LOS MARTÍNEZ DE TEJADA Y LA ENCOMIENDA DE

THE MARTINEZ DE TEJADA AND THE ENCOMIENDA OF ALMENDRALEJO

Francisco Zarandieta Arenas Presidente de la AHA y Cronista Oficial de Almendralejos

RESUMEN: Los Martínez de Tejada, Manuel (Aldeanueva de Cameros, 1721-, 1802) y su hijo Manuel María (Zafra, 1771-1849) fueron los últimos poseedores de la Media Encomienda de Almendralejo. La correspondencia que mantuvieron con los propietarios de la otra Media Encomienda, los Marqueses de la Encomienda, nos permite conocer los problemas por los que pasó la Encomienda –en especial, las rentas decimales, que constituían la parte más importante de sus bienes- en el accidentado último medio siglo de la misma (1791-1850).

Palabras clave: Encomienda, diezmos, Almendralejo, Martínez de Tejada, partícipes legos, siglo XIX.

SUMMARY: The Martinez de Tejada, Manuel (Aldeanueva de Cameros, 1721-Zafra, 1802) and his son Manuel María (Zafra, 1771-1849) were the last owners of the Media Encomienda of Almendralejo. Correspondence they supported with the owners of the other Media Encomienda, the Marquis of the Encomienda, lets us know the problems for which the Encomienda happened especially decimal rents, which were the most important part of their property in the last rough century of the same one (1791-1850).

Keywords: Encomienda, tithes, Almendralejo, Martinez de Tejada, lay participants, nineteenth century

85 ACTAS DE LAS IV JORNADAS DE ALMENDRALEJO Y (9-10 noviembre-2012) Almendralejo, Asociación Histórica de Almendralejo, 2013, pp. 85-118.

86 Antecedentes Almendralejo surgió dentro del amplio dominio que tras la de Mérida en 1230 se adjudicó a esta ciudad, como aldea dependiente de la misma. Desde 1254 este amplio término emeritense ya pertenecía totalmente a la Orden de Santiago y durante el maestrazgo de Pelayo Pérez Correa (1242-1275) debió comenzar su repoblación, aunque hasta el momento el documento más antiguo que cita un lugar denominado Almendralejo es de 1327, un privilegio concedido a Mérida por el maestre Vasco Rodríguez, en la que se manda a la aldea almendralejense que esté sujeta a la ciudad y le pague tributos.218 La Orden cedía a algunos caballeros (los comendadores) un conjunto de bienes en usufructo, de por vida (las encomiendas) para que pudieran sustentarse y atender a las necesidades militares que se les “encomendaran”. El primer Comendador de Almendralejo que aparece citado entre los concurrentes a los Capítulos de la Orden, es Martín Fernández, que asiste al de Baeza, el 21 de julio de 1329 (era 1367) y repite en el de Alcalá de los Gazules el 24 de junio de 1333 (era 1371).219 El emperador Carlos V obtuvo licencia para desmembrar y vender rentas de las encomiendas de órdenes militares, en virtud de distintas bulas y breves apostólicos de Clemente VII (1529) y Paulo III (1538), que más tarde fueron confirmados a su hijo Felipe II por otros de Pío IV (1559) y Pío V (1569). En base a estas desamortizaciones, este monarca, por una carta de 15 de octubre de 1573, desmembró, entre otros bienes, la Encomienda de Almendralejo de la Orden de Santiago a la que pertenecía y la incorporó a la Corona.220 El objetivo era venderla con objeto de aliviar los problemas financieros de la Hacienda Real. A tal fin, concertaron con la ciudad de Sevilla su venta por vía de empeño, en virtud del privilegio que se le concedió el 25 de abril de 1574, quedando las rentas de la Encomienda en poder del cabildo hispalense. La lamentable situación de la Hacienda Real llevó a finales de 1607 a la “suspensión de consignaciones”, término que suavizaba el más real de “bancarrota”. Hubo que llegar a un acuerdo con los asentistas genoveses, para el pago de lo que se les adeudaba, el llamado

218 Archivo Municipal de Mérida, sección 1, legajo 1, número 1. Privilegio del maestre don Vasco Rodríguez a Mérida. Medina, 28 de abril de 1327 (era 1365). 219 Archivo Histórico Nacional [=AHN], Órdenes Militares, Códices de la Orden de Santiago, 236-B: Opúscula Varia (Relación de comendadores, caballeros, priores, capítulos generales, visitas…), fs. 31-31v. 220 La Bula de desmembración indicaba que había que contar con el permiso de la Orden y compensarla con el mismo valor de lo enajenado y un octavo más. Así se hizo, situando la cantidad consignada en juros sobre la renta de la seda del Reino de Granada. Véase la trayectoria de la Encomienda en los siglos XVI y XVII en Zarandieta Arenas, Francisco: Almendralejo en los siglos XVI y XVII, Almendralejo, 1993, tomo 2, pp. 392-412.

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Medio General de 1608. La fórmula ideada consistió en el desempeño y crecimiento de juros y otras cosas empeñadas (como las encomiendas de Almendralejo, Montemolín, , Calzadilla, y ) para volverlas a vender crecidas de precio y pagar a los genoveses con la diferencia “ganada”. La Encomienda de Almendralejo se desempeñó de la ciudad de Sevilla en 1613 y sus bienes fueron administrados por la Corona en beneficio de la Diputación del Medio General, pero como el objetivo era que se volvieran a vender se le entregó a los genoveses, como pago de parte de la deuda que se tenía con ellos, a finales de 1617, con lo que los diputados nombraron a Francisco Ramírez Guerrero, vecino de Llerena, para que la administrase en su nombre y pidieron que un juez les diese posesión de la misma. Así, se presentó en Almendralejo el 24 de octubre de 1621 y tomó posesión de la casa de la Encomienda, un pozo de agua dulce en la dehesa de la villa, treinta silos, las tierras llamadas del Maestre y las de la Comendadora, los diezmos y primicias del pan, el rediezmo de las tierras que se arriendan, la renta del jabón, los diezmos de minucias (ganados y otras cosas), mostrenco, penas de cámara, la escribanía pública y del juzgado de la villa y el patronazgo de la Iglesia parroquial, ermitas y hospital. El disfrute de estas rentas conllevaba la obligación de la “ayuda de costas” que se pagaba al cura de la villa (1.005 reales anuales). Sin embargo, el derecho a nombrar cura lo siguió teniendo el Prior de San Marcos y los nombramientos de mayordomos los detentaba el Concejo de la villa. Llegó el momento en que los “hombres de negocios” se repartieron los bienes con que se les había pagado y echaron sus cuentas. Evaluaron, por una escritura de 18 de agosto de 1628, la Encomienda de Almendralejo en 56.320.000 maravedíes, de los que adjudicaron 39.959.793 a Bautista Serra y los otros 16.360.207 a Gerónimo Serra; a este le sucedieron, por su testamento, sus hijos Juan Bautista Serra y Juan Francisco Serra, que quedaron dueños, por mitad de los bienes paternos y estuvieron bajo la tutela de su primo Bautista Serra, quien les entregó en 1637 su parte de la Encomienda, en la cuenta que rindió de su tutoría, de tal modo que los dos hermanos quedaron dueños de la totalidad de las citadas rentas, que poseyeron por mitad, de lo que se les despachó el correspondiente privilegio en 1643.221 Juan Bautista Serra, conde de Villalegre, quiso comprar la jurisdicción de Almendralejo y constituirse señor de la villa, a lo que se opuso el Cabildo aludiendo a sus

221 Archivo de Protocolos de Almendralejo [=APA], Alonso Ortiz Cabeza, 24-4-1635. La Encomienda estuvo administrada, al menos durante cuatro años, por el almendralejense Gonzalo Fernández Andrés, en virtud del contrato extendido a su nombre por los herederos y testamentarios de Gerónimo Serra.

88 privilegios. Compró, sin embargo, las alcabalas de la villa en 1657, y su cobranza provocó numerosos pleitos con los vecinos, y nunca cejó de extender su poder sobre Almendralejo. Casó con Lavinia Marín y le heredó en la mitad de la Encomienda su hijo mayor, Felipe Serra, hasta que en virtud de una escritura de ajuste y convenio con su hermano Domingo Serra Marín, éste pasó a ser dueño de sus derechos en Almendralejo. Domingo Serra casó con María Agustina Mexía Carrillo y Mendoza, a quien pasó la mitad de la Encomienda. Esta señora en 1710 por su testamento fundó un vínculo con algunos bienes entre los que se contaba la Media Encomienda. En 1790 era poseedor del mismo Juan Bautista Centurión y Serra, vecino de Génova, quien vendió la Media Encomienda al camerano-zafrense Manuel Martínez de Tejada, sucedido en estos bienes, a su muerte en 1802, por su hijo, Manuel María Martínez de Tejada, quien falleció en 1849 y fue el último propietario de esta Media Encomienda de Almendralejo. Juan Francisco Serra tuvo también las mismas apetencias por hacerse con más poder en Almendralejo, llegando a recibir en 1641 el título de Marqués de Almendralejo, contra el parecer de los vecinos de la villa, que consiguieron que una ejecutoria real, dos años más tarde, se le permitiera seguir ostentando el título de marqués, pero sin el apelativo de Almendralejo. Sin embargo, tanto en la documentación oficial como en la privada, él y sus herederos inmediatos continuaron usando dicho título completo. Juan Francisco casó con Juana Doria, de la que tuvo dos hijos, José Serra Doria, duque de Casano, que fue quien heredó la Media Encomienda de Almendralejo, que después pasó a su hermano Francisco Serra Doria, a quien se le concedió el título de Marqués de Riva de Ebro y usó también, según hemos señalado, el de Marqués de Almendralejo. Después de un largo proceso que ocupó casi toda la década de los años setenta del siglo XVII, Francisco vendió su parte al hidalgo almendralejense Lorenzo Fernández Becerra en 1679. Esta tercera generación genovesa abandonó, pues, sus deseos de dominio sobre la villa de Almendralejo y procuró deshacerse de estos bienes, que ya no tenían para ellos otra significación que la de unas meras rentas, vinculadas en el caso de Domingo Serra, por lo que la adscripción a la familia será más duradera (venta a Martínez de Tejada en 1790) y libre para Francisco Serra que se deshizo de ellas un siglo antes (venta a Fernández Becerra, en 1679). Lorenzo Fernández Becerra con la Media Encomienda y otros bienes instituyó mayorazgo en 1683, en cabeza de su hijo mayor, Pedro Fernández Villalobos, que falleció en

