Ciencia Política

TESIS DE LICENCIATURA

“Unidos por calculo y juntos por Convicción: Coaliciones Políticas en las

Elecciones del 2013 en la Ciudad Autónoma de

Miguel Gomez Goldin

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Tutor: Fernando Domínguez Sardou

Co-tutora: Ana Victoria Egido

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ÍNDICE

CARATULA 1 ÍNDICE 2 INVESTIGACIÓN 3 A) Problema de Investigación 3 B) Objetivos 6 C) Enfoque Metodológico y Estructura de la Investigación 7 D) Estado del Arte 9 MARCO TEÓRICO 11 A) Nociones Básicas Preliminares 11 B)Nociones desde Deheza 16 C)Aportes de Reniu Vilamala 20 D) Definiciones y Conceptualización 28 D.1 Coaliciones electorales 29 D.2 Coaliciones Parlamentarias 30 D.3 Coaliciones Gubernamentales 31 CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES 33 A) Introducción 33 B) Composición del Poder Legislativo 36 C) Marco Regulatorio de los Partidos Políticos en la CABA 38 D) Sistema electoral de la CABA 40 E) En la Legislatura Porteña 47 F) Primarias Abiertas, Simultaneas y Obligatorias (PASO) 54 ÁNALISIS COALICIONAL 61 A) Composición Legislativa en el 2014 61 B) Elecciones 2013 66 C) Conformación de los Poderes Legislativos en el 2013 69 CONCLUSIONES 73 ANEXOS 80 BIBLIOGRAFÍA 86

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INVESTIGACIÓN

A) Problema de Investigación La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es uno de los distritos de mayor relevancia en la República Argentina debido a que, además de ser la Capital Federal del país, concentra una enorme cantidad de habitantes en poco territorio traduciéndose así en un importante distrito electoral. Aglutina en tan solo 202 kilómetros cuadrados aproximadamente 2.965.000 habitantes (ingresando una mayor cantidad de gente desde la provincia de Buenos Aires diariamente) según la Organización de Naciones Unidas, lo que representaría el 8,32% del electorado nacional estando en la cuarta circunscripción electoral de mayor acumulación de votos.

En ella no se encuentra una tendencia electoral fija a lo largo de las décadas democráticas, no respondió siempre al humor electoral nacional (como si la hace el distrito de Quilmes, por ejemplo, donde las elecciones las gana siempre el color partidario que también triunfa a nivel nacional), ni pareció transformarse desde el advenimiento de la democracia en el claro bastión de un partido en específico. Más bien, brindó la posibilidad de emergencia de terceras fuerzas como lo fue el Frente País Solidario (FREPASO) en la década de los noventa y Propuesta Republicana (PRO) en la última década, entre otras terceras fuerzas como lo fueron el Partido Intransigente (PI), la Unión del Centro Democrático (UCeDé) y Afirmación por una República Igualitaria (ARI).

Cómo todos en Argentina, constituye un distrito plurinominal por representación proporcional para diputados cuyo procedimiento de traducción de votos en bancas ha sido el sistema D´Hondt. Su legislatura posee 60 bancas con renovación parcial de 30, mientras que en el Congreso Nacional le corresponde a la Ciudad 25 bancas a diputados, también con renovación parcial, y 3 a senadores correspondiendo dos bancas al partido político que obtenga el mayor número de votos y la restante al partido político que le siga en número de votos. Por ello mismo, y por sus bajos umbrales electorales (Duverger, 1951), diversos partidos sin representación o personería jurídica en otros distritos han logrado obtener bancas generando, de este modo, espacio a otros actores a pugnar por el poder. Dada la existencia

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de diversas fuerzas partidarias, lo usual ha sido que estas conformen alianzas (si bien el sistema de doble vuelta para el ejecutivo fomentó lo contrario según Galván y Cruz: 2013, entre otros), bloques y/o coaliciones a fin de vencer en las pujas electorales, lograr ocupar bancas y cargos ejecutivos. Sin embargo, las alianzas no siempre han sido entre los mismos actores, sino más bien que por diversos motivos, ya sean coyunturales, dirigenciales- partidarios, por clivajes o distancia y acercamiento ideológico, las coaliciones presentaron particularidades en cada año electoral y sus conformaciones no siempre fueron del mismo modo.

En este sentido, acerca de las últimas elecciones de medio término, tras las presidenciales y ejecutivas del 2015, el carácter y naturaleza acerca de sus constituciones no abunda en investigaciones, bibliografía y/o divulgación. Debido a ello, este trabajo persigue abordar un análisis y un abordaje más detallado sobre las recientes elecciones legislativas en el 2013 en CABA indagando en las coaliciones armadas con mayor cantidad de chantaje entendidas en el contingente de bancas que poseen los partidos en el poder legislativo local (de la Capital Federal) y Nacional (por la misma ciudad), lo que también presume un apoyo social y electoral a los partidos que detentan bancas basándose en la performance electoral anterior, es decir la del año 2011, dado a que “(…) la fuerza de un partido se mide por el número de votos. Mientras más grande es el número de votos en el pequeño mercado que tiene lugar entre el partido y los electores, más grande es la fuerza contractual del partido en el gran mercado que se efectúa entre los partidos, aunque el gran mercado no solo cuenta el número de votos que un partido puede poner en la balanza, sino también su colocación en el sistema de alianzas, de manera que un partido pequeño, cuando es determinante para la formación de una mayoría, tiene un peso en específico mayor (..)”1. La performance de ellos deviene en su presencia, o no, en determinados cargos electivos.

La elección de estudiar y comprender lo propuesto focalizado en las elecciones legislativas del año 2013 se sustentan principalmente a su mayor uso de las Primarias Abiertas, Simultaneas y Obligatorias (PASO) ya que desde la sanción de este mecanismo

1 Norberto Bobbio, “El Futuro de la Democracia”, Pagina 156. Fondo de Cultura Economica, 2001. 4

solo había pasado una elección en la cual estas se habían utilizado, y representan un caso notorio y reciente del objeto de estudio a la hora de ser escrito el presente trabajo.

A su vez, contemplando las tipologías de gobiernos presidencialistas y coaliciones de Grace Deheza (1998) y Reniu Vilamala (2001), se considerará pertinente la tipología de Coalición Mínima Vencedora como la relevante para explicar las coaliciones que solo aglutinan aquella cantidad mínima y necesaria para ganar las elecciones (u obtener al menos el 50% más uno de las bancas en términos legislativos) a diferencia de la Coalición Mayoritaria que procura obtener el 65% de las bancas considerando e incluyendo partidos que no son indispensables para ganar las mismas o conseguir el 50%. Por otro lado, que una coalición esté Conectada o no refiere a la conexión ideología que existe entre los partidos que constituyen la coalición. Estos conceptos serán esenciales para los términos en que los objetivos y la hipótesis de la investigación se desarrollarán, especificado en el marco teórico en el que se encuadra la investigación.

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B) Objetivos

De este modo, el objetivo general que se planteará en el siguiente trabajo consistirá en indagar y describir la naturaleza de la conformación de las diversas coaliciones electorales del 2013 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A modo de objetivos específicos, se perseguirá analizar los partidos políticos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el 2013, realizar un análisis acerca de los mismos en términos de su capacidad de chantaje, componer el desempeño vis-á-vis de los mismo tanto en las elecciones del 2011 como en las del 2013 y, por último, explorar aquellas teorías y explicaciones que justifiquen el armado y la conformación de estos frentes para el año 2013 en el caso de que no hayan sido las mismas que en la elección anterior.

Consecuentemente, la hipótesis central de la investigación será que las tres coaliciones más importantes en términos de resultados electorales del 2013 (Unión Pro, Unen y Frente para la Victoria) corresponden a la Coalición Mínima Vencedora Conectada según la tipología de coaliciones elaborada por Deheza, en donde, si bien existe un criterio mínimo de participantes con el propósito de que no integren una coalición más miembros que los necesarios, existe una conexión ideológica. Se demostrará también, acorde a dicha teoría, que si bien pueden integrar la coalición más partidos políticos que los necesarios, esta deja de ser conectada o cerrada durante la misma elección legislativa

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C) Enfoque Metodológico y Estructuración de la Investigación

Con el propósito de comprobar la hipótesis principal, la investigación recurrirá a un enfoque cualitativo-cuantitativo descriptivo cuya metodología se constituirá primordialmente del análisis de una base de datos cualitativa sobre los partidos a través de la información pública provista acerca de estos y, por otro lado, otras cuadros con resultados electorales de las elecciones 2011 y 2013 de la Ciudad de Buenos Aires. Una vez habiendo elaborado dichas tablas que procuren la información necesaria para exponer evidencia suficiente acerca del desempeño y la propia naturaleza de cada partido en la conformación de las coaliciones, se proseguirá con la realización de un análisis no solo de los resultados obtenidos sino también uno más holístico al respecto que logre satisfacer y responder nuestros objetivos planteados.

Consecuentemente, si los partidos componen las unidades de análisis y las variable dependiente es constituida por el chantaje brindado por el resultado de la elección del 2013, el tipo de coalición que se conforma será la variable dependiente, los cuales son influenciadas por la presencia de una tercera variable interviniente que sería la distancia ideológica y su posición frente a ciertos clivajes.

Tomando como principal unidad de análisis a los partidos políticos que se presentaron para el año 2013 bajo diversos frentes o coaliciones (o solos), se tomará como principales variables a ser analizadas la distancia ideológica de los partidos y la capacidad de chantaje en términos de bancas obtenidas tanto en la legislatura de la Ciudad como en las bancas correspondientes a CABA en la Cámara de Diputados, lo cual presume un determinado apoyo obtenido en elecciones anteriores que otorga poder de negociación a la hora de buscar socios políticos con quienes aliarse.

Para comenzar, se aproximara al lector con una breve descripción acerca de las generalidades de la Ciudad con el fin de comprender las particularidades del distrito para así entender cómo se estructura allí el sistema electoral, sus efectos y como opera en el sistema de partidos que genera en CABA, sin por ello obviar algunos datos históricos de relevancia.

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Aquí se hará especial hincapié en los incentivos que genera sobre los partidos, las Primarias Abiertas Simultaneas Obligatorias (PASO de ahora en más) y lo que puede generar el caso de doble vuelta (en el 2011) que no sucedió, por el hecho de ser una elección de medio término, en el 2013.

Luego se procurará brindar una breve especificación a modo de reseña sobre que partidos políticos encontramos presentes en las elecciones del 2011, los que se encontraban en el 2009 ya que serían quienes renovarían en las elecciones en cuestión, y las que se presentaron a competir en el año 2013. Esto tendrá como propósito la facilitación, a grandes rasgos, de las características de los partidos políticos en el distrito así como una descripción sobre sus principales rasgos y desempeño.

Habiendo considerado lo anterior, se continuara mediante la elaboración de un cuadro comparativo donde se categorice cualitativa y nominalmente la posición de cada partido en el espectro izquierda y derecha; su posición respecto al clivaje peronista-antiperonista y su ubicación respecto a oficialismo-oposición frente al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como al Nacional ya que mientras peronismo-anitperonismo constituyó el clivaje más importante dentro del espectro político argentino, habiendo distintas facciones izquierda- derecha dentro de ambas, y la CABA nunca pudo ser gobernada por el peronismo. A su continuación, se proyectará una tabla comparativa de resultados electorales de cada partido (y/o alianza) en el 2011 en contraste con la del 2013 con el propósito de comparar los resultados de cada elección y verificar visualizando si el cálculo realizado por cada partido corresponde al resultado esperado acorde al número de bancas que se detentaba anteriormente comprobar si nos encontramos presentes a cálculos racionales (rational choice), como sugiere Reniu Vilamala, donde se procura obtener la mitad más uno de los resultados (en términos generales) o encontramos, más bien, la presencia de alianzas realizadas por dimensiones de multinivel.

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D) Estado del Arte

Las sociedades segmentadas cultural y etnolingüisticamente, como España, Suiza o Bélgica, tienden a desarrollar sistemas políticos federales (Lijphart, 1987) al igual que territorialmente, como sucede en Argentina, Brasil o México (Lipset y Rokkan, 1990, Valenzuela, 1985). Estos sistemas modelan agrupaciones que defienden intereses locales, como provinciales o regionales y hasta nacionales (y/o étnicos o religiosos), por lo que presenta desafíos y oportunidades a los partidos políticos en los diversos escenarios en los que compiten. Diferentes niveles de elección pueden generar distintos programas y estrategias de partidos con el fin de atender electorados variados y diversos temas de agenda. La literatura que aborda dicha temática estudia la congruencia de los resultados electorales (Carmani 2004), los resultados sobre la homogeneidad territorial, la organización de los distintos niveles de partidos, los efectos de la descentralización política y fiscal sobre los sistemas de partidos, las estrategias electorales de los partidos en distintos niveles y los clásicos resultados de los clivajes societales. La relativa autonomía federal (aunque no es exclusiva de estos sistemas) de los distritos explica, entonces, algunas particularidades y las diferencias que pueden presentar frente a sus homónimos, como es el caso que se pretende aquí analizar.

El estudio de las coaliciones en la ciencia política ha abarcado numerosas investigaciones y trabajos pero han estado, en su gran mayoría, focalizados en lo que respectan los sistemas parlamentarios o semi-parlamentarios y, por lo tanto, a aquellas coaliciones electorales que derivan en coaliciones de gobierno para sostener el poder ejecutivo electo. Estos generalmente abordan la congruencia en las coaliciones de gobierno entre los diferentes niveles (Axelrod, 1970, De Swaan, 1973, Riker, 1962, Thorlakson 2009), entre otras variables pero utilizando, normalmente, a las alianzas como un elemento más de análisis, es decir como variable independiente influenciando y hasta determinando otros procesos políticos para dar cuenta de otros fenómenos. Los escenarios multinivel con sistemas presidencialistas, en cambio, no precisan replicar sus alianzas electorales en el poder legislativo o en el gabinete una vez transcurrida sus elecciones debido a que no se convierten 9

de forma automática en coaliciones (ex-post) de gobierno. Jones, Mainwaring (2003), Suárez-Cao y Freidenberg (2010), Calvo y Abal Medina, 2001, Calvo y Escolar (2005) y Leiras (2010), son algunos de los académicos que han ahondado en la temática.

Jones, por ejemplo, ha analizado los incentivos para la coordinación de los actores políticos (1997) en las elecciones legislativas federales simultáneas con estaduales en los sistemas electorales proporcionales, donde las consideraciones ideológicas constriñen habitualmente el rango permisible en el que los partidos pueden conformar coaliciones. Anteriormente, Riker (1962) fue uno de los pioneros en las teorías de coaliciones sosteniendo que, al contar con información perfecta, estas tienden a ser de tamaño mínimo, es decir, formadas estratégicamente con la cantidad mínima de actores necesarios para alcanzar la mayoría requerida para determinado propósito. Sucede de tal modo debido a que las ganancias deben ser divididas entre los aliados y sumar más partidos de los necesarios constituiría un acto irracional. Por otra parte, Serrafero (2006) clasifica a las coaliciones según el tiempo de duración; donde si son de periodos acotados persiguen objetivos específicos y si no tienen plazos persiguen objetivos más amplios; y en cuanto a los niveles de gobierno, que pueden ser nacionales, provinciales o locales. En su análisis, identifica las coaliciones electorales, construidas únicamente para acceder a los cargos que se ponen en juego y se compiten en elecciones libres; las de gobierno que persiguen el objetivo de gobernar; las parlamentarias o legislativas las cuales toman sus decisiones en el seno del parlamento para apoyar o contrarrestar el accionar del gobierno y las coaliciones de crisis estructuradas para superar una crisis o evitar el derrumbe de una gestión.

En Latinoamérica, puntualmente, la toma de las alianzas electorales como variable sobre las cuales trabajar comienza a partir del año 2000 (Clerici), puntualmente acerca de Brasil. Más aún, Reynoso (2011) estudia las coaliciones electorales que los partidos políticos de México que conforman para las elecciones a Gobernador, cuya decisión estratégica es igual que en Argentina y Brasil; autónoma de la estrategia del partido a nivel nacional.

En consonancia, Walker y Jouannet (2006) teniendo en cuenta la experiencia de la “Concertación” en Chile bajo un enfoque histórico-descriptivo sostienen que existen razones más profundas para explicar las coaliciones de los partidos demócrata cristianos en Chile, 10

Alemania e Italia que las mecánicas del sistema electoral haciendo hincapié en las transformaciones coyunturales y los contextos históricos. Peter Siavelis (2004) también critica el hincapié que se genera en el mismo país para con el sistema electoral como incentivo determinante para la formulación de alianzas, por lo que presenta la confluencia de otros incentivos como la relativa igualdad de los sub-pactos, la concurrencia de elecciones legislativas con las presidenciales y la capacidad de hacer promesas pos-electorales, entre otras, para favorecer a la configuración de alianzas. En Uruguay, por ejemplo, Chasquetti presenta otros incentivos políticos e institucionales que operan para intentar conformar acuerdos pluripartidarios para el gobierno. Se puede también contar con indagaciones acerca las características de los socios políticos, la distribución e espacio de poder, la compensación o balance en la distribución en conjunto a la influencia del calendario electoral y canales y mecanismos institucionalizados (o no) de discusión y negociación en las alianzas del Frente Amplio en Uruguay, Concertación de Partidos por la Democracia en Chile y la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación en la Argentina por parte de Facundo Cruz en “Relaciones e Interacciones Partidarias en Coaliciones de Gobierno” (2010).

Las dos características que determinan el carácter de las coaliciones, sus miembros y su ubicación en el continuo ideológico, constituye el foco de la escasa literatura sobre las alianzas electorales. El primer aspecto hace referencia al concepto de congruencia incorporado por Samuels (2000), siendo la composición de las coaliciones de gobierno en las distintas entidades sub-nacionales y en el nivel nacional en los países federales; mientras que la segunda característica hace referencia a la consistencia ideológica de la alianza (Lyne, 2008; Schmitt, 2000), la cual es la medida en la que los partidos favorecen las coaliciones con sus vecinos ideológicos más próximos. La consistencia de las alianzas también es recurrentemente encontrada como alianzas “conectadas” (Axelrod, 1970) o “cerradas” (De Swaan, 1973)”.

Otro rasgo estudiado que ha cobrado relevancia es la nacionalización de los sistemas de partidos, cuya dimensión se relaciona con la homogeneidad del apoyo electoral que los partidos reúnen entre las unidades del territorio (Jones y Mainwaring, 2003, Leiras, 2010, Gibson y Calvo, 2000) e implica que el partido a nivel provincial “luce” igual que a nivel

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nacional. Esto es, en otros términos, que un partido se encuentra altamente nacionalizado cuando su caudal de votos no difiere en gran magnitud en un distrito o provincia de otra mientras que, contrariamente, en un sistema débilmente nacionalizado, el caudal de votos varía entre las sub-unidades.

En este sentido, encontramos estudios acerca de las variables que se alinean para producir un ambiente propicio, o no, para el mantenimiento de las coaliciones gobernantes en las elecciones como es el caso de Peter Siavelis (2004) quien cuestiona las conexiones directas y mecánicas entre sistema electoral y resultados de partidos en Chile, argumentando que no debería sorprender cuando variaciones del entorno causan resultados distintos a los esperados teóricamente. Más aun, trabajos como el de Juan Labaqui (2005), estudian el desempeño de los socios dentro de las alianzas a la luz de su racionalidad estratégica para comprender como responden los partidos ante eventos políticos cruciales.

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Marco Teórico

A) Nociones básicas preliminares

A fin de aproximarnos a la comprensión de los términos cotidianamente empleados en la ciencia política y, en este sentido, en esta misma investigación, resulta pertinente antes de adentrarnos en ella la aclaración de nociones básicas acerca de los sistemas electorales como el conjunto de mecanismos que procesan las preferencias de los votantes y que traducen los votos en bancas. Para ello, se recurrirá a las definiciones reunidas y provistas por Daniel Cabrera (2000).

Comprender con un poco más la exactitud matemática de la distribución de los votos en los cargos puestos en juego evidencia que las formulas electorales como simple variable son desproporcionales por su imposibilidad de encontrar un procedimiento que implique reflejar con exactitud dicha distribución, por lo que en realidad varía es el grado de desproporción. Por ello mismo, se debe estudiar otras dimensiones como la cantidad de cargos en disputa que hacen a la magnitud del distrito o al tamaño de la circunscripción, el porcentaje mínimo de votos que los candidatos deben obtener para participar en la repartición de cargos; que hace al umbral de representación o a la barrera legal; la forma de la candidatura que puede ser individual o colectiva y los procedimientos de selección de candidatos o elección interna.

