De Juan De Herrera, Y La Idea De El Escorial Juan José Lahuerta
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ARQUITECTURA El "Séptimo diseño", de Juan de Herrera, y la idea de El Escorial Juan José Lahuerta •l •. - ·- ,. Juan de H errera. Proyecto para la fachada del templo de El Escorial. Calcada del original por El Escorial. Patio de los R eyes y fa chada del A . R uíz de Arcaute, 1936. templo. odemos iniciar nuestra compren en la fachada principal o de arcos en los cual se acordarán con seguridad cuales sión de El· Escorial observando claustrillos, los sistemas de pilastras y quiera mutaciones que se hicieren" (4). P atentamente aquella que es toda semicolumnas, los capiteles, los esta bl a Y d igo q ue tal cosa ocurre en el dibujo vía su mejor ilustración: la estampa del mentos, las decenas ele chimeneas y bu porque sólo en él, en razón ele su cuali séptimo de los diseños que Francisco de hardas en los tejados, comproba ndo la dad universal, puede comprobarse la to Mora y el mismo Juan de Herrera reali perfección con la que la menor moldu tal simetría del edificio y, al m ismo tiem zaron de la obra, y que Petrus Perret ra, el más leve cambio ele material se ha po, las mutaciones que esa si me tría asu grabó en 1587. cuyo título es SCENO hecho presente. me: así la aparición de la cubierta de la GRAPHIA TOTIVS FABRICAE S. Pero no sólo eso. gra n escalera ocultando parte del claus LAVRENTII IN ESCORIAL! ( 1). Tambi én lo es el ir descubriendo có• tro de los evangelistas; la diferen te com En primer lugar porque ella es, efecti mo el diseñ o se ha mostrado fi el a la posición de claustros y patios a ambos vamente, escenografía, es decir, una total realidad ele la construcción incluso en lados del templo; la aparición de las y perfecta delineación perspectiva del ob aquellos lugares en los que podemos balaustradas que coronan las naves con jeto Escorial y, por tanto, junto con el comprobar, en la obra realizada, modifi las q ue se divide en tres el gran patio resto de las láminas, el más original do caciones res pecto a los iniciales deseos cuadrado del palacio ... cumento sobre su forma. de Herrera. Así, por ejemplo, en la fa ch a El dibujo es, por ta nto, lectura literal En segundo lugar porque es también da del templo, donde las seis p irá mides del edificio (5 ). representación, o sea, símbolo del edifi coronadas con bolas que debían levan Pero indiqué anteriormente u na se cio, al cual debe hacer presente en la tarse sobre el entablamento dórico fue gunda cuestión: ta mbién es su represen memoria de los que alguna vez lo vieron ·ron sustituidas por imágenes de seis re tación, lo que quiere decir: "volverlo a y suplantar en la imaginación de quie yes ele Israel, propuestos por Arias Mon presentar". En otras palabras, se trata de nes nunca estuvieron en él. Y en ambos tano y esculp idos por Monegro (2), y en una interpretación de la realidad que, casos con una gran ventaja respecto a la la que tampoco se dibujaron los círculos en su propia absolutez (esa cualidad uni verdadera construcción: la ele su calidad que, in scritos en las placas cuadradas versa l que la lámina tiene y de la que ya universa l, recordada por el TOTIVS pre del segundo cuerpo, H errera había pre he hablado) puede y quiere suplantar al sente en el lema, que el edificio, someti visto, deshaciéndose así el geom étrico ed ificio, conviniéndose así en su imagen do a los límites que la enormidad ele sus elementarismo inicial de la composición o idea. espacios y el devenir del tiempo le impo y conviniendo en simbó lica la portada, Este asunto, evidentemente, va a preci nen, no puede o frecer. es decir, haciendo hablar con palabras sar de una explicació n más compleja La escenografía, por tanto, muestra inmed iatamente comprensibles lo que en que el primero, porque ya no es cuestión con exactitud al objeto. La representa Herrera era muda relación ele cuadrados, ahora ele comprobar la precisión de los ción, en cambio, contiene su idea. círculos, esferas, pirámides (3). detalles que la estampa inmediatamen te Respecto a lo primero, constituye un Y, en fin , el ver cómo el dibujo ejem nos ofrece, sino ele entender las razones verdadero p lacer seguir con la vista, muy plifica, interpretando sin eludas, aquello de cada elección, es decir, de cada uno de cerca, las tensas líneas horizontales ele que Vitruvio escribe en el capítulo II del de los momentos del dibujo que, sin las cornisas, las suces iones de ventanas VI de sus libros sobre la simetría, " a la venir inevi tablementc fijados por la rea- El Escorial 29 ARQUITECTURA lidad de la construcnon, dependen del arbitrio (y refl ejan, por tanto. las inten ciones) del d ibujante. Porque según es