Segunda parte Tecnologías ancestrales y reducción de riesgos del cambio climático Terrazas precolombinas Taqanas Quillas y Wachus

5 EDUARDO CHILON CAMACHO SEGUNDA PARTE

Terrazas agrícolas precolombinas: taqanas, quillas y wachus

Antecedentes

En épocas ancestrales, los pobladores del espacio andino-amazónico de Bo- livia ž‰Š‘”˜•†Ã˜Š˜ ‡Š—”†’Š—Žˆ†“”˜lograron un apropiado y excelente acceso a los recursos naturales, en unmedio geográfico difícil, agreste, heteǂ rogéneo y contrastante. Redujeron la incertidumbre de los riegos del cambio climático a través de la creación y el usoadecuado de tecnologías ancestrales andino-amazónicas, de la ingeniería genética y otras alternativas tecnológicas, lo que les permitió preservar las bases productivas y una variedad de plantas y animales, adaptadas a cada uno de los’últiples pisos ecológicos, que ofrecía y ofrece la geografía del país, asegurando‰ŠŠ˜™†’†“Š—†š“†•—”›Ž˜ŽØ“†‰Šǂ cuada de alimentos. Las impresionantes terrazas agrícolas construidas en diversos ecosistemas del país, son una prueba fehaciente del trabajo científico de nuestras culturas an- cestrales. Las terrazas agrícolas precolombinas presentes en , denomina- das taqanas, quillas y wachus son, actualmente, reconocidas como las únicas infraestructuras jamás inventadas por el hombre, para acceder a los ecosistemas de alta montaña, evitando la erosión de los suelos. La actual superficie bajo cultivo del país, estimada en 2.374.605 hectáreas, incluyendo cultivos industriales, no industriales y las tierras en descanso, po- dría incrementarse en un 25%, con sólo recuperar el 70% del total de las terra- zas agrícolas precolombinas abandonadas en diferentes ecosistemas del país. Lamentablemente persiste el prejuicio de los impulsores de la agricultura moderna en señalar como causa de la escasa productividad agropecuaria nacio- nal, a la permanencia de tecnologías ancestrales que estarían condenadas a de - 83 saparecer. Lo paradójico del caso es observar que la erosión que sufren los sue- los agrícolas y la reducción de las áreas productivas son más bien el resultado del abandono de los sistemas de producción andino-amazónicos de larga data, es- pecialmente de los inmensos sistemas de terrazas agrícolas de origen ancestral. Los problemas que enfrenta el área rural del país y la producción agrope- cuaria nacional no podrán ser completamente resueltos, solamente, con el fo- mento e introducción de tecnologías de punta o con la capitalización del sector sino, también, recuperando las “antiguas y modestas” tecnologías andino-ama- zónicas, cuya más alta expresión la constituyen las taqanas, quillas y wachus, que permanecen abandonadas y en proceso de destrucción; pero que, sin em- bargo, en las pequeñas extensiones en las que todavía están en uso, se com- prueba que son sistemas de gran eficacia productiva y social.

Alcances y objetivos del estudio

En esencia, la presente investigación trata de fundamentar la incorporación, al conjunto de alternativas tecnológicas ecológicamente recomendables, eco- nómicamente viables y socialmente aceptadas, de aquellas tecnologías de origen ancestral, jamás concebidas por el hombre para la reducción del riesgo climático y la preservación de las tierras productivas de alta montaña: los sistemas de cul- tivo en terrazas precolombinas. Éstas reciben diferentes denominaciones en el extenso territorio del país. Son llamadas taqanas en las comunidades aymaras, quillas y wachus en la zona de los yungas y jallpa jarkanas o chullpa-tirquis en la región de los valles donde se asientan las comunidades quechuas de Bolivia. El presente trabajo, como un aporte al estudio de la cantidad, calidad y va- riedad de tipos de terrazas presentes en el territorio nacional, se planteó como objetivo la realización de un inventario a nivel exploratorio, con alcance nacio- nal y reconocimiento a nivel regional, de las superficies ocupadas por taqanas, quillas y wachus, en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes; con es- pecial atención en sus características y tipos existentes, en su estado de con- servación, en su uso actual y en sus posibilidades de recuperación para ser incorporadas al actual sistema productivo.

84 Por la amplitud, heterogeneidad y variabilidad de la región andino-amazónica del país, todavía no es posible un estudio detallado de las terrazas agrícolas en todas y cada una de las regiones y subregiones. Para los propósitos del presente trabajo y la validación del Sistema de clasificación de terrazas agrícolas se ha seleccionado comunidades de los valles interandinos de los municipios de Cha- razani, Curva, Chuma y Mocomoco y, como estudios de caso, dos áreas repre- sentativas: Cohoni en los valles interandinos y Yanacachi en los yungas del departamento de La Paz.

1. Las terrazas precolombinas

1.1. Conceptos y denominaciones

Las terrazas agrícolas precolombinas existentes en el continente americano tienen diferentes denominaciones que dependen de características étnicas, cul- turales y ecosistémicas del lugar donde están presentes. Los españoles las de- nominaron andenes, como una extensión del vocablo Andes, con que designaron a las cordilleras sudamericanas. Para Garcilazo de La Vega, cronista inca, dicho nombre proviene de una provincia situada al este del Cuzco. En la lengua que- chua, las andenerías son conocidas con el vocablo de “patillas o patas”. (Guilet, 1981; Del Busto, 1978). El equivalente de terrazas agrícolas o andenes en lengua aymara es taqana, que constituye el nombre generalizado de las terrazas agrícolas en el altiplano y valles de Bolivia, en los yungas se las conoce como quillas, y en las comuni- dades quechuas de Potosí y Chuquisaca se las denomina chullpa tirquis, chullpa pircas y jallpa jarkanas. (Chilon, 1992) Las taqanas o terrazas agrícolas antiguas precolombinas son estructuras con- servacionistas escalonadas construidas sobre las faldas o laderas de montañas empinadas y representan una de las altas expresiones de la tecnología ancestral andino-amazónica.

85 Las taqanas precolombinas están soportadas por grandes paredes de piedra en forma de escalinata que, por lo general, siguen las curvas de nivel y presen- tan superficies cultivables casi horizontales. Las terrazas agrícolas proporcionan terrenos nivelados y suelos profundos en pendientes que son muchas veces abruptas. La función principal de las taqanas es la de evitar la pérdida de suelo en lade- ras de fuertes pendientes y facilitar el riego en zonas que presentan declives pro- nunciados, en virtud del control de la caída de agua en una pendiente y por la distribución del agua de lluvia o de riesgo en la superficie de cultivo. Casi todas las taqanas bajo riego, son regadas mediante sistemas de canales que incluyen zanjas, desagües o sistemas de drenaje.

1.2. Aspectos históricos y cobertura geográfica de las terrazas agrícolas

Considerando una cobertura geográfica continental, en América existen nu- merosos vestigios de terrazas precolombinas, desde el sur de Colorado en los EE.UU., pasando por el noroeste de México, Yucatán, Chiapas, Tehuacán, Centro América en los lugares donde se asentaron los mayas y por toda la región an- dina, desde Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, hasta el centro de Chile y el noroeste de Argentina. Las culturas que sobresalieron en la construcción de terrazas agrícolas fueron maya, azteca, tiwanaku, chavin e inca. (Condarco, R., 1970; Denevan, W., 1985). En el lejano oriente, especialmente en la China Continental, Vietnam, Laos, Camboya se encuentran terrazas antiquísimas, sobre todo en los complejos ar- quitectónicos presente en Los Himalayas. En América Latina, las terrazas se remontan hasta los 600 años a.C. en la sierra del Tamaulipas en México; en la sierra central del Perú por lo menos el 50% de las terrazas abandonadas que existen son vestigios de origen precolombino. En el caso de la región altiplánica, valles y yungas de Bolivia, un 70% de terrazas agrícolas serían de origen tiwanacota, mollo, lupaca, pacajes e inca, el restante 30% corresponderían a terrazas agrícolas contemporáneas, 86 construidas en el período republicano y en las últimas décadas con apoyo de numerosas instituciones privadas de desarrollo tales como PROCADE-UNITAS (Programa Campesino Alternativo de Desarrollo - Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social), proyectos específicos del Estado como el Programa de Apoyo Campesino (PAC) y el Proyecto de Manejo de Recursos Naturales (PROMARENA), y aquellas construidas por las propias comunidades. Sobre la existencia de terrazas agrícolas o taqanas y canales hidráulicos, en el continente americano, los cronistas españoles como Pedro Cieza de León (1553) y especialmente el Padre Bernabé Cobo (1893), refieren que:

“… aprovechaban el agua de los ríos, regando con ellas todas las tierras a donde alcanzaba y admirables que tenían, porque estaban tan bien sacadas y con tanto orden, que admira considerar cómo careciendo de nuestras herramientas las podían abrir y edificar… y no solo las encaminaban por tierra llana, sino también por laderas y cerros altos y fragosos… llevávanla por lugares tan fragosos y difíciles porque no solo regaban la tierra llana, sino también la doblada mediante las terrazas de las laderas sin dejar de perder palmo de tierra…”.

Según su antigüedad, Kauffman (1976) menciona que las terrazas mundial- mente más antiguas serían las construidas en los Andes aproximadamente 1000 a.C, que corresponden al estadio denominado “Agrícola desarrollado”. Valcárcel (1943), indica que puede ser que las terrazas no sean un elemento cultural originario de Perú y Bolivia, pero su perfeccionamiento no fue alcan- zado por ningún otro pueblo en la medida que lo desarrollaron las culturas de estos territorios, especialmente las culturas tiwanacota, chavín e inca. Ballivián, A. (2008) señala que el 98% de las terrazas agrícolas presentes en Bolivia son de origen precolombino y cita a varios autores que han realizado in- vestigaciones sobre la antigüedad de las terrazas agrícolas, tales como: Hastorf (1999), quien estima que la asociación entre asentamientos y terrazas agrícolas 87 y terrazas habitacionales, en la península de Taraco en el Lago Titicaca, ocurrió entre el 1800 a.C. hasta el presente. Albarracín y Jordán (1996) identificaron te- rrazas en el valle bajo de Tiahuanaco, correspondientes al período cultural Ho- rizonte Medio entre el 600 y 1000 años d.C. Por su parte Lecoq (2002) para el mismo período cultural identificó en Yura, Potosí, diez plataformas de terrazas en laderas, correspondientes a los años 800 a 1000 d. C., Michel López (2008) destaca el establecimiento de terrazas de cultivo, en el sitio Huari de la cuenca sur del Lago Poopó, desarrolladas entre el 300 y 900 d.C., Estévez (1990), res- pecto a las terrazas presentes en Pasto Grande, señala que se habrían desarro- llado entre el 300 y 1050 d.C. El valle de Miguillas de la provincia Inquisive del departamento de La Paz, ubicado en la cuenca del río del mismo nombre, entre la cordillera Quimsa Cruz y la serranía Chokerkamir, presenta áreas de terraza agrícolas que habrían sido construidas por diferentes asentamientos humanos que poblaron la región en di- ferentes épocas. Las primeras construcciones habrían sido de filiación tiwana- cota (Quinta época 750 a 1200 d.C.). Luego intervinieron los señoríos aymaras (Pacajes 1200 a 1425 d.C.) para finalmente verificarse la presencia y desarrollo de esta tecnología por parte del Imperio Incaico con el Inca Tupaj Yupanqui (1471-1493 d.C.) mediante la posible implantación de mitimaes. Huidrobro, J. (2008), cita a Carlos Lemus, sobre los trabajos de prospección y excavación arqueológica realizados juntamente con Claudia Rivera y Karina Aranda, en el área de Kellumani de la zona Achumani de La Paz. El área, en sus inicios, era un complejo agrícola, doméstico y funerario y luego, sucesivos asen- tamientos explotaron intensivamente el enclave, sobre todo durante la ocupa- ción de los Incas y en la Colonia. Las terrazas agrícolas que todavía se distinguen en el valle y en la meseta de Achumani, dan una idea de las primeras labores de cultivo de la región. La tecnología empleada está muy emparentada con Tia- huanaco, pues las terrazas agrícolas son grandes, amplias y bajas (de muros bajos), típicas de esta cultura, en contraste a las terrazas de los Incas y Pacajes que eran elevadas. Se reporta el hallazgo de una chullpa funeraria afiliada a la cultura Pakasa, que correspondería al período de ocupaciones multiétnicas de 1300 a 1536 d. C.

88 En el caso de Ambaná enclavada en la vertiente oriental de la provincia Ca- macho, departamento de La Paz, las características de las terrazas denotan una marcada influencia Inca, especialmente de aquellas diseminadas en las laderas de Markapata. Los anfiteatros, ruinas, chullpas y taqanas de Yaskapata verifican esta aseveración. En relación al esfuerzo humano requerido para la construcción de las terra- zas agrícolas, Guaman Poma de Ayala, señala que:

“… Los indios se ocupaban sobre todo de romper la tierra virgen, hacer andenes en toda la quebrada, cerros y punas, muchas veces se tomaban el trabajo de cernir la tierra para separar los guijarros y piedrecillas a fin de hacer el terreno más cultivable... y que en épocas más recientes procedieron a construir sus andenes llevando tierra cernida para hacer sus cementeras en las punas, llevando agua en cántaros” (Regal, 1970).

Con referencia al interés que tuvieron los conquistadores españoles por con- servar las estructuras de las terrazas agrícolas, se puede aludir a la ordenanza Nº 25 que fuera expedida por el virrey Don Francisco de Toledo (1569-1581):

“… Por cuanto en muchos repartimientos de la sierra, de este reino, hay gran cantidad de chacras de maíz y papas, que están hechas de andenes y cerrados los tales andenes con piedras, y de descuidarse los dueños de ellas de reparar, rezar como es justo que lo hagan, ha resultado que las avenidas de las aguas que han rodado la mayor parte de las chacras. Ordeno y mando que los Alcaldes de tales repartimientos salgan a visitar las chacras de él y harán donde lo susodicho hubiere los daños de ellas, aderecen y reparen cada uno lo que fuese obligado de reparar so pena que del que en esto se desmandase lo manden a su costo a hacer y aderezar y que demás de lo pagar incurra en pena de 6 pesos para el hospital de dicho reparamiento” (Regal, 1970).

89 Mapa 4: Cobertura geográfica de terrazas precolombinas en el continente americano

90 1.3. Ciencia ancestral y terrazas precolombinas

Earls, J. (1987) sostiene que el gran laboratorio de experimentación de Moray, ubicado en el valle de Urubamba en el Cuzco, Perú, representa la más alta ex- presión del desarrollo tecnológico integrado de la ciencia unificada andina. Este complejo considerado como una gigantesca computadora agrobiológica, que analógicamente representa un reloj astronómico incorporado en su estructura, que, entre otras cosas, habría permitido la simulación de la máxima diversidad de efectos microclimáticos y su influencia sobre diferentes cultivos, la compila- ción de registros de máxima diversidad para la toma de decisiones agronómicas y, por ende, económicas, proporcionar información agrobiológica para la plani- ficación agrícola andina. El sistema de terrazas de Moray, habría constituido una auténtica computa- dora agrobiológica, construida conforme a una estructura geométrica, que inter- actuaba físicamente con la naturaleza ambiental, de modo que en 27 metros de escalones de terrazas, se “reproducen”, se “encapsulan” ó “sintetizan” los cli- mas característicos de pisos ecológicos, distribuidos naturalmente sobre unos mil metros verticales. En estos pocos escalones de terrazas se producen dife- rentes y variadas características ecoclimáticas, que se demuestran al considerar sus características por el número de orden de las terrazas y la dirección del muro respecto al sol. Así mismo, el muro de piedra manifiesta influencias específicas sobre los cul- tivos en función de la altura del muro, su inclinación al sol en una época del año determinada y su color, que le permitirían producir distintos matices de radia- ción que inciden sobre las plantas. Por ejemplo, un muro de piedras alto y os- curo para una terraza cuya superficie queda oblicua al sol, en los meses más cálidos de los meses de radiación más intensa, aumenta la incidencia de ondas largas sobre los cultivos. Además, pueden construirse para aprovechar al má- ximo la radiación solar y generar temperaturas excepcionalmente altas en los suelos. Las terrazas agrícolas precolombinas, según sus diferentes tipos geomé- tricos, pueden comportarse como recolectores solares pasivos con marcadas variaciones en la magnitud de sus oscilaciones térmicas. 91 Investigaciones posteriores han demostrado que toda la estructura de las te- rrazas agrícolas, muros y suelo de la plataforma de cultivo poseen cualidades ex- cepcionales, que permiten aumentar o disminuir la influencia de uno u otro componente ambiental, dentro de límites amplios; en el caso de las terrazas precolombinas de Bolivia, el complejo de Cohoni de la provincia Murillo, y de Ati- que y Amarete en la provincia Bautista Saavedra del departamento de La Paz, se comprueba estas cualidades. Se señalaba que el muro de piedra de la terraza agrícola era el principal fac- tor de funcionamiento de la infraestructura (Earls, 1987). Investigaciones de campo han verificado que el suelo de la terraza tiene igual o mayor importan- cia que el muro de piedra, porque el suelo, como un ser vivo, almacena, difunde y libera calor, atenuando las bajas temperaturas ambientales en horas de la ma- drugada. Además, es en el suelo donde ocurren los procesos de síntesis, resín- tesis y transformación de los nutrientes y compuestos orgánicos, y el intercambio de gases, humedad y energía con el ambiente; un gramo de suelo agrícola de las terrazas, alberga de 50 a 100 millones de microorganismos entre bacterias, actinomicetos, hongos y algas, que son responsables de la dinámica edafológica y de producción de sustancias nutritivas, vitaminas, hormonas y sustancias mucilaginosas que favorecen el crecimiento y desarrollo de los cul- tivos, lo que guarda relación con el comportamiento térmico del suelo que se in- crementa cuando la temperatura ambiental es menor, en cambio el comportamiento térmico del muro de piedra es lineal, calentándose en el día y enfriándose por la noche (Chilon, E. 2008).

1.4. Principios físicos del funcionamiento de las terrazas precolombinas

La tecnología andino amazónica se sustenta en una cosmovisión integral, que se exterioriza como un todo y que incluye una parte espiritual o intangible (software) relacionada con la experiencia, conocimientos, cosmovisión, rituales y compromiso social, que dan la razón de ser a la infraestructura material

92 (hardware), por lo que no pueden manifestarse o funcionar separadamente (Chilon, E., 1996). En el capítulo anterior se desarrolló la conceptualización del software y el hardware de la tecnología andino–amazónica. Las terrazas agrícolas precolombinas son estructuras conservacionistas que funcionan exteriorizando tres principios físicos básicos, que también se mani- fiestan en otras infraestructuras andino-amazónicas: la regulación térmica, la humedad relativa y la turbulencia, y el flujo continuo del agua y nutrientes.

1.4.1. Principio de la regulación térmica de las terrazas

El calor del sol que ocurre durante el día es acumulado, almacenado y con- servado, en las piedras del muro de contención de las terrazas agrícolas y, prin- cipalmente, en el suelo aprovechando su contenido de humus orgánico, su actividad microbiológica y el contenido de agua. Según el tipo de terraza agrí- cola, durante la noche el calor del sol, almacenado y conservado en las rocas del muro, y en el humus (relacionado directamente con la dinámica de los micro- organismos) y la humedad presentes en el suelo agrícola, es irradiado lenta- mente produciendo un efecto termorregulador microclimático apropiado, que protege a los cultivos de las heladas, generados por los descensos bruscos de la temperatura. Chilon, E., Vera, G. y Mamani S. (2008) utilizando geotermómetros, deter- minaron la variación térmica de una terraza agrícola cultivada en Amarete, mu- nicipio Charazani, encontrando que la temperatura en el muro de piedra sigue un patrón de comportamiento regular y acorde con las leyes de la física, alcan- zando su mayor valor a las 12 del día con 16.6º C, enfriándose gradualmente; a las 16 horas se registró 15.5º C, a las 18 horas 14.5º C, a las 22 horas 12.5º C y a las 24 horas 11º C; alcanzando sus menores temperaturas en el nuevo día a par- tir de las 4 de la madrugada con 10º C y a las 8 de la mañana se registró 9.5º C. Lo sorprendente es que la temperatura del suelo de la terraza presentó un com- portamiento atípico; a las 12 del día registró 14º C, a las 16 horas 16º C, a las 18 horas 17º C, a las 22 horas 16.5º C, a las 24 horas 16º C, a las 4 de la madrugada 15º C, y a las 8 de la mañana la temperatura se mantuvo en 15º C. Esta misma 93 temperatura se prolongó hasta las 12 del día. Se evidencia que el suelo y sus ca- racterísticas relacionadas con su riqueza en humus, presencia y actividad de mi- croorganismos y su contenido y almacenamiento de humedad son el principal factor operativo de los principios de funcionamiento de las terrazas precolom- binas. Estos hallazgos se contraponen a la teoría de Earls (1987), quien manifiesta que los muros de piedra se construyeron para aprovechar al máximo la radiación solar para generar temperaturas excepcionalmente altas en los suelos. Puede ser que el muro de piedra, que cumple un rol importante en la conservación del suelo, coadyuve a la temperatura ambiental, pero se ha demostrado que el suelo enriquecido con materia orgánica, tiene una influencia decisiva en la absorción de la radiación solar, así como en su difusión en horas de la noche y en la ma- drugada; las observaciones empíricas de los propios productores refuerzan esta aseveración: “…En tiempo de heladas, entre las cinco y seis de la madrugada, el suelo está calientito…” (testimonio de Simón Mamani). Por su parte, Schulte (1996) estudiando el manejo de la diversidad ecológica en Charazani, también logró resultados que contradicen las teorías de Earls.

1.4.2. Principio de la humedad relativa y la turbulencia de las terrazas

El aire frío de las heladas que impacta sobre la infraestructura de las terra- zas agrícolas, se mezcla con el aire caliente que se irradia desde el muro de pie- dras y del suelo rico en humus y húmedo, atenuándose la temperatura e incrementándose la humedad relativa, lo que minimiza y controla los efectos negativos de las heladas. Resulta de particular importancia el proceso termodi- námico relacionado con la humedad relativa, que se incrementa en las horas críticas, fenómeno que es terminante en la protección de las plantas contra las heladas. Las laderas, cuando están dotadas de infraestructuras de terrazas agrícolas, evitan el enfriamiento rápido de la capa de aire próxima al suelo, debido a que el muro de piedra y el suelo –por el humus, microorganismos y la humedad pre- sentes–, habiendo acumulado suficiente calor del sol durante el día, lo van irra-

94 diando lentamente durante la noche minimizando y controlando los efectos perniciosos de las heladas sobre los cultivos. Se ha observado que si los suelos de las terrazas son pobres en humus y secos, se enfrían rápidamente debido a la pérdida de calor por irradiación nocturna.

1.4.3. Principio del flujo continuo del agua y nutrientes

Este principio está relacionado con el comportamiento del agua, manifes- tándose como agua que corre por la superficie, agua que se infiltra en el perfil del suelo, agua que se evapora y agua que es utilizada por las plantas. El agua que circula por la superficie, por acción de la infraestructura y las característi- cas del suelo de las terrazas, queda estacionaria favoreciendo su infiltración y al- macenamiento por la porosidad y los coloides edáficos presentes, además, este proceso lleva las partículas finas o arcillosas en forma lenta y gradual hacia las partes bajas por eluviación mecánica. Los nutrientes eluviados son nuevamente transportados hacia las raíces por capilaridad, flujo de masas o difusión. Los nutrientes extraídos por las plantas son reincorporados al suelo como rastrojos o restos de cosechas y como en- miendas orgánicas en la forma de abono verde, compost, estiércol, restituyén- dose el ciclo natural de los nutrientes (Chilon, E., 1989). En las terrazas agrícolas o taqanas, el agua que se infiltra a las partes infe- riores y, cumplida su función nutritiva, se evacúa para ser aprovechada en los planos inferiores, llevando a ellos los nutrientes solubles movilizados desde la terraza superior, principalmente aquellos nutrientes móviles dentro del suelo como son los nitratos. Las terrazas agrícolas ubicadas en las partes superiores de una ladera fueron utilizadas para cultivos poco exigentes en nutrientes, instalándose cultivos apor- tantes de nutrientes, tal es el caso de leguminosas. En las terrazas de la parte media e inferior de la ladera, se cultivaron plantas más exigentes en nutrientes. Esto se evidencia en los análisis físico-químicos de suelos de terrazas agrícolas muestreados a distintas profundidades en el perfil y a distintas altitudes de ubi- cación en la ladera (gráfico 10). 95 Gráfico 10: Principios de funcionamiento de las taqanas y quillas

96 2. Tipología de las terrazas agrícolas precolombinas

Para muchos investigadores, las terrazas agrícolas son parte de una configu- ración agrícola utilizada desde tiempos ancestrales que requerían de una alta inversión de mano de obra en su construcción y mantenimiento. Generalmente se relacionan con cultivos intensivos y con métodos de mantenimiento de la fertilidad de la tierra y con, por lo menos, poblaciones densas, en los lugares donde se desarrollaron estas infraestructuras ancestrales. Denevan, W. (1994), agrupa a las terrazas agrícolas en dos categorías:

2.1. Terrazas que reducen la pendiente para el control de la tierra y el agua

En esta categoría se incluyen los siguientes tipos de terrazas:

2.1.1. Terrazas de barranco

Se caracterizan por presentar muros de contención de 0.5 a 2.0 m de alto, generalmente de piedra, construidos en ángulo recto que atraviesan los valles y los arroyos que, por lo general, tienen flujos intermitentes de agua. Los muros están respaldados por superficies de cultivo, las cuales han sido parcial o totalmente aplanadas por la acumulación de sedimentos detrás del muro. Es probable que las plataformas de cultivo de estas terrazas agrícolas se utilicen bajo lluvia temporal o al secano, antes que con la utilización de agua de regadío. También se las conoce como trincheras (en México), muros, presas, weir terraces, terrazas silt-trap (trampas de sedimentos), terrazas de lecho (channel bottom). Por lo general, las paredes de piedra de las terrazas de barranco, no tienen estructuras para la caída del agua al próximo campo sin erosionar el muro. Estas terrazas se encuentran ampliamente dispersas, las hay en el noroeste de México, en el suroeste de EE.UU., en el centro de Yucatán (México), así como

97 en Chiapas, Tehuacan, en Bolivia, Perú y Ecuador, en el norte de Chile y en el noroeste de Argentina.

2.1.2. Terrazas en pendiente

Son el tipo de terrazas más comunes; siguen o se aproximan en su forma a las curvas de nivel y se ubican en las laderas de los valles, en vez del fondo de los mismos. La superficie de cultivo tiene pendiente, pero, en la mayoría de los casos, la pendiente natural ha sido reducida mediante la acumulación de suelo detrás del muro de retención, que es de piedra y a veces de tierra. Estas terrazas tienen por función reducir la erosión, profundizar el suelo y controlar el agua de escorrentía. Pocas veces son regadas por canales o zanjas, porque debido a una carencia de superficie plana, no se puede esparcir llanamente el agua. Por consiguiente, las terrazas en campos con pendientes normalmente se observan en zonas con suficiente agua de lluvia. Se presentan en terrenos de piedra caliza en la zona central de Yucatán (México); además se estima que la velocidad de la acumulación de suelo ha sido acelerada por la eliminación de la vegetación, las piedras, o la capa dura, como se hizo en el desierto de Neveg antiguo. Este tipo de terrazas también fueron reportadas en Chile y Argentina.

2.1.3. Terrazas Metepantli

Llamadas también semi-terrazas, se caracterizan por presentar un muro de retención, usualmente de tierra, sostenido por las raíces de una fila de plantas de maguey o agave colocadas encima del muro (muro vegetado). Podían tener desagües para prevenir el lavado de la tierra y para recolectar el agua de lluvia. Sus funciones principales son la prevención de la erosión y la retención de la humedad para los suelos. Pareciera que su desarrollo no fue muy marcado en la época precolombina. Se ha descubierto que tienen una antigüe- dad de 500 a 700 años d.C. y son muy comunes en México.

98 2.1.4. Terrazas aisladas en segmentos

Estas terrazas presentan muros de retención o superficies de cultivo que están aislados, dispersos o discontinuos, en contraste con las filas paralelas o apretadas de terrazas que atraviesan una pendiente. La mayoría son terrazas en campos con pendientes y posiblemente son formas nacientes de sistemas de terrazas más complejas, han sido identificadas en la sierra de Perú. Este tipo de terrazas son similares a las terrazas llamadas quntus presentes en Potobamba (Potosí) y Presto (Chuquisaca), Bolivia.

2.1.5. Terrazas cortas de coca

Son terrazas pequeñas con superficies de cultivo angostas, dispuestas como las graderías de un estadio, con muros de retención de piedra o tierra, ubicadas en fuertes pendientes y que sirvieron para el cultivo de la coca y para reducir la erosión y aumentar la infiltración del agua de lluvia. Están presentes en la provincia de Sandia, en Perú, donde se las conoce como “gradas”. Estas terrazas son parecidas a las identificadas en los yungas de Bolivia, donde se las denomina quillas y se caracterizan por presentar una plataforma de cultivo angosta, con muros de contención sólidos y duraderos de piedra pizarra con una altura de 0.50 m y que fueron utilizados para el cultivo de la coca. Una variante contemporánea, son los wachus y zanjeos, que presentan muros apisonados de tierra, que se deterioran fácilmente y sirven para el cultivo de coca, la misma que se planta en trinchera entre los wachus.

2.2. Terrazas con pendiente nivelada para facilitar el riego

2.2.1. Terrazas precolombinas de banco

Formadas por grandes paredes de piedra en forma de bancos, con superficies horizontales de cultivo que proporcionan terrenos nivelados y suelos muy

99 profundos en pendientes, a veces, muy agudas; en Perú se las denomina andenes. Su función principal es la de facilitar el riego en zonas ubicadas en declive por el control que realiza de la caída de agua en una pendiente y por la distribución del agua en la superficie de cultivo. Casi todas las terrazas de banco son regadas mediante sistemas de canales, zanjas o desagües. Este tipo de terrazas se ve muy bien representado en el conjunto arquitectónico de Pisac en el Cuzco, donde tienen muros de piedra con alturas de 1.20 a 2.00 m, una estrecha y larga senda, en gran parte tallada en la roca sube por entre los andenes, hasta la planicie, donde se ubican los edificios prehispánicos. El siglo pasado, Charle Wiener citado por Ravines (1980) en la revista Alpan- chis, señalaba la ya extraordinaria magnitud de la andenería de Pisac que recor- taba en escalones de 300 m de longitud, las laderas que cubre totalmente los flan- cos de la colina, mencionando que “… nada más difícil que franquear las terrazas, que son de 3 a 4 m de altura, y donde los muros que los sostenían están cubier- tos de plantas espinosas. Tuvimos que subir 42 de estas gradas, la terraza supe- rior está separada de la plataforma por una pendiente abrupta de más o menos 300 m que con pequeñas interrupciones , tiene un gradiente que varía entre 35º y 45º de inclinación, es aquí donde la ascensión es horriblemente fatigante”. Las terrazas de banco son similares a las taqanas con muro de piedra y la plataforma de cultivo nivelada presentes en la región aymara de Bolivia.

2.2.2. Terrazas en el fondo de los valles

Son una variante de las terrazas de banco, con superficies de cultivo anchas y planas (hasta de 100 m o más), y muros de retención comparativamente bajos. Se las observa en los valles anchos y perpendiculares de los ríos o, a veces, en las formaciones sedimentarias en forma de abanico fluvial, en las entradas de los valles más grandes. El flujo de agua por el valle no es interrumpido como en el caso de las terrazas de barranco. El riego de estas terrazas se realiza por las te- rrazas bajas naturales de los ríos ubicados ladera arriba, y su función principal es la de controlar el agua de riego.

100 2.2.3. Los cuadros

Representan un tipo distinto de terrazas presentes en las depresiones natura- les de los valles, se caracterizan por ser terrazas cuadradas o rectangulares, miden aproximadamente 5 x 8 m2, aunque algunos son más amplios y están rodeados total o parcialmente, con lomos de piedra o de tierra de 12 a 28 cm de alto. Las depresiones resultantes se inundan con láminas de agua proveniente de inundaciones naturales, o de canales de riego y son protegidos por muros bajos muy consistentes. Aunque se sabe que estas terrazas son muy antiguas, no se ha podido comprobar su posible origen precolombino. Se han identificado en los valles costeros del sur de Perú y en el norte de Chile. Aparte de este tipo de configuración agrícola, Denevan (1994) señala que se tiene otras tecnologías como ser: los campos hundidos, los huertos con bordes de piedras usadas para anclar arena, bordes lineales, canales, acueductos, gale- rías filtrantes, surcos presas, reservorios, campos de pocitos, pozos, campos ele- vados, campos con zanjas, diques, represas, sistemas de qotañas, mojones de piedra, montículos, paredes de límite, camellones pequeños, tablones, q’ochas, simp’as (surcos trenzados) y otras tecnologías. Si bien esta tipología responde, en gran medida, a las observaciones y estudios generales de las terrazas presentes en diversas partes de América, muchos tipos locales no son tomados en cuenta, por lo que se propone una clasificación que, considerando diversos criterios, agrupe, si no a todas, a la mayor parte de terrazas precolombinas existentes en Bolivia.

3. Importancia de las terrazas precolombinas en la conservación de los suelos y el agua

En los ecosistemas de alta montaña, las medidas de conservación del suelo y del agua se encuentran intrínsecas en las características de construcción de las terrazas agrícolas, como son el corte de la pendiente, los elementos del drenaje, la forma de los muros y la preparación de los suelos de la plataforma de cultivo.

