Redalyc.LOS ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE EL SIGLO DIECINUEVE PANAMEÑO
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Tareas E-ISSN: 0494-7061 [email protected] Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena" Panamá Figueroa Navarro, Alfredo LOS ESTUDIOS HISTÓRICOS SOBRE EL SIGLO DIECINUEVE PANAMEÑO Tareas, núm. 132, mayo-agosto, 2009, pp. 91-122 Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena" Panamá, Panamá Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=535055607007 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto terios que le permitían progresar a la Isla. Constituyen pasos especialmente valientes, estimulantes y necesarios en esta coyuntura histórica. En estos momentos cruciales, con 50 años de proceso re- volucionario, esperamos que el pueblo cubano encuentre la HISTORIA Y SOCIEDAD fuerza para continuar su movimiento hacia un mundo me- jor. Estaremos observando como este proceso es impulsado por el gobierno. Estaremos atentos a como el resto del mundo apoya para hacer realidad esos sueños de un mundo mejor con justicia social y en el que el pueblo, y no las ganancias, sea lo más importante para todos nosotros. Invitamos a los lectores de LAP a que mediten sobre estas LOS ESTUDIOS HISTÓRICOS interrogantes planteadas en dos números recientes de nues- SOBRE EL SIGLO DIECINUEVE tra publicación. LAP también esta promoviendo un taller en el Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos PANAMEÑO* (LASA) que se efectuará en Río de Janeiro en junio de 2009. Alfredo Figueroa Navarro** Ante todo, confieso que la vastedad del tema propuesto da- ría pábulo a un libro voluminoso, pues son innumerables los estudios históricos que se han redactado sobre la decimono- vena centuria panameña en distintos idiomas y en plurales países. Si partiéramos del tercer milenio, agrada comprobar que, en esta primera década del siglo veintiuno, ha aumentado sensiblemente la cantidad de estudios sobre nuestro pretéri- to, acaso por la conmemoración del primer centenario de la República de Panamá, 2003, por el perfeccionamiento de la soberanía istmeña sobre todo su territorio y la transferencia del Canal de Panamá al país. En pocos años han salido obras notables como las historias del Darién, 2008, y la antigua *Conferencia dictada en el Banco de la República, Cartagena de Indias, Colombia, el 27 de octubre de 2008. **Profesor de Sociología de la Universidad de Panamá. 90 91 jurisdicción de Veragua, 2008, que englobaba la mitad del ist- nónica tiende a incrementarse de 1880 en adelante y los pa- mo de Panamá, es decir, las actuales provincias de Bocas del peles anteriores, sobre todo de 1821 a 1850, escasean en sus Toro, Chiriquí y Veraguas, una historia de Bocas del Toro, legajos. De allí que urja, para emprender cualquier investi- 2007, nuevos manuales de historia de Panamá, 2006, una gación responsable, acudir a los archivos bogotanos en pos de Historia general de Panamá , 2004, coordinada por el doctor Al- testimonios inéditos suficientes. fredo Castillero Calvo, en cinco volúmenes, la obra Panamá : Perduran como documentos del país, es decir, aquellos que cien años de República , 2004, y un sinfín de libros atinentes a no se trasladaron a Bogotá, los archivos parroquiales, urba- nuestro pasado que llenarían varios anaqueles de cualquier nos y rurales, sobre todo de los siglos XVIII, XIX y XX, los pro- biblioteca. Inclusive en Colombia, a raíz del centenario de la tocolos notariales y ciertos expedientes de los juzgados. Cabe secesión de Panamá, se publicaron más de diez obras relati- detallar que esa documentación sufrió los embates de los in- vas a ese acontecimiento y sus repercusiones. De modo que cendios, de las guerras, de las inclemencias climáticas que cumple celebrar esa profusión de estudios sobre el ayer pa- reinan en el trópico húmedo y de innúmeros estragos que nameño que caracteriza los días que corren. redujeron sensiblemente sus folios. A esta documentación Tanto en Europa como en Estados Unidos de América y habría que agregar algunos pocos archivos privados que guar- aun en el Caribe británico los trabajos historiográficos sobre dan papeles de la segunda mitad del siglo diecinueve como el el pretérito panameño abundan aun cuando, en muchas oca- archivo del presidente Belisario Porras, 1856-1942, hijo de siones, se desconozca su lanzamiento en Panamá. Ello ocu- cartagenero, acervo que custodia la Universidad de Panamá rre respecto de sólidas aproximaciones estadounidenses, ale- y el archivo del ex presidente, diplomático y filólogo Ricardo manas, inglesas y francesas que se conocen sólo de oídas o Joaquín Alfaro, 1882-1971. No se conservan todos los archi- por comentarios bibliográficos vertidos en algunas revistas vos de los presidentes republicanos comenzando por los pape- especializadas de Norteamérica y Europa. les del doctor Manuel Amador Guerrero, nuestro primer pre- Respecto de Colombia, muy posiblemente se ignore en sidente, oriundo de Cartagena de Indias y sobrino de próce- Panamá