Adela Cartas 2.548-630
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200 548. A una novicia – BURDEOS + J.M.J.T. 1 de enero de 1825 A mi muy querida hija de la fidelidad. 2. ¡Oh Jesús, escóndeme en tu corazón! 3. Sí, mi muy querida hija, en este comienzo del año mi corazón te desea todo lo que el corazón de una madre puede desear a una hija querida y querida en las entrañas de Jesucristo. 4. Tiene el Señor grandes miras de perfección sobre ti; creo que te llama a ser una excelente religiosa, pero necesitas mucha fidelidad. El Señor quiere conducirte por ese camino de la fidelidad. Deja pues a otras llegar a ser hijas de oración, hijas de grandes austeridades; tú, sé hija de la fidelidad a la Regla, hija interior, escondida en Dios con Jesucristo, sólo conocida por Dios. 5. Eso es lo que mi corazón te desea, querida hija, durante este nuevo año...Que seas fiel en todo, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes; que te esfuerces en hacer todo bien, pon el sello de la perfección en todo. Creo que eso es lo que Dios te pide. 6. Adiós, querida hija, te abrazo en el Corazón de Jesús circuncidado. Sor María 549. A sor Serafina Robert – TONNEINS + J.M.J.T. 4 del año 1825 ¡Jesús, sé mi todo! Mi muy querida Serafina, 2. Mi corazón ha recibido con agradecimiento tu felicitación de comienzo de año. Acepto sobre todo las estrenas de tu buena voluntad, son las mejores y las más agradables que me puedes dar, las que son más conformes al deseo que tengo de perfección para mis muy queridas hijas. 3. Querida hija, es preciso trabajar con todas tus fuerzas y sin pararte, sin perder un momento. El tiempo es breve y pasa. Apresurémonos pues a trabajar y siempre con nuevo brío. 4. La querida sor Teresa está ahora muy contenta de haber aprovechado el tiempo, porque no va tener ya más. El otro día me encargaba recoger sus cuadernos para quemarlos, pero yo veía en ellos con gran consuelo la constancia de su trabajo: tenía todos sus cuadernos de exámenes y resoluciones en un orden admirable, sus principales faltas escritas para poder recordarlas y humillarse. Confieso que no lo he quemado todo, pensando que algunos cuadernos podían ser motivos de edificación. 5. Querida hija, no dejemos que nuestras hermanas nos superen. Tengamos al menos la ambición de alcanzarlas. 6. Adiós, mi querida hija, ¡valor, constancia y generosidad! Pongamos una honda humildad como cimiento de nuestra empresa y del edificio que queremos construir. Te abrazo en nuestro Señor Jesucristo. Sor María T. 201 550. A sor Luisa María de Portets (novicia) – BURDEOS + J..M.J.T. 5 del año 1825 ¡Jesús, sé para mí Jesús, ahora y en la hora de nuestra muerte! 2. Acudo a mi querida Luisa María para agradecerle los buenos deseos que me ha enviado y para asegurarle a mi vez los míos. 3. He leído con gran consuelo los sentimientos que te embargaban durante el retiro. En ellos descubro la acción de la gracia contigo. Esa gracia quiere salir victoriosa, ¿estás oponiéndote siempre a ella? Déjate vencer, querida hermana, por su amable fuerza. Acaba siendo su conquista. 4. Veo tu pobre corazón siempre oprimido por el peso de tus afectos terrestres. ¡Oh amor divino, invádelo! Apodérate de ese corazón, que va a amarte tanto, si consigue volver hacia ti toda su sensibilidad. 5. Dios te quiere una amante fiel, un alma ardiente; por eso te ha dotado de un corazón tan entrañable y sensible; ¿irás tú a emplear contra Él sus propios dones? Pequeña infiel, pequeña ingrata, ríndete a la suave voz del Esposo celestial. 6. Estoy segura de que tu nuevo Ananías te conviene perfectamente y que, pese a los gritos de la naturaleza, le vas a conceder toda tu confianza y te vas a encontrar bien. Sé sencilla como una niña, dócil y moldeable para dejarte guiar, aunque fuera al altar para inmolarte en él. 7. Es verdad, mi querida hija, que tu mamá me ha escrito para preguntarme lo que pensaba de tu vocación y para que me asegure bien que en tu perseverancia no hay ningún respeto humano. Le he contestado lo que creo, es decir, que tu vocación es firme, porque la has elegido con miras de fe y para asegurar tu salvación. También ha escrito al P. Laumont y al P. Mouran en el mismo sentido y me envío esas cartas abiertas para que yo las pudiera leer. 8. Me alegra tu celo por desempeñar las tareas que te asignan. No descuides ningún género de obra, todas pueden convertirse en medios para la salvación de las almas, según el espíritu del Instituto. ¡Ten valor! En las reuniones que hay cada quince días, cada uno dice en conciencia su opinión y permanece en paz. 9. Adiós, mi muy querida hija, te deseo este año: fortaleza, valor, generosidad y amor divino. Te abrazo en nuestro Señor Jesucristo. Sor María T. 551. A la madre Luis Gonzaga Poitevin – BURDEOS J.M.J.T. 8 del año 1825 ¡Oh Jesús, ensancha mi corazón con una ferviente caridad! 