Fabara, Es Junto a Alcañiz, Una De Las Principales Poblaciones Reconquistadas En Época De Alfonso II Por La Orden De Los Calatravos
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
La iglesia de San Juan Bautista de Fabara FRANCISCO JAVIER CORTÉS BORROY Fabara, es junto a Alcañiz, una de las principales poblaciones reconquistadas en época de Alfonso II por la Orden de los calatravos. Finalmente, después de varias donaciones, en 1420 Fabara se declara como villa real y en 1428 los calatravos en- tragan la población a Francisco de Ariño, secretario del rey, bajo cuya jurisdicción pertenecerá durante todo el siglo XV. La iglesia de San Juan Bautista se puede adscribir a la arquitectura gótica del sures- te de Aragón, territorio en el que se observa un fuerte influjo del gótico levantino. Entre los ejemplos que podrían citarse relacionados con ella se encuentran las pa- rroquiales de Lledó, Areyns de Lledó, Ráfales y Fornoles, todas ellas pertenecientes a la Orden de Calatrava y compuestas con una sóla nave. Pero la parroquial de Fabara tiene una serie de características que le proporcionan una personalidad muy acusada y que derivan de su ubicación en la cota más alta de la población y del hecho de formar parte del conjunto fortificado de época medie- val. Se trata de una iglesia de una nave rectangular de tres tramos desiguales cu- biertos con bóveda de crucería sencilla los dos principales y con cañón apuntado el más estrecho y cercano a los pies, con testero recto y capillas entre los contrafuer- tes. Los elementos sustentantes siguen un modelo sencillo que será utilizado en el conjunto total de la iglesia: un grueso baquetón de sección semicircular al que se adosa un filete o listel; a ambos lados se disponen molduras en forma de gola, bus- cando la alternacia de perfiles cóncavos y convexos. En definitiva se trata de una nervadura propia del gótico de fecha avanzada. Iglesia de San Juan Bautista de Fabara 194 Comarca del Bajo Aragón-Caspe El núcleo fundamental de la iglesia se puede fechar con anterioridad a 1421 gracias al documento Licencia para contruir altares en la iglesia de Faba- ra, recientemente reconstruida que data de esa fecha conservado en el Ar- chivo Diocesano de Zaragoza. Precisa- mente esa fecha coincide con la recu- peración económica que se produce a finales del siglo XIV y primer cuarto del XV. El documento aludido nos per- mite afirmar la existencia de una primi- tiva construcción, de la que se conser- va en el lado del evangelio la capilla de la Asunción y que una serie de he- chos estilísticos, gliptográficos… así lo corroboran; con posterioridad y tam- bién en el lado del evangelio, en época de transición al Renacimiento se reali- zaría la capilla de acceso; y para finali- zar su estudio construcitivo, antes de 1581 se eregiría la capilla de la Sagrada Familia en el lado de la epístola. Participando también de las caracterís- ticas del gótico levantino, la decora- ción arquitectónica es escasa, que se centra en la vegetal en capiteles, frisos y algunas ménsulas en donde predo- Interior de la iglesia de Fabara minan la cardina, la hoja de roble y el acanto; y la figurada en ménsulas y claves de las bóvedas. Exteriormente la iglesia presenta un aspecto mazico, de formas cúbicas y presencia de gruesos contrafuertes, con remate almenado y que le confiere su mayor perso- nalidad. La portada principal se abre en el extremo oeste de la cara sur en arco de medio punto, formada por tres arquitvoltas molduradas con bocel y chambrana que apoyan directamente en jambas baquetonadas, dentro del estilo gótico de la zona. Hay otro acceso en el lado norte, en la actual plaza de la Abadía y que antigua- mente alojaba al cementerio. Esta portada también se configura con un arco de me- dio punto dovelado, con arquivolta baquetonada, sirviendo de separación una do- ble imposta, la inferior de menor resalte que la superior, configurando un espacio a modo de friso corrido. La torre presenta una planta casi cuadrangular, alojando en su centro la caja de es- caleras, configurada por un machón central que recorre la torre en altura en torno al cual se dispone la escalera de caracol. Parte de la torre se derribó en la Guerra Civil y no se llevó a cabo su remate hasta 1954. El tejado acusa el abovedamiento interior de la nave y todo el perímetro se remata por una serie de almenas que pue- den recorrerse mediante un pasillo que circunda todo el recinto. La idea es que el tejado pudiera ser circulable y la original cubierta de losas de piedra fue sustituida por teja a partir de 1917. De las Artes 195 Corresponden a la época del gótico tardío, entrado ya el siglo XVI, las intervenciones que se llevaron a ca- bo en la zona de la cabecera de la colegiata de Caspe. Se conoce el documento por el cual el concejo de Caspe contrató en 1515 con el maestro de obras Martín de Ampue- ro la reconstrucción de la