TFM, Para Que Salgan De Su Asombro Inicial O Queden Instalados En Éste
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GENEALOGÍAS DIGRESIVAS DEL MONSTRUO. Alumne: Rafa Hernández Blasco Tutor/a: Tània Costa/Joan Minguet Màster Universitari de Recerca en Art i Disseny Curs 2015/2016 " ÍNDICE Prefacio…………………………………………………………………………………………….………………3 1. Introducción………………………………………………………………………………………….…………4 1.1. Justifcación y delimitación del objeto de estudio…………………………..…………….……………….7 1.2. Objetivos de la investigación……………………………………………..…………………….……………9 1.3. Hipótesis de trabajo………………………………………………………..………………………………..10 1.4. Marco teórico……………………………………………………………….……………………………….12 1.5. Estado de la cuestión…………………………………………………………..……………………………13 1.5.1. Ivestigaciones sobre el Terror/Horror………………………………………………………………..….13 1.5.2. Investigaciones sobre el monstruo/la monstruosidad…………………………………………………16 2. In ‘Goth’ we trust: una aproximación al Gótico………………………………………………….……..…….17 3. Nuevos monstruos, tiempos modernos…………………………………………..…………………………23 4. 4. Las tres caras del monstruo (y una más)………………………………………..…………………………28 4.1. De Villa Diodati a Los Ángeles…………………………………………………..…………..……..……..…28 4.1.1. La chispa de la vida: génesis del monstruo…………………………………………….………………..28 4.1.2 Ladrones de cadáveres………………………………………………………………..………………..…31 4.1.3. El moderno… ¿“Prometeo”?………………………………………………………..…….………………33 4.1.4. Frankie goes to Hollywood……………………………………………………………………..………..41 4.1.5 Frank ’N’ World…………………………………………………………………………..…………………48 4.2. El mito de los Cárpatos victorianos………………………………………………….……………..………60 4.2.1. Beber sangre antes de Drácula…………………………………………………….……..………………60 4.2.2. Un vampiro a penique……………………………………………………………….…….……………..62 4.2.3. El demonio barbero……………………………………………………………………..………………..64 4.2.4. Femme et vampire………………………………………………………………..………………………66 4.2.5. Largos caninos, estacas aflada…………………………………………………………………..………71 4.2.6. Mordiscos y succión Ad eternum………………………………………………………………..………..85 4.3. El monstruo escindido…………………………………………………………………………..…..……102 4.3.1.Doble o nada: Dr. Jekyll y Mr. Hyde……………………………………………………….………..…..102 4.3.2. Nowhere to run, nowhere to Hyde………………………………………………..……………………115 4.4. Con la bestia dentro………………………………………………………………………………..……..122 4.4.1. Furor animal………………………………………………………………………………………..……122 4.4.2. De lobos, hombres y fotogramas……………………………………………………..…….…………..127 4.4.3. El animal en guerra……………………………………………………………………..……………….130 5. Monstruo entre monstruos………………………………………………………..………………………..134 5.1. Crimen y cultura…………………………………………………………………..……………………….134 5.2. Afectísimo…………………………………………………………………….…….……………………..139 5.3. Vampiros lujuriosos entre las sombras de Weimar……………………………..……..…………………145 6. American nightmare……………………………………………………………………………………..….156 6.1. De las Monster movies a los Slashers: transmutación del Monstruo U.S.A…………………..………156 6.2. Tipically American…Gothic………………………………………………………………………..……..162 6.3. Killing in America……………………………………………………………………………..……………167 6.4. Slice and Dice: The Final Chapter………………………………………………………….……..………..173 7. Conclusiones…………………………………………………………………………………………………175 8. Bibliografía…………………………………………………………………………………..……………178 9. Webgrafía…………………………………………………………………………………………………….185 !2 Prefacio Podría afrmarse que el presente proyecto parte más de una temeridad en forma de intención noble, un acto más próximo a la insensatez y la tentativa que a la aplicación racional y ordenada de ideas y la sintaxis inteligible. Semejante presentación me obliga a explicar debidamente a qué se debe esta declaración algo atípica para introducir un trabajo académico, en este caso el TFM, para que salgan de su asombro inicial o queden instalados en éste. Considérense pues las líneas que siguen una humilde prescripción o disculpa si se quiere —por las licencias tomadas— para afrontar lo que en adelante acontezca. Es este preciso instante en el que el cursor parpadea cadencioso y, obviamente, ajeno y despreocupado en su función a las tribulaciones, inquietudes y miedos que atenazan al que esto escribe, el escogido como propicio para dar comienzo a la redacción del TFM, requisito para valorar la aptitud del alumno y obtener una titulación específca. A priori puede parecer de perogrullo, que lo es, sí. Pero, si se me permite, debo añadir un dato que he omitido por aquello de mantener el suspense: han transcurrido 7 días ya desde que entráramos en junio y estos son los primeros y sufridos renglones que logro plasmar en un documento digital. Y no es que no haya escrito nada hasta el momento; bien al contrario, me encuentro ante un horror mayúsculo y de difícil (di)gestión al contabilizar no menos de 300 páginas manuscritas arrebatadamente, la mayor parte de las cuales corresponden a citas extraídas de una cantidad de libros cuya cifra exacta prefero no hacer constar por aquello