2016 Palabras Del Señor Director De La Escuela De Guerra Naval
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Nº 62 2016 DICIEMBRE Revista de la Nº 62 DICIEMBRE 2016 REVISTA DE LA ESCUELA GUERRA NAVAL Escuela de Guerra Naval www.armada.mil.ar www.esgn.edu.ar ARMADA ARGENTINA REVISTA DE LA ESCUELA DE GUERRA NAVAL Nº 62 Año XLVI Armada Argentina Diciembre de 2016 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Director de la Escuela de Guerra Naval Capitán de Navío Félix Eugenio PLAZA Director de la Revista Contraalmirante VGM (R) Carlos E. CAL Secretaria de Redacción Dra. Mónica G. SOTERAS Consejo Editor Capitán de Navío VGM (R) Álvaro FIGUEROA Dr. Jorge R. BÓVEDA Capitán de Navío Gustavo DE CORO Logística y Administración Guardiamarina Contadora Ana Alicia del Rosario BEDOYA Propietario Estado Mayor General de la Armada- Escuela de Guerra Naval Av. Tte. Gral. Luis María Campos 480 C1426BOP - Ciudad Autónoma de Buenos Aires Tel: 4346-8600 int. 3349 / 3363 / 3247 Fax: 4346-8600 int. 3346. Correo electrónico: [email protected] Web: www.esgn.edu.ar/revista/ Cartas al Director y suscripciones dirigirlas a [email protected] ISSN 0325-7185 Registro DNDA: En trámite Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723 de Propiedad Intelectual. Los artículos publicados en la revista de la Escuela de Guerra Naval son aprobados previamente en su pertinencia por el Consejo Editor que integran el Director de la Escuela y diferentes miembros de la Plana Mayor y Profesores de acuerdo con el tema del artículo. Las ideas expuestas en los mismos, son exclusivas de sus autores y no reflejan necesariamente el criterio de la Armada Argentina ni de la Escuela de Guerra Naval. Impreso en la Argentina Rotativos Unicom Dinamarca 3489, Temperley, Buenos Aires Tel: 011 4260-0374 Diseño Gráfico: Gabriela Garimaldi www.estudiofoco.net // [email protected] // +005411 5807 9434 Foto de Tapa: Aviso A21 ARA Puerto Argentino. Gentileza de Gaceta Marinera INDICE Mensaje del señor Director de la Escuela de Guerra Naval en el 82º Aniversario 5 Autor invitado Presencia de un Héroe Naval Español en el Plata: el Almirante Casto Méndez Núñez. CF (RN) Miguel Ángel De Marco 13 Operaciones Los Primeros en el Ártico CN Félix E. Plaza 45 ¿Por qué son tan Necesarios e Importantes los Portaaviones? Parte 2 / 1º entrega CN VGM (R) Juan Antonio Imperiale 89 Malvinas Satélites Norteamericanos sobre las Islas Malvinas Dr. Mariano Sciaroni 117 Geopolítica y Estrategia Apreciación sobre el Modelo Ruso de Guerra no Convencional CC Eduardo Duzevich 135 Mercenarios y Militares Privados: Evolución Histórica, Similitudes y Diferencias Mag Eduardo Correa 153 Misión de Naciones Unidas en Colombia: Algunas Consideraciones en el Camino hacia la Paz Definitiva TF Federico Ernesto Sarro 169 Tecnología Armas de Energía Dirigida. El Futuro a la Vuelta de la Esquina CM (R) Gustavo Grünschläger 177 Aviones no Tripulados y el Futuro de las Armas Aéreas Combinadas Jules Hurst 191 Formación Educativa La Formación y Evaluación Bajo el Enfoque de Competencias Requiere del Cambio de Subjetividad de los Docentes CN Marcos Matesa 199 Seminario Malvinas 2016 Cierre académico Seminario Malvinas 2016. Nivel Estratégico. Contraalmirante VGM (R) Carlos E. Cal 207 Cierre académico Seminario Malvinas 2016 – 2 En el Nivel Operacional. Vicealmirante VGM (R) Álvaro Martínez 212 Cierre académico Seminario Malvinas 2016 – 3 Contraalmirante (R) Julio Alberto Graf 224 Informe de Biblioteca 233 Departamento Investigación 237 Actividades de intercambio con otras instituciones educativas 2016 241 Presentación de Trabajos para su publicación 245 5 1934 - 82º Aniversario - 2016 Palabras del señor Director de la Escuela de Guerra Naval, Capitán de Navío Félix Plaza Con enorme orgullo como Director de esta casa presento este nuevo número 62 de la Revista de la Escuela de Guerra Naval, como es tradicional la misma incluirá artículos destacados de diferentes colaboradores. Este número refuerza la idea que nuestra Escuela de Guerra está viva, sobre todo en su pensamiento y en su capacidad de producir y difundir conocimientos de su incumbencia. No me quiero extender en palabras, pero sí creo oportuno que es importante reforzar las líneas fuerza que guían el espíritu de esta Escuela, por ello abusaré de la paciencia de los lectores e introduciré como Carta del Director, el discurso que pronuncié en oportunidad el Aniversario de la creación de esta casa. Previo a ello agradezco al Consejo Editorial, al Director de la Revista y a los autores de los artículos por su enorme esfuerzo y dedicación. Bravo Zulú. El 30 de Julio de 1934 nacía oficialmente la ESCUELA DE GUERRA NAVAL. Estos 82 años se cumplen, en un momento muy especial del país y de la Armada, por ser el año del bicentenario y por un cambio institucional que nos permite avizorar nuevas y optimistas expectativas. Por ello hacemos un alto en la jornada para conmemorar este particular aniversario y reflexionar tanto sobre su importancia como de la realidad de nuestra Escuela. En 1934 el país y la Armada vivían un momento particular, hoy comparándolo con el actual, lo definiríamos como de pujanza económica. Quienes