tas opciones hayan sido resultará un di ferente efecto del dibujo. Huelga decir que efecto tiene aquí el sentido de fin para el que una cosa se hace y no de emoción o sensación. Y si efecto es fin, convendrá conocer cuanto antes los medios por los q ue se alcanza, o sea, las opciones del artista. Unas recurriendo a pránicas corrien tes revelan un orden , no por convencio nal desdeñable, sobre el que entender El Escorial; otras determinadas por su vo luntad muestran el lugar que el edificio ocupa en el paisaje , por extensión, en el mundo. Respecto a las u nas toda alternativa se resume, primero en la fij ación del punLO de vista frente a la fachada de poniente, que es la p rincipal; y segundo, en el desa rrollo de la perspectiva central a lo largo del eje de simetría del edificio, El Escorial. Puerta principal. sobre el que se sitúan las piezas singula res del mismo. No es ocioso comprobar la exactitud con que la estructura del edificio coinci de exacta men te con el orden contenido en las leyes geométricas de la perspecti va, la puntualidad con que las largas crujías que limitan y dividen a escuadra el gran rectángulo de la planta se acomo dan a la abstracta cuadrícula que está en la base de su construcción más didáctica. T an precisas conven iencias no son sino mómentos dirig idos a evidenciar otra: la que se da entre el edificio dibujado y la perspectiva como formas simbólicas (6), puesLO que, en efecto, la jerarquizada serie de planos paralelos y la centralidad del sistemati1..ado espacio perspectivo pueden seguirse sin desperdicio en la sucesió n frontal de fachadas (puerta principal y templo) y cúp ula, en cuya dominadora esfera se resumen tanto el espacio de la perspectiva (puesto que el foco de esta se sitúa en su mismo eje) como la estructura toda del edificio di Meunier. Vista de El Escorial. Aguafuerte, 1665. bujado, que así, sin desajuste alguno, se identifican. Pero esa imagen de El Escorial que el diseño nos ofrece, centralizada y armóni• ca, en la que todo elemento tiene su lugar sobre el enrejado de la planta y al mismo tiempo encuentra su sentido tan sólo en cuanto referido a la cúpula, ¿ti e ne alguna relación con el edificio verda dera mente construido? Evidentemente no. Y no sólo porque en ella, a unque sin desvirtuar nu nca lo que hemos dicho que era una lectura li teral de la fábrica, permanecen ocultas aquellas piezas que, como el ábside del templo y el palacio privado del rey, rebasan los límites rec tangulares de la planta comprometiendo su geométrica pureza (7); o porque la representación de elemenLO s como la ga lería de Convalecientes o las Casas de Oficios q uede interrumpida por los lími• tes del papel, insistiéndose así en la in te gridad excluyente del núcleo de la cons Meunier. Patio de los Evangelistas. Aguafuerte, 1665 . trucción. 30 El Escorial ARQUITECTURA Fernando Brambilla. Patio de los Evangelistas. Oleo, ap. 1825. Compárese con el grabado de Frontispicio del O:>mpendio de Vitruvio, de Meunier. joseph Castañeda, 1761. Bastará observar cualquier o tra repre do alguno contra la es tampa herreria na sombra de sí misma. recupera su d iscre sentación no oficial de El Escoria l (pues sino más bien a l contra rio, en el sentido tO tamaño y pasa a ocupar su lugar en e l to que la de esta estampa se convertirá de imponer una inexistente unidad ele la lí m ite posterior de la fábrica. mostrándo en la imagen solemne del edificio, idén o bra. se el edificio, ya no como armoniosa ticamente repetida en infinidad de oca Y eso no es consecuencia del puntO de extensión de miembros a lrededor de un siones) par~i advertir las sensaciones ta n vista elegido para mirar a l edificio: la centro poderoso, sino como tensa verte diversas que (·ste provoca en el á nimo de irregular fa chada orienta l. También des bración de masas a los lados de un eje de quien lo contempla. de la Lonja provoca los mismos efectos. simetría tan sólo entrevisto. En uno de los grabados dibujados por Veamos por ejem p lo una estampa cu Eugenio D'Ors, en Cúpula y monar Meunier en 1665 (8), por ejemplo, en ya declarada intención es la de hacer quía ( 12), escribió. sin duda con menos donde El Escorial es visto desde oriente, va ler precisamente el clasicismo de El originalidad de la q ue él pensaba: "El es decir, desde el camino de Madrid, no Escori al: la del frontispicio del Compen clasicismo de un objeto real o ideal con sólo las masas del ábside y del pa lacio dio de Vit ruvio, de Perrault , traducido siste en la presencia, victoria y primacía interrumpen el frente uniforme de la fa al castellano por J oseph Castañeda en la de los elementos de unidad en el mis chada posterior, sino que la misma cú tardía fecha de 1761 ( 1O ).