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DIAGNÓSTICO DE LA TENENCIA DE LA TIERRA CON ENFOQUE ANTROPOLÓGICO PARA EL PUEBLO O COMUNIDAD INDÍGENA DE

INFORME FINAL

Servicio de Consultoría para la Procuraduría General de la República

Brindado por el antropólogo Mario Rizo

19 de Octubre de 2011

Managua, en la América Central

Diagnóstico de la tenencia de la tierra con enfoque antropológico en la Comunidad Indígena de Telpaneca. PGR. Consultor. Mario Rizo.

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INDICE GENERAL

I. RESUMEN EJECUTIVO …………………………..………………… 5

II. METODOLOGIA……………………………………………………. 15

Diseño Instrumentos Coordinación Seguimiento del comité y presentación de resultados finales del Diagnóstico

III. RESULTADOS DEL ESTUDIO ETNOHISTORICO Y JURIDICO………………………………………………………….. 33

A. Presentación B. Pertinencia de la Historia C. Conquista Española y la Provincia indígena de Telpaneca D. Efectos jurídicos de la conquista sobre la propiedad y los pueblos originarios E. La Encomienda en Telpaneca como esclavitud solapada, 1557 F. El Título Real de los Naturales del Pueblos de San Juan de Litelpeneca, 1622 G. Peticiones de quejas de los naturales de Litelpaneca por maltratos y resolución favorable en cédula real, 1649 H. Título de nombramiento de Gobernador otorgado en cédula real al Cacique de Telpaneca, 1713 I. Pueblo indígena de Telpaneca propietario de hatillos y cementeras en sus tierras, 1752 J. Tributarios y prójimos del pueblo de San Juan de Litelpaneca, 1817- 1818 K. Gobierno propios de los indígenas

IV. RESULTADOS DEL DIAGNOSTICO SOCIOECONOMICO Y DE LA TENENCIA DE LA TIERRA……………………………...106

1. Población indígena en Telpaneca 2. La ficha Municipal de Telpaneca 3. Identidad indígena 4. Vivienda 5. Tenencia de la Tierra 6. Producción

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7. Educación 8. Salud 9. Gobernabilidad 10. Conclusiones

V. ANALISIS DEL ESTADO DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO INDIGENA…………………………….157

A. Acciones y omisiones que han podido afectar los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca B. Acciones del Pueblo Indígena de Telpaneca en la última década reclamando el reconocimiento y efectividad de sus derechos C. Consideraciones respecto al tracto sucesivo D. Mapas del territorio del Pueblo Indígena de Telpaneca E. ¿Qué es el Pueblo Indígena de Telpaneca?

VI. FUNDAMENTOS JURIDICOS PARA LA SOLUCION DEL RECLAMO DEL PUEBLO INDIGENA DE TELPANECA………..205

A. El Pueblo Indígena de Telpaneca ante el Estado Social de Derechos de Nicaragua B. Bases constitucionales que respaldan el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca C. Declaración Americana D. Convención Americana E. Convenio 169 F. Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas G. Jurisprudencia Internacional

VII. CONSIDERACIONES PARA LA INSERCION DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO INDIGENA EN EL PRODEP ……………..………….219

1. Análisis del proyecto de Ordenamiento de la Propiedad 2. Elementos de la legislación ordinaria a considerar 3. Principios y leyes de la tenencia de la tierra y la propiedad indígena 4. Corolario 5. Visibilización del Pueblo Indígena de Telpaneca en el PRODEP 6. Implicaciones legales del reclamo indígena en Telpaneca 7. El rostro humano de los derechos reclamados por el Pueblo Indígena de Telpaneca 8. Conclusiones

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VIII. ESTRATEGIA Y PLAN DE ACCION……………………………….. 240

1- Principios de Gobernabilidad 2. Recomendaciones 3. Matriz de ventajas y desventajas del reconocimiento de los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca 4. Estrategia para la implementación del barrido catastral en Telpaneca 5. Matriz de Plan de Acción

ANEXOS

1. Documentos históricos y legales

2. Georeferenciación de Mojones

3. Encuesta

4. Participantes

5. Contratos y carta de aceptación PIT / C. D.

Créditos: Fotografías: Archivo PIT / Mario Rizo Mapa de Nicaragua pag. 43:Jaime Incer, Eduardo Pérez Valle Mapas PIT: Erick Adán Contreras y Carlos Adán Melgara Fuentes Primarias Documentales: Archivo Nacional Hemeroteca Nacional “Manolo Morales” Biblioteca Banco Central de Nicaragua Archivo PIT Leyes: Diarios Oficiales Constitución Política Código Civil Testimonios: Don Reynaldo Guillén Don Julián Martínez Gómez

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I. RESUMEN EJECUTIVO

Términos de Referencia El presente resumen se refiere a los resultados finales de la consultoría Diagnóstico de la tenencia de la tierra con enfoque antropológico de la Comunidad Indígena de Telpaneca. La consultoría se ejecutó por disposición de la PGR mediante proceso de licitación y contrato identificado con el código FA-SE-C-629-2011. Se enmarca en los términos del Programa de Ordenamiento de la Propiedad que impulsa el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional con apoyo de la Asociación Internacional de Fomento (AIP) del Banco Mundial. El programa de regularización de la tenencia de la tierra del PRODEP ha cubierto en su fase piloto los departamentos de Chinandega y León, en el occidente del país, y los departamentos de Estelí y Madriz, en el norte. Adicionalmente, el gobierno de la república ha avanzado en la entrega masiva de títulos de propiedad a comunidades y bloques de comunidades indígenas en las Regiones Autónomas de la Costa Caribe que se rigen por la Ley 28 y la Ley 445.

Antecedentes En lo particular, el caso del departamento de Madriz, en el norte de Nicaragua, representó para el avance del PRODEP un avatar al proceso de implementación de una de las fases del proyecto denominada “barrido catastral” bajo la conducción técnica del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER) cuando sus técnicos encontraron la presencia del Pueblo Indígena de Telpaneca en el municipio del mismo nombre en el mencionado departamento. Al intentar avanzar en sus planes las autoridades legalmente constituidas del Pueblo Indígena de Telpaneca plantearon en forma verbal y por escrito un reclamo señalando que hasta ese momento no se le había consultado ni tomado en cuenta en relación a: 1. Sobre la presencia del Pueblo indígena de Telpaneca en el territorio municipal. 2. Sobre la existencia de un derecho de propiedad del referido pueblo indígena en el territorio objeto del barrido catastral, al amparo de la legislación nicaragüense, como consta en título de vieja data del año 1622 reinscrito en el registro público en 2003.

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De esta manera se aperturó un paréntesis que dio cabida en él a varios elementos institucionales y de derecho que se cruzaron dando lugar a la vez a conversatorios entre autoridades del PRODEP, la Procuraduría General de la República e INETER, de una parte, y el Pueblo Indígena de Telpaneca, de otra. Esta génesis conllevó a otras instituciones como la Intendencia de la Propiedad y el Municipio de Telpaneca, hasta entonces concebido por el PRODEP-INETER como la única instancia local necesaria para la implementación del barrido catastral. De otra parte, el Pueblo Indígena de Telpaneca recurrió ante la honorable Comisión de Asuntos Étnicos de la Asamblea Nacional solicitando por conducto de su presidente el diputado Brooklin Rivera, sus buenos oficios en el marco de las atribuciones que la ley orgánica le confiere a esa instancia, y con la petición de interpelar a las autoridades del poder ejecutivo que estaban al frente del barrido catastral en el sentido de respetar los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca. Se logró allí abrir un diálogo con la presencia de la representante de la Intendencia de la Propiedad, Dra. Yara Pérez, órgano adscrito a la PGR. A la vez el Pueblo Indígena de Telpaneca puso en perspectiva, para efectos del barrido catastral, el asunto de su presencia y de sus derechos ante la oficina del Banco Mundial en con el fin de que las normativas internas de este organismo financiero en materia de pueblos indígenas se tuvieran presentes conjuntamente con las normativas que forman el derecho positivo de la República de Nicaragua, al igual que el respeto de las normas consuetudinarias propias del fuero de los pueblos indígenas. El conjunto de elementos atrás planteados por el Pueblo Indígena de Telpaneca logró resolver el impase arribando a un puerto intermedio de armonía que significó tomar la decisión de dar inicio a un estudio que proporcionara al gobierno de Nicaragua los elementos antropológicos que el caso de Telpaneca exige a efectos de que el proceso del barrido catastral se desarrolle, en todo caso, considerando en forma participativa y previamente informada a la comunidad indígena, con todos los elementos jurídicos que la presencia del Pueblo Indígena de Telpaneca impone considerar desde la perspectiva de la restitución de derechos y de la actuación del Estado, guiado por la Constitución Política de la República en ese territorio del departamento de Madriz. No obstante, los planteamientos y reclamos del pueblo indígena de Telpaneca son más complejos que la sola participación en el barrido catastral toda vez que el reclamo comprende, además:

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3.- La demanda de restitución de las fincas ocupadas por ex militares en las comunidades del pueblo llamadas Los Ranchos y El Limón, 4.- La delimitación correcta de los rumbos municipales de conformidad con los mojones históricos. De manera que las familias indígenas constituidas en comunidades o unidades mínimas territoriales del Pueblo Indígena, que por error de los límites o por acuerdos gubernamentales, han sido separadas del territorio histórico con el cual tienen un vínculo especial de unidad, logren restablecer su estructura y afinidad. 5.- La falta de apoyo del Municipio al Pueblo Indígena, de manera que el pueblo indígena de Telpaneca no se beneficia de ningún aspecto de la participación y del presupuesto municipal que proviene del Tesoro Nacional y que debe estar por ley en función de “toda la población” sin excluir al pueblo indígena y a su gobierno. De manera que la demanda que plantea el Pueblo Indígena de Telpaneca comprende cinco temas que forman parte de un solo concepto como lo es el respeto de su existencia como Pueblo Indígena y sus correspondientes derechos de propiedad lo que está en relación directa al concepto constitucional nicaragüense en particular el artículo 5 Cn. Por la bastedad histórica que comprende la existencia del Pueblo Indígena de Telpaneca hasta el presente, es necesario profundizar en sus orígenes que son a la vez el origen de sus derechos de propiedad. Un derecho que es antelar a cualquier otro que se pueda alegar por un tercero, por ser aquel de tipo consuetudinario, ancestral y previo a la llegada de los españoles y por ser constante el Pueblo Indígena de Telpaneca en su dominio y vínculo con el territorio que reclama, además de encontrarse formalmente respaldado por diversos instrumentos legales coloniales y modernos de 1557, 1622, 1649, 1713, 1818, 1904 y 2003.

Resultados del Estudio y Diagnóstico La respuesta a la interrogante de quienes son los Telpaneca, su origen, phyllum, cultura, religión y organización social se profundiza en el Informe Final desde la perspectiva de sus mismos reclamos que se sustentan precisamente en su ancestralidad en el territorio y en la consecución de sus formas de gobierno indígena, sin solución de continuidad, a través del tiempo. Los telpanecas son pues, un pueblo originario de Nicaragua sobreviviente y como tal constituido como una comunidad étnica cuyos individuos son indígenas en tanto forman parte de linajes, siendo éstos la estructura social de la comunidad manifestada en redes de

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parientes cuyos ancestros son identificables en el registro histórico. Como pueblo originario está vinculado al área etnolingüística “Matagalpa”, de la subfamilia SUMALPA. Lingüísticamente hablando los topónimos del territorio propios de este phyllum se localizan en toda la extensión de Telpaneca como un núcleo de un área mayor que abarca todo el corredor del centro norte del país y trasciende la actual frontera internacional integrando el centro y sur de y el oriente de El Salvador. Palabras características son: apa (piedra), cayán (montaña), güina (gente), galpa (pueblo), cusma (zopilote), y lí (agua), que las encontramos en: Palacagüina, Yalagüina, Molagüina, Jigüina, Wina y Wiwinac; otras como Totogalpa, Matagalpa, Solingalpa, Tegucigalpa y Juticalpa; también Apagüique, Apatoro, Apaventana; Namaslí, Estelí, Yalí, Boalí, Sinislí; Amucayán y Sulucayán; Cusmají y Cusmapa; y, obviamente, Litelpaneca: la partícula “li” significa “río” en casi todas las lenguas del grupo MISUMALPA. Litelpaneca es el nombre original del pueblo y nombre con el cual los españoles conocieron ese territorio y el río al inicio de la colonización. Este pueblo ha permanecido asentado en ese espacio territorial en las márgenes del río Coco en un trayecto donde el río serpentea por espacio de 30 kilómetros aproximadamente abarcando en este recorrido el territorio actual de Telpaneca en un plano inclinado desde los 496 metros del altura sobre el nivel del mar cuando el río deja atrás el límite de Nueva Segovia, hasta los 407 msnm., al abandonar el territorio de Telpaneca en su ruta hacia el Mar Caribe. En su trayectoria el río irriga los valles y separa montañas y recibe el gran río en ese trayecto las aguas de dos ríos afluentes, el río Estelí y el río Yalí, y de trece quebradas permanentes: Apamáscara, Cuje, Carbonal, Achiote, Pericón, Namaslí, las Vegas, Guanacaste, las Cañas, San Francisco, El Naranjo y las Brisas. Las alturas máximas en Telpaneca llegan hasta arriba de los 1500 m. en las montañas de Santo Domingo, Quibuto y otras. La identidad religiosa de los telpanecas es el cristianismo matizada de características expresiones sincréticas. Dos fiestas religiosas principales se realizan el 3 de mayo o día de la Cruz y el 12 de diciembre, en honor a la virgen de Guadalupe y al indio Juan Diego. En Telpaneca son ambos eventos, trascendentales. Básicamente son fiestas indígenas que aún tienen el formato de una danza colectiva y ocasión de entregar primicias de la cosecha a los seres del cielo. Especialmente el 12 de diciembre bajan de las comunidades miles de feligreses ataviados de forma típica, hombres y mujeres, adultos y niños y danzan en las

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calles con música de chicheros o sonidos electrónicos pero que antes se hacía con tamborcillos y pitos como instrumentos básicos a los que se agregaron guitarras, cuatreras, guitarrones y violines. Otro evento del patrimonio cultural de los indígenas de Telpaneca es la “danza de la palma y del lirio”, un ritual que se efectúa en ocasión de la muerte de un infante. Esta danza es propicia para la ratificación de las lealtades primordiales en ese trance de dolor puesto que involucra en ella a los parientes rituales: los compadres o padrino y madrina del párvulo difunto que son los encargados de la danza; de esa manera se refuerzan las alianzas políticas entre las familias de los diferentes linajes. La cosmovisión del Pueblo Indígena de Telpaneca está construida sobre esas tradiciones. Muchos elementos del ritual de la muerte, los ritos de paso, las enfermedades y los acontecimientos ordinarios están explicados desde una perspectiva híbrida dada por una interpretación de la naturaleza animada y viva de la cultura ancestral y los elementos de la religión cristiana. El ciclo agrícola está signado de eventos cósmicos y en los momentos cruciales se conmemoran otras fiestas religiosas que marcan de inicio a fin el ciclo de las cosechas. La cultura originaria han soportado las políticas oficiales que se empeñaron en hacerlas desaparecer mediante la represión generándose sincretismos y formas híbridas. El idioma nativo fue así proscrito y satanizado hasta hacerlo desaparecer del orden de lo público pasando a ser usado únicamente en el escenario comunal, doméstico e íntimo, al punto de desaparecer del medio audible a los oídos de extraños. Técnicamente, el idioma materno desapareció. La vida tradicional de los telpanecas está saturada pues de interacción entre lo cotidiano y aparente y lo espiritual o trascendente. En medio de las condiciones de pobreza en que se encuentra la mayoría de familias indígenas, su cultura es un patrimonio de auxilio a los padeceres y gozos que experimentan. La producción, la salud y la vida cotidiana tienen en su cultura tradicional explicaciones donde el mundo mágico ocupa un lugar vital. En términos de la identidad habría que señalar que este campo está cubierto legalmente por los alcances del artículo 5 Cn. al establecer el derecho a su desarrollo. No obstante, es muy poco o casi nada lo que se ha podido trabajar desde las instituciones públicas a este respecto. El Pueblo Indígena de Telpaneca ha venido haciendo algunos trabajos en torno al rescate de sus elementos históricos y culturales en coordinación de la delegación del ministerio de educación a nivel municipal proporcionando el pueblo elementos para la

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escuela rural, sin embargo, aun falta que las instituciones oficiales se involucren de manera decidida extendiendo la mano solidaria a esta cultura originaria sobreviviente. Respecto a su sistema de autogobierno este se define en un Consejo de Ancianos y una Junta Directiva electos bajo patrones consuetudinarios que se articulan con formalidades. Así, la junta directiva se elige en elecciones generales cada cuatro años. Las mejores expresiones del quehacer de las autoridades indígenas en Telpaneca se desprende de apreciar su sólida defensa del territorio a lo largo del tiempo, desde la colonia hasta la actualidad, posible gracias a una cultura política sostenida en fuertes lazos en su organización social soportada a la vez en las redes de su parentesco. El gobierno indígena de Telpaneca funciona en forma autónoma y a pesar de ser oficialmente “certificado” por las autoridades municipales tal como manda la Ley de Municipios, en la práctica, el Municipio se desentiende absolutamente de la entidad indígena, sin tomarlo en cuenta en la forma que la constitución y la legislación del caso exige. A pesar de ese desprendimiento de responsabilidades del Municipio como órgano del Estado respecto a la entidad indígena, estos desempeñan desde esa condición subordinada y asimétrica importantes esfuerzos por sostener su entidad funcionando e interactuando en defensa de los derechos que el sistema legal nicaragüense dice reconocerles. El estudio ha permitido visibilizar a la comunidad o pueblo indígena de Telpaneca, integrado por una población superior a los 10 mil habitantes, poseedor de una memoria particular donde resalta el tracto histórico de los derechos de propiedad logrados por este pueblo ante la corona española y que la Constitución Política, las leyes y el ordenamiento jurídico internacional del sistema de derechos humanos, respaldan. Este derecho se refiere a un territorio demarcado en 1622 en un área de 14 caballerías y cuyos bordes o carriles abarcan espacios en municipios vecinos. La aproximación a este terreno, a efectos de calcular su dimensión, según los mojones y títulos, arrojó un área de 37,700.23 hectáreas. Asumir los redescubrimientos que el diagnóstico pueda ofrecer requiere del Estado de Nicaragua la más firme determinación hacia este sector de la sociedad nicaragüense sumida en la miseria desde el pasado colonial. La toma de conciencia sobre esta situación y la materialización o efectiva restitución de los derechos de este pueblo indígena, es una osada tarea gubernamental como nunca ha ocurrido en este sector del país, quizá desde que en 1622 las autoridades españoles le titularon sus tierras ancestrales. El Estado de Nicaragua

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debe visibilizar la experiencia de la Costa Atlántica, la cual es de vital importancia de tener presente para el caso de Telpaneca no solamente como modelo sino como analogía legal por las implicaciones de orden jurídico, pues aquel es un territorio donde se ha desarrollado un proceso de restitución de derechos históricos para beneficio de pueblos indígenas por medio de la Autonomía regional cuando hubo tiempo atrás falta de comprensión y contradicciones muy profundas que en gran medida están presentes en Telpaneca. Cuanto más por el vínculo que el río Coco o río de Telpaneca hace con otros pueblos indígenas. El Barrido Catastral, de manera similar, enfrenta los criterios de aquellos que ven en las tierras de los pueblos indígenas como las de Telpaneca tan solo un “banco de tierras” como lo expresó un funcionario de la Intendencia de la Propiedad de Madriz, en el año 2007. Pugnan estos por desconocer el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca para beneficiar a terceros. De otro lado, el Barrido Catastral como programa gubernamental, y por ende como extensión del Estado, tiene la demanda del Pueblo Indígena de Telpaneca basada en los principios del derecho nicaragüense y de la justicia internacional; que reclama por su derecho de propiedad en representación de un colectivo de masa, de un pueblo con más de diez mil personas ligadas a ese territorio por vínculos de sangre y de cultura y como legítimos propietarios que reclaman el gozo de un derecho real de su propiedad que es identificable, delimitable y medible, que tiene linderos preestablecidos y públicos desde hace mucho tiempo. El Estado de Nicaragua tiene con ellos el compromiso de hacer efectivo tal derecho real sobre ese patrimonio de las 14 caballerías de tierra, las que están además amojonadas y cuyos bordes se pueden seguir desde un punto inicial y, siguiendo los mojones, volver al punto de partida. Este es un derecho irrenunciable a la luz de sus propias necesidades sociales y de su propio ánimo de dueños, respaldado además por la Constitución Política de Nicaragua y por las leyes que expresamente lo garantizan. También la jurisprudencia internacional y el sistema del derecho interamericano en particular la Declaración Americana y en la Convención Americana, a las cuales se ha suscrito en todos sus efectos Nicaragua, le obligan como Estado a respetar y materializar el derecho de propiedad de sus pueblos indígenas mucho más por estar ellos ocupando una condición histórica y social de desventaja, desigualdad e inequidad.

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La Procuraduría General de la República tiene en sus manos los elementos para tomar la mejor decisión y aplicar de una vez en el Barrido Catastral el pleno derecho del Pueblo Indígena de Telpaneca a su terreno. Es pues, en opinión de esta consultoría, urgente que el PRODEP proceda en conjunción con el Pueblo Indígena de Telpaneca y bajo la luz del Estado de la República a implementar el ordenamiento de la propiedad en su territorio y aplicar el barrido catastral en el Municipio de Telpaneca, tomando en cuenta lo siguiente:

1. El Pueblo Indígena de Telpaneca es una realidad antropológica, sociológica, demográfica, histórica, jurídica, institucional y legal de la nación nicaragüense. 2. Dicho pueblo consta de un gobierno indígena desde tiempo inmemorial, hoy debidamente reconocido por los órganos del Estado en dicho Municipio 3. La existencia de un territorio indígena ancestral en Telpaneca 4. La existencia de una demarcación y amojonamiento de su territorio desde principios del siglo XVII cuando recibieron su título en 1622 5. La existencia de un derecho de propiedad ancestral del Pueblo Indígena 6. La existencia de documentos legales e históricos que verifican los derechos 7. La existencia de peticiones y demandas del Pueblo Indígena de Telpaneca presentadas a órganos del Estado de Nicaragua, en diferentes gobiernos anteriores, reclamando justicia sin que se le haya respondido y antes eludido hacerlo. 8. La presencia de condiciones socioeconómicas de pobreza en sus diversas expresiones: severa, media y baja; condiciones que vive el Pueblo Indígena de Telpaneca en el territorio municipal producto de las inequidades. 9. El Pueblo Indígena de Telpaneca es una entidad propia, autónoma y por ende la relación del PRODEP, como programa gubernamental, debe tomar en cuenta tal carácter, por las implicaciones jurídicas y de políticas de Estado que implica. En términos de la tenencia de la tierra el cuadro social diagnosticado del Pueblo Indígena de Telpaneca se resume en los siguientes puntos: 1.- La presencia de diez mil trescientos sesenta (10,360) miembros del Pueblo Indígena de Telpaneca -por lo menos- que dependen de la tierra para la sobrevivencia colectiva. 2.- La presencia de ochocientas diecisiete (817) familias del Pueblo Indígena de Telpaneca que carecen de un lote de tierra donde trabajar.

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3.- La presencia de quinientas cuarenta y cuatro (544) familias indígenas de Telpaneca que sólo cuenta con menos de 2 manzanas de tierra para sobrevivir; de ellas 193 familias tienen menos de 1 manzana. 4.- La presencia de quinientas ochenta y tres (583) familias del Pueblo Indígena de Telpaneca que deben alquilar tierras a terceros cada año para poder cultivar y sobrevivir. En este marco de la realidad social no existe justificación alguna que respalde y priorice entregar tierras indígenas a grupos de desmovilizados y continuar con una política del pasado caracterizada por la discriminación y ofensa al PIT, por la cual se le ha despojado de sus tierras desde la época del gobierno dictatorial de Somoza, un régimen que se caracterizó por la violación de los derechos humanos de los nicaragüenses y el genocidio. Para el Gobierno y el estado de derecho en Nicaragua se abre una oportunidad histórica solventar la demanda del Pueblo Indígena de Telpaneca por su derecho de propiedad. Esta consultoría pudo verificar ampliamente en el trabajo de campo la identificación realizada por el equipo de georeferenciación de mojones históricos, siguiendo las voces de sus títulos de antigua data y el conocimiento y cosmovisión de los ancianos del Pueblo Indígena de Telpaneca. Traducidos a puntos geográficos y puestos en un programa de computación arrojaron un polígono y este un área, que permite concluir que: 1. El área del polígono de las 14 caballerías de tierras ancestrales tituladas al Pueblo indígena de Telpaneca en el año 1622 consta actualmente de: a. 41 comunidades y siete barrios y una población mínima de 10,036 indígenas. b. Un área igual a 37,700.23 hectáreas, igual a 377.0023 Km2. 2. La existencia de un área traslapada del terreno del Pueblo Indígena de Telpaneca por límites municipales de San Juan de Río Coco, Ciudad Antigua, Mozonte, Totogalpa, Palacagüina y , de 9,813.93 hectáreas iguales a 98.2023 Km2. 3. Que las fincas tomadas por los ex militares en los sitios Los Ranchos y El Limón, y que han sido fusionadas en tres cuentas registrales separadas e inscritas a nombre del Estado de Nicaragua en el año 2010, con los números 20,918, 20,975 y 21,001; se encuentran insertas dentro del terreno perteneciente al Pueblo Indígena de Telpaneca y debidamente registrado a su nombre con antelación, en la cuenta 15,902 asiento 1º, Folios 176 a 183, Tomo 186, Libro de Propiedades, Sección de Derechos Reales del Registro Público del Departamento de Madriz.

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4. Que el Pueblo Indígena de Telpaneca ha sido despojado de partes de sus terrenos. 5. Que el Pueblo Indígena de Telpaneca solicitó la intervención del Estado de Nicaragua por medio de la Fiscalía General de Hacienda en 1954/1959 y a través del IAN en 1966/1969, y a pesar de haberse autorizado un proceso legal de remedida de sus tierras conforme las voces de su título de 1622, este no se llevó a cabo por negligencia y mala fe y los líderes indígenas fueron perseguidos, amenazados y encarcelados. 6. El Pueblo Indígena de Telpaneca ha solicitado la reivindicación de sus terrenos a los titulares del Ministerio de Hacienda y de la Procuraduría General de la República y otros órganos del Estado, en varias oportunidades y desde hace muchos años, encontrándose a la espera de una respuesta a su demanda de justicia. 7. El PRODEP y la Procuraduría General de la República deben resolver afirmativamente el reclamo histórico del PIT. Otros derechos de orden político, social, económico y cultural, son temas de otra agenda por revisar e incorporar en los planes de desarrollo no sólo local en Telpaneca sino en el departamento de Madriz. El derecho de propiedad es trascendente para esos propósitos.

TRACTO SUCESIVO DE LA PROPIEDAD DE LOS NATURALES DEL PUEBLO DE SAN JUAN DE LITELPANECA TIEMPO SOCIEDAD TERRITORIO 10.000 – 6.000 AC Sociedades Cazadoras Recolectoras Asentamientos nómadas 5.000 – 2.000 AC Sociedades de Jefatura Asentamientos estables Pueblo libre que ejercen el L 1.000 – 1,528 DC Cacicazgo de Litelpaneca derecho natural de la i Provincia de Telpaneca propiedad Siglo XVI: Conquista t Fundación de Nueva Ciudad Segovia Pueblo Libre defiende su territorio 1,528 e 1,543 Encomienda de Telpaneca Sojuzgamiento y Resistencia l Alcalde español de p 1,557 Traslado de familias, dispersión y Benito Jordán Nueva Segovia, a reducción de poblados Miguel de Avila Propietarios de la n 1611-1612 Destrucción y abandono de Encomienda e Nueva Ciudad Segovia 1,621 Título Real, 14 caballerías: c Incendio de Comalteca Caballerías de San Francisco a 1,622 Queja e Invocación de los naturales de Censo Anterior, Exidos, Litelpaneca tramitando el Título Real Unificación de Pueblos 1,752 Obispo Morel de Santa Cruz Amojonamiento, delimitación

1,879 – 1,904 Remedida ante intento de Privatización Hatíos y Cementeras en sus Tierras Inscripción en León 1,953 Alcaldía usurpa asiento registral ilegalmente Coronel G. N. Agustín Peralta y Comunidad Creación del Municipio de San Juan de Alcaldes Somocistas: Feliciano 1,964 Indígena de Río Coco en tierra de Telpaneca Valladares y Mauricio Portillo Telpaneca 1,954, 1,956, 1959, 1,969 Líderes indígenas: Lorenzo Melgara, Asunción Gutiérrez, Trinidad Martínez, Julián Martínez, Trámite de Remedida pedido por la Leonardo Cárdenas, Isaías Basilio y otros … CIT y autorizado, fue frustrado No. 15,902, As. 1º, Fo. 176–183, To. 186, Pueblo Indígena de 2,003 Compulsa e Inscripción del Título Real Libro de Inscripciones Sección Derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca Reales, Registro Público de Somoto Telpaneca

Esquema: elaboración propia

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II. METODOLOGIA Y ESTRATEGIA

La consultoría del diagnóstico de la tenencia de la tierra con enfoque antropológico en la Comunidad Indígena de Telpaneca siguió para su ejecución un esquema participativo, en su filosofía y método. La siguiente ruta, resume este carácter aplicado al trabajo: 1. Diseño de una estrategia participativa con el Pueblo Indígena de Telpaneca 2. Identificación de documentación relacionada a la temática de la tierra y de la existencia de la comunidad indígena de Telpaneca 3. Diseño de instrumentos y validación 4. Trabajo de campo 5. Análisis de materiales A continuación se explica cada uno de los anteriores pasos en el marco de la metodología previamente expuesta en el contexto de tiempo hasta aquí implicado conforme el cronograma.

1. Diseño de una estrategia participativa de la Comunidad o Pueblo Indígena de Telpaneca

1.1. La Comunidad Indígena de Telpaneca a que se refieren los términos de referencia y el contrato soporte del presente trabajo, en lo sucesivo será identificada como el “Pueblo Indígena de Telpaneca” y con las siglas PIT por abreviatura; esto, en atención al criterio moderno aceptado en la legislación actual nicaragüense e internacional para denominar lo que anteriormente se había llamado “comunidades indígenas”, entendidas estas como colectivos humanos de poblaciones ancestrales cohesionadas alrededor de su historia, tradición, cultura, territorio y economía, como factores que le confieren un valor de unidad política en el contexto de un estado nacional del que forman parte. De igual manera, estos pueblos indígenas a través de sus autoridades, se denominan asimismo con el término de “pueblo indígena”. En Telpaneca, la denominación de Pueblo Indígena de Telpaneca es equivalente a lo que anteriormente se explicaba bajo el concepto “casta indígena” término que por sí mismo, en su gramática, denota su origen colonial, y que, guardando las diferencias con los conceptos modernos, hace referencia a esa unidad

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sociocultural y política que representa el pueblo indígena. En la tradición de Telpaneca –y coincidiendo con la nueva nomenclatura legal- el “pueblo indígena” hace referencia al conjunto de pobladores, familias y comunidades que integran un colectivo cultural, político y territorial vinculado al espacio físico y espiritual que se expresa simbólicamente en un territorio demarcado de catorce caballerías de tierra medida antigua. El Pueblo Indígena de Telpaneca se conforma así por un colectivo indígena que se asienta en ese territorio, constituido a la vez de 41 comunidades rurales y siete unidades urbanas; éstas, formadas por el casco urbano de la ciudad de Telpaneca con los barrios Guadalupe, Cristo Rey, 15 de Septiembre, Villa Quezada, Comalteca o Villa Austria y El Zapotillo. 1.2. Como explicación necesaria del origen del diagnóstico señalamos que el Pueblo Indígena de Telpaneca por medio de sus autoridades formalmente aceptó la propuesta de la Procuraduría General de la República para su realización, cuando fue convocado para integrar el Comité de Selección y Seguimiento a la Consultoría. Mediante acuerdo del PIT se designó al presidente de la Junta Directiva para integrar dicho Comité; que lo complementa el doctor Giovanni Delgado funcionario del INETER actuando en calidad de representante del Procurador General de Justicia; y el licenciado Francisco Chévez, coordinador técnico del PRODEP y delegado por el Procurador como supervisor de los estándares de calidad del diagnóstico. Este comité seleccionó al consultor de una lista de varias opciones presentadas. Suscrito el contrato el día 6 de junio del presente año, el consultor realizó inmediatamente una primera sesión de trabajo con las autoridades indígenas que se efectuó el día 8 de junio de 2011 en el local del PIT, con el fin de presentarle la propuesta de trabajo y los términos del contrato, a fin de que dichas autoridades tuvieran la información del mismo. Se tomó acuerdo en que el PIT brindara la cooperación necesaria y sus buenos oficios para la participación de miembros capacitados del pueblo indígena en el equipo de trabajo en apoyo al diagnóstico a fin de garantizar la participación indígena en el mismo. El resultado fue la organización de un equipo de técnicos y profesionales indígenas como asistentes para trabajar en la consultoría, que serían a la vez contratados por el consultor. Se formó así un equipo integrado por las siguientes especialidades: Equipo de Apoyo Legal Equipo de Apoyo Socioeconómico

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Equipo de Georeferencia Equipo de Encuestadores Equipo de Líderes comunales territoriales Equipo de Análisis Antropológico El equipo legal se integró con dos compañeros indígenas, una activista local graduada en Derecho y un líder indígena rural estudiante de 4º año de la carrera de Derecho. Estos compañeros son la Lic. Luz Isabett Vázquez Gutiérrez y el Br. Santos Yader González Hernández. Ambos están ordinariamente al frente de los procesos de Mediación y Administración de justicia en el PIT y trabajan en coordinación con la Policía Nacional y el Juzgado Local de Telpaneca; el segundo de ellos es miembro de la Junta Directiva y fue desmovilizado de la Resistencia y es originario y residente en la comunidad de la Loma. El equipo socioeconómico integrado por los técnicos Fernando Guevara y Tito Ramón Guevara; el primero técnico en contabilidad y el segundo administrador de empresas y miembros del PIT. El equipo de georeferenciación está formado por los técnicos Erick Adán Martínez Contreras y Carlos Adán Hernández Melgara, ambos son indígenas y activistas del PIT; tienen capacitación y experiencia en técnicas de georeferenciación y han participado en proyectos de mapeo participativo de tenencia de la tierra en comunidades indígenas. El equipo de análisis antropológico está formado por el consultor y la asistencia de los equipos mencionados. Para el enfoque antropológico de la tenencia de la tierra se utilizó las disciplinas auxiliares de la antropología tales como la etnohistoria, la lingüística, la arqueología, la etnografía y la antropología jurídica, y se recurrió a realizar consultas con otros expertos de la comunidad científica para mayor ilustración de los resultados. El equipo de encuestadores se formó con diez jóvenes activistas indígenas, seis mujeres y cuatro varones, todos bachilleres, técnicos o estudiantes universitarios; de ellos cinco son originarios del casco urbano y los cinco restantes son originarios de las comunidades. Así mismo, se acordó contar con la asistencia logística, en calidad de miembro del Comité de Seguimiento de la presente consultoría, del presidente de la Junta Directiva, señor José Benito Basilio, a título de interés propio en la realización adecuada de la consultoría sin vínculo contractual. Por otro lado se identificaron a un total de 29 líderes comunales que estarán dando apoyo a la investigación de campo en acompañamiento a los encuestadores y

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en la identificación de mojones históricos y georeferenciación. En el cuadro se muestra el personal indígena participante en los equipos:

No. Nombre y Apellidos Origen Sexo Cédula M F 1 Petronila del Carmen Basilio Amucayán x 322-180182-0000H

2 José Efraín González Muñoz La Loma X 322-210382-0000U

3 Aldo Gutiérrez Aldana Telpaneca X 322-190988-0001X

4 Miriam Pérez Polanco Telpaneca x 322-210888-0000U

5 Juan José Alvarado Casilí X 322-100988-0000C

6 Julia del Rosario Hernández Polanco Telpaneca x 322-080683-0000F

7 Luisa Emilia Valle Polanco Telpaneca x 322-171284-0000J

8 Gustavo Adolfo Melgara Basilio Amucayán X 322-120889-0001V

9 Reyna Amada López Hernández Zapotillo x 322-111188-0001T

10 María de Jesús Vázquez Gutiérrez Telpaneca x 322-010190-0001V

11 Santos Yader González Hernández La Loma X 322-280665-0000W

12 Luz Isabett Vázquez Gutiérrez Telpaneca x 322-041282-0000R

13 Carlos Adán Melgara Telpaneca X 322-230484-0000$

14 Erick Adán Contreras Telpaneca X 322-051083-0000A

De esta manera se integraron a la labor de la consultoría un total de 45 líderes indígenas en labores de apoyo técnico, encuestadores y guías; de ellos únicamente 8 (18%) son originarios del casco urbano, siendo el resto (72%) activistas rurales. Del total de participantes (45), diez son mujeres, que hacen el 22%; sin embargo, entre los técnicos (16), la participación de mujeres es de siete personas para representar el 44%.

2. Instrumentos y validación

Se trabajó una boleta para encuesta y actas de sitios. Una vez seleccionado el grupo de encuestadores se procedió mediante un taller celebrado el 22 de junio del corriente a

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realizar la capacitación del equipo y la elaboración de los principales instrumentos, y seguidamente se realizó la validación de los mismos. Estos instrumentos fueran una boleta de encuesta, un acta de identificación de sitios y un juego de mapas a escala 1:50.000. Para la capacitación se diseñó un programa cuyo contenido fue: 1. Exposición de los términos de la encuesta en el marco del diagnóstico de la tenencia de la tierra con enfoque antropológico en la comunidad indígena de Telpaneca. Se explicó el criterio de base acerca de la población a encuestar, que consiste en las familias indígenas del territorio. A este respecto se consideró que siendo esta la primera encuesta dirigida a este sector, el punto de partida sería la única referencia formal acerca del total de población indígena del municipio de Telpaneca, como es el dato del Censo Nacional de 2005 que arrojó un total de 7,544 habitantes indígenas en Telpaneca. Se consideró también el hecho que los resultados de ese censo no ofrecían detalles de las características demográficas de la población indígena del país, ni por comunidad ni por área de residencia1. Ese censo encontró un total de 3,495 viviendas en el municipio de Telpaneca sin distinguir entre familias indígenas y no indígenas; extrapolando estos datos aparece que la población indígena reconocida entonces representó el 40% de la población municipal en ese año. No obstante, la cantidad exacta de población indígena en el municipio de Telpaneca no se conoce y, dadas las limitaciones metodológicas que tuvo dicho censo especialmente respecto a la temática de la identidad y otras características demográficas, el mismo solo sirve como guía. Es aceptado que el censo del 2005 por primera vez introdujo el tema de la identidad como característica de las personas para la zona del pacífico, norte y centro del país. También se reconoce que el censo de 2005 ofreció un menú amplísimo y complejo de opciones de respuesta para su pregunta única, sobre identidad, y para lo cual la población meta parece no estuvo preparada. Cabe por tanto que se indujera al error por omisión o por confusión2. Además, para mayor complejidad, el censo usó una terminología científica ajena a la experiencia popular y en algunos casos, inadecuada y contradictoria, obligando a la población a encasillarse en una de las 14 opciones ofrecidas. Este menú de opciones incluía: Xiu-Sutiava/Nahoa-Nicarao/Chorotega-Nahua-Mangue/Cacaopera-Matagalpa.

1 Ver, Caracterización Sociodemográfica del Departamento de Madriz”. VIII Censo Nacional de Población y Vivienda, INIDE, Julio 2007. 2 De las 14 opciones ofrecidas en Telpaneca se usaron 8 en muestra de la confusión. La respuesta que debía ser tan sencilla como debía ser la pregunta se diluyó en 8 opciones cuando debió ser sólo una.

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Considerando el criterio sostenido por los líderes del PIT que estiman una población indígena mayor a la estimada en el censo de 2005 para el municipio de Telpaneca, esta consultoría consideró posible superar el porcentaje del 40% de población indígena en el municipio de Telpaneca, además, consideró importante caracterizar demográficamente a la población indígena cuya referencia no existe3. 2. Formación de cinco grupos de dos integrantes para la lectura y análisis de la boleta. Se analizaron los contenidos de las preguntas de la boleta e igualmente se analizó el contenido de las actas de identificación de sitios; al mismo tiempo se trabajó organizando las cuatro cartas topográficas a escala 1:50,000 que contienen los rumbos del municipio de Telpaneca y del territorio del Pueblo Indígena de Telpaneca de conformidad con el conocimiento práctico de los líderes sobre el terreno y distribución de las comunidades. 3. Plenario donde se aclararon dudas. 4. Posteriormente se hizo una prueba de validación de la encuesta donde se aplicó la misma en su totalidad a una familia, midiendo el tiempo de duración de la encuesta. Como resultado se concluyó que la misma se toma de 15 a 20 minutos. 5. De último, se realizó en el tiempo transcurrido la organización y tendido del trabajo de campo y la distribución de los encuestadores en los territorios indígenas. En complemento de la organización política territorial del municipio de Telpaneca, que se divide en 10 microregiones y 39 comunidades, se tomó en cuenta las 41 comunidades indígenas que forman la estructura territorial del Pueblo indígena más el sector urbano, y se tomó la decisión de designar dos subregiones para cada par de encuestadores. De manera que entre dos encuestadores se llevó adelante el barrido de encuesta en dichas subregiones y comunidades respectivas asignadas y al final se concentraron encuestadores donde resultó más lento el proceso. Se acordó que cada encuestador aplicara 200 boletas para un universo teórico de 2,000 familias, cifra que representa aproximadamente un 40% más que la estimación resultante del censo de 2005, siendo esta nuestra hipótesis de fatiga que se comprobó con los resultados. Al final, la boleta se vertió en una matriz de Excel para su

3 El Comité para la Eliminación de las Formas de Discriminación Racial, de la ONU, que tuvo acceso a este censo y pudo conocer sus limitaciones ha recomendado al Estado de Nicaragua observar las deficiencias de dicho Censo a efectos del Arto. 9 de esa Convención. Ver Observaciones finales del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial. Nicaragua. Examen de los informes presentados por los Estados. 14 de marzo de 2008.

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procesamiento y tabulación, organizándose los resultados por comunidad y global sobre la base de un total de 1,942 boletas realizadas de las 2 mil propuestas. La encuesta se pudo llevar a cabo a pesar de los inconvenientes que resultaron en el terreno especialmente por el fuerte invierno que se comenzó a manifestar en la zona y que en momentos dejaba algunas comunidades incomunicadas por inundación de ríos y quebradas. La labor del equipo de rastreo legal se centró en dos temas. Uno relacionado a la identificación y captura de todo cuerpo legal, público o privado, que atribuya derechos y obligaciones a la entidad llamada Pueblo Indígena de Telpaneca, a través del tiempo. Para esta labor se realizó una exploración en el Archivo del pueblo indígena, en otros archivos y en bibliografía especializada. El otro tema está relacionado al conflicto legal de la propiedad y a la situación de la tenencia de la tierra. Bajo los criterios jurídicos legales que respaldan a los pueblos indígenas de Nicaragua, se analizaron los materiales legales que resultaron de la investigación lo mismo que el tracto sucesivo que aparezca en el registro público de la propiedad inmueble y mercantil. El equipo de georeferenciación trabajó correlacionado estrechamente con el equipo legal y los líderes del Consejo de Ancianos, indagando en la identificación del territorio que reclama el Pueblo Indígena de Telpaneca y sobre la existencia de mojones que demarcan el territorio conforme la tradición oral, el derecho consuetudinario y los documentos legales existentes. A este respecto se tuvo de referencia el respaldo de mapas oficiales de INETER de escala 1:50.000, cruzando la información de los informantes claves en cada comunidad. Estos son ancianos conocedores del territorio y de las tradiciones comunitarias. Para el levantamiento de campo se coordinó con líderes comunales, tomándose testimonios en base a una ficha de identificación de mojones históricos, se cotejaron con los títulos, se tomaron coordenadas mediante el uso de dos aparatos GPS modelo Garmín XL y se levantaron los polígonos correspondientes para verterse en el ordenador usando el programa Mapmaker plasmando los resultados en un juego de mapas derivados de la posición geográfica de los mojones permitiendo plasmar el croquis del territorio ancestral En anexo se adjunta el modelo de acta de identificación de mojones y de testimonios de ancianos. Adicionalmente se seleccionaron líderes comunales que apoyarán la labor de los encuestadores y a quienes la autoridad del PIT les dirigió una comunicación al respecto.

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CUADRO DE LA LABOR ORGANIZATIVA DE LA ENCUESTA Comunidades indígenas que Micro – Total de Encuestadores integran el PIT Región familias Cerro Grande de Amucayán Petronila del Carmen San José de Amucayán Basilio Las Trojas I 242 Encuentros de Cuje Gustavo Adolfo Melgara Poza Redonda Lomas de Santa Rosa José Efraín González El Limón Los Ranchos II 209 Aldo Gutiérrez Aldana El Zapote Sinislí El Carrizal Petronila del Carmen El Carbonal Basilio El Naranjo III 569 El Paraisito Gustavo Adolfo Melgara San Francisco Cerro Grande de S. Francisco San Ignacio – El Rodeo María de Jesús Vázquez Santo Domingo El Achiote IV 599 Luisa Emilia Valle Los Pinares Polanco Las Flores El Pericón Namaslí V 384 Juan José Alvarado Altagracia El Barro Los Lirios José Efraín González Apagüique Playa Hermosa VI 336 Aldo Gutiérrez Aldana El Tamarindo Villa Austria Quibuto VII María de Jesús Vázquez El Portal 341 Luisa Valle Las Vegas San Andrés Reyna Amada López La Lima Hernández El Bijagual VIII 447 Julia del Rosario El Naranjo Hernández Polanco San Jerónimo Zona Urbana El Zapotillo Villa Quezada IX 787 Miriam Pérez Casilí Arriba El Barro TOTAL: 39 3,530

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3. Coordinación con autoridades municipales

Se efectuó una reunión con la asesora legal de la alcaldía municipal y fue posible realizar varias conversaciones con la alcaldesa profesora Bernarda castillo. Particularmente se trató el punto de los términos de la consultoría presentándosele una carta que al efecto hizo el Procurador General de la República. Se les presentó también el 12 de agosto de 2011 una propuesta de realización de una sesión de trabajo bajo la modalidad de Grupo Focal donde se proponía la participarían de dos concejales municipales más la alcaldesa, junto a dos ex alcaldes; y otro tanto de autoridades indígenas que estarían representados por el presidente de la junta directiva, dos ex presidentes y dos miembros del consejo de ancianos, con el fin de tocar los temas de fondo del reclamo del pueblo indígena. La alcaldesa, Prof. Bernarda Castillo, después de deliberar la propuesta manifestó su acuerdo pero propuso en forma verbal que se incluyera al pleno del concejo municipal para participar en el evento. Es así que tomando en cuenta su propuesta se amplió la lista de participantes conforme lo solicitado. Inicialmente se propuso el evento a realizarse entre el 15 y el 19 de agosto, pero las autoridades municipales expresaron que tenían una agenda de trabajo muy cargada para esos días y que debían coordinar con las autoridades del PRODEP de Managua y de Somoto, cabecera departamental de Madriz; posponiéndose para el siguiente viernes 26. Se hizo la consulta con los funcionarios del PRODEP de Managua y Somoto y se nos informó que el Procurador General de la República había autorizado el evento, adjuntándose como correspondía el programa propuesto. La fecha para realizar el taller de trabajo bajo la modalidad de grupo focal se pospuso para el último viernes de agosto, lo mismo que se amplió la participación incluyéndose a todos los concejales del municipio. Llegada la fecha el evento se realizó en el local llamado Casa Comunal de la Alcaldía Municipal de Telpaneca. Inicialmente se pensó hacer el evento en el Colegio de la parroquia buscando un lugar que resultara neutral pero no fue posible por encontrarse ocupado y además la banda de guerra del colegio se encontraba practicando a todo vigor. La opción de realizarse en el auditorio del pueblo indígena se tomó en cuenta pero los líderes señalaron que usualmente los munícipes no llegan a actividades en el local indígena por lo que pensamos que la mejor forma era hacerlo en la Casa Comunal, haciéndose la consulta con la responsable administrativa de la alcaldía y obteniendo la correspondiente venia para usar dicho local que tiene la característica de ser amplio y

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moderno. La metodología para la actividad comprendía en primer lugar la identificación y participación de un grupo de interés; la discusión de una temática; la focalización del interés en temas propios; la centralidad en la pluralidad de actitudes, experiencias, criterios, prácticas y creencias, y una filosofía basada en el respeto y tolerancia del derecho ajeno. Todo lo cual se presentó de previo a la alcaldía y a los funcionarios del PRODEP. El cuadro muestra la lista de invitados: No Nombre y Apellido Cargo Profesión Identidad Étnica Sexo Mestiza Indígena M F 01 Bernarda Castillo Alcaldesa Maestra X X 02 Juan José Quintanilla Vice – Alcalde Oficinista X X 03 Ramón Morán Concejal Agricultor X X 04 Sebastián Irías Concejal Comerciante X X 05 Dora Talavera Concejal Maestra X X 06 Tomas Palacios Concejal Agricultor X X 07 Arnulfo López Polanco Ex – Alcalde Ingeniero X X 08 Reynaldo Guillén Ex – Alcalde Maestro X X 09 José Benito Basilio Presidente JD – PIT Agricultor X X 10 Yader González Vice – Presidente J.D. Agricultor X X 11 Concepción Melgara Consejo d Ancianos PIT Agricultor X X 12 Juana Pastora González Consejo d Ancianos PIT Agricultor X X 13 Genaro Martínez Ex – Presidente JD – PIT Agricultor X X 14 Miguel Hernández Ex – Presidente JD – PIT Agricultor X X 15 Teresa Portillo Asesora Legal Alcaldía Abogada X X 16 Luz Vázquez Asesora Legal PIT Abogada X X 17 Rosario Valdivia Procuradora Regional Abogada X X 18 Giovanni Delgado Delegado PGR – Asesor X X INETER 19 Mario Rizo Consultor Abogado/An X X tropólogo T 19 8 8 13 6

Se definió un reglamento que señalaba: 1. El moderador inicia, presentando la actividad y lee el reglamento y la filosofía propositiva de la actividad tras la búsqueda de comprensión, solidaridad, consenso y acuerdos. 2. Cada participante tendrá una primera oportunidad para expresar en forma libre sus consideraciones en torno a cada punto de la agenda con 10 minutos máximo. 3. Cada participante tendrá derecho a una segunda oportunidad de expresar sus consideraciones sobre cualquier punto de la agenda con 10 minutos de tiempo máximo. 4. Cada participante tendrá derecho a la palabra para aclarar alusiones por 5 minutos. 5. Cada participante podrá presentar al moderador por escrito cualquier consideración propositiva sobre la temática para ser incluida en la memoria de la actividad. 6. Al final se suscriben los acuerdos logrados en la actividad.

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Objetivo: 1. Lograr un acercamiento cualitativo a los discursos y actitudes de los líderes locales en torno a la cuestión planteada por la comunidad o pueblo indígena de Telpaneca. Objetivo 2: Lograr un acercamiento a soluciones de los problemas que se acarrean en torno a la tenencia de la tierra en la comunidad indígena de Telpaneca. Las siguientes preguntas se propusieron para darle dirección al taller: 1. ¿Es la Comunidad o Pueblo Indígena de Telpaneca un Pueblo Originario de Nicaragua? 2. ¿En Nicaragua, es legal la existencia del Pueblo Indígena de Telpaneca? 3. ¿El respeto de los derechos de propiedad y la tenencia de la tierra indígena son temas que la Comunidad indígena de Telpaneca ha reclamado en diferentes épocas al Estado de Nicaragua? 4. ¿Alguna vez la Comunidad Indígena de Telpaneca ha enajenado su derecho a la tierra y la tenencia de la tierra? ¿Es posible hacerlo conforme la legislación? 5. ¿Existe un censo municipal que de cuenta de cuanta población indígena forma parte del total de la población del municipio de Telpaneca? 6. ¿Existen autoridades legalmente electas, y reconocidas que representen al pueblo o comunidad indígena de Telpaneca? 7. La Comunidad o pueblo indígena de Telpaneca es parte de la Población municipal de Telpaneca? 8. En opinión de los líderes de las comunidades hay traslapes en la línea de la frontera municipal que afectan a la población originaria (Condega, Totogalpa, Mozonte, Ciudad Antigua y San Juan de Río Coco). ¿Conoce el Municipio estos problemas y los ha planteado para su solución a INETER o a otras instancias superiores del Estado? ¿Qué respuestas ha tenido? 9. ¿En los principales instrumentos de la gestión municipal –el Plan de Inversión Municipal (PIM) y los Cabildos- ha sido consultado, debidamente informado al respecto el Pueblo o Comunidad Indígena de Telpaneca y tomado en cuenta? 10. ¿Tiene el Gobierno Municipal obligaciones con la población indígena de Telpaneca como parte de la población municipal? 11. ¿Cuál es la política del gobierno municipal con respecto al cobro de los impuestos de bienes inmuebles para el caso de los indígenas? ¿El gobierno municipal considera que este es un problema que merece atenderse y buscarle soluciones? ¿Ha planteado este asunto a un nivel superior (Ministerio de Finanzas, Asamblea Nacional, Gobierno Central, Gobierno Indígena de Telpaneca)? 12. ¿Tiene el Pueblo Indígena de Telpaneca por medio de sus autoridades derecho a participar de los beneficios del PIM? 13. ¿Es posible crear y mejorar una Mesa de trabajo entre la Municipalidad y el Pueblo Indígena de Telpaneca para encontrar soluciones fraternas y solidarias en torno a los principales problemas que plantea la Comunidad Indígena en temas como la tenencia de la tierra y la gobernabilidad?

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La filosofía de soporte al grupo focal se asienta en el principio de complementariedad del físico cuántico Niels Bohr. Después de observar que la luz se comporta como una onda en determinadas condiciones de observación y como una partícula en otras, le permitió considerar el principio de complementariedad como un aspecto central de la descripción de la Naturaleza. En un primer análisis de la observación, nos dice Bohr, se piensa que ambos resultados son conceptualmente incompatibles; pero, bajo un esquema más riguroso, lo que ocurre es que los resultados son, antes que contradictorios, complementarios. Esto quiere decir que aunque parezca que se excluyen entre sí y que no pueden existir simultáneamente, en realidad y bajo una observación cuidadosa, el análisis llevó al físico a la conclusión de que son realidades compatibles, conciliables y complementarias del fenómeno de la luz. Bohr, sugirió que este principio de la física cuántica debería ser considerado útil fuera del campo de la física. En esencia el principio de complementariedad subraya la incapacidad humana para agotar la realidad con una sola perspectiva, punto de vista, enfoque, óptica o abordaje, es decir, con un solo intento por abordar la realidad. La descripción más rica de cualquier entidad, sea física o humana, se lograría al integrar en un todo coherente y lógico los aportes de diferentes personas, filosofías, escuelas y métodos. Para el caso que nos ocupa como lo es el reclamo de la comunidad o pueblo indígena de Telpaneca, el diagnóstico busca aportar a la Procuraduría General de la República de los criterios objetivos que el caso plantea para lo cual la indagación metodológica del enfoque del grupo focal, puede rastrear los puntos de vista existentes buscando la complementariedad en el plan de acción y estrategia de intervención con miras al barrido catastral que se debe aplicar en concordancia con la legislación que protege los derechos de los pueblos indígenas. El grupo focal preveía la concentración de tres clases de personas en función de sus responsabilidades. Unos situados en el campo municipal que incluía a los cuatro miembros del Concejo Municipal de Telpaneca; al Secretario Municipal y a la Alcaldesa; además incluía a dos ex alcaldes municipales y a la asesora legal del municipio. De parte del sector del pueblo indígena se invitaron al presidente y vice presidente de la Junta Directiva, a los líderes del Consejo de Ancianos y a dos vice presidentes de la Junta Directiva, más la presencia de la asesora legal del pueblo indígena. Un tercero grupo de invitados lo

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integraban los funcionarios de la Procuraduría General de la República, PRODEP, Intendencia de la Propiedad e INETER. De los invitados no asistieron todos los concejales, el secretario municipal, la alcaldesa y uno de los ex alcaldes. Del lado del pueblo indígena no asistió uno de los ex vice presidentes de la junta directiva. Por parte de las instituciones, estuvieron representadas todas ellas: PGR, Intendencia e INETER departamental. El evento se hizo pues con la ausencia completa de la parte municipal con quienes se esperaba lograr abordar los temas y tomar acuerdos, pero, con su ausencia, no se logró el principal objetivo del evento. La actividad se realizó con quienes estuvieron presentes. La asesora legal de la alcaldía y el ex alcalde de Telpaneca profesor Reynaldo Guillén, quien fue alcalde de Telpaneca en el periodo 1990 y 1996 y también había ejercido el cargo de alcalde varias veces en la época de Anastasio Somoza García, en tiempos cuando no existía autonomía municipal y el cargo se obtenía por nombramiento. Ambos participantes en el grupo focal constituyeron la única representación “municipal” mas por el carácter personal de ambos en el evento se careció de representación oficial, pese a que la presencia del profesor Guillén aseguraba una magnífica experiencia municipalista en Telpaneca respecto al asunto de la presencia y consideración de la Comunidad Indígena a través del tiempo. De su parte, la representante legal de la alcaldía transmitió la justificación de la ausencia enviada por las autoridades municipales, expresando que se encontraban participando en unos ejercicios de la defensa civil que precisamente hacían maniobras con unidades de la cruz roja, la policía, ejército, salud y otros, para ese importante desempeño de prever el impacto de desastres naturales ante la población de Telpaneca. Por lo demás el evento se desarrolló conforme estaba programado, discutiéndose la temática entre los funcionarios del Estado, las autoridades indígenas, el ex alcalde y la asesora legal de la alcaldía, comprometiéndose todas en el respeto de los derechos de los pueblos indígenas como bien lo dijo la Dra. Valdivia en representación de la PGR departamental. No obstante, la ausencia de las autoridades municipales en el evento expresó por sí mismo la dimensión del conflicto de intereses en torno al derecho del pueblo indígena de Telpaneca por la restitución de sus tierras y su participación en los asuntos locales.

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4. Seguimiento y presentación de resultados finales del Diagnóstico

Como estaba previsto se realizaron presentaciones del avance de la consultoría al equipo de seguimiento integrado por el doctor Giovanni Delgado, asesor de INETER y delegado por el Procurador a ese fin en esta consultoría, el compañero Francisco Chevez responsable técnico del seguimiento de la consultoría por parte de la PGR, el doctor Landero por el PRODEP y el compañero José Benito Basilio por parte del Pueblo Indígena de Telpaneca. Estas reuniones se verificaron, todas, en la sede de la Procuraduría General de la República. Las mismas tenían como propósito recibir los informes de avance, evaluar y tomar acuerdos respecto a los mismos y a los temas del calendario. La consultoría prevista finalizar el 6 de septiembre de 2011 pidió una extensión de tiempo que fue autorizada y suscrita la extensión del plazo hasta el 20 de octubre de 2011. Motivaron y justificaron esa extensión los atrasos impuestos por fuerza mayor tales como el copioso invierno que se experimentó en la zona norte desde finales de agosto, al igual que múltiples compromisos de funcionarios apretados por las preparaciones de festejos para las fiestas patrias y otras conmemoraciones que hicieron posponer varias actividades. Adicionalmente, la consultoría mantuvo estrecha comunicación con el licenciado Francisco Chevez encargado del seguimiento técnico y de verificación del proceso; se programó así una visita a las oficinas del PIT y el equipo de trabajo de esta consultoría, ocasión cuando el licenciado Chevez pudo verificar las diversas actividades que se llevaban a cabo en cuanto a la identificación de las características del estudio de mapas y de mojones en el territorio. Por otro lado las reuniones del equipo de seguimiento permitió definir un plan de presentación de los resultados finales acordándoselas fechas, lugares y participantes para ese fin en seguimiento de los términos. Es así que se planearon dos actividades de presentación de resultados finales de la consultoría y se llevaron a cabo conforme los términos de referencia; una primera realizada el día 8 de octubre de 2011 de las 4:00 pm a las 6:00 pm, en el auditorio de la Procuraduría General de la República, en Managua, con participación de seis funcionarios de nivel central, en representación respectivamente de la PGR, el PRODEP, INETER, INIFOM y la INTENDENCIA DE LA PROPIEDAD. Estuvieron presentes: Dr. Giovanni Delgado, Lic. Francisco Chevez, Ing. Jorge Castro, Dra. Carolina de los Ángeles Torres Porras, Dra. Angelita Rodríguez. Antes de iniciar la presentación estuvo con nosotros el Procurador

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General de la República quien saludó a los participantes y se retiró delegando su presencia el Doctor Giovanni Delgado. La exposición se hizo sobre los resultados del estudio histórico - jurídico, el diagnóstico socioeconómico y de la tenencia de la tierra, y del análisis legal y estuvo auxiliada de un documental en power point que ilustró el proceso y mostró los mapas levantados del área del territorio ancestral del PIT de conformidad con sus documentos y los mojones identificados por los ancianos en el trabajo de campo. La segunda presentación de resultados finales se hizo ante las autoridades del Pueblo Indígena de Telpaneca, en el local del Auditorio de la casa indígena, en fecha jueves 11 de octubre de 2011 de las 10:00 am a las 12 m., participando un total de treinta y dos personas, la mayoría de ellos miembros del Consejo de Ancianos y la Junta Directiva, los funcionarios regionales de la Procuraduría General de la República con sede en Somoto, funcionarias de la Intendencia de la Propiedad departamentales y funcionarias de INETER. No se hicieron presentes los munícipes que también habían sido invitados. La exposición abordó los temas centrales de la consultoría apoyándose en un documental en power point que facilitó apreciar las ilustraciones del territorio. El Pueblo Indígena de Telpaneca tuvo oportunidad de exponer sus criterios en torno a la presentación de los resultados presentados por el consultor en el mismo acto. Por el Consejo de Ancianos habló don Pablo Martínez quien centró su intervención en los siguientes puntos: 1. Que no consideran justo desde ningún punto de vista que terceros extraños al pueblo indígena llegaran a beneficiarse de las tierras indígenas tan necesitadas por ellos. 2. Que están conscientes en el Consejo de Ancianos del apoyo que la Organización de las Naciones Unidas da a los Pueblos Indígenas para el reconocimiento y respecto de los derechos y principalmente de la tierra, y agregó que los Pueblos Indígenas de otras partes del Mundo también apoyan la restitución de los derechos del PIT. 3. Que en consideración del Consejo de Ancianos del PIT, el Estado y el Gobierno de la República de Nicaragua no puede dar títulos a los ex militares “toma tierra” que se encuentran en las fincas Los Ranchos y El Limón porque sería un acto contrario al derecho del PIT. 4. Como miembro del Consejo de Ancianos rogó a los funcionarios del Gobierno ver al Pueblo Indígena de Telpaneca con ojos de piedad cristiana. 5. Por último expresó que tienen confianza en que el Gobierno de Unidad y Reconciliación cumpla su palabra de respetar el derecho de propiedad del pueblo indígena de Telpaneca. Seguidamente tomó la palabra el

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Vicepresidente de la Junta Directiva Cro. Yader González, quien hizo una aclaración ante las autoridades del gobierno allí presentes. Dijo que tenían información acerca de una titulación efectuada recientemente por el Cardenal Miguel Obando, en tierras de un sitio llamado El Silencio y que esas tierras forman parte del territorio del PIT. Pidió que se expusiera en la pantalla el mapa del territorio e indicó donde se encontraba esas tierras señalando que estaban dentro del área del pueblo indígena. Recordó que la Dra. Yara Pérez, directora de la Intendencia de la Propiedad, en reunión sostenida con el Pueblo Indígena en Somoto, el año pasado, afirmó que no se afectaría en ningún momento las tierras del PIT. En relación a la unidad territorial del Pueblo Indígena de Telpaneca, en los términos del reclamo, respecto a los límites municipales, citó el caso del Pueblo Indígena de Sébaco, cuyas tierras y comunidades comprenden áreas que se encuentran dentro de los límites de otros municipios como Ciudad Darío y San Isidro, sin menoscabo de su derecho de propiedad. Por último, dijo que los tratados internacionales dan el respaldo pleno al reclamo del PIT y que espera que los funcionarios del gobierno actúen con responsabilidad. Luego tomó la palabra el Presidente del PIT, Cro. José Benito Basilio, quien expresó: 1. Que en lo personal él era parte integrante de esta lucha de su pueblo por sus derechos históricos, lucha sostenida en todos los tiempos transcurridos hasta hoy. 2. Que en su consideración el diagnóstico expuesto refleja la verdad sobre la lucha y la existencia misma del Pueblo Indígena de Telpaneca. 3. Pide que el Diagnóstico sea reconocido plenamente por el Gobierno. 4. Que el reclamo de los derechos por el territorio no es más que el reclamo de los naturales de esta tierra. 5. Refiriéndose a los terceros que en calidad de finqueros tienen posesiones en el territorio indígena afirmó que es criterio de las autoridades del gobierno indígena que debe realizarse un procedimiento de esclarecimiento de su estado en cada caso. 6. Refiriéndose a los ex militares en Los Ranchos y El Limón dijo que la resolución es diferente, porque esas tierras son necesarias para el PIT. 7. Por último, dijo que reconoce y acepta los resultados vertidos en los resultados expuestos del Diagnóstico de la Tenencia de la Tierra con Enfoque Antropológico en la Comunidad Indígena de Telpaneca. Los funcionarios presentes en la actividad se excusaron de emitir opinión respecto a la presentación expresando que sería expuesta por las autoridades centrales correspondientes.