89 vida de su padre por lo que la herencia pasó a Lorenzo Isidro Fernández Flores en 1709, el hijo de Pedro, a quien Felipe V hizo merced del título de Marqués de la Encomienda por Real Decreto de 28 de marzo de 1732. Le sucedió, al año siguiente, su hijo Pedro Fernández Ulloa, II Marqués, y a éste, muerto sin sucesión en 1775, su primo hermano Pedro Benito Fernández Escobar, III Marqués, fallecido en 1791. El IV Marqués fue su hijo, Francisco Lorenzo Fernández Ulloa, IV Marqués, fallecido en 1807, a quien sucedió su nieto, Francisco Fernández de Córdova Melgarejo, fallecido en 1856, último poseedor de esta otra Media Encomienda de Almendralejo. Los problemas relativos a la posesión de las dos mitades de la Encomienda fueron siempre analizados y afrontados en común por los Martínez de Tejada y los marqueses de la Encomienda, como ha quedado reflejado en la correspondencia entre ambos poseedores. Hemos consultado un conjunto de 549 cartas222 que comprende la habida entre Manuel Martínez de Tejada y el IV Marqués de la Encomienda, Francisco Lorenzo Fernández Ulloa, que son 101 cartas y 23 borradores de respuestas; y la de su hijo Manuel María con el mismo Marqués (75 cartas y 47 borradores), hasta 1807; y después con su sucesor, Francisco Fernández de Córdova y Melgarejo, del que no se conservan borradores y hay 303 cartas del zafrense, entre 1823 y 1849. Esta documentación posee un valor incalculable como fuente imprescindible para el conocimiento de la vida interna de una encomienda en su fase final. No conocemos la existencia, ni se ha dado noticia por parte de los descendientes de los Martínez de Tejada, de que se haya conservado el archivo de esta familia, pero el de la Casa del Marquesado de la Encomienda suple perfectamente este vacío, por la marcha común de los propietarios en los negocios. En estas cartas encontramos la estrategia de los poseedores, las dilaciones y entorpecimiento de la Justicia ante los pleitos, la búsqueda de influencias para agilizarlos y los criterios seguidos en la contratación de abogados. También, noticias de sus respectivas familias y de sus enfermedades y desasosiegos, sentimientos de amistad, buscando el acuerdo en todo. En la mayor parte, se conjuga la fecunda imaginación y talento del V Marqués con el dominio de la jurisprudencia, con la preparación jurídica, de Manuel María Martínez de Tejada. Los frecuentes males de éste ya en los años cuarenta hacen que sea el Marqués o un

222 Archivo del Marqués de la Encomienda [=AME], Correspondencia, legs. P XX y P XXII. Se irán citando por sus orígenes, fechas, autores y destinatarios. Agradecemos a la actual titular de la Casa, Carmen Fernández-Daza Álvarez, X Marquesa de la Encomienda, la generosidad con que ha puesto los Archivos del Marquesado a nuestra disposición, para este trabajo.

90 hijo suyo quienes se trasladen a Zafra para conferenciar, normalmente, a la hora del chocolate según costumbre, teniendo en cuenta que según máxima fundamental de nuestros abuelo y padre, siempre deben cobrarse los diezmos en especie, aunque en seguida se le vendan al mismo sujeto que los adeuda. Los temas tratados son numerosos, pero nos vamos a ceñir a las cuestiones relativas a los avatares que sufrió la posesión de estas rentas por parte de los Martínez de Tejada, y por extensión de los Marqueses de la Encomienda. El Privilegio de Felipe IV, de 1643 El Privilegio Real dado por Felipe IV en Zaragoza el 6 de diciembre de 1643, a los hermanos Juan Francisco y Juan Bautista Serra, de las rentas dezimales y rediezmos premiziales y temporales y de todas las demás de la villa de Almendralejo y de los patronazgos pertenecientes a la mesa Maestral de Santiago y encomienda della que fueron desmembradas en virtud de breves apostólicos223 constituye el documento originario en que se basará toda la problemática legal que irá surgiendo acerca de la citada encomienda, por lo que merece determinadas precisiones. El Rey en virtud de la posesión que tiene de las rentas de la Encomienda las vende a los hermanos genoveses para ellos, sus herederos y sucesores y para quien de aquellos o estos tuvieran título, para ahora y para siempre jamás o hasta que Felipe IV o los reyes que después vinieran las mandaran quitar o redimir. La venta se entiende que es libre del subsidio que al presente se reparte en estos Reinos y de cualquier otro que de aquí adelante se repartiere para las galeras y defensa de los infieles y por otra cualquier causa, y de otras contribuciones y repartimientos de lanzas, escusado, y de cualquier otra que estuvieran obligados a pagar a cualquier instancia eclesiástica o de la Orden, salvo el salario del cura. La venta comprende también todos los derechos que se acrecentaren en el futuro, y novales y de los nuevos rompimientos. No quedan comprendidas en la venta las alcabalas reales y tercias, mineros de oro y plata, y salinas, servicios ordinario y extraordinario, pechos y moneda forera y de galeotes que la villa de Almendralejo paga a la Hacienda Real, y de todo lo que en el futuro le sea concedido a ella.

223 Archivo General de Simancas [=AGS], Dirección General del Tesoro. Inventario 24, leg. 310, 2. Privilegio de la mitad de la Encomienda de Almendralejo a D. Manuel Martínez de Tejada (27-7-1800), 210 cuadernillos x 2 folios cada uno [=Privilegio]. Incluye un traslado del Privilegio Real concedido el 6 de diciembre de 1643, autentificado por la firma de Felipe V en Barcelona a 25 de octubre de 1701, por pérdida del original de 1643.

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La venta se hace por el precio de 56.320.000 maravedíes, con calidad de que los Reyes la puedan redimir, recobrar e incorporar a la Corona y Real Patrimonio, como lo estaba antes de que se hiciese el referido asiento, todas juntas y no por partes, pagando primero y ante todas las cosas el precio señalado de 56.320.000 mrs en moneda de plata al contado de la liga, peso y valor que fueran al presente en estos reinos; y notificándolo a los poseedores para que pasaran a cobrarla. Todos los pleitos y cosas tocantes a la Encomienda y a su administración y cobranza se tratarán privativamente en el Consejo de Hacienda y sus tribunales y no en otro Consejo ni tribunal, y en ellos se acabarán las instancias de apelación y suplicación. El pan de estos diezmos no se ha de tomar para ninguna causa de necesidad pública o particular, por extraordinaria y grave que sea, y si se hiciese en alguna ocasión ha de ser pagando primero el precio de la tasa en reales de plata al contado Manuel Martínez de Tejada La historia de esta familia propietaria de la Media Encomienda comienza en Aldeanueva de Cameros, con el nacimiento de Manuel Martínez de Tejada en 1721.224 De corta edad llegó, como tantos cameranos, a la villa de Zafra desde el pueblo de mi naturaleza– según declara- para exercitarme en el Comerzio de Merzería en que permanezco e hecho animo de avecindarme en ella y correspondiendo que sea en el estado de hijodalgo que me corresponde.225 Fue recibido como hidalgo en el Cabildo zafrense en 1753 y unos años más tarde, en 1761, documentamos su matrimonio con Josefa Prieto González, hija de Felipe Prieto, también de hidalga familia camerana. Ya contaba entonces con un importante capital que aportó al matrimonio, a lo que se añadió la dote de la novia y herencias recibidas a los pocos años, con lo que sus negocios se acrecentaron. Su ascendencia en la vida política local también fue evidente, llegando a ser alcalde por el estado noble en los años 1771, 1779 y 1792. Quizás la conexión entre Manuel Martínez de Tejada y su mujer viniera de los negocios comunes con su padre, en torno a la Encomienda de Almendralejo, cuyos dueños

224 Zarandieta Arenas, Francisco: “Los Martínez de Tejada, cameranos y zafrenses”, Cuadernos de Çafra, X (en prensa). Sobre la labor política de Manuel María Martínez de Tejada, Zarandieta Arenas, Francisco: “Manuel María Martínez de Tejada Prieto”, en José María Lama (ed.): Los primeros liberales españoles. La aportación de , 1810-1854 (Biografías), , Diputación de Badajoz. Colección Historia, 2012, pp. 215- 238. 225 Autos echos por la Justizia y Reximiento de esta uilla de Zafra para dar estado noble en ella a Don Manuel Martínez de Texaja 1751-1763, 2 láminas miniadas, 154 fs.

92 solían arrendar los frutos y derechos de sus respectivas partes, por periodos de seis años, y los arrendatarios eran con frecuencia “hombres de negocios”, muchas veces, cameranos. Así, por esas fechas las dos mitades estaban arrendadas a Juan José Martínez de Robledo, natural de Villanueva de Cameros, rico comerciante avecindado en Madrid, que también necesitaba apoderados que administraran sobre el terreno los diezmos, derechos y deberes de la Encomienda. Y aquí entran Felipe Prieto y Manuel Martínez de Tejada como apoderados del comerciante camerano-madrileño.226 Felipe, incluso, pasó a Almendralejo en 1769 para habitar la casa propia de la Encomienda, en la calle Real, esquina a Palacio, y allí vivió hasta su fallecimiento en 1776. Manuel Martínez de Tejada, de arrendador de dehesas, rentas decimales del obispado o encomiendas (, , Fregenal, Almendralejo…), quiso pasar a ser dueño de una de ellas, y, a tal fin, ya conocemos que compró la media Encomienda de Almendralejo, que estaba en poder de la familia de los Serra, vecinos de Génova, en cuya ciudad se otorgó la escritura correspondiente el 10 de abril de 1790; la cual para mayor solemnidad y firmeza de la venta, al ser bienes vinculados, tuvo la correspondiente aprobación del Consejo de la Cámara, despachándose a su favor Real Cédula, dada por Carlos IV, el 14 de septiembre de 1795. En virtud de la misma, Manuel Martínez de Tejada ejercería el condominio de la Encomienda con el Marqués de la Encomienda de Almendralejo perciviendo en su consecuencia cada uno en su respectivo tiempo la mitad de las rentas decimales y rediezmos primiciales, temporales e mixtas, reales y personales, y de qualquier calidad que sean y novales de la villa de Almendralejo. En definitiva, ambos eran, por mitad, dueños de las rentas decimales, bienes de la Encomienda (casa, silos, tierras…), la escribanía pública y del juzgado y la renta del jabón, y tenían como carga la nómina que se pagaba al cura de la villa. 227 Manuel Martínez de Tejada falleció en Zafra el 30 de marzo de 1802. Sus últimas disposiciones las escrituró en un testamento conjunto con su esposa, en 1781, en el que se fundaba un vínculo perpetuo, cuyo primer poseedor sería su hijo Manuel María, con el tercio y remanente del quinto de sus bienes, señalando las propiedades a las que afectaría dicha

226 APA, Manuel Antonio González de Arce, 1766, fs. 131-136. Autos relativos al arrendamiento de la Media Encomienda propiedad del Marqués de la Encomienda a Juan Martínez de Robledo, actuando su apoderado Manuel Martínez de Tejada. 227 AGS, Privilegio.

93 vinculación.228 Pero, habiendo adquirido después la Media Encomienda de Almendralejo, modificaron estas disposiciones en un codicilo, también conjunto, dado en 1797, en el sentido de señalar con preferencia a cualesquiera otros bienes, para el citado vínculo, la mitad de la Media Encomienda con todas sus cargas y censos que tuviere, a excepción de los 251 reales 8 maravedíes que pertenecían al cura y de los 200 reales que se daban todos los años para vestir pobres.229 Todavía el día antes de su fallecimiento otorgó otro codicilo230 para sustituir a uno de los albaceas nombrados que había fallecido, y recomendar que se hiciese inventario y partición de sus bienes, como así se otorgó el 4 de noviembre de 1803.231 Había logrado en cincuenta años crear un riquísimo patrimonio, inventariándose su capital en cerca de seis millones de reales. La valoración que se hizo de la Media Encomienda fue de dos millones de reales en función de lo que había rentado en los diez años precedentes, descontando las cargas de ese tiempo. Se adjudicó a Manuel María, su hijo y primer poseedor de la referida vinculación, la cantidad de un millón de reales, es decir, la mitad de la Media Encomienda, y a su viuda, la otra mitad. Sin embargo, la avanzada edad y poca salud de su madre le hicieron, también, administrador de los bienes maternos, recibiendo para tal fin amplísimos poderes para ello, he considerado no ser alguna [persona] más a propósito que […] mi hijo, a cuya actitud, probidad y celo confío el desempeño de este encargo.232 Y a los pocos meses, ya declaró cuáles de sus bienes debían entrar en el tercio y remanente del quinto, destinados a la vinculación que heredaría su hijo, entre los que se encontraba su mitad de la Media Encomienda.233 Manuel María Martínez de Tejada Su hijo Manuel María (Zafra, 13-11-1771; 13-10-1849) fue, por tanto, el heredero de la Media Encomienda de Almendralejo. No hizo cambios en la administración de estos bienes que siguió confiando a su pariente, Matías de la Peña, apoderado que fue de su padre, pero la Encomienda iba a proporcionar en pocos meses graves problemas a sus dueños. En enero de 1804 escribía Manuel María al Marqués de la Encomienda:

228 Archivo Histórico Municipal de Zafra [=AHMZ], Protocolos de Zafra [PZ], Pedro García Pardo, 30-12- 1781. 229 Ídem, ibídem, 25-4-1797. 230 Ídem, Tiburcio Pardo, 29-3-1802. 231 Ídem, ibídem, 4-11-1803. 232 Ídem, ibídem, 2-5-1804. 233 Ídem, ibídem, 12-10-1804.

