autoridad estatal en 1877 al declarar "no se tienen ningunos ... datos oficiales que puedan servir para la formación de la Estadística de Michoacán".36 La inquietud oficial sin embargo motivó en ese año a pedir, a través de los Prefectos de Distrito, recogieran datos "para la formación de la estadística del Estado",37 solicitud que fue cuestionada por la carencia de

35 PIQUERO, 1849, p. 30, 84.

36 GONZALEZ, 1877, p. 81. (en adelante Memoria 1877)

37 Ibíd. p. 82; Según la "Ley Orgánica de división territorial del Estado y sobre el gobierno económico- político del mismo", expedida el 10 de abril de .1868, vigente con cambios mínimos hasta el final del porfiriato, los Prefectos tenían entre sus facultades y obligaciones la de "Formar la estadística de sus respectivos Distritos, conforme á las órdenes, instrucciones y modelos que reciban del Gobierno". COROMINA, 1886- 1980, t. XIX, p. 66. 184 metodologías por el Prefecto de Zinapécuaro al apuntar "el catastro es aún entre nosotros una teoría ... (y) Todo cuanto sobre el particular pudiera informar á esa superioridad, seria un simple cálculo no capaz de sostenerse en el terreno de la discusión, por falta de datos, no ya seguros, pero ni aproximativos, que no es posible recoger".38

Los primeros intentos del gobierno estatal para conocer la situación y capacidad económica del territorio michoacano, por cierto desordenados y ajenos a cualquier sistematización, iniciaron desde noviembre de 1879. Igual que los censos de población referidos anteriormente, la recolección de datos para el catastro de recursos naturales y producción a partir de ese momento fue encomendado a los funcionarios municipales.39

No obstante la inconsistencia hizo reconocer al ejecutivo en 1884 sobre la falta de

"conocimientos porque en Michoacán se han descuidado completamente los estudios económicos".40

La inestabilidad política y social habían sido factores que impidieron el cumplimiento de estas tareas, pero con el ascenso definitivo de Porfirio Díaz a la

Presidencia de la República, se emprendió de manera decisiva la recolección de información económica que sirviera, más allá de meras intenciones fiscales, en el proyecto modernizador del régimen. El inicio de la etapa estadística en Michoacán comenzó a partir de mediados de la octava década de manera continua, a escala municipal y distrital, la concentración de datos se propuso conocer básicamente sobre las características y producción agrícola, ganadera e industrial, de valores monetarios de los bienes

38 Memoria 1877, p. 119.

39 AHMM, c. 250, año 1881-1882, año de 1882, 2o semestre, hoja suelta.

40 Memoria 1884, p. 11. 185 producidos, de precios vigentes cuatrimestrales y de la estructura económica en general.

La iniciativa gubernamental en este sentido fue la serie de anexos estadísticos incorporados a los informes de gobierno o la sucesión de noticias económicas difundidas ocasionalmente por la prensa estatal. Un ejemplo acabado fue la Memoria de 1889, en donde se estableció las ventajas del conocimiento de la riqueza económica de la entidad, no obstante el reconocimiento de las limitaciones habidas en la instrumentación de la metodología, el parecer de las autoridades por lo alcanzado, pese a las fallas, serviría de

"grande utilidad al Estado"41

Sin embargo el soporte que utilicé en la preparación de los cuadros y gráficas que se presentan a continuación provienen básicamente de padrones estadísticos levantados por los presidentes municipales de Santa Ana Maya, localizados en los archivos de la antigua Prefectura de Morelia, nunca difundidos y posiblemente desaprovechados por las autoridades en turno. Dado el carácter de esta fuente he considerado tener presente las siguientes observaciones:

1) La información, a pesar de estar apegada a los modelos y cuestionarios federales establecidos por la Secretaría de Fomento, en su recolección no parece haberse seguido con cuidado la metodología y procesamiento analítico por quienes aplicaron.

2) Las cifras levantadas están apoyadas en cálculos y estimaciones de uno o varios funcionarios municipales, siendo posible la presencia de un margen de subjetividad, pero con la ventaja de tener un grado de certidumbre debido al entendimiento de hombres estrechamente relacionados con su entorno.

3) Las noticias y las cantidades exhibidas a nivel municipal a pesar de tener un

41 Memoria 1889, pp. 157-160. 186 carácter indicativo reflejan una situación que permite reconstruir las características económicas generales de la jurisdicción.

La importancia y valor de estas fuentes estadísticas administrativas, pese a las consideraciones expuestas, cumplen con creces el objetivo de acercarnos a muchos aspectos de la economía rural de ese entonces.

Condición económica regional preexistente. 1822-1856

La importancia económica en particular del área de Santa Ana Maya en el concierto regional a principios del último tercio del siglo XIX fue poco relevante. Los mismos contemporáneos tenían una opinión desfavorable sobre competencia productiva de esta zona. Cuando se debatía en el seno del Congreso del Estado la pertinencia de erigir el municipio de Santa Ana Maya en febrero de 1868, esta visión fue esgrimida por un legislador argumentando que "no podía menos que juzgar que era un pueblo insignificante".42 Un año después, en septiembre de 1869, el mismo presidente municipal de la recién establecida administración declaraba sobre el ámbito jurisdiccional a su cargo en similares términos "los recursos (limitados) de un pueblo tan insignificante"43 Estas opiniones son evidentes que se referían a la cantidad de vecinos y a la fortuna material del pueblo de Santa Ana Maya, pero también indican la incipiente formación y debilidad económica de las elites locales.

