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Tiempos y espacios de la circulación: El camino y la ruta en la cuenca del río Sogamoso, una mirada de larga duración♣ Jesús Bohórquez Barrera♦ Clara Inés Carreño Tarazona♦

Resumen En este artículo, en una perspectiva de larga duración, se busca destacar la importancia de la circulación en la vida social y comercial de los pueblos establecidos en la cordillera oriental. Para ello, se enfrentan la visión del gobierno sobre la importancia de la construcción y mantenimiento de los caminos, a la más cotidiana y pragmática de quienes los transitaban; ambas referidas a una de las más importantes rutas que en el siglo XVIII y en el XIX: el camino por el río Sogamoso, conducían a Santander (). Ante la necesidad de nuevas vías de indagación, de las cuales se sugieren algunas, el trabajo busca acercarse a las vivencias, los sentimientos, los ritmos, las velocidades, las estacionalidades, los recorridos y los infranqueables espacios en que se ven involucrados los hombres, cuyos intereses económicos los impulsan a modificar un espacio geográfico determinado.

♣ Artículo recibido el 4 de octubre de 2008 y aprobado el 30 de enero de 2009. Artículo de investigación científica. Este artículo hace parte de dos proyectos de investigación titulados “Espacios, cosas y senti- mientos. Vida rural en el Nuevo Reino de Granada: una historia económico-cultural de las cuencas del Sogamoso y el Lebrija” y “Construir caminos para conducir cargas y especular con tierras: los caminos de Lebrija y Sogamoso en el departamento de Soto, 1865 – 1885”. ♦ Historiador, estudiante de Filosofía de la Universidad Industrial de Santander y becario de la Maestría en Semiótica en la Escuela de Idiomas de la misma Universidad. Profesor del programa de Economía de la Universidad Autónoma de y de la Escuela de Idiomas de la Universidad Industrial de Santander. Dirección de contacto: [email protected] ♦ Historiadora de la Universidad Industrial de Santander y becaria de la Maestría en Historia de la misma universidad. Profesora de la Escuela de Economía y Administración de la Universidad Industrial de San- tander. Dirección de contacto: [email protected]

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Palabras clave: caminos, río Sogamoso (Santander), río Lebrija (Santander), siglos XVIII y XIX, circulación, rutas, larga duración.

Abstract

This paper develops a long term perspective with the object of identifying the importance of circulation in the social and commercial life of villages in the eastern cordillera of Colombia. The government position, centering on the importance of road construction and maintenance, is contrasted with the more everyday and pragmatic experiences of the users. In both cases, the major reference is the route through the Sogamoso valley, one of the most important routes in the 18th and 19th centuries, leading from the capital to the Santander region. With the aim of exploring new research avenues, the paper sets out an approximation via an examination of the experiences, sentiments, rhythms, speeds, seasonal variations, paths and obstacles against and within which people experienced circulation, and their economic interests as the major motivational force behind regional spatial transformation.

Key words: Routes, Sogamoso river (Santander), Lebrija river (Santander), 18th and 19th centuries, circulation, long duration.

Preámbulo. afán, atravesando tierras planas que se Una descripción obligada desplayan en su recorrido, o por el con- trario, despeñándose por fuertes riscos Un elemento característico del terri- que difícilmente aminoran su velocidad. torio colombiano es el recorrido de las Lo más interesante del recorrido de di- cadenas montañosas que desde el sur chos afluentes, es precisamente un tipo imponen una implacable red de las más específico de trayecto. En su bajar, en diversas formas geográficas. A su paso, la búsqueda de caudadalosos afluentes, se extienden sobre el terreno diferentes las quebradas entregan sus aguas a ríos formas geográficas que configuran el de mayor extensión que, en muchas oca- espacio. En este mundo de subidas y siones, llevan un recorrido horizontal. bajadas, de ascensos y descensos, de Así por ejemplo, las corrientes que de dificultades y facilidades, las aguas, por la cordillera occidental, como el Dagua, la natural ley de la gravedad, descienden el Raposo, el Calima, el Anchicayá, el en busca de tierras planas y ríos cauda- Mira, el Telembí descienden hacia el losos donde derramarse. Los ríos se es- océano pacifico, o los afluentes que curren desde las tierras altas, abriéndose desde la cadena oriental buscan el gran paso por entre las cordilleras en todos río, la arteria principal del país. Para los sentidos. Las corrientes de agua se este último caso se quiso destacar los deslizan a veces lentamente o con gran ríos Lebrija y Sogamoso.

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El río Lebrija nace a 3050 msnm en tinuando hacia el sur para absorber las la Mesa de Juan Rodríguez, y se deno- del Saravita o Suárez, sitio desde donde mina en un primer momento como río toma el nombre de Sogamoso. A partir del oro. En la primera parte de recorrido de allí, recoge las aguas del Chucurí, y es tributada por el río Hato, y en las un poco más adelante, forma el puerto cercanías de la ciudad de Girón, por el que lleva su nombre, “frecuentado por río Frío, que desciende del páramo que los comerciantes de Girón”. El río Soga- lleva su mismo nombre. Dos leguas moso atraviesa la “rotura” de la serranía después, aproximadamente diez kilóme- de la Paz donde da forma a ciertos pa- tros, se le une el río Suratá, sitio desde sos de gran dificultad como el Volcán, donde recibe el nombre de Lebrija. Más Botón y Raicero. Tras atravesar esta adelante el río Negro y el río Sama- cadena, se torna tranquilo, es navegable lagueta le entregan sus aguas; cuatro fácilmente por un espacio de quince leguas más allá, en su orilla izquierda leguas en medio de un recorrido que se localizaba el denominado Puerto de antes de terminar en el Magdalena pasa Botijas, desde donde se podía comen- por el Pedral y recibe las aguas de otras 2 zar la navegación hacia el Magdalena. corrientes como el Sucio y Payoa . Según el trabajo de Agustín Codazzi, la Fue a lo largo de estas dos corrien- cuenca del Lebrija recogía aguas en una tes de agua que se establecieron los superficie de ciento cincuenta leguas caminos que daban entrada y salida a 1 granadinas . las gentes ubicadas en la parte alta de Por su parte, el río Sogamoso, según la cordillera oriental. El punto de es- Codazzi tenía “el segundo lugar” en cape de las ciudades incrustadas entre orden de importancia con respecto al cuestas y montañas, de sus autoridades, río Lebrija, también de gran importancia sus mercancías, sus labradores y co- desde la época colonial. Así pues, el río merciantes. Por medio de estos impor- Sogamoso, toma diferentes nombres tantes afluentes se buscaba conectar la desde su nacimiento en la provincia de gobernación con las demás provincias, especialmente con la rica e importante Tunja y durante su recorrido por las de villa de Mompox, así como con toda la Tundama, Pamplona y Soto. En esta zona del Magdalena Medio, y enviar los última, por ejemplo, es denominado productos naturales como el cacao, el Chicamocha, y recibe, en orden, las tabaco, la quina, hacia el exterior. aguas del Guaca, Ompalá y Manco, con- Dos ríos que se utilizaron como una 3 1 Do m í n g u e z , Camilo, Augusto Gó m e z y Guido tercera vía , tal como los denomina Ba r o n a , (ed.), Geografía física y política de la Confederación Granadina, vol. V: Estado de San- tander. Antiguas Provincias de Vélez, Socorro, Soto, 2 Do m í n g u e z , Gó m e z y Ba r o n a , (ed.), Geografía Ocaña, Santander y Pamplona. Obra dirigida por física y política de la Confederación Granadina, el General Agustín Codazzi, Bogotá, Universidad vol. V: Estado de Santander, p. 218. Nacional de Colombia y Universidad del Cauca, 2004, pp. 217-218. 3 Br a u d e l , Fernand, La identidad de Francia, t. III,