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Esta consultoría recibió unas observaciones de parte del Lic. Francisco Chévez que según él retoma los criterios de los funcionarios, las que fueron tomadas en consideración en lo que correspondía. Básicamente, una referidas a la redacción de pasajes, las que fueron incorporadas. Otras recomendaciones referidas a eliminar la parte de “recomendaciones” consideró esta consultoría que éstas forman parte de los términos y de la naturaleza misma de la consultoría, precisamente, para dotar a las autoridades gubernamentales de un criterio técnico y de posibles soluciones que ayuden a la comprensión objetiva de la magnitud del reclamo del PIT. Por su parte la Dra. Rodríguez manifestó su inquietud expresada verbalmente en cuanto a cómo dilucidar la cuestión de las tierras ejidales. Un tema que por supuesto es ampliamente tratado en el diagnóstico al igual que lo concerniente al tracto sucesivo, abundantemente tratado y ampliado, tema que precisamente es objeto de una importante aclaración por los mismos maestros glosadores del Código Civil de Nicaragua, en el sentido de respetar totalmente en el tracto sucesivo el derecho primordial de los pueblos indígenas obtenidos por el otorgamiento de títulos librados por la Corona española. Derechos estos que, el artículo 5 constitucional transforma revolucionariamente y superprotege en todo caso ante las medidas registrales de quienes pretenden disminuir, reducir, retraer o desconocer el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca. En el siguiente capítulo (III) se abordan los aspectos más oportunos de conocer y tener presente acerca de las raíces históricas, arqueológicas, étnicas, lingüísticas y jurídicas en que se sustenta la existencia del Pueblo Indígena de Telpaneca como una entidad real y los derechos que se desprenden de tal realidad. En el capítulo IV se abordan los resultados del diagnóstico socioeconómico a partir del análisis demográfico, estadístico y de tenencia de la tierra. En los capítulos V y VI se analiza los derechos del PIT, primero, en relación a su estado actual y luego a la luz del ordenamiento jurídico nacional e internacional. En el capítulo VII se ofrecen consideraciones generales orientadas a la estrategia y en el capítulo VIII se expone la estrategia y el plan de acción. En anexos se incorporan los instrumentos de trabajo, listas de participantes, referencias de los mojones del territorio indígena y documentos legales que ilustran los reclamos del PIT planteados al Estado de Nicaragua en diferentes administraciones. Para esta consultoría resultó determinante poder considerar a la luz de fuentes primarias, históricas y etnográficas la presencia real y verdadera de la entidad llamada Pueblo Indígena o Comunidad Indígena de Telpaneca, a fin de garantizar al

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Estado de Nicaragua los elementos objetivos que sean de utilidad para la definición de sus políticas y para la toma de decisiones en torno a temas particulares como el barrido catastral y el ordenamiento de la propiedad.

Lic. Francisco Chevez, Dr. Giovanni Delgado y Cro. Benito Basilio, del Comité de Seguimiento, en sesión de trabajo en la PGR, en Managua, dando seguimiento al proceso de la Consultoría y revisión de informes.

Ings. Claudia Amador, Joel Rodríguez y Mario Cornavaca, y Dras. Carmen Benavidez y Angelita Rodríguez, de la Intendencia, y Dra. Rosario Valdivia de la PGR en Madriz, atienden las palabras de don Manuel Martínez del Consejo de Ancianos

Cros. Yader González y Erick Contreras, explicando en el mapa ubicación del sitio El Silencio, en tierra india de Telpaneca.

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III. RESULTADOS DEL ESTUDIO ETNOHISTORICO Y JURIDICO DE LA COMUNIDAD INDÍGENA DE TELPANECA

A. Presentación

El estudio que nos ocupa busca aproximarse antropológicamente al asunto de la tenencia de la tierra en una comunidad indígena. En esencia, nos dirigimos a analizar a una comunidad particular del conjunto de comunidades que configuraron y dieron forma a la nación nicaragüense en un proceso de su formación en el cual se fueron incorporando sucesivamente sujetos y actores sociales diversos, económicos, culturales e institucionales. Nos interesó identificar y aportar los elementos que caracterizan a esta comunidad desde su aparición en el escenario prehispánico, con sus adaptaciones y continuidades experimentadas en el proceso colonial hasta la actualidad manifiestas en su identidad y ser social como pueblo indígena de Nicaragua. En ese largo recorrido por el tiempo, el asunto de la restitución de derechos indígenas, el asunto del ordenamiento de la tenencia de la tierra desde un enfoque antropológico, resultan ser temas centrales para la comprensión general de los derechos de la comunidad indígena de Telpaneca y para el resto de pueblos indígenas de este sector del país. No en balde, el marco general que sirve de soporte a esta consultoría es, precisamente, el proyecto de ordenamiento de la propiedad y de restitución de derechos. Partiendo de la definición que el Estado de Nicaragua hace de su nación, esto es, de la naturaleza de su carácter nacional reconociéndose como entidad étnicamente plural, el presente estudio se situará en correspondencia al marco figurado en uno de los principios políticos oficiales de la nación y del estado nicaragüense: el pluralismo étnico y jurídico. En esencia, este principio admite que la nación nicaragüense está integrada por sujetos diversos, cultural y étnicamente hablando, además de reconocer a otros tipos de sujetos con diferencias de orden socioeconómico que han sido más comúnmente reconocidos, como las de clase o posición económica. La Constitución político de 1987 y su reforma de 1995, marcaron, en este sentido, un nuevo derrotero en el marco jurídico y político de las relaciones entre el Estado de Nicaragua y los Pueblos Indígenas al darles a estos sujetos el reconocimiento de derechos políticos o constitucionales que antes no tenían. El pluralismo

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étnico y la diversidad no son, pues, una mera declaración, sino un hecho contundente en el sistema político y jurídico nicaragüense. Es en el artículo 5 de la Constitución Política de Nicaragua donde se encuentra el principal esquema que debe guiar cualquier consideración al sentido e interpretación de los derechos de una comunidad o pueblo indígena a sus temas particulares como el de la tenencia de la tierra. Desde este marco superior, constitucional, el asunto de la tenencia de la tierra como un aspecto ordinario de la economía y el derecho será observado desde una perspectiva antropológica, que no es sino focalizar la etnografía y desenvolvimiento de la comunidad indígena de Telpaneca (PIT) como entidad histórica, cultural, económica, social y política en la Nicaragua de hoy. El mismo hecho de tener a la vista el término de “comunidad indígena” y el de “pueblo indígena” es una expresión más que semántica pues nos lleva a ver las continuidades y los cambios en materia del reconocimiento de derechos de este sujeto, hecho que experimenta un largo proceso en la vida del estado que alumbra momentos de pérdida y procesos de recuperación de derechos, y hoy día este proceso se orienta hacia la restitución de los mismos. Antes de la constitución política de 1987 el tema indígena no formó parte de la estructura del constitucionalismo nicaragüense. Se puede constatar que en ninguna de las diez constituciones anteriores a la de 1987 y sus reformas de 1995/2005 se estableció reconocimiento alguno de derechos a este nivel para las comunidades indígenas. En cambio, en la legislación ordinaria, en decretos, reglamentos, ordenanzas, sentencias de tribunales, consultas de la Corte Suprema de Justicia y en disposiciones administrativas de distintos órganos del poder ejecutivo, si era posible encontrar referencias a derechos menores reconocidos por el Estado a las llamadas entonces “comunidades indígenas”. Una de las características de ese viejo orden era la consideración de las comunidades indígenas como entidades de subciudadanía. En una “consulta” de la Corte Suprema de Justicia del año 1974 emitió opinión doctrinal en el sentido que las comunidades indígenas constituían entidades “cuasi-municipales” y reconocía que los documentos librados por sus autoridades tenían el carácter de “documentos públicos”. Aunque, de hecho, la naturaleza que le asignaba aquel viejo orden, en la práctica, dejaba a las comunidades indígenas como semi entidades de derecho privado en una total discriminación por la cual se le negaba protección jurídica estatal efectiva a los pueblos indígenas. En algunos casos se pretendía

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justificar tales atropellos, arguyendo antes que argumentando, el mito de la “extinción” de las comunidades indígenas. También se observa en las determinaciones del estado de ese periodo la consideración de las entidades indígenas como estructuras “provisionales” que estaban por “desaparecer”. Por lo mismo y como resultado del hecho fehaciente de que las comunidades indígenas no desaparecieron, debemos admitir que en el sistema político nicaragüense se produjo una ruptura respecto a la discriminación jurídica preexistente hacia las Comunidades Indígenas, que se expresa con la nueva Constitución política de 1987 y las reformas antes dichas de 1995, ruptura que ha sido apenas el inicio de un ciclo de democratización inclusiva para las comunidades o pueblos indígenas mediante el reconocimiento de derechos y su plena eficacia. Por lo que no debemos pensar que por sí mismo la mención constitucional de los pueblos indígenas resuelve un conflicto de tan larga e injusta simiente y que no sea un asunto sumamente complicado de resolver en términos jurídicos como en términos económicos y político-administrativo, para la sociedad en su conjunto. De suyo es de comprender la presencia reiterada de actitudes entre funcionarios de los órganos del poder público o entre ciudadanos, que son coherentes con el viejo sistema discriminatorio que niega reconocimiento a las Comunidades o Pueblos Indígenas. O bien la presencia de conductas de tipo habitus4 que se desencadenan desde valores coherentes a una concepción del mundo donde los indígenas no son determinados en forma positiva. El peligro de que tales actitudes y conductas se expresen en relaciones de poder que naturalicen las desigualdades, la inequidad, la invisibilidad y la marginación de las comunidades indígenas, es una posibilidad que debe llamar la atención de las autoridades y prevenir que se materialice por descuido o por omisión, en prácticas de discriminación. Esta complejidad de la situación indígena, evidentemente, no es tampoco un argumento válido para mantener

4 Pierre Bourdieu (1930-2002) construye el concepto de habitus para exponer cómo funcionan las diferencias sociales. Explica el habitus como un sistema de disposiciones duraderas que funcionan en diferentes campos sociales al margen de la voluntad y conciencia del individuo, como principios organizadores de sus prácticas y representaciones. Es la cultura in-corporada que se materializa en actitudes y conductas de las personas, en su actuación cotidiana e institucional como expresión de esquemas mentales profundos que actúan como disposiciones “pre-reflexivas” del “inconsciente social”. Quizá ayude a explicarnos la reiteración de acciones y omisiones de funcionarios en torno a desconocer derechos de las comunidades indígenas. De allí que apuntamos en el plan de acción medidas de sensibilización y capacitación. Ver Bourdie, Pierre (1998) La Distinción. Taurus, Madrid.

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tal statu quo sino que, por el contrario, las instituciones públicas están en primer lugar obligadas a identificarlas, prevenirlas y superarlas, en cumplimiento del mandato constitucional y del desarrollo de la justicia y del derecho. Tampoco veamos esto como un fenómeno exclusivo de Nicaragua. De hecho, lo que se ha producido en el país en materia de nuevos derechos de pueblos indígenas, no es un fenómeno aislado entre la comunidad de países de la región americana, pese a las particularidades que Nicaragua como país plantea en esta materia y pese a los avances logrados en la materia en la zona del Caribe nicaragüense. Así, somos testigos que el asunto de los pueblos indígenas, de su reconocimiento constitucional y legal, es un proceso que ha conmovido a muchos países de América Latina, desde Guatemala donde una indígena abusada por el sistema político llegó a ser figura internacional como es el caso de la dirigente Rigoberta Menchú, Premio Nóvel de la Paz, y quien fue incluso candidata a la presidencia de la república en su país. Un asunto este inimaginable e impensable en el marco de los sistemas constitucionalistas que consideraban en forma monocultural y machista a las naciones latinoamericanas un par de décadas atrás. Similar situación hemos visto experimentar en otros países sudamericanos como en Bolivia y Perú. En la Bolivia contemporánea ascendió primero a la vicepresidencia de la república un indígena aymara5 para posteriormente alcanzar la presidencia otro ciudadano indígena como lo es el caso de Evo Morales Ayma (Oruro, 1956), su actual presidente. La nueva constitución política boliviana declaró el nuevo carácter del país como “estado plurinacional, democrático, participativo”. En Perú, el nuevo presidente de la república que recién ha tomado su cargo es Ollanta Humala Tasso de innegable ascendencia indígena. También en Colombia y en Venezuela se experimentan procesos de reconocimiento de derechos a las comunidades o resguardos indígenas. Incluso en Colombia un sistema legal específico constitucional garantiza la representación indígena en el poder legislativo de forma muy novedosa con independencia del tamaño de la población indígena y garantiza una cuota del presupuesto nacional a los resguardos indígenas. La legislación internacional ha acompañado también estos procesos de evolución jurídica si tomamos en cuenta el hecho que desde 1957 se venía discutiendo en las Naciones Unidas

5 Se trata de Víctor Hugo Cárdenas Conde (1952)

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cierta legislación referente a los pueblos indígenas o sociedades originarias sin que se lograran avances concretos por más de treinta años. Es el caso del llamado Convenio 157 para las sociedades “tribales”. Tanto tiempo se mantuvo este proyecto en la Asamblea General de las Naciones Unidas que al final del siglo XX se transformó hasta cambiar de nombre y recoger elementos del derecho a la autonomía en la forma de un nuevo instrumento que conocemos como el “Convenio 169” de la OIT. Nicaragua es uno de los últimos países en haber ratificado este Convenio como lo hizo el actual gobierno al asumir el periodo presidencial, y ya está entrando en vigencia en este año de 2011. El Convenio 169 había sido suscrito por Nicaragua en 1993 pero el mismo quedó sin lograr su ratificación por casi veinte años. Paralelamente, la Asamblea General de las Naciones Unidas también aprobó una Declaración sobre derechos de los Pueblos Indígenas, misma que ha sido ratificada por el gobierno de la república de Nicaragua en el año 2010, incorporándose ambos instrumentos como normas vigentes y efectivos del ordenamiento jurídico nicaragüense. El largo camino hacia la democratización inclusiva para los pueblos indígenas en las sociedades nacionales de América Latina, es, sin embargo, un camino cuesta arriba. El mismo legislador constitucional nicaragüense, se encarga de mostrar que el reconocimiento y el alcance de los derechos de los pueblos indígenas es una “meta” del Estado de Nicaragua, a la vez que es un hecho al que se llega en temas particulares solo defendiendo los mismos. Así lo dice el legislador en el artículo 27 Cn: “Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derechos a igual protección. No habrá discriminación por motivo de nacimiento, nacionalidad, credo político, raza, sexo, idioma, religión, opinión, origen, posición económica o condición social.” Este artículo establece la igualdad de todos ante la ley y al mismo tiempo hace la advertencia que no habrá discriminación forma gramatical en tiempo futuro que nos advierte de la existencia de ella y que, precisamente, este artículo y otros, se encargan de proscribir la discriminación como una práctica que se arrastra del pasado colonial y neocolonial. El artículo 48 de la Constitución, in fine, en el capítulo de los derechos políticos, ensambla en sus metas y objetivos, en sus nuevos principios constitucionales, el compromiso del estado en esta materia al señalar que:

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“Es obligación del Estado eliminar los obstáculos que impiden de hecho la igualdad entre los nicaragüenses y su participación efectiva en la vida política, económica y social”. El artículo 91 de la Constitución retoma el asunto para reiterar que: “El Estado tiene la obligación de dictar leyes encaminadas a promover acciones que aseguren que ningún nicaragüense sea objeto de discriminación por razón de lengua, cultura y origen” Conoce a ti mismo reza la antigua sentencia griega válida para personas, etnias y naciones.

B. Pertinencia de la Historia

La presencia del Pueblo Indígena de Telpaneca, con su población, territorio y gobierno propio, y su localización en el ámbito político administrativo del municipio de Telpaneca, es un hecho que tiene constatación histórica y supera al mismo municipio. Está vinculado este pueblo de manera inseparable a un territorio ancestral conforme su memoria histórica lo manifiesta. Asimismo, esta relación se encuentra debidamente registrada por la historia escrita de Nicaragua debido a las acciones mismas del Pueblo Indígena de Telpaneca que a lo largo de los 500 años últimos han permitido su registro. De igual forma está debidamente documentada la expresión de sus derechos en instrumentos legales logrados por el propio esfuerzo del Pueblo Indígena de Telpaneca, quien así lo ha hecho saber a distintas instituciones del Estado de Nicaragua, en diferentes gobiernos, e incluso, se encuentran esos instrumentos inscritos en el Registro Público de la Propiedad Inmueble y Mercantil. De manera que, para la Procuraduría General de la República, es de suyo necesario y útil conocer el vínculo histórico y cultural del Pueblo Indígena de Telpaneca con su territorio ancestral del cual, como lo muestra este estudio, nunca se ha separado ni jurídicamente desligado. De igual forma el Pueblo Indígena de Telpaneca ha construido una relación legal sobre su territorio ancestral de manera efectiva y consistente a pesar de las políticas de explotación y discriminación jurídica del sistema colonial y neocolonial aplicadas en su contra cuyos ecos nos llegan hasta la actualidad, tal como se aprecia en la relación del tracto histórico y legal de sus derechos. En respuesta, el Pueblo Indígena de Telpaneca ha obtenido de parte del Estado de Nicaragua, en diferentes épocas y sistemas políticos, el

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reconocimiento explícito e implícito de sus derechos sobre el territorio ancestral. Se aprecia en esta relación histórica y jurídica que el Pueblo Indígena de Telpaneca ha sido víctima de abusos, represiones, persecución y encarcelamiento de líderes, expropiación de parte de sus terrenos, desconocimiento de sus derechos, aprovechamiento de sus recursos y de sus bienes por terceros y por agentes del Estado, sin mediar en todo ello el consentimiento del pueblo indígena que, al contrario, ha sostenido en todo tiempo el reclamo por el derecho de propiedad que le corresponde como pueblo originario y como titular único de l4 caballerías de tierra medida antigua. Las referencias indican que ese territorio ancestral se encuentra amojonado desde al año de 1622 y que esas tierras fueron objetos de remedidas en 1879 e inscritas en 1904 y últimamente en 2003 a nombre de los “Naturales del Pueblo de San Juan de Litelpaneca” o Pueblo Indígena de Telpaneca. Téngase presente la relación positiva entre la historia de un pueblo y su territorio a efectos del alcance del derecho de propiedad. Este es un elemento fundacional del derecho de propiedad de los pueblos indígenas, campo al que la jurisprudencia internacional en materia de derechos de pueblos indígenas le da una importancia considerable, al punto de ser un hecho fuente y sustento de derecho aplicado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en varios casos. La CIDH considera los vínculos históricos de un pueblo con su territorio ancestral como elemento clave para relevar la continuidad histórica de los pueblos indígenas y para identificar y salvaguardar sus derechos. Todo lo cual forma parte de la identidad cultural de un pueblo indígena como hecho histórico que da identidad y pertenencia étnica. Así lo ha sentenciado la Corte recientemente en los casos de la comunidad Xákmok-Kásek Vs. Paraguay donde hubo reparación y costas6. Además, el Estado de Nicaragua al procesar los derechos históricos reclamados por los pueblos y comunidades étnicas de la sección oriental de su territorio, mejor conocido como Costa Atlántica, ha desarrollado conceptos, legislación e instituciones que reconocen derechos históricos; por lo que, por un principio de simple analogía jurídica, son aplicables también a otros pueblos indígenas nicaragüenses situados en la zona norte del país.

6 Corte IDH, Sentencia de 24 de agosto de 2010. Caso de la comunidad indígena Xákmak Kásek V. Paraguay, Serie C, No. 214, párr. 35.

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Entremos pues al mundo de los orígenes de esta entidad llamada Pueblo Indígena de Telpaneca según diferentes enfoques científicos que nos auxiliarán en su conocimiento, acudiendo a las referencias arqueológicas presentes en el territorio. a. Referencias Arqueológicas en Telpaneca. Justificación de la ancestralidad del Pueblo Indígena de Telpaneca.

Es hasta en tiempos muy recientes que se han podido hacer los primeros estudios arqueológicos en la zona del Departamento de Madriz y en general de toda la zona del Centro y Norte del país7. El análisis de sitios y de cerámica prehispánica encontrada en el Departamento de Madriz, arroja información que demuestra la presencia sobresaliente de un tipo de cerámica que por su particularidad ha sido llamada Segovia Naranja, la cual se encuentra en forma densa únicamente en la zona norte y central del país. Este rasgo es considerado por los especialistas como una indicación de la presencia de cerámica de fabricación local, y no importada desde otras zonas. Otros tipos de cerámica localizados en estos estudios son igualmente de origen norteño tales como los llamados Ulúa Polícromo, Babilonia y Banda Polícromo, que son tipos originarios de Honduras. También se han encontrado pero en menor proporción otros tipos de cerámica procedente del Pacífico de Nicaragua, propios de la zona llamada Gran Nicoya, tales como Papagayo Polícromo, Vallejo Polícromo, Combo Colador, León Punteado, Pataky y Sacasa Estriado. El criterio de los arqueólogos nicaragüenses del Museo Nacional es que la zona del norte del país formó parte, primero, de un espacio culturalmente homogéneo y que, posteriormente, estuvo en contacto y fue parte de un corredor de intercambio cultural y comercial entre el Pacífico nicaragüense o área de la Gran Nicoya, y el Sur de El Salvador y de Honduras. A esto habría que agregar la presencia de contactos culturales con los pueblos de la zona del Caribe. En este sentido se reconoce a Nicaragua como una provincia de la periferia de Mesoamérica. La sección territorial del Río Coco, en el departamento de Madriz es exclusiva del territorio indígena de “Litelpaneca” donde el río corre en un plano inclinado de altitud situada entre 496 msnm hasta los 356 msnm al salir del departamento y territorio de este pueblo indígena para entrar de nuevo a Nueva Segovia, y a Jinotega con

7 Ver, Espinoza Edgar, Loreine Fletcher y Ronald Salgado (1996) Arqueología de las Segovias: Una secuencia cultural preliminar. Instituto Nicaragüense de Cultura / Organización de Estados Americanos. Managua.

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294 msnm al pasar por Wiwilí y seguir bajando de altitud en la medida en que avanza sus aguas con rumbo a la llanura del Caribe Norte, en la RAAN, con destino a su desembocadura en el sitio histórico de Cabo de Gracias a Dios. Estos primeros estudios arqueológicos de la zona “alta” del río Coco, en el municipio de Somoto, ofrecen los primeros datos organizados que muestran la presencia de numerosos sitios arqueológicos localizados en las orillas de sus ríos afluentes que abren nuevas hipótesis en relación a los contactos con esta zona. Por otro lado, estudios de arqueología social desarrollados por el costarricense Oscar Fonseca, son coincidentes en señalar la presencia en ese mismo espacio y tiempo, de una cultura que denomina de tradición chibchoidea8, cuya sociedad, sería preexistente a las migraciones mesoamericanas de los chorotegas, nicaraos y maribios, y por ende contemporánea con los MISUMALPAS. También, desde la perspectiva de la etnohistoria moderna se coincide al respecto, y se ha verificado que las migraciones de los chorotegas y nicaraos, entre los siglos VIII-XII, de los maribios o sutiabas, y de las tardías llegadas de los pochtecas o comerciantes mexicanos aztecas al tiempo inmediato anterior a la conquista española, en el siglo XVI, debieron presionar y desplazar progresivamente a aquellos pueblos MISUMALPAS pobladores originarios de Nicaragua, desde diferentes lugares y direcciones9. Sobre esta ruta prehispánica tardía de mangües y nahuas de Nicaragua, es que los españoles se montan en el proceso de conquista y colonización de la zona del norte segoviano de Nicaragua. Esta sección de la geografía del país durante la colonia temprana fue identificada como área de influencia de pueblos llamados “chontales”, y cuyo término persistió entre los siglos XVII al XIX. Es esa la razón por la que en la colonia temprana, a los indios de esas extensas zonas, los españoles llaman “chontales”, y luego definen a ese territorio con el nombre de Corregimiento de Chontales y Matagalpa y también denominado Corregimiento de Sébaco y Matagalpa. Los españoles, al implementar la política de “reducciones” o de “congregación”, que eran formas de reasentamiento de las comunidades indígenas originarias, aplicadas ya por la fuerza o la necesidad para fundar nuevos poblados, fueron removiendo la huella de aquella organización territorial y política

8 Fonseca Zamora Oscar (1984) “El concepto de área de tradición chibchoide y su pertinencia para entender Gran Nicoya”. Revista Vínculos Volumen 18 y 19, Nos. 1-2. 9 Ver también Carmack, Robert (1993) Historia Antigua. Historia General de Centroamérica, tomo 1. FLACSO, Madrid.

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prehispánica anterior al siglo XVI. Por tal razón, hoy día, esa huella no es tan evidente y sobre la cual se posan las actuales divisiones políticas y administrativas del país, de municipios, departamentos y regiones. b. Litelpaneca: Geografía y vinculación histórica al río Coco

La vinculación del pueblo indígena de Telpaneca con el río Coco y su hábitat es muy importante de destacar no sólo por cuanto este es el más largo de Nicaragua sino por el hecho de que aún en la actualidad este río tiene en sus riveras la mayor cantidad de pueblos indígenas de Nicaragua. Este pueblo está vinculado cultural y materialmente a este río, de hecho, este vínculo lo contiene su nombre ancestral mismo: Li-Telpaneca, y que no es su significado otro sino Rio de Telpaneca. Hoy día Telpaneca es el pueblo indígena de mayor consideración política y demográfica que se ubica en sus márgenes y así lo fue durante la época colonial, un hecho que nos ilustra para una lectura de Telpaneca como un territorio construido por una sociedad particular. Es la razón de que los mismos españoles llamaran a este río, en los siglos XVII y XVIII “río de Telpaneca”. Desde la época prehispánica existen asentamientos indígenas en las márgenes del Coco en el territorio de Telpaneca. Últimamente se ha localizado en las comunidades de La Loma y El Zapotillo, que forman parte del Pueblo Indígena de Telpaneca, numerosos montículos y restos cerámicos que denotan el desarrollo local de estilos artísticos muy finos que presume su articulación con actividades de intercambio comercial con otros pueblos de la zona de la actual Honduras, del interior de la Mosquitia en el amplio margen espacial de la cuenca del río Coco, y de las áreas del Pacífico y por supuesto de todo el centro norte. El río sentó las bases para la construcción de cosmogonías antiguas que se aprecian en la simbología relacionada a este medio de vida en la forma del símbolo de la Serpiente o “Yara” en el idioma ancestral de los Telpanecas10. Siendo el río un ser vivo y el eje de una geografía sacra, es reproducido en motivos y símbolos apreciables en la cerámica prehispánica que se localiza en Telpaneca al igual que en mitos y leyendas allí difundidas como la culebrita nagual o la mujer serpiente que se transformó en el río Coco. Este personaje o cihuacoatl, es un antiguo mito prehispánico extendido en un amplio territorio

10 Yaraje es topónimo de un sitio cercano en las márgenes del río Coco en Nueva Segovia.

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del norte centro del país cuya simbología expresa la vitalidad primaria del agua o “li” en el ciclo de la vida.

Arriba: Familia indígena y vista del río Coco a su paso por el puente-vado de Telpaneca. Abajo: Mapa comunitario de El Limón y medallón polícromo con figura mortuoria orlada por una serpiente coral o “yara”.

El río es la fuente de vida de este pueblo en tanto que sus aguas irrigan las vegas aprovechadas en la agricultura base de su economía como correlato económico de la simbología del río como espacio y energía vital. El río Coco es pues, la columna vertebral

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sobre el cual se desarrolló este pueblo desde la antigüedad hasta el presente dándole expresión al territorio ancestral. c. Phyllum lingüístico del Pueblo Indígena de Telpaneca

Oviedo, el mejor cronista español en cuanto a la amplísima descripción que hace del Nuevo Mundo donde la provincia de Nicaragua ocupa en gran espacio, es, evidentemente, el mejor descriptor de las características etnográficas de la población autóctona de Nicaragua al momento del contacto de los conquistadores españoles con los pueblos originarios. Oviedo, con sus propias palabras, distingue perfectamente las diferencias culturales existentes entre los diferentes pueblos originarios del país, destacando que los principales son “chorotegas”, “nicaraos” y “chontales”. Refiere al respecto: “… Nicaragua es un gran reyno, de muchas é buenas provinçias, é las más dellas anexas á quatro o cinco leguas distintas, apartadas é diversas las unas de las otras. La principal es la que llaman de Nicaragua, y es la mesma que hablan en México ó en la Nueva España. La otra es la que llaman de Chorotega, é la tercera es Chontal. Essos chondales es gente más avillanada, é moran en las sierras ó en las faldas dellas. Otra hay ques del golpho de Orotiñaruba haçia la parte del Nordeste, ó otras lenguas hay adelante la tierra adentro…”11 Oviedo claramente reconoce los idiomas diversos que hablan estos pueblos del país que están conquistando, y respecto de las diferencias lingüísticas apunta: “… assimesmo son diferentes de los unos con los otros, ni se paresçe más que la del vizcayno con el tudesco…”12 En la ruta que traza Oviedo en el año 1528 para mostrar la ubicación de la provincia de Telpaneca caracterizada por la presencia de oro en abundancia, se identifican a varios pueblos como es el caso de Olocotón, Somoto, Condega y Olomega, entre otros, a los que llama Guanexicos, todos ellos identificados como pueblos “chontales”. Algunos de estos mismos pueblos los encontraremos mencionados en el censo que se levanta en el año de

11 Oviedo (1976:302). 12 Oviedo (1976:306). Oviedo es irónico en su comparación de los tres idiomas mayoritarios de Nicaragua en el siglo XVI, pues el vizcayno es hablado en la península ibérica en la provincia de Vizcaya, y es uno de los principales dialectos vascuences, en tanto que el tudesco que uso a modo de comparación, es un dialecto alemán hablado en Thiudiska, una región de la Sajonia inferior.

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1571, durante la gubernatura de Cherinos, los que son identificados como pueblos “chontales de León”13. Así mismo, también se mencionan nuevamente a varios de estos pueblos de la zona de Telpaneca en otra importante fuente histórica como es la Relación de fray Alonso Ponce del año 158614, ahora son identificados como pueblos de habla “ulúa” distinguidos claramente por el cronista de otros pueblos de la costa del Pacífico de El Salvador y de Nicaragua hablantes del idioma identificado como mexicano corrupto o lengua pipil/nicarao y del mangue o chorotega. Los lingüistas modernos consideran que el “ulúa” de Ponce se trata del mismo “chontal” de que hace referencia Oviedo, como también consideran que es el mismo dialecto llamado “cacaopera” el cual se identifica con la moderna clasificación que terminó por denominar a este idioma como “matagalpa”. Más adelante, este mismo idioma chondal-ulúa es llamado “xicaque”, “popoluca” y “caribe” en oposición al idioma que los españoles de Nueva España y Guatemala han utilizado como lengua general para sus labores de evangelización. Las denominaciones de “xicaque” y “popoluca” corresponden en significado al mismo que atribuía Oviedo al término “chontal”. Igualmente, la voz “Caribe” era usada en el sentido de “salvaje” que es la interpretación que se hace de la voz “chontal”15. El lingüista Walter Lehmann, quien visitó Nicaragua en 1909 y recorrió casi todo el país estudiando los idiomas indígenas, encontró ancianas que aún hablaban el Sutiaba y rescató muchos de sus elementos. Dice al respecto que la voz con que los sutiabas identificaban a los “indios caribes” es la palabra “rúzcuñú” equivalente a “indómitos”, “salvajes” o “paganos”, término dentro del cual incluían a los indios de la antigua Mosquitia. Agrega Lehmann que los sutiaba usaban la palabra “rézúu” para identificar a los “indios ramas”. Lehmann también encontró que entre los indios chorotegas o mangues de la zona de Masaya la voz “Caribe” era usada para referirse a los indios de la zona del otro lado del lago de Nicaragua al igual que era común

13 Ver Van Broekhoven, Laura N. K. (2002) Conquistando los Invencible. Fuentes históricas sobre las culturas indígenas de la región Central de Nicaragua. Research School CNWS, Leiden, The Nederlands. 14 Cibdad Real, Fray Antonio (1965) “Relación de las cosas que sucedieron al padre Fray Alonso Ponce, Comisario General de las Provincias de Mueva España, 1586”, En Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano, Vol. 10, No. 58, Managua. 15 Ver, Ibarra, Eugenia (1992) “Los Matagalpas a principios del siglo XVI, aproximaciones a las relaciones interétnicas en Nicaragua (1522-1581)”. En Vínculos, Vol. 18 y 19, Nos. 1-2. Revista de Antropología del Museo Nacional de Costa Rica, San José.

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la palabra “caribito” para denominar las cabecitas de animales o antropomorfas de barro que se encontraban en la tierra en sus huertas, similar a cosa antigua16: “… Este término "caribes" tiene que ver sólo accidentalmente con los caraibos de Sudamérica. Me parece más lógico suponer que esta denominación "caribes" originalmente fue derivada del término corobicí (caribicí) de los antiguos autores, para los habitantes "salvajes" de las selvas vírgenes en el sur del lago de Nicaragua y que más adelante fue transferido a los habitantes menos civilizados de la costa atlántica en el sentido del "chontal" mexicano…” Los científicos modernos que han estudiado consistentemente los antecedentes etnohistóricos y lingüísticos de Nicaragua sitúan a Telpaneca, sin lugar a dudas, como uno de los pueblos vinculados al territorio e idioma llamado “matagalpa”. El doctor Jaime Incer Barquero escudriñó minuciosamente las hojas cartográficas a escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional (hoy INETER) e identificó a más de 300 vocablos de evidente filiación matagalpa. Explica el doctor Incer que estos topónimos se encuentran en profusión en dos áreas geográficas bien definidas17: “…una, alrededor del curso superior del río Coco, amplio territorio comprendido entre lo que hoy es Somoto-Ocotal-Telpaneca-Pueblo Nuevo, dentro del cual existen algunos topónimos que se repiten en territorio hondureño. Una segunda área se ubica en Matagalpa-San Ramón-San Dionisio-Muy Muy, donde además aparecen términos con raíces similares al sumu…” Otro estudioso contemporáneo de las lenguas indígenas como es el Dr. Costenla Umaña, señala, siguiendo la recopilación del padre Noguera de 1855, que el idioma “matagalpa” se hablaba en los pueblos de los departamentos de18: “… Matagalpa, Madriz y Nueva Segovia, como San Ramón, Muy Muy, Sébaco, Telpaneca, Palacagüina, Yalagüina, Condega, Totogalpa y Somoto…”

16 Lehmann, Walter (1910) Abhandlungen und vortrage. Ergebnisse einer Forschungsreise in Mittelamerika und Mexico 1907-1909 (Resultados de un viaje exploratorio en Centroamérica y México, 1907-1909). 17 Incer, Jaime (1985:265) Toponimias Indígenas de Nicaragua. Editorial Libro Libre, San José. 18 Costenla Umaña, Adolfo (1991:195) Las lenguas del Area Intermedia: introducción al estudio areal. Editorial de la Universidad de Costa Rica, San José.- También, (1994) “Las lenguas de la Gran Nicoya”, en Revista VINCULOS, Revista de Antropología del Museo Nacional de Costa Rica, Volumen 18/19, San José.

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Los pueblos originarios de Nicaragua han sido estudiados en cuanto a su origen y phyllum lingüístico y han agrupado las lenguas originarias en cinco grandes familias las que han sido ampliamente estudiadas. Primero estaría el grupo del phyllum MISUMALPA acrónimo que integra a mískitos, sumus o mayangnas y matagalpas como una familia de lenguas emparentadas como se muestran en el esquema siguiente:

Procedentes del Norte, alcanzarían el territorio de C. A. en épocas remotas, quizá 6,000 años atrás expandiéndose hasta Colombia interactuando con pueblos sudamericanos y dando lugar a la cultura de tradición chibchoide

MISUMALPA Probablemente su arriba a Nicaragua también fue tardío respecto al resto de MISUMALPAS. Quizá fue coetáneo con las migraciones chorotegas y nicaraos en el otro SUMALPA extremo del país empujados todos por la emergencia Resistieron las migraciones azteca. A partir de 1630 entran en contacto con los procedentes del sur de México ingleses y africanos para dar forma a los mískitos. desde el siglo VIII SUMU O MAYANGNA MATAGALPA BAWIKA MÍSKITU XICAQUES

LENCAS PRINZU MAM CACAOPERA ULUA kUKRAS TÁWIRA WANGKI LILISQUE MATAGALPA ULWA TAWAHKA TWAHKA PANAMAHKA

Sur de Norte Norte centro Oriente de Honduras Centro de Sureste de El Nororiente Honduras Litoral Norte Nicaragua Nicaragua Salvador Suroriente Nororiente de Nororiente de Noreste de Chinandega Nicaragua Nicaragua Nueva Segovia Desaguadero Honduras Nicaragua Madriz Estelí R. G. de Matg. Waspam Rosita Matagalpa Jinotega Chontales Bonanza Río Coco, Puerto Cabezas Prinzapolka Boaco Chontales Waspam Waspam Desaguadero Bocay Pear Lagoon Establecidos en un piso ecológico arriba de los 400 msnm En el litoral del Mar Caribe

Esquema MISUMALPA: Elaboración propia en base a fuentes citadas

Walter Lehmann, recorrió Nicaragua y Centra América entre 1907 y 1909 y realizó el mayor estudio de los idiomas indígenas centroamericanos, que se haya realizado hasta hoy día19, y es quien sentó las bases para el análisis comparativo de los numerosos elementos gramaticales comunes entre los idiomas mískito, sumu y el hoy extinto idioma matagalpa. Concluyó que de este grupo de idiomas de Nicaragua diferentes a los idiomas del pacífico (chorotega, nahua y maribio), el sumo y el matagalpa conformaban una subfamilia de

19 Lehmann, Walter (1920) Zentral Amerika- Teil I, II. Die Sprachen Zentral Amerikas. Berlín. Vol. I y II.

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lenguas, y que estaría vinculada al gran tronco o phillum macro chibcha20. Al tiempo de la estancia de Lehmann en Nicaragua el idioma matagalpa, llamado también chontal y popoluca, aún se hablaba en las comarcas, en un territorio amplio de Nicaragua, que incluía los actuales departamentos de Chontales, Boaco, Matagalpa, Jinotega, Estelí, Madriz, Nueva Segovia y norte de Chinandega y continuaba en los territorios inmediatos, en los departamentos del sur de Honduras y del oriente de El Salvador. El hecho que encontremos la huella prehistórica de estos pueblos, marcando el territorio del país desde la época paleoindia, ocupando un espacio geográfico contiguo que cubre la gran mayoría del territorio del país, contribuye a ratificar esta tesis. Las más antiguas huellas humanas como las de Acahualinca con cinco mil años de edad, hasta los restos de shell mounts, en el litoral del Mar Caribe, en la RAAS, con estimaciones de 6 mil años de antigüedad, marcan el tiempo largo de los orígenes del poblamiento del territorio de Nicaragua que recibió las primeras oleadas migratorias de comunidades humanas organizadas en grupos de cazadores recolectores. Las estimaciones del etnólogo Gregorio Smutko21 refieren que pueblos procedentes del norte de origen nahua arribarían al país unos 6 mil años atrás, los que darían forma a los macrochibchas una de cuyas culturas más llamativas es la de los “muisca”, ocupando el istmo de Centroamérica hasta Panamá y Colombia, y sentando las bases del tronco MISUMALPA. Estos pueblos habían resistido varios procesos de expansión, concentración, aislamiento, integración y separación por diversos motivos tales como invasiones, guerras, divisiones políticas, procesos de aculturación, influencias lingüísticas de otros idiomas también americanos (mangue, nahua) y europeos (español e inglés) al punto que sus fisonomías han sido más o menos modificadas y sufrido desplazamientos en el territorio. Entre los siglos VIII y XII se produjeron nuevas migraciones, ahora de de pueblos hocanos, otomangues y nahuas, desplazados de la zona de México como resultados del llamado colapso maya del año 800 d.C. y a quienes conocemos como chorotegas, maribios y nicaraos, ubicándose

20 Lehmann, Walter (1910) Resultados de un viaje exploratorio por Centroamérica y México 1907-1909. 21 Smutko, Gregorio (1985) La Mosquitia. Historia y cultura de la Costa Atlántica. Editorial La Ocarina, Managua.

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estos en la franja del pacífico, un piso ecológico particular, luego de desplazar de allí a sus antiguos ocupantes sumo-matagalpas.22 De los pueblos mayangnas, que reúnen hoy día al grupo de los pueblos sumos, sobreviven tres variantes idiomáticas en Nicaragua mejor conocidas como “twahkas”, “panamahkas” y “ulwas”, contemporáneos; su localización geográfica actual en las Regiones Autónomas y en el Norte del departamento de Jinotega y en secciones del departamento de Chontales, son tan solo el resultado de la interacción de los últimos 500 años. Una cuarta expresión son los “tawakas” del sur de Honduras. La memoria histórica de los mayangnas permite saber de su presencia en otros espacios de donde fueron desplazados en épocas no claramente definidas de lugares del Centro y del Pacífico y de cuya presencia encontramos su constatación en numerosos topónimos de origen “sumu” en la zona occidental de Nicaragua. Julius Froebel, un etnógrafo europeo que recorrió el país a mediados del siglo XIX, recogió testimonios de indígenas “ulwas” de Chontales quienes en sus leyendas consideraban que sus antepasados habían migrado hasta Chontales procedentes de Masaya23. La separación de los idiomas mayangnas con respecto al matagalpa, de conformidad con los cálculos glotocronológicos, estiman que ocurrió unos 4,500 años24. Otro lingüista moderno, el proffesor Lyle Campbell, de la Universidad de Indiana, estudió en 1974 a la comunidad salvadoreña llamada Cacaopera, en el departamento de Morazán, al oriente de ese país, donde si bien no había hablantes del idioma originario si existían familias cuyos miembros conservaban una serie sustancial de palabras del idioma de sus abuelos. Estos pueblos son del área geográfica que se mencionan en la Relación de fray Alonso Ponce de 1586 como hablantes del ulúa. Campbell, con una amplia experiencia y disponiendo de la base de información moderna recopilada por Brinton (1895) y Lehmann (1910 y 1920) hizo un estudio comparativo de la lengua en referencia y llegó a la

22 Ronas Dolores, quien fue el único diputado “twahka” en el poder legislativo (1984-1990) y quien era un hombre de conocimiento de los idiomas originarios pues hablaba twahka, panamahka, mískito además del español y el inglés criollo, afirmaba que topónimos tales como Xiloa y Managua tenían explícito significado en su lengua materna twahka y panamahka, Managua es “el lugar que se atraviesa por el agua”. El término Cosigüina es considerado de origen matagalpa. La zona norte de Chinandega se encuentra saturada de topónimos matagalpa que son huellas idiomáticas que sobrevivieron a las migraciones mesoamericanas. 23 Froebel, Julius (1978) Siete años de viaje en Centroamérica. Traducción de Luciano Cuadra. Fondo de Promoción Cultural del Banco de América, Managua. 24 Costenla Umaña, Adolfo (1991:197)

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conclusión que el “cacaopera” estaba estrechamente relacionado con el “matagalpa” y que formaban parte de la familia MISUMALPA25. Por su parte el doctor Danilo Salamanca experto en lenguas de este phyllum afirma en sus investigaciones que esta familia se distingue propiamente de los MACROCHIBCHAS y que tiene un vínculo histórico más cercano con la familia de idiomas lencas que se hablaron en Honduras y El Salvador y que los ramas de Nicaragua y los pech de Honduras, estarían más emparentados con los miembros de la familia CHIBCHA26. Sobre el acrónimo MISUMALPA tan mencionado digamos que Bárbara Grimes, otra lingüista, es la responsable del mismo ya que ella le bautizó así en base a los criterios de Lehmann27. Las otras familias lingüísticas presentes en Nicaragua al momento del contacto europeo en el siglo XVI son: la familia OTO-MANGUE, la familia TLAPANECO y la familia UTO- AZTECA de procedencia norteña, y la familia CHIBCHA, de procedencia sureña. La familia Oto Mangue está representada por el mangue que es el idioma de los llamados chorotegas de la franja del pacífico; la familia Tlapaneco representado por los maribios o sutiabas y la familia uto azteca representados en Nicaragua por los nicaraos hablantes de lo que llamaron los españoles “mexicano corrupto” similar el “pipil” salvadoreño, para decir que estos eran de origen nahua y hablaban una variante del náhuatl o mexicano, derivado tal hecho de ser estos pueblos de esa cepa y quienes migraron hacia Centro América varios siglos atrás, usando una forma idiomática que se quedó estancada respecto a la evolución que experimentó el “náhuatl” en el Valle de México, donde adquirió la forma de un idioma con escritura y numeración. De lo antes referido se colige que en el territorio de la zona central y norte de Nicaragua se desarrolló la cultura antigua sumo-matagalpa, expandida en un piso ecológico característico de montaña, entre los 400 metros de altura hasta los pisos máximos que ofrece la geografía de la región. Probablemente fueron los originales habitantes del país hasta que se produjo la

25 Campbell, Lyle (1975) “Cacaopera”. Anthropological Linguistics, Vol. 17, No. 4, April, p. 146-153. Trustees of Indiana University. Jstor. Por lo que es impropio que al idioma “matagalpa” le llamen “Cacaopera” en el censo de 2005, pues el sentido de la información es inverso: en Cacopera hablaban el idioma “matagalpa”. 26 Salamanca, Danilo (2010) “Los idiomas mesoamericanos de Nicaragua en el contexto centroamericano. Informe de una investigación. En WANI, No. 62, Bicu-Cidca, julio-septiembre. 27 Grimes, Bárbara (1978) Ethnologue. Huntington Beach, California. Wycliffe Bible Traslator. Citado por Smutko (1996) La Presencia Capuchina entre los Mískitos 1915-1995. Vice Provincia de los Capuchinos de América Central y Panamá – URACCAN, Cartago, p.4.

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misteriosa desaparición o colapso de los mayas y la irrupción de los mexica que van a dar lugar en un par de siglos a la emergencia del imperio azteca.

Teotihuacán Copán Colapso Maya Tula Migrarían en oleadas a partir del año 800 d.C. como efecto del colapso maya Tenochtitlán Migrarían a partir del 1200 d.C. M empujados por la emergencia I Azteca G R HOKANO OTOMANGUE UTO AZTECA A C I Ó N

A Chololtecas Niquiranos Dirianes Nicoyas Pipiles Nicaraos C E N Golfo de Niquinohomo Diria T Fonseca Masaya Diriamba Nicoya Agateyte Nicarao R Maribios Dírita O El Viejo San Jorge Sutiaba Chinandega Rivas A

M

El El Salvador Honduras

Nicaragua El Salvador Costa Rica

Nicaragua E R I C A Establecidos en un piso ecológico inferior a los 400 msnm, en la franja del Pacífico de Centro América

Esquema MISUMALPA: Elaboración propia en base a fuentes citadas

Proyección imaginaria del Doctor Jaime Incer del territorio habitado por los “matagalpas” cubre la parte norte central del país y la zona del suroeste de Honduras y Oriente de El Salvador. Obsérvese que el departamento de Madriz se encuentra cubierto enteramente. Ver, Incer (1985) Toponimias indígenas de Nicaragua. Ed. Libro Libre, San José.

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C. La Conquista Española y la Provincia Indígena de Telpaneca

Este contexto de conquista y la búsqueda de las fuentes del oro en el norte y centro del país llevó a los españoles a conocer la “Provincia de Telpaneca”. Las fuentes españolas de la colonia temprana destacan dos aspectos cruciales en este corto periodo inicial de la colonización española, entre 1524 y 1529, que nos son útiles para enmarcar a Telpaneca y conocer a sus habitantes originarios. En efecto, un primer aspecto es que los españoles en su afán por encontrar y explotar el oro destacan la presencia de “aguerridos indios chontales” que en esas montañas le hacen la guerra a los conquistadores de una forma tal que alarma a las autoridades de León y Granada por las numerosas bajas que les causan. El segundo aspecto a destacar es la presencia en esa región conflictiva de una zona indígena que llaman “provincia de Telpaneca”. La guerra planteada por esos “chontales” en la “provincia de Telpaneca” impide que los españoles logren establecerse de manera efectiva sino hasta el año de 1543 cuando fundan la Nueva Ciudad Segovia, casi dos décadas después de haber fundado León y Granada, en 1526. Para Oviedo28 esto significaba: “… En algunas partes hay señores ó prínçipes de mucho estado ó gente, assimesmo el cacique Teocatega y el de Mistega, y el de Nicaragua y el de Nicoya é otros tienen vasallos principales é cavalleros (digo varones, que son cabeçeras de provinçias ó pueblos con señorío por sí con vassallos), á los quales llaman galpones: é aquellos acompañan é guardan la persona del prínçipe ordinariamente, é son sus cortesanos é capitanes: é prinçipales; e son muy crudos á natura, é sin misericordia, é muy mentirosos, é de ninguna piedad usan…” De la cita se desprende que cuando Oviedo habla de la provincia de Telpaneca se refiere a una sociedad organizada políticamente, indicando la existencia de “galpones” término plural de “galpón”. Especialistas como el Proffesor Robert Carmack29 interpreta que esta palabra se deriva de “Calpul” que era una forma ancestral de organización política en torno

28 Oviedo (1976:306) Nicaragua en los Cronistas de Indias: Oviedo. Serie Cronistas No. 3. Introducción y Notas de Eduardo Pérez Valle. Promoción Cultural Banco de América, Managua. 29 Carmack, Robert M. “Historia prehispánica de los chorotegas de Nicaragua”. En Revista de Historia No. 14. Mayo 2002. Mario Rizo y Robert Carmack, editores. Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, Managua.

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a la tierra30. Este término lo encontramos reiteradamente en la zona norte en la designación “galpa” que acompaña en el nombre de muchos pueblos del corredor del centro norte tales como Juigalpa, Solingalpa, Matagalpa, Totogalpa, incluidos pueblos de Honduras tales como Juticalpa y Tegucigalpa. No es casual que en la colonia temprana los españoles identificaran este amplio territorio con el nombre de Tologalpa y Taguzgalpa31. Otra voz indígena, propia de esta zona es la palabra “güina” que significa “gente”, “pueblo” en el idioma matagalpa; winac, es también palabra maya, polivalente, pues significa “veinte” y expresa al “ser humano”; veinte es la base del sistema numérico mesomaericano y es una cosmogonía el número a partir del Hombre y sus veinte dedos que lo caracterizan como principio de la cuenta. Muchos pueblos de la región MISUMALPA se caracterizan por llevar este vocablo: Yalagüina, Palacagüina, Molagüina, Ligüinagüina, Jigüina, Wina y Wiwinac, para citar lugares de Matagalpa, Madriz, Jinotega y la RAAN. En los siguientes veinte años después que los españoles iniciaron la conquista del Norte y Centro lograron extraer güiriseando en esas minas del norte un total de 128,407 pesos de oro, suma que equivale a 12,840 onzas troy modernas, según los cálculos realizados por el investigador Patrick Werner, en base a la documentación de los españoles32. a. Los indios de Telpaneca defienden su territorio

Según las fuentes históricas referidas a la conquista del Norte de Nicaragua en este primer periodo colonial, se sabe que los españoles lograron fundar varios asentamientos mineros en el Norte. En algunos casos se trataba del mismo lugar al que cambiaban de nombre. Las fuentes indican que estos asentamientos eran inestables ya que fueron atacados permanentemente por los indios a quienes, en forma clara, los españoles identifican como “chontales” comarcanos de la zona. Veamos cuales fueron estos asentamientos y las fechas de sus fundaciones:

30 Ver Buitrago, Edgardo (1983) El Derecho y el Estado Precolombino en general y especialmente en Nicaragua. Editorial Universitaria, UNAN, León. 31 Espino, Fray Fernando (1977) Relación Verdadera de la Reducción de los Indios Infieles de la Provincia de Taguisgalpa llamados por Xicaques. Introducción y notas de Jorge Eduardo Arellano. Banco de América, Managua. 32 Werner, Patrick (1996) Los reales de minas en la Nicaragua colonial y la ciudad perdida de Nueva Segovia. INC. UNESCO, Managua.

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1. Cáceres de la Frontera. Fue fundado el 12 de mayo de 1526 por el capitán Bartolomé de Celaya, que era del grupo de Hernán Cortés. Estaba situado el asentamiento a cuatro leguas de Telpaneca, en ruta hacia León. Sus colonos llegaron de Honduras. Los capitanes Benito Hurtado y Benito Alvitez, siguiendo órdenes de Pedrarias Dávila, sacaron del territorio a Celaya y desmantelaron el lugar, fundando otro que llamaron Villa Hermosa. 2. Villa Hermosa. Los capitanes Hurtado y Alvitez repoblaron el nuevo asentamiento con españoles que llevaron desde León y Granada. Esto ocurrió en 1528. Pero ese mismo año los indígenas “chontales” de Telpaneca, dieron cuenta de los españoles y quemaron el mineral. 3. Maribichicoa. Los españoles establecieron un campamento en este lugar, donde había un río al que los naturales llamaban Guatahiguala33. El asentamiento minero contaba con una encomienda de 800 indios, probablemente de los esclavizados que llevaron del Pacífico encadenados por la ruta de León y Granada hasta ese mineral. Muchos morían en el camino. De ello nos informa Fray Bartolomé de las Casas, cuando denunció ante el rey lo que llamó el “camino blanco” a las minas, por la cantidad de esqueletos que dejaban a orillas del camino. 4. Tepancingo. También se habla de un mineral que llamaron Tepancingo [Telpancingo]. Las fuentes sitúan el lugar a 30 leguas de León hacia el norte, es decir, siempre en las cercanías de Telpaneca. Estas minas parece que fueron abandonadas por los españoles en 1533 por que no soportaron los ataques de los “chontales”. 5. Santa María de Buena Esperanza. Probablemente fue descubierta por el capitán Gabriel de Rojas en 1526. Este asentamiento varias veces fue quemado por los indígenas, una de ellas en 152934 y dos veces más fue reutilizado por los españoles, con el mismo nombre. Las fuentes lo ubican en las cercanías de Quilalí, para terminar fundando allí mismo la Ciudad de Nueva Segovia, en 1543. Como podemos apreciar, los conquistadores españoles resintieron por primera vez en carne propia los efectos de la guerra de conquista, ya que antes, en la conquista del Pacífico,

33 Oviedo (1976:456) 34 Oviedo (1976:454)

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ningún soldado español murió en circunstancias conocidas de guerra35. Al convertirse ese territorio en escenario de guerra es que sale a relucir Telpaneca como una provincia indígena involucrada en esa “guerra de los chontales”. Esta situación obligó al capitán Gabriel de Rojas, en 1531, a ponerse al frente de la empresa de conquista del Norte e intentó reactivar con más soldados los asentamientos mineros que habían sido incendiados. En esos días, el mismo capitán Rojas, reportó al gobernador interino Francisco de Castañeda, en León, de un nuevo ataque de indios “chontales”. Castañeda acudió en su auxilio y pronto le envió 40 soldados armados de ballestas, que eran armas europeas superiores a las flechas y macanas de los indios. En prueba de la férrea resistencia que plantean los “chontales” a la conquista española en el Norte hay otra información del año 1532 cuando el gobernador Castañeda se vio obligado a enviar 19 soldados más para garantizar la protección de los asentamientos mineros de los españoles. En una carta del gobernador del 6 de mayo de 1532 dirigida urgentemente al cabildo español de Granada, pedía el envío de más soldados, lo que explica mejor la situación que estaban enfrentando en la zona llamada Provincia de Telpaneca. Dice en la carta36: “… Es verdad que aunque sólo halla 10 indios Chontales ellos cortarán nuestras cabezas en los caminos hacia las minas, al menos que una guarnición proteja a los mineros. Essos messmos Chontales dijeron que no necesitaban cultivar sus propias cosechas, ya que se comerían las nuestras… habían organizado ejércitos como los nuestros y después que el capitán Diego de Castañeda ejecutó un asalto en las personas de Tacubaste, ellos llevarían dos ataques a nuestros indios [los que tenían dominados los españoles]. La guarnición es arreglada hasta el último día de agosto y si no mandamos hombres bien equipados, podemos olvidarnos de las minas…” Como podemos apreciar por la lectura del fragmento de esta carta, los originales habitantes indígenas del Norte Centro de Nicaragua llamados por los españoles reiteradamente con el término gentilicio de “chontales” son quienes mantienen una resistencia tenaz en contra de

35 De la lista de soldados en la campaña de conquista de Francisco Hernández de Córdoba entre 1523 y 1524 sólo dos miembros resultaron muertos, Sebastián Pérez y Antón Mayor, sin que exista referencia de cómo murieron, ni mención alguna de haber muerto en combate. Ver Werner (1996:25).

36 Colección Somoza, Tomo IV, pp. 699.

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la conquista. Después que los españoles fundan la Ciudad Segovia en 1543, se reportan ataques a la ciudad en donde los españoles responsabilizan a los chontales de haber matado a otros 15 soldados españoles. En definitiva son los “chontales” quienes hacen a los conquistadores una gran cantidad de bajas mortales. Solamente de las fuentes primarias que citamos, se contabilizan 52 bajas, incluyendo 2 capitanes y 50 soldados españoles. Corrobora lo anteriormente dicho otro testimonio ofrecido por uno de los conquistadores, un español llamado Benito Dávila37, quien declaró en un juicio de residencia, que: “… no avía avido guerra ni muertos cristianos a manos de los indios no otro ninguno contraste en los llanos [Pacífico] adonde a la sazón los cristianos estaban, salvo el reencuentro que fue de la sierra de Juana Mostega e con los chontales e no otro ninguno…”.

b. Ubicación de Telpaneca

Las primeras referencias de la existencia de un pueblo indígena con la denominación de “Telpaneca” son pues, muy tempranas en la historia de Nicaragua y muy exactas en cuanto a su ubicación se refiere. En efecto, el cronista español más reputado como lo es don Gonzalo Fernández de Oviedo, quien estuvo en la provincia de Nicaragua en 1528 nos descubre a Telpaneca como una aguerrida zona de indígenas “chontales” a la cual le rinde un reconocimiento al llamarla “Provincia Indígena” para denotar cierto estatus político a la manera de un “señorío”, cuestión ésta que en términos de la antropología y arqueología moderna nos refiere a una especie de cacicazgo, que sería una forma de gobierno semicentralizada con una o varias plazas que se circunscribían a un mando. La referencia de Oviedo se halla en su obra clásica titulada “Historia General y Natural de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano”. En el libro cuarto de la tercera parte, en su capítulo I, Oviedo nos ofrece la localización de la “provincia” de Telpaneca que es congruente a su ubicación actual: “… hay desde la cibdad de León38 nueve leguas á Olocotón, é seys adelante están los primeros guanexicos, ques çierta generación assi llamada; é otras tres leguas

37 Benito Dávila. Colección Somoza T. III, ps. 182, 185, 195 y 198.

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adelante están otros guanexicos, desde los cuales hay tres leguas hasta Palangagalpa; é desde allí hay ocho hasta Anaguaca, é otras seys hasta Chalan, é otras seys adelante hasta Guayape, é quatro á Telpaneca, do mataron un hidalgo muy honrado que avia seydo Juez desta nuestra Isla, llamado Alonso de Solís. É quatro leguas más háçia la parte de León, en la provincia de Telpaneca, es donde mataron al dicho Hurtado é los otros españoles en la dicha Villahermosa. É desde allí hasta la villa de Trujillo, que está en estotra costa del Norte, en la gobernaçión de Honduras, hay treynta é siete leguas…”39 Las referencias etnohistóricas de la colonia temprana, en la primera mitad del siglo XVI identifican la zona de Telpaneca como territorio de los indios llamados “chontales”. Estamos hablando de la primera generación de conquistadores, oficiales y soldados y de los primeros alcaldes y gobernadores españoles de Nicaragua. Todos ellos personal muy interesado en conocer las características del territorio y población de la provincia de Nicaragua, si compartimos la idea que la conquista es el “descubrimiento” y la “apropiación” de lo descubierto. Podemos concluir este apartado afirmando que las fuentes primarias, históricas, etnohistóricas, arqueológicas y lingüísticas identifican plenamente: 1. Que Telpaneca es un territorio habitando por indígenas en el norte de Nicaragua al momento en que llegan los primeros españoles conquistadores después de la fundación de la ciudad de León y Granada en 1526. 2. Que la existencia de este pueblo o provincia de Telpaneca se remonta a la época prehispánica como lo evidencias los registros arqueológicos. 3. Que los indígenas de Telpaneca llamados por los españoles “chontales” ocuparon el territorio y lo defendieron de los conquistadores. 4. Que el territorio donde se encuentra Telpaneca formó parte de un área cultural y familia lingüística MISUMALPA.

38 Se trata del primer asiento de León, es decir las actuales ruinas de León Viejo, a orillas del lago de Managua en su parte noroeste. 39 Oviedo (1976:455)

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Arriba: Formidable pieza de cerámica polícroma localizada en Telpaneca en un sitio a orillas del río Coco. Varios personajes con trajes ceremoniales llevan ofrendas de la selva. Influencia maya y ubica el sitio en el periodo maya tardío, alrededor del siglo VIII. Las patas rectangulares de tripode son un rasgo marcador. Abajo: Cerámica utilitaria de dos caras con tocado a manera de serpiente coral, de apariencia tardía, quizá de la época del contacto en el siglo XVII. Este motivo, la serpiente “coral” está presente en varias muestras de cerámica policroma de Telpaneca como este otro medallón de probable uso funerario. Sitio El Zapotillo, Telpaneca.

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D. Efectos Jurídicos de la Conquista sobre la propiedad de la tierra y los pueblos originarios

Cómo es sabido, la llegada de Cristóbal Colón a tierras de la actual Nicaragua se produjo en el año de 1502, en el cuarto y último viaje, cuando el almirante aún desconocía que se encontraba ante un nuevo continente y persistía en que había llegado a la India. Colón tocó tierra en Nicaragua por la costa del actual Mar Caribe el 12 de septiembre de ese año y navegó por esa costa para no volver los españoles sino por el otro lado del país, dos décadas más tarde, por la costa y llanura del Pacífico cuando el capitán de conquista Gil González de Ávila, con 100 soldados llegó procedente de “Castilla de Oro” o Panamá, hasta los dominios del cacique Nicarao en la zona que hoy conocemos como el departamento de Rivas, al sur oeste de Nicaragua. En la plaza principal del cacique los curas que venían en la compañía de conquista de González, realizaron un bautismo masivo de 9 mil súbditos del cacique. Este ritual marcó el inicio de la conquista de la provincia que los españoles van a denominar desde entonces con el nombre de Nicaragua. El bautismo realizado, de lo cual nos dan crédito varias fuentes históricas, fue también el resultado de una primera convención o acuerdo político conforme el procedimiento de conquista española que se basaba en el Requerimiento y este se fundaba en las bulas alejandrinas constituyendo la doctrina del justo título sobre el cual se montó el derecho indiano y la colonia española en Nicaragua vigente hasta la Independencia. Si bien el capitán Gil González logró su cometido con la gente del cacique Nicarao no tuvo éxito con otro de los caciques llamado Diriangén, cuyos terrenos y gentes indudablemente se encontraban en el pul de pueblos denominados aún hoy día con nombre derivados o en relación semántica con el nombre de aquel cacique como es el caso de la ciudad de Diriamba y los pueblos de Diriá, Diriomo y Dírita, entre otros, de los actuales departamentos de Carazo, Granada y Masaya. El conquistador debió escapar apurado de esa zona cuando Diriangén, en contrario de Nicarao, no aceptó los términos del Requerimiento y en cambio les plantó guerra a su modo en un día que era 17 de abril de 1522, expulsándolos.