101 3.1. Sobre el control de la erosión

La erosión hídrica se ve disminuida y se controla eficientemente con las terrazas agrícolas, porque el tamaño y la cantidad de material que el agua puede arrastrar o llevar en suspensión depende de la velocidad con que ésta fluye, la cual, a su vez, es resultante de la longitud y el grado de pendiente del terreno. Al disminuir estas dos condicionantes y cultivarse en surcos a nivel, se evita la escorrentía del agua superficial, controlando, de esta manera, el arrastre del material. Esto es posible, en primer lugar, porque toda el agua de escorrentía fluirá desde las terrazas hacia los canales, siendo drenada por éstos y, en segundo lugar, porque dado el corte escalonado de las laderas, el agua de escurrimiento no se podrá acumular a todo lo largo de la pendiente, evitándose el aumento de su volumen y velocidad y, con ello, sus daños.

3.2. Sobre el drenaje

Las terrazas, aparte de contar con un gran número de canales, zanjas y desagües que permitían un eficiente drenaje, en cada una, muchas veces, el subsuelo era impermeable, por estar construidas sobre una superficie rocosa, por lo que la percolación de los excedentes de agua se realizaba por las fisuras del muro de contención. Pero, cuando las terrazas eran muy altas y se calculaba que este drenaje no bastaba para evacuar los excesos de agua, se diseñaban galerías de piedra laja que funcionaban como tuberías de desagüe. Esta modalidad se ha observado en terrazas ancestrales de Caata y Amarete, en Charazani. La evacuación de estas galerías terminaba en una criba a través del muro de piedra para evitar el escape de las partículas finas y de los nutrientes disueltos en el agua. Por lo tanto se presentaba un máximo aprovechamiento del agua, una distribución más homogénea, un aumento en la infiltración de agua en la terraza inferior aprovechando el agua infiltrada de la terraza superior y la que corre por los canales. Esta óptima utilización del agua influyó directamente en la estabilización de la infraestructura y en la fertilidad del suelo.

102 3.3. Sobre el mantenimiento de la fertilidad del suelo

El suelo de la plataforma de cultivo de las terrazas era preparado y enriquecido con materia orgánica, labrado para su aireación adecuada y acondicionado para que el agua, en lugar de correr sobre la superficie, quede estacionaria favoreciendo la infiltración, además que, mediante este proceso, se transporta las partículas finas en forma lenta y gradual hacia las partes bajas, dejando en la superficie un suelo de textura media enriquecido con humus orgánico que favorece el almacenamiento del agua, reduciéndose al mínimo las pérdidas por evaporación. El abonamiento orgánico, además de favorecer la porosidad y formación de agregados del suelo otorgándole una mayor resistencia frente a la acción dis- persante de las gotas de lluvia, garantizaba la dinámica de la vida microbial y los procesos de transformación, síntesis y resíntesis en el suelo.

4. Terrazas precolombinas de Bolivia: taqanas, quillas y wachus

4.1. Inventario preliminar de terrazas precolombinas

Aproximaciones preliminares sujetas a comprobación, calculadas sobre la base de las proyecciones iniciales de los estudios realizados en zonas representativas del país que, en el pasado precolombino, fueran escenario de una intensa actividad productiva, permiten establecer una superficie de terrazas precolombinas a nivel nacional cercana a las 650.000 hectáreas que se encuentran en diverso estado de conservación, pero con muchas posibilidades de ser recuperadas. Sólo en el departamento de La Paz, utilizándose técnicas de fotointerpreta- ción y comprobación de campo, se ha identificado la existencia de terrazas pre- colombinas o taqanas, en diverso estado de conservación y en distintas provincias que cubren, aproximadamente, una superficie de 230.000 hectáreas, de las cuales en el presente, sólo un 25% está en uso.

103 Al respecto, Ericsson (2000) citado por Ballivián, J. (2008) estima que las te- rrazas presentes en los alrededores inmediatos del Lago Titicaca, llegarían a cu- brir una superficie de hasta 500.000 hectáreas. Por su parte, Schulte (1996) indicaba que la superficie de terrazas prehispánicas existentes en Bolivia seña- lada por Chilon E. (1996) de aproximadamente 600.000 hectáreas, estaba so- bredimensionada. Con la presente investigación se retomó la discusión sobre estas controver- sias, con una posición sobre aseveraciones y resultados en esta temática. De acuerdo a los estudios preliminares e información, se reporta la existen- cia y uso de terrazas precolombinas en varios departamentos del país: • La Paz: en la cuenca del Lago Titicaca, en las laderas de los valles internadinos de las provincias Bautista Saavedra, Franz Tamayo, Muñecas, Camacho, Murillo, Sud Yungas, Larecaja y en las laderas de los ríos de la meseta altiplánica. • Oruro: en las serranías de la cordillera oriental, correspondientes al altiplano central y sur, y en la cuenca del Lago Poopó. • Potosí: en los valles interandinos y altiplano, en las microcuencas de los ríos, en los centros arqueológicos de Yura, Puna y Calcha, en el sendero Turqui– río Pilcomayo1, en Cornelio Saavedra principalmente en Betanzos y en el cantón Potobamba. • Chuquisaca: en los valles interandinos, en las secciones municipales de Presto y Pasopaya, en Tarabuco y Yamparaez. • Cochabamba: en los valles altos, medios y bajos, en la provincia Independencia, en Tapacari, Ayopaya, Mizque y Aiquile y, principalmente, en las laderas de las serranías que limitan con la provincia Inquisivi del departamento de La Paz. • Tarija: en las laderas cordilleranas de la provincia Avilés en varias comunidades de la primera y segunda Sección y en las provincias de Cercado y Méndez. • Santa Cruz en las zonas aledañas a la divisoria de cuencas denominada Siberia, y principalmente en las cercanías de Comarapa, Saipina y el complejo de Samaipata.

104 Estas importantes infraestructuras conservacionistas y productivas, de origen ancestral, siguen un patrón de distribución a lo largo de la Cordillera de los Andes que cruza al país de este a sur oeste y está relacionado con los pueblos andino- amazónicos que se han desarrollado en dos momentos históricos importantes, verificándose que la presencia de las terrazas está ligada con los asentamientos y sistemas productivos de estos pueblos: Los llamados sitios Tiwanaku de mayor relevancia (500 a.C. a 1050 d.C.) cuyos lugares más importantes en La Paz son: Tiawanaku, Lucurmata, Pajchiri, Konko Wankani, Cundisa, Ojje y Chiripa. En Cochabamba: Independencia, Capinota, Piñani, Quillacollo, Pojpo Collo, Arani, Mizque, Aiquile, Omereque, Jarqa Pata (Pocona). Los sitios del Tawantinsuyo Inka desarrollados de 1400 a 1532 d. C. que incluyen los santuarios y centros ceremoniales de la Isla del Sol, Isla de la Luna, Copacabana en el departamento de La Paz y Samaypata en Santa Cruz de la Sierra; los tambos principales y fortalezas ubicadas en Tarija, Potosí, Chuquisaca, Cochabamba, Oruro y La Paz (mapa 5).

1 Ballivián J. (2008) reporta la presencia de terrazas y plataformas agrícolas asociadas con restos de cerámica prehispánica, en el sendero Turqui-Pilcomayo, en las Comunidades de Yocalla, Luqueta, Turqui y Salinas de Yocalla. 105 Mapa 5: Cobertura de terrazas precolombinas en Bolivia

106 4.2. Inventario de terrazas precolombinas en el departamento de la Paz

En el departamento de La Paz se ha realizado estudios de reconocimiento con mayor rigurosidad técnica que en otros espacios. Los trabajos de fotointer- pretación y comprobación de campo permiten estimar una superficie de terra- zas precolombinas de 230.000 hectáreas. Las zonas más representativas de La Paz, con complejos de terrazas son las siguientes:

• Provincia Bautista Saavedra, en las zonas aledañas a los poblados actuales de Amarete, Atique, Moyapampa, Tacachillani, Sorapata, Sayhuani, Huato, Chajaya, Charazani, Caata, Chari, Chacarapi, Chullina, Q´asu y Carijana en el municipio de Charazani. En las comunidades de Opinhuaya, Caalaya y Curva del municipio de Curva, existen áreas de taqanas en producción y abandonadas, que sumadas a las zonas de difícil acceso establecen una superficie aproximada de 50.000 hectáreas de terrazas ancestrales2.. • Provincia Franz Tamayo, en laderas de valle aledañas a Pelechuco, en laderas de valles interandinos de Antaquilla e Hilo Hilo, y en zonas aledañas a Atén y Apolo se contabilizan unas 4.000 hectáreas de terrazas precolombinas. • Provincia Muñecas, en el Cantón Sococoni, en Timusi, Sococoni y Chajlaya, y en comunidades del cantón Chuma, del municipio del mismo nombre; en el municipio de Ayata en comunidades del cantón Cuibaja, y en el área subtropical del cantón Camata; en el municipio de Aucapata, donde se encuentra el exponente arqueológico más importante de la zona, el complejo agrícola de terrazas precolombinas de Chawarani y Pukarilla, ubicados al noroeste del complejo arqueológico de Cari. Este complejo tecnológico que incluye sistemas hidráulicos en terrazas agrícolas, fue desarrollado por la cultura mollo, cuyos adelantos y destreza en esta tecnología pueden observarse aún en los valles de Llika y Camata. En conjunto se ha logrado establecer una superficie preliminar de 20.000 hectáreas de taqanas.

2 Se incluye el área estudiada a detalle por Apaza J. (2004) en la microcuenca Phinata en Amarete, donde inde“tificó 598,34 hectáreas de terrazas ancestrales en uso bajo el sistema de qapanas. 107 • Provincia Camacho, en Ambaná, jurisdicción cantonal de más de 40 comunidades y principalmente en la cima y faldas de Markapata, donde se encuentran terrazas, posiblemente incaicas, diseminada en diferentes sitios, muchas de las estructuras de taqanas ubicadas en los valles bajos, están siendo arrasadas por los ríos Rojo y Blanco o Cho´xawaya. También en las laderas de las serranías de Carabuco, y mayormente en Italaque y Mocomoco3, donde se observan laderas cubiertas por terrazas que se extienden desde Huallpacayo hasta los valles bajos aluviales, incluyendo los valles cerrados de Paco y Santa Wara, presentando una superficie estimada en 30.000 hectáreas de terrazas, algunas de ellas en uso y un número no determinado de terrazas abandonadas. • Provincia Manco Cápac, en la península de Copacabana, en las comunidades Titicachi, Zampaya, Chaña, Cusijata, Kopacati, e islas del Sol y de la Luna en el Lago Titicaca y toda el área circunlacustre que abarca parte de las provincias de Ingavi, Los Andes y Omasuyos, presentando una superficie mayor a las 50.000 hectáreas. • Provincia Inquisivi, en áreas aledañas a Quime, Licoma, Choquetanga, Ichoca, Inquisivi y Suri, especialmente en el valle de Miguillas ubicado entre la cordillera Quimsa Cruz y la serranía Chokerkamir que incluye los sitios arqueológicos de Vilkara, Humapalka, Wilawaranka y Chullpamarca; se calcula una superficie de taqanas que sobrepasa las 15.000 hectáreas. • Provincia Sud Yungas, la proyección fotogramétrica permitió calcular una superficie de 20.000 hectáreas entre quillas y taqanas, siendo uno de los exponentes más importantes, las terrazas y quillas ubicadas en la cuenca del río Takesi, especialmente en zonas aledañas al camino precolombino entre la Mina Chojlla, pasando por Yanacachi hasta Puente Villa. En la otra vertiente de la cordillera oriental se identificó la presencia de terrazas entre Lambate y Pasto Grande, en está última zona se tiene el complejo arqueológico de Inkalakaya.

3 Ricerca e Cooperazione (1999) señala que el valle de Mocomoco junto a su vecino Charazani son los lugares más notables en terraceo del país, estimando que el área global de tierra cultivable con terrazas agrícolas en la zona es de 24,000 hectáreas. 108 • Provincia Nor Yungas, en Coripata, Huancané y Tocaña, así como en Coroico se tiene terrazas, incluyendo quillas, wachus y zanejos, cubriendo una superficie aproximada de 18.000 hectáreas. • Provincia Larecaja, en comunidades del municipio de Combaya, Sorata, Quiabaya y en laderas de la vertiente del río Consata, están presentes unas 3,000 hectáreas. • Provincia Pacajes, en las zonas aledañas a Comache, Caquiaviri y el complejo arqueológico de Achiri se tiene una superficie de 2.000 hectáreas. • Provincia Aroma, en lomadas y laderas de las serranías, se observan terrazas a lo largo de la carretera La Paz-Oruro, en una superficie de 3.000 hectáreas aproximadamente. • Provincia Murillo, existen terrazas precolombinas bajo riego en el complejo de Cohoni, abarcando más de 32 comunidades; en el cantón Zongo, principalmente en las comunidades de Coscapa y Chucura, en zonas aledañas a la sede de gobierno en Achumani en el área de Kellumani y en el distrito rural de Hampaturi. En conjunto se encuentra una superficie de taqanas que sobrepasa las 15.000 hectáreas (mapa 6).

109 Mapa 5: Cobertura de terrazas precolombinas en el departamento de La Paz

110 4.3. Posibilidades de recuperación de las terrazas precolombinas

Actualmente, en Bolivia se están proponiendo diversos medios para incre- mentar la producción y productividad, así como para ampliar la frontera agrícola. Se mencionan acciones relacionadas con el riego, tecnificación del agro, pro- gramas de desarrollo rural, programas de lucha contra la pobreza y programas de colonizaciones. La mayoría de estos proyectos son de largo y mediano plazo, pues involucran endeudamiento externo, por la gran cantidad de capital y tecnología requeridos, gastos que no se ven reflejados en los beneficios obtenidos. Con una propuesta de rehabilitación y recuperación de terrazas o taqanas ancestrales, se busca desarrollar una agricultura que sea “agronómicamente via- ble, económicamente rentable y ecológicamente estable”; y si bien las terrazas o taqanas se remontan a siglos atrás, son hasta hoy la única forma eficaz de evi- tar la erosión indiscriminada en las laderas de las zonas montañosas y contra- rrestar los efectos del cambio climático. Se considera que en estas terrazas o taqanas, actualmente en desuso o abandonadas, existe un gran potencial para desarrollar la agricultura recuperando esta tecnología ancestral. El siguiente análisis en base al inventariado preliminar, permite obtener al- gunos indicadores bastante alentadores, para la recuperación de las terrazas. Del área aproximada total que alcanza las 230.000 hectáreas de terrazas, existentes en el departamento de La Paz, sólo un 25% está en uso, lo que re- presenta aproximadamente 57.500 hectáreas, las restantes 172.500 hectáreas, presentan serias posibilidades de recuperación. Tomando en cuenta, que el área actual cultivada en el departamento de La Paz, es aproximadamente de 400.000 hectáreas, la incorporación de las 172.500 hectáreas de terrazas recuperables, incrementaría en más del 43% la superficie cultivable actual. Bolivia cuenta con una extensión territorial de 1.098.581 km2 de los cuales la superficie efectiva con cultivos no industriales e industriales y tierras en des- canso, se estima en 2.374.605 hectáreas4. Esta superficie cultivada, sin tomar en 4 Encuesta Nacional Agropecuaria 2008, INE MDRAyMA, Bolivia. 111 cuenta a las tierras en descanso, podría incrementarse en un 25%, si sólo se re- cuperara el 70% de las 650.000 hectáreas de terrazas precolombinas, que se encuentran abandonadas y en diversos estados de conservación, en diferentes regiones del país. Una aproximación a los costos y rentabilidades, establecidas en base a las ex- periencias de reconstrucción en Sud Yungas y en Cohoni por el CIDAT dan, como resultado, una inversión de USD 900 a 2.000/hectárea de taqanas rehabilitadas. En el caso de la construcción de terrazas nuevas, realizada por el PROCADE- AROMA, los costos alcanzaron USD 1.800/ha (Marandola, L. 1995). Estos cos- tos resultaron menores a los 2.500 USD/ha de microrriego campesino que ejecutó el Programa Nacional de Riego y Drenaje. El PROMARENA, con su metodología de concursos y movilización de capa- cidades locales, ha logrado rehabilitar y construir terrazas precolombinas con un costo menor a las proyecciones establecidas, con la ventaja que ha coadyu- vado a la revalorizando los activos patrimoniales de las comunidades, impul- sando un trabajo por ellos y para ellos mismos.

5. Clasificación de las terrazas precolombinas de Bolivia

Como un aporte al trabajo de inventariación de la amplia variedad, tipos y cantidad de terrazas precolombinas, existentes en el territorio nacional, se ha desarrollado un sistema de clasificación, que tomando en cuenta aspectos téc- nicos relevantes y socio-culturales, agrupa a las terrazas agrícolas en catego- rías, clases y subclases, con su respectiva nomenclatura. El sistema de clasificación de terrazas agrícolas tiene la particularidad de que una misma terraza agrícola puede corresponder a varias categorías y clases. Así mismo, el sistema toma en cuenta otros criterios de clasificación de terrazas y taqanas, propuestos por meritorios arqueólogos, antropólogos, sociólogos y otros estudiosos de las ciencias sociales (Chilon, E. 1997, 2008).

112 5.1. Sistema de clasificación de terrazas agrícolas

La primera versión del sistema de clasificación de terrazas agrícolas, data de 1997, su uso y aplicación ha permitido continuar con el proceso de enriqueci- miento y perfeccionamiento del mismo. La segunda versión ajustada corres- ponde al año 2007 y ha sido aplicada en trabajos de investigación de terrazas precolombinas y tesis de grado.

5.1.1. Categoría de terrazas agrícolas

Las terrazas agrícolas se agrupan en ocho categorías de acuerdo a sus cuali- dades estructurales: por su uso (A), por su acabado (B), por su forma (C), por el régimen de riego (D), por su pendiente o desnivel (E), por su formación y tipo de muro de contención (F), por la altura del muro de contención (G), por el área de la plataforma de cultivo (H).

5.1.2. Clases de terrazas agrícolas

Cada categoría o grupo se divide en clases de terrazas agrícolas de acuerdo a sus cualidades y características propias, el detalle se presenta en el cuadro 2.

Cuadro 2: Clasificación de terrazas agrícolas CATEGORÍA CLASES DE TERRAZAS SÍMBOLO Terrazas de experimentación A1 Terrazas agrícolas o de producción permanente A2 Terrazas ceremoniales o funerarias A3 Terrazas de contención y sendas de paso A4 Terrazas para viviendas A5 POR SU USO Terrazas mixtas A6 ( A ) Terrazas de uso temporal (descanso) A7 Terrazas corral cancha A8 Quillas de producción de coca y otros cultivos A9 Wachus o zanjeos A10 Chullpa tirquis A11 113 CATEGORÍIA CLASES DE TERRAZAS SÍMBOLO POR SU Terrazas ornamentales y vistosas B1 ACABADO Terrazas semirústicas B2 (B) Terrazas rústicas o de pueblo B3 Terrazas cóncavas en semiluna C1 Terrazas convexas en semiluna C2 POR SU Terrazas cóncavas múltiples con un solo vértice C3 FORMA Terrazas geométricas rectangulares C4 (C) Terrazas irregulares C5 Terrazas circulares concéntricas C6 POR EL Terrazas de riego y drenaje D1 RÉGIMEN DE Terrazas de inundación D2 RIEGO (D) Terrazas de secano D3 POR SU Terrazas con plataforma de cultivo nivelada E1 PENDIENTE O Terrazas con disminución del 50% de la E2 DESNIVEL (E) pendiente del suelo POR SU Terrazas con muro de piedra F1 FORMACIÓN Y Terrazas con muros de tierra con talud inclinado F2 TIPO DE MURO DE CONTENCIÓN Terrazas con muros de contención vegetados F3 (F) Terrazas de formación lenta F4 Terrazas con muros de contención al ras del suelo y G1 POR LA ALTURA plataforma de cultivo con su pendiente original DEL MURO DE Terrazas con muros de contención al ras del suelo y G2 CONTENCIÓN plataforma de cultivo nivelada (G) Terrazas con muros sobre la superficie del suelo, G3 para la nivelación gradual del suelo Quillas, wachus y zanjeos de coca, con superficie H1 cultivable menor a 10 m2 POR EL ÁREA DE Chullpa Tirquis, con superficie menor a 20 m2 H2 LA PLATAFORMA Terrazas con área cultivable de 10 a 100 m2 H3 DE CULTIVO Terrazas con área cultivable de 100 a 500 m2 H4 (H) Terrazas con área cultivable de 500 a 1000 m2 H5 Terrazas con área cultivable mayor a 1000 m2 H6

114 5.1.3. Subclases de terrazas agrícolas

La sub-clase de las terrazas agrícolas está determinada por su antigüedad, su estado de conservación y por la fertilidad de los suelos de las terrazas. Estos cri- terios establecen la facilidad o dificultad para la recuperación y uso de las terra- zas agrícolas. Por su antigüedad se consideran tres tipos: terrazas ancestrales o precolombinas que son aquellas que fueron contruidas por las culturas ances- trales antes de la conquista, terrazas antiguas o republicanas construidas desde la fundación de la República hasta la Reforma Agraria del año 1953, terrazas mo- dernas o recientes aquellas que fueron construidas después de la Reforma Agra- ria y con mayor intensidad desde la década de los años 60 hasta nuestros días. Por su estado de conservación se consideran terrazas intactas o en buen es- tado de conservación, terrazas en estado regular de conservación, terrazas semi- destruidas y terrazas destruidas, estas últimas sin posibilidades de recuperación. Por la calidad del suelo se tiene terrazas con alta calidad del suelo eviden- ciada por su contenido de humus y buena actividad biológica, terrazas de me- diana calidad de suelo y terrazas con baja calidad de suelo, estas últimas con posibilidades de recuperación con prácticas de manejo y conservación de suelos. El detalle se presenta en el cuadro 3.

Cuadro 3: Subclases de terrazas agrícolas CRITERIOS DE TIPO DE SUBCLASES SÍMBOLO SUBCLASES Terraza ancestral o precolombina op Antigüedad de las Terraza antigua o republicana oa terrazas (o) Terraza moderna o reciente om Terraza destruida cd Estado de Terraza semidestruida cs conservación de Terraza en estado regular cr las terrazas (c) Terraza intacta o buena ci Calidad del suelo Terraza con alta calidad de suelo fa y estado de su Terraza con mediana calidad de suelo fm fertilidad (f) Terrazas con baja calidad de suelo fb

115 5.1.4. Nomenclatura

La nomenclatura utilizada en el sistema de clasificación de las terrazas con- sidera letras mayúsculas y números para nombrar el GRUPO y la CLASE, y la subclase se nombra con letras minúsculas. Nomenclatura: GRUPO (Mayúsculas) y CLASE (Números) Subclase (Minúsculas)

5.2. Descripción de las clases de terrazas o taqanas

5.2.1. Grupo A: Por su uso

• A1: Terrazas de experimentación Se caracterizan por su geometría simétrica con patrones de diseño, circula- res, trapezoidales, rectangulares o cuadrados que posibilitan la reproducción de diferentes y variados parámetros agroclimáticos, permitiendo aumentar o disminuir la influencia de uno u otro componente ambiental dentro de lí- mites amplios. En esta clase de terrazas las características de las rocas del muro, su altura y su inclinación respecto al sol, así como el contenido de humus y humedad del suelo agrícola, permiten la obtención de diversas longitudes de onda de luz, que influyen sobre los cultivos, constituyendo auténticos laboratorios agro- biológicos para la generación de variedades de cultivos. Un ejemplo de estas taqanas o terrazas son las de Moray en el Cuzco y los complejos arquitectó- nicos de Pasto Grande, Amarete, Chawarani y Cohoni, en La Paz.

• A2: Terrazas agrícolas o de producción permanente Constituyen la clase de terraza más extendida en toda la zona andino–ama- zónica del continente americano, se caracterizan por presentar muros de contención de piedra, de acabados rústicos pero sólidos y resistentes, y en zonas con suficiente agua presentan canales de riego y desagües.

116 Estas estructuras formaban parte del sistema de producción del pueblo y fue- ron utilizadas para el cultivo de tubérculos andinos, maíz, granos y legumi- nosas, con prácticas de rotación de cultivos, descanso y aplicación de abonos orgánicos. Son terrazas de dimensiones heterogéneas, en unos casos largas y anchas, en otros muy cortas. Su superficie es variable desde 2 hasta 1.000 m2, pueden presentar escalinatas de piedras sobresalientes que comunican unas terrazas con otras, el pircado de sus muros no es exacto dado que se han utilizado pie- dras heterogéneas y los intersticios están rellenados con clastos pequeños, lo que ayuda a la oxigenación del suelo y a la intensificación de la actividad de los microorganismos. En zonas provistas de amplias extensiones de terrazas rústicas agrícolas, están presentes estructuras de protección de lluvias y rayos a manera de habitácu- los circulares de piedra; en el caso de los yungas se observan estructuras de armazón de varillas de madera con techos de chala de maíz, que protegen de lluvia y dan sombra en días de fuerte insolación. La mayoría de terrazas iden- tificadas en el departamento de La Paz, corresponde a esta categoría.

• A3: Terrazas ceremoniales o funerarias Se caracterizan por su simetría y acabado perfecto, con muros de piedra ta- llados artificialmente; su diseño y uso está relacionado con actividades mís- tico–religiosas, ceremonias y rituales al sol, la luna y la Pachamama, celebradas por los kallawayas o autoridades religiosas ancestrales. El sistema Macchu Picchu en el Cuzco que representa la más alta expresión de la cien- cia unificada Inca, en su mayor parte está constituida por este tipo de terra- zas. En esta categoría se incluye el complejo agrícola de taqanas de Chullpaloma en Cohoni, donde se evidencian cámaras funerarias, también Chawarani y Pukarilla en el departamento de La Paz.

• A4: Terrazas de contención y sendas de paso Son aquellas terrazas construidas en zonas de fuerte pendiente, en la cabe- cera de las cárcavas, en cauces naturales, en afloramiento de rocas y zonas

117 con cambio abrupto de pendiente, con la finalidad de controlar derrumbes o deslizamientos y para facilitar la comunicación y transporte entre zonas ubicadas en las altas montañas. Estas terrazas son de estructuras sólidas y firmes, con muros de lajas de pie- dra, con un ancho superficial de 1 a 2 m y una altura variable de hasta 2 m.

• A5: Terrazas o taqanas para vivienda Son las terrazas construidas en las partes más altas de las laderas de montaña, en suelos muy empinados, pedregosos y no aprovechables para la agricultura; estas terrazas cumplían la función de plataforma donde se ubicaban los cimientos y se construían las viviendas, su superficie variaba de 50 a 120 m2.

• A6: Terrazas o taqanas mixtas Son terrazas que por su longitud y superficie, cumplían una doble función: para vivienda y para labores agrícolas intensivas, e instalación de huertos frutícolas. En esta clase están comprendidas las terrazas de más 60 m de largo por 30 m de ancho.

• A7: Terrazas o taqanas de uso temporal (descanso) Son terrazas o taqanas, ubicadas en zonas áridas o semi–áridas, caracteriza- das por su heterogeneidad agroclimática, con sequías cíclicas y otros ries- gos climáticos, que solo permiten un cultivo por año y durante el periodo de lluvias estacionales; mayormente se cultivan bajos sistemas de descanso tipo aynuqa y qapana.

• A8: Terrazas o taqanas corral-cancha Las terrazas o taqanas corral-cancha, cumplen la función de corrales de en- cierro, por las noches, de alpacas, llamas y otros animales, y se instalan des- pués de las cosechas; los animales aportan materia orgánica que incrementa la fertilidad de los suelos, favoreciendo al siguiente cultivo programado en el sistema de rotación.

118 • A9: Quillas de producción de coca Las quillas son pequeñas terrazas o taqanitas de plataforma de cultivo an- gosta, dispuestas estrechamente y muy juntas, con muros de retención de piedra pizarra laminares y alargadas perfectamente entrelazadas y estabili- zadas, con muros que miden aproximadamente de 0.40 a 0.80 m de altura y ubicadas en laderas de montañas con pendientes muy pronunciadas, per- mitiendo reducir la erosión y aumentar la infiltración del agua de lluvia. Las quillas, permitieron dar uso agrícola a laderas muy inclinadas de zonas sub–tropicales de los Yungas, ancestralmente eran utilizadas para el cultivo de la coca, mediante una plantación en trinchera entre las gradas. Reciente- mente, proyectos de recuperación de quillas, están introduciendo cultivos de café, cítricos, flores, frutales, níspero y pacae. Las quillas son estructuras características de los Yungas del departamento de La Paz, habiéndose identificado extensas áreas de quillas abandonadas pero en buen estado de conservación en la cuenca del Takesi, en el municipio de Yanacahi, provincia Sud Yungas de La Paz. También se reporta su existencia en la provincia de Sandia al sur del Perú, donde se las denomina gradas.

• A10: Wachus o zanjeos Son pequeños terraceos o gradas de origen moderno, que se construye en suelos de laderas muy empinadas de los Yungas, formando zanjas con talu- des de tierra moldeados por medio de presión con golpes de paletas de ma- dera. Por su rápida implementación son utilizadas en el cultivo de la coca, sin embargo estos wachus y zanjeos se desestabilizan y destruyen con facilidad.

• A11: Chullpa–tirquis de producción de quinua Son terrazas pequeñas, áreas de cultivo angostas y muros de poca altura, presentes en laderas de serranías de Potosí y Chuquisaca. Ancestralmente, fueron utilizadas para la producción de quinua y otros cultivos andinos.

119 5.2.2. Grupo B: Por su acabado

• B1: Terrazas ornamentales y vistosas Son aquellas terrazas que se caracterizan por presentar muros de piedra con un acabado artístico y están perfectamente alineadas. En su construcción se ha utilizado rocas simétricas, talladas y con un encaje perfecto. Esta clase de terrazas están presentes en los complejos arqueológicos de Cohoni-Chull- paloma, Curva y Amarete, así mismo en el Valle Sagrado de los Incas en el Cuzco.

• B2: Terrazas o taqanas semirústicas Se caracterizan por presentar condiciones intermedias en el acabado de sus muros; se presentan en lugares semi–húmedos, por lo que su estructura está asociada a un drenaje interno.

• B3: Terrazas o taqanas rústicas o de pueblo Constituyen la mayor parte de las terrazas presentes en el espacio geográ- fico andino-amazónico. Los muros presentan caras externas irregulares y están hechos de piedras heterogéneas, pero son estructuras sólidas, firmes y resistentes. Son utilizados para la producción de toda la gama de cultivos andino-amazónico, por la mayor parte de la población de las comunidades.

5.2.3. Grupo C: Por su forma

• C1: Terrazas o taqanas cóncavas en semi-luna Son terrazas semicirculares cuya curvatura se desarrolla hacia adentro, están construidas en escalones secuenciales una sobre la otra; generalmente están ubicadas en el curso de una quebrada de laderas y lomadas, con el propósito de controlar la erosión y la escorrentía y aprovechar la infraestructura para producir cultivos alimenticios. Presentes en Charazani y Amarete.

120 • C2: Terrazas o taqanas convexas en semiluna Son terrazas semi–circulares cuya curvatura se desarrolla hacia fuera; están construidas secuencialmente siguiendo las curvas de nivel sobre los pro- montorios casi verticales de una ladera. Presentes en Charazani y Amarate.

• C3: Terrazas o taqanas cóncavas múltiples con un solo vértice Son las terrazas cóncavas que nacen de un solo vértice y se extienden como un abanico; las terrazas inicialmente angostas en el vértice común se van en- sanchando a medida que se alejan del vértice. Están presentes en Charazani y en las comunidades de Lunlaya y Chari.

• C4: Terrazas o taqanas geométricas rectangulares Son las terrazas que presentan muros geométricamente construidos con ta- ludes, ángulos y vértices simétricos. La plataforma de cultivo está perfecta- mente nivelada y con una distribución uniforme de las terrazas a manera de graderío de un estadio gigante.

• C5: Terrazas o taqanas irregulares Son aquellas terrazas que no presentan una forma definida. Generalmente se encuentran aisladas; ni los muros ni las plataformas siguen un patrón de construcción definido. En las comunidades quechuas de Potosí y Chuquisaca se las denomina q’ontos y están formadas por la acumulación de piedras en terrenos de cultivo.

• C6: Terrazas o taqanas circulares concéntricas Son las terrazas que se ubican dentro de una colina, son circulares y están construidas en anillos concéntricos de diámetro pequeño en el fondo que va ampliándose a medida que se alcanza la parte superior. Por su forma regu- lar concéntrica habrían sido utilizadas como infraestructuras experimenta- les que formaban parte de los laboratorios naturales de mejoramiento genético y creación de nuevas variedades de semillas.

121 5.2.4. Grupo D: Por el régimen de riego

• D1: Terrazas o taqanas de riego y drenaje Son las terrazas que se caracterizan por presentar canales de riego, partido- res de agua, bocas de captación y de desagüe, cuyas dimensiones hidráulicas están determinadas por el agua disponible para el riego. Sus suelos son me- dianamente profundos y de textura media a fina. Los canales presentan dimensiones variables de 20 a 60 cm de ancho, con ti- rantes de 15 a 30 cm, con un régimen de flujo y caudal determinado por la destreza de manejo del riego en forma manual. Estas terrazas tienen un dre- naje perfecto, constituido por un sistema de cribas subterráneas o galerías de lajas de piedra que se conectan por los desagües a otros canales, posibili- tando el transporte de nutrientes, coloides y humus a las terrazas inferiores. Esta clase de taqanas de riego, requiere mayor inversión en recursos de mano de obra para conservarlas en buen estado.