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 76 Tiempos y espacios de la circulación: El camino y la ruta en la cuenca del río Sogamoso, una mirada de larga duración

Fernand Braudel. Dos caminos que se A finales de 1863 el subsecretario dirigían hacia el mismo punto: el río de gobierno interino y el empresario Magdalena. En sus recorridos fue im- alemán Geo von Lengerke6 celebraron portante el establecimiento de puertos4 un contrato según el cual, el último, se donde se cargaban y descargaban los obligaba a abrir durante los cinco años géneros y mercancías transportadas: el siguientes, un camino de herradura que Botija y el Sogamoso, para uno y otro, condujera de Girón a La Ceiba, pasando pues se trató de unas rutas que lo fueron por el puerto de Marta (banda oriental de tierra y agua. El camino por tierra, del río Sogamoso) (ver mapa 1). La dominado por los arrieros, permitía salir propuesta estaba encaminada a otorgar- hasta el punto donde los afluentes se le al contratista el beneficio completo tornaban navegables y, desde allí, por sobre el camino, el producto de los agua en la que dominaban los bogas, peajes, fletes y ganancias de los tambos se agilizaba el proceso de conducción establecidos, así como la utilidad del de las gentes y mercancías, tanto en almacenaje en el puerto de Marta. El velocidad como en capacidad de carga contrato estipulaba la construcción de hasta alcanzar el río Magdalena. una bodega con techo de teja con capa- cidad suficiente para depositar allí todo Camino de Sogamoso: tipo de cargamentos. Especialmente se privilegio y abandono durante requería para contener el producto de el período radical mayor demanda para aquella época, el tabaco, dado que su almacenamiento Os daré noticia de la vida material del Estado que yo hago consistir requería el suficiente espacio para cubrir en sus vías de comunicación […] aproximadamente unas dos mil cargas. primer elemento del progreso Sin embargo, para 1863 Valderrama humano. Entre nosotros esto se ha Benítez señalaba que: hecho ya una verdad inconclusa: así es que felizmente está vencido Marta era un remedo de puerto, uno de los mayores obstáculos compuesto del edificio destinado que consiste en traer el conven- a bodegas y unas casa pajizas de cimiento de la idea5. paredes construidas de varas per- pendiculares, no muy juntas entre si, que permitían la libre circula- Los hombres y las cosas [1986], 3 tomos, Barcelona, Gedisa, 1993, pp. 251-258, ver también pp. 106, 104, 163, 176 y 260. ga, Informe de los presidentes del Estado Soberano de Santander a la Asamblea Legislativa, pp. 5-6. 4 Según Br a u d e l , El mediterráneo y el mundo me- diterráneo en la época de Felipe II [1949-1966], 6 Ap r i l e –Gn i s e t , Jacques, La ciudad colombiana. 2 tomos, 2 ed., 3 reimp., México, 1992, t. I, p. 420, Siglo XIX y XX, Bogotá, Banco Popular, 1992, pp. “Todos los puertos están, por definición, en el cruce 361-378. Además, véase Ro d r í g u e z Pl a t a , Hora- de los caminos del mar y tierra, y su misión consiste cio, La inmigración alemana al Estado Soberano en asegurar los necesarios transbordos”. de Santander, siglo XIX. Repercusiones socio- económicas de un proceso de transculturación, 5 Archivo Histórico Regional (A.H.R.), Bucaraman- Bucaramanga, Gobernación de Santander, 1989.

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ción del aire y daban paso a los río Girón9. Sin embargo, Lengerke, pro- numerosos y variados mosquitos pietario de la hacienda de Montebello, que allí pululan, como también ubicada en un sitio estratégico para sus a ranas, culebras, escorpiones y 7 actividades, monopolizó la navegación otros animales venenosos . del río e impuso trabas en la circulación Se trataba de un negocio considera- por el propio camino, alejando de los ble si se tiene en cuenta que el privilegio privilegios a conductores y empresa- que se le concedía a Lengerke era por rios; no obstante, a pesar de continuar 25 años. Durante este tiempo se tendrían con el contrato a finales del año 1864 que establecer en el camino los tambos y aún no se había dado inicio a los traba- 10 las posadas necesarias para el uso de los jos . Así empezaba el ya mencionado transeúntes y de los arrieros con sus car- sistema de privilegios al que aludían gas, así como potreros suficientes para los comerciantes de la época, resultado el alimento del gran número de recuas de las concesiones que incluían 10.000 11 de mulas. Para el Estado, lo más impor- hectáreas de tierras baldías . Tantos tante de este negocio era la necesidad de privilegios y concesiones parecían no mantener el camino en perfecto estado producir efecto alguno en el progreso 12 de tránsito y conservación durante todo del departamento de Soto , sólo con- el tiempo que se extendiera el privile- gio. Este lapso marcaba una pauta en la 9 Mo r a Vi l l a m i z a r , Óscar Alonso, “La élite en cual el beneficiado constructor recibía Bucaramanga en la segunda mitad del siglo XIX”, como producto del peaje hasta un peso Trabajo de Grado, Universidad Industrial de San- tander, Escuela de Historia, Bucaramanga, 1994, por cada carga que transitara por dicho pp. 116, 117. camino, aunque estaba en la obligación de admitir el depósito de las cargas en la 10 A.H.R., Informe del presidente de Santander J. M. bodega y tambos, sin precio alguno8. Villamizar a la Asamblea Lejislativa en sus sesiones de 1865, p. 16. La organización de empresas con fondos propios y la adjudicación de privilegios a El constructor, respaldó el contrato partir de contratos con particulares fue una historia hipotecando bienes raíces por la suma que se reprodujo durante la colonia y gran parte del de 28 mil pesos. La mitad fueron pre- siglo XIX. Ba r o n a , La maldición de midas en una dios urbanos y la otra mitad predios región del mundo colonial. Popayán 1730-1830, Santiago de Cali, Facultad de Humanidades y Fondo rurales, ubicados, los primeros en el tra- mixto para la promoción de la cultura y las artes del yecto por donde pasaría el camino, y los Cauca, 1995, p.54. otros, limitando con el camino Real y el 11 Ba r o n a , La maldición de midas en una región del mundo colonial, p. 226.