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me incomoda […] el proyecto firmado por el Sor Espinosa234 para incorporar a la Corona esa y las demás Encomdas enagenadas con ella, aprontando su importe del fondo de consolidación.235 Ya la real cédula de 11 de febrero de 1803 por la que se mandaba cumplir el decreto de 2 de febrero precedente, sobre la nueva planta y atribuciones del Consejo de Hacienda, ordenaba que fuesen de su competencia todos los negocios de incorporaciones a la Corona de bienes y derechos que hubieran sido de ella y debieran volver a serlo. Y para facilitar dichas incorporaciones mandaba que la Caja de Consolidación de Vales Reales constituyera en sí misma los depósitos de los precios de la indemnización que acordara el Consejo, a disposición de este; y que, cuando lo dispusiese, las entregara a los anteriores poseedores, aunque, en el caso de ser bienes vinculados, les otorgarían escrituras de imposición de censo redimible con réditos del 3%, sobre la misma Caja, la cual disfrutaría de los bienes afectos a la incorporación por el tiempo necesario para reintegrase de su desembolso, y hasta diez años más para aumento de sus fondos, incorporándose después al Patrimonio Real.236 En un principio se procedió a desempeñar la Encomienda de Monesterio, con lo que se pusieron presentes los títulos por los que correspondieron a la Corona ésta y la de las otras villas vendidas en 1617 a los Diputados del Medio General de 1608. De esta manera también se pensó en recuperar para la Corona la Encomienda de Almendralejo en virtud de los términos de la escritura de venta. El principal valor de las encomiendas era la percepción de los diezmos, cuyos beneficios habían ido ascendiendo durante el siglo al ritmo del crecimiento de los precios agrarios, por lo que el negocio, la retrocesión a la Corona, representaba para esta una apuesta segura, útil y conveniente. No era la primera vez que la Corona se había planteado la incorporación de la Encomienda de Almendralejo. En 1761 el procurador síndico de Almendralejo, Bartolomé Fernández Nieto, había escrito al Marqués de Esquilache una carta comentándole los perjuicios que, a su juicio, padecía la Real Hacienda por el corto precio en que se había vendido la Encomienda, que desde su posesión en 1621 había producido una gran plusvalía a sus propietarios; de tal manera que se creía en el derecho de hacérselo saber, por si su enajenación ayudaba a remediar la situación económica. Esquilache remitió la carta al Consejo de Hacienda por si conviniere incorporar a la Corona esta Encomienda, y el

234 Manuel Sixto Espinosa, del Consejo de S. M. en el Supremo de Hacienda, Ministro de la Junta General de Comercio, Moneda y Minas de la Comisión Gubernativa de Consolidación de Vales Reales y Cajas de extinción y descuento y Contador General de ellas. 235 Zafra, 17 de enero de 1804. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda. 236 Novísima Recopilación, l. 16, t. 10, l. 6. Real Decreto de 2 y Cédula de 11 de febrero de 1803.

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Consejo emitió su parecer a Carlos III, que emitió su Resolución el 24 de octubre de 1761, señalando No vengo por ahora en el rescate de esta Encomienda.237 a) La incorporación a la Corona de 1805 La situación de principios del siglo XIX fue distinta. Los propietarios presentaron reclamación ante el Consejo de Hacienda, en un intento de derogar el pacto de retro, para que su posesión quedase en firme para siempre, estando prestos a hacer el donativo que se les señalase, lo que fue desestimado en noviembre de 1804. Dos meses antes, se les había notificado a Manuel María Martínez y al Marqués de la Encomienda que debían presentar los títulos de la venta por parte de la Corona,238 y otorgar escritura de retroventa, señalando si los capitales que ya estaban depositados en la Caja de Consolidación (1.656.470 reales 20 maravedíes) se hallaban, o no, vinculados. La Media Encomienda del Marqués eran bienes de su mayorazgo y la mitad de la Media Encomienda de Martínez de Tejada también estaban vinculados, siendo la otra mitad del zafrense bienes de libre disposición de su patrimonio. Los bienes vinculados se impondrían en la Caja de Consolidación para que obtuvieran el 3% anual de réditos, y los libres deberían abonarse; aunque todo esto iba en contra de las estipulaciones de la escritura de venta, que determinaba la entrega del precio en moneda de plata. Todavía en los primeros meses de 1805 los propietarios intentaron que los capitales no quedaran impuestos en la Caja de Consolidación sino sobre otras fincas, ofreciendo a el Príncipe de la Paz un donativo para las urgencias de la guerra.239 Trabajemos cada uno por su parte en buscar alguna finca cuantiosa que proponer, escribe también Martínez de Tejada al Marqués de la Encomienda,240 pero este plan no era muy del agrado del Marqués, que le contestó que quedaba sumamente desazonado con su determinación de V. pues yo quería nuestra unión hasta la muerte y esto entibia o aumenta mi repugnancia en el asunto.241 De hecho, pese a ligeras discrepancias de estrategias, seguirían juntos en todos los asuntos. La propuesta tampoco tuvo éxito y el 23 de abril de 1805 el subdelegado de rentas para el partido y la ciudad de Llerena, Gregorio de Silva y Pantoja dio la posesión de los bienes de la Encomienda a la Real Hacienda en cuyo nombre actuó Juan Manuel Rubio, vecino de Zafra. Al día siguiente se fijó un edicto en los lugares acostumbrados de

237 AME, Papeles de la Encomienda, leg. B. 238 AME, Cédula Real de la venta de la Encomienda de Almendralejo. Presentado por parte del Marqués de la Encomienda y Don Manuel Martínez de Tejada, 21 de enero de 1805 [=Cédula]. 239 Almendralejo, 18 de febrero de 1805. Marqués de la Encomienda a Manuel María Martínez. 240 Zafra, 13 de marzo de 1805. Manuel María Martínez de Tejada a Marqués de la Encomienda. 241 Almendralejo, 14 de marzo de 1805. Marqués de la Encomienda a Martínez de Tejada, Almendralejo, 14-3- 1805.

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Almendralejo para que llegara a conocimiento de la población que había quedado incorporada a la Corona.242 En Almendralejo actuó en nombre de Martínez de Tejada su administrador, Matías de la Peña, aunque días más tarde también le fue comunicada al zafrense el acto de posesión. No hicieron ninguna protesta por escrito, sólo verbal y Manuel María se quejaba al Marqués de que, tal vez, en el futuro les podría perjudicar esta falta de protesta, aunque siempre podrían hacerla en el Consejo.243 Pidieron los autos y no se los entregaron, por lo que no otorgaron la escritura de retroventa. Manuel María no cobró réditos de su capital, pero aprovechó la ocasión de la denominada desamortización de Godoy, para redimir un censo que gravaba dicha Encomienda, por un capital de 13.333 reales procedente de la memoria de doña Agustina Mejía Carrillo y Mendoza, para vestir a pobres, y compró una casa en Zafra, procedente de la Iglesia Colegial, por 7.340 reales.244. En cambio, el Marqués de la Encomienda sí los obtuvo, al menos en algunos años. Así, cobró el 11 de septiembre de 1806 la cantidad que le correspondía desde el citado 23 de abril hasta final de 1805, que ascendía a 17.224 reales. En la actuación de la Real Hacienda, los abogados de los propietarios advirtieron intereses ocultos a favor del poderoso favorito Manuel Godoy: Parece que la disolución del contrato no se intentó en veneficio del Real Herario sino en el de Dn Manuel Godoy […], se trató de que en mil ochocs siete el referido […] se hiciese dueño de dichas rentas pagando el precio de su tasación en vales reales.245 En efecto, es conocido el interés del Príncipe de la Paz por hacerse con distintas encomiendas extremeñas, entre ellas las de , ya en 1790, o las de Ribera y Aceuchal en 1794; en 1807 pretendía las de Medina de las Torres, Calzadilla, Almendralejo, Fuente de Cantos y Monesterio, aunque los acontecimientos que se sucedieron después no permitieron concluir estos proyectos.246 A partir de la incorporación a la Corona, Matías de la Peña administró la Encomienda en nombre de la Real Hacienda hasta el 26 de mayo de 1805 y el Marqués de la Encomienda, desde esta fecha hasta finales de aquel año, cobrando por ello el 6% de todos los productos

242 AME, Papeles de la Encomienda, leg. A, n 19. 243 Zafra, 26 de abril de 1805. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda. Respuesta de 28 de abril de 1805. 244 Archivo de Protocolos de Madrid [=APM], López Fando, tomo 22.144, f. 943, 23-11-1805; y tomo 22.152, f. 78, 14-12-1805; respectivamente. Agradezco la información a Miguel Ángel Naranjo Sanguino. 245 AME, Papeles de la Encomienda, leg. A Recurso presentado por el Licenciado Don Juan García del Pozo y Domingo González Espinosa el 8 de abril de 1820. 246 Gijón Granados, Juan de: La Casa de Borbón y las Órdenes Militares durante el siglo XVIII (1700-1809), Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2009, pp. 318-320.

97 recaudados.247 Por la cuenta que presentó, nos hacemos una idea del valor que representaban los diezmos que cobraban de trigo, cebada, habas, garbanzos, avena, lana fina, lana basta, corderos finos, corderos bastos, chivos, lechones, jabón duro, jabón blando y ladrillos, que fueron 212.566 reales 25 maravedíes más 10,5 vellones de lana fina y 1.760 ladrillos que no vendió. Descontando los gastos de recolección, honorarios por administración y otros, quedó un alcance para la Real Hacienda de 136.650 reales 6 maravedíes más lo no vendido.248 La concesión del arrendamiento al Marqués fue muy del agrado de Martínez de Tejada, aunque éste no quería entrar en ningún asunto de arrendamiento porque, estimaba, que se podía entender como consentimiento a la posesión dada, que trata de reclamar y contradecir.249 El Marqués siguió con el arrendamiento de la Encomienda de cuyas cuentas descontó los réditos de su capital impuesto al 3%, de los años 1806 y 1807, que ascendieron con los de la parte de 1805 (desde el 23 de abril) a la cantidad de 66.920 reales 32 maravedíes. Durante los años 1808 y 1809 la Encomienda fue administrada por Francisco Fernández Golfín,250 hijo del IV Marqués de la Encomienda, a nombre de la Comisión Gubernativa de Consolidación de Vales Reales. En 1810 por falta de caudales con motivo de los gastos de la guerra y suministros que se hacían a las tropas enemigas se echó mano de aquellos productos sin pagar los réditos. En “tiempos de la dominación enemiga” disfrutaron de esta y de las demás encomiendas los administradores militares y de hacienda de la Provincia. Desde 1811, se hizo cargo de la administración Matías de la Peña, quien rindió cuentas a la Contaduría de Maestrazgos y Encomiendas que se creó en Badajoz y al Intendente de la Provincia, y de 1814 a 1819 al Establecimiento del Crédito Público en Badajoz. La guerra, la actividad en las Cortes de Cádiz como Diputado por Extremadura y el temor a la represión que le llevó al exilio apartaron a Manuel María Martínez de Tejada de Zafra y de sus ocupaciones mercantiles, no percibiendo en todo este tiempo ninguna compensación por el secuestro de la Encomienda.251 En abril de 1819 el Establecimiento del Crédito Público de Badajoz sacó a subasta el arriendo, por separado, de la Encomienda de Almendralejo, y otras también incorporadas a la

247 Archivo particular, Diversos, 1. 248 Ídem, ibídem, 2. 249 Zafra, 21 de junio de 1805. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda. 250 Sobre Fernández Golfín, véase Fernández-Daza Álvarez, Carmen: “Francisco Fernández Golfín”, en José María Lama (ed.): Los primeros liberales españoles. La aportación de Extremadura, 1810-1854 (Biografías), Badajoz, Diputación de Badajoz. Colección Historia, 2012, pp. 147-170. 251 Sobre la dedicación de Manuel María Martínez de Tejada durante estos años, Zarandieta Arenas, Francisco: “Manuel María Martínez de Tejada Prieto”, op., cit., pp. 230-238.

