Genealogía Y Esperanza En La Filosofía De La Existencia De Ingmar Bergman
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Genealogía y esperanza en la Filosofía de la Existencia de Ingmar Bergman Jordi Puigdomènech López Marta Al meu pare 2 Í N D I C E INTRODUCCIÓN .............................................................................................................. 4 I. INGMAR BERGMAN Y LA CINEMATOGRAFÍA NÓRDICA 1.1 La tradición nórdica: de Snörri Sturlsson a Ingmar Bergman .......... 22 1.2 Ingmar Bergman: arte y metafísica .................................................. 36 1.2.1 Bergman y su mundo ....................................................... 37 1.2.2 Elementos para una clasificación de la obra bergmaniana .. 46 1.2.2.1 La obra literaria ................................................ 48 1.2.2.2 La obra escénica .............................................. 52 1.2.2.3 La obra cinematográfica ................................... 58 II. ANÁLISIS DEL DISCURSO FÍLMICO BERGMANIANO 2.1 Poética fílmica: imágenes y símbolos .............................................. 90 2.1.1 Estética fílmica: la tragedia y el romanticismo nórdico ........ 91 2.1.2 La metafísica del artista ..................................................... 102 2.2 Filosofía de la imagen: estructura del discurso fílmico ..................... 109 2.2.1 Producción y guión ............................................................. 110 2.2.2 Imagen y encuadre .............................................................. 118 2.2.3 Ambientación y decorados ................................................... 124 2.2.4 Montaje y banda sonora ....................................................... 129 III. PRESUPUESTOS FILOSÓFICOS EN LA OBRA BERGMANIANA 3.1 Ontología antropológica: el problema del hombre .......................... 156 3.1.1 Los tres estadios de la existencia, o la huella de Kierkegaard . 158 3.1.2 El infierno son los otros, o la huella de Sartre ..................... 168 3.2 El drama existencial ..................................................................... 175 3.2.1 La existencia como posibilidad .......................................... 181 3.2.2 El problema del mal ............................................................ 188 3.3 El ser y la muerte ............................................................................ 194 3.3.1 La angest bermaniana ........................................................ 196 3.3.2 La trascendencia del ser ....................................................... 200 3.4 El silencio del hombre y el giro de los noventa .............................. 212 3.4.1 Nihilismo existencial .......................................................... 213 3.4.2 Genealogía y esperanza ....................................................... 224 IV. ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS INTERPRETACIONES DE TRES FILMS: El séptimo sello, Fresas salvajes y El manantial de la doncella 4.1 Crítica internacional ..................................................................... 242 4.2 Crítica española .............................................................................. 265 V. FUENTES 5.1 Bibliografía .................................................................................. 291 5.2 Hemerografía .................................................................................. 307 5.3 Filmografía .................................................................................. 309 5.3.1 Dirección .......................................................................... 311 5.3.2 Guión ................................................................................ 332 3 INTRODUCCION Pocos cineastas han reflejado su propia personalidad tan poderosamente en sus obras como Ingmar Bergman. Los personajes de sus novelas, de sus guiones y de sus films son retratos de su