Las listas que se utilizan para la selección de los candidatos, por otra parte, pueden ser abiertas o cerradas, y bloqueadas o desbloqueadas (Nohlen, 1981). En el caso argentino son nacionalmente cerradas y bloqueadas. Esto quiere decir que, en principio, los partidos tienen la exclusividad de la presentación y ordenamiento de las candidaturas y los votantes o ciudadanos no son capaces de modificar la lista, su orden o presentar postulaciones por fuera de los partidos. En los casos de que sean abiertas, por el contrario, se admite la inclusión de una lista partidaria de candidatos de otras agrupaciones (denominado como sistema panachage), y en las desbloqueadas se incluye la opción de cambiar el orden de los

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candidatos (como sucede en algunos pocos casos argentinos tales como Tierra del Fuego y anteriormente en Córdoba).

Las circunscripciones electorales se dividen en dos modelos básicos: el distrito uninominal, el cual contiene un solo representante por distrito, y el plurinominal, donde los cargos a repartir y ocupar son dos o más. En lo que respecta la segunda categoría, se puede diferenciar aquellas de magnitud baja, entre dos y cinco bancas, las medianas, entre seis y diez escaños, y las grandes, con más de diez cargos a repartir; fijada por los códigos electorales y la proporción de habitantes. Para el caso analizado, en lo que respecta a diputados y legisladores se estará abordando una circunscripción de magnitud alta. Cuanto más grande la circunscripción es mayor es la proporcionalidad y viceversa. Pero, en aquellas circunscripciones donde se eligen cinco o menos bancas, explicita Daniel Cabrera, la elección tiene las mismas consecuencias sea el sistema de reparto proporcional o no, lo que hace que el sistema proporcional derive en una suerte de mismo efecto que en un sistema mayoritario. Esto último es el caso de lo que sucede para la elección de senadores nacionales en nuestro estudio en cuestión.

No obstante, “(…) la proporcionalidad de la distribución de las bancas no dependen exclusivamente del tamaño del distrito, lo que vale para el caso de sistemas nacionales que integran su Parlamento con legisladores electos en varios estados con una cantidad variable de escaños que cada circunscripción electoral aporta al Congreso, sino del tipo de formula repartidora que se emplee (…)”(Cabrera, 1999:7). Entre los sistemas proporcionales se destacan los denominados como Resto Mayor, el Sainte-Laguë, y el D´Hondt, entre otros, donde cada uno de ellos protege determinadas valoraciones políticas y ninguno es axiológicamente neutro debido a que algunos pueden favorecer a los partidos que obtienen más votos y otros pueden tender a excluir a los más pequeño, o pueden producir un efecto concentrador sobre el sistema de partidos así como fabricar mayorías.

La fórmula D´Hondt divide los votos conseguidos por cada partido por números prestablecidos, ordenando luego las cifras obtenidas de mayor a menor sin importar a que agrupación pertenecen. Este favorece generalmente a quienes tienen más sufragios, mientras

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que el Sainte- Laguë a los medianos y el sistema de Resto Mayor a los partidos con menos votos.

Los sistemas mayoritarios, por otra parte, intentan fortalecer al gobierno a través de la construcción de mayorías parlamentarías y no persiguen reflejar proporcionalmente las preferencias del electorado. Sin embargo, pueden distinguirse varios tipos de sistemas mayoritarios (Duverger, 1951).

En lo que respecta a los umbrales de representación, la intención y la función de la barrera legal era o es excluir del parlamento a los partidos menores y promover la concentración del sistema de partidos a través del voto. El tamaño de los distritos incide en este aspecto ya que los grandes diluyen el efecto de la barrera en caso de que no sea muy alta. Antes de las reformas y la introducción de las PASO, la legislación nacional presionaba doblemente a las fuerzas políticas pequeñas ya que se las castigaba impidiéndoles entrar en el reparto de cargos si no lograban el 3% legal y corrían también el riesgo de perder su personería jurídica en caso de no conseguir el mínimo del 2% en dos comicios consecutivos o en el caso de no haber presentado candidaturas, lo que promovía alianzas con otros partidos.

En términos generales, desde 1961, el conjunto de teorías acerca de las coaliciones que han intentado dar explicación a los procesos de su formación se han desarrollado siguiendo dos caminos. Por un lado, existe una tradición que atraviesa la teoría de la elección racional y su correlato con la teoría de los juegos como enfoque formal que reduce el proceso de formación de coaliciones políticas a casos específicos de interacción social y deriva en proposiciones teóricas basadas en un conjunto finito de supuestos fundamentales de forma deductiva. Entre sus exponentes se encuentran A. de Swaan (1973), W.H. Rike (1962) y Gamson (1961). Por otro lado, encontramos las denominadas teorías multidimensionales que son aproximaciones teóricas basadas en un enfoque empírico e inductivo que pretende inferir generalizaciones de análisis sistemáticos derivados del mundo real más allá de la descripción de las posibles soluciones al juego coalicional. Entre sus autores se destacan Axelrod (1970) y K. Strom (1984 y 1990). A continuación, esta investigación abordara los aportes teóricos proporcionados por las investigaciones de Deheza (1998) y Vilamala (2001).

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B) Nociones provistas por Deheza

Para aproximarnos a la concepción de las coaliciones desde la ciencia política, son numerosos los autores que proveen estudios minuciosos al respecto en su basta literatura. Aun así, estos en general se encuentran abocados a lo que respectan los gobiernos de coalición en los sistemas parlamentarios europeos y no tanto en los sistemas presidencialistas. Menos aún el caso de las coaliciones electorales. Grace Ivana Deheza (1998), en su abordaje de los Gobiernos de Coalición en el Sistema Presidencial de América del Sur de forma comparada destaca que los tipos de gobiernos según la composición partidista se dividen en cuatro: los gobiernos de partidos mayoritarios (SPM), de un solo partido minoritario (SPm), de coalición minoritaria (Cm) y de coalición mayoritaria (CM); donde los últimos se subdividen a la vez en dos tipos según el porcentaje mayoritario que retienen en el congreso: los gobiernos de largas coaliciones (LC) y los de coalición mínima ganadora (CMG). Estos últimos dos se diferencian de aquellos que cuentan con el 50% y los que cuentan con el 65% y son menos vulnerables a la indisciplina partidaria y al fraccionalismo. Es De Swaan (1973) quien denomina y caracteriza a los de largas coaliciones como aquellos que controlan dos tercios o más de los escaños mientras que las coaliciones mínimas ganadoras, bajo la definición de Riker (1962), tienen por lo menos el control del 50% de ellos, siendo todos sus miembros necesarios y, al sustraer uno de ellos, dicha coalición se convertiría en minoritaria.

La importancia de las coaliciones y sus recambios residen en el mero hecho de que las elecciones para el Congreso modifican el porcentaje de bancas que el gobierno posee o tiene alineadas en el mismo Poder Legislativo que, a su vez, puede derivar en un cambio del estatus del gobierno, en la dinámica de su posición negociadora, en el tipo de gobierno que es, en la alteración de su composición partidaria y en su relación partidos de gobierno-estatus parlamentario (que pueden ser de un partido mayoritario, de partido minoritario, de coalición minoritaria, mínima ganadora y larga coalición (Woldendorp, Keman y Budge, 1993:9).

En los sistemas presidencialistas, como es el caso de la Ciudad de Buenos Aires, si bien la permanencia del Presidente o el Jefe de Gobierno no dependen de las Legislaturas (al igual que en el resto de las provincias dado a que no constituyen sistemas parlamentarios), la viabilidad de sus gobiernos si dependen de la asamblea, por lo que las elecciones 16

parlamentarias de medio término pueden modificar el apoyo que el Ejecutivo recibe del Congreso (Jones, 1994:148-150) y, como consecuencia, pueden producirse realineaciones entre los partidos del gobierno y entre los partidos con representación parlamentaria. Por otro lado, las elecciones parlamentarias no simultáneas con las presidenciales o ejecutivas consideran la detección de cambios que se operan a nivel del apoyo partidario en el Congreso durante una misma presidencia permitiendo conocer la modificación del estatus del gobierno como resultado de dichas elecciones no simultáneas (Valenzuela, Wilde: 1979; Dix:1984; Shugart, Carey1992; Jones:1994).

La formación de éstas, según su origen, puede ser de índole pre-electoral (es decir, alianzas electorales), o pos-electoral. En las primeras, los partidos se alían a fin de obtener la primera magistratura o las bancas en juego, por lo que las coaliciones de gobiernos serian el producto del cálculo estratégico de los partidos en las elecciones presidenciales. Las de origen pos-electoral que pueden ser de parlamentarias o de gobierno generalmente condicionada a la naturaleza de sistema de gobierno, por otro lado, se dan después de las elecciones dado a que puede ser el ejecutivo quien precise una mayoría o una mayoría extraordinaria en el Poder Legislativos. Asimismo, en el caso argentino, estas últimas también pueden coincidir con la formación de los bloques parlamentarios.

El análisis de las leyes electorales demuestra que influyen de manera directa en el número de candidatos presentados a las elecciones e indirectamente en la formación de coaliciones ya que son las reglas de juego las que determinan su dinámica (Duverger, 1951); cuyas reglas para el caso en cuestión se abordarán más adelante. Deheza especifica que les tres formas de elección presidencial pueden ser mediante mayoría simple, mayoría absoluta con elección en el Congreso cuando ninguno de los candidatos obtiene la absoluta o mayoría absoluta con segunda vuelta electoral cuando en la primera vuelta ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría absoluta por lo que se debe recurrir a una segunda vuelta electoral entre los dos candidatos más votados. El sistema mayoritario simple ha demostrado ser aquel que más influye en la reducción del número de candidatos presentados a las elecciones o en la formación de los frentes electorales, especialmente en los sistemas multipartidistas porque son menos los jugadores que pueden entrar en la repartición de cargos. El sistema electoral

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que, según la autora, desincentiva la formación de coaliciones, pero que, paradójicamente, ha dado en proporción el mayor número de presidentes en la región elegidos por coaliciones es el Sistema Mayoritario Absoluto con Segunda Vuelta (MAS). “(…) Aparentemente, el MAS posee un efecto positivo en la agregación de partidos y en la formación de coaliciones, sin embargo, cuando se toma en consideración que 3,6 es la media del número efectivo de candidatos presentados a las elecciones presidenciales, los efectos positivos que saltan a primera vista se mitigan por el efecto multiplicador en la presentación de candidatos. Este efecto se debe a que la primera vuelta electoral no es decisiva (Shugart, Carey, 1992:215). La estrategia de los partidos es presentar candidatos en la primera vuelta electoral para posteriormente utilizar los resultados obtenidos como fuente de intercambio político en la segunda vuelta (…)” (Deheza, 1998:160).

En lo que hace a la explicación instrumental con la que se puede partir sobre la formación de coaliciones pos-electorales, se destaca la necesidad de revertir el estatus minoritario para obtener una mayoría en el Parlamento, puesto que las mayorías son necesarias para la aprobación de leyes, del presupuesto, y para las propuestas del Ejecutivo, lo que puede determinar la gestión gubernamental, ya sea desde el oficialismo para llevarlas adelante como la posición para desafiar al gobierno. La autora destaca que los presidentes buscan la formación de acuerdos con los partidos con representación parlamentaria cuando este tiene una representación interior al 45% en el Poder Legislativo, es decir, un umbral critico minoritario. El Presidente o Jefe de Gobierno difícilmente pueda obtener en el Congreso el apoyo ad hoc a las políticas de gobierno.

Existen, igualmente, tres explicaciones por las cuales estos no buscaran la formación de una coalición. Primero debido a que el(los) partido(s) del Presidente tiene una minoría sustancial en el Congreso que le permite poseer un porcentaje “viable” para formar alianzas ad hoc con diferentes partidos para aprobar cada propuesta. Segundo, puede suceder cuando la intención de formar coaliciones la tiene el Presidente pero los partidos con representación en el Congreso se niegan a participar en el gobierno, especialmente cuando existen diferencias programáticas o ideológicas que no permiten llegar a los acuerdos. Y tercero,

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debido a que el Presidente preferiría sostener su estatus de gobierno minoritario porque los costos de compartir el gobierno pueden ser más altos que los beneficios a obtener.

Ahora bien, por otro lado, los acuerdos pos-electorales en circunstancias mayoritarias, donde se decide pactar con la oposición y formar gobierno aun teniendo la mayoría parlamentaria, puede ser visto como un solución “subóptima” o irracional porque ya controla la mayoría con anterioridad, por lo que la autora lo justifica mediante las siguientes explicaciones: por un lado, puede ser debido a la necesidad de formar gobiernos de unidad nacional o consensual para superar los desafíos mayores a la democracia y/o restaurarla. Segundo, por la necesidad de contar con mayorías extraordinarias para aprobar proyectos de leyes y reformas constitucionales. Tercero, debido a la necesidad de asegurar el apoyo mayoritario del Congreso ante la existencia de partidos altamente indisciplinados que no permiten al Jefe de Estado o gobierno contar con la totalidad de los votos de los miembros de la coalición. Y por último, otra explicación radica en la necesidad de incorporar más de una tendencia en el ejecutivo para dar al Presidente o Jefe de Gobierno una mayor flexibilidad y capacidad de introducir en el Congreso para la aprobación de políticas de diferente orientación.

Consecuentemente, en el sistema presidencial, la formación de coaliciones es el resultado del cálculo estratégico de sus miembros donde se decide formar una coalición o ser parte de una según los beneficios que se puedan obtener; sean tangibles o intangibles. Para un Presidente o Jefe de Gobierno, el beneficio tangible es recibir el apoyo del congreso mientras que para los partidos los beneficios tangibles son los recursos de los ministerios que están a su disposición en el caso de ser una coalición de gobierno. Los beneficios intangibles hacen referencia a la oportunidad que tienen los partidos de participar e influir en el proceso de toma de decisiones ya sea desde una coalición de gobierno o desde la oposición en el Legislativo.

Sin embargo, la formación de alianzas también implica correr riesgos tanto para el Presidente como para los partidos miembros de la coalición dado que el Presidente, al formar una coalición de gobierno, es quien puede perder autonomía y el control del Ejecutivo, porque los miembros de la coalición pueden interferir en el proceso de toma de decisiones 19

y/u obstruir la instrumentación de las políticas. Del otro lado, los aliados pueden ser castigados por sus seguidores, significando pérdida de votos en las futuras elecciones. Los riesgos que las partes deciden correr deben ser compensados con los denominados “pagos” colaterales (side payments), como ministerios, en el caso de coaliciones de gobierno o posiciones en las listas legislativas, en las coaliciones electorales debido a que “(…)los ministerios, el número y las áreas asignados a los partidos están en directa correspondencia con el poder de negociación y el peso de cada partido en cada coalición; peso entendido en términos de bancas parlamentarias que controla cada partido (…)” (Deheza, 1998:166).

C) Aportes de Reniu Vilamala

Por lo que refiere las teorías formales, se abordan los procesos de formación de coaliciones políticas un conjunto de teorías para las que las motivaciones y/u objetivos que persiguen los actores que componen los partidos determinan aquello que intentaran maximizar con su comportamiento, aunque cada modelo teórico deriva en explicaciones distintas sobre el tipo de coalición que se tendría que conformar y su causa. Vilamala recalca como supuestos básicos de estas teóricas que: los participantes en el juego coalicional son los partidos políticos, considerados estos como actores unitarios que deben ser tratados como una entidad negociadora simple; que los gobiernos de coalición deben contar con un respaldo parlamentario mayoritario; que todas las combinaciones de partidos políticos que sean coaliciones vencedoras representan soluciones reales (como también posibles gobiernos de coalicione); y que los objetivos que orientan la conducta de ellos pueden dividirse en obtener como recompensa el formar parte del gobierno expresando dicha motivación en la obtención de cargos gubernamentales o en su deseo de influenciar desde dentro del gobierno las políticas públicas de la acción gubernamental de forma tal que sean lo más próximas a sus políticas de preferencia.

Las razones que justifican el tratamiento de los partidos políticos como actores unitarios son en parte empíricas y en parte teóricas como respuesta al problema de decidir cuáles son los actores que particularmente deben centrar la atención al analizar el proceso de formación de coaliciones políticas, lo que constituye un problema esencial para los teóricos formales de las coaliciones puesto que la naturaleza e identidad de los actores son unas de 20

las piedras fundacionales sobre las que dichas teorías se hallan edificadas. Asimismo, mientras también el proceso de decisión interpartidista (esto es, la negociación y toma de decisión conjunta entre los distintos partidos) en el proceso de formación de coaliciones ocupa un espacio relevante en el estudio, la mayoría de los procesos de toma de decisiones se caracterizan esencialmente como negociaciones entre los partidos que se hayan limitadas por la necesidad previa de satisfacer a los seguidores y ocasionalmente por la amenaza explícita de una intervención directa, como por ejemplo, en forma de revuelta interna (Mitchell 1995). Aun así, estos últimos no forman parte de la presente investigación.

En lo que respecta a los gobiernos de coalición como gobiernos mayoritarios, tradicionalmente los teóricos formales de las coaliciones políticas han asumido que solo pueden ser ganadora las coaliciones que posean el control de la mayoría absoluta, que contenga más de la mitad de los miembros, votos o peso del sistema de toma de decisiones (Riker, 1962:256). Por ello mismo, consideramos que los partidos políticos están únicamente interesados en la obtención y mantenimiento del poder expresado en la posesión de cargos ministeriales como parte de las teorías office-seeking (lo que no logra desde dicha óptima explicar ni comprender la causa de soluciones minoritarias o sobredimensionadas). En las teorías multidimensionales (Reniu Vilamala 2001:32), por el contrario, la actuación de los partidos se rige no solo para la maximización de sus utilidades a corto plazo, sino también se considera el deseo de influir en el proceso de elaboración de políticas a largo plazo, teorías policy-driven. En este sentido, las coaliciones, y no solo gobiernos, minoritarios y sobredimensionadas se comprenderían por los beneficios de gobernar en términos del diferencial de influencia política entre gobierno y oposición (“A mayores oportunidades para la oposición parlamentaria de influir en la elaboración de políticas en el legislativo, menores serán los beneficios de gobernar” Strom, 1984:212 ), y por los costes de gobernar vistos bajo los términos de la anticipación de perdidas electorales ya que pueden haber escogido maximizar sus pagos a largo, en vez de corto, plazo (Laver y Schofield, 1991:75).

Por lo tanto “(…) la diferenciación entre coaliciones políticas parlamentarias y coaliciones políticas ejecutivas o gubernamentales –gobiernos de coalicionen- aparece como clave, en especial desde la óptica policy-driven, para la comprensión del abanico de posibles

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soluciones al proceso coalicional. (…)En este sentido cobra especial relevancia (…) la consideración de las coaliciones parlamentarias como elecciones y/o soluciones racionales en el juego coalicional, habida cuenta de los beneficios que pueden reportar a los actores. De especial importancia se muestra entonces la capacidad de influencia política de los partidos de la oposición, instrumentalizada mediante el pacto y el acuerdo con el partido de gobierno (…)” (Reniu Vilamala, 2001:21).

También se comprende, desde los presupuestos teóricos del office-seeking, que la mayoría absoluta de los escaños de la cámara se puede establecer para muchos actores como el umbral de decisión. No obstante, lo anterior demuestra que a las asunciones de las modificaciones del carácter mayoritario de toda coalición ganadora el principio de la mayoría absoluta no tiene por qué ser el punto efectivo de decisión en la formación de un gobierno ya que una coalición ganadora, en el sentido de office seeking, no puede ser un requisito funcional ni un objetivo fundamental para los actores del juego. El formar parte de la oposición conlleva también algunos beneficios para los actores interesados en la influencia política; y las teorías de las coaliciones deben incorporar el rol de las futuras elecciones como limitaciones sobre la actuación de los actores (Strom, 1984) y las perspectivas temporales de los actores (Mitchel, 1995).

Cómo ultima asunción de las teorías formales, derivadas directamente de la aplicación de la teoría de los juegos al campo de la ciencia política, se percibe a toda combinación de partidos que sea “coalición vencedora” como la representación de una solución real. Así, a partir de los estudios de Gamson (1961) y Riker (1962), se intentará predecir la formación de gobiernos utilizando los conceptos de la teoría de los juegos. Este último autor centra la elaboración teórica del concepto de coalición en la identificación de un conjunto finito de coaliciones políticas que constituye solución del juego partiendo de su principio del tamaño. En suma, la coalición a formar consistirá únicamente en la identificación del conjunto de soluciones que reúnan el requisito del principio del tamaño ya que a partir del criterio de la mayoría absoluta como punto efectivo de decisión se define hasta donde deben los actores continuar con su comportamiento maximizado.

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Sin embargo, no han de olvidarse las limitaciones que pueden encontrarse a la hora del proceso de conformación coalicional que pueden incluir las reglas para la formación del gobierno, las reglas del funcionamiento del gobierno, las reglas legislativas, las reglas partidarias, el veto de actores externos pero, entre las más destacadas e importantes como elementos limitadores, puede ser el carácter ideológico de algunos partidos para llegar a compromisos políticos. En ocasiones, algunas de estas rigideces o limitaciones pueden sobrellevarse y superarse a partir de la incorporación de la toma en consideración de los mecanismos decisorios interpartidistas o mediante el análisis de los pagos o beneficios derivados del juego coalicional. En este, se hará hincapié en el posicionamiento e incorporación de los diversos actores en las listas a fin de obtener bancas en las coaliciones pactadas.