12 El espacio de la denominada provincia de Soto 7 Va l d e r r a m a Be n í t e z , Ernesto, Real de Minas de comenzó a configurarse con la fundación de las Bucaramanga. 1547-1945, Bucaramanga: Imprenta ciudades de Pamplona y Vélez en el siglo XVI, del departamento, 1948, p. 196. delimitadas primero por el río Sogamoso y después por el río de Oro (debido a los inconvenientes entre 8 A.H.R., Gaceta de Santander, (209), Socorro, los mineros por establecer cuadrillas en este sitio). enero de 1864, p. 225. Tras grandes pleitos, la jurisdicción de la ciudad de

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tribuyeron en el acrecentamiento de los propios intereses del constructor, San Juan Girón logró consolidarse estableciendo quién decidía hasta qué términos llevar sus límites entre el río Lebrija y el paso de Sube a cabo el contrato, dependiendo de sus (encuentro del río Saravita o Suárez con el río Chicamocha, y punto donde toma el nombre de necesidades comerciales. Sogamoso), esbozando lo que sería más tarde la provincia de Soto. Al finalizar el siglo XVIII la A pesar de esto, y de que en 1878 administración rearmó el rompecabezas espacial el camino fue declarado con el título y eliminó algunas entidades administrativas que de “central”13, el proyecto aparecía a pasaron a depender de otros centros políticos. Cf. Ma r t í n e z Ga r n i c a , Armando y Amado Gu e r r e r o , cada momento frustrado; en 1881, tres La provincia de Soto. Orígenes de sus poblamien- años más tarde, la mencionada obra no tos urbanos, Bucaramanga, UIS, 1995 y Ma r t í n e z había llegado todavía a término. Así Ga r n i c a y Juan Alberto Ru e d a , La provincia de Mares. Orígenes de sus poblamientos urbanos, por ejemplo, la construcción de puentes 14 Bucaramanga, UIS, 1996. incluidos en el contrato de Lengerke , En la última década del siglo XVIII se dio fin a debieron se adjudicados a un nuevo la existencia legal de la gobernación de San Juan constructor para evitar definitivamente Girón, la cual quedo agregada al corregimiento de la utilización de “falúas o canoas para el Pamplona, cuya cabeza de administración residiría en esa ciudad. Ver: Gu e r r e r o , “Conflicto y poder en paso de los ríos que siempre presentaba 15 la sociedad colonial. Girón siglo XVIII”, Gu e r r e r o , riesgos a la hora de vadearlos” . (comp.), Cultura política, movimientos sociales y violencia en la historia de Colombia, Bucaramanga, UIS, 1992, pp. 1-40. Con el tránsito del régimen colonial al republicano, la antigua provincia de este nombre con su capital las entidades administrativas tomaron otras con- en Bucaramanga. Ver: Gaceta de Santander, (77), notaciones. Nacieron los cantones y los distritos Bucaramanga, junio 26 de 1859, p. 329. parroquiales que se organizaron en provincias. Hacia la tercera década del siglo XIX se configuró 13 El presidente del Estado Soberano de Santander, administrativamente la provincia de Soto. Cuando considera que por la Ley 68 de Fomento, de 12 de la Comisión Corográfica, encabezada por el inge- noviembre de 1878, se declare camino central el que niero Agustín Codazzi y Manuel Ancízar, atravesó va de la ciudad de Bucaramanga al río Sogamoso, el nororiente, la provincia estaba “compuesta de la donde fuere navegable, entre los puertos de Marta antigua de Girón y una parte de la de Pamplona”, y y La Ceiba. A.H.R., Informe del presidente del tenía como cabecera a la “ciudad” de . Estado Soberano de Santander, Solón Wilches a la Se dividía en tres cantones: Girón (2 distritos pa- Asamblea Lejislativa de 1879, t. I, p. LXXIII. rroquiales, 1 aldea y 13 vecindarios), Piedecuesta (3 distritos parroquiales y 109 vecindarios) y Bu- 14 A.H.R., Informe del presidente de Santander J. M. caramanga (7 distritos parroquiales, 1 aldea y 28 Villamizar a la Asamblea Lejislativa en sus sesiones vecindarios). Con el régimen liberal de mediados de 1865, p. 16. Señalándose que este empresario de siglo, y la erección de los Estados Soberanos, las conservaba también para el año de 1870, el con- provincias pasaron a denominarse departamentos. trato y las utilidades de dos de los más importantes En 1857 se estableció la división territorial que caminos de la provincia de Soto: los caminos de abolió el antiguo régimen de provincias. Así mismo, Cañaverales o Botijas sobre el río Lebrija y el de la Ley del 25 de junio de 1859 reformó política y Sogamoso que partía desde Girón. administrativamente el territorio del Estado en los siguientes departamentos: Cúcuta, Soto, García Ro- 15 A.H.R., Mensaje del presidente de Santander vira, Ocaña, Socorro, Vélez, Pamplona y Guanentá. (Solón Wilches) a la Asamblea Legislativa de Como eje principal del presente estudio se fijará la 1882 y Memorias de los secretarios de Gobierno y atención en el departamento de Soto, formado por Hacienda, Socorro, p. 28.

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Mapa 1. Trayecto del camino en el río Sogamoso

Pero la historia del camino de Soga- complicaciones de su acceso a través moso no se limita a las negociaciones de la navegación por el río Sogamoso. con Lengerke, ella tiene su origen en Como consta en la documentación, en la Colonia, época en la cual se intentó la cuenca de este río, funcionó desde abrir desde Girón hasta el sitio conoci- muy temprano un trayecto de camino do como “El Pedral” un camino que se que obligaba a realizar el recorrido por extendiera en dirección al río grande de tierra hasta donde se encontrara su parte la Magdalena y que permitiera evitar las navegable.

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La idea de trazar una vía directa que luego empezar un estrepitoso descenso evitara el embarque y desembarque en hacía el punto desde donde se había los puertos localizados en el río Soga- dado inicio. Al parecer no se dio un moso fracasó constantemente. Los tra- avance significativo que se reflejara más bajos requeridos producían al gobierno allá de los documentos que informaban (colonial o republicano) significativas sobre la importancia de concretar los sumas de dinero, así como la vincula- caminos como de necesidad pública. ción de trabajadores de todo tipo que se veían en la obligación de adaptarse a Cuadro 1. Productos que circulaban los rigores del clima y a los del bosque por el camino de Sogamoso entre los húmedo y pantanoso. Esta situación no años 1869 y 1875 generó resultados positivos y útiles, dado que el mismo camino al atravesar IMPORTACIÓN las cordilleras y los cerros, obstruía el Equipajes (Cargas) 10 Mercancías 3.136 paso, convirtiéndose en inadecuado Pescado 43 para el tráfico de las mulas y los arrie- Sal marina 927 ros. Una y otra vez el camino acabó por Totales 4.116 extinguirse16, tal como ocurrió de nuevo a mediados del siglo XIX. EXPORTACIÓN A lo largo del siglo XVIII y XIX, Añil (Cargas) 8 el camino fue proyectado de diferentes Café 2.712 Cueros 567 maneras, pero siempre manteniendo el Equipajes 25 doble trayecto. En un primer momento Lazos 15 tenía su punto de salida en la ciudad de Panela 70 Girón, desde donde se dirigía hacia el Provisiones 42 puerto de Marta en el río Sogamoso. Quina 1.013 Después, durante el siglo XIX, el cami- Sombreros 40 no partía desde Bucaramanga en direc- Tabaco 1.262 ción a los puertos de Marta o La Ceiba. Variedades 4.433 A pesar de los múltiples esfuerzos e Totales 10.187 iniciativas por parte del gobierno para Fuentes: A.H.R., Informes del presidente del Es- sacar adelante los proyectos de mejora y tado Soberano de Santander (Solón Wilches) a la Asamblea Lejislativa de 1870, p. 9, 10 y 11, 1871, conservación de los caminos del depar- p. 10, 1872, p. 12 y 1879, t. I, p. 32. Diario Oficial, tamento, estos se veían constantemente (3174), Bogotá, mayo 28 de 1874, p. 1743. Informe frustrados y el impulso inicial de las del presidente del Estado Soberano de Santander (Aquileo Parra) a la Asamblea Legislativa de obras se elevaba al máximo nivel para 1875, p. 23. Por estar localizado en gran parte sobre terreno montañoso, el camino de 16 Do m í n g u e z , Gó m e z y Ba r o n a , (ed.), Geografía física y política de la Confederación Granadina, Sogamoso demandaba no sólo buenas vol. V: Estado de Santander, p. 221. intenciones y grandes cantidades de