lideraban la Armada entonces eran los antaño jóvenes oficiales de principio del siglo XX, los que dieron a luz el Centro Naval, los que vieron erigirse el Puerto Militar. La Armada volaba punta arriba, obras monumentales, que juzgaríamos imposibles de edificar hoy en día, como la Escuela Naval, eran realidades de ese momento. La Escuadra de entonces contaba con buques de línea capitales, como los 6 ESGN Nº 62 l Diciembre 2016 Acorazados Moreno y Rivadavia, los recientemente llegados submarinos “TARANTINOS”, una aviación naval pionera. La Armada Nacional avanzaba con pujanza y era una referencia internacional, que contaba con medios para actuar en los tres tradicionales ambientes de la guerra del momento. Había fortalezas y la pujanza económica y social del país brindaba múltiples oportunidades. Por supuesto había riesgos que potencialmente podían convertirse en amenazas y vulnerabilidades, para soslayarlas hacía falta algo más que medios. Para que esa Armada de vanguardia se sintiera completa era necesario mejorar la formación superior de sus oficiales jefes. De allí nace la Escuela de Guerra, la importancia que la Institución daba a esa nueva Escuela, se aprecia por las dimensiones de la sede edilicia que se erigió a ese efecto. Nuestra añorada casa en el barrio de Núñez. En el discurso inaugural el entonces Ministro de Marina dijo “Su gran finalidad será: estimular el pensamiento, promover la discusión técnico profesional y fomentar el deseo de aprender. Tenderá a formar al hombre de sentido real y clara noción de la importancia relativa de los elementos a emplear, capacitándolo para tomar juiciosamente decisiones rápidas y convenientes que en el ejercicio del Comando en la guerra, tienen un valor capital con respecto al porvenir del país”. En definitiva la Escuela debía transformar a los oficiales competentes en el arte de la conducción de buques en el mar, en jefes hábiles para tomar decisiones en medio de la complejidad y la incertidumbre, formar oficiales de estado mayor intérpretes de la realidad del conflicto, en definitiva jefes que fueran eficientes administradores del Poder Naval de la Nación. En ese momento el mundo vivía la paz entre dos guerras mundiales, la tecnología revolucionaba el quehacer militar y naval, la mecanización y tecnificación dominaban la guerra. Estábamos en lo que posteriormente los Estados Mayores llamarían Guerras de Tercera Generación, cuyo epítome sería la IIGM. A la vez la Guerra era parte del menú de opciones de los Estados para alcanzar sus objetivos políticos. Internacionalmente y regionalmente la Guerra era una posibilidad latente. La Escuela desde entonces recorrió un largo camino, pero las bases sentadas desde el comienzo permanecieron inalteradas. Desde el primer día se Director de la Escuela de Guerra Naval, Capitán de Navío Félix Plaza 7 fijó la meta de ser un foro de pensamiento, de debate, de enriquecimiento personal y profesional, una academia en todo sentido, que abriera aunque sea incipientemente las puertas de conocimientos fundamentales que luego cada quien sería responsable de profundizar e incluso deseablemente dominar. Conceptos como saber hacer, trabajo en equipo, asesoramiento leal, valor moral, decisiones oportunas y eficaces, juegos de guerra, conferencias magistrales, investigación, producción de conocimientos fueron y son claves de nuestro desarrollo diario. Lo que empezó con el llamado Curso de Guerra, dio paso con el tiempo a los Cursos de Comando y Estado Mayor, Estado Mayor Especial, Curso Superior y diferentes opciones de posgrados hoy abiertas al público en general. La reciente adopción de estándares de calidad y reconocimiento universitario a todos nuestros cursos impuso, es verdad, algunas obligaciones, pero a la vez nos incentivó a alcanzar umbrales de excelencia que mejoraron nuestros procesos y anclaron y protegieron los valores tradicionales incluidos en nuestras metas de estudio, blindándonos ante agentes exógenos. La excelencia de nuestra casa, poco a poco construida, posibilitó la interacción con otros centros de estudio, nacionales e internacionales, civiles y militares, contribuyendo a mostrar la calidad profesional y humana de nuestra Armada. Todo ello y más, se fue construyendo paulatinamente y es nuestra piedra de toque diaria. Poseemos capacidades que son elementos claves en esa interacción con el ámbito académico externo, menciono en especial el saber acumulado en los sistemas de simulación. Los, para nosotros, habituales juegos de guerra, derivados de las maquetas de buques movidos en el patio de la Escuela, fueron mutando a sistemas informáticos, elaborados por nuestra gente, que son requeridos en ámbitos externos como elemento clave en la adquisición de competencias prácticas en diferentes áreas. Por supuesto no usan interacciones de armas o sensores, pero la construcción de escenarios virtuales, mensajería, representaciones gráficas y comunicaciones diversas, que nuestro personal domina son un elemento muy apreciado en el ambiente universitario del país. En estos 82 años, muchas cosas han pasado, grandes cambios asombraron y sorprendieron al mundo, pero hay otras cosas que permanecieron inalterables.