Las noticias previas disponibles confirman los citados juicios. Una breve revisión

42 El Constitucionalista, Periódico Oficial, N° 31, 13-111-1868, p. 1.

43 AHMM, c. 240F, año 1869, Contiene 4 legajos con sus índices correspondientes, leg. Ayuntamiento de Santa Ana Maya. 187 de dos noticias extremas en lo temporal correspondientes al siglo XIX ofrecen la fisonomía de una economía local sentada sobre actividades agrícolas y artesanales que solo comenzaron a experimentar modificaciones hacia fines de la centuria. Hacia 1822 por ejemplo, Juan José Martínez de Legarza en su informe estadístico dirigido a la Diputación

Provincial, registró sobre el área de Santa Ana Maya la producción de cultivos tradicionales de maíz, frijol y un poco de trigo, sumados a la confección de textiles de algodón y lana y de esteras de tule, destacando además que el comercio era nulo 44

Varias décadas después, en 1872, el general José María Pérez anotó en su compendio geográfico un escenario casi idéntico, a excepción de la inclusión sobre la preparación de sal y tequesquite, pero omitiendo la fabricación de tejidos de algodón 45

La primera mitad del siglo XIX el área de Santa Ana Maya, como se apuntó en el capítulo III, mantuvo una situación agraria parecida a la de finales del período colonial, en donde la propiedad rústica se hallaba de manera importante bajo dominio jurídico y control económico de corporaciones, a excepción de un gran propietario particular. El sello de continuidad de esta etapa también se presentó matizada por conflictos y mutaciones sobre la tenencia de la tierra. La promoción legal de la individualización de los bienes de las comunidades campesinas favoreció el desarrollo de pequeños propietarios. En suma, al mediar el siglo el paisaje rural continuaba amortizado entre eclesiásticos y comuneros en casi dos tercios, una cuarta parte pertenecía a una persona y poco más de una décima estaba en manos de muchos.46

44 MARTINEZ DE LEGARZA, 1974, p. 194.

45 PEREZ HERNANDEZ, 1992, p. 54.

46 La estructura agraria no solo se mantuvo sin grandes alteraciones hasta mediados del siglo XIX, de acuerdo con la historiografía reciente la misma situación prevaleció en la agricultura. MENEGUS y 188 La situación descrita de inmovilidad jurídica de la propiedad rústica corporativa prevaleciente hasta ese entonces por el contrario participó intensamente en la dinámica capitalista. En general la practica de rentar la tierra por los agustinos y las comunidades campesinas era común, los primeros lo hacían de la totalidad y los otros de los excedentes, de estos últimos la explotación directa se limitaba a lo estrictamente

necesario. Los arrendatarios, casi todos de origen local y algunos foráneos, mantenían

intereses con ambas corporaciones en una relación estrecha de negocios y asuntos

relativos al crédito, recursos, mercado y trabajo.47

Una somera revisión de la cobranza decimal realizada los tres lustros previos a

1856 de la sección perteneciente al pueblo de Santa Ana Maya muestra una economía

agrícola sustentada en la renta de la tierra y el cultivo de maíz básicamente. Conforme al

catastro de la colecturía diocesana, la mayoría de los contribuyentes estaba conformada

por una multitud de arrendatarios muy diferenciados que, en conjunto, aportaban casi toda

la gruesa decimal. Las comunidades campesinas, exentas de esta obligación solo

manifiestan entregas de aves de corral. Los principales diezmantes, dentro del grupo de

arrendadores, eran vecinos del lugar y perseveraron como tales durante años, aunque en

los inventarios comienzan a aparecer a partir de 1850 algunos personajes foráneos que

tendrán un papel destacado después como terratenientes. Los índices de entrega de

maíz, frijol y garbanzo, indican las labores practicadas, aunque los volúmenes de

referencia de la primera semilla no tienen comparación con las otras, la producción

TORTOLERO, 1999, p. 22.

47 Gran parte de la explicación se desprende de evidencias documentales localizadas en AHMM y en Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Michoacán (en adelante AHPJEM). 189 primordialmente era maicera. Todo muestra que gran parte de lo producido permaneció y se consumió en el mercado local 48

Producción agrícola

En febrero de 1882 debido a un recorrido realizado por el Gobernador al Municipio de Santa Ana Maya, a propósito de la inauguración de la calzada sobre la laguna de

Cuitzeo, el licenciado Juan de la Torre, miembro de la comitiva, recogió en su crónica una puntual descripción de la jurisdicción. Entre las observaciones el cronista destacó una economía basada en la labranza de la tierra, la ceba de ganado porcino y la manufactura de tejidos de lana. De acuerdo con sus observaciones se advierte una permanencia de la agricultura tradicional sustentada en la producción de maíz, frijol y calabaza, pero que ha dado un giro a productos comerciales como el garbanzo, trigo, cebada, caña de azúcar, melones y sandías, debido a la iniciativa empresarial de los nuevos propietarios, grupo que de manera reiterada el visitante enfatiza por su determinación. La engorda de cerdos se describe como una actividad en gran escala que ha florecido debido a un mercado de granos local estrecho y a una demanda de carne creciente en el lugar y en el exterior. Una tarea que se había mantenido pero que tendía a desaparecer, a pesar de que se advierte es la principal ocupación de los vecinos de Huacao, fue la confección de zarapes y frazadas de lana, debido según observa el autor, a una tecnología rezagada, aunque descubro también a estas alturas la omisión del empleo de algodón que tal vez ya no era utilizado. La actividad pesquera, por otro lado, a pesar de la cercanía de la laguna tenía

48 AHMCR, Fondo Cabildo, Sección Administración Pecuniaria, Caja 1385, exps. 15-21 y Caja 1386, exps. 22-26. 190 una explotación limitada. Una circunstancia interesante sobre el comercio local, según lo registró el cronista, era su insignificancia como actividad económica.49

La anterior reseña presenta sin duda una imagen de las persistencias y cambios, indicando una transformación de la estructura económica. El desarrollo de la agricultura se manifestaba en la explotación de cultivos básicos y comerciales, requeridos por una demanda local y foránea, establecida sobre la iniciativa individual motivada por el lucro capitalista.

