LA INMIGRACIÓN EN JÓDAR DURANTE EL SIGLO XIX. Los Archivos Municipales Y La Genealogía
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
LA INMIGRACIÓN EN JÓDAR DURANTE EL SIGLO XIX. Los archivos municipales y la genealogía. Claves para el desarrollo de una ciudad. “La historia de Andalucía en el siglo XIX es la de un lento e incesante declive”. Domínguez Ortiz (La identidad de Andalucía. Discurso en el acto de su investidura. Granada, Universidad, 1976). Ildefonso Alcalá Moreno Cronista oficial de Jódar 1.- INTRODUCCIÓN. Sin lugar a dudas, una de las claves fundamentales del desarrollo de la actual ciudad de Jódar, fue el crecimiento demográfico que desde mediados del siglo XIX impulsó el desarrollo de la industria del esparto la modernización de los cultivos tradicionales, y la plantación de grandes extensiones de vides. El final del Antiguo Régimen supuso el trasvase de la propiedad, que unido a las desamortizaciones y venta de bienes comunales municipales, forjó una nueva conciencia social, que iba a entrar en conflicto permanente entre los nuevos gestores municipales, la burguesía local y el pueblo que despertaba, muy ajeno en el sur a las guerras civiles carlistas, sólo preocupado por los desmanes de las expediciones militares, contrabandistas, bandoleros y la propia supervivencia. Sin embargo en los pueblos seguían mangoneando los mismos caciques locales, los administradores de los antiguos señores y el clero. Al pueblo lo entrometían en sus batallas políticas, y lo contentaban con sus promesas y regalías de difícil cumplimiento, los de siempre prosperaban, menos ellos. En definitiva, el famoso “trágala”1. 1 Cantar el trágala. Burlarse de una persona obligándole a soportar algo que le resulta difícilmente soportable. I CONGRESO VIRTUAL ARCHIVOS, HISTORIA Y PATRIMONIO DOCUMENTAL (15 AL 31 DE MAYO DE 2020). COMUNICACIONES, JAÉN: ASOCIACIÓN AMIGOS AHDJ, 2020 - 7 - El efecto llamada hizo que las crisis agrícolas de Almería, Granada y Murcia atrajesen a cientos de jornaleros y artesanos que se avecindarían en Jódar a lo largo de todo el siglo XIX, cambiando para siempre su devenir histórico. El trabajo del esparto mitigaba el hambre entre las grandes cosechas tradicionales, aunque la importación de esparto argelino hizo que la industria de la recolección en los atochares decayese notablemente, dejando de interesar ya estas tierras a los especuladores valencianos y malagueños. La industria del esparto en el siglo XIX vivía momentos de gran desarrollo, la facilidad de materia prima en el término municipal atraía a familias enteras de las provincias limítrofes, esta precariedad estacional hizo que se desarrollasen los barrios de cuevas, que hemos conocido, costumbre muy arraigada en sus lugares de origen. La masiva plantación de olivares, hizo necesario el capacho para la molturación de la aceituna, y todos los arreos que iban aparejos a la misma, por lo que Jódar se convierte en una de esas ciudades necesarias para el desarrollo agrícola nacional; la mejora fundamental de las vías de comunicación: tren y carretera, y el crecimiento cultural de las clases burguesas, bien a través de las habituales relaciones comerciales, el trasiego de visitantes o la llegada de personalidades con amplitud de miras, hicieron que la sociedad cerrada del Antiguo Régimen, evolucionase en algunos aspectos hacia nuevas perspectivas de desarrollo, que iban a enriquecer a unas cuantas familias locales, mientras las capas populares seguían y seguirán, durante muchas décadas, ancladas en hábitos tradicionales de hambre y miseria. Quizás la familia fundamental para entender el desarrollo de Jódar en el siglo XIX, fuesen los Arroquia, asentados en Jódar por su pariente Pablo de Olavide, que hábilmente ocuparon cargos municipales y fueron ampliando su ya importante fortuna a lo largo del siglo, no en vano, impulsaron la modernización del olivar con avanzados sistemas de regadío, concretamente en el paraje de El Portillo. El estudio del padrón de habitantes del año 1873, conservado en el Archivo Histórico Municipal de Jódar, nos va a dar las claves iniciales de esta inmigración, al ser el primero de los conservados donde consta el origen de los vecinos empadronados. Iremos dando a conocer, por orden alfabético de sus apellidos, a todas aquellas personas que se avecindaron en Jódar en el siglo XIX, y son germen de numerosas y conocidas familias de la ciudad. Por supuesto, esto no quiere decir, que si el lector tuviese alguno de estos apellidos, procediese de ahí, muchas familias con algunos de estos apellidos ya estaban avecindadas en Jódar desde hacía siglos. I CONGRESO VIRTUAL ARCHIVOS, HISTORIA Y PATRIMONIO DOCUMENTAL (15 AL 31 DE MAYO DE 2020). COMUNICACIONES, JAÉN: ASOCIACIÓN AMIGOS AHDJ, 2020 - 8 - Con este trabajo genealógico ampliamos las bases para conocer, la idiosincrasia de nuestra ciudad, pues todos estos vecinos importaron también sus tradiciones y costumbres, y formas de ver la vida, que se fusionaron con las de las familias tradicionales, conformando un nuevo Jódar. 