Socialismo Y Republicanismo En Uncastillo 1900-1939
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
«Dispuestos a intervenir en política» Don Antonio Plano Aznárez: Socialismo y republicanismo en Uncastillo 1900-1939 COLECCIÓN ESTUDIOS · Víctor Lucea INSTITUCIÓN «FERNANDO EL CATÓLICO» INSTITUCIÓN «FERNANDO EL CATÓLICO» h Víctor Lucea Ayala (Zaragoza, 1974), historiador formado en la Universidad de Zaragoza, donde se doctoró con premio extraordinario, ha mostrado un interés preferente por los movimientos sociales en la edad contemporánea y las dinámicas de la acción colectiva en las sociedades en cambio, centrando su ámbito de investigación en el caso aragonés. Su tesis de doctorado, de próxima aparición, versó sobre La protesta social en Aragón (1885-1917), habiendo publicado con anterioridad en la presente colección la obra Rebeldes y amotinados. COLECCIÓN ESTUDIOS Protesta popular y resistencia campesina en Zaragoza (1890-1900), (2005), además de diversos artículos en revistas especializadas sobre la misma temática. Ha abordado también el estudio de la conflictividad social durante la II República, siendo coautor de República y republicanos en Zaragoza (2004) y preparando en los últimos tiempos un volumen sobre la protesta colectiva en los años treinta. En la actualidad desarrolla una investigación postdoctoral en la Universidad de Buenos Aires sobre migración y anarquismo en el primer siglo XX. El presente trabajo nace como una biografía política del alcalde republicano de Uncastillo, Antonio Plano, fusilado como tantos otros y masacrado, además, con saña en los coletazos de aquel tórrido DISEÑO DE CUBIERTA: A. Bretón. MOTIVO DE CUBIERTA: Uncastillo, años 30. Foto cedida por Lisardo Claveras. La versión original y completa de esta obra debe consultarse en: https://ifc.dpz.es/publicaciones/ebooks/id/2842 Esta obra está sujeta a la licencia CC BY-NC-ND 4.0 Internacional de Creative Commons que determina lo siguiente: • BY (Reconocimiento): Debe reconocer adecuadamente la autoría, proporcionar un enlace a la licencia e indicar si se han realizado cambios. Puede hacerlo de cualquier manera razonable, pero no de una manera que sugiera que tiene el apoyo del licenciador o lo recibe por el uso que hace. • NC (No comercial): La explotación de la obra queda limitada a usos no comerciales. • ND (Sin obras derivadas): La autorización para explotar la obra no incluye la transformación para crear una obra derivada. Para ver una copia de esta licencia, visite https://creativecommons.org/licenses/by- nc-nd/4.0/deed.es. «Dispuestos a intervenir en política» Don Antonio Plano Aznárez: Socialismo y republicanismo en Uncastillo 1900-1939 COLECCIÓN ESTUDIOS HISTORIA «Dispuestos a intervenir en política» Don Antonio Plano Aznárez: Socialismo y republicanismo en Uncastillo 1900-1939 Víctor Lucea Institución «Fernando el Católico» (C.S.I.C.) Excma. Diputación de Zaragoza ZARAGOZA, 2008 Publicación número 2.820 de la Institución «Fernando el Católico» Organismo autónomo de la Excma. Diputación de Zaragoza Plaza de España, 2 • 50071 Zaragoza (España) Tels. [34] 976 28 88 78/79 • Fax [34] 976 28 88 69 [email protected] http://ifc.dpz.es © Víctor Lucea © De la presente edición, Institución «Fernando el Católico» ISBN: 978-84-7820-967-5 Depósito Legal: Z-4.047/2008 Producción gráfica: a + d arte digital, S. L. Zaragoza Impresión:EImprenta Félix Arilla, Ejea de los Caballeros IMPRESO EN ESPAÑA-UNIÓN EUROPEA. PRÓLOGO En el camino de convertirnos en un país de los que saben honrar a quienes fueron héroes por obligación y a quienes dieron su vida por la democracia y la libertad, este libro sobre Antonio Plano resulta imprescindible en tanto repre- senta una pieza más para llevar a cabo una reparación moral y sincera de las víctimas republicanas. Las gentes como Antonio Plano, alcalde de Uncastillo y vicepresidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, encarnaban la legalidad en un país desgarrado por esa guerra fratricida en la que desembocó esa asonada militar llamada Alzamiento, fracasa- da en primera instancia y luego instrumentalizada por las potencias totalitarias, sin encontrar apenas resistencia, solo desamparo, entre las llamadas «democracias occidentales» del momento, víctimas de aquella farsa que fue el Comité de No Intervención. Es cierto que el franquismo asesinó a españo- les que, antes de enfrentarse a un pelotón de fusilamiento, ellos mismos habían formado parte de otros, pero sobre todo sembró el país de cadáveres de personas que tuvieron un comportamiento ejemplar, como el protagonista principal de las páginas que vienen a continuación. No faltan opiniones conservadoras que insisten en no mirar hacia atrás, en no remover los muertos de la guerra y de la dictadura, que bien muertos y enterrados están. Todo esto no sería, a su modo de ver, más que un revival que huele a naftalina. Nosotros pensamos que la herida estaba mal cerrada y que, a partir del reconocimiento de los errores del pasado, podemos reafirmar los valores y las convicciones que deben sustentar una sociedad democrática. Haríamos bien en reivindicar la tradición española antifas- cista en vez de seguir blanqueando