El eje pues de la economía del Municipio fue la agricultura. Apoyado en las estimaciones de producción remitidas por los presidentes municipales a la Prefectura de

Morelia entre 1883 a 1907, a excepción de algunos intervalos, he ordenado y diseñado la tabla 23. De acuerdo con estas series anuales en Santa Ana Maya se producía una amplia variedad de frutos aunque con enormes desigualdades de volumen. Los productos más importantes por cantidad fueron el maíz, garbanzo, trigo y frijol, además de ser las más constantes en los registros. También tenían una presencia significativa la caña

(panocha), cebada, arvejón y camote. Otros cultivos como el chile, haba, papa, cacahuate, jitomate y lechuga, a partir de 1895 comienzan a ser anotados de forma consistente, debido tal vez al requerimiento de informes más completos o quizá al cultivo e incremento evidente de estos.

Al intentar hacer un examen comparativo del maíz, garbanzo, trigo y frijol, principales cosechas por volumen en Santa Ana Maya, reproducidos en la gráfica 6, se advierte de inmediato el grado de importancia del primer cereal, siendo la ventaja por mucho evidente sobre los otros, a excepción de ciertos años. Una revisión por separado

49 TORRE, 1991, pp. 187-188. Tabla 23. Producción agrícola anual. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1883-1907 (en kilogramos)

Año roducto 1883 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1898 1899 1900 1901 1902 1906 1907 laíz 358800 1200600 1393800 828000 1380000 690000 690000 966000 1104000 828000 2140900 1350000 1425000 1200000 2250000 600000 rijol 75210 74865 31050 41400 34500 13800 41400 55200 20700 79000 47400 47400 79000 39500 94800 rvejón 6900 2760 2530 2024 6600 6600 6600 3300 iarbanzo 177100 130812 96600 120750 40250 24150 32200 48300 24150 276000 207000 220800 276000 72450 193200 rigo 24150 51520 103040 64400 32200 48300 48300 64400 48300 40250 32200 112000 112000 64400 82800 80500 Cebada 8050 12075 12880 80500 13800 6900 6900 anocha 13800 41400 34500 138000 82800 161000 46000 23000 11500 11500 am óte 18952 73600 36800 2000 434700 400000 10000 5500 aña dulce 10000 20000 20000 2500 :hile seco 3450 2300 Telón 7360 2000 :hile verde 3450 3450 3450 3000 iaba 6800 6800 7344 'apa 2000 1000 1000 •acahuate 600 600 4600 4600 ¡tomate 3000 6000 6000 3000 echuga 30 1500 8000 8000 200 emillas de Higuerilla 850 850 1700 lie! 200 200 lagueyes N° 200 ulque 3450 92000 92000 aja de Cebada 9200 aja de trigo 65642 46000 = Producción normal promedio anual uentes: AHMM, Varios años y cajas; Memorias 1884, 1889, 1892. rfc . rdcind a rniae oehs Mi. at n aa Mc. 1883- Mich. Maya, Ana Santa Mpio. cosechas. principales las de Producción 6. Gráfica

Kilogramos 1907

Garbanzo ■ Trigo □ Frijol □ Maíz □ 192 193 de ambos cereales y leguminosas permite observar su desarrollo y tendencia durante el período de muestra para lo cual he preparado la gráfica 7. Los cuatro productos tienen notables altibajos en un proceso de flujo y reflujo, las crestas fueron muy pronunciadas durante los años 1888, 1899 y 1907, estableciendo promedios a la alza cada 10 años, por el contrario se tienen estrepitosas caídas pero más estables, ambos procesos al parecer tienen una relación estrecha, ante todo, con la fluctuación de los ciclos pluviales anuales, sin descartarse otros factores. La proyección secular general parece tender hacia arriba, aunque se advierte que el crecimiento no es uniforme, durante la década de los ochenta va en despegue, en la siguiente los resultados fueron mediocres pero estables, en cambio la primera del siglo siguiente fue marcadamente heterogénea.

He considerado conveniente convertir en pesos de entonces la producción agrícola de la época con la finalidad de revisar desde la perspectiva del mercado la situación y ventajas lucrativas de los diferentes cultivos. La tabla 24 traza el beneficio económico municipal de cada producto agrícola por separado. La importancia del maíz se hace otra vez evidente, de cada conjunto anual en promedio dos tercios del valor total corresponden a este cereal. En orden decreciente, entre los más sobresalientes, aparecen producciones comerciales como el piloncillo, garbanzo, trigo y camote, a excepción del frijol que aparece junto a estos pero que casi siempre esta con una presencia por debajo. La trayectoria de los rendimientos monetarios de los primeros cinco productos puede apreciarse en la gráfica 8. Lp primero que se advierte es un conjunto de barras con cambios menos bruscos y con propensión a elevarse, salvo la que corresponde a la panocha que decrece fuertemente. Desde la óptica del rehdimiento monetario, en comparación con los esquemas de producción, nuevamente las tres décadas son diferentes, aunque hay un Gráfica 7. Producción cerealera y de leguminosas. Mpio. de Santa Ana Maya, Mlch. 1883-1907