su bibliografía histórica actual que sólo unos cuan- res de la independencia de Cartagena. tos estudiosos descubren al recorrer las librerías de Bogotá y El Archivo Municipal de Panamá sólo custodia documenta- de otras ciudades colombianas. ción a partir de 1832. Debería poseer legajos de 1673 en ade- Paradójicamente, gran parte de la historia panameña de lante cuando se fundó la Ciudad de Panamá la Nueva. La do- los siglos XVIII y XIX yace en el Archivo General de la Nación, cumentación local de la Ciudad de Panamá la Vieja debió co- ubicado en Bogotá. Asimismo, la mayoría de los periódicos menzar en 1519, fecha de su fundación por Pedro Arias de panameños del siglo diecinueve se encuentra en la hemero- Ávila como la primera urbe hispánica establecida a orillas teca de la Biblioteca Nacional de Colombia, así como los folle- del océano Pacífico. Sin embargo, se supone que todos los ar- tos, las revistas y los libros publicados en Panamá de 1821 a chivos de Panamá la Vieja se perdieron cuando aquella ciu- 1903. Existen otros archivos colombianos que atesoran pape- dad fue destruida por el pirata Henry Morgan en 1671. Re- les panameños como los de la Cancillería de la República, la cuérdese que Panamá la Nueva se quemó tres veces en el Academia Colombiana de Historia, el Central del Cauca, ubi- siglo XVIII – en 1737, 1756 y 1781. Ello podría explicar la au- cado en Popayán, y posiblemente los de Cartagena de Indias, sencia de innumerables documentos archivísticos produci- entre otros. dos en la colonia panameña algunas de cuyas copias subsis- El Archivo Nacional de Panamá guarda documentación de ten en el Archivo General de la Nación, en Bogotá, en el Ar- fines del siglo XVIII, del siglo XIX y de la vigésima centuria. chivo General de Indias, de Sevilla, en el Archivo General de Sin embargo, a excepción de los protocolos notariales y de Simancas, en Valladolid, o en ciertos repositorios madrile- algunos fondos judiciales, la documentación pública decimo- ños, entre los cuales citaríamos al Archivo Histórico Nacio- 92 93 jurisdicción de Veragua, 2008, que englobaba la mitad del ist- nónica tiende a incrementarse de 1880 en adelante y los pa- mo de Panamá, es decir, las actuales provincias de Bocas del peles anteriores, sobre todo de 1821 a 1850, escasean en sus Toro, Chiriquí y Veraguas, una historia de Bocas del Toro, legajos. De allí que urja, para emprender cualquier investi- 2007, nuevos manuales de historia de Panamá, 2006, una gación responsable, acudir a los archivos bogotanos en pos de Historia general de Panamá , 2004, coordinada por el doctor Al- testimonios inéditos suficientes. fredo Castillero Calvo, en cinco volúmenes, la obra Panamá : Perduran como documentos del país, es decir, aquellos que cien años de República , 2004, y un sinfín de libros atinentes a no se trasladaron a Bogotá, los archivos parroquiales, urba- nuestro pasado que llenarían varios anaqueles de cualquier nos y rurales, sobre todo de los siglos XVIII, XIX y XX, los pro- biblioteca. Inclusive en Colombia, a raíz del centenario de la tocolos notariales y ciertos expedientes de los juzgados. Cabe secesión de Panamá, se publicaron más de diez obras relati- detallar que esa documentación sufrió los embates de los in- vas a ese acontecimiento y sus repercusiones. De modo que cendios, de las guerras, de las inclemencias climáticas que cumple celebrar esa profusión de estudios sobre el ayer pa- reinan en el trópico húmedo y de innúmeros estragos que nameño que caracteriza los días que corren. redujeron sensiblemente sus folios. A esta documentación Tanto en Europa como en Estados Unidos de América y habría que agregar algunos pocos archivos privados que guar- aun en el Caribe británico los trabajos historiográficos sobre dan papeles de la segunda mitad del siglo diecinueve como el el pretérito panameño abundan aun cuando, en muchas oca- archivo del presidente Belisario Porras, 1856-1942, hijo de siones, se desconozca su lanzamiento en Panamá. Ello ocu- cartagenero, acervo que custodia la Universidad de Panamá rre respecto de sólidas aproximaciones estadounidenses, ale- y el archivo del ex presidente, diplomático y filólogo Ricardo manas, inglesas y francesas que se conocen sólo de oídas o Joaquín Alfaro, 1882-1971. No se conservan todos los archi- por comentarios bibliográficos vertidos en algunas revistas vos de los presidentes republicanos comenzando por los pape- especializadas de Norteamérica y Europa. les del doctor Manuel Amador Guerrero, nuestro primer pre- Respecto de Colombia, muy posiblemente se ignore en sidente, oriundo de Cartagena de Indias y sobrino de próce- Panamá su bibliografía histórica actual que sólo unos cuan- res de la independencia de Cartagena. tos estudiosos descubren al recorrer las librerías de Bogotá y El Archivo Municipal de Panamá sólo custodia documenta- de otras ciudades colombianas. ción a partir de 1832. Debería poseer legajos de 1673 en ade- Paradójicamente, gran parte de la historia panameña de lante cuando se fundó la Ciudad de Panamá la Nueva.