2. Quiero agradecerte, mi muy querida hija, tus buenos deseos y decirte que los míos respecto a mi querida Gonzaga no son menores. 3. En apariencia, eres más afortunada, porque te encuentras “en la fuente” de las instrucciones, de los buenos consejos, vuestras almas se ven sin cesar alimentadas, enriquecidas y fortalecidas... mientras que nosotras damos constantemente sin guardar nada para nosotras. 202 4. La casa de Agen tiene siempre mucho ajetreo. Estoy corriendo sin cesar del retiro a las enfermas, o a los Oficios, o al locutorio. Tenemos pocas reuniones, a veces sólo puedo estar veinte minutos en el recreo... La madre San Vicente me tiene que suplir porque, sin ella, el recreo sería bastante triste. Pero esta buena madre ha realizado grandes progresos en el espíritu de caridad y de comunidad. Por lo demás, no te estoy contando esto para quejarme, porque soy muy feliz y estoy muy contenta, pero quiero comunicarte nuestras necesidades. 5. Nuestro noviciado de hermanas conversas nos proporciona ocasiones de imitar a nuestro Señor Jesucristo que escogió la compañía de apóstoles toscos. ¡Feliz casa de Agen si camina más deprisa tras las huellas de Jesucristo, nuestro divino Modelo! ¡Ea, te lanzo el piadoso desafío de imitar lo más que podamos a ese Bienamado de nuestros corazones! 6. Querida hermana, no olvidemos nunca que por naturaleza el estado religioso es un estado penitente y que quien se aleja de este fin no es más que un “fantasma de religiosa” y “la quimera de su siglo”. 7. Sor Teresa nos está edificando en su lecho de dolor y de muerte. Mañana, recibirá por tercera vez el santo viático; se lo llevan cada diez días 81 y además comulgó en la misa de gallo en nochebuena. 8. Sor Natividad está siendo una mártir de su imaginación. Sor San Salvador está muy bien, aunque a menudo apenada en su interior. Sor Marta, sigue su ritmo; sor Justina, bastante bien; sor Melania y sor Inés, muy bien; sor Ana tiene buena voluntad en su trabajo. Sor Margarita, sor Lucía y sor Juliana – nuestras tres postulantes – van bastante bien. Sor María de los Ángeles va como ella puede ir; sor Santísimo Sacramento se mantiene. Sor Clotilde, bien; sor Catalina, muy bien. Pienso que te agradará recibir estas breves noticias. 9. Adiós, mi muy querida hija, toda tuya en Jesús y María. Sor María T. 10. Mi cuerpo está bastante bien, mi alma, mal... Te envío varias cartas para tus hijas. Creo que me quedan todavía cuatro por escribir; lo haré lo antes que pueda. No me son menos queridas... Va a ser como guardar lo mejor para el final. 552. A sor María Gabriela Waller (novicia) – BURDEOS + J.M.J.T. 9 de enero de 1825 ¡Jesús, sé mi todo! 2. Mi muy querida hija: he recibido con gran agradecimiento la expresión de tus sentimientos. Los míos respecto a ti son también tan profundos. 3. Deseo que mi querida Gabriela sea, como dice su reglamento, un modelo de vida interior; que no regatee nada a su deseo de tender a la perfección, que llegue a ser una imagen viva y un modelo auténtico de lo que debe ser una Hija de María: una verdadera religiosa; que en fin todo respire en ella serenidad, mansedumbre, regularidad; que sea una hija de oración, y de una verdadera oración, sin hacerse vanas ilusiones, buscando con pureza de intención sólo a Dios y no los consuelos de Dios, sólo su voluntad con toda sencillez y pureza. 4. Adiós, querida hija, toda tuya en Jesucristo. Sor María T. 81 Ésa era entonces la costumbre en la diócesis de Agen. 203 553. A sor Ignacio Schmeder (novicia) – BURDEOS + J.M.J.T 9 de enero de 1825 ¡Jesús, sé mi todo! 2. Dios te ha visitado, mi querida hija, con la enfermedad y el sufrimiento; confío en que tu alma habrá ganado lo que ha perdido tu cuerpo. 3. ¡Ánimo! ¡Amemos a Dios en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las penas! 4. Te abrazo con todo mi corazón en Jesucristo. Sor María T. 554. A sor San José Dürrembach (novicia) – BURDEOS + J.M.J.T. 9 de enero de 1825 ¡Jesús, sé mi todo! 2. No separo a mis queridas hijas en mi corazón y las reúno a todas, al escribir esta carta. Te agradezco, mi muy querida hija, todos tus deseos. Los míos respecto a ti son tan amplios y tienden a verte como una gran santa.