Producción de Frijol. Mpio. de Santa Producción de Maíz. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1887-1907 Ana Maya, Mich. 1883-1907

100000 T 90000 80000 § 70000 o E 60000 E 5 50000 55 O) o 40000 o 5 30000 5 20000 i j 10000 1 o m O í co LO r^- 0 5 co IÍ5 f'- oo 00 5> 0 5 o í O í 0 5 O o O O oo 00 00 oo 00 00 O O O í 0 5 0 5 0 5 Años Años

Producción de Trigo. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1883-1907

120000 100000

| 80000 O)2 60000 = 40000 20000 0 COLO h - O í T— co LO N- 05 co N- o o c o c o 0 0 O í O í O í 0 5 0 5 o o o o o o c o c o 0 0 o o 00 00 co CO O) 05 0 5 0 5

Años 194 Tabla 24. Valor de la producción agrícola anual. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1887-1906 (en pesos)

Año P ro d u c to 1887 1888 1889 1892 1893 1894 1895 1898 1899 1900 1901 1902 1906

M aíz 17400 18000 25000 28000 16000 15000 54200 45000 47000 48000 120000 Panocha 2400 30000 7200 14000 4000 2300 1380 2400 500 G arbanzo 2200 1800 1200 1200 1200 750 6000 7500 9600 12000 4200 T rigo 1600 2400 2100 4800 3000 3000 1610 5600 5000 5796 9000 Frijol 1635 1350 800 1200 1600 1200 2000 1800 2100 4000 4500 C am ote 1600 800 60 8694 4000 1000 165 C aña dulce 4400 300 400 400 1000 100 C hile seco 1200 851 Cebada 100 160 1000 300 150 200 Chile verde 400 250 400 200 300 Arvejón 100 120 120 96 150 200 200 125 M elón 323 120 240 Haba 150 150 243 Papa 240 60 60 C acahuate 250 250 Jitom ate 150 120 120 150 Lechuga 60 160 160 12 Pulque 360 200 60 60 Magueyes N° 150 Paja de Cebada 48 Paja de Trigo 400 240 Fruta 600 Leña 180 Semillas de Higuerilla 62 62 125 M iel 24 24 Tuna 20 5 750 120

Fuentes: AHMM, Varios años y cajas. Gráfica N° 8. Valor anual de las principales producciones agrícolas. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1887-1906

□ Frijol

□ Trigo

■ Garbanzo

□ Panocha

□ Maíz

«sO (Ti 197 cierto paralelismo entre la octava y novena, los siguientes años del nuevo siglo los aprecios crecieron de manera notable. Una evaluación general conforme a los valores registrados señala una agricultura basada en la riqueza maicera pero con cambios y variedad en dirección a cultivos más rentables.

A través del examen general realizado disponemos de un panorama municipal anual sobre la producción agrícola y los rendimientos monetarios obtenidos, pero también conviene aunque sea de manera indicativa, acercarnos a una visión pormenorizada del lugar, a pesar de que la información completa disponible comprenda solo los años 1887 y 1888. Los datos están presentados en las tablas 25 y 26, ambas tienen una estructura similar estando ordenadas de acuerdo al tipo de propiedad, contienen las cantidades de producción por separado de las cosechas más importantes y la correspondiente proporción porcentual obtenida en cada sitio.

La revisión inicial de los cuadros de inmediato previene sobre los riesgos de cualquier suposición debido a que posiblemente la fuente tenía un carácter fiscal. De acuerdo con estos los pequeños propietarios y campesinos tenían un alto nivel de productividad, levantando un poco más de la mitad de la totalidad de las cosechas de maíz, frijol, garbanzo y trigo correspondientes al año 1887, en contraste con la gran propiedad que estaba por debajo. El siguiente año los papeles se invierten teniendo la hacienda supremacía sobre el parvifundio. Respecto a cultivos como el arvejón, la caña y la cebada, la explotación generalmente se realizaba en las grandes unidades, aunque las estadísticas entran en contradicción respecto a la cebada con la participación en 1888 del rancho de Potzundareo y los propietarios en pequeño de El Carrizal, mientras el camote se hacía básicamente en la comunidad de Huacao. Una disección detallada indica Tabla 25. Producción agrícola por unidad productiva. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1887 [en kilogramos]

Productos Propiedad M aíz % F rijo l % G a rb a n z o % Trigo % Arvejón % Panocha % C ebada %

1. Haciendas 49.40 39.41 43.63 46.87 100 100 100 San José Cuiritzeo 193200 16.09 8970 11.92 28980 16.36 16100 31.25 13800 100 Los Zapotes 138000 11.49 8280 11.00 32200 18.18 8050 15.62 6900 100 8050 100 San Nicolás Cuiritzeo 138000 11.49 5520 7.33 16100 9.09 Tallo 69000 5.74 4140 5.50 San Francisco Chamo 55200 4.59 2760 3.66

II. Ranchos 5.74 5.50 4.54 Potzundareo 69000 5.74 4140 5.50 8050 4.54

III. Pequeños Propietarios 41.37 45.76 42.72 21.87 de El Carrizal 414000 34.48 27600 36.69 64400 36.36 6440 12.50 de Santa Ana Maya 82800 6.89 6900 9.17 11270 6.36 4830 9.37

