Deporte Es Una Mafia
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2 SERIE SOCIOLOGÍA POLÍTICA DEL DEPORTE, DESDE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. VOLUMEN DOS DEPORTE EN LA GLOBALIZACIÓN: ATÍPICA MAFIA POST MODERNA, “LEGAL” Y CONSIDERADA UNÁNIMEMENTE POSITIVA ELOY ALTUVE MEJÍA CENTRO EXPERIMENTAL DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS “DR. GASTÓN PARRA LUZARDO”. UNIVERSIDAD DEL ZULIA. MARACAIBO-VENEZUELA ASOCIACIÓN PANAMERICANA DE JUEGOS Y DEPORTES AUTÓCTONOS Y TRADICIONALES. LIMA-PERÚ MARACAIBO, 2020 3 Esta publicación es auspiciada por el Centro Experimental de Estudios Latinoamericanos, “Dr. Gastón Parra Luzardo”, de la Universidad del Zulia (CEELA de LUZ), en Maracaibo- Venezuela, y la Asociación Panamericana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales (APJDAT), en Lima-Perú Editor: Eloy Altuve Mejía Prohibida cualquier reproducción, adaptación, representación o edición sin la debida autorización del editor 4 Serie Sociología Política del Deporte, desde América Latina y El Caribe. Volumen Dos Número de Depósito Legal: ZU2020000116 ISBN: 978-980-18-1232-6 Deporte en la globalización: Atípica mafia post moderna, "legal" y considerada unánimemente positiva Número de Depósito Legal: ZU2020000113 ISBN: 978-980-18-1200-5 5 Centro Experimental de Estudios Latinoamericanos, “Dr. Gastón Parra Luzardo”, de la Universidad del Zulia (CEELA de LUZ). Directora: Nebis Acosta Redes sociales: [email protected]; @luzceela Asociación Panamericana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales (APJDAT) Director: Wilfredo Chau Lazares Redes sociales: [email protected]; https://www.facebook.com/APJDAT/ ; @APJDAT Celular: +51 910 828 162 Tel. Oficina: +511 422 2951 Diseño y Montaje: Ediliana Carrión Portada: Alexy Fernández, Eloy Altuve y Ediliana Carrión Edición Digital 6 DEDICATORIA El Volumen Dos de la Serie Sociología Política del Deporte desde América Latina y El Caribe, está dedicado a los Maestros y Maestras, entendiendo como tales -aludiendo al insigne Maestro Antonio Pérez Esclarín- a quienes han contribuido a sacar lo mejor de nosotros. Es un sector de la sociedad bastante maltratado económicamente y poco reconocido socialmente. Es oportuno mencionar una agradable tertulia de principios de los 80 en el acogedor frío de San Javier del Valle (Estado Mérida), sobre los severos cuestionamientos que de jóvenes solemos hacer a las personas mayores que están cerca de nosotros (especialmente a papá y mamá). Participamos -entre otros- Honorio Dam Palencia y el Padre José María Vélaz, quien con calma, firmeza, afecto y orientación pedagógica, comentó que al escuchar estas demoledoras críticas “siempre hago estas preguntas: ¿usted se avergüenza de su papá, de su mamá? ¿ le da pena presentarlos? ¿ no te cuidaron y no te atendieron en la medida de sus posibilidades y quizás mucho más? ¿ no dieron lo mejor de ellos para convertirte en una persona de bien, honrada y trabajadora?”. Los presentes quedamos impactados por la sabiduría de sus palabras, expresadas con sencillez y profundidad. Esa única vez que compartí directamente con un Maestro como Vélaz, marcó nuestra vida para siempre. Fue una gran enseñanza la valoración en su justa dimensión de los aportes, las huellas positivas de los adultos que acompañaron nuestra niñez, adolescencia y juventud, y punto de partida para empezar a descubrir la complejidad de las relaciones personales, profesionales y académicas, con criterios de apertura, amplitud, asumiendo como natural las diferencias, manteniendo siempre un profundo respeto a la condición humana de los demás. Los primeros Maestros fueron mis queridos y amados mamá María Isabel (mencionada en el Volumen Uno) y papá José Eloy, quien resumió el afecto a su terruño, Mucuche-Estado Trujillo, viviendo allí la mayor parte de toda una vida de trabajo honrado, siempre solidario con el prójimo y -en la medida de sus posibilidades- pendiente de su familia, sumergida en la compleja situación de inmigración de Trujillo a la Costa Oriental del Lago (Cabimas- Estado Zulia), estimulada por la explotación petrolera. La Señorita Rita Chávez atendiendo simultáneamente a estudiantes de primaria en dos ambientes comunicados, techos de zinc, etc., en una Escuela Unitaria Concentrada de 7 Cabimas-Estado Zulia, fue nuestra Maestra de primer grado. La dedicación y el afecto compensaba las deficiencias materiales para ejercer la docencia, su exitosa labor para el aprendizaje de la lecto-escritura, operaciones matemáticas elementales, moral y cívica, etc., se reforzaba en la casa donde existía una escuelita paga -que completaba el ingreso familiar- donde asistían niños y niñas del barrio, regentada por dos hermanas y mi madre, con quien perfeccioné la destreza lectora en el periódico Panorama del Estado Zulia. La precariedad en la Escuela Municipal Andrés