2.- LA ÉPOCA. Jódar vivió en el siglo XIX el mayor periodo de desarrollo de su historia, fue la industria del esparto, la masiva plantación de olivares, la modernización de las técnicas de cultivo y la mejora de sus vías de comunicación: estación de ferrocarril y carretera nacional, lo que hicieron que esta pequeña villa duplicase el pocos años su población, convirtiéndose en una populosa pequeña ciudad. La desaparición del señorío jurisdiccional que regentaban desde la Edad Media, los marqueses de Jódar, la aparición de la burguesía local, y el ruidoso enfrentamiento con el conde de Salvatierra-marqués de Jódar sobre legalización de sus propiedades, pleito ganado por el pueblo y resuelto en un “Concordato” que quedó en “papel mojado” al poco tiempo, hizo que la conciencia social fuese tomando forma desde estos años, hasta el estallido en 1874 de la primera manifestación obrera para la defensa de ese “Concordato” que tanto beneficiaba a los jornaleros del sector espartero. El vertiginoso aumento de la población iba a traer consigo la inestabilidad municipal, enfrentándose el municipio a tres grandes problemas: el déficit en las contribuciones, la anarquía en la roturación de terrenos y destrucción de montes, y el descontrol de la industria espartera con el aumento de la especulación2. Así el 16 de julio de 18483, el Alcalde decía que la mayor parte de las olivas del término eran de secano y de muy escasa producción, siendo sólo una tercera parte de riego, las cuales producían una cantidad considerable si se comparaban con las primeras, calculando en más de 130.000 las olivas existentes. El 21 de agosto4 había un déficit en las contribuciones de consumos de 28.000 reales, de los 50.000 que se pagaban. Tenía la villa 1.168 vecinos “siendo sus dos terceras partes jornaleros y Proletarios que por su mucha miseria no consumen ni la mitad de lo que devieran ni aun de los articulos de primera necesidad, pues sabido es y bien publico y notorio qe una parte 2 ALCALÁ MORENO, Ildefonso: Economía y sociedad en Jódar. una economía basada en la agricultura: De los cereales y olivar al espárrago. Los regadíos. (Inédito). 3 Archivo Histórico Municipal de Jódar (A.H.M.J.). Libro capitular. Año 1848. Acta del 16 de julio. 4 A.H.M.J. Libro capitular. Año 1848. Acta del 21 de agosto. I CONGRESO VIRTUAL ARCHIVOS, HISTORIA Y PATRIMONIO DOCUMENTAL (15 AL 31 DE MAYO DE 2020). COMUNICACIONES, JAÉN: ASOCIACIÓN AMIGOS AHDJ, 2020 - 9 - del año se alimentan con solo pan y frutas y que esta gran parte de pueblo no acostumbra a encender una luz, pues solo con el esparto se alumbran”. Sobran los comentarios sobre la situación de vida de las dos terceras partes de la población galduriense. El 20 de agosto se nombra una comisión para medir los terrenos del Común donados del sobrante por el conde de Salvatierra, haciendo un censo y repartiéndose por suertes a los vecinos. Curiosa es la pérdida de los libros capitulares correspondientes a los años 1849 a 1869, veinte años de los que se carece de información sobre acuerdos municipales, teniendo que reconstruirse con datos de otros documentos y archivos provinciales. 1849, fue un año de malas cosechas. El 29 de abril de 18505, Pedro Herrera solicita la construcción de un molino harinero en el río Jandulilla. El 14 de octubre6 el consumo de trigo asciende a 18.000 fanegas y el de cebada a 8.000. Este año el Ayuntamiento adquiere la dehesa de Los Pinares para beneficio de los vecinos como dehesa boyal. En 1855 se produjo la segunda gran epidemia de cólera en la que fallecieron 389 personas, siendo muy elevada la mortandad infantil de estos años. El 21 de enero de 1859 7 el Gobernador da orden para que el Ayuntamiento buscase otra dehesa para pastos, al ser enajenada la de Miramontes, se designa la Sierra de la Cruz y el Valle. El 3 de septiembre de 18618 se recibe la orden para la enajenación de propiedades del Pósito, legendaria institución creada en el siglo XVI. En 1868 y dentro del periodo revolucionario se repartió el predio de “Los Pinares” para que fuese roturado por los vecinos, dedicando esta zona a tierras de labor, causando gran destrozo en el monte, que debido a la mala calidad del terreno sólo produjo a los roturadores buenas cosechas al principio, quedando las tierras, en su mayoría, abandonadas 9 . Al parecer durante el primer periodo revolucionario fueron mal roturados infinidad de terrenos, causando graves daños en montes públicos, según se desprende en comentarios documentales posteriores. El 14 de enero de 187010 se denuncian los abusos que se estaban cometiendo en la Sierra de la Cruz y Valle con el menoscabo notable del arbolado de la misma, y la asistencia de ganados a pastar sin autorización. El 30 de enero se encontraba obstruido 5 A.H.M.J. Libro capitular. Año 1850. Acta del 29 de abril. 6 A.H.M.J. Libro capitular.