de no hurgar más en la herida, de no alimentar más la intrusa y lustrosa ansiedad a la que sirvo de alojamiento desde hace semanas, meses. Se diría que me hallo en un punto de no retorno y que las expectativas se están volviendo por momentos evanescentes, traslúcidas. Yo, en cambio, simplemente optaré por pensar que “alimento” al monstruo. Muy probablemente, quien esto lea se pregunte pertinentemente qué motivo/motivos condujeron a servidor a un desbordamiento tan extremo, tan atroz; a lo que me gustaría responder, si se me permite, con estoicidad y tono solemne, que se debe a un proceso de investigación artística concienzudamente preparado y puesto en práctica con el rigor, el orden y la precisión exigidos por cualquier trabajo riguroso que se precie. Por el contrario y, espero que la honestidad de la que hago acopio sea considerada un atenuante, el despropósito informe que ha devorado con la misma fruición palabras, tinta, grafto, horas y días, parece exigir su materialización —cual criatura de Frankenstein despiezada— sin discusión que valga; imponiendo su ominosa voluntad mediante mi persona. De nada serviría que tratase de excusarme enumerando los intentos de dar salida a la exigencia académica con la elaboración de pavorosas fgurillas o vaciando metódicamente cada mañana las medias naranjas una vez exprimidas y consumido su jugo. Aunque puede que —sólo puede que— llegados a este punto cobren sentido; las primeras como agoreras a pequeña escala del fracaso venidero; las segundas como terrorífca alegoría del juicio que opta por marchar para no volver… Si de algo se puede califcar la situación —además de ridículamente risible— es de acuciante y abocada más a lo peor que a la obtención de unos resultados satisfactorios, al menos a priori. Incapacidad, indecisión, procrastinación, temor, obstinación,…podría seguir así hasta completar al menos mil quinientas palabras más, mas !3 no sería sino otro paso insignifcante de veras para aspirar a cubrir las entre veinticinco mil y cuarenta mil palabras que me separan de, como mínimo, cumplir el requisito de extensión. sin embargo, con la dignidad —si la hubiere— que todavía pueda atesorar, me dispongo al abordaje y la tarea que supone suturar todas las partes del monstruo esperando que cada órgano y cada miembro ocupe el lugar que le corresponde. Y tal vez transcurridas unas semanas de inferno autoimpuesto y prometeicos esfuerzos pueda gritar presa de la euforia desmedida: “¡Está vivo!” No quisiera concluir sin antes completar esta introducción tan lastimera como poco protocolaria, introduciendo el ámbito que ha ocupado la investigación —por desmembrada que se encuentre—. Me gustaría tomarme una licencia más y remitirme a una célebre secuencia cinematográfca en la que una bestia escénica como pocas, ya en su madurez profesional y vital, monologaba pausadamente, con gravedad sudorosa entre penumbras oscilantes aludiendo al horror, el Horror. Ese es precisamente el tema que me propongo diseccionar de aquí en adelante sin atender en demasía a la ortodoxia y la convención, confando en que el coronel Kurtz no erraba cuando afrmaba sin titubeos ser el juicio el que nos derrota. 1. Introducción Es frecuente oír hablar de horror, miedo, terror y otras tantas emociones o estados de ánimo que se asocian a las categorías anteriormente referidas sin preguntarnos sobre las particularidades de cada una de estos sentimientos, aquello que lo distingue del resto, su singularidad. El grueso de estas entradas responden principalmente a la fcción, excepciones hechas en forma de titular de noticias por lo general perteneciente a la crónica de sucesos. Realizado el rastreo inicial, se puede entrar en algunos de los portales destinados a la fcción de horror en sus vertientes literaria y cinematográfca comprobándose la gran cantidad de seguidores que participan de forma activa, abanderando su ‘militancia’ y tomando parte de una comunidad virtual que tiene su versión física en festivales especializados y temáticos donde los fans pueden codearse con cineastas y estrellas sintiendo formar parte de “algo grande”. Incluso pueden hallarse certámenes académicos y congresos donde se debaten cuestiones entorno a lo fantástico. ¿Y a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de “lo fantástico”? Sin entrar en el proceloso terreno de la validación de concepto esquivos, nos sirve como punto de partida la defnición que ofrece David Roas (2011) cuando explica que «lo fantástico se caracteriza por proponer un conficto entre (nuestra idea de) lo real y lo imposible»; precisando de la inexplicabilidad (no la vacilación, ni la incertidumbre) «para que dicho conficto genere un efecto fantástico.» (30) Puede certifcarse que el terror/horror goza de envidiable forma. Incluso me aventuraría a afrmar que su estado de salud es excepcional si tenemos en cuenta el éxito