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Un año después, otra compañía de conquista bajo el mando del capitán Francisco Hernández de Córdoba, con el doble número de soldados y entrando en pinza, por mar y tierra, dio cuenta de la resistencia planteada por Diriangén y otros caciques de la franja del Pacífico que fueron sometidos a sangre y fuego entre 1523 y 1524. Las fuentes no proporcionan información respecto a los actos de requerimiento que el capitán Córdoba debía plantear a los caciques en esta nueva ofensiva de conquista, pero sabemos que este fue un procedimiento obligatorio que siguieron los conquistadores en sus acciones por cuanto el mismo era necesario a la corona española para justificar sus actos ante otros reyes europeos. Sabemos que el capitán Francisco Hernández de Córdoba logró someter al resto de caciques de la zona del Pacífico, y que el 1º de mayo de 1524 remitió en una carabela desde la “provincia” de Hecaotega “… ques en estas probinçias del mar del sur e Tierra firme del mar océano…” [Tezoatega, El Viejo, Chinandega], un cargamento conteniendo 35,724 pesos de oro capturado en la “pacificación” de Nicaragua y para efectos de su fundición en Panamá y el reparto del botín entre los “accionistas” y “compañeros” de la compañía de conquista40, cubrir el pago del quinto real y las promesas y mandas que hacían los soldados conquistadores a la Iglesia. Inmediatamente y ese mismo año Hernández de Córdoba funda las ciudades de León y Granada y emprende la conquista de la zona del norte donde se encuentran las fuentes del oro que ha encontrado, y la ruta estratégica del desaguadero o río san Juan. A una distancia de 40 leguas de León en dirección al actual norte segoviano los españoles localizan minas que reportan al rey en 1525 mediante cartas que envían el gobernador Pedrarias desde Panamá y el tesorero de Nicaragua Rodrigo del Castillo. Es en estas primeras comunicaciones relacionadas a la búsqueda de oro en el norte cuando se menciona la existencia de Telpaneca o Telpanega. En uno de estos primeros documentos se dice que a cuatro leguas de Telpaneca se estableció el primer asentamiento de mineros españoles.

40 La segunda compañía para la conquista de Nicaragua fue organizada en Panamá el 22 de septiembre de 1523 por Pedrarias de Ávila lugarteniente, capitán general y gobernador de Castilla de Oro, Alonso de la Puente, tesorero, Diego Márquez, contador, el licenciado Juan Rodríguez de Alarconcillo teniente general y el capitán Francisco Fernández [de Córdoba] como los principales socios. De la escritura se hicieron 5 copias de un mismo tenor. Ver, Góngora, Mario (1962) Los grupos de conquistadores en tierra firme (1519-1530). Universidad de Chile, Centro de Historia Militar. Santiago de Chile.

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Respecto a la no existencia de minas de oro en la franja del Pacífico de Nicaragua los españoles lo tenían claro y sabían que el oro capturado a los chorotegas, nicaraos y maribios procedía de “otras provincias” del país. El cronista milanés Girolano Benzoni, quien estuvo en Nicaragua en 154641 y escribiera la Historia del Mondo Novo, publicada por primera vez en Venecia en 1565, destaca este hecho diciendo: “… No tienen minas de metal de ninguna clase, a pesar de que cuando llegaron los españoles poseían gran cantidad de oro traído de otras provincias…” a. El Requerimiento

El requerimiento fue un instrumento legal redactado por un jurista de la Corte y profesor universitario llamado Juan López de Palacios Rubio, en el año 1513, precisamente, para enfrentar las críticas de varios sectores humanistas de la península por la actuación conquistadora de la Corona. El Requerimiento era una fórmula jurídica totalmente unilateral por la cual se notificaba al cacique de un pueblo de las condiciones de la conquista y éste no tenía opción: o aceptaba los términos o los rechazaba. Si los rechazaban eran sometidos a sangre y fuego. Sabemos que Nicarao aceptó el Requerimiento toda vez que se produjo el bautismo colectivo y solo interpuso a cambio una serie de preguntas de orden cosmogónicas al conquistador buscando explicaciones al contenido filosófico/religioso del requerimiento42. Diriangén, que rechazó los términos del requerimiento cargó con la guerra que luego trajo un año más tarde hasta él el capitán Francisco Hernández de Córdoba. Este requerimiento se siguió presentando al resto de caciques en la medida en que avanzaban los españoles al interior del territorio. Por lo que conviene ver cuáles eran las fuentes del requerimiento y cuáles fueron sus consecuencias en materia de derechos de propiedad toda vez que en él se funda política y jurídicamente el régimen colonial y de donde se derivan más tarde los llamados títulos de mercedes reales y los títulos reales y todo el llamado Derecho Indiano. Este documento cuyo contenido se exponía a los caciques

41 Benzoni, Girolano (1975:133) “Historia del Nuevo Mundo”. En, Nicaragua en los Cronistas de Indias. Serie Cronistas No. 1. Promoción Cultural Banco de América, Managua. 42 El famoso “diálogo” entre el cacique Nicarao y el capitán Gil González puede verse en: Anglería, Pedro Mártir (1975: 23) “Décadas del Nuevo Mundo”, en Nicaragua en los Cronistas de Indias. Serie Cronistas No. 1. Banco de América, Managua.

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para su aceptación, es el primer acto de imperio o de estado, que se aplica en Nicaragua en relación a las tierras y a los pueblos y personas que habitaban en el país a nombre del Rey de España. En términos históricos y políticos, en base al Requerimiento, se da inicio a una relación de subordinación de los pueblos originarios del país a la Corona del reino de Castilla y León, en España. En términos jurídicos también marca el inicio de la concatenación del derecho de propiedad de la tierra por cuanto el requerimiento se constituía en el acto público por el cual el capitán de conquista, a nombre del rey español, que a la vez actuaba en representación del Papa y este en representación de Dios, tomaba posesión de la tierra que por derecho divino había sido entregada a San Pedro y este por medio de sus sucesores donado a los reyes católicos: “… Dios Nuestro señor dio cargo a uno, que fue llamado Sant Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quien todos obedeciesen y fuese cabeza de todo linaje humano, doquier que los hombres viviesen y estuviesen, en cualquier ley, secta y creencia, y dióle el mundo por su reino y jurisdicción…” En efecto, uno de los puntos principales del requerimiento declaraba que “las tierras e islas del Nuevo Mundo (América) habían sido donadas en forma perpetua al Rey Fernando y a la Reina Juana de Castilla y León, y a sus sucesores43 por el Papa Alejandro VI44 en sendas escrituras o bulas papales del 3 y 4 de mayo del año 1493 llamadas en la doctrina bulas alejandrinas Inter Caetera. En el requerimiento se decía que si los requeridos lo deseaban podían “ver” esas escrituras, lo que supone que efectivamente los capitanes de conquista cargaban testimonios de ellas como parte de sus materiales de guerra: “… Uno de los pontífices pasados, que en lugar de este sucedió en aquella dignidad e silla que he dicho, como señor del mundo, hizo donación destas islas e tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y reina e a sus sucesores en estos reinos, nuestros señores, con todo lo que en ellas hay, según se contiene en ciertas escrituras que sobre ello pasaron, según dicho es, que podéis ver si quisieredes…”

43 Este personaje, Palacios Rubio, era un docto asesor de la Corona española quien es el autor de este documento llamado “requerimiento” que fundamentaba jurídicamente las acciones de conquista, básicamente la apropiación de la tierra, el avasallamiento de sus habitantes y la imposición de la fé católica; caso contrario proceder a la guerra teniendo a esta como justa en base a dicho requerimiento. 44 El Papa Alejandro VI era de origen español.

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Las escrituras a que hace referencia el Requerimiento fueron firmadas por el Papa Alejandro VI, los días 3 y 4 de mayo de 1493, es decir un año después del descubrimiento de Cristóbal Colón. La parte conducente de estas bulas Inter Caetera Divinai, expresan: “… Nos hemos enterado en efecto que desde hace un tiempo os habíais propuesto buscar y encontrar tierras e islas remotas y desconocidas y hasta ahora no descubiertas por otros, a fin de reducir a sus pobladores a la acción de nuestro Redentor y a la profesión de la fe católica, pero, grandemente como estabais en la recuperación misma del reino de Granada, no habíais podido llevar a cabo tan santo y laudable propósito; pero como quiera que sea recuperado dicho reino por voluntad divina y queriendo cumplir vuestro deseo, habéis enviado al amado hijo Cristóbal con navíos y con hombres convenientemente preparados, y no sin grandes trabajos, peligros y gastos, para que un mar hasta ahora no navegado buscasen diligentemente unas tierras remotas y desconocidas. Estos navegando el mar océano con extrema diligencia y con auxilio divino hacia occidente, o hacia los indios, como se sabe encontraron ciertas islas lejanísimas y también tierras firmes que hasta ahora no habían sido encontradas por otros en las cuales vive una inmensa cantidad de gente, que según se afirma van desnudos y no comen carne…[] … tales gentes creían en un Dios Creador en los cielos, y parecían suficientemente dispuestos a abrazar la fe católica y aprender las buenas costumbres. Y en semejantes condiciones, era de esperarse que, si se les instruía, el nombre del Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, sería fácilmente acatado en dichos países e islas…[] ...haciendo uso de la plenitud de la potestad apostólica y con la autoridad de Dios omnipotente os donamos, concedemos y asignamos perpetuamente, a vosotros y a vuestros herederos y sucesores en los reinos de Castilla y León, todas y cada una de las islas y tierras predichas y desconocidas que hasta el momento han sido encontradas por vuestros enviados, y las que se encontrasen en el futuro y que en la actualidad no se encuentran bajo el protectorado de ningún otro señor cristiano, junto a todos sus dominio, ciudades fortalezas, lugares y villas con todas sus jurisdicciones correspondientes y con todas sus pertenencias, y a vosotros y a vuestros herederos… Nadie pues se atreva en modo alguno a infringir o contrariar con ánimo esta deputación, mandato, inhibición indulto, extensión, ampliación, voluntad y decreto. Si alguien pues se atreviese que sepa que incurre en la ira de Dios omnipotente y de los

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bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo. Dado en Roma. San Pedro, en el año de la encarnación del señor, mil cuatrocientos noventa y tres, el día quinto de las nonas de mayo, primero de nuestro pontificado…” b. El Derecho de Gentes y el Humanismo: Fuente del Derecho Internacional

La conquista de América en los términos de las bulas papales y sus efectos en cuanto a la esclavitud y mortandad de los pueblos originarios, causó controversias filosóficas, teológicas y políticas en España. En el seno de las más connotadas universidades y órdenes religiosas surgió un movimiento opositor al hecho de la conquista. Varios religiosos dominicos profundizaron en el tema hasta el fondo jurídico y teologal mismo de las bulas papales, entre ellos Domingo de Soto, Bernardino de Minaya y el catedrático de Prima Teología de la Universidad de Salamanca llamado Francisco de Vitoria (1483-1546), quien sentó las bases jurídicas del derecho internacional de las naciones en base al reconocimiento del derecho natural de los pueblos y hombres o “gentes”, tesis que la expresaba Vitoria en estos términos: “… El derecho de gentes no solo tiene fuerza por el pacto y convenio de los hombres, sino que tiene por si mismo fuerza de ley, y es que el orbe todo, que en cierta manera forma una república, tiene poder de dar leyes justas y a todos convenientes, como son las del derecho de gentes. De donde se desprenden que pecan mortalmente los que violan los derechos de gentes, sea de paz, sea tocantes a la Guerra. Y en los asuntos graves, como en la inviolabilidad de los legados, ninguna nación puede darse por no obligada por el derecho de gentes, pues esta viene conferida por la autoridad de todo el orbe…” Vitoria apoyaba sus argumentos en los principios de la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino, por ejemplo el que “Nadie es esclavo por naturaleza”. Una síntesis del pensamiento humanista de Vitoria es el siguiente: “… Todo hombre, simplemente por el hecho de serlo, sea o no cristiano, posee en cuanto tal un conjunto de derechos fundamentales, inherentes a su personalidad. El orden sobrenatural corresponde al hombre en cuanto elevado por la gracia a un estado superior a la naturaleza humana, que fue restablecida por la redención de Jesucristo…”

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En el plano contrario había defensores de la conquista soportada tanto en el antiguo derecho romano del ius belli, como en el justo título de las donaciones papales. Uno de ellos fue Palacios Rubio, autor del Requerimiento antes expuesto, otro fue Juan Ginés de Sepúlveda, que defendía la conquista y sometimiento de los pueblos originarios de América bajo el criterio de la llamada “guerra justa” y, ésta, basada en el supuesto de la condición salvaje e inhumana de los americanos. Entre los argumentos de Ginés de Sepúlveda45 citamos este párrafo: “… Bien pueden comprender, ¡oh Leopoldo!, si es que conoces las costumbres y naturaleza de una y otra parte, que con perfecto derecho los españoles imperan sobre estos bárbaros del Nuevo Mundo e islas adyacentes, los cuales en prudencia, ingenio, virtud y humanidad son tan inferiores a los españoles como los niños a los adultos y las mujeres a los varones, habiendo entre ellos tanta diferencia como la que va de gentes fieras y crueles a gentes clementísimas, de los más prodigiosamente intemperantes a los continentes y templados, y estoy por decir que de monos a hombres…Que cosa pudo suceder a estos bárbaros más conveniente ni más saludable que el quedar sometidos al imperio español cuya prudencia, virtud y religión los han de convertir de bárbaros tales que apenas merecían el nombre de seres humanos, en hombres civilizados…” Las tesis de Vitoria prevalecieron y también apuntaron a destacar el derecho de los indígenas a poseer bienes y propiedades. Otro importante dominico que participó en estos debates es Fray Bartolomé de las Casas, quien, además estuvo en Nicaragua y constató las injusticias e inhumanidades cometidas por los españoles en contra de los nativos, cuestión que expuso este último en un texto que nombró De Indis. Fray Bartolomé de Las Casas expuso sus consideraciones anotando que los religiosos humanistas: “… comenzaron a juntar el derecho con el hecho y a tratar entre sí la fealdad y enormidad de tan nunca oída injusticia, diciendo así: ¿Estos no son hombres? ¿Con estos no se deben guardar y cumplir los preceptos de caridad y justicia? ¿Estos no tienen sus tierras propias y sus señores y señoríos?...”

45 Juan Ginés de Sepúlveda (1987) “Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios”. Fondo de Cultura Económica, México.

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Para la fecha de Adviento esta comunidad de frailes humanistas criticó las injusticias de los conquistadores por intermedio de fray Antón de Montesinos quien en la homilía de esa fecha inquirió así en su parte medular: “… Decid: ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestable guerra a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido?... ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos?...”46 Fray Bartolomé de las Casas hizo llegar directamente la experiencia cruel e injusta de la conquista y esclavitud de los indios ante el mismo emperador y señaló particularmente los graves hechos que ocurrían en la conquista de las montañas del norte de Nicaragua. Uno de sus señalamientos decía en relación a los argumentos de Sepúlveda y Rubio: “… porque de derecho divino es ordenado y mandado que para que los hombres vaguen a las cosas divinas y se ejerciten en las cosas de cristianos, tengan paz y tranquilidad, y sean conservados en ella, la cual se alcanza y se conserva con la guarda de la justicia, conviene a saber, dejando y no tomando a cada uno lo suyo, y conservándole su derecho sin hacerle injuria ni injusticia alguna… Y porque los cristianos, por sus grandes codicias, no pueden estar ni les es posible, teniendo señorío particular o interés en los indios, dejarlos de afligir, injuriar, turbar, agraviándolos… tomándoles sus pobres haciendas, sus tierras, sus mujeres, y haciéndoles otras muchas maneras de injusticias…”47 Esto dio lugar a que Roma publicara un nuevo cuerpo de decretos papales que indudablemente, marcaron a nivel jurídico un nuevo orden. Primero hay que señalar la encíclica Sublime Deu48s, que expresaba: “… En virtud de nuestra autoridad apostólica, nos definimos y declaramos por las presentes cartas que dichos indios deben ser convertidos a la fe de Jesucristo, por medio de la palabra divina y con el ejemplo de una buena y santa vida... Conociendo que estos mismos indios, como verdaderos hombres […] determinamos y declaramos que los

46 Bartolomé de las Casas (1981:442) Historia de las Indias. Fondo de Cultura Económica, México. 47 Idem. 48 Roma, en el cuarto día de las nonas de junio de 1537.

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dichos indios y todas las demás gentes que de aquí en adelante vinieren a noticia de los cristianos, aunque estén fuera de la fe de Cristo, no están privados ni deben serlo de su libertad ni del dominio de sus bienes, y que no deben ser reducidos a servidumbre…” Este resumen del cuerpo de doctrina, filosofía y derecho que resultó de la guerra de conquista y esclavitud de los indios, sentó las bases no solo de lo que se va a llamar Leyes Nuevas sino de los Derechos Humanos modernos y de los Derechos de los Pueblos indígenas como expresiones de última generación. Hoy día tienen un rango y estatus de reconocimiento internacional y en Nicaragua están protegidos constitucionalmente.

Fragmento de la transcripción literal del título real de Telpaneca que hicieron los historiadores Guerrero y Soriano en 1970, cuando visitaron el Archivo de la Comunidad Indígena de Telpaneca.

c. Derechos y Obligaciones adquiridos por Telpaneca en la Colonia

Visto lo anterior, pasemos a conocer cómo se experimentaron estos hechos en cuanto al reconocimiento jurídico de la población indígena en general y como pueblos o consejos. Los españoles, instalados en Nicaragua en las ciudades de León, Granada y Nueva Segovia, impusieron varios tipos de medidas en contra de los nativos derivadas del concepto de derechos de conquista y del concepto de donación de las tierras a la corona por mandato divino tal como se exponía en el requerimiento. Inicialmente aplicaron la esclavitud y la venta de esclavos al punto que muchos lugares del país fueron “despoblados” totalmente. Recordemos que la esclavitud estaba regulada por el derecho romano que imperaba en la

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España medieval. Bajo tales preceptos, un “indio” era “res nullis” es decir, una cosa que su dueño podía incluso destruir. Como esclavos, carecían de derecho político y civil, no tenía el esclavo personalidad legal ni capacidad de tener algo en propiedad. Estas medidas iniciales de los conquistadores provocaron el rechazo de algunos sectores religiosos y humanistas, tanto en España como en América, que se oponían a la práctica de la esclavitud y a los fundamentos mismos de la conquista basada en conceptos religiosos. Los obispos de Nicaragua y de Chiapas estuvieron entre los principales opositores a las prácticas de esclavitud y de conquista violenta. Fray Antonio de Valdivieso, obispo de Nicaragua con residencia en León fue asesinado por los hijos del gobernador Rodrigo de Contreras en 1550 en represalia por las denuncias que hizo de las políticas y crueldades de Contreras. En tanto que Fray Bartolomé de las Casas fue expulsado por Contreras de la provincia años atrás debido a su acción en contra de la esclavitud de los indios: le acusó de subversivo y levantisco y lo envió preso a Santo Domingo. La administración de la provincia de Nicaragua en el primer trienio de la colonia arrojó datos terriblemente asoladores en cuanto al despoblamiento indígena se refiere, debido principalmente a mortandad por causas de la venta como esclavos y por efecto de enfermedades y hambre. De un estimado de 800 mil indígenas o más existentes en Nicaragua al inicio de la colonia, en un par de décadas esta cifra se había reducido hasta en un 80%. Esto obligó a los españoles a varias medidas, habida cuenta de la posición que tomó también Roma a favor de los indígenas con la bula Sublime Deus. Una de estas medidas fue la eliminación de la esclavitud y la legalización de nuevas medidas de control y dominación de la población originaria. Surgen así la Congregación o Reducción y el Repartimiento de Encomiendas. Ambas medidas implicaban derechos y obligaciones para la corona, para los colonos y para los pueblos indígenas. Para la corona el asunto descansaba siempre en el criterio del justo título derivado del requerimiento y las bulas papales que confería a la corona derechos sobre tierras y gentes, y de otra parte, derivado siempre de aquellos mismos instrumentos, la obligación de la evangelización. Para los indios o naturales, el asunto contenía el criterio de que eran personas libres pero vasallas del rey con deber de obediencia y sumisión. El resultado de la labor de los humanistas dominicos obligó a la corona española y al Papa al reconocimiento de los indígenas en los términos de:

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1. Ser considerados verdaderos hombres, 2. Que no debían ser esclavizados y por tanto no podían ser privados de su libertad 3. Que tampoco podían ser privados de sus propiedades. Nuevas bulas y decretos reales terminaron por definir las Leyes de Indias que se iniciaron desde 1540 aproximadamente y fueron recopiladas y publicadas por primera vez hasta en 1690, reconociendo en ellas el derecho de los indígenas de: 1. Constituirse políticamente como concejos, repúblicas o municipios de indios 2. Conservar sus usos y costumbres cuando no se opusieran a la corona y a la fe 3. Conservar sus autoridades: siguieron presentes los “caciques” y “principales” 4. El autogobierno de los asuntos de sus pueblos 5. La administración de justicia 6. El control de sus bienes 7. Recolección del tributo 8. Ahorro de dinero en las cajas de comunidades Sin embargo, la condición de libertad estaba siempre mediatizada de manera que sobre los pueblos recayeron una serie de prohibiciones tales como: 1. Uso de vestimenta como los españoles 2. Uso de armas de fuego y de montar caballos 3. Derecho de propiedad limitado 4. Se limitó su libertad de tránsito y se redujeron en pueblos o congregaciones 5. Quedaron supeditados a los alcaldes españoles y a los encomenderos por mucho tiempo

E. La Encomienda de Telpaneca: 1557

Estas condiciones obligaban a los pueblos servir a los españoles con el pago de un tributo anual, en especies, las que obtenían de sus labores agrícolas, de recolección, caza y pesca. Para hacer efectiva la encomienda se implementaba el repartimiento de indios y luego la encomienda se materializaba mediante escritura pública que era una especie de contrato entre la corona y el encomendero, sin consultar al pueblo indígena, y este tenía la carga o responsabilidad de pagar al encomendero el tributo mermando sus economías. El

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encomendero como obligación hacerse cargo de la evangelización. La escritura donde se otorgaba la encomienda tenía la forma de una cédula real y era otorgada por la Corona a los conquistadores y sus descendientes, primero por una generación, luego se permitió por dos y más aunque los conquistadores demandaban que fueran vitalicias. Las encomiendas no otorgaban la tierra del pueblo al encomendero por lo que esta siguió siendo propiedad de los indígenas. La Congregación o Reducción consistía en la concentración de varias aldeas o familias o pueblos en un punto geográfico escogido a criterio de las autoridades españolas. Este punto dio lugar al nacimiento de las llamadas “repúblicas de indios” o municipios que fueron exclusivos para los indígenas quienes tenían sus propias autoridades. Ambas instituciones, congregaciones o reducciones y encomiendas en la práctica se fueron concentrando en una la misma entidad después que se prohibió a los encomenderos trasladar pueblos, cuestión que sólo se permitió con excepciones. La fundación de Ciudad Nueva Segovia en el año 1543 fue el resultado de una empresa de conquista financiada por el gobernador Rodrigo de Contreras y su tesorero, el teniente de gobernador Pedro de los Ríos. Esta empresa estuvo en medio de la confrontación que en España y en Nicaragua habían logrado hacer los frailes humanistas por las crueldades cometidas en contra de los indios. El siguiente cuadro nos ofrece información sobre los conquistadores que fundaron Ciudad Segovia en el año 1543, la tercera ciudad española en la provincia de Nicaragua, quienes eran en su totalidad dueños de encomiendas49. FUNDADORES DE CIUDAD SEGOVIA EN 1543 Y ENCOMENDEROS DE PUEBLOS INDIOS DE LA SEGOVIA A LO LARGO DEL SIGLO XVI

Diego de Castañeda Hernán Lorenzo Hernando de Aguilera Juan de Mayorga Juan Yánez Juan Martín de Cedeño Alonso Quintero Pedro González Francisco de Montoya Francisco de Villasán Sebastián de Arguello Melchor Jiménez Benito Jordán Juan Román Adrián de Nápoles Juan Landero de Saavedra Gonzalo de Aguilera Pedro Ternero Bernabé Martín Alonso Sánchez Calderón Blas Gómez de Herrera Nicolás Sánchez

49 Rubio Sánchez, Manual (1976) Historia de la muy noble y leal Ciudad de Nueva Segovia, su jurisdicción y los subdelegados intendentes. Inédita. Manuscrito. Biblioteca Banco Central de Nicaragua.

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Uno de los españoles fundadores de Ciudad Segovia y quien fue alcalde de la ciudad es el capitán Benito Jordán, personaje que aparece como co-propietario de la encomienda del pueblo de Telpaneca. Esto ocurre en el año 1557. Este derecho lo obtuvo Benito Jordán compartido con otro español de nombre Miguel de Ávila y comprendía a tres pueblos más. Este privilegio de la encomienda de Telpaneca les fue entregado a estos españoles mediante la siguiente cédula real:

TÍTULO DE ENCOMIENDA DE LOS PUEBLOS LLAMADOS YGUATEGA Y CACAOLOASTE, GUATAUNA Y TELPANEGA DE 1557 “NOS, el Presidente y Oidores de la Audiencia y Chancillería Real de S. M. que está y reside en la ciudad de Santiago de la provincia de Guatemala, por la presente en nombre de S. M. y por virtud del poder a nos dado por su real cédula, se deposita y encomienda en vos, Benito Jordán, vecino de la ciudad de la Nueva Segovia de la provincia de Nicaragua, los pueblos llamados Yguatega y Cacaoloaste que son en los términos y jurisdicción de la dicha ciudad de la Nueva Segovia, con todos los caciques, indios y principales de los dichos pueblos, con los barrios y las estancias y con todo lo demás a ellos anexo y perteneciente según que la mitad de los dichos pueblos los tomados y poseídos por vos el dicho Benito Jordán en compañía del dicho Miguel de Ávila, juntamente con los pueblos de Guatauna y Talpanega que es en los términos de la dicha ciudad, y de consentimiento de ambos los suso dichos se os encomiendan a vos el dicho Benito Jordán los dichos pueblos de Guacatega y Cacaloaste y al dicho Miguel de Ávila los dichos pueblos de Guatauna y Talpanega de manera que cada uno toma la mitad de todos cuatro pueblos, tengan lo de ellos según es dicho para llevar los tributos y aprovechamientos de los dichos pueblos e yndios conforme a las tasaciones que dellos están hechas e se hicieren de aquí en adelante y con cargo que tengáis de enseñar e yndustriar a los yndios vecinos e naturales de los dichos pueblos en las cosas de nuestra Santa Fe Católica para lo cual se os encarga la conciencia y descarga la de S. M. y nuestra en su real nombre.Y con que guardéis las ordenanzas que están hechas en pro y aumento de los yndios y todo lo demás que por su majestad está mandado y se mandare a favor.Y mandamos a los alcaldes ordinarios de la dicha ciudad de la Nueva Segovia y a cada uno e cualquiera dellos que os metan y amparen en la posesión de los dichos

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pueblos e yndios y defiendan en ella y no consientan que de ella seáis desposeído sin ser primero oído y vencido conforme a lo por su majestad mandado, la cual dicha encomienda se os hace con que guardéis las ultimas tasaciones que en cualquier tiempo estuvieren hechas de los dichos pueblos so pena de privación de ellos. Fecha en la ciudad de Santiago de Guatemala a cinco días del mes de abril de mil y quinientos cincuenta y siete año. El Doctor Mexía, el licenciado Jofre de Loaisa. Por mandato de los señores presidente y Oydores. Diego Robledo”.50 La encomienda era una forma legal solapada de la esclavitud aplicada a los pueblos indígenas por la cual podían vender o negociar como quisieran ese derecho. Incluso, en la práctica, aunque estaba prohibido, podían trasladar a los indios encomendados de un lugar a otro. De hecho, una década más tarde al sometimiento de Telpaneca como encomienda en Nueva Segovia en 1557, aparece un grupo de familias indígenas establecidas en las cercanías del pueblo de Managua con la denominación de “Telpaneca”. Explica este hecho el saber que en Managua se produjo un fuerte despoblamiento de los nativos por efecto de la guerra y la esclavitud y venta de indios usados en la conquista y explotación de minas en Perú, entre 1527 y 1540. Estos “telpanecas” que se localizan en Managua trabajando las tierras de los españoles y que pagaban tributos a la corona llegaron a adquirir derechos de mercedes de tierras propias, como parcialidad o pueblo. La información que hemos localizado sitúa éstas de los “telpanecas de Managua” en la parte norte del lago, limitando con las “huertas de los indios de Matagalpa”51. Con el tiempo adquirieron el carácter de “parcialidad” como llamaban los españoles a una población indígena que adquiría estatus de república de indios o municipio indígena, con sus propias autoridades y tierras. Esta parcialidad pasó también a llamarse Pueblo de Telpaneca en evocación de su origen. En 1752 el obispo Morel de Santa Cruz, quien describe el pueblo de Managua en su Relación de ese año, menciona la existencia de esta parcialidad de indios llamada Telpaneca52.

50 Archivo histórico jurídico del pueblo Indígena de Telpaneca, Madriz. 51 Ver Rizo, Mario (2010:87) Litelpaneca en su Historia. Pueblo Indígena de Telpaneca, Managua. También confrontar Guerrero y Soriano (1964:151) Monografía de Managua. Managua. 52 Morel de Santa Cruz /1752) Visita Apostólica, topográfica, histórica y estadística de todos los pueblos de Nicaragua y Costa Rica, hecha por ilustrísimo Obispo señor don Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, obispo de la diócesis y elevada al conocimiento de S. M. Católica Fernando VI el 8 de septiembre de 1752. Hay

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F. El Título Real: 1622. Antecedentes y Características Legales

Para entender la existencia de este título real o título primordial en el pueblo indio de San Juan de Litelpaneca, en 1622, debemos tener presente que su origen radica, primero, en las leyes nuevas que promulgó el emperador Carlos V. Esta, operaron ante los indios de América como un “nuevo pacto” por el cual el monarca les reconocía derechos políticos y de propiedad, les admitía como pueblos libres con autogobierno significando una ruptura con la política anterior de dura esclavitud. Seguidamente, los decretos del rey Felipe II, sucesor del emperador, quien libró a su vez cuatro importantes cédulas reales el 1º de noviembre de 1591 por medio de las cuales ordena y comisiona a los virreyes y gobernadores en América a efectuar “composición de tierras”. Esta medida estaba dirigida a: 1) examinar las posesiones de tierras de los españoles pues consideraba que muchos carecían de justos títulos o que tenían en demasía y con vicio; 2) Amparar a los indios en sus tierras ancestrales, y 3) Obtener ingresos para la real hacienda a fin de solventar los gastos de la Armada española o flota naval. Estas cédulas de 1591 retomaban las primeras leyes de indias o leyes nuevas, y buscaban poner orden en el reparto de las tierras americanas dejando sentado el derecho primordial de los indígenas, como se ve en la Ley 7 de 1588, que decía: “Que las tierras se repartan sin acepción de personas, y agravio de los indios”; la Ley 9 que señalaba: “Que no se den tierras en perjuicio de los indios, y las dadas se devuelvan a sus dueños” o la Ley 17 que ordenaba: “Que no se admita a composición de tierras, [las] que huvieren sido de los indios, o con títulos viciosos, y los fiscales y protectores sigan sus justicias”53. Las cédulas de 1591 no se materializaron en América sino a partir de inicios de la década de 1620 de manera que el título obtenido por Litelpaneca está entre los primeros obtenidos de esta generación de derechos que se desprenden de las cédulas reales de 1591 en todo el Nuevo Mundo. Por la importancia de estas cédulas reproducimos la parte conducente de la principal de ellas, a efecto de tener presente su contenido respecto al derecho de propiedad de la tierra reconocido a los indios por la corona española en los llamados títulos reales: versión electrónica en SITIO WEB de AFEHC, también puede verse la versión publicada en la Revista del Pensamiento Centroamericano, del mes de julio de 1967, No. 82, Managua. 53 Estas leyes fueron posteriormente reunidas en un cedulario que se conoce como la Recopilación de Leyes de indias, la primera se publicó en 1681.

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CEDULA DEL REY FELIPE II DE 1591 “Mi presidente de mi Audiencia Real de Guathemala, por haber Yo sucedido enteramente en el Señorío que tuvieron en las Indias los Señores que fueron de ellas, es de mi patrimonio y corona Real el Señorío de los baldíos, suelo, tierras de ellas, que no estuvieren concedidas por los Señores Reyes mis predecesores, ó por mí en su nombre, y en el mío con poderes, ó facultades especiales, que hubiéremos dado para ello. Y aunque Yo he tenido, y tengo siempre voluntad de hacer merced, y repartir justamente el dicho suelo, tierras, y baldíos, asignando a los lugares y consejos lo que les pareciere que les conviene, para que tengan suficientes exidos, propios y términos públicos; según la cualidad de los dichos lugares y consejos; y asimismo a los naturales indios, y españoles para que tengan tierras en propiedad, en que poder labrar, y criar; más por que la confusión y exceso que ha habido en esto por culpa ó omisión, de mis Virreyes, Audiencias y Gobernadores pasados, que han consentido que unos con ocasión que tienen de la merced de él unas tierras se hayan entrado, y ocupado en otras muchas, sin título, causa ni razón, y que otros las tengan, y conserven con títulos fingidos e inválidos de quien no tuvo poder ni facultad para podérselas dar, es causa de que se hayan ocupado lo mejor y la mayor parte de toda la tierra, sin que los Consejos e Indios tengan la que necesariamente han menester, y que ninguno lo posee con justo título, habiéndose visto, y considerado todo lo susodicho en el mi Real Consejo de las Indias, y consultándose conmigo, ha parecido que conviene que toda la tierra que se posea sin justos y verdaderos títulos se me restituya según y como me pertenecen para que reservando ante todas cosas lo que os pareciere necesario para plazas, exidos, propios, pastos y baldíos, de los lugares y consejos, que están poblados, así por lo que toca al estado presente en que se hallan como al porvenir, y al aumento, y crecimiento que igualmente conviene cada uno; y repartiendo a los indios lo que buenamente hubieren menester para que tengan en que poblar, labrar y hacer sus sementeras, y crianzas, confirmándoles en lo que tienen de presente y dándoles de nuevo hasta lo que fuese necesario, toda la demás tierra quede y esté libre y desembarazada para hacer merced, y disponer de ella a mi voluntad; y para este efecto os mando que luego proveáis que dentro del término que para ello señalarades, exhiban ante vos y ante las personas de letras, ciencia y conciencia que nombraredes para ello, los títulos que todos tuvieran de

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las tierras, estancias, chacras y caballerías que cada uno tiene, y amparándolos en los que con buenos títulos y recaudos poseyeren, se me vuelvan y restituyan las demás para disponer de ellas a mi voluntad sin que haya ni pueda haber sobre ello pleito alguno más de la declaración que vos y las personas que tuvieren vuestro poder y comisión, hicieren acerca de ello: para que el dicho efecto que a vos y a ellos os doy y concedo bastante y cumplido poder como se requiere. Fecho en El Pardo a primero de Noviembre de mil quinientos y noventa y un años. Yo el Rey” Ayuda a comprender la celeridad con que se implementó esta cédula, en el caso de Litelpaneca, si traemos a colación la situación o contexto militar existente en la amplia jurisdicción de Ciudad Segovia y las amenazas que España enfrentaba de parte de Inglaterra dispuesta a incursionar sus posesiones por la ruta de la costa Caribe. En efecto, Inglaterra establece muy pronto una alianza con los indios mískitos, tornándose para los españoles en una amenaza extra ante la posibilidad de que esa alianza se extendiera con otros pueblos en la zona norte y centro de la provincia como de hecho así estaba ocurriendo. El siguiente cuadro está extraído de documentos oficiales del año 1603 que muestran la avanzada de conquista de pueblos y su sometimiento forzoso como tributarios:

TASACION DE INDIOS DE LA JURISDICCION DE NUEVA SEGOVIA: 1603 No. PUEBLO TRIBUTARIOS SACA NOTAS 01 Teotecacinte 70 2 02 Jalapa 10 Muy pocos 03 Poteca 30 1 04 Telpaneca 15 Despoblado por andar muchos hydos 05 Cacaloaste 10 Ser pocos 06 Mozonte 30 1 07 Totogalpa 45 1 08 Yalagüina 30 1 09 Condega 12 Por estar muchos de ellos ausentes 10 Palacagüina 50 1 Por estar muchos ausentes 11 Ylitelpaneca 40 1 Por aver muchos ausentes 12 Sulingalpa y 50 1 Por andar huidos muchos Molagüina 13 Jinotega 30 1 14 Guasguallambina 25 1 15 Comaltega 10 Por ser pocos 16 Apagüina 4 Por ser pocos 16 461 11 Elaboración propia en base a fuente citada en nota 49.

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Esta información del año 1603 indicaba que los españoles de Ciudad Segovia habían sometido a 16 pueblos indios del norte de Nicaragua sólo después de transcurridos ochenta años de la llegada de Francisco Hernández de Córdoba. Entre los pueblos sometidos aparecen registrados Telpaneca, Ylitelpaneca y Comalteca, que contaban entre los tres con 65 indios tributarios, como se aprecia en el cuadro anterior. Estos tres pueblos junto a otro que se menciona en otras fuentes como “Telpanequilla” formaban una especie de barrios o “comunidades” que de alguna manera estaban confederadas en sus costumbres como una sola entidad, quizá, derivada de aquella Provincia de Telpaneca que reconocían Oviedo en 1528, pues, a la postre, pasaron a formar una sola entidad como se verá ocurre al momento de titular sus tierras en 1622. También se menciona en la fuente que usamos para organizar el cuadro anterior54 que había muchos indios “huidos”. Prácticamente, la fuente nos ilustra que Telpaneca está “despoblado”, situación que la fuente repite para los pueblos de Solingalpa y Molagüina, y lo podemos interpretar se trataba de indios rebeldes, pues en los otros casos se habla de indios “ausentes” cuestión que era común cuando muchos indios tributarios estaban ausentes por cumplir trabajos de los encomenderos. Estos pequeños detalles son reveladores de las diferentes actitudes que los pueblos van tomando respecto al conquistador y es elocuente la tradición de rebeldía de los telpanecas y matagalpas, que se remonta al periodo de 1526 en adelante, cuando enfrentaron a los conquistadores. Efectivamente estos “huidos” eran aquellos que se escapaban a la montaña y se alzaban en armas, manteniéndose así un estado de guerra en la zona, situación que va a tener en los años 1611 – 1612 uno de sus momentos clímax, cuando se produce la destrucción de Ciudad Segovia a manos de estos indígenas. Otro hecho funesto asociado a estos acontecimientos fue la muerte de los frailes Esteban de Verdelete y Juan de Monteagudo, del fiero capitán español Alonso Daza y cerca de veinte de sus soldados, a manos de los indios alzados en esa zona del río Coco. Los religiosos se encontraban en una de las misiones de evangelización y conquista, al norte de Litelpaneca. Las fuentes españolas indican que este desencuentro ocurrió el 16 de enero de 1612 y que a los frailes los sacrificaron cortando sus cabezas, un resultado de acciones crueles que los soldados

54 Colección de Documentos Referentes a la Historia Colonial de Nicaragua. Recuerdos del Centenario de la Independencia Nacional 1821-1921. Gobierno de Nicaragua. Managua, 1921, pag. 129 - 170

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españoles hicieron a un cacique de la zona. Quizá de acá deriven las leyendas que existen en Telpaneca del “padre sin cabeza” y el culto y devoción popular a la “Santa Cabeza” que se celebra en el pueblo55. De ahí que al comenzar la segunda década del siglo XVII la Corona española implementó en la Nueva Segovia medidas radicales de orden político y administrativas en torno al tratamiento a los pueblos indígena de la montaña segoviana en la provincia de Nicaragua, marcando una distancia de las practicadas hasta entonces hacia los indígenas, buscando una negociación. España se decidió a entrar en mejores tratos con los indígenas de la zona, permitiendo la organización de municipios de indios y haciendo una especie de amistío o tratado, que permitía que los indígenas tuvieran sus tierras y mantuvieran tropas armadas con el fin de vigilar la frontera del principal enemigo de España como era Inglaterra en alianza con los indígenas de la costa Caribe, región que comenzará a llamarse Mosquitia. Recordemos que los ingleses establecen su presencia en el Mar Caribe al apoderarse de la isla de Jamaica y de Belice, y logran acercarse comercialmente a las costas del Caribe de Nicaragua y abren una alianza con los indios mosquitos a mediados del siglo XVII. Entre tanto, en Litelpaneca, ocurrió la congregación de los tres pueblos en uno solo como se aprecia ya en el título real de Litelpaneca, que da cuenta de ello en lo que en adelante se conocerá como Telpaneca. En el título se aprecia la voz de los indígenas identificándose como “indios tributarios”, que cumplen funciones de “vigía en la montaña” y que se han “fusionado con Comalteca”. Hacen referencia a un incendio “del Dios del Cielo” habido el año anterior, el que destruyó sus “casas”, “templos” y “alajas sagradas”. Estas expresiones no son sobranceras en un documento legal como se puede interpretar en forma simple. No. Son expresiones propias de un estatus por el cual las autoridades indígenas de Telpaneca dejaban claramente establecida su condición de civilidad: tenían casas, templo y joyas; es decir, eran una sociedad organizada, con estructuras y con sentido político de alianza intercomunitaria. Asimismo, expresa un sentido de territorio al fusionarse con los hermanos de Comalteca. Por otro lado la voz indígena en el título expresa su “alianza con el emperador español” y su ánimo de obtener un título que respaldara su derecho en la forma de la ley española como expresión de su condición de personas libres. Esta petición del

55 La referencia mejor documentada de estos sucesos es la historia del obispo de Guatemala en los años 20 del siglo XIX, doctor García Peláez (1944) Historia del Antiguo Reino de Guatemala. Tomo I. Guatemala.

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título obedece al hecho de que si bien la cédula real de 1591 sólo exigía a los españoles estos trámites de composición y no a los indígenas era una forma de argumentar su consideración de pueblo libre que podían gozar de la protección de sus derechos por medio de un título real al igual que los demás propietarios y pueblos españoles. El título de Telpaneca, es pues una joya legal que nos permite acercarnos a las dimensiones de la sociedad de Telpaneca en esas circunstancias de la colonia, como entidad política y que corresponde al sentido de lo que Oviedo refería como la “provincia de Telpaneca”. También se menciona en el título que los indios de Telpaneca han comprado unas tierras de capellanías, que es otro elemento que nos da luces de las capacidades económicas de este pueblo. Podría ser que se tratare de tierras abandonadas por los españoles de Ciudad Segovia, pues en 1612, como se sabe, huyeron del sitio anterior de la ciudad situada entre Quilalí y Wiwilí, en el lugar llamado hoy “ruinas de ciudad vieja”. El título de Litelpaneca es tramitado por sus caciques que son: Andrés Gutiérrez en calidad de Alcalde 1º, Silvestre Mendes, de Alcalde 2º, y Pascual de Ávila y Patricio Landero como regidores. También se menciona en el título que actúa el “común” que representa el resto de autoridades tradicionales que formaban otros caciques y los principales, que son los ancianos cabezas de linajes o familias ampliadas según su sistema agnado de organización. Los apellidos que muestran algunas de estas autoridades podemos relacionarlos con la lista de encomenderos donde aparece por ejemplo el apellido “Landero” y en el título de encomienda tenemos el apellido “Ávila”. Los frailes bautizaban a los indígenas e imponían los nombres y apellidos de la usanza española y teniendo seguramente como modelo a los capitanes españoles. Fray Fernando Espino, por ejemplo, explica en su Relación el caso de un cacique llamado Alpuis quien fue bautizado con el nombre de Don Diego de Olmedo56. Muchos sitios que aparecen mencionados en el título real hacen referencia a apellidos tales como cerro de “Ponce”, por ejemplo, que nos recuerda al nombre de uno de los primeros capitanes de conquista que llegó por esas tierras. Se observa también que el título tiene la forma de una “invocación” un término que en el derecho colonial español equivale a un “petitorio a la autoridad superior”, y se dirige al

56 Espino, fr. Fernando (1977) Relación verdadera de la reducción de los indios infieles de la provincia de la Taguisgalpa llamados xicaques. Introducción y notas de Jorge Eduardo Arellano. Colección Cultural, Banco de América, Managua.

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Soberano señor, es decir, al rey de España, indicándonos el nivel de pacto que las autoridades indígenas le desean imprimir al instrumento. La invocación pide una remedida de las tierras de Comalteca, indicándonos con ello que ya existía una medida anterior, la cual estaba “arreglada” y “pagada” al señor Carlos V (1500-1558) ubicándonos ese hecho en el imperio de este rey que fue coronado emperador del sacro imperio germano-romano en 1520 y quien renunció a la corona de España a favor de su hermano Felipe II, en 1556. Carlos V fue quien admitió los derechos de los indígenas a la tierra y a la libertad al promover las “leyes nuevas”. Observamos que esa referencia a un título o medida anterior, de las tierras de Comalteca, se habría efectuado antes de 1556, en el periodo que corresponde a Carlos V. En tanto que la invocación y la emisión del nuevo título se produce en el reinado de Felipe IV, quien precisamente, gobernó desde 1621 hasta 1655. El título de Telpaneca57 está solicitado por los “naturales de San Juan de Litelpaneca” indicándonos que la reducción de este pueblo se hizo probablemente en la fecha de San Juan Bautista, símbolo que a la vez lo relaciona a su propio nombre prehispánico de Litelpaneca que en español significa “Río de Telpaneca” y que ya sabemos que San Juan Bautista es un personaje místico de la tradición cristiana relacionado a las aguas del río Jordán, las aguas de la vida, del bautismo o rito de paso del ego inferior al ego superior por medio de las aguas del devenir eterno. Otro elemento a considerar en el contenido del título es la mención que se hace de las “caballerías de San Francisco”. Estas se refieren, al igual que las capellanías antes mencionadas, a tierras consideradas sagradas por los indígenas y estaban dedicadas al culto religioso. De hecho algunos nombres de comunidades como en el caso de Las Trojas, eran llamadas antes “Cofradías”. En el derecho español de la época, basado a la vez en el derecho romano, este tipo de bienes corresponde al tipo jurídico de la “res divini juris” que eran bienes colocados bajo la protección de los dioses. Por último, señalemos que la demarcación realizada en este título sigue la técnica de la “vista de ojos” y de la “cuerda de ciento cincuenta varas castellanas” como unidad de

57 Para referencia comparativa de un título real indígena de este mismo periodo véase el trabajo de Margarita Menegas Bornemann “Los títulos primordiales de los pueblos indígenas”. UNAM, México, en http://centro.uv.es/web/departamentos/D235/dat. Como referencia general sobre el derecho indiano ver el texto clásico de Ots Capdequi, José María (1959) España en América. El régimen de tierras en la época colonial. Fondo de Cultura Económica, México. Como referencia en Nicaragua ver Rizo Mario (1999) Identidad y Derecho. Los títulos reales del pueblo de Sutiaba. IHNCA-UCA, Managua.

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medida de la caballería. Sobre la caballería como unidad de medida debemos tener presente que esta experimentó una evolución paralela al mejoramiento de las técnicas administrativas de los españoles sobre la tierra. Al inicio de la colonia la caballería era una unidad que expresaba una merced o donación especial de bienes agrícolas para una clase de españoles que gozaban de estatus como los conquistadores o funcionarios reales o religiosos, contraria a la peonía, que representaba una asignación menor de bienes. La caballería no se expresaba como una medida lineal de superficie sino como paquete o combo de bienes y unidades de medida que no se explicaban por si solas. Una caballería comprendía: un solar de 100 x 100 pies, cinco peonías, 500 fanegas de pan llevar, 50 fanegas de maíz, 10 huebras de tierra para huerta, 40 huebras de tierra para plantas de secado, tierra de pasto para: 50 cerdas de vientre; 100 vacas; 20 yeguas; 500 ovejas y 100 cabras58. La literatura de la historia catastral admite además que los conquistadores aplicaban medidas sin regirse a un solo patrón sino a las costumbres que traían de sus lugares de origen y que estas eran a la vez dispares. Sin embargo, la necesidad de administrar las tierras de sus colonias obligó a la Corona a imponer cierto orden que nunca quedó claro. De ahí que las caballerías de los primeros títulos fueran amplísimas y es la razón de que sus propietarios alegaran posteriormente de tratarse de caballerías medida “antigua” y es otra de las razones por las cuales se hacían y hacen las remedidas. Dado que el título de Telpaneca es de los más antiguos, sus caballerías son de aquel primer tipo señalado. En la literatura de medidas castellanas antiguas se hace equivaler una caballería a 60 fanegadas y cada fanegada equivale a 454908 metros cuadrados. En las medidas efectuadas en el título de Telpaneca se habla también de la “baldía” referido a cierto costado de la montaña, que consistía en un margen de tierras libres que corresponden a tierras de uso común dedicadas a la cacería y recolección, y que serían tierras complementarias para el uso de los indios. Antes de pasar a ver el título volvamos a la cédula real de 1591 para anotar el asunto del derecho de propiedad contenido en la comprensión de ese instrumento matriz pues una

58 Ver, Rizo, Mario (2010) Litelpaneca en su historia. Pueblo Indígena de Telpaneca, Managua. Ver, Feijoó Osorio, Carlos (2006) “Evolución de las unidades de longitud en relación a los grandes acontecimientos de la historia”. Primer Congreso Internacional de Agrimensores. CIELA, Buenos Aires. Ver, Florescano, Enrique (1971) Origen y desarrollo de los problemas agrarios de México, ERA, México.

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ligera lectura aparenta que comprende únicamente exidos. Sin embargo, el título de Telpaneca es amplio en cuanto al tipo y usos de la tierra que se estipula, como se comprende de la fórmula que usa la cédula, al decir: “para que tengan en que poblar, labrar y hacer sus sementeras, y crianzas” con lo cual queda comprendido en el derecho de propiedad del pueblo indígena de Telpaneca todas las formas permitidas en el derecho español y que los indios requieran, abarcando exidos, propios, pechos, tierras públicas, cofradías, etc. Como vimos en las primeras leyes y se ratifica en la referida cédula, la obligación de los virreyes y gobernadores en América, es de dar a los indios toda la tierra que “hubieren menester”, es decir, toda la que necesitaren, abarcando la que ya tenían en el presente y aquella otra “hasta que fuese necesario” lo que explica la función de la “baldía” antes referida. El texto del título real de Telpaneca es el siguiente:

TITULO REAL DE TELPANECA “INVOCACION DE LOS NATURALES DE SAN JUAN DE LITELPANECA.- NOSOTROS los Alcaldes, Regidores y demás común del Pueblo de San Juan de Litelpaneca, nos presentamos en la mejor forma de derecho ante nuestra Real Majestad en la ciudad de Santiago de Guatemala, pidiendo nos oiga y atienda nuestra quejas y reclamos que ponemos a Nuestro Soberano: Soberano Señor, os presentamos ante Vm [Vuestra Merced] como súbditos vuestros y naturales tributarios de Vm Real Majestad dándole a saber del castigo de Dios omnipotente del Cielo, acaecido en el incendio de nuestro hermano pueblo de Comalteca sucedido el día veintidós de mayo del año de mil seiscientos veinte y uno que se quemó el Pueblo, y principalmente el Santo Templo, y todas las alajas Sagradas, en donde los vecinos hermanos se agregaron a Telpaneca; pues a esto suplicamos a nuestra Real Magestad, nos sea servido remedirnos las tierras de Comalteca, y junto a ella que nos de la demarcación entera de cuatro caballerías de tierra que tenemos arreglado y pagado al señor Carlos V nuestra Real Magestad, que Dios guarde a nuestro Soberano por muchos años. Por lo cual tenemos esperanzas y consuelo los tributarios naturales de Telpaneca se sirva dictar las medidas arriba dichas para quedar consolidado dicho pueblo con sus ejidos: advirtiendo; que de parte de Comalteca son diez caballerías y cuatro al censo anterior, cuyo favor necesitamos se nos presente nuestra exclamación por medio del Señor Oidor y Real Fiscal, a que siendo así, tendremos bien de merecer. También os suplicamos encarecidamente que se nos mire con

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piedad y rebaja en las diez primeras caballerías: que las otras están pago a su Magestad por lo cual tenemos las constancias y carta de venta: a las diez primeras necesitamos favor de Vm [Vuestra Merced] pues somos unos pobres, y servimos de tributarios donativos y en tiempo pasado de vigías en los puertos pues exaltaban nuestra Santa Religión los indios caribíes. Por tanto os juramos no proceder de malicia en todo lo necesario. Y firmamos los Alcaldes y Regidores, Principales y demás común del Pueblo. GABRIEL PADILLA ESCRIBANO DEL PUEBLO. Jurisdicción de Nueva Segovia, Provincia de Nicaragua, Marzo quince de mil seiscientos veintidós años, habiendo sido recibida la información de los Alcaldes de Telpaneca, mencionados Andrés Gutiérrez, Alcalde 1º Silvestre Méndes Alcalde 2º Pascual de Avila Regidor y Patricio Landero Regidor, me fue necesario presentar la petición a su sacra Real Magestad, por cuyo contenido contesto lo siguiente. Domingo Aráuz Oidor Fiscal me fue presentada la petición de los Alcaldes de Telpaneca, por cuyo tenor os digo, que doy por recibidas dichas medidas y hágase cumplir y cúmplase. DOMINGO ARAUZ. FRANCISCO NAVARRO. ESCRIBANO. Jurisdicción de Nueva Segovia, Provincia de Nicaragua. Marzo veinte y nueve de mil seiscientos veintidos años. Don Miguel de Saravia, medidor nombrado por su Magestad, para que salga a las medidas acompañado de Luis Samorán, y Nicolás Avilés, Francisco Calderón, Juan de Fonseca: y tan luego como fue cumplido el nombramiento, fuí tomado juramento de cumplir fielmente mi cargo de obligación, y me fue entregado las medidas y dicha cuerda tiene ciento cincuenta varas, en donde entregué la cuerda a mi acompañante Juan de Fonseca. Y firmamos. Don Miguel de Saravia, medidor, Luis Samorán, Nicolás Avilés. Testigos, Francisco Calderón, Juan de Fonseca.- Escribano.- San Juan de Litelpaneca. Abril cinco de mil seiscientos veintidós, yo el medidor Miguel de Saravia Juez medidor nombrado por su Magestad acompañado de los Alcaldes, Regidores y Principales, y demás común del Pueblo de San Juan de Litelpaneca.- Salimos a las medidas, dándole sus anchos y cabezales por toda la demarcación del Pueblo: comenzando por el norte, bajamos al río y llegamos al encuentro de una quebrada gragoza, y subimos una cuesta donde le llaman los naturales Tupulí, y bajando a otro río que le llaman Estelí subimos una cuesta de un monte muy fragoso, hasta salir a Tienta Pecho que es el mojón que dividen las tierras del Ayudante Pedro de Bustamante: se le dio ojo, a la lumbrera de Apagüique pasando

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lomas y cerros, se le dio ojo con poca diferencia al picacho del Volcán del Bijagual que es el mojón que dividen las tierras de Esperanza Bustamante, trozando línea recta, pasando lomas, y quebradas, y cuerdas rectas, del dicho Bijagual; se le dio ojo, al pie del potrero Namaxli, pasando una bajada fragosa al río Grande, del dicho Namaxli, se le dio vista recta, al Plan de Roble, cojiendo una loma arriba hasta llegar a dicho Roble, dejando una legua a la montaña, de baldía, se le dio vista, a la loma del Coyol que dicen los naturales, al cerro del Tisate, siempre dejando la legua a la montaña inculta; del Tisate señala, a la Laguna Seca del Rodeo, al Bonete, de la Loma del Encinal, al Potrero Grande Alumasí; a la quebrada del Horno, a la sábana de Tejupo: y parados con la cara al Oriente, cojimos el caminos de la montaña hasta llegar al Horno Viejo quedándole la baldía a la montaña: prosiguiendo el rumbo al Sur, pasando lomas ásperas, cerros fragosos por el pie de la montaña, llegamos a la punta de la montaña de Boalí siguiendo la derecera del Carrisalito al Ocote Cargado, quedando una legua de distancia, de las Caballerías de San Francisco: y bajando a una quebrada áspera y fragosa, subimos a un cerro muy alto, en donde encontramos con el camino real de Ciudad Antigua, no dejando mojones señalados, en los puntos antepasados por no tener linderos que embaracen. En donde se concluyen las 10 caballerías de las tierras de Comalteca, que reclaman los Naturales de Telpaneca, por tener vecinos agregados a dicho Pueblo. Por cuyo beneficio, concede su Magestad a sus tributarios las caballerías a sus favores: que cultiven sus ejidos; en donde se valúan a su legítimo precio: a veinte y cinco pesos cada Caballería.- Y vueltas las caras al Poniente, seguimos dicho camino real hasta llegar a la Loma Verde en donde cede en linderos de Telpaneca, y la Ciudad Antigua. Prosiguiendo el mismo rumbo: tendió la cuerda el medidor, hasta llegar a la Sábana del Rancho: hasta donde se midieron ciento cincuenta y dos cuerdas; puse un montón de piedras, y señalé por mojón: y advierto que de la dicha Loma Verde a este mojón se liquidan los dos pueblos sus ejidos.- Prosiguiendo el rumbo con las caras al poniente, se les señala por mojón la Jagua, la Loma Abajo hasta caer a la quebrada de las Cañas, linderos de Telpaneca y Ciudad Antigua, pasando dicha quebrada, subimos a un monte muy fragoso y salimos al Cerro de Ponce o Zacatal, que dicen los Naturales, quedando devagado el mojón de la Piedra Cruz por quedar dentro de las Capellanías compradas de Telpaneca.- Y vueltas las caras al Sur, proseguimos a la Loma Alta del Encinal, línea

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recta al Gamalotal, que da el mojón al Varial, mojón de las tierras de Telpaneca, a la Quebrada del Guarumo, la línea recta a la Piedra Pintada, línea quebrada abajo, ante una vuelta, a bajar al río Grande, coje por media falda a la corriente del Carrizo, al Encuentro del Caracol, mojón divisorio, al Jícaro Cargado al Matapalito, quedando por mojón el Peñascal de la Loma que dicen los Naturales Güegüecho el Picacho de Apamiguel, en donde hacen quiebre los ejidos de los tres Pueblos: Telpaneca, Mozonte y Totogalpa. Siguiendo dicho rumbo, al Cerro de Amucayán linderos de Totogalpa y Telpaneca: de dicho cerro se mide la cuerda al Portillo del Rodeo, que da al mojón la Loma Abajo, hasta llegar a la Piedra del Rastro o Apanata, que dicen los Naturales: dándole ojo al portillo del Veinte Roble, quedando la Quebrada de Cuje dentro de las tierras de Telpaneca: se derrama la cuerda, a la Quebrada de Muhun; al Pretil del Picacho Grande al Portillo de la Anona, a la Lumbrera de Saguazca en donde se dividen las tierras de Antonio Martínez, y las del Alférez Juan de Córdoba, al Portillo Grande de Ticuiliquín, se derrama la cuerda la Quebrada de Debajo de Liculinguín, linderos de Palacagüina y Telpaneca, al Bonete del Jícaro Pando, quedando mojones en el Portillo Grande, y el dicho Jícaro Pando, de este mojón divisorio a Voeda Negüe a Tienta Pecho. Hasta donde se concluyó las medidas pedidas, por los Alcaldes, Regidores, Principales y demás común del Pueblo, quedando conforme todas las partes, Ciudad Antigua, Mosonte, Totogalpa y Palacagüina. Hermanables y amistosos, dichos Pueblos, para los antecedentes, no tener que referir discordias a dichas medidas, tanto uno y otra partes. Y juramos no proceder de malicia en todo lo necesario. Y firmo con los testigos de asistencia en falta de notario. Miguel de Sarria, Juez Medidor, Luis Samorán. Nicolás Aviles, testigo. Francisco Calderón, testigo. Juan de Fonseca.- Por el Común del Pueblo firmamos nosotros los Alcaldes, Regidores y Principales.- Andrés Gutiérrez Alcalde 1º Silvestre Méndes, Alcalde 2º Pascual Avilés Regidor. Patricio Landero, Regidor. Y como Escribano del Pueblo: Gabriel Padilla.- Aprobado dicho Título por el señor Oidor y Real Fiscal.- Abril diez y ocho de mil seiscientos veintidós años.- Y es fecho otorgado y seguro: para seguridad de dicho Pueblo. Domingo Arauz. Francisco Navarro. Escribano Público.-

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a. Referentes geográficos comprendidos en el Título Real y en la memoria histórica de Telpaneca

RUMBO LUGARES CARACTERÍSTICAS

NORTE Tupulí Quebrada fragosa, afluente del Coco y cuesta

Estelí Río afluente del Coco desemboca cerca de Telpaneca

Tienta Pecho Mojón del ayudante Pedro de Bustamante

Lumbrera de Apagüique Apagüique: peñón. Lumbrera sitio donde se hacía carbón. El Carbonal es el nombre de una Comunidad de Telpaneca.

Pichacho del volcán del Bijagual Peñón. Mojón de las tierras de Esperanza de Bustamante

Potrero de Namaxlí Namah – li o río del jaguar

Plan de Roble Nombre de una loma

Loma del Coyol Nombre de una loma

Cerro del Tizate Nombre de un cerro

Laguna Seca del Rodeo Sitio

Bonete de la Loma del Encinal Parapeto militar (bonete) situado en una loma. Lugar con abundancia de encinos, árbol y fruta que se produce en lugares de nebliselva (encinal).

Alumasí Quebrada Grande

Quebrada del Horno Quebrada en cuya cercanía había un Horno de procesamiento de la brea de pino

Sábana de Tapujo Sábana forma española antigua usada en el norte para referirse a un lugar plano. Tapujo, palabra de significado desconocido

ORIENTE Horno viejo Sitio donde antiguamente se procesaba brea de pino

SUR Punta de la Montaña de Boalí Boalí: Río de los Cantores o Chamanes. En el famoso cuadro al óleo de la Reducción de indios de Pantasma (siglo XVII) se dibuja un río y se describe en un texto explicativo en el mismo cuadro “el camino de Boalí” indicándonos la existencia de comunicación antigua entre el pueblo de Telpaneca y los pueblos de Pantasma cuyo rio también es tributarios del Coco

Carrizalito Nombre de comunidad

Ocote Cargado Sitio

Caballerías de San Francisco Sitio y nombre de actual de Comunidad. Probablemente se trate de un sitio sagrado al cual los indios ofrecieron algunas caballerías de tierra en calidad de cofradía

Camino Real de Ciudad Antigua Los viejos caminos prehispánicos fueron parte de los bienes apropiados por la Corona española, de allí lo de camino real.

PONIENTE Loma Verde Linderos de Telpaneca y Ciudad Antigua

Sábana del Rancho Actual comunidad de Los Ranchos. Acá se encuentra la finca de Los Ranchos tomada por ex militares foráneos y reclamada por el Pueblo Indígena al Estado

La Jagua Sitio

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Loma de Abajo Comunidad

Las Cañas Nombre de quebrada

PONIENTE Piedra Cruz Apacruz. Mojón. Sitio de tierras de Capellanías que fueron compradas por los naturales de Telpaneca

SUR Loma Alta del encinal Sitio

Guarumo Nombre de quebrada

Piedra Pintada Sitio de interés arqueológico

Corriente del Carrizo Sitio a orillas del Río Coco

Encuentros del Caracol Lugar donde se encuentran dos ríos. Mojón divisorio

Jícaro Cargado Lugar

Matapalito Lugar

Peñascal de la Loma o El Sitio y mojón Güegüecho

Picacho de Apamiguel Apa: piedra. Sitio divisorio donde hacen quiebre los ejidos de Mozonte, Totogalpa y Telpaneca

Cerro de Amucayán Sitio y Nombre de comunidad actual. Amuc, neblina, cayán, cerro.