Las consideraciones mencionadas anteriormente son las que van a aplicarse en el presente caso de estudio como conjunto de asunciones acerca de las motivaciones que orientan la acción de los partidos políticos para la delimitación del conjunto solución; donde el supuesto teórico de estas teorías formales es la motivación regida por la obtención del poder y de los beneficios intrínsecos a él asociados ya sean recompensas como poder o prestigio. Puede traducirse en carteras ministeriales acorde a la corriente office-seeking, según Riker pero ello implicaría que si dichos cargos ejecutivos son el fin en sí mismo entonces formar parte del gobierno es la única forma de ganar y por ello esta corriente centra su análisis en la determinación del carácter ganador de una coalición. El concepto de coalición mínima vencedora (CMV minimal winning coalition) de Riker se eleva como central y es capaz de predecir o calcular con anterioridad la formación de una coalición ganadora de dos o más partidos para controlar juntos la mayoría de los escaños parlamentarios, pero que será mínima mientras no incluya ningún partido no necesario para la consecución de dicha mayoría (Riker, 1962:32-46). Aun así, esto no permite predecir la formación de coaliciones particulares sino que brinda como resultado un amplio abanico de diversas coaliciones que satisfagan los requisitos numéricos de detentar una mayoría absoluta de los escaños.

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Con el propósito de mejorar tal formulación, se añaden otros criterios para añadir especificidad a las predicciones tal como el criterio de minimizar el tamaño de la coalición con el objeto de maximizar la utilidad esperada de los partidos para que la recompensa derivada de ello sea lo más elevada posible (Gamson, 1961), puesto que la recompensa se distribuirá proporcionalmente al número de escaños con los que los partidos contribuyen a la coalición. Se entiende por “minimizar el tamaño de la coalición” como “intentar que los miembros de la coalición vencedora sumen el menor número posible de escaños y partidos”. Esta formulación recibe el nombre de la teoría del mínimo tamaño (TM).

“(…) De la comparación de los criterios sugeridos por Riker y Gamson se desprende que las coaliciones formadas siguiendo el criterio MT siempre serán CMV, mientras que por lo contrario una CMV no siempre respetara el criterio del MT (Batle, 1995) (…)”(Reniu Vilamala 2001:29).

Asimismo, la minimización del número de partidos que integren coaliciones brinda la ventaja en la negociación y mantenimiento de la coalición. Y por otro lado, las teorías formales han también considerado como elemento motivacional distinto el deseo de influenciar los resultados de la acción de gobierno, las políticas públicas, dentro del proceso de la negociación coalicional. La corriente policy-driven de estas teorías formales toma la ideología para la ubicación del partido en el continuo izquierda-derecha en consideración como elemento analítico para la expresión de sus preferencias políticas (Reniu Vilamala 2001:21). La aplicación de tal ordenamiento en el continuo ideológico de los partidos con representación parlamentaria, que puede darse mediante los dato aportados por los expertos, académicos, periodistas especializados y/o la utilización del método de sondeo para medir la percepción de los ciudadanos de la ubicación de los partidos políticos en uno o más países (Castles y Mair, 1984), puede visualizar la compatibilidad y/o ubicación ideológica como ayuda a la negociación (Axelrod, 1970 y Leiserson 1996).

En lo que hace a la teoría de la mínima distancia, esta parte “(…) de la razonable asunción de que es más fácil la formación y el mantenimiento de coaliciones entre partidos con preferencias políticas similares que entre partidos que se encuentren alejados en este sentido. La más corriente de las diversas versiones – levemente diferentes- de esta teoría es 24

la propuesta por Leiserson (1996), aplicando el criterio de la distancia ideológica (DI). Establece que los partidos intentaran formar aquellas coaliciones vencedoras que minimicen el número de unidades de distancia ideológica existentes entre ellos de forma que la coalición vencedora cuyos miembros sean los menos distantes ideológicamente posible tiene más posibilidades de formarse. (…)” (Reniu Vilamala, 2001:30). Axelrod (1970) también es quien intenta calcular como posiblemente las coaliciones que se formaran serán ideológicamente conectadas y por ello los partidos políticos intentaran minimizar la diversidad ideológica de sus miembros evitando “agujeros o vacíos” ideológicos en la coalición y formula el concepto que también utilizaremos en la investigación de “Coalición Mínima Vencedora Conectada” (CMVC): coalición que no integraran más miembros de los necesarios, como Riker, para que la coalición conectada sea también una coalición vencedora. De igual modo, una CMVC puede incluir partidos numéricamente innecesarios para cumplir su condición de vencedora, pero la exclusión de estos significaría dejar de ser conectada (o cerrada) convirtiéndose así en una coalición abierta que podría ser clasificada siguiendo el criterio de Mínima Distancia. Así, tales partidos numéricamente innecesarios se benefician de su ubicación en el continuo ideológico ya que el abandono de uno de los miembros de la Coalición Mínima Vencedora Conectada implica la pérdida de su condición de conectada y vencedora.

Contrariamente, se suscita un complejo entramado de otras variables que indefectiblemente influyen, condicionan y limitan el fenómeno coalicional que las teorías multidimensionales ofrecen para explicar la diversidad de elementos que interactúan en el fenómeno a fin de superar la “simple tarea” de predicción en términos de cálculo estimativo de coaliciones políticas a formar según las teorías formales. Estas aproximaciones, de manera inductiva, contienen su punto de partida en la confluencia de las teorías de las coaliciones políticas con las teorías de los sistemas de partidos considerando a los partidos como a los actores principales en el proceso coalicional. Por más que las formales ameritan haber podido identificar y analizar alguno de los componentes clave de los procesos coalicionales acompañado de pruebas analíticas sobre una amplia selección de datos comparados, es también evidente que han fallado en tomar en consideración una multiplicidad de variables o elementos condicionantes de la conducta coalicional que no son solo la distribución de las 25

carteras ministeriales o la composición de los gobiernos (lo que deriva que se lo critique detentar un carácter estático al presentar escasa atención a los acontecimientos políticos producidos durante los periodos entre elecciones y las haga esencialmente unidimensionales en el abordaje del fenómeno aun cuando haya conseguido un cierto grado de bidimensionalidad al haber combinado el principio del tamaño con la ideología). El marco teórico a partir del cual se desarrollan las teorías multidimensionales se define por la consideración de siete dimensiones claves para la comprensión del fenómeno coalicional.

Primero y principal se debe tomar en cuenta la dimensión histórica que presta atención a la caracterización temporal del fenómeno coalicional haciendo hincapié en el rol de los partidos como actores en el proceso. Se asume que estos acumulan experiencia en el transcurso de las relaciones coalicionales con otros partidos pero también en relaciones previas con los mismos actores.

Segundo, la dimensión institucional, basada en la hipótesis de que la estructura formal del sistema político incluye tanto las limitaciones como los estímulos que promueven la creación de las alianzas, constituye otra dimensión sustancial. Su estudio son las “reglas del juego” que se encuentran en el marco jurídico-institucional del sistema político como el sistema electoral, las relaciones gobierno-oposición, el diseño institucional, el proceso de toma de decisiones, etc. y por ello enfoca su atención en cómo se articulan las relaciones entre los partidos y el mismo Estado en su sentido más amplio. Al mismo tiempo, estas reglas incluyen para su comprensión los acuerdos, formales o informales, suscritos por los partidos con anterioridad de integrarse en la coalición que se configuran como el “(…) principal mecanismo institucional dirigido a asegurar la existencia de la coalición mediante la imposición de diversos niveles de disciplina coalicional en las votaciones a realizar, así como en otras actividades parlamentarias (…)”(Reniu Vilamala, 2001:35) y las relaciones verticales intrapartidistas que estudian el mecanismo de comunicación y de obtención de apoyo por parte de los lideres respecto al electorado y la militancia.

Tercero, frente a la dificultad de evaluar los motivos que llevan a los partidos a optar determinadas decisiones en detrimento de otras, la dimensión motivacional entiende que sus formas pueden ser naturalizadas mientras otras deben ser tratadas ad hoc. La estrategia de un 26

partido para la obtención de sus múltiples objetivos, sean las ya incorporadas en los estudios formales como la búsqueda del poder traducido en posesión de cargos ministeriales y recursos, como otros, pueden ser desarrolladas a corto, medio y largo plazo y variar en función a la interpretación de cambios en las demandas políticas del electorado.

Por otra parte, la dimensión horizontal/vertical es la que hace referencia a las relaciones que se entablan en el seno de los partidos políticos. “(…) Así, por un lado se toma en consideración las relaciones interpartidistas (horizontales tales como la compatibilidad ideológica entre los partidos, su grado de competencia electoral o la relación existente entre líderes. Por otro, el componente vertical se centra en dos formas paralelas de relaciones centro-periferia: las relaciones intrapartidistas de arriba abajo, centrándose básicamente en hasta qué punto los líderes nacionales controlan la conducta coalicional de los núcleos subnacionales, así como de abajo a arriba: qué efectos tienen los acontecimientos acaecidos en niveles subnacionales sobre la cúpula dirigente nacional. Con una reconocida dificultad en la existencia de base de datos disponible para su estudio, se identifican cinco tipos de actores organizacionales dentro de un partido político: los líderes, los activistas, los miembros, y los simpatizantes.

Por otro lado, la dimensión interna de los partidos, estrechamente unida a la dimensión anterior, encuentra su análisis en la revisión de los niveles de centralización e institucionalización de la organización intrapartidista con su capacidad para solucionar sus problemas internos en situaciones de negociación interpartidistas, especialmente durante el proceso de formación de coaliciones, así como la revisión de la relación entre las bases de los partidos con sus cúpulas.

La dimensión socio-política, a su vez, es la que engloba un abanico amplio de variables que van desde la cultura política a las relaciones entre los partidos y sus bases prestando particular atención a los elementos que se relaciones con los cambios en las demandas y preferencias del electorado, su influencia en futuras elecciones y en el diseño de actuaciones partidarias en una aproximación dinámica al fenómeno.

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Por último, las consideraciones acerca la conducta coalicional, el impacto que los acontecimientos más allá del control de los actores pueden tener sobre la dinámica del proceso coalicional conforman la dimensión externa o ambiental. Esta se explica, por ejemplo, en la actuación de los medios de comunicación o en la acción de gobiernos exteriores, cuestión que permite comprender que los partidos políticos operan en un mundo incierto en el cual los acontecimientos pueden condicionar inesperadamente su comportamiento. Entre estos se destacan los acontecimientos medioambientales, entendidos como os que transcurren en momentos específicos ya sean guerras, crisis económicas, elecciones, huelgas y son públicamente percibidos.

D) Definiciones y Conceptualización

Existe en torno a la definición de coalición política distintas aproximaciones al fenómeno coalicional, principalmente debido a la falta de homogeneidad en el objeto de estudio por parte de las teorías sobre estas y las diferentes acepciones del concepto. Una gran parte de su estudio se concentra en el análisis de aquellas coaliciones que son gubernamentales o ejecutivas mientras que otra parte lo hace en las coaliciones políticas en general (De Swaan 1973). Su definición puede variar acorde a la corriente teórica en la que se adscriba el estudio. Como usualmente son las teorías formales las que centran su interés en las gubernamentales de nivel estatal y, sobre todo, en la negociación sobre el poder político expresado en cargos o en la distancia ideológica entre los actores, lo que supone que se tengan en cuenta coaliciones gubernamentales ganadoras sin contemplar la existencia de gobiernos minoritarios de coalición, son las teorías multidimensionales las que suelen incorporar el concepto de coalición política a aquellas que se manifiestan o producen por fuera del poder ejecutivo, como las coaliciones parlamentarias y las electorales. Por consiguiente, es posible diferenciar entre coaliciones electorales, coaliciones parlamentarias y coaliciones gubernamentales o gobiernos de coalición (Duverger, 1981: 356) como diversas tipologías de ellas. Aun así, como definición mínima y básica, podemos considerar a una coalición

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como la constatación de relación en dinámica de colaboración que se establece entre dos o más partidos políticos o un acuerdo que tiene la voluntad de obtener algunos resultados comunes, bien sea temporal o permanente.

D.1 Coaliciones electorales

Una coalición electoral está conformada por la unión a efectos electorales, que puede o no perpetuarse posteriormente dentro del Parlamento, entre varios partidos o agrupaciones políticas cuyas finalidades pueden ser variadas y, en la mayoría de los casos, se concretan mediante la presentación de candidaturas comunes. La centralidad de dicha definición está depositada en el proceso electoral sin importar si, con posteridad a la celebración de los comicios, esta derive en una coalición gubernamental o legislativa. En este sentido, resulta lógico o natural, bajo las premisas de Duverger entre otros donde las reglas del sistema determinan la dinámica, que la formación de las alianzas electorales se encuentren condicionadas por las reglas electorales para la obtención de escaños y, por ello, que mientras más desproporcional sea el sistema electoral, mayor pueda ser el incentivo para las alianzas pre-electorales generando incluso que en algunos casos sea el mismo sistema electoral quien pueda hasta imponer la necesidad de aliarse más allá de los verdaderos intereses de los partidos a fin de jugar chances más realistas en obtener escaños y representación.

Sin embargo, la decisión de la coalición electoral se encuentra estrechamente relacionada con la futura evolución de la alianza tanto en el corto o medio plazo de los resultados electorales (favorables) obtenidos. La tendencia es la concreción de una estrategia política en común a raíz del acuerdo preelectoral que permita continuar la colaboración en las arenas parlamentarias y/o ejecutivas (Reinu Vilamala, 2001). Contrariamente, es también cierto que el éxito electoral de estas predispone a sus miembros el mantenimiento de los acuerdos, no solo en el ámbito parlamentario o ejecutivo sino también en el electoral. En consecuencia, la profusión en la utilización de las alianzas y frentes electorales se encuentran básicamente condicionadas por las formulas electorales empleadas en el sistema y las características propias de las circunscripciones electorales.

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D.2 Coaliciones Parlamentarias

Dentro de las dos grandes líneas argumentales para la consideración de las alianzas parlamentarias, las cuales una califica estos pactos como meros apéndices circunstanciales del gobierno o incluso como partes del mismo y la otra como resultados finales del proceso de negociación interpartidista con especial relevancia cuando su resultado es la formación de un gobierno minoritario, existe un gran nivel de generalización en la identificación de estas por la asimilación de los conceptos de coalición parlamentaria y gubernamental en los sistemas parlamentarios. Por ello, estas no tienen por qué implicar características de permanencia temporal o de identidad con la coalición gubernamental ya que es aquella que decide política legislativa pudiendo ser una de carácter informal sobre el acuerdo en determinadas políticas.

Anthony Downs (1957) las define como las alianzas legislativas o de votos en las cuales sus miembros acuerdan unir fuerzas en soporte a políticas y legislación en específica, pero demanda mayor claridad dado a que incluso los gobiernos precisan garantizarse mayorías de votos en la legislatura. Esto hace que para los gobiernos su alianza parlamentaria se divida entre las coaliciones de votos estables, que le provean apoyo a largo plazo, y las inestables en las que, al no controlar la mayoría, el gobierno depende a veces en alianzas legislativas menos formales para permanecer en el poder o aprobar su agenda legislativa. Ello permite diferenciar entre las coaliciones parlamentarias que son puntuales, sin vocación alguna de permanencia, y aquellas estables, creadas a raíz de un acuerdo interpartidista entre los partidos en el gobierno y algunos de los que detenten representación parlamentaria. Es el carácter ad hoc de las puntuales que da lugar a la acepción de mayorías cambiantes en el Congreso. En cuanto a las parlamentarias estables “(…) tienen que ser consistentes: los partidos son los mismos de forma que ninguno establezca arbitrariamente otros acuerdos con otros protagonistas. El contenido del acuerdo tiene que referirse al conjunto de políticas públicas a desarrollar en la legislatura. Evidentemente, los partidos tienen que comprometerse mutuamente a ser fieles en el contenido del programa que quieren aplicar (Calvet, 1999:4) (…)” (Reniu Vilamala, 2001:56).

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D.3 Coaliciones gubernamentales

Finalmente, se caracteriza a las coaliciones gubernamentales como aquellos gobiernos en el que más de un partido se encuentra presente en él mediante la titularidad de al menos una cartera ministerial, esto es, las coaliciones en la arena ejecutiva. Generalmente se han centrado casi exclusivamente en las diferentes variantes para la formación del gobierno ya que usualmente están relacionados a los gobiernos minoritarios que buscan apoyo parlamentario en vez de situarse dentro de la dinámica de las mayorías cambiantes. La óptica formal las ha percibido la política de coalición como una serie de círculos concéntricos que pueden comenzar en el equilibrio interno entre las fracciones partidistas, los acuerdos presupuestarios, acuerdos puntuales en el Parlamento, los acuerdos de investidura, los pactos más o menos estables en la legislatura y, finalmente, en la coalición de gobierno propiamente dicha que implica connivencias diferentes en la gobernabilidad y todo el conjunto de la dinámica política.

Las coaliciones gubernamentales conciben incluso diferentes conceptualizaciones de cómo y cuándo se forman según sus objetivos identificados como motivos centrales del comportamiento de los partidos que los componen. “(…) en general, puede decirse que no se forman coaliciones con un número superfluo de miembros. Es decir, que los partidos tienden a constituir mayorías parlamentarias ajustadas, de modo que el reparto de leyes y políticas, cargos y otras recompensas sea lo más favorable posible a cada uno de ellos y toque a más por cabeza. Esto permite prever cierta prever con cierta probabilidad al menos dos cosas. Primera, que cuando un parecido obtenga una mayoría parlamentaria absoluta, aunque esta se base en una minoría de los votos, no formará coalición con ningún otro partido y gobernara en solitario. Segunda, que en los casos en que ningún partido tenga la mayoría absoluta en un parlamento, se formara una “coalición vencedora mínima”, definible como aquella coalición en la que la deserción de un partido la convertiría en minoritaria. Es decir, no es previsible que en ningún caso se forme una coalición de gobierno más amplia que la que los interesados crean que vaya a ser suficiente para asegurarles la mayoría (…)” (Colomer, 1990:251-252). Colomer defiende que más allá del nombre que pueda recibir (pacto, acuerdo, intercambio, alianza, etc.) la coalición gira en torno a la Coalición Vencedora Mínima.

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Si bien es posible clasificar los gobiernos de coalición en distintas tipologías acorde a la situación partidaria, conexión ideológica, repartición de asientos y de carteras ministeriales, resulta relevante indicar que el enfrentamiento electoral entre los socios no presupone como condición indispensable para la identificación de un gobierno de coalición ya que la principal característica para identificarlos se encuentra plasmado en el principio del poder compartido mediante la distribución entre los socios de gobierno de recursos o carteras ministeriales, sean o no minoritarios o mayoritarios.

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CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES A) Introducción

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Capital Federal de la República Argentina, constituye uno de los distritos más particulares del país en términos políticos y electorales ya que en el pasado no había podido transformarse en el bastión electoral de ningún partido político en específico sino, más bien lo contrario, que permitió otorgar representación, voz y voto a terceras fuerzas e incluso catapultar carreras políticos, incluyendo presidencias nacionales, sin seguir las mismas dinámicas que otros distritos. Esto hizo que no se pueda marcar una definida tendencia en la Ciudad. Contando con una población de 2.890.000 millones de habitantes según el censo del INDEC del año 2010 en 202 km², es uno de los distritos más poblados del país, lo que transforma a la Ciudad en uno de los principales centros de competencia electoral del país por su importancia y proyección mediática. Asimismo, cuenta con la población más envejecida, las tasas de natalidad y fecundidad más bajas y de mortalidad más alta del país, y el 54,0% de su población pertenece al sexo femenino (CIPPEC, 2012), lo que conforman datos demográficos que podrían llegar a tomarse en cuenta a la hora de considerar las particularidades políticas y electorales que no se reproducen en el resto del territorio nacional.

Dado a que en las distintas provincias coexisten una multiplicidad de sistemas partidarios provinciales con el sistema del nivel nacional, la República Argentina cuenta con lo que se denomina un sistema de partidos federalizados (Gibson y Suárez Cao, 2010), que interactúan con amplia autonomía respecto al sistema nacional. En la actualidad, y más aún gracias al proceso que se atravesó, denominado como la desnacionalización o territorialización del sistema de partidos nacionales (Calvo y Escolar, 2005) al principio del siglo XXI en la que la cantidad de organizaciones políticas partidarias se vio multiplicada, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene un sistema partidario propio y específico.