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 Jesús Bohórquez Barrera, Clara Inés Carreño Tarazona 81 dinero, sino también la planeación Magdalena, de las que hacía parte el efectiva de su trazado. En los contratos camino de Sogamoso. Se buscaba con firmados durante el periodo radical se ello hacer avanzar y desarrollar los tra- establecían ciertas condiciones materia- bajos de una vía que durante gran parte les que debían cumplir las obras. Así, no del año se encontraba obstaculizada por se trataba solo de realizar el trazado sino las inundaciones o por la exuberante ve- también de invertir recursos para que getación que no cesaba de crecer y que permaneciera constante y perdurable, al apoderarse del camino dificultaba el por lo menos en las zonas donde las paso de las recuas de mulas o acémilas. aguas de los múltiples afluentes inte- Dentro de los procedimientos exigidos rrumpían el terreno obstruyendo el paso, por el gobierno, se mencionaba la nece- así como en los puntos y épocas donde sidad de inspeccionar permanentemente la vegetación amenazaba con destruir la el curso que las aguas debían tomar du- huella del trazado del mismo17. rante la estación de lluvias, a fin de trazar adecuadamente los desagües e impedir Para cada temporada (se tratara de que las lluvias deterioraran el camino o la estación lluviosa o de la seca) se se depositarán en o cerca de él. proyectaban ciertas instrucciones para ser puestas en práctica en las anchas Se recomendaba que los caños de llanuras que configuraban la hoya del desagüe debían ser amplios con entradas anchas a fin de evitar las obstrucciones, construidos de piedras grandes y fuertes 17 A.H.R., Gaceta Oficial de la República de y siempre cubiertos de piedras planas Colombia, año XXII, (1512), Bogotá, junio 5 de y bien asentadas. Las zanjas laterales 1853, p. 355. Si probablemente las características topográficas del terreno permitían abrir con mayor debían ser también de piedra, de modo facilidad el camino (aunque esto parece no ser que pudieran recibir y conducir fácil- muy cierto), las condiciones bioclimáticas de la mente las aguas fuera del camino. Para zona complicaban todos los trabajos. Sin embargo, combatir las obstrucciones impuestas las esperanzas, el deseo de búsqueda de salida al Magdalena, permeaba –creaba- cualquier realidad por los afluentes que lo atravesaran, se a través de los discursos. En su informe, el presi- debía construir puentes de piedra ya que dente del Estado Soberano de Santander, exponía, los de madera resultaban más costosos rememorando los trabajos que se adelantaban en la zona del Magdalena, esta vez, sobre el río Le- tanto en la adquisición de una madera brija: “mejor por la salubridad de todo el trayecto, de buena calidad como en su manteni- siendo tan notable esta salubridad, que habiendo miento. Igualmente, se recomendaba permanecido el Ingeniero y doce peones, cerca de levantar el piso formándole relieve con dos meses trabajando en las selvas y sufriendo la estación lluviosa, no se resintió la salud de ninguno piedra para luego adicionarle una capa de ellos, y antes bien salieron de allí robustos; me- de tierra y cascajo que debía quedar muy jor, porque no hay río alguno que atravesar; mejor bien pisado. No obstante, luego de esta- porque no hay breñas ni altas y escarpadas serranías que franquear, no pasando de 40 ó 50 metros la blecido el camino con las instrucciones altura que en lo general tienen las colinas por las mencionadas, éste se presentaba como cuales pasa el camino; y mejor en fin, porque todo fragoso, gredoso y con atolladeros en el piso es sólido”.

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 82 Tiempos y espacios de la circulación: El camino y la ruta en la cuenca del río Sogamoso, una mirada de larga duración varias de sus partes formados por el diciones de la Junta de Caminos se constante tránsito de los arrieros y de buscaba adoptar un nuevo sistema de sus mulas colmadas de cargas18. administración que proporcionara una reforma a los insuficientes proyectos es- Al tomar en consideración aspectos tatales. Cada año, se presentaba la mis- tales como la ubicación geográfica, los ma situación de incertidumbre para el pocos recursos monetarios y el exiguo gobierno departamental. Los productos cobro de peajes (que desde luego arro- del cobro de los peajes de los principales jaban resultados poco ventajosos), la caminos estaban comprometidos para Junta Administradora de Caminos del todo el año y los fondos que esperaban departamento, establecida en el siglo ser recaudados también se encontraban XIX, dio origen a un nuevo decreto destinados al pago de las deudas adqui- que otorgaba recursos especiales para ridas en años anteriores en la mejora y la exploración, trazado, apertura y sostenimiento de las vías. conservación de la vía indicada. Los decretos iban desde el traslado de En cierto sentido, ningún trabajo ingenieros extranjeros acreditados y se ejecutó a entera satisfacción, lo que compañías de ingenieros, hasta las reite- llevó a que los particulares interesados radas utilidades de los peajes; todo ello por el camino invirtieran su propio era complementado con la quimérica dinero y su tiempo en la consolidación suma de veinte mil pesos anuales que y organización de los trabajos; eso sí, se repartían de los fondos comunes. para su propio beneficio económico. Independientemente de las ambiciones El camino de Sogamoso hizo parte de de los integrantes de la Junta Adminis- este tipo de concesiones con carácter de tradora, todo esfuerzo quedaba en la monopolio otorgada a un solo empre- simple aspiración, indicando con ello sario, quien, independientemente del que los proyectos no parecían ser lo buen o mal funcionamiento del camino, suficientemente sólidos para la con- siempre manejó las obligaciones de la solidación de rutas que permitieran la concesión, buscando garantías para el fluidez comercial que se esperaba. éxito económico de sus empresas. Es importante aclarar que las inversiones En todo caso, el camino era tan nece- sario como necesaria era la integración realizadas sobre el camino de Sogamo- al negocio de contratos con empresas so más que favorecer el progreso del particulares que se suscribieran con departamento de Soto, mejoraron las capitales. Bajo los términos y las con- condiciones económicas de Geo von Lengerke, su contratista, cuyos intereses en la zona se supeditaban especialmente 18 En muchas ocasiones los arrieros chocaban en a las tierras próximas a su hacienda, un medio del camino cuando se encontraban con otro grupo de arrieros. Ver por ejemplo A.H.R., Informe lugar céntrico para dirigir, coordinar y del presidente de Santander Victoriano de Diego dominar parte de la banda occidental de Paredes a la Asamblea Lejislativa en sus sesiones la provincia. de 1867, pp. xxxiv, xxxv, xxxvi.