• D2: Terrazas o taqanas de inundación Estas terrazas están presentes en suelos bastante profundos, de textura media, con subsuelo arcilloso que, luego de recibir un riego abundante o de inundación, tienen la propiedad de almacenar la humedad durante un buen periodo de tiempo. Actualmente se las observa al pie de monte tropical y son utilizadas en la producción de cultivos como el arroz.

• D3: Terrazas o taqanas de secano Son terrazas que presentan plataformas de cultivo sencillas, construidas en zonas de pendientes con déficit hídrico estacional y amplios riesgos climáti- cos. Su función es la de interceptar el agua de lluvia y facilitar su infiltración, posibilitando la cosecha anual de las aguas de escorrentía.

122 5.2.5. Grupo E: Por su pendiente o desnivel

• E1: Terrazas con plataforma de cultivo nivelada Estas terrazas presentan la plataforma de cultivo nivelada, lo que resulta ideal para el mejor aprovechamiento y manejo del agua, porque la hume- dad que llega al suelo se divide en tres partes: el agua que corre, la que se in- filtra y el agua que se evapora. El agua que corre queda estacionaria favoreciendo la infiltración, propiciando la movilización de las partículas finas en forma lenta y gradual hacia las parte bajas, dejando en la superficie un suelo de textura media que favorece una pronta infiltración y reduce al mí- nimo las pérdidas por evaporación.

• E2: Terrazas con disminución del 50% de la pendiente del suelo Son terrazas donde la pendiente original del terreno ha sido disminuida en más de un 50%, posibilitándose una nivelación gradual del suelo, generada por la remoción del suelo, a causa de las labores culturales practicadas en el ciclo de los cultivos. Implica levantar el muro gradualmente de acuerdo a la movilización de tierra.

5.2.6. Grupo F: Por su formación y tipo de muro de contención

• F1: Terrazas o taqanas con muros de piedra Son las terrazas o taqanas con muro de contención de piedra ubicado en la parte frontal del mismo, construido a base de rocas de distinto tamaño con una buena cimentación y un empalme en apretadas hileras regulares. Gran parte de las terrazas presentes en el territorio nacional se caracterizan por presentar muros de piedra lo suficientemente sólidos y fuertes para sopor- tar el empuje de una masa de suelo húmedo. Su función principal es la de evi- tar la pérdida de suelo en laderas de fuertes pendientes y facilitar el riego en zonas con declives.

123 La pared o muro de piedra y el suelo, actúan como recolectores de calor, y tienen influencia sobre los cultivos en función de su altura, su inclinación al sol en una época del año determinada y su color, que le permiten producir distintos matices de radiación que inciden sobre las plantas.

• F2: Terrazas con muros de tierra con talud inclinado Se denominan así a las terrazas o taqanas construidas mediante la remoción del suelo, hasta formar escalones con taludes de tierra apisonada. Son de di- mensión variable y el muro de tierra presenta una altura desde 0.40 a 0.90 m con un ancho de la plataforma de cultivo de 1 a 5 m. En esta clase se incluyen los wachus o zanjeos, utilizados en el cultivo de coca y café en los Yungas, imitando la construcción de las taqanas.

• F3: Terrazas o taqanas con muros de contención vegetados Son terrazas o taqanas, cuyo talud de tierra está cubierto por pastos nativos de enraizamiento denso, tipo Pennicetum cladestinum, Stipia ichu, o Paras- trephia sp.; los taludes son de menor altura y con plataforma de cultivos con cierta pendiente. Este tipo de terrazas está siendo replicado y fomentado en comunidades de Comanche y Pacajes por la institución SEMTA.

• F4: Terrazas o taqanas de formación lenta Son aquellas terrazas y taqanas que se forman paulatinamente cuando se establecen barreras vegetales densas o un cerco de piedras bien anclado en sentido transversal a la pendiente, donde año tras año, por las labores cul- turales, el suelo se va desplazando hacia la barrera, permitiendo la forma- ción gradual de la terraza propiamente dicha. Este tipo de terrazas son características de algunas comunidades aymaras de la provincia Aroma, donde se las conoce el nombre de “Campos con cercos de piedra”. En las comunidades quechuas de Potosí se les denomina chharis, y la terraza de formación lenta es con muro de piedras.

124 5.2.7. Grupo G: Por la altura del muro de contención

• G1: Terrazas con muros a ras del suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original Corresponden a las terrazas o taqanas ubicadas en pendientes abruptas con suelos superficiales, presentan muros piedra y plataformas de cultivo con una inclinación ostensiblemente menor que la pendiente natural de la ladera.

• G2: Terrazas con muros a ras del suelo y con la plataforma de cultivo nivelada Son las terrazas o taqanas propiamente dichas, con plataformas de cultivo ni- veladas que facilitan la infiltración del agua, presentando muros de conten- ción de piedra sólidos y firmes a ras del suelo.

• G3: Terrazas con muros sobre la superficie del suelo, para la nivelación gradual del suelo Es una modalidad de terrazas, con muros de piedra sobreexpuestos a la su- perficie del suelo, con la finalidad de lograr una nivelación gradual, producida por el movimiento de la tierra por las prácticas culturales tales como barbe- cho, deshierbe y aporque.

5.2.8. Grupo H: Por el área de la plataforma de cultivo

• H1: Quillas, wachus y zanjeos de coca, con un área menor a 10 m2 Las quillas, wachus y zanjeos son estructuras cortas y construidas en laderas de pendientes abruptas y empinadas, de dimensiones variables desde 6 m de largo por 0.50 m de ancho, con muros de piedras alargadas, con una al- tura de 0.40 a 0.80 m. Están presentes cubriendo extensas laderas de mon- tañas empinadas de los Yungas de La Paz.

125 • H2: Chullpa tirquis de producción de quinua, con área menor a 20 m2 Las terrazas ancestrales llamadas chullpa tirquis son plataformas cortas, de muros angostos, presentes en laderas empinadas de zonas de valle. En el caso del cantón Potobamba (Potosí) constituyen auténticos modelos o pa- trones de construcción de terrazas para las comunidades de la zona.

• H3: Terrazas con un área cultivable de 10 a 100 m2 Son las terrazas o taqanas, construidas en zonas de muy fuerte pendiente, principalmente como sendas de paso en cárcavas profundas y para prevenir derrumbes; sus dimensiones varían de 10 a 35 m de largo por 2 a 3 m de ancho.

• H4: Terrazas con un área cultivable de 100 a 500 m2 Son aquellas terrazas o taqanas, de dimensiones muy variables, determina- das por las pendientes de las laderas, de 10 a 50 m de largo por 10 a 50 m de ancho; esta dimensión será menor cuanto más pronunciada es la pen- diente.

• H5: Terrazas con área cultivable de 500 a 1.000 m2 Son las terrazas o taqanas, ubicadas en laderas de pendiente mediana, con longitudes entre 50 a 100 m y un ancho entre 10 a 20 m; son terrazas ma- yormente rústicas, agrícolas y de riesgo y en menor proporción terrazas de secano.

• H6: Terrazas con un área cultivable mayor a 1.000 m2 Corresponden a terrazas o taqanas ubicadas en zonas con escasa pendiente, con una longitud mayor a 100 m y un ancho de 20 m o más donde es posi- ble hacer agricultura intensiva e inclusive utilizar maquinaria agrícola (grá- fico 11).

126 Gráfico 11: Clases de terrazas precolombinas de Bolivia

Terrazas taqanas A1 de experimentación

Terrazas o taqanas A2 de producción

127 Terrazas o taqanas A3 de ceremonias

Terrazas o taqanas A4 de contención Terrazas o taqanas A5 de vivienda y vía caminera

Terrazas o taqanas A4 de contención Terrazas o taqanas A5 de viviendas y sendas de paso

128 Terrazas o taqanas A6 de uso mixto

Terrazas o taqanas A6 de uso continuado Terrazas o taqanas A7 de uso permanente

Terrazas o taqanas A9 de corral-cancha Terrazas o taqanas A8 de uso temporal

129 Wachus A11 de uso agrícola en los Yungas

Zanjeo A12 de uso agrícola en los Yungas Quillas A10 de producción de coca

130 Terrazas o Taqana B1 ornamentales Terrazas o taqanas B2 semirústicas

Terrazas o taqanas B3 rústicas o de pueblo Terrazas o taqanas C1 cóncavas en semiluna

131 Terrazas o taqanas C2 convexas en semiluna Terrazas o taqanas C4 rectangulares

Terrazas o taqanas C3 cóncavas múltiples con vértice común

132 Taqana C5 irregular o q´onto

Taqana C6 circular concéntrica

133 Taqanas D1 de riego

Distribución del agua de riego en una taqana

134 Terrazas o taqanas D3 de secano Terrazas o taqanas F1 con muro de piedra

Terrazas o taqanas F2 con muro vegetado Terrazas o taqanas F3 con muro de tierra y de pastos talud inclinado

135 Terrazas o taqanas F5 de formación lenta

Terrazas o taqanas F4 con muro de contención Terrazas o taqanas G2 con muro de vegetado contención a ras del suelo y plataforma de cultivo nivelada

Terrazas o taqanas G con muro sobre la Terrazas o taqanas G1 con muro de 3 contención a ras del suelo y plataforma superficie del suelo con pendiente original

136 6. Uso del sistema de clasificación de terrazas precolombinas

6.1. Terrazas agrícolas de qapana

Procedencia: comunidad Atique, cantón Amarete, municipio Charazani, provincia Bautista Saavedra, departamento de La Paz.

TERRAZA DE QAPANA: A7 – B3 – C5 – D3 – E2 – F4 – G1 – H4 / op, ci, fm-b

GRUPO A CLASE SUB-CLASE A7: Terraza de uso temporal (descanso) op: Terraza precolombina B3: Terraza rústica o de pueblo ci: Terraza intacta o buena C5: Terraza irregular fm-b: Terraza con suelo de fertilidad D3: Terraza de secano media a baja E2: Terrazas con disminución del 50% de pendiente del suelo F4: Terraza de formación lenta G1: Terraza con muros a ras del suelo y plataforma con pendiente original H4: Terraza con superficie cultivable de 100 a 500 m2

Descripción:

• Clase A7: Terrazas de uso temporal, se cultivan una vez al año durante el pe- riodo de las lluvias estacionales, siendo característico en todas las qapanas. • Clase B3: Terrazas rústicas o de pueblo, con predominancia de muros con caras externas irregulares, construidas con piedras heterogéneas, son sóli- das y resistentes; en la parte baja próxima a la ribera del río se encuentra te- rrazas con talud de tierra, entremezclada con piedras y vegetales inclinados hacia atrás.

137 • Clase C5: Terrazas irregulares, no presentan una forma definida, la plata- forma de cultivo no sigue un patrón de construcción definido, con muros cortos no alineados. • Clase D3: Terrazas de secano, evidenciándose en las entrevistas realizadas que el 100% de las terrazas estudiadas son a secano y no cuentan con siste- mas de riego; facilitan la infiltración del agua de lluvia y la conservación de la humedad durante la época de estiaje. • Clase E2: Terrazas con pendiente disminuida, en más del 50%, posibilitando una nivelación gradual del suelo por las labores culturales. • Clase F4: Terrazas de formación lenta, formadas por barreras vegetales den- sas, o con cercos de piedra en las que, año tras año, por las labores cultura- les, se va desplazando el suelo hacia la barrera. • Clase G1: Terrazas con muros de contención a ras del suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original. 2 • Clase H4: Terrazas con una superficie cultivable de 100 a 500 m . • Subclase op: Terrazas de origen precolombino, construidas antes de la con- quista por los antepasados de los pobladores actuales. • Subclase ci: Terrazas intactas o buenas, con una estructura y barrera de con- tención estable y en buen estado. • Subclase fm-b: Terrazas con suelos de fertilidad media a baja, con escasa ma- teria orgánica y una textura franco arenosa.

6.2. Terrazas agrícolas de ladera

Procedencia: comunidad Chaguaya, municipio Mocomoco, provincia Camacho, La Paz

TERRAZA DE LADERA: A7 - B3 - C5 - D3 - E2 - F4 - G3 - H5 / oa, ci, fa

138 GRUPO A CLASE SUB-CLASE

A7: Terraza de uso temporal (descanso) oa: Terraza antigua B3: Terraza rústica o de pueblo ci: Terraza intacta o buena C5: Terraza irregular fa: Terraza con suelos de alta fertilidad D3: Terraza de secano E2: Terrazas con disminución del 50% de pendiente del suelo F4: Terraza de formación lenta G3: Terraza con muros sobre-expuestos, nivelación gradual H5: Terraza con superficie cultivable de 500 a 1000 m2

Descripción:

• Clase A7: Terrazas de uso temporal, se cultivan una vez al año, durante el pe- riodo de las lluvias estacionales, siendo característico en todas las zonas bajas, intermedias y altas de cada microcuenca. • Clase B3: Terrazas rústicas o de pueblo, con predominancia de muros con caras externas irregulares, construidas con piedras heterogéneas, en otras con tierra labrada, son sólidas y resistentes a la actividad agrícola, con talud de piedra entremezclada con vegetales. • Clase C5: Terrazas irregulares, no presentan una forma definida, la plata- forma de cultivo no sigue un patrón de construcción definido, con muros cortos no alineados. • Clase D3: Terrazas de secano, evidenciándose con las visitas in situ y las en- trevistas dirigidas que el 100% de las terrazas estudiadas son a secano y no cuentan con sistemas de riego. • Clase E2: Terrazas con pendiente disminuida, en más del 50% del área culti- vable, posibilitando la nivelación gradual del suelo por las labores culturales. • Clase F4: Terraza agrícola con muros de piedra, entremezclada con barreras vegetales, donde año tras año, por las labores culturales, se va desplazando el suelo hacia la barrera. 139 • Clase G3: Terrazas con muros de contención sobre el suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original. 2 • Clase H5: Terrazas con una superficie cultivable de 500 a 1.000 m . • Subclase oa: Terrazas antiguas construidas en la época republicana. • Subclase ci: Terrazas intactas o buenas con una estructura y barrera de con- tención estable y en buen estado. • Subclase fa: Terrazas con un suelo de buena fertilidad, con alto contenido de materia orgánica y una textura franco arcillo arenosa. 7. Componentes estructurales de las terrazas precolombinas

Las terrazas precolombinas de Bolivia, se caracterizan por presentar compo- nentes estructurales y geométricos, que caracterizan a su estructura interna y se extienden externamente a la serie sucesiva de plataformas o terraplenes dis- puestos en escalones en las laderas de las montañas andinas y amazónicas.

7.1. Componentes geométricos de las terrazas o taqanas

• Pendiente longitudinal de las terrazas o taqanas La pendiente longitudinal, define la velocidad de flujo de agua y, ancestral- mente, fue establecida con criterios diferentes a la agrimensura convencio- nal, entre otras consideraciones en base a las características de textura del suelo y a la profundidad del perfil; ésta es la razón por la que la altura de los muros, taludes y la superficie de la plataforma de cultivo, no responde a los parámetros matemáticos y técnicos modernos, utilizados en la construcción de las terrazas americanas.

• Pendiente frontal Muchas de las terrazas o taqanas presentes en la zona montañosa de Sud Yungas, en La Paz, tienen una pendiente frontal hacia el borde del muro, de aproximadamente 2 a 3%, y un desnivel longitudinal (hacia el desagüe) de hasta el 2%. Las terrazas de Cohoni, con un suelo arable de textura franco ar-

140 cillo arenoso, presentan una pendiente promedio de 1 a 3% contraria a la pendiente del terreno. Esto permite que el agua que cae sobre la estructura se desplace hacia el talud o pared superior de la terraza en donde se concen- tra, y por el desnivel longitudinal del 2% de la estructura hacia el desagüe, el agua se evacúa gradualmente del terreno, evitándose concentraciones per- judiciales de agua para el desarrollo de los cultivos. La pendiente frontal de la superficie de cultivo de las terrazas con suelos sueltos o ligeros es a nivel lo que determina que la infiltración y percolación del agua se realice sin di- ficultad; en terrazas con suelos arcillosos o pesados, la inclinación del terra- plén de cultivo puede tener una pendiente suave de 1 a 3%, hasta una pendiente media de 4 a 8%, para mejorar la retención de humedad en época de lluvia y facilitar su permeabilidad. • Talud del muro de contención El talud o inclinación de los muros de las terrazas, depende de la naturaleza del terreno. En tierra firme se tiene un talud de 0.5:1, es decir 0.5 unidades horizontales por 1 unidad vertical, en tanto que en terrazas con suelos más sueltos, los taludes son más suaves de 1:1 ó 1.5:1. Sin embargo, como ex- cepción de la regla, muchas terrazas presentan muros completamente ver- ticales, sin talud. • Altura del muro de contención Los muros de contención presentan de 1 a 3 m de altura, predominando los muros de 1.5 a 2 m, aquellos de alturas mayores a 3 o 4 m, generalmente se encuentran en cárcavas o accidentes pronunciados de la pendiente natural; además ésta altura máxima de los muros está condicionada por el tipo y ta- maño de rocas y por la capacidad humana para edificar muros altos. Los muros de contención, fueron construidos magistralmente en base a rocas de diverso tipo, la ligera inclinación de la plataforma de cultivo evita que el agua de lluvia se retenga en la superficie, la nivelación de los bordes impide que el agua escurra de un lado a otro, facilitándose que todo el agua de lluvia caída en la terraza se infiltre uniformemente. Las piedras del muro de con- tención pueden ser cortadas y encajadas. Estos muros pueden ser de es- tructuras sólidas de encaje perfecto o de construcción rústica. Los muros

141 más grandes y anchos pueden estar compuestos de más de dos filas de pie- dra, con las caras planas hacia el exterior sin presentar salientes, separadas y forradas con clastos pequeños. Para cubrir todos los intersticios se acu- mula material de relleno compuesto de piedras menudas a fin de evitar todo escape posible de material fino de la terraza. El cuerpo del muro es inclinado hacia atrás para lograr un mejor apoyo, su altura y grosor es calculado para una estructura que pueda sostener un relleno saturado con agua. En el com- plejo agrícola precolombino de Chawarani y Pukarilla en la provincia Muñe- cas, La Paz y en Cohoni en el complejo ceremonial y funerario de Chullpaloma, se han encontrado muros que miden más de 8 m de alto. • Superficie de las terrazas o taqanas La superficie de las taqanas no responde a un modelo técnico rígido como ocurre con las terrazas modernas, sino que estuvo condicionado en su di- seño por factores mágico-religiosos, estéticos, científico-astronómicos, so- ciales-organizacionales y también por la presencia de causes naturales: afloramientos rocosos y cambios abruptos de la pendiente. En general, la te- rrazas estudiadas en el departamento de La Paz, presentan una longitud que oscila entre 5 m, para el caso de las quillas, hasta unos 80 m para las terra- zas agrícolas, por un ancho que varía desde 0.50 m en las quillas, hasta unos 40 m de superficie cultivable. Excepcionalmente, se puede encontrar terra- zas de 1x2 m2 y de 30x100 m2 o más. Los primeros en la zona de los Yungas en laderas muy inclinadas y los otros en Amarete, Charazani y Curva, luga- res de pendiente media. • Canales de riego y partidores Muchas terrazas o taqanas pueden incluir muros laterales, canales de riego con partidores de agua, bocatomas y desagües; en el caso del complejo de Cohoni las terrazas de riego presentan canales que conducen el agua a las parcelas con un caudal aproximado de 4 litros/segundo; estos canales están interconectados entre sí, permitiendo el riego de todas las terrazas, de tre- cho en trecho se ubican partidores de agua y disipadores de energía hidráu- lica, en sectores donde los canales presentan pendientes muy pronunciadas.

142 • Escalinatas de acceso Algunas terrazas presentan escalinatas de acceso, en forma de gradas den- tro de los muros que facilitan el ingreso y en otras, las gradas son formadas al cortar el material de las mismas pendientes sin un muro de retención. Ver gráfico 12.

7.2. Estructura de las terrazas o taqanas

Las terrazas observadas en muchas zonas del país constan, en general, de las siguientes partes:

• Muro de contención o enchape Es el muro sólido construido de piedra que actúa como soporte o contención del suelo de la plataforma de cultivo; tiene un talud que esta en función de la pendiente del terreno, presentando una cara superficial o externa que en algunos casos es la parte ornamental de la terraza, y puede o no tener cana- les labrados en el mismo muro o también escalinatas de puntas rocosas. En el caso de las terrazas con taludes vegetados o de formación lenta, el muro de contención está formado por vegetación arbórea y arbustiva, implantada en los bordes del talud. • Cuerpo del muro Es la estructura del muro que se construye a base de piedras de diferente ta- maño, tierra húmeda y barro. Los muros de las terrazas precolombinas muestran una destreza excepcional en la construcción con piedras perfecta- mente colocadas y trenzadas entre sí, que le otorgaban solidez y buena es- tabilidad. • Cara interna o contraenchape Constituida por la superficie interna del muro de piedras; puede o no estar presente según el tamaño de las piedras utilizadas en el cuerpo del muro y el esfuerzo a soportar. • Cimiento o piso de relleno Son los cimientos sobre los que se asientan el muro de contención y el re-

143 lleno; está constituido por la acumulación de piedras grandes debidamente acomodadas en una zanja, con una profundidad mayor a 0.5 m de acuerdo a la altura del muro de contención. • Capas de relleno de fondo Formadas por grava angular y fragmentos gruesos que se colocan como re- lleno del vacío que queda entre el talud de tierra y las primera hileras del muro. • Capas de relleno intermedias Se ubican por encima del relleno de fondo a manera de un estrado interme- dio y están constituidas por piedras medianas y pequeñas, arena y arcilla mezcladas, y una capa superior resultante de la mezcla de gravilla y tierra. • Tierra de cultivo Es la capa arable de la terraza conformada por el suelo agrícola y humus, donde se desarrollan las plantas cultivadas. Es en esta capa superficial donde ocurren las relaciones de intercambio de agua, gases y nutrientes entre las raíces de la planta, los microorganismos del suelo y el ambiente. Los microorganismos juegan un rol fundamental en los procesos de transformación, síntesis y resíntesis de la materia orgánica y los nutrientes minerales del suelo, así como en la generación de sustancias mucilagínosas que favorecen la formación de agregados del suelo, y de hormonas y vitaminas que son aprovechadas por las plantas en crecimiento (gráfico 13).

144 Gráfico 12: Componentes estructurales de las terrazas precolombinas 1 4 5

1. Pendiente longitudinal 2. Pendiente frontal 3. Talud del muro 4. Altura del muro 5. Canal de riego 6. Separación entre muros 7. Superficie de la taqana 8. Escalinatas de acceso Gráfico 13: Configuración y partes de una terraza precolombina 1 4 6 8. Quillas de los Yungas de Bolivia

Las quillas son pequeñas terrazas o taqanitas de origen precolombino, con una plataforma de cultivo angosta de 0.40 m, muros de contención sólidos de piedras laminares y alargadas, principalmente pizarras, que miden de 0.50 a 0.80 m de altura, y longitudes variables de 6 a 20 m. Ancestralmente fueron utilizadas para el cultivo de la coca. Las quillas se disponen estrechamente y muy juntas en forma de escalones continuos, semejantes a las graderías de un estadio y están ubicadas en pendientes muy fuertes y pronunciadas. Las quillas están presentes en extensas laderas de montañas de la provincia Sud Yungas del departamento de La Paz, en su mayoría están abandonadas. Los restos casi intactos de muros de quillas ancestrales, que se observan, permiten comprobar que son las únicas infraestructuras que garantizan la protección de los suelos agrícolas ubicados en fuertes pendientes, ante los peligros de erosión hídrica. Las quillas y taqanas antiguas correspondientes a la época republicana, fue- ron construidas imitando patrones y modelos precolombinos de los Tiwanaco- tas e Incas, restos que todavía se pueden observar en la cresta de las montañas, en la ruta llamada Camino del Inca que se extiende desde El Takesi y une la mina La Chojlla, Yanacachi, Villa Aspiazu, Ticuniri, hasta Chulumani, en la provincia Sud Yungas. Sólo los comunarios de mayor edad respetan y construyen sus qui- llas poniendo en práctica la herencia y aprendizaje de sus abuelos. Lamentablemente, la presión del mercado de la hoja de coca ha obligando a los más jóvenes a construir variantes modernas con la modalidad de cavada, y sólo con un muro de tierra apisonada, llamados wachus y zanjeos, que resultan fáciles de construir y en un tiempo mínimo, pero que definitivamente, al no ser estructuras estables, se desestabilizan a corto plazo, propiciando una mayor pér- dida de los suelos, lo que se agrava porque pueden resultar en el origen de cár- cavas y deslizamientos. Los wachus, son pequeñas terracitas de origen relativamente reciente, que se realizan en suelos de textura fina, iniciándose la construcción cavando con la picota, para luego amontonar las piedras, que son utilizadas como material para

147 construir y rellenar las gradas. Un trabajador construye seis wachus de 6 m de longitud, en secuencia uno encima del otro, por día. Se observan en el trayecto de la comunidad Chaguara a Puente Villa. En las comunidades ubicadas a menor altura, desde Puente Villa hasta Chu- lumani y otras zonas de los Yungas, los wachus presentan una variante y toman el nombre de zanjeos. Los zanjeos, son infraestructuras recientes, formadas al hacer una zanja, se- parando la tierra y las piedras, para luego colocarlas dentro la zanja, moldeán- dose el muro externo o umacha de tierra apisonada, golpeando con paletas especiales, dejándose libre la zona de trasplante para la coca. En la siembra se remueve la tierra, operación que lo diferencia de la plantación en quillas donde no se remueve el suelo. En todos los casos el cultivo de la coca se inicia con el mallky, que es la operación de trasplante de la coca a la quilla, en jornadas pre- establecidas llamadas corte que se define como el área o medida de trabajo que tiene de 5 a 6 m de longitud. Desde el punto de vista de conservación de suelos y aguas, las quillas de ori- gen precolombino, construidas con muros de rocas laminares, estables y sólidos, cumplen y garantizan esta función; en cambio los wachus y zanjeos son deses- tabilizados, fácilmente, por agentes externos como el clima, las pendientes fuer- tes, el cultivo intensivo de la coca y el movimiento de tierras, dando como resultado que extensas áreas con wachus y zanjeos abandonados, en la actua- lidad presenten procesos muy severos de degradación y erosión del suelo.

8.1. Estructura de una quilla precolombina

Las quillas de origen precolombino, e identificadas en los Yungas de La Paz, estructuralmente presentan las siguientes partes:

• Muro de contención Es el muro de retención del suelo, construido con piedras laminares y alar- gadas, principalmente pizarras y esquitos, con una altura de 0.40 a 0.80 m, cumplen la función de soporte del suelo, presentando un talud que está en 148 función de la pendiente del terreno y una cara superficial externa formada por las piedras laminares entrecruzadas unas con otras. • Cuerpo del muro Es la estructura del muro construida con rocas de pizarra alargadas, dis- puestas ordenadamente y trenzadas entre sí, lo que otorga solidez y estabi- lidad al muro. • Cara interna o contraenchape Es la superficie interna del muro, conformada por salientes de los fragmen- tos de rocas que constituyen el muro de la quilla. • Cimiento o base Es la base sobre la que se asienta el muro de contención, cuya profundidad y ancho están en función de la altura del muro de contención. • Material de relleno Formado por gravas y fragmentos angulares, que se depositan como relleno en el fondo de la quilla, con la finalidad de facilitar el drenaje. • Plataforma de cultivo Es la capa de suelo cultivable, enriquecida con humus, presenta un ancho de 0.40 a 0.50 m, donde tradicionalmente se planta la coca en un canal o en trincheras entre las gradas; en esta parte es donde se realiza la dinámica mi- crobiológica, nutrición de las plantas y el intercambio de gases y aprovecha- miento del agua, con una notable reducción y control de la erosión hídrica (gráfico 14).

149 Gráfico 14: Configuración y partes de una quilla

150 TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS

Terrazas agrícolas tipo semiluna en producción.

Terrazas agrícolas del cantón Amarete.

Terrazas agrícolas múltiples con vértice común en Charazani.

151 Extensa superficie de terrazas precolombinas de distintos tipos, comunidad Atique Amarete.

152 Modalidad de terraza corral cancha en microcuenca Chacarapi.

Terrazas ancestrales comunidad Huatascapa Mocomoco.

153 9. Estudios de caso: terrazas precolombinas de los yungas y valles interandinos del departamento de La Paz

Las prácticas productivas relacionadas con la agricultura se realizan desde tiempos inmemoriales en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, por comunidades originarias, comunidades formadas y colonias que se asientan en los valles interandinos, el altiplano y los ecosistemas intermedios y bajos de la región de los Yungas. En las zonas que en la actualidad son ocupandas por las provincias Larecaja, Muñecas, Bautista Saavedra, Sud Yungas, Nor Yungas e Inquisivi, en sus serra- nías en los siglos XVI y XVII habitaban grupos étnicamente diversos en las pro- vincias de Kallawaya (Larecajas), Chuncho (Lekos, Aguachiles, Arabaonas, Toromonas), Moxos Chachapoyas, y de los indios Yungas que compartían el te- rritorio con grupos Lupaqa y Pacaxa del Omasuyo Qolla Altiplánico5. En esta parte, se expone el resultado de los estudios de cuantificación y ca- racterización de las terrazas, taqanas, quillas y wachus de dos subcuencas ubi- cadas en diferentes pisos agroecológicos, realizándose un análisis del estado actual de estas infraestructuras tomando en cuenta las características geográ- ficas, culturales e históricas del pasado y el presente. La zona representativa de los Yungas corresponde a las subcuencas de los ríos Unduavi y Takesi, pertenecientes a la cuenca del río Tamanpaya afluente del río Beni, ubicada en la provincia Sud Yungas. Como zona representativa de los valles interandinos se tomó en cuenta la subcuenca del río Tahuapalca-Cohoni, perteneciente a la cuenca del río La Paz, ubicado en la provincia Murillo, de- partamento de La Paz. Ambas zonas fueron, en el pasado precolombino, escenarios de una intensa actividad productiva, de comunidades andinas y amazónicas ancestrales orga- nizadas, que generaron y practicaron tecnologías agroecológicas racionales que les permitieron un manejo sostenible de los recursos naturales, principalmente del suelo, agua y la vegetación.

5 Saignes 1985, citado por Ballivián J, 2008.

154 Estos sistemas de terrazas agrícolas habrían sido construidos, inicialmente, por los tiwanacotas, continuados por los pacajes, los mollos y, finalmente, con- solidados por los incas, quienes perfeccionaron y utilizaron las ya existentes y ampliaron la superficie de taqanas y quillas de producción agrícola.

9.1. Terrazas precolombinas de Yungas subcuencas Unduavi y Takesi

La región de los Yungas, es el área donde las taqanas y las quillas de origen ancestral alcanzaron su máxima expresión como tecnologías para conservar los suelos y producir coca y otros cultivos, en zonas de alta montaña. En la actua- lidad se puede observar áreas de taqanas y restos arqueológicos, que son una muestra de la magistral técnica empleada en la construcción de quillas y taqa- nas ancestrales, probablemente de origen Tiwanacota, y cuyo desarrollo habría sido completado y extendido por los Incas. Es admirable observar extensas áreas de taqanas y quillas en toda la región de los Yungas, desde la cresta de las montañas nevadas hasta las zonas bajas de los Yungas, lo que se puede comprobar recorriendo la ruta llamada Camino del Inca que se extiende desde el nevado Takesi, descendiendo a la mina Chojlla y los asentamientos de Yanacachi, Villa Aspiazu, Ticuniri, hasta llegar a Chulumani, en la provincia Sud Yungas del departamento de La Paz. Es posible verificar relaciones de reciprocidad y de producción de esta zona con la otra vertiente yungueña de Lambate, Pasto Grande e Inkalakaya, donde también están presentes y se desarrollaron sistemas de producción en terrazas agrícolas precolombinas.

9.1.1. Ubicación geográfica

El área de estudio corresponde a la Tercera Sección Yanacachi, de la provin- cia Sud Yungas, departamento de La Paz, estando ubicada en las coordenadas geográficas 15º20’ a 16º30’ de latitud sur y 67º20’ de longitud oeste, limitando hacia el norte con la provincia Franz Tamayo, al sur con las provincias Murillo, Loayza e Inquisivi, al oeste con Larecaja, Murillo y Nor Yungas, al este con la 155 provincia Inquisivi y los departamentos del Beni y Cochabamba. Las poblaciones más importantes de la provincia Sud Yungas son Yanacachi, Chulumani, Irupana, Ocobaya, Covendo y Santa Ana. Las subcuencas de los ríos Unduavi y Takesi, comprenden los cantones Ya- nacachi y Villa Aspiazu y las comunidades más representativas, donde existen te- rrazas precolombinas, taqanas y quillas son Unduavi, Hierbani, Chaco, Florida, Yanacachi, Chawara, Quisno, Pihuaya, Mokori, Hilumaya, Santa Rosa, Macha- camarca, Villa Aspiazu y Suiqui Milamilani. Toda el área se encuentra en las laderas de montañas orientales de la parte norte de la cordillera de los Andes, que atraviesa los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Presenta pendientes escarpadas descendiendo desde aproximadamente los 5.000 msnm proyectándose hasta las planicies amazóni- cas del Beni a 500 msnm, presentando amplias y variadas zonas de vida, dife- renciadas por su altitud, precipitación y vegetación. El área presenta vientos dominantes del norte al noreste, que producen pre- cipitaciones orográficas causadas por procesos adiabáticos en el flanco oriental de la cordillera de los Andes, durante gran parte del año. Los patrones de hu- medad y temperatura de la altura tienen fuertes efectos sobre la vegetación ca- racterística de los yungas, formando tres zonas más o menos definidas: ceja de montaña de los 4.000 a los 3.000 msnm, yungas medio de 3.000 a los 2.000 msnm y yungas verdadero entre los 2.000 y los 800 msnm. El área de estudio está ubicada en la ceja de montaña y los yungas medio.