al franquismo, como se empeña en hacer buena parte de la derecha española. [ 5 ] PRÓLOGO Antonio Plano formó parte de aquella España que, no lo olvidemos, fue el único país de Europa que se levantó en armas contra el fascismo. Luego vinieron años de dolor, de fosas y de silencio para estas familias socialistas y republica- nas. Las heridas no cicatrizan de una vez por todas si antes no se afronta el tema abierta y lealmente, con voluntad de comprensión y con generosidad, como hace Víctor Lucea en este libro con tanto rigor y profesionalidad como calidad lite- raria. Nos hubiese gustado honrar mucho antes a los asesina- dos, perseguidos, silenciados y encarcelados por el franquis- mo. Se les está haciendo justicia –al menos simbólica– cuan- do, en su gran mayoría, ya no están entre nosotros. Siempre nos quedará, por lo menos, hacer nuestros los valores que ellos defendieron. Y aplicarlos a la vida política española de comienzos del siglo XXI: sentido de la austeridad y de la ciu- dadanía responsable y solidaria, vocación de justicia social, preeminencia de la instrucción pública, laicismo desde el res- peto a los distintos credos religiosos y respeto a la ley como expresión de la soberanía popular. Por ideas como éstas murieron Antonio Plano y otros vecinos de Uncastillo que le acompañaron en su compromiso público. JAVIER LAMBÁN MONTAÑÉS Presidente de la Diputación de Zaragoza [ 6 ] CONSIDERACIONES PREVIAS Si en abril de 1931 los monárquicos imaginaban un efí- mero exilio para su rey, quienes como agua de mayo habían recibido la República pudieron soñar pronto con lo contrario, con la consolidación definitiva de una promesa histórica que por fin, conforme se consolidaba el nuevo Estado, se hacía realidad. Recibida por las clases populares como la inaugura- ción de un tiempo de desagravio colectivo y de encarnación de las viejas promesas obreras y republicanas de justicia social, igualdad política y progreso económico, pocos sin embargo podían prever el amargo y dramático final que aguardaba al nuevo régimen. Desde una perspectiva más amplia, la guerra civil española constituyó una certera pre- monición de lo que más tarde sucedería en la Europa de entreguerras, aunque con un resultado bien distinto. En España, al contrario de lo que supondría la experiencia ale- mana o italiana, la guerra dio paso a una larga dictadura con- trarrevolucionaria, o centrándonos en el caso hispano, católi- ca, nacionalista y antiliberal. En realidad, la movilización colectiva violenta estaba germinando en la sociedad desde bastante antes de julio de 1936, en forma de una retórica agresiva y un amplio abanico de formas de confrontación directa entre grupos sociales dispuestos a echarse a la calle para combatir a la República o defenderla. En ese sentido, la historiografía es casi unánime en señalar a la derecha políti- ca como el desafiante más peligroso para el régimen, al tra- tar por todos los medios de colapsar la acción de gobierno con una motivación fundamental, llegar al poder y derribar la República, si era preciso a través de las armas. La inevitable referencia a la violencia y la guerra que pre- side la mirada sobre la historia del XX español, ha puesto en ocasiones de relieve una interpretación del período republi- [ 7 ] VÍCTOR LUCEA AYALA cano en clave de fracaso, enfatizando los acentos bélicos y los tonos represivos de la narración. Siendo ésta una tarea sin ninguna duda necesaria, quizás no sea inexacto decir que en algún momento haya entorpecido una visión nítida de la vida política y social durante el período republicano salvo, claro está, honrosas excepciones. A vuela pluma, resulta obvio que la actividad política republicana fue muy intensa, en ocasiones febril, animada como estaba por dotar con rapidez de leyes y cuerpos funcionariales leales al nuevo Estado. Se trataba de garantizar la continuidad del régimen «republicanizando» al Estado, algo que en 1931 no hizo falta avivar en exceso. Los nuevos responsables de ayuntamientos y diputaciones llegaron al poder local con un ímpetu entu- siasta fácilmente explicable, en primer lugar por las privacio- nes y persecuciones que en los años anteriores había sufrido la izquierda política, y en segundo lugar por el hecho de que el poder pasó repentinamente a las manos de una genera- ción de militantes y hombres de partido forjada en medio de algunos de los procesos históricos más importantes de la contemporaneidad española. Nacidos en su inmensa mayoría a finales del siglo XIX y primeros años del XX, muchos de estos dirigentes de la República vivieron en el tiempo de los manejos caciquiles, los pucherazos, los créditos usureros, la inseguridad que acompañaba al ciclo de las cosechas, los desequilibrios impuestos por la mercantilización agrícola capitalista y la emigración rural; en la ciudad, es más que probable que muchos de ellos experimentaran de cerca los efectos más desequilibrantes de la industrialización y la urba- nización, con la pérdida del horizonte de la independencia profesional de muchos pequeños artesanos, la proletarización de las clases trabajadoras y las pésimas condiciones de habi- tabilidad de los barrios obreros.