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De cargas, mulas, arrieros, simplemente recorridos cotidianos, algo bogas, barquetas: las prácticas “trabajosos” pero no más. en los caminos Durante el siglo XVIII las autori- dades de la gobernación de San Juan Pero estas formas de percibir e Girón desearon con toda vehemencia intentar llevar a cabo el camino, referi- construir un camino que por tierra lle- das especialmente a las maneras cómo vara desde la ciudad hasta el puerto del se intentaba organizar por parte del Pedral, cercano al gran río, conocido gobierno un sistema adecuado de con- como el camino del Conde; proyecto ducción de mercancías, toman sentido que se retomó una y otra vez pero que si se complementa con las apreciaciones fue abandonado durante el periodo de y descripciones de las pericias de las la independencia. El objetivo era sortear personas que recorrían cotidianamente los inconvenientes que presentaba la dicha ruta. Interesa por tanto, retroceder navegación por el río Sogamoso desde en el tiempo para mirar la manera cómo el puerto que llevaba su nombre. Cuan- se instauraban prácticas que permitían tiosos testimonios fueron presentados romper con la navegación por el río o en cada una de las peticiones que se valerse de ella para hacer desfilar los llevaban ante el “gobierno central”. productos. Es claro que lo que mien- Gracias a esos testimonios se cuenta tras para algunos el camino podría ser con las percepciones de las personas intransitable por las serias dificultades que recorrían cotidianamente el camino que imponía como desniveles del hacia dicho afluente. terreno, lodazales, inclemencias del ambiente que sometían las distancias a Como podrá notarse en los testimo- insoportables recorridos19, ara otros eran nios presentados ante las autoridades que financiaban el camino, era im- 19 “Por consiguiente, los caminos son quebrados so- portante exhibir las serias dificultades bre manera, hondos o en forma de escaleras, que no impuestas por un río empecinado en consienten el transporte de cargas pesadas, fatigan mucho las bestias y sólo permiten jornadas cortas: así la configuración del suelo conspire a mantener almohadillado, con camellones a lado y lado cada en la inercia aquellos pueblos”, An c í z a r , Manuel, dos pies. Estos camellones son de tierra dura y lisa Peregrinación de Alpha. Por las provincias del y las mulas pasan por encima, hundiendo las patas norte de la Nueva Granada, en 1850-51, Bogotá, en el barro profundo que hay en los huecos entre los Presidencia de la República, 1956; p. 55. Cf. pp. camellones. Las almohadillas las llaman en inglés 64, 66, 68, 77; “pero como hasta ahora la única “escaleras para mulas”. Ho l t o n , Isaac, La Nueva forma como ha subido una carretera un monte, en la Granada: veinte meses en los , Bogotá, Banco Nueva Granada, es sobre los hombros de cargueros, de la República, 1981, pp. 374 y 365. Cf. pp. 16, posiblemente nunca construirán adecuadamente 127, 391, 366, 393. Cf. Go s s e l m a n , Carl August, una carretera de montaña. El dinero que llevan Viaje por Colombia 1825 y 1826, Bogotá, Banco de invertidos en esta vía habría sido suficiente para la República, 1981, pp. 58, 66, 74-76, 219, 221 y construir una vía desde Bogotá al Magdalena, tan Mo l l i e n , Gaspard-Theodore, Viaje por la república bueno como los caminos de montaña comunes y de Colombia en 1823, Bogotá, Presidencia de la corriente en los Estados Unidos”. “El camino actual República, Comisión V Centenario y Colcultura, pasa por dos cuestas fangosas y en una de ellas el 1992, pp. 278, 282-283, 312, 317-320.

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 84 Tiempos y espacios de la circulación: El camino y la ruta en la cuenca del río Sogamoso, una mirada de larga duración transgredir los movimientos de las motivo a haverlo traficado y que mercancías, de los hombres, un raudal de pocos a[ños] asta parte se ha experto en complicar e interponer férrea puesto p[eo]r que ademas de los resistencia a la circulación. No obstante, perjuicios que ofrecia la rapd[al] es del rio sus mu[cho]s cabesones los testimonios se contradicen, pues, al y palos incubiertos caio un bolcan tiempo que muestran la imposibilidad que remato dicha naveg[aci]on de tránsito, dejan observar también poniendo en empeño a los pre- que este se lograba desarrollar y satis- sisos navegantes en term[ino] de facer (llevar a cabo el recorrido que se vn dia de camino que ay desde el presentaba como imposible), gracias a Puerto a la Parr[oqui]a del Pedral diferentes comportamientos prácticos huzar de dos embarcaciones para ejecutados en el recorrido mismo. En conducirze y transportar de una a otra las cargas a ombros de las este sentido, las necesidades y las pocas bogas p[o]r camino agresticimo y o escasas alternativas, se convertían en sin embargo han y estan naufra- elementos que explican las realidades. gando vidas y hasiendas20.

En uno de los testimonios, un de- […] se embarco del zitio del clarante expuso “que solo la necesi- Champan p[ar]a Xiron p[or] el dad puede obligar arrojarse a tamaño Rio que llaman Sogamoso en precipicio (el río Sogamoso)”. Los vna barqueta de quatro bogas y testimonios son claros en mostrar los que biniendo con solo las camas inconvenientes y en por qué se apoyaba y mantenimiento gastaron tres diaz y medio en llegar a pasar la alternativa de construir un camino por el primer bolcan de dos que ay tierra; sin embargo, aquí se utilizarán antes de llegar al Puerto […] para hacer referencia a lo antitético que experimento que de los tres ellos denotan. Así por ejemplo: dias y medio el medio es Rio medianamente Navegable pero […] que desde su mosedad com- lo restante es imponderable el pro una hazienda de cacagual evidente Riesgo que le parecio en el sitio del Chanpan que esta ay de chorros palisadas y otros inmediata a la parro[qui]a del malos pasos que solo viendose Pedral con cuia ocasion a trafica- fuera de aquel raudaloso orrible do desde esta parte al Puerto de Dragon de Rio puede Asegurar Sogamoso repitidicimas vezes y lo Navego que el bolcan viejo lo lo mismo le a subsedido a la villa pasaron con grandisimo trabajo de Mompox con lo que asiste pero que el bolcan nuebo no fue sobrada esperiencia de todo este posible Montar solo la barqueta rio y es cierto que el que ofrece de bacia con un hombre dentro y d[ic]ha parro[qui]a hasta el Puer- los demas toandola porque por to de Sogamoso es tal y con tales tres veces se hundio […] y que peligros que siempre a reselado mucho su naveg[acio]n y que la 20 unica precision le pudiera solo dar Archivo General de la Nación (A.G.N.), Mejoras materiales, t. 4, f., 564v.