Desde el advenimiento de la democracia, es posible apreciar distintos periodos en el sistema de partidos de CABA, en donde los primeros 10 años predominaron los mismos partidos que dominaban tradicionalmente la escena nacional; la Unión Cívica Radical y el

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Partido Justicialista, seguida por la irrupción del FREPASO como una nueva tercer fuerza que logró imponerse hasta el año 2000 y luego, hasta el 2005, se produjo el colapso del sistema partidario (Bril Mascarenhas, 2007) ya que en cada ciclo electoral se reconfiguraron nuevos escenarios en el que diferentes y, a veces nuevas, fuerzas compitieron (como fueron los casos de Compromiso para el Cambio, Fuerza Porteña, Autodeterminación y Libertad, etc.) . Es precisamente en este periodo en el que Sánchez (2009) destaca un aumento en el número de partidos con reconocimiento en el distrito, de listas presentadas a elecciones, de fuerzas que logran bancas en la legislatura y la cantidad de bloques legislativos que conforman lo que denomina “partidos sin sistema”. Fue a partir de la segunda mitad de la década del 2000 en la que se comenzó a asistir a una suerte de reestructuración parcial del sistema a través de la predominancia de los sucesivos triunfos del partido Propuesta Republicana y, asimismo, la dispersión y volatilidad del campo opositor, en lo que a la dinámica confiere.

Todavía cabe señalar que los partidos políticos componen instituciones fundamentales del sistema democrático y en la Argentina se puede distinguir cuatro tipos de ellos: los de orden nacional, los partidos de orden provincial, los partidos de distrito y los municipales. Para poder actuar como tales y presentar candidaturas a los cargos electivos estos deben obtener el reconocimiento legal siguiendo una serie de requisitos de la conformación de estatutos, acreditación de un numero base de afiliados y de autoridades. El partido político provincial es el que está facultado para la competición por bancas en el poder legislativo provincial y para las fórmulas de Gobernador y Vicegobernador, además de por los cargos municipales. Su reconocimiento se es otorgado a través de la justicia electoral provincial. Los de distrito son iguales que los provinciales en cuanto al aspecto organizacional con la salvedad de que su personería jurídica es otorgada mediante la justicia federal de la provincia con competencia electoral. Su reconocimiento permite al partido presentar sus candidatos a los cargos legislativos nacionales como senadores y diputados sólo por la provincia que reconoce al partido. El partido de orden nacional, en cambio, habilitado a presentar sus candidatos a Presidente y Vicepresidente, es aquel que tiene reconocimiento como partido de distrito en, cuanto menos, cinco provincias. Por último, los municipales están facultados para competir en las elecciones locales como Intendente, Concejo 34

Deliberante y Consejos Escolares. Se debe agregar que los partidos nacionales y de distrito pueden conformar confederaciones (nacionales o de distrito respectivamente) de carácter permanente que subroga los derechos políticos financieros de los partidos integrantes: actúan como si de un solo partido se tratase pero conservan sus respectivas personerías.

Las alianzas electorales, a diferencias de las confederaciones, presentan un carácter transitorio, lo que significa que se constituyen con el explícito objetivo de presentar candidatos a elecciones, incluyendo un acuerdo financiero. Si sus integrantes desean continuar funcionando conjuntamente una vez transcurrido los comicios pasan a conformar una confederación. Los partidos nacionales más grandes han evolucionado principalmente a raíz de coaliciones de gobierno nacionales, mejor denominadas como confederaciones de alianzas entre líderes de partido provinciales autónomos según Leiras (2007), Calvo y Escolar (2005) debido a que “el sistema de partidos argentino aparece descentrado, con caudillos provinciales que controlan los mecanismos de financiamiento político y nominación de candidatos y están en condiciones de manipular paquetes electorales y negociarlos con otros caudillos” según Malamud (2007) . Cabe agregar que “(…) las alianzas para los cargos legislativos nacionales son decididas por los partidos de distrito. Esto significa, en términos políticos, que son las mismas ramas provinciales de los partidos las que deciden sobre las alianzas para las candidaturas al Congreso nacional (…)” (Clerici y Scherlis, 2014: 91-92).

Al mismo tiempo, los partidos que comenzaron a dominar la política en la Ciudad son, o fueron, esencialmente fuerzas políticas locales, a diferencia de la primera etapa. La siguiente tabla, demuestra a grandes rasgos cómo se configuro un sistema en los últimos 12 años en el cual se cuenta con la presencia de un partido predominante (y aliados) en el distrito (Sartori, 1976) por un lado, y por el otro un conglomerado de partidos y frentes que cuentan mayormente con un perfil ideológico correspondiente a la centro-izquierda y que, a su vez, pueden separarse en aquellos que son kirchneristas/peronistas y los que no lo son, como veremos más adelante. Esto hace que la competencia esté signada por el partido de gobierno que ha logrado dominar el escenario electoral, por un lado, y el conjunto de partidos opositores por el otro, que se encuentran divididos por otros clivajes, en cuanto a los espectros ideológicos.

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Elecciones legislativas en CABA (2005-2011)

Partidos 2005 2007 2009 2011

PRO 33,2 44,3 31,3 44,9

FPV/total 19,5 10,8 / 25,2 11,5 / 14,6 14,2 / 27,2 Kirchnerismo

Centro izquierda no 28* 21,5** 45,2*** 20,9**** kirchnerista

*ARI, Partido Socialista, UCR **Frente Mas Buenos Aires, Coalición Cívica, Buenos Aires para Todos ***Proyecto Sur, Acuerdo Cívico y Social, Partido Socialista ****Proyecto Sur, Coalición Cívica, UCR, Frente Progresista por Bs. A. (Telerman) FUENTE: Elaboración de CIPPEC a partid de los datos de ATLAS Andy Tow. Disponible en http://towsa.com/andy/totalpais/index.html Se evidencia como se configuró, en términos generales, la dinámica de los partidos políticos y su posición en la Capital Federal del 2005 hasta las elecciones del 2011 (en las cuales comienza nuestro análisis) resaltando el triunfo del partido del actual Presidente de la Nación con respecto a las otras fuerzas desde su primer triunfo electoral en donde el PRO pudo instalarse como fuerza relegando al FPV y peronismo, atípicamente, en tercer

lugar.

B) Composición del Poder Legislativo Nacional

El Honorable Senado de la Nación Argentina está compuesto por 72 senadores en representación de todas las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires elegidos en forma directa. Hasta el año 1994 con la última reforma constitucional, estos se elegían a través de las legislaturas provinciales. Este se renueva por tercios cada dos años poniendo en consideración las bancas de ocho distritos en cada elección dado a que corresponden tres senadores por cada distrito electos mediante la aplicación de un sistema mayoritario directo 36

y por lista incompleta en las que se obtienen en cada distrito dos bancas el partido con el mayor número de votos y la tercer banca corresponde para el partido que le continua en cantidad de sufragios. Su mandato es de seis años y cada formula, en virtud de la ley de cupo femenino, debe incluir candidatos de ambos sexos.

Por otro lado, la Cámara de Diputados se compone por 257 legisladores electos directamente por las habitantes de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en una cantidad proporcional a la población de cada uno de estos distritos. Aun así, cada una de las circunscripciones por las que son electos cuenta legalmente con un piso mínimo compartido de representación de cinco diputados, lo que introduce un sesgo de desproporcionalidad en el sistema. Se vota únicamente por una lista partidaria cuya cantidad de integrantes es equivalente a la cantidad de cargos a renovar más sus suplentes. La fórmula de conversión de votos en escaños que se aplica es la D´Hont con un umbral del 3% del total de electores de cada distrito (lo que hace que si no se alcanza dicho umbral la fórmula no participa directamente en la distribución de votos). La combinación del sistema D´Hont con la reducida magnitud (cantidad de bancas legislativas que le corresponden a cada provincia) de muchos distritos producto de la desigual distribución poblacional en el país y el sistema que en principio es proporcional produce el mencionado sesgo mayoritario. Los mandatos de los diputados se cumplen cada cuatro años y la renovación de su cámara transcurre por mitades cada dos años. Al igual que en la cámara alta, también rige el cupo femenino que implica la obligatoriedad de al menos una mujer cada tres candidaturas.

“(…) Las instituciones electorales median entre el peso electoral de un partido y el número de escaños que éste alcance en el legislativo – o su posibilidad de lograr la presidencia en el caso argentino-. En la instancia legislativa puede verse en qué medida el peso de un partido se corresponde con su poder de negociación (bargaining power). Finalmente, de la instancia ejecutiva se desprenden los beneficios de estar en el cargo y tener una influencia ejecutiva se desprenden los beneficios de estar en el cargo y tener una influencia directa sobre el diseño, la implementación y ejecución de políticas públicas (…)” (Labaqui, 2005:129)

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C) Marco Regulatorio de los Partidos Políticos en la CABA

En lo que respecta al marco regulatorio para el funcionamiento de los partidos políticos en la Ciudad, ha de destacarse el hecho de que el régimen de estos está regulado fundamentalmente por la Ley Nacional N°23.298 Orgánica de Partidos Políticos, así como el régimen electoral lo rige esencialmente el Código Electoral Nacional bajo la ley N° 19.945 debido al hecho de que si bien la Constitución de la Ciudad al momento de su sanción contempla la sanción de Código Electoral y una Ley de Partidos Políticos en su artículo n° 82, su Legislatura no ha logrado aprobar dicha normativa. Aparte de estas leyes, se ha incorporado una ley de financiamiento de campañas electorales, la ley n° 268 y hasta el 2012 se habían presentado más de 45 proyectos de Ley de Partidos para la Ciudad.

Para poder conformar un partido político, definido a este como “canales de expresión de voluntad popular e instrumentos de participación formulación de la política e integración de gobierno” por la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, que a su vez específica, en su artículo número 61, que se “garantiza su libre creación y organización democrática, la representación interna de las minorías, su competencia para postular candidatos, el acceso a la información y la difusión de ideas”, se deben cumplir otros requisitos a los establecidos por la ley nacional. Esto se debe a esencialmente a las modificaciones impuestas por la ley 26.571 del 2009 en los requisitos para obtener la personería jurídica partidaria como partido de distrito no afectan al régimen de partidos de la Ciudad. Para que una agrupación o partido sea reconocido este debe reunir un total de 4.000 adhesiones y no 4.000 afiliaciones como establece la ley nacional a partir de la reforma en su artículo séptimo de la Ley 23.298. Esto género que se otorgue la personería jurídica local en forma automática a aquellos partidos que obtuviesen la personería de distrito, como ha ocurrido en otros distritos del país dado a que la secretaria electoral del tribunal Superior de Justicia reconoce la personería local de aquellos partidos que obtienen la personería provisoria del distrito. En consecuencia, si bien esto no es la causa de la multiplicación de partidos si es un factor que facilita a su proliferación. Giovanni Sartori analiza las supuestas leyes de los sistemas electorales aduciendo que al igual que las rutas no son la causa de la gente viaje, los sistemas

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proporcionales no hacen que haya multipartidismo, pero si lo hace posible (CIPPEC, 2012:20).

Los causales de caducidad de la personería político de los partidos aquí residen en la no obtención del 2% del padrón electoral del distrito en dos elecciones consecutivas, la no realización de elecciones partidarias internas durante el término de 4 años y la no presentación a tres elecciones generales consecutivas debidamente justificada. Es decir, que a diferencia de la reglamentación nacional, no se aplica la normativa de la ley 26.571 del año 2009 que demanda la conservación en forma permanente del número de afiliados mínimo para obtener la personería como requisito para conservarla.”(…) En un contexto político de descongelamiento de los vínculos entre la sociedad y los partidos, y con un sistema electoral que permite la elección de representantes con menos del 3% de los votos, la posibilidad de crear fácilmente un partido y de conservarlo sin alcanzar niveles mínimos de representatividad favorece las rupturas y la proliferación de nuevas fuerzas. En otras palabras, no hay virtualmente obstáculos para quien quiere salir de un partido ya existente y crear uno nuevo. Ello supone un fuerte incentivo para formar nuevos partidos. También facilita la subsistencia de los así llamados “sellos de goma”, partidos con reconocimiento pero sin otra función que la de servir de vehículos electorales a dirigentes de otros partidos que coyunturalmente deciden participar en elecciones “por afuera” de su partido de pertenencia (…)” (CIPPEC, 2012:20).

Acorde al informe elaborado por CIPPEC en el 2012 acerca del régimen de partidos políticos en la Ciudad, los principales factores que resaltan el marco en el cual estos tienden a desarrollarse son la baja confianza ciudadana, por la cual los ciudadanos del distrito no se sienten identificados con algún partido en particular y desconfían de estos, el bajo arraigo social para con los mismos más allá de la concurrencia a los escrutinios y la alta personalización de las fuerzas políticas relevantes que generan una dependencia de la suerte del líder fundador mucho más elevada que la de la mayoría de las provincias argentinas. Estas variables en su conjunto han promovido una multiplicación en la cantidad de partidos que detentan personerías jurídicas facultadas para poder presentar sus candidatos a los cargos locales. Esto se ve ilustrado en el siguiente cuadro, que demuestra el incremento en la última

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década, hasta el año 2011, de la mencionada cantidad de partidos reconocidos por el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Resulta menester comprender que dicha proliferación puede llegar a suponer problemas de información para el votante ya que también puede ser un indicador del nivel de fragmentación.

Número de partidos reconocidos según año (2000-2011)

Fuente: Elaboración de Cippec en base a los datos de la Secretaría Electoral del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Resulta imperioso resaltar el hecho de que elementos como la cuestión del financiamiento de los partidos o los mecanismos de elección y funcionamiento de las autoridades partidarias y de los órganos directivos de la organización no serán contemplados en esta investigación como elementos que hagan a la regulación de los partidos, ya que estos demandarían una investigación más larga y especifica.

D) Sistema electoral de la CABA

Las reglas electorales conllevan efectos dado a que originan incentivos, como recompensas y castigos, en la conducta de los votantes, de los partidos y de los políticos; además de otros elementos que pueden incidir en la conducta de estos como la cantidad y profundidad de los clivajes sociales. Asimismo, se encuentra sustancial comprender las reglas que rigen en el juego político debido a que muchos analistas comenzaron a preguntarse por

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los incentivos que provee el sistema electoral ya que, a diferencia de las explicaciones culturalistas, la explicación de la participación electoral se concentra en estos estudios en factores institucionales (Jackman, 1987). Pero las reglas electorales no son las únicas reglas que pueden generar incentivos sobre las conductas con efectos en los resultados electorales y la distribución del poder institucional (es decir bancas, etc.). “(…) El contexto institucional también tiene efectos, efectos que interactúan con los de las electorales, a veces neutralizando, otras potenciando, total o parcialmente, los efectos de estas últimas (…)” (Molinelli, Jones y Saiegh, 1998).

Partiendo de las premisas de algunos clásicos de la política comparada como Duverger (1951), Lijphart (1984), Nohlen (1981) y Sartori (1976), entendemos que algunas reglas incentivan más que otras a los partidos a aliarse a fin de enfrentar juntos los comicios y acceder a cargos. Por un lado, las formulas electorales mayoritarias fomentan esta práctica ya que favorecen a los partidos con mayor caudal electoral, lo que genera que el mismo sistema sea un incentivo para que los partidos enfrenten las elecciones unidos para sumar votos y posibilidades de salir primeros. Pero por otro lado, los sistemas de representación proporcional con umbral electoral también genera un incentivo similar porque disminuye las posibilidades de los partidos con menor tamaño de ingresar al reparto de bancas; por lo que es la barrera electoral lo que funciona como elemento incentivador de la formación de alianzas. Al mismo tiempo, el incentivo también se presenta cuando la magnitud efectiva del distrito es pequeña y son pocos los cargos, por lo que nuevamente se reducen las chances de ganar. Asimismo ha de mencionarse como alguna de estas reglas (y huecos en ellas) también el sistema de doble voto simultaneo (Ley de Lemas) que suele aumentar las probabilidades de alianzas debido a que disminuye la cantidad de lemas competidores (Clerici, 2014)) ya que resulta estratégico para los partidos pequeños ir en alianzas con los más grandes, los lemas presentándose como sub-lemas en la competencia2. Simultáneamente, el ballotage o segunda vuelta electoral en las elecciones ejecutivas, al disminuir la cantidad de competidores, también es un incentivo para entrar en alianzas.

2 Más adelante se ahonda y especifica el concepto. 41

En contraste con lo anterior, los sistemas proporcionales en distritos de gran magnitud abren la posibilidad de que los partidos minoritarios accedan a bancas legislativas por la cantidad de cargos en juego, lo que acrecienta la expectativa de estos en poder conseguir una banca. Las listas de adhesión o denominadas “colectoras” (dos o más listas de diferentes categoría de cargos de diferentes partidos en una misma boleta) también constituye otro elemento reductor a estos incentivos ya que, quienes conforman dichas listas pretenden aprovechar la popularidad del candidato al cargo más reconocible por electorado para, de este modo, arrastrar votos a sus propios candidatos.

Listas legislativas en elecciones provinciales. Elecciones en CABA 1996-2011

1997 1999/2000* 2001 2003 2005 2007 2009 2011

CABA 18 17 n/c 38 40 22 30 19

* Las elecciones se realizan en el año 2000 en CABA y en 1999 en el resto de las provincias. Fuente: Elaboración de Cippec a partir de los datos de Atlas Andy Tow. Disponible online en : http://towsa.com/andy/totalpais/index.html Listas legislativas en elecciones nacionales. Elecciones en CABA 1997-2011 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011 2011 primarias generales

CABA 15 16 19 33 29 30 23 12 11

Fuente: Elaboración de Cippec a partir de los datos de Atlas Andy Tow. Disponible online en: http://towsa.com/andy/totalpais/index.html La cantidad de listas legislativas tanto en las contiendas “locales” como nacionales, es decir para los cargos que estaban en juego desde la reforma de la Constitución de la Ciudad hasta las elecciones en las que comienza nuestro análisis en cuestión, reflejados en los dos cuadros anteriores demuestra que la permanente creación de partidos o conformación de alianzas electorales que tienden a renovar sus listas, además de presentar una oferta atomizada, presenta una oferta altamente inestable. Ambos picos se encuentran en los años 2003 y 2005 que coincidieron con las elecciones posteriores a la crisis económica en conjunto

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a la “implosión” del sistema de partidos argentino en conjunto a la separación de listas peronistas lideradas por Nestor Kirchner y Duhalde principalmente.

La cantidad de listas nuevas presentadas en cada competencia electoral ha podido llegar a abarcar hasta el 80% o 70% de la cantidad de listas en total en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires. Esto es visible al comparar las listas que se presentaron en cada elección con las listas nuevas que también se presentaron en ellas reflejadas en el siguiente cuadro

.

Listas nuevas sobre total de listas en cada elección legislativa (2001-2011) Cantidad de listas nuevas Cantidad de listas que se Año-Elección Legislativa que se presentaron en la presentaron en la elección elección

2001 17 9 2003 38 32 2005 40 28 2007 22 11 2009 28 14 2011 19 10

Fuente: Elaboración de Cippec a partir de los datos de Atlas electoral Andy Tow. Disponible online en: http://towsa.com/andy/totalpais/index.html Esto genera un sistema electoral permisivo con respecto a la categoría de legisladores locales en el que su magnitud efectiva es alta ya que se compite por el ingreso de 30 legisladores en cada elección por distrito único con fórmula de repartición proporcional sin umbral, lo que termina facilitando en si el acceso a los cargos legislativos de pequeñas fuerzas

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que no ascienden al 3% de los votos. La falta de umbral se debía originalmente al fallo del Tribunal Superior de Justicia del año 2000 que declaró inaplicable el piso del 3% de los votos debido a que provenía de la ley nacional, presentado a través de un amparo por la Unión del Centro Democrático (Expte. 237/00 “Unión del Centro Democrático c/G.C.B.A. s/Amparo”).

Es decir, que el distrito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires presenta un distrito electoral en el cual la magnitud efectiva de diputados provinciales está conformada por 30 bancas, y la magnitud efectiva de diputados nacionales es de 12 o 13 (depende la elección) diputados nacionales. Esto se debe a que nacionalmente le corresponde 25 diputados en la Honorable Cámara Nacional de Diputados y 60 legisladores en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las cuales se renuevan parcialmente por mitades. La metodología que es utilizada como fórmula para convertir los votos en bancas, a diferencia de la provincia de Buenos Aires que es Hare con resto mayor y sin umbral, es aquella denominada como D´Hont sin umbral. Asimismo, cabe destacar no solo que, al igual que todas las provincias le corresponden 3 senadores siendo 2 por la primera mayoría y 1 por la primera minoría, sino también la fórmula electoral del Poder Ejecutivo de la Ciudad corresponde a uno de mayoría absoluta (es decir el 50% de los votos positivos) con doble vuelta..

Las boletas que se utilizan para la votación se encuentran divididas por líneas de puntos en tantos cuerpos como cargos haya para elegir, lo que permite al elector la posibilidad de cortarlas a fin de optar por distintos partidos para diferentes cargos. Se debe agregar, por otro lado que el federalismo argentino tiene como consecuencia la convivencia del sistema electoral nacional con sistemas electorales provinciales, como se mencionó anteriormente, que en algunas ocasiones coinciden. En el caso de que haya una coincidencia programática y de concurrencia de las elecciones se utiliza una misma boleta, lo que puede incidir en una nacionalización de las elecciones y de las preferencias. Sin embargo, las provincias tienen la opción estratégica de elegir su propio calendario electoral para no hacer coincidir sus elecciones con las nacionales.

