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No precisa el repetir ID que ya dejo afirmado en estas mismas páginas, y no por una sola vez, respecto á que mi hipótesis es sólo una indicación del que explora y observa, sin confianza en el éxito, pero también sin extrañarme á las rectificaciones: na4a más natural, pues que en Arqueología sé ofrecen para cada caso una ó muchas hipótesis, sin que venzan el dubitativo y aun lle­ guen á completa rectificación de sus autores, como viene á mi memoria el gran sabio, el admirable arqueólogo, el tantas veces citado aquí con superior-aplauso y respeto, M. Déchelette, á su tan notable trabajo sobre el desarrollo, influencia y viaje de la Espiral publicó él mismo importante rectificación por las expli­ caciones y estudios locales de M. Coffey en su original obra so­ bre New-Grange; ¿quién no recuerda la nobilísima rectificación del justamente maestro en Arqueología, M. Cartailhac, ante la re­ visión de las incomparables y maravillosas pinturas de Altamira? Quise dar una noticia de mi descubrimiento de la Cueva de los Siete Altares en el Duratón, noticia para la Real Academia de la Historia, pero de noticia pasé á informe, y extendiéndolo demasiado di en abuso de vuestra atención, de vuestra paciencia y de vuestro tiempo; pero si seguro estoy me disculpe la gran bondad con que me favorecéis, añado en mi descargo vuestro extraordinario saber, que se adelanta al reconocimiento de la grandísima importancia, la extraordinaria novedad, la gran sig­ nificación científica de la Cueva de los Siete Altares, que por sí misma y por su situación es hoy caso único en. Arqueología. Madrid, 28 Junio, 1918. EL MARQUÉS DE CERRALBO.

IV EL LINAJE HEBRAICO DE LA CABALLERÍA, SEGÚN EL «LIBRO VERDE DE ARAGÓN» Y OTROS DOCUMENTOS

Poquísimas familias judías hubo en España durante los si­ glos xiii y xiv tan opulentas como la que siempre tuvo por ape­ llido La Caballería, y que, aun después de pasar al cristianismo EL LINAJE HEBRAICO DE LA CABALLERÍA l6l en los comienzos del siglo xv (i), lo conservó con orgullo. Lejos de derramarse sus individuos por otras ciudades ó villas de Ara­ gón, como los Santángel, los de La Caballería vivieron siempre en , salvo aquellos que, cual Alfonso de La Caballería, vicecanciller del Rey Católico, hubieron de residir en la Corte. De su influencia y de sus riquezas da idea el que ya en el año 1264 D. Jahuda de La Caballería fuese nada menos que baile de Zara­ goza y el que D. Vidal de La Caballería se encargase, con Perpi- ñán Blan, de acuñar las monedas de oro en Aragón y Castilla, dando por ello 30.600 florines. Los tesoros de D. Vidal pasaron á su hija doña Tolosana, bisabuela de doña María Pérez Calvillo, mujer del secretario D. Juan de Coloma, bisabuelo del insigne historiador D. Carlos de Coloma. Hechos cristianos los de La Caballería en los primeros años del siglo xv (2), ocuparon altos cargos: Gonzalo de La Caballería, hijo de doña Tolosana, fué tesorero general de Aragón; D. Pedro de La Caballería, maestre racional; Leonardo de La Caballería, lugarteniente del mismo cargo; Fr. Pablo de La Caballería, obispo de Malta; Alfonso de La Caballería, del Consejo de Fernando el Católico. Fué, además, este linaje buena prueba de la fecundidad pro­ metida en el Génesis á la raza hebraica, pues á fines del siglo xv se podía decir de sus individuos lo que de los Rojas en Castilla, si bien éstos procedían de muchos troncos. El Libro Verde de Aragón enumeró muchísimos de los que pertenecieron á la fami­ lia de La Caballería, y, sin embargo, se dejó más de otros tantos que figuran en los protocolos notariales de Zaragoza. De éstos publicamos varias notas para que se vea cómo dicho Libro es casi siempre verídico, especialmente en las cosas de su tiempo; en las antiguas para el autor, ó sea de fines del siglo xiv y prin-

(1) Ya en el año 1332 había un Pascual de La Caballería, cristiano, in­ dudablemente, que arrendó unas casas en la parroquia de Santa María. (A. P. Z.—-Fragmento de protocolo, sin nombre de notario.) (2) Quien desee más noticias de este linaje vea mi estudio acerca de Los amigos y protectores aragoneses de Cristóbal Colón, incluido en los Orígenes de la dominación española en América («Nueva Biblioteca de auto­ res españoles»). TOMO LXXflI 11 IÓ2 BOLETÍN DE LA. REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

cipios del xv, que sólo conocía por tradición oral, suele haber algunos errores. Publicamos el fragmento del Libro Verde, en •que se expone el linaje de La Caballería, conforme á un manus­ crito del Archivo Histórico Nacional, sección de Inquisición, por ser ya conocido el que se guarda en la Biblioteca Colombina, impreso, como es sabido, por D. Rodrigo Amador de los Ríos, en los tomos çv y cvi de la Revista de España. Respecto al autor del Libro Verde, mucho más fidedigno que el famoso TÍ7.ón de Castilla, sólo diremos que no es posible atri­ buirlo al notario Anchias, que nunca fué asesor del Santo Oficio, aunque tal opinase D. José Amador de los Ríos. El Libro Verde fué redactado en el año de 1507, y luego adicionado en las copias con multitud de noticias posteriores (i). He aquí el fragmento del Libro Verde, que trata del linaje de La Caballería: «Núm. 22. Vidal de La Cavalleria, hijo de Bienbenis de La Ca­ valleria, judío franco de Zaragoza, y su muger, se bol vieron cris­ tianos, y después le llamaron á él Gonçalo de La Cavalleria (2) y

(1) Trato más ampliamente ele esta materia en mi y