9.1.2. Características agroecológicas

a) Clima: En la zona de estudio, no existen estaciones meteorológicas comple- tas, por tanto, la descripción del clima del área ha sido inferida a partir de los datos proporcionados por las semi estaciones más próximas de Unduavi y Chulumani. La estación de Unduavi sólo cuenta con instrumentos para determinar la cantidad de lluvia, estando ubicada a 16º19´ latitud sur, 67º55´ longitud oeste y a una alti- tud de 3.022 msnm. La estación meteorológica de Chulumani es más completa y está a 16º32´ latitud sur, 67º32´ longitud oeste, a una altitud de 1.811 msnm.

156 • Temperatura. La parte alta de la cuenca presenta una temperatura prome- dio estimada de 12º C, con temperaturas mínimas de hasta 0º C en los meses de mayo a junio; la parte más baja de la cuenca, tomando como referencia la estación de Chulumani con datos de 23 años, presenta una temperatura media anual de 21.5º C, con las mayores temperaturas en los meses de oc- tubre a marzo y temperaturas mínimas de 16º C en el mes de julio. Yanaca- chi, donde se ubica la mayor cantidad de quillas precolombinas, presenta una temperatura promedio de 18º C. Las comunidades de las partes altas de la montaña, caso Unduavi, Tres Marías, Hierbani y Chaco, por la cercanía a los nevados, registran efectos de heladas. Sin embargo, su ocurrencia es menos probable en los Yungas medio Yanacachi, Santa Rosa, Machacamarca y Quisno, y definitivamente en los Yungas verdadero no se presentan heladas.

• Precipitación. La parte alta de la cuenca presenta una precipitación anual promedio de 1.990 mm (promedio de 20 años en la localidad de Unduavi), siendo los meses más lluviosos de diciembre a marzo, con un promedio de 288.1 mm y los meses menos lluviosos de abril a noviembre con una preci- pitación promedio de 104.7 mm, registrándose la precipitación mínima en el mes de julio con 39.45 mm. La parte baja de la cuenca y alrededores regis- tra una precipitación promedio anual de 1.373 mm (promedio de 23 años, es- tación de Chulumani). Los meses más lluviosos son de noviembre a marzo, con una precipitación promedio de 182.64 mm y los meses menos lluviosos de abril a octubre con una precipitación promedio de 65.7mm. La mayor pre- cipitación en esta época de ausencia parcial de lluvias se registra en el mes de junio con un promedio de 3.12 mm.

• Evapotranspiración potencial y balance hídrico. El balance hídrico de la es- tación de Chulumani indica que la parte baja de la cuenca, casi no presenta déficit de agua, excepto en los meses de mayo a julio, cuya ETP varía de 31.2 a 39.2 mm y el período con exceso de agua se extiende por cinco meses; el tiempo en el cual el suelo recupera la humedad perdida en la época seca se extiende por siete meses. Por observaciones de campo es posible asegurar

157 que la parte alta de la cuenca presenta mayor humedad, debido a la con- densación de las neblinas.

b) Geología y geomorfología: La Cordillera Oriental de los Andes se originó en una serie de plegamientos que comenzaron a fines del Cretácico, la ocurren- cia de una fuerte erosión por acción de los glaciares, dio origen a la formación de profundos valles en la ladera oriental del macizo andino, que con el paso del tiempo conformaron bloques paleozoicos y estratificaciones del cenozoico, con montañas que presentan afloramientos intrusivos de gran magnitud; la erosión geomorfológica propició material de sedimentos que modelaron llanuras bajas, formándose basamentos terciarios subhorizontales. La Cordillera Oriental pre- senta rocas del sistema silúrico, distribuidas en el flanco occidental, devónico, carbonífero, pérmico y cretácico.

c) Fisiografía: La fisiografía del área de estudio es compleja, mediante fo- tointerpretación se han identificado los siguientes paisajes:

• Pie de Monte (MPD). Corresponde al paisaje ubicado en la base de la forma- ción montañosa, y está conformado por abanicos coluvio-aluviales en forma de terrazas altas no inundables, conos de deyección y laderas muy bajas que limitan con el paisaje aluvial. Presentan pendientes variables de 8 a 17%, in- terrumpidos por quebradas que nacen en la línea de la montaña. Este paisaje está representado por dos subpaisajes: MPDp: Pendiente suave, ligeramente erosionada. MPDe: Pendiente moderada a alta muy erosionada. El subpaisaje MPDe tiene mayor importancia que el MPDp, por cubrir mayor superficie y mayores riesgos de erosión por pendiente y pérdida de cober- tura vegetal.

• Laderas de montaña (ML). Este paisaje corresponde a las laderas que se en- cuentran en la parte alta, media y baja de las montañas, como transición de la montaña al fondo aluvial del río. Presenta pendientes que fluctúan desde

158 muy altas, altas, moderadas y suaves, se extiende en el margen derecho del río Unduavi y márgenes derecho e izquierdo del río Takesi. Se distinguen tres subpaisajes: MLs: Laderas de pendientes suaves, poco erosionadas. MLm: Laderas de pendientes moderadas, con mediana y alta erosión. MLa: Laderas de pendientes altas y muy altas, severamente erosionadas.

• Montañas estructurales de material metamórfico (ME). Este paisaje esta for- mado por serranías altas, con pendientes muy pronunciadas y disectadas por ínterfluvios densos. Corresponden a los anticlinales y sinclinales de la Cordi- llera Oriental y parte del subandino dispuestos casi en forma paralela con rumbo N-S, encerrando a los valles encajonados o muy angostos en el fondo, en la zona de acción de los ríos. Está representado por un solo sub-paisaje que cubre la mayor superficie. MEpi/H: Montañas metamórficas de pizarras, fuertemente disectadas.

• Otras unidades: Corresponde a todas aquellas unidades pequeñas, que no son significativas en el área de estudio, caso de las siguientes formaciones: E: Escarpes casi verticales. C: Conos de deyección.

d) Caracterización general de los suelos: La descripción, mapeo y clasificación de suelos, se realizó en base a fotointerpretación y ubicación de perfiles de sue- los, de acuerdo a los paisajes fisiográficos.

• Suelos de pie de monte de montaña. Los suelos del pie de monte, se dividen en subpaisajes en función de la pendiente, relieve y susceptibilidad a la ero- sión. Agrupándolos por su textura de la forma siguiente: - Suelos de la unidad MPDe. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonómicamente corresponden al orden Entisols, presentando muy poco o ningún desarrollo pedogenético y forman una estrecha asociación con el suborden Orthents, gran grupo Udorthents y subgrupo Andeptic

159 Udorthents. Son laderas de montaña con pendientes moderadas a fuertes, con un material parental de rocas metamórficas pizarrosas; son suelos poco profundos a superficiales, con colores variables. Textura de franco arenoso gravoso a franco gravoso en todo el perfil; estructura de bloques sub- angulares, consistencia friable, con baja capacidad de retención de humedad. Con un pH regularmente ácido a fuertemente ácido, sin problemas de toxicidad; con una capacidad de intercambio catiónico baja lo mismo que de cationes intercambiables, contenido de materia orgánica de media a baja; los suelos presentan una fertilidad natural calificada como baja.

• Suelos de ladera alta. Corresponde a los suelos ubicados en laderas con pen- dientes moderadas a muy fuertes, que se extienden desde las cumbres hacia las laderas altas. - Suelos de la unidad MLMpm. Los suelos de esta unidad de mapeo, por su taxonomía corresponden al orden Inceptisols, suborden Ochrepts, gran grupo Eutrochrepts y subgrupo Dystic Eutrochrepts. Se caracterizan por un mediano a poco desarrollo genético, con una estrecha asociación con el suborden Ochrepts, gran grupo Eutrochrepts y subgrupo Dystric Eutrochrepts; presentan una topografía en ladera de montaña, ondulada a ligeramente inclinada; el material parental formado por pizarras, textura franco arenosa a franca, infiltración moderada, con alta capacidad de retención de humedad, reacción ligeramente ácida en todo el perfil; una CIC baja y contenido bajo de cationes básicos, contenido de materia orgánica alto a medio, fósforo con un nivel medio, y la fertilidad natural del suelo calificada como media. - Suelos de la unidad MLMpm-a. Los suelos de esta unidad corresponden al orden Entisols, suborden Arents, gran grupo Udalfic y subgrupo Udalfic Arentes. Se caracterizan por presentar una fisiografía de ladera de montaña, con relieve ondulado y pendientes fuertemente empinadas de 50 a 60%, textura franco areno gravoso, con rápida infiltración, de baja a mediana ca- pacidad de retención de humedad. Reacción de fuertemente ácida a me- dianamente ácida, con una CIC media, bajo contenido de bases cambiables,

160 contenido medio de materia orgánica; fósforo en un alto contenido. Por su fertilidad natural se califican como suelos de fertilidad media. - Suelos de la unidad MLMpa. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonó- micamente se clasifican en el orden Entisols, suborden Orthents, gran grupo Udorthents y subgrupo Typic Udorthents, se ubican en laderas de montañas empinadas y chaqueadas con severa erosión; de material pa- rental conformado por pizarras metamórficas, textura de franco areno ar- cillo gravoso a franco, con buena capacidad de retención de humedad, con una infiltración de moderada a rápida. Su reacción es fuertemente ácida, baja CIC, contenido de alto a medio de materia orgánica, y fósforo en un nivel bajo. Son suelos de baja fertilidad.

• Suelos de ladera media. Corresponde a suelos ubicados en laderas, con pendientes moderadas a muy fuertes, extendiéndose gradualmente desde la parte alta de las laderas hasta el límite con el pie de monte y las angostas planicies aluviales. - Suelos de la unidad MLApm. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonómicamente se clasifican en el orden Alfisols, suborden Udalfs, gran grupo Tropudalfs subgrupo Oxic Tropudalfs. Se ubican en laderas de relieve ondulado y pendientes empinadas, con material parental de pizarras meteorizadas, textura de franco gravoso a arcilloso, con una capacidad media de retención de humedad, infiltración de moderada a lenta, consistencia friable. Reacción fuertemente ácida, con una CIC baja y muy pocos cationes básicos, contenido medio de materia orgánica, fósforo en un nivel alto. Por su fertilidad natural son suelos de mediana a baja fertilidad. - Suelos de la unidad MLApa. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonómicamente se clasifican en el orden Alfisols, suborden Udalfs, gran grupo Hapludalfs y subgrupo Ultic Hapludalfs. Están ubicados en laderas de montaña muy empinadas, con severa erosión, en zonas chaqueadas en descanso, presentan materiales parentales de pizarras coluvio aluviales. Textura franco gravoso a franco arcilloso gravoso, baja retención de humedad, infiltración de moderada a lenta, consistencia friable; reacción

161 medianamente ácida, baja CIC, bajo contenido de materia orgánica. Por su fertilidad natural se califican como suelos de mediana a baja fertilidad.

Cuadro 4: CORRELACIÓN DE UNIDADES TAXONÓMICAS DE SUELOS

SUB GRAN SUB UNIDAD ORDEN FAMILIA SERIE ORDEN GRUPO GRUPO DE MAPEO

TYPIC UDOR- Textura Pichu 2 MLMpa THENTS media UDOR- ORTHENTS THENTS ANDEPTIC Textura ENTISOLS UDOR- Mokori 1 MPDe liviana THENTS

UDALFIC Textura ARENTS ARENTS Pihuaya 2 MLMpm-a ARENTS liviana

EUTROCH- DYSTRIC EU- Textura Yanacachi INCEPTISOLS OCHREPTS MLMpm REPTS TROCHREPTS media 2

Textura HAPLU- ULTIC HA- Hilumaya moderad. MLApa PLUDALFS 3 DALFS pesada ALFISOLS UDALFS Textura TROPU- OXIC TRO- Villa moderad. MLApm PUDALFS Aspiazu 3 DALFS pesada

La FAMILIA se clasifica de acuerdo a su granulometria en: textura liviana, textura media y textura moderada a pesada. La SERIE se clasifica tomando en cuenta el origen o génesis del suelo en: PICHU 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente YANACACHI 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente MOKORI 1 Suelo de origen coluvio-aluvial reciente PIHUAYA 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente HILUMAYA 3 Suelos de origen coluvio-aluvial antiguos VIILA ASPIAZU 3 Suelos de origen coluvio-aluvial antiguo

162 • Clasificación de tierras por su capacidad de uso. Mediante la clasificación de tierras por su capacidad de uso (USDA), en el área de estudio se ha identifi- cado una proporción menor de tierras arables aptas para agricultura de es- carda y cultivos que se adaptan a las condiciones del suelo y el clima, pertenecientes a las Clases III y IV. Una gran superficie corresponde a tierras no arables, correspondientes a las Clases V, VI y VII no aptas para cultivos en limpio, excepto para cultivos especiales, están ubicadas en laderas de mon- tañas con pendientes muy empinadas. Las tierras de la Clase VIII no tienen utilidad económica deben ser declaradas zonas de reserva o de protección.

Cuadro 5: CLASIFICACIÓN DE TIERRAS POR SU CAPACIDAD DE USO

CATEGO- SUPERFICIE SUB SUPERFICIE UNIDADES CLASE % % RIAS Hectáreas CLASE Hectáreas DE MAPEO TIERRAS III 453,75 2,86 IIIs 453,75 2,86 MLMpm APTAS PARA 886,88 5,59 IVse 770,00 4,85 MLMpa IV CULTIVO 632,53 4,0 IVsed 116,88 0,74 MLApm TIERRAS Vse 268,13 1,70 MPDe APTAS V 632,53 4,0 Vsd 137,50 0,87 MLMpm-a SÓLO PARA Vsed 226,90 1,43 MLApa CULTIVOS VI 1.220,10 7,70 -- 1.220,10 7,70 QArec ESPECIALES VII 9.250,00 58,30 -- 9.250,00 58,30 MPEi SIN USO VIII 3.423,00 21,60 -- 3.423,00 21,60 MPEir TOTAL 15.866,26 100,00 15.866,26 100,00

De acuerdo al USDA, los suelos de las Clases VI y VII no son aptos para cul- tivos, sin embargo las quillas y taqanas precolombinas, que se esparcen en grandes extensiones de la zona, corresponden a estas clases de tierras; las limitaciones relacionadas con las fuertes pendientes y que se constituye en el factor limitante del sistema convencional, fueron solucionadas por nues- tras culturas precolombinas mediante la modificación y adecuación del pai- saje con el terraceo intensivo, que les permitió usar productivamente laderas con pendientes mayores a 45º, controlando la erosión hídrica y los frecuen- tes deslizamientos de las tierras de alta montaña. 163 e) Hidrografía: Los rasgos principales de la hidrografía de la región están vi- sualizados por los ríos del sistema hidrográfico andino-amazónico, que nacen en la cordillera y abren su paso a través de inmensas formaciones geológicas, for- mando tres ríos importantes, el río Unduavi, río Coroico y el río Tamampaya, afluentes del río Beni, que a su vez desemboca en el río Amazonas. Los ríos Un- duavi y Takesi, nacen en los nevados y glaciares de la cordillera y en su recorrido van recibiendo numerosos afluentes, se unen a la altura de Puente Villa y con- forman el río Tamampaya.

f) Vegetación: En el área de estudio, se reconocen tres fajas altitudinales, la Ceja de montaña situada entre los 4.500 y 3.000 msnm, en esta zona las nubes se acumulan casi diariamente y se producen lloviznas persistentes, presenta un bosque muy denso compuesta por especies vegetales siempre verdes, como Wenmannia microphylla (pucu huaycha), Myrica pubecens (laurel de cera) y Po- docarpus spp. (pino del monte). También un elevado porcentaje de epifitas es- pecialmente de musgos, y diferentes tipos de bambú tales como la Chusquea spp. Yungas medio comprendida entre los 3.000 y los 2.000 msnm con un bos- que húmedo, una rica flora de árboles, arbustos y helechos arbóreos, cubiertos con musgos, briófitas y plantas epifitas vasculares, principalmente helechos, or- quídeas o bromeliáceas. Se observa la presencia de maleza Melinis minutiflora llamada “pasto gordura” que introducida como pasto en poco tiempo degeneró en maleza, actualmente invade grandes extensiones de quillas y wachus ani- quilando a las plantaciones de cocales, por su enorme capacidad de competen- cia. Yungas verdadero se halla entre los 1.700 y los 1.000 msnm, con un clima cálido que en algunos lugares se vuelve tan seco como en las zonas más altas del Altiplano; se caracteriza por presentar un marcado incremento en la diversidad de plantas vasculares.

164 Cuadro 6: VEGETACIÓN PREDOMINANTE EN LOS YUNGAS

NOMBRE CIENTÍFICO FAMILIA NOMBRE COMÚN Sinchona amygdalifolia Rubiaceae Quina quina Ficus bopiana Moraceae Corcho Cecropia spp Moraceae Ambaibo Aniba coto Lauraceae Coto Guarea membra Coranthaceae Guapi upa Alnus jorullensis Anacardiaceae Aliso Sambucus spp Loranthaceae Sauco Gaiadendron spp Halorhagidaceae Quirusilla Gunneras spp Poaceae Kuri Podocarpus utiliar Podocarpaceae Pino de monte Weinmannia fagaroides Cunoniaceae Duraznillo Oreopanax spp Aranaceae Pumamaqui Aulomoyrcia leucadendron Myrtaceae Sahuinto Pouroma uvifera Moraceae Uva de monte Melinis minutiflora Graminaceae Pasto gordura

g) Fauna: En general, la fauna se encuentra muy empobrecida y alterada por la intervención del hombre, la región de los Yungas es considerada como una zona de transición entre la zona andina y la zona tropical, con la presencia de un hábitat diverso para la fauna, por lo que también existe una variedad de animales, como el oso de anteojos o jucumari (Tremaretos ornatus), primates (Cebus albifrons y Cebus apella), armadillo (Euphractus spp), el oso hormiguero (Tamandua tetradactyla), el lobito de río (Lutra longicaudis)y el guazu (Manzana). Entre los mamíferos pequeños se encuentran Sylvilagus brasilensis, el tapiti y algunas especies de roedores de los géneros Oryzomys y Neacomys. Existe una gran abundancia de murciélagos de los géneros Artibeus, Myotis Tadarida y Molosuss. Es también frecuente la comadreja o carachupa (Didelphys marsupiales). En cuanto a las aves, la zona se caracteriza por la presencia de una multitud de loros, parabas y cotorras, la pava pintada (Penélope jacquacu), el tucán (Ramphastus toco) y el gallito 165 de las rocas (Rupicola peruviana). Reptiles mayormente de la familia Boidae, Colubridae e Iguanidae. Varias de estas especies necesitan de acciones de protección urgentes frente a la caza indiscriminada.

9.1.5. Características económico-productivas y sociales

La zona dominada por una geografía de montañas con fuertes pendientes, sólo es apta para la agricultura en aquellas laderas de montañas ligeramente onduladas y con suelos de poca gradiente, mediante la construcción de terra- zas agrícolas. Ancestralmente los Yungas formaban parte de la lógica andino amazónica del “Acceso vertical a los pisos ecológicos”.

a) Tenencia de la tierra: La distribución de los predios por tamaño de explo- tación fluctúa entre 0.25 a 10 hectáreas, con un promedio de 2.7 hectáreas, ten- diendo a equilibrarse con los predios de 2.25 a 4 hectáreas, un buen porcentaje de predios tiene de 5 a 10 hectáreas. Esta distribución responde a los linea- mientos de la Reforma Agraria de 1953, sólo excepcionalmente, donde las ha- ciendas contaban con grandes extensiones, se dotó a los ex colonos con 10 hectáreas de tierra, la mayoría recibió 5 hectáreas, pero por las condiciones de la zona esta dotación es considerada alta, en los hechos, esto es relativo, por- que gran parte del terreno está en laderas con fuertes pendientes, que dificul- tan las actividades agrícolas y pecuarias.

b) Sistemas de producción agrícola: Las corrientes migratorias impulsaron el incremento de la producción de coca y maíz aunque este último en menor es- cala. En cultivos perennes tiene especial importancia la producción de café y cí- tricos, la producción de variedades mejoradas de plátano y, de modo natural, la producción de níspero cuyo desarrollo es permanente. De acuerdo a las en- cuestas realizadas, las comunidades del área de estudio tienen el 65% de sus tierras en descanso, el 35% de sus tierras están cultivadas. Del área cultivada el 60% está ocupada por plantas permanentes principalmente cítricos, coca, café y otros frutales, 20% con maíz choclo y el restante 20% con cultivos de raca- 166 cha, walusa, flores y hortalizas. El volumen de producción alcanza las 18.500 docenas de azucenas y lirio, 900 cestos de coca, 200 quintales de café, 1.000 quintales de maíz, racacha 2.000 quintales, walusa 1.300 quintales, cítricos 1.500.000 unidades, plátanos 600 cabezas, paltos 2.000 unidades. Del total de la producción entre 30 a 40% se pierde por falta de infraestructura caminera, falta de puentes y caminos vecinales, costos elevados de transporte, falta de ac- ceso a los mercados, factores climáticos y problemas de sanidad vegetal.

c) Estado actual de las bases productivas: Los pobladores de las comunida- des de la Tercera Sección Yanacachi, en su mayor parte, no practican medidas efi- cientes de conservación de suelos, por desconocimiento de las técnicas de conservación, problemas de tenencia de tierra, ausencia de servicio de capaci- tación y asistencia técnica, falta de infraestructura y servicios básicos y precios de mercado que no compensan la inversión en semillas y mano de obra. Sus métodos tradicionales, se basan en la agricultura migratoria de “chaqueo”, pre- sionados por la rápida pérdida de la fertilidad de los suelos, lo que ha determi- nado que en algunos sectores se haya destruido el 70% de la cobertura vegetal natural. La excepción la constituyen esfuerzos aislados, de algunos comunarios que por su origen altiplánico, realizan prácticas conservacionistas mediante la reconstrucción y construcción de terrazas agrícolas, taqanas y quillas. El estado de situación de las bases productivas por comunidad es el siguiente: • Comunidad Hierbani (Anexo comunidad Chaco). Presenta suelos ubicados en laderas extremadamente empinadas y completamente chaqueados, afec- tados por una severa erosión, sin posibilidades de una ampliación de su fron- tera agrícola. Los agricultores de la zona se dedican mayormente al cultivo de flores como lirios o manzonia, agapanto, clavel, nardos y su producción la destinan a los mercados de La Paz. Los cultivos alimenticios como la racacha, maíz, rábano, son producidos en pequeña escala sólo para autoconsumo. Sus sistemas de producción son muy susceptibles al ataque de enfermedades, los campos de azucena están siendo diezmados por alternaria y fungosis. • Comunidad Tres Marías (Anexo comunidad Chaco). Sus suelos están en laderas muy empinadas y soportan una erosión severa, la principal actividad

167 productiva es la producción de flores agapanto, nardo, lirio y azucena. Su cultivo es en surcos a nivel, con una producción continua durante 4 a 5 años, después de ese período de agotamiento de la fertilidad de los suelos, las parcelas son dejadas en descanso entre 8 a 10 años, pero aún con este descanso no se logra recuperar su fertilidad natural. La presión del mercado, provoca un agotamiento de las áreas cultivables, y un avance hacia las partes superiores de mayor pendiente. • Comunidad Chaco. Es una de las pocas comunidades, donde es evidente la práctica de medidas de conservación de suelos, con el cultivo en terrazas o ta- qanas, lo cual repercute en una mayor y mejor producción, con la consiguiente disminución de las pérdidas por erosión. Su aptitud productiva está relacio- nada con la producción de flores, racacha, durazno, walusa, yuca, amenaza- dos por el ataque de plagas y enfermedades propias de la zona sub-tropical. • Comunidad Pichu. Esta comunidad presenta una extensa área de chaqueo, con la producción de racacha, maíz, zapallo, hortalizas y flores, también fru- tales como paltos, cítricos y café; el área cultivada con flores principalmente lirios, se incrementa con los años alcanzando de 60 a 80 hectáreas “…por- que el maíz en estos terrenos cansados ya no da buen rendimiento…” (co- munario Martín Mamani). La memoria colectiva de los pobladores registra que hasta el año 1952, había una buena producción de claveles y de rosas, pero una enfermedad hizo desaparecer estas flores, posteriormente se fo- mentó el cultivo de lirios y nardos con buenos resultado, pero la presencia de enfermedades hace temer que la catástrofe anterior se repita. Se observa prácticas de descanso, adaptadas del sistema aynuqa, en razón de que mu- chos comunarios de la zona, son de origen aymara, cultivan sus parcelas de 3 a 4 años, periodo en el cual es notoria la baja en los rendimiento, por lo que se deja en descanso hasta por 10 años. • Comunidad La Florida. Es una comunidad productora de cítricos, con plan- taciones carentes de manejo técnico, con severos daños causados por el ata- que de enfermedades, presencia de líquenes y musgos, densidad muy alta de plantas en un mismo campo, ausencia de podas y los suelos presentan una gran pérdida de la capa superficial.

168 • Yanacachi: Sus suelos están sometidos a una fuerte erosión, y a una densa presencia de la maleza Melinis minutiflora (pasto gordura), con extensas áreas de frutales afectados por plagas y enfermedades, bajos rendimientos y con el agotamiento de la fertilidad de los suelos por la sobre explotación agrícola. Sólo los campesinos de mayor edad de origen aymara, practican cultivos en taqanas y quillas. • Comunidad Chaguara. Esta zona se caracterizaba por la producción de coca, muy apreciada por su calidad y consistencia, actualmente las áreas de pro- ducción han disminuido, así como los niveles de producción, las superficies cultivables soportan severos daños, por erosión y destrucción de grandes áreas de quillas, por la presencia del pasto gordura. • Comunidad Quisno. Es una de las comunidades más afectadas por la ero- sión y la destrucción y abandono de extensas áreas de quillas y taqanas. La zona era productora de coca con el trabajo continuo de más de 30 familias, pero en la actualidad se ha sufrido un éxodo, la mayoría de las familias, se trasladaron a La Paz y Caranavi, empujados por la baja producción de sus tie- rras, la represión al cultivo de coca, la falta de vías de comunicación y por la pérdida de las fuentes de agua que se secaron como consecuencia del in- tenso chaqueo y del sismo ocurrido hace 40 años. • Comunidad Mokori: El problema que afecta a la comunidad es la ocurrencia de deslizamientos y hundimientos de las montañas circundantes, y que requieren contrarrestarse con urgentes medidas de estabilización de taludes. Estos fenómenos tendrían su origen en los movimientos sísmicos, y aunque no existen registros oficiales, los efectos quedaron en la memoria colectiva de los pobladores. Refieren que hace 40 años hubo un temblor muy fuerte y otro en el año 1983 con las mismas características que el primero, que hicieron caer parte de la montaña al río Huacani, causando la destrucción de extensas áreas de quillas y taqanas, todavía se sienten temblores todos los años. Se teme que el hundimiento de la montaña en la parte frontal del río Huacani, sea mayor y genere un represamiento de las aguas de este río y del Takesi, el embalse natural podría poner en peligro a toda la comunidad de la parte baja o de pie de monte. Otro problema es la erosión hídrica y el

169 intenso chaqueo, los propios comunarios plantean sus soluciones, tales como construcción de zanjas de desviación y drenaje en la parte superior de las laderas afectadas, recuperación de la vegetación natural, utilizando plantas de alta densidad radicular y raíces pivotantes, protección de riberas y el desvío de las aguas del río Huacani, para que no siga socavando la base del cerro. • Comunidad Pihuaya: Soporta una alta erosión, agravada por la características de sus suelos superficiales y pedregosos. Sus campos de producción de frutas y cultivos anuales soportan problemas de sanidad animal y daños por aves silvestres. Sus áreas chaqueadas no tienen posibilidades de recuperación. • Comunidad Tuymu: Sus suelos están ubicados en zonas de fuertes pendien- tes, muchos cultivos perennes están abandonados e infestados de plagas y enfermedades; las estructura conservacionistas que antes caracterizaron a la comunidad, están en proceso de destrucción por falta de mantenimiento, lim- pieza y reparación. Presentan cultivos aislados de nogal, cítricos, café en un estado deplorable de manejo, sin podas y sin práctica de control sanitario. • Comunidad Hilumaya. Es una zona con problema de erosión y baja fertilidad de los suelos, se produce cultivos anuales de maíz, maní, racacha, walusa, locoto. Esta producción sólo es de subsistencia, no existiendo incentivo para la producción en escala comercial. El rendimiento de café es de una libra/planta equivalentes a 15 quintales/hectárea, coca 300 libras/cato (1 cato=1/4 hectárea) o 6 taquias/cato con tres cosechas por año. Un problema que aqueja a esta y otras zonas es la invasión del pasto gordura, (Melinis minutiflora) que es considerada como una amenaza para la producción agrícola. “…Cuando era chico no había este pasto gordura, un sanitario de Machacamarca me ha contado que el padre Florencio de Chulumani, es el que ha traído este pasto de otro país para el alimento del ganado, ahora se ha vuelto una maleza difícil de erradicar, su semilla se desparrama como polvo por el viento, y hace perder la coca… el deshierbe no lo afecta…” (comunario Cándido Tarqui). • Comunidad Santa Rosa. Es una zona con sobreexplotación agrícola, con un chaqueo intenso y sin posibilidades de extender su frontera agrícola. Los

170 cultivos actuales soportan falta de cuidados culturales y no se realiza prácticas eficientes de rotación o asociación de cultivos. • Comunidad Machacamarca. Es una comunidad con serios problemas de ero- sión y baja fertilidad de suelos, sus campos están invadidos de pasto gor- dura; no se realiza prácticas de sanidad vegetal, lo que repercute en la merma paulatina de los rendimientos. Sus cultivos principales son mandarina, na- ranja, plátano, walusa, maíz y café. • Comunidad Villa Aspiazu: Además del problema de la erosión de los suelos, se presentan problemas de tenencia de tierra, en la comunidad están regis- tradas 21 familias, pero la mayoría de los pobladores vive en la ciudad de La Paz, y retorna por una sola vez al año en las festividades y de vacaciones; los comunarios activos y presentes en la zona solo disponen de 2 a 3 catos para cultivar, los mayores propietarios son los residentes que están asentados en La Paz, los mismos que no quieren alquilar sus tierras abandonadas. Los cul- tivos que se practican en el lugar son maíz, racacha, walusa y coca. En su anexo de Ticuniri existe una mejor producción de coca y de cítricos. • Comunidad Suiqui Milamilani: Es una zona que produce coca como cultivo principal, flores nardo y azucena, frutales naranja, mandarina, lima, hortali- zas repollo, rábano, nabo. En razón del rápido agotamiento de los suelos y los bajos rendimientos agrícolas, año a año se incrementa las áreas cultivadas con la coca.

9.1.6. Formas de organización territorial

La Tercera Sección de Sud Yungas se divide en dos cantones, Aspiazu conformado por ocho comunidades y el Cantón Yanacachi que agrupa a quince comunidades, cada una de las cuales cuenta con sus respectivas organizaciones sindicales. Los sindicatos campesinos están conformados por centrales y subcentrales, con una estructura, organización y funciones que data de 1953, y que, en algunos casos, sustituye a las organizaciones tradicionales de los a.yllus, de origen ancestral. En Sud Yungas tiene plena vigencia el sindicato desde que no existen organizaciones ancestrales. La organización sindical se articula desde

171 los niveles comunales, cantonales, provinciales y departamentales, para finalmente integrar la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia con sede en La Paz.

9.2. Inventario de taqanas y quillas precolombinas de Yanacachi

El mapeo realizado mediante fotointerpretación del área de estudio y el pos- terior trabajo de comprobación de campo, permitió la inventariación de 4.378 hectáreas cubiertas con terrazas de diversos tipos, de esta superficie total 714.5 hectáreas corresponden a taqanas y 3.663,5 hectáreas a quillas precolombinas, entre aquellas que están en uso y abandonadas o en descanso. En el cuadro 7, gráfico 15 y en el mapa 7 se presenta y caracteriza las áreas cubiertas con taqa- nas y quillas.

De la superficie total de terrazas inventariadas, están en uso sólo el 15,8% entre taqanas y quillas, correspondiendo a las taqanas el 12,7%, equivalente a 559.5 hectáreas y el restante 3,1% corresponde a las quillas, lo que representa 133.5 hectáreas. La mayor superficie de quillas corresponde a las estructuras abandonadas, representando el 80,6%, equivalente a 3.530 hectáreas; en esta inventariación no se tomó en cuenta aquellas áreas de difícil acceso, por lo que no se realizó comprobación de campo, siendo posible una pequeña variación de la cuantificación consignada.

Se evidenció una gran heterogeneidad del estado de conservación de las ta- qanas y quillas, presentándose estructuras con diferentes grados de aprovecha- miento y conservación, desde aquellas en uso, hasta las taqanas y quillas en descanso o abandonadas, las primeras en buen estado o con algún deterioro, y las segundas mostrando diverso grado de deterioro por el estado de abandono desde un estado semiruinoso a ruinoso, hasta aquellas quillas abandonadas casi intactas, en buen estado de conservación.