Portillo del Rodeo Referencia a un hatillo de ganado. Sitio y comunidad actual

Loma de Abajo Mojón

Apanata Sitio que en el idioma antiguo significa Piedra del Rastro, así en el título

Portillo de Veinte Robles Sitio

Quebrada del Cuje Situada dentro de las tierras de Telpaneca dice el título

Quebrada del Muhún Quebrada

Pretil del Picacho Grande Pretil: montículos

Portillo de la Anona Sitio

Lumbrera de Sacaguasca Probablemente sitios donde se hacía carbón. Acá se dividen las tierras de Antonio Martínez y el alférez Juan de Córdoba. Este tenía tierras en Palacagüina de las cuales existe título en el archivo del pueblo indígena de Telpaneca.

Portillo Grande de Liquiliquin Quebrada y sitio

Quebrada de Abajo En Licuiliquin

Bonete de Jícaro Pando Mojón

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G. Queja de los Indios de Litelpaneca en contra del Alcalde de Nueva Segovia y el Gobernador de la Provincia de Nicaragua: 1643-1649

Ligado a la anterior condición de indios “encomendados” y de “indios tributarios” el pueblo indígena de Telpaneca experimentó su condición de pueblo libre por lo que resintió los actos de maltrato de parte de las autoridades españolas; hechos que obligaron a los indios a recurrir de quejas por los abusos de que eran víctimas. Estos maltratos debían estar presentes en ocasión de la invocación del título en 1622 atrás expuesto pues podemos leer, entrelineas, que en el mismo título dicen las autoridades que acuden a Guatemala: “… pidiendo nos oiga y atienda nuestra quejas y reclamos…”. Es nuevamente significativo la actitud de reclamar pues la primer condición de la libertad es saberla reclamar. En 1643 se van a manifestar estas actitudes con motivo de quejas y maltratos de las cuales tenemos la información escrita, que consta en el Archivo General de Centro América, de Guatemala, lugar hasta donde elevaron dichas quejas y provocaron la emisión de varios decretos de las máximas autoridades de Guatemala emitidos en forma de cédula real y ordenando al Alcalde de Nueva Segovia llamado Luys Cerbellón y Santacruz59, y al Gobernador de la Provincia, el capitán Miguel Arbizú, a cesar los maltratos contra los indios de Telpaneca bajo pena de hacerles responsables de multa de doscientos pesos y prisión si no acataban el mandato. Quienes actúan son tres indígenas comisionados de su pueblo, llamados Mateo García, Lucas Martín y Andrés de Ávila, quienes se presentan en la comparecencia como “indios naturales del pueblo de Litelpaneca”. La queja señalaba que las autoridades españolas:  Les obligaban a llevar el Día de Ceniza de cada año, 3 arrobas de pescado, 3 fanegas de frijoles, 4 cántaros de miel,  A cumplir el servicio ordinario y otras regalías,  A vender sus productos que llevaban al tianguis a precios muy desfavorables.  Que el alcalde por medio de mandamientos les obligaba a ir a trabajar a las estancias de españoles distantes hasta 12 leguas de sus lugares por lo que no podían

59 Don Luis de Servellón es mencionado por fray Fernando Espino, que le visitó cuando el fraile estaba en misión entre indios taguacas recién convertidos (1977:22).

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atender sus huertas. Les obligaban a sacer “Tesinas”60 que eran indias para amamantar infantes de españoles.  Que encarcelaban a las autoridades indígenas hasta por 3 días cuando se negaban. El 15 de abril de 1643 el Presidente, Capitán General y Gobernador de la Real Audiencia ordenó al Gobernador de Nicaragua, a los Alcaldes Ordinarios y a las Justicias de Nueva Segovia, que cesaran las molestias a los naturales de Telpaneca. La orden no se cumplió, por lo que nuevamente presentaron los indios la queja y de nuevo la Audiencia notificó lo mismo y el caso se elevó hasta el Rey, por lo que este emitió la cedula de 5 de marzo de 1649 del tenor siguiente: CEDULA REAL DEL REY FELIPE IV “Don Felipe, etcétera: a voz mi Gobernador de la provincia de Nicaragua, y a vuestro Lugarteniente y Alcaldes Ordinarios de la Ciudad de la Nueva Segovia, a cada uno y cualquiera de vos, sabed, que el Lic. Don Diego de Avendaño, de mi Consejo, Presidente de mi Audiencia y Real Chancillería, que está y reside en la ciudad de Santiago de los Caballeros de las provincias de Guatemala, Gobernador y Capp. General de su distrito, libró el presente mandamiento del tenor siguiente: El licenciado Don Diego de Avendaño, del Consejo de su majestad, Presidente en la Real Audiencia que en ésta ciudad reside, Gobernador, Capp. General en su distrito, etc. Por cuanto: Ante mí, en este Gobierno superior, se presento y leyó la petición siguiente: Matheo García, Lucas Martín y Andrés Gonzáles, Indios principales del pueblo de Litelpaneca, en la provincia de Nicaragua. Por nos y los demás naturales del dicho nuestro Pueblo, que a esto nos envían, decimos que el Alcalde Ordinario de la ciudad de la Nueva Segovia a quien el Gobernador de aquella provincia da nombramiento de Teniente para que tenga jurisdicción sobre los indios, distando el dicho pueblo, de dicha ciudad, cinco leguas, y en el camino un río caudaloso, nos apremia a que el día de ceniza de cada un año llevemos a la dicha ciudad del tianguis, que en ella se hace, tres arrobas de pescado, tres fanegas de frijoles, cuatro cántaros de miel, treinta libras de cera, demás de lo cual y del servicio ordinario que damos cada semana libra mandamientos, para que cinco o seis vecinos, a cada uno demos un indio pescador, que lleve todas las semanas pescado, por cuatro reales, y han de ser diez pescados grandes, y en faltando uno nos condenan en dineros y pues no tenemos obligación a ello, y nos es de grave daño y perjuicio porque cuando vamos al tianguez a vender lo referido nos lo pagan al precio que quieren, y es forzoso darlo así, por volvemos a nuestras casas a perder nuestro caudal por lo cual, a vuestra señoría pedimos y suplicamos mande librar el recaudo necesario para que el dicho Teniente y demás justicias de la dicha ciudad, que al presente son y adelante fuesen, no nos obliguen a que demos al dicho tiangue y llevemos las cosas referidas ni demos los indios de servicio, pescadores, y el Gobernador de dicha provincia, no lo permita ni consienta, se nos haga agravio. Y nos ampare, imponiéndoles graves penas,

60 Tesinas o “chichiguas”. Entre los mojones del título real se menciona un sitio llamado Cerro de la Chichigua, quizá haciendo alusión a estos hechos

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pedimos justicias, y que a falta de escribano publico o real lo notifique cualquier persona que sepa leer y escribir y original se nos vuelva por los dichos= Francisco de Castro. DECRETO. Y por mi vista en trece de este presente mes, proveí el decreto que se sigue= déjese el mandamiento que piden para que no obliguen a estos indios a llevar a la ciudad de Nueva Segovia el pescado y demás mantenimientos que refieren y para que el Gobernador y demás justicias guarden las cédulas reales y Ordenanzas del señor Oidor, Visitador del Servicio de los Indios, los cuales sean amparados sin consentir sean vejados no molestados. Y para que tenga efecto, mandé dar el presente por el cual mando al Gobernador de la Provincia de Nicaragua, Alcaldes Ordinarios y demás Justicias de la Ciudad de Nueva Segovia, que al presente son, y adelante fuesen en ella y dicha provincia, vean el decreto que de suso va incorporado, y lo guarden, cumplan y ejecuten, y hagan guardar, cumplir y ejecutar. Cada uno en lo que le toca precisa y puntualmente en todo y por todo según y cómo en él se contiene, y declara contra su tenor y forma, no hagan ni pasen ni consientan y ni pesos en moneda alguna, pena de cada cien pesos para la Real Cámara= Sea cual dicha pena mando al escribano público o real que fuese requerido lo notifique y no le habiendo cualquier persona, que sepa leer y escribir, y original se vuelva a la parte suso dicha; en la ciudad de Santiago de Guatemala, en 15 días del mes de Abril de 1643= el licenciado don Diego de Avendaño= por mandado de su Señoría= Juan Martínez de Herrera. El cual en cinco de mayo del año pasado de 1643 se notifico a don Luys Cerbellón de Santa Cruz, Alcalde Ordinario, y teniente de mi gobernador de dicha ciudad y en 30 de agosto del año pasado de 1644 al capitán y sargento mayor Miguel Arbizú, mi gobernador de dicha provincia, quienes dieron ciertas respuestas= y ahora ante los dichos mis presidentes y oidores, en la dicha Audiencia se presentó la petición siguiente. Muy Poderoso Señor= Mateo García, Lucas Martín y Andrés de Ávila, indios naturales del pueblo de Litelpaneca, en la provincia de Nicaragua, decimos que el Lic. Don Diego de Avendaño, de vuestro Consejo, Presidente de esta Real Audiencia, Gobernador y Capp. General en su distrito, libró este mandamiento, que presentamos, con el juramento necesario, para que las justicias de la Nueva Segovia, no libren mandamientos, para que cesen Indias Tecinas ni se saquen de su pueblo= ni los indios sirvan en más de lo que las Reales Cédulas y Ordenanzas disponen= y sin embargo las dichas justicias contravienen, que dicho mandamiento, apremiados con rigor y librando mandamientos de prisión contra los Alcaldes y Regidores, con Alguaciles que los lleven a la dicha ciudad, llevando su costal, y tienen 2 o 3 días de prisión, desaforándolos de nuestro pueblo, y a los indios enviándoles doce leguas a servir a las estancias y labores de que se le sigue servicio, porque no pueden acudir al beneficio de sus milpas, para sustentarse y pagar los tributos y muchos demás padecen ser semejante trabajos, se huyen para remedio de lo cual debe estar dispuesto, por Reales Cedulas, que en el caso disponen. A vuestra Alteza, pedimos y suplicamos, mande librar Real Provisión y nuestro el dicho Mandamiento, para que el Gobernador de dicha provincia su lugar teniente y alcaldes Ordinarios de la dicha provincia y ciudad de la Nueva Segovia, lo guarden y cumplan sin embargo de cualquier respuesta que den hasta que en esta Real Audiencia, otra cosa se mande, so las penas que están impuestas, y otras que de nuevo se le impongan, pedimos justicia, y que el Escribano Publico o Real, que fuese requerido, lo notifique y no habiendo cualquiera persona que sepa leer y escribir, y original, se nos vuelva y den los testimonios, que le pidiéremos, para acudir a esta Real Audiencia= Por los dichos, Francisco de Castro= MANDAMIENTO.- Que vista por los dichos mi Presidente y Oidores, acordaron debían mandar dar esta mi carta

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en la dicha razón y yo lo he tenido por bien= por lo cual os mando, veáis el mandamiento librado por los dichos mi Presidente, Gobernador y capp. General que de suso va incorporado y que lo guardéis, cumpláis y ejecutéis, y hagáis se guarde, cumpla y ejecute en todo y por todo, según y cómo en él se contiene, sin ir ni pasar, ni consentir se vaya ni pase contra su tenor y forma en manera alguna sin embargo de cualquier respuesta a él dada ni cosa en contrario, so pena de más de las contenidas en revisar dicho mandamiento, de cien pesos, de oro para mi Real Cámara y fisco= so la cual dicha pena mando a cualquier mi Escribano Publico o Real que fuese requerido, y no le habiendo a cualquiera persona, que sepa leer y escribir, lea y notifique esta mi carta a quien y como convenga, asiente su notificación, para que conste y original la vuelva a la parte en guarda de su derecho y den los testimonios que en esta razón se les pidiesen. Dado en la ciudad de Santiago, de Guatemala, en cinco días del mes de Marzo de mil seiscientos cuarenta y nueve= librada por los señores Presidentes y Oidores de esta Real Audiencia Licenciado don Diego de Avendaño, presidente y don Antonio de Lara.” (107/A1.24.Leg.1560. Exp. 10204. Fol. 148). La queja y la relación de los hechos nos permite conocer algunos elementos de la producción de los indígenas de Telpaneca destacando: frijoles, pescado, miel y cera. Estos productos nos exponen tres tipos de recursos naturales que conforman la esencia de la economía indígena y del derecho de propiedad como son, la tierra para la agricultura; el agua de los ríos y quebradas para la pesca y la comunicación; y los bosques y foresta donde se adquiere la miel y se procesa la cera. Por la exigencia de los alcaldes expuesta en la queja de los indígenas, se nota que la producción es abundante. En particular, respecto a la tradición indígena de producir cera. Téngase presente que una de las aplicaciones prehispánicas de la cera era en el arte del procesamiento del oro61. Esta técnica prehispánica preciosamente, es llamada “cera perdida”. Respecto de la miel tengamos presente que esta se obtenía entonces siguiendo un modelo indígena ancestral de recolección que comprendía dos técnicas. Una del aprovechamiento de abejitas que hacían sus panales arriba de árboles vivos, es decir, que esta miel se obtenía en los bosques. Otras abejitas lo hacían en palos caídos y, por tanto, se podían domesticar. Ambos tipos de abejas nativas no tienen aguijón, son de las especies del género Apidae meliponinae, diferentes a las abejas de aguijón que trajeron los españoles, de la especie Apis mellifera. Entre las primeras se conocían en

61 A pesar que arqueológicamente no existen aún hallazgos de objeto de oro prehispánico, la zona era rica en oro. En la medida en que se desarrollen estudios de arqueología sistemática estos elementos de oro saldrán a relucir. En la mitología de Telpaneca son abundantes los tropos que tienen como centro el oro, tales como los cuentos “el gallo de oro” y la “cruz de oro”.

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Centro América las especies: soncoane, xigote, tamagaz, tacaniste, cargo y zopilota; entre las segundas, maría seca, limoniste, baba de buey y faluete62.

H. Título de nombramiento del Cacique de Telpaneca como Gobernador Indígena de Nueva Segovia: 1713

Otro importante referente de la calidad que el Pueblo Indígena de Telpaneca adquiere como entidad moral y civil es el nombramiento del cacique de Telpaneca como Gobernador indígena. Este documento del año 1713 nos explica de la presencia sostenida de autoridades indígenas tradicionales en Telpaneca con liderazgo regional, con reconocimiento entre todos los demás pueblos del Corregimiento y de las autoridades de la Provincia de Nicaragua. Es también un elemento que muestra un reconocimiento político de las autoridades españolas, que busca reforzar una alianza. Adquirió este cargo su forma o justificación en un asunto de orden fiscal y para solventar problemas prácticos que las autoridades indígenas tenían por cuanto las autoridades españolas de Nueva Segovia habían abandonado su asiento por temor de una invasión de ingleses, y no había a quien y como recoger el tributo a la corona. Es por esta razón que las autoridades indígenas de las Segovias solicitaron a la Audiencia de Guatemala que se nombrara a un gobernador indígena que los representara directamente en cuanto a las responsabilidades fiscales; pero el cargo se amplió al ámbito de la justicia. Este cargo concedía importantes funciones de administración de justicia como se ve de las atribuciones que se le encomiendan a don Thomas López, “cacique de Telpaneca” al nombrársele como Gobernador. Este acto se efectuó con toda solemnidad mediante una cédula real y la entrega de un bastón de mando o vara con empuñadura y orlas. La cédula63 por su importancia en materia de administración pública y por la articulación de normas consuetudinarias que contiene, y el efecto político ca manera de alianza con este pueblo indígena importante en materia de defensa militar de la línea fronteriza española, lo acompañamos para una mejor ilustración y apreciar y deducir la tradición jurídica que existe desde antaño en Telpaneca. Nos ayuda su lectura a comprender la actitud conservada en el Pueblo Indígena de Telpaneca hasta la actualidad y

62 Ver Romero, Germán (1976:406). 63 La fuente es el Archivo General de Centro América: 250-2544/A.124.Legajo 1580. Exp. 10224. Del Archivo del Pueblo Indígena de Telpaneca.

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del arraigo de los derechos, concepción que se vienen transmitiendo de generación en generación en este pueblo:

CEDULA REAL

“Don Felipe, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, etc., por cuanto ante el doctor don Pedro de Ozaeta y Oro, de mi consejo oidor y alcalde de corte de mi audiencia corte y real chancillería, que está y reside en la ciudad de Santiago de Guatemala, teniente de mi gobernador y capitán general en su distrito, se presento la petición del tenor siguiente: Don Sebastián Hurtado Betancourt, en nombre del capitán don Joseph Martínez Vaquero, contador oficial real de las reales cajas de la provincia de Nicaragua y Costa Rica y en virtud de su poder general que tengo representado en la real audiencia de esta corte, como mas haya lugar comparezco ante vuestra señoría y digo que, a pedimento de los indios de los pueblos y partidos de Tepesomoto, Palacagüina, Mosontte y Xalapa, de la jurisdicción de la ciudad de Nueva Segovia que hicieron ante los señores presidente y oidores de esta Real Audiencia, sobre representar que por el dicho mi parte les obliga a que llevasen los tributos que pagaban hasta la ciudad de León, habiendo de distancia más de cincuenta leguas por auto de dicha real audiencia de veinte y tres de diciembre del año pasado de setecientos y doce entre otras cosas que en él se determinaron se declara que los de dichos pueblos y demás de aquel distrito cumplan con pagar sus tributos, en sus mismos pueblos en la cabecera del Partido no siendo notable la distancia para que della se conduzca en la Real Caja no habiendo postor a ello, que los cobre por su cuenta en los mismos pueblos y protestando como protesto hacer por mi parte en dicha real audiencia las representaciones que por dicho auto se previene sobre que la real hacienda, no sea perjudicada en las condiciones de las especies de dichos tributos ni los indios en ella; respecto de que en dicha ciudad de Nueva Segovia y su provincia no ha hallado en dicho ni parte persona de su satisfacción e confianza que recaude de dichos pueblos y partidos los Reales tributos por no causar ni a la Real Hacienda ni a los indios castos, en costos en enviar persona que los recaude, se hallaba por precisado a mandar a los indios los conduzcan a la ciudad de León y para atajar estos inconvenientes, y que los reales tributos puedan ser recaudados en dichos pueblos se le

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ofrece al dicho por mi parte representar a V. S. (como lo hago, el que por el conocimiento y experiencia que tiene de los (…) procedimientos de la vigilancia y cuidado que tiene para las cosas que tocan al Real Servicio de don Tomas López indio Cacique del pueblo de TELPANECA que está en la mediación de todos los pueblos de dicha jurisdicción de la Nueva Segovia se sirviera V. S. de nombrarlo por el gobernador de todos ellos, para que mi parte con la satisfacción que tiene de su proceder le pueda encargar haga la recaudación de los Reales Tributos de dichos pueblos sin causarles a los indios de ellos agravios ni vejaciones, ni que se causen rezagos al real haber por ser el mejor medio que se puede elegir por todo lo cual V. S. pido y suplicase sirva con vista de lo que llevo representado proveer en justicia lo que más convenga el servicio de ambas majestades en que mi parte recibiera con justicia, etc., don Sebastián Hurtado de Betancourt= Con cuya vista el dicho mi oidor, teniente de mi gobernador y el capitán general proveyó el decreto de este tenor: DECRETO: Respecto de los representados y de útil y conveniencia que se sigue al real haber elijo y nombro por gobernador de todos los pueblos y partidos de la jurisdicción de la Segovia a Don Tomas López, indio cacique del pueblo de Telpaneca de dicha jurisdicción y líbresele titulo en la forma ordinaria con la inserción de este escrito= Y para que lo proveído tenga cumplido efecto con ayuda del dicho teniente gobernador y capitán general, libro la presente por el cual por hacer bien y merced a vos el dicho Thomas López, indio cacique y principal de dicho pueblo de Telpaneca, y atendiendo a nuestras buenas costumbres, partes y calidades, que en vos concurren os eligo, crío y nombro por gobernador del dicho pueblo y demás del partido de la jurisdicción de la Nueva Segovia, para que en ellos podáis ejercer este cargo por tiempo de un año que ha de correr y contarse desde el día que tomase posesión de él en el cual habéis de tener cargo y cuidado de que los indios de dichos pueblos chicos y grandes se junten y recojan a oír misa los días de precepto y aprender la doctrina cristiana. Y que se guarden y cumplan las ordenanzas hechas para el buen gobierno de los Naturales de dichos pueblos y jurisdicción, y siembren, beneficios, y cultiven y deshierben sus milpas demás y otras legumbres y de la comunidad de manera que estén abastecidos y que cada uno de los naturales en su casa tengan imágenes, rosarios, ropa de vestir, y gallinas y acudan a las obras públicas y de comunidades y tengan casas

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separadas no viviendo dos ni mas casados en una casa sino que estén cada uno de por si por los inconvenientes que de esto resultan y de que no anden vagabundos, procurando con todo cuidado el servicio de Dios nuestro creador”. Y mire y que entre ellos no haya amancebamientos, embriagueses, vicios, idolatrías, ni otros pecados públicos, sino que todos trabajen y vivan cristiana y políticamente y se introduzcan entre ellos hábitos de buenas costumbres y las tengáis y conservéis en gobierno administrándoles justicia oyendo a las partes y determinando breve y sumariamente en ellos sus pleitos con toda rectitud y limpieza, dándosela al que la tuviere igualmente castigando los delitos sin causarles costos ni penas pecuniarias y haciendo todo lo demás que os pareciere conveniente en orden a la paz y un buen gobierno de dichos pueblos y a los demás que sois obligado.” Y mando a los alcaldes regidores principales de pueblos de dicha jurisdicción y a los demás gobiernos y común de ellos que presentados con este título en el cabildo de dicho pueblo de Telpaneca se entregue la vara de tal gobernador y os obedezcan, acaten y respeten como tal por el dicho tiempo de un año habiendo primero hecho el juramento que en tal caso se requiere y guarden, cumplan y vuestras órdenes y mandatos o las penas que les impusieres que ejecutareis en los rebeldes inobedientes que para lo referido y dependiente y alzar vara de mi Real Justicia durante el tiempo de vuestro gobierno os doy comisión y facultad en forma y la que de derecho es necesario. Y mando a todos y cualesquiera jueces y justicias de cualquier parte que sean y a los demás vecinos de dichos pueblos os hallan y tengan por tal gobernador y os guarden y hagan guardar todas las honras, gracias, mercedes, franquezas y libertades que por razón de dicho cargo debéis haber y gozar os deben de guardadas todo bien y cumplimiento sin que os falte alguna cosa, y no se haga en contrario con ningún pretexto. Fecho en Guatemala en 15 de marzo de 1713 años= Doctor Don Pedro de Ozaeta y Oro= e yo don Manuel de Guzmán, que en virtud de real cédula despacho la secretaría de cámara de esta Real Audiencia que pertenece a su majestad, la hice escribir por su mandado con acuerdo de su Teniente de Gobernador y Capitán General. Registrado= don Manuel de Farias Canciller don Manuel de Fariñas

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I. El Pueblo Indígena de Telpaneca: Propietario de hatillos y cementeras “en sus tierras”. Relación del Obispo Morel de Santa Cruz, 1752

Los habitantes del pueblo de Telpaneca, Telpanega o Litelpaneca, sostuvieron durante el periodo colonial el pago de tributos y servicios tanto a encomenderos en un inicio como a la corona española hasta la fecha de la Independencia. Las fuentes históricas nos indican que Litelpaneca era el pueblo de indios más poblado de la Nueva Segovia y en consecuencia el que pagaba más tributos a las autoridades españolas. Telpaneca a mediados del siglo XVIII seguía siendo un poblado únicamente de indios como lo confirma el Obispo Morel de Santa Cruz en su Relación de 1752. El obispo estuvo en “Sitelpaneca” entre el 22 y el 25 de mayo de ese año, y encontró a los dos pueblos: Litelpaneca y Comalteca separados por “el río y dos cajitas de monte”. El primero compuesto por doscientas seis familias viviendo en cien bohíos y la segunda con trece familias en diez bohíos. La relación de bohíos (viviendas) con familias nos permite saber que en cada bohío habitaba dos o más familias, en el caso de Litelpaneca; y más de una familia por bohío, en el caso de Comalteca; con lo cual tenemos una idea general del patrón de parentesco con familias ampliadas en un mismo techo. Si relacionamos este hecho con las atribuciones que el cacique de Telpaneca recibió para la administración de Justicia como gobernador indígena, en 1713, que están en la cédula de su nombramiento, concluiremos que persistía la costumbre prehispánica de organización de la familia. Recordemos que una de las atribuciones de esta autoridad era procurar que los casados habitaran en casas separadas. La información que nos da el Obispo sobre la población en Telpaneca es parcial pues señala a 619 personas de “comunión y confesión”. Por otra fuente sabemos que esta clase de personas, no es sino aquellas mayores de seis años de edad, es decir, de siete para arriba, que corresponde a la norma de la época usada por la iglesia católica para efectos de calificar a quienes debían cumplir con los cánones sagrados básicos como asistir a misa e incluso pagar el tributo de la santa bula. Mauleón ha calculado que en Litelpaneca había 4.6 personas por familia, con lo que podemos decir que el total de pobladores de Litelpaneca en 1752 ascendía a 980 personas y en Comalteca 42 personas64. Menciona el Obispo que cultivan “sus tierras” en hatillos y cementeras, es decir,

64 Mauleón Usla, Mercedes (2008) La Población de Nicaragua. 1748-1867 de la época final de la Colonia hasta las primeras décadas del periodo colonial. Colección Cultural de Centroamérica. Serie Ciencias Humanas No. 13, Bogotá.

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pequeñas fincas, de ganado y de agricultura; evidentemente, son sus tierras comunales el soporte del bienestar que impresionaron a Morel de Santa Cruz y que comprendía también el uso del bosque y la montaña como reserva y las aguas de sus ríos. El siguiente extracto de la Relación del Obispo65 describe al pueblo indígena de Telpaneca al que llama Sitelpaneca66: “Sitelpaneca: De Palacagüina a Sitelpaneca se numeran siete leguas bastante penosas, andúvelas el día veintidós y llegué a aquel pueblo, que es únicamente de indios; tiene por titular a San Juan Bautista, y su situación en un valle que contará de tres cuadras de largo, sobre dos de ancho y de buena agua que lleva su nombre, la baña por el Oriente y costados. La iglesia es de cal, ladrillo y teja muy capaz, con tres naves, sacristía y tres altares; en el mayor se venera la Santa Cabeza de Nuestro Redentor, que es tenida por muy milagrosa; atribuyese a su protección el que este pueblo se haya preservado en todo tiempo de los insultos de los caribes, quienes se hallan a tres leguas de distancia de él y por el río pueden tomarlo sin ser sentidos, es gobernado por dos Alcaldes, Alguacil Mayor, dos Regidores y Fiscal. Los bohíos se reducen a 100, las familias a 206 y las personas de confesión y comunión a 619, y el tributo a 34 pesos 7 reales, páganlo con prontitud, tienen sus hatillos, cementeras y se portan con menos miserias que los de los otros pueblos, todos notan esta singularidad y conspiran en el dictamen de que como son observantes de la ley y preceptos merecen la bendición del Señor. Por este motive los atendí con particular afecto. Prediqué cinco sermones; confesé algunas personas, las confirmadas llegaron a cuatrocientas noventa y cinco, y las que intervinieron en la procesión a cuatrocientas once. Comalteca: A buena mañana pasé el veinticinco al pueblo de Comalteca situado al Sur del antecedente. El río y dos cajitas de monte que median entre ellos los dividen. Fui conducido en derechura a la iglesia, que es de paja y estrecha, sin sacristía ni más altar que el mayor, donde está San Juan Bautista que es su titular, compónese de diez bohíos pequeños, trece familias y cuarenta y dos personas. Un Alcalde y Regidor, pagan de tributo veintiocho pesos. No tuve que hacer, porque como la inmediación es tanta, se confirmaron y acudieron a los sermones y demás ejercicios que en el otro pueblo se habían practicado. Por este motivo sólo me detuve lo que bastó para darles la bendición y despedirme de ellos, quedaron muy consolados, y yo regresé a Sitelpaneca para seguir mi marcha, como inmediatamente lo ejecuté. El territorio, en fin, a que se extiende la administración de estos cuatro pueblos, comprende dieciséis leguas de longitud, en ellas hay veinte hatos, tres trapiches y sesenta y tres chacras...”

65 Morel de Santa Cruz (1752) Visita Apostólica, topográfica, histórica y estadística de todos los pueblos de Nicaragua y Costa Rica, hecha por Ilustrísimo Señor Don Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, Obispo de la Diócesis y elevada al conocimiento de S.M. Católica Fernando VI el 8 de diciembre de 1752. Tomada de versión electrónica de AFECH. También en Revista del Pensamiento Centroamericano, No. 82, julio de 1967, Managua. 66 Telpaneca en los documentos coloniales es escrito de varias formas: Sitelpaneca, Citelpaneca, Litelpaneca. También hubo un “Telpanequilla”

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J. Tributarios y Prójimos del Pueblo de San Juan de Litelpaneca en el Informe fiscal del Subdelegado de Hacienda, 1817

Al iniciar el siglo XIX el pueblo indígena de Telpaneca continuaba soportando las medidas de explotación que el sistema colonial le imponía a través del tributo. Un informe oficial de José Valentín Juárez y Vallejos, Sub Delegado Intendente del Partido de Segovia, en los años 1816 y 1817, reporta la presencia en Telpaneca de 241 indios tributarios y 64 indios prójimos. Los primeros pagaban un total de 239 pesos anuales, los segundos estaban liberados de esa carga por su condición de ser personas discapacitadas por enfermedad o accidentes y edad. Había 6 miembros del cabildo municipal indígena que también quedaban exentos de pagar tributo. Este documento permite una aproximación al patrón de organización del sistema de parentesco de los indígenas de Telpaneca con la presencia de 35 linajes familiares que se expresaban en los siguientes apellidos: MAS DE 20 MAS DE 10 MAS DE 5 MENOS DE 5 TRIBUTARIOS TRIBUTARIOS TRIBUTARIOS TRIBUTARIOS

López, Mateo, Guerrero, Cárdenas, García, Romero, Cerón, Méndez, Megría, Ramos, Hernández González, Martínez, Muñoz, Basilio, Florián, Talavera, Zavala, Castellón, Roque, Bergara, Polanco, Ramírez, Gómez, Péres, Sánchez, Vázquez, Villalobos, Padilla, Gutiérrez Contreras, Rivera Palomo, Benítez y Recinos

3 10 8 14

López, Mateo y Hernández son los linajes más fuertes de la estructura de parentesco de Telpaneca con más de 20 individuos varones. Como se sabe, en las sociedades igualitarias el parentesco es una relación social de producción y a mayor elementos en un linaje mayor poder local. El segundo y tercero grupo de apellidos, junto con el primero, son en la actualidad, los apellidos más representativos de Telpaneca, en evidencia de la permanencia de la estructura básica de parentesco indígena.

K. El Gobierno de los indígenas de Telpaneca a través del tiempo

Hemos podido apreciar cómo el Pueblo Indígena de Telpaneca desde muy temprano en la colonia, mantuvo la tradición de sus propias formas de gobierno, dándole continuidad a las formas prehispánicas. Cuando los españoles permitieron la organización indígena bajo la

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forma de un “municipio” este se expresó sobre su territorio ancestral manteniendo sus tradiciones en torno al uso y aprovechamiento de la tierra y demás recursos. Compartían las responsabilidades que exigía el derecho indiano por medio de “alcaldes y regidores” y “principales”, “caciques” y “gobernadores” indígenas. Esto se encuentra documentado en el archivo del PIT, incluso con las listas de sus autoridades, de lo cual haremos una reseña:

1. Alcaldes, Regidores, Principales, Caciques y Gobernadores indígenas en Telpaneca en el periodo colonial

En la tramitación del título de sus tierras en 1622 comparecen los Alcaldes: Andrés Gutiérrez y Silvestre Méndez; los Regidores Pascual de Ávila y Patricio Landero; y se mencionan a los “Principales” y el “Común” del Pueblo. En los trámites de quejas por maltrato del periodo 1643 – 1649, comparecen: Matheo García, Lucas Martín y Andrés González “Indios Principales del Pueblo de Litelpaneca”. En el título de 1713, de nombramiento del “gobernador de todos los pueblos y partidos de Segovia” se le otorga a Don Tomás López, “indio cacique del pueblo de Telpaneca”. En el testimonio del Obispo Morel de Santa Cruz de 1752. Litelpaneca y Comalteca son pueblos únicamente de indios. El primero es gobernado por “dos Alcaldes, Alguacil Mayor, dos Regidores y Fiscal”. El segundo por un Alcalde y un Regidor. En la lista oficial de indios Tributarios y Prójimos del pueblo de Litelpaneca, del Subdelegado Intendente del Partido de Segovia del año 1816-1817, se mencionan a 6 miembros del cabildo indígena.

2. Autoridades indígenas en el periodo de la Independencia

La primera constitución política de Nicaragua es del año 1826, afín a la constitución federal de 1824, establecía en su artículo 150 lo concerniente a la materia de gobierno interior de los departamentos y pueblos que se crearon bajo la forma en que se dividió administrativamente la provincia una vez independizada de España. Se indica que: “Para el Gobierno interior de los pueblos, habrá municipalidades compuestas de alcalde ó alcaldes, regidores, y de procurador ó procuradores, síndicos popularmente electos” El artículo 151 establecía que en una ley particular se arreglaría lo concerniente al número de individuos que compondrían las municipalidades, los pueblos en que debía de haberlas,

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sus atribuciones y el modo de ser nombrados. En 1832 la asamblea legislativa emitió el Reglamento para el gobierno interior de los Departamentos, por el cual se crearon para ese efecto varias categorías de alcaldes. Los había de “cuartel”, de “barrio” y “alcaldes constitucionales”. Además los pueblos indígenas conservaban sus propios alcaldes de “parcialidades” de la misma forma en que se reflejaba en sus títulos de tierras. En este mismo año la asamblea legislativa de Nicaragua aprobó el decreto de 13 de julio por el cual mandó que en todos los pueblos hubiere tierras comunes y de ejido siguiendo el esquema de la igualdad de todos ante la ley y calcando el modelo de pueblos o municipios del sistema colonial español. Sin embargo la realidad social y cultural era otra. En los pueblos indígenas como lo era Telpaneca ya existía municipalidad pero como una forma de gobierno del pueblo indígena, y ya existían ejidos y tierras comunes en calidad de propiedades del pueblo indígena, desde 1622. En una carta de la Diputación Provincia de León, del 29 de abril de 1921 remitida a Guatemala señalaba: “… las tierras que poseen los indios, primeros pobladores, con arreglo a las Leyes de Indias y, aunque después se han establecido españoles y otras castas, estos han tenido que poblar haciendas en terrenos comprados al fisco o arrendadas a los mismos indios, cuya casta disminuyendo es la única que posee tierras en común por un método tan variado y particular que sería difícil tener una idea exacta…”. Los españoles conocían perfectamente la situación legal de la propiedad de las tierras indias toda vez que estaba protegida por las leyes de indias; igualmente lo sabían los criollos que asumen el Estado después de la Independencia. La lógica de los criollos y del estado nacional, quiso desconocer ese derecho de propiedad común de los pueblos indígenas al igual que quiso desconocer a la autoridad indígena. Sus expectativas no fueron otras que esperar que el sujeto de ese derecho “desapareciera” por medio del mestizaje y cuando no tomaron conciencia que no desaparecía, se dispusieron a desaparecerlo por medio de un decreto de extinción que tampoco les funcionó. Ocurrió igualmente que era escaso encontrar alguna autoridad que supiera leer y escribir en los pueblos de indígenas por cuanto no había escuelas donde aprender ya que la educación estuvo prohibida a los indígenas. Las pocas escuelas se concentraban en León y Granada y los indios no tenían acceso a las mismas. En consecuencia al iniciar Nicaragua la vida

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republicana la gran mayoría de la población indígena se mantenía analfabeta, incluso la población no indígena en su gran mayoría también era analfabeta, pero, en todos estos pueblos indígena, había autoridades tradicionales y formales desde mucho tiempo atrás interactuando con el Estado y de por medio la existencia de un derecho de propiedad de la tierra comunal y ejidal de los indígenas. Un acuerdo legislativo de 9 de abril de 1836 ordenaba que en los “pueblos infelices” pudieran ser munícipes los que no sabían leer y escribir. Hubo un enjambre de decretos y acuerdos respecto al poder local en ese periodo que tenían relación directa con los pueblos indígenas. Entonces eran la mayoría absoluta de la población, aunque en la terminología del Estado no se les nombrara ni identificara como pueblos indígenas sino como “infelices”. En todo el siglo XIX la mayoría de los pueblos indígenas continuaron al frente de las municipalidades que se remozaron solo nominalmente con la ideología liberal de la Independencia. En las zonas indígenas como en el departamento de Nueva Segovia y Matagalpa las comunidades indígenas continuaron pues al frente de los gobiernos municipales. El caso paradigmático de esta situación es indudablemente el de Sutiaba cuya municipalidad tuvo en el escenario político del país un papel super relevante al encontrarse junto a la ciudad de León, escenario de innumerables conflictos políticos por ser la cabecera de la Provincia y primera capital después de la Independencia. Este hecho hizo que la municipalidad de Sutiaba lograra visibilizarse como una “corporación” municipal indígena67. Similar situación ocurría en casi todas las demás municipalidades. Sin embargo el Estado de Nicaragua no legisló nunca en relación a reconocer las características indígenas que detrás de las municipalidades existía en el país como una realidad y al contrario intentó siempre esconder tal carácter. En algunos casos el gobierno en un intento por “acabar” con los indígenas y “desaparecerlos” de los espacios del gobierno en los municipios, recurría a estratagemas por medio de decretos que creaban un “tercer” alcalde, a fin de abrir una nueva alcaldía para así contrarrestar el poder local de los alcaldes indígenas como ocurrió en Matagalpa, Jinotega y en otras ciudades a mediados del

67 Respecto al título real del pueblo indígena de Sutiaba de 1727, téngase presente que fue el gobierno municipal indígena quien realizó la primera compulsa del mismo en 1828. La segunda compulsa de los sutiabas se realiza en 1956 usando de soporte el código civil. Un análisis de estos momentos puede verse en mi trabajo sobre esos instrumentos y publicado en 1999 por la editorial IHNCA, UCA, con el título: Identidad y Derecho. Los títulos reales del pueblo de Sutiaba.

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siglo XIX. Estas nuevas alcaldías de “blancos” en pueblos indígenas eran objeto de políticas favorables para los planes de inmigración de europeos y norteamericanos, para fines de promover el cultivo del café y saturados de expresiones y actitudes de racismo en contra de los indígenas, sus propiedades y su cultura. De esta manera se comienzan a introducir en las municipalidades indígenas, alcaldes blancos o mestizos, en un proceso de clases que fue poco a poco llevando a los nuevos sectores dominantes, por lo general, personas de raza blanca, inmigrantes, y paulatinamente mestizos, a ocupar los gobiernos municipales y desplazar de ellos a los viejos líderes indígenas. En el proceso los nuevos alcaldes blancos concentrarían la atención del Estado quedando poco a poco en aquellos pueblos y ciudades donde había alcaldías indígenas, discriminadas, relegadas, minimizadas, “ninguneadas” ante el Estado, que les negó cualquier acceso al presupuesto público, que desde entonces jamás llegó hasta esas autoridades y pueblos indígenas. La extinción del municipio de Sutiaba, realizado por Zelaya en 1902 y la ley de extinción de comunidades indígenas de 1906, marca la ruptura legal que este régimen hace con respecto a los “alcaldes indígenas” como entidades de derecho público del Estado. Conviene abundar en el surgimiento de las Juntas Directivas para asumir las funciones del gobierno de las comunidades indígenas. En la práctica, en la mayoría de pueblos indígenas del departamento de Nueva Segovia y Matagalpa, las autoridades indígenas continuaron presentes toda vez que la población indígena era totalmente mayoritaria y en algunos casos, era total como es el caso de Telpaneca, Mozonte, Totogalpa, San Lucas y otros, aún al cruzar el calendario, el siglo XX. Tal es así que para la época de Sandino, el terreno en que se movía el poder local en Telpaneca era no otra cosa sino el de la sociedad indígenas al frente de las municipalidades, conservando de esa manera sus derechos tradicionales.

3. Autoridades y comunidades del Pueblo de San Juan de Telpaneca el siglo XX

Conviene aquí mostrar algunos elementos acerca de la situación social del pueblo de Telpaneca en 1920 según se aprecia en el primer censo nacional realizado en Nicaragua ese año. Si bien no aparece claramente expuesta la situación indígena toda vez que el gobierno quiso “esconder” la presencia mayoritaria de población indígena en un intento por mostrar que Nicaragua era una sociedad “moderna”, es posible deducir la situación a través de las clases de personas que se usaron en el censo y que fueron en Telpaneca: blancos, negros y

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trigueños. Esta última clase englobaba a la población indígena. La presencia de negros resultaba de la introducción de población africana durante la colonia.

Características de la población en Telpaneca en 1920

Lugares Blancos Negros Trigueños Total Saben leer y escribir No saben

Telpaneca 34 33 420 487 124 363

Caseríos 247 659 6,249 7,155 156 6,669

TOTAL 281 692 6,669 7642 580 7,062

En el cuadro podemos ver la coincidencia entre la población analfabeta y la “trigueña”. La información del censo de 1920 nos presenta la relación urbano/rural y nos permite comparar la distribución étnica y la continuidad y peso del patrón actual rural de asentamiento en Telpaneca:

Alfabeta Telpaneca: s, 580 composición étnica/racial, 1920 4% 9% Blancos

87% Negros Analfab Trigüeños etas, 6669

Relación Urbano - Rural, 1920 Telpaneca, 2005 Telpane ca Urbano 6% 20%

Caseríos Rural 94% 80%

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Documentos relacionados al conflicto militar de la guerra de intervención entre 1927 y 1933 en la zona de las Segovias hace ver que el conflicto tenía a los ojos de los diplomáticos y políticos del gobierno norteamericano una expresión étnica que no acababan de comprender los oficiales y políticos nicaragüenses68. Así lo expresó un importante funcionario norteamericano como lo es míster Thomas Dodds, quien señaló que los marines habían decidido destituir a todas las autoridades civiles de las Segovias, sospechosas de colaborar con Sandino y que el principal obstáculo para lograr el control militar de la zona era: “… la hostilidad creciente de los indígenas de la región…”69 Un testimonio del venerable profesor Reynaldo Guillén Cerrato, ex alcalde mestizo de Telpaneca, en varios periodos: 1944-45, y 1990-96, refiere de la situación en el pueblo cuando él era un niño, en la década de 1930/1940, nos dice: “… Existía la oficina de la Alcaldía y del Juzgado. El Alcalde se llamaba Hermenegildo Cárdenas Florián, originario de Casilí, indígena, miembro de la casta. Vicente Hernández era el Juez, y también era indígena, nativo del pueblo. Todas las autoridades eran indígenas…”70 Esta característica de la población de muchos de los municipios segovianos es lo que explica las medidas políticas y administrativas del gobierno de Somoza García después del asesinato de Sandino para tratar de atraerse a las comunidades indígenas. La ley de 1935 se enmarca en ese contexto al prohibirse la venta, enajenación y gravamen de las tierras de las Comunidades Indígenas.71 Queda igualmente en este marco de referencia el caso de San Lucas, como nos ilustra a manera de analogía jurídica, el decreto que eleva a la categoría de “pueblo” el caserío de “San Lucas” en el mismo departamento de Madriz, en el año de 1945. Este curioso decreto que recrea al municipio de San Lucas pues ya había sido creado en 1913 y lo divide del municipio de Las Sabanas que se creó en 1942, traza la línea del nuevo pueblo de San Lucas para señalar en su artículo 3:

68 Dospital, Michelle (1996) Siempre más allá… Movimiento sandinista en Nicaragua. 1927 – 1934. IHN- CEMCA, Managua. 69 Dodds, Thomas. “Los Estados Unidos en Nicaragua”. En revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano, No. 148, p. 53. 70 Testimonio del profesor Reynaldo Guillén Cerrato, ex alcalde de Telpaneca (1990-1996). 71 Decreto Legislativo de 26 de Junio de 1935. La Gaceta del 28 de junio de 1935.

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“Para los efectos de la administración de los bienes pertenecientes a las Comunidades Indígenas de Las Sabanas y San Lucas, habrá dos Juntas, una en cada pueblo, con jurisdicción en su respectiva demarcación territorial. La reorganización de ambas Juntas se hará de acuerdo con la ley existente sobre Comunidades Indígenas”. No es sino hasta la década de los años 1950´s cuando los terratenientes desplazan de la alcaldía a los líderes indígenas abriendo un nuevo capítulo en la lucha de esta comunidad por sus derechos. En este período la Comunidad indígena de Telpaneca mantuvo su existencia organizando su Junta Directiva de conformidad con la ley que el afecto mandó publicar el general Somoza en 1952. Lo podemos apreciar en el siguiente documento: RAZON. CERTIFICACION.- Marcos Gómez Padilla, Alcalde municipal certifica el acta de posesión que literalmente dice: En Telpaneca a las diez de la mañana del veinticuatro de abril de mil novecientos cincuenta y cinco.- Ante el suscrito Alcalde Municipal y Secretario, comparecieron los señores Lorenzo Justiniano Melgara López, Próspero Padilla, Telésforo Cárdenas, Valentín Martínez y Asunción Gutiérrez G., todos mayores de edad, casados el segundo, tercero y cuarto, y viudo el primero y el último, agricultores, todos de este domicilio, con el objeto de tomar posesión de los cargos de Presidente, Vicepresidente, Vocales y Secretario, respectivamente, de la Comunidad Indígena de este pueblo, para lo que han sido electos por votación de la Comunidad Indígena de este pueblo, para lo que han sido electos por votación unánime y quienes estando presentes, les tomé la promesa de ley en la forma siguiente: ¿Prometéis por vuestra patria y por vuestro honor, observar la Constitución, respetar los derechos y las libertades del pueblo y de los ciudadanos y cumplir fielmente y a conciencia con los deberes del cargo que se os ha conferido? Y habiendo contestado afirmativamente, uno en pos de otro: “Si Prometo”, les reproduje: “Si así lo hiciereis la República os premie y sino ella os haga responsable de vuestro actos y repruebe vuestra conducta”.- Leída que les fue esta acta a los presentes la encontraron conforme la aceptaron y lo firman.- M. Gómez. Por sí y el señor Próspero Padilla que dice no saber firmar.- Lorenzo J. Melgara.- Telesforo Cárdenas.- Valentín Martínez P.- A. Gutiérrez C.- M. Vargas G.- Srio. Es conforme con su original con el que fue debidamente cotejado y salió exacto; a solicitud del señor Lorenzo J. Melgara, libro esta certificación en Telpaneca a las doce meridianas del veintisiete de Abril de mil novecientos cincuenta y cinco.- Enmendados

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er, e. l, aj, Valen.- Testados, nombrados, cio, Valen,. M. Gómez.- M. Vargas, Srio. Un sello. Es conforme con su original, Managua D. N. catorce de Marzo de mil novecientos cincuenta y seis. Fiscalía General y Específica de Hacienda. Durante la década de 1950-60 la Comunidad indígena de Telpaneca se vio agredida en forma descomunal por los terratenientes foráneos sin poder doblegar a la dirigencia de la comunidad ni a su pueblo. Los terratenientes, conciliaron intereses con Somoza y pronto coparon la Alcaldía Municipal a la vez que los comandantes de la Guardia Nacional aparecieron como terratenientes. De este periodo data la expansión cafetalera y ganadera y el aprovechamiento de los recursos forestales en Telpaneca. Personajes de la fatídica como el Coronel Lizandro Delgadillo72 y el Coronel Agustín Peralta son los hombres fuertes de la zona. Peralta se convierte en terrateniente de Telpaneca. En síntesis, el Pueblo Indígena de Telpaneca ha actuado como sujeto de derechos de propiedad de sus tierras ancestrales como hemos visto de su figuración histórica donde aparece primero, como provincia indígena, luego por la defensa militar que hacen del territorio, más tarde por la resistencia al sometimiento al imperio español y a las cargas de la encomienda y el tributo por medio de peticiones y quejas a la Audiencia de Guatemala. También se muestran en la tramitando de su titulación en 1622, y en el reconocimiento de sus autoridades como alcaldes, caciques y principales; los vemos manejando sus tierras en hatillo y cementeras y levantando templos durante el largo periodo colonial. Posteriormente, en la época republicana Telpaneca aparece resistiendo los intentos de la oligarquía libero-conservadora, y más tarde actuando en defensa de las amenazas de los terratenientes, alcaldes y jueces somocistas, hasta hoy día. Este es el mejor tracto sucesivo que se puede apreciar respecto al derecho de propiedad de un sujeto subordinado a quien el Estado no le ha respondido ni protegido en sus derechos sobre sus 14 caballerías de tierra amojonadas y delimitadas, como es el caso del Pueblo Indígena de Telpaneca.

72 Delgadillo es uno de los oficiales de la Guardia Nacional que participó en la ejecución de Sandino, Estrada y Umanzor, la noche del 21 de febrero de 1934. Peralta es mencionado por el doctor Pedro Joaquín Chamorro como uno de los oficiales involucrados en la ejecución de prisioneros en los sucesos del 4 de abril de 1954: ambos actuando bajo las órdenes del general Somoza García.

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El coronel G. N. Agustín Peralta, junto a Lobo Cordero, los hermanos Portillo y otros elementos somocistas, despojaron a los indios de Telpaneca de parte de sus tierras formando haciendas teñidas de sangre, las que hoy reclama el PIT con dignidad su restitución al Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional.

Dirigentes tradicionales de las comunidades indígenas de Telpaneca custodiados por Benito Basilio y Genaro Martínez, presidente y ex presidente de la Junta Directiva. Martínez guardó prisión por 6 meses por reclamar las tierras de Los Ranchos y El Limón en 2004.

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IV. RESULTADOS DEL DIAGNOSTICO SOCIOECONOMICO Y DE LA TENENCIA DE LA TIERRA EN LA COMUNIDAD INDIGENA DE TELPANECA

El diagnóstico que se presenta a continuación tiene como fuentes: a) Censos Nacionales 2005, 2007; b) Censo Agropecuario Nacional 2001; c) Bibliografía sobre Telpaneca, y d) Encuesta y análisis de campo de 2011.

1. POBLACIÓN

De conformidad con el censo nacional de 2005 la población municipal de Telpaneca ascendía ese año a 19,025 personas con un promedio de 5.4 habitantes por vivienda ocupada. Este mismo censo nacional por primera vez indagó sobre la identidad indígena de la población nicaragüense dando como resultado para el municipio de Telpaneca un total de 7,544 personas indígenas73. Este dato, importante en sí mismo en la medida en que representa un corte respecto al criterio usado en los anteriores censos nacionales (1950, 1963, 1971 y 1995) donde la indagación de la identidad indígena se concentraba exclusivamente en el uso de una lengua indígena, razón por la cual se reducía su aplicación al departamento de Zelaya. Como consecuencia de tales criterios se restringía la indagación de la presencia indígena en el resto de departamentos de Nicaragua, operando el criterio falso de que no existían allí indígenas74. De manera que se reducía la eficacia objetiva de los censos para identificar población indígena en la medida en que sólo se registraban como tales los que hablaban una lengua originaria y estos se encontraban en las regiones autónomas (antiguo departamento de Zelaya), en el departamento de Jinotega y en algunas zonas limítrofes de los departamentos de Matagalpa y Chontales.

73 INIDE (2007:30) Caracterización Sociodemográfica del Departamento de Madriz. VIII Censo de Población y IV de Vivienda. Censo 2005. Instituto Nacional de Información de Desarrollo. Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, Managua. 74 Lo falso de ese argumento se demuestra de notar que al mismo tiempo que se les negaba estatus en el censo nacional las jefaturas políticas departamentales y el ministerio de la gobernación hasta 1979 realizaban funciones de supervigilancia sobre las comunidades indígenas existentes en el país. El Jefe Político supervisaba las elecciones de sus juntas directivas y Gobernación controlaba sus aspectos organizativos y de la tenencia de la tierra. Igualmente la ley de reforma agraria vigente hasta 1979 otorgaba a las comunidades indígenas el carácter de sujetos agrarios independientemente de la discriminación operada y la violación de sus derechos. De manera que la no consideración de esta población para interés censal solo denota la discriminación institucionalizada en contra de ellas.

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Este acto de omisión, a la vez, dejaba a gran parte de la población indígena del país fuera de los esquemas de planificación del desarrollo que los Estados han sostenido, ya que, como sabemos, los planificadores y financistas de las macroeconomías dan una alta importancia a la estadística demográfica de un país. El censo de 2005 introduce, pues, por primera vez, la pregunta sobre identidad, relacionada a la autoconciencia indígena de la población de manera amplia sin centrarse en el criterio lingüístico. Como resultado del cambio de criterio que se operó en el último censo nacional se incorporó al dato estadístico la población indígena existentes en los departamentos del Norte, Centro y Pacífico de Nicaragua. El resultado lógico ha sido el incremento del porcentaje nacional de población indígena, que se vio casi triplicado en relación a la situación que reflejaban los censos anteriores. En el censo nacional de 1950 el porcentaje de población indígena era del 4 % y en el censo nacional de 1995 este porcentaje se redujo al 3 %. Los resultados del censo nacional de 2005 arrojaron un porcentaje de población indígena igual al 8.6 % de la población nacional, triplicando el porcentaje del último censo y cortando la tendencia que se ve en los periodos intercensales de 1950 a 199575. Esta primera experiencia censal inclusiva del censo nacional del 2005, sin embargo, permite apreciar la presencia de vacíos en la información demográfica de la población indígena, lo que requiere de ajustes de los referentes básicos del censo, de historia, teóricos y metodológicos, en el diseño y aplicación de los instrumentos censales. Por ejemplo, un porcentaje del 11% de la población autoidentificada como indígena en el censo nacional de 2005 expresó no saber a qué grupo étnico pertenecía. Esto es ilustrativo de las limitaciones a que nos referimos donde esa población no tuvo una guía que orientara su respuesta y, claramente, hace alusión al problema del vacío histórico y metodológico a que nos referimos. Otro aspecto que merece llamar su atención en cuanto a la metodología del censo nacional de 2005 es la definición del universo de personas que resultan de la pregunta en referencia a la identidad. En los censos de 1950, 1963 y 1971 la pregunta central era “qué lengua se hablaba” al momento censal. Asimismo, se consideraba como el universo censal la población de seis años y más. El censo nacional de 1995 redujo la edad de este universo a

75 INEC (2006:41) Resumen Censal. VIII Censo Nacional de Población y IV de Vivienda. Censos nacionales, 2005. Gobierno de Nicaragua.

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los cinco años76. Aquel método era en sí mismo tendencioso y “presumía” que la población infantil entraría al proceso de “castellanización” ofrecido por la escuela pública, por la sociedad mestiza dominante y por el modelo cultural homogeneizante, de manera que se especulaba que a dicha población infantil no sería necesario considerarla para el propósito de la identidad por cuanto ella se “integraría” necesariamente al mestizaje. En 1995, los cambios constitucionales y con la Ley de Autonomía ya en vigencia, obligaron al censo a bajar el criterio de edad y lo redujeron a cinco años como base, incorporando en consecuencia un bloque importante de población infantil al total de población nicaragüense con características indígenas, pero no a toda. Otra característica de estos viejos censos nacionales es que operaban con el criterio integracionistas que consideraba a la identidad indígena como un fenómeno transitorio que debía desaparecer, identificando “identidad” con “atraso” y “modernidad” con “mestizaje” tal como si el atraso era resultado de ser indígena y el crecimiento resultado de ser mestizo y no por razones de orden estructural y social. Hoy día esos conceptos se han superado totalmente. Nueva York, Paris, Londres, por ejemplo, son todas urbes mundiales de características multiétnicas donde las particularidades culturales de miles de miles de pueblos del mundo están presentes y sus derechos y las particularidades éticas y culturales cada vez más son reconocidos. El censo nacional de 2005 al eliminar el criterio lingüístico como única variable para identificar a la población indígena permitió con solo ese nuevo elemento triplicar el porcentaje de población indígena de Nicaragua, pero este censo no nos dice con claridad qué ocurrió con la edad límite. No sabemos si el porcentaje resultante de población indígena se reduce sólo a los censados que, en principio, fueron los jefes de familia. De manera que no sabemos en realidad si la población que se autoidentificó como indígena incluyó a toda la familia en los departamentos del Norte, Centro y del Pacífico. Lo curioso es que para las tablas de distribución porcentual de población por residencia, migración y religión, se consideró siempre sólo a las personas mayores de cinco años77, por lo que consideramos que esa debió ser la norma general. En todo caso muestra que en los censos,

76 INEC (1996:14) Resumen Censal. VII Censo Nacional de Población y III de Vivienda, 1995. República de Nicaragua. 77 INEC (2006:99) Resumen Censal. VIII Censo Nacional de Población y IV de Vivienda. Censos nacionales, 2005. Gobierno de Nicaragua. Ver Cuadro 8, p. 138.

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los estados han usado a discreción los aspectos metodológicos en detrimento del derecho de la población indígena a ser tomada en cuenta en ese importante instrumento. De lo antes dicho y centrándonos en el municipio de Telpaneca, se colige que no se tiene claro si las 7,544 personas indígenas del municipio de Telpaneca reflejadas en el censo nacional de 2005 representa el total de esa población existente en el municipio o si se refiere exclusivamente a los mayores de cinco años. La boleta censal del 2005 en la sección VII “características de las personas” en las preguntas 6: ¿… se considera perteneciente a un pueblo indígena? y en la pregunta 7: ¿A cuál de los siguientes pueblos indígenas o etnias pertenece…?, no tienen indicación metodológica al respecto. Posteriormente, se ha observado que la información del censo nacional de 2005 respecto a la población indígena en general y en particular de los pueblos del Norte, no permite conocer las características demográficas de la población indígena; esto porque la información no pasó de señalar cantidades de población indígena en la forma que hemos indicado. También tomemos en consideración que este censo fue criticado por la pérdida de datos en el entonces Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). De hecho, el INIDE (Instituto Nacional de Información de Desarrollo), nueva entidad creada a partir de 2007 que sustituyó a INEC, ha trabajado sobre la información censal de 2005 respecto a las características socio demográficas municipales y en el 2007 publicó los resultados haciendo estimaciones demográficas de mortalidad, fecundidad, población, grupos etáreos, pirámides poblacionales y estimaciones sobre pobreza severa, alta, media y baja, por municipio, pero sin poder diferenciar a la población indígena. Este asunto llegó a ser considerado por el Comité para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial de las Naciones Unidas, en el año 2008 y dictó observaciones al país en atención al contenido del artículo 9 de la Convención que prohíbe la discriminación78.

78 Al respecto en la ONU, el Comité para la Eliminación de las Formas de Discriminación Racial expresó a Nicaragua que: “…El Comité observa las deficiencias del Censo Nacional de la Población de 2005, el cual no permitió determinar con precisión las características de los diferentes grupos étnicos y pueblos indígenas que componen la población nicaragüense, incluidos aquellos que resultan de la mezcla de las culturas…” Ver documento en CERD/C/NIC/CO/14 de Marzo de 2008. También en Acosta María Luisa (2010) “La autodeterminación de los pueblos indígenas del Pacífico, Norte y Centro de Nicaragua. En WANI, No. 62.

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Con esa salvedad, tenemos que leer la cifra de población indígena de Telpaneca que ofrece el censo de 2005, cuando representó el 40 % del total municipal en ese año. Los cuadros 1 y 2 representan los datos enunciados para dicho censo en el departamento de Madriz.

1. Depto. de Madriz por municipio comparativo , 2005

35000 30000 25000 20000 15000 10000 5000 0

Indígena Total

2. Madriz. Población indígena por municipio, 2005

10114

7544 6904 6741

589 486 123 260 134

La presencia indígena los municipios vecinos de Telpaneca debe entenderse así: para los municipios de San Juan de Río Coco y Palacagüina se trata de familias indígenas de Telpaneca y que el límite municipal ha separado administrativamente, creando un conflicto que resienten las autoridades del PIT y forma parte de su reclamo al Barrido Catastral. En el cuadro 3 y las gráficas 4, 5, 6 y 7 apreciamos a la población indígena de Telpaneca, por

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ubicación y sexo, por primera vez y a partir de los resultados obtenidos de nuestra encuesta para este diagnóstico.

3. PUEBLO INDÍGENA DE TELPANECA Comunidades HOMBRES MUJERES TOTAL Altagracia 94 82 176 Amucayán 129 117 246 Apagüique 93 95 188 Achiote 74 79 153 Bijagual 104 103 207 Casilí 130 106 236 Carbonal 40 30 70 Carrizal 62 43 105 Cerro Grande de Amucayán 231 194 425 Encuentro de Cuje 56 42 98 Cerro Grande de San Francisco 143 99 242 El Barro 92 106 198

RURAL El Limón 105 107 212 El Naranjo de San Jerónimo 246 235 481

El Paraisito 36 36 72 El Rodeo 136 106 242 El Zapote 140 121 261 Las Flores 33 37 70 La Lima 186 150 336 La Loma 93 68 161 La Montañita 43 41 84 Las Trojas 107 82 189 Las Vegas 86 97 183 Los Cerros 105 82 187 Los Lirios 106 124 230 Los Pinares 44 39 83 R Los Ranchos 79 85 164 U Namaslí 76 61 137 R Naranjo 145 128 273 A L Pericón 94 73 167 Playa Hermosa 19 18 37 Poza Redonda 79 65 144 Quibuto 274 262 536 San Andrés 135 117 252 San Francisco 160 141 301 San Ignacio 42 47 89

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San Jerónimo 191 174 365 Santa Leonor 57 43 100 Santo Domingo 366 337 703 Sinislí 25 19 44 Tamarindo 243 235 478 Telpaneca 19 18 37 Bo. Guadalupe 159 144 303

URBANO Bo. Cristo Rey 94 133 227 Bo. El Zapotillo 72 80 152

Bo. 15 de Septiembre 65 44 109 Bo. Villa Quezada 30 19 49 Villa Austria 121 98 219 Total 5,259 4,762 10,021 F: elaboración propia en base a encuesta.

4. Población Indígena de 5. Población Indígena Urbana Telpaneca por Sexo, 2011 de Telpaneca por sexo. 2011

Mujeres Hombre Mujere Hombr 48% s s es 52% 49% 51%

6. Población Indígena de 7. Distribución Urbana Rural Telpaneca Rural por sexo, 2011 Población Indígena Telpaneca, 2011 Urbana 11% Mujeres Hombre 47% s 53% Rural 89%

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2. LA FICHA MUNICIPAL DE TELPANECA

La información oficial que ofrece la estadística acerca del municipio de Telpaneca, a pesar de lo establecido en la ley de municipios, artículos 66 a 69, y a pesar del artículo 5 de la Constitución, no hace evidente la existencia de población indígena, a pesar de encontrase oficialmente establecida la presencia indígena en Telpaneca desde el Censo Nacional de 2005 con la indicación de un total de 7,544 habitantes. La misma ficha municipal que ofrece el Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal (INIFOM) en su página WEB y en publicaciones escritas, omite totalmente la presencia del Pueblo Indígena de Telpaneca. En la publicación denominada Telpaneca en Cifras (2007), del INIDE, órgano oficial de demografía y estadística del Estado, se aprecian las características generales de la población municipal sin denotarse en ella la presencia ni las particularidades del pueblo indígena. Obviamente que esto último se debe a que en el censo de 2005 no se consideraron esos aspectos. De la información estadística oficial sobre la población del municipio de Telpaneca podemos señalar su principal característica como lo es la ruralidad y la predominancia de hombres sobre las mujeres, como se ve en las gráficas 8 y 9.

8. Distribución Urbana Rural de 9. Proyección Municipal 2011 la población municipal de por sexo en Telpaneca Telpaneca según Censo Nacional 2005

Urbana 20% Femeni Masculi na na 48% 52% Rural 80%

El municipio en su conjunto, entre población indígena y no indígena, ofrece en la estadística nacional de 2005 una población de 19,026 habitantes, de ellos 9,282 son hombre y 9,158 mujeres. La proyección al año 2011 que hace INIDES sitúa la población municipal

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de Telpaneca en 21,640 habitantes79. La pobreza severa del municipio destacada en INIDES, se concentra en las áreas rurales lo mismo que la pobreza alta y media y únicamente la pobreza baja se expresa en la zona urbana de Telpaneca. La pobreza severa alcanza a 1,895 hogares y cubre una población igual a 11,776 personas80. Metodológicamente las características de la pobreza severa se desprenden de los índices de hacinamiento, servicios inadecuados, vivienda inadecuada, baja educación y relación de dependencia de la edad. Entonces, una tercera característica del municipio de Telpaneca es la alta presencia de pobreza severa o extrema en la población de su jurisdicción. Una cuarta característica del municipio de Telpaneca es que la pobreza severa, alta y media se concentra en el sector rural, en tanto que la pobreza baja se concentra en el sector urbano.

