Monstruos Al Final Del Milenio
CAPÍTULO 5 Herederos del gótico británico: Hijos artificiales, dobles peligrosos y vampiros 5. El gótico británico y el cine La novela gótica británica vivió su primer período de esplendor entre El castillo de Otranto de Horace Walpole (1765), primera muestra del género, y Melmoth, el errabundo del irlandés Charles Maturin (1820). Sus figuras principales fueron Anne Radcliffe, quien era tan popular entonces como lo es hoy Stephen King, y Matthew Lewis, joven autor de la irreverente El monje (1794). Frankenstein de Mary Shelley se publicó en 1818, dentro, pues, de este primer período, si bien la edición más conocida es la de 1831, en la que Mary transformó al Victor Frankenstein romántico y heroico de su primera versión en un pecador castigado por su intento de usurpar los poderes de Dios. Exceptuando a Frankenstein, las otras novelas góticas de esta primera época no han inspirado ninguna gran película, pese a lo cual hay que nombrarlas porque su papel en la historia de la ficción de terror es fundamental. El atributo más característico del género gótico es la capacidad de crear ambientes tétricos dominados por villanos terroríficos, ambientes que son el escenario ideal de tramas movidas por el suspense, un recurso narrativo típico de este tipo de ficción. La novela gótica toma la trama de la novela sentimental, en la que unos héroes virtuosos pero insulsos son asediados por desgracias diversas, y exagera el sado- masoquismo implícito en la actividad del lector, quien simpatiza con los héroes perseguidos sin dejar por ello de disfrutar con la lectura de sus penalidades. A partir del tema de la persecución por parte de un villano perverso y poderoso de la heroína inocente y desamparada, la novela gótica le ha legado al cine a través de sus numerosos descendientes literarios y teatrales el motivo del inocente injustamente perseguido, usado hoy en casi todos los géneros del cine de Hollywood.
[Show full text]