IV. Comunidades Campesinas 13.79 9.17 9.09 31.25 de Huacao 41400 13.79 6900 9.17 16100 9.09 16100 31.25

Totales 1200600 75210 177100 51520 6900 13800 8050

F ue n te : AHMM, c. 263, año 1888, 1er Semestre, leg. s/n, exp. s/n 198 Tabla 26. Producción agrícola por unidad productiva. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1888 [en kilogramos]

Productos Propiedad M aíz % F rijo l % G a rb a n z o % T rig o % C e b a d a % C a m o te %

1. Haciendas 64.83 44.30 53.82 50.00 San José Cuiritzeo 227700 16.33 4968 6.63 16100 12.30 32200 31.25 Los Zapotes 296700 21.28 12420 16.58 24150 18.46 19320 18.75 San Nicolás Cuiritzeo 220800 15.84 8625 11.52 16100 12.30 Tallo 75900 5.44 3726 4.97 6037 4.61 San Francisco Chamo y terrenos 82800 5.94 3450 4.60 8050 6.15 4025 3.90

II. Ranchos 5.44 4.97 9.23 33.33 Potzundareo 75900 5.44 3726 4.97 12075 9.23 4025 33.33

III. Pequeños Propietarios 23.16 36.85 24.60 7.02 66.66 2.91 de El Carrizal 241500 17.22 20700 27.64 16100 12.30 4025 3.90 8050 66.66 de Santa Ana Maya 82800 5.94 6900 9.21 16100 12.30 3220 3.12 552 2.91

IV. Comunidades Campesinas 6.43 13.82 12.30 39.06 97.08 de H uacao 89700 6.43 10350 13.82 16100 12.30 40250 39.06 18400 97.08

Totales 1393800 74865 130812 103040 12075 18952

F u e n te : Memoria 1889, anexo n° 2 200 que San José Cuiritzeo y los Zapotes eran las fincas con mayores niveles de producción y diversidad, en estrecha relación con su tamaño superficial, mientras los innumerables dueños situados en El Carrizal, a pesar de sus estrechos fundos, manifestaban índices económicos sobresalientes.

Agricultura y tecnología hidráulica

En este periodo gran parte del valle estuvo dedicado a la agricultura. La superficie cultivada en general fue de temporal y únicamente reducidas extensiones se incorporaron a la dinámica de regadío. Los ciclos agrícolas de los cultivos y las precipitaciones anuales, entre múltiples factores, determinaron los quehaceres campiranos. Siembras de secano eran el maíz, el frijol, el garbanzo y la cebada, aunque también los primeros llegaron a serlo de regadío. Mientras labores de trigo, caña de azúcar, camote, chile y melón, requirieron del agua provista por el ingenio humano. El cultivo de los cereales fue la actividad destacada en el campo y el maíz el más importante.

El régimen de lluvias tan irregular de Santa Ana Maya implicó un factor de riesgo importante en los cultivos de temporal. Agosto siempre fue el mes crucial para evaluar el resultado de las cosechas, una deficiente presencia en las precipitaciones hasta esas fechas levantaba serias preocupaciones en los agricultores. En ese mes se definía el fracaso o el éxito del ciclo agrícola.50

En un recuento de 28 años, basado en las observaciones y comentarios locales, entre 1854 y 1917 alrededor de 13 fueron de lluvias irregulares o de evidente sequía:

1854, 1863, 1864, 1883, 1891, 1894, 1895, 1902, 1905, 1907, 1909, 1915 y 1917.

50 AHMM, c. 250, años 1881-1882, 1882 2o Semestre, leg. s/n, hoja suelta. 201 Mientras los años de 1865, 1866, 1869, 1873, 1881, 1882, 1883, 1884, 1888, 1890, 1898,

1899, 1901, 1904 y 1906, fueron registrados como de lluvias normales o abundantes

(tabla 27). La vegetación natural atendía estas características del clima al conformarse con especies y variedades resistentes al prolongado estiaje representadas en mezquites, huizaches, pirules, zapotes, capulines blancos, palo bofo, vara prieta, palillo, pirimo, fresno, palo amarillo, sauces y morales.51

A la feracidad de las tierras del valle no correspondió la presencia de fuentes naturales de aguas superficiales aprovechables, importantes y suficientes. Los arroyos

Animas, Huacao y San Rafael, eran de carácter estacional, de corta longitud y corriente rápida. Numerosos manantiales, ojos de agua y romanientes, situados en los descensos de los cerros e inmediatos a las mejores tierras del valle, aunque de flujos constantes, disminuían sensiblemente durante el estío al grado de que muchos llegaban a secarse en años de sequía extrema.52

En el período que se trata existieron intentos de aprovechar la riqueza de los suelos

’del plan de manera intensiva y con relativa seguridad de los sembradíos procurando, dentro de los limites tecnológicos del momento, los escurrimientos naturales y las precipitaciones anuales de verano construyendo presas y bordos, depósitos que podrían permitir disponer de las aguas durante el resto del año para fines agrícolas y pecuarios.