10. INCIDENCIA DE LA POBREZA EN EL MUNICIPIO DE TELPANECA No Barrio/Comarca Población Hogares IPE 1 Micro Región III 2422 390 71.2 2 Micro Región I 855 132 58.9 Pobreza 3 Micro Región IV 2045 334 58.9 Extrema 4 Micro Región V 1393 227 58.8 Sub Total 6715 1 Zona 5 317 56 58.3 2 Micro Región VII 1178 196 56 Pobreza Alta 3 Micro Región II 441 63 52.5 Sub Total 1936 1 Micro Región VIII 1263 208 44.2 2 Zona 1 288 44 41.5 Pobreza Media 3 Micro Región VI 940 139 41.4 Sub Total 2491 1 Micro Región IX 344 62 40.3 2 Zona 4 167 27 30.3 Pobreza Baja 3 Zona 2 89 12 15.2 4 Zona 3 34 5 9.4 Sub Total 634 14 11776 1895 Pobres 7250 No pobres

79 INIDES (2007) Estimaciones y Proyecciones de Población Nacional, Departamental y Municipal. Revisión 2007. Managua. 80INIDES (2007) Telpaneca en Cifras. Managua.

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Dado que la información del censo 2005 no permite una desagregación por componentes étnicos de las características demográficas del municipio, no se puede hacer una comparación directa para saber en qué forma comparte la población indígena las características sociales de la pobreza. Sólo cruzando la información general anterior con los datos obtenidos por nuestra encuesta nos es posible hacer algunas comparaciones que resultan expresivas de la condición que en el cuadro general del municipio debe ocupar la población indígena de Telpaneca. Como se verá adelante, la población encuestada como perteneciente al Pueblo Indígena de Telpaneca arrojó por lo menos la existencia de una población indígena de 10,026 personas, cantidad que se aproxima a un 80% de la totalidad municipal referida en el censo de 2005. Nuestra muestra no encuestó al total de familias indígenas por la sencilla razón de que tal dato no existe (sólo el global de 7,544 personas indígenas de 2005). La muestra de la encuesta consideró un universo de dos mil hogares/viviendas de 41 comunidades rurales y de 7 barrios, y pudimos procesar un total de 1,942 boletas. Esto nos asegura que el censo cubrió el 97.15% de la muestra considerada para darnos garantía de un bajo nivel de error inferior al 3%. De manera que si comparamos la información del cuadro anterior sobre distribución de pobreza en el Municipio de Telpaneca con los gráficos de distribución indígena y no indígena en toda la entidad, podemos apreciar que el bloque de población en pobreza extrema y pobreza alta estimado por INIDES en 2007 para el municipio de Telpaneca, coincide en tamaño y distribución con el bloque de población indígena obtenido en nuestra muestra. La distribución de estas características demográficas las podemos apreciar en las siguientes gráficas:

Pobreza Pobreza Media, Població Pobreza Baja, 2491 No n Alta, 634 Pobres, Indígena 1936 7250 49% Població n No Indígena 51%

Pobreza Extrema , 6715

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13. Estrecha relación entre pobreza y población indígena en Telpaneca sobre encuesta 2011 y proyección 2011

25000 20000 15000 10000 5000 0 Pobreza Población Población Indígena Municipal Series1 11776 10021 21640

Para efectos de buscar una mejor aproximación al universo de la población que constituye la base de la Comunidad Indígena de Telpaneca, y para conocer las condiciones de su identidad en términos de autoconciencia indígena, como de su situación socioeconómica, se ha desarrollado una encuesta con una serie de preguntas dirigidas a ese fin. Esta encuesta se ha aplicado a 1,942 viviendas consideradas indígenas del municipio de Telpaneca por las autoridades registrándose un total de 10,036 personas. Cubre también la muestra un alto porcentaje del total de viviendas registradas para el municipio de Telpaneca en el censo nacional de 2005 que fue de 3,495, con lo cual estamos frente a una muestra que cubre el 60% del total de las familias de Telpaneca. El total de habitantes indígenas registrados en esta encuesta fue de 10,036 personas que supera el dato de 7,544 personas indígenas referidos para el municipio de Telpaneca en el censo nacional de 2005. Si a este dato le concedemos el crecimiento del 2.1 % anual estimado por INIDE para el quinquenio 2005- 2010 para el municipio, esta cifra se incrementaría sólo hasta los 8,108 habitantes, con la salvedad que ese censo no contabilizó como indígenas a los menores de 5 años un sector que es significativo poblacionalmente en el municipio de Telpaneca. El total de familias indígenas obtenido en la muestra fue 1,942 que no es el total de la población indígena porque su tamaño exacto no se conoce porque supera los alcances de este estudio; sin embargo, nos es de enorme utilidad para tener una estimación de dicha población indígena.

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3. IDENTIDAD INDIGENA

Acá surge la pregunta de cómo saber distinguir quienes son las familias indígenas81. En una época pretérita los libros que llevaba la Iglesia Católica, de nacimiento, defunciones y de matrimonio, indicaban la casta de los pobladores. Parece que al pasar estos registros al Estado, en Telpaneca, la gente registraba la condición del infante anotándose en la partida de nacimiento la condición de ser miembro de la “casta indígena” el nacido, pero esa tradición no la mantuvo el registro civil de las personas y de la cual tampoco existe un material procesado al respecto. Pero hemos visto partidas de nacimiento de los años cincuenta que reflejan esa característica. Actualmente, a pesar de la ley de “identidad ciudadana” este componente del derecho de identidad no se introduce aun en la cédula. De manera que la única forma de identificar a las familias indígenas es por medio del saber consuetudinario de los viejos del Consejo de Ancianos. Se procedió así a solicitar el apoyo de los líderes para que acompañaran a los jóvenes encuestadores indicándoles quienes eran y quienes no eran familias indígenas cuando estos no lo supieran. Independientemente de ese acompañamiento, cada encuestador fue instruido de aplicar al encuestado una batería de preguntas en torno a, si se consideraba indígena, si era descendiente de padres indígenas y si consideraba a sus hijos indígenas. Esto, por cuanto el tema de la identidad está sometido a censura y autoncensura, un rasgo discriminativo que encontramos a lo largo de Latinoamérica como resultado del colonialismo y la represión existente que es ampliamente tratado en la bibliografía demográfica. Para muchas familias esta calidad de su ser, de su existencia, se mantiene en secreto para evitar burlas y actitudes discriminantes. Es un hecho que las autoridades del pueblo indígena saben distinguir quienes son las familias indígenas por cuanto este conocimiento es para ellos evidente, más no lo es para los no indígenas que leen a la sociedad con otros valores y más aún cuando de por medio hay derechos e injusticias que encubrir. Lo evidente resulta de ser lo indígena una construcción étnica que se funda en la estructura del parentesco la que, a diferencia de la

81 No nos referimos a las identidades asignadas por organismos no gubernamentales como la “Coordinadora Chorotega” o a las mismas “opciones” ofrecidas en el Censo de 2005, pues tienen errores mayúsculos. Por ejemplo, confunden el phyllum chorotega con el phyllum nahua, que son familias lingüísticas y étnicas diferentes, o a los indios de Matagalpas les atribuyen identidad “Cacaopera” que en realidad es el nombre de un pueblito salvadoreño donde se registró hablantes “matagalpas”. Es decir que las cosas están al revés.

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estructura de parentesco no indígena, juega un papel más universal puesto que tal estructura es una relación económica y de significativo valor en su cosmovisión. Al mismo tiempo que este conocimiento funciona como una tradición oral, consuetudinaria y no escrita. La red de parentesco de las familias originarias descendientes de la población histórica de la Comunidad Indígena de Telpaneca es la clave de tal conocimiento. Este tipo de vínculos es posible corroborarlos ya que contamos con información publicada y procedente de estudios realizados en el Pueblo Indígena de Telpaneca que han logrado identificar tablas oficiales del total de pobladores indígenas, tributarios y prójimos, del periodo 1816 / 1818. Esta lista contiene una base de 245 indios tributarios y 64 indios prójimos, proporciona una sólida base de datos con 319 entradas de individuos indígenas, varones, registrados con nombre y apellido. Tal información permite identificar a 35 troncos familiares o linajes de la comunidad étnica existentes al momento de la Independencia y que se puede seguir sus antecedentes incluso hacia un tiempo mítico. En esta relación se encuentra la clave de la comprensión de la estructura étnica del Pueblo Indígena de Telpaneca. La Junta Directiva y su Consejo de Ancianos conocen quienes son los indígenas que forman parte del pueblo82 por vía de la red de parentesco. Este conocimiento es aplicado por sus autoridades al momento de ejercer los ciudadanos indígenas ciertos derechos tales como ejercicio del voto en sus elecciones o reconocimiento y asignaciones de derechos de uso y goce. La encuesta propuso un juego de preguntas para objetivizar y cuantificar el campo de la identidad en Telpaneca con el propósito de acercarnos a la forma en que expresa el pueblo indígena ese sentimiento:

No. 2. IDENTIDAD Respuestas SI % NO % 2.1 ¿Usted es miembro de la Casta Indígena? 1,065 54 925 46 2.2 ¿Usted es indígena por parte de su padre? 1,738 87 252 13 2.3 ¿Usted es indígena por parte de su madre? 1,767 89 223 11 2.4 ¿Es indígena por ambas partes? 1,640 82 350 18 2.5 Participa su familia en las actividades de la casta indígena? 628 32 1,362 68 2.6 ¿Votó en las últimas elecciones de la Comunidad Indígena? 501 25 1,489 75 2.9 ¿Sus hijos son indígenas? 1,765 91 175 9 2.10 Sus padres lucharon por las tierras en tiempos de Somoza 849 43 1,134 57

82 Un notable estudio sobre la estructura de parentesco en los pueblos del Pacífico, Norte y Centro se encuentra en Germán Romero et al (1993) Persistencia indígena en Nicaragua. CIDCA-UCA, Managua, en particular el trabajo del doctor Marcos Membreño Idiáquez.

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Los resultados obtenidos expuestos en el cuadro anterior nos dicen que en un alto porcentaje de los padres de familias u hogares entrevistados, se asume plenamente la identidad indígena. Se aprecia que las respuestas de las preguntas 2.2, 2.3, 2.4 y 2.9 el porcentaje de aceptación de su identidad indígena es conservado como un patrimonio cultural de la familia con un orden de respuestas asertivas del 87, 89, 82 y 91 % respectivamente. Como una variante entendemos las respuestas a las preguntas 2.1, 2.5, 2.6, y 2.10, las que están más relacionadas a la articulación del entrevistado con el órgano o gobierno indígena, burocrática o políticamente entendido. En estos casos, las repuestas positivas son del orden del 54, 32, 25 y 43 % respectivamente, referidas a: ser miembro de la “casta indígena”, a “participar en las actividades del gobierno indígena” al hecho de haber “votado en las últimas elecciones de la casta indígena” y acerca de haber participado sus padres en la lucha por la tierra “en tiempos de Somoza”. Interpretamos que hay dos órdenes de respuestas, dos bloques claramente distinguibles. El primero está formado por las respuestas asertivas de la identidad en alto porcentaje, donde las preguntas se responden desde la comunidad étnica como dejamos explicado antes. Es decir, desde la estructura del parentesco; por tanto, son respuestas ínsitas, espontáneas que emanan desde el pensamiento colectivo. El segundo bloque de respuestas, no es negativo sino de asertividad media, porque son respondidas desde la comunidad política, donde los entrevistados son más cautos y retrecheros porque la pregunta los lleva a la arena política donde impera la hegemonía, la discriminación étnica, el temor, y actúa el pensamiento individual. De hecho, la primera pregunta confronta su identidad, ya que el entrevistado no la espera pues le llega en un lenguaje no oficial, casi subversivo y debe el entrevistado procesarla pasándola por el tamiz de escape del conjunto de identidades “alternativas” que le ofrece la sociedad colonizada, la sociedad de consumo, la sociedad mestiza, y todos los mecanismos de costo beneficio salen a relucir, de allí que la asertividad fue de solo el 54%. La comunidad étnica de la que cada ego forma parte, en cambio, funciona como una relación social basada en la red de parentesco que tiene como epicentro a la comunidad y al territorio del Pueblo Indígena de Telpaneca, donde se juegan positivamente la reciprocidad y las lealtades primordiales, sus propias historias y su cosmovisión. La asertividad se eleva casi al 100%. El hecho de considerar a sus hijos indígenas, es curiosamente la más alta

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proporción de respuestas y la más representativa por cuanto trasciende tal consideración hacia la descendencia y no se queda en el pasado. Las respuestas del bloque de menor asertividad, funciona así como resultado de la relación social fundada en la participación política indígena institucional, vista ésta en dos dimensiones: como derechos o facultades y como obligación jurídica. Por la primera, como atribución, y por la segunda, como deber de ciudadanía indígena. Ambas formas se encuentran maltratadas por el sistema colonial y neocolonial moderno que, al contrario, se ha esforzado en su abierta cruzada por desconocer los derechos de las comunidades indígenas, donde alcanzar la ciudadanía y peor una ciudadanía indígena calificada, es simplemente una utopía en las actuales condiciones de estos pueblos. Para mejor entender la presencia de los dos bloques de respuestas, su diferencia o separatividad implícita, debemos pues, considerar el hecho de encontrarse la comunidad indígena y el ser indígena como individuo, determinados por factores negativos, externos e internos. Entre los primeros factores podemos mencionar el acoso o atractivo que se impone en la arena política nacional al asunto de la identidad indígena y al asunto del ser indígena. Este es un campo donde la comunidad étnica de Telpaneca no ha estado invitada a participar por cuanto el sistema político tradicional ha pugnado y pugna por discriminarla y desconocerla, por reducir la importancia de sus valores intrínsecos y por negar sus derechos, especialmente el de propiedad. Por ejemplo, se dice en lo cotidiano que: “indígenas solo hay en la Costa Atlántica”; o se pregunta con ignorancia o cinismo: “qué idioma hablan ustedes”. Estas preguntas o afirmaciones tienen como propósito oculto negar la calidad indígena. Así, acercarse a la “casta indígena” aproximarse “políticamente” a los asuntos indígenas usando un término propio (casta indígena) es enfrentarse al problema político del desconocimiento oficial o extraoficial, ante el cual se debe ser cauto. El tabú y la discriminación institucionalizada y práctica llevado a la vida cotidiana, naturalizado, que tiene cinco siglos de estar operando en su contra, funciona en contra de manifestar libremente esa identidad política. ¿Interroguémonos por ejemplo si en el Presupuesto General de la República existe una partida para la promoción de la participación indígena en el municipio de Telpaneca o en el departamento de Madriz? Hasta ahora no existe tal partida.

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De otra parte, la apertura constitucional y el nuevo orden de reconocimiento de derechos hacia los pueblos indígenas es apenas un asunto reciente, habiéndose iniciado con la Constitución de 1987 y más específicamente con la Reforma de 1995 y la incorporación de nuevos ordenamientos jurídicos nacionales con la reforma de la Ley de Municipios de 1998 e internacionales apenas en 2007 y 2010 con la suscripción por Nicaragua de la Declaración de las Naciones Unidas sobre derechos de los Pueblos indígenas y la ratificación del Convenio 169, que entrará en todo su vigor en el presente año. Un anteproyecto de ley general o de autonomía de los pueblos indígenas del pacífico, centro y norte lleva varios años en las gavetas de la Asamblea Nacional sin lograr hasta ahora materializarse en una ley general que de coherencia al sistema jurídico nacional en torno a los derechos de estos pueblos indígenas. Por otro lado, entre los factores internos que afectan la libre expresión positiva de las identidades indígenas podemos mencionar la propia apatía que genera entre los miembros de la comunidad étnica la condición de discriminado que le ha asignado la sociedad tradicional a través de las instituciones y de los roles sociales cargados de discriminación. También, téngase acá en cuenta el alto porcentaje de analfabetismo efectivo y funcional que encontramos entre los miembros de la comunidad indígena en Telpaneca. Por último, la condición económica de la población indígena es lamentable. Ser indígena no es sino estar en el fondo de la pobreza. Por sobre todos estos aspectos negativos resalta la cuestión de la represión y la violencia ejercida en contra de las comunidades indígenas durante décadas, de parte de autoridades estatales en el pasado. Por el hecho de participar en reclamos por la búsqueda de reivindicar sus derechos especialmente en el asunto de las tierras muchos líderes indígenas han caído presos en las ergástulas. Hace tan solo seis años los líderes del pueblo indígena de Telpaneca fueron perseguidos y capturados por la Policía Nacional y varios de ellos fueron enjuiciados y encarcelados por reclamar sus derechos durante el gobierno del presidente Bolaños. Correlacionemos lo antes dicho con lo ofrecido en el Censo Nacional de 2005 donde se observó un porcentaje alto de respuestas sobre la identidad y que demostraban “ignorancia” en torno a adscribirse a un pueblo indígena de entre las opciones expuestos en el menú de la pregunta 7 del precitada censo (otro / no sabe / ignorado). En el departamento de Madriz

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esta pregunta acaparó un significativo 21.2 %. En el municipio de Telpaneca esa pregunta tuvo 19.8% de respuestas. Por ahora, en este campo de la identidad y conciencia de la identidad indígena solo podemos considerar que es un punto estratégico del proceso de la nación por conocerse a sí misma y respetarse en términos de sus verdaderos orígenes; un asunto que requiere de la atención firme del Estado y de sus órganos, y que es una enorme tarea del Pueblo Indígena como del Municipio mismo. Si la identidad indígena es vista como un derecho constitucional a desarrollarse, merece tal derecho de la inversión de recursos para su desarrollo, su empoderamiento y materialización del derecho a la identidad. Las gráficas 14 a 21 muestran los dos bloques de respuestas que hemos analizado. En la secuencia de fotos que siguen a las gráficas el primer personaje es don Julián Martínez acompañado de miembros del Consejo de Ancianos del Pueblo Indígena de Telpaneca.

14 ¿Usted es 15 ¿Es indígena por 16 ¿Es indígena por miembro de la Casta parte de su Padre? parte de su Madre? Indígena? NO NO 12% 11%

NO 46% SI 54% SI SI 88% 89%

17 ¿Es indígena por 18¿Participa su 19 ¿Votó en las ambas partes? familia en últimas elecciones actividades de la de la Junta Casta Indígena? Directiva? NO 17% SI 25% SI 32% SI NO 83% 68% NO 75%

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20 ¿Sus hijos son Indígenas? 21 ¿Sus padres lucharon por las tierras en tiempos de Somoza? NO 9%

SI 43%

SI NO 91% 57%

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Distribución

La población de la comunidad indígena de Telpaneca es mayoritariamente rural, no obstante tiene un patrón de asentamiento propio, característico, como es vivir en 41 comunidades o aldeas situadas en entornos ecológicos marcados por la cuenca del río Coco y sus principales afluentes, los ríos Estelí y Yalí, más las sub cuencas de trece quebradas principales. Estas comunidades se sitúan también en la cercanía de paisaje de montañas, lo que no es solo un asunto de panorama sino que tiene relación con el abastecimiento de recursos que brindan, principalmente el tipo de suelo y la topografía, necesario para sus actividades agrícolas, la provisión de leña, materiales de construcción, postes, horcones, etc., y de medicina tradicional. Usualmente brindan esos espacios elementos de caza y pesca aunque estas actividades se han visto reducidas considerablemente debido a los daños en el medio ambiente causados por la depredación de los bosques de pino y latifoliados experimentados en la década de 1960/1970 por las compañías YODECO e INFONAC y la ganadería extensiva impuesta por los terratenientes.

4. VIVIENDA

Conforme los datos del censo nacional de 2005 se sabe que en el municipio de Telpaneca la gran mayoría de la población habita en “casas” (97.1 %), antes que en “chozas” que eran las viviendas características de la zona rural del norte de Nicaragua en los años anteriores a 1979. Este dato es también superior al porcentaje departamental en este rubro, que es del 96% y al dato a nivel nacional que era del 93.5%. El “rancho” o “choza” era utilizado según el censo de 2005 sólo por un 1.9 % de familias, y la vivienda “improvisada” se redujo a un 0.7%. La información proveniente de este diagnóstico en base a la encuesta aplicada nos permite conocer las siguientes características de las viviendas entre los pobladores indígenas de Telpaneca.

Tenencia de la Vivienda. El 95 % de los encuestados indígenas afirman que su vivienda es propia y un 40% expresó tener documento legal de la vivienda. El censo de 2005 indicó que en el municipio el 97% de las viviendas eran propias, entre un 42.4% con papeles y un 49% sin papeles. Observamos una ligera diferencia en la encuesta indígena en relación a

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vivienda propia con escritura con respecto al total de la población. En todo caso, nos indica que una mayoría de familias indígenas carecen de un documento legal sobre su vivienda.

22. Estatus de la Vivienda 23 ¿Tiene documento legal de la vivienda? 1896

1200 1000

800 600

12 24 56 Viviendas 400 200 0 SI NO Series1 821 1146

Los casos de viviendas alquiladas y prestadas no tienen peso significativo aunque se muestran 54 casos de familias que son “posantes” en una vivienda, condición que refiere a actos de solidaridad ante necesidades de extrema urgencia o extrema pobreza de las familias en esta condición. Los posantes son el 2.78% del total. Obviamente que desde un punto de vista legal, la garantía del derecho de propiedad en el Pueblo Indígena conlleva la garantía del derecho a la vivienda. Este es un tema que debemos traducir desde la garantía constitucional a una vivienda digna donde el formalismo de un documento que la garantice sería propio de un procedimiento interno del Pueblo Indígena que puede resultar favorecido de un fortalecimiento de esta entidad.

Características de la Vivienda. La absoluta mayoría de viviendas de las familias indígenas de Telpaneca son construidas de adobe hasta en un 90%. Es dominante igualmente la vivienda con piso de tierra hasta el 66%. El techo de zinc alcanza a un 88% de las viviendas, tal como se aprecia en los gráficos 24 a 26.

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24. Paredes de Vivienda 25. Techo de la Vivienda

1727 1750 1800 1600 1400 1200 1000 800 600 400 76 115 200 1 0 205 27 9

Paja o Teja Madera Zinc o Suita Nicalit

26. Piso de la Vivienda

1313 27. Acceso al Agua 824

671 477 292 201 6 60 46

Tubería en Tubo en Pozo en Pozo en Quebrada Barril, Otro casa Puesto Casa Puesto Ojo de Agua

Servicios de la vivienda. Agua potable y luz eléctrica son servicios que aún no cubren en forma mayoritaria a la población indígena tal como se observa en el gráfico 27. El agua de quebradas y ojos de agua, y el pozo siguen siendo importantes. Únicamente 824 viviendas cuentan con agua por tubería en casa, representando el 43%, que sumada a las viviendas que acceden al agua por tubería situada en un puesto, alcanzan el 58%. Otro grupo de viviendas se abastecen de pozos, quebradas, ojos de agua y agua de lluvia recogida en barril, grupo que representa el 42% de la muestra. El 25% se abastece de ríos u ojos de agua. Podemos comparar con el censo de 2005, cuando este sector a nivel municipal global representaba el 30 %.

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El acceso a energía eléctrica para alumbrado se aprecia en la gráfica 28, en términos similares al acceso a agua entubada. En efecto, un 52% de viviendas cuenta con energía eléctrica y un tímido 2.3% de casos de viviendas con acceso a panel solar; frente a un 41% de viviendas que se alumbran con candil, ocote y un 4.8% con lámparas de gas.

28. Alumbrado en la Vivienda 29. Medios de Cocinar 950 1964

750

2 0 23 88 1 43 0 2

La gráfica 29 muestra que la leña sigue siendo el principal y casi único medio para cocinar en Telpaneca con una representación del 98.6% de las viviendas haciendo uso de leña en sus cocinas. Esta práctica tradicional, no obstante, es sumamente dañino para la salud especialmente de mujeres y niños.

30. Aparatos eléctricos en la Vivienda

1287

553 473

209 125 69 40 26 9 1

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Vivienda Típica en Telpaneca levantada a base de materiales locales. Momento de descanso de estos albañiles locales. Telpaneca, 2010.

Adobe seco y listo para utilizarse. Esta es otra técnica tradicional de construcción con material local

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En el último gráfico (30) podemos apreciar el uso de aparatos eléctricos donde destaca la radio difusión, un medio que está presente en 1,263 viviendas, para representar el 65% de la muestra encuestada. Podemos suponer que otros aparatos presentes en menor proporción tales como equipos de sonido, televisor, computador y celulares, no se ubican dentro del complemento de viviendas que no cuentan con radio. Esto nos puede indicar la presencia de hasta un 35% de viviendas que no tienen acceso a un medio de comunicación masivo. La televisión y los celulares se muestran en un mismo rango no así los computadores e internet domiciliar que con solo 9 y 1 representaciones respectivamente son una absoluta minoría que a la vez se concentra en el sector del casco urbano de Telpaneca. Paradójicamente el pueblo indígena de Telpaneca ha logrado convertirse en servidor público del único servicio de internet, correo electrónico y telecomunicación vía skype que hay en el municipio. A través del Telecentro Comunitario, brindan este importante servicio al conjunto de la población e instituciones.

5. TENENCIA DE LA TIERRA

La tenencia de la tierra en Telpaneca tiene características indudablemente étnicas, ligada estrechamente a las características de la economía enfocada en la producción agrícola. El 59% de los entrevistados afirmó tener acceso a un lote de tierra y el 74% de ellos afirma que se trata de tierras de la Comunidad Indígena como se ve en los gráficos 31 y 32. Hasta en un 49% de casos afirman no tener un documento sobre el lote de tierra que posee, siendo en un 60% de casos obtenido el lote por vía de herencia de padres a hijos, referencias apreciables en los gráficos 33, 35 y 36. Con esta información estamos de frente al principal medio en que se opera el tracto sucesivo de la tenencia de la tierra entre la población indígena. El siguiente testimonio traslada a nuestra lectura el proceso traslaticio de la tierra: “… Yo vivo en tierras propias, esta es una cadena, el papá de mi papá lo heredo a él y él me heredó a mi doce manzanas de tierra, el nos decía que no las vendiera. Las tengo inscritas en la Comunidad Indígena; titulo no tengo; mi mama murió de 60 años, mi papá de 79 años. Hizo su testamento y a cada hermano nos dio una parcelita de tierra…”83

83 Testimonio de don Félix Amadeo Basilio Pérez, de Las Trojas, PIT.

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31. Posesión de Lote de Tierra 32. Es tierra de la Comunidad Indígena

NO NO 41% SI 26% 59% SI 74%

33. ¿Tiene documento? 34 ¿A nombre de quien está el documento?

Ambos Mujer 5% 14% NO SI 49% 51% Hombre 81%

De manera mayoritaria los lotes de terrenos con documentos están a nombre del hombre hasta en un 81% de caso, pero resalta un creciente 14% de casos donde el documento está a favor de la mujer y un 5% de casos donde el documento está a nombre de ambos conyugues como se ve en el gráfico 34. El bloque de comuneros que expresa tener un documento de su terreno en un 57% de casos dice haber obtenido el mismo de un abogado, seguido por la alcaldía y la reforma agraria. Esto es indicativo de la presión a que se han visto sometidos los comuneros de parte de las instituciones. El 11% que manifiesta tener documentos del PIT representa un repunte creciente que debemos sumar al bloque del 49% que dijo no tener documento (gráfico 33) con lo cual sumamos un 61%. Cada día se suman más

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comuneros a este rubro inscribiendo sus lotes en el libro de registro del PIT, lo mismo que se observa un creciente interés entre los comuneros que tienen documentos de abogados por inscribir el documento en la Comunidad.

35 ¿Cómo obtuvo el 36. La propiedad la obtuvo por: documento?

Otros PIT 13% 11% ALCALD ÍA 18% Compra Herenci 27% a 52%

R. ABOGA AGRARI DO A Cesión 57% 14% de D 8%

La distribución de la tierra entre las familias indígenas denota un patrón sobre el cual descansa la comunidad étnica y es la pequeña tenencia o minifundio. Durante el auge agroexportador de la dictadura de Somoza el minufundismo fue atacado por los sectores empresariales interesados en la gran tenencia agrícola en base al modelo de las haciendas cafetaleras, arroceras, ganaderas, algodoneras y azucareras. En cambio, muy poca atención se ha prestado desde el sistema al asunto de la tecnología del uso y aprovechamiento de la pequeña tenencia como mecanismos para aumentar la producción y la productividad, y fundamentalmente como garantía de la autonomía alimentaria. Dado que estos pueblos indígenas no han recibido ningún programa de impulso a sus pequeñas economías respetando y tomando en cuenta como factor productivo su condición indígena, no se tiene una medida objetivo del significado que puede tener una economía indígena potenciada con factores de tecnología, diversidad, capacitación, orientación a mercados, valor agregado y comercialización.

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37. Cantidad de tierra en posesión por familias

351

249 193 181 118 76 13

1 Mz 1 a 2 3 a 4 5 a 10 10 a 20 20 a 50 50 o más Mzs Mzs Mz Mz Mz

La tenencia de la tierra en la Comunidad Indígena de Telpaneca tiene una estructura de pequeña propiedad como se observa en el cuadro 37. Esta distribución por bloques según tamaño de la parcela es imilar en el Municipio y podemos compar la distribución global, incluyendo indios y no indios, para advertir que la presencia indígena se agota en los bloques de más de 100 manzanas, haciendo la diferencia.

38. Distribución total de la tenencia de la tierra en el Municipio. Lotes por manzanaje mínimo

1707

550

104 23 10

Diez Cincuenta Cien Doscientas Quinientas

De conformidad con el CENAGRO la estructura de tenencia de la tierra en el municipio de Telpaneca es de 1,396 unidades productivas y la información de nuestra muestra recoge la presencia de 1,218 miembros del pueblo indígena como detentadores de derechos de uso y goce que en general responden a su adscripción al pueblo indígena. El gran bloque de

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parcelas dentro de la gran parcela de la propiedad comunal del pueblo indígena de Telpaneca lo forman las familias que poseen lotes menores de diez manzanas. El cuadro 39 es comparativo de la tenencia global del municipio (TM) con la tenencia entre los comuneros (TPIT), se observa que los detentadores de lotes mayores de 200 manzanas ya no incluyen a indígenas. Mucha de esa es tierra es alquilada a los mismos indígenas que carecen de tierra donde sembrar. En este reducido bloque se sitúan las tierras de Los Ranchos y El Limón, de cerca de 3,000 manzanas de tierra puesto que los datos del CENAGRO son de la época cuando formaban una sola unidad en manos de los Centeno Roque / Interbank.

39. Comparación de la tenencia total del municipio y la tenencia total del pueblo indígena

1000

800

600

fFincas 400 200 0 10 Mz 50 Mz 100 Mz 200 Mz 500 Mz TM 733 356 54 23 10 TPIT 974 194 50

El cuadro siguiente permite observar que la mayoría de familias indígenas son poseedoras de pequeños lotes de terreno. Agrupamos siete estratos de familias con accesos diferenciados a la tierra que se exponen en el cuadro siguiente:

Menos de 1 1 a 2 mz 3 a 4 maz 5 a 10 mz 10 a 20 mz 20 a 50 mz 50 y mas

16% 29% 15% 21% 10% 6% 1%

60% 37% 1%

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Impresionante marcha realizada el Día Nacional del Indígena el 8 de Agosto de 2008 en Telpaneca al momento de pasar frente a la Alcaldía el principal apoyo institucional a los “toma tierras” de Los Ranchos y El Limón. Abajo: Don Mercedes Hernández, líder que unió a las generaciones en la lucha por recuperar las tierras.

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41.EJERCICIO DE CATASTRO EN LA COMUNIDAD AMUCAYÁN. PIT. Area Lotes Sexo Nº Nombres y apellidos M F Edad

1 José del Carmen Bacilio Hernández 1 0 52 18 1 2 Exequiel Bacilio Gutiérrez 1 0 67 11.52 2 3 Secundino Martínez Polanco 1 0 55 0.12 1 4 Martha Ofelia Martínez Gutierrez 0 1 32 0.85 1 5 Cervando González Bacilio 1 0 52 0.09 1 6 Silvano Muñoz Guerrero 1 0 71 9.36 3 7 Teodosa Bacilio Hernández 0 1 54 8 3 8 Santa María Muñoz Bacilio 1 0 33 1.27 1 9 Lorenzo Hernández Gutiérrez 1 0 69 3.33 1 10 Félix Pedro Gutiérrez García 1 0 56 3.97 1 11 María Angélica Hernández Polanco 0 1 44 2.61 1 12 Dolores Hernández Polanco 0 1 50 3.13 1 13 Mateo Hernández Polanco 1 0 67 9 1 14 Martina Hernández Polanco 0 1 55 2.08 1 15 Camilo Talavera 1 0 54 2.46 2 16 Marcelina Gutiérrez García 0 1 47 1.5 1 17 José Agustín Polanco Bacilio 1 0 40 11.74 1 18 José León Polanco López 1 0 73 10.05 2 19 Denis Trinidad Polanco Basilio 1 0 32 0.14 1 20 José Faustino Gutiérrez Polanco 1 0 27 10.9 1 21 Cecilio Basilio Hernández 1 0 49 24.1 2 22 Tránsito Gómez Florián 1 0 53 50.83 1 23 José Aquiles Peralta Montalván 1 0 44 12.68 1 24 Alfonso Antonio Hernández Calderón 1 0 49 11.16 1 25 Clemente Hernández Gutiérrez 1 0 51 6.81 1 26 Petronila del Carmen Basilio Basilio 0 1 29 0.25 1 27 Claudia María Basilio Basilio 0 1 25 0.26 1 28 José Santo Basilio Pérez 1 0 31 2.11 1 29 Nicasio Hernández 1 0 68 2.14 1 30 Fabián Hernández 1 0 34 2.41 1 31 Cecilio Basilio Hernández 1 0 49 2.15 1 32 Ambrocio Hernández Hernández 1 0 39 2.47 1 33 Lucia Gómez Florián 0 1 55 2.05 1 34 Natalia Méndez Guido 0 1 49 1.78 1 35 Angel Jaime Gómez Florián 1 0 48 2 1 36 Julio Antonio Basilio 1 0 24 1.56 1 TOTAL 26 10 234.88 44 PORCENTAJE 73 % 27 %

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42. Distribución de la tenencia de la tierra entre Hombres y Mujeres en Amucayán, P.I.T.

M 28%

H 72%

43. Tenencia de la Tierra en Amucayán. Hombres y Mujeres por Grupos de Edad

H M 7 6 5 4 4 3 2 2 2 1 0 0

20 30 40 50 60 70

Podemos preciar cómo funciona la tenencia de la tierra tomando como referencia la base de datos de la Comunidad indígena de Telpaneca en su Catastro de la propiedad indígena, levantado recientemente para el caso específico de una de sus comunidades: Amucayán (Cerro de las nubes) donde la tenencia de la tierra observa un patrón caracterizado por la pequeña parcela donde los varones tienen preeminencia en el acceso a la tierra. El catastro que lleva el pueblo indígena de Telpaneca registra allí a 36 propietarios de derechos de uso y goce en dicha comunidad.

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Los cuatro mapas anteriores forman parte del trabajo que el Pueblo Indígena de Telpaneca lleva adelante con su unidad de catastro indígena ya aplicado en la comunidad de Amucayán por medio del cual se identifica cada lote de los comuneros, con todos sus elementos catastrales. Este ejercicio demuestra que es posible la implementación del barrido catastral respetando la gran parcela del territorio indígena.

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6. PRODUCCIÓN

En Telpaneca se produce bajo un esquema tradicional con un ciclo productivo de granos básicos que comprende siembra de primera, postrera y siembra de “wintaka” o de apante. Adicionalmente se siembra con riegos o acequias en los valles situados junto al río Coco. Por las características del terreno con muchas pendientes, el sistema de laderas es el predominante en todo Telpaneca. El conjunto de productores que integran la comunidad étnica en el Pueblo Indígena de Telpaneca representan una fuerza laboral que generó 21 mil 382 quintales de maíz y 14 mil 317 quintales de frijoles en la temporada pasada.

44. Producción Año 2010. En quintales

21382

14317

3956 50

Maíz Frijol Café Arroz

Esta es la base de una producción de granos básicos que se genera en gran parte de manera tradicional y sin contar con recursos de financiamiento ni asistencia técnica. Menos del 1% de los productores indígenas referidos en la muestra se dedican a la producción de café, el producto que tiene mejor precio en el mercado por estar dedicado a la exportación.

45. Principal ingreso económico 46. Porcentaje de producción que se consume en el hogar 1321

65 58 579 28 120 17 14 0.07 0.5

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Únicamente 28 casos existen en la muestra de productores indígenas que se dedican a la ganadería, otro rubro que se orienta a la exportación de carne. La concentración de la economía indígena en el sector de granos básicos es proporcional al límitado hato ganadero entre los indígenas, donde se aprecia que el conjunto de las familias indígenas apenas cuentan con 1,563 cabezas de ganado, menos de una cabeza por unidad productiva (gráfico 50). La gráfica 47 no dice que ninguno de los productores agrícolas indígenas tiene un tractor en su unidad productiva; en tanto que en el otro extremo tenemos a 1,563 agricultores que utilizan como principal instrumento de trabajo el espeque o coba usado para la siembra. Ligado a lo anterior encontramos que el 87 % de los productores expresó no haber tenido financiamiento para la producción, lo mismo que un 84% de la muestra respondió no haber recibido beneficios del programa Hambre Cero y que solamente un 8% de la muestra dicen recibir remesas de algún pariente trabajando en el exterior. Podemos señalar que la producción descansa básicamente en las formas tradicionales y a costa de una producción exclusivamente para sobrevivencia en la mayoría de las familias. De ahí que el 66% de las familias de la muestra son cortadores profesionales de café, sirviendo como mano de obra para levantar la cosecha, labor donde se involucra toda la familia en un 34% de veces como se aprecia en la gráfica 52. Estamos hablando de la mayoría de las familias de la comunidad indígena que no llenan sus necesidades básicas con lo que producen en la agricultura y se ven compelidos a trabajar en los cortes llevando consigo a toda la familia, incluidos niños.

47. Instrumentos de trabajo

1563 1646

789 638 638

125 0

Espeque Coba Machete Hacha Azadón Arado Tractor

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Correlacionado a esto tenemos que un porcentaje importante de productores indígenas carecen de un lote de tierra o tienen muy poco para trabajar la tierra y obtener comida y dinero para sobrevivir y la manera que les ofrece el sistema es mediante el alquiler de tierras para sembrar o la modalidad de aparcería o mediería. Recordemos que el 41% de las familias de la muestra expresaron que no poseen un lote de terreno donde trabajar (Gráfica 31), y existen 513 productores indígenas que alquilan tierras para poder producir y 181 que trabajan en el sistema de mediería y/o aparcería como se ve en el gráfico 57. Este grupo, indudablemente, sería el principal beneficiado de un programa de restauración de los derechos plenos del pueblo indígena de Telpaneca sobre sus tierras. En términos de la producción de nuevo la comunidad étnica se ve expresada en las modalidades de trabajo de mano vuelta con sólo un 17% de familias que practican esa forma de trabajo solidario (gráfico 48) pero esta dato debe relacionarse con la información del gráfico 49 donde un 70% de familias expresan que no contratan mano de obra para la producción, lo que podemos interpretar como unidades productivas que usan solamente la mano de obra que encuentra en su familia y red de parientes.

48. Trabajo de Mano Vuelta 49 ¿Contrató trabajadores el año pasado? SI 17%

SI 30%

NO NO 83% 70%

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50. Animales en su finca 51. Beneficios Prog. Hambre Cero 12703 SI 16%

978 69 470 46 473 252 4 NO 84%

52. Trabajan en los Cortes de 53. Familiar trabajando fuera Café del país

NO SI 34% 23% SI 66% NO 77%

54. Países donde trabaja su 55. Reciben Remesas familiar SI 250 8% 200 150

100 NO 50 92% 0

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56 ¿Tuvo financiamiento el año 57 ¿Si no tiene tierra cómo pasado? sobrevive?

SI Series1 13% 583

181 73 47 26 47 NO 87%

Este abanico de situaciones en torno a la tenencia de la tierra y la producción es sumamente complejo y requiere de ser analizado mas profundamente y pensar en un programa orientado a levantar los niveles de productividad y producción sumamente frágiles por la situación de abandono que evidencia de planes gubernamentales.

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Vivienda de Las Trojas y maizal en ladera, al fondo el tacotal en descanso para usarse el año siguiente.

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7. EDUCACION

Similar a las condiciones de la producción y tenencia de la tierra, la comunidad indígena permanece sumergida en una condición de analfabetismo funcional alarmante. La muestra nos indica que se encontró a 1,082 padres de familia que no saben leer y escribir, de ellos el 52% son mujeres y el 48% varones que nunca han ingresado a la escuela. Sumado a esto tenemos a 1,616 padres de familia que no han superado el 4º de primaria, de ellos el 52% son varones. Solamente 569 padres de familia han estudiado hasta el 5 o 6º de primaria; en tanto que 36 padres de familia han logrado una formación como técnicos básico o medios y únicamente 13 padres de familia son técnicos superiores y 34 universitarios. Dramático. Por otro lado hay que mencionar los nuevos postulados de la Ley general de Educación, los que orientan a una educación regida por principios pedagógicos democráticos, participativos, no discriminantes e interculturales. Pero, hasta ahora, en este campo no se ha logrado desarrollar estos aspectos en la currícula de los municipios con presencia de pueblos indígenas. Sin embargo el Pueblo Indígena de Telpaneca ha logrado acuerdos con la delegación municipal del Ministerio de Educación a fin de impulsar una iniciativa para proporcionar a los maestros y maestras de materiales de referencia sobre la historia y cultura del pueblo indígena, en una práctica que tiene ya un par de años de estar funcionando. De otro lado, un decreto del gobierno de unidad y reconciliación del año 2007 que manda a las autoridades municipales a conmemorar en las escuelas y en coordinación con los pueblos indígenas el día nacional del indígena, jamás se ha puesto en práctica.

58. Grado o Año más alto de estudios 600

500

400 300

200 Cantidad 100 0 1er a 4to y Ningun 1ro y 3ro y 5to y Tec. Tec. Tec. Univer 3er 5to o 2do 4to 6to Básico Medio Sup. sitario Año Año Hombre 522 412 436 236 76 52 1 14 7 14 Mujer 560 345 423 333 98 68 7 14 6 20

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59 ¿Algún miembro de su familia estudio en el programa Yo Si Puedo?

24%

SI NO 76%

Los padres de familia encuestados reconocieron en un 24% de casos haber recibido beneficios del programa Yo Si Puedo.

Niñas indígenas de la Escuela El Carbonal, Telpaneca, en un juego tradicional “la gallina ciega”

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Docentes del Instituto de Secundaria de Telpaneca socializan trabajos con el Pueblo Indígena, 2010.

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8. SALUD

Si nos atenemos a las respuestas de este sector de preguntas en al campo de la salud notaremos que el 45% de los entrevistados expresó haberse enfermado en el año, dato que nos muestra a una comunidad afectada. Más cuando un porcentaje del 32% admite encontrarse enfermo a pesar a de haber asistido al centro de salud o a la medicina tradicional. Asimismo resulta que es la mujer indígena la que más se enferma o admite enfermarse y la que más acude a curación, ya sea asistiendo al centro de salud o a medicina tradicional. El año pasado una brigada médica voluntaria integrada por seis especialistas dirigidos por la Dra. María Teresa Illari visitó la comunidad y organizaron un programa de atención a 173 pacientes rurales previamente convocados por el gobierno indígena, quienes bajaron de las comunidades y fueron atendidos por el equipo por un par de días. Cada paciente pasó clínica por cada especialista. Los resultados que esta brigada encontró son dramáticos en cuanto al estado de la salud en temas que resaltan: 1. Desnutrición crónica producto de una alimentación deficiente 2. Alta presencia de enfermedades como: artritis, desmejoramiento de la visión y dentadura, afecciones pulmonares, expresiones de dolor físico y espiritual 3. Denota una atención del sistema de salud gubernamental deficiente con un enfoque basado en químicos antes que en recursos energéticos de la propia naturaleza y del mismo afecto del ser humano en el servicio médico lo que da inicio al proceso de curación. 4. Recomiendan que la atención al paciente sea de forma integral, tomando en cuenta su cultura y se establezca entre el Centro de Salud y el Pueblo Indígena una estrecha colaboración.

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60 ¿Usted o su Mujer se 61 ¿Asistieron al Centro de enfermado últimamente? Salud?

Hombres Mujeres

677 SI, 816 614 NO, 993

246 245

SI NO

62 ¿Se alivió con pastillas o 63 ¿Se han curado? con medicina natural? Hombre Mujer Hombres Mujeres

782 658 728 613

343 272 301 256

Pastilla M. Natural SI NO

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9. GOBERNABILIDAD

Si la gobernabilidad es una relación entre gobernantes y gobernados que permite valorar la legitimidad, la representatividad, la responsabilidad y la eficacia del buen gobierno, lo que viene ocurriendo en el plano del poder local en el municipio de Telpaneca y en el pueblo indígena de Telpaneca, las respuestas a esta pregunta son aleccionadoras.

64. Participación y gobernabilidad 2500

2000

1500

boletas 1000

500

0 Ha participado Ha participado Conoce el PIM Ha participado en asambleas del en talleres en el de Telpaneca? en un cabildo? PIT? PIT? SI 84 334 478 314 NO 1905 1655 1511 1676

Solo el 4.2% del total de entrevistados respondió que conocía la existencia del Plan de Inversión Municipal, un instrumento de gestión de la Alcaldía que por ley es de naturaleza pública y que debe ser consultado. En tanto que sólo el 20% de los entrevistados respondió conocer o haber participado en un cabildo municipal, otro de los instrumentos de gestión pública y de rendimiento de cuentas a nivel de la comunidad. Confrontamos estas dos preguntas con otras dirigidas a valorar lo propio respecto al gobierno indígenas. Las respuestas a la pregunta si han participado en asambleas del pueblo indígena es del 24% del total del universo de la muestra. Preguntados si han participado de talleres en el pueblo indígena, la respuesta fue del 16%. Una primera lectura permite apreciar que entre ambas instituciones, actuando casi sobre el mismo pueblo, la gobernabilidad sería más eficaz en el lado indígena del poder local. No obstante la dimensión de ambas instituciones es incomparable si partimos del hecho que la

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municipalidad cuenta con todos los recursos provenientes del Estado, recursos presupuestarios e institucionales, de equipo y de recursos humanos, como de recursos políticos. El presupuesto que el municipio de Telpaneca recibe del tesoro nacional es arriba de los 20 millones de Córdobas anuales más otras partidas que le llegan por la vía de proyectos. Ninguna partida de este presupuesto se destina en absoluto a fortalecer la institucionalidad del gobierno indígena a pesar de ser un gobierno reconocido por el gobierno municipal y certificado por ley. Es decir, el municipio es como un padre desobligado que no le pasa Alimentos. Lo interesante es encontrar que el gobierno del pueblo indígena con muy pocos recursos financieros, contados con los dedos de una mano, ha podido plantarse como gobierno local y tener reconocimiento de su población a pesar de que enfrenta todo tipo de descrédito. La posibilidad de una solución por la vía de lograr acuerdos entre el gobierno municipal y las autoridades del pueblo indígena de Telpaneca a través de las llamadas mesas de trabajo si bien se ha conversado al respecto no se ha logrado concretar porque en el fondo prevalece la idea que el pueblo indígena de Telpaneca carece de opinión válida y de derechos de propiedad que reclamar a la par de un notable desconocimiento de los derechos establecidos en la constitución política, en el sistema legal nacional y en el sistema de derechos del ordenamiento internacional.

TRANSFERENCIAS MUNICIPALES 2011. DEPARTAMENTO DE MADRIZ. LEY ANUAL DEL PRESUPUESTO GENERAL DE LA REPÚBLICA. LEY No. 744

DEPARTAMENTO/ TRANSFERENCIAS TRANSFERENCIAS TOTAL MUNICIPIO CORRIENTES DE CAPITAL TRANSFERENCIAS MADRIZ 45,762.473 108,139.245 153,901.718 SAN JOSE DE CUSMAPA 4,720.623 7,080.034 11,800.057 LAS SABANAS 4,820.718 7,231.077 12,051.795 SAN LUCAS 4,467.295 10,423.688 14,890.983 SOMOTO 5,076.189 20,304.756 25,380.945 TOTOGALPA 6,751.284 10,126.926 16,878.210 YALAGÜINA 5,024.193 11,723.118 16,747.311 PALACAGÜINA 5,172.220 12,068.514 17,240.734 TELPANECA 5,844.645 13,637.506 19,482.151 SAN JUAN DE RIO COCO 3,885.906 15,543.626 19,429.532 F: La Gaceta No. 243 del 21 de diciembre de 2010.-

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Esto sucede a pesar que en ciertos momentos, por ejemplo, en las campañas políticas, los munícipes se acercan al pueblo indígena e incluso suscriben documentos donde prometen varios temas de la materia de gobernabilidad incluidas las demandas indígenas pero sin que los mismos se incorporen posteriormente a nivel de la planificación municipal. Como ejemplo mostramos uno de estos documentos compromiso:

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Los argumentos desde la municipalidad expresan que todas las obras que llevan adelante benefician a toda la población. Sin que este sea el caso por discutir a la luz de la información detallada respecto a las condiciones materiales de existencia en que se encuentra la mayoría de la población indígena de Telpaneca, el reclama de ser tomados en cuanta desde su condición indígena, y por medio de sus autoridades indígenas, es decir, como pueblo, en los términos que indica el artículo 5 constitucional, es el sentido que contiene el reclamo del pueblo indígena de Telpaneca. Como se puede ver en el documento inserto atrás, en la lista de 28 temas que se comprometieron asumir los candidatos a la alcaldía municipal de Telpaneca (actual alcaldesa) aparecen todos los elementos del reclamo del Pueblo Indígena:

 Tomar en cuenta a las autoridades indígenas en la toma de decisiones  Respeto a la propiedad indígena y no cobrar los impuestos de bienes inmuebles al pueblo indígena  Mejorar las relaciones humanas con el pueblo indígena  Cumplir con los cabildos en tiempo y forme y fortalecer los instrumentos de participación ciudadana  Defender los límites del municipio en coordinación con los municipios vecinos El tema de la gobernabilidad se presenta como una materia por desarrollarse entre las autoridades municipales y el pueblo indígena y sus autoridades. Entre ambos se expresa una relación histórica que está cargada de diferencias y de distancias tan abruptas como del pasado al presente. La alcaldía mantiene respecto al pueblo indígena de Telpaneca una posición que carga con resabios del pasado somocista independientemente de la posición política partidaria en que militen los munícipes. Las actitudes son similares en muchos aspectos y valdría la pena que una conciencia crítica, solidaria, socialista y cristiana interpretara conjuntamente el significado que desde esta triada de principios se debe hacer respecto al mandato constitucional sobre el derecho de propiedad y el derecho de plena participación del Pueblo Indígena en los asuntos locales. Sólo una actitud autocrítica puede desprenderse del cómodo egoísmo institucional y personal, y abrir los corazones y los presupuestos públicos hacia el sentido práctico del concepto de restitución de derechos de que habla la compañera Rosario Murillo.

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REFLEXION

La información que hemos visto nos acerca a conocer algunos aspectos demográficos de la población indígena de Telpaneca; ellos destacan a un pueblo ligado estrechamente a la tierra cuya economía descansa abrumadoramente en la agricultura. El conjunto de la población identificada étnicamente con el pueblo indígena se ubica en el marco de la pobreza que tiene en la ruralidad su principal hogar. Todo ello es una construcción social, es el resultado de largos procesos estructurales de la economía y política nicaragüense. La pobreza apreciada en Telpaneca por el INIDES para el municipio, vemos que tiene un rostro indígena indudablemente, vemos que los factores que definen la pobreza severa se notan en los materiales de las viviendas, en la baja educación, en las limitaciones de su sistema productivo escaso de bienes de producción, de tecnología y de asistencia técnica y financiera, todos factores que tienen atrapada a la población indígena y sin salida. Todo ello a pesar de que hemos mostrado a un pueblo que en la historia tuvo expresiones de bienestar derivado de sus calidades comunales, de los recursos de sus bosques. No es pues, la pobreza un resultado de la identidad indígena sino de las inequidades, de la explotación y de la discriminación y desconocimiento de sus derechos. Reza en su mismo título del año 1622 que pagaron 25 pesos plata por cada caballería, es decir, 350 pesos de plata por las 14 caballerías, cantidad que es equivalente a 175 escudos de oro. En la época, fue una enorme cantidad de dinero, explicable de la existencia de una caja comunal bien dotadas de ingresos. En el año 1752, en la visita del Obispo Morel de Santa Cruz, este admira el nivel de vida de este pueblo y el estado decente del templo, y los informes fiscales de 1818 destacan que Litelpaneca es el principal pagador de tributos en el Partido de Segovia. La pobreza del pueblo ha ido de la mano de la usurpación de sus tierras y violación de sus derechos de propiedad. El golpe de mano que pueda significar la inclusión del pueblo indígena de Telpaneca en cuanto a la restitución de sus derechos y la aplicación de políticas públicas inclusivas y orientadas a la promoción de este sector del pueblo nicaragüense, indudablemente que permitirá abrir un horizonte de prosperidad para el Pueblo Indígena de Telpaneca. Visibilizar a una comunidad indígena como lo es Telpaneca, en ese contexto, donde los derechos de propiedad existentes en la constitución política, en las leyes y en el ordenamiento jurídico internacional del sistema de derechos humanos, son parte del

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propósito de este diagnóstico sobre la tenencia de la tierra. Asumir los redescubrimientos que el diagnóstico ofrece requiere del Estado de Nicaragua la más firme determinación hacia este sector de la sociedad nicaragüense sumida en la miseria. La toma de conciencia sobre esta situación y la materialización o efectiva restitución de los derechos de este pueblo indígena, es una osada tarea gubernamental como nunca ha ocurrido en este sector del país, quizá desde que en 1622 las autoridades españoles le titularon sus tierras ancestrales. La experiencia contemporánea de la Costa Atlántica es por ello de vital importancia de tener presente como modelo; un territorio donde se ha desarrollado el proceso de restitución de derechos históricos por medio de la Autonomía regional cuando hubo falta de comprensión y contradicciones muy profundas. El Barrido Catastral como expresión de un programa gubernamental, de manera similar, enfrenta los criterios de aquellos que ven en las tierras de los pueblos indígenas como las de Telpaneca tan solo un “banco de tierras” como lo expresó un funcionario de la Intendencia de la Propiedad de Madriz, en el año 2007. Pugnan estos por desconocer el derecho de propiedad del pueblo indígena de Telpaneca. De otro lado el Barrido Catastral tiene la demanda del Pueblo Indígena de Telpaneca basándose en los principios del derecho y de la justicia; ellos reclaman por su derecho de propiedad en representación de un colectivo de masa, de un pueblo con más de diez mil personas ligadas a ese territorio por vínculos de sangre y de cultura y como legítimos propietarios que reclaman el gozo de un derecho real que es identificable, delimitable y medible, que tiene linderos preestablecidos desde hace mucho tiempo. El Estado de Nicaragua tiene con ellos el compromiso de hacer efectivo tal derecho real sobre ese patrimonio de las 14 caballerías de tierra que están además amojonadas y cuyos bordes se pueden seguir desde un punto inicial y siguiendo los mojones volver al punto de partida. Este es un derecho irrenunciable a la luz de sus propias necesidades sociales respaldado además por la Constitución Política de Nicaragua y por las leyes que expresamente lo garantizan. La Procuraduría General de la República tiene en sus manos los elementos para tomar la mejor decisión y aplicar de una vez en el Barrido Catastral el pleno derecho del pueblo indígena de Telpaneca a su terreno.

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V. ANALISIS DEL ESTADO DE LA SITUACION ACTUAL DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO INDIGENA DE TELPANECA

Habiendo examinado los elementos histórico-jurídicos del derecho de propiedad que conciernen al Pueblo Indígena de Telpaneca y habiendo examinado los resultados del estudio socioeconómico y la tenencia de la tierra desde una perspectiva antropológica, nos queda analizar la situación actual de los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca. El estudio realizado nos ha permitido verificar la concatenación histórica de este pueblo con su territorio, su uso y aprovechamiento, como también su defensa práctica, legal y administrativa, desde la época en que el cronista Oviedo reconoció la presencia de la “provincia de Telpaneca”, en 1528, hasta el presente. Incluso, hemos verificado la encomienda a que fue sometido este pueblo en 1557 que no era sino una forma solapada de esclavitud, ante la cual, se resistió y protestó en todo momento. Es también verificable el empeño consuetudinario de este pueblo por asegurarse jurídicamente su libertad y el derecho de propiedad ancestral sobre sus tierras mediante la tramitación de su título real de 1622, como igual refleja la organización municipal indígena y la presencia de autoridades tradicionales al frente de sus asuntos en una trayectoria ininterrumpida en los últimos quinientos años. De la misma manera es verificable la tenaz persecución que el Estado oligárquico libero-conservador llevó adelante en contra de las formas comunales de propiedad de la tierra y su empeñó egoísta por destruir la existencia de la comunidad indígena como entidad jurídica y antropológica con el fin de apoderarse de sus tierras. Solamente que la resistencia del Pueblo Indígena de Telpaneca le hizo sobrevivir a esa historia de represión en su contra y alcanzar el momento actual, vivo, como pueblo indígena, cuando en el escenario jurídico nacional e internacional aparecen nuevos elementos de solidaridad y fraternidad que bien comulgan con antiguos principios como el de la “unidad en la diversidad” o los conceptos de “restitución de derechos” que el actual gobierno expone. De esta historia nos es evidente que el Pueblo Indígena de Telpaneca actúa como un sujeto histórico portador de derechos de propiedad, y que este derecho se expresa en un territorio comunal delimitado y amojonado con extensión de 14 caballerías de tierra cuyo perímetro es posible identificarlo, remedirlo y valorarlo. Veamos a continuación cómo se plantea el Pueblo Indígena de Telpaneca su derecho y su reclamo:

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1.- El conflicto está planteado en la forma de un reclamo de cinco puntos elevados a las autoridades gubernamentales actuales en varios escritos, y estriba básicamente en el desconocimiento del derecho de propiedad del Pueblo o Comunidad Indígena de Telpaneca y en la negativa a atender las demandas de restitución de sus derechos ante el despojo de parte de sus tierras sufrido en administraciones gubernamentales pasadas. 2.- Adicionalmente, el Pueblo Indígena de Telpaneca alega que ha sido víctima de medidas de represión del Estado de Nicaragua y de sus órganos o agentes del Estado en administraciones pasadas, cada vez que los indígenas recurrieron ante la justicia en diversas vías en demanda del reconocimiento de sus derechos. Estas medidas incluyeron el encarcelamiento de sus líderes, la usurpación de sus documentos legales, la sobreposición registral indebida y la destrucción de algunos de sus mojones.

A.- Acciones y omisiones que han podido afectar los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca

Los actos del Estado que han afectado el derecho del Pueblo Indígena de Telpaneca, acusados en administraciones pasadas, han comprendido acciones y omisiones. Se trata de medidas administrativas y legales tendientes a opacar por las vías de hecho y de derecho, su derecho de propiedad. Destaca bajo esta forma: I.- La usurpación del testimonio del título real original que fue robado en 1970 luego de encarcelar al presidente de la Junta directiva como consta en el testimonio citado adelante. II.- La inscripción ilegal de las tierras del pueblo indígena a nombre de la municipalidad en 1953 sin que el pueblo indígena le haya otorgado, donado, cedido, vendido, regalado, prestado a la Alcaldía de Telpaneca, en ningún momento, tierra alguna y al contrario ha reclamado y sostenido su presencia en gran parte del territorio y reclamado la delimitación y la demarcación de sus tierras comunales sin ser escuchado y antes reprimido por ello. III.- La segregación de gran parte de su territorio en 1963 para crear el Estado un nuevo municipio al que denominaron “San Juan de Río Coco”, sin reconocer ni indemnizar al Pueblo Indígena de Telpaneca por la pérdida de esas valiosas tierras, argumentando el gobierno que eran “tierras nacionales”. IV. La nacionalización o estatización para fines de reforma agraria de tierras del Pueblo Indígena de Telpaneca, sin haberle indemnizado en ningún momento por la pérdida.

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V. La privatización de esas mismas tierras a favor de terceros. VI. La estatización nuevamente de las tierras al inscribirlas a nombre del Estado por sobre la existencia del título real inscrito del pueblo indígena a pesar de existir certificaciones oficiales de la Intendencia de la Propiedad que verifican que dichas tierras pertenecen al Pueblo Indígena de Telpaneca. Este proceso podemos conocerlo haciendo una breve memoria de los procedimientos que se vienen imponiendo, lo mismo que de la demanda que el Pueblo Indígena de Telpaneca ha expuesto y reclamado constantemente del Estado de Nicaragua en ese largo periodo. Durante el gobierno de los Somoza, por ser aquel sistema del tipo de las “dictaduras militares” antidemocráticas, los oficiales de la extinta Guardia Nacional tenían gran peso en las decisiones que por las vías de hecho se tomaban, sin importar la ley. En Telpaneca, en los años 50´s y 60´s del siglo pasado, el Coronel G. N. Agustín Peralta fue uno de los principales terratenientes, lo mismo que los alcaldes Feliciano Balladares Castillo y Mauricio Portillo; en todo caso, se confabularon y acumularon tierras a costa de la usurpación de las tierras comunales indígenas y sin que mediara ninguna transacción de parte de la Comunidad Indígena de Telpaneca hacia ellos, acto que en todo caso era imposible legalmente por cuanto las tierras comunales se encontraban entonces superprotegidas por la ley de 1914 y la ley de 1935 que prohibieron su venta y enajenación. Durante ese periodo, a pesar de que la Comunidad Indígena de Telpaneca emprendió acciones en todas las vías legales y administrativas, desde 1947, para reivindicar su derecho de propiedad solo lograron obtener amenazas, burlas y la cárcel. La existencia de un expediente sobre la Comunidad Indígena de Telpaneca en la Fiscalía General y Específica del entonces Ministerio de Hacienda, que data desde el año de 1954 y cubre hasta el año 1959, lo demuestra en forma indubitable. Estas acciones de la Comunidad Indígena de Telpaneca estuvieron dirigidas por don Lorenzo Justiniano Melgara, el Presidente de la Junta Directiva de la Comunidad indígena de Telpaneca de ese entonces. El siguiente fotograma permite apreciar la forma en que el alcalde de Telpaneca Feliciano Balladares Castillo y el registrador Público de Somoto se confabulan en 1953 para “variar” el número y asiento registral del título del Pueblo Indígena e inscribirlo a nombre del Municipio de Telpaneca. Un acto totalmente ilegal. La idea era privatizar estas tierras por medio de títulos que la alcaldía libraría. Pero el presidente de la Comunidad Indígena de

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Telpaneca recurrió ante la Fiscalía General de Hacienda a fin de que se remidieran las tierras para enfrentar conforme la ley a tales improperios jurídicos. Obviamente, la alcaldía y los terratenientes no tenían títulos válidos como demostrar su derecho. Es la razón por la cual al momento en que se va a efectuar la medida por parte del Juzgado de Medidas, en 1959, la alcaldía y el comandante, la impiden por la fuerza.