172 Mapa 7: Inventario de Terrazas Precolombinas en Yanacachi Tercera Sección Provincia Sud Yungas 1 7 3 Cuadro 7: Inventario de ta y q de Yanacachi qanas uillas SUPERFICIE DE TAQANAS Has SUPERFICIE DE QUILLAS Has TOTAL Nº COMUNIDAD Descanso o Descanso o TAQANAS En uso Total En uso Total abandonad. abandonad. Y QUILLAS 1 Hierbani 3 3 3 2 Tres Marías 3 3 3 3 Chaco 30 30 30 4 Pichu 15 30 45 45 5 Florida 110 110 10 10 120 6 Yanacachi 230 80 310 30 10 40 350 7 Chaguara 4 15 19 6 35 41 60 8 Quisno 2,5 2,5 0,5 3000 300,5 3003

1 9

7 Mokori 17 17 20 70 90 107 4 10 Pihuaya 16 10 26 2 50 52 78 11 Tuymu 5 5 80 80 85 12 Hilumaya 12 12 3 50 53 65 13 Santa Rosa 2 2 8 50 58 60 14 Machacamarca 58 58 30 15 45 103 15 Villa Aspiazu 12 10 22 4 10 14 36 16 Suiqui Milamilani 40 10 50 20 160 180 230 559,5 155 714,5 133,5 3.530,0 3663,5 4.378,0 Cuadro 8: Resumen inventario ta y q en Yanacachi qanas uillas

SUPERFICIE TAQANAS SUPERFICIE QUILLAS

Descanso o Descanso o TOTAL En uso Sub Total En Uso Sub Total Abandonad Abandonad

Has % Has % Has % Has % Has % Has % Has %

559.5 12.7 155.0 3.6 714.5 16.3 133.5 3.1 3.530 80.6 3.663,5 83.7 4.378,0 100,0

Gráfico 15: Distribución se taqanas y quillas en Yanacachi 1 7 5 Superficie Terrazas (%) (Has) Taqanas uso Taqanas Quillas descanso (13%) 559,50 13 (81%) uso Taqanas Taqanas descanso (4%) 155,00 4 descanso Quillas uso (3%) Quillas 133,50 3 uso Quillas 3530,00 81 descanso

Total 4378,00 100 9.2.1. Clasificación y caracterización convencional de una taqana precolombina

La taqana tipo, estudiada y clasificada con el Sistema de Clasificación Cul- tural de Terrazas Agrícolas, está ubicada en la comunidad Pichu, municipio de Ya- nacachi, en un ambiente subtropical húmedo característico de Yungas. La taqana tiene la siguiente clasificación:

TAQANA: A7 – B3 – C1 – D3– E1 – F1 – G1 – H4 / op, ci, fm-b

GRUPO A CLASE SUB-CLASE A7: Taqana de uso temporal (descanso) op: Taqana precolombina B3: Taqana rústica o de pueblo ci: Taqana intacta o buena C1: Taqana cóncava en semi luna fm-b: Taqana con suelo de fertilidad D3: Taqana de secano media a baja E1: Taqana con plataforma nivelada F1: Taqana con muro de piedra G1:Taqana con muros a ras del suelo y plataforma con pendiente original H4: Terraza con superficie cultivable de 100 a 500 m2

De acuerdo a la clasificación y caracterización convencional, el suelo de la taqana agrícola tipo, representativa de la zona de estudio, proveniente de la comunidad Pichu, se clasifica como un Typic Udorthents (U.S. Soil Taxonomy), con un perfil antrópico formado sobre material coluvio-aluvial de rocas metamórficas, y establecida en una ladera de montaña, con una profundidad efectiva mayor a un metro; presenta las siguientes características:

176 UNIDAD DE MAPEO MLMpa Comunidad Pichu, cantón Yanacachi, LOCALIZACIÓN provincia Sud Yungas, La Paz CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA Typic Udorthents CLASIFICACIÓN TÉCNICA Apto para producción de cultivos VEGETACIÓN O CULTIVO En estado de “challido” listo para la quema MATERIAL PARENTAL Depósito coluvio-aluvial de pizarras FISIOGRAFÍA Ladera de montaña RELIEVE Plano (Terraza agrícola) PENDIENTE 35% en la ladera, 4 a 5% en la taqana ALTITUD 2.200 msnm CLIMA TEMPERATURA 20.4º C PRECIPITACIÓN 1.989 mm/año PERMEABILIDAD Moderadamente rápido CLASE DE DRENAJE Regular CONDICIÓN DE HUMEDAD En capacidad de campo ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL Rápido, grado 3 PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA No visible EROSIÓN Laminar y en surcos DISTRIBUCIÓN DE RAICES Hasta 0.80 m SALINIDAD O ALCALINIDAD No presente, clase 1 PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL Clase 2 Ing. M.Sc. Eduardo Chilon Camacho DESCRITO POR 11/05/99 a) Características morfológicas

Las características morfológicas de los horizontes del perfil del suelo de la taqana son:

• A11 (0 a 21 cm) Textura: Franco areno arcilloso gravoso; estructura: granular a bloques angulares, grandes a medianos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: regularmente ácido (pH: 5,94); color en seco: 10 YR 3/1,

177 color en húmedo: 2,5 YR 5/1; sin carbonatos; raíces finas, medias y gruesas abundantes (zona de chaqueo); alto contenido de materia orgánica (6,83%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte abrupto.

• A12 (21 a 32 cm) Textura: Franco arenoso; estructura: bloques subangulares, medios, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 5,49); color en seco: 7,5 YR 4/3, color en húmedo: 10 YR 2/2; au- sencia de carbonatos; raíces abundantes finas, medias y gruesas; alto conte- nido de materia orgánica (5,89%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte gradual.

• A13 (32 a 47 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 4,95); color en seco: 7,5 YR 4/4, color en húmedo: 10 YR 3/3; sin carbonatos; presencia escasa de raíces; contenido medio de materia orgánica (2,83%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte difuso.

• A14 (47 a 118 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 5,17); color en seco: 7,5 YR 6/6, color en húmedo: 10 YR 3/6; ausencia de car- bonatos; contenido medio de materia orgánica (2,56%); permeabilidad mo- derada a rápida.

El análisis físico–químico del perfil del suelo de la taqana precolombina, pre- senta una textura gruesa a media, un pH ácido con aluminio activo en los hori- zontes inferiores, sin presencia de carbonatos en todo el perfil, contenido de materia orgánica y nitrógeno alto en el horizonte superior, disminuyendo con la profundidad. Presenta un contenido medio de fósforo disponible en el horizonte superficial, el potasio disponible es bajo, un valor de CIC de medio a bajo. El suelo se califica como de mediana a baja fertilidad.

178 9.2.2. Clasificación y caracterización convencional de una quilla precolombina

La quilla tipo, seleccionada para validar el Sistema de Clasificación Cultural de terrazas, está ubicada en la comunidad Mokori, en la tercera sección de la Provincia Sud Yungas, departamento de La Paz, y es una zona cuyas caracterís- ticas agroecológicas corresponden a un clima sub–tropical húmedo de Yungas. La quilla precolombina presenta la siguiente clasificación cultural:

QUILLA: A9 – B2 – C4 – D3– E1 – F1 – G2 – H1 / op, cr, fb

GRUPO A CLASE SUB-CLASE Op: Quilla precolombina A9: Quilla de producción de coca cr: Quilla en estado regular B2: Quilla rústica o de pueblo C4: Quilla geométrica rectangular fb: Quilla con suelo de fertilidad media a D3: Quilla de secano baja E1: Quilla con plataforma nivelada F1: Quilla con muro de piedra G2: Quilla con muros a ras del suelo y plataforma de cultivo nivelada H1: Quilla con superficie de cultivo menor a 10 m2

De acuerdo a la clasificación y caracterización convencional, el suelo de la quilla precolombina, proveniente de la comunidad Mokori, se clasifica como un Andeptic Udorthents (U.S. Soil Taxonomy), con un perfil antrópico estratificado establecido en una ladera de montaña, sobre un material coluvio-aluvial de rocas metamórficas pizarras y esquistos micáceos, con una profundidad efectiva de 0.60 m; presenta las siguientes características:

179 UNIDAD DE MAPEO MLMpa Comunidad Mokori, cantón Yanacachi, LOCALIZACIÓN provincia Sud Yungas, La Paz CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA Andeptic Udorthents CLASIFICACIÓN TÉCNICA Apto para producción de coca VEGETACIÓN O CULTIVO Helechos, chume y malezas MATERIAL PARENTAL Depósito coluvio-aluvial de pizarras FISIOGRAFÍA Ladera de montaña RELIEVE Ondulado (en graderío) PENDIENTE 70% en la ladera, 3% en la quilla ALTITUD 1.360 msnm CLIMA TEMPERATURA 20.4º C PRECIPITACIÓN 1.989 mm/año PERMEABILIDAD Moderadamente rápido CLASE DE DRENAJE Bueno CONDICIÓN DE HUMEDAD En capacidad de campo ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL Rápido, grado 3 PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA No visible EROSIÓN Laminar y en surcos DISTRIBUCIÓN DE RAICES Hasta 0.60 m SALINIDAD O ALCALINIDAD No presente, clase 1 PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL Clase 4 Ing. M.Sc. Eduardo Chilon Camacho DESCRITO POR 1/05/2000 a) Características morfológicas

Las características morfológicas de los horizontes del perfil del suelo de la quilla son:

• A11 (0 a 16 cm) Textura: Franco arenoso gravoso; estructura: bloques sub- angulares, medianos a finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reac- ción: fuertemente ácido (pH: 5,34); color en seco: 10 YR 4/3, color en

180 húmedo: 7,5 YR 3/2; sin carbonatos; raíces finas abundantes, escasas media- nas y gruesas; modificador textural: 58,5% de grava laminar fina; contenido medio de materia orgánica (2,72%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte difuso.

• A12 (16 a 39 cm) Textura: Franco arenoso gravoso; estructura: bloques sub- angulares, medios a finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 4,98); color en seco: 10 YR 4/3, color en húmedo: 10 YR 2/2; ausencia de carbonatos; escasas raíces finas, medias y gruesas; mo- dificador textural: 53,2% de gravas laminares; contenido medio de materia orgánica (2,52%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte gradual.

• C (39 a 98 cm) Textura: Franco arenoso gravoso; estructura: bloques suban- gulares, finos, sueltos a débiles; consistencia en húmedo: suelto; reacción: fuertemente ácido (pH: 5,12); color en seco: 7,5 YR 5/4, color en húmedo: 10 YR 3/3; ausencia de carbonatos; modificador textural: 55,4% de gravas la- minares; bajo contenido de materia orgánica (1,3%); permeabilidad mode- radamente rápida.

El análisis físico–químico, del perfil de suelo de la quilla precolombina en es- tudio, presenta una textura de gruesa a media, pH ácido con aluminio cambia- ble en los horizontes inferiores, ausencia de carbonatos, contenido medio de materia orgánica y nitrógeno en el horizonte superior, disminuyendo con la pro- fundidad, contenido medio a bajo de fósforo y potasio, CIC bajo en todo el per- fil. El suelo se califica como de baja fertilidad.

181 TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS

Wachus de cultivo de coca, Comunidad Machacamarca.

Detalle estructural de una quilla ancestral.

Gran cantidad de quillas abandonadas con posibilidades de recuperación, Comunidad Quisno.

182 Quillas abandonadas y en pro- ceso de destrucción.

Muro de contención de terraza ancestral con requerimiento de limpieza y mantenimiento.

Terraza agrícola con modalidad de muro sobreexpuesto en Yungas. 183 9.2.3. Posibilidades de ampliación del área cultivable mediante la recuperación de terrazas agrícolas

Las posibilidades de recuperación de las taqanas y quillas abandonadas, en el municipio de Yanacachi, tercera sección de la provincia Sud Yungas, departamento de La Paz, han sido proyectadas, en forma genérica, a partir de las observaciones de campo. Esta apreciación se ha realizado por comunidad en base al estado de conservación de las terrazas, y no se ha tomado referencias sobre taqanas o quillas o grupos de ellas en particular, ni sobre sistemas de riego ni otros detalles específicos. Las comunidades con mayores posibilidades de recuperación de taqanas precolombinas son Yanacachi con 80 hectáreas y la comunidad Pichu que puede alcanzar hasta 30 hectáreas. Las zonas donde existen posibilidades de nuevas construcciones son la comunidad de Suiqui Milamilani con 80 hectáreas, Hilumaya con 60 hectáreas y Chaco que podría habilitar hasta 60 hectáreas. Sobre las posibilidades de recuperación de las quillas precolombinas abandonadas, la comunidad de Quisno presenta un alto potencial de rehabilitación de hasta 980 hectáreas, Tuymu y Suiqui Milamilani con 80 hectáreas en cada una de ellas; en el caso de construcción de nuevas quillas, se estima una construcción de 5 hectáreas de quillas en la comunidad Florida. La superficie total de taqanas y quillas con posibilidades de recuperación, es de 1.956 hectáreas, de las cuales la superficie de taqanas recuperables es de 125 hectáreas que representa el 6,4% y las taqanas nuevas son 396 hectáreas, que significan el 20,2%. La superficie de quillas con posibilidades de recuperación es de 1.430 hectáreas, lo que representa el 73,1%, y la construcción de quillas nuevas sólo alcanzaría 5 hectáreas, constituyendo el 0,3% del total de la superficie recuperable. Si bien las comunidades tienen serias posibilidades de recuperación de las terrazas precolombinas abandonadas, existe una severa limitación referida al

184 escaso número de pobladores que permanecen en las comunidades y al problema de tenencia de la tierra. Por lo que un proyecto de recuperación de terrazas agrícolas y de conservación de suelos, tiene que considerar el diseño de una estrategia, que permita motivar a los pobladores a asentarse en sus comunidades y forjar su propio desarrollo. En el cuadro 9 y el gráfico 16, se observa las hectáreas posibles de incorporar al sistema productivo, mediante la rehabilitación y construcción de taqanas y quillas.

185 Cuadro 9: Posibilidades de ampliación de área cultivable con la rehabilitación y construcción de terrazas agrícolas

SUPERFICIE RECUPERABLE SUPERFICIE RECUPERABLE TOTAL N DE TAQANAS Has DE QUILLAS Has COMUNIDAD TAQANAS o. Descanso o Área Taqanas Descanso o Área Quillas Y Total Total QUILLA abandonad. recuperable nuevas abandonad. recuperable nuevas S 1 Hierbani 3 3 3 2 Tres Marías 3 3 3 3 Chaco 60 60 60 1 8 4 Pichu 30 30 30 60 60 6 5 Florida 10 10 5 5 15 6 Yanacachi 80 50 40 90 10 10 10 100 7 Chaguara 15 15 10 25 35 35 35 60 8 Quisno 30 30 3.000 980 980 1010 9 Mokori 10 10 70 70 70 80 10 Pihuaya 10 10 5 15 50 50 50 65 11 Tuymu 5 5 80 80 80 85 12 Hilumaya 60 60 50 50 50 110 13 Santa Rosa 10 10 50 50 50 60 14 Machacamarca 10 10 15 15 15 25 15 Villa Aspiazu 10 10 30 40 10 10 10 50 16 Suiqui Milamilani 10 10 80 90 160 80 80 170 155 125 396 521 3.530 1.430 5 1.435 1.956,0 Cuadro 10: Resumen ampliación area cultivable con la rehabilitación de ta y q qanas uillas

SUPERFICIE RECUPERABLE TAQ SUPERFICIE RECUPERABLE QUILLAS ANAS TAQANAS TA NA QU S QU TOTAL QA S SUB TOTAL ILLA ILLAS SUB TOTAL PRECOLOMB NUEVAS PRECOLOMB NUEVAS

Has % Has % Has % Has % Has % Has % Has %

125 6.4 396 20.2 521 26.6 1.430 73.1 5 0.3 1.435 73.4 1.956 100,0

Gráfico 16: Ampliación de áreas de cultivo con la rehabilitación de taqanas y quillas 1 8 7 9.2.4 Manejo actual de las terrazas agrícolas

La tercera región de la provincia Sud Yungas, está constituida básicamente por un territorio de laderas ubicadas en montañas empinadas. La conservación de los suelos y el uso apropiado y óptimo de las tierras de laderas constituyen la base para el desarrollo de esta región. En contraste al estado actual, los po- bladores de estas zonas en épocas precolombinas, desarrollaron tecnología al- tamente conservacionistas del suelo y del agua, tal como lo demuestran los gigantescos restos de taqanas y quillas. Los bosques actuales son solamente los últimos vestigios de aquellos que anteriormente cubrían grandes extensiones de cerros con laderas empinadas, otorgando una protección inmejorable al suelo, contrastando con la situación actual de grandes áreas chaqueadas y sin cobertura vegetal. Toda evidencia demuestra que en la época precolombina, el hombre andino-amazónico y en este caso el hombre yungueño, accedió de modo integral y óptimo a los recursos naturales, minimizando los riesgos de los fenómenos naturales, por lo que se puede decir que fue un geotécnico experto. El manejo de las terrazas agrícolas por comunidad es la siguiente:

• Comunidad Hierbani (anexo comunidad Chaco): Los comunarios de Hierbani, manifiestan que para el cultivo de flores hacen taqanas “…porque los suelos son muy pendientes, del suelo sacamos piedras y hacemos cimiento y muramos con piedras, sembramos el nardo, azucena, queda suavito el terreno; eso detiene el suelo que es arrastrado por las lluvias…” (comunario Teófilo Choque). El mismo informante se queja, porque las taqanas no producen como el suelo chaqueado; de su explicación sobre la forma cómo construyen la terraza, se determina la causa “…movemos y sacamos todas la piedras, la tierra de encima que tienen su abono lo mezclamos y colocamos abajo, dentro de la taqana… seguro sacamos la sustancia que tenía la piedra…”. En este caso el problema es técnico, porque al invertir y colocar la capa superficial y fértil del suelo en el fondo o cimiento de la taqana y sacar a la superficie el subsuelo de muy poca fertilidad, los rendimientos son bajos. Este hecho demuestra que falta orientación y asistencia técnica para

188 construir taqanas, no sólo como estructuras anti-erosión, sino también que garanticen la conservación de la fertilidad y propiedades físicas del suelo. • Comunidad Tres Marías (anexo comunidad Chaco): Las flores son cultivadas en taqanas, según los productores para contrarrestar el efecto de las fuertes pendientes. Los cultivos son realizados en surcos en curvas de nivel, lo que es importante como práctica de conservación de los suelos. Los comunarios no se convencen de las ventajas de las taqanas, además se fijan mucho en el esfuerzo y requerimiento de mano de obra para su construcción. • Comunidad Chaco: Es la comunidad donde mejor se practica la reconstruc- ción y construcción de taqanas, guiados por un productor Santiago Velarde con muchos conocimientos de está tecnología y que tiene sus parcelas lle- nas de terrazas estables y bien construidas. En su comunidad es llamado Ka- manaka (maestro), informa que llegó a la zona en 1942 procedente del Altiplano y que a la fecha ha construido cerca de 10 hectáreas de taqanas en su propia dotación de tierra; critica a sus compañeros que hablan mal de las terrazas agrícolas “…Son flojos, no hacen cavada para el cimiento por eso sus taqanas se caen rápido…”, sus taqanas son recientes, pero fueron construi- das en base a los modelos precolombinos. Los comunarios diferencian las taqanas tiwanakotas de las actuales, porque las taqanas precolombinas pre- sentan sus muros estables, conformados por bloques rocosos de gran ta- maño, bien amarrados y cruzados, a veces con muros perfectamente tallados y ornamentales, caso las terrazas presentes en la ruta del Takesi; en cambio las terrazas recientes y la de la época de los abuelos, son de piedras peque- ñas principalmente de fragmentos de pizarras, de poca estabilidad. Los pro- ductores practican un sistema de rotación azucena-maíz-nabo en las terrazas, sin tomar en cuenta a las leguminosas o la aplicación de materia or- gánica. Otro ejemplo de rotación es utilizar las taqanas con tres años de nar- dos y 5 años de descanso. Una taqana tipo de esta comunidad presenta las siguientes características: largo 10 m, ancho 5 m, altura de muro 1.50 m, ancho de muro 0.70 m, inclinación del muro 20%, tipo de piedra lajas de pi- zarra. Se requiere un trabajo aproximado de 10 jornales, que aumenta o dis- minuye en función de la existencia de material para hacer el muro. La

189 construcción incluye un cimiento de 50 cm de profundidad, que se construye con piedras grandes y planas, luego se levanta el muro, la nivelación de la pla- taforma de cultivos se realiza paralelamente con la construcción del muro. En el trabajo participa toda la familia campesina, las mujeres ayudan a re- colectar las piedras, los hombres cavan el cimiento y construyen el muro, y las mujeres y los niños van nivelando y rellenando las terrazas con cascajo, grava y tierra. Los comunarios refieren que la construcción de taqanas debe realizarse con piedras “machos” que son de color blanco, sólidas y duras (roca metamórfica tipo gneis), porque las piedras “hembras” (fragmentos de pi- zarras) no sirven para hacer taqanas por su corta duración. • Comunidad Pichu: Es una comunidad que presenta una experiencia reciente en la construcción de taqanas. La falta de orientación técnica ocasiona des- ánimo en algunos comunarios porque, al no estabilizar bien el muro de con- tención y no realizar un cimiento apropiado, la vida útil de la estructura es muy corta. Algunos comunarios de la zona, con la metodología de prueba y error, están demostrando que haciendo un buen cimiento, sobre el cual se construye el muro, utilizando piedras “macho”, la taqana es bastante esta- ble y duradera. Sobre el origen de las taqanas, hacen una diferenciación entre terrazas antiguas de origen precolombino y las actuales. Manifiestan que los tiwanacotas y los incas hacían sus terrazas con piedras muy grandes, ama- rradas entre sí y por eso duraban muchos años, en cambio las actuales son muy simples y de poca duración, por la falta de piedra apropiada. Una ta- qana tipo de la comunidad Pichu, presenta un largo de 5 m, ancho de muro 0.60 m, altura de muro 1.20 m, tipo de piedra: fragmentos de pizarras, talud del muro vertical, ancho de la plataforma de cultivo 5 m. En su construcción, si la piedra está disponible, la terraza requiere 5 jornales, la recolección de piedra requiere de 3 a 4 jornales adicionales. Por su cercanía a la comunidad Chaco, es posible mejorar la capacidad técnica, con un intercambio hori- zontal de productor a productor. Como una innovación se ha observado una modalidad de taqana, con una especie de senda de paso a bajo relieve al borde del muro de contención, que además funciona como canal de eva- cuación de los excedentes de agua.

190 • Comunidad La Florida: Las taqanas existentes se cultivan intensivamente por 5 a 7 años y luego se dejan en descanso o q’allpa durante 5 a 6 años, durante el cual se cultiva en otras parcelas, retornando después del descanso, pero según los propios comunarios, los rendimientos son más bajos en este se- gundo período, en comparación al primero; esto se explica porque el suelo no logra recuperar su fertilidad natural. Sobre la presión social al uso de la tie- rra, se testimonia: “…Cuando terminemos de cultivar las 400 hectáreas que tenemos en conjunto, nos iremos a otras tierras que tenemos en el lugar co- lindante con Sirupaya… son alrededor de 30 hectáreas que son para los hijos… también tenemos en Monte Redondo unas 20 a 30 hectáreas que son del Estado y es como si nos perteneciera a toda la comunidad… es la única solución que tenemos para nuestros hijos…” (comunario Martín Mamani). • Comunidad Yanacachi: Presenta taqanas y quillas en su mayor parte en des- canso o abandonadas, estas infraestructuras son semejantes a las de la co- munidad La Florida, tanto en su forma y características, como en su uso y cultivo. • Comunidad Chaguara: En esta comunidad se construyen wachus con la mo- dalidad de cavada, que se diferencian de las quillas precolombinas por su forma de zanjas, empezándose a cavar con la picota, para luego amontonar las piedras, que son utilizadas como material para construir las pircas pe- queñas. Respecto a los requerimientos de jornales para su construcción, en lugares pedregosos se puede construir hasta cuatro wachus/día/hombre, en lugares donde no hay material rocoso se construyen 3 wachus/día/hombre. En esta comunidad se ha observado con gran preocupación el derrumbe y abandono de quillas y taqanas, muchas de las cuales presentan posibilidades de recuperación. • Comunidad Quisno: Es una de las comunidades que presenta la mayor ex- tensión de quillas y taqanas abandonadas, con posibilidades físicas de recu- peración; pero la limitante radica en la ausencia de población, como resultado de la migración. Respecto al origen y diferencias entre taqanas pre- colombinas y recientes el siguiente testimonio se constituye en una signifi- cativa respuesta: “…los abuelos contaban que los incas jefes hacían construir

191 quillas arreando y azotando a las piedras…así debió ser porque existen qui- llas en zonas muy pendientes, muy peligrosas para trabajar…” (comunario Pascual Choque). El Secretario General del sindicato agrario por su parte sos- tiene que las quillas abandonadas de la época de los patrones fueron cons- truidas por los pongos esclavos de las haciendas, porque no se encuentra otra explicación para la construcción de quillas en semejante extensión de tierra. • Comunidad Pihuaya: En esta comunidad, diferencian a las quillas y taqanas por su tamaño y uso, llamando taqanas a las terrazas amplias dedicadas a cultivos perennes y anuales, con las siguientes características: altura de muro 1 m, ancho de muro 0.60 m, tipo de piedras fragmentos de pizarras, talud 25% de inclinación, ancho de plataforma 4 m, longitud de terrazas 30 m. El muro no sólo tiene la función de contener el suelo y evitar la erosión sino que también sirve como lindero y cerco para evitar el daño de los animales; se uti- lizan para cultivar frutales, plátanos, maíz, cítricos y café. Las quillas son te- rracitas pequeñas, mayormente utilizadas para el cultivo de coca, presentan un ancho de plataforma de 0.40 m y una altura de muro de 0.50 m. • Comunidad Hilumaya: Construyen y rehabilitan quillas que son utilizadas para el cultivo de coca, también siembran en wachus que son similares a la cavada. Estos wachus son de origen reciente, de la época de los patrones, pero tuvieron como modelo a las quillas y taqanas precolombinas, que se encuentran muy distantes en la cresta de los cerros “…los Incas se metían por todo los sitios…habían sido buenos trabajadores…de ellos hemos apren- dido a construir terrazas y quillas…”. (comunario Emerson Mamani). Para los comunarios de Hilumaya, las taqanas son terrazas grandes, con un muro de piedra cuya altura depende de la pendiente; las quillas son terracitas an- gostas y sólo sirven para la coca. Su técnica de construcción de taqanas es similar a otras comunidades, inicialmente sacan un surco y remueven la tie- rra para extraer y seleccionar las piedras largas que servirán para el muro, como unión entre piedras se utiliza tierra fresca; se continúa con el volteo de la tierra superficial enterrándola al fondo y sacando el suelo profundo a la su- perficie, luego realizan la nivelación de la taqana. Desde el punto de vista

192 técnico, esta última operación indica falta de conocimientos y experiencia para construir la taqana, porque al colocar la tierra superficial en el fondo, se pierde la tierra fértil y sus respectivos nutrientes. Una taqana tipo de la co- munidad de Hilumaya, presenta las siguientes características: largo 10 m, ancho 5 m, altura de muro 1.50 m, requerimiento de 10 jornales/taqana. Un concepto campesino interesante sobre la terraza como tecnología de con- servación es el siguiente: “…La diferencia entre taqana y sólo pendiente está en que no se arrastra la tierra…el abono se conserva allí mismo porque la ta- qana hace un suelo plano…en la pendiente toda la tierra se va hacia abajo, especialmente la tierra negra…”. • Comunidad Machacamarca: Las características de una taqana tipo de esta comunidad son las siguientes: largo 8 m, ancho 8 m, altura de muro 1.80 m, tipo de piedra fragmentos de pizarra. Un requerimiento de 8 jornales/taqana, siempre y cuando se tenga piedra disponible en el lugar de construcción, si no se incrementa en 2 a 3 jornales para el acarreo de piedra. • Comunidad Villa Aspiazu: Para los comunarios de esta zona las quillas y taqanas actuales se construyeron en base a los modelos precolombinos tiwanacotas, restos de los cuales están esparcidos desde las montañas hasta Yanacachi, Villa Aspiazu, Ticuniri enlazando con Chulumani, a lo largo de la ruta del Takesi, donde además están presentes restos arqueológicos funerarios, templetes, tambos y caminos antiguos. Las taqanas de la comunidad, se utilizan para el cultivo de maíz, papa, maní y flores, y las quillas para el cultivo de coca. Un proyecto de recuperación y construcción de taqanas, quillas y wachus en la zona dependerá de la solución al problema de tenencia de tierras.

9.2.5. Definición campesina de taqanas, quillas y wachus

Se presentan las definiciones de los productores de Yanacachi, recogidas en campo, para cada una de las infraestructuras conservacionistas presentes y que todavía se practican en la zona.

193 • Taqana: Son terrazas amplias con muros de piedra, tierra o vegetación, utili- zadas para la siembra de diversos cultivos anuales y perennes.

• Quillas: Son terracitas angostas conformadas por un muro estable de piedra y que están dedicadas al cultivo de la coca.

• Mallky: Es la operación de trasplante de la coca en la quilla, con la modali- dad de trinchera.

• Wachu: Son pequeñas terrazas, que presentan relleno de cascajo y grava mez- clada con tierra, con muros de tierra estabilizados a base de compactación por golpeo con una paleta especial. Se construyen en laderas formando una es- pecie de graderío, con un rendimiento por día, de 6 wachus de 6 metros de longitud por 6 graderíos. Son inestables y de mediana a corta duración.

• Zanjeo: Consiste en construir una zanja a nivel en zonas de fuerte pendiente para cultivar coca especialmente donde nunca existieron quillas o taqanas antiguas. El zanjeo comienza de arriba hacia abajo, sacando las piedras que van a constituir la umacha de la zanja; en el zanjeo se remueve la tierra para realizar el trasplante, en la quilla la siembra se realiza sin remover la tierra.

• Corte: Se define como el área o medida de trabajo en los cocales, tiene de 5 a 6 m de longitud.

9.2.6. Superficie y distribución de cultivos en las taqanas y quillas en uso actual

El área total de taqanas y quillas en uso actual, alcanza una superficie de 693 hectáreas, sin tomar en cuenta las tierras cultivables de lomadas, planicies on- duladas y pequeñas áreas aisladas de poca pendiente. El total de la superficie co- rrespondiente a taqanas y quillas abandonadas que suma 3.685 hectáreas, supera ampliamente al área cubierta por estas estructuras conservacionistas en uso. Se agrupan taqanas y quillas en diverso estado de conservación.