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 Jesús Bohórquez Barrera, Clara Inés Carreño Tarazona 85

haviendo trabajado en esto desde es apropiado y conocido, las prácticas la una del dia hasta que zerro la de accionar sobre un mundo construido noche se retiraron poco mas de permiten identificar varios elementos. una cuadra del bolcan a dormir El primer testigo quiere revelar las aquella noche y de las olas que dificultades de la ruta, pero al hacerlo Despedia aquel chiflon de Agua se lleno la barqueta q[ue] a la descubre lo contrario. Se delata como un mañana fue necesario entre todos verdadero conocedor de un mundo don- achicarla que tiene Navegado por de interactúa continuamente, tanto, que tres veces de bajada y subida el puede señalar cambios, empeoramien- Rio grande y que lo navegaria tos, realizar una descripción detallada muchas mas veces p[o]r no bol- de un espacio que le es conocido y del berse a embarcar una en el de que se ha apropiado por medio de ciertas Sogamoso21. prácticas. Ello se relaciona directamente […] tiene el transito de sus cacaos con las dificultades impuestas por el y efectos por el Rio de Sogamoso medio. Por más difícil y fragoso que que en su embargo ofrece Nota- este fuera, abre sus espacios para per- bles peligros asi de vajada como mitir a los hombres, aun con sus bajos de subida por tener una angostura desarrollos en las técnicas, los enfrenten que en su principio y fin es Nece- y venzan, a veces sin éxito. sario descargar la varqueta Pasar la carga por tierra y tener otra a Segunda, para recorrer cierta ruta23 el final de la Angostura para alli es necesario un aparato material que cargar los efectos que se trafican y ygualm[en]te de subida por ser ymposible pasar por la Angostura 23 Es bien conocido que un camino es una “obra de de mas de ofrecerse otras [ ] de comunicación terrestre”; ellos hacen referencia a los Notorio Riesgo y perdida de las trazados sobre el suelo, a las obras de construcción, a la aplicabilidad de ciertas técnicas y tecnologías embarcaciones por lo que […] sobre la superficie. En total, los caminos se rela- hallasen vereda por tierra se cionan con los trazos, sendas, senderos, trochas. encontra poco costo el poderse Ji m é n e z , Orián, “Rumores, cartas y caminos en abrir camino muy vrebe que la sociedad colonial”, Historia y Sociedad, (8), sale a la voca del expresado rio Medellín, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, 2002, pp. 201-202. En cambio, la de Sogamoso y entra en el de la ruta se constituye en una trayectoria cultural. Una Magdalena como lo demuestra ruta es un recorrido práctico que se configura, un el mapa22. itinerario prefijado, la dirección que se establece entre los diferentes puntos del espacio; el eje que Tres evidencias diferentes de las da forma a las distancias y medidas del trayecto que cuales se pueden extraer ciertos fenóme- sostiene y al que le da sentido, véase Bo h ó r q u e z Ba r r e r a , Jesús, “A casco de mula y punta de baúl. nos. Primero, el espacio que se recorre Caminos y rutas: espacios, tiempos y distancias en los andes colombianos”, Memorias del II Encuen- tro Latinoamericano de estudiantes de Geografía, 21 A.G.N., Mejoras materiales, t. 19, f. 721r. Asociación Latinoamericana de estudiantes de geo- grafía, Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 22A.G.N., Mejoras materiales, t. 19, ff. 717r. y v. agosto de 2005, CD Rom.

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 86 Tiempos y espacios de la circulación: El camino y la ruta en la cuenca del río Sogamoso, una mirada de larga duración posibilite hacer el recorrido. En el texto Tercera, el intercambio de productos se aclara que se llevaba “poca carga”, y sus relaciones con el mundo rural que es decir, sólo los mantenimientos y rodea y atraviesa el valle del río Soga- la cama24; además, se hace referencia moso. En el texto se hace referencia al a las dificultades para navegar en las tránsito de “cacaos y efectos”, pero no barquetas. Estos son los aspectos co- se especifica la gama de productos que rrespondientes a la cultura material, a intervienen en dichos intercambios, ni las necesidades culturalmente estable- las formas bajo las cuales se entabla el cidas que acompañaban la circulación: mercado. En este punto se debe cen- la alimentación, los medios técnicos de trar la atención en el tipo, cantidades transporte, el vestido. Además, para po- y direcciones de los productos (sean der llevar a cabo el recorrido se debían importados o producidos “en la tierra”), conocer ciertas maneras de empacar y sobre todo, en los diferentes modos los productos (para que no se deterio- cómo circulan los géneros, ya sea de rarán), mantener ciertas relaciones con manera legal o ilegal. el manejo de las bogas y arrieros, y por supuesto, en el último caso, someterse a Don Francisco Alonso Carreazo, las necedades de las mulas. Todos estos vecino y mercader de Mompox, inter- elementos materiales: mulas, petacas, puso demanda ante el gobierno de la aguardiente, lasos, barquetas, etc., ciudad de Girón para realizar ciertas eran establecidos como “suficientes” o “insuficientes” por la sociedad donde crítica de fuentes, los textos de las personas que se habitaba y eran fundamentales para recorrieron el territorio; por ejemplo, Ro b i n s o n , David J., (comp.), Mil leguas por América. De vencer las distancias; sin ellos era im- Lima a Caracas 1740-1741. Diario de don Miguel posible atravesar los caminos por tierra de Santisteban, Bogotá, Banco de la República, o por agua; sin ellos, todo se congela, 1992; Sa n t a Ge r t r u d i s , Juan (Fray), Maravillas de la Naturaleza (1756-1775), 2 tomos, Bogotá, se pierde el movimiento, se olvida el Presidencia de la República, 1956, t. I; Re i c h e l - trayecto, se impide el recorrido, se Do l m a t o ff , Gerardo, (comp.), Diario de viaje del hace imposible enfrentarse al mundo P. Joseph Palacios de la Vega entre los indios y construido25. negros de la provincia de Cartagena en el Nuevo Reino de Granada 1787-1788, Bogotá, Editorial ABC, 1955; An c í z a r , Peregrinación de Alpha; Mo l l i e n , Viaje por la república de Colombia en 24 En otras palabras, es necesario aclarar que no se 1823; Rö t h l i s b e r g e r , Ernst, El dorado. Estampas llevaba grandes valijas, petacas, etc. Si el recorrido de viaje y cultura de la Colombia suramericana, por el río era terrible sólo con las cosas “necesarias”, Bogotá, Presidencia de la República, Comisión V debía ser peor al realizarlo con grandes cargas. Centenario, Colcultura, 1993; Go s s e l m a n , Viaje Es esta contradicción la que se puede tomar del por Colombia 1825 y 1826; Ho l t o n , La nueva testimonio y que permite realizar un acercamiento Granada: veinte meses en los Andes. Este último a las realidades materiales del viaje. viajero es el que describe con mayor vehemencia todas las cuestiones referentes a la vida material 25 Sobre estos elementos, además de la informa- de los recorridos, ver pp. 40-41, 45-47, 58-59, 87, ción que puede encontrarse en los documentos 105, 212, 213, 378. Por razones de espacio no se de archivo y que resulta por demás fragmentaria, describen aquí todos estos elementos que esperan pueden verse, eso sí, realizando la pertinente todavía estudios a profundidad.