Otro expediente existente en las oficinas del Instituto Agrario de Nicaragua (IAN) de la década de 1960´s, cuyos documentos se conservan en el Archivo del Pueblo Indígena de Telpaneca así como en el Archivo Nacional de la República, lo mismo que en la memoria de los líderes del Consejo de Ancianos, nos permite conocer que la Comunidad Indígena de Telpaneca expuso y demandó de manera formal al Estado de Nicaragua por la protección de sus derechos de propiedad. En ambos momentos, los líderes fueron amenazados por los alcaldes foráneos que llegaron a controlar el poder local en Telpaneca, al amparo de los intereses convergentes de oficiales de la Guardia Nacional como el caso del coronel Agustín Peralta y de terratenientes y alcaldes como Feliciano Valladares y Mauricio Portillo, sin que la Comunidad haya tenido la respuesta a sus demandas de justicia planteadas ante esos órganos del Estado de Nicaragua. Estas demandas se mantuvieron en

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las oficinas del gobierno, yendo los papeles de un lugar a otro y exponiendo excusas de todo tipo, hasta llegar el final de la dictadura militar de la familia Somoza, en 1979 sin resolverse sus reclamos y antes complejizarse estos cada vez más con el ánimo de hacer desistir a los indígenas de sus reclamos. La creación del municipio de San Juan de Río Coco, realizada por decreto legislativo del 1º de octubre de 1964 confiscó tierras de la Comunidad Indígena de Telpaneca. El decreto es el siguiente: “Decreto de creación del municipio de San Juan de Río Coco Arto. 1º Elévase a la categoría de pueblo el caserío84 de San Juan de Telpaneca que en lo sucesivo se llamará San Juan de Río Coco. El Municipio correspondiente a dicho pueblo tendrá la jurisdicción territorial que se indica en el artículo siguiente. Arto. 2º Esta jurisdicción se delimita así: Partiendo de la línea divisoria entre los municipios de Telpaneca y El Jícaro, en el punto que separa las comarcas de El Carbonal y El Varillal, se sigue hacia el Sur en línea recta, hasta llegar al Portillo de la Laguna de la Lona; de aquí se continúa en línea recta hasta la cima del Cerro Malacate; de aquí, también, en línea recta, se llega a la cima del Cerro El Portal; de aquí y dejando todo el Valle de Quibuto en el municipio de Telpaneca, se sigue hasta llegar a la desembocadura de la quebrada de Altagracia sobre el río Coco, en la parte que constituye la línea divisoria con el departamento de Jinotega; de aquí, siguiendo sobre la margen izquierda del río Coco, aguas abajo del mismo, se llega hasta el límite entre los municipios de Telpaneca y Quilalí, desde donde se sigue hasta el Norte, sobre la línea divisoria de ambos municipios, siguiendo la línea divisoria del municipio de Telpaneca, hasta llegar al punto de Partida, en los límites con el municipio de El Jícaro; quedando por lo tanto, el nuevo municipio, con los linderos siguientes: Norte, municipio de El Jícaro; Sur, río Coco

84 No debe confundirse el “caserío de San Juan” con el pueblo de San Juan de Litelpaneca o de Telpaneca. El primero es el “valle de San Juan” tal como aparece referido en el Censo Nacional de 1920, que después pasa a ser el Caserío de San Juan hasta 1964 que es elevado a pueblo y cabecera del nuevo municipio de San Juan de Río Coco. El pueblo de San Juan de Litelpaneca, repetimos es el sujeto histórico que con el tiempo pasó a llamarse San Juan de Telpaneca o Telpaneca.

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en medio, municipio de Yalí; Este, municipio de Quilalí; y Oeste, resto del actual municipio de Telpaneca, del que se desmiembra el territorio del nuevo municipio. Arto. 3º Dónase al municipio de San Juan del Río Coco los terrenos nacionales comprendidos en su jurisdicción territorial, los cuales serán del dominio de dicho Municipio en calidad de ejidales, a excepción de los comprendidos dentro del radio urbano del propio pueblo de San Juan de Río Coco, los que tendrán carácter de simplemente municipales. Arto. 4º El Gobierno Local del nuevo municipio que en esta ley se crea, no será constituido hasta que se verifiquen las respectivas elecciones de autoridades municipales, en la forma y tiempo que disponga la ley. Arto. 5º La presente ley entrará en vigor a partir de su publicación en “La Gaceta”, Diario Oficial. Dado en el Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados. Managua, D. N. 2 de septiembre de 1964. Ramiro Granera Padilla, D. P. Orlando Montenegro Medrano, D. S. César Acevedo D. S.”85 Las autoridades del Pueblo Indígena de Telpaneca sostuvieron heroicamente sus reclamos, sin vencerse jamás pues en todos esos actos interpusieron su demanda sin ser escuchados. Una muestra palpable de la represión sostenida por el gobierno contra los líderes indígenas que continuaron sufriendo ataques de parte de los terratenientes y alcaldes de Telpaneca, lo dice el siguiente telegrama que transcribimos del original y que habla por sí mismo donde se menciona que el dirigente indígena de nombre Leonardo Cárdenas está encarcelado. El telegrama que transcribimos está redirigido al Dr. Rodolfo Mejía Ubilla, presidente del Instituto Agrario Nacional (IAN), en fecha 26 de agosto de 1967, y le es remitido por el mismísimo presidente de la república general Anastasio Somoza Debayle, autoridad hasta donde la Comunidad Indígena de Telpaneca llegó en apelación buscando el respeto de sus derechos. El telegrama original fue firmado por don Mercedes Hernández (recientemente fallecido a los 96 años de edad), denunciando la represión de que eran víctimas por parte del Alcalde y del Juez de Telpaneca, por el simple hecho de reclamar sus derechos: “… Doctor Rodolfo Mejía Ubilla, presidente del IAN, 26 de agosto de 1967.- Para su conocimiento y consideración, transcribo a usted el siguiente mensaje: “Managua D.N.

85 La Gaceta No. 231, del 9 de octubre de 1964.

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21 de agosto de 1967. General A. Somoza, Presidente de la República, Casa Presidencial, Rogámosle protección contra Juez Local Telpaneca, nos persigue por publicar atropellos que Alcalde hace indígenas por haber venido Managua gestionar ante Instituto Agrario derechos posesorios comunidad indígena que representamos. Compañero Leonardo Cárdenas guarda prisión por eso nos dirigimos usted solicitando garantía para regresar a nuestro pueblo. Todos indígenas alarmados por que el IAN nunca resuelve más bien cada vez venimos a gestionar Alcalde y Juez la emprenden contra Comunidad Indígena. En espera su favor. (f) Mercedes Hernández, Trinidad Martínez, Abdón Gómez Martínez”86

Las consecuencias que pagó la Comunidad Indígena, además de los gastos sostenidos en la lucha en aquellos tiempos de represión fue lógicamente el encarcelamiento de sus líderes en varias ocasiones y por último el robo de sus documentos. El despale de los bosques y la seria afectación al medio ambiente con efectos drásticos en su economía es obviamente otro de los resultados de los desmanes de aquella época, en medio de cuya desolación la Comunidad Indígena de Telpaneca reclamó siempre su derecho y soportó cárcel y persecución por ello. El testimonio de don Julián Martínez, venerable miembro del Consejo de Ancianos del Pueblo Indígena de Telpaneca es expresivo de lo que ocurría en ese periodo, alrededor de 1970: “Un día que estábamos reunidos Benito Martínez (fallecido), Telésforo Cárdenas (fallecido) y otros miembros que no me acuerdo muy bien, pero me parece que también se encontraba Mercedes Hernández Méndez, ese día, como les cuento se llegaron a traer preso al presidente de la Comunidad Indígena que era Trinidad Martínez, originario de Amucayán. Lo llevó preso la Guardia Nacional por orden del señor Mauricio Portillo en ese entones era el Alcalde. El guardia llegó en compañía del juez de mesta. Se lo trajeron y lo encarcelaron en el comando que en ese entonces quedaba donde está ubicada la Alcaldía Municipal de Telpaneca. Al mirar que cayó preso el presidente a todos los que allí estábamos nos dio miedo y nos corrimos. Yo me regresé y estuve varios días queriéndolo sacar pero no encontraba la forma de hacerlo. Entonces fui a visitar al padre Ernesto Gutiérrez y le conté lo que nos estaba pasando. Entonces me hizo una

86 Del Archivo del Pueblo Indígena de Telpaneca.

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carta y me dijo que fuera a presentársela al comandante de la guardia. Con miedo llegué al comando y después que entregué la carta al rato salió libre nuestro compañero. Nos fuimos juntos caminando y me contó que el alcalde le amenazó con encarcelarlo de nuevo si nos volvía a ver en reunión. Me comentó también que cuando lo metieron a la bartolina le quitaron la alforja donde andaba el título real y que se lo había quedado el alcalde”. Rola en los documentos del Pueblo Indígena de Telpaneca que a inicio de los años ochenta los líderes de la Comunidad Indígena de Telpaneca plantearon en los pocos espacios que se abrieron a ellos su reclamo sin que tuvieran una respuesta positiva. El legado de la cultura política y de la represión del somocismo encubría la situación de las comunidades indígenas entre el miedo y la discriminación. La guerra de la contrarrevolución que se desató casi inmediatamente al triunfo de la revolución en 1979, entre 1982 y 1989 envolvió al país en el trágico destino de guerra sin dejar posibilidades para encontrar respuestas a los problemas sociales y de la tenencia de la tierra planteadas por las comunidades indígenas, y, por el contrario, los problemas se fueron acumulando exaltados por el conflicto militar. En ese contexto la Comunidad Indígena de Telpaneca no tuvo espacios en donde interactuar por el reclamo de sus derechos, como se constata de apreciar que en el año 1980 se organizó en el país una Federación de Comunidades Indígenas del Pacífico de Nicaragua y planificaron una asamblea en Sébaco, en septiembre de 1980. En esta ocasión el Vicepresidente de esta Federación, Cro. Francisco González Cruz y otros líderes directivos, retomaron la demanda allí planteada por la Comunidad Indígena de Telpaneca y le hicieron llegar un escrito al alcalde de Telpaneca Cro. Pedro Padilla Cárdenas, solicitándole la devolución del título real que había sido secuestrado o robado por el alcalde y el comandante de la guardia nacional en la década anterior, sin que se lograra la atención de esta autoridad municipal como se ve en esta fotocopia:

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El movimiento indígena denominado Federación de Comunidades Indígenas del Pacífico fue promovido a finales de 1980 por los líderes de la Comunidad Indígena de Sutiaba y logró reunir a todas las comunidades indígenas del Pacífico, Norte y Centro. Representó una “disidencia” a las medidas que el gobierno tomaba respecto a las tierras indígenas según lo confirma un documento del Centro de Investigaciones y Estudios de la Reforma Agraria87 entidad del gobierno nacional, en 1980, quien presentó un documento llamado “Elementos Generales sobre el Problema Indígena en Nicaragua”. Este documento decía además que existían en el registro del Catastro 296 Comunidades inscritas en 1978, de ellas 3 en el departamento de Madriz, y que ello indicaba: “la existencia de una memoria colectiva reciente, para efectos de tenencia de la Tierra por parte de las Comunidades”. El mencionado estudio se hizo con una metodología “de caso” y consideró únicamente a dos comunidades indígenas del Pacífico (Monimbó y Sutiaba) y cuatro del Norte (Sébaco, Muy Muy, Matagalpa y Jinotega) sin comprender a las siete comunidades indígenas

87 MINISTERIO DE DESARROLLO AGROPECUARIO. Elementos Generales Sobre el Problema Indígena en Nicaragua. Informe de investigación No. 11, CIERA. Septiembre de 1980.

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existentes en los departamentos de Madriz y Nueva Segovia, ni a las comunidades indígenas de Chichigalpa, Chinandega, El Viejo, Boaco Camoapa y Rivas. Este error en el estudio llevó quizá a considerar el asunto con ligereza, como un problema menor en ese entonces. El estudio consideró cuatro dimensiones políticas y no atendió las jurídicas en el análisis: a) permanencia de vínculos comunales, b) inserción productiva de los miembros de las comunidades, c) orientación política y grado de legitimidad de las juntas directivas y d) control actual de las tierras comunales. Si bien a los ojos del investigador responsable del estudio las dimensiones expuestas resultaban ambivalentes, proponía que el estado debía tomar una de dos posibilidades: No aceptar la validez de los títulos reales y Aceptar la validez de los títulos reales. El punto que ha prevaleció desde entonces fue el de no reconocer la validez de los títulos reales, a pesar que conforme la legislación si tenían esos títulos validez y a pesar que las comunidades indígenas estaban reclamando derechos de propiedad de la tierra para atender a miles de indígenas desplazados de ella. Tres leyes importantes se aprobaron en el periodo, relacionadas al asunto. Primero la ley de reforma agraria en 1981 la cual no reconoció a las comunidades indígenas existentes en el país sus derechos de propiedad y no les incorporó como sujetos, con la salvedad de la mención que se hizo de las comunidades indígenas “de la Costa Atlántica”. Paralelamente, el gobierno emitió ese mismo año una Declaración de Principios que reconocía el “interés” de las comunidades indígenas de la Costa Atlántica a las tierras. Adosada la cuestión de las comunidades indígenas de la Costa Atlántica en el esquema de la guerra contrarrevolucionaria, el Estado cambió su actitud y les prestó atención; y retomó la demanda de aquella zona del país caracterizada por una historia muy diferente. Como resultado se desarrolló seguidamente un proceso político y administrativo que culminó en 1990 cuando se instauró el régimen de autonomía en la Costa Atlántica; pero, respecto de las comunidades indígenas del norte, centro y del pacífico, como Telpaneca y otras, no se les mencionó ni benefició en manera alguna en la legislación durante ese periodo. La nueva Constitución Política de la República de Nicaragua de 1987, y que trajo también otra importante ley, cuando se publicó la ley de Autonomía para las comunidades indígenas de la Costa Atlántica, al referirse en el Preámbulo a los pueblos indígenas tan solo los rememora como “historia”. Quizá la guerra no permitió apreciar enteramente las demandas de las otras comunidades indígenas del país (norte, centro y pacífico) y estas quedaron en

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condiciones de “comunidades indígenas de segunda categoría” ante el nuevo ordenamiento aprobado para las de la Costa Atlántica, sin contar por tanto con un tratamiento político y jurídico similar a los pueblos del Caribe, y en muy difíciles condiciones institucionales sus estructuras tradicionales, con gran parte de sus tierras por lo general en manos del Estado o de terratenientes “aliados” del gobierno o de empresarios “patriotas” con fuertes cuotas de poder en la Asamblea Nacional. Otra ley que apareció en este periodo fue la Ley de Municipios o Ley 40, en el año 1988, que en su primera versión no llegó a comprender en absoluto a las Comunidades Indígenas, ignorándolas88. Esta ley usaba conceptos que confundían entre bienes de los municipios y bienes de las comunidades indígenas, pues aunque esta ley no las mencionara, las comunidades indígenas existían por imperio de otras leyes. Términos tal como “bienes de dominio comunal” o “bienes comunales” eran usados es esta ley en forma general para referirse a bienes del municipio. El arto. 44 de esta ley se refería a los terrenos ejidales sin distinguir entre los de comunidades indígenas y los de municipios, tratándolos como iguales y señalando como destino de los mismos ser usados en fines de reforma agraria. Estos vacios motivaron más adelante la implementación de reformas a la ley de municipios en el año 1997 que incluyeron a las comunidades indígenas como entidades activas del ordenamiento municipal con la inserción de un capítulo que trata el tema. Esta reforma a la ley de municipios fue posible gracias a la reforma constitucional de 1995 que materializó en su artículo 5 Cn. el reconocimiento de la existencia de todos los pueblos indígenas, incluidos sus derecho a las tierras comunales y a formas propias de gobierno o autonomía. Sin embargo, estas leyes no pasaron en ese periodo de ser “reconocimiento” sin sustento en la medida en que el Estado no se atrevió en este periodo a efectuar medidas eficaces, de ningún tipo, tendientes a evitar las acciones de discriminación que estas comunidades indígenas seguían padeciendo y dejando abierto un tema de injusticia histórica en el ordenamiento municipal y del poder local.

88 La demanda de reformas al ordenamiento municipal en vista a dar participación a las comunidades indígenas existían en el país desde la época de Somoza. El doctor y maestro Edgardo Buitrago había expuesto una reforma a la ley orgánica de Municipalidades, en 1957, donde proponía la creación de un Concejo Orgánico Municipal que incorporará las comunidades indígenas existentes. Ver, Víctor Manuel Lainez Vega (1974) El Pueblo de Sutiava ante el decreto de anexión a León. Vicisitudes económico-jurídicas del pueblo de Sutiava desde su origen municipal en la colonia hasta nuestros días. Monografía, UNAN, León.

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En ese periodo el Estado de Nicaragua es acusado en la Comisión Interamericana de derechos Humanos por violación del derecho de propiedad del pueblo indígena de Awas Tingni, una comunidad de la etnia mayangna del municipio de Waspam en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), dando lugar a una sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 31 de agosto de 2001 donde se condenó a Nicaragua por tales violaciones y se mandó a titular a dicha comunidad conforme su ordenamiento consuetudinario. Vale señalar que esta sentencia se hizo efectiva hasta pasados siete años de reclamos de la comunidad por su implementación y correspondió tal hecho de cumplimiento de la sentencia de la CIDH, al primer año de gobierno del presidente Daniel Ortega. El Pueblo Indígena de Telpaneca reclamó en ese mismo tiempo el reconocimiento de su título comunal ante distintos órganos del Estado. Argumentó el PIT que su derecho de tierras estaba titulado y que databa del año 1622, que se encontraba inscrito debidamente en varias formas, como en una remedida inscrita en 1904 y una compulsa en 2003. Este reclamo se planteó por escrito del 22 de abril del año 2002 presentado al Ministro de Hacienda y Crédito Público, Ing. Eduardo Montealegre, pidiéndole tomara él las medidas para la delimitación, demarcación y de ser necesario, implementara nueva titulación del Pueblo Indígena de Telpaneca conforme sus derechos. No hubo respuesta positiva a favor de Telpaneca. Al contrario se complejizó la situación. El Pueblo Indígena de Telpaneca también reclamó la devolución de las tierras que forman las fincas llamadas Los Ranchos y El Limón con el argumento que dichas tierras se encontraban dentro de su terreno. Estas tierras en el año 2001 pasaron a manos del Estado de Nicaragua, producto de actos fraudulentos de terceros poseedores que contribuyeron a la quiebra del banco denominado INTERBANK, entre ellos los famosos hermanos Centeno Roque, quienes habían cometido algunos ilícitos y adeudaban un millón y medio de dólares a dicho banco por lo que dieron en “dación en pago” a la Junta Liquidadora del Interbank, dichas fincas, que a la vez estaban hipotecadas por 76 millones de dólares según se aprecia en los documentos registrales. Estas fincas claramente formaban parte de las tierras reclamadas por el pueblo indígena desde los años cincuenta del siglo XX, y al momento de la revolución se encontraban en manos del ex alcalde de Telpaneca, señor Mauricio Portillo, y por confiscación de la

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reforma agraria pasaron a manos del Estado. Estas tierras, como ya vimos, las había reclamado la Comunidad indígena en 1980. Después de 1990 el señor Portillo fue indemnizado como si fuera el dueño de aquellas tierras, y esas fincas se entregaron por medio de títulos de reforma agraria a otros terceros retirados del ejército quienes a su vez las vendieron, para concentrarse ellas en manos de los hermanos Centeno Roque. Como resultado de los reclamos planteados en 2002 por los líderes del pueblo Indígena de Telpaneca se produjo una toma de las tierras por parte de la Comunidad y en respuesta fueron encarcelados los líderes por acusación del Interbank actuando el juez de Telpaneca y la policía nacional en forma presta en esa acción que dio como resultado el encarcelamiento de los directivos indígenas. A la vez un grupo de ex militares, quienes eran vistos como un “grupo de presión” en contra de la petición de la comunidad indígena, se apoderó de las dichas tierras. Curiosamente el Secretario Municipal de Telpaneca Cro. Napoleón Villareyna, quien en ese carácter libra la Certificación municipal que manda la Ley 40 de las autoridades electas del Pueblo Indígena de Telpaneca en el año 2005, es quien actúa como principal encabezado de los toma tierras, un acto que no tiene compostura institucional, siendo él a la vez un ex militar. Un informe técnico del 20 de abril de 2003, de la Delegación departamental de la OTR en Somoto realizado sobre las fincas Los Ranchos y El Limón determinó que las mismas se encuentran “dentro del territorio de la Comunidad indígena de Telpaneca según consta en el registro público de la propiedad inmueble de ese departamento”. El pueblo indígena de Telpaneca reclamó al Ministro de Gobernación Dr. Julio Vega, en escrito del 31 de agosto de 2004 en el sentido de que no se titulara a los ex militares toma tierra, las fincas Los Ranchos y El Limón, argumentando que dichas tierras le pertenecían al pueblo indígena. El Intendente de la Propiedad en ese periodo, Dr. Alfonso Sandino, comunicó por escrito del 1 de marzo de 2005, código ASC-IP-099-03-05, al Ministro de Gobernación Dr. Julio Vega, una carta aclaratoria donde decía que luego de la revisión y verificación de la solicitud de asignación de las fincas Los Ranchos y El Limón a los ex militares, dejaba sin efecto la autorización anterior que había hecho de código ASC-VMHCP-061-07-04, en calidad de asignación provisional. Argumentaba el Intendente que basada esta decisión en el hecho de haber constatado que dichas propiedades pertenecían a la Comunidad Indígena de Telpaneca.

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Con la ascensión al gobierno el presidente Daniel Ortega en 2007 los directivos del Pueblo Indígena de Telpaneca a través de su presidente Genero Martínez, solicitaron audiencia para tratar el tema de sus derechos comunales conforme sendas cartas que rolan en el archivo de la comunidad de fechas del 14 de marzo y del 13 de julio de 2007 donde piden la atención a los derechos que reclama dicho pueblo. El Pueblo Indígena de Telpaneca escribió también al Cardenal Miguel Obando y Bravo, Coordinador de la Comisión de Paz y Reconciliación, en fecha del 14 de diciembre de 2007, informándole sobre los derechos que reclama sobre las fincas Los Ranchos y El Limón y poniéndole en conocimiento de la ilegalidad que pretenden de titular esas tierras a ex militares. También rola en el archivo de la comunidad un escrito de la Procuradora Regional del Norte, Dra. Yara Pérez89 quien reconoce el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca en un escrito de su puño y letra que es de fecha del 11 de mayo de 2007 remitido por ella al señor Juez Local Único de Telpaneca ante una solicitud de título supletorio pedida por Ramón García Moncada, donde la Procuradora pide al Juez “… se abstenga de tramitar títulos supletorios…” por cuanto, argumenta: “… dichos terrenos le pertenecen a la Comunidad Indígena los cuales se encuentran debidamente inscritos en el Registro Público de la Propiedad Inmueble del Departamento de [Somoto] Madriz…”. Agrega en el escrito que: “… no podemos permitir doble cuenta registral sobre una misma propiedad y sobre todo cuando se demuestra claramente que la propiedad solicitada tiene dueño y es la Comunidad Indígena de Telpaneca [de] la cual existen leyes especiales para proteger las propiedades de estas comunidades en nuestro país y debemos respetar…“ Con gran elocuencia jurídica y sentido de responsabilidad civil como funcionaria pública, la doctora Yara Pérez termina diciendo al Juez: “… Señor Juez nuestro país está pasando por un problema grave de Propiedad, el cual es del conocimiento de todos donde nos encontramos que sobre una misma propiedad penden diferentes y varios títulos a la vez lo cual no podemos seguir permitiendo es por ello que le pido no permitir más títulos supletorios sobre propiedades para así poner nuestro grano de arena y no agrandar más el conflicto de la propiedad existente que al final recae sobre nosotros los involucrados en el sistema Judicial de Nicaragua…”

89 La doctora Yara Pérez es actualmente la titular de la Intendente de la Propiedad.

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En el archivo del pueblo indígena rola una copia de un escrito remitido por el Intendente de la Propiedad en el Departamento de Madriz, Cro. Héctor Orlando Rodezno, al Ing. Jorge Palacios, Coordinador de las Delegaciones de la Intendencia, de fecha 27 de julio de 2007. En ella este funcionario emite declaraciones donde consideró que los indígenas de Telpaneca: “…no son idóneos étnicamente…” (¿?), mientras expresa adelante, que: “… las tierras de Los Ranchos y El Limón…” son “…el principal “banco de tierras”..” y tiene la esperanza de que esas tierras pueden, dice: “…sacarnos de apuro…”. Testimonia el funcionario en ese mismo escrito que son: “… 30 los miembros retirados del “ejército” y de la “contra” que se encuentran en las tierras…”, y aclara que ellos son elementos: “… provenientes de los municipios vecinos…”. Señala que muchos se habían ido pero que: “… han llegado otros que los han reemplazado…”. Estos elementos permiten apreciar, por un lado, el esfuerzo fehaciente de funcionarios probos en la Intendencia de la Propiedad y en la Procuraduría General de la República, quienes reconocieron plenamente el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca y afirmaron que ese derecho se encuentra debidamente inscrito en el registro público, como igual afirman que las fincas Los Ranchos y El Limón se encuentran dentro de las tierras que pertenecen a la Comunidad indígena de Telpaneca. Así también se expresó mediante sentencia firme el Juez de Distrito Civil de Somoto, doctor Rigoberto Córdoba Matute en ejecutoria de sentencia de los 30 días del mes de agosto de 2007, sobre Sentencia Civil No. 063 del Tribunal de Apelaciones Circunscripción Las Segovias, Sala Civil, Estelí, de fecha ocho de mayo de 2007, referida al caso contra Ramón García Moncada en acción promovida por el comunero don Valentín Polanco Muñoz, quien fue favorecido por la sentencia en calidad de poseedor de un título de derecho de uso y goce librado por el “Pueblo indígena de Telpaneca”. Por otra parte, se aprecia en los documentos oficiales atrás reseñados la presencia de funcionarios gubernamentales con actitudes opuestas al reconocimiento pleno derecho del Pueblo Indígena de Telpaneca a su propiedad, con intenciones de pasar encima de ellos como se ve en el documento del señor Rodezno quien, ya por ignorancia, error, falta de información, falta de sensibilidad o de sentido de justicia sino mala fe, piensa que los indígenas (¡los reconoce!) para él “no son idóneos”. Sería oportuno que las autoridades indaguen acerca de este funcionario público para saber si entre sus atribuciones estaba la de

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determinar si un pueblo indígena es “idóneo” y quizá nos explique en qué consiste dicha idoneidad, y saber también de que “apuro” lo estaría sacando a él las tierras de Los Ranchos y El Limón. En el marco de esta consultoría hemos visto otros documentos públicos, de gran importancia para la planificación en Telpaneca, que no toman en cuenta al Pueblo Indígena de Telpaneca como entidad viva y presente en el municipio. Se sitúan así en una penosa actitud de omisión, generando a la institución que está detrás un problema como se aprecia de ver el documento “Plan de Respuesta Municipal con enfoque de Gestión de Riesgo” preparado por la Secretaría Ejecutiva de SINAPRED en el departamento de Madriz a cargo del cro. Nery Rodezno, donde no se menciona la palabra “indígena” ni una sola vez, y por supuesto, no aparece mencionado el Pueblo Indígena de Telpaneca ni sus autoridades son mencionadas entre los actores o sectores institucionales o sociales a considerar, a tomar en cuenta, y a darle espacio de participación en tan importante tema de seguridad pública. Esto se traduce en la práctica en un desconocimiento del Pueblo Indígena omitiendo las leyes municipales mismas. Como este hay muchos documentos de planificación y de inversión que igualmente omiten reconocer al pueblo indígena.

B.- ACCIONES DEL PUEBLO INDIGENA EN LA ÚLTIMA DECADA RECLAMANDO SUS DERECHOS

A pesar de la dualidad de expresiones entre diferentes funcionarios de órganos del estado respecto a los planteamientos del Pueblo Indígena de Telpaneca en torno a sus derechos y reclamos, las actuaciones de las autoridades de este pueblo indígena han sido coherentes por la reivindicación de sus derechos históricos. El siguiente recuento nos permite apreciar la magnitud de estas acciones que no deben ser tenidas en balde o vistas a menos, y que, a pesar de ello, hacen alusión a una demanda de justicia de parte de un pueblo indígena ante las instituciones del Estado de Nicaragua en el periodo del año 2001 al año 2010: 1. Oposición formal del Pueblo Indígena de Telpaneca a la intención del Interbank y la Junta Liquidadora de Interbank de subastar las fincas Los Ranchos y El Limón, alegando el pueblo indígena que le pertenecen. 2001. Incluye recurso de amparo. 2. Solicitud del Pueblo Indígena de Telpaneca presentada al Ministro de Hacienda y Crédito Público, Lic. Eduardo Montealegre, para que se restituya el derecho de

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dicho pueblo a sus tierras y en particular a las fincas Los Ranchos y El Limón. 22 de Abril de 2002. 3. Inscripción de compulsa del título real del pueblo indígena de Telpaneca en el Registro de la Propiedad Inmueble y Mercantil del Departamento de Madriz, en febrero del año 2003. 4. Persecución, juicio, amenazas y encarcelamiento de líderes del Pueblo Indígena de Telpaneca en el año 2003. 5. Solicitud del Pueblo Indígena de Telpaneca a las oficinas de la Intendencia de la Propiedad y la Oficina de Titulación Rural de Somoto, Madriz, para que verifiquen si las fincas Los Ranchos y El Limón se encuentran dentro de sus tierras comunales. Abril de 2003. 6. Constatación de la Delegación departamental de Madriz de la Oficina de Titulación Rural de la Intendencia de la Propiedad, órgano del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, que certifica que las fincas Los Ranchos y El Limón se encuentran ubicadas geográficamente en la jurisdicción de la Comunidad Indígena de Telpaneca y le pertenecen. 26 de mayo de 2003. 7. Encarcelamiento del presidente de la Junta Directiva señor Genaro Martínez y de un miembro del Consejo de Ancianos en la cácel de las Chácaras, Estelí. 2003 – 2004. 8. Libertad de detenidos por cumplimiento de condena. Marzo de 2004. 9. Escrito del Pueblo Indígena de Telpaneca rogando la intervención del Procurador General de Justicia Dr. Víctor Manuel Talavera, a favor de los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca, del 18 de marzo de 2004. 10. Escrito del Presidente de la Junta Directiva del PIT al Ministro de Gobernación doctor Julio Vega Pasquier, presentado el 1 de septiembre de 2004, informándole de los derechos primordiales que reclama el Pueblo Indígena de Telpaneca en las fincas Los Ranchos y El Limón, por pertenecer estas a su territorio. 2004. 11. Escrito a la Ministro de Hacienda y Crédito Público Lic. Vilma Rosa León York, pidiéndole que se respete el derecho del Pueblo Indígena de Telpaneca a sus tierras ancestrales. 3 de junio de 2004.

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12. Solicitud de reconocimiento institucional del título de Telpaneca a la Intendente de la Propiedad Lic. Dolores Aguilar, 21 de agosto de 2007 y al responsable de Titulación Dr. Reynaldo Alemán. 13. Solicitud de audiencia al Presidente de la República comandante Daniel Ortega Saavedra. Marzo 14 de 2007. 14. Nueva carta al Presidente de la República comandante Daniel Ortega Saavedra solicitando audiencia, 13 de julio de 2007. 15. Carta a la Vice Intendente de la Propiedad Lic. Evelyn Taylor pidiéndole su intervención a fin de que los derechos del Pueblo de Telpaneca sean reivindicados. 13 de julio de 2007. 16. Solicitud de intervención para el reconocimiento de los derechos del PIT a su territorio presentado a la Intendencia de la Propiedad, Dra. Mireya Molina, 30 de agosto de 2007. 17. Carta el Cardenal Miguel Obando y Bravo, presidente de la Comisión de Paz y Reconciliación, explicándole de los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca y pidiéndole revise la situación a fin de evitar dañar el derecho indígena. 18. Carta al Cardenal Miguel Obando y Bravo, presidente de la Comisión de Paz y Reconciliación, explicándole de los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca y poniéndole en autos la intromisión de los “toma tierras” y su pretensión de que se les adjudiquen y titulen esas tierras a pesar de existir certificación de la Intendencia y OOT de que esas fincas son parte de las tierras indígenas de Telpaneca. 14 de diciembre de 2007. 19. Escrito dirigido al Director de INETER ingeniero Alejandro Rodríguez por causa de la intención de efectuar el barrido catastral sin tomar en cuenta el derecho del pueblo indígena de Telpaneca. 25 de mayo de 2009. 20. Petición a la Dra. Yara Pérez Intendente de la Propiedad para que el Estado de Nicaragua sanee la situación de las tierras que forman parte del territorio del pueblo indígena de Telpaneca debidamente inscritas. 4 de mayo de 2009. 21. Escrito de denuncia por discriminación jurídica de autoridades en contra del Pueblo Indígena de Telpaneca y petición de intervención favorable de la Procuraduría General de la República dirigido al Dr. Hernán Estrada, titular de la misma,

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interpuesto por la Junta Directiva y el Consejo de Ancianos del Pueblo Indígena de Telpaneca. 26 de mayo de 2009. 22. Carta al honorable señor Embajador del Reino de Noruega señor Tom Pyrihjell poniéndolo en autos de la denuncia y petición presentada por el Pueblo Indígena de Telpaneca al señor Procurador General de la República de Nicaragua, y solicitándole intermediar en el caso en consideración a la demanda de justicia que pide el pueblo indígena. 26 de mayo de 2009. 23. Solicitud de intervención, en apoyo a la demanda del Pueblo Indígena de Telpaneca ante el Estado de Nicaragua, presentada al diputado Brooklin Rivera, del 26 de enero de 2010. Como resultado se logró la comparecencia de la Dra. Yara Pérez, Intendenta de la Propiedad a una reunión ante la Comisión de Asuntos Étnicos de la Asamblea Nacional. 24. Escrito solicitando a la Dra. Yara Pérez un plan de seguimiento de los acuerdos respecto a la disposición expresada de respetar los derechos de las Comunidades Indígenas en las titulaciones que lleva a cabo el gobierno y con respecto al barrido catastral. 25. Escritos varios a los representantes del Banco Mundial respecto al proyecto de Barrido Catastral y el respeto de los derechos del pueblo indígena de Telpaneca. 11 de noviembre de 2010. 26. Reunión de trabajo con delegados del Banco Mundial y el PRODEP donde se acuerda la realización de un diagnóstico. 27. Carta de reclamo a la Sra. Margarita Arguello, funcionaria del Banco Mundial en Nicaragua por conocimiento que tiene el Pueblo Indígena de Telpaneca de intención de proceder a realizar un diagnóstico sin contar con la participación del PIT. 14 de octubre de 2010. 28. Reunión con funcionarios de INETER y la PROCURADURÍA de la República llegando a un acuerdo para la realización de un diagnóstico con enfoque antropológico en el presente año de 2011. Por último el Pueblo Indígena de Telpaneca recurrió de Apelación por violación a sus derechos constitucionales en fecha del 24 de julio de 2009 y se apersonó en la Corte Suprema de Justicia el 13 de agosto de 2009, cuyo caso quedó varado en esa instancia. La

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solución propuesta y hasta ahora alcanzada, luego de varias reuniones sostenidas entre 2009 e inicios del 2010, realizadas entre las autoridades del pueblo indígena y autoridades del gobierno y funcionarios del Banco Mundial, ha sido la realización de un diagnóstico de la tenencia de la tierra que sirva de referencia para la toma de decisiones en el marco del barrido catastral.

C.- CONSIDERACIONES RESPECTO AL TRACTO SUCESIVO

Del análisis de los materiales a que ha tenido acceso esta consultoría se aprecia la presencia de una idea que prioriza un punto de vista regresivo en torno al reconocimiento del derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca, entre algunos funcionarios. Por lo que se torna de interés para los tomadores de decisiones, en este reclamo indígena que da lugar a este diagnóstico, revisar lo concerniente al tracto sucesivo. Esto es posible teniendo en cuenta los principios del derecho, sobre cuya base se erige nuestro código civil y todo el andamiaje del ordenamiento jurídico. En el fondo del asunto siempre encontraremos los principios jurídicos básicamente aquel que dice “primero en tiempo primero en derecho”. La dialéctica y la lógica jurídica imponen un razonamiento donde la hermenéutica permite aclarar toda oscuridad. Se entiende en la doctrina del tracto sucesivo aquella relación concatenada de la propiedad a nivel del registro público. Sólo que en Nicaragua tenemos Registro Público desde hace relativamente muy poco tiempo, en tanto que el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca se retrotrae en el tiempo por lo menos al año 1622 cuando según su tradición obtuvieron un título real de la Corona española. Sin embargo, es conocido en la historia nicaragüense de la época del contacto o conquista, como vimos al inicio, de la existencia previa a 1622 de una “provincia” llamada “Telpaneca” de que nos constata el cronista Oviedo y hacen relación de este pueblo en la colonia muchos historiadores90. De suyo, esto nos indica que la tal provincia estaba habitada por indígenas y la lógica nos dice que estos son los antecesores sin solución de continuidad de los “naturales del pueblo de Litelpaneca,

90 Uno de los trabajos más amplios es del Dr. Germán Romero Vargas (1987) Las estructuras sociales de Nicaragua en el siglo XVIII. Editorial Vanguardia, Managua.

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propietario ancestral de su terreno, a quienes la Corona española les tituló, a su petición, en 1622 un terreno comunal de 14 caballerías de extensión, con fijación de linderos y mojones. La tradición oral del pueblo indígena de Telpaneca expresado en el saber de los ancianos enuncia que ellos “compraron” el rey de España en ese año las 14 caballerías de tierra y por lo cual obtuvieron un título real. Esta “compra” es una expresión desde la cultura y la sencilla comprensión de los aspectos técnicos legales que tal instrumento jurídico implicaba. Este “testimonio” es fundamental para determinar el punto de partida y origen del tracto sucesivo de la propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca sobre dicho territorio pues es la base misma de su derecho de propiedad. Un derecho que el Pueblo indígena de Telpaneca en ningún momento ha renunciado, negociado o cedido, derecho que a la vez el Estado de Nicaragua por medio de la legislación ordinaria, salvaguardó y prohibió su venta o enajenación. Conviene pues, a efectos del tracto, apreciar los siguientes aspectos: 1.- Que sobre esas tierras pertenecientes a los naturales del Pueblo Indígena de Litelpaneca, que fueron tituladas en 1622, efectuaron una remedida en el año 1875 en un ambiente y en un contexto donde la oligarquía pretendió despojar a los indígenas de su derecho y que dio lugar a la guerra de 1881 cuando los “indios del Septentrión” reaccionaron con dos insurrecciones. El gobierno atacó con el ejército y sometió a sangre y fuego la insurrección y expulsó a los padres jesuitas de Matagalpa y Ocotal. 2.- Que esa remedida se inscribió en el registro público en la Ciudad de León, hasta las once de la mañana del 19 de agosto de 1904, donde se lee que su titular es: “los naturales del pueblo de San Juan de Litelpaneca” y que la propiedad se expresa en tierras ejidales de dicho pueblo indígena, lo que deja claramente establecida la propiedad o el bien: que son las 14 caballerías; y que el propietario o sujeto de ese derecho es: el pueblo indígena. 3.- Durante el gobierno de Zelaya (1893-1909) hubo nuevamente intenciones de desaparecer y privatizar las tierras comunales para beneficiar a la oligarquía terrateniente. Así como también hubo manifiesta intención de desaparecer a las alcaldías indígenas, que de hecho las hicieron desaparecer. Este hecho es interesantísimo de considerar pues por efecto de tales políticas del gobierno de Zelaya se va a producir un fenómeno jurídico en torno al Municipio indígena. Recordemos que el 27 de diciembre de 1902 el presidente Zelaya incorporó al pueblo de Sutiaba como barrio de la Ciudad de León y extinguió el Municipio indígena, con el ánimo de vender las tierras indígenas de Sutiaba a la oligarquía

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leonesa. Con esto, la reacción del resto de las comunidades fue apresurar acciones de aseguramiento de sus derechos, unas haciendo remedidas o inscripciones de sus tierras. Aunque Zelaya fue ambivalente pues mientras atacaba a Sutiaba en 1902, antes apoyaba procesos de remedida de tierras indígenas en otras zonas como ocurrió en Jinotega donde la Comunidad Indígena promovió la remedida de sus tierras en 1895 siendo apoyada por el gobierno. En las municipalidades de pueblos indígenas se va a producir una segmentación jurídica por efecto de la ley de extinción de comunidades indígenas de 190691. Esta ley crea un procedimiento que separa a la Municipalidad del Pueblo Indígena al dar forma legal a la “Comunidad Indígena” señalando además que existen Comunidades Indígenas de hecho entendiendo por estas a aquellas que posean terrenos que no constituyan parte integrante de los terrenos municipales. Esta ley manda que “Municipalidades y Comunidades Indígenas” deban medir y amojonar sus terrenos para la venta y que una vez realizada esta medida y adjudicados y vendidos o no los terrenos “quedarán extinguidas las Comunidades”. Por supuesto que esta medida no tuvo popularidad en las comunidades indígenas, especialmente las del norte del país y las de la Costa Atlántica, y no solo eso sino que las comunidades no acataron lo mandado por la ley de 1906 como se puede comprender de la lectura del Decreto Ejecutivo de 20 de febrero de 190892 el que dice: “Considerando: Que para cumplir con las disposiciones contenidas en la ley de 16 de febrero de 1906 sobre medida de los terrenos que pertenecen a las diferentes Comunidades Indígenas de la República, se advierte la dificultad de que varias de ellas no tienen personería jurídica para su debida representación en los juicios de deslinde y amojonamiento, que conforme a las leyes civiles deben proceder a la medida en referencia, Decreta: Arto. 1.- Las Comunidades Indígenas de la república que a la fecha de la promulgación de esta ley carecieren de existencia legal como personas jurídicas, procederán a elegir un Directorio de su seno, compuesto de un Presidente, tres vocales y un Secretario”. La ley de 1906 fijaba el término de un año para finiquitar la extinción de las comunidades y vemos que en 1908 el gobierno se ve obligado a emitir un decreto ejecutivo forzando el proceso y mandando crear ahora un “Directorio” para ese fin.

91 Decreto Legislativo del 16 de febrero de 1906. La Gaceta No. 2745, p. 2 y 3, del 21 de febrero de 1906. 92 La Gaceta No. 25 p. 382 y 383, del 27 de Febrero de 1908.

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4.- Veamos ahora que Zelaya, por Acuerdo del 21 de octubre de 1905, donó al Municipio de Telpaneca 1,436 hectáreas “de las nacionales” en calidad de Ejidos Municipales. Este dato es crucial para entender la segmentación efectuada en el orden de la administración local de los pueblos indígenas, con la complejidad del asunto de las tierras comunales. Digo crucial porque el decreto de Zelaya de donación de tierras a ser entregadas en calidad de ejidales al Municipio de Telpaneca, es claro al distinguirlas de las “ejidales del pueblo [indígena]”. Es por lo mismo que las tierras que dona Zelaya son “de las nacionales” con lo que, con claridad, se entiende que no son de las tierras de los “indígenas”. Pero este decreto no pudo ser llevado a su término en Telpaneca puesto que no había municipio no indígena interesado; como igual lo mandado cumplir por el decreto ejecutivo de 1908 no se cumplió, pues sólo unos meses después el general Zelaya renunció a su cargo de Presidente de la República en 1909. También, el país estaba envuelto de una guerra civil desde 1907. Es hasta el año de 1912 que esas tierras donadas por Zelaya al Municipio de Telpaneca se amojonaron, dando cuerpo a las tierras ejidales del municipio y diferentes a las tierras indígenas. En las actas de medidas y de amojonamiento estas se localizan a “cuatro leguas de distancia del pueblo de Telpaneca” en dirección a Quilalí, y entre los linderos orientales de ellas se mencionan “las tierras ejidales del Pueblo”, por un lado, y al “pueblo de Quilalí” por otro lado, en tanto que en los otros rumbos se refieren a “tierras nacionales”. Perfectamente quedan identificadas las tierras donadas por Zelaya como las “ejidales del Municipio de Telpaneca” y como vecinas de las “tierras ejidales de los naturales del pueblo de San Juan de Litelpaneca”. Estas últimas, son las tierras comunales del pueblo indígena de Telpaneca, de 14 caballerías. Las tierras ejidales del Municipio de Telpaneca son pues las 1,436 hectáreas donadas por Zelaya y esas se encuentran situadas en un recodo, por el rumbo de Quibuto, hacia el pueblo de Quilalí. Esas tierras se delimitaron en el año 1911 y 1912 por el Juez de Agrimensura Dr. Teodoro Salcedo Agrícola, pero se hizo a petición del Municipio de Somoto, razón por la cual no se inscribió. La ley de extinción de 1906, sin decirlo directamente, dejó sin respaldo institucional a los “alcaldes indígenas” que existían en todos los pueblos indígenas tal como se pueden observar en los títulos de tierras de todos las comunidades durante la época colonial. Estos “alcaldes indígenas” siguieron al frente de sus pueblos indígenas durante el siglo XIX y aún

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a inicios del siglo XX y aún a pesar de la ley de extinción de Zelaya93. Luego de la caída de Zelaya, la ley de extinción de comunidades se derogó en 1914, volviendo al mundo jurídico los pueblos indígenas ahora con la forma jurídica de Comunidades Indígenas y con la novedad que las Juntas Directivas quedaron establecidas como las representantes legales definitivas de ellas desapareciendo en consecuencia los alcaldes indígenas y los municipios indígenas. Con esta ley se restituyó a la vez la existencia jurídica de las Comunidades Indígenas bajo el entendido de que estas eran “los descendientes de los antiguos habitantes y estantes del pueblo de su origen”. Se produjo de hecho y de derecho la separación entre la Comunidad Indígena y el Municipio que tuvo en la práctica diferentes procesos en relación a la composición étnica de la población. Como ejemplo veamos lo que ocurrió en la ciudad de Matagalpa y Jinotega, donde a partir de la ley de 1918 comenzaron a funcionar las Juntas Directivas al frente de la Comunidad Indígena cuando antes quienes aparecían al frente eran los Alcaldes de Indígenas. Estos, pues, dejaron de existir emergiendo las Municipalidades como entidades distintas de la Comunidad Indígena. Es importante por tanto distinguir que esta transición de las alcaldías indígenas nacidas desde la época colonial temprana a las Juntas Directivas, lo hacen arrastrando todo el patrimonio con ellas hacia la Comunidad Indígena conforme la ley de 1914. Esto es independientemente que en muchos casos como en Telpaneca, Mozonte y Somoto, los indígenas siguieron al frente de las alcaldías o municipalidades, como ciudadanos indígenas, puesto que toda la población o la gran mayoría lo era y los liderazgos existentes recaían en miembros de la casta indígena. De allí que aunque legalmente estuvieran separadas las Municipalidades de las Comunidades Indígenas, acá en las Segovias, seguían siendo representadas por los mismos indígenas, aunque con bienes separados. Esta diferencia entre Municipio y Comunidad Indígena quedó formalizada partir de la ley de 1914 donde quedó claro que la Comunidad Indígena es la propietaria de los terrenos pertenecientes al pueblo indígena de su origen. Entre estas tierras indígenas se ha de

93 Obsérvese que en la llamada Comarca de Cabo Gracias a Dios, situada a lo largo del río Coco, las comunidades indígenas tenían como autoridad a un alcalde indígena, por analogía con la situación en el resto del territorio de Nicaragua. En 1890 un decreto ejecutivo de Zelaya mandó prohibir a estos alcaldes indígenas argumentando que solo podían haber alcaldes indígenas en pueblos y no en caseríos; en su lugar nombró agentes de policía con funciones militares, judiciales y de policía. Ver Gaceta No. 700 del 12 de febrero de 1899.

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distinguir diferentes tipos de tenencia de la propiedad según las características históricas de cada pueblo. En el caso de Litelpaneca que es el antiguo pueblo, sus tierras no son otras que las demarcadas y tituladas en 1622 que se refieren como 4 caballerías que ya estaban pagadas en un “censo” anterior y 10 caballerías que se fusionan de parte del pueblo de Comalteca para sumar 14 caballerías en calidad de “exidos del pueblo indígena” incluidas las “caballerías de San Francisco” que son modalidades de res santae, y como parte, todas ellas, de un único derecho real que pasa a ser el patrimonio de la Comunidad Indígena de Telpaneca. Las tierras referidas en la remedida de 1879 inscritas en 1904 son siempre las mismas del pueblo de “San Juan de Litelpaneca” como así lo dice dicha remedida por lo que no debe confundirse con el Municipio que resultó como entidad jurídica nueva y diferente a la comunidad indígena por efecto de las políticas de Zelaya mejor expuestos en la ley de extinción de 1906 y la ley de restitución de 1914 al crearse las Juntas Directivas de Comunidades Indígenas cuya función es “representar y mantener incólume” la propiedad comunal indígena en todas sus expresiones. La ley de 1935 deja claramente establecido que queda prohibida la venta, enajenación y gravamen de las tierras de las comunidades indígenas y que estas solo pueden darse en arriendo y en uso o habitación (uso y goce). Ya hemos aclarado lo suficiente respecto al alcance del concepto tierras comunales, en el sentido que incluyen “exidos del pueblo”, “cofradías” y “comunes” y que no deben confundirse con los “ejidos del Municipio”, que para todo efecto de distinción este Municipio es aquel que resulta de las medidas que impone Zelaya y por ende para el caso del Municipio de Telpaneca, estos “ejidos del municipio” son aquellos que le donó Zelaya por 1,436 hectáreas, situadas a cuatro leguas de distancia del pueblo de Telpaneca en las cercanías de Quilalí y que tienen en consecuencia como lindero occidental los “ejidos del pueblo indígena de San Juan de Litelpaneca” es decir las tierras tituladas y amojonadas desde 1622 en carácter de tierras comunales, de cofradía y ejidales del pueblo indígena de San Juan de Litelpaneca que es el antiguo pueblo de su origen a que se refieren las leyes de 1914 y 1918 y que la ley de 1935 declaró inajenables. 5.- Durante el gobierno de Somoza el Pueblo Indígena de Telpaneca fue despojado de las tierras llamadas Los Ranchos y El Limón, por los terratenientes Ernesto y Mauricio Portillo por el sector de Los Ranchos y Lobo Cordero, Ramón Cardoza y Martín Cruz, por el sector de El Limón, dando lugar a dos fincas con ese nombre, las que fueron confiscadas más

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tarde por la Reforma Agraria siendo como han sido, propiedad legítima del Pueblo Indígena de Telpaneca. En 1953 el Municipio de Telpaneca hizo una acción reñida con la ley como fue inscribir, sin escrúpulos, como propios del Municipio todas las tierras del pueblo indígena, abriendo indebidamente el registrador un nuevo número o cuenta registral a nombre del Municipio sin mediar tradición alguna. Esta medida la hicieron para favorecer la formación de haciendas en detrimento del derecho de los indígenas. 6.- El Pueblo o Comunidad Indígena de Telpaneca reaccionó solicitando por escrito al Estado de Nicaragua el 16 de febrero de 1956, por intermedio de don Lorenzo Justiniano Melgara, Presidente de la Junta Directiva de la Comunidad Indígena de Telpaneca, debidamente creada, la REMEDIDA de los terrenos de su comunidad para deslindarlos de terceros incluido el Municipio, acompañando razón del título real de 1622 y certificado de toma de posesión de dichas autoridades indígenas. 7.- El Fiscal General de Hacienda, Dr. Vicente Navas, en uso de sus facultades, ordenó al Director General de Obras Públicas, Ing. Fernando José Montiel, a efectuar la remedida de conformidad con lo dispuesto en el artos. 139 y 146 de la Ley Agraria94, por escrito del 12 de marzo de 1956. El 14 de marzo de 1956 el Ingeniero Montiel dio por recibidas las diligencias (título, certificación y escrito del señor Fiscal General) y emitió auto procediendo a formar el Expediente para la remedida de las tierras de la Comunidad Indígena de Telpaneca, al tenor de las voces de su título. 8.- El Director de la Oficina de Agrimensura de la Fiscalía General de Hacienda emitió decreto de las once de la mañana del 23 de octubre de 1959 ordenando PROCEDER a la REMEDIDA y mandando citar a los Municipios circunvecinos y condueños del sitio San Andrés y a la Comunidad Indígena de Telpaneca, señalando para dar inicio a las operaciones, las once de la mañana del 19 de noviembre de 1959 y el mojón denominado Pozo Escondido en la cabecera del Robledar. En esta remedida está mandado que los citados PRESENTEN sus títulos conforme la ley para el saneamiento de la situación conforme lo había solicitado la Comunidad Indígena y conforme el procedimiento del caso. 9.- La remedida fue impedida realizarse violentamente por lo que recayó el Auto que dijo: “OFICINA DE AGRIMENSURA. DEPENDENCIA DE LA FISCALÍA GENERAL DE

94 Ley Agraria publicada en La Gaceta Nos. 65 y 68 del 30 de marzo y el 3 de abril de 1917.

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HACIENDA. Telpaneca, 16 de noviembre de 1959, las dos de la tarde. No conoce el suscrito ninguna disposición legal que prohíba a los dueños de un terreno medirlo cuantas veces se le ocurra, POR LO QUE ESTIMA QUE LA COMUNIDAD INDIGENA DE TELPANECA puede remedir sus terrenos cien veces al año si así lo estima conveniente”, auto que fue publicada en La Gaceta No. 264 del 20 de noviembre de 1959. Una acción ilegítima y violenta impidió seguir el procedimiento legal en perjuicio de la Comunidad Indígena de Telpaneca dejando el Estado en indefensión a la Comunidad. Tres años después se creó el Municipio de San Juan de Río Coco, afectando tierras de la Comunidad Indígena de Telpaneca. Ese mismo año se publicó la Ley de Reforma Agraria (1963) que establecía en forma ambivalente el estatus de las comunidades indígenas y señalando que el IAN realizaría un estudio sociológico en las comunidades indígenas a efectos de facilitar un procedimiento de transformarlas en cooperativas. 10.- Las autoridades de la entonces Comunidad Indígena de Telpaneca insistieron con el Instituto Agrario de Nicaragua (IAN-1-155-67), ante el Dr. Rodolfo Mejía Ubilla, Presidente Director del mismo, exponiendo su reclamo y pidieron en escrito de ese año el deslinde y el amojonamiento de sus terrenos. Dos años después el Ingeniero Bayardo Tijerino, Jefe de la Sección de Tramitaciones del Departamento Agrario del IAN, por escrito de fecha 17 de enero de 1969, dirigida al Comandante G.N. del Departamento de Madriz le piden orientar a las autoridades municipales de Telpaneca de no perturbar a los comuneros. Al pie de página de ese documento se lee “Estas tres órdenes no se entregaron por que no nos dio fuerza el Comandante Departamental [G. N.] diciéndonos que a él no le pertenecía ordenar al Alcalde y no nos hizo caso”. 11.- Se observa que nuevamente las autoridades gubernamentales no ejecutaron un procedimiento existente para garantizar el derecho de propiedad reclamado por la Comunidad Indígena de Telpaneca, en base a su título. Si observamos lo mandado por el decreto legislativo No. 434, de 1945, que establece un procedimiento de oficio a seguir por la Justicia con solo el pedimento del Estado o de un particular (el Pueblo Indígena de Telpaneca) y la escritura de dominio inscrita (Título Real de 1622) para estos efectos. Dice en su parte conducente: “… mandará por el término de 15 días a todos los que tengan inscrito en el inmueble algún derecho real, previniéndoles que en ese término improrrogable presenten legítimos títulos anteriores de dominio o supletorios o bien títulos

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de propiedad inscritos o válidamente inscribibles que demuestren que el inmueble no es del dominio del solicitante (Pueblo Indígena de Telpaneca). Si el demandado no presentare título alguno de los requeridos se mandará a cancelar su inscripción y también cuando su primer título de dominio fuere de venta forzada o que procediere de este, sin existir los correspondientes títulos supletorios inscritos o no.”95 Las acciones de remedida y deslinde pedidas por la Comunidad Indígena de Telpaneca al Estado de Nicaragua en 1956 y en 1967 tenían pues el fin de sanear la situación como mandaba la ley. El Estado de Nicaragua en esas oportunidades no hizo lo que correspondía dejando en indefensión a la Comunidad indígena de Telpaneca, y no solo eso, sino que sus autoridades fueron encarceladas. 12.- En el mes de julio del año 2001 el Pueblo Indígena de Telpaneca reclamó al Estado de Nicaragua la devolución de las fincas llamadas Los Ranchos y El Limón por encontrarse estas dentro de sus terrenos. Esta acción del Pueblo Indígena de Telpaneca se produjo por cuanto tuvo conocimiento de la subasta de dichas propiedades como parte de un gran lote de tierras que se ejecutarían en el marco de lo acaecido en el proceso de quiebra del INTERBANK. Consta en el archivo del pueblo indígena que en sendos escritos dirigidos al Lic. Rodolfo Delgado, presidente de la Junta Liquidadora del Interbank, del mes de septiembre y del 18 de octubre de ese año, se le notificaba que las haciendas Los Ranchos y El Limón, pertenecían al Pueblo Indígena de Telpaneca desde tiempo inmemorial y se le prevenía de que la venta que resultara sería nula por ser tierras cuya venta es prohibida por las leyes de la república y se le reiteraba que son propiedades del pueblo indígena. 13.- El Pueblo Indígena de Telpaneca por escrito del 18 de octubre del año 2001 suscrito por José Miguel Hernández Muñoz y José Mercedes Hernández Méndez, Presidente de la Junta Directiva y Presidente del Consejo de Ancianos respectivamente, solicitó al Reverendo Norman Bend, Procurador Especial de Derechos de Pueblos Indígenas de la República, lo siguiente: “… Solicitamos sus buenos oficios a fin de que el Registrador de la Propiedad Inmueble de Somoto ponga anuncio visible advirtiendo que las tierras indígenas de su jurisdicción: Telpaneca, San Lucas y Cusmapa, son tierras inajenables e imprescriptibles conforme así lo establece el ordenamiento jurídico de Nicaragua, específicamente el arto. 5 Cn., Ley

95 Ley de 17 de Agosto de 1945. La Gaceta No. Ver Sentencia No. 456, Folios 234 al 236 del año 1997 emitida por el Juzgado Civil de Distrito. Caso Comunidad Indígena de Muy Muy Vs. Reynaldo Valenzuela Castillo.

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de 28 de Junio de 1935 y Ley de Comunidades de 1914. También rogamos que dirija nota en el mismo sentido al Superintendente de Bancos y a la Corte Suprema de Justicia, Tribunales de Apelaciones y Juzgados Civiles y Penales en todos los departamentos y regiones donde existan Pueblos Indígenas. Asimismo a la Procuraduría de Justicia para que se apersone en todos los juicios y procesos tendientes a defender los derechos de los Pueblos Indígenas de Nicaragua…” De manera que las fincas Los Ranchos y El Limón no se subastaron. Estas fincas se encontraban en manos de los señores Centeno Roque quienes terminaron en la cárcel por los ilícitos en contra del banco quebrado. Para saldar parte de sus cuentas entregaron a la Junta Liquidadora ambas propiedades que en realidad eran un lote de 11 fincas que por vía Reforma Agraria el Estado las había adquirido y trasladado a terceros mediante títulos agrarios. No. Asiento Tercero Extensión Localización

1 No. 11,460, F. 225 y 226, T. 151, Agropecuaria San 110 Mza. Telpaneca As 5º Alejandro S. A.

2 N o. 11,808, F 117 T 153, F 25 T 179 Mzs. Telpaneca 162B As 6º

3 No. 11,439, F 269 T 146 35 Mzs. Los Pinos, Telpaneca F 271 T 166, As 4º

4 No. 11,195, F 61 y 62, T 156-B, 30 Mzs. Los Ranchos, Telpaneca As 4º

5 No. 11,492, F 136 T 146, Norma Reyes Peralta 200 Mzs. Cumají, Palacagüina

F239 F 158B, As 3º

6 No. 11,621, F 241 T 147 100 Mzs. El Tamarindo, En realidad en El Limón, PIT F 241 T158B, As 3º

7 N 12,802, F 219-220, T 152 A 1º Alex y Saúl Centeno 225 Mzs. El Tamarindo, idem

8 No. 11,662, F 90 T 148,As 1º Miguel Centeno Díaz 60 Mzs. Valle El Limón, Telpaneca

9 No. 11,370, F 71,72, T 145 A 1º José Martínez y 400 Mzs. Cumají, Pala. Efraín Méndez

10 No. 11,346, F 2 y 3 T 145 As 2º 1,181 Mz El Limón, Telpaneca

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Estos, a su vez, las habían negociado e hipotecado en garantía de millonarios préstamos al Interbank a beneficio de los señores, Saúl Centeno Roque, Miguel A. Centeno y otros que se identificaban como Agropecuaria San Alejandro S.A., más otros lotes que se identificaban como parte del la finca El Limón como se resume en el cuadro anterior. 14.- El Pueblo Indígena de Telpaneca, reunidos con su Consejo de Ancianos tomó la decisión de entrar a las tierras en el año 2002 y estando en posesión de ellas procedió a la reinscripción de su título real en el Registro Público facultado para ello por la ley, por lo que se debe tener presente lo señalado para la inscripción de este tipo de derechos. El Interbank en reacción acusó criminalmente a los líderes y los persiguió encarcelando inicialmente a los jóvenes: Santos Yader González, Cándido González Quintero, José Manuel y Marvin Danilo González. Pese a tal represión el Pueblo Indígena continuó gestionando por el respeto del derecho de propiedad y solicitó a la Corte Suprema de Justicia el beneficio de pobreza al amparo del Código de procedimiento civil, para realizar la inscripción del título real, como se aprecia en el escrito siguiente: “RAZON. Managua, 15 de Enero de 2003 Dra. Alba Luz Ramos Presidenta Corte Suprema de Justicia Honorable Magistrado Soy José Miguel Hernández Muñoz Presidente de la Junta Directiva del pueblo indígena de Telpaneca, del departamento de Madriz. Actualmente nos encontramos abocados a la difícil tarea de reivindicar los derechos sobre las tierras comunales heredadas de nuestros antepasados. La pesada carga de restablecer la justicia que nos corresponde tiene –como Ud. sabe, dado su alto cargo en la administración de la Justicia en Nicaragua- escollos de todo tipo. Hemos reclamado derecho e interpuesto acciones legales del caso ante la Corte Suprema de Justicia (expediente 190-2001) y estamos en posesión de las tierras comunales habiendo soportado amenazas y hasta el encarcelamiento de varios de nuestros dirigentes. Para complementar lo que nos toca estamos interesados en la inscripción o reinscripción de nuestro título real que data del año 1622, el que por medios reñidos con el derecho y absolutamente ilegales, posibles sólo por la corrupción y el desprecio a los pueblos indígenas que impuso el régimen de Somoza, había salido de nuestro poder. Es para este fin que recurrimos ante su autoridad para efectos de solicitar nos conceda la gracia de exoneración de aranceles de inscripción a realizarse en el registro público de la propiedad

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inmueble del departamento de Madriz. Estamos persuadidos que la búsqueda de la Justicia es una tarea común entre el Estado y la Sociedad, y tenemos la convicción que el Poder Judicial administrando Justicia blandirá su brazo como nunca antes ha ocurrido. Agradeciendo la atención que brinde a la presente me despido a nombre del pueblo indígena de Telpaneca o Litelpaneca, deseándole éxitos en el desempeño de cargo no sin antes indicarle que tenemos cifradas esperanzas en el resplandecimiento de la Justicia y el Derecho puesto en sus manos por la historia. Atte. José Miguel Hernández Muñoz Presidente Junta Directiva Pueblo Indígena de Li-Telpaneca cc. Archivo/” 15.- Es en consecuencia que el señor Registrador de la Propiedad Inmueble del departamento de Madriz, procedió entonces a la inscripción del título de antigua data del pueblo de San Juan de Litelpaneca del año 1622 que cubre 14 caballerías de tierra, acto realizado el 28 de enero del año 2003, y anotándose con el número 15,902, asiento primero, folio 176 a 183 del Tomo 186 del Libro de Propiedad, Sección de Derechos Reales de ese departamento. 16.- Veamos que este hecho de la inscripción, para el caso del Pueblo Indígena de Telpaneca, no es un acto constitutivo de su derecho de propiedad ya que dicho derecho existe de forma previa al mismo Estado por el carácter de pueblo ancestral que ha ocupado ese territorio en forma continua desde la época prehispánica, ratificado desde luego en base a los derechos de la Corona española (basados en el jus belli y en las bulas papales de 1493) y en las cédulas de 1591, cuando el Pueblo Indígena de Telpaneca tituló en 1622 el territorio que comprende 14 caballerías de tierra, medida de la época equivalente hoy a 37 mil hectáreas y fracción, aproximadamente. Téngase igualmente presente, a efectos del tracto sucesivo, que es obligación del Estado de Nicaragua proteger el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca a sus tierras ancestrales, a la luz de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y que su falta de reconocimiento es una amenaza a ese sagrado derecho pues son títulos que protegen derechos esenciales para la supervivencia cultural de un pueblo entero.