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Real Corona (Calzadilla, Fuente de Cantos, Montemolín, Monesterio y Medina de las Torres) así como las secuestradas de Aceuchal y Ribera, Oliva y Valencia del Ventoso. El arrendamiento sería por tres años enteros (1819-1822) de frutos, cosechas y aprovechamientos, bajo una serie de condiciones que se señalaban en el Edicto que se publicó al efecto por don Carlos Sebastián Malagamba, Comisionado Principal de dicho Establecimiento. La subasta se remató en Pascual de Codés que actuaba en nombre de Pedro Romero de Tejada, el poderoso camerano almendralejense, abuelo de Carolina Coronado,252 en 100.000 reales por cada año. b) La posesión de 1822 Durante el tiempo de la revolución y la guerra y a partir de entonces por el “trastorno general de las cosas”, los propietarios no iniciaron ninguna acción para recuperar la encomienda, muy principalmente por no haber recibido los autos reiteradamente pedidos. Publicada la Real Orden de 28 de junio de 1817,253 que intentaba conciliar los intereses de la Corona con los de los propietarios para realizar los reingresos necesarios en los expedientes de incorporación de fincas, bienes, oficios y derechos enajenados de la Corona, constituyendo los depósitos necesarios o arbitrando los medios para facilitarlos, los propietarios encontraron un apoyo legal nuevo para interponer recurso contra el secuestro de 1805. Por ello, el 15 de marzo de 1819 solicitaron la entrega del expediente, para recurrir sobre sus derechos. Recibidos los autos el 8 de abril de 1820, recurrieron los interesados al que después sería calificado como “Supremo Tribunal de Justicia, que estableció el gobierno violento”, pretendiendo que se les reintegrase en su antigua posesión y se les abonasen los frutos percibidos desde 1805. Estando pendiente este pleito, se publicó en el Suplemento de la Gaceta de Madrid de 21 de diciembre de 1821 el anuncio de la venta por parte del Crédito Público de la casa de la Encomienda y dos suertes de tierra (situadas todas en Almendralejo), pertenecientes a la “Encomienda del mismo título vacante en la orden de Santiago”. En realidad, no se trataba de bienes pertenecientes a la “Encomienda vacante de la orden de Santiago”, porque ya hemos indicado que este título, que conllevaba para su dueño el de comendador de Almendralejo, se

252 Sobre este interesantísimo personaje, véase Fernández-Daza Álvarez, Carmen: La familia de Carolina Coronado, Almendralejo, 2011, pp. 99-162. 253 Decretos del rey don Fernando VII: año cuarto de su restitución, Tomo Cuarto (1817), Madrid, Imprenta Real, 1818, pp. 327-328.

99 había trasladado y situado sobre la renta de la seda en el Reino de Granada al desmembrarse de la Orden. En cambio, las propiedades sacadas en la Gaceta formaban parte de la Encomienda y rentas decimales sobre las que se estaba pleiteando, por lo que Martínez de Tejada y el Marqués de la Encomienda pidieron la suspensión de su venta hasta la conclusión del pleito. Esto demuestra la confusión, incluso en los tribunales, sobre las distintas adscripciones de bienes a las encomiendas, cuando estas habían pertenecido a órdenes militares, habían sido desamortizadas, habían sido compensadas las órdenes por estas desamortizaciones y habían venido a manos privadas bienes y derechos adjuntos a ellas.254 Consiguieron que el Supremo Tribunal por providencia de 8 de febrero de 1822 les diese la posesión de lo secuestrado en 1805, con restitución de los frutos producidos y debidos, como querían, y que se mandase suspender la venta de las citadas fincas. Se mandó ejecutar la sentencia por decreto de 22 de febrero de 1822, y el 15 de abril de aquel año se les dio a Martínez de Tejada y al Marqués de la Encomienda la posesión de las rentas, bienes y derechos correspondientes a la Encomienda, tal como la tenían el 22 de abril de 1805, comunicándolo al vecindario por el correspondiente edicto y voz del pregonero.255

254 En este sentido, siguieron otorgándose títulos de Comendadores de Almendralejo, desligados desde 1573 de los bienes desmembrados. Damos los nombres conocidos de los que ostentaron el título antes y después de 1573: Martín Fernández (1329?-1333?), Diego Méndez (1475?-1480?), Álvaro Bazán (1483?+), Fernando Bazán (1483-1515?), Pedro Quintana (1519?), Juan Quintana (1545?-1574), Diego de Zúñiga y Palomeque (1576- 1578), Cristóbal del Águila (administrador, 1579-1583), Pedro de Zúñiga y Cabeza de Vaca, hijo de Diego de Zúñiga (1583-1605), Diego López de Salcedo (administrador, 1605-1609), Luis Venegas de Figueroa (1609- 1620), Juan Coloma Calvillo (1620-1638), Leonor de Ibarra (gozó de los frutos de la Encomienda por merced de Felipe IV, pero no se le despachó título, 1640-1646), Juan Ribera de Vargas (administrador, 1640-1645), Gregorio de Tapia (administrador, 1646-1648), Gregorio de Brito (sin título, 1647?), Manuel de Porres y Vozmediano (administrador, 1648-1650), Diego Pedro de Angulo (administrador, 1650-1652), Fernando Carrillo, Marqués de Villafiel (1652-1683), Clara Jacinta de Velasco, Marquesa de Miranda, mujer de Fernando Carrillo (con dispensa de S.S., 1684-1686), José Sarmiento de Valladares (administrador, 1684-1686), Francisco Doroteo Daza (1688-1702), Eugenio de Croix, Caballero de Croix (1706-1709), Baltasar Hurtado de Amazaga, Marqués de Riscal (1709-1720), Domingo Bretón y Ruiz de Bucesta (1720-1764), Francisco Bucarelli y Ursúa (1765-1780), Pedro Enrique de la Haye Saint Hilare (1788-1803), Carlos IV durante diez años, antes de incorporarse a la monarquía (1803-). AHN, Órdenes Militares, Códices Orden de Santiago, 236B, fs. 31-31v; Salazar y Castro. Luis de: Los comendadores de la Orden de Santiago, I, Castilla, Madrid, Patronato de la Biblioteca Nacional, 1949, pp. 402- 411; Siete Iglesias, Marqués de: “La Encomienda de Almendralejo de la Orden de Santiago”, Hidalguía, 1978, XXVI, 148-149, pp. 515-528; Lambert-Gorges, Martine: “Les avatars d’une commanderie santiaguiste au temps des Habsbourg: Almendralejo”, Mélanges de la Casa de Velázquez, XIX, I, París, 1983, pp. 169-196; Zarandieta Arenas, Francisco: Almendralejo en los siglos XVI y XVII, Almendralejo, 1993, tomo 2, pp. 392-412.; Gijón Granados, Juan de: op., cit., pp. 571-572 255 En posesión de nuevo de su Media Encomienda, Martínez de Tejada encargó de su administración a otro camerano, Ramón García de Vinuesa, que la desempeñó hasta su trágico fallecimiento, visitando las eras de las Cruces, en Almendralejo, próximas a la actual Estación de ferrocarril, cuando se desencadenó una fuerte tormenta, decidió resguardarse de la lluvia dentro de un chozo, donde “fue sofocado por un rayo”. En 1997 apareció bajo la cal de una tapia, en una casa de Almendralejo, una lápida con este texto: “El día 10 de agosto de 1829, a las 6 de la tarde, 47 pasos al frente de esta cruz, fue sofocado por un rayo don Ramón García de Vinuesa. Rueguen a Dios por él”.

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Como la Encomienda estaba arrendada en el momento en que “recuperaron” su posesión, consideraron concluido el contrato de arrendamiento, pero se mostraron dispuestos a que Romero de Tejada siguiera con él, hasta su terminación, bajo el mismo precio del remate; en caso contrario, solicitaban que los frutos habidos desde el 29 de septiembre de 1821 (el año en los contratos se había hecho “de san Miguel a san Miguel”) hasta el citado 15 de abril de 1822 se les devolvieran y ellos pagarían los gastos que se hubiesen hecho en su recaudación. Por parte de Romero de Tejada se contestó que daba por concluido el arriendo y entregaría los frutos requeridos. Pero, éste debía cierta cantidad al Establecimiento del Crédito Público, estimada en 151.597 reales 6 maravedíes, y los actuales propietarios se la demandaron, iniciándose un largo pleito. Aparte de las discusiones entre las partes (y también con el citado Establecimiento) por la cantidad demandada, los principales argumentos de Romero de Tejada se basaban en que su deuda era con el Crédito Público y no con Martínez de Tejada y el Marqués de la Encomienda, con quienes no había tratado nada; mientras que éstos argumentaban que dicho Establecimiento no podía requerirle a Romero de Tejada dicho pago sobre un objeto que ya nos les pertenecía, y sí a ellos. No conocemos la conclusión de este pleito, pero sospechamos que pudo ser adverso a los propietarios de la Encomienda, porque Romero de Tejada obtuvo de la Dirección General de Rentas de Badajoz una orden, expedida el 26 de abril de 1825, por la que se mandaba que la liquidación de los años de arrendamiento debía hacerse con estas oficinas, abonándoles el deudor la cantidad que resultara, a fin de que se pudiera cancelar la escritura de fianza que había otorgado a favor del Establecimiento del Crédito Público para responder al arrendamiento.256 Además, señalaba que no se moleste a Romero de Tejada por el Marqués y Martínez, sobre liquidación y pago de lo que adeude. Los últimos datos que conocemos del pleito se refieren a la entrega por los propietarios a la Dirección General de Rentas de Badajoz del expediente que se había seguido, lo que tuvo lugar en 1827, y a la cancelación por dicha Dirección General de la escritura de fianza de Romero de Tejada el 17 de marzo de 1833. Durante los años del Trienio la percepción de los diezmos se vio duramente atacada por los políticos liberales de las Cortes. La proposición presentada por los liberales más exaltados en la primera legislatura que pretendía su abolición no tuvo éxito, por lo que en la segunda, los objetivos fueron más modestos, recogiéndose en el Decreto LXVII de 29 de