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 Jesús Bohórquez Barrera, Clara Inés Carreño Tarazona 87 averiguaciones correspondientes a una su cargo y que se salvo al mencionado valija cargada de efectos del reino que don Francisco Carreazo”27. En el pleito había naufragado en el río de Sogamoso, se culpó a Diego Romero, quien estaba al parecer, por sobrecarga26. Según el encargado de los trámites necesarios mercader, se debía hacer comparecer a para remitir los productos desde el Pe- Diego Romero, vecino de la parroquia dral hasta Mompox. Se concluyó que del Pedral, para que testificara si había don Antonio Vesga había entregado al hecho remisión “por cuenta” de Don cuidado de Romero 180 piezas de lienzo Antonio de la Vega, residente en la y 132 arrobas de cacao, de las cuales se ciudad de San Juan Girón, de cacaos y habían perdido 6 piezas de las telas y se lienzos en dirección a la mencionada averiaron 64, además de haber “faltado” villa. Además, el demandante pedía el cacao en 8 arrobas28. declaración del piloto de la barqueta “nombrado” Sebastián Ronduela para Es de resaltar aquí las relaciones per- que describiera la manera como ocu- sonales que permiten desenvolverse y rrieron los hechos. Interesaba aclarar hacer circular las mercancías en el espa- si la barqueta había naufragado debido cio. Los bogas, eran el soporte que per- a sobrecarga, temporales o descuidos mitía hacer circular los productos; ellos 29 del conductor, y si se tenía noticia del y los estancieros que allí habitaban, se tiempo que dichas cargas se demoraron en el puerto y Bodegas del Pedral, así 27 A.H.R., Archivo de Girón, Causas Civiles /1750- como si alguna parte de ellas se había 1753/, f. 292r. Interesa destacar como cierto orden dejado en el camino. espacial de las estancias y de los sitios, pero sobre todo de las casas, permite que los géneros circulen El piloto de la barqueta, Sebastián por la cuenca. Ronduela, natural del río Sinú y vecino 28 A.H.R., Causas civiles /1750-1753/, f. 294r. del sitio del Champán, expuso que “ve- 29 nia” encargado de una balsa con treinta Por ejemplo, don Lorenzo Cavides del Pino declaró que había vendido a don Egidio de Navas cargas, 10 de lienzo y 20 de cacao a una barqueta de seis bogas “la qual bendi por libre entregar en la Villa a Francisco Alonso de todo gravamen y para mi mantencion en esta mi Carreazo, y que junto con él había par- enfermedad la qual me tiene el expresado D(on) n Egidio pagado su importe”. A.H.R., Archivo tido Basilio Céspedes, quien “por venir de Girón, Protocolos, t. 1761-1769, f. 569v. Por recargado tuvo la perdida de una carga su parte, en el inventario de los bienes de Pascual de lienzo”. El piloto declaró, además, Castillo, quien residía en el “puerto de botiga y sitio que como su balsa venia recargada dejó de astilleros”, se contaron una barquetilla de nueve varas “de su “manego”, dos palos de barquetas que tres cargas “en la estancia nombrada tenia puestos en trabajo una de cuatro y otra de cinco Yariguíes al cuidado de dicho Basilio varas y dos barquetillas de diez varas, una la debía quien las había traído con lo demás de Martín López y la otra Agustín Mantilla. A.H.R., Causas Civiles /1774/, f. 212r. Vivir en las tierras cercanas a los ríos Sogamoso y Lebrija era sinónimo de posesión de barquetas y canoas, elaboradas para 26 A.H.R., Archivo de Girón, Causas Civiles /1750- el uso propio o por encargo. La pesca, una actividad 1753/, ff. 291r. a 312v. fundamental en un lugar donde los bastimentos

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 88 Tiempos y espacios de la circulación: El camino y la ruta en la cuenca del río Sogamoso, una mirada de larga duración tornaban en eslabones de la cadena de estampaban una continuidad imaginaria circulación, pues estaban encargados, entre las intempestivos e incontrolables los unos de servir de fuerza motriz para montes que a trozos y a veces en su dar movimiento a las barquetas y los dilatarse, sometían a los nómadas30 y otros de fabricarlas. Cualquier incon- sedentarios de un mundo que se movía veniente entre las bogas-arrieros y los al ritmo del mercado del cacao. comerciantes era sinónimo de atrasos. Los estancieros dependían, a su vez, de En las cartas y papeles aparecían los arrieros. Ellos estaban encargados, los géneros y cantidades vendidas al en muchos casos, de llevar y traer las fiado, es decir los deudores, los some- cartas. Estas cartas incluso llegaban tidos tanto a las necesidades como a desde la lejana Cartagena, con mayor los gustos. Muchos de estos productos frecuencia desde Mompox, y sobre eran vendidos a los estancieros de las todo, circulaban entre las zonas rurales tierras bajas, cercanas a los valles del del Valle donde un conjunto de sitios Sogamoso y del Lebrija, así como a los vecinos ricos que residían en las tierras llanas cercanas a la ciudad de San Juan Girón. Otra porción llevaba un destino como la carne adquirían altos precios, daba mejores resultados si se utilizaban canoas y los pescadores diferente. Se escamoteaban por el es- se internaban en ciertas zonas de los ríos. El co- pacio creando posibilidades de transito mercio, las comunicaciones, las autoridades, los y de acción para satisfacer los deseos religiosos, todos requerían para su movilización de los instrumentos fabricados con los productos y necesidades de algunos comercian- que el monte producía. Sobre los diferentes usos tes que se arriesgaban a alcanzar sus del monte, véase He r r e r a , Marta, Ordenar para objetivos. Alguna parte de los géneros controlar. Ordenamiento espacial y control político en las llanuras del Caribe y en los Andes centrales circulaba como contrabando para diri- 31 Neogranadinos. Siglo XVIII, Bogotá, Instituto girse a la ciudad de Tunja . colombiano de antropología e historia y Academia colombina de Historia, 2002, pp. 49-52; Ra m í r e z d e Ja r a , Clemencia, Frontera fluida entre andes, 30 Sobre un tejedor y labrador que hace viajes para piedemonte y selva: El caso del Valle de Sibundoy, aumentar el caudal con que mantener a su esposa siglos XVI-XVIII, Bogotá, Instituto colombiano e hijos, véase A.H.R., Causas civiles /1746-1749/, de Cultura Hispánica, 1996, capítulos II y III; ff. 171r. para el caso específico de los montes del Chocó ver: Ji m é n e z , El Chocó: un paraíso del demonio. 31 A.G.N., Mejoras materiales, t. 4, f. 593r. Sobre Nóvita, Citará y el Baudó, siglo XVIII, Medellín, géneros de contrabando que circulaban por el Universidad Nacional de Colombia, 2004, capítulo puerto de Sogamoso, probablemente con destino II; sobre las diferentes formas como se percibía y a la ciudad de Tunja, que alcanzaban un monto de los diversos usos que se le otorgaba al bosque en 4239 pesos 5 reales y 1 cuartillo, véase A.G.N., Europa véase Br a u d e l , La identidad de Francia. Contrabando, t. 15, ff. 563r. a 576v. La ciudad de t. I, La geografía y los hombres, pp. 138-142; Le Tunja debía ser abastecida por la de Santafé, por lo Go ff , Jacques, “El desierto y el bosque en el Oc- que las ropas de Castilla en ella alcanzaban precios cidente Medieval”, Lo maravilloso y lo cotidiano muy altos. Los géneros, entonces, entraban por el en el occidente medieval, 3 reimp., Barcelona, puerto de Honda ampliando las distancias a recorrer. Gedisa, 1996, pp. 25-39; Bl o c h , Marc, Historia Si los comerciantes se pusieron de acuerdo para rural francesa. Caracteres originales [1931-1952], romper con esta obligación y obtener ganancias Barcelona, Crítica, 1978, pp. 74-75. con el contrabando, el puerto de Sogamoso y su río,