Eloy Blanco se sintetizaba en la expresión “hay que llegar de primero para tener pupitre bueno”, completo, con mesa donde afincar; la mitad de los estudiantes tenían que usar las piernas como lugar o “mesa” para escribir. Esto no fue obstáculo para el apostolado de la Maestra de 4° grado, Antonia Rojas, quien se esmeraba por enseñarnos lo que correspondía al nivel y mucho más, con entusiasmo permanente y queriendo a todos sus alumnos y alumnas. Ada y Omaira, hermanas y “maestras” de la escuelita paga, se formaron y ejercieron la docencia como profesión, fueron Maestras en el arte de la constancia en el trabajo y brindándonos apoyo irrestricto para aprobar la revisión-evaluación de los cuadernos en primaria y secundaria o bachillerato. Con Nena, otra hermana, compartimos ocho años de estudio y fue la Maestra del orden, perseverancia y disciplina hasta concluir el bachillerato, junto a Carlos Aguilar Peña, primo, compinche, con quien compartí la primaria y el bachillerato, un Maestro que siempre marcaba el camino en el aprendizaje de las matemáticas y uno lo seguía en una sana competencia de intercambio. Ambos médicos, dedicados a aliviar el dolor y sufrimiento humano, continúan siendo ejemplos-Maestros de la honestidad, dedicación y solidaridad con el prójimo. Igual que Oscar, hermano y Maestro en el arte de llevar alegría y esperanza a las familias, al sanar a chiquillos y chiquillas. En Maracaibo-Estado Zulia, en la Escuela de Sociología de la Universidad del Zulia, contamos con el Maestro chileno Tomás Amadeo Vasconi cultivando la rigurosidad académica y descubriendo el placer por el conocimiento; su esposa, la Maestra Inés Reca, con espectaculares abordajes sobre la objetividad y el problema del método en las ciencias sociales, despertó la pasión por la carrera. El Maestro José Joaquín Villasmill, mejor conocido por su vozarrón intimidante, siempre afectuoso y profundo en las explicaciones, 8 nos enganchó para siempre con la estadística al punto tal que fui “profesor” de mis compañero(as) de curso y luego Preparador-Ayudante de cátedra. Combinando la provocación como “arte pedagógico”, con la profundidad expositiva y estímulo al trabajo reiterado y sistemático, el Maestro Leoncio Pinto fue decisivo en la fase final de nuestra formación sociológica formal, concluida con el Maestro argentino Oscar Colman, quien -más allá de las excepcionales orientaciones y asesorías propiamente académicas- nos ayudó a descubrir que uno es el único responsable de sus actuaciones y debe asumir las consecuencias que producen, aplicando esta reflexión a la realización de la tesis sumergido en el activismo político, escenario donde los Maestros Jorge Rodríguez (padre), Julio Escalona, Rafael Rodríguez, Orlando Villalobos, José Balza, Benito Díaz, Isaccc González, Leonel Sánchez y la Maestra Mireya Urribarrí, entre otros, encarnaron con palabras y, sobre todo, hechos, el desprendimiento personal, sacrificio, convicción, lealtad y fidelidad a los ideales más sublimes de justicia, equidad, solidaridad con el prójimo, etc. Con osadía y audacia propias de la juventud, empezamos a descubrir la complejidad del apasionante mundo educativo y la investigación con Maestros y Maestras como: • Arnaldo Esté, cuya amplitud y flexibilidad de criterio se combinaba con la máxima rigurosidad, cultivando siempre el afecto en las relaciones personales. • William Hopkins con una sabia apreciación refiriéndose a las cosas que se quieren hacer en la vida, contribuyó a encauzar adecuadamente ese empuje juvenil avasallante e incontrolable signado por una gastritis que obligaba a cargar un antiácido como los alcohólicos llevan su aguardiente: “Algunas lograrás hacerlas completamente, de otras sólo realizarás una parte y de un grupo simplemente no harás nada”. • Jesús Orbegozo, cuando elaboraba uno de los primeros trabajos a ser publicado1 y solicitaba un mayor número de páginas, nos dio una lección sobre la necesidad de trabajar la capacidad de síntesis para presentar los resultados de las investigaciones, 1 Educación Física, Deporte y Recreación. Colección Procesos Educativos. N.9. Fe y Alegría. Caracas. 1995. 9 con estas esclarecedoras y contundentes palabras: “No se trata de exponer lo importante ni lo fundamental, se debe expresar lo indispensable”. Los primero(a)s compañero(a) en un equipo de investigación fueron Maestros y Maestras con enseñanzas múltiples y variadas: • Yamelis Galué, con su contagiosa preocupación por el uso apropiado del lenguaje, así como su disciplina en la búsqueda, recolección y sistematización de información. • Wilmer Finol, amigo entrañable resumía la solidaridad a toda prueba. • Carmen Bohórquez, combinaba experiencia con rigurosidad al servicio colectivo. • Jorge Hinestroza sintetizaba la irreverencia y el desenfado, compartido en las sabrosas y profundas discusiones debajo de un árbol denominado