256 APA, Nicolás María Borrés, 10-9-1819. Hipotecó bienes por valor de 208.500 reales.

101 junio de 1821 la reducción del diezmo a la mitad de las cuotas que se pagaban hasta entonces.257 Por lo respecta a los partícipes legos258, el decreto determinaba que serían indemnizados con bienes del clero y de las fábricas de las iglesias y, mientras tuviera lugar, la Junta Nacional del Crédito Público les pagaría anualmente el valor de los diezmos, calculados sobre los datos del último quinquenio y el que había finalizado en 1808, sin contar los años 1803 y 1804; es decir, que Martínez de Tejada y el Marqués de la Encomienda (como el resto de partícipes legos) tendrían la posesión, pero no la propiedad de sus rentas decimales. Aquel decreto duró lo que el régimen constitucional, pues, restaurado Fernando VII en su poder absoluto, una Orden del Ministerio de Hacienda de 6 de junio de 1823 lo anuló, mandando que desde este año inclusive se paguen los diezmos y primicias íntegramente.259 La percepción del diezmo, que ya desde comienzos del siglo había sufrido un importante descenso por las guerras y cambios revolucionarios habidos, dio un nuevo paso hacia su desaparición; pues, roto el carácter religioso de la prestación decimal, costó restablecer su cobro “completo” después de 1823.260 Desconocemos cómo afectó a Martínez de Tejada y al Marqués de la Encomienda en los pocos meses de su establecimiento, después de la posesión de abril de 1822; pero, es de suponer, al no contar con correspondencia de estos años, que sufrieran el mismo malestar que los demás partícipes legos por la resistencia que ofrecía el clero secular a poner sus bienes a disposición de las indemnizaciones que se establecieron.261 c) La incorporación a la Corona de 1830 La vuelta al régimen absolutista propició también la revisión de todas las sentencias dadas el Trienio sobre demandas de reversión, incorporación…, por lo que, vueltos los autos al Consejo de Hacienda, se pasaron al Fiscal quien solicitó por escrito de 5 de septiembre de 1823 que la sentencia de 8 de febrero de 1822, dada por un Tribunal que no existe se declarase nula y sin efecto.

257 Colección de decretos y órdenes generales expedidos por las Cortes ordinarias de los años 1820 y 1821, t, VII, Madrid, Imprenta Nacional, 1821, pp. 245-249. Decreto LXVII de 29 de junio de 1821. Reducción del diezmo y primicias. 258 Se denominan partícipes legos a los seculares que tenían parte en la distribución de diezmos antes de su alteración y abolición. 259 Decretos y resoluciones de la Junta Provisional…, año de 1823, t. VII, Madrid, Imprenta Real, 1824, pp. 18- 20. Orden circular expedida por el Ministerio de Hacienda, por la que se anula el decreto de las Cortes de 29 de junio de 1821 relativo a diezmos. 260 Canales, Esteban: “Diezmos y revolución burguesa en España”, en Ángel García Sanz y Ramón Garrabou, eds, Historia agraria de la España contemporánea. 1. Cambio social y nuevas formas de propiedad (1800- 1850), Barcelona, Crítica, 1985, pp. 245-274. 261 Montolío Hernández, Ricardo: “El medio diezmo. Un episodio en la reforma eclesiástica del trienio liberal (1820-1823)”, Hispania Nova, 1, 1998-2000.

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Pero los interesados recurrieron, al asilo del Real Decreto de 5 de febrero de 1824, que en su artículo tercero señalaba que los pleitos y causas que se hallaran ejecutoriados y la sentencia hubiera sido consentida, se considerasen válidos y no dieran lugar a nueva instancia; y pidieron la subsistencia del auto del extinguido tribunal.262 La Real Cédula de 12 de marzo de 1826 ordenó que no se llevaran a cabo los despojos que hubiera sufrido la Corona por sentencias producidas en el abolido Tribunal Superior de Justicia, en casos de reversión, incorporación (y otros), de manera que se repusiera a la Corona en las posesiones que tenía antes del 7 de marzo de 1820 y que las conservara hasta terminarse los pleitos,263 dio nuevos argumentos al fiscal, en contra de la opinión mantenida por Martínez de Tejada que escribía al Marqués lo siguiente: Debemos tratar de sostener la providencia del extinguido Tribunal de Justicia de 8 de Febº de 1822, apoyándonos en la Rl Cédula de 5 de Febº de 1824 y en que no existen en nuestro caso los causales que han motivado la Rl Cédula de 12 de Marzo del presente año [1826].264 Sin embargo, la Sala Primera de Justicia del Real Consejo de Hacienda dictó sentencia el 30 de junio de 1827 anulando la providencia de 1822 y ordenando que se restituyese a la Real Corona la posesión de la Encomienda con todas sus pertenencias y con los frutos y rentas que hubiera producido o debido producir desde que fue desposeída. Comunicada a los interesados, éstos interpusieron súplica, desestimada por el Consejo por Auto de 22 de febrero de 1830, por no haber lugar a ello, por lo que Fernando VII dio una Real Carta Ejecutoria en Madrid a 18 de marzo de 1830, mandando que se cumpliera la citada sentencia, tomando de nuevo la Real Hacienda la posesión de la Encomienda de Almendralejo, pasando a administrarla, en su nombre, Miguel Bravo, teniente coronel de los Reales Ejércitos. d) La posesión de 1831 Manuel María Martínez y el Marqués de la Encomienda siguieron pleiteando y el Fiscal mejoró su petición, declarándose que debía continuar la incorporación de los derechos demandados sin perjuicio del que asiste a las partes al precio consignado en un principio en

262 Decretos del rey don Fernando VII (1824), volumen 8, 5 de febrero de 1824, pp. 120-74: Real cédula de S. M. y Señores del Consejo, por la cual se fijan las reglas que han de observarse para la validación o nulidad de las actuaciones judiciales, contratos y demás actos públicos de esta especie, practicados y otorgados en el tiempo que ha regido el titulado Gobierno constitucional. 263 Decretos del rey don Fernando VII (1826), volumen 11, 12 de marzo de 1826, pp. 69-74: Real cédula por la cual se prescribe lo conveniente acerca de la validación o nulidad de las actuaciones judiciales, seguidas durante la época llamada constitucional, tanto en los juicios de contrabando como en las demandas de reversión, incorporación y tanteo, y demás derechos correspondientes a la Real Hacienda. 264 Zafra, 29 de mayo de 1826. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda.

103 la expresada Caja (Madrid, 27-9-1830). Por lo tanto, el argumento a favor de los interesados pasó a ser la reclamación de capitales.265 El 19 de octubre de 1830 se presentó por parte de Wenceslao de Argumasa266 y Segundo Antonio Redondo, en representación de los dueños, un escrito en el que se argumentaba que, según lo que marcaba el asiento primitivo de venta por parte de la Corona a los genoveses, transmitido, posteriormente, a los que fueron adquiriendo la posesión de la Encomienda; Martínez de Tejada y el Marqués de la Encomienda nunca se habían opuesto a la incorporación a la Corona puesto que estaba pactada en las estipulaciones de 1643, pero sí se oponían a la manera en que se había llevado a cabo, pues la citada retroventa llevaba consigo la paga en moneda de plata y la notificación a los dueños para que acudieran a percibir el dinero, y éstos no podían escriturar la retroventa sin haber cobrado. Aunque los Marqueses de la Encomienda recibieran algunos réditos del capital impuesto en la Caja de Consolidación, Martínez de Tejada no recibió nunca nada, y la escritura de retroventa no se otorgó nunca, porque no se cumplió con la cláusula del pago en moneda de plata de la cantidad convenida. La Sala de Justicia del Consejo de Hacienda aceptó el escrito y, entregó los autos, con lo que los interesados elevaron una petición, el 14 de febrero de 1831, en la que, abundando en los mismos argumentos del anterior escrito, insistieron en que en 1804 no se les habían entregado los autos por lo que no pudieron decir lo mismo que en ese momento estaban manifestando y reclamaron, una vez más, el pago en plata, pues el valor del maravedí era mayor en aquel tiempo, añadiendo irónicamente como si fueran de vellón los maravedís del tiempo del señor don Felipe cuarto como lo son los del día. La petición se apoyó, además, en la ya citada Orden de 28 de junio de 1817, en el que se resolvía que continuaran los expedientes de incorporación a la Corona de bienes enajenados, entendiendo que la falta de depósitos para hacer frente a ellos no suponía la suspensión del expediente; señalando, además, que no se perturbara la posesión de los interesados mientras no se verificara la entrega de la cantidad fijada para la reversión a la Corona de los citados bienes; es decir, si había con qué pagarles, que se les pagase, y si no,

265 Madrid, 15 de octubre de 1830. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda. 266 Wenceslao Argumosa Bourke fue un célebre abogado que también defendió los pleitos de las casas de Frías, Osuna, Cerralbo y Sotomayor entre otras. Desempeñó el cargo de síndico en el Ayuntamiento de Madrid y fue el impulsor de la idea de levantar un monumento a las víctimas del 2 de mayo. El pleito de la Encomienda de Almendralejo sería de los últimos que defendió, pues falleció el 28 de noviembre de 1831.

104 que no se turbase su posesión.267 En el caso de Martínez de Tejada la mitad de su Media Encomienda era vinculada y el resto libre, mientras que la Media Encomienda del Marqués estaba vinculada. Los interesados pedían que se procediera a la retroventa a cambio de la entrega del precio de la venta a los Serra en plata de 1643, a la entrega de los frutos dejados de percibir desde 1805 en que fueron privados de la posesión y a cierta cantidad que se les adeudaba por entregas que habían hecho a la fábrica de la Iglesia Parroquial de Almendralejo y que no se les había resarcido con los sobrantes anuales de dicha fábrica, evaluados en unos 150.000 reales.268 El 30 de abril de 1831 la Sala de Justicia dictó sentencia, mandando que la Encomienda se incorporara a la Corona, y que se pasara oficio a la Real Caja de Amortización para que entregara a los propietarios la parte que les correspondía como libre (la cuarta parte, debida a Martínez de Tejada) y el resto, por estar vinculada, que se impusiera en la Caja, generando los réditos correspondientes; y que se otorgara la escritura de retroventa. En el caso de que la Real Caja no estuviera en disposición de entregar el numerario y hacer el reconocimiento de la parte impuesta en ella, se restituiría la Encomienda a sus propietarios, a los que se reservaba su derecho respecto a los frutos que hubieran dejado de percibir durante el tiempo del secuestro. Esta sentencia fue sancionada por el Rey con el lacónico y tradicional “publíquese”, el 23 de agosto de 1831. Pero, el Director de la Real Caja de Amortización contestó al oficio en el sentido de que no disponía en su presupuesto de partidas que pudieran hacer frente a lo que se les pedía (Madrid, 20-9-1831); por lo que el Supremo Consejo de Hacienda libró el 6 de octubre siguiente, el oportuno despacho al Intendente de Extremadura para que pusiese en posesión de la Encomienda de Almendralejo al Marqués de la Encomienda y a Manuel María Martínez de Tejada; y el Rey sancionó todo lo anterior por su Real Carta Ejecutoria de 13 de octubre de 1831. Martínez de Tejada estaba por estas fechas en Madrid, por lo que para la posesión de la Encomienda tuvo que otorgar un poder a Matías de la Peña269 para que lo representara en este acto de posesión que se celebró el 28 de octubre de 1831. Desde marzo de aquel año la

267 Decretos del rey don Fernando VII: año cuarto de su restitución (1817), Madrid, Imprenta Real, 1818, pp. 327-328. Circular del Supremo Consejo de Hacienda, por la que se manda a consulta de este Supremo Tribunal el expediente promovido sobre el establecimiento de arbitrios para satisfacer los precios de egresión de la Corona por las alhajas que hubiesen de volver a ella, que se continúen sin intermisión los expedientes de incorporación de bienes, oficios y derechos enajenados de la Corona, con lo demás que expresa. 268 Dejamos para otra ocasión este interesante asunto de las relaciones de la Encomienda con la Parroquia, sobre ciertas obras realizadas en su fábrica. 269 APM, Claudio Sanz, 6-10-1831. Poder de Manuel María Martínez de Tejada a favor de Matías de la Peña, para que lo represente en la toma de posesión.