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Téngase asimismo presente que ante el acto de inscripción realizado en 2003 los líderes del Pueblo Indígena de Telpaneca fueron nuevamente reprimidos y que al mismo tiempo un grupo de ex militares se apoderó violentamente de las tierras obligando al desalojo de los indígenas de ella donde ya se encontraban cultivando y produciendo maíz y frijoles. 17. El Pueblo Indígena de Telpaneca solicitó la intervención del Ministro de Hacienda y Crédito Público y la INTENDENCIA DE LA PROPIEDAD, rogando por la protección de sus derechos en varias oportunidades. Resultado de ello fue una inspección de campo en las fincas Los Ranchos y El Limón y un análisis jurídico legal en el terreno efectuado por esa dependencia gubernamental, la que emitió un Dictamen Técnico Legal el 26 de mayo de 2003, que en su parte conducente dice: “DAMOS FE QUE LA FINCA ANTERIORMENTE MENCIONADA SE ENCUENTRA DENTRO DE LO QUE ES LA COMUNIDAD INDIGENA” 18.- La información del archivo del Pueblo Indígena de Telpaneca da cuenta que ante el temor de que los ex militares tramitaran y obtuvieran una titulación que viniera a complejizar mucha más la situación de su derecho de propiedad, el Pueblo Indígena de Telpaneca acudió nuevamente a las instancias del Estado exponiendo que tales tierras le pertenecían y demandando justicia. Un resultado importante fue en tal sentido la rectificación que hizo el INTENDENTE DE LA PROPIEDAD Lic. Alfonso Sandino, en escrito dirigido al Ministro de Gobernación, Dr. Julio Vega Pasquier de fecha 1 de marzo de 2005 donde le dice que al haber CONCLUIDO el proceso de revisión y verificación de las solicitudes de los ex militares han concluido: “QUE LA COMUNIDAD INDÍGENA DE TELPANECA ES LA LEGÍTIMA DUEÑA DE ESTAS PROPIEDADES, SEGÚN LO CERTIFICA EL REGISTRO PUBLICO DE MADRIZ EN DONDE REZA QUE LAS FINCAS LOS RANCHOS Y EL LIMON UBICADAS EN EL MUNICIPIO DE TELPANECA PERTENECEN EL PUEBLO INDIGENA DE LITELPANECA, INSCRITA EN EL ASIENTO 1º BAJO NUMERO 15902 EN LOS FOLIOS 176 AL 183 DEL TOMO 186 DEL LIBRO DE PROPIEDADES SECCION DERECHOS REALES DEL REGISTRO PUBLICO DEL DEPARTAMENTO DE MADRIZ” “DADO QUE EL GOBIERNO NO PUEDE TITULAR PROPIEDADES DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS, DEJAMOS SIN EFECTO LA CARTA

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ANTERIORMENTE CITADA DADA A LOS SEÑORES DE LA ASOCIACION NICARAGUENSE ISRAEL GALEANO YA QUE ESTAS PROPIEDADES NO PERTENECEN AL ESTADO DE LA REPUBLICA DE NICARAGUA”

19.- El Pueblo Indígena de Telpaneca remitió escritos sucesivamente al Presidente de la República Comandante Daniel Ortega, el Cardenal Miguel Obando y Bravo exponiéndoles su reclamo sin tener respuestas. También el Pueblo Indígena de Telpaneca solicitó los buenos oficios del Presidente de la Comisión de Asuntos Étnicos de la Asamblea Nacional, diputado Brooklin Rivera, en fecha de 1º de febrero del año 2010 con la petición de que interpelara al señor Procurador General de la República en torno a la amenaza de entregar las tierras de Los Ranchos y El Limón a los ex militares cuando se trataba de tierras pertenecientes al Pueblo indígena como ya lo tenía verificado la Intendencia de la Propiedad. 20.- Las Procuraduría General de la República respondió la solicitud trasladada por el diputado Brooklin Rivera, por escrito del 26 de febrero de 2010 al Diputado Rivera diciendo que el Estado efectuó fusión de los nueve lotes que conformaban las fincas Los Ranchos y El Limón, abriendo tres nuevas cuentas registrales a nombre del Estado en el mes de diciembre de 2010; y señaló que esas tres nuevas fincas nada tenían que ver con las tierras que cubre el título real del Pueblo Indígena de Telpaneca inscrito con el número 15,902. Pudimos comprobar que la fusión se hizo por escritura de la Dra. Magally Zeneyda Bravo Chavarría, actuando como delegada del Procurador General de Justicia y en nombre de la República de Nicaragua. Se realizó la fusión de dichos lotes en tres nuevos números registrales, en el siguiente orden: FUSION: FINCA No. 21,001. Fusiona los lotes de: Cumají de 200 manzanas número 11,492, Tomo 189-B, Folio 241-242, Asiento 6º. El Tamarindo de 75 manzanas, inscrita con el número 20,919, Tomo 223, Folio 257, Asiento 1º. Cumají, de 400 manzanas, número 11,370, Tomo 189-B, Filio 249-250. Se fusionan con una extensión de 775 manzanas o 508 hectáreas y fracción. FUSION: FINCA No. 20918. Fusiona los lotes: Los Ranchos de 35 manzanas. Los Ranchos de 126 manzanas, inscritas con el número 20,899, y se fusionan con una extensión de 161 manzanas y fracción.

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FUNSION: FINCA No. 20,975. Fusiona los lotes: El Limón de 60 manzanas, número 11,662, Tomo 189-B, Folio 247-8, Asiento 4º. Los Ranchos de 30 manzanas, número 11,195, Tomo 189-B. Folio 239-240, Asiento 7º. Los Pinos-Los Ranchos, 170 manzanas con número 11,808, Tomo 189-B, Folio 235-6, Asiento 9º. Los Ranchos de 129 hectáreas y fracción equivalentes a 183 manzanas, número 20,900, Tomo 223, Folio 211, Asiento 1º. Se fusionan con 443 manzanas y fracción. Vemos, pues, que existe una confusión en la Procuraduría General de la República, como si se trata de tierras diferentes. A este respecto debe confrontarse lo anterior con el dictamen técnico de la INTENDENCIA DE LA PROPIEDAD que ya había certificado que las fincas Los Ranchos y El Limón pertenecen al Pueblo Indígena o Comunidad Indígena de Telpaneca. Esta consultoría ha comprobado, como se verá en la siguiente sección, que las fincas Los Ranchos y El Limón, y en consecuencias las tierras contenidas en las tres nuevas cuentas registrales recién abiertas, se encuentran dentro del terreno del Pueblo Indígena de Telpaneca. 21.- El Pueblo Indígena de Telpaneca solicitó para sus propios fines al Registro Público de la Propiedad Inmueble y Mercantil CERTIFICACION DE HISTORIA REGISTRAL de los lotes referidos y la Registradora se negó a concederlos.

D. EL TERRITORIO DEL PUEBLO INDIGENA DE TELPANECA: MOJONES Y POLIGONO

El equipo de trabajo de esta consultoría participativa logró la identificación del territorio indígena de Telpaneca mediante la identificación y la georreferenciación de sus mojones antiguos, haciendo posible mediante la aplicación de un programa de computación la delimitación del polígono del territorio y pudo plasmarse en un mapa por primera vez. Se localizaron un total de 43 mojones los que circunscriben el territorio. Salvo dos bases de cemento que coinciden con el carril, el resto son mojones de piedra de factura antigua. Han desaparecido diez mojones por razones varias que van desde inundaciones de quebradas que los han aterrado o desplazado o por operaciones de maquinaria agrícola, pero en todos estos casos se identificó plenamente el lugar exacto donde estaba originalmente cada uno de los 10 mojones perdidos. Se utilizaron para su localización: 1) documentos históricos y legales del Pueblo Indígena de Telpaneca, 2) Los conocimiento de los ancianos indígenas

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lugareños de las comunidades y 3) Los mapas topográficos escala 1:50.000 de INETER como guía de campo y como base del programa. Asimismo, el polígono georeferenciado y puesto sobre el mapa base permite la operación de cálculo mediante el uso del software Mapmaker quien efectúa la operación del área del polígono en forma automática, como de los traslapes. Esto responde al hecho de encontrar que 6 mojones se localizan adentro del municipio de Condega, 4 adentro del municipio de San Juan de Río Coco y 1 mojón adentro del municipio de Palacagüina; y corresponden al área que el Pueblo Indígena de Telpaneca reclama como parte de su territorio histórico. El trabajo ha permitido identificar el estado y lugar exacto en que se encuentran los mojones, haciendo posible reconstruir por primera vez el polígono y levantar sobre la base de las cartas topográficas del INETER, el croquis del terreno reclamado. Ver en anexos tabla de mojones. Podemos apreciar los Mapas de Telpaneca siguientes: 1. Mapa de Mojones identificados en número de 43 conforme el título real de 1622 y el conocimiento de los líderes indígenas. 2. Mapa del territorio indígena de Telpaneca, división política administrativa y áreas de conflicto: consistente esta en aquella área comunal que está cortada por límites municipales errados, incluidas las fincas Los Ranchos y El Limón. 3. Mapa general del Pueblo Indígena de Telpaneca. Sus comunidades y mojones 4. Mapa de Áreas Traslapadas con otros municipios Esto permite concluir lo siguiente: 1. Las tierras ancestrales tituladas al Pueblo indígena de Telpaneca configuran un polígono que consta de: a. 41 comunidades indígenas y siete barrios b. El terreno comunal del PIT abarca un área igual a 37,700.23 hectáreas de tierra igual a 377.0023 Kilómetros cuadrados. c. Existen 43 mojones identificados con sus respectivas coordenadas. 2. La existencia de un área del terreno del Pueblo Indígena de Telpaneca que está traslapada por los límites municipales de San Juan de Río Coco, Ciudad Antigua, Mozonte, Totogalpa, Palacagüina y Condega, que mide 9,813.93 hectáreas de tierra iguales a 98.2023 kilómetros cuadrados.

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3. Que las fincas tomadas por los ex militares en los sitios Los Ranchos y El Limón, y que han sido fusionadas en tres cuentas registrales separadas e inscritas el año pasado a nombre del Estado de Nicaragua, se encuentran insertas dentro del terreno perteneciente al Pueblo Indígena de Telpaneca que está debidamente registrado a su nombre en la cuenta 15,902 asiento 1º, Folios 176 a 183, Tomo 186, Libro de Propiedades, Sección de Derechos Reales del Registro Público del Departamento de Madriz abierta el 28 de enero de 2003 y cuyo tracto se retrae incólume al año 1622. 4. Que el terreno delimitado y demarcado en el título real por 14 caballerías de tierra equivalen a 37,700.23 hectáreas de tierra y que ellas incluyen los sitios llamados Los Ranchos y El Limón. Recordemos que la Dra. Yara Pérez, actual Intendente de la Propiedad, cuando se desempeñó como Procuradora Regional del Norte96, en el año 2006, en un escrito dirigido al Juez Único Local de Telpaneca y conservado en el archivo del PIT, le dice al Juez, en relación a un título supletorio solicitado por un tercero, que en base a los artículos 137, 138 y 139 del RRP, rechace tal solicitud pues el terreno solicitado en supletorio “… pertenecen a la Comunidad Indígena de Telpaneca…” cuya propiedad está: “…debidamente inscrita en el Registro Público de la Propiedad Inmueble del Departamento de Madriz…”. Ya el Lic. Sandino, Intendente de la Propiedad en el año 2005, había dicho lo mismo e incluso el doctor Hernán Estrada, Procurador General de la República, también lo afirma97 cuando dice que: “… bajo ningún motivo se están afectando derechos que están bajo la cuenta No. 15,902 que pertenece a la Comunidad indígena de Telpaneca…”. Como se aprecia en los mapas que seguidamente se exponen, claramente y sin lugar a dudas, se comprueba que las fincas derivadas de la fusión de los nueve lotes que formaban las fincas Los Ranchos y El Limón están dentro del territorio del Pueblo o Comunidad Indígena de Telpaneca. Además, este hecho es público, conocido en Telpaneca por la población indígena y no indígena. Esta equivocación o confusión, se debe enmendar.

96 Yara Pérez Calero, Procuradora Regional del Norte al Sr. Juez Local Único de Telpaneca. 11 de mayo de 2006. Caso Supletorio Ramón García Vs. Comunidad Indígena de Telpaneca. 97 Dr. Hernán Estrada al Diputado Brooklin Rivera. PGR: 483, 28 de febrero 2010. Interpelación pedida a la Comisión de Asuntos Étnicos de la A. N. por la Comunidad Indígena de Telpaneca. Arch. P. I. de Telpaneca.

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Asi mismo, se debe buscar una solución al asunto de los desbordes del límite municipal respecto a los carriles verdaderos, un asunto que debe realizarse mediante una revisión en INETER de sus documentos soportes y corregir lo que corresponde conforme el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca.

Referencia de los mapas que a continuación se exponen: Pag. 195 muestra en color morado la ubicación de las fincas Los Ranchos y El Limón. El área de color celeste representa el traslape con los municipios vecinos. El territorio en blanco es el límite trazado por INETER en sus hojas cartográficas para el municipio de Telpaneca. El conjunto es el territorio ancestral del pueblo indígena títulado en 1622 Pag. 196 muestra los valores en hectáreas del polígono del territorio según sus mojones, y del área traslapada. Pag. 197 muestra la ubicación de los mojones históricos que definen el contorno y las comunidades que forman el Pueblo Indígena de Telpaneca. Pag. 198 muestra las características de los mojones y su estado Pag. 199 Compara el territorio ancestral del Pueblo indígena de Telpaneca con las hojas cartográficas 1:50.000 de INETER Pag. 200 Referencia de sitios arqueológicos e históricos en el territorio indígena.

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E- ¿Qué ES EL PUEBLO INDIGENA DE TELPANECA? ¿Existe?

Después de repasar el marco jurídico constitucional, municipal y ordinario de Nicaragua que reconoce y compromete al Estado de Nicaragua y al Municipio de Telpaneca en cuanto a proteger el derecho de los pueblos indígenas se refiere, debemos responder a la pregunta de si existe una entidad denominada Comunidad Indígena de Telpaneca que en la terminología moderna es mejor enunciado como Pueblo Indígena de Telpaneca. La respuesta es plenamente afirmativa y se encuentran las autoridades de este pueblo plenamente certificadas por las mismas autoridades municipales de Telpaneca tal como manda la ley de municipios. Órganos de Gobierno. Tiene un órgano de gobierno llamado Junta Directiva la cual se elige por voto popular cada cuatro años y es certificado por la Municipalidad conforme la Ley 40. Esta elección se rige por las propias normativas y costumbres del pueblo indígena y son dirigidas por el Consejo de Ancianos que es su órgano máximo integrado por representantes de 41 comunidades rurales y siete barrios. Todos los integrantes de ambos órganos de gobierno son rurales, es decir, de las comunidades, término popular entre los telpanequeños para referirse a los valles y caseríos que conforman las unidades territoriales de su población en una tradición ancestral. Estas son las unidades básicas de la organización del pueblo indígena en el territorio con vínculos sentimentales muy fuertes que tienen larga historia. Estos vínculos se aprecian en el texto mismo de la tradición oral y en el texto del título real del Pueblo Indígena de San Juan de Litelpaneca cuando hacen referencia a un “gran incendio del cielo” que destruyó las casas y el “templo sagrado del pueblo hermano de Comalteca”, por lo que dieron solidario apoyo a los siniestrados anexándose como un solo pueblo. Este antiguo pueblo llamado Comalteca no es otro sino el barrio llamado hoy por los munícipes “Villa Austria”. Otras de las comunidades originarias son Amucayán, Sinislí, El Limón, Los Ranchos, El Carbonal, Quibuto, Casilí, Apagüique, Namaslí, etc., las que con la dinámica de crecimiento poblacional han conformado nuevos asentamientos pero organizados como “comunidades” hijas o derivadas y hoy día se reconocen 41 comunidades más las entidades urbanas. Esto nos indica que el Pueblo Indígena de Telpaneca es dinámico y que se extiende en el medio rural y urbano.

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Consejo de Ancianos y Junta Directiva del Pueblo Indígena de Telpaneca, en su cabaña-auditorio. Julio 2011

El Pueblo Indígena de Telpaneca cuenta con un local propio donde tiene sus oficinas administrativas y programas que lleva adelante. Como entidad jurídica y política propia del territorio y nación nicaragüense reconocida constitucionalmente no cuenta hasta ahora el Pueblo Indígena de Telpaneca con asistencia presupuestaria de parte del Estado, ni se beneficia del porcentaje que por vía del Presupuesto General de la República llega a cada Municipio para beneficiar a toda la población del territorio. Para llevar sus asuntos autónomos depende de los recursos que se agencie vía esfuerzo propio y/o de organismos que brindan ayuda solidaria. Cuenta fundamentalmente con un equipo de jóvenes líderes muy ágiles y capaces, repito, de origen enteramente rural, al frente de sus órganos de gobierno. Se apoyan en un equipo de jóvenes indígenas del casco urbano, algunos profesionales y otros técnicos y universitarios. La Junta Directiva y el Consejo de Ancianos se reúnen ordinariamente cada mes, cuando celebran sus reuniones y toman acuerdos que llevan en un libro correspondiente, el que está a cargo de la Secretaria. Como pueblo indígena se manejan en forma autónoma y forman

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parte de una ONG llamada Coordinadora Chorotega que tiene por sede el pueblo de Mozonte y de otra llamada Red de Pueblos Indígenas. El Pueblo Indígena de Telpaneca actuando como gobierno indígena y en forma autónoma ha emprendido tareas de mucho impacto social y comunitario demostrando no sólo una entrega y capacidad de trabajo importante de considerar, lo mismo que una visión estratégica notable institucionalmente, si consideramos el origen social, rural e indígena de toditos sus directivos. Por lo que conviene señalar estos logros institucionales que pese a la discriminación histórica de que son víctimas, tienen un impacto en la vida espiritual, cultural y económica de todo lo que hoy conocemos por Municipio de Telpaneca. Telecentro Comunitario o Cyber. Con el apoyo de un organismo francés empujaron el proyecto de introducir el internet en Telpaneca. Esta idea causó risas en muchas personas no indígenas con posiciones de poder en Telpaneca, sin embargo, es hoy una realidad innegable y que brinda un servicio de tecnología útil para todos sin distinciones de ningún tipo. Para ese propósito se capacitaron y adquirieron los equipos, hicieron las relaciones interinstitucionales necesarias e instalaron el primer y único servicio de internet, correo electrónico y llamadas telefónicas a larga distancia existente en el municipio de Telpaneca. El centro cuenta con 6 unidades de computación y skype y brindan servicio al público y a las instituciones. Además de brindar el servicio público ofrecen capacitación a maestros y estudiantes de Telpaneca en todos los niveles existentes. Lo mismo que a profesionales, empresarios y demás vecinos de Telpaneca, quienes acuden al centro a hacer uso del servicio. La administración del proyecto es asumida por la Junta Directiva. Centro de Mediación. Funciona brindando servicios legales de mediación y arbitraje a la población en general que acude por su propia iniciativa o que es remitida por la Policía o el Juzgado Local. Un equipo de jóvenes, directivos y activistas, se ha capacitado en servicios de mediación en universidades y cursos impartidos por la Corte Suprema de Justicia. Iniciaron el trabajo en el año 2008 y hasta la fecha mantienen estos servicios que incluyen todo tipo de asuntos.

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Temas de la tenencia de la tierra tales como convenios productivos, herencias, cesión de derechos, servidumbres, etc. se llevan ordinariamente en el centro de mediación. Lo mismos que asuntos de daños a la propiedad, lesiones o asuntos de alimentos y contratos, son parte de la oferta de servicios legales que ofrece el Centro de Mediación del Pueblo Indígena de Telpaneca. Cuentan con el apoyo de una joven indígena de Telpaneca graduada en derecho, un directivo de origen rural y estudiante del tercer año de derecho, más otros dos jóvenes rurales con estudios de secundaria, quienes conforman el equipo de trabajo del Centro de Mediación. Usualmente se trasladan a las comunidades a celebrar acuerdos siguiendo el patrón consuetudinario en la resolución de conflictos que luego y como parte del acuerdo, elevan a un documento escrito que asientan en un libro de acuerdos que registra el historial de las mediaciones conforme el formato que proporciona la Corte Suprema de Justicia. Unidad de Catastro. Un equipo de tres jóvenes indígenas, un rural y dos urbanos, se han capacitado en el uso de GPS y varios programas de computación para elaboración y procesamiento de mapas de los lotes de los comuneros y otros beneficiarios.

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Este equipo ya ha dado inicio al catastro del Pueblo Indígena de Telpaneca en una de sus comunidades habiendo tenido éxito en lograr que la gente aceptara un barrido de sus parcelas. El trabajo tiene frutos que permiten conocer la situación georeferenciada de cada lote en la comunidad piloto de la experiencia. Esta unidad también brinda servicios de medición de terrenos a los comuneros y demás sectores de la sociedad de Telpaneca y de otros municipios y comunidades del departamento. Unidad de Registro de la Propiedad. Esta unidad está a cargo de la Secretaria de la Junta Directiva quien tiene la responsabilidad de volcar en el Libro de Propiedad todo el movimiento de derechos de uso y goce, arriendos, servidumbres, derechos de uso y aprovechamiento comunitario como pozos y fuentes de agua, particiones, donaciones y herencias de derechos. Las imágenes de abajo muestran ejemplos del registro de derechos comuneros efectuados en el Libro de Propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca. Unidad de Administración. A cargo de un joven profesional indígena quien maneja la contabilidad y lleva las cuentas de los ingresos que percibe el Pueblo Indígena que se reducen a pequeños proyectos.

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Entre los proyectos destacan el apoyo que brinda la fundación Vientos de Paz que se destina al fortalecimiento institucional del gobierno indígena por cuya instancia han adquirido los principales elementos de organización, evaluación y planificación estratégica. Otros proyectos pequeños llegan desde la Coordinadora Chorotega que tiene su sede de Mozonte, departamento de Nueva Segovia, pero tales proyectos son manejados por esa entidad. Archivo histórico de documentos legales. La presidencia del PIT conserva un legajo importantísimo de documentos que son de gran utilidad para el conocimiento de la historia y de los derechos de este pueblo indígena tan particular. Los documentos de su archivo son de tipo legal y los podemos clasificar como documentos legales coloniales del siglo XVI, documentos legales coloniales del siglo XVII, documentos históricos del siglo XVIII, documentos históricos y legales del siglo XIX, documentos históricos y legales del siglo XX, documentos legales del siglo XXI. Museo Rincón de la Cultura de Litelpaneca. Con este nombre han dado inicio a un proyecto de construcción de un pequeño Museo que sirva para la promoción de la identidad indígena. Han aportado un local y adquirido la estantería a ser usada en el museo, lo mismo que la adquisición de trajes de danza folklórica que han diseñado y usan en presentaciones que realizan jóvenes y niño de ambos sexos que forman parte de los alcances de este proyectito.

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VI. FUNDAMENTOS JURIDICOS PARA LA SOLUCION DEL RECLAMO DEL PUEBLO INDÍGENA DE TELPANECA

A. El Pueblo Indígena de Telpaneca en el Estado Social de Derecho

El estudio que nos ocupa busca aproximarse antropológicamente al asunto de la tenencia de la tierra en la comunidad indígena de Telpaneca, en el norte de Nicaragua. En consecuencia, nos propusimos analizar a una comunidad particular del conjunto de comunidades originarias que configuraron y dieron forma a la nación nicaragüense en un proceso en el que se fueron incorporando sucesivamente nuevos sujetos y actores sociales, económicos, culturales e institucionales. Nos interesa, sí, indagar desde una perspectiva antropológica el asunto, para identificar y aportar los elementos que caracterizan a esta comunidad en cuanto a la tenencia de la tierra se refiere; un tema que no puede desligarse del tema de la propiedad y de la historia de esta institución en Nicaragua. Esta perspectiva nos obligó a rastrear la presencia de la Comunidad Indígena o Pueblo Indígena de Telpaneca desde la época prehispánica, y analizar sus transformaciones seguidas en el proceso colonial hasta la actualidad; como también, nos interesó determinar las continuidades institucionales del Pueblo Indígena de Telpaneca manifiestas en sus formas de identidad y de ser social asumidos como Pueblo indígena sobreviviente. Esta calidad jurídica moderna –como es el término “Pueblo Indígena de Telpaneca” (PIT) con el cual se auto identifica Telpaneca, está respaldada hoy día por derechos constitucionales especiales y por normas internacionales vigentes para Nicaragua. En ese largo recorrido por el tiempo, el primer aspecto que resalta en torno a la Comunidad Indígena de Telpaneca, en lo sucesivo Pueblo Indígena de Telpaneca, es el despojo inicial de sus derechos naturales realizado en el mismo acto de creación o de invención del germen de la nacionalidad nicaragüense, en los antecedentes históricos y jurídicos del Estado en Nicaragua: la conquista y colonización española. El acto de la restitución de los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca deviene hoy como un acto de justicia, de fraternidad y de solidaridad histórica con este pueblo que ha llamado la atención por ser uno de los más empobrecidos del país pero consistente en sostener sus derechos y reclamarlos a través del

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tiempo. En este contexto el asunto de la tenencia de la tierra desde un enfoque antropológico se vuelve un tema central para el buen desempeño de un programa como el Barrido Catastral y para las decisiones que el Estado de Nicaragua debe tomar al respecto y en particular en torno al Pueblo Indígena de Telpaneca. Si bien el marco específico del barrido catastral se sitúa en el contexto del proyecto de ordenamiento de la propiedad, no en vano existe un marco general que le da soporte y este es la legislación nacional. La restauración de derechos como filosofía práctica del Gobierno deberá apuntar a la plena reivindicación del reclamo que el Pueblo Indígena de Telpaneca como sector del pueblo nicaragüense en condición de necesidad ha elevado ante los órganos del Estado de Nicaragua desde hace mucho tiempo. Esto es competencia del estado de derecho. Por lo que conviene recordar la definición que el Estado de Nicaragua hace de su nación, esto es, de la naturaleza multiétnica de su carácter nacional, reconociéndose como una entidad político estatal plural bajo la forma de un principios: el pluralismo étnico y jurídico establecido en el artículo 5 Cn. Y esta característica no es exclusiva para las regiones autónomas de Nicaragua sino que cubre al conjunto del país. En esencia este principio admite que la nación nicaragüense está integrada por sujetos diversos, cultural y étnicamente hablando, además de otros tipos de diversidades sociales cuya matriz se ha construido desde la cultura dominante y en su ordenamiento socioeconómico; sectores sociales que han sido más comúnmente reconocidos por el ordenamiento jurídico y que además han detentado el poder político desde los inicios de la vida de Estado en Nicaragua. La Constitución política de 1987 y su reforma de 1995, marcó, en este sentido, un derrotero nuevo en el marco jurídico y político de las relaciones entre el Estado y los pueblos indígenas en Nicaragua al darles a estos “viejos sujetos” por primera vez el reconocimiento de derechos políticos o constitucionales que antes no tenían. A partir de entonces el pluralismo étnico y la diversidad no son, pues, una mera declaración sino un hecho contundente y reclamable en el sistema jurídico y político nicaragüense, al cual los órganos del Estado deben sujetarse en apego a la ley y al principio del Estado social de derecho.

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B. BASES CONSTITUCIONALES

Es en el artículo 5 de la Constitución Política de Nicaragua, donde se encuentra el principal esquema que debe guiar cualquier consideración al sentido e interpretación de los derechos de una comunidad o pueblo indígena a sus temas particulares como el de la tenencia de la tierra y otros. Desde este marco superior, constitucional, el asunto de la tenencia de la tierra como un aspecto ordinario de la economía y el derecho indígenas, será observado en esta consultoría, donde, por supuesto una perspectiva antropológica focalizará la etnografía y desenvolvimiento de la Comunidad Indígena de Telpaneca o Pueblo Indígena de Telpaneca (PIT) como entidad histórica, cultural, económica, social y política sobreviviente al proceso colonial y neocolonial, y que hoy día cuenta con plena personería jurídica en la nueva Nicaragua. No es de despreciar la realidad demográfica del país, que siendo hace cinco siglos una entidad con cerca de un millón de habitantes al momento del contacto con los europeos que trajo la aventura de Cristóbal Colón en 1492, Nicaragua vio casi desaparecer esa población originaria al punto que a mediados del siglo XVI, luego de 30 años de conquista, hasta el 80% de dicha población había desaparecido según lo manifiestan reconocidos historiadores y especialistas en demografía histórica. Actualmente, la población indígena del país contribuye con el 8.6% a la población total según lo recoge el Censo Nacional de 2005, sorprendente cuanto que, conforme el censo anterior a este, la población indígena solo marcaba en 1995 el 3% y en el censo nacional de 1950 recogía el 4%. Entre 1995 y 2005 el salto ha sido mayor al ciento por ciento poniendo en entredicho muchas cosas respecto a la presencia indígena en Nicaragua conforma se había calificado oficialmente la composición del país. El hecho de tener a la vista el término de Comunidad Indígena y el de Pueblo Indígena en la legislación es una expresión más que de diversidad semántica, pues, tal hecho, nos lleva a ver las continuidades, los cambios y la complementariedad en materia de derechos que acompañan en el tiempo largo a este sujeto social, que, como pueblo originario parte del conjunto de pueblos indígenas del país, ha experimentado un dilatado proceso de vida que se reinició en el mismo acto de conquista. Allí mismo renació la población originaria desde que el capitán de conquista le anuló y hasta le desconoció su calidad humana, para presentarse actualmente en el marco de la restitución efectiva de sus derechos, tal como lo establece la Constitución Política de Nicaragua y el sistema jurídico internacional.

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Antes de 1987 el tema indígena no formaba parte de la estructura del constitucionalismo nicaragüense. Se puede constatar que en ninguna de las diez constituciones anteriores a la de 1987 y sus reformas de 1995/2005, se estableciera reconocimiento alguno de derechos a este nivel para las comunidades indígenas. En cambio, en la legislación ordinaria antecedente, si encontramos su reconocimiento, su admisión en voz baja, en decretos, reglamentos, ordenanzas, sentencias de tribunales, consultas de la Corte Suprema de Justicia y en disposiciones administrativas de distintos órganos del Poder ejecutivo, como referencias a derechos menores reconocidos por el Estado a las llamadas entonces “comunidades indígenas”. Y en más de una sentencia. Otra de las características de ese viejo orden era la consideración de las comunidades indígenas como entidades de subciudadanía. En una consulta de la Corte Suprema de Justicia del año 1970 decía este poder del estado que las comunidades indígenas eran entidades “cuasimunicipales”98. De hecho, la naturaleza jurídica que le reconocía aquel viejo orden, dejaba a las comunidades indígenas como semi entidades de derecho privado y semi entidades de derecho público, en una total discriminación por la cual se le negaba protección jurídica estatal y por la cual se realizaban despojos de todo tipo a sus derechos. En algunos casos, se pretendía justificar tales atropellos, arguyendo antes que argumentando, el mito de la “sociedad salvaje” que requería de la “civilización”, se les trató como “pueblos infelices” como le llamaban en la terminología usada por el Estado en el siglo XIX para referirse a ellas. La más anhelada pretensión del viejo orden oligárquico nicaragüense del siglo XIX y XX era la abolición de las comunidades indígenas para usurpar sus tierras, territorios y recursos. Recurriendo en ese intento hasta la irracionalidad jurídica de declarar la extinción de las comunidades indígenas por vía de decreto. El caso más notorio pero no el único es el decreto del presidente José Santos Zelaya del año 1902 en contra de la Comunidad Indígena de Sutiaba y su municipio. El 27 de diciembre de ese año se emitió un decreto por el cual se declaró “extinta” la municipalidad de Sutiaba y en consecuencia se anexó99 el pueblo indígena, en calidad de barrio, a la ciudad de León. Esta acción de lesa humanidad derogó los derechos políticos que Sutiaba había conquistado como municipio constitucional indígena en décadas de lucha, una condición institucional que conservaba desde el año de

98 Boletín Judicial, Corte Suprema de Justicia, Managua, 11 de diciembre de 1972. 99 Diario Oficial, Año VIII, No. 1856, de 22 de enero de 1903.

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1824 y 1826 cuando se produjo la constitución federal y la primera estatal de Nicaragua, y había sido ratificada en la Constitución de 1858, condición que por analogía imperaba para todos los pueblos indígenas. Zelaya intentó rematar su política anti indígena mediante el decreto legislativo de 16 de febrero de 1906, que mandaba extinguir de oficio a todas las comunidades indígenas del país mediante un procedimiento para medir, amojonar y vender sus terrenos. Pretendía repartir los terrenos indígenas en dos porciones. Una mitad a distribuirse en parcelas individuales, a nombre de los miembros de la casta indígena; y la otra, a ofertarse al mejor postor por vía judicial. Sus fondos se dedicarían, hipócritamente, a la “educación de la casta”100. El decreto de Zelaya ordenaba, en el arto. 14, que una vez realizadas las reparticiones y adjudicaciones de los terrenos comunales “…quedarán extintas las comunidades…”101 y los miembros de la casta indígena, vueltos de nuevo “ciudadanos” en teoría con iguales derechos que los demás vecinos del lugar como en 1821. Sin embargo este decreto de Zelaya sólo logró imponerse en unas pocas comunidades y al contrario se hecho al pueblo indígena encima que en ese entonces representaba cerca del 80% de la población nacional, y no logró sobrevivir Zelaya al año 1909. En 1914102 una nueva legislación derogó la ley de extinción de 1906 y no sólo eso sino que declaró la propiedad de la tierra de las comunidades indígenas como objetos que quedaban fuera del alcance del comercio de los hombres al establecer la prohibición a las Juntas Directivas de la venta y enajenación de ellas y únicamente permitir su arriendo. De igual forma esta ley señalaba que al interior de las mismas funcionarían de conformidad a sus tradiciones en formas de uso y goce. Más tarde, la ley de 1935, prohibió expresamente la venta, enajenación y embargo de las tierras y ejidos de las comunidades indígenas. Todo lo concerniente al derecho de propiedad, incluida la propiedad de las comunidades indígenas, se encontraba resguardado por las mismas leyes constitucionales. El Arto. 78 de la constitución de 1858 decía que ésta “asegura la inviolabilidad de la propiedad, sin que

100 Las zonas indígenas, principalmente en el norte y en la Costa Atlántica, continuaban siendo las de mayor porcentaje de analfabetos hasta 1980, cuando se realizó la Cruzada Nacional de Alfabetización. 101 Diario Oficial, Año X, No. 2745, de 21 de febrero de 1906. 102 Decreto Legislativo de 3 de junio de 1914 que deroga el de 16 de febrero de 1906 sobre venta de terrenos de comunidades indígenas, y reglamenta la administración de los bienes de dichas comunidades. La Gaceta No. 125, del 6 de junio de 1914.

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nadie pueda ser privado de ella, sino en virtud de sentencia judicial, o en el caso que la utilidad de la república, calificada por la ley, exija su uso o enajenación, indemnizándose previamente”. La Constitución de 1893, la famosa libérrima, prohibía en el artículo 46 dar leyes “proscriptivas, confiscatorias, retroactivas ó que establezcan penas infamantes”; asimismo que declaraba en el arto. 62 que “El derecho de reivindicar los bienes confiscados es imprescriptible”. Resalta en la reforma constitucional de 1896, en el inciso 32 del artículo 100 Cn. referido a las atribuciones del Poder Ejecutivo el “establecer el régimen especial con que deben gobernarse temporalmente regiones despobladas, o habitadas por indígenas no civilizados”. Estos conceptos se mantienen en la reforma constitucional de 1905, y en la constitución de 1911 como una muestra que si bien los pueblos indígenas eran desconocidos plenamente como actores constitucionales, su mención como destinatarios de regímenes “especiales” indudablemente señalaban de su presencia real en el país, como de la intención de acabar con ellos toda vez que se regulaban bajo el concepto de formas “temporales” o “provisionales”. Un siglo después, esta tendencia se revirtió en la actual Constitución Política de Nicaragua y en el orden jurídico internacional. Con todo ello, la discriminación existente en el viejo sistema, la explotación y la ambición de los terratenientes fue una fuerte amenaza, constante, a los derechos y a la existencia misma de los pueblos indígenas, en particular a su derecho a la tierra comunal y a su existencia moral misma como pueblo originario de Nicaragua. En ese largo trayecto son muchísimos los pueblos que se extinguieron perdiéndose definitivamente y con ello invaluables elementos y saberes del patrimonio cultural del país. Por lo que debemos admitir que la ruptura que significó en el sistema político nicaragüense la nueva Constitución política de 1987, en su contexto revolucionario de 1979, y las reformas antes dichas de 1995 y 2005, al incorporarse a los pueblo indígenas como actores jurídicos y políticos constitucionales, es un hecho histórico que ha sido apenas el inicio de un ciclo de democratización inclusiva para los nicaragüenses indígenas, al punto que sus comunidades indígenas han terminado por denominarse en el nuevo orden jurídico nacional e internacional con el calificativo de “Pueblos” indígenas, incluso, con el goce del derecho de autodeterminación al amparo del moderno Derecho Internacional Público. Esto no debe hacernos creer que la mención constitucional de los pueblos indígenas por sí misma

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resuelve un conflicto de tan larga e injusta simiente y no sea un asunto sumamente complicado, en términos jurídicos como en términos económicos y político-administrativo considerar para su solución. Este paso traería una solución democrática de nuevo tipo para beneficio de los pueblos y del conjunto de la sociedad nicaragüense, especialmente, por cuanto se atacaría el sistema mismo de indefensión política y legal padecido por las comunidades indígenas frente a otros sectores de la sociedad que ante ellas resaltan como privilegiados. Sin embargo, el sendero de la restitución efectiva de derechos para los pueblos indígenas ya está trazado en la legislación nacional por la Constitución Política, y sólo a la espera de su plena vigencia. Recordemos el artículo 107 Cn. Tampoco veamos esto como un fenómeno exclusivo de Nicaragua. No. De hecho, lo que se ha producido en el país en materia de reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas, no es un fenómeno aislado de la comunidad de países de la región americana y mundial, pese a las particularidades que Nicaragua como país plantea en esta materia. Quizá el asunto más connotado en el plano internacional es el proceso del Pueblo de Palestina que aspira desde 1948 a gozar en forma plena de sus derechos de autonomía y autodeterminación. Uno de los reclamos más sentidos de este pueblo es precisamente la usurpación de sus tierras mediante la introducción de toma tierras judíos o “colonos” apoyados por el Estado de Israel, obedeciendo a estrategias militares. Próximamente el tema de Palestina y su reclamo por la plena vigencia del derecho a la autodeterminación y la creación del Estado de Palestina se va a discutir en la Asamblea General de la ONU precisamente en septiembre de 2011. Nicaragua es uno de los países de ese foro mundial que ha condenado esas políticas del Estado de Israel de usurpar con colonias militares las tierras palestinas. También somos testigos contemporáneos del asunto del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, de su reconocimiento constitucional y legal, y nos consta que es un proceso que ha conmovido a muchos países de América Latina, desde Guatemala donde una indígena abusada en sus derechos humanos y colectivos por el sistema político en los años 70´s llegó a ser figura internacional como es el caso de la dirigente maya Rigoberta Menchú, quien alcanzó a ser reconocida como Premio Nóvel de la Paz y quien fue incluso candidata a la presidencia de la república en su país hace un par de años. Un asunto este inimaginable e impensable, en el marco de los sistemas constitucionalistas que

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consideraban en forma monocultural y machista a las naciones latinoamericanas, incluso a naciones tan densamente indígenas como Guatemala o Bolivia. Y similares situaciones hemos visto experimentar en otros países sudamericanos, precisamente como Bolivia y Perú. En la Bolivia contemporánea ascendió primero a la vicepresidencia de la república un indígena aymara103 para posteriormente alcanzar la presidencia otro ciudadano indígena como lo es el caso de Evo Morales Ayma (Oruro, 1956), su actual presidente. La nueva constitución política boliviana declaró el nuevo carácter de Bolivia como “estado plurinacional, democrático, participativo”. En Perú, el nuevo presidente de la república que recién ha tomado su cargo es Ollanta Humala Tasso de innegable ascendencia indígena. También en Colombia, Brasil, Chile, Argentina, Ecuador y en Venezuela, se experimentan procesos de reconocimiento de derechos a las comunidades o resguardos indígenas en forma extraordinaria. Incluso en Colombia, un sistema legal específico, constitucional, garantiza la representación indígena en el poder legislativo de forma muy novedosa con independencia del tamaño de la población indígena de manera que las comunidades cuentan allí con representación legislativa propia104. Este largo camino hacia la democratización inclusiva de la nación para con sus pueblos indígenas en las sociedades nacionales de América Latina, es sin embargo, un camino cuesta arriba. El mismo legislador constitucional nicaragüense, en el articulado constitucional se encarga de mostrar que el reconocimiento y el alcance de los derechos de los pueblos indígenas es una meta del Estado de Nicaragua, lo que significa que es una aspiración a la que se intenta llegar y que la situación real existente es en muchos casos de discriminación no solo como resultado de una estructura histórica sino como práctica. Así lo dice el legislador en el artículo 27 Cn: “Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derechos a igual protección. No habrá discriminación por motivo de nacimiento, nacionalidad, credo político, raza, sexo, idioma, religión, opinión, origen, posición económica o condición social.”

103 Se trata de Víctor Hugo Cárdenas Conde (1952) 104 En Nicaragua los pueblos indígenas del norte y del pacífico no tienen posibilidades legales de tener representantes en el poder legislativo, siendo esta exclusión un lastre que pese en materia de igualdad y de participación plena de los pueblos en la definición de políticas públicas y leyes del país.

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Este artículo constitucional establece la igualdad de todos ante la ley y al mismo tiempo hace la advertencia que no habrá discriminación forma gramatical en tiempo futuro que nos advierte de la existencia de ella y que, precisamente, este artículo y otros, se encargan de proscribir dicha discriminación obviamente como una práctica institucionalizada que se arrastra del pasado colonial y neocolonial. El artículo 48 de la Constitución, in fine, en el capítulo de los derechos políticos, ensambla en sus metas y objetivos, en sus nuevos principios constitucionales, la responsabilidad del Estado en esta materia postulando su compromiso de eliminar los obstáculos que impiden de hecho la igualdad, al señalar que: “Es obligación del Estado eliminar los obstáculos que impiden de hecho la igualdad entre los nicaragüenses y su participación efectiva en la vida política, económica y social”. El artículo 91 de la Constitución retoma el asunto para reiterar que: “El Estado tiene la obligación de dictar leyes encaminadas a promover acciones que aseguren que ningún nicaragüense sea objeto de discriminación por razón de lengua, cultura y origen”.

C. DECLARACION AMERICANA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE

Este es un instrumento jurídico que está mencionado en el artículo 5 de la Constitución Política de Nicaragua, donde se ratifica que Nicaragua se “adhiere” a los principios que conforman el “Derecho Internacional Americano” reconocido y ratificado soberanamente. En correspondencia, el Estado de Nicaragua está obligado a respetar los derechos humanos contenidos en la Declaración y esto incluye un concepto dinámico en la comprensión de los contenidos y alcances de los derechos humanos. En la jurisprudencia y la doctrina se explica llamando a los Estados a tener presente “la evolución de las normas y principios que rigen los derechos humanos de los pueblos indígenas”, incluyendo no solo derechos individuales sino colectivos, conforme lo ha expresado la Corte Interamericana de derechos Humanos para el Caso No. 11.140, Marry y Carrie Dann de 27 de diciembre de 2002 o bien como ya lo interpretó en el Caso de Awas Tingni Vs. Nicaragua en la sentencia del 31 de agosto de 2001.

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D. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS

Sobre este otro cuerpo jurídico la Corte Interamericana considera igualmente una interpretación evolutiva de sus contenidos en el sentido que los tratados de derechos humanos son leídos como “instrumentos vivos” que deben interpretar los Estados adecuándolos a la evolución de los tiempos, y en particular a las condiciones de vida actuales. Igualmente aplican el principio de efectividad al establecer que las características propias que diferencian a los miembros de los pueblos indígenas de la población general deben tomarse en consideración para efectos de asegurar una protección efectiva que tome en cuenta sus particularidades propias, sus históricas, sus características económicas y sociales, así como su situación de especial vulnerabilidad, su derecho consuetudinario, sus valores, usos y costumbres. Nicaragua se suscribió a la Convención por decreto del 25 de septiembre de 1979105. En relación con el derecho de propiedad de los pueblos indígenas se viene usando las disposiciones de la Convención 169 de la OIT otro instrumento que recientemente entrará en vigencia en Nicaragua.

E. EL CONVENIO 169 DE LA OIT

La legislación internacional ha acompañado también estos procesos si tomamos en cuenta el hecho que desde 1957 se venía discutiendo en las Naciones Unidas cierta legislación referente a los entonces llamados “sociedades tribales” o pueblos originarios, sin que se lograran avances concretos por más de treinta años. Es el caso, por ejemplo, del llamado Convenio 157 para las sociedades “tribales”. Tanto tiempo se mantuvo este proyecto en la Asamblea General de las Naciones Unidas que al final del siglo XX se transformó hasta cambiar de nombre y recoger elementos del derecho a la autonomía en la forma del “Convenio 169”. Nicaragua es uno de los últimos países en haber ratificado este Convenio como lo hizo el actual gobierno al asumir el presente periodo de gobierno, convenio que estará entrando en vigencia plena en los próximos días. El Convenio 169 había sido suscrito por Nicaragua en 1993 pero el mismo quedó sin lograr su ratificación por casi veinte años.

105 Gaceta oficial Nos. 85, 86 y 87 del 17, 18 y 19 de marzo de 1980.

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El respeto de las autoridades tradicionales de los pueblos indígenas y la promoción de su desarrollo institucional, es resguardado en al artículo 6) del Convenio al establecer la obligación del Estado de: a.- Consultar a los pueblos interesados… a través de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente. c.- Establecer los medios para el pleno desarrollo de las instituciones e iniciativas de esos pueblos, y en los casos apropiados proporcionar los recursos necesarios para este fin. El artículo 7 del Convenio deja plasmada la autodeterminación de cada pueblo indígena y el derecho sobre su tierra al establecer que: “Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que este afecte sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la media de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además, dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente”. Los artículos 13 a 19 del Convenio son significativos en torno a la tenencia de la tierra toda vez que señala que la utilización del término “tierra”: “…deberá incluir el concepto de territorios, lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna manera…”. El derecho de propiedad correspondiente como garantía constitucional de los pueblos indígenas es reiterado en el Convenio al decir que: “(1) …los gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad. “(2) Que esta acción deberá incluir medidas: a) que aseguren a los miembros de dichos pueblos gozar, en pie de igualdad, de los derechos y oportunidades que la legislación nacional otorga a los demás miembros de la población”.

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F. DECLARACION DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

Paralelamente, la Asamblea General de las Naciones Unidas también aprobó una importantísima Declaración sobre derechos de los Pueblos Indígenas, misma que ha sido aprobada con el voto del gobierno de la República de Nicaragua emitido el 27 de septiembre del año 2007 y ratificada por la Asamblea Nacional por decreto del 11 de marzo de 2008, incorporándose este instrumento como norma vigente y efectiva del ordenamiento jurídico nicaragüense. Resalta en esta declaración el artículo 3 que establece el derecho a la “libre determinación de los pueblos indígenas” dotándose de esa forma el pueblo indígena de Telpaneca, por imperio de la ley, del derecho a la libre determinación, entendiéndose por esta: “Los Pueblos indígenas tienen derecho a su libre determinación. En virtud de ese derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural” En tanto que, en relación a la tierra, el artículo 8 dice en su inciso 2: “… Los Estados establecerán mecanismos eficaces para la prevención y el resarcimiento de: … c) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia enajenarles sus tierras, territorios o recursos.” Y en el artículo 28 se define en torno a la propiedad y tenencia de la tierra: 1.- Los pueblos indígenas tienen derecho a la reparación, por medios que pueden incluir la restitución o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa, imparcial y equitativa, por las tierras, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído u ocupado o utilizado de otra forma y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo e informado. 2.- Salvo que los pueblos interesados hayan convenido libremente en otra cosa, la indemnización consistirá en tierras, territorios y recursos de igual calidad, extensión y condición jurídica o en una indemnización monetaria u otra reparación adecuada.

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G. JURISPRUDENCIA INTERNACIONAL

1. Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Awas Tingni Vs. Nicaragua

Queda también dentro de este marco de referencia como jurisprudencia internacional y fuente de derecho nacional e internacional los efectos de la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos humanos (CIDH) para el caso de Awas Tingni Vs. El Estado de Nicaragua de Agosto de 2001 que en esencia mandó al Estado de Nicaragua a titular conforme su derecho consuetudinario a dicha comunidad. El Estado de Nicaragua hizo efectiva esa histórica sentencia hasta en el mes de diciembre de 2007. Sin embargo a ello, la Sentencia establece como jurisprudencia aspectos que quedan vigentes como normas de imperativo cumplimiento. En especial resulta de interés para efectos de considerar los derechos de la Comunidad indígena de Telpaneca en torno a la tierra lo indicado en el párrafo 148 de la mencionada Sentencia, que dice: “…Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes… éste protege el derecho de la propiedad en un sentido que comprende, entre otros, los derechos de los miembros de las comunidades indígenas en el marco de la propiedad comunal, la cual también está reconocida en la Constitución Política de Nicaragua.” En cuanto a la relación de los indígenas con la tierra, la Sentencia, en forma coherente, establece los alcances de ese derecho señalando en el párrafo 149 lo siguiente: “Para las comunidades indígenas, la relación con la tierra no es meramente cuestión de posesión o producción: sino un elemento material y espiritual del que deben gozar plenamente, inclusive, para preservar su legado cultural y transmitirlo a las generaciones futuras”.

Esta Sentencia tiene un efecto trascendental en relación al derecho de propiedad de los pueblos indígenas toda vez que la misma se integra como fuente de derecho positivo en la legislación nacional, actuando como ley interna. También tiene como efecto que tal derecho de propiedad no es exclusivo de Awas Tingni sino de todos los pueblos indígenas de América.

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2. Recordatorio a Nicaragua de la Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial

Nicaragua está suscrita a esta Convención desde los años 80´s misma que prohíbe todo acto de discriminación en contra de los pueblos indígenas. El Comité que rige esta Convención ya se ha pronunciado últimamente en relación a los derechos de los pueblos indígenas del Pacífico, Norte y Centro de Nicaragua y ha señalado su preocupación por la ausencia de una ley general que proteja los derechos de estos pueblos. En una de sus recomendaciones al Estado de Nicaragua, el Comité le señaló106: “El Comité recuerda al Estado parte de su Recomendación general… sobre los derechos de los pueblos indígenas… y recomienda que redoble sus esfuerzos para asegurar la plena participación de los pueblos indígenas y afrodescendientes en los asuntos públicos del Estado a todos los niveles…” La comunidad o pueblo indígena de Telpaneca ha planteado al Estado de Nicaragua, en diferentes momentos, un reclamo persistente por el reconocimiento de sus plenos derechos como pueblo indígena en torno a la tierra, derechos que son de antigua data, toda vez que su existencia como pueblo se remonta a los mismos comienzos de la historia colonial de Nicaragua, época para cuando Telpaneca ya era una “provincia indígena”. Asimismo conviene decir que esa “provincia indígena” que los españoles “descubren” en Nicaragua en 1526 tiene sus orígenes en épocas remotísimas que se alargan en el tiempo miles de años atrás como se comprueba con la presencia de numerosa evidencia arqueológica en su territorio. El maltrato padecido por este pueblo es proporcional al hecho de sostener su existencia en el tiempo y es indicativo de su presencia como realidad indígena particular. El Estado oligárquico ha promulgado por desaparecerlo y hoy día estamos llamados a preservarlo y favorecer su desarrollo. Su presencia y denotación política es la mejor prueba de que merece un tratamiento digno a su condición de pueblo indígena sobreviviente y enaltecer esa realidad es enaltecer a quien lo reconozca. Corresponde al Gobierno de la República otorgar ese reconocimiento que de una vez restablezca o restituya a este pueblo de la tierra sus derechos históricos.

106 Observaciones finales del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial. 14 de Marzo de 2008.

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VII. CONSIDERACIONES PREVIAS PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO INDIGENA EN EL PRODEP

1. Análisis del Proyecto de Ordenamiento de la Propiedad

Actuando bajo la coordinación institucional de la Procuraduría General de la República (PGR) se implementa en forma interinstitucional el proyecto de ordenamiento de la propiedad (PRODEP) en el Departamento de Madriz. Coactúan en el proyecto además de la PGR las siguientes instituciones del Estado de Nicaragua: Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER), Ministerio de Recursos Naturales y del Ambiente (MARENA), Corte Suprema de Justicia (CSJ), Ministerio de Agricultura, Ganadería y Forestal (MAGFOR) y la Intendencia de la Propiedad (IP) más las Municipalidades. El objetivo del proyecto es contribuir al mejoramiento de la seguridad de la tenencia de la tierra lo que contribuirá a un proceso de fortalecimiento institucional de las Municipalidades en los departamentos que cubre el proyecto, a saber: Chinandega, Estelí y Madriz. El proyecto busca que las municipalidades aprovechen los procedimientos, productos y subproductos que generará su implementación para fines catastrales, de planificación estratégica, de ordenamiento territorial y de desarrollo local, a beneficio de los pobladores de 28 municipios del programa estimados en 125 mil familias. En este marco el PRODEP pretende implementar el Barrido Catastral masivo y sistemático legal basado en la parcela, e incluye labores de mapeo, red geodésica, catastro legal, solución de conflictos, titulación y registro de la propiedad, demarcación de áreas protegidas y planes de manejo. En el departamento de Madriz se tiene previsto con un financiamiento adicional del Banco Mundial realizar trabajos de levantamiento catastral y regularización de la propiedad donde existe el Pueblo Indígena de Telpaneca al igual que otros pueblos indígenas llamados, Cusmapa, San Lucas y Totogalpa. Al momento de aproximarse el proceso de barrido catastral al territorio del pueblo indígena de Telpaneca, en sus comunidades, los funcionarios de las instituciones involucradas en la implementación recibieron el reclamo de los representantes de la Comunidad Indígena de Telpaneca, en lo sucesivo Pueblo Indígena de Telpaneca, y la oposición a la medida, argumentando que en su consideración no se estaban tomando en cuenta la existencia del Pueblo Indígena de Telpaneca y sus

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derechos de propiedad, como tampoco se estaba considerando la opinión de este pueblo indígena en el proceso de este programa. De lo antes dicho tanto el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional como el Banco Mundial como organismo financiador del proyecto y en cumplimiento de sus políticas operacionales, han coincidido en la necesidad de conocer más a fondo la situación de la tenencia de la tierra reclamada por el Pueblo Indígena de Telpaneca. Para ello han contratado esta consultoría que tiene como propósito desarrollar un estudio de la tenencia de la tierra del pueblo indígena de Telpaneca con enfoque antropológico cuyo objetivo general es proporcionar a las autoridades un diagnóstico que permita a las autoridades tomar una decisión pertinente y justa para atender la demanda indígena y de los demás nicaragüenses. Ambos aspectos, tenencia de la tierra y pueblo indígena, son, desde un enfoque antropológico, temas que requieren de un abordaje de profundidad en aspectos históricos, sociales y jurídicos. Por lo que es de utilidad tener presente que los pueblos indígenas son entidades jurídicas y políticas de creciente reconocimiento por parte de los Estados nacionales y de parte de Organismos internacionales vinculantes a los Estados; en especial, en cuanto al reconocimiento efectivo de los derechos de dichos pueblos indígenas como entidades colectivas ancestrales. Trama éste donde el derecho de propiedad ocupa un lugar de primera magnitud dado el vínculo económico, cultural y espiritual profundo que los pueblos indígenas tienen con la tierra sobre el cual descansa su derecho de propiedad. Un enfoque antropológico de esta naturaleza necesariamente nos lleva a preguntarnos por la raíz del asunto y de entrada nos sitúa en la interrogante de saber si en los objetivos del proyecto del PRODEP se comprendió la naturaleza de las Comunidades o Pueblos Indígenas como entidades territoriales, y si van a ser consideradas como beneficiarias del programa en el departamento de Madriz ante otros nicaragüenses que puedan estar allí presentes. En este aspecto de política pública podría radicar la base principal del conflicto planteado por el Pueblo Indígena de Telpaneca. Por lo que es preciso atender esta situación con valentía y conocer si está dentro del marco legal del país el considerar o no la demanda del Pueblo Indígena de Telpaneca respecto a su participación en el Barrido Catastral y bajo que presupuestos de política y formas legales en relación a su derecho de propiedad de la tierra ancestral y de su tenencia.

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De la misma manera queda inserto en este mismo esquema el reclamo que el Pueblo Indígena de Telpaneca hace al Estado de Nicaragua, a la Procuraduría General de la República y a la Intendencia de la Propiedad, respecto a la devolución de las fincas Los Ranchos y El Limón, que se encuentran insertas dentro de sus tierras ancestrales en el mismo municipio de Telpaneca. De hecho, los nombres de ambas fincas se derivan del nombre de dos de las cuarenta y un comunidades que forman el Pueblo Indígena de Telpaneca, tierras que fueron usurpadas en la época de Anastasio Somoza García sin mediar de por medio su voluntad y antes por medio de actos de fuerza.

2. Elementos de legislación ordinaria a considerar por el PRODEP

Veamos pues, en primer lugar, qué tenemos a nivel de la Constitución Política de Nicaragua en relación a los Municipios para dilucidar lo concerniente al marco legal en el cual debe estar amparado el barrido catastral en el Municipio de Telpaneca según lo reclama el Pueblo Indígena de Telpaneca a través de sus representantes. En efecto, en el Título IX de la Constitución, denominado “División Político Administrativa”, en su Capítulo I “De los Municipios” se establece con claridad meridiana en la parte final del arto. 177 Cn., que la Ley de Municipios deberá incluir, entre otros aspectos, “las relaciones con los pueblos indígenas de todo el país”. De esta manera, vemos que la Constitución Política prevé y manda por medio de la Ley de Municipios a que se establezcan relaciones con los pueblos indígenas. En el artículo 179 de este mismo capítulo constitucional, el Estado se compromete a promover el desarrollo integral y armónico de las diversas “partes” del territorio nacional. Por su parte en la ley 40 o ley de autonomía municipal encontramos la existencia de tres tipos de Municipios, en atención a sus características étnicas: 1) Municipios que se enmarcan dentro de las jurisdicciones de las Regiones Autónomas que tienen como referente legal, además de le ley 40, la Ley 28 o Estatuto de Autonomía y la ley 445 o ley de demarcación y titulación de las comunidades y pueblos indígenas de las regiones autónomas y de la cuenca de los ríos Coco, Indio y Maíz. La ley de autonomía establece a las comunidades indígenas de las regiones autónomas como entidades que gozan de autonomía la que ejercen a través de sus autoridades tradicionales. Adicionalmente la Ley 445 legisló respecto

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a las comunidades (o pueblos indígenas en una nueva nomenclatura) estableciendo un procedimiento para la demarcación de tierras indígenas y el reconocimiento de autoridades tradicionales, también creando nuevas formas territoriales llamadas bloques de comunidades. Incorporó en el marco de las competencias de demarcación y titulación de tierras indígenas a territorios fuera de las regiones autónomas que estaban ligados históricamente a la antigua Mosquitia como son las comunidades indígenas mískitas y sumus de la cuenca del Río Coco en el departamento de Jinotega, en el municipio del Bocay, y en el departamento de Río San Juan, donde hay comunidades ramakíes y criollas en la cuenca de los ríos Indio y Maíz. 2) Otros municipios cuyas jurisdicciones se encuentran fuera de las regiones Autónomas y fuera del alcance de la Ley 445, y que tienen en sus territorios la presencia de Pueblos Indígenas. Este es el caso que corresponde a una parte de los municipios del departamento de Madriz y en particular al de Telpaneca. 3) El tercer tipo son todos aquellos municipios que no calzan en los dos anteriores y que son la mayoría de los municipios del país, es decir, aquellos municipios donde no existen comunidades o pueblos indígenas. Esto es así por cuanto el legislador en su reforma a la ley de municipios del año 1998 adicionó a la ley 40 un Título denominado: “Título VI: De los Municipios y las Comunidades Indígenas. Este título cuenta con dos Capítulos, el 1º denominado “De los Municipios en las Regiones Autónomas” con los artículos 62 al 66; el 2º capítulo denominado “De los Municipios con Pueblos Indígenas en su Territorio” que cuenta con los artículos 67 al 69. Asimismo, en el Reglamento de la ley de municipios se trata la misma materia. Por lo que conviene traer a cuenta lo que estos artículos de la Ley 40, en el referido título y capítulo, nos expresan: Arto. 67. Los Municipios reconocerán la existencia de las comunidades indígenas ubicadas en sus territorios, legalmente constituidas o en estado de hecho, según las disposiciones de la Ley de Comunidades Indígenas de 1914, 1918 y otras, sean propietarias de terrenos comunales o no. Asimismo, respetarán a sus autoridades formales y tradicionales, a quienes deberán tomar en cuenta en los planes y programas

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de desarrollo municipal y en las decisiones que afecten directa o indirectamente a su población y territorio. Arto. 68. Se entiende por autoridades formales, aquellas denominadas Juntas Directivas y que se desprenden de la legislación de la materia y de procesos formales de elección. Son autoridades tradicionales en las comunidades indígenas, aquellas que se rigen por la tradición y la costumbre, como son los denominados Consejos de Ancianos, Consejos de Reforma, Alcaldes de Vara u otra denominación, cuya elección o nombramiento no tiene previsto un reglamento oficial. Arto. 69. Corresponderá a los Concejos Municipales respectivos de conformidad con las leyes de la materia, asegurar, reconocer y certificar la elección de las autoridades comunitarias de las comunidades indígenas ubicadas en el ámbito territorial del Municipio. De la lectura del articulado de la Ley de Municipios se desprende muy claramente que la autonomía municipal tiene en aquellos municipios donde existen pueblos indígenas una condición y situación jurídica especial, pues como vemos la ley municipal establece deberes ineludibles a los Municipios, como son: a. Reconocer a los Pueblos Indígenas existentes b. Respetar a sus Autoridades c. Tomarlos en cuenta en la planificación del desarrollo municipal en todo lo que les afecte Además, esta situación jurídica especial comprende para los Municipios reconocer que en su ámbito territorial existe una entidad jurídica plena a la cual la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia le reconoce como una entidad cuasimunicipal que puede emitir documentos públicos; que cuenta con las siguientes características: a. Una población indígena b. Un territorio indígena c. Un gobierno indígena La Constitución Política en su artículo 5 también establece una norma general de primer orden en esta materia, al señalar que el Estado: “…(1) reconoce la existencia de los pueblos indígenas, (2) que gozan de los derechos, deberes y garantías consignados en la Constitución, y en especial los de mantener y

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desarrollar su identidad y cultura, tener sus propias formas de organización social y administrar sus asuntos locales; (3) así como mantener las formas comunales de propiedad de sus tierras, todo de conformidad con la ley. Para las comunidades de la Costa Atlántica se establece el régimen de autonomía en la presente Constitución…” Este artículo constitucional nos enseña que los pueblos indígenas gozan de las garantías constitucionales que se encuentran en el título IV denominado “Derechos, Deberes y Garantías del Pueblo Nicaragüense”. En particular, el artículo 44 garantiza el derecho de propiedad de los bienes muebles e inmuebles. Ergo, los pueblos indígenas gozan plenamente del derecho de propiedad de sus bienes, entendiéndose por estos, el territorio (al que hace mención el artículo 67 de la Ley 40 citado atrás). Otra garantía constitucional que gozan los pueblos indígenas es que, en tanto entidades colectivas, tienen derecho a la igualdad jurídica. Esto es, que sus derechos y en particular el derecho de propiedad, deben ser reconocidos, admitidos, respetados y no solo eso sino también promovidos y desarrollados sin discriminación. El artículo 27 de la Constitución señala como garantía a este respecto que: “No habrá discriminación por motivo de nacimiento, nacionalidad, credo político, raza, sexo, idioma, religión, opinión, origen, posición económica o condición social”. De lo antes analizado podemos relacionar que el Estado de Nicaragua y el Municipio, tienen la obligación de promover el desarrollo integral y armónico del territorio nacional, donde los pueblos indígenas de todo el país, hemos visto, son partes de ese territorio. Adicionalmente, Nicaragua se ha adherido soberanamente a los “principios” y “normas” que conforman el Derecho Internacional Americano donde encontramos un corolario que amplía la dimensión de los derechos de los pueblos indígenas en el marco del subsistema de derechos humanos. El derecho de propiedad de los pueblos indígenas se encuentra superprotegido en este ámbito legal, incluso con jurisprudencia vinculante especialmente para Nicaragua que ya ha sido objeto de “condenas”107, “sanciones” y de “recomendaciones”108 respecto a la necesidad de reconocer e implementar medidas

107 Corte IDH. Caso de la comunidad mayangna (sumu) Awas Tingni v. Nicaragua. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de Agosto de 2001. 108 Véanse las Observaciones Finales del Comité para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, de la ONU, dirigidas al Estado de Nicaragua, del 14 de marzo de 2008, en el sentido que: “redoble sus esfuerzos para asegurar la plena participación de los pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes en

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tendientes a que los derechos de propiedad de los pueblos indígenas no sean menoscabados109. La Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha pronunciado en varios casos en cuanto a que los derechos de propiedad de los pueblos indígenas persisten en el tiempo a pesar que hayan sido en el pasado despojados totalmente o de parte de él. Los pueblos indígenas gozan como entidades colectivas que son del derecho de restitución de su territorio.