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Si bien las candidaturas independientes en las elecciones nacionales son anticonstitucionales, los partidos políticos pueden incluir en sus listas a candidatos que no se encuentren afiliados al mismo.

Por otro lado, otro factor que puede incidir institucionalmente en la cantidad de listas presentadas corresponde a la regulación de lisas espejo y colectoras. Las primeras refieren a las que presentan los partidos o alianzas con los mismos candidatos mientras que la segunda son aquellas en las que se presentan diversos partidos o alianzas para una cierta categoría de cargos que, pese a competir entre sí en tal categoría, adhieren a una misma lista de candidatos para otra categoría de cargos en la que no presentan candidatos propios. La presencia de estos tipos de listas puede afectar tanto a la información como a la transparencia de la oferta electoral.

Resulta notorio que el régimen legal de CABA no haya puesto obstáculos para que una persona sea candidato por más de un partido o para que un partido pueda presentar listas idénticas de candidatos, listas espejo, que dio lugar a que en el 2009 nueve partidos oficialicen una lista con los mismos candidatos en igual orden. De este modo, un mismo grupo político, o de candidatos, puede multiplicar sus recursos económicas a obtener ya que, según la ley 268 de la CABA, debería recibir financiamiento y espacio en la vía pública para publicidad como si se tratase de tantas listas diferentes como las que efectivamente se oficializan ante la justicia. Al mismo tiempo, los candidatos incluidos en dichas listas espejo poseerán una mayor visibilidad en los cuartos oscuros debido a que están presentes en múltiples listas y pueden alcanzar alianzas de hecho, sumado sus votos, sin realizar los procedimientos ni los compromisos legales que supone la conformación de una alianza electoral. A nivel nacional, la reforma eliminó la posibilidad de estas listas al prohibir que un mismo candidato se pueda presentar a las PASO por más de una agrupación.

En cuanto a las listas colectoras, la posibilidad de conformar diversas listas de candidatos que compitan en una categoría pero todas ellas pegadas a una misma lista para otra categoría, también produce otro factor de confusión y fragmentación de la oferta electoral. Esta práctica se reproduce dentro de un mismo grupo político para apoyar a un mismo jefe de gobierno al presentarse en diversas listas para la legislatura, al considerar que 45

beneficia al grupo contar con diversas listas de candidatos a legisladores apoyadas por diferentes subgrupos de la misma fuerza, las cuales todas abonan a una única lista para la jefatura de gobierno.

La oportunidad de acudir a colectoras y espejo alientan la multiplicación de listas de un modo algo menos legítimo que lo que lo hacen factores como la proporcionalidad del sistema electoral. Esto ha tenido efectos sustanciales en la proliferación de listas en las elecciones legislativas en la Ciudad.

Listas espejo y colectoras en CABA (2000-2011)

Año Partidos Listas jefe Listas Partidos Listas Listas reconocido s de gobierno legisladores efectivos espejo colectoras

2000 34 17 17 4 4 0

2001 33

2002 31 2003 67 31 38 9,35 5 4

2004 60

2005 69 40 5,06 0 0

2006 59 2007 62 20 22 4,02 4 0

2008 55

2009 61 30 4,87 7 0

2010 56 2011 55 15 19 4 2 3

Fuente: Elaboración de CIPPEC ia a partir de datos de la Secretaría Electoral del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad

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Desde el año 2000 al 2011 se han presentado 22 listas espejo y 7 colectoras, según enseña el cuadro reflejando una utilización usual de dicha posibilidad electoral. Apenas si en las elecciones del año 2005 no se presentó ninguna lista espejo. En cuanto a las colectoras, solo se recurrió a ellas en dos ocasiones: 2003 y 2011.

E) En la Legislatura Porteña

En lo que la legislatura respecta, la fragmentación aquí no es una excepción a comparación de las listas presentadas nacionalmente. Aun cuando en los últimos años, desde los años 2000 aproximadamente, el promedio de bloques ha descendido de 19,1 en el periodo 2000-2003 a 13,4 en el periodo 2007-2009 (Haime, 2010) la cantidad de bloques sigue siendo alta (14 al momento de ser escrito este trabajo) en donde se incluyen bloques unipersonales y de dos miembros. El hecho de que los bloques se encuentren fragmentados en la arena legislativa local no quiere decir necesariamente que ello se deba al voto ciudadano sino al comportamiento mismo de los ediles debido al hecho de que desde el 2005 los votos han tenido la tendencia de concentrarse en no más de cinco fuerzas que en su conjunto suman entre el 80 y el 85 % de los votos válidos emitidos.

Elección para legisladores de la Ciudad (1996-2011).

Elecciones Legislativas 1997 Partido/Alianza % de Votos Cantidad de Bancas Concentración del voto Alianza 56,03% 37 Justicialista 17,20% 11 92,12% Acción por la República (y aliados) 17,01% 11 Unión por Todos - MID 1,88% 1 Otros partidos (N=14) 7,90% Elecciones Legislativas 2000 Partido/Alianza % de Votos Cantidad de Bancas Concentración del voto Alianza 36,66% 24 Encuentro por la Ciudad (y aliados) 30,82% 20 PAIS 6,68% 4 Izquierda Unida (y aliados) 4,43% 2 97,74% Unión de Centro Democrático 4,16% 2 Buenos para Todos 2,98% 2 Movimiento de Jubilados y Juventud 2,98% 2

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Integración Intermedia 2,67% 1 Humanista Ecologista 2,22% 1 Justicialista 2,09% 1 Frente Unidad Trabajadora - Obrero 2,05% 1 Otros partidos (N=6) 2,26% Elecciones Legislativas 2003 Partido/Alianza % de Votos Cantidad de Bancas Concentración del voto Fuerza Porteña 13,84% 9 Autodeterminación y Libertad 12,54% 8 Frente Esperanza Porteña 12,20% 8 Frente Compromiso para el Cambio 10,35% 7 De la Ciudad 10,22% 7 Recrear (y aliados) 9,92% 6 94,14% Movimiento Generacional Porteño 8,10% 5 Revolución Democrática 7,38% 5 Alianza de Centro 5,50% 3 UCR 2,20% 1 Izquierda Unida (y aliados) 1,89% 1 Otros partidos (N=27) 5,86% Elecciones Legislativas 2005 Partido/Alianza % de Votos Cantidad de Bancas Concentración del voto Propuesta Republicana (y aliados) 33,21% 13 ARI 20,77% 8 Frente para la Victoria 19,52% 7 81,98% Socialista de los Trabajadores 4,97% 1 Autodeterminación y Libertad 3,51% 1 Otros partidos (N=35) 18,02% Elecciones Legislativas 2007 Partido/Alianza % de Votos Cantidad de Bancas Concentración del voto Propuesta Republicana (y aliados) 44,32% 15 Diálogo por Buenos Aires (y aliados) 14,44% 5 Frente para la Victoria (y aliados) 10,76% 3 Frente Más Buenos Aires (y aliados) 9,95% 3 95,07% Coalición Cívica (y aliados) 8,59% 2 Socialista de los Trabajadores 4,04% 1 Buenos Aires para Todos 2,97% 1 Otros partidos (N=15) 4,91% Elecciones Legislativas 2009 Partido/Alianza % de Votos Cantidad de Bancas Concentración del voto

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Propuesta Republicana 31,30% 11 Proyecto Sur 23,70% 8 Acuerdo Cívico y Social 18,75% 6 88,34% Frente para la Victoria 11,47% 4 Diálogo por la Ciudad 3,12% 1 Otros partidos (N=23) 11,65% Elecciones Legislativas 2011 Partido/Alianza % de Votos Cantidad de Bancas Concentración del voto Propuesta Republicana (y aliados) 44,95% 16 Frente para la Victoria (y aliados) 14,02% 5 Proyecto Sur (y aliados) 12,90% 4 89,04% Progresista Popular 6,71% 2 Nuevo Encuentro (y aliados) 6,51% 2 Coalición Cívica (y aliados) 3,95% 1 Otros partidos (N=13) 10,95% Fuente: Elaboración de Facundo Cruz y Facundo Galván en base a Atlas Electoral de Andy Tow (http://towsa.com/andy/site.html) Esta tabla demuestra la presencia de una alta cantidad de listas que compiten por cargos legislativos en conjunto a la dispersión y volatilidad del voto en la Ciudad de Buenos Aires, teniendo un promedio de 20 listas de candidatos y llegando a alcanzar picos de 40 (año 2005). No solo se puede deber a la mencionada crisis de la representación sufrida a comienzos de la década (Torre, 2003), sino también a la eliminación del piso mínimo del 3% a través del fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires en la causa “Unión del Centro Democrático c/GCBA. s/Amparo”. Se evidencia, en este sentido, que la concentración del voto de las cinco principales fuerzas presentadas en las elecciones desde el año 2005 van generalmente dirigidas a fuerzas que decidieron armar alianzas a fin de incrementar sus chances de obtener bancas o la primera magistratura aun siendo un distrito de magnitud alta y proporcional (Galvan y Cruz, 2012; CIPPEC, 2012).

Otro hecho relevante a la luz de la cantidad de listas es la superioridad de listas a candidatos a cargos legislativos que a la primera magistratura local en cada una de las elecciones. El fenómeno se explica por la utilización de las “listas espejo” y las “listas colectoras”, por un lado, y a la decisión estratégica de algunos partidos políticos de presentarse únicamente para competir a dichos cargos sin candidatos a la Jefatura de Gobierno. 49

Elecciones para Jefe, Vicejefe de Gobierno y Legisladores (concurrentes), “listas colectoras” y “listas espejo” (2003, 2007 y 2011).

Tipo de Listas 2003 2007 2011 Jefe de Gobierno 31 18 14 Legislador 38 22 19 4 Colectoras y Colectoras y Espejo 2 Colectoras 3 3 Colectoras4 3 Espejo Total de Listas 38 22 20 Fuente: Elaboración de Facundo Cruz y Facundo Galván en base a datos de Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Dirección URL: http://www.tsjbaires.gov.ar/

Recién a partir del año 2005 se estableció el cronograma escalonado de renovación parcial de las bancas, por lo que en las primeras tres elección de 1997, 2000 y 2003 se pusieron en juego la totalidad de las bancas de la Legislatura de la Ciudad, lo que permitió que los incentivos para que los partidos políticos se presentasen a competir sean aún mayores. Esto último permitió que en algunos casos algunos partidos hayan podido ingresar en la distribución de bancas con tan solo el 2% de los votos, siendo a veces incluso menor que el mínimo necesario, lo que ha permitido que numerosos partidos políticos obtengan al menos una banca sobreviviendo con un bajo caudal de votos, a raíz de la ausencia de una barrera electoral tanto efectiva como legal.

Listas que obtuvieron representación y promedio de bloques. Legislatura de la Ciudad (1997-2009) Legislatura Listas que obtuvieron Número Promedio de representación para esa Bloques legislatura

1997-2000 4 5

2000-2003 11 19,1

2003-2005 11 16,9

3 La lista 505 adhirió a la 501, y la lista 503 lo hizo a la 500. 4 Las listas 268 y 606 adhirió a la 604, y la lista 600 lo hizo a la 3. 50

2005-2007 14 16,4

2007-2009 9 13,7

2009-2011 9 14,3

2011-2013 8 12

Fuente: Elaboración de Cippec a partir de datos del Atlas electoral de Andy Tow (Disponible online en: http://towsa.com/andy/totalpais/index.html) y del sitio web de la Legislatura de la Ciudad.

La elevada cantidad de listas que obtuvieron representación en las elecciones más los bloques que se armaron posteriormente enseñan el típico caso de un multipartidismo fragmentado que llegó a su pico en la mencionada época de crisis económica y política que sufrió la República Argentina en el 2001. Traducido en capacidad de chantaje, a primera vista es posible deducir que son numerosos los partidos que tienen poder de negociación a la hora de discutir la agenda legislativa o, al menos, para negociar alianzas electorales.

En relación al ciclo electoral, su legislación faculta la posibilidad de una significativa autonomía a los Gobernadores de las provincias para ajustar el calendario electoral a su propia conveniencia política ya sea aislando la situación política provincial del escenario nacional y localizando los conflictos políticos o, por el contrario, nacionalizando la elección provincial para explotar externalidades electorales para traccionar los votos a nivel provincial y local (Rodden, 2001).

Existen algunas leyes de la Ciudad que regulan algunas pocas cuestiones de la competencia electoral en la Ciudad como la Ley Nª89 (Referéndum y Consulta Popular) Nª268 (Regulación y Financiamiento de Campañas Electorales), Nª 269 (Registro de Deudores Morosos), Nª 334 (Registro de Electoras Extranjeros y Electores Extranjeros), Nª 357 (Revocatoria de Mandatos) y Nª402 (De procedimientos ante el Tribunal Superior de

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Justicia), pero sigue sin existir aún hoy un Código Electoral o una Ley de partidos Políticos que definan y establezcan reglas claras y propia de la competencia partidaria. Es el artículo 69 de la Constitución de la Ciudad el que estipula que los legisladores son electos por el voto directo no acumulativo conforme al sistema proporcional, que sus cargos duran 4 años con posibilidad a una sola reelección inmediata y que 2/3 de los miembros de la Legislatura, es decir 40 votos, pero aun así deben sancionar una ley que establezca el sistema electoral de la Ciudad. Esto hace que las previsiones constitucionales y legales que contemplen, definan y establezcan las reglas de la competencia para todos los cargos públicos se encuentren dispersas, diferenciando las reglas que conciernen a la elección de Jefe y Vicejefe de Gobierno de la elección de Legisladores.

Estos dos últimos son electos por mayoría absoluta de los votos válidos emitidos (más del 50%) y, en caso de que dicha situación no se dé, las dos fórmulas más votadas concurren a una segunda vuelta 30 días después de la celebración de la primera elección, según establece la Constitución de la Ciudad de Buenos aires en su artículo 96. El artículo 98 es el que establece que la duración de dichos mandaros son de 4 años con la posibilidad de una sola renovación consecutiva, luego de la cual se debe abandonar el mandato a fin de presentarse nuevamente. “(…) La fórmula de mayoría absoluta utilizada para la elección para Jefe de Gobierno tiende a producir, según los especialistas en la materia, un aumento en la cantidad de partidos políticos que compiten por el cargo, potenciado por la existencia de una doble vuelta electoral (Shugart y Carey, 1992; Nohlen, 1994; Mainwaring y Shugart 2002). Esto se debe a que los electores suelen expresar un “voto sincero” en la primer vuelta (más aun cuando los candidatos a cargos ejecutivos llevan sus propios candidatos a legisladores), dejando su “voto estratégico” para la segunda, y reduciendo así los incentivos para que se conformen coaliciones electorales, con anterioridad a la celebración de los comicios (Shugart y Carey, op. cit. ;) (Chasquetti, 2008). (…) En cuanto a la elección de legisladores, lo primero que debemos mencionar es que la sanción de un Régimen Electoral de la Ciudad obliga a los partidos a realizar acuerdos legislativos sólidos y fuertes sobre sus puntos más importantes. Esto se desprende de la obligación constitucional de alcanzar 40 votos positivos para aprobar la ley, lo que puede explicar que desde la sanción de la Carta Magna de la Ciudad hasta la

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fecha no se haya aprobado ninguno de los proyectos presentados (Quaglia, 2011) (…)” (Galván y Cruz, 2012).

Resulta sustancial resaltar el planteo de Sartori (op. cit) que afirma que el criterio mayoritario o proporcional de un sistema electoral lo determina el territorio donde se ponen en juego una determinada cantidad de cargos públicos. Por ello mismo, la magnitud de distrito tiene un mayor peso a la hora de determinar el grado de proporcionalidad de los sistemas electorales: mientras mayor sea la cantidad de bancas en juego más débil será la presión sobre el elector y poseerá mayores posibilidades de emitir su “voto sincero” mientras que, por otro lado, cuanto menor sea dicha cantidad más fuerte será la presión y el voto conllevara una tendencia más “estratégica” (Sartori, op. cit.). De esta forma, la representación proporcional deja de ser tal cuando se eligen pocos legisladores (Mustapic, 2002).

El informe previamente citado de CIPPEC resalta como elementos adicionales para la comprensión del sistema partidario de la Ciudad de Buenos Aires al hecho de que esta esté constituida por una sociedad moderna que conforma “según todos los indicadores el distrito más modernizado del país” (CIPPEC, 2012:16) ya que cuenta con los niveles más altos en lo que concierne al consumo de diarios y de internet, los niveles más altos de instrucción y porque en su población, al ser por definición urbana, el sector servicios ocupa al mayor porcentaje de la mano de obra. Igualmente, se le agrega el hecho que el peso del aparato estatal en la política sea poco debido a que es el distrito con el menor peso de empleo público y de planes sociales en todo el país y que constituye una circunscripción en la que más se evidencia la independencia partidaria ya que es desde los años 90s el distrito con menor número de afiliados de todo el país contando con un alto porcentaje de ciudadanos no identificados con ningún partido. “(…) Hacia 2011 la CABA registraba un porcentaje de afiliados sobre el total de ciudadanos apenas superior al 12 por ciento, mientras que en el agregado total de los 24 distritos del países porcentaje llega al 28,45 (…)”(CIPPEC, 2012:16). Por último, pero no por ello menos importante, se destaca como uno de estos elementos adicionales al hecho de que es y ha sido el distrito donde el Partido Justicialista ha tenido menor peso siendo este el que a nivel nacional ha sabido mostrar mayores capacidades de adaptación a los cambios socio-económicos y de retención de adherentes; aunque debe

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destacarse que este en ocasiones ha enfrentado comicios fragmentado en distintos frentes bajo los nombres de Frente Nuevo País en 2001, Fuerza Porteña y Frente Esperanza en el 2003, etc..

“(…)La presencia de una mayoría de ciudadanos independientes, la ausencia de fuertes y extendidas identidades partidarias, niveles relativamente altos de volatilidad electoral, y el peso de los liderazgos mediáticos, deben considerarse como elementos inevitables del sistema partidario de la CABA, que reúne todas las características de lo que se ha definido como “democracia de audiencia” (Manin, 1998)(…)”(CIPPEC, 2012:17).

F) Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO)

Una vez concluidas las elecciones nacionales de medio término del año 2009, el gobierno presentó al Congreso de la Nación el Proyecto de Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral cuya principal innovación era la modalidad de las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (comúnmente denominadas PASO) a fin de utilizarlas para la selección de las candidaturas a cargos nacionales. Elaborado con la participación de todos los partidos que tenían representación parlamentaria en aquel entonces, organizaciones especializadas de la sociedad civil, expertos y académicos en conjunto a la Justicia Nacional Electoral, perseguía “regular de manera equitativa y democrática el desenvolvimiento del sistema de representación, recogiendo así un reclamo de la ciudadanía y saldando a la vez una deuda pendiente que todo el arco político tiene consigo mismo”. En sus fundamentos establecía que tenía por objeto “consolidar la democracia en el interior de los partidos políticos” para no generar y perpetuar cúpulas poco representativas de sus bases. Su primera aplicación se llevó a cabo en las elecciones celebradas el 14 de agosto del 2011 para elegir candidatos a presidente y vicepresidente, diputados nacionales en todas las provincias y senadores nacionales en ocho provincias.

En conocía con lo anterior, el número efectivo de partidos parlamentarios (NEPP)5 es aquel que mide la cantidad de partidos que alcanzan la representación en el órgano legislativo

5 Formula de Lakso y Taagepera (1979). 54

en consideración el tamaño relativo de los mismos para visualizar el grado de fragmentación del sistema de partidos. Desde el retorno de la democracia hasta las elecciones previas a la introducción de las PASO, este indicador registraba una tendencia al alza, aunque con altibajos. Hasta 1995 se ubicaba, con la excepción de 1991, en torno a valores bipartidistas, luego al correspondiente a un pluralismo limitado y a partir del 2005, por el incremento del número de partidos, el sistema partidario argentino se encontraba en la categoría de un pluralismo extremo habiendo alcanzado un valor máximo de 6,0 partidos en las elecciones al 2009. Esto se refleja en la siguiente tabla.

Número Efectivo de Partidos Legislativos 1983-2011

Fuente: María Laura Tagina. Argentina 2011: Fragmentación opositora y reelección presidencial.

Fue precisamente en tal contexto institucional en el cual se promovió en el 2009 la reforma para lograr evitar situaciones de fragmentación tales como la del año 2003 cuando en la primera vuelta electoral ninguno de los 28 frentes electorales que se presentaron a las elecciones presidenciales obtuvieron más del 25% de los sufragios. En lo que concierne a las elecciones solamente legislativas, también se persiguió evitar la atomización del sistema de partidos parlamentarios que se produjo el mismo año de la presentación de la reforma.