194 Los rubros agrícolas más importantes producidos actualmente en las taqanas son: flores, racacha, walusa, maíz, frutales caso plátano, paltos, nísperos, hortalizas, yuca y café, en las quillas en uso se produce mayormente coca, presentándose un proceso reciente del cambio por café y frutales. En el cuadro 11 se registra la superficie y distribución de cultivos en terrazas agrícolas, observándose que las comunidades de Suiqui Milamilani, Mokori, Yanacachi, Florida, Pichu y Chaco presentan las mayores superficies. Cuadro 11: Superficie y distribución de cultivos en terrazas en uso

ÁREA EN TERRAZAS, TAQANAS Y QUILLAS EN USO Nº COMUNIDAD PROD. Distribución de Terraza Descanso/ OBSERVACIONES Total Has Cultivos en Has en uso abandona Maíz (15), Taqanas en uso 1 Hierbani 18 Racacha (0.5), 3 3 agrícola sin Flores (1) mantenimiento Maíz (1), Taqanas en 2 Tres Marías 15 Racacha (1.85), 3 3 proceso de Durazno (0.15) deterioro Maíz (10), flores Comunidad con (6), racacha (5), buena aplicación 3 Chaco 70 Papa/yuca (5), 30 30 de la tecnología Hortalizas (2), de terrazas Frutales (2) Flores (10), Cítricos (2), Posibilidades de 4 Pichu 100 Racacha (0.5), 15 30 45 diversificación Maíz (1), Maní (0.3), Papa (1) Azucena (20), Cítricos (20), No se realiza Plátano (20), rotación, 5 Florida 200 Café (10), 120 120 presencia de Paltos (5), plagas y Racacha (5), enfermedades Coca (10)

195 ÁREA EN TERRAZAS, TAQANAS Y QUILLAS EN USO Nº COMUNIDAD PROD. Distribución de Terraza Descanso/ OBSERVACIONES Total Has Cultivos en Has en uso abandona Coca (30), Plátano (50), Níspero (50), Quillas invadidas Cítricos (60), por la maleza 6 Yanacachi 260 Paltos (15), 260 90 350 Melinis Racacha (15), minutiflora o Walusa (15), pasto gordura Flores (20), Hortalizas (5) Coca (6), Taqanas sin Walusa (0.5), mantenimiento. 7 Chaguara 10 Níspero (3), 10 50 60 Quillas Varios: Palto, abandonadas Café (0.5) Quillas Paltos (0.5), abandonadas 8 Quisno 4 Cítricos (2), 3 3.000* 3.003 cubiertas de Coca (20)* malezas Cítricos (2), Quillas con 9 Mokori 60 Walusa (2), 37 70* 107 producción de Coca (20) coca Cítricos (2), Microclima Café (1), 10 Pihuaya 18 18 50* 10** 78 favorable para Plátano-Papaya frutales (2), Coca (12) Quillas Walusa, Yuca, abandonadas 11 Tuymu 5 Racacha (3), 5 80* 85 pero Café (2) recuperables

196 ÁREA EN TERRAZAS, TAQANAS Y QUILLAS EN USO Nº COMUNIDAD PROD. Distribución de Terraza Descanso/ OBSERVACIONES Total Has Cultivos en Has en uso abandona Frutales varios (5), maíz-maní- Cultivos sin 12 Hilumaya 15 Locoto (4), 15 50* 65 manejo técnico Coca (3), Papa (3)

Coca (8), Quillas invadidas Papa (0.5), 13 Santa Rosa 18 10 50* 60 por pasto Racacha (0.5), gordura Frutales (1) Plátano (25), Cocales Walusa (13), Machaca- deteriorados por 14 90 Racacha (10), 88 15* 103 marca maleza pasto Coca (30), gordura Café (10) Cítricos (5), Maíz (4), Quillas Walusa (1), abandonadas 15 Villa Aspiazu 19 16 10* 10** 36 Racacha (1), cubiertas de Coca (4), malezas Café (1) Flores (5), Quillas Cítricos (20), Suiqui 160* abandonadas, 16 65 Coca (20), 60 230 Milamilani 10** práctica de Walusa (9), wachus. Racacha (6)

958 693 3.685 4.378

197 9.2.7. Otras medidas de conservación de suelos practicadas en la tercera sección de sud Yungas

a) Rotación de cultivos: En la zona de estudio los agricultores no conocen muy bien las ventajas de la rotación de cultivos, cultivan la misma o varias especies que sembraron por largos años y sin embargo lo suficiente, lo cual trae como consecuencia el agotamiento del suelo o sea la pérdida de su fertilidad, que repercute en los bajos rendimientos, tanto en calidad como en cantidad, a esto se suma el ataque creciente de plagas, enfermedades, invasión de malezas, etc. Sin embargo, la rotación de los cultivos en algunas zonas es ejecutada según la topografía, tipo de suelos, problemas tecnológicos y la presión que ejerce la población sobre los terrenos cultivables. En suelos de textura fina (arcillosos) que se encuentran en las partes bajas de las laderas de las comunidades de Santa Rosa y Machacamarca practican las siguientes secuencias: flor – descanso – descanso – descanso; o también maní – yuca – maíz – arveja. En aquellos suelos de textura liviana, (franco arenosos) ubicado en las partes medias de las laderas de montañas de la comunidad La Florida, donde el pH de la capa arable es medianamente ácido, los cultivos se desarrollan secuencialmente, pero no se incluye una leguminosa. Otra forma es la llamada rotación a secano, en la que se consideran cuatro campañas sólo con cultivo de azucena, para luego entrar en descanso. En las otras comunidades del área de estudio no se realiza rotación de cultivos. El descanso de la tierra es variable desde tres hasta diez años, en función de la extensión de tierras disponibles. El problema que se advierte es que la rotación no obedece a consideraciones agronómicas ni culturales, es influenciada fuertemente por la presión ejercitada sobre la tierra, lo que acorta los periodos de descanso y repercute en bajos rendimientos por el empobrecimiento de los suelos, exposición a la erosión hídrica y al ataque de muchos insectos fitófagos.

b) Surcos en curvas de nivel: Es una práctica incipiente presente en algunas comunidades productoras de flores y de cultivos anuales. La ventaja de este tipo

198 de práctica es que impide la escorrentía superficial libre, posibilitando la retención del suelo y los nutrientes en los campos de cultivo.

c) Uso del mulch: Esta medida es practicada en las comunidades productoras de flores Hierbani, Tres Marías, Chaco y Pichu pero no de manera directa o inducida, sino en forma natural, como producto de la acumulación de restos de hojas y raíces de flores, que hacen las veces de mulch protector del suelo contra la erosión, que a su vez coadyuva en una mayor y mejor producción de flores.

d) Descanso y cultivo en sayaña: La sayaña se define como el sistema de cultivo en parcelas chaqueadas de propiedad individual constituida por la sayaña propiamente dicha y sus anexos o tiscus. Cuando se agotan, la sayaña se deja en descanso por un período de 5 a 10 años, y el agricultor se traslada al tiscu; por lo general un comunario tiene de 2 a 3 sayañas (0.5 a 2 hectáreas).

e) Uso de plantas conservacionistas: Es importante la identificación y selección de plantas con características morfológicas como raíces muy densas, de buena cobertura y altamente rústica, que coadyuvan a la protección del suelo. En la comunidad Villa Aspiazu se utiliza el sarakachu, que es una planta palatable como pasto para las mulas, caballos, además se puede utilizar como cercos vegetados para evitar la erosión de los suelos y como protección de taludes de las taqanas. Por otro lado, en las comunidades de la zona alta prolifera gran cantidad de árboles y arbustos nativos, como el aliso (Agnus jorullensi), que son utilizados sólo como leña. Lo que se desconoce es su alto potencial para la conservación de suelos por su capacidad de fijación del nitrógeno, además por su rusticidad utilizada como barreras vivas y cortinas de contención, en actividades de teñido y para la industria de cerillos.

199 9.3. Terrazas precolombinas de valles interandinos subcuenca Cohoni y Tahuapalca

Las terracerías que construyeron los antiguos pobladores de Cohoni, en las laderas alto-andinas de las montañas colindantes con el nevado , son parecidas a las graderías de un gran anfiteatro; en estas infraestructuras conservacionistas desarrollaron la agricultura bajo regadío, utilizando de modo magistral, las aguas provenientes de los deshielos del nevado Illimani. El sistema de terrazas está asociado a un sistema hidráulico precolombino que a manera de las pequeñas venas de un sistema circulatorio, supieron captar el deshiele y aprovecharlo en la producción de cultivos. Muchas de las terrazas, se encuentran abandonadas pero con muchas posibilidades de ser recuperadas y utilizadas en los actuales sistemas de producción.

9.3.1. Ubicación geográfica

El cantón Cohoni corresponde a la primera sección Palca, de la provincia Murillo, departamento de La Paz, y limita al este con el valle de Araca, al oeste con Palca y Collana, al norte con Sud Yungas y al sur con la provincia Loayza. Geográficamente se encuentra situado a 16º42’00” latitud oeste y 67º50’15” longitud sur. Las 32 comunidades que integran el cantón Cohoni, ocupan un espacio territorial de serranías que se extienden en laderas de montañas desde los 2.500 hasta los 4.200 msnm. Las comunidades son: Tarujmaña, Choro, Achojpaya, Lurata, Hussi, Chotocollo, Kotaña, Mutuhuaya, Caimbaya, Atahuallani, Tanimpata, Yaricachi, Chaja, Challacirca, La Granja, Pacoya, Chojawaya, Tirata, Huarina, Tamurini, Pucaya, Caripo, Lluquicachi, Cachapaya, Tahuapalca, Khapi, Chañurani, Jalancha, LLujo, Cebollullo, Wichurata y Glorieta. El área de estudio comprende la zona montañosa, en cuyas laderas se asientan las comunidades que desarrollan actividades productivas agrícolas con menores riesgos que en la parte baja y sin problemas de contaminación; las limitaciones

200 están referidas a las fuertes pendientes, la erosión y presencia de suelos superficiales que en gran parte fueron controladas por las poblaciones ancestrales mediante la construcción de terrazas agrícolas precolombinas, llamadas taqanas y sistemas de riego que aprovechaban el agua de los nevados, principalmente del Illimani. En la actualidad se observan impresionantes complejos de taqanas abandonadas con una menor proporción en uso. A diferencia de lo que se observa en la actualidad, estas subcuencas tuvieron una activa ocupación por culturas precolombinas, confirmándose el hecho de que eran unos expertos geotécnicos, ubicaban sus centros productivos y poblaciones en las partes altas de la cuenca, evitando los riesgos de mazamorras y deslizamientos, aprovechando de modo racional y sostenible el agua pura de los nevados y controlando la erosión con los magistrales sistemas de terrazas agrícolas.

9.3.2. Caratecterísticas agroecológicas

a) Clima: La caracterización del clima se ha realizado en base a datos parcia- les e inferidos de la semi-estación de Mecapaca para la parte baja y de la esta- ción de Palca para la parte alta de la cuenca, la zona no cuenta con estaciones meteorológicas establecidas. • Temperatura. La parte alta de la cuenca, donde se encuentran las comuni- dades con grandes extensiones de terrazas precolombinas, presenta una tem- peratura promedio anual de 11.0º C, con temperaturas promedio más altas en el verano de noviembre a marzo, llegando a un máximo promedio de 14º C.Los pobladores de la zona informan que en pocas ocasiones se presentan temperaturas mínimas por debajo de 0º C y que en todo caso éstas son ate- nuadas por las taqanas. En la parte baja de la cuenca, la temperatura pro- medio anual es de 15.32º C calculado en función del gradiente térmico considerando datos de tres estaciones: Palca, Collana y La Paz. Las tempera- turas más altas se registran en el verano de noviembre a marzo, llegando las máximas promedio a 17.3º C. Los pobladores informaron que en escasas oportunidades se registraron temperaturas mínimas inferiores a 0º C.

201 • Precipitación. La parte alta de la cuenca, donde se encuentran grandes ex- tensiones de terrazas precolombinas, presenta una precipitación pluvial pro- medio anual de 672.7 mm distribuida en el año en dos épocas bien marcadas, la lluviosas que comprende los meses de noviembre a marzo y la época seca de abril a noviembre. La parte baja de la cuenca que corresponde a la lla- mada ribera de Río Abajo, presenta una precipitación promedio anual de 482.6 mm, la distribución a través del tiempo no es uniforme presentándose una marcada época seca y una época húmeda limitada. La distribución de la precipitación anual comprende el período seco de marzo a diciembre y un pe- ríodo húmedo de diciembre a marzo. En el cuadro 12 se presenta la precipi- tación promedio de Palca, Cohoni y Quilihuaya. Cuadro 12: Precipitación promedio de la zona PALCA COHONI QUILIHUAYA MES PP mm. PP mm. PP mm. Enero 97,3 151,4 90,6 Febrero 83,1 126,5 77,7 Marzo 51,6 95,4 46,1 Abril 22.,1 34,2 20,6 Mayo 4,6 17,4 3,0 Junio 2,0 8,7 1,2 Julio 1,4 12,7 0,0 Agosto 10,6 29,6 28,1 Septiembre 29,7 42,5 28,1 Octubre 26,1 48,5 23,3 Noviembre 28,5 54,1 25,3 Diciembre 52,2 77,4 49,1 TOTAL 409,1 698,4 373,0

• Evapotranspiración potencial y balance hídrico. La parte alta de la cuenca presenta una evapotranspiración promedio anual calculada de 653.89 mm, comparada con la precipitación promedio anual de 672.7 mm, existe un re- manente de 18.81 mm, lo que implica un ligero superávit de humedad en la época de lluvias, en los meses de diciembre a abril. La evapotranspiración

202 promedio anual calculada en la parte baja de la cuenca es de 705.09 mm, que comparada con la precipitación promedio anual de 482.6 mm, se presenta una diferencia de 222,49 mm, como déficit de humedad en los meses de abril a noviembre y por otra parte se presenta un exceso de humedad du- rante los meses de enero a marzo.

b) Geologia y geomorfología: El área de estudio, geológicamente corresponde al borde noreste de la Cordillera Real, constituida por una cadena montañosa cuyas cumbres más elevadas superan los 5.500 msnm de altitud; se caracteriza por la ocurrencia mayoritaria de rocas paleozoicas muy deformadas, además de la presencia de grandes plutones alineados al eje de la cordillera. La actual morfología de la cuenca se debe a la acción fluvial, que presenta el principal proceso erosivo, seguido de la glaciación en épocas anteriores, además de la remoción en masa; todos estos factores fueron más intensos por el clima semiárido propio de la región. La morfología que caracteriza a la cuenca, es la presencia mayoritaria de colinas y montañas sedimentarias e ígneas denudacionales, valles estrechos juveniles, antiguas superficies de erosión y la llanura aluvial del río La Paz que representa un canal encajonado que, localmente, presenta terrazas cíclicas. Por otro lado, también son frecuentes formas glaciarias y de remoción en masa, depósitos coluviales, conos de derrubio y abanicos pequeños. Los sedimentos de la parte alta y baja de la cuenca, especialmente los ubicados en la zona de influencia del río La Paz, pertenecen al cenozoico superior, por lo general son sueltas siendo muy susceptibles a la erosión y proveen el material para las mazamorras. Es frecuente observar procesos de remoción en masa que incluyen flujos rápidos conocidos como torrenteras y mazamorras en dirección a la parte baja de la cuenca, siendo este sector el más afectado por estos procesos.

c) Fisiografía. La fisiografía del área de estudio se definió por fotointerpreta- ción, identificándose los grandes paisajes y subpaisajes por las formas y carac- terísticas del relieve, en base a la similitud de aspectos edafogenéticos, geológico y geomorfológicos, que dan lugar a las asociaciones y complejos de suelos que

203 a su vez permiten definir las unidades de mapeo. Los afloramientos rocosos die- ron origen a las planicies o llanuras aluviales y los frecuentes ciclos de erosión y sedimentación del cuaternario moldearon el actual relieve. Los paisajes identi- ficados son los siguientes: • Montañas estructurales (ME): Este paisaje está conformado por serranías altas, con pendientes pronunciadas y disectadas por interfluvios densos. Co- rresponde a los anticlinales de la cordillera oriental, dispuestos así en forma paralela con rumbo N-S, encerrando a los valles angostos en forma de V; este paisaje está representado por dos subpaisajes. - ME Sar/E-H: Laderas de estructuras montañosas sedimentarias de rocas areniscas, fuertemente disectadas. - MEIgr/E-H: Laderas de estructuras montañosas ígneas graníticas y volcá- nicas, fuertemente disectadas. Estos subpaisajes, cubren la mayor super- ficie del área de estudio, el mismo que aparentemente no tiene importancia para el aprovechamiento agrícola, excepto por los magistra- les sistemas de terrazas agrícolas precolombinas actualmente abandona- das, pero aquellas que todavía se utilizan para la producción de cultivos, garantizan una inmejorable conservación de los suelos. • Colinas denudacionales (CD): Paisaje conformado por ondulaciones pro- nunciadas con elevaciones menores a los 300 m sobre el nivel de base local, constituidas por material sedimentario de areniscas y materiales metamór- ficos de pizarras meteorizadas; se incluye otras intrusiones en menor pro- porción y en este paisaje se encuentran geoformas de lomadas y colinas. Las colinas altas de cimas redondeadas e irregulares, altamente disectadas pre- sentan divisoria de aguas muy discernible, pendientes medias a escarpadas, presentan erosión en cárcavas; está formada por sedimentos constituidos por areniscas, argilitas y conglomerados. • Planicie coluvio-aluvial (PAc): Conformado por los siguientes subpaisajes: - PAcal/C: Abanicos aluviales moderadamente inclinados, con geoformas producidas por la acción fluvial, con la presencia de materiales heterogé- neos, depositados en depresiones y zonas onduladas, por su antigüedad sustentan terrenos en producción actual.

204 - PAccd/C: Conos de deyección moderadamente inclinados, de origen flu- vial y que se concentran en la parte final de los sistemas de drenaje; se ca- racterizan por su textura moderada a gruesa. • Otras unidades: Se tienen como otras unidades o paisajes, a todas aquellas unidades que no son significativas en el área de estudio. - E: Escarpes casi verticales, considerados como áreas de protección, por su pendiente y tipo de suelos. - D: Zonas de deyección reciente (coladas de barro o mazamorras)

d) Caracterización general de los suelos: Los suelos de la zona de estudio son de una gran variabilidad tanto en sus propiedades físicas, químicas y biológicas como en su génesis. Los terrenos de las laderas empinadas son superficiales en tanto que aquellos de las terrazas precolombinas presentan una capa arable antrópica de buena fertilidad. Los suelos de la parte intermedia, principalmente aquellos que forman parte de las taqanas o terrazas, son más secos, pero producen buenas cosechas por el riego suplementario que reciben de las aguas del Illimani.

e) Hidrografía: Los deshielos del nevado Illimani constituyen la principal fuente de agua del cantón Cohoni, de donde nacen gran número de vertientes que son utilizadas por el sistema hidráulico precolombino para el riego de las terrazas. El sistema hidrográfico no es definido sino que está conformado por una red intrincada de venas de agua que posibilitan el riego de los terrenos agrícolas. En algunas zonas el agua se infiltra y aparece pendiente abajo en forma de manantiales. El caudal de estas fuentes de agua disminuye en los meses de mayo, junio, julio y agosto, por el congelamiento del nevado, lo cual genera un déficit hídrico en las comunidades. Más adelante se desarrolla en detalle las características del sistema hidráulico precolombino de la zona.

f) Vegetación: La vegetación del área de estudio está en estrecha relación con las unidades fisiográficas. La parte alta y media de la cuenca corresponde a la formación “Monte espinoso-Subtropical” /Me-ST por las condiciones de clima,

205 se observan más arbustos y árboles nativos caso bosques de queñua, y algunas plantaciones de especies exóticas de eucaliptos y coníferas. La parte baja de la cuenca, que corresponde a la formación “Estepa espinosa-montano bajo subtropical” (ee-MBST), se caracteriza por presentar arbustos de tipo espinoso, cactáceas y árboles de poca altura; en el cuadro 13 se consigna la vegetación más importante de la zona. Cuadro 13: VEGETACIÓN PREDOMINANTE EN COHONI CLASE DE NOMBRE NOMBRE CIENTÍFICO VEGETACIÓN COMÚN Pennicetum clandestinum Kikuyo Cortaderia cubata Sehuenca Atriplex sp. Tunu Heterosperma sp. Chamico HERBÁCEAS Achirocline alata Wira wira Adesmia miraflorensis Tagargaya Dondonea viscosa Chacotea Tecoma cochabambensis Sago sago

Carica lanceolada Karalawa Spartium junceum Retama Ambrosia arborecena Malco ARBUSTIVAS Cassia tormentosa Mutuy Satureja boliviana C´oa Solanum nitidum Ñuñumaya

Acacia sp. Anuchapi Coulteria tintorea Tara Prosopis sp. Thago Schinus molle Molle ARBÓREAS Salix sp. Sauce Eucaliptus globulus Eucalipto Cupresus sp. Ciprés Pinus radiata Pino

CACTÁCEAS Opuntia ficus indica Tuna

206 9.3.4.Características económico-productivas y sociales

a) Tenencia de la tierra: La mayor parte de las comunidades del cantón Cohoni remontan sus orígenes a épocas precolombinas, como parte del Ayllu central de Cohoni, conformado por cuatro parcialidades: Aransaya, Tiwanaku, Pucarani y una cuarta que desapareció a causa de un derrumbe provocado por la actividad minera. Durante la colonia, aparecieron muchos patrones que se posesionaron como los nuevos dueños de las tierras, expropiándolas a las comunidades originarias, provocando una grave desestructuración de la organización ancestral en torno al acceso racional a los recursos naturales. Posteriormente, luego de la Reforma Agraria de 1952, en las ex haciendas se formaron nuevas comunidades, con una población inicial de mitayos. En la actualidad existe una creciente parcelación que está ocasionando un minifundio acelerado en las familias que cuentan con pocos terrenos y, lo que es más grave, litigios entre las comunidades que todavía no cuentan con sus documentos de propiedad y los ex patrones; es el caso de las comunidades de Mutuhuaya, Atahuallani y otras. De modo general, se estima que en la parte baja y media de la cuenca la tenencia de la tierra es la siguiente 26% de la población posee hasta dos hectáreas de tierra, el 54% de 3 a 5 hectáreas y el restante 20% una extensión mayor a 10 hectáreas; en la parte alta de la cuenca la distribución es mayor, pero gran parte de estos suelos sólo tienen vocación ganadera. De la superficie total del cantón Cohoni, solo el 40% es cultivable, sin embargo esta porción no es utilizada por factores tales como falta de mano de obra, terrazas abandonadas o en destrucción y descanso de las parcelas; de la superficie en uso sólo un 10% tiene acceso al riego y no por falta de agua sino porque el sistema de riego de origen precolombino no es mantenido adecuadamente. Frente al problema del minifundio, en las comunidades, todavía se practican algunas estrategias de acceso a la tierra, tales como la minka, el arriendo, el waqui y la phaina. Asímismo, los siguientes casos de propiedad: una propiedad familiar denominada qallpa, que es equivalente a una parcela de 50 a 300 m2, y una propiedad comunitaria llamada aynuqa. La qallpa y la aynuqa constituyen una sayaña, que representa la tierra a disposición de la familia para su seguridad alimentaria.

207 Cuadro 14: AYNUQAS POR COMUNIDAD

COMUNIDAD Nº AYNUQAS NOMBRE DE AYNUQA

Pucaya 3 Williri, Chixipata, Itapalluni

Tultutasa, Ojepata, P´isaka Umaña, Yaricachi 8 Pararanipata, Linasa, Ch´uñawi, Putrera

Pululuni, Chulpapata, Puní, Estancuni, Chojawaya 7 Tanujumaña, Condorsamana, Umalage

Picutani, Churisinpata, Pajonal Mancaja, Pine, Jacha Tanari, Jisca Tamani, Ojicallpa, Lamapata, Lama Winchunca, Ñuñukollu, Altamisani, Huaquipiña, Caimbaya 25 Jacha Pampata, Sequepata, Huacajipiña, Jacha Pampa, Paster Corral, Picotaki, Jachatamani, Jiskatamani, Pacawawachaña, Ojesalpata, Lomapata, arcupunku. Ch´uchijaraña, Pucarapata, Ch´uñawi, Atahuallani 10 Kelluani Cota, Ph´utu Uta, Ch´allapata, Sixillani, Mujuna, Miluaya Moroni

Cebaniri, Ullu Ullu, Pueblo, Cirruni, Tanimpata 10 Ovejería, Sank´ayuni, Minsakollu, Quchark´awa, Machacamarca, Cebarriri

b) Sistemas de producción agrícola: La economía local se basa en el sistema de producción agrícola en las taqanas, siendo los principales cultivos por su vo- lumen de producción: la papa, el tomate, el durazno, vainita y otras hortalizas; estos cultivos son destinados al mercado, al autoconsumo y en algunos casos al trueque. Es frecuente la asociación de cultivos entre hortalizas y frutales o entre forrajeras y frutales principalmente el durazno, manzano, lujma, tuna, plato, ciruelo, higos y guindas. Sin embargo la utilización excesiva de insumos 208 químicos tales como fertilizantes y plaguicidas para combatir plagas y enfer- medades, está generando problemas de contaminación y resistencia a estos productos. Los rendimientos promedio son: haba 6.300 kg/ha, tomate 5.000 kg/ha, papa 5.200 kg/ha, arveja 2.300 kg/ha, vainita 1.000 kg/ha, repollo 8.000 kg/ha, lechuga 9.000 kg/ha y maíz 144 qq/ha. (cuadro 15).

c) Sistemas de producción pecuaria: El sistema de producción ganadero está conformado por bovinos, equinos, porcinos, animales menores (gallinas y conejos) y un número muy escaso de llamas. Las fuertes pendientes y la escasez de terrenos condicionan el número de unidades animal, principalmente de los vacunos que son necesarios como fuente de tracción para las tierras, sin embargo son muy propensos a accidentes por embarrancamiento, siendo la principal causa de muerte del ganado; por otro lado las mulas constituyen la población más importante por su utilidad como medios de transporte y carguío.

d) Destino de la producción: La producción obtenida en la zona se destina a la comercialización, al autoconsumo y al intercambio o trueque. • Comercialización. Las cosechas son comercializadas en forma directa por la asociación de mujeres vendedoras de Cohoni, en el mercado Rodríguez de La Paz, donde cuentan con un lugar exclusivo para exhibición y venta. La fluctuación de precios y el deficiente embalaje reducen el valor de los productos. Los principales cultivos comercializados en orden de importancia son: durazno, tomate y vainita, haba, arveja, camote, lechuga, cebolla, zapallo, acelga, apio, locoto y rabanito. Los pobladores utilizan tres días en ir y venir de la ciudad para ofrecer sus productos y aprovisionarse de otros alimentos caso de arroz, azúcar y fideos. • Autoconsumo. El cultivo principal de autoconsumo es la papa, también la oca, la papa lisa y algunas hortalizas y frutales. La cosecha es almacenada en ambientes oscuros, en un lugar cercano a la vivienda de los comunarios. El du- razno cosechado es, en gran parte, deshidratado y convertido en mocochin- che para la elaboración de refrescos, siendo comercializado en la ciudad. • Intercambio o trueque. El trueque es una relación de reciprocidad, de origen

209 ancestral, que todavía se practica entre las comunidades del valle y altiplano, constituyendo un mecanismo que garantiza la vida y el mantenimiento familiar. El trueque o intercambio comunal, se realiza después de la cosecha de los productos, en los meses de mayo a junio principalmente en la feria de Pocota, intercambiándose maíz, papa y durazno por pescado, queso y charqui del altiplano.

e) Vías de comunicación: La mayor parte de las comunidades del cantón Cohoni se integran a la ciudad, sede de gobierno, por tres caminos carreteros de Palca, Collana y el camino de las riberas del río La Paz. En la época seca, los medios de transporte se movilizan a través del camino que recorre las riberas del río La Paz, utilizando un tiempo de tres horas para el trayecto La Paz– Cohoni. En época de lluvias, el río La Paz incrementa ostensiblemente su caudal, inundando las zonas agrícolas de Río Abajo e inhabilitando el camino carretero. El transporte se realiza por las carreteras de Palca y Collana, con un recorrido de 5 a 6 horas dependiendo del estado de los caminos. El pueblo de Cohoni, cuenta con servicios de telefonía rural.

f) Formas de organización social: La célula organizativa de las comunidades es el Sindicato Agrario, cuyas autoridades son elegidas anualmente; su composición es la siguiente: Secretario General, Secretario de Relación, Secretario de Justicia, Secretario de Actas, Secretario de Hacienda, Secretario de Deportes, Secretario de Agricultura, Secretario de Ganadería, Secretario de Educación, Vocal, Alcalde Escolar, Presidente de la Junta Escolar. Las autoridades que más responsabilidades tienen son el Secretario General, de Relación y de Justicia; los otros cargos son figurativos pero algunos asumen sus funciones con seriedad. La elección del Secretario General, se realiza por turnos entre aquellos comunarios originarios, que poseen tierra en la comunidad, siendo una norma que todos los comunarios con este estatus asuman en algún momento el cargo. La central de Cohoni está constituida por siete subcentrales.

210 Cuadro 15: Labores culturales por cultivo

Cultivo Labor Época Responsables Herramientas Jornales

Almácigo, preparación Julio y agosto se planta Tomate, lechuga, del terreno, surcado, tomate, la cosecha en Picotas, chontillas, vainita, haba, camote, riego y trasplante, diciembre. Lechuga, palas, arado, reja, yugo arveja, zapallito, Toda la familia y tratamiento de plagas vainita, camote y (fabricados Trabajo familiar zapallo, cebolla, parientes cercanos y enfermedades, zapallito, siembra en localmente), mochilas perejil, zanahoria, abonamiento con septiembre, la cosecha fumigadoras apio, acelga y repollo abono natural a fines de noviembre Primera cosecha 24 de Durazno Almácigo y plantación enero, el resto en febrero y marzo Para podas: machetes Injerto de ciruelo en y tijeras Ciruelo Noviembre y diciembre

2 pie de durazno Para cosecha: 1

1 cuchillos, hacha y Injerto manzana en pie Toda la familia y Manzana Abril a mayo serrucho. Trabajo familiar criollo parientes cercanos Secado de hojas por 5 Cajones para chipar Tuna Enero a marzo días luego plantación (embalar) Transporte con Plantación de los Lujma Enero a marzo caballos, mulas y asnos brotes de la raíz Siembra directa de Palta Noviembre a diciembre arbolitos Preparación de suelo, Noviembre a junio (a Maíz riego, surcado y secano), marzo a abril siembra (choclo) Preparación de suelo, Picotas, chontillas, Toda la familia y Haba riego, surcado y Agosto a marzo palas, arado, reja, yugo Trabajo familiar parientes cercanos siembra (fabricados localmente Preparación del suelo, Siembra agosto a Papalisa, papa, oca chonteada, khapujeada septiembre, cosecha a y siembra partir de marzo 9.4. Inventario de terrazas precolombinas de Cohoni

El estudio de las fotografías aéreas de la zona de Cohoni y la verificación de campo han permitido la identificación de 32 áreas con terrazas precolombinas, distribuidas en las cinco subcuencas que conforman el sistema hidráulico pre- colombino de Cohoni, con una superficie total cubierta por terrazas de 9.126 hectáreas, incluyéndose terrazas agrícolas en uso actual y aquellas que están en descanso y abandonadas con distinto grado de deterioro. De la superficie total de terrazas inventariadas, está en uso actual sólo el 21% equivalente a 1.923 hectáreas, con la ventaja de que las terrazas agrícolas cuentan con riego complementario, proveniente de los deshielos del nevado Illimani. Las terrazas en uso actual están bien conservadas y mayormente se encuentran ubicadas en la parte intermedia y baja de la cuenca, a una altitud de 2.400 a 3.800 msnm, las comunidades con la mayor superficie de terrazas agrícolas en uso son Cohoni, Khapi, Tarujimaña, Atahuallani, Mutuaya, Kotaña, Tanimpata, Pucaya, Yaricachi y Caimbaya. De acuerdo al testimonio de los comunarios, el área en uso actual es menor que aquella de hace 15 años, como consecuencia de factores históricos, naturales, antrópicos y socioeconómicos que se detallan más adelante. La superficie de terrazas agrícolas en descanso y abandonadas representan el 79% y cubre una superficie aproximada de 7.203 hectáreas, de esta superficie se puede rehabilitar un 53% equivalente a 4.835 hectáreas, con lo cual se podría ampliar la frontera agrícola de Cohoni a 6.758 hectáreas de terrazas agrícolas (mapa N° 8). Las terrazas precolombinas de Cohoni, presentan una amplia variabilidad y complejidad en cuanto a su estructura y estado de conservación, evidencián- dose que muchos de los tipos de terrazas del sistema de clasificación, se en- cuentran presentes en Cohoni; las taqanas con muro de piedra presentan diversas formas y modalidades, también se observan taqanas con muro vege- tado o de tierra, taqanas de formación lenta, taqanas de riego, taqanas de se- cano, taqanas para viviendas, taqanas de sendas de paso, taqanas mixtas, taqanas funerarias y otras, que están presentes y se distribuyen en diferentes altitudes desde 2.400 hasta 4.800 msnm.

212 El complejo arqueológico de Chullpaloma, ubicado frente al nevado Illimani, resulta de particular importancia, no solo por la presencia de taqanas ceremoniales, funerarias, de producción agrícola y otras infraestructuras conservacionistas productivas, que representan una especie de patrón o modelo constructivo, sino también por su significado mágico religioso verificado por los restos arquitectónicos funerarios, llamados por los pobladores de la zona chullpas, siendo un sitio de veneración y respeto, considerado sagrado, que las comunidades organizadas cuidan y resguardan desde tiempos inmemoriales. La ubicación del complejo de Chullpaloma, en la parte alta y sobresaliente de una montaña, en una dirección equidistante y frente al majestuoso Illimani, llama poderosamente la atención, por su similitud de ubicación con otros sitios de veneración precolombina distribuidos a lo largo de la cordillera de los Andes. En el cuadro 16, gráfico 17 y mapa 8 se presenta el inventario de terrazas agrícolas por comunidad.