3. Principios Jurídicos y Leyes de la Tenencia de la Tierra y la Propiedad Indígena en Telpaneca

Además de la legislación moderna precitada los pueblos indígenas de Nicaragua gozan del respaldo de una legislación antecedente a los principios de la nueva constitución política de 1987 y sus reformas de 1995, legislación que se encuentra vigentes y le reconoce una serie de facultades que los pueblos indígenas han venido implementando aun en las penosas condiciones de abandono institucional que han experimentado por siglos. Esta legislación “indigenista” que forma parte del derecho interno de Nicaragua, es particularmente de interés tener presente a efectos de conocer las características con que opera el derecho de propiedad y de tenencia de la tierra, como del registro y del catastro de los bienes de los pueblos indígenas. Especialmente es de suyo interesante tener presente los principios jurídicos o prolegómenos del derecho que caracterizan a una concepción revolucionaria del sistema jurídico nicaragüense como es el principio evolutivo de la interpretación de la norma; con mayor razón al abordarse a un sujeto de historia tan inveterada como es el caso de un pueblo indígena. Al igual que el principio de la justicia toda vez que estamos en presencia de un colectivo humano ancestral en condiciones de pobreza severa al cual la tierra le es de indispensable necesidad para el aseguramiento de su sobrevivencia material y espiritual. Otro principio básico para comprender cabalmente el asunto de la tenencia de la tierra en el pueblo indígena de Telpaneca que debe apoyar a las autoridades en la toma de

los asuntos públicos del Estado”, donde también agregan que al Comité le preocupa “que los pueblos indígenas de la zona del pacífico, centro y norte… no gocen de una ley que reconozca y proteja sus derechos”. 109 CIDH (2010) Derechos de los Pueblos Indígenas y Tribales sobre sus Tierras Ancestrales y Recursos Naturales: Normas y Jurisprudencia del Sistema Interamericano de derechos Humanos. CIDH – OEA.-

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decisiones en esta materia es el principio de la analogía, que es una norma de integración y coherencia del sistema jurídico por el cual se resuelve un asunto no previsto por la semejanza con otros previstos. Por último, un cuarto principio jurídico indispensable de tener en la pantalla de las decisiones políticas es el del número toda vez que el pueblo indígena de Telpaneca comprende una estructura social de tipo étnica, por ende solidaria, de carácter masiva, popular y que abarca a una gran cantidad de pobladores nicaragüenses que reclaman ese derecho y que debe de privar ante otro interés que es mucho más reducido en número y condición, de personas individuales que muy recientemente y ajenos al territorio en cuestión, se han “tomado” partes de tierra reclamadas por la Comunidad Indígena de Telpaneca. Estos “terceros” introducidos en las fincas Los Ranchos y El Limón, estorban, inquietan y hacen sufrir al Pueblo Indígena de Telpaneca en un daño moral sostenido desde la llegada misma del invasor español hace cinco siglos que no puede ser aducido como principio de actuación de ningún gobierno sin afectar drásticamente la proporción, la justicia y los mismos principios constitucionales. De manera que el viejo ordenamiento nacional en materia de derechos indígenas debe tenerse a mano y visto con los ojos del nuevo ordenamiento que se ha visto ampliado por el legislador y el soberano, amén que priva en la doctrina y la jurisprudencia el principio evolutivo en la interpretación de las normas en vista de la modernización y desarrollo legal donde el derecho de propiedad de los pueblos indígenas debe ser el primero en atenderse por un principio de justicia social y de justicia histórica. Respecto a la validez del viejo ordenamiento la Constitución Política en el arto. 198 que indica lo siguiente: “El ordenamiento jurídico existente seguirá en vigencia en todo aquello que no se oponga a la presente Constitución, mientras no sea modificado” Veamos las siguientes facultades que los pueblos indígenas tienen de la vieja legislación ordinaria nicaragüense y que deben tenerse presentes en la nueva legislación catastral: Registro y Catastro de la propiedad indígena. En base a las atribuciones reconocidas a las Comunidades Indígenas por las leyes de 1914, 1918 y 1935, el pueblo de Telpaneca lleva tanto un Libro de Registro de la propiedad como uno de Catastro. Este campo de actuación se enmarca dentro del concepto de autonomía relativa que se expresa en el artículo 5 de la Constitución Política respecto al derecho de los pueblos indígenas de llevar

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sus propios asuntos locales, como también a las atribuciones de las leyes mencionadas110. El Artículo 2 de la Ley de 3 de Junio de 1914 señala que: “corresponde a las Juntas Directivas la administración de los bienes que pertenecen a las Comunidades Indígenas”. El arto. 7 de esta ley dice que: “es prohibido a las Juntas Directivas “vender los terrenos pertenecientes a las Comunidades Indígenas”. En la ley de 1918 se indicaba como objeto y función de las Juntas Directivas: “Procurar el deslinde general y amojonamiento de los terrenos de la Comunidad y hacer que se practique medida de las porciones de terrenos ocupados”. Entre las atribuciones del Secretario de la Junta, se señalaban el de llevar los libros y custodiar el archivo. Entre los libros se mencionan:

a) Libro de Actas, b) Libro de Correspondencia, c) Libro del Censo, d) Libro de Órdenes de Pago. e) También se faculta para abrir “otros libros que sean indispensables”.

Se autorizaba al Tesorero de la Juna Directiva llevar un:

a) Libro Inventariado de los bienes inmuebles y semovientes que pertenezcan a la comunidad indígena.

El Decreto legislativo de 6 de agosto de 1918 sobre estatutos de las comunidades indígenas establece que son obligaciones de las Juntas Directivas:

a) Velar por el bienestar y mejoramiento moral y físico de los indígenas de la comunidad b) Reivindicar y mantener incólume todos los derechos de la Comunidad Indígena

110 Ver Gacetas, No. 234 del 20 de octubre de 1914, No. 182 del 14 de agosto de 1918 y No. 185 del 19 de agosto de 1918.

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c) Representar a la Comunidad en todos los asuntos judiciales.

El Secretario lleva los libros de:

a) Libro de Actas b) Libro de Registro de individuos de la comunidad indígena y hacer las inscripciones de los indígenas que le ordena la JD. Este Libro contendrá: i) Nombre y apellido ii) Lugar de residencia iii) Profesión u oficio iv) Cantidad de terreno que tenga acotado o sin acotar v) Clase de cultivos vi) Semovientes que posean

Establecía al Tesorero la atribución de llevar entre otros libros, un:

a) Libro inventario de los bienes inmuebles, de los muebles y semovientes que pertenezcan a la comunidad.

De manera que el Pueblo Indígena de Telpaneca, a pesar del abandono institucional de que padeció en el pasado, es una entidad que está vinculada férreamente a los asuntos de su derecho de propiedad y del registro y catastro de sus propios bienes. Telpaneca en particular ha iniciado un proceso de levantamiento de un catastro de la propiedad indígena el cual ha tenido el respaldo de la población indígena, a pesar que se trata de un esfuerzo enteramente desde abajo. De igual forma se aprecia la existencia de disposición de muchos terceros que tiene fincas en la propiedad indígena y que cuentan con papeles sin base legal, tales como ventas forzadas, posesorios, hereditarios, supletorios; y todos esos papeles, sin antecedentes, y están acudiendo a las oficinas del pueblo indígena a poner al día su situación. De existir un proceso de acompañamiento y apoyo del Estado de Nicaragua, por supuesto que este asunto del ordenamiento y del saneamiento de la propiedad indígena caminaría por mejores sendas.

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4. Corolario

Por lo visto, el marco legal del país admite la existencia de pueblos indígenas tanto en las Regiones Autónomas como en la parte del Norte, Centro y del Pacífico de Nicaragua. Siendo el Municipio de Telpaneca uno de los espacios del territorio nacional donde existe un Pueblo Indígena, que es reconocido como tal. Volviendo la vista al programa del PRODEP y a la fase de la implementación del Barrido Catastral en lo concerniente al municipio de Telpaneca, resulta que o no se consultó a la Alcaldía Municipal de Telpaneca respecto de la existencia de un Pueblo Indígena en su territorio, o esta entidad omitió exponer a sus contrapartes institucionales de la existencia de un Pueblo Indígena en su territorio. O bien, que, paralelamente, el diseño del programa del PRODEP no contemplara atender asuntos relacionados a derechos de propiedad de pueblos indígenas en el departamento de Madriz y en el Municipio de Telpaneca. A como haya sido, esta situación debe enmendarse pues complica una política pública del Estado y un programa específico como es el PRODEP y el Barrido Catastral en la medida en que este pueblo indígena de Nicaragua como lo es el Pueblo Indígena de Telpaneca se ve impedido y limitado de usar sus derechos y beneficios de una política estatal. Por efecto de la Ley de Municipios en sus artículos antes citados se desprende en forma clara e indubitable que las autoridades del Municipio de Telpaneca estaban obligadas a saber de la existencia en su territorio de un Pueblo Indígena. Mucho más por cuanto los munícipes mismos están obligados a RECONOCER la existencia de las Comunidades Indígenas ubicadas en su territorio municipal, igualmente obligadas a RESPETAR a sus autoridades tradicionales y formales, a quienes deben TOMAR EN CUENTA en las decisiones que AFECTEN directa o indirectamente a su POBLACIÓN [indígena] y a su TERRITORIO [indígena]. Es pues, por tanto, de esperar que en las medidas previas de implementación del Barrido Catastral en el municipio de Telpaneca, esta entidad municipal sea la primera en reclamar la consideración del Pueblo Indígena de Telpaneca existente en su jurisdicción político-administrativa, si es que el programa por cualquier razón no lo considera. En la opinión del Pueblo Indígena de Telpaneca no lo hizo así, dando lugar al reclamo para cuya solución se trabaja esta consultoría. Por lo que es importante admitir que los Municipios, el PRODEP mismo, y las instituciones e incluso los funcionarios al frente de las mismas, no pueden ignorar de la existencia del

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Pueblo Indígena de Telpaneca y de su derecho de propiedad, toda vez que este Pueblo ha tenido una dilatada actuación en defensa de sus derechos territoriales, y en reclamo de la acción del Estado para proteger los mismos desde hace mucho tiempo. Instituciones participantes del PRODEP como lo es MARENA, INETER, la PGR, la Intendencia de la Propiedad o los Municipios, tiene en la Ley General del Medio Ambiente y los Recursos Naturales (Ley 217 de 1996) un importante instrumento legal en materia de planificación y gestión ambiental, y no pueden ignorar su artículo 4, inciso 4 que dice: “…El Desarrollo económico y social del país se sujetará a los siguientes principios rectores… 4) El Estado debe reconocer y prestar apoyo a los Pueblos y Comunidades Indígenas, sean estas de las Regiones Autónomas, del Pacífico o Centro del país, en sus actividades para la preservación del ambiente y uso sostenible de los recursos naturales...” En Telpaneca, la tierra es el principal recurso natural del pueblo indígena. El diseño general del proyecto de ordenamiento de la propiedad, dirigido a lograr el ordenamiento de la propiedad, lo mismo que el enfoque en la parcela como unidad de medida del barrido catastral, como se ha visto en el intento de INETER por implementar el barrido catastral en el Municipio de Telpaneca, asumía que no existía ningún pueblo indígena allí, y que tampoco existía, en consecuencia, un derecho de propiedad indígena que salvaguardar por medio del catastro y otras medidas legales. De donde el enfoque y la filosofía del proyecto partía de una premisa falsa: no existían pueblos indígenas en el departamento de Madriz ó bien no había pueblo indígena en el Municipio de Telpaneca. De ser así resulta falsa tal premisa porque la misma legislación ordinaria es abundante en reconocer a los pueblos indígenas en el Pacífico, Norte y Centro del país como entidades existentes y sujetas de derechos y en particular con derechos de propiedad de tierras ancestrales. Como también sería falsa esa suposición porque existe una legislación antecedente que se encuentra vigente en el país, que reconoce los derechos de propiedad de las llamadas Comunidades Indígenas, cuyos derechos de propiedad son incólumes desde el año 1914 y 1935 por cuanto las tierras y bienes de las comunidades indígenas quedaron fuera del comercio de los hombres y adquirieron la noción jurídica de ser bienes no enajenables, inembargables e imprescriptibles. Amén de lo anterior, el Pueblo Indígena de Telpaneca ha sostenido el reclamo por sus derechos usurpados en forma reiterada, sin

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abandonar su derecho ancestral, y al contrario, reforzándolo con acciones legales y administrativas que, el Estado de Nicaragua en el pasado, no ha respondido efectivamente violando en consecuencia el derecho de propiedad de este pueblo originario y su derecho a ser protegido jurídicamente. De lo antes dicho resulta válido admitir que en la aplicación del nuevo financiamiento adicional del proyecto del PRODEP, se requiere centrar y redefinir al Pueblo Indígena de Telpaneca como entidad propia y autónoma presente en el Municipio de Telpaneca, y como meta particular del programa. Esto implica desconcentrar los alcances de “fortalecimiento institucional” exclusivamente en el Municipio y abrirlos en lo que corresponde a la participación del Pueblo Indígena de manera que en el rediseño del proyecto este Pueblo indígena sea parte activa como entidad local existente e independiente en el territorio municipal, y que se reconozca su derecho propio a participar y beneficiarse efectivamente de todo el contenido del plan de desarrollo que implica el barrido catastral y el ordenamiento de la propiedad. Esto es así toda vez que los pueblos indígenas son entidades jurídicas y políticas propias, autónomas, compuestas a la vez de población indígena, de territorio indígena y de gobierno indígena según la misma ley de Municipios. Vistos estos elementos podemos considerar que en el rediseño del programa del PRODEP se debe garantizar el principio de seguridad y certeza jurídica del derecho a la propiedad de los pueblos indígenas. Lo contrario, omitir la presencia del PIT sería un acto que conllevaría una disminución de la personalidad indígena allí representada, un sufrimiento individual y colectivo terrible y reforzaría una actitud de menosprecio a tal población por su condición indígena, situaciones que son enteramente rechazadas por nuestra actual Constitución Política.

5. Visibilización del Pueblo Indígena de Telpaneca

Es pues, en opinión de esta consultoría urgente que el gobierno de la república proceda en conjunción con el Pueblo Indígena de Telpaneca a implementar el ordenamiento de la propiedad en su territorio y aplicar el barrido catastral en el Municipio de Telpaneca, o cualquier otro programa que se implemente en esta materia tomando en cuenta lo siguiente: 10. El Pueblo Indígena de Telpaneca es una realidad antropológica, sociológica, demográfica, histórica, jurídica, institucional y legal de la nación nicaragüense.

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11. La existencia de un gobierno indígena debidamente reconocido por los órganos del Estado en dicho Municipio 12. La existencia de un territorio indígena ancestral 13. La existencia de una demarcación y amojonamiento desde principios del siglo XVII 14. La existencia de un derecho de propiedad ancestral del pueblo indígena de Telpaneca sobre su territorio 15. La existencia de documentos legales que verifican los derechos 16. La existencia de mojones históricos que delimitan el territorio del pueblo indígena desde el año 1622 17. La existencia de peticiones y demandas del pueblo indígena de Telpaneca presentadas a los órganos del estado de Nicaragua, en diferentes gobiernos anteriores, reclamando justicia sin que se le haya respondido y antes eludido hacerlo. 18. La presencia de condiciones socioeconómicas de pobreza en sus diversas expresiones: severa, media y baja; condiciones que vive el Pueblo Indígena de Telpaneca en el territorio municipal producto de las inequidades. 19. El Pueblo Indígena de Telpaneca es una entidad propia, autónoma y por ende la relación del PRODEP como programa gubernamental debe tomar en cuenta tal carácter por las implicaciones jurídicas y de políticas de Estado que implica. Esta consultoría ha podido verificar que los más importantes instrumentos de planificación para la gestión territorial y beneficio a la población, en el Municipio de Telpaneca, se han realizado sin reconocer la existencia del Pueblo Indígena de Telpaneca, como de su territorio y de sus autoridades, tal como se aprecia, por ejemplo, en el “Plan de Repuesta Municipal con Enfoque de Riesgo”, realizado por SINAPRED aprobado en el mes de noviembre de 2009. Este tipo de omisiones, indudablemente que contribuyen a invisibilizar tanto la existencia del PIT como de sus derechos y garantías constitucionales.

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6. Implicaciones Legales del Reclamo Indígena en Telpaneca

El organismo financiero del proyecto como lo es el Banco Mundial está igualmente, en consecuencia, obligado a que se preserven los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca conforme lo dictan sus propias normativas. Está obligado a reconocer “plenamente” tanto la presencia del Pueblo Indígena de Telpaneca como de sus derechos territoriales. De igual forma el PRODEP debe reconsiderar al destinatario de los servicios de la propiedad, catastrales y otros, que el proyecto establece, los que deben incluir al Pueblo Indígena de Telpaneca como entidad local y propietaria del terreno, y ofrecer en consecuencia elementos financieros y programáticos dirigidos a fortalecer la institución del Pueblo Indígena de Telpaneca como entidad constitucional presente en el ámbito municipal. Por lo que conviene pasar a revisar al tema de la parcela como unidad destino de la acción del barrido catastral. Resulta evidente que el PRODEP para el caso del Municipio de Telpaneca no concibió la existencia de un derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca que abarca todo o la mayor parte del territorio municipal, y se centró en la parcela como una unidad de medida menor que, independientemente de la existencia de terceros en el territorio indígena, discrimina al principal derecho habiente que es el Pueblo Indígena de Telpaneca dueño de la gran parcela. Prueba de ello es que bien se pudo considerar la “gran parcela” del pueblo indígena de Telpaneca referida a su territorio histórico reclamado en base a su ancestralidad y a la existencia de un título de antigua data, además, un instrumento ya reconocido por el Estado desde 1956 e inscrito en el Registro Público en 2003 como lo constató la Intendencia de la Propiedad en el año 2005. Hasta ahora se han pasado por alto la existencia de estos hechos y derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca, en particular en relación a las fincas Los Ranchos y El Limón. Contrario sensu la idea de la “parcela” a ojos del Pueblo Indígena de Telpaneca vislumbra una intención de complejizar mucho más su derecho a la propiedad ya complicado por los gobiernos anteriores al facilitar procesos de titulación de terceros por medio de los servicios de catastro, lo que les hace considerar que se estarían violando en consecuencia sus derechos de propiedad y dificultándolos como hechos consumados. El PRODEP debe considerar, sin embargo, que en ningún momento el derecho de propiedad del pueblo indígena de Telpaneca se puede extinguir puesto que es imperturbable en una sociedad democrática de estado de derecho, hasta tanto exista la entidad indígena.

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Es útil a este punto revisar lo que establece la Ley General de Catastro111 sobre la Parcela: “Arto. 3. No. 24: Parcela: Es la unidad técnica del catastro que consiste en una extensión territorial definida y delimitada por una línea o lindero que principia y regresa al mismo punto o identificable y reconocida por su posesión o propiedad” Siendo esta la “definición oficial” de la parcela, esta consultoría considera que el territorio contenido en el título real del pueblo indígena tiene líneas o linderos identificables y son reconocidos por sus pobladores, que se pueden fácilmente circunscribir mediante un polígono, tal como se ha podido comprobar y hacer posible en los juegos de mapas que se han señalado atrás. Tampoco podemos omitir que el PRODEP y el Banco Mundial, conocían la existencia del Pueblo Indígena de Telpaneca situado en el Municipio del mismo nombre, en el departamento de Madriz; un conocimiento que existe desde los inicios del programa en Nicaragua. En mayo del año 2002, el PRODEP recibió los resultados de una consultoría contratada la que produjo un “Diagnóstico de la Situación de las Comunidades indígenas de Nicaragua ubicadas en el Pacífico, Norte y Centro” y una propuesta de “Estrategia y Plan de Acción”. Entre las implicaciones de un “programa de inserción” de estas comunidades indígenas en el marco del PRODEP se señalaron: 1. Reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas conforme la Constitución Política y Derechos Humanos 2. La adecuación, integridad y complementariedad de normas 3. Inserción de las comunidades indígenas en el PRODEP como proceso de superación de conflictos arrastrados. Entre los elementos de la estrategia de inserción se definieron: 1. Elementos de políticas: una alianza estratégica entre el Estado y los Pueblos Indígenas en referencia. 2. Elementos jurídicos: Fortalecimiento del Estado de Derecho, Desarrollo Legal e Impulso de la Economía Rural indígena.

111 Gaceta No. 11, Año CIX del lunes 17 de enero de 2005.

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3. Institucionales: Fortalecimiento de la gestión pública y de los gobiernos de los pueblos indígenas. En cuanto al Pueblo Indígena de Telpaneca se refiere, dicho diagnóstico lo abarcaba y caracterizaba su situación particular en ese momento y los conflictos presentes entonces, mencionándose: o Conflicto con el Municipio: el municipio discrimina al pueblo indígena y usurpó sus derechos de propiedad o Caso de Interbank: Demanda la devolución de las fincas Los Ranchos y El Limón o Impuesto y Canón: El municipio impone trabas al derecho de la comunidad indígena al momento en que los comuneros solicitan servicios de fierro exigiendo que paguen impuestos Aquella consultoría definió para el Pueblo Indígena de Telpaneca cinco ejes para su inserción en el PRODEP: 1. Reconocimiento expreso de sus estructuras de gobierno indígena 2. Reconocimiento de sus títulos reales 3. Demarcación del territorio indígena 4. Legalización de la propiedad 5. Implementar un programa de apoyo institucional a la Comunidad Indígena de Telpaneca para la regularización de sus derechos y el aprovechamiento de los recursos naturales. De modo tal que corresponde ahora la definición, ex post, a aquella oportunidad perdida, de elaborar una estrategia y un plan de acción para el asunto de la implementación del barrido catastral en el municipio de Telpaneca cuando esto debió implementarse desde el año 2002 por la administración de gobierno de aquel periodo en los términos propuestos en la consultoría antes mencionada o bien incorporando algunos de sus elementos pero que, en todo caso, debía mínimamente implicar el de conocer de la presencia y la existencia del Pueblo Indígena de Telpaneca en el municipio de Telpaneca y de los conflictos existentes sobre la propiedad. Con tal omisión, por parte del Estado en aquel momento, a la fecha de hoy se sumaron en contra del Pueblo Indígena de Telpaneca nuevos conflictos que bien pudieron evitarse en atención a lo propuesto en 2002.

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Arriba: Carta de Libertad condicional del “reo” Zoilo González Centeno , miembro del Consejo de Ancianos del PIT, de 64 años de edad, enjuiciado y encarcelada en la prisión Las Chácaras de Estelí, en el año 2003, y condenado a dos años de prisión por el delito de “usurpación de dominio privado”. También fue encarcelado Genaro Martínez el Presidente de la Junta Directiva y otros dirigentes debieron huir a la montaña. Este hecho facilitó la entrada de los ex militares. Abajo, Jóvenes del PIT trabajan identificando carriles y mojones que delimitan el territorio ancestral.

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7. El Rostro Humano de los Derechos Reclamados por el Pueblo Indígena de Telpaneca

La pretensión de beneficiar a 75 ex militares con tierras que el Pueblo Indígena de Telpaneca reclama le sean reintegradas como parte de su derecho de propiedad, debe ser sometida por el Gobierno a una revisión crítica y seria. No tanto por el hecho que estas personas sean militares o porque no sean originarios del Pueblo Indígena de Telpaneca ni del municipio de Telpaneca, sino porque el Pueblo Indígena de Telpaneca ha solicitado la restitución de dichas tierras para sus propias necesidades que superan en mucho el cuadro que pueden presentar los ex militares. De suyo es sabido que el Ejército de Nicaragua y la CIAV-OEA realizaron en su momento un exhaustivo trabajo de censo de soldados del ejército de la Contra y a todos ellos se les favoreció con un plan que implicó una serie de beneficios. Las fuerzas armadas oficiales del gobierno de Nicaragua también realizaron un exhaustivo proceso de desmovilización de tropas, tanto del Ejército como del Ministerio del Interior, habiéndose proporcionado a todo aquel personal su respectivo beneficio en tierras, viviendas, vehículos, becas, etc., a través de planes ordenados de desmovilización, muy profesionales. No corresponde a esta consultoría demostrar lo anterior. Pero lo mencionamos porque, en todo caso, es impropio desatender la demanda histórica del pueblo indígena por la restauración de su derecho de propiedad en Los Ranchos y El Limón. Entre tanto podemos recapitular reseñando los resultados del diagnóstico y verificar que el Pueblo Indígena de Telpaneca presenta un cuadro de tenencia de la tierra que es el mejor argumento a favor de la restitución de las tierras de Los Ranchos y El Limón a su verdadero y legítimo dueño como lo es el Pueblo Indígena de Telpaneca, un cuadro social que se caracteriza por lo siguiente: 1.- La presencia de diez mil trescientos sesenta (10,360) miembros del Pueblo Indígena de Telpaneca -por lo menos- que dependen de la tierra para la sobrevivencia colectiva. 2.- La presencia de ochocientas diecisiete (817) familias del Pueblo Indígena de Telpaneca que carecen de un lote de tierra donde trabajar. 3.- La presencia de quinientas cuarenta y cuatro (544) familias indígenas de Telpaneca que sólo cuenta con menos de 2 manzanas de tierra para sobrevivir; de ellas 193 familias tienen menos de 1 manzana.

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4.- La presencia de quinientas ochenta y tres (583) familias del Pueblo Indígena de Telpaneca que deben alquilar tierras a terceros cada año para poder cultivar y sobrevivir. No existe en esta relación, cara a cara, justificación alguna que respalde y priorice entregar tierras indígenas a los desmovilizados y continuar con una política del pasado caracterizada por la discriminación y ofensa al Pueblo Indígena de Telpaneca por la cual se le ha despojado de sus tierras desde la época del gobierno dictatorial de Somoza, un régimen que se caracterizó por la violación de los derechos humanos del pueblo nicaragüense e incluso el genocidio. Al contrario, conviene al Gobierno y Estado de Nicaragua en esta oportunidad histórica solventar la demanda del pueblo indígena de Telpaneca por su derecho de propiedad sobre un área de 37,700.23 hectáreas equivalentes a las 14 caballerías medidas, amojonadas y tituladas en 1622 por la corona española. No está obligado el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional a darle continuidad a esas políticas de despojo de las tierras y derechos del pueblo indígena de Telpaneca, propios de la época de Somoza. Esta consultoría ha podido verificar ampliamente en el trabajo de campo la identificación realizada de todos los mojones históricos y la georeferenciación de los mismos de conformidad con los títulos de antigua data y el conocimiento y cosmovisión del pueblo indígena de Telpaneca. Otros derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca, de orden social y cultural, son también temas de una agenda por revisar e incorporar en los planes de desarrollo no sólo en el municipio de Telpaneca sino en el departamento de Madriz. Temas como la educación, la familia, la niñez, la salud, tienen desde la perspectiva de la existencia del Pueblo Indígena de Telpaneca, como entidad jurídica propia de la nación nicaragüense, un apartado vital para el desarrollo armónico de la sociedad nicaragüense. Todo ello es parte integral de los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca, y obviamente, el derecho de propiedad es consustancial, es trascendente de concretar para esos propósitos.

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8. Conclusiones

1. El área del polígono de las 14 caballerías de tierras ancestrales tituladas al Pueblo indígena de Telpaneca en el año 1622 consta actualmente de: - 41 comunidades y siete barrios y una población mínima de 10,036 indígenas. - Un área igual a 37,700.23 hectáreas, igual a 377.0023 Km2. 2. La existencia de un área traslapada del terreno del Pueblo Indígena de Telpaneca por límites municipales de San Juan de Río Coco, Ciudad Antigua, Mozonte, Totogalpa, Palacagüina y Condega, de 9,813.93 hectáreas iguales a 98.2023 Km2. 3. Que las fincas tomadas por los ex militares en los sitios Los Ranchos y El Limón, y que han sido fusionadas en tres cuentas registrales separadas e inscritas a nombre del Estado de Nicaragua en el año 2010, con los números 20,918, 20,975 y 21,001; se encuentran insertas dentro del terreno perteneciente al Pueblo Indígena de Telpaneca y debidamente registrado a su nombre con antelación, en la cuenta 15,902 asiento 1º, Folios 176 a 183, Tomo 186, Libro de Propiedades, Sección de Derechos Reales del Registro Público del Departamento de Madriz. 4. Que el Pueblo Indígena de Telpaneca ha sido despojado de partes de sus terrenos. 5. Que el Pueblo Indígena de Telpaneca solicitó la intervención del Estado de Nicaragua por medio de la Fiscalía General de Hacienda en 1954/1959 y a través del IAN en 1966/1969, y a pesar de haberse autorizado un proceso legal de remedida de sus tierras conforme las voces de su título de 1622, este no se llevó a cabo por negligencia y mala fe y los líderes indígenas fueron perseguidos, amenazados y encarcelados. 6. El Pueblo Indígena de Telpaneca ha solicitado la reivindicación de sus terrenos a los titulares del Ministerio de Hacienda y de la Procuraduría General de la República y otros órganos del Estado, en varias oportunidades y desde hace muchos años, encontrándose a la espera de una respuesta a su demanda de justicia. 7. El PRODEP y la Procuraduría General de la República deben resolver afirmativamente el reclamo histórico del PIT.

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VIII. ESTRATEGIA Y PLAN DE ACCION

1.- Principios jurídicos y de gobernabilidad a considerar de previo

1. El Estado de Nicaragua en tanto entidad que se funda en el principio del Estado Social de Derecho está obligado a respetar, reconocer y garantizar los derechos de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca más allá de la sola existencia de un sistema de derechos constitucionales o de declaraciones oficiales que así lo digan, sino que está obligado a hacer efectivo ese derecho bajo el principio jurídico del effet utile es decir que sus órganos deben adoptar todas las medidas administrativas y de cualquier tipo para que el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca sea realmente cumplido. 2. El barrido catastral y la demarcación del territorio del Pueblo Indígena de Telpaneca debe realizarse tomando en consideración que su derecho de propiedad emana de un derecho histórico y además de un derecho titulado y preexistente, alterado en todo caso por actos del Estado y de terceros, en administraciones pasadas. 3. El derecho del Pueblo Indígena de Telpaneca cubre 14 caballerías de tierra que se mencionan en su título con independencia de que hayan sido despojados de partes de ellas por acciones de terceros o del mismo Estado o sus órganos en administraciones pasadas, en actos donde el Pueblo Indígena de Telpaneca no ha otorgado o cedido sus derechos y al contrario los ha reclamado y los necesita. 4. La complejidad que exista hoy día, producto de la usurpación, abusos, ilícitos, omisiones y discriminación, ejercida en contra del derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca en administraciones pasadas, no es una excusa que puede ser argumentada por el Estado para no reconocer la plena validez del derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca en su territorio y para restituirle efectivamente en sus derechos. 5. El derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca está debidamente inscrito en el Registro de la Propiedad Inmueble y Mercantil de Madriz por medio de una compulsa, en 2003 y debe gozar ese derecho de seguridad y certeza jurídica, y el barrido catastral debe ser congruente con dicho derecho. A este respecto téngase presente el siguiente criterio de los Maestros glosadores del Código Civil de la República de Nicaragua al abordar el artículo 3938 C, que dice:

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“Todos los títulos referentes a inmuebles que no estén inscritos en el Registro de Propiedad, porque no lo exigía la legislación bajo cuyo imperio se obtuvieron, porque tenían el carácter de supletorios que les dio el Código anterior, o por cualquier otra causa, deberán inscribirse en el Registro Público para que gocen de este beneficio.” Los sabios maestros glosadores le hicieron una nota doctrinaria o comentario jurídico para explicar el alcance de este artículo y su origen, y particularmente se refieren a los títulos reales y a los pueblos indígenas. Por lo que conviene leer la explicación en extenso respecto a qué tipo de títulos referentes a inmueble se refiere el arto. 3938 C., y nos aclaran los maestros: “… A pesar de que en el Reglamento del Registro Conservatorio se expresaba que la ley no reconocía el dominio de bienes raíces que no estuviesen inscritos, es lo cierto que no se llevaban a efecto las inscripciones de contratos anteriores al establecimiento del Registro en 1877, por negligencia de los interesados, por falta de nociones claras acerca de los fines e importancia de aquella institución, o quizás también porque maliciosamente se había hecho creer a la gente sencilla que las inscripciones tenían por objeto darle a conocer al Gobierno las propiedades de los habitantes de la República para gravarlas con impuestos o imponer contribuciones a sus dueños.” “A fin, pues, de hacer efectivas esas inscripciones se incluyó en el vigente Código Civil el arto. 3938; pero reconociendo los codificadores que el plazo de un año era insuficiente, lo extendieron a dos en el arto. 2141 Pr.” “Las sanciones que en el arto. 2141 Pr. se imponían para asegurar su cumplimiento fueron generalmente censuradas porque se estimó como atentatoria que se declarasen sin valor escrituras legalmente otorgadas conforme a las leyes vigentes, y como absurdo prohibir la inscripción de las propiedades a que ellas se referían mientras no se obtuviera el título supletorio, el cual por su propia naturaleza no puede tener lugar sino cuando se carece absolutamente de otro que delimite el dominio. Se consideraba además peligrosa esa disposición porque podía suceder que, no el dueño de aquellos bienes, sino un tercero se anticipase a solicitar para sí el supletorio, sin que los verdaderos propietarios pudieran oponerse a ellos con sus

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títulos adquisitivos, puesto que la ley misma los declaraba sin valor. Estas objeciones condujeron a que en la ley de 18 de febrero de 1906 se incluyera el artículo 6 en el cual se suprimieron los plazos para efectuar las inscripciones de los instrumentos públicos comprendidos en los artos. 3938 C. y 2141 Pr., disponiéndose simplemente que debían inscribirse en el Registro Público “para que gozasen de este beneficio”, conceptos estos últimos que por su vaguedad no envuelven sanción práctica ni pueden producir daño a nadie.” “Diciéndose en estas disposiciones que los títulos referentes a inmuebles que por cualquier causa no se hubiesen inscrito en el Registro, debían inscribirse dentro de tal o cual plazo o sin plazo alguno, era innecesario particularizar los motivos que habían impedido la inscripción, puesto que todos quedaban comprendidos en la generalidad de los conceptos “por cualquier causa”. Pero ya que el legislador quiso especialmente enunciarlos; creemos que se ha querido referir en primer término, a los [títulos] expedidos cuando en Nicaragua regía el antiguo derecho español, bajo cuyo imperio no hubo Registros de propiedad inmueble, pues aunque se establecieron, años después, las Notarías de Hipotecas, éstas oficinas existían solamente en León y en Granada a cargo de los Secretarios de las dos Secciones en que estaba dividida la Corte Suprema de Justicia, por lo que en toda la República habían quedado sin anotarse muchos y quizá la mayor parte de esas escrituras otorgadas en tiempos de la legislación española…” 6. El derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca, es pues incólume sobre las 14 caballerías de tierra que desde su concepto abarca una extensión de 37,700 hectáreas aproximadamente, equivalentes a 377 kilómetros cuadrados. Se trata de un derecho permanente pues sobre el mismo ha mantenido un vínculo histórico con una ocupación ancestral ininterrumpida y documentada, con una relación única expresada de forma administrativa y legal hasta el presente y solo perturbada por actos violentos. 7. El derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca debe en consecuencia ser protegido por el Estado de Nicaragua y evitar que tal derecho sea opacado con actos como el de la inscripción a nombre del mismo Estado, como de otros terceros, de parcelas que corresponden al territorio indígena. Por tanto, las estrategias legales y las decisiones judiciales arbitrarias en contra del derecho de propiedad del Pueblo Indígena

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de Telpaneca, deben ser perseguidas de oficio por la Procuraduría General de la República a fin de garantizar la certeza jurídica correspondiente al derecho de propiedad. 8. Respecto a los ex militares que se encuentran en las fincas reclamadas al Estado por el Pueblo Indígena de Telpaneca, en los casos de Los Ranchos y El Limón. Los órganos del Estado deben tener presente la obligación de proteger el derecho de propiedad del Pueblo Indígena y, en consecuencia, desocuparla de los ex militares que se las tomaron por la fuerza, provenientes de otros municipios como bien se sabe, que llegaron allí en 2004 con apoyo del municipio de Telpaneca112 y de otros órganos, y en cuyo propósito, resultaron enjuiciados, capturados y encarcelados los líderes de la Junta Directiva y del Consejo de Ancianos del Pueblo Indígena de Telpaneca en los años 2003, 2004 y 2005. 9. Se debe tener presente que el derecho de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca se encuentra protegido de manera especial por la Convención Americana de Derechos Humanos y la Constitución Política, que su derecho es preferente ante cualquier otro que se pueda aducir no solo por cuanto su derecho es primero, en tiempo y en derecho, sino por cuanto ese derecho de propiedad está asociado a la supervivencia cultural y material de su pueblo que comprende un colectivo amplísimo por lo menos integrado por diez mil personas y no es comparable con los ex militares que son tan solo 75 personas foráneas que están allí por arreglos temporales de naturaleza política. 10. Los órganos del Estado de Nicaragua deben tener presente que los derechos de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca se extienden a los recursos naturales que en Telpaneca comprende la tierra, los ríos y los bosques y que estos han sido objeto de despale de parte de los toma tierra sin que hayan sido sancionados a pesar de existir quejas interpuestas ante la Procuraduría ambiental. 11. Los órganos del Estado deben tomar decisiones razonadas en base a la legislación nacional, en cuanto a hacer efectiva la protección estatal que el Pueblo Indígena de Telpaneca ha planteado y demandado ante las instituciones gubernamentales, absteniéndose de actuar con medidas que sean regresivas para la debida implementación de los derechos de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca, en beneficio de terceros.

112 En opinión de los líderes del PIT la Alcaldía ha promovido y auxiliado con recursos a los toma tierras.

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2.- Recomendaciones prácticas

A. RESPECTO AL DERECHO DE PROPIEDAD DEL PUEBLO INDÍGENA DE TELPANECA Y SU PARTICIPACIÓN ACTIVA EN EL DESARROLLO LOCAL

a. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación, reconocer en forma plena y con garantía suprema el derecho histórico del formidable Pueblo Indígena de Telpaneca a las tierras adquiridas conforme el título real de 1622, cuyo polígono se encuentra delimitado y cubre una extensión de 37,700.23 Hectáreas. b. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación efectuar el respalda y dar toda la protección a la compulsa del título real inscrito en el Registro Público de la Propiedad Inmueble y Mercantil del Departamento de Madriz con el número 15,902 Asiento Primero, Tomo 186 Folios 176 a 183. c. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación efectuar por medio del INETER el barrido y la demarcación del terreno de la Comunidad o Pueblo Indígena de Telpaneca, siguiendo las voces del Título de antigua data del año 1622 al mismo tiempo que se comprenden otras tenencias allí presentes. d. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación apoyar al Pueblo Indígena de Telpaneca, por intermedio de la Corte Suprema de Justicia y el PRODEP, en el ordenamiento y saneamiento de la propiedad, abocándose conjuntamente y dándole la asistencia necesaria a la Oficina Mediación que el Pueblo Indígena ya tiene funcionando y realizar los Acuerdos con Finqueros tradicionales, Cooperativas y otros tenientes de terrenos indígenas. e. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación orientar al Procurador General de la República para que proceda a realizar el saneamiento de la finca del Pueblo Indígena de Telpaneca, ordenándose al Registrador del Departamento de Madriz la cancelación de las cuentas registrales impropias.

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f. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación delimitar por medio de INETER los confines de los municipios de Telpaneca, San Juan de Río Coco, Ciudad Antigua, Palacagüina y Condega, de conformidad a los mojones históricos coloniales, respetando en consecuencia los sentimientos y vínculos territoriales de las comunidades que integran el Pueblo Indígena de Telpaneca. g. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación el impulso de medidas tendientes al reconocimiento de sitios arqueológicos, históricos y áreas protegidas que están en el territorio del Pueblo Indígena de Telpaneca, su demarcación como áreas protegidas y planes de Manejo en los Cerros Cantagallo y El Majaste. h. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación Estado impulsar, promover, estimular y garantizar la participación plena del Pueblo Indígena de Telpaneca en la elaboración enriquecida del PIM con el Municipio de Telpaneca mientras se define un procedimiento que reivindique a la entidad indígena el carácter autónomo que le corresponde.

B. RESPECTO A LAS FINCAS FUSIONADAS EN TRES NUEVOS NÚMEROS REGISTRALES:

a. Dado que el conjunto de parcelas que formaban parte de las fincas llamadas Los Ranchos y El Limón se han concentrado en manos del Estado, esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación, entregarlas al Pueblo Indígena como acto de Justicia y de cumplimiento de su obligación con el derecho de propiedad de este Pueblo ancestral de Nicaragua. b. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación entregar un nuevo título que contenga el conjunto histórico del bloque territorial ancestral en correspondencia al terreno amojonado desde 1622, luego de las revisiones técnicas de INETER, sin

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hacerle cambios, al total del Real y lo entregue y reinscribe de oficio a nombre del Pueblo Indígena de Telpaneca113. c. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación proceder a la cancelación de oficio de todos los títulos que se le opongan al real y gubernamental, por imperio de la Ley, y en acatamiento al ordenamiento relacionado a los derechos de propiedad de los pueblos indígenas contenidos en la Constitución Política de la República.

C. RESPECTO AL BARRIDO CATASTRAL

a. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación que orienten a INETER coordinar acciones con el Pueblo Indígena de Telpaneca en la redefinición de su participación en el barrido catastral y en todo lo concerniente a la delegación de competencias de que habla la Ley General de Catastro para las entidades, que, como es el caso del Pueblo Indígena de Telpaneca, tienen interés y derecho a hacerlo mucho más si este es una entidad cuasimunicipal. b. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación, que por medio de INETER y en conjunto con las autoridades del Pueblo Indígena de Telpaneca, celebran un Convenio a fin de preparar y operar la delegación gradual de competencias catastrales a fin de que el PIT adquiera las capacidades necesarias para el

113 A manera de ejemplo de actos de “retitulación” de tierras de pueblos indígenas, hechas por el gobierno de Nicaragua, recordemos el título otorgado por el Ministro del MIDINRA, Comandante Jaime Wheelock Román a nombre del Gobierno de Unidad y Reconstrucción Nacional, a la comunidad indígena de Wasakín, en el municipio de Rosita el 19 de Julio de 1985 por 51,120 manzanas. En ese título, el acuerdo 3 indicaba: “El presente acuerdo confirma los derechos registrados en el Registro Público de la Propiedad Inmueble del Departamento de Zelaya”. Otro ejemplo de este tipo es la ratificación directa sobre el viejo título, como lo hizo el presidente Tomás Martínez con el título de la Comunidad Indígena de Matagalpa, al estampar una razón que decía: “… República de Nicaragua. Supremo Poder Ejecutivo de Nicaragua. El Gobierno Supremo de la República, habiendo revisto el título presente, declara que está en debida forma. Managua, mayo 6 de 1859. Tomás Martínez (Rubrica)…”, ver título real del pueblo indígena de Matagalpa.

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establecimiento, actualización y mantenimiento del catastro nacional en la entidad indígena. c. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación que oriente al PRODEP en el sentido de que el Barrido Catastral se inicie con conocimiento, anuencia y participación activa del Pueblo Indígena de Telpaneca. d. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación que oriente a las autoridades del PRODEP e INETER llevar adelante un proceso de fortalecimiento de la Oficina del Catastro de la Propiedad Indígena en este pueblo. e. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación hacer las orientaciones de política, administrativas y financieras a las dependencias correspondientes en la Corte Suprema de Justicia a fin de lograr el fortalecimiento y la asistencia técnica y presupuestaria de la Oficina de Registro de la Propiedad Indígena en este pueblo. f. Esta consultoría recomienda a los órganos del Estado de la República de Nicaragua y del Gobierno de Unidad y Reconciliación asistir por medio de sus dependencias el fortalecimiento integral del gobierno del Pueblo Indígena de Telpaneca y sus estructuras tradicionales respectando su autonomía en la toma de decisiones g. Por ende: Fortalecimiento del Municipio de Telpaneca.

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3.- MATRIZ DE VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD DEL PUEBLO INDIGENA DE TELPANECA

PROBLEMAS VENTAJAS PARA EL ESTADO VENTAJAS CON LA INSTRUMENTOS DE IDENTIFICADOS DE DERECHO POBLACION ENTENDIMIENTO

I. Pueblo Indígena de 1.- Estado de Nicaragua 1.- Población Indígena Convenio Amistoso Telpaneca Reclama reconoce, respeta y aplica los de Telpaneca entre el Estado de reconocimiento derechos y garantías beneficiada. Nicaragua y el Pueblo pleno de su Derecho constitucionales del Pueblo Indígena de 2.- Dos mil familias de Propiedad Indígena de Telpaneca Telpaneca. indígenas en Telpaneca Ancestral en 14 2.- GURN cumple normativas aproximadamente caballerías de tierra del Derecho Internacional beneficiadas material y amojonadas y Estado de Nicaragua: americano y de las Naciones espiritualmente. deslindadas desde Reconoce el pleno Unidas 1622 3.- Dos mil familias en derecho de propiedad 3.- GURN fortalece concepto niveles de pobreza de del pueblo indígena de del Estado Social de Derecho baja a severa pueden Telpaneca a sus 14 ser integradas en caballerías de tierra de 4.- Facilita el proceso de programas de combate conformidad con los ordenamiento de la propiedad a la pobreza respetando artículos 5, 27, 44, 46,

5.- Facilita el proceso del sus derechos culturales. 99, 103, 107, 130 y barrido catastral 139 Cn. En 4.- Pueblo Indígena de conformidad con el Telpaneca comparte 6.- Democratiza el derecho de Convenio 169 de la beneficios de planes y propiedad OIT y la Declaración programas de de la ONU sobre los 7. Fortalece los gobiernos desarrollo municipales Derechos de los indígenas 5.- Pueblo Indígena Pueblos Indígenas. 8. Promueve la fraternidad y la enaltecido y agradecido

solidaridad con los pueblos 6.- Sociedad en general indígenas enaltecida 9. Democratiza el municipalismo.

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PROBLEMAS VENTAJAS EN CUANTO AL VENTAJAS CON LA INSTRUMENTOS DE IDENTIFICADOS ESTADO DE DERECHO POBLACION ENTENDIMIENTO

II. Pueblo Indígena 1.- Ordenamiento de la 1.- Pueblos de Estado de Nicaragua a de Telpaneca Propiedad responde a los Nicaragua través de la PGR Reclama Restitución principios constitucionales en sensibilizados por procede a demarcar, de Fincas Los materia de pueblos indígenas ordenamiento efectivo delimitar y titular al Ranchos y El Limón de la propiedad Pueblo Indígena de 2.- Gobernanza es promovida y convertidas en tres Telpaneca el conjunto practicada 2.- Pueblo indígena de fincas registralmente de su territorio Telpaneca dispone de e inscritas a nombre 3.- Estado cumple sus ancestral recursos de su territorio del estado. compromisos con el pueblo y el restituyéndole en la ancestral para organizar ordenamiento jurídico. posesión las tierras una empresa usurpadas por la cooperativa indígena oligarquía. 3.- Población indígena

dignificada.

PROBLEMAS VENTAJAS EN CUANTO AL VENTAJAS CON LA INSTRUMENTOS DE IDENTIFICADOS ESTADO DE DERECHO POBLACION ENTENDIMIENTO

Pueblo Indígena Instituciones del Estado avanzan Población municipal Estado de Nicaragua – reclama delimitación en el ordenamiento del país dignificada. INETER delimita municipal de respetando las tradiciones de municipios de San Población en general conformidad con identidad histórica de los Juan de Río Coco, reforzada en sus lazos mojones históricos pueblos. Ciudad Antigua, y vínculos históricos Palacagüina, Condega, Demarcación de Áreas con sus territorios Totogalpa y conforme Protegidas y Sitios Históricos en municipales a mojones históricos. Telpaneca: Cerro Majaste y Población nacional Cerro Cantagallo, y Planes de Estado de Nicaragua sensibilizada sobre Manejo conforme la ley. por medio de importancia de valores MARENA/INTURIS Promoción integral locales MO/INC demarca y elabora planes de manejo en Cerro Majaste y Cantagallo

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PROBLEMAS VENTAJAS EN CUANTO AL VENTAJAS CON LA INSTRUMENTOS DE IDENTIFICADOS ESTADO DE DERECHO POBLACION ENTENDIMIENTO

Pueblo Indígena 1.- Estado de derecho 1.- Mayor Estado responde Reclama reforzado en el plano de la participación positivamente: Participación Activa administración local ciudadana Por medio de INIFOM en el Desarrollo y Municipio de Municipal 2.- Cabildos Telpaneca se inicia reforzados proceso de trabajo 3.- Ejercicios de conjunto en la contraloría social elaboración de reforzados Presupuesto Municipal (PIM) donde el Pueblo Indígena de Telpaneca es cobeneficiado

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PROBLEMAS VENTAJAS EN CUANTO AL VENTAJAS CON LA INSTRUMENTOS DE IDENTIFICADOS ESTADO DE DERECHO POBLACION ENTENDIMIENTO

V.- Desmovilizados 1.- Promoción de una 1.- Conflicto latente 1.- Desmovilizados reclaman por las ciudadanía responsable. se supera son informados del tierras ofrecidas a alcance de los ellos. 2.- Tranquilidad en la derechos del Pueblo Comunidad Indígena Indígena de 2.- Solución pacífica de Los Ranchos Telpaneca. 2.- Estado de 3.- Tranquilidad en la Nicaragua suscribe un 3.- Desmovilizados vuelven a Comunidad Indígena acuerdo con sus lugares de origen de El Limón desmovilizados. integrándose con sus familias 4.- Tranquilidad en el 3.- Desmovilizados 4.- Desmovilizados se Pueblo Indígena de son retornados a sus integran en planes y Telpaneca lugares de origen (Condega, San Juan, programas sin ofender Cusmapa, Yalí, derechos del pueblo indígena Quilalí, Estelí, etc.). 5.- Desmovilizados indígenas 4.- Desmovilizados son incorporados en los son beneficiados con planes de desarrollo nacional, un programa especial regional o departamental, que incluye becas, municipal e indígena prestamos, vivienda.

5.- Desmovilizados indígenas de Telpaneca conservarán derechos de uso y goce conforme acuerdo con el PIT

DESVENTAJAS: ESTA CONSULTORÍA CONSIDERA QUE NO EXISTEN DESVENTAJAS EN LA AFIRMACION DE UN DERECHO UNIVERSAL PARA EL PUEBLO INDÍGENA DE TELPANECA.

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4.- ESTRATEGIA PARA LA IMPLEMENTACION DEL BARRIDO CATASTRAL EN EL MUNICIPIO DE TELPANECA

Objetivo General: Contribuir a la definición de acciones y medios que permitan la inserción del Pueblo Indígena de Telpaneca en el proceso de ordenamiento de la propiedad y en acciones correlacionadas. Fortalecer el proceso de restitución de derechos de pueblos y comunidades indígenas.

COMPONENTES

- Alianza del Buen Gobierno entre el Estado Social de Derecho y los Pueblos Indígenas. El Estado de Nicaragua ha desarrollado un proceso de restitución de derechos en beneficio de comunidades étnicas y pueblos indígenas de la Costa Atlántica de Nicaragua. Esta experiencia es suficientemente conocida y la misma proporciona importantes modelos a tener en cuenta. Resta pues, abrir una alianza de nuevo tipo con el Pueblo Indígena de Telpaneca y con otros pueblos similares a Telpaneca que no tienen los beneficios de la ley de autonomía y la ley de demarcación o ley 445. - Concentración de Esfuerzos Institucionales para el Ataque Frontal y Despiadado a la Pobreza Severa, en contra de la discriminación y en contra de la exclusión e inequidad en el territorio. Por las condiciones históricas y estructurales de la economía del país pueblos como Telpaneca arrastran consigo las más drásticas desigualdades sociales, ligado al desconocimiento de sus derechos de propiedad. - Fortalecimiento de una Ciudadanía Plural Responsable de los derechos propios y de los derechos ajenos. Los pueblos indígenas son entidades nativas de la sociedad nacional, especie de células madres a las cuales debe la sociedad en general y el estado proteger, fortalecer y rescatar de las condiciones desiguales en que se encuentran. Esto atañe no solo a medidas legales sino en esencia a actitudes ciudadanas. -Fortalecer la Acción Interinstitucional e Igualitaria de los distintos órganos y entidades de la sociedad y del estado nicaragüense desigualmente estructurados, en aras de su crecimiento conjunto y armónico.

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Objetivos Específicos de la Estrategia

1. Revisar exhaustivamente desde la perspectiva de los derechos indígenas protegidos por la Constitución Política de Nicaragua y admitir los errores o equivocaciones que puedan existir en el diseño del proyecto. 2. Hacer los ajustes en el nuevo proyecto o fase, de conformidad con los derechos que le corresponden al Pueblo Indígena de Telpaneca en el Municipio de Telpaneca, en el departamento de Madriz, en el marco constitucional y de los derechos humanos, que permita el fortalecimiento institucional de esta entidad como objetivo de la nueva fase. 3. Proponer una solución por medio de la participación consultada y debidamente informada del Pueblo Indígena de Telpaneca. 4. Lograr un Acuerdo entre el Gobierno de Nicaragua y el Pueblo Indígena de Telpaneca de manera que se implemente el Barrido Catastral de forma tal que no se lesionen los derechos constitucionales y de derechos humanos que protegen a dicho Pueblo, en especial en cuanto a su derecho de propiedad. 5. Uno de los contenidos de este acuerdo podrá ser efectuar la remedida y amojonamiento del territorio indígena de Telpaneca conforme al título de antigua data y los mojones y la retitulación inmediata o la verificación de la compulsa inscrita en 2003, como muestra fehaciente de una política de estado respetuosa de los derechos de propiedad del pueblo indígena de Telpaneca. 6. Otro acuerdo debe apuntar a fortalecer institucionalmente al Pueblo Indígena de Telpaneca, particularmente apoyando con recursos de todo tipo necesarios a la unidad catastral del pueblo indígena de Telpaneca, la unidad de registro de la propiedad indígena y la oficina de resolución de conflictos ya existente.

7. Implementar un programa de sensibilización a la población en general respecto a los principios de tolerancia, fraternidad, respeto, cariño, solidaridad y amor que se merecen los miembros del Pueblo Indígena de Telpaneca y sus autoridades formales y tradicionales de parte de los demás nicaragüenses como hermanos unidos en la diversidad.

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8. Implementar un programa de capacitación en derechos humanos y derechos indígenas a las autoridades del PRODEP y demás instituciones participantes en ese programa, sin omitir a las autoridades municipales y a los líderes y representantes de los partidos políticos como importantes tomadores de decisiones, a fin de que conozcan, manejen y se sensibilicen de los alcances del conjunto de derechos y obligaciones en esta importante materia para lograr la paz y la tranquilidad. 9. Hacer las correspondientes acciones tendientes a que los hermanos nicaragüenses ex militares que se encuentran en Los Ranchos y El Limón bajo un modelo de “colonia israelita” salgan pacíficamente de dichas tierras por ser propiedad indígena del pueblo de Telpaneca. 10. Iniciar un plan de trabajo conjuntamente entre el Estado y Gobierno de Nicaragua a través de sus entidades correspondientes y el Pueblo Indígena de Telpaneca, para estudiar y determinar la mejor forma de aprovechamiento de las tierras según la visión indígena, del bloque Los Ranchos y El Limón bajo un programa auspiciado por el Instituto de Desarrollo Rural y que de lugar a la creación de una Empresa Cooperativa del Pueblo Indígena de Telpaneca. 11. Realizar un estudio con el Pueblo Indígena de Telpaneca que permita identificar los perjuicios y lucros cesantes habidos en sus bienes por efectos de la desatención de sus reclamos en administraciones pasadas a efectos de indemnizar tales daños.

PERSPECTIVA DE LA ESTRATEGIA

Fijar un horizonte para la inserción del Pueblo Indígena de Telpaneca en tres momentos:

- Revisión participativa de los términos - Implementación - Evaluación

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12. MATRIZ DE PLAN DE ACCION

PROGRAMA 1. Acuerdo Marco o Convenio entre la PGR y Banco Mundial y el Pueblo Indígena de Telpaneca en materia de reconocimiento efectivo de los derechos de propiedad del Pueblo Indígena

OBJETIVO 1: Disponer un acuerdo que logre realizar el barrido catastral y dar curso a la implementación de los servicios de regularización de la propiedad en el municipio de Telpaneca a partir del pleno reconocimiento de los derechos de propiedad del pueblo indígena de Telpaneca conforme la compulsa de 2003. RESULTADO ACTIVIDADES INDICADORES VERIFICACION EJECUTA PLAZO 1.- Acuerdo Conforme un equipo Resolución de la 3 meses interinstitucional que PGR – PRODEP Documentos PRODEP Marco Suscrito estará al frente del y ACUERDO debidamente proceso para el barrido firmados PGR catastral en el ACUERDO

Municipio de MUNICIPAL PUEBLO Telpaneca integrado aprobando la INDIGEN por: Un delegado de la Resolución de la

Procuraduría General PGR ALCALDI de la República, un A delegado de INETER, ACUERDO DEL MUNICIP

un delegado de la PUEBLO AL Intendencia de la INDIGENA Propiedad, un delegado aceptando la 2.- Acuerdo del Pueblo Indígena de Resolución y Marco Telpaneca y un ratificando el delegado de la Alcaldía Acuerdo con la Implementado Municipal PGR OBJETIVO 2: Adecuar el PRODEP de modo que se garanticen los derechos humanos contemplados en la Convención Americana sobre derechos de propiedad del Pueblo Indígena de Telpaneca 1.- El Estado PGR cancela cuentas Certificación de Actas y reconoce registrales abiertas a cancelación Certificados PGR 3 meses explícitamente nombre del Estado en registral de los 3 los derechos de las tierras de las asientos Propiedad comunidades Los registrales ancestral del Ranchos y El Limón, abiertos por la Pueblo Indígena del PIT PGR a nombre del de Telpaneca Estado EN EL AÑO 2006 OBJETIVO 3: Inició del Barrido Catastral en el Municipio de Telpaneca tomando como primera parcela el título real conforme la inscripción existente Mapeo Mapa oficial del Actas y Memorias Barrido Red geodésica Pueblo Indígena INETER 3 Catastral Catastro Legal de Telpaneca PRODEP MESES Realizado en el Indígena Municipio de Registro de la Telpaneca Propiedad Indígena Demarcación de Área Protegida Canta Gallo y El Majaste Plan de Manejo OBJETIVO 4: Asignar recursos al Pueblo Indígena de Telpaneca para efectos catastrales y de registro de propiedad y la asistencia técnica de órganos y dependencias gubernamentales sin menoscabo de la Autonomía Fortalecido el Instaladas Oficinas de Acta de PGR 1 Año Pueblo Indígena Catastro y de Registro instalación de PRODEP de Telpaneca en de Bienes del PIT equipos y INETER el Municipio recursos CSJ

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PROGRAMA 2. Delimitación de municipios de Telpaneca, San Juan de Río Coco, Ciudad Antigua, Palacagüina, Totogalpa y Condega conforme los carriles históricos OBJETIVO 1: Ajustar conforme límites históricos la guardarraya municipal y lograr el ordenamiento territorial de conformidad con los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca a su identidad y territorio RESULTADO ACCIONES INDICADORES VERIFICACIO DIRIGE PLAZO N Ordenamiento Asambleas Mapas Actas INETER 31 Año de la propiedad Municipales Memorias acorde al Asamblea Comunales ordenamiento territorial y límites municipales OBJETIVO 2: Fortalecida la institucionalidad de los Pueblos Indígenas y sus derechos territoriales y Fortalecidas las institucionalidades municipales en su compromiso con sus pueblos indígenas conforme lo manda la Ley de Municipios Delimitados los Red geodésica y Mapas Actas y Memorias INETER 3 Municipios mojones municipales Meses actualizados

PROGRAMA 3: Capacitación sobre los derechos constitucionales de los pueblos indígenas de Nicaragua en el marco del derecho de propiedad, ofrecido a las autoridades gubernamentales y funcionarios municipales de Telpaneca y del departamento de Madriz, incluyendo a líderes de los partidos políticos existentes en el municipio, en el departamento y a nivel nacional. OBJETIVO 1: Capacitar y ofrecer los elementos jurídicos y legales del derecho de propiedad acerca de los derechos del Pueblo Indígena de Telpaneca a funcionarios gubernamentales, ONG´s y líderes políticos locales, municipales, departamentales y nacionales, tomadores de decisiones. RESULTADO ACCIONES INDICADORES VERIFICACION DIRIGE PLAZ O Autoridades, Identificar unidades Programas Programa PRODEP 1 Año funcionarios y ejecutoras de la diseñados líderes capacitación Memoria municipales y Identificar lugares y Presupuestos departamentales participantes asegurados capacitados Diseñar contenidos, sobre derechos programas y materiales Unidades de los pueblos Implementar ejecutoras indígenas en el identificadas marco legal nicaragüense e Participantes internacional. identificados e invitados

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PROGRAMA 4: Sensibilización de la Sociedad Civil y Público en general del Municipio de Telpaneca y Departamento de Madriz. OBJETIVO: Educar a la sociedad civil y al público en general en torno al derecho de propiedad y en particular sobre los derechos constitucionales de los pueblos indígenas. RESULTADO ACCIONES INDICADORES VERIFICACION RESPONSABLE PLAZO Sociedad civil y Diseñar Programa de Programa PRODEP 1 Año sensibilización público de las campaña de elaborado Contratos Segovias educado difusión de los Medios de y sensibilizado en objetivos del difusión torno a los ordenamiento contactados y contratados derechos de de la propiedad de los propiedad pueblos indígenas evidenciando y los programas los derechos gubernamentales de los pueblos de ordenamiento indígenas de la propiedad.

PROGRAMA 5: Apertura de mesas de trabajo entre el gobierno municipal de Telpaneca y el gobierno del Pueblo Indígena de Telpaneca para abordar temas de PIM, Impuestos y Cabildos. OBJETIVO: Iniciar una política interna en el seno del poder local en Telpaneca, de tolerancia y trabajo conjunto entre el Municipio y el Pueblo Indígena para acercarlos institucionalmente en función de metas y programas y sacar adelante en el desarrollo sostenible a toda su población. RESULTADO ACCIONES INDICADORES VERIFICACION RESPONSABLE PLAZO Reunión para 1 Año

Abierta una definir agenda Mesas Bando, PGR – PRODEP cultura política inicial de constituidas ordenanzas y – ALCALDIA – acuerdos PUEBLO de trabajo sesiones de Programas de municipales e INDIGENA institucional trabajo entre trabajo suscritos indígenas publicados coordinado y ambos gobiernos orientado a Mesas de trabajo beneficiar a la identificadas población Mesas de trabajo con agendas Mesas de trabajo funcionando

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ANEXOS: C. D.

1. Documentos históricos y legales

2. Georeferenciación de Mojones

3. Encuesta

4. Participantes

5. Base de datos

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