105 administraba Pedro Morales, vecino de (yerno de Pedro Romero de Tejada), sustituto de Miguel Bravo, que había cesado al tener que tomar el mando del Regimiento Provincial de Badajoz.270 Al día siguiente, se publicó un Edicto que se fijó en Almendralejo en los lugares acostumbrados para informar a la población de que los derechos sobre la Encomienda volvían a estar en manos del Marqués de la Encomienda y Martínez de Tejada. e) La devolución de los frutos Ahora el problema era la devolución de los frutos dejados de percibir durante el tiempo en que la Encomienda estuvo en poder de la Real Hacienda. De nuevo, un largo y complicado asunto que debía resolverse con informes de distintas dependencias (Dirección de Rentas, Comisión Central de Amortización, Contaduría de Valores…) no siempre coincidentes, en especial con el criterio de los propietarios, pues aquellos organismos consideraban que lo que había que liquidarles eran los réditos al 3% que habían dejado de percibir en las dos épocas en que estuvo secuestrada la encomienda; cuando, según los propietarios, la sentencia no habló ni podía hablar de réditos de un capital que ni existía ni estaba impuesto a nuestro favor, sino de frutos procedentes de una finca nuestra que havíamos dejado de percibir durante el secuestro de ella.271 Martínez de Tejada partía en estos discernimientos con una cierta ventaja pues nunca cobró ningún rédito, no así la otra parte que ya sabemos que recibió algunas cantidades por este concepto. El agente de negocios de los copropietarios, Igartúa, lo resume así en carta dirigida al zafrense: Acaso el Sor Marqués sale peor que V. de poder de estos Sres que se han encaprichado en que consintió el depósito y tomó sus réditos, pero aunque sea verdad lo segundo, es falso que se formalizara ni menos qe exista tal depósito, ¡ojalá que estuviese hoy existente y quisieran debolverlo y que se quedaran con la finca!272 Las liquidaciones se eternizaron y, en algún momento, daba la impresión, por la correspondencia conservada, de que los intereses de los dos copropietarios iban por caminos diferentes: el Marqués de la Encomienda se llegó a conformar con la liquidación que había

270 APA, Juan Antonio Marzulo, 7-3-1831. Fianza con hipoteca otorgada por Pedro Morales para responder de las rentas decimales de la Encomienda de Almendralejo con bienes (800 olivos y 46 fanegas de tierra) por valor de 64.000 reales. 271 Zafra, 12 de mayo de 1834. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda. 272 Madrid, 18 de octubre de 1839. Igartúa a Martínez de Tejada.

106 hecho la Comisión Central de Amortización en 1833,273 al considerar que iba a ser difícil que se aceptara de otra manera; Martínez de Tejada, en cambio, le advirtió del peligro que para otros pleitos podía tener esta aceptación, que daba por hecho que su mitad de la Encomienda había sido efectivamente incorporada a la Corona en 1805,274 y consiguió convencerle de que, a pesar de los entorpecimientos de la justicia que todo lo aplazaba o lo dilataba, pidiendo siempre datos nuevos sin hallar los que desea que apoyen su dictamen, ellos debían ir siempre de acuerdo en todo, porque además de exigirlo así la conformidad de nuestros intereses, lo exige principalmente nuestra antigua y verdadera amistad.275 Los últimos datos que conocemos de este proceso, corresponden a la correspondencia del resto del año 1844, en la que se nos dice que la liquidación de 1833 fue anulada y se adoptó, con gran satisfacción de los propietarios, el criterio de la devolución de frutos, pero que quedaba pendiente la búsqueda de las cuentas de la Encomienda durante los años del secuestro.276 f) La abolición de los diezmos y la indemnización de los partícipes legos El asunto de la devolución de frutos se iría dilucidando casi paralelamente al proceso último de la desaparición de los diezmos. El motín de los sargentos en La Granja obligó a la regente María Cristina a restaurar la Constitución de 1812 en el ínterin que reunida la nación en Cortes manifieste expresamente su voluntad o dé otra constitución conforme a las necesidades de la misma.277 Este texto ocasionó la negativa de esos contribuyentes [de Almendralejo] a pagar el Diezmo entero, queriendo hacerlo solo de la mitad por creer equivocadamente que publicada la Constitución se entienden renovados los Decretos de las Cortes de 1820 a 1823 y entre ellos el que rebajó el diezmo a una mitad.278 Esto escribía Martínez de Tejada a su amigo el 24 de agosto de 1836; la situación debió ser tan general que ; pero, días antes, la Reina Gobernadora había tenido que solucionar

273 La liquidación practicada el 13 de abril de 1833 arrojaba un montante a favor del Marqués de la Encomienda de 261.734 reales de vellón. 274 Zafra, 22 de mayo de 1840. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda 275 Zafra, 16 de enero de 1844. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda. 276 Entre otras, Zafra, 16 de junio, 15 de noviembre y 26 de noviembre de 1844: Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda 277 Decretos de S. M. la Reina Doña Isabel II, tomo XXI, Madrid, Imprenta Nacional, 1837, p. 330. 278 Zafra, 24 de agosto de 1836. Manuel María Martínez a Marqués de la Encomienda.

107 estos problemas, dando un decreto, que declaraba que por ahora […] no se consideren restablecidas las disposiciones emanadas de las dos épocas constitucionales.279 De las Cortes salieron una nueva Constitución, la progresista de 1837, y la supresión del diezmo, en julio de 1837. El proceso ha sido suficientemente estudiado280 y, aparte de seguir el curso de los acontecimientos, sólo nos referiremos a los aspectos que afectan a los partícipes legos, ya que las rentas decimales constituían la práctica totalidad de los bienes y derechos afectos a la Encomienda de Almendralejo.281 La Ley de 16 de julio,282 de carácter provisional, prorrogaba en un año su percepción, pero cambiando sustancialmente su naturaleza, porque ahora se convertía en una contribución civil y especial del Estado. Martínez de Tejada le resumía su contenido al Marqués de la Encomienda y sugería la estrategia que debían seguir: No sé que es lo que podamos pedir en el día, mediante que por el artº 1º se declara que todos los productos de la contrivución conocida hasta ahora con el nombre de Diezmos y primicias, cualesquiera que sean su clase y aplicación, pertenecen exclusivamte al Estado; y por el artº 2º se dispone que su importe total se dividirá íntegramente, aplicándose una mitad a las obligaciones del culto, clero y partícipes legos en proporción a sus respectivos dros, y la otra mitad a las atenciones del Tesoro ppco. Para hacer distrivución de la mitad aplicada al culto, clero y partícipes legos, se crean Juntas diocesanas, se designan las personas que deben componerlas y se las previene por el artº 3º que, guardando la debida proporción, distrivuyan el acervo total entre los interesados. Bajo estos principios no nos quedan en el día otra cosa que hacer sino solicitar por medio de nuestro representante en la Junta diocesana, que al tiempo de hacerse por esta la distrivución del medio diezmo, se añada nuestro dro según corresponde a su naturaleza de ser las rentas decimales que disfrutamos una verdadera propiedad particular y por consiguiente debe entregarsenos su total importe sin otra deducción que la nómina del Cura Párroco que gravita sobre ellas.283 Cuando escribía esto, ya se había promulgado el Decreto de 29 de julio de 1837,284 en cuyo artículo 1º se declaraba rotundamente que se suprimen la contribución de diezmos y primicias y todas las prestaciones emanadas de los mismos. En otros artículos se señalaba

279 Decretos de S. M. la Reina Doña Isabel II, tomo XXI, Madrid, Imprenta Nacional, 1837, p. 337. 280 Entre otros, Nieto, Alejandro: Mendizábal. Apogeo y crisis del progresismo civil. Historia política de las Cortes Constituyentes de 1836-1837, Madrid, Ariel, 2011. Canales, Esteban: “Los diezmos en su estapa final”, en Gonzalo Anes (ed.), La economía española al final del Antiguo Régimen. I. Agricultura, Madrid, Alianza Editorial / Banco de España, 1982, pp. 103-187. Ídem: “Diezmos y revolución burguesa en España”, op., cit., pp. 245-274. 281 No tratamos, en esta ocasión, de la problemática que afectó a los otros bienes y derechos de la Encomienda. 282 Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz, 5 de agosto de 1837, p. 2: Ley de 16 de julio de 1837. 283 Zafra, 13 de octubre de 1837, Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 284 Decretos de la Reina doña Isabel II, tomo XXIII, pp. 99-102.

108 que los partícipes legos podían seguir percibiendo la parte que les correspondiera siempre que justificaran legalmente en el término de 90 días su condición de tales partícipes, y, más adelante, que las Cortes determinarían por una ley especial la manera de indemnizar sus capitales. Los propietarios de la Encomienda de Almendralejo votaron a la persona que salió elegida como representante de los partícipes legos en la Junta diocesana; primero a Ramón Vidal, vecino de Badajoz y del comercio, administrador de la Condesa de Chinchón; y, después, al renovarse la Junta en 1838, a Raimundo de la Hera; y pasaron los siguientes años con la incertidumbre de una legislación provisional y el trabajo de remitir constantemente documentación a la Junta para que se les liquidasen sus percepciones anuales. La pretensión de que se les considerase para ello el año común del decenio 1826-1835 no fue del agrado de Martínez de Tejada, porque Comprende el misérrimo año de 1834, que debe producir una gran baja para el año común que debe formarse de los diez expresados, y por cuyo resultado formarán la cuenta para indemnizarnos. ¡Quando llegará ese día!285 Poco después, la Junta diocesana solicitaba solamente datos del quinquenio 1829- 1833, lo que alivió la inquietud de nuestros propietarios; si bien, continuaron con la incertidumbre de las liquidaciones de lo recaudado en los años 1830 y 1831, realizadas por la Real Hacienda.286 Se siguió prorrogando, con gobiernos moderados, la percepción del medio diezmo durante el año 1838, por la Ley de 30 de junio287, y en 1839 por el Real Decreto de 1 de junio.288 En el primero se indicaba que el Gobierno aplicaría las dos terceras partes de la masa decimal a ciertas asignaciones, entre ellas, la de dar a los partícipes legos la mitad de las cuotas que debieran percibir, según lo hacían antes del 18 de julio de 1837; y en el de 1839, se decretaba una anticipación consistente en la mitad de lo que hasta ahora se ha pagado por diezmo y primicia, que sería distribuido de la misma forma que señalaba la Ley del año anterior, hasta que las nuevas Cortes votasen para el sostenimiento del culto y clero. Para hacer más rápida la percepción de lo que correspondía al Estado, una Instrucción de 5 de junio

285 Zafra, 24 de agosto de 1838. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. La invasión de cólera de 1834 provocó una paralización de la agricultura y los propietarios de la Encomienda acordaron repartir trigo entre los labradores necesitados, sin cobrar ningún interés por ello, salvo que lo habían de sembrar en el término de Almendralejo para así poder recibir el diezmo. 286 Zafra, 11 de marzo de 1839. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 287 Gaceta de Madrid, 16-7-1838. Ley 30 de junio de 1838 mandando seguir con la cobranza del diezmo y primicia durante aquel con el destino que se dice. 288 Ídem, 2-6-1839. Real Decreto de 1 de junio de 1839