213 n ó t n a c c l e e n e e s a n i b o l l i m r o l u o M c M e a r i c p p n s i a v z o r a r P r P i e t n t o e h d d o o i C r a t n e v n I I : 8 8 a p a M

214 0 S 0 , E L 5 B 15,00 10,00 10,00 70,00 3 20,00 60,00 40,00 40,00 40,00 40,00 80,00 A 120,00 120,00 120,00 150,00 150,00 190,00 160,00 8 350,00 350,00 260,00 200,00 200,00 200,00 200,00 200,00 380,00 380,00 380,00 300,00 . R E 4 P ) s U a C e E r R á t c e h 0 ( ( 0 S

D , A

O A 3 L 27,00 21,00 74,00 22,00 25,00 S 70,00 62,00 82,00 50,00 N 0 112,00 172,00 257,00 110,00 152,00 574,00 610,00 275,00 O 190,00 578,00 556,00 293,00 335,00 220,00 2 240,00 230,00 305,00 349,00 420,00 304,00 N 488,00

O . C

A 7 Í D C R

S N G E A A

A D B

S A i A Z n A o R 0 h R 0 o E , O T C 3 9,00 T S C 17,00 71,00 72,00 10,00 75,00 75,00 o 25,00 52,00 2 70,00 70,00 65,00 45,00 85,00 50,00 50,00 90,00 90,00 68,00 60,00 84,00 48,00 40,00 40,00 40,00 40,00 80,00 U n U 162,00 120,00 120,00 S 9 . e e A N 1 s E N a A n i Q b A 0 T m 0

, L o 6 l A 67,00 2 95,00 62,00 42,00 30,00 60,00 T o 137,00 114,00 212,00 132,00 1 410,00 180,00 . 320,00 250,00 342,00 345,00 230,00 350,00 290,00 650,00 650,00 394,00 420,00 280,00 540,00 200,00 664,00 340,00 640,00 680,00 c O 9 e T r p p s a z 0 a 0

, r . 7 r X 6 e E I s O t 119,00 657,00 719,00 8 170,00 519,00 613,00 722,00 725,00 275,00 138,00 194,00 194,00 475,00 292,00 250,00 982,00 538.00 t 530,00 268,00 420,00 344,00 660,00 980,00 . a 844,00 C R I 1.110,00 1.125,00 1.158,00 7 e e P 2.740,00 1.938,00 1.038,00 1.830,00 2.670,00 F 2.630,00 r 2 d A á R d A t E L c o P i A e r T U h a S O t T n e v n I I : 6 1 D 1 U m o T n r I s d T L 2.145 3.120 3.150 2.140 3.160 3.100 4.160 m 2.740 2.760 2.590 2.590 2.580 3.590 2.360 3.620 3.260 2.960 3.420 3.200 3.200 3.200 3.500 3.050 2.900 2.900 3.340 2.840 3.300 3.300 2.000 3.680 a 3.440 3.800 A u C L D A A T D I O T N U M O C Jalancha Tanimpata Pucaya Llujo Cohoni Khapi Yaricachi Caimbaya Atahuallani Tarujimaña Achojpaya Mutuaya Hussi Chocotollo Choro Chañurani Pancoya Caripo Luquicachi Challasirca Huerta Pampa Huarimutuaya Wichurata Cachapaya Cebollullo Chojawaya La Granja Glorieta Kotaña Tahuapalca Tirata Tamurini Murata . o 1 7 2 5 3 9 6 4 8 11 17 31 21 12 15 13 19 16 14 18 10 27 22 32 25 24 23 29 26 28 33 20 30 N

215 Cuadro 17: Resumen inventario terrazas precolombinas Cohoni

SUPERFICIE TAQ (hectáreas) ANAS SUPERFICIE TOTAL SUPERFICIE TAQ SUPERFICIE TAQ AS SUPERFICIE ANAS AN TAQANAS EN USO DESCANSO/ABANDONAD RECUPERABLE Has % Has % Has % Has %

9.126,00 100,00 1.923,00 21,00 7.203,00 79,00 4.835,00 53,0 2 1

6 Gráfico 17: Posibilidades de recuperación de terrazas precolombinas

Posibilidades Hectáreas (%) recuperación

Recuperables 4.835 53,0

No 2.368 25,9 recuperables

En uso 1.923 21,1

Total 9.126 100 9.4.1. Clasificación y caracterización convencional de taqana precolombina de Cohoni

La taqana tipo, estudiada y clasificada con el Sistema de Clasificación Cultural de Terrazas Agrícolas, está ubicada en la comunidad Yaricachi, cantón Cohoni, municipio de Palca, en un ecosistema característico de los valles interandinos. Las taqanas se clasifican en:

TAQANA: A2 – B2 – C4 – D3– E1 – F1 – G2 – H4 / op, ci, fm-b

GRUPO A CLASE SUB-CLASE A2: Taqana agrícola o de producción op: Quilla precolombina permanente cr: Quilla en estado regular B2: Taqana semi rústica fb: Quilla con suelo de fertilidad media C4: Taqana geométrica rectangular a baja D3: Taqana de secano E1 : Taqana con plataforma nivelada F1 : Taqana con muro de piedra G2 : Taqana con muros a ras del suelo y plataforma de cultivo nivelada H4: Terraza con superficie cultivable de 100 a 500 m2

De acuerdo a la clasificación y caracterización convencional, el suelo de la taqana agrícola precolombina, proveniente de la comunidad Yaricachi, se clasifica como un Typic Ustortheents (U.S. Soil Taxonomy), con un perfil antrópico formado sobre material coluvio-aluvial de rocas ígneas y establecida en una ladera, con una profundidad efectiva de 0.90 m; presenta las siguientes características:

217 Comunidad Yaricachi, cantón Cohoni, provincia LOCALIZACIÓN Murillo, La Paz CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA Typic Ustorthents CLASIFICACIÓN TÉCNICA Apto para producción agrícola VEGETACIÓN O CULTIVO Maíz, papa, haba, cebada MATERIAL PARENTAL Depósito coluvio-aluvial de rocas volcánicas FISIOGRAFÍA Ladera de montaña RELIEVE Plano (terraza agrícola) PENDIENTE 30% en la ladera, 3 a 5% en la taqana ALTITUD 2.800 msnm CLIMA TEMPERATURA 14ºC PRECIPITACIÓN 698,4 mm/año PERMEABILIDAD Moderada CLASE DE DRENAJE Bien drenado, grado 2 CONDICIÓN DE HUMEDAD En capacidad de campo ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL Rápido, grado 3 PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA No visible (posiblemente 4 a 8 metros) EROSIÓN Laminar y en surcos DISTRIBUCIÓN DE RAICES Hasta 0.90 m SALINIDAD O ALCALINIDAD No presente, clase 1 PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL Clase 0

DESCRITO POR Ing. M.Sc. Eduardo Chilon Camacho 1/05/2000 a) Caracteristicas morfológicas

Las características morfológicas de los horizontes del perfil del suelo son:

• A11 (0 a 19 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: neutra (pH: 7,1); color en seco: 10 YR 5/3, color en húmedo: 10 YR 3/3; sin carbonatos; raíces finas y medias abundantes; alto contenido de materia orgánica (3,76%); permeabilidad moderada a rápida; límite de horizonte difuso.

218 • A12 (19 a 42 cm) Textura: Franco arcillo arenosa; estructura: bloques subangulares, medios moderados; consistencia en húmedo: friable; reacción: neutra (pH: 7,0); color en seco: 10 YR/ 6/3, color en húmedo: 10 YR 4/3; ausencia de carbonatos; raíces finas y medias abundantes; contenido medio materia orgánica (1,99%); permeabilidad moderada; límite horizonte claro.

• A13 (42 a 62 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción neutra (pH: 7,0); color en seco: 10 YR 5/3, color en húmedo: 10 YR 3/3; ausencia de carbonatos; escasa presencia de raíces finas; contenido medio de materia orgánica (2,15%); permeabilidad moderada; límite de horizonte difuso.

• A14 (62 a 90 cm) Textura: Franco arcilloso; estructura bloques subangulares, finos, moderados; consistencia en húmedo: friable; reacción: ligeramente ácida (pH: 6,8); color en seco: 10 YR 3/3; color en húmedo: 10 YR 4/4; ausencia de carbonatos; bajo contenido de materia orgánica (1,64%); permeabilidad moderada; límite de horizonte claro.

• Bw (90 a 110 cm) Textura: Franco arcillo limoso; estructura: bloque subangulares, medios, moderados; consistencia en húmedo: friable; reacción: ligeramente alcalina (pH: 7,2); color en seco: 10 YR 6/2; color en húmedo: 10 YR 4/3; trazas de carbonatos; contenido medio de manera orgánica (2,15%); permeabilidad moderada.

El análisis físico-químico del perfil del suelo de la taqana precolombina, presenta textura media, pH neutro, sin presencia de carbonatos en todo el perfil, alto contenido de materia orgánica y nitrógeno en el horizonte superior, disminuyendo en profundidad, contenido medio a bajo de fósforo y potasio, un valor medio de CIC en todo el perfil; el suelo se califica como de media a alta fertilidad. Se verifica que el horizonte superior de la terraza, presenta características físico-químicas similares al suelo in situ de la ladera, lo que muestra que no es material transportado y que, por el contrario, los pobladores precolombinos preservaron y cuidaron sus suelos.

219 9.4.2. Caracterización del sistema hidráulico precolombino de Cohoni

Las comunidades del cantón de Cohoni, perteneciente a la primera sección de Palca, provincia Murillo, departamento de La Paz, herederas notables de una “Sociedad hidráulica precolombina”, están asentadas en laderas de pendiente pronunciada de la cordillera Oriental de los Andes, en las estribaciones del nevado Illimani; sus antiguos pobladores dependían por completo del riego para producir el alimento necesario para el mantenimiento de la población. Las evidencias de campo demuestran que se convirtieron en expertos ingenieros hidráulicos, capaces de diseñar con gran precisión obras de toma, reservorios, qótas, qotañas, terrazas o taqanas, trazado de canales y de construirlos con una eficiencia digna de admiración. Hacer fluir el agua hacia abajo podría parecer la cosa más fácil del mundo, pero cuando un caudal respetable de más de 140 lts/segundo debe ser transportado por canales rústicos desde las fuentes de deshielos del nevado Illimani, ubicado a más de 50 km de los campos de terrazas agrícolas cultivadas bajo riego, se convierte en una tarea difícil. Éste era esencialmente el problema con el que se enfrentaban los antiguos “ingenieros” de los Andes particularmente los “ingenieros hidráulicos” de Cohoni. Observaciones de campo permiten aseverar que los antiguos pobladores de Cohoni necesitaban todos los conocimientos técnicos a su alcance, porque su entorno se transformaba de modo amenazador para la duración de los canales, por las fuertes pendientes en las que realizaban su agricultura; hoy en día el sistema todavía es utilizando, pero presenta una serie de problemas de filtraciones, derrumbes y la destrucción de amplios tramos de canales. Asombra la maestría de los comunitarios actuales de Cohoni para manejar el agua y realizar el riego en la modalidad de “composturas” en terrazas precolombinas, utilizando una tecnología de riego que se pensaba sólo se practicaba en otras zonas de los países andinos caso Perú y Ecuador. El impresionante sistema hidráulico de Cohoni, presenta restos de estructuras de relleno y acueductos para salvar las quebradas, cárcavas y deslizamientos

220 abiertos por la erosión, así como taqanas y puentes para conducir fácilmente el agua a través de canales, por laderas empinadas y muy accidentadas. La localización de las numerosas compuertas y viaductos precolombinos, en la red física y los puntos de control actuales, ayudan a entender las reglas de distribución del agua, cuyo uso es, fundamentalmente, para la producción agrícola en terrazas agrícolas bajo riego, ubicadas en las partes intermedias de montañas escarpadas, donde se cultiva papa, maíz, calabazas, alfalfa, frutales, cereales y hortalizas. Las comunidades usuarias del sistema hidráulico de Cohoni todavía utilizan estrategias ancestrales para el ordenamiento de uso, calendarios astronómicos y tecnologías tradicionales para organizar la producción, en función de la disponibilidad del agua y de las características socio-espaciales de las comunidades. La mujer juega un rol importante en el riego parcelario, se encarga de ir a la toma del canal principal que transporta el agua de los deshielos a las terrazas agrícolas, encargándose de rodear todo el tramo del canal, en una longitud de más de 10 km y en laderas empinadas, cuidando que el agua no se pierda, reparando los daños menores del canal; cierra la compuerta cuando observa la señal de humo en su parcela, lo que indica que el esposo y la familia han concluido con el riego de sus terrazas agrícolas. (Molina, 2001). El sistema hidráulico de Cohoni está conformado por una red intrincada pero ordenada de acequias sencillas y canales que, a manera de las venas del sistema circulatorio sanguíneo, se entrecruzan y alimentan sistemáticamente, permitiendo el riego de grandes extensiones de terrazas agrícolas. Existen filtraciones y ramificaciones que se desprenden a manera de desagües de los canales principales, que se unen a otros canales aguas abajo, donde son utilizadas para consumo humano y riego, mucha de la humedad aparece en la parte baja como filtraciones y ojos de agua; este fenómeno explica la humedad de los suelos de la comunidad Tahuapalca, así como la formación de su microclima especial. En la actualidad, el riego parcelario es realizado por hombres y mujeres, con una maestría que demuestra que los regantes tienen un amplio conocimiento de las técnicas de riego que sin duda tiene sus orígenes en las culturas precolombinas (gráfico 18).

221 El riego parcelario se realiza en horas de la noche o por la madrugada; en el siguiente cuadro se presentan las principales características del riego parcelario de Cohoni. Cuadro 18: Características del riego parcelario

PERÍODO FORMA FORMA FRECUENCIA DURACIÓN RESPONSABLES/ CULTIVOS DE DE DE DE DEL HERRAMIENTAS CULTIVO SIEMBRA RIEGO RIEGO RIEGO

0.30 m Papa entre En Haba Junio y plantas; La familia composturas 1 vez al mes 2 horas Maíz octubre 0.40 m Picotas y palas y por surcos entre surcos 0.30 m Dos veces entre Tomate al año plantas; Por surcos y 2 veces por La familia Lechuga enero- 0.80 a 1 hora camellones semana Picotas y palas Vainita febrero 0.40 m mayo-junio entre surcos Una vez 2.50 m Durazno año al En fosas y 1 vez por La familia entre 2 horas Ciruelos febrero- por surcos semana Picotas y palas plantas marzo

222 Gráfica 18: El sistema hidráulico precolombino de Cohoni 2 2 3 a) Tomas de captación y caudales

El trabajo de campo, en la zona de deshiele del nevado Illimani que forma el sistema hidráulico precolombino de Cohoni, ha permitido identificar cinco subsistemas ancestrales de riego que tienen su inicio en las tomas precolombinas ubicadas en la zona de deshielo.

• T´ojra. Es una zona bastante representativa de la “Crianza ancestral del agua”, conformada por numerosos regueros que a manera de pequeñas surcos, conducen el agua de los deshielos a una q´ota o reservorio precolombino, ubicado en una depresión natural de las faldas del Illimani; cuenta con un original sistema de aducción de agua que consiste en un canal cortado en una roca, cuyo caudal es regulado por piedras acomodadas en la garganta del reservorio; el sistema se completa con una segunda q´ota o reservorio contiguo al primero, conectados entre sí por un sifón natural que tiene por función recolectar los excedentes de agua de la primera q´ota, contando con un sistema de salida de agua, en forma de un canal subterráneo empedrado, que a manera de una galería filtrante posibilita la salida del agua 300 metros más abajo, en forma de un manantial que alimenta a los canales que riegan las terrazas de las comunidades de Tanimpata, Pucaya y Huarimutuaya (gráfico 19). • Puente Roto. Es una toma que sirve a las comunidades de los tres ayllus de Tiwanaku en el mismo pueblo de Cohoni. La historia oral refiere que un ayllu fue enterrado por la mina y que antiguamente se contaba con cuatro ayllus, característicos de las culturas andinas. • Jalancha. Está conformado por una caída de agua que forma el río del mismo nombre, las aguas de esta vertiente facilitan el riego en las comunidades de Jalancha, Khapi, Challasirca, La Granja, Cebollullo y Tahuapalca, Chañurani, Cachapaya, Pucarani y Luquicachi. • Mina Urania. Es una fuente de agua que sale de la boca de la mina del mismo nombre y que está en actual explotación; riega las terrazas agrícolas de las comunidades de Yariachi y Cachapaya, los comunarios se quejan por la contaminación que producen esta agua en sus campos. 224 • Misa K´ala. Es una toma de significado místico-religioso, es el lugar donde encuentra la piedra del ritual del agua; esta fuente abastece a las comuni- dades de Mutuaya y Atahuallani.

En todos los casos, en época de congelamiento, el caudal disminuye hasta en un 85%, coincidiendo con la llamada época seca, causando un déficit hídrico que impide la producción de nuevas cosechas y afecta incluso a la dotación de agua para consumo humano. De modo general, el caudal de los canales de riego, en la estación de inicio de los deshielos, medido en el ingreso a los campos de terrazas que abastecen a las comunidades más representativas de Cohoni, se presenta en el siguiente cuadro.

Cuadro 19: Caudal de los canales precolombinos

Nº CANAL CAUDAL l/segundo

1 Canal Tiwanacu 160 l/seg. 2 Canal Pucaya 140 l/seg. 3 Canal Huarimutuaya 160 l/seg. 4 Canal Caimbaya 60 l/seg 5 Canal Yaricachi 60 l/seg. 6 Canal Lukikachi 160 l/seg 7 Canal Tanimpata 40 l/seg. 8 Canal Mutuaya 130 l/seg b) Pecularidades de las tomas y canales precolombinos

Para los antiguos pobladores de Cohoni, no se trataba de capturar o represar el agua, tal como ocurre con los sistemas modernos de riego, que se basan necesariamente en la construcción de presas que incluyen sofisticados sistemas de tuberías y llaves para garantizar la eficiencia del manejo del agua. Los ingenieros de Cohoni partieron del hecho de que el agua es un ser vivo al que hay que criar, en la actualidad los pobladores hablan de la crianza del agua, por lo que cada volumen de agua es cosechada del modo más natural posible, con medidas de encauzamiento a regueros y zanjas de conducción.

225 Los canales precolombinos no guardan relación con las recomendaciones de los métodos convencionales y modernos de riego. Los canales principales de origen precolombino, en la toma son angostos y pequeños, y a medida que se alejan de las q´otas y qotañas, van recibiendo volúmenes de carga de numerosas fuentes de agua, que hacen que los canales se vayan ensanchando y profundizando, presentando dimensiones amplias en el sector de ingreso a las parcelas de riego, observándose la maestría en el riego parcelario por parte de actuales pobladores de Cohoni. En los seguimientos de campo a nivel de parcela se puso en evidencia, que la erosión debida al riego es menor a la esperada, aún cuando la agricultura se realiza en laderas muy empinadas, en razón de que el sistema hidráulico precolombino de Cohoni está asociado al sistema de las impresionantes terrazas agrícolas en uso actual.

Gráfico 19: Sistema hidráulico de Cohoni y ubicación de tomas de riego

226 c) Confrontación cultural hidráulica ancestral vs. la actual

Los primeros en aproximarse a Cohoni fueron algunos meritorios cientistas sociales, pero sus apreciaciones no fueron compartidas con los técnicos de ins- tituciones estatales y privadas de desarrollo, ni menos con los comunarios. Ésta situación generó que los técnicos planteen que el problema del riego es solo falta de agua por la ineficiencia de conducción y que los productores campesi- nos sigan utilizando el agua que disponen de la mejor manera posible en sus parcelas y territorios. La faceta real del problema, difícilmente aparecía en las solicitudes de apoyo formuladas por la misma comunidad, porque resulta más fácil evaluar las can- tidades de cemento y trabajo que requiere el mantenimiento de un canal o la re- construcción de un reservorio, que realizar una “aprehensión” de su realidad de modo participativo, que incluya aspectos culturales, sociales, económicos y téc- nicos. El punto de partida de los organismos de desarrollo frente a la demanda de los agricultores, es insuficiente para definir una forma de intervención capaz de resolver los problemas reales. Aún cuando los comunarios manejan su irriga- ción y perciben bien los problemas, ellos sólo plantean a veces lo que suponen que les interesa a sus interlocutores. Como la producción agrícola se orienta hacia los mercados de la metrópoli de La Paz, la comunidad ha definido que frente a esta demanda, es necesario in- crementar los volúmenes de agua de los deshielos rehabilitando los reservorios precolombinos de las alturas, las q´otas y qotañas ubicadas en los campos de cultivos e interconectados a la red hidráulica y la rehabilitación de taqanas y te- rrazas actualmente abandonadas. d) La fiesta del agua

El sistema de crianza y acceso tradicional al agua en Cohoni, alcanza su máxima expresión simbólica en la celebración de la Fiesta del Agua en el mes de

227 agosto; en esta fiesta participativa se manifiesta la gran riqueza de la vida comunal en todos sus niveles: social, económico e ideológico. La fiesta del agua se presenta como un complejo y muy elaborado ritual de ceremonias, que se viene celebrando cuidadosamente desde tiempos inmemoriales y constituye en cada celebración una nueva oportunidad para estrechar los vínculos que unen a los comunitarios con sus divinidades y antepasados, identificados en lugares sagrados. En esta costumbre primero se efectúa una wajta preparada por un yatiri de la comunidad. El acto consiste en brindar una “mesa” al achachila del Illimani de cuyos deshielos mana el agua de la vida. La limpieza de las acequias es organizada por el Secretario General, cada jefe de familia lleva consigo una picota o pala, los jóvenes se organizan con un grupo de música, los niños llevan banderas de Bolivia y blancas. El Secretario de Agricultura disfraza a la ahuila que también es un joven disfrazado de mujer y se fabrica una tejeta (muñeco de trapo), que simboliza la fecundidad. En esta festividad simbólica se resalta cierta pureza de las costumbres que aún se mantienen vigentes a pesar de todos los cambios sociales, económicos, políticos y culturales que han experimentado las comunidades en los últimos años.

228 TESTIMONIO FOTOGRÁFICO - COHONI (VALLES INTERANDINOS)

Modalidad de terrazas mixtas vivienda y cultivo en Cohoni.

Estudio edafológico de terrazas ancestrales.

Terrazas ancestrales en uso zona Chullpaloma en Cohoni.

229 Sistema Hidráulico y terrazas agrícolas de Cohoni, que dependen de los deshielos del nevado Illimani.

230 9.5. Causas del abandono y destrucción de quillas y taqanas en Yanacachi y Cohoni

Los principales factores causales del abandono y destrucción de las taqanas y quillas de las zonas de estudio, Yanacachi y Cohoni, son los siguientes:

9.5.1. Factores naturales

Están relacionados con los cambios que acontecen en el paisaje, como consecuencia de los procesos geodinámicos internos y externos propios de la corteza terrestre. Por ejemplo, movimientos sísmicos, deslizamientos y otros procesos erosivos, como las mazamorras y torrenteras; tampoco se descarta probables cambios climáticos, a pesar de las discrepancias que puedan existir en cuanto a su época de ocurrencia. La parte andina de Bolivia, se encuentra sujeta a una actividad sísmica que por sus propias características modela el paisaje natural, a la vez que destruye las obras artificiales construidas por el hombre. En el ámbito de la Cordillera Oriental, el servicio geológico de los Estados Unidos de Norte América, ha reportado un total de 501 sismos de magnitud variable entre 5 y más de 6,6 grados de la escala de Ritcher, en un lapso de tiempo comprendido entre los años 1964 a 2004. En el medio rural los efectos de los sismos son generalmente menos apreciables que en el medio urbano, pero en el caso de la infraestructura agrícola como las taqanas, quillas, qotañas y canales de riego se suelen producir deslizamientos y desestabilización de los muros de piedra. En épocas precolombinas, estos daños eran reparados rápidamente en días o semanas, sin embargo en épocas recientes, la reparación no se realiza en forma sistemática, ni en el área estudiada, ni en la región andina en general, y los efectos de tales sismos han quedado en la memoria de los pobladores y han sido registrados en la presente investigación. Aunque en la zona de Sud Yungas en Cohoni no existen registros oficiales, los efectos de los sismos quedaron en la memoria colectiva de los pobladores,

23Ȝ refieren que hace 30 años se presentó un movimiento sísmico muy fuerte y otro que se repitió el año 1983 con la misma intensidad que el primero, que desestabilizó a la montaña que da al río Huancani, parte de la cual se derrumbó, causando la destrucción de extensas áreas de quillas y taqanas en muchas comunidades, particulamente en Mokori e Hilumaya.

9.5.2. Factores antrópicos

Son aquellos relacionados con las actividades que realiza el propio hombre, dentro de un complejo marco económico, social, político y cultural, sin dejar de lado las políticas de los gobiernos a través de la historia, los cambios de los patrones de cultivo y la migración de la población, que constituyen las características inherentes a esta problemática. El proceso de destrucción empezó con la llegada de los conquistadores españoles, que iniciaron también un proceso de reducción de la población indígena; en la época republicana el sistema de haciendas con los llamados patrones, incidió directamente en la gravedad de este proceso, y sólo en algunos casos se realizó la construcción de quillas nuevas para el cultivo de coca, lamentablemente la hoja de coca fue y es utilizada para la fabricación de alcaloides, lo que generó una represión a su cultivo, con el abandono sistemático de grandes superficies de quillas. Otros aspectos que contribuyeron con la destrucción de la infraestructura de taqanas y quillas, son las prácticas indiscriminadas del chaqueo y la agricultura migratoria, así como la introducción del ganado exótico representado principalmente por equinos, asnos, vacunos, porcinos y caprinos; especialmente los primeros que por sus hábitos de alimentación, muy devastadores, se asentaron en las laderas empinadas y, en la actualidad, caballos y asnos, pastorean libremente en áreas de quillas abandonadas, agravando el estado de conservación de las taqanas y quillas y del suelo en general. En las laderas de la comunidad Quisno, se observan destrozos de los muros de quillas ancestrales, provocados por los animales de carga (mulas) que pastorean libremente.

23ȝ 9.5.3. Migración definitiva y temporal

La migración es un fenómeno social importante que viene acentuándose en las últimas décadas en Bolivia. En las comunidades de la tercera sección de Sud Yungas: Ticuniri, Villa Aspiazu, Hilumaya, Suiqui Milamilani, Chaco, Pichu y Quisno, éste movimiento se origina por la existencia de medios y recursos limitados y deficientes, los mismos que son explotados por la mayoría en forma tradicional; también a las escasas tierras habilitadas caracterizadas por una propiedad de fragmentación parcelaría constante y al abandono de las tecnologías e infraestructuras productivas precolombinas. La progresiva descapitalización y marginamiento de la economía campesina de la zona, sumándose a ello el tipo de suelo con serios problemas de fertilidad y erosión, la falta de vías de comunicación como puentes peatonales y carreteras, restringen las oportunidades de una mayor producción, de ocupación de mano de obra y mayores ingresos económicos; todo ello repercute en la tasa de migración, que en algunos casos se constituye en la única alternativa que tiene el comunario para obtener algún tipo de remuneración para subsistir y paliar sus múltiples necesidades. La migración definitiva constituye la reproducción de la fuerza de trabajo no calificada que se acrecienta cada vez más en las ciudades del país y de otros países vecinos caso Argentina y Brasil. De acuerdo a los resultados de la encuesta, los comunarios y sus familias migran a centros urbanos donde demandan fuerza de trabajo, así como también a departamentos y provincias que han desarrollado una agricultura de tipo capitalista, sumándose a esto algunas familias que migraron definitivamente a valles agrícolas de Chile y la Argentina. La migración temporal o estacional, generalmente la realizan los jefes de familia y en menor proporción las mujeres, con la finalidad de encontrar nuevas fuentes de trabajo por determinados períodos de tiempo, desde una semana a varios meses o por años, en función al calendario agrícola, y también a los fenómenos climáticos, relacionados con altas precipitaciones y en otros a la disposición del tiempo en la utilización de la mano de obra para las labores

23Ȟ agrícolas. En su mayoría, los migrantes temporales no poseen mucha tierra de producción y dejan sus tierras para ser trabajadas por sus familiares, porque al retornar al medio originario, éstos continúan apegados al cultivo de sus tierras. En el caso de Cohoni se presentan tres clases de migración: migración definitiva, migración temporal y migración “golondrina”, esta última se caracteriza por la movilización a otras comunidades donde se requiere mayor mano de obra para las labores agrícolas.

9.5.4. Problemas de tenencia de la tierra

Estos problemas están relacionados con el minifundio, tal como se verifica en los Yungas. Esto se complica porque los propietarios de las mayores extensiones de tierra en las zonas de estudio, no viven en las comunidades y prohíben el trabajo en sus propiedades a los escasos pobladores que permanecen en la comunidad; los dueños de las mayores extensiones de tierra sólo retornan para las festividades y de vacaciones.

9.5.5. Cambio de patrones de cultivo

La necesidad de producir para el mercado, está ocasionando un desplazamiento de los cultivos tradicionales, lo que a su vez está generando un desmantelamiento de las terrazas prehispánicas.

9.5.6. Presencia de malezas altamente agresivas

Un factor que coadyuva a la destrucción de las quillas y taqanas en la zona de los Yungas, es la presencia exuberante del pasto gordura (Melinis minutiflora) que por sus características de maleza de alta competencia por agua y nutrientes, aniquila sistemáticamente a la plantación de cocales; los comunarios de mayor edad sospechan que la introducción del pasto gordura a la zona habría sido para destruir los cultivares de coca.

23ȟ 10. Aprendizajes de experiencias en rehabilitación y construcción de terrazas

En el país existen limitadas pero valiosas experiencias de reconstrucción de terrazas de origen precolombino, si bien estos trabajos son puntuales, representan avances en una temática que se hace necesaria abordar con todos los recursos metodológicos y técnicos necesarios. Algunos proyectos del Estado, caso PROMARENA y, sobre todo, organizaciones privadas de desarrollo, llevan a cabo programas de reconstrucción y construcción de terrazas agrícolas; las universidades y centros de investigación del país, caso de la Universidad Católica Boliviana con sus Unidades Académicas Rurales, UMSA, EMI y el CIDAT en La Paz, AGRUCO de la UMSS en Cochabamba, Universidad Tomás Frías de Potosí y la Universidad San Francisco Javier de Chuquisaca, entre otras instituciones, están generando información mediante investigaciones y tesis, sobre la viabilidad de incorporar estas infraestructuras conservacionistas a los actuales sistemas de producción. Como un aporte al aprendizaje de experiencias, se cita información de proyectos que han difundido sus resultados y que permiten establecer las posibilidades de un Programa Nacional de rehabilitación de terrazas.

10.1. Experiencias en reconstrucción de taqanas precolombinas a) El caso Kollasuyo y Yumani – Wiñaymarka

Wiñaymarka (1994) reporta que las comunidades de Yumani y Kollasuyo fueron las beneficiarias del proyecto de rehabilitación de taqanas de la península de Copacabana y de la Isla del Sol. En las laderas de los cerros de estas zonas, existes taqanas precolombinas en proceso de destrucción, por los efectos erosivos del viento y la lluvia además del abandono al que fueron relegadas como consecuencia de la quiebra cultural inducida por la conquista. La experiencia de rehabilitación de taqanas, arrojó un impacto positivo y buena

23Ƞ aceptación por parte de los comunarios, sin embargo también se presentaron limitaciones que impidieron una mejor actividad. Los logros en la rehabilitación de la superficie de taqanas en estas dos comunidades son los siguientes, comunidad de Kollasuyo: rehabilitación de 1.43 hectáreas de taqanas con trabajo familiar y 0.24 hectáreas de taqanas con trabajo comunal. Comunidad de Yumani, rehabilitación de 2.98 hectáreas de taqanas con trabajo familiar. Las limitaciones presentadas están referidas al abandono de este sistema de cultivo por un largo período y el cambio de costumbre en el trabajo agrícola por otros sistemas que demandan menor esfuerzo, determinando, en última instancia, que los agricultores muestren desconocimiento y desconfianza en las ventajas de esta tecnología. Un problema frecuente fue la falta de materiales locales, piedra y cascajo durante la ejecución de los trabajos, causada por la movilización y erosión del material original, además de la extracción de las piedras de los muros de contención de las taqanas precolombinas para la construcción de cimientos de las viviendas y muro de delimitación de las parcelas. A esto se suma en gran medida la pérdida del espíritu de trabajo comunal con el consecuente retraso en el avance de las obras de rehabilitación. b) El caso PROMARENA

El Proyecto de Manejo de Recursos Naturales (2008), bajo tuición del Ministerio de Planificación, desde el año 2005 a 200Ȥ, propició en su Componente de Manejo de Recursos Naturales la reconstrucción de terrazas precolombinas por las propias comunidades de los municipios de Charazani, Curva, Aucapata, Ayata, Chuma, Mocomoco, Pelechuco, con una metodología de movilización de capacidades locales, basada en concursos comunales y familiares, donde los miembros de la comunidad trabajan por ellos y para ellos mismos y, dependiendo de la calidad y cantidad de las terrazas rehabilitadas, reciben un incentivo económico proveniente de fondos públicos. Los logros: Se rehabilitaron cerca de 102 hectáreas de terrazas precolombinas, además de la construcción de aproximadamente 122,3

23ȡ hectáreas de terrazas nuevas y 84 has de formación lenta, en comunidades de su área de acción del departamento de La Paz, sin incluir aquellas terrazas rehabilitadas y/o construidas por el efecto multiplicador, que triplican esta cantidad. Esta dinámica se presentó en las comunidades del cantón Amarete del municipio Charazani y en las comunidades del municipio de Curva. Las limitaciones: La falta de agua para riego y el cambio notorio de la frecuencia y estacionalidad de las lluvias producto del cambio climático, genera cierta inseguridad, sobre todo en aquellas comunidades que no reciben capacitación y asistencia técnica, para una rehabilitación masiva de las terrazas abandonadas y en descanso.

10.1.1.Metodología de reconstrucción de terrazas precolombinas

Inicialmente, la reconstrucción de terrazas precolombinas o taqanas, tiene que constituirse en un trabajo que necesariamente debe ser identificado, generado, planificado y ejecutado por la propia comunidad campesina, con asesoramiento externo. De ninguna manera debe ser una actividad impuesta, sólo así se garantizará que esta labor comunal se convierta en una experiencia masiva, que permita incrementar la producción de alimentos y realizar una experimentación agrícola comunitaria para implementar un Centro de Capacitación para la rehabilitación de los sistemas de taqanas abandonadas constituyendo un referente de validación de la tecnología andino-amazónica. La mano de obra necesaria para la reconstrucción de taqanas precolombinas, está en función del grado de deterioro que presenta, lo que significa la realización de un cuidadoso trabajo previo para evitar su total derrumbamiento y destrucción. El trabajo requiere de varias etapas, los comunarios, debidamente organizados, deben realizar faenas de trabajo, inclusive durante los fines de semana y feriados, así mismo, se requiere la participación de los miembros de la comunidad ya sea formando grupos familiares pequeños o grupos colectivos, siendo necesaria la organización y planificación en la asamblea general de la comunidad, para conformación de grupos de trabajo y la asignación de responsabilidades y tareas concretas.

23Ȣ 10.1.2. Técnica de reconstrucción de taqanas y quillas

Tomando en cuenta las experiencias de rehabilitación de taqanas en las comunidades de Yanacachi de la tercera sección de Sud Yungas, Cohoni de la primera sección de la provincia Murillo, Amarete del municipio Charazani, Curva, Aucapata y San Pedro, se sistematiza la tecnología de reconstrucción de taqanas y quillas:

1. Remoción a mano de bloques y piedras provenientes de muros destruidos de taqanas o quillas superiores, materiales que se encuentran diseminados sobre las plataformas derruidas; haciendo uso del barreno o barreta se extraen las piedras angulares y subangulares enterradas, separándolas por tamaños y acumulándolas en los bordes.

2.Se procede a desmontar los restos del muro anterior que presenten signos de inestabilidad, limpieza de gravas y tierra hasta descubrir los antiguos cimientos; esta sección en las taqanas está constituida por grandes bloques.

3.Se levanta la nueva pared o muro con las piedras recolectadas anteriormente, estableciendo los estribos de refuerzo, escogiendo las piedras angulares de mayor tamaño que en lo posible encajen perfectamente con las inferiores; el acarreo de las piedras se realiza, en unos casos por gravedad por el talud de tierra de los muros y en otros con el uso de las andadillas, disponiendo ordenadamente las piedras en capas o hileras en el borde del muro en reconstrucción.