Los trabajos para retener el agua de los arroyos fueron diversos. En el arroyo de

Las Animas poco antes de mediar el siglo, Benito Orduña, vecino de Santa Ana Maya y

51 PEREZ GIL, 1885, pp. 109-110.

52 Existen numerosas descripciones en AHMM sobre la hidrología. Por ejemplo, recuentos sobre la severa sequía de 1895 en: c. 287, año 1895, Gobernación. 2o semestre, leg. 2, exp. 107; La fuerte sequía de 1907 en: c. 19, año 1907, Fomento, leg. s/n, exp. 35. Tabla 27. Condiciones Pluviales. Mpio. de Santa Ana Maya, Mich. 1854-1917

Años Condición

Sequía 1854 1863 1864 1883 1891 1894 1895 1902 1905 1907 1909 1915 1917

Normal y Abundancia 1865 1866 1869 1873 1881 1882 1883 1884 1888 1890 1898 1899 1901 1904 1906

Fuente: AHMM, Varios años y cajas; ASRA, Exp. 29, Dotación; AHPJEM, año 1866, 1o Civil, leg. 2. Periódico Oficial, N° 56, 15-VII-1897, p. 2; N° 83, 16-X-1898, p. 5; N° 16, 25-II, 1906; N°470, 12-111-1910. La Libertad, t. IV, N° 41, 11 -X-1901, p. 2; BAG EG, N° 8, sep 95-feb 96, p. 47. CORONA, 1979, p. 98; CONTRERAS, s.f., p. 41. 203 con propiedades cercanas a su margen, construyó una presa en un sitio denominado de igual manera para poder emplear las aguas en sus terrenos.53 En un punto más elevado y a un lado del citado arroyo, los dueños de la hacienda El Moral, habían construido también hacia 1860 una presa y en 1897 seguían construyendo otros represas en puntos de mayor altitud. Todas estas edificaciones habían sido fabricadas de tierra.54 El dueño de la hacienda de San José Cuiritzeo levantó en cierto momento una nueva presa de cal y canto en donde anteriormente estaba la de Benito Orduña y en 1900 construían del mismo material una toma de agua en un sitio más alto que la anterior. Ambas obras servirían para derivar las aguas por canales ceñidos a los declives y al abrigo del cerro La

Mesa, para irrigar un plantío de caña de azúcar de unas cinco fanegas de sembradura de maíz de extensión, unas 18 hectáreas, que desde 1880 allí se cultivaba.55

La corriente del arroyo Huacao tenía un carácter permanente debido al aporte de tres manantiales, sin embargo su torrente disminuía bastante conforme se extendía el estiaje.56 Desde la época colonial los indígenas de San Buenaventura Huacao aprovechaban sus aguas y ya bien entrado el siglo XIX disponían de un complejo sistema de riego para abastecer sus terrenos y huertas sembradas de maíz, trigo y camote.57 El

53 AHPJEM, Civil, Sala 1a, Morelia, año 1866, C. Varios, N° 1, N° 38-6. f. 5v; Civil, Sala 1a, Morelia, año 1866, leg. 2. f. 21.

54 AHMM, c. 240 F, año 1869, Contiene 4 legajos con sus índices correspondientes, Ayuntamiento de Santa Ana Maya; c. 7, año 1901, Gobernación. 4° trimestre, leg. 4, exp. 170; Periódico Oficial, t. V, No. 56. Morelia, Mich. 15-VII-1897. p. 2

55 Periódico Oficial, t. VI, No. 83. Morelia, Mich. 16-X-1898. f. 5; AHMM, c. 7, año 1901, Gobernación. 4° trimestre, leg. 4. exp. 170; c. 302, años 1890-1897, Fomento, leg. s/n, exp. 1; c. 291, años 1894-1895, Fomento, leg. s/n, exp. 2.

56 Periódico Oficial, t. XLV, No. 96. Morelia, Mich. 3-IX-1925. p. 4.

57 Sobre la utilización en la época colonial, en: Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Tierras, años 1746-1759, v. 1449, exp. 1; años 1764-1791, v. 2686, exp. 1; El uso en el siglo XIX en: AHMM, c. 278, 204 liquido restante era retenido cauce más abajo en la hacienda de Los Zapotes, en donde la propietaria había construido una presa de cal y canto, destinando las aguas para el riego de sementeras de maíz y chile.58

La escasez de corrientes superficiales en el valle de Santa Ana Maya y la irregularidad de las medias pluviometricas indujo a los propietarios que disponían de superficies de gran tamaño, a aprovechar el tenue declive del relieve para captar el agua de las lluvias de verano y los escurrimientos provenientes de los espacios inmediatos.

Estos depósitos temporales, conocidos como cajas de agua o bordos, fueron construidos de manera escalonada con la finalidad de utilizarse en sucesión. Las edificaciones fueron de tierra pero la regulación del nivel de las aguas requirió de compuertas construidas de cal y canto.59

El uso de este método fue empleado por la comunidad campesina de Santa Ana

Maya en tierras situadas en el lado sur del pueblo, pero al desintegrarse la corporación se abandonó su uso.60 Evaristo Alvarez, propietario de la hacienda de San José Cuiritzeo, con motivo de los anegamientos habituales de sus tierras planas al pie de abanico que formaba el cerro La Mesa, desde 1866 comenzó a construir un sistema hidráulico que iría consolidando, consistente en cinco bordos escalonados llamados La Providencia, San

Ignacio, San José y San Carlos, convirtiendo en espacios de regadío unas 75 hectáreas

años 1892-1993, Fomento 1892, leg. s/n, exp. 17: La producción de los cultivos en: PEREZ GIL, 1889, Anexos.

58 La presa en: ANM, Apéndices, Ortega, 1908, 1 -VII-1908. f. 28 y ss. Los cultivos en: ANM, Protocolos, Huacuja, 1889. N°63, 15-V-1889, f. 147.