109 de 1839289 permitía el arrendamiento de la percepción y cobranza del medio diezmo en las distintas demarcaciones donde hubiera sido costumbre su celebración, admitiéndose sólo posturas que cubrieran cuando menos las cuatro quintas partes de la cantidad presupuestada. El Marqués de la Encomienda remató a su favor el arrendamiento de los productos que puedan rendir la cobranza de todos los diezmos devengados y que se devenguen en el corriente año por mitad en la demarcación de Almendralejo por la cantidad de 26.400 reales de vellón.290 Esta decisión fue muy alabada por Martínez de Tejada No me parece muy excesiva la cantidad de 26.400 rs en que […] se remató a su favor el medio diezmo, que son las quatro quintas partes del presupuesto, siempre que se consiga que los contribuyentes paguen con alguna exactitud. De todos modos me alegro que haya quedado en V., y no pase a manos extrañas y todavía me será más grato si consigue V. realizar su idea de retener esa cantidad a cuenta de lo que debemos percibir.291 La retención no fue posible. La Ley de 16 de julio de 1840,292 todavía bajo los moderados, sobre la dotación del culto y clero, ya no hablaba de diezmos (sólo de primicias) y establecía en su lugar un 4 por 100 de todos los frutos de la tierra y productos de los ganados que estaban sujetos a la antigua prestación decimal (artículo 2º. 3º). Más adelante, recogía que la parte de esta nueva prestación del 4% se tendría presente en la compensación a los partícipes legos. Pero, poco después, en la orientación progresista del nuevo regente, Espartero, se derogó esta Ley, sustituyéndola por otras de 31 de agosto y 2 de septiembre de 1841.293 En la primera se declaraba que diezmos y primicias quedaban definitivamente abolidos; y en la segunda se abordaba el problema de la indemnización a los partícipes legos, señalando, en su artículo 17: Se procederá a la liquidación de lo que pertenezca a legos por participación en diezmo, y del importe que resulte a su favor se les expedirán títulos de la Deuda pública de tres por ciento […], y el diez por ciento se admitirá como dinero de estos mismos títulos en la compra de los

289 Boletín de Badajoz, 20 y 22 de junio de 1839. Instrucción para la cobranza de la anticipoación del medio diezmo y primicia establecida por Real decreto de primero del corriente. 290 APA, Francisco Pujalte, 16-7-1839. Escritura de fianza otorgada por don Francisco Mª Fernández Melgarejo, Marqués de la Encomienda, hipotecando para responder al cumplimiento del arrendamineto, bienes tasados en 61.000 reales, a saber, 30 fanegas de olivar con 1.500 pies en el lugar de Canta el Gallo, término de Aceuchal. 291 Zafra, 8 de julio de 1839. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 292 Gaceta de Madrid, 24-7-1840. Ley de 16 de julio de 1840: Sobre dotación del culto y clero. 293 Ídem, 4-9-1841. Ley de 31 de agosto de 1841. Sobre dotación del culto y clero. Ídem, 5-9-1841. Ley de 2 de septiembre de 1841. Enajenación de los bienes del Clero secular.

110 bienes del Clero secular, Fábricas y Cofradías. Para regular la liquidación se regulará el término medio de los últimos diez años de la participación a razón de cuatro por ciento. Una Instrucción de 6 de noviembre de aquel año, desarrollaba el cumplimiento de dicho artículo 17, abundando, además de lo dicho, en que los partícipes legos debían presentar en el término de noventa días los títulos que les daban derecho a la indemnización, y que las Contadurías de las provincias, para ejecutar las liquidaciones, aportarían los datos del noveno y subsidio eclesiástico, en cada caso, referidos al decenio correspondiente.294 Los plazos se fueron alargando con recursos y litigios. La presentación de los títulos originales no fue posible porque ya conocemos que el Privilegio de 1643 se perdió y costó que se admitiera el traslado, sancionado por la firma real en 1701, para que obrara como “título legítimo y suficiente”, según acuerdo de la Junta consultiva de calificación de títulos de partícipes legos de diezmos de 28 de mayo de 1842, sancionada por el Ministro de Hacienda y comunicada a los interesados el 28 de agosto de aquel año, con la salvedad de que todavía les quedaba por justificar que los derechos reconocidos a los hermanos Serra en el Privilegio de 1643 habían recaído sobre ellos.295 Hasta los primeros meses de 1844 no se produjo dicho reconocimiento.296 Después, el problema sería la justificación de los productos de la Encomienda durante el decenio 1827-1836, pues no admitieron la que practicó la Junta diocesana en mayo de 1839 para el quinquenio 1829-1833, ni el cambio del “misérrimo” año 1834 por 1826; y costó mucho esfuerzo y tiempo la obtención de las certificaciones del noveno, y muchos viajes a Badajoz y muchos contactos en Madrid para que esta operación se diese por concluida por una Real Orden de 16 de marzo de 1844, en la que S. M. resolvía que se hiciese la rebaja del 10% por administración de los años en que la Encomienda había estado en poder de sus propietarios. La relación de los gastos ocasionados por el último viaje a Badajoz, dada por el hijo político de Martínez de Tejada, nos ilustra sobre lo laborioso de aquel proceso que comenzó en 1841:

294 Boletín de Badajoz, 17-11-1841. Instrucción de 6 de noviembre de 1841, para el cumplimiento del artículo 17 de la Ley de 2 de septiembre último. 295 AME, Papeles de la Encomienda, leg. B, Badajoz, 28 de agosto de 1842. Intendencia de la provincia de Badajoz a Marqués de la Encomienda y Manuel Mª Martínez. 296 Zafra, 5 de enero de 1844, Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda.

111 Reales Por seis cuadernillos en papel blanco fino para formar las relaciones de las primicias recaudadas en el decenio desde 1827 hasta el de 1836 inclusive y presentarlas en la Contaduría de rentas……………………………………………………………………………………. 6 Por tres pliegos del sello 4º, el uno pidiendo al señor Intendente mandase dar las certificaciones del resultado de la liquidación, y los dos para hacer dichas certificaciones por la Contaduría………………………………………………………………………………………... 7..2 Por gratificación dada al escribiente que trabajó las mencionadas relaciones de primicias……………………………………………………………………………...... 80 Por gratificación dada a otro escribiente de la Contaduría por activar los trabajos y copias de dicha liquidación……………………………………………………………………………………... 80 Por gratificación a los porteros de Intendencia y Contaduría…………………………………….. 10 Por gratificación al procurador Remón………………………………………………………………. 160 Por gratificación a los sujetos que han contribuido eficazmente al pronto y buen resultado de la liquidación trabajando a horas extraordinarias y venciendo algunas dificultades que ocurrían…………………………………………………………………………………………………… 1.920 Por mis gastos ordinarios de 25 días entre ida, vuelta y permanencia………………………….. 580 Por gastos imprevistos entre personas útiles al objeto de mi comisión durante dicha permanencia en Badajoz………………………………………………………………………………... 200 Pagado a un mozo que me acompañó en dichos 25 días…………………………………………… 75 [Total]……………………………………………………………………………………………………... 3.118..2 Mitad que corresponde al Sr. Marqués……………………………………………………………….. 1.559..1 Zafra 12 de mayo de 1844 José Fernando Gómez297 Una cosa era el reconocimiento de la cantidad por la que deberían indemnizarlos y otra la especie en que recibirían dicha cantidad. Una Real Orden de abril de 1843 permitía que los partícipes legos pudieran, durante las operaciones de reconocimiento y liquidación de sus derechos, utilizar en la subasta de bienes del clero la cantidad a que alcanzara el valor presumible de su indemnización, considerando y aplicando el 10% de ese valor como metálico y el resto como títulos del 3%, para cubrir con ellos hasta el 30% de dicha compra; y obligándose bajo fianza a hacer en su momento la liquidación correspondiente.298

297 Zafra, 12 de mayo de 1844. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. Nota de los gastos ocasionados en el 5º viaje hecho a Badajoz para concluir la liquidación de los productos de la Encomienda de Almendralejo y capitalizar su importe para la indemnización, cuya operación se dio por concluida en 4 de mayo de 1844. 298 Gaceta de Madrid, 16-4-1843. Real Orden de 9 de abril de 1843, aclarando la Instrucción de 6 de noviembre de 1841.

112 De hecho, aunque el Marqués de la Encomienda pensaba aplicar el resultado de su liquidación para darla en pago de fincas del clero rematadas en Cáceres;299 ambos propietarios siguieron empeñados en reclamar su derecho a ser indemnizados, como ya lo habían hecho en otras ocasiones, tal como se señalaba en el Privilegio de 1643. A este respecto había escrito el zafrense, cuando estaban pensando hacer un recurso ante las Cortes: Nosotros nos hallamos en un caso muy diverso del que pueden encontrarse otros partícipes legos, pues adquiridas estas rentas (impropiamte llamadas decimales) por nros causantes por el título oneroso de compra con desembolso de una suma considerable en metálico que se aplicó a las necesidades del Estado, el Sor Rey vendedor se obligó en la Escra del contrato por una cláusula espresa a la evicción y saneamto de todas y cada una de las rentas que vendía, obligando sus bienes y de los Reyes sus subcesores, por manera qe nosotros podemos pedir ante el Supremo Tribunal de Justicia que se nos indegnice con bienes del Rl Patrimo o en plata efectiva metálica, […] haciendo el recurso a las Cortes parece qe devilitamos ntro dro solicitando como gracia lo que se nos debe de justicia.300 En el verano de 1844 el Real Decreto que suspendía la venta de los bienes del clero secular y de las comunidades de monjas301 vendría a dar un nuevo giro al asunto de la indemnización de los partícipes legos, pues la Ley de septiembre de 1841 les había permitido que gran parte de los capitales que recibieran los podrían emplear en la adquisición de estos bienes eclesiásticos. Alejandro Mon, ministro de Hacienda, decretó el nombramiento de una comisión, que propusiera a las Cortes un nuevo proyecto de ley para indemnizar a los partícipes.302 Martínez de Tejada no se mostraba muy entusiamado con esta idea, máxime cuando el ministro Mon había interpretado que los títulos de deuda al 3% no devengaban intereses, siendo de diferente naturaleza de los que circulaban en la Bolsa, y sirviendo solamente para comprar los bienes del clero en la proporción ya conocida: ¿Con qe bienes puede indegnizarnos habiendo desaparecido los del Clero secular y regular y esquivándose el darnos los títs del 3%?303

299 Zafra, 12 de mayo de 1844. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 300 Zafra, 26 de diciembre de 1843, Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 301 Gaceta de Madrid, 13 de agosto de 1844. Real decreto de 26 de julio de 1844 suspendiendo la venta de los bienes del clero secular y de las comunidades religiosas de monjas hasta que el Gobierno de acuerdo con las Cortes determinen lo que convenga. 302 Ídem, 16 de enero de 1845. Real decreto de 15 de enero de 1845 nombrando una comisión para que proponga un proyecto de ley con el fin de indemnizar de una manera justa y eficaz a los partícipes legos en diezmos. 303 Zafra, 2 de enero de 1845. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda.