4.El vacío que queda entre el talud de tierra y la primera hilera de piedras, se rellena con gravas, guijarros y piedras chicas hasta alcanzar el mismo nivel.

5.Seguidamente se vuelve a disponer otra capa de piedras, siempre buscando un buen amarre; para el alineamiento e inclinación del talud se hace uso del cordel y, a golpe de combo, se estabiliza y se da la dirección conveniente a las piedras.

23ȣ 6.Sobre esta hilera se dispone nuevamente otra capa de piedras y así sucesi- vamente hasta que las brechas del muro sean reparadas en su totalidad.

7. Finalmente, se procede a la nivelación de la plataforma de cultivo, moviendo la tierra con el uso de la chaquitaclla o huiso; de esta manera la terraza o ta- qana queda lista para las labores de labranza.

8. Si se cuenta con agua, el primer riego en las taqanas se aplica con mucho cuidado, para evitar la sobresaturación, la inundación y que se produzcan filtraciones y derrumbes.

10.1.3. Materiales requeridos

10.1.3.1. Herramientas

El empleo de herramientas en la ejecución de cualquier obra, determina el nivel de desarrollo de los pueblos. La importancia de los instrumentos de labor en cualquier actividad, especialmente en la reconstrucción de las taqanas,se manifiesta como una extensión de la capacidad de maniobra del hombre andino, que le permita una mayor eficiencia, más allá de su capacidad física. Las familias campesinas dedicadas a la actividad agrícola tienen una variedad de herramientas para la agricultura, algunas de origen precolombino, que se siguen utilizando y otras de tipo moderno de fabricación industrial que se vienen imponiendo en detrimento de las primeras que van desapareciendo paulatinamente. a) Herramientas tradicionales

• Chaquitaklla, t’aklla – Huiso Es una herramienta de origen milenario, los cronistas hacen referencia constante a su existencia, su construcción está hecha en base a un madero extraído de un árbol llamado q’olli o aliso, en el que una vez secado al sol, se

23Ȥ coloca la reja conjuntamente con la cinta de cuero de camélidos que se envuelve alrededor del palo logrando formar la tak’lla. La tak´lla es producto de un desarrollo tecnológico autóctono y todavía se utiliza en las comunidades originarias altoandinas. En el pasado llegaron a fabricar grandes cantidades de tak’llas de diversos tamaños. Sus funciones son diversas, pero fundamentalmente se utiliza para la roturación de la tierra, para la extracción de piedras y como apoyo para ayudar a sostener el peso de las rocas durante la construcción de las taqanas. Chilon, E. (1994) señala que el poblador de los valles interandinos y del altiplano, desde tiempos precolombinos, utilizaba como herramienta de labranza la tak´lla o chaquitaklla, que a manera de un arado de pie, permitía el movimiento del suelo, manteniendo y conservando los agregados del suelo (estructura) en su forma natural. Esta herramienta conservacionista evita la erosión pronunciada del suelo, porque limita su remoción a una labranza mínima, manteniendo una buena agregación de los terrones, al mismo tiempo facilita una mejor infiltración del agua, disminuyendo la evaporación del agua capilar del suelo, además, por tratarse de un instrumento sencillo, resulta muy útil para el trabajo en laderas con pendientes medias a fuertes. El uso de esta herramienta contribuye a los lazos sociales, por el trabajo compartido y el laboreo de terrenos ubicados a grandes distancias, así mismo, estos instrumentos de origen mágico espiritual, expresan la concepción armónica de la relación respetuosa al penetrar en la tierra simbolizando un acto de amor sensual para procrear la simiente que se deposita en ella. El hombre andino con la creación de estos instrumentos sólo es un mediador que facilita esta relación (gráfico 20).

• La liuq’ana

Es otra de las herramientas andinas que consiste en un pequeño palo recto que termina en una curva de 35º aproximadamente, donde se coloca y amarra la reja con una cinta de cuero de llama o de oveja. La liuq’ana es utilizada por la población andina para sus faenas agrícola, especialmente en labores de

2ȟț extracción de los cultivos (papas, ocas, ollucos, etc.), también es útil en la rehabilitación de taqanas, especialmente para la separación y clasificación de piedras y cascajo de relleno (gráfico 20).

• Kupaña La kupaña, llamada también huactana (desterronador), es una herramienta andina utilizada para romper los terrones grandes del suelo, posibilitando su desmenuzación para dejar bien mullido el suelo después de la roturación. Es utilizado en la época de las siembras, además de ser útil en la reconstrucción de las taqanas. En cuanto a su estructura, consta de un madero de un metro de longitud, con un diámetro de 4 cm en su parte final y 8 cm en su cabezal donde lleva una punta de hierro pesado o se amarra una piedra grande para el rompimiento de los terrones.

• Andadilla Es una especie de transportador de rocas y tierra, constituido por dos maderos, que sostienen a una tela de lana gruesa que sirve como base para trasladar los materiales y es operado por dos comunarios.

• El nivel en “A” Es un instrumento de fácil construcción que permite el trazado de curvas a nivel, para la nivelación de la superficie de cultivo de las taqanas, para establecer el talud o inclinación de los muros de piedra, para la construcción de zanjas de infiltración y canales de riego. Consta de dos maderos delgados de dos metros de largo, un madero delgado de un metro de largo, un cordel o pedazo de hilo, una piedra y un lápiz. Para su construcción se atan o clavan en un extremo los dos maderos largos, el tercer madero se asegura en la mitad de los palos largos de tal manera que forman una “A”. Luego se ata en el extremo superior la pita o cordel y la piedra se ata en el extremo inferior, se calibra y se usa directamente en el campo.

24Ȝ • Instrumentos de nivelación precolombinos Las evidencias históricas demuestran que las culturas andino amazónicas desarrollaron técnicas topográficas sofisticadas; con la intervención de diversas ciencias es posible reconstruir los instrumentos y técnicas de nivelación precolombinos, por ejemplo examinando la cerámica de los museos arqueológicos. Ortlof (1989), reconstruyó un sencillo instrumento topográfico consistente en un cuenco con un agujero en un punto y una figura en cruz en el punto opuesto, tanto en el brazo vertical como en el horizontal de la cruz, se hicieron marcas de graduación y en la cara interna del cuenco, se fijaron tres marcas, que permiten definir una superficie plana paralela a un tubo hueco de observación, cuando el tubo atraviesa el agujero y el centro de la cruz.

Gráfico 20: Herramientas de origen precolombino

Chaquitaklla

liuq’ana Porra de madera

liuq’ana Huiso

Huiso

Lampa

24ȝ b) Herramientas modernas Actualmente las familias de las comunidades, también utilizan herramientas modernas, en combinación con las tradicionales, sobre todo en la construcción de taqanas y quillas.

• Picota Es una herramienta que consta de un palo de un metro de largo, en su base lleva un hierro, plano en uno de sus lados y en el otro una punta afilada. Por lo general es utilizada para el roturamiento de la tierra, para la excavación y extracción de piedras utilizadas en la construcción de taqanas. La picota o azadón es utilizado por todas las familias de casi todas las comunidades andinas en sus diferentes actividades agrícolas y de construcción.

• Pala Es otra herramienta comúnmente empleada por los agricultores y es un instrumento fabricado de metal, tiene forma de cuchara sujeta por un mango de madera de 80 cm, todas las familias tienen esta herramienta para el levantamiento y volteo de la tierra.

• Combo Esta herramienta consta de un cuerpo pesado de metal en forma rectangular que en su parte media lleva introducido un madero de unos 60 cm de largo, que permite el uso por el hombre. Es utilizado para romper y acomodar las piedras, en la construcción del muro de las taqanas.

• Carretilla Es una herramienta de menor uso en las comunidades campesinas, sirve para transportar materiales como tierra, piedras, cascajo y otros de un lugar a otro. Esta herramienta utilizada en la construcción de taqanas facilita el acarreo de materiales por una sola persona.

24Ȟ • Cernidor Esta herramienta es utilizada por las familias campesinas para cernir y separar la tierra y las gravas por tamaños y acondicionar la plataforma de cultivo.

• Rastrillo El rastrillo es utilizado en las actividades agrícolas para la nivelación y emparejamiento de la tierra y para separar el cascajo sobre la superficie del cultivo. Esta herramienta está hecha de hierro fraccionado en forma de dientes doblados y sujeto a un palo largo para manipuleo por el hombre.

• Cordel o lienzo El cordel consta de un hilo grueso manufacturado industrialmente, es utilizado para marcar y delinear desde un punto a otro, tanto el muro de las taqanas, así como la superficie de cultivo en la fase inicial de construcción, y en la culminación de las mismas.

• Barreno o barreta Es una herramienta que se utiliza en las zonas andinas, para la reconstrucción y construcción de taqanas. Es una herramienta de forma lineal, constituida en su totalidad por una barra metálica resistente, presentando uno de sus extremos de forma plana y el otro extremo acabado en punta, es utilizado como palanca para acomodar las piedras en los muros de las taqanas.

• Rocas de diferentes tamaños Se trata de rocas disponibles en la zona, preferentemente de naturaleza ígnea o metamórfica, por ser más resistentes a la meterorización física y química del ambiente, las rocas recomendables para levantar los muros de las taqanas son granito, cuarcita, gneiss, granodiorita, andesita y pizarra.

10.1.3.3. Fuente de energía

Únicamente humana.

24ȟ 10.1.4. Consideraciones para un programa nacional de rehabilitación de terrazas precolombinas

El principal sustento de un futuro programa de rehabilitación de terrazas de origen precolombino es esencialmente socio-cultural, porque tiene que ser propuesto por los propios comunarios para que sean ellos mismos, quienes generen su propio desarrollo, lo cual se espera para un mediano plazo, pues 500 años de impacto social, económico, político y cultural no se puede enmendar o remediar en unos cuantos años. El desarrollo rural del país requiere fundamentalmente de la autoconfianza de las comunidades, dar oportunidad a los técnicos locales y una decidida participación del Estado. En este contexto se debe destacar el interés de la mujer campesina por los proyectos de rehabilitación y construcción de terrazas y el desarrollo de su comunidad en general, tal como se evidenció en el proyecto PROMARENA. Las mujeres campesinas tienen ascendencia, espíritu de colaboración y de trabajo, que es múltiple dentro de la comunidad, porque conjugan tareas domésticas, familiares y de liderazgo con las faenas agropecuarias. Las comunidades tienen que ser los usuarios prioritarios de la rehabilitación de tierras y por lo tanto los beneficiarios directos de la rehabilitación de las terrazas ancestrales. Tienen que tener conciencia de las ventajas que representa la rehabilitación de terrazas y, por lo tanto, deben mostrar interés en que esta tarea sea realizada y, de ninguna manera, esta necesidad debe ser impuesta. También debe tomarse en cuenta consideraciones ecológicas y medio ambientales, sobre todo, las características agroecológicas de los diferentes pisos ecológicos donde se encuentran ubicadas las terrazas precolombinas. Se tiene que tomar en cuenta la influencia de la precipitación, temperatura, evapotranspiración, la orientación respecto al sol, pendiente de la ladera, tipo de suelo y disponibilidad de agua para riego. De acuerdo a las observaciones realizadas en Cohoni las terrazas precolombinas que están en uso presentan un buen estado de conservación y se encuentran en la parte media y baja de la cuenca, distribuidas en laderas desde los 2.400 a los 3.800 msnm. Al presente, todavía subyace en la memoria

24Ƞ colectiva de los comunarios un sistema de clasificación de ecosistemas que el CIDAT está investigando, razón por la cual no se presenta la denominación de zonas de vida convencional, frecuentemente utilizada por otros investigadores. Una consideración importante a tomar en cuenta es de orden económico, si bien por el nivel del presente estudio sólo se ha obtenido información económica preliminar relativa a los costos de rehabilitación de las terrazas, es posible establecer que los mismos serán menores que los que demande la construcción de terrazas nuevas. Los mayores costos residen en la reparación de los muros de piedra y en la reparación y limpieza de los canales de riego, todo ello dependiendo del estado en el que se encuentren estas infraestructuras. Muchas comunidades están capacitadas para proporcionar la dirección técnica y la mano de obra, y con un apoyo externo puntual, pueden habilitar fácilmente las tierras de los sistemas de terrazas precolombinas actualmente abandonadas.

10.2. Aprendizaje de experiencias en construcción de terrazas nuevas

La construcción de terrazas nuevas se basa en el conocimiento popular de esta tecnología ancestral, aquella que es eficaz y orgánica frente a las necesidades del acceso del hombre a la naturaleza. Los comunarios previamente motivados recobran su memoria colectiva de construcción de taqanas y, lo más importante, vuelven a poner en prácticas esos conocimientos técnicos que paulatinamente permiten volver a utilizar las laderas de cerros antes improductivos, mediante la construcción de terrazas agrícolas productivas. a) El caso de ACLO-Potosí

ACLO-Potosí, es una institución privada de desarrollo que trabajó en la microrregión de Potobamba, en Tuero-Saavedra, reporta que los comunarios muestran un interés creciente por los restos de sistemas de terracerías de origen precolombino a los que llaman chullpas o chullpa-tiquis. Los vestigios de sistemas antiguos de cultivos precolombinos abandonados se extienden en laderas empinadas en altitudes que van desde los 2.900 a los 3.500 msnm. En

24ȡ Vila Vila se observa un sistema de terrazas cortas con muros de piedra de 0.40 a 0.60 m de alto, con un ancho de plataforma de cultivo de 1 a 0.80 m. La institución impulsó un programa de manejo y mejoramiento de las bases productivas de la zona, con énfasis en la conservación de los suelos, mediante la construcción de terrazas, aplicando la minka como una forma de trabajo de reciprocidad andina, mediante la cual uno o varios comunarios prestan su trabajo de apoyo a otro, con la condición que éste les devuelva el apoyo en trabajo personal. Logros: Entre los años 1992 y 1995 se ha logrado proteger con terrazas de banco y terrazas de formación lenta 3,71 hectáreas de tierras agrícolas, con la construcción de 2.608,7 metros lineales de muros de piedra. Con el proyecto “Recuperación y estabilización de Bases Productivas” en un período de 6 meses habilitaron 4.2 hectáreas de tierras agrícolas con la construcción de terrazas, en esta superficie se incluye la superficie real recuperada con terrazas de banco y la superficie potencial que se refiere a las tierras habilitadas con terrazas de formación lenta, sumándose a ella, la porción de tierra ubicada en la parte superior de las terrazas de banco. Participaron 81 comunarios, con un promedio de habilitación de 515 m2 de terrazas por usuario, el impacto en términos de superficie agrícola habilitada en un tiempo tan corto alcanza a 173,55 m2 que aproximadamente hacen 17,4 hectáreas. Un 66% de las terrazas nuevas se han construido en suelos agrícolas en descanso, el restante 34% lo fueron en suelos vírgenes denominados localmente suelos purumas.

10.2.1. Metodología de construcción de taqanas nuevas

El paisaje andino-amazónico presenta una topografía sumamente compleja y accidentada, en cualquier lugar y en un mismo paisaje se desarrollan infinidad de unidades fisiográficas y diferentes macro y micropaisajes. Esto significa que no existen grandes extensiones de tierras con pendientes uniformes aptas para la agricultura, sino extensiones reducidas, configurando un verdadero mosaico ecológico con un gran número de microclimas. Sus altitudes varían de los 1.000 a los 4.800 msnm, con pendientes mayores a 45º, constituyendo una topografía

24Ȣ que condiciona sólo la aplicación de cierto tipo de tecnologías. Por ello la comunidad tiene que designar el lugar y un determinado número de hectáreas de tierras de laderas para la construcción de las taqanas.

• Criterios de ubicación del sitio de construcción

La designación del sitio de construcción, tiene que tomar en cuenta ciertos criterios, tales como: - Orientación respecto al sol, que permita una acumulación de radiación e incida en el desarrollo óptimo de los cultivos en las taqanas. - Ubicación del lugar, que sea accesible y que cuente con materiales como piedra y suelos adecuados. - Pendiente, que determina la viabilidad o no de construir taqanas, ciertos lugares muy accidentados no son aptos para la construcción de nuevas taqanas porque su deterioro sería más rápido con el transcurso del tiempo. Los comunarios de las zonas alto andinas, agrupan y tipifican las pendientes de acuerdo a su inclinación y longitud, agrupándolas en cuatro categorías. a) Pendientes de 1 a 15%, baja o moderada, constituida por las parcelas que generalmente contienen terrazas cortas naturales o construidas por el hombre y se ubican en los conos de deyección de las quebradas y en lomadas y llanuras. b) Pendiente de 15 hasta 50%, incluye todas aquellas parcelas ubicadas en las laderas cuya pendiente no es muy pronunciada y los comunarios puede realizar la labranza del suelo, con mediana a alta dificultad. c) Pendientes mayores a 50%, ubicadas en las laderas de montañas muy empinadas, presentando serias dificultan para la labranza, no es posible hacer surcos o curvas de nivel, por ello los aporques se realizan usando únicamente herramientas manuales. Cuando las lluvias son muy intensas estos suelos son afectados por erosión laminar, en surcos y cárcavas. d) Pendientes cercanas y mayores a 100%, que únicamente pueden utilizarse con medidas de conservación de suelos, tales como taqanas y chullpa tirquis, y en casos extremos son lugares destinados sólo como protección y reservas.

24ȣ - Las taqanas técnicamente bien diseñadas y construidas permiten el escurrimiento superficial del agua, evacuando el exceso hídrico hacia otras taqanas. La modificación de la pendiente de las laderas con el terraceo, permite un buen diálogo con el riego o con la lluvia, logrando que el suelo se conserve en buen estado y el microclima mejore y sea más benigno.

10.2.2. Técnica de construcción de taqanas nuevas

Una vez definido el sitio para la construcción de taqanas, elegidos los responsables del trabajo y definidas las tareas específicas, los kamanakas o guías forman grupos de trabajo, en base a criterios de afinidad, parentesco y compadrazgo, dando inicio a las labores de construcción; previamente se realiza el ritual de agradecimiento y ofrenda a la Pachamama.

1. El trabajo se inicia con la excavación y amontonamiento de la piedra y la tierra, tarea que es realizada por el grupo, que además tiene que realizar el desmonte de la pendiente, requiriéndose la participación de los varones mayores de edad; la excavación de la tierra y separación de las piedras, se realiza con una técnica sencilla, que consiste en aflojar la tierra y aflojar las piedras, utilizando herramientas como la chaquitaklla, picota y barreno.

2.Clasificación y separación de las piedras por tamaño, y su traslado al sitio de construcción de los muros, utilizando andadillas y carretillas. Acarreo de la tierra, con participación de comunarios de ambos sexos incluyendo los niños.

3.Construcción del muro, con el trazado del cimiento y la nivelación de la superficie utilizando el nivel en “A”, siendo necesario colocar un hilo guía para la colocación en la base de las piedras más grandes, y luego levantar el muro acomodando las piedras con la ayuda de los barrenos y a golpes de combo se asienta y nivela las piedras, quedando firmemente unas sobre otras, formándose el muro de contención.

24Ȥ 4.Relleno del muro y nivelación de la plataforma de cultivo, se debe rellenar los hoyos que quedan entre el suelo y el muro en construcción con mucho cuidado, incorporando una capa de grava en el fondo, para regular la evacuación de las aguas de lluvias en exceso hacia las capas inferiores de la plataforma de cultivo, evitándose el encharcamiento y saturación de agua, que provocaría la desestabilización y derrumbe de las taqanas.

5.Finalmente se realiza el acondicionamiento de la tierra de cultivo con abono y la nivelación de la plataforma de cultivo; la capa cultivable debe ser de la mejor tierra previamente escogida y libre de materiales gruesos, para que reciba a las semillas y proporcione los nutrientes requeridos para lograr una buena cosecha.

11. Plan de manejo y conservación de taqanas

Las taqanas son estructuras que requieren cuidados y mantenimiento permanente, para conservar sus características y propiedades, de manera que se eviten los riesgos de desestabilización y derrumbes de los muros de contención y se controle la erosión del suelo provocada por lluvias excesivas y por acción antrópica. Es necesario que los miembros de la comunidad asuman el compromiso de participación en los trabajos de mantenimiento y conservación de las taqanas.

11.1. Organización comunal para el mantenimiento de las taqanas

El momento de realizar los trabajos de mantenimiento de las taqanas es definido por acuerdo y decisión comunal, porque es a este nivel que se deciden y coordinan las tareas, así como se definen las qapanas a cultivar en el año. Cada familia asume de modo responsable e independiente el trabajo de limpieza y refacción de los muros, reparación de canales y conductos de drenaje, y el arreglo de la plataforma de las taqanas. Los miembros de la comunidad, saben

2Ƞț por experiencia el modo de realizar el trabajo de mantenimiento de las taqanas y el tiempo que se requiere para ello.

11.2. Distribución del tiempo para el mantenimiento de las taqanas

El calendario para el mantenimiento de las taqanas no es rígido y depende de cada comunidad. Se toma en cuenta la rotación de las qapanas y el estado en que se encuentran las taqanas, porque pueden ser constantemente afectados por factores naturales como lluvias, granizadas, vientos y heladas, y factores antrópicos como el excesivo uso de las terrazas y por los animales que provocan daños y perjuicios tanto en los muros como en la plataforma de cultivo. En el caso de la comunidad de Chacarapi, que cuenta con siete qapanas, se cultiva una qapana por año, por lo que cada qapana queda en descanso por seis años; la siembra en la taqanas de la qapana seleccionada se realiza en los meses de septiembre y octubre y se cosecha entre abril y mayo del siguiente año, paralelamente, en el mes de febrero se realiza el mantenimiento de las taqanas de la qapana a cultivar en la siguiente campaña, con la remoción de la tierra y la extracción de las piedras del suelo, utilizando la chaquitaclla y la refacción de los muros, nivelación de las plataformas y labranza de la tierra conformando surcos entrecruzados y camellones, quedando listos para la siembra que se realiza en septiembre; entre tanto, en los meses de junio y julio se realiza la selección de semillas de oca, papa, papalisa, isaño y papa Luque; en agosto los mayores interpretan los indicadores astronómicos, botánicos y zoológicos y pronostican si las siembras son adelantadas o atrasadas, y presagian en qué sectores de tierras altas o de valle se esperan mejores cosechas y por lo tanto hay que cultivar más. Del 12 al 15 de septiembre se realiza la ceremonia ritual y cultural lu´jchi de pago a la Pachamama, para que se tenga buena cosecha y que las energías cósmicas ayuden a tener un buen año, dándose inicio a las siembras.

25Ȝ 11.3. Períodos de trabajo de mantenimiento de las taqanas

El mantenimiento que se da a las taqanas en la zona andina, considera dos épocas o momentos:

11.3.1.Inicio de la estación de lluvias

Al inicio de la época de lluvias de septiembre a octubre, las familias realizan la refacción del muro de contención, así como la limpieza general; la refacción y limpieza, de las partes caídas del muro se realiza mediante el recojo y devolución a su lugar pero de una forma más segura, permitiendo así una mejor estabilización. Esta actividad se asocia con las labores culturales de preparación del terreno y la siembra, que incluye el desterroneo y mullido del suelo, apareciendo piedras de diferentes tamaños que son recogidas y llevadas hacia el perímetro del muro, para luego ser acomodadas unas sobre otras. Durante el deshierbe, aporques y cosecha se recolectan las piedras provenientes de derrumbes o de daños causados por los animales, se recogen y colocan en el lugar adecuado del muro de contención.

11.3.2. En la época seca

Se puede realizar un mantenimiento constante, porque al ser recolectadas todas las cosechas y dejar en descanso los terrenos, hasta la época de lluvia, se posibilita un reacomodo de toda la estructura. Es recomendable realizar el mantenimiento de las taqanas al finalizar el ciclo agrícola, porque además se cuenta con el tiempo necesario para planificar el arreglo de los sitios dañados durante el ciclo de la producción.

25ȝ Conclusiones

• Las terrazas precolombinas de Bolivia llamadas taqanas, quillas y chullpa- tirquis formaron parte del impresionante sistema de alternativas tecnológi- cas, concebidas para enfrentar los riesgos climáticos y para el manejo y preservación de los suelos de alta montaña. Forman parte de las terrazas más antiguas que fueron construidas en la cordillera de los Andes, constitu- yendo parte de un sistema agroecológico creado y recreado por las culturas andinas y amazónicas en un contexto de relación armoniosa con la natura- leza, posibilitando la preservación del medio ambiente, facilitando el acceso a los diferentes y variados sistemas ecológicos, y garantizando la seguridad y soberanía alimentaria de la población. • Una pregunta que siempre estuvo presente en el trabajo de campo de esta investigación fue ¿Cuál sería el nivel de preparación y de estudios básicos necesarios para diseñar el conjunto de terrazas o taqanas, obras hidráulicas y otras de desarrollo agrícola que se observan en diversas zonas del país, par- ticularmente en Yanacachi y en Cohoni? Resultando difícil establecer que esto fuera posible con el saber científico y técnico actual; mucho más difícil es imaginar que esto fuera posible sin estos conocimientos. • Las culturas andino-amazónicas, sin utilizar fórmulas y modelos hidráulicos, maquinaria, fotografías aéreas, imágenes satelitales, laboratorios, modelos matemáticos convencionales, accedieron racional y ecológicamente a los recursos naturales, construyendo infraestructura productiva en lugares cali- ficados actualmente como inaccesibles o de protección. La importancia de inventariar, recuperar y reconstituir los sistemas de producción de terrazas ancestrales y de otras alternativas tecnológicas de larga data, es igual a las generadas por los sistemas tecnológicos modernos; pero las primeras tienen la gran ventaja de utilizar materiales locales y estar sustentadas por cientos de años de aplicación en diversos agroecosistemas del país. • A nivel nacional, la superficie total de terrazas precolombinas se estima en 650.000 hectáreas, incluyéndose las terrazas en uso actual, las que están en descanso y aquellas abandonadas y en diverso estado de deterioro. La mayor concentración de terrazas ancestrales se localiza en aquellas zonas andino- 25Ȟ amazónicas del país que en el pasado precolombino fueron escenarios de una intensa actividad cultural y productiva. • En el departamento de La Paz es donde se han realizado los mayores estu- dios de reconocimiento, calculándose una superficie de terrazas precolom- binas mayor a las 230.000 hectáreas, de las cuales solo un 25% está en uso, el 75% restante presenta muchas posibilidades para su recuperación y rein- serción al sistema productivo actual. • La actual superficie bajo cultivo del país estimada en 2.374.605 hectáreas que incluye cultivos no industriales e industriales y tierras en descanso, po- dría incrementarse en un 25% si sólo se recuperara el 70% del total de las te- rrazas precolombinas abandonadas en diferentes ecosistemas, con la ventaja de garantizar una sostenibilidad productiva y la preservación de los suelos. • Las terrazas precolombinas del país, presentan una gran heterogeneidad en formas, modalidades de construcción y usos, por lo que para facilitar su es- tudio y sistematización se ha propuesto un sistema de clasificación de te- rrazas precolombinas, que ha permitido la identificación inicial de 38 tipos de terrazas agrícolas. • Un tipo importante de terraza precolombina presente en el país, lo consti- tuyen las quillas, que presentan peculiaridades propias y que fueron utiliza- das ancestralmente para el cultivo de la coca, tienen la forma de escalones cortos y angostos; su modalidad de construcción con muros de rocas lami- nares estables y sólidas, garantizó la conservación de los suelos y el manejo del agua en pendientes muy abruptas. Estas quillas fueron construidas an- cestralmente en extensas áreas de los Yungas del departamento de La Paz. • El área de estudio en los Yungas de La Paz, que abarca las subcuencas de los ríos Unduavi y Takesi en la tercera sección de la provincia Sud Yungas del departamento de La Paz, presenta una superficie cubierta con taqanas y quillas, en uso, en descanso y abandonadas de 4.378 hectáreas de las cuales 714.5 hectáreas corresponden a taqanas y 3.663,5 hectáreas a quillas. De esta superficie están en uso solamente el 15,8% entre taqanas y quillas, correspondiendo a las taqanas el 12,7% (559.5 has) y el restante 3,1% a las quillas que hacen un total de 133.5 has. La mayor superficie de quillas corresponde a aquellas abandonas, que representan el 80,6% equivalente a

25ȟ 3.530 hectáreas; la superficie de taqanas y quillas con posibilidades de recuperación, alcanza a 1.956 hectáreas, correspondiendo 555 hectáreas a taqanas y 1.435 hectáreas a quillas recuperables. • La zona de estudio de los valles interandinos, correspondiente al cantón Co- honi, de la primera sección de Palca, provincia Murillo, departamento de La Paz, presenta una superficie total de terrazas precolombinas de 9.126 hectá- reas, incluyéndose terrazas en uso, en descanso y abandonadas con distinto grado de deterioro, localizadas en cinco subcuencas que conforman el sis- tema hidráulico precolombino del Illimani. De la superficie total, solamente se utiliza el 21% que equivale a 1.923 hectáreas que cuentan con riego del sis- tema hidráulico precolombino que aprovecha los deshielos del Illimani. Las taqanas en descanso y aquellas abandonadas representan el 79% con una su- perficie aproximada de 7.203 hectáreas. Se puede rehabilitar un 53% que equivale a 4.835 hectáreas con lo cual se podría incrementar el área bajo cultivo a 6.758 hectáreas de terrazas agrícolas. • Los pobladores de Cohoni han heredado una concepción cultural muy arraigada que relaciona el culto al agua, su crianza y la disponibilidad de este recurso bajo condiciones de estricta reciprocidad. El sistema hidráulico precolombino aprovecha los deshielos del Illimani y cuenta con cinco subsistemas con tomas ancestrales. Los caudales de riego de los canales oscilan entre 40 a 180 l/seg con tiempos de riego que varían de 4 a 8 horas, así como profundidades de lámina de riego entre 20 y 30 cm en cabecera de surco y 30 a 50 cm al final del surco. La siembra de las terrazas se efectúa en surcos perpendiculares a la pendiente, ordenados en composturas que facilitan el riego de los cultivos. • El abandono y destrucción de las taqanas y quillas, está determinado por factores naturales y por la intervención del hombre. Los primeros están relacionados con los procesos geodinámicos internos y externos propios de la corteza terrestre, que han modelado el paisaje natural a la vez que destruyen las modificaciones artificiales; el hombre con sus actividades socio-económicas y culturales, también es un factor contraproducente, con la práctica indiscriminada del chaqueo y la agricultura migratoria, la introducción de pastos exóticos que devinieron en malezas altamente

25Ƞ agresivas, la introducción de ganado exótico, tenencia de la tierra, los cambios de los patrones de cultivo y la migración definitiva y temporal que en las últimas décadas se acentuó como un fenómeno social alarmante. • En el país se están generando valiosas experiencias de reconstrucción y construcción de terrazas precolombinas, llevadas a cabo por proyectos estatales caso PROMARENA, organizaciones privadas de desarrollo, caso UNITAS, y las universidades del país, que son importantes avances en el proceso de enriquecimiento de los recursos metodológicos y técnicos necesarios, para una aproximación con mayor realismo a las tecnologías andino-amazónicas; especialmente para impulsar un proceso de reha- bilitación de las terrazas precolombinas sobre bases científicas sólidas, para su vigencia en el nuevo escenario de cambio que plantea la realidad del país.

Recomendaciones

• Las posibilidades de incrementar la frontera agrícola actual del país son restringidas, sin embargo la política de incremento de la producción no debiera basarse sólo en el aumento de áreas de cultivo y en la introducción de paquetes tecnológicos generados en latitudes y altitudes diferentes a las del país, sino también en recuperar y utilizar tecnologías andino-amazónicas tales como las terrazas agrícolas, que por siglos se practicaron en diversos agroecosistemas del país. • Es necesario propiciar un programa nacional de recuperación de terrazas precolombinas, que se encargue de inventariar, caracterizar, describir y establecer el estado de su situación; así mismo, que fomente la realización de proyectos regionales de rehabilitación que incorporen proyectos de investigación, de validación, de evaluación, promoción y transferencia de conocimientos y tecnología con la participación plena de las comunidades. • Sobre la base del estudio realizado, se recomienda su proyección hacia otras áreas del país, para profundizar el nivel de estudio de manera de contar con información sobre las características de las terrazas de una determinada zona, su extensión, su estado de conservación y sus posibilidades de recuperación. 25ȡ • Los resultados del presente estudio, sobre todo de las subcuencas de Yanacachi en los Yungas y Cohoni en los valles interandinos, establecen la viabilidad de su rehabilitación, no sólo en estas áreas, sino en todo el país, verificándose que puede constituir una alternativa de interés en relación a la habilitación de tierras para ampliar las áreas productivas, bajo un concepto de sostenibilidad. Es necesario considerar criterios de orden cultural, ecológico, socio-económico y de participación efectiva de los comunarios, tanto en la toma de decisiones sobre la recuperación de las taqanas, quillas y chullpa-tirquis, como en el plan de uso, manejo y mantenimiento de las terrazas. • En muchas zonas con terrazas precolombinas se hace necesario evaluar, inventariar y caracterizar los sistemas hidráulicos que estuvieron asociados a la producción bajo riego en las terrazas, que permitan su rehabilitación, ampliación y mejoramiento. • Se recomienda un estudio económico para establecer los costos reales y los costos sombra de la rehabilitación de las terrazas, también se debe tomar en cuenta no sólo el costo/beneficio económico, sino también el costo/beneficio social y ecológico. • Es necesario que las universidades, los centros de investigación y las organizaciones privadas de desarrollo, apoyen la realización de investigaciones multidisciplinarias orientadas a la recuperación de las terrazas pre-colombinas, así como de sus sistemas de producción: abonamiento, rotación de cultivos, labranza, riego parcelario y otros.

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