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Entonces, el Número Efectivo de Partidos es aquella cifra que indica la cantidad de partidos relevantes para una elección determinada y, según proponen Laakso y Taagepera (1979), se puede medir a través de un cálculo que consiste en determinar el inverso multiplicativo de la suma de los cuadrados de las proporciones de votos de cada partido, que se expresa en la siguiente fórmula, en la que N representa la cantidad de partidos con al menos un voto y Pi2 es la proporción de votos obtenidos por cada uno de estos partidos.

Este sistema de primarias abiertas, simultaneas y obligatorias establece un mecanismo a través del cual las agrupaciones políticas deben seleccionar sus candidatos mediante elecciones primarias a los cargos públicos electivos nacionales en todo el territorio argentino simultáneamente en un solo acto electoral aun cuando haya partidos que presentaran una sola lista y, precisamente, perseguía disminuir la cantidad de partidos; el NEP en cuestión. Pues sucede que la fragmentación electoral puede traducirse en fragmentación legislativa, lo que a su vez puede socavar el tamaño o la cohesión de los bloques oficialistas así como también dificultar la formación de coaliciones opositoras (Leiras, 2013).

A este mecanismo de elección se lo denomina abierta debido al hecho de que participan en la selección de los candidatos de cualquier partido cualquier ciudadano sin la necesidad de estar afiliado, obligatorias debido a que tanto todos los ciudadanos registrados en edad de votar deben concurrir así como todos los partidos con pretensiones de presentarse a la elección general deben someterse a ella, y simultaneas debido al hecho de que el proceso transcurre de forma paralela durante un mismo día para todos los partidos y alianzas.

Cabe destacar que los procesos de selección de candidatos constituyen uno de los momentos más trascendentales en toda organización partidaria (Schattschneider 1941; Gallagher 1988; Katz 2001) debido a que implicarían la posibilidad de ascenso dentro de la estructura de un partido dado a que quienes resulten electos o nominados serán quienes representan a la organización partidaria ante el conjunto del electorado (Freidenberg y Alcántara Sáez 2009). En Argentina, los candidatos partidarios eran electos por la dirigencia 56

partidaria o, en todo caso pero no tan frecuente, en elecciones en que participan los afiliados. “(…) Esto origina nuestra disciplina partidaria (…)” (Molinelli, Jones y Saiegh, 1998:17).

Aquellas fórmulas que no resulten seleccionadas no pueden posteriormente competir para ningún otro cargo en la elección general. Las candidaturas se eligen por medio de listas completas a simple pluralidad de votos mientras que los diputados nacionales, por otro lado, cada agrupación política aplica su propio sistema de distribución de cargos para integrar la lista definitiva siempre y cuando se respete la ley de cupo femenino. A su vez, se introdujo como requisito para la participación de las elecciones generales que las agrupaciones políticas hayan superado el piso del 1,5% del total de los votos emitidos en el distrito que se trate para cada categoría en la sumatoria de todos los votos obtenidos en todas las listas internas. Las PASO, por lo tanto, pueden generar incentivos a los partidos para que estos armen y consoliden frentes electorales con el objetivo de obtener el apoyo suficiente y necesario para pasar la barrera del 1,5% de los votos y encontrarse en condiciones de competir en las elecciones generales.

Número efectivo de partidos en la Ciudad de Buenos Aires (1995-2013)

Diputados Legisladores(***) Senadores Nacionales(**) Jefe de Elección Presidente Nacionales Según Según Gobierno Según Según votos votos bancas bancas

1995 2,61 4,38 3,27

1996 3,56 4,40 3,18

1997 2,60 1,90 2,68 2,23

1999 2,65 3,13 1,95

2000 2,79 4,14 3,56

2001 8,34 9,96 5,12

2003 (1) 5,60

2003 (2) 5,37 4,00 3,59 10,33 8,91

2005 4,72 2,77 5,06 3,17

2007 (1) 3,22 4,02 3,28

2007 (2) 4,11 6,04 10,06 6,00 57

2009 4,79 3,31 4,87 3,78

2011 (1) 3,14 4,72 3,60

PASO 5,30 6,90 2011

2011 (2) 4,30 5,80 3,60

PASO 3,98 3,98 2013

2013 3,47 3,64 2,86 4,72 3,60

(*) No se incluyen las elecciones PASO nacionales y generales de 2015, por no haber sido realizadas aún a la fecha de realización del presente estudio

(**)En 1995, 1999, 2003, 2007 y 2011, se eligen 12 diputados nacionales, mientras que en 1997, 2001, 2005, 2009 y 2013 se eligen 13

(***) En 1996, se eligen Convencionales Constituyentes. Desde 1997 hasta 2003 inclusive, se eligen 60 legisladores por elección, mientras que desde 2005 en adelante, se eligen 30.

Fuente: Elaboración de Domínguez Sardou y Toledo en base datos de la Dirección Nacional Electoral, la Dirección General Electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Atlas Electoral de Andy Tow

Los datos revelan que el Número Efectivo de Partidos de aquellos que se presentaron a elecciones a diputados nacionales se redujo de 4,78 en 2009 a 3,64 en 2013; lo que significa una reducción del 24%, lo que a su vez considera una importante variación producto de la introducción del mecanismo de las PASO. Aun así, se debe tener en cuenta que la CABA al renovar entre 12 y 13 bancas por cada elección motiva a los actores políticos a la competencia por el incremento de sus posibilidades de acceso. Por el contrario, los resultados para legisladores de la Ciudad arrojan un NEP de 4,86 partidos en 2009 y 4,71 en 2013, lo que representa apenas una disminución del 3%.

Por otro lado, las listas espejo, es decir las que son idénticas en términos de candidatos pero presentadas por diferentes partidos o frentes electorales que lograban posteriormente sumar los votos que cada una había recibido, fueron prohibidas. Al mismo tiempo, fue eliminada la posibilidad de la presentación mediante candidaturas múltiples haciendo que los candidatos que se presentasen a las elecciones primarias a nivel nacional solo pudiese hacerlo en una sola agrupación política y para solo una categoría de los cargos electivos. Ambas

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habían sido practicas extendidas en las elecciones argentinas como las cuatro agrupaciones diferentes que habían oficializado la formula Sobisch-Asís (Movimiento de las Provincias Unidas, Partido unión Popular, Movimiento por la Dignidad y Movimiento de Acción Vecinal) en el 2007 para el primer caso o, por ejemplo, las candidaturas de Ricardo López Murphy en el mismo año cuando se postuló por la presidencia nacional y como diputado. Sin embargo, y a pesar de la nueva regulación nacional, no se ha aun impedido que una misma persona pueda ser candidato tanto para un cargo a nivel federal y a la vez en una misma boleta a otro cargo a nivel local.

También, por otro lado, se incorporó la figura jurídica de los “acuerdos de adhesión” en la reglamentación permitiendo la posibilidad de que agrupación que hayan concurrido separadamente en las elecciones primarias integren una misma boleta para las generales compartiendo alguna candidatura como, por ejemplo, aquella para Presidente. En este sentido, la legislación actual permite la existencia de las alianzas cruzadas, que significan las coaliciones mediante las cuales los candidatos a legisladores nacionales de un mismo partido apoyan a candidatos presidenciales distintos según el distrito que se trate. Esto se puede llevar a cabo dado a que la normativa establece que los partidos pueden consolidar alianzas en forma independiente para cada categoría de cargos en cada distrito en forma independiente, a excepción de la fórmula presidencial.

Anteriormente, luego de la que estallará la crisis del año 2001, en el 2002 el Congreso Nacional había sancionado una ley de internas abiertas, la Ley N° 25.611 (Pedrosa, 2012), cuyo fin era mejorar la representación política y la calidad de la dirigencia (Serrafero, 2008). Aun así, dicha ley contenía como elemento paradójico el hecho de que permitía al afiliado participar de la interna de su partido mientras que permitía a los no afiliados a elegir en cual participar. Según De Luca (2005), se trataba de un castigo para quien se comprometía y participaba. Bajo esta normativa, el Estado se convertía en el organizador de las internas, que anteriormente eran reguladas por el accionar privado de los partidos. Sin embargo, esta fue suspendida por única vez para las elecciones presidenciales del año 2003 y solo se aplicó para el año 2005 debido a que fue derogada al año siguiente.

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Por consiguiente, a través de la modificación del Código Penal Argentino en su Ley 19.945, la Ley Orgánica de los Partidos Políticos 23.298 y la Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos 26.215, entre otras, la Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral introdujo diversos cambios sensibles en los principios que fundamentaban la competencia político-electoral a nivel nacional. Estas son: la institución del Sistema de Primarias Abiertas, Obligatorias y Simultáneas (PASO), la propuesta de requisitos adicionales para el reconocimiento de los partidos políticos tanto distritales como nacionales, la regulación de las alianzas entre partidos políticos, acuerdos de adhesión, fusiones de partidos y formación de confederaciones de partidos; la modificación de los requisitos para las afiliaciones partidarias y la publicación de los registros de afiliados, la prohibición de las listas espejo y candidaturas múltiples, la modificación de la gráfica de las boletas electorales diferenciándolas por colores y permitiendo incluir la foto del candidatos, la actualización de los requisitos para la presentación de candidatos, la limitación del financiamiento privado de las campañas electorales y el tope de gastos para las mismas y la introducción de la distribución de espacios en medios de comunicación audiovisual para las elecciones primarias y generales conforme a los principios de equidad y proporcionalidad entre otras.

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ANALISIS COALICIONAL

A) Composición Legislativa en el 2011

A fin de comprender el proceso que dio lugar a las coaliciones políticas que se presentaron a la contienda electoral en las elecciones 2013 resulta menester estudiar la composición legislativa de la Ciudad de Buenos Aires una vez transcurrida las elecciones del 2011 que perfiló la dinámica y escenario político hasta las elecciones en cuestión. Para ello, en vez de estudiar todos aquellos partidos que cuentan con personería jurídica, lo que resultaría más que redundante, se procederá a analizar cuáles eran aquellos que detentaban bancas en la Legislatura Porteña y habían obtenido representación nacional en la Cámara de Diputados de la Nación ya que ilustra el chantaje que estos poseen debido a que se traduce en poder de negociación al contar con el sustento suficiente para arribar a la representación legislativa.

El siguiente cuadro que expone los bloques existentes en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires luego de las elecciones del 2011, la cual estaba conformada por 12 bloques legislativos distintos. Sin embargo, esto no significa que al momento de las elecciones estos se hayan presentado de este modo, sino que una vez que se obtuvieron las bancas con las listas por las cuales se presentaron a elecciones en el recinto los legisladores decidieron la conformación de los bloques parlamentarios con los que obrarán, que pueden o no estar aliados.

Denomina Cantidad de Posición en Posición en Bloque ción Legisladores Ideología Ciudad Nación Bases para Centro - BpU 2 la Unión Derecha Aliado Oposición Buenos BApT Aires para 4 Todos Izquierda Oposición Oposición Coalición CC Cívica - 3 Ari Centro Oposición Oposición Frente para Centro - FPV 8 la Victoria Izquierda Oposición Oficialismo

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Frente FPyP Progresista 3 Centro - y Popular Izquierda Oposición Aliado Nuevo NE 3 Encuentro Izquierda Oposición Aliado Propuesta PRO Republica 26 Centro - na Derecha Oficialismo Oposición Sindical SP 1 Peronista Centro Oposición Aliado MST en MST- Movimient 1 SUR o Proyecto Sur Izquierda Oposición Oposición Proyecto Centro - SUR 6 Sur Izquierda Oposición Oposición Unión UCR Cívica 2 Radical Centro Oposición Oposición Unión Centro - UF 1 Federal Derecha Aliado Oposición Fuente: Elaboración propia en base a versión taquigráfica de la 1° Sesión Extraordinaria del 22 de diciembre de 2011 de la Legislatura Porteña. Primero y principal, resalta la clara predominancia del partido oficialista en ese entonces de la Ciudad el cual era y sigue aun siendo Propuesta Republicana (Pro) con 26 ediles en la legislatura, lo cual da a entender su facilidad a la hora de sesionar y sostener su propia agenda debido a que precisa simplemente de 4 legisladores para llegar a los 30 necesarios para obtener el quorum. Por lo tanto, no sería premeditado establecer que nos encontramos ante un nuevo bastión del mencionado partido si comprendemos, al mismo tiempo, que para tal fecha Propuesta Republicana había renovado el ejecutivo de la Ciudad6.

Por otro lado, le sucede el Frente para la Victoria con 8 legisladores, los cuales representaban al oficialismo nacional y, por lo tanto, quizás uno de los principales oponentes al gobierno de distrito en cuestión. Si bien poseen el 13% de las bancas sobre el total de 60, no se debe escapar el hecho de que, a primera impresión, serian la segunda fuerza en este

6 Y se encuentra, en la actualidad, gobernando el distrito por tercera vez consecutiva en conjunto a la provincia de Buenos Aires y la Nación en conjunto a otros partidos. 62

poder legislativo. Sin embargo, los bloques de Nuevo Encuentro (NE)7, Sindical Peronista (SP), Frente Popular y Progresista (FPyP)8 actuaron como aliados a este, por lo que le brindaría un total de 15 legisladores, lo que de hecho le otorga el control del 25% de la Cámara.

En el mismo sentido, Bases para la Unión (BpU) fue el bloque que respondía a , quien hasta ese año formaba parte de la Coalición Cívica9 para luego pasar a ser aliados a la Propuesta Republicana, así como lo fue la Unión Federal (UF) que estaba caracterizada por ser uno de los dos nexos del Pro con el Justicialismo de la Capital. Consecuentemente, el oficialismo en la ciudad contaría verdaderamente con 29 legisladores, tomando en cuenta sus aliados que le aproximaban a garantizarle el quorum y, consecuentemente, la gobernabilidad necesaria para aprobar su agenda legislativa.

Finalmente, se observan que los restantes partidos, Coalición Cívica – Ari (CC), Proyecto Sur (SUR), la Unión Cívica Radical (UCR) y Buenos Aires para Todos (BApT) poseían 3, 6, 2 y 4 ediles correspondientemente.

En lo que respecta a los Diputados Nacionales por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires observamos la siguiente conformación en el año 2011.

Cantidad de Bloque Posición en Posición en Legisladores Ideología Ciudad Nación Frente Para la 4 Centro - Victoria - PJ Izquierda Oposición Oficialismo Centro - Unión Por Todos 1 Derecha Aliado Oposición Centro - Partido Socialista 1 Izquierda Oposición Oposición Unión Cívica 2 Radical Centro Oposición Oposición Nuevo Encuentro 2 Izquierda Oposición Aliado

7 Partido político nacido a raíz de la intendencia de Morón por Martín Sabbatella quien integró parte del Frente para la Victoria. 8 Partido político encabezado por el ex Jefe de Gobierno porteño por el Frepaso, Anibal Ibarra. 9 La Coalición Cívica funcionó en primera instancia como una confederación de partidos hasta que se disolvió luego de las elecciones del 2011. Entre los partidos que la integraron se destacan Coalición Civica Ari, encabezado por Elisa Carrió, Unión por la Libertad (anteriormente Unión por Todos) encabezado por Patricia Bullrich y GEN encabezado por Margarita Stolbizer. 63

Unidad Popular 2 Izquierda Oposición Oposición Propuesta 8 Centro Republicana Derecha Oficialismo Oposición Movimiento 3 Centro Proyecto Sur Izquierda Oposición Oposición Coalición Cívica - 2 Ari Centro Oposición Oposición Fuente: Elaboración propia en base a la información obtenida mediante la Dirección de Información Parlamentaria de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Con respecto a los representantes de la Ciudad de Buenos Aires a nivel nacional, encontramos una aparente distribución heterogénea de sus correspondientes 25 bancas donde Propuesta Republicana, el partido político liderado por el Ing. , detentaba con sus representantes el bloque con mayor cantidad de legisladores: 8 bancas siendo el 32% del total de puestos legislativos nacionales en la cámara baja que se le asigna a la Ciudad, pero lo que en realidad constituiría el 36% de ello si se le adhiere su aliado Unión Por Todos (el partido político fundado y liderado por Patricia Bullrich). A su vez, se vuelve a reproducir como en la Ciudad el hecho de que el Frente Para la Victoria con el Partido Justicialista, los cuales constituyen una amplia alianza de partidos de orientación hacia centro izquierda, poseyese la segunda fuerza con los 4 legisladores que se le observan a primera vista. Sin embargo, no ha de olvidarse el hecho de que el partido liderado por Sabbatella, Nuevo Encuentro, ejerció como un aliado cómo parte del interbloque, por lo que a dicha alianza le corresponderían en su consideración en realidad unas 6 bancas representando el 24% de las bancas que le competen a los representantes nacionales por el distrito.

Por otra parte, los resultados de la Unión Cívica Radical arrojan a la luz la misma cantidad de bancas a nivel nacional que al local. Aun así, esto se debe a que por un lado corresponden a periodos diferentes y por el otro debe resaltarse el hecho de que al ser 30 bancas en juego a nivel local y 12/13 a nivel nacional en cada elección, el costo en términos de cantidad de votos para la obtención de un puesto no es el mismo. A su vez, encontramos también que Proyecto Sur, liderado por el cineasta Fernando Ezequiel “Pino” Solanas, Unidad Popular, liderado por Claudio Lozano y el Partido Socialista, donde los últimos dos se encontraban inmersos dentro de lo que se denominaba Frente Amplio Progresista que

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habría llevado de candidato presidencial al socialista Hermes Binner en el 2011 quedando segundo, poseen representación nacional por su distrito con 3; 2 y una banca respectivamente.

Más aún, los tres senadores por la Ciudad que habían obtenido sus bancas en las elecciones del 2007 correspondían dos a la Coalición Cívica10 y la banca por la segunda mayoría al Frente para la Victoría11.

De este modo, podemos observar no solo el poder en términos numéricos que poseían los partidos políticos con representación en las esferas legislativas en la Ciudad de Buenos Aires, sino también que es presumible el apoyo en términos de votos con los que estos podían calcular y especular para la conformación de las alianzas para las elecciones del periodo 2013. Es así como, en contraste a lo que ocupaban en primera instancia y detentaron posteriormente, se podrá concluir si hubo cálculos racionales o no en la conformación de sus coaliciones.

En lo que refiere a las ideologías y las posiciones de gobierno, es posible percibir como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires gobierna un partido de ubicación en la centro- derecha en el espectro ideológico en conjunto a su alianza con otros bloques en la misma ubicación no quedando así otros en el mismo espacio que se le enfrenten. A su vez, la oposición a este se encuentra abarcada por bloques que van desde la izquierda, pasando por la centro izquierda hasta el centro ideológico como la Unión Cívica Radical, una facción del peronismo o la Coalición Cívica cuyas conformaciones partidarias abarcan facciones de todos los espacios permitiéndole en diferentes coyunturas adoptar distintas posiciones en el eje izquierda-derecha.

A diferencia del caso local, Propuesta Republicana y Unión Por Todos, ambos de centro–derecha, se encontraban en la arena legislativa nacional por la CABA como oponentes al oficialismo liderado por el Frente Para la Victoria y aliados tales como Nuevo Encuentro. Consecuentemente, se resalta el hecho de que partidos tales como Proyecto Sur, Coalición Cívica y la histórica Unión Cívica Radical se encuentren en oposición en ambos niveles.

10 Ocupadas por Maria Eugenia Estenssoro y Samuel Cabanchik respectivamente. 11 Ocupada por el ex Ministro de Educación, Daniel Filmus. 65

B) Elecciones 2013

Luego de la primera aplicación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en las elecciones presidenciales del 14 de agosto del 2011 (en conjunto a las elecciones para diputados y senadores tanto nacionales como presidenciales), las elecciones legislativas del 2013 también estuvieron sometidas a dicho procesos de selección, además de la clásica prerrogativa de oficializar las listas de pre-candidatos que guardan las Juntas Electorales de los partidos. En ellas, compitieron un total de 174 agrupaciones a diputados nacionales de las que solo 144 superaron el umbral, lo que significa que el umbral requerido del 1,5% filtró la participación en las elecciones generales del casi 20% de las fuerzas y registrando “(…) un promedio de 5,8 listas por distrito, la menor amplitud de oferta electoral desde el retorno de la democracia (…)”12

De un total de 13 agrupaciones políticas que oficializaron listas en el distrito de la Ciudad de Buenos Aires, solo fueron 3 las que presentaron más de una cantidad de listas para dirimir en las PASO su competencia interna de candidatos.

Distrito Total Agrupaciones Presentaron listas Cantidad de Listas distintas

CABA 13 UNEN 4

Compromiso 6 Federal

El Movimiento 4

Fuente: Elaboración de Carlos Fara & Asociados en base a datos de la Dirección Nacional Electoral

12 Sistema de Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatoria en la Argentina, Análisis y Recomendaciones. Carlos Fara. Universidad Diego Portales 66

Prohibidas esta vez las listas espejos y con un umbral del 1,5% para acceder a la competencia en las elecciones generales, los resultados de las PASO y las generales nos enseñas los siguientes datos.