59 En la actualidad aun existen aunque ya no son utilizadas.

60 Referencias sobre de estas "cajas" de agua como también se les conocía en: ANM, Protocolos, Cano, 1864-1866, N° 167, 5-VII-1866, f. 58v-61; AHPEM, Hijuelas, lib. 5, exp. 2110, 28-IV-1896, f.40. 205 de los mejores terrenos.61 En Los Zapotes la propietaria también había construido un sistema similar, aunque de proporciones más modestas al citado, consistente en tres cajas de agua, que servirían para abrevadero y para cultivo directo cuando descendían sus aguas.62

Pero estas técnicas tenían los limites que imponía la naturaleza. La irregularidad de los ciclos pluviales nunca garantizó la carga completa de los depósitos y tampoco fueron raros los años de captación insignificante que poco después la evaporación desecaba en los inicios del estío. La intención de convertir los terrenos de temporal a riego tuvo una realización limitada. Entre 1889 y 1906 las extensiones irrigadas por estos métodos fueron de apenas 192 y 230 hectáreas respectivamente.63 Una proporción pequeña en comparación con todas las tierras abiertas en el valle a la agricultura.

Finalmente, la riqueza freática del subsuelo conocida por la gente de esta época, se restringió a la apertura de pozos y norias para el consumo doméstico y de abrevadero y unos cuantos pequeños propietarios llegaban a extraer con bimbalete el agua para sus huertas.64

61 El inicio de la construcción de los bordos en: AHMM, c. 240 F, año 1869, Contiene 4 legajos con sus índices correspondientes, Año 1869. Ayuntamiento de Santa Ana Maya; Sobre el sistema de riego y su uso en: PEREZ GIL, 1886, Anexo: Noticias hidrográficas de los Municipios del Estado.

62 ANM, Apéndices, Ortega, 1908, 1-VII-1908, f. 28 y ss.

63 PEREZ GIL, 1889. Anexos estadísticos. Cuadro No. 2; AHMM, c. 19, año 1907, Fomento, No. 71.

64 ASRA, Dotación, exp. 29, f. 1 206

CONCLUSIONES

El espacio de Santa Ana Maya durante el periodo de estudio no adoptó las jurisdicciones administrativas y eclesiásticas vigentes, ni los accidentes y fronteras

naturales, ni tampoco reconoció una ciudad mercado como dependencia.

El ámbito espacial, objeto de la investigación, lo propuse como una subregión no identificada con alguna región en especial y considerándola como una zona interpuesta, conceptos que entienden un lugar en donde confluyeron variables de índole ecológica, económica, histórica y cultural de diversas regiones, pero sin ser alguna de ellas determinante, este carácter la precisó como una área de "paso" regional de los sistemas anexos.

La definición del área de la subregión de Santa Ana Maya en ese entonces se había conformado como un producto histórico, entendiendo por subregión de Santa Ana

Maya al pueblo del mismo nombre y su contorno de influencia el cual estaba integrado por

un valle de apenas 250 kilómetros cuadrados de extensión, delimitado en un extremo por

una cordillera de escasa elevación y teniendo playa en el otro con la laguna de Cuitzeo.

Este marco geográfico abarcó la jurisdicción municipal y vecinas, además de dos

parroquias y porciones de otras.

La variable dominante fue el crecimiento de la población. El incremento

demográfico en la subregión de Santa Ana Maya, según los censos correspondientes a

la jurisdicción municipal, entre 1868 y 1910 aumentó de 5715 a 9501 habitantes 207 respectivamente, una elevación anual de 1.47% en promedio, fluctuando la tasa entre rangos del 0.3% y el 2.8% al año. Un desarrollo pausado y caprichoso. En tanto la densidad poblacional, entre los mismos polos cronológicos, se extendió entre los 48 y las

80 personas por kilómetro cuadrado. Se encuentra entonces que de acuerdo a lo anterior, el acceso a los recursos naturales estuvo sometida a una alta presión debido a la concentración demográfica. Al aplicar la clasificación propuesta por la geógrafa Ester

Boserup resultó que, la ocupación se localizó en parámetros definidos por esta autora como "altos", en magnitudes que oscilaban entre densidades que iban de "medianas" a

"densas".

Al evaluar sólo los conteos municipales, una de las varias fuentes de información, se desprende que la población residía en 1881 en 20 localidades incrementándose a 26 en 1910, pero la distribución de la gente en los diferentes sitios presentaba características heterogéneas. Así mas del 50% se concentró en dos lugares que tenían la categoría administrativa de pueblos y alrededor del 25% en asentamientos conocidos como

"rancherías". En suma, cerca del 80% de la población municipal vivía en estos dos tipos de establecimientos definidos por el rasgo común de la presencia de una multitud de pequeños propietarios. Las grandes y medianas propiedades nunca dispusieron dentro de sus límites de más del 20% de la población. Finalmente la población rural era bastante móvil pues un 15% de los contrayentes nupciales, según los registros parroquiales, manifestaban haber emigrado por lo menos una vez en su vida y más del 30% declaraba ser ajeno a la parroquia y ser originaria de lugares aledaños pertenecientes al vecino estado de Guanajuato. Este flujo migratorio posiblemente era continuación del fenómeno de expulsión que el Bajío experimentaba desde el siglo XVIII. 208 Las formas de propiedad y de distribución de la tierra entre 1856 a 1909 en la subregión de Santa Ana Maya tuvieron grandes modificaciones debido a factores externos e internos, sintetizándose los cambios de la siguiente manera:

En las tierras corporativas religiosas los agustinos de Cuitzeo perdieron sus enormes propiedades rústicas como consecuencia de las leyes de 1856 y 1859. Toda la jurisdicción de Cuitzeo fue un enclave para los religiosos que desde principios del siglo

XVII acumularon una enorme riqueza rústica. Así su influencia no sólo fue en materia espiritual sino que llegaron a poseer extensiones considerables de tierra y manejar en diversos grados la mayoría de las de otros propietarios, teniendo una gran influencia y

control sobre la economía de toda la región.

