Numero 4 9 4 0 Céntimos
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
GENERAL CHARLES MONRO NUMERO 49 40 CÉNTIMOS ILUSTRADA DIRECTOR AUGUSTO RIERA LA SITUACIÓN Kitchener necesita, más soldados de los que tiene. En una palabra: el sentido';-práctico de los ingleses salva al indi La inmensa mayoría de los ingleses ha demoslrado una viduo, pero pierde a la patria. Y como los despatriados vez más que es gente prácLica. Guando lia visto que la guo- padecen mil martirios, según aseguran los judíos—los po i'i'a iba de veras, y que en ella morían los hombres como bres especialmente—y los gitanos, de ahí que el retraimien moscas, no ha demostrado el menor entusiasmo, ni un to de los ingleses jóvenes y robustos al propio tiempo que excesivo amor patrio. Ha preferido el home, el swect home causa un daño irremediable a la vieja Inglaterra, les irro a las abominables trincheras del frente franco-belga y a ga otro no menos grande a ellos mismos. las peores de Galípoli. No acudió a los banderines de en Y como los gobiernos existen y fueron instituidos para ganche, no se dejó seducir por las promesas y la charla cuidar del bien de los pueblos, el de la Gran Bretaña, con descosida y huera de los políticos. Antes que patriota se siderando que tiene el deber de salvar de la ruina a la na sintió hombre, y sólo algunos cientos de miles de miles de ción y a los ciudadanos, toma cartas en el asunto y adopta entusiastas respondieron al llamamiento de los gober las medidas necesarias para que no carezcan de soldados nantes. los regimientos existentes, y otros nuevos que lord Kit A consecuencia de esa actitud práctica y retraída de los chener quiere crear. En otros términos : salva a los ingle hombres ingleses que están eñ edad y condiciones de to ses a pesar suyo; instituye el servicio obligatorio, y en mar las armas, los ejércitos no han aumentado en la pro viando a los jóvenes al degolladero, a la muerte, les ase porción requerida por las necesidades de la guerra. Lord gura la vida y la prosperidad. Esto, que a primera vista UNA ESCENA EN UN HOSPITAL INGLÉS (Fot. Central News) Enfermeras repasando los deteriorados uniformes de los convalecientes 770. LA GUERRA ILUSTRADA contra esa libertad indi vidual de que tan celo sos estaban los britanos. Cuanto han dicho los periódicos acerca de los 4 millones de volunta rios que había produci do la recluta voluntaria, es pura guasa, puesto que si se tuviera esos miUones de soldados no habría necesidad de recurrir al servicio obli gatorio. Tiene la Gran Bretaña 45 mihones de habitantes; quizá 50. La mitad de esos habitan tes no sirven para pe lear en los campos de bataha, a pesar de las ex cepciones de Juana de Arco, la Monja Alférez y algunos marimachos más, que es preferible que no se multipliquen. Cuatro millones do vo luntarios equivalen a la sexta parte de la pobla ción masculina del Rei no Unido, lo cual es bas tante y es todo lo que de sí puede dar un servicio obligatorio racional, porque exagerándolo un poco más se convierte en una leva en masa. No ha habido el nú mero de voluntarios que se dijo; no ha hecho In glaterra todo el esfuer zo compatible con su ro bustez. Sus gobernan tes quieren más solda dos para acabar de una vez con el militarismo prusiano. ¡Ironía de las cosas! ¡ Para acabar con el mi litarismo, se hacen mi- lilares los que aborre cen el oficio! Dentro de pocos días sabremos el efecto que TIPO DE ENFERMERA EUSA DE LA ZONA DE GUEEEA (Fot. Central News) en Inglaterra ha produ Los continuos cambios de los frentes, obligan a los rusos a tener ambulancias volantes, cuyas servidoras visten cido el planteamiento el traje masculino para trasladarse a caballo de un punto a otro del servicio militar obli gatorio. parece un tanto embrollado, no lo es ni miaja. Claro que Los rusos han vuelto a atacar a los austro-alemanes en el que se muere se va al hoyo o se pudre bajo los rayos del el sector Sur de su inmensa línea de batalla. Hace ocho sol de Galípoli como en las «torres del silencio»; pero en días que dura la pelea y nada positivo se sabe acerca de cambio asegura al resto de los ingleses la continuación del ella. Los rusos dicen que avanzan; los austríacos lo nie estado actual de cosas—que no debe de ser tan malo cuan gan, y por ahora nada se puede saber de cierto de las in do tanto empeño ponen conservadores y liberales en no tenciones de los moscovitas. Parece, sin embargo, por la dejar que se pierda. dirección de sus ataques, que procuran adelantar por Bu- Algunos ministros ingleses no están conformes con