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En términos generales el problema tancias sino también participar en la de la circulación y en particular el de la obtención de ciertas ganancias. circulación baja que se ha sugerido aquí, aún está por estudiarse. Es importante A manera de conclusión: por lo tanto, profundizar en el estudio perspectivas de indagación de los procesos de de circulación de un mundo que se mueve a ritmos de una Los caminos son una construcción economía rural y minera. Un estudio en el espacio que se destaca por reflejar 32 detallado sobre el “Magdalena Medio” su parte material , las limitaciones físi- neogranadino permitiría observar cómo cas que atrasan o aceleran la circulación, se constituyeron las bases de funciona- pero en ciertas sociedades la realidad miento de un mundo rural que se conec- del movimiento es tan compleja que ta con los deseos, con la satisfacción de el camino toma o pierde importancia lujos y necesidades. Quedan por detallar dependiendo del lugar desde donde se ejemplos que den luces sobre las formas mire. Los caminos por sí mismos ni de estar y sentir en un mundo rodeado son la realidad total ni explican todo, de montes, cercado por posesiones y ellos van encadenados a un conjunto atormentado por las desventajas del de prácticas (y en este sentido debe- clima. El mundo rural y sus continuas rían dirigirse las investigaciones), de relaciones con el comercio es un tema vivencias, de percepciones espaciales, que poca importancia ha merecido en la etc. Si se miran los documentos con historiografía colombiana. detalle sería de mayor utilidad explicar los procesos de circulación, como los ha No se trata de olvidar las limitacio- expuesto Braudel en sus trabajos. En ese nes y desventajas de unas prácticas que conjunto el camino es un instrumento, marchan lento, al paso de las mulas y una parte, uno de los problemas que se al ritmo de los brazos de los bogas, se debe tener en cuenta. La circulación, en trata de percibir los movimientos pro- este sentido, es un todo, una realidad, pios, describir sus formas de construir el una totalidad de instrumentos que dan espacio. En fin, de no caer en la trampa paso al movimiento: de repetir un discurso, de aplastar la rea- Aquí nos atendremos solamente lidad constriñendo ciertas experiencias a discernir los elementos y los en los rincones donde se localizan sus instrumentos de la circulación: entusiastas objetivos, sino de ilustrar las los caminos, los medios de trans- maneras en que un mundo se construye a partir de ciertas relaciones personales que no sólo permiten acortar las dis- 32 Ji m é n e z , “Rumores, cartas y caminos”, p. 201, señala que “El camino […] es una obra de comu- nicación terrestre que permite el desplazamiento de móviles; los caminos están conformados por tal vez tomaron gran importancia durante el siglo elementos que fueron construidos por el hombre XVIII; sin embargo, falta todavía hacer investiga- para facilitar o mejorar sus condiciones de despla- ciones en este sentido. zamiento y de existencia”.

Hi s t o r i a y So c i e d a d No. 16, Me d e l l í n , Co l o m b i a , e n e r o -j u n i o d e 2009, p p . 73-93 90 Tiempos y espacios de la circulación: El camino y la ruta en la cuenca del río Sogamoso, una mirada de larga duración

porte, las mercancías transporta- ciertas percepciones y construcciones, das, las tiendas, los mercados, las la puesta en juego de algunos intereses ferias, los intercambios mercan- expresados por prácticas simples que se tiles, la moneda en movimiento, diluyen interviniendo en la circulación el crédito, los diversos procesos y por tanto en la economía. del comercio y, naturalmente, los hombres, sus actos, sus des- De esta manera se logra mostrar plazamientos. En suma, por cir- cómo durante el siglo XVIII la arteria culación entiendo el conjunto de del Sogamoso se transformó en un punto los movimientos económicos que supone el funcionamiento de toda fundamental de comunicación entre las la sociedad, movimientos que la provincias de “abajo” y “arriba”, dando sociedad asegura naturalmente y lugar a todo un ordenamiento espacial que se esfuerza en promover aun- que incluía estancias, casas, paisajes, que solo lo consiga a medias33. en total, elementos materiales y cultu- rales. Igualmente, en esta perspectiva En un recorrido como el sugerido se logra ilustrar sobre la manera cómo aquí, que hace parte de investigaciones se estableció esta ruta contrapuesta y que se vienen adelantando, es útil una complementaria pero también la lucha 34 mirada de larga duración que permita constante por vencerla al establecer mostrar ciertos fenómenos relevantes un camino, hasta el momento de las que se mantienen en el tiempo largo, intervenciones de los liberales35 en la que permitan comprender las formas construcción del eje vial paralelo al río y manías del movimiento de hombres, Sogamoso. animales y cosas, no para narrar sino para encontrar ciertas persistencias, para radicar algunas elementos que sirvieron de soporte a las estructuras de la circulación. Se trata de observar

33 Ji m é n e z , “Rumores, cartas y caminos”, p. 240.

34 Metodológicamente se ha tomando en cuenta las temporalidades que propuso el historiador Fernand Braudel. En sus trabajos describió y propuso un trío de duraciones para analizar la variedad del tiempo social. Un tiempo que puede correr a una gran velocidad, o por contrario, marchar tan lento que sea casi imposible percibir sus movimientos. Para este caso se trata de una historia “casi inmó- vil, la historia del hombre en sus relaciones con el medio que le rodea, historia lenta en fluir y en 35 Sobre las mejoras materiales de medio siglo puede transformarse”. Br a u d e l , El mediterráneo, t. I, p. consultarse el texto de Sá n c h e z , Efraín, Gobierno 17. Cf. “La larga duración”, Br a u d e l , La historia y geografía. Agustín Codazzi y la Comisión Coro- y las ciencias sociales, Madrid, Alianza editorial, gráfica de la Nueva Granada, Bogotá, Banco de la 1995, pp. 60-106. República/el Áncora editores, 1998, p. 172.

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