cabecera y la realización de siete capillas, tra- bajos que fueron costeados por la villa de Caspe y el convento sanjua- nista, además de contar con el pa- Decoración mural de la iglesia de San Juan trocinio del obispo de Barcelona Bautista de Chiprana fray Martín García, natural de Cas- pe. Se estipuló que las obras debían realizarse en cuatro años. Quedó enton- ces configurada esta parte del templo tal y como hoy la conocemos, consti- tuida por un doble transepto dividido por tres pilares, dos de ellos de sección octogonal muy del gusto mediterráneo y un tercero de sección cuadrada (gi- rado, recordemos, en 45º). Los tramos laterales del doble transepto llevan bó- vedas de crucería sencilla, pero en los dos centrales se incorporaron sistemas de crucería más complejos (según sabemos por fotografías anteriores a su hundimiento y posterior restauración), propios de una corriente gótica inter- nacional avanzada. Habitualmente se ha interpretado que la actuación del maestro Ampuero consistió en levantar sólo el segundo transepto, cerrándolo en su tramo central con la estrecha capilla mayor. Con ello, algunos estudio- sos del tema han concluido en fijar tres fases constructivas bien diferenciadas para la iglesia de Caspe: la primitiva de las naves longitudinales (siglo XIII- XIV), la intermedia del primer transepto (finales del siglo XIV) y la última del segundo transepto (siglo XVI). Sin embargo, la lectura atenta del monumento muestra la debilidad de dicha hipótesis porque los distintos momentos cons- tructivos se solapan de forma mucho más confusa e irregular. Ya lo hemos constatado al diferenciar en las naves lo más primitivo, impregnado del ca- rácter cisterciense, de lo plenamente gótico. Ahora, por lo que respecta al doble transepto y capilla mayor, creo que cabe considerarlo en su conjunto como obra unitaria del siglo XVI, si bien aprovechando algunos elementos preexistentes como el pilar cuadrado, del que arrancan nervios de forma po- co coherente, sin olvidar el espacio de la capilla de Miranda. Por contra, es manifiesta la uniformidad constructiva que ofrece el conjunto de los cuatro tramos que forman el brazo norte del doble transepto, en torno al pilar octo- gonal liso, lo que hace improbable que esa parte se levantaran en dos etapas distintas correspondientes a los dos transeptos. Si a ello añadimos que hasta la fecha nadie ha ensayado una interpretación rigurosa de las cláusulas bajo las cuales Martín de Ampuero firmó el contrato de obra, comprenderemos que la incertidumbre acerca del proceso de crecimiento de la colegiata por la cabecera no es gratuita. 196 Comarca del Bajo Aragón-Caspe Arquitectura militar La zona suroriental de Aragón, en la que se enclava la Comarca del Bajo Ara- gón-Caspe, presenta un espléndido conjunto de castillos de época gótica muy notables desde el punto de vista monumental. Más allá de ser meras fortalezas defensivas, cumplían a menudo una función residencial para sus señores. El llamado Castillo del Compromiso o del bailío de Caspe se sitúa en la parte más elevada de un promontorio que domina toda la vega del Guadalope, justo detrás de la colegiata. Sus orígenes se remontan a una época difícil de precisar, pero ya consta que cuando Alfonso II donó la villa a los sanjuanistas en 1182, lo hizo con su castillo incluido. Fue en el siglo XIV, tal y como revelan algunos res- tos góticos conservados, cuando adquirió su fisonomía definitiva. Constaba su núcleo principal de un gran bloque rectangular, construido con piedra sillar, en cuyo piso superior había una amplia estancia conocida como Sala del Compro- miso, pues fue allí donde se celebraron las deliberaciones que condujeron a la elección de Fernando de Antequera como rey aragonés. Las guerras car- listas y las demoliciones que sufrió a finales del siglo XIX abocaron al cas- tillo a un lamentable conjunto ruino- so que hoy se pretende preservar. Testigo de su esplendoroso pasado es una de las puertas góticas que te- nía la Sala del Compromiso, traslada- da a la Alcaldía de la Casa Consisto- rial. Su arco de medio punto, habitual en el gótico mediterráneo, está finamente moldurado y ostenta labradas en las impostas la cruz de la Orden del Hospital. La villa de Nonaspe, aunque inicial- mente conquistada en 1133 por Al- fonso I el Batallador, volvió a ser re- cuperada por los musulmanes. La conquista definitiva del lugar con su castillo se debió a Ramón Berenguer IV en 1149. Era reconocido por su importancia estratégica, junto a la unión de los ríos Matarraña y Algás. En 1248 Elvira, viuda de Guillem de Cervelló, donó la villa y castillo a los Puerta del Compromiso perteneciente al templarios, que a su vez pasaron a Castillo del Bailio. En la actualidad está manos de los hospitalarios al quedar situada en el acceso al despacho de alcaldía suprimida aquella orden militar en en el Ayuntamiento de Caspe De las Artes 197 1314.