113 Una entrevista del hijo del Marqués de la Encomienda, Pedro Fernández de Córdoba y Mendoza,304 con su amigo Alejandro Mon disipó en algo estas suspicacias Reitero la suma complacencia que he tenido al saver la conversación confidencial tenida por Periqto con el Sr Ministro, pareciéndome que aquel sabrá aprovechar el ascendte que ha logrado adquirir con este y con los partícipes [de la comisión] para sacar el partido más ventajoso a ntros intereses, por lo cual doy a V. la más afectuosa enhorabuena de tener un hijo que tan cumplidamte lleva un encargo tan delicado.305 Con todo, añadía en una epístola posterior, si la indegnizon se ha de hacer según dice el Decreto de una manera compatible con la situación del erario y de la deuda ppca del Estado, ya puede inferirse que nos darán poco y malo, pues tales son en mi concepto los censos de los frailes. Por si acaso, encarecía al Marqués que se informara sobre los censos que en la provincia de Cáceres se pagaban a las comunidades suprimidas de religiosos, y en ese momento se abonaban a la Caja de Amortización, expresando quienes eran los pagadores y sobre qué fincas gravitaban las cargas; y que él haría lo mismo con los de la provincia de Badajoz. 306 El 12 de mayo de 1845 la Comisión nombrada en enero remitió a las Cortes el proyecto de ley de indemnización a los partícipes legos en diezmos.307 La legislatura concluyó aquel mismo mes y hubo que esperar al año siguiente para que, tras su paso por el Congreso, el texto aprobado por esta Cámara en marzo308 pasara al Senado, donde quedó definitivamente aprobado, sin enmiendas, publicándose el 20 de marzo de 1846.309 La Ley disponía la capitalización al 3% de las rentas producidas en el año promedio del decenio 1827-1836, deducidas las cargas que tuvieran; y ese capital se indemnizaría en títulos de la deuda consolidada del 3%, por sextas partes cada año a partir de 1846. Además, recibirían la indemnización de lo que hubieran dejado de percibir desde 1837 y los intereses

304 Almendralejo, 1814-1890. Afectuosamente conocido en la correspondencia como “Periquito”. Sucedió a su padre en el Marquesado, siendo el VI del título. Tuvo una activa vida política como Diputado a Cortes en diferentes legislaturas y por distintos distritos o circunscripciones (1850-51, distrito de Mérida; 1853-54 y 1857- 58 por el de ; 1864-65 por el de Mérida; y 1866-68 por la circunscripción de Badajoz). Fue también Gentilhombre de Cámara de Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII. Algunos retazos de su biografía en Fernández-Daza Álvarez, Carmen: “En torno a unos poemas autógrafos de Carolina Coronado”, Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, XVI, 2008, pp. 113-169, 13 láms. 305 Zafra, 17 de enero de 1845. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 306 Zafra, 26 de enero de 1845. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 307 Gaceta de Madrid, 14 de mayo de 1846. Real Decreto que autoriza al ministro de Hacienda para que presente a las Cortes el proyecto de ley de indemnización a los partícipes legos en diezmos. 308 Ídem, 13 de marzo de 1846. Dictamen de la comisión encargada de informar acerca del proyecto de ley sobre indemnización de los partícipes legos de diezmas, leída en la sesión de 11 de Marzo de 1846. 309 Ídem, 22 de marzo de 1846. Real decreto de 20 de marzo de 1846, sancionando la ley para indemnizar a los participes legos de diezmos.

114 que no se les abonaran durante los citados seis años. Los partícipes podrían emplear toda la indemnización en la compra de bienes del clero secular y regular, así como transferirlos a otras personas. Lógicamente, debían presentar previamente los títulos que les acreditaran poseer tales derechos. La Ley presentaba, por tanto, unas condiciones más ventajosas para los partícipes que la de 1841. Martínez de Tejada opinaba que en el Senado debería producirse alguna enmienda en el sentido de declarar claramente que los partícipes que tengan ya hechas sus declaraciones con arreglo a las Leyes e Instrucs vigentes del año 1841, no sean obligados a practicar nueva declaración.310 No se hizo, y esta situación volvería a retrasar considerablemente la recepción de la indemnización a los propietarios de la Encomienda de Almendralejo. A los dos meses de la Ley, se publicó una Instrucción para su cumplimiento y, a pesar de que en su artículo 11º se señalaba que las calificaciones y liquidaciones hechas hasta aquí […] se tendrán por bien hechas sin quedar obligados los interesados a repetirlas,311 se dilató el asunto porque la Junta de liquidación evacuaba consulta tras consulta, estimando unas veces que había que hacer la rebaja del 10% por administración cuando, como aducían los propietarios, esta rebaja ya había quedado practicada en la liquidación aprobada en 1844; otras, que faltaban datos, como los precios de los frutos en la villa durante los años del decenio, o que los documentos presentados eran disconformes con la nueva Ley. Con los propietarios de edad avanzada y achaques frecuentes, fueron los hijos y yerno, respectivamente, Pedro y Luis Fernández de Córdova Mendoza,312 y José Fernando Gómez Brieva,313 y el nuevo procurador, Manuel María del Villar,314 los encargados de gestionar estos últimos años de litigios por la propiedad e indemnización de las rentas decimales, aunque Luis se ausentaría pronto por su nombramiento como agregado a la Legación de Holanda. También se buscaron apoyos de personas influyentes, como el diputado por Zafra, Hicolás Hurtado.315

310 Zafra, 8 de marzo de 1846. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 311 Gaceta de Madrid, 31 de mayo de 1846. Instrucción de 28 de mayo de 1846 para el cumplimiento de la ley de 20 de marzo último sobre indemnización de partícipes legos de los diezmos suprimidos. 312 Segundogénito del V Marqués de la Encomienda. Jerez de los Caballeros, 1818 - Almendralejo, 1891. 313 José Fernando Gómez Brieva había casado con su hija Maximina. No tuvieron descendencia. 314 Fue también apoderado del Duque de Medinaceli. Archivo Ducal de Medinaceli, Feria leg. 27, ramo 45, n. 1, 10 de noviembre de 1853. 315 Nicolás Hurtado Moreno (Zafra, 1814-1882) fue diputado por Badajoz y el distrito zafrense en 1846-1854, 1857-1858, 1864-1866 y 1876-1877, y senador vitalicio desde 1877.

115 Todo fue en balde, pues tuvieron que hacer una nueva liquidación, ya que la citada Junta dictaminó que quedara sin efecto la anterior y el Gobierno lo ratificó. Lo comunicaba el agente Villar a Martínez de Tejada, y éste se lo transcribía al Marqués: Todo ha sido inútil, porque se han encerrado en que pidiendo la indegnizon conforme a la Ley de 1846, es necesario aceptar todas las disposiciones y consecuencias de ella, y por lo tanto se empeñan en que no puede liquidarse conforme a una Ley e indegnizarse por virtud de otra. Esto en mi concepto es un absurdo, o las Leyes habrían de tener efectos retroactivos en mil casos, y así se lo hemos demostrado; pero ha sucedido aquello de “quien manda, manda; cartuchos en el cañón”.316 Por fin, el 19 de junio de 1849 la Comisión de Culto y Clero de la diócesis de Badajoz enviaba el último documento que había solicitado la Dirección de la Deuda por orden de 4 de mayo, con lo que quedaba concluido el expediente. Para conseguirla –escribía Martínez de Tejada- ha sido necesario vencer muchas dificultades por ser nuevas todas las personas que han intervenido en el negocio, […] para ello ha sido necesario gratificar con dos onzas a los sugetos qe han contrivuido a vencer dhas dificultades y además 60 reales por los dros de la certifon al Strio de la Junta, cuya gratifon es pequeña respecto del interesante servicio que nos han prestado, aunque grande, atendida ntra apurada situación.317 Martínez de Tejada no vio “la conclusión de este negocio”, pues falleció en Zafra el 13 de octubre de 1849.318 La última carta conservada es del 25 de septiembre anterior, ya con la firma temblorosa, anunciando que estaba en cama sufriendo mis mortificantes achaques y lamentándose una vez más, Ignorando […] el estado qe ocupa dho negocio, en el cual está visto qe aquellos Sres no se dan mucha prisa en concluirlo, obligándonos a egercitar la paciencia además de los grandes perjuicios que hasta aquí nos han ocasionado mayormte con el resultado de la liquidon.319 En diciembre del año siguiente, 1850, la Contaduría de la Dirección general de la Deuda certificó que se había realizado la indemnización y selló las páginas de los privilegios aportados por los condueños cerrándolos con la siguiente disposición: Dirección general de la Deuda del Estado.- Contaduría.- La Junta Directiva de la Deuda del Estado, por sus acuerdos de 27 de Agosto de 1849, 8 de Mayo y 18 de Octubre últimos, arreglados a la Ley de 20 de Marzo e Instrucción de 28 de Mayo de 1846 y Reales órdenes posteriores, ha aprobado la indemnización al Sr. Marqués de la Encomienda y D. Manuel

316 Zafra, 11 de septiembre de 1847. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda. 317 Zafra, 21 de junio de 1849. Manuel Mª Martínez a Pedro Fernández de Córdoba. El Marqués aprobó la citada gratificación de los 700 reales, que abonaron por mitad. 318 Archivo de la Parroquia de La Candelaria de Zafra, Difuntos, 20. 14-10-1849 (falleció el día anterior). 319 Zafra, 25 de septiembre de 1849. Manuel Mª Martínez a Marqués de la Encomienda.

116 María Martínez de las rentas decimales que disfrutaban en la Encomienda de la villa de Almendralejo en la provincia de Badajoz, habiendo firmado su apoderado al efecto la conformidad en el expediente número 2 del Negociado respectivo, por lo que, y estando ya hecha la indemnización, queda nulo y de ningún valor ni efecto este documento y cancelado en cuanto concierne al derecho de diezmos. Madrid cinco de Diciembre de mil ochocientos cincuenta.-Manuel Sánchez Ocaña.320 - Rubricado.- Vº Bº El Director general.- Aristizábal.321- Rubricado.- 24 Rs.322 Al haber quedado ligado el asunto de la indemnización de los partícipes legos en diezmos al arreglo de la Deuda pública, por considerar a estos perceptores como acreedores del Estado, entre los documentos que acompañaron al proyecto de ley sobre arreglo de la Deuda pública que se sometió a las Cortes en abril de 1851 figuraba una relación de los créditos de partícipes legos en diezmos que habían sido liquidados, por los que conocemos las cantidades que recibieron los dueños de la Encomienda de Almendralejo por las rentas decimales que les correspondían: Martínez Marqués Deducido (1) Indemnización de las rentas decimales de la Encomienda de de de la Marqués Almendralejo Tejada Encomienda Encomienda Capitales reconocidos convertibles en títulos del 3 por 100……………………………………………………….………….…. 1.779.031..12 1.662.364..24 140.000 Certificaciones de rentas no percibidas desde la abolición del sistema decimal hasta la liquidación…………………………………………… 709.995..25 709.995..25 253.691..21 Certificaciones de los intereses adelantados de las cinco sextas partes de la capitalización pendientes de la conversión en títulos……………………………………………………………….….. 133.427..12 114.177..12 Cantidades en reales. (1): Deducciones por aplicaciones que el interesado tenía hechas al pago de fincas nacionales.323 A Martínez de Tejada se le reconoció un capital algo superior, porque, como sabemos, el Marqués de la Encomienda había recibido ya cierta cantidad en concepto de anticipo, lo que influyó, lógicamente, en los intereses; mientras que la parte dejada de percibir desde 1837 era exactamente igual. El Marqués, por su parte, había hecho uso adelantado de parte de la indemnización para el pago de ciertos bienes nacionales que había adquirido en este tiempo.

320 Manuel Sánchez Ocaña era Contador general de la Dirección general de la Deuda del Estado. En la legislatura de 1851 fue Diputado por Córdoba, distrito de Hinojosa, y Ministro del Tribunal de Cuentas del Reino. 321 Gabriel Aristizábal Reutt, Director general de la Deuda Pública, fue Ministro de Hacienda en 1852-53. 322 AME, Cédula Real. 323 Gaceta de Madrid, 2 de mayo de 1851. Documentos relativos al arreglo de la Deuda pública. Núm. 23. Relación de los créditos de partícipes legos que han sido liquidadas… Madrid, 10 de marzo de 1851.

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