el kovina, volver a su antiguo camino de invasión de Galit- servicio obligatorio y ponen reparos a él o dimiten su car zia. ¿Es que tienen fuerzas muy considerables allí? ¿Es go ; pero la mayoría de los consejeros de la Corona se avie que sus contrarios han debiUtado sus defensas, y los mos ne a plantear el servicio obligatorio para los solteros. El in covitas lo saben y arremeten contra los puntos mal defen terés de la patria lo exige, y punto en boca. didos? ¿Se trata de una ofensiva formal o de un amago De esa furia con que a última hora se toma el asunto, se más o menos formidable? ¿Se intenta desbaratar la línea deduce que la recluta voluntaria no debe de haber dado austro-alemana por donde se ataca, o se quiere que los im muy brillantes resuUados, pues de otro modo, no se recu perios centrales lleven allí mucha gente para intentar des rriría a una medida que es antipática en grado sumo a to- puép^^.s. .u n rápido y violentísimo ataque por la parte del dos los mgleses, hasta a los que la preconizan, pues atenta norte? LA GUERRA ILUSTRADA 11L La única cosa que se puede creer, pues la confiesan los cuenta días de resistencia admirable, no vino el socorro austríacos, es que en las primeras embestidas han gana prometido. En cambio, los austro-alemanes recibieron re do terreno los rusos. Lo demás lo sabremos a su debido fuerzos, y gracias a ellos pudieron efectuar un movimiento Uempo. envolvente hacia el ala izquierda de los servios. Éstos, Los anglo-franceses llegaron a Salónica con un par de meses de re traso para salvar a los servios. Todo induce a creer que los italianos, para no afrentar a sus buenos aliados, imita rán su conducta y llega rán tarde asimismo en auxilio de los restos del ejército servio. Decimos esto, porque los búlga ros avanzan hacia la ori lla del Adriático con tanta prisa y con tanta gente, que en breve cortarán toda comuni cación entre Scutari, donde están los servios, y Valona, donde días pasados desembarcaron más tropas los italia nos. Como éstos no siguen enviando nue vos batallones a Valona, es de temer que las fuer- 5ías que en aquel puerto albanés hay reunidas, no basten para derrotar a los búlgaros. En tal caso será preciso pensar en socorrerlos por otro camino, y siguiendo el que hasta ahora llevan los aliados, es casi segu ro que cuando den a los servios el socorro que necesitan, no les sirva ya de ningún provecho. La expedición italia na se limita a continuar las malas tradiciones que desde el principio de la guerra han recor dado los aliados, y que consisten en llegar tar de y con daño—propio. LA AGONÍA DE SERVIA ¡La historia se repi te! Este vahe de Kosso- wo, donde sucumbió en la Edad media el impe rio servio, por segunda vez se ha convertido en tumba de Servia. El ejército resistió hasta la llanura de Kos- sowo. Siguiendo el con sejo de los aliados, re trocedió paso a paso, procurando guardar, en la medida de lo posible, intactas sus fuerzas, para cooperar alaacción de franceses e ingleses. Pero después de cin La oampana, derribada de la torre de Neuve-Chapelle (Fot. Central News) 772 LA GUERRA ILUSTRADA Eefugio y restaurant improvisado por los soldados italianos en nn punto de los Alpes (Fot. Argus) lueenieíos italianos tendiendo una línea teletónica en el bosque de San Valentino, próximo a la primera línea de trincheras (Fot. Argus) 773 T.A GUILRRA ILUSTRADA Lord Kitchener en iludvos, acompañado de los generales JIonro, Altham y Maxwell (Fot. Central Nev:s) Lord Kitchener visitando las ruinas de una fortaleza turca, seguido del jete de las fuerzas francesas y del coronel Mac-Mahón alto comisionado de Egipto (Fot. Central News) 774 LA GUERRA ILUSTRADA para evitar'el copo, tiiviei'on que apresiuíu' la retirada de —¡Kfíssuwo! ¡Yadno Kossoico! (¡l^obre Kossowo!). las fuerzas que resistían en las uioutañas al sur del valle Todos comprendían la magnitud del desastre y adver del Morava occideiUal. tían que todo esfuerzo era inútil, que era demasiado tarde Las fuerzas que i)eleabaii al Este contra el empuje de para salvar a Servia. los búlgaros tuvieron que seguir este movimiento de re Una desesperación sombría les domina«ba. Al pasar un tirada. río, crecido por las nieves y las lluvias, he visto a muchos ¡Es la hora trágica! Para conjurarla, el ejéi'cilo servio dejarse arrastrar por la corriente sin tratar de vencerla. El sólo puede contar con sus ])ro]i¡as fuerzas. ejército servio, al dejar el suelo patrio ha dejado en él su A fuerza de retrocede!', abandonó al enemigo todas las alma. ciudades y todas las aldeas.