La Música Y El Baile De Los Sones Y Chilenas De Santos Reyes Nopala, Juquila, Oaxaca
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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA INAH SEP La Costumbre como Acontecimiento: La música y el baile de los Sones y Chilenas de Santos Reyes Nopala, Juquila, Oaxaca. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL TITULO DE LICENCIADO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL PRESENTA JOSÉ ANTONIO SOTO LUNA DIRECTORA DE TESIS: DOCTORA FRANÇOISE ODILE NEFF NUIXA MEXICO, D.F. 2012 1 Agradecimientos: Realizar este texto no ha sido labor de una sola persona. No hubiera sido posible sin la ayuda de mucha gente que de un modo u otro me ha apoyado. Así pues, primero que nada agradezco a Dios que me ha permitido llegar hasta aquí. En segundo lugar, agradezco a todos aquellos que con alguna palabra, con su apoyo, con su atención, paciencia y tolerancia me han motivado a seguir. Aunque sé muy bien que esta lista no los incluye a todos, quisiera hacer mención especial de algunas personas que tienen un papel clave y fundamental en esta historia: mi familia, pero en especial mi mama y mi abuelita, que saben mejor que nadie que esto no es cosa de un día, sino resultado de todos los años (míos y suyos); a Lourdes, por estar a mi lado prácticamente desde el principio de esta investigación y hasta la fecha , y a su familia, la familia Mendoza García de San Miguel Panixtlahuaca. Agradezco también al profesor Jaime Loaeza de Santa María Temaxcaltepec, a su esposa y a toda su familia, pues sin su ayuda y sus indicaciones, simplemente no hubiera podido comenzar. A Yesenia, por haberme recibido siempre en la ciudad de Oaxaca, por sus comentarios y críticas, y porque me ha facilitado el acceso y los traslados en la región chatina. A mi asesora, Françoise Neff, pues para la realización de este trabajo cada una de sus palabras fue de gran importancia. 2 Quiero agradecer, también, a las personas que en Santos Reyes Nopala me prestaron sus palabras con las cuales trate de construir este relato del mejor modo en que pude. En especial a los señores músicos ―viejos‖ de la comunidad: al señor Sirenio Sánchez, al señor ―Tacho‖, al señor Teófilo Alavés, al Señor Emiliano Sánchez. Pero también agradezco al señor Miguel López, al señor Palemón López, a los señores Cirino y Severino Matus y a Cesar Silva Ramírez, músicos de la comunidad, que me orientaron para describir los diferentes géneros musicales, y me contaron gran parte de las historias acerca de la música y los músicos de Nopala, además de facilitarme grabaciones. A los mayordomos de la fiesta de los tres reyes, que me ofrecieron su tiempo para platicar de los preparativos de la fiesta, y que me recibieron durante las mayordomías, permitiéndome realizar grabaciones de audio y video. A la señora Melchora Canseco, por su tiempo y sus palabras en chatino y en español. Al señor Gerardo Ruiz. Al señor Antonio, de producciones ―Pegasso‖, quien fue para mí una especie de mapa, diciéndome en qué lugares estar, qué grabar y con quien hablar; sin su ayuda muchas cosas me hubieran pasado desapercibidas. Al señor Florencio Canseco, por su amabilidad y por haberme prestado un lugar donde quedarme, y a Uriel, Noe y Marco por su apoyo. Por último, agradezco al H. Ayuntamiento municipal de Santos Reyes Nopala 2008-2010, y a los señores Principales por las facilidades prestadas en la población. 3 Articular históricamente el pasado no significa conocerlo “tal como verdaderamente fue”. Significa apoderarse de un recuerdo tal como éste relumbra en un instante de peligro. De lo que se trata para el materialismo histórico es de atrapar una imagen del pasado tal como ésta se le enfoca de repente al sujeto histórico en el instante de peligro. El peligro amenaza tanto a la permanencia de la tradición como a los receptores de la misma. Para ambos es uno y el mismo: el peligro de entregarse como instrumentos de la clase dominante. En cada época es preciso hacer nuevamente el intento de arrancar la tradición de manos del conformismo, que está siempre a punto de someterla. Pues el Mesías no sólo viene como Redentor, sino también como vencedor del Anticristo. Encender en el pasado la chispa de la esperanza es un don que sólo se encuentra en aquel historiador que está compenetrado con esto: tampoco los muertos estarán a salvo del enemigo, si éste vence. Y este enemigo no ha cesado de vencer. Walter Benjamín. Tesis sobre la historia. Sexta tesis. 4 Índice 0. Perspectivas ………………………………………. 1 1. Historias ………………………………………. 7 2. La función género y la función autor …………….. 27 3. La guelaguetza ……………………………………53 4. Enciclopedia ……………………………………...108 5. La fiesta ………………….….….….…….….….127 Bibliografía y fuentes mencionadas ………………159 Apéndice A…………….….…….………..…..…...162 Apéndice B……………………………………….. 172 . 