Mientras en las tierras comunales campesinas la promoción de la desamortización e individualización de la propiedad tuvo como marco formal la legislación estatal. Los diferentes gobiernos locales establecieron una continuidad en la política agraria aplicando

las adecuaciones según requirieron las circunstancias. Así la unidad de las comunidades

campesinas de la subregión de Santa Ana Maya dependió de la pertenecía común sobre

la tierra, aunque sin duda su estructura socioeconómica ya estaba desarticulada o en

proceso de estarlo desde la época colonial.

Sin duda las leyes de desamortización federales y estatales fueron instrumentos

de la creación y formación de las grandes propiedades privadas en la subregión de Santa

Ana Maya, el ejemplo de cuatro de los cinco grandes propietarios tienen su origen en el

enorme volumen de tierras que fueron movilizadas al mercado, posteriormente hubo una

gran estabilidad en la gran propiedad y solo al final del periodo de estudio se empezó a

presentar un estancamiento territorial y una crisis manifestada en la desintegración. 209 El antecedente documentado de los pequeños propietarios se registró hacia 1829 cuando ocurrió la primera división de tierras comunales en varios sitios del área y continuaron apareciendo en los siguientes repartos realizados. Muchos de los predios quedaron dentro del ámbito familiar generacional por décadas, pero bastantes se comercializaron inmediatamente. Sin embargo, importantes zonas de pequeños propietarios en la subregión de Santa Ana Maya nunca desaparecieron a pesar que desde un principio algunos propietarios fueron acumulando importantes superficies de tierra.

Al hacer una división temporal de los cambios acontecidos en la tenencia de la tierra para encontrar las tendencias encontré que se presentaron tres etapas. La primera registrada entre 1856-1888 en la cual las tierras de posesión corporativa, alrededor del

60% de la propiedad rústica, entraron al mercado. La iglesia perdió sus propiedades por venta o expropiación y las comunidades campesinas repartieron y vendieron también las suyas. El proceso por supuesto no fue nuevo pero ahora era acelerado e intenso siendo las transacciones numerosas y de todo tipo. El campo no solo experimentaba los cambios jurídicos de la propiedad sino que la estructura económica local sobre todo fue profundamente alterada.

En otro instante, hacia 1888-1900, la característica fue una notable acumulación de la tierra. El período fue de una gran estabilidad en el dominio rural y las anteriores alteraciones fueron mínimas. Unas cuantas personas controlaron el 70% de la propiedad raíz y la gran propiedad definió los procesos y modos de producción.

Posteriormente, entre 1900-19.09, la presión demográfica sobre los recursos naturales fue tan considerable que influyó sobre el mercado de tierras el cual experimentó 210 un importante movimiento, mostrando en todas las formas de tenencia modificaciones resultado en ciertos casos alteraciones definitivas.

Finalmente la tierra en la subregión de Santa Ana Maya en los mas de cincuenta años que transcurrieron entre 1856 y 1909 elevó su valor constantemente, pero sobre todo en la última etapa señalada. La situación no fue por efecto de inversiones y mejoras hechas en las propiedades, el resultado más bien atendió a otras razones, una era el aumento demográfico que presionaba sobre el acceso a este recurso y otra, el control monopólico ejercido por unos cuantos propietarios.

La economía en la subregión de Santa Ana Maya entre 1856 y 1909 descansó en la agricultura, la tierra era escasa para dedicarla a menesteres que no fueran los cultivos.

La frontera cultivable se expandió hasta los límites en que la deficiente tecnología y la naturaleza lo permitieron y la presión demográfica no alcanzó a sobrepasar la potencialidad agrícola.

El trabajo atendió a formas de ocupación no coercitivas y los peones eran escasos, siendo la causa la abundancia de brazos. No obstante esta mano de obra tuvo una gran independencia frente al monopolio de los recursos ya que gran parte de ella disponía de acceso directo a pequeñas parcelas. Así aunque se practicaba el arrendamiento, subarrendamiento, mediería y aparcería, los contratos muestran cierta flexibilidad y ventaja para el trabajador.

Los índices de producción, en particular el maíz, muestra que a pesar de los importantes movimientos estacionales, en una proyección de larga duración las cosechas crecían rápido, pero su ritmo es confuso en comparación con el crecimiento de la 211 población, aunque debe decirse que el constante desarrollo de la producción maicera permitió una cierta "estabilidad" en los precios de este producto, pues en promedio entre

1882 a 1910 la semilla se mantuvo en 3 centavos por kilo, aunque no debe desconocerse la presencia de los fuertes y pronunciados altibajos estacionales que alteraban su valor.

Por último es claro que en estos años la subregión de Santa Ana Maya tuvo una deficiente integración al mercado nacional. El mercado continuo siendo en gran medida

únicamente local y vecinal y la integración con las unidades vecinas fue limitado. El paso cercano del ferrocarril por el área, aproximadamente a 17 kilómetros, provocó efectos contradictorios, por un lado facilitó la exportación de algunas mercancías pero también reforzó anteriores esquemas de consumo interno y del porteo por arrieros. El modelo de

Johann Heinrich von Thünen se manifestó cuando los precios de los productos no producidos localmente tenían un valor más alto que en las inmediaciones, en una relación de que entre mayor distancia había de los otros mercados el valor de la mercancía se incrementaba, reflejo de un mercado aun errático. 212

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Hemerografía

Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Michoacán El Constitucionalista La Libertad

Cartografía

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