La Antigüedad Romana En La Actual Comunidad De Madrid
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La Antigüedad romana en la actual Comunidad de Madrid SEBASTIÁN RASCÓN MARQUÉS1 Y ANA LUCÍA SÁNCHEZ MONTES2 Un breve estudio historiográfico La arqueología clásica de la Comunidad de Madrid ha conocido un formidable desarrollo tan sólo en los últimos veinticinco años. Sin embargo, y aunque es innegable un relativo desinterés en fechas anteriores, no es menos cierto que ha habido una cierta tradición de estudios sobre la época romana de nuestra región, que podrían resumirse en dos líneas principales. La primera de ellas ha venido siendo la trama viaria y el “descubrimiento” de localidades vinculadas a ella. Las fuentes de carácter itinerario, así como las geográficas (sobre todo, el Itinerario de Antonino, el Anónimo de Rávena, Plinio y Ptolomeo) proporcionaban a los inves- tigadores durante los siglos XIX y XX un repertorio de localidades y de distancias entre ellas, que han motivado complejos estudios con el objeto de localizar con precisión asentamientos y vías, buscando materialmente las vías 24 ó 25, Titulcia, Mantua o Miacum. Esto lo hacían porque aquel era el método de entonces (la búsqueda de reliquias, tesoros o incluso ciudades); pero también porque existía un vacío arqueológico, de restos o de ruinas, exceptuando las únicas totalmente evidentes y conocidas, las de Complutum, en Alcalá de Henares. Y también, en el caso madrileño, había un móvil político: la necesidad de buscar un origen digno, entroncando con la prestigiosa Antigüedad clásica, a la capital del Reino. De ahí el interés por dotar a Miacum de una relevancia urbana que nunca tuvo, por situarla en la propia ciudad de Madrid, o por relacionar a la propia Madrid con Mantua (lo que por cierto era una creencia asentada en la Corte en los siglos XVI y XVII). Paralelamente a esta tradición historiográfica ha existido en Madrid otra, en- focada a un asunto más tangible: la ciudad romana de Complutum (RASCÓN, 2004, I, 18 y ss, y VALLEJO, 2005). En fechas tan remotas como el siglo XVI comenzaron las “excavaciones arqueológicas” en el solar del llamado Paredón del Milagro (restos constructivos del foro romano de la ciudad, hoy en día vi- sible y reconocible) y en el de la Fuente del Juncal (una fuente romana junto a las puertas de la misma) de la mano de uno de los padres de la arqueología española, el cordobés Ambrosio de Morales, afincado en la entonces eminente 1 Servicio Municipal de Arqueología. Ayuntamiento de Alcalá. [email protected] 2 Universidad Autónoma de Madrid. [email protected] 41 SEBASTIÁN RASCÓN MARQUÉS Y ANA LUCÍA SÁNCHEZ MONTES Universidad Complutense. Complutum de hecho es uno de los objetos del que quizá sea el primer libro de arqueología española, “Antigüedades de las ciuda- des romanas de España”, editado en la misma Alcalá de Henares en 1575 (fig 1). Esa tradición, guiada por los afanes anticuaristas de los siglos XVII, XVIII y muy especialmente el XIX, se siguió manteniendo en Alcalá, motivando gran cantidad de hallazgos y, por desgracia, la destrucción casi sistemática de una parte del yacimiento, de sus contextos y de sus materiales arqueológicos. Pa- ralelamente, en los siglos XIX y primera mitad del XX, también en otras zonas de la región se producían hallazgos (bien es cierto que más puntuales) como la villa de Carabanchel (a partir de 1860) o la de Villaverde (1927), que unidos a una vocación ilustrada dieron pie a que ciertos autores como Fuidio, Calleja o el propio Padre Flórez en sus ya clásicos trabajos. empezasen a desbrozar lo que luego se ha demostrado una compleja realidad arqueológica. Fig. 1.- La ciudad romana de Complutum, objeto de uno de los primeros libros sobre arqueología de España: “Las Antigüedades de las ciudades de España”, editado en Alcalá de Henares en 1575. Imagen cortesía de Helena Gimeno. 42 LA ANTIGÜEDAD ROMANA EN LA ACTUAL COMUNIDAD DE MADRID Por desgracia, estas líneas historiográficas se habían olvidado (o se querían ignorar) casi por completo cuando en 1970 se redescubrió brutalmente la ciu- dad romana de Complutum, y aproximadamente el 50% de su superficie resultó engullida por los modernos desarrollos de Alcalá de Henares. Y así, a partir de ese trauma, pero sobre todo al amparo de unas nuevas normativas legales y una sensibilidad social más favorable, la arqueología y la historia antigua de nuestra región se han venido escribiendo en los últimos veinticinco años gracias a recientes y espectaculares avances en la investigación. Donde antes aparecía un gran lienzo en blanco, un territorio muy rural y poco romanizado, ahora han surgido importantes yacimientos, principalmente el reencuentro con una ciudad romana de gran envergadura, Complutum. A la vez, y como un incesante goteo, otras zonas de Madrid aportan algunas pautas para completar una visión gene- ral y compleja del territorio y la época, sobre todo en lo referido a un complejo mundo rural. A yacimientos clásicos, más investigados, mejor conocidos, no sólo Complutum, sino también las villas de Carabanchel, de Villaverde, de la Torrecilla, de