5 0. PERSPECTIVAS 6 En Nopala había un convite. En el atrio de la iglesia había algunos músicos con instrumentos de viento. Poco a poco fueron llegando personas y agrupándose frente a la iglesia, unos minutos después salió la procesión. Me habían dicho que en un par de horas regresarían los músicos así que decidí esperarlos. Mientras tanto aproveché para observar las dos iglesias, y para comer algo en uno de los puestos junto al mercado. Cuando regresaron los músicos, pregunté al maestro si sabía dónde podía encontrar partituras de la música que ellos tocaban. Me contestó que ellos no tenían, pues primero buscaban una cierta melodía con el saxofón o la trompeta, y después con los demás instrumentos buscaban armonizarla hasta que todos los instrumentos en conjunto sonaran bien. Me despedí, pero desde una banca cercana los continué escuchando hasta que se fueron. Varios minutos todavía continuaron tocando Sones y Chilenas en el atrio. Yo estaba planeando una investigación acerca de la música de la costa oaxaqueña; esta fue mi primera visita. El itinerario fue el siguiente: Oaxaca y Tlacolula, en los valles centrales, Temaxcaltepec, Nopala, Juquila y Tataltepec en la región chatina y Pinotepa Nacional en la costa chica. En la ciudad de Oaxaca una calenda, en Tlacolula una procesión. Las bandas de viento acompañando. Desde el primer momento, pues, la importancia y la función social de la música y de los músicos en el estado fueron cuestiones evidentes, abrumadoras. Después, la carretera hacia Puerto Escondido, región costa; desde mi ventana, cerca de Sola de Vega, veo otra procesión, y otros músicos. Me detuve en la región chatina. Ahí, como en otros terrenos serranos del país, la geografía accidentada hace que la altitud varíe en gran manera de una población a otra; así, mientras que Nopala se encuentra aproximadamente a 460 msnm, la población de Cerro del Vidrio, a dos o tres horas por carretera, se encuentra casi a 2000 msnm. Pasé unos días en Temaxcaltepec, y otros en Tataltepec. En Nopala solo estuve una noche y en Juquila unas cuantas horas esperando un ―raite‖ que nos llevaría a Tataltepec de Valdés (viajaba con Yesenia, una amiga originaria de esa población). Ahí conocí a una banda integrada por jóvenes y niños y tuve la oportunidad de platicar con el maestro. Era tiempo de lluvias y de chicatanas; insectos que surgen con las primeras lluvias, con los que se cocina una deliciosa salsa. Por eso, a petición de los usuarios, la camioneta ―pasajera‖ de la ruta Tataltepec- Santa Rosa se detuvo en la madrugada. Con rebozo, sombrero o bolsa la gente recogía la 7 mayor cantidad de ellas, mientras que los pobladores del lugar donde nos detuvimos hacían lo mismo, pero utilizando como trampas cubetas y tambos con agua. El amanecer nos alumbró en Santa Rosa, de ahí otro transporte hacia Pinotepa Nacional, un par de entrevistas con músicos de la ciudad, y fin del viaje. Al regresar, la investigación documental: algunos escritos acerca de la música de la costa chica, de los Sones de artesa, de las chilenas de Pinotepa, de los bailables en la guelaguetza, un panorama general de la música de las 7 regiones del estado de Oaxaca; pero un vacio en lo que se refiere a la región chatina. ¡Como si ahí no hubiera producción musical alguna! Si bien es cierto que la música de esta región es muy similar a la del resto de la región, e incluso muy similar a la del resto del estado de Oaxaca, de los sones y juegos de Pochutla, a las sones de Artesa y las Chilenas del distrito de Jamiltepec, existe un vacío, y una región musical relativamente inexplorada. Resultó entonces necesaria una segunda visita que se concentrara en el distrito de Juquila. Esta vez el itinerario fue Puerto Escondido, Juquila y por último Nopala, donde me detuve un poco más1. Esta segunda visita, aún exploratoria, me permitió darme cuenta de una gran diversidad musical, pues además de los instrumentos de viento se utiliza la guitarra, la armónica, el violín, el cántaro o el cajón para tocar ritmos considerados como ―tradicionales‖, mientras que conjuntos que interpretan música ―moderna‖ utilizan instrumentos eléctricos y electrónicos. Además, los géneros que se interpretan son tan variados como la instrumentación; desde los Sones y Chilenas hasta ritmos tan nuevos como el Reggaeton, pasando por Pasos dobles, Marchas fúnebres, música religiosa, Boleros, Danzones, Duranguense o corridos. Así, de un estudio regional, mi interés se fue trasladando hacia el estudio de comunidad. Esto por muchas razones. Por ahora solo quisiera mencionar la primera de ellas: Caminar por Nopala puede hacernos experimentar todos estos ritmos en una sola tarde. Se puede escuchar el ensayo de algún grupo de rock o de Duranguense, o de alguna banda de viento, para después sentarse en la plaza y escuchar a través de los altavoces ―La chinita de Nopala‖, ―El tepachito‖ o cualquier otra canción de autoría nopalteca; en la iglesia católica, la misa es acompañada por el coro y en ocasiones 1 A partir de ese momento, los periodos de trabajo de campo fueron realizados casi exclusivamente en Nopala.