Competencia Agrupación interna PASO GENERALES interna Absolutas Porcentuales Absolutas Porcentuales UNEN Sí 676.637 35,51 589.545 32,21 -87.092 UNION PRO No 525.132 27,56 630.595 34,46 105.463 FPV No 361.812 18,99 395.664 21,62 33.852 FIT No 80.241 4,21 103.166 5,64 22.925 Autodetermina- No 62.897 3,30 69.447 3,79 6.550 ción y Libertad Camino Popular No 41.411 2,17 41.704 2,28 293

Compromiso Sí 39.328 2,06 No participó Federal Nueva Izquierda No 22.546 1,18 No habilitado El Movimiento Sí 19.800 1,04 No habilitado MAS No 18.159 0,95 No habilitado Movimiento No 12.205 0,64 No habilitado Unidad del Trabajo y la Producción Partido Fe No 6.485 0,34 No habilitado Partido Federal No 5.079 0,27 No habilitado Fuente: Carlos Fara & Asociados en base a datos de la Dirección Nacional Electoral

A la luz de los resultados, encontramos que el caso de UNEN constituye un ejemplo de las posibilidades que las PASO permite lograr en cuanto a sumatoria de diferentes candidatos que participan de una primaria y posteriormente derivó en una potencialidad aún mayor que en el caso de haber concurrido mediante listas separadas o individuales. Las cuatro listas que UNEN presentó estaban conformadas por las listas de Presidente Illia (liderada por

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Leandro Hipolito Illia y César Wehbe), Suma Más (encabezadas por Martín Louseteau, Rodolfo Terragno y Ana Carla Carrizo), Juntos (con Ricardo Gil Lavedra y Victoria Donda a la cabeza) y Coalición Sur (encabezada por Elisa Carrió y Pino Solanas para senador). Los 676.637 votos obtenidos en las elecciones a diputados les permitieron obtener el primer lugar en las PASO adelantándose ocho puntos porcentuales de la segunda fuerza, UNIÓN PRO.

El Frente UNEN13 había establecido con anterioridad que utilizaría el sistema D´Hont con un umbral mínimo del 22% para participar en la distribución de lugares en el armado de listas para los candidatos a diputados nacionales, posteriormente a las primarias. De esta forma, los miembros de cada partido dirimían la repartición de bancas en su negociación multilateral para la conformación de sus listas electorales. Dicho umbral terminó por provocar un sesgo mayoritario debido a que solo habilitó a las listas “Coalición Sur” y “Suma Más” a participar de la lista que se presentó de UNEN en las elecciones generales ya que “Juntos” y “Presidente Illia” habían apenas obtenido un 12,72% y 2,72% respectivamente.

Ahora bien, también resulta llamativo como UNEN perdió un total de 87.092 votos en las elecciones generales para diputados mientras que UNION PRO, que no había presentado distintas listas en las primarias, obtuvo 105.463 votos más lo que hace, en definitivamente, que la única agrupación y/o coalición que terminó perdiendo votos en las elecciones generales en la Ciudad de Buenos Aires haya sido la única que presentó diversas opciones en las PASO (ya que Compromiso Federal y El Movimiento no quedaron habilitados a participar dado a que no lograron superar el umbral).

Acerca del FIT, Frente de Izquierda y de los Trabajadores, resulta un caso curioso a ser mencionado debido al hecho que representa otro ejemplo de cómo se utilizó también estratégicamente la norma de las primarias. El partido Obrero, el Partido de los Trabajadores Socializas e Izquierda Socialista se unieron en el 2013 para conformar el frente FIT concentrándose en superar el 1,5% de los votos requeridos y, si bien en la Ciudad de Buenos Aires no consiguieron entrar en la repartición de bancas a pesar de haber obtenido más de

13 Conformado por los partidos Coalición Cívica ARI, Proyecto Sur, Libres del Sur, el Partido Socialista, el Partidos Socialista Autentico, la Unión Civica Radical y el partido PODÉS. 68

30.000 votos adicionales a los precisados, consiguieron por primera vez bancas por las provincias de Salta, Mendoza y de Buenos Aires.

C) Conformación de los Poderes Legislativos en el 2013

El siguiente cuadro demuestra como quedo conformada la Legislatura Porteña con la renovación parcial del año 2013 para el mes de diciembre del mismo año. Si bien aquí se podrá apreciar la conformación de los distintos bloques, posteriormente se aclarará cuáles de ellos actuaron y ejercieron como aliados políticos dentro de sus alianzas aun teniendo denominaciones diferentes en los nombres de sus bloques con los que se presentaban en la Legislatura.

Cantidad de Posición en Posición en Código: Denominación: Legisladores Ideología Ciudad Nación Coalición CC-ARI 2 Cívica- ARI Centro Oposición Oposición Confianza CP 2 Pública Indefinido Oposición Oposición Frente Izquierda FIT y de los 1 Trabajadores Izquierda Oposición Oposición Frente para la Centro - FPV 10 Victoria Izquierda Oposición Oficialismo Frente FPyP Progresista y 2 Centro - Popular Izquierda Oposición Aliado Izquierda IP 1 Popular Izquierda Oposición Aliado Movimiento Socialista de los MST-NI 1 Trabajadores- Nueva Izquierda Izquierda Oposición Oposición Nuevo NE 3 Encuentro Izquierda Oposición Aliado Centro - U.PRO Unión PRO 28 Derecha Oficialismo Oposición Partido Centro - PS 1 Socialista Izquierda Oposición Oposición Partido PSA Socialista 1 Auténtico Izquierda Oposición Oposición 69

Centro - SM Suma Más 4 Izquierda Oposición Oposición Sindical SP 1 Peronista Centro Oposición Oficialismo Centro - SUR Proyecto Sur 1 Izquierda Oposición Oposición VA Verde Alameda 2 Indefinido Oposición Oposición Fuente: Elaboración propia en base a versión taquigráfica de una Sesión del mes de marzo del año 2014 de la Legislatura Porteña. En lo que concierne al Gobierno de la Ciudad, se observa que Propuesta Republicana y sus aliados conformaron la alianza interbloque Unión Pro compuesta en el poder legislativo de la Ciudad de Buenos Aires por 28 legisladores. Ahora bien, a la hora de analizar su cinturón legislativo con respecto al periodo anterior (2011) se observa la pérdida de un legislador ya que anteriormente, tomando en cuenta a los aliados, sumaban un total de 29 legisladores. Aun así, dicho resultado le siguió asegurando la cercanía al quorum propio en la cámara.

En lo que respectaba a su principal opositor a nivel nacional, el Frente para la Victoria en conjunto a sus bloques aliados, siendo estos el Frente Progresista y Popular, y Nuevo Encuentro, obtuvieron con su alianza en torno a una centro izquierda mayoritariamente de carácter peronista un total de 17 ediles, representando un 28,3% de la Cámara conformando así la segunda fuerza.

Simultáneamente, encontramos en el interbloque Unen (compuesto por los bloques Suma Más, Coalición Cívica Ari, Verde Alameda, Proyecto Sur, Partido Socialista y Socialista Autentico) una alianza heterogénea de aparente carácter presuntamente socialdemócrata (o socioliberal) y antiperonista (si bien el origen de Proyecto Sur es auto- declarado peronista) por la predominancia de partidos de centro izquierda y centro en su conformación. Reuniendo un total 11 legisladores, se entiende en esta la configuración de una coalición que se presentaba como alternativa opositora tanto en la Capital Federal como en la Nación. Esta representaría una alternativa electoral que no se identificaría ni en un espacio de centro derecha ni en uno de centro izquierda con acento peronista.

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Cantidad de Posición en Posición en Bloque Diputados Ideología Ciudad Nación Centro - Unión Pro 9 Derecha Oficialismo Oposición Centro - Proyecto Sur - Unen 1 Izquierda Oposición Oposición Frente Para la Victoria Centro - 6 - PJ Izquierda Oposición Oficialismo Coalición Cívica Ari - 2 Unen Centro Oposición Oposición Suma + Unen 3 Centro Oposición Oposición Nuevo Encuentro / 2 Solidario Si Izquierda Oposición Aliado Centro - Partido Socialista 1 Izquierda Oposición Oposición Unidad Popular 1 Izquierda Oposición Oposición Fuente: Elaboración propia en base a la información obtenida mediante la Dirección de Información Parlamentaria de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación La Cámara baja de representantes a nivel nacional demuestra en este caso, como en el anterior, aquellos bloques que han logrado obtener una representación nacional de su distrito y por el mismo motivo la cantidad de diputados es menor que la observada en la Legislatura Porteña. En este sentido, se perciben 9 diputados correspondientes al interbloque Unión Pro simbolizando la mayor fuerza del distrito, 8 al Frente Para la Victoria casi igualando al anterior mencionado (en conjunto al bloque Nuevo Encuentro que cambio su denominación a Solidario Si); 7 legisladores nacionales por el Interbloque Unen (no siendo participe de este el partido Unidad Popular) quedando por debajo de los mencionados por apenas 2 y 1 diputado respectivamente en este distrito de magnitud elevada.

Consecuentemente, es menester observar que los partidos y bloques que obtuvieron representación nacional por el distrito de la Capital Federal de la República Argentina; además de Unidad Popular cuya banca, detentada por Claudio Lozano, fue obtenida en el 2011; fueron aquellos que lograron conformar amplias coaliciones pero conservando distintos acentos y características.

Por un lado, aquella que predominó en la Ciudad estuvo compuesta por partidos de índole centro derecha que se manifestaban como oponentes al gobierno nacional. A su continuación, la otra coalición encabezada por el Partido Justicialista cuya insignia fue llevar 71

adelante una amplia coalición de partidos mayormente de centro izquierda y con predominancia peronista, logró posicionarse y persistir cómo segunda fuerza tanto en la legislatura cómo en la Cámara de Diputados aun cuando perdió su banca de segunda minoría en el Senado pero continuaba teniendo quorum propio en ambas cámaras del Parlamento nacionalmente. Es por ello que para el 2013 estas dos coaliciones obtuvieron el 36% y 32 % de la representación nacional por el distrito en la Cámara de Diputados; y el 46% y 28,3% de las bancas de la legislatura enseñando una clara preeminencia del Pro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pero también una fuerte presencia de la alianza de gobierno nacional por la Capital a pesar de dicho predominio. Finalmente, se observa que la coalición que se conformó en torno a los partidos que se postulaban como oposición tanto en la Ciudad como para con el gobierno nacional constituyeron Unen como un espacio de naturaleza no peronista y de tendencia socialdemócrata o socioliberal por la predominancia de partidos de centro y centro izquierda y no peronistas en su constitución, que logró obtener el 28% de las bancas nacionales por el distrito en cuestión, así como un 18,3% de la representación local en la legislatura. Esto significó un descenso en números reales de legisladores nacionales por la Ciudad desde el 2011 si los diputados por los mismos partidos hubiesen conformado Unen y un mantenimiento de fuerza en la legislatura. Sin embargo, dicha alianza representó la victoria de la banca por la minoría en el Senado por la Capital, siendo las dos de la mayoría para Unión Pro, evitando que el Frente Para la Victoria obtenga la banca por la minoría del Senado aun detentando un total superior de bancas que Unen en la legislatura y en la Cámara de Diputados.

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CONCLUSIONES

Conclusiones Como los cargos legislativos nacionales se eligen en cada provincia y/o distrito, es válido afirmar como las particularidades y la situación política de cada distrito influye determinantemente en el armado de las alianzas electorales y más aún cuando se tratan de elecciones de medio término ya que la política nacional puede relegarse en aquellos ciclos electorales en los cuales no se eligen Presidente y Vicepresidente. “(…) La teoría sobre elecciones de segundo orden postula que los votantes perciben la elección de poder ejecutivo como de mayor importancia frente a otras elecciones. Esta literatura sostiene también, que es esperable que los partidos de gobierno pierdan caudal electoral en elecciones de mitad de período (…) dado que estas pueden servir como manera de castigar al oficialismo (…) Esto nos permite pensar la posibilidad de que las estrategias electorales (las alianzas, por ejemplo) de los partidos se vea fuertemente influida por el ciclo electoral de renovación para de las cámaras legislativas. Contrariamente, cuando la elección de Diputados y Senadores Nacionales está sincronizada, es decir, concurrente con la elección presidencial, es razonable esperar –dada la teoría sobre del efecto arrastre- que las alianzas nacionales para la fórmula Presidente/Vice induzca a los partidos de distrito a replicar dichas alianzas en el armado de la oferta electoral legislativa. (…)”14.

Asimismo, Clerici destaca como relevante a la hora de comprender la política de alianzas que esta es afectada por la dimensión oficialismo-oposición y que el partido que no gobierna, tanto provincial como nacionalmente, tiende a fragmentarse y, por lo tanto, se podría pensar que ser oposición aumenta la chance de formar alianzas cruzadas, es decir que suceda con autonomía y diferencia de las alianzas en otros distritos. Por otra parte, notamos que las PASO, al haber disminuido la cantidad de listas presentadas en comparación con los años anteriores, incentivan a los partidos a conformar frentes electorales con el objetivo de obtener los votos necesarios para superar la barrera del 1,5% y encontrarse en condiciones de competir en las elecciones generales.

14 Competencia multinivel: Un Marco teórico para estudiar las alianzas cruzadas en Argentina. Paula Andrea Clerici. Trabajo presentado en el IV Congreso Uruguayo de Ciencia Política 2012. Página 16. 73

La facultad que tienen los Gobernadores de las provincias para elegir su fecha de elecciones provinciales, teniendo la posibilidad de adherir a la simultaneidad o no con las elecciones nacionales si así lo desean15 genera a los líderes y partidos provinciales una importante autonomía para ajustar el calendario acorde a su propia conveniencia política; ya sea para aislar la situación política distrital del escenario nacional y focalizar los conflictos políticos o para explotar las externalidades electorales nacionalizando la elección para traccionar votos, lo que también deriva en las particularidades de cada distrito, como se mencionó anteriormente para el caso en cuestión.

Sivalis (2004) afirma que en la crucial composición de las listas de los partidos en las cuales cada uno intentara colocar a su candidato en la misma lista que un candidato débil al que puedan vencer con facilidad o a uno muy fuerte para carrear a la lista a la victoria de más de un asiento, las negociaciones son aún más complicadas en aquellos distritos en donde los partidos pequeños verdaderamente pueden ganar. De este modo, es probable que los representantes de los partidos principales derroten a los candidatos de sus socios de partidos más pequeños. Aun así, no se pueden ignorar a los partidos más pequeños porque estos son precisados para mantener la coalición y asegurar su apoyo como el de su electorado. Por ello, “(…) los partidos procuran colocar a candidatos con un alto nivel de atracción para incrementar la visibilidad y el retorno total de ambos partidos individuales y de una coalición como un todo. Así, las coaliciones encaran la dualidad de procurar colocar a sus mejores candidatos en carreras donde ellos puedan ganar una alta exposición nacional, pero con un riesgo muy alto de derrota si va con otro candidato fuerte cuyo partido tenga metas similares. Obviamente los candidatos más populares prefieren ir en una fórmula de débil/fuerte, porque siendo el candidato fuerte de la lista se tiene la victoria virtualmente garantizada (…)” 16.Esto sucede en el caso de UNEN, donde el umbral interno del 22% establecido entre ellos para formar la lista a diputados nacionales dejó fuera de juego a dos listas que podrían alegar como débiles frente a las dos ganadoras.

15 Ley de Sumltaneidad de Elecciones N° 15.262 (1959) y decreto reglamentario N° 17.265/59. 16 Sistema Electoral, Desintegración de coaliciones y democracia en Chile ¿El fin de la Concertación? Peter Siavelis, Revista de Ciencia Política, Volumen XXIV, Nº 1 2004, página 69. 74

Asimismo, se afirma que cuando existe una relativa paridad entre los partidos que constituyen la coalición, las negociaciones se simplifican y los partidos estarán, según Siavelis, más deseosos de simplemente dividir las listas entre los principales “sub-pactos”, porque el riesgo de las negociaciones será mucho menor. Pues en lo que concierne la Legislatura, para lo que constituyó la coalición oficialista, los aliados al PRO, como Bases para la Unión y Unión Federal, claramente se encontraban en desventaja dado a que entre ambos contaban 3 legisladores frente a 26 previamente a las elecciones del 2013. En este sentido, se puede ver que en las listas de legisladores, el segundo candidato pertenecía al partido Unión por Todos, un aliado, pero ninguno de los candidatos de la lista a senadores ni sus suplentes era miembro de un partido aliado. Por el contrario, los bloques que se encontraban en la legislatura que posteriormente conformaron la coalición UNEN, como la UCR, Proyecto Sur y la Coalición Cívica Ari si se encontraban, efectivamente, en mayor paridad con anterioridad a la conformación de la alianza ya que entre que ninguno superaba 6 bancas y juntos disponían 12 bancas. Para el caso del Frente para la Victoria y aliados, en sus originales 15 bancas, si bien se ve una predominancia interna de lo que era el propio bloque del Frente para la Victoria, sus aliados contaban con un considerable y sustancial número de bancas. Esta información brinda la pauta no solo de cómo se podrán en un futuro repartir estimativamente las bancas en la legislatura sino también que permite entender cuáles serán los partidos y coaliciones con chances de acceder a la representación nacional de la Ciudad en la Cámara de Diputados, incluso dentro de los mismos socios de cada alianza.

Consecuentemente, si Propuesta Republicana ya contaba con 26 asientos en la legislatura para el año 2011 junto a otros tres aliados más este ya casi contaba con quorum propio, por lo que la necesidad de buscar muchos socios a fin de garantizarse una mayoría legislativa y, de este modo, aprobar con facilidad su agenda legislativa no presentaba el mismo desafío que para sus oponentes conseguir un poder de bloqueo. Más aun, sus aliados se ubicaban dentro del mismo espectro ideológico, al igual que en la Cámara de Diputados con la banca de Unión Por Todos, y logro salir vencedor en las elecciones generales de octubre del 2013 ganando incluso votos que no había obtenido en las primarias. De este modo, no solo fue una coalición ideológicamente conectada con pocos socios que logro salir en primer lugar en la Capital Federal, sino también que pudo obtener las dos bancas de la 75

primera mayoría en el Senado de la Nación17. Pero aun siendo obteniendo la mayor cantidad de sufragios, debido a que las renovaciones se hacen por mitades, más allá de haber conseguido 28 bancas en la legislatura cuando anteriormente poseía 26, en la Cámara de Diputados retuvo las cinco bancas que tenía en juego sin generar una suma allí.

El Frente para la Victoria, con su acento opositor en la Ciudad pero con una posición oficialista en la Cámara de Diputados y Senadores detentaba 15 bancas en conjunto a sus aliados en la Legislatura Porteña, lo que hacía un 25% de la totalidad de la Cámara, y 6 en la de Diputados, representando un 26% de las bancas porteñas en la Cámara baja nacional, también se presentó a los comicios de forma grupal frentista obteniendo más votos en las generales de lo que lo había hecho en las primarias. No obstante haber obtenido el tercer lugar en cantidad de sufragios, lo que representó la pérdida de su senador por la segunda minoría, a la hora de considerar las bancas que este frente puso en juego y obtuvo, el sistema electoral en su conjunto considerando la renovación parcial más la fórmula de conversión de votos en bancas terminó beneficiando esta coalición de gobierno nacional ya que de poseer 15 bancas en la legislatura con sus aliados (8 FPV, 3FPyP, 3 NE y una de SP) terminó detentando 17 (10 del FPV con 2 del FPyP, 3 de NE y una de SP) y en la Cámara de Diputados ganó 3 diputados de la sola banca que en realidad tenía en juego, ganando dos más.

Finalmente, la coalición formada por UNEN, quienes compartían no solo su posición de oposición en ambas dimensiones sino que predominaba en su interior la posición no peronista, resultó obteniendo el segundo lugar en las elecciones generales aun cuando en las primarias habían obtenido la primera posición. De todos modos, esto les permitió lograr una banca en la Cámara alta18. Con respecto a sus diputados nacionales, a pesar de haber salido segundos en las elecciones generales, no pudieron retener los 5 diputados nacionales que tenían sus socios anteriormente a la conformación de la coalición (ya que una diputada de

17 Que las ocuparon y , quienes son miembros del PRO y no de otro partido socio del mismo. 18 Correspondiente al integrante del partido Proyecto Sur, Pino Solanas. Cabe destacar que la formula estaba acompañada por Fernanda Reyes de la Coalición Cívica y anteriormente ambas bancas le pertenecían a dicho partido, como mencionado anteriormente, por lo que para el partido significó una perdida no poder retener la primera mayoría en el Senado. 76

Proyecto Sur había cambiado a Unidad Popular19) por lo que el interbloque de diputados que constituían la alianza en la Ciudad pasó a tener 7 bancas de diputados nacionales de las 25. No obstante, en la legislatura pudieron retener las 11 bancas que disponían anteriormente sin tampoco presentar nuevas ganancias a modo coalición.