Tinto Juan de la Cruz, de Valdetorres, o del Val, se van uniendo otros muchos puntos todavía necesitados de una intensa tarea de reflexión e investigación. En definitiva, datos que nos presentan a Madrid no ya como un espacio en blanco donde identificar vías y localidades en ejercicios teóricos muchas veces infructuosos, sino como una región donde se puedan aplicar sobre el terreno estudios analíticos de yacimientos muy diversos, y que desvelan un espacio de fortísima romanización. La estructura política Las ciudades y los territorios municipales Se han escrito muchísimas páginas en torno a las posibles localidades y ciu- dades romanas que existirían en la actual Comunidad de Madrid, sobre todo a partir de la óptica de las fuentes clásicas. Su revisión desborda el objeto de este trabajo (véase al respecto RASCÓN, 2004, I, para los territorios políticos en el Madrid antiguo y las vías de nuestra región). En gran parte de ellas se ha utilizado un método poco apropiado, que ignoraba el hecho arqueológico, buscando vías y localidades a fuerza de calcular distancias con el Itinerario de Antonino. Hoy día, tras veinticinco años de abundantes excavaciones, con un adecuadísimo instrumento, la Carta Arqueológica, y con la posibilidad de analizar multitud de yacimientos de gran relevancia en toda la región, es posible llegar a proponer un modelo de poblamiento bastante preciso y con una sólida base arqueológica. En este modelo existen dos ciudades merecedoras de tal nombre: la primera muy importante, Complutum - Alcalá de Henares, claramente reconocida como civitas o como urbs en los textos clásicos: aparece en Plinio (Nh. III, 24), Ptolo- meo (2, 6, 56), el Anónimo de Rávena (este de forma muy significativa, porque es una cosmografía que emplea a Complutum como ciudad de referencia en su 43 SEBASTIÁN RASCÓN MARQUÉS Y ANA LUCÍA SÁNCHEZ MONTES descripción geográfica, situando una nómina de ciudades en su órbita y desta- cando por tanto su papel de ciudad “honorable”- Ravennatis Anonymi Cosmo- graphia, IV, 44-), el Itinerario de Antonino, Paulino de Nola (en el Carmen XXXI, 605-610, y en su correspondencia con Ausonio), Prudencio (Peristephanon, IV. 17-46), el Pasionario (Passio Iusti et Pastoris), o el De viris illustribus de Ildefon- so de Toledo. Además este rango político de ciudad privilegiada viene avalado por su epigrafía, que recoge cargos públicos específicos y obras de beneficen- cia cívica: Cn Nonius Crescens, (magistrado y flamen), Lucius Secundus (sevir augustal), Pompeya Antila (benefactora), la familia de los Anios (benefactores sociales), o el propio carmen epigraphicum del foro. Y por fin Complutum viene avalada por importantes y reconocibles restos arqueológicos, prueba de una arquitectura monumental urbana, pública o privada: una ciudad de algo más de 50 Has, a los que deben añadirse los suburbios, con urbanismo hipodámico, pórticos generalizados en las calles, red de saneamientos, un foro, basílica civil y un gran edificio administrativo a partir del siglo III, dos edificios termales, un templo, un auguraculum, un arco cuadrifronte, casas de atrio y de peristilo... La segunda ciudad es Titulcia, aunque todavía no tiene un reconocimiento tan indiscutible: de hecho algunos autores cuestionan su posición topográfica; existiendo restos arqueológicos de cierta relevancia, es verdad que tampoco se han conocido restos de un yacimiento identificable como una ciudad romana, y su epigrafía en este sentido es escasa y plantea algunos problemas en su interpretación histórica y arqueológica. Un indicio de epigrafía y arquitectura monumental podría serlo el llamado “monumento de Ciempozuelos” (la interpre- tación más reciente, en STYLOW y VON HESBERG, 2004), restos que sin duda pertenecen a un importante monumento romano, pero que por desgracia care- cen de un contexto arqueológico preciso. En todo caso, la insistente presencia de Titulcia en varias fuentes clásicas avala que, en tanto se despejan las dudas sobre su ubicación exacta (nosotros vamos a apoyar la localización clásica), en tanto surgen claras pruebas arqueológicas o epigráficas de su naturaleza urba- na, de su rango municipal, cabe que se considere como una ciudad de entidad en el Sureste de la actual Comunidad de Madrid. Hay otras localidades que se citan puntualmente en la célebre relación de Ptolomeo (2, 6, 56): es el caso de Mantua, cuya importancia se ha engordado artificialmente a partir de las búsquedas legendarias de un pasado romano para la ciudad de Madrid desde los siglos XVI y XVII. Parecido es el caso de Caraca (que sin embargo también mencionan el Ravenate o Polibio, Sert. XVII), para la que tradicionalmente se ha postulado una ubicación madrileña, en Carabaña. Pero de ninguna hay datos, arqueológicos ni epigráficos, que apunten a una ciudad privilegiada, simplemente porque quizá no pasaron de ser localidades menores y sin un rango político superior. Igual ocurre con otras localidades, esta vez de carácter claramente menor, que conocemos por su condición de mansiones en fuentes itinerarias concretas 44 LA ANTIGÜEDAD ROMANA EN LA ACTUAL COMUNIDAD DE MADRID Fig.