Es decir que no obstante los resultados electorales, en lo que concierne a los cargos en diputa para diputados nacionales y su distribución, UNION PRO retuvo la misma cantidad de diputados ya que gano los 5 diputados que arriesgaba mientras que el FPV ganó dos diputados más al obtener 3 bancas de solamente una que ponía en juego y el Frente UNEN terminó con siete diputados habiendo ganado 5 de los 6 que también ponía en juego en esta renovación parcial.

Con respecto a otros partidos minoritarios, Unidad Popular pudo retener un diputado nacional de los dos qué poseía, el Movimiento Socialista de los Trabajadores también uno solo de los que tenía anteriormente en dentro de la legislatura y el FIT también logró en estas elecciones ingresar un legislador por la ciudad.

Concomitantemente, y a la luz de los datos provistos por los resultados y la evidencia empírica legislativa, se puede observar y afirmar que la coalición porteña oficialista pertenece, según Deheza, a un claro ejemplo de Coalición Mínima Ganadora (CMG) ya que el partido Propuesta Republicana aborda como socio la mínima cantidad de socios posibles que le aseguren la gobernabilidad de la asamblea pero, al mismo tiempo, se observa que existe una afinidad y aproximación ideológica, no en cuanto a su posición peronista- antiperonista pero si en cuanto a su dimensión derecha-izquierda, cuestión que suscita una conexión; esto es, una Coalición Mínima Ganadora Conectada. Si bien no le garantizó a la coalición un 50% efectivo de la Legislatura, la autora recalcaba que los presidentes buscaban la formación de acuerdo con los partidos con representación parlamentaria cuando este tiene una representación interior al 45% en el parlamento, es decir, un umbral critico minoritario, lo que también se adecua a la situación. Claro está que para los socios minoritarios también

19 Véase Anexo. 77

constituía un beneficio ser parte del resultado del cálculo estratégico de sus miembros para formar una coalición ya que obtuvieron beneficios tangibles: bancas.

No se puede negar el hecho de la persecución por parte de los partidos en la maximización de sus objetivos y motivaciones al conformar estas alianzas, como refieren las teorías formales; pero aun así, este caso demuestra que no se prosiguió a configurar las soluciones reales numéricas a fin de meramente ganar bancas y, en el mejor de los casos, obtener una presunta mayoría absoluta (si bien no era del todo posible para los actores dada la renovación parcial y el número que contaban en el 2011). Sino más bien que la conjugación de las tres alianzas que concentraron el 88,29% de los votos, como sucedía habitualmente, también sigue nociones de las teorías multidimensionales en las que la actuación de los partidos se rige no solo para la maximización de sus utilidades a corto plazo, sino también que se considera el deseo de influir en el proceso de la elaboración de políticas a largo plazo (correspondiente a las teorías policy-driven) y, por tanto, la afinidad ideológica se situó como elemental. Por lo que la coalición pudo perseguir también en sus políticas parlamentarias la óptica alternativa a la office-seeking en el abanico de posibles soluciones al proceso coalicional. Entonces, para los partidos que ni en el mejor de los resultados hubiesen podido obtener una mayoría absoluta de los escaños, difícilmente los presupuestos teóricos del office-seeking se puedo haber establecido para la mayoría de los actores, pero si para los aliados de UNION PRO, el umbral de decisión.

Tampoco ha de olvidarse que formar parte de la oposición también conlleva posibles beneficios para los partidos interesados en la influencia política, como aclarado anteriormente, por lo que las perspectivas temporales de los actores derivan sustanciales para el rol de las futuras elecciones. El carácter ideológico se presentó efectivamente como un elemento limitador en las tres principales alianzas y se distribuyó casi proporcionalmente el número de escaños con los que los partidos socios contribuyeron a la coalición en el objeto en la recompensa derivada de la participación en la maximización de la utilidad esperada de cada partido. Del otro lado, también la pérdida de votos que aconteció UNEN de las elecciones primarias a las generales puede ser observado como el castigo de los seguidores a los s que advertía Dehaza.

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En relación con la teoría de la mínima distancia para la más fácil formación y mantenimiento de las coaliciones entre partidos con preferencias políticas similares y la corriente policy-driven de las teorías, el entramado de otras variables condicionaron, influyeron e indefectiblemente limitaron el proceso coalicional debido a que no basto estar próximo en el espectro izquierda o derecha, sino también que la dimensión peronista y no peronista separó las posibles soluciones aliancistas. Pues eso demuestra que la dimensión horizontal vertical, en la que las consideraciones de las relaciones interpartidistas con la compatibilidad ideológica entre partidos en conjunto a su grado de competencia electoral y la relación entre líderes que ya habían compartido espacios en elecciones anteriores, resulto interviniente en el proceso. Asimismo, la dimensión sociopolítica clásica del distrito porteño en el que la cultura política, las demandas y preferencias del electorado que se enseñan tradicionalmente no peronistas y proclives a brindar apoyo a terceras fuerzas tuvo el impacto en los comicios electorales sin olvidar las dimensiones que consideran los acontecimientos más allá del control que los actores pueden tener sobre la dinámica del proceso coalicional como los resultados electorales en el resto de la cámara de diputados y las alianzas en otros distritos.

En conclusión el conjunto de partidos que acordaron perseguir metas electorales en común en la Capital Federal en el 2013 reuniendo recursos para concretarlas, y distribuyéndose los beneficios del cumplimiento de dichas metas, que obtuvieron la mayor cantidad de votos y, por lo tanto, de representación en las tres principales fuerzas aliadas corresponden efectivamente al tipo de Coaliciones Mínimas Vencedoras Conectadas, validando de este modo nuestra hipótesis principal, tomándose en cuenta dimensiones tanto formales de los procesos de conformación de coaliciones así como de las dimensiones multidimensionales.

En futuras investigaciones queda por indagar los elementos y circunstancias que dificultan y favorecen las acciones y prácticas cooperativas entre los partidos así como los procesos de decisión interna intrapartidario para con la conformación de coaliciones electorales; ampliar las base de datos cuantitativa y cualitativa a otros distritos e incluso hacerlo a nivel nacional.

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Anexos

Distrito: Ciudad Autónoma de Buenos Aires Período de mandato: 2011/2015 Ejercicio Bloque Legislador desde hasta Nombre Inicio Fin BIANCHI, MARIA DEL 10/12/201 CARMEN 10/12/2011 09/12/2015 FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ 1 09/12/2015 10/12/201 BRAWER, MARA 10/12/2011 09/12/2015 FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ 1 09/12/2015 10/12/201 UNION POR TODOS 1 09/12/2013 Conformación bloque expediente BULLRICH, PATRICIA 10/12/2011 09/12/2015 10/12/201 UNION PRO 3 09/12/2015 10/12/201 CORTINA, ROY 10/12/2011 09/12/2015 PARTIDO SOCIALISTA 1 09/12/2015 10/12/201 FELETTI, ROBERTO JOSE 10/12/2011 09/12/2015 FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ 1 09/12/2015 10/12/201 GARRIDO, MANUEL 10/12/2011 09/12/2015 UCR 1 09/12/2015 NUEVO ENCUENTRO POPULAR Y 10/12/201 SOLIDARIO 1 12/12/2011 13/12/201 JUNIO, JUAN CARLOS ISAAC 10/12/2011 09/12/2015 NUEVO ENCUENTRO 1 27/06/2013 Cambio de denominacion de bloque 28/06/201 FRENTE NUEVO ENCUENTRO 3 08/06/2015 Cambio de denominacion de bloque 09/06/201 SOLIDARIO SI 5 09/12/2015 Cambio de denominacion de bloque 10/12/201 LARROQUE, ANDRES 10/12/2011 09/12/2015 FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ 1 09/12/2015 10/12/201 LOZANO, CLAUDIO RAUL 10/12/2011 09/12/2015 UNIDAD POPULAR 1 09/12/2015 10/12/201 PRO 1 09/12/2013 PINEDO, FEDERICO 10/12/2011 09/12/2015 Renunció. Aceptación en sesión

del 10/12/201 UNION PRO 3 02/12/2015 26/11/15. Asume como Senador Con renovación cámara nuevo nombre 10/12/201 SCHMIDT LIERMANN, PRO 1 09/12/2013 10/12/2011 09/12/2015 CORNELIA 10/12/201 UNION PRO 3 09/12/2015 Con renovación cámara nuevo nombre 10/12/201 PRO 1 09/12/2013 10/12/201 TONELLI, PABLO GABRIEL UNION PRO 3 09/12/2015 Con renovación cámara nuevo nombre 10/12/2011 09/12/2015 Fuente: Dirección de Información Parlamentaria de la Secretaría Parlamentaría de la Honorable Cámara de diputados de la Nación

Distrito: Ciudad Autónoma de Buenos Aires Período de mandato: 2013/2017 Ejercicio Bloque Legislador desde hasta Nombre Inicio Fin Renunció. La reemplaza Dip. Lopardo ALONSO, LAURA 10/12/2013 09/12/2017 UNION PRO 10/12/2013 22/12/2015 María Laura.

ARGUMEDO, ALCIRA SUSANA 10/12/2013 09/12/2017 PROYECTO SUR - UNEN 10/12/2013 09/12/2017 BERGMAN, SERGIO Renunció. Lo reemplaza Dip. ALEJANDRO 10/12/2013 09/12/2017 UNION PRO 10/12/2013 09/12/2015 Patiño.

CABANDIE, JUAN 10/12/2013 09/12/2017 FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ 10/12/2013 09/12/2017 CARRIO, ELISA MARIA COALICION CIVICA ARI - UNEN 10/12/2013 03/02/2016 AVELINA 10/12/2013 09/12/2017 COALICION CIVICA 04/02/2016 09/12/2017 Conformación bloque

CARRIZO, ANA CARLA SUMA + UNEN 10/12/2013 18/02/2016 10/12/2013 09/12/2017 UCR 19/02/2016 09/12/2017 Cambio de bloque FRENTE NUEVO ENCUENTRO 10/12/2013 08/06/2015 HELLER, CARLOS SALOMON 10/12/2013 09/12/2017 SOLIDARIO SI 09/06/2015 09/12/2017 Cambio de denominación de bloque

80

Renunció. Lo reemplaza Dip. LOUSTEAU, MARTIN 10/12/2013 09/12/2017 SUMA + UNEN 10/12/2013 29/02/2016 Raffo Julio Conformacion Bloque Renunció. Lo reemplaza Dip. MAJDALANI, SILVIA CRISTINA 10/12/2013 09/12/2017 UNION PRO 10/12/2013 09/12/2015 Conesa

MAZURE, LILIANA AMALIA 10/12/2013 09/12/2017 FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ 10/12/2013 09/12/2017 COALICION CIVICA ARI - UNEN 10/12/2013 03/02/2016 SANCHEZ, FERNANDO 10/12/2013 09/12/2017 COALICION CIVICA 04/02/2016 09/12/2017 Conformación bloque STURZENEGGER, FEDERICO Renunció. Lo reemplaza Dip. ADOLFO 10/12/2013 09/12/2017 UNION PRO 10/12/2013 09/12/2015 Besada Renunció. Lo reemplaza Dip. TRIACA, ALBERTO JORGE 10/12/2013 09/12/2017 UNION PRO 10/12/2013 09/12/2015 Sorgente Fuente: Dirección de Información Parlamentaria de la Secretaría Parlamentaría de la Honorable Cámara de diputados de la Nación

Distrito: Ciudad Autónoma de Buenos Aires Período de mandato: 2009/2013 Ejercicio Bloque Legislador desde hasta Nombre Inicio Fin Observaciones Nota Bloque

ALONSO, LAURA 10/12/2009 09/12/2013 PRO 10/12/2009 09/12/2013 ARGUMEDO, ALCIRA MOVIMIENTO PROYECTO SUSANA 10/12/2009 09/12/2013 SUR 10/12/2009 09/12/2013

BERTOL, PAULA MARIA 10/12/2009 09/12/2013 PRO 10/12/2009 09/12/2013 Renunció. Lo reemplaza Dip. BULLRICH, ESTEBAN JOSE 10/12/2009 09/12/2013 PRO 10/12/2009 31/08/2010 Obiglio MOVIMIENTO PROYECTO CARDELLI, JORGE JUSTO 10/12/2009 09/12/2013 SUR 10/12/2009 09/12/2013 CARRIO, ELISA MARIA COALICION CIVICA 10/12/2009 05/12/2011 10/12/2009 09/12/2013 AVELINA COALICION CIVICA - ARI 06/12/2011 09/12/2013 Cambio de nombre. COALICION CIVICA 10/12/2009 05/12/2011 DE PRAT GAY, ALFONSO 10/12/2009 09/12/2013 COALICION CIVICA - ARI 06/12/2011 09/12/2013 Cambio de nombre. GIL LAVEDRA, RICARDO RODOLFO 10/12/2009 09/12/2013 UCR 10/12/2009 09/12/2013 NUEVO ENCUENTRO POPULAR Y SOLIDARIO 10/12/2009 12/12/2011 HELLER, CARLOS SALOMON 10/12/2009 09/12/2013 NUEVO ENCUENTRO 13/12/2011 27/06/2013 Cambio de nombre. FRENTE NUEVO ENCUENTRO 28/06/2013 09/12/2013 Cambio de nombre. MICHETTI, MARTA GABRIELA 10/12/2009 09/12/2013 PRO 10/12/2009 09/12/2013 MOVIMIENTO PROYECTO Se cambió a Unidad SUR 10/12/2009 06/09/2011 Popular. PARADA, LILIANA BEATRIZ 10/12/2009 09/12/2013 UNIDAD POPULAR 07/09/2011 09/12/2013 SOLANAS, FERNANDO MOVIMIENTO PROYECTO EZEQUIEL 10/12/2009 09/12/2013 SUR 10/12/2009 09/12/2013

TRIACA, ALBERTO JORGE 10/12/2009 09/12/2013 PRO 10/12/2009 09/12/2013 Fuente: Dirección de Información Parlamentaria de la Secretaría Parlamentaría de la Honorable Cámara de diputados de la Nación

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Registro de la Nº 32 Propiedad Intelectual Nº 253.028

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES LEGISLATURA

Acta de la 1ª Sesión Extraordinaria – 22 de diciembre de 2011 Versión Taquigráfica Presidencia: de la señora María Eugenia Vidal Secretaría Parlamentaria: del señor Carlos S. Pérez Secretaría Administrativa: del señor Marcelo Sosa

Diputados Presentes HERRERO, Raquel (PRO) IBARRA, Aníbal (FPyP) ACEVEDO, José Luis (PRO) LIPOVETZKY, Daniel (PRO) ALEGRE, Gabriela Patricia (FPV) LUBERTINO, María José (FPV) AMOR, Alejandro (FPV) MARTÍNEZ BARRIOS, D. (PRO) AMOROSO, Víctor Daniel (UF) MONTES, Adriana I. (BpU) ARENAZA, Juan P. (BpU) MORALES GORLERI, V. (PRO) BASTEIRO, Fabio H. (BApT) MOSCARIELLO, Oscar A. (PRO) BERGEL, Pablo (SUR) NADDEO, María E. (FPyP) BERGMAN, Sergio (PRO) NEIRA, Claudio (BApT) BISUTTI, Delia B. (NE) NENNA, Francisco (FPV) BODART, Alejandro (MST-SUR) OCAMPO, Fernando Martín (PRO) CAMPOS, Antonio R. (UCR) PAGANI, Enzo Luis (PRO) CAMPS, Adrián R. (SUR) PALMEYRO, Claudio M. (SP) CERRUTI, Gabriela Carla (NE) POLLEDO, Carmen (PRO) DE ANDREIS, Fernando (PRO) PRESMAN, Claudio D. (UCR) FERRARO, Maximiliano (CC) PRESTI, Daniel (PRO) FORM, Edgardo (NE) QUATTROMANO, Roberto (PRO) FRIGERIO, Rogelio (PRO) QUINTANA, Francisco (PRO) GARAYALDE, Jorge M.H. (PRO) RACHID, María (FPV) GARCÍA TUÑÓN, L.S. (BApT) RAFFO, Julio (SUR) GARCÍA, Alejandro (PRO) REBOT, Helio D. (PRO) GENTILI, Rafael A. (SUR) RINALDI, Susana (FPyP) GONZÁLEZ GASS, Virginia (SUR) RITONDO, Cristian Adrián (PRO) GULLO, J.C. Dante (FPV) ROMEO, Mateo (FPV) 82

RUEDA, Lía (PRO) CABANDIÉ, Juan (FPV) (c/aviso) SÁNCHEZ ANDÍA, Rocio (CC) SÁNCHEZ, Fernando (CC) GONZÁLEZ, María A. (BApT) (c/aviso) SAYA, Lidia N. (PRO) ZAGO, Oscar Roberto (PRO) (c/aviso) SCRENCI SILVA, Bruno G. (PRO) SEIJO, Gabriela (PRO) SELSER, Jorge G. (SUR) SPALLA, María K. (PRO) VARELA, Marta Lucía (PRO)

Diputados Ausentes BLOQUES POLÍTICOS

Código: Denominación:

BpU Bases para la Unión

BApT Buenos Aires para Todos

CC Coalición Cívica - Ari

FPV Frente para la Victoria

FPyP Frente Progresista y Popular

NE Nuevo Encuentro

PRO Propuesta Republicana

SP Sindical Peronista

MST-SUR MST en Movimiento Proyecto Sur

SUR Proyecto Sur

UCR Unión Cívica Radical

UF Unión Federal

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Registro de la Nº 39 Propiedad Intelectual Nº 253.028

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES

LEGISLATURA

Acta de la 29ª Sesión Ordinaria – 12 de diciembre de 2013 Presidencia: del señor Cristian Ritondo Secretaría Parlamentaria: del señor Carlos S. Pérez Secretaría Administrativa: del señor Marcelo Sosa

Diputados Presentes GORBEA, M. Inés (SM) GULLO, J.C. Dante (FPV) ACEVEDO, José Luis (U.PRO) HERRERO, Raquel (U.PRO) ALEGRE, Gabriela Patricia (FPV) HUICI, Héctor María (U.PRO) ARAGÓN, Jorge Esteban (FPV) IBARRA, Aníbal (FPyP) ARCE, Hernán Ariel (PS) LIPOVETZKY, Daniel (U.PRO) ARENAZA, Juan P. (U.PRO) MARTÍNEZ BARRIOS, D. (U.PRO) BAUAB, Cristian (U.PRO) MORALES GORLERI, V. (U.PRO) BERGEL, Pablo (VA) MOSCARIELLO, Oscar A. (U.PRO) BODART, Alejandro (MST-NI) MUIÑOS, Maria Rosa (FPV) CABALLERO, Alejandra (U.PRO) NEIRA, Claudia (FPV) CAMPAGNOLI, José Cruz (NE) NOSIGLIA, Juan Francisco (SM) CERRUTI, Gabriela Carla (NE) OCAMPO, Fernando Martín (U.PRO) DE LA TORRE, Cecilia María (U.PRO) OCAÑA, María Graciela (CP) ESTENSSORO, María Eugenia. (SM) OLIVETO LAGO, Paula (CC-ARI) FERRARO, Maximiliano (CC-ARI) PAGANI, Enzo Luis (U.PRO) FERREYRA, Pablo Ricardo (IP) PALMEYRO, Claudio M. (SP) FORCHIERI, Agustín (U.PRO) PENACCA, Paula (FPV) FORM, Edgardo (NE) PETRELLA, Fernando Iván (U.PRO) FUKS, Gabriel Marcelo (FPV) POKOIK GARCÍA, Lorena (FPV) GARAYALDE, Jorge M.H. (U.PRO) POLLEDO, Carmen (U.PRO) GARCÍA de AURTENECHE, Cristina (CP) PRESTI, Daniel (U.PRO) GARCÍA, Alejandro (U.PRO) QUATTROMANO, Roberto (U.PRO) GENTILINI, Javier Alberto (SUR) QUINTANA, Francisco (U.PRO) GONZÁLEZ GASS, Virginia (PSA) 4

RACHID, María (FPV) RAMAL, Marcelo Armando (FIT) REBOT, Helio D. (U.PRO) RINALDI, Susana (FPyP) RITONDO, Cristian Adrián (U.PRO) ROLDÁN MENDEZ, Victoria (U.PRO) ROSSI, Hernán Abel (SM) RUEDA, Lía (U.PRO)

SALVAI, Federico (U.PRO) SEIJO, Gabriela (U.PRO) SPALLA, María K. (U.PRO) TAIANA, Jorge Enrique (FPV) VERA, Gustavo Javier (VA)

Código: Denominación:

CC-ARI Coalición Cívica- ARI

CP Confianza Pública

FIT Frente Izquierda y de los Trabajadores

FPV Frente para la Victoria

FPyP Frente Progresista y Popular

IP Izquierda Popular

MST-NI Movimiento Socialista de los Trabajadores- Nueva Izquierda

NE Nuevo Encuentro

U.PRO Unión PRO

PS Partido Socialista

PSA Partido Socialista Auténtico

SM Suma Más

SP Sindical Peronista

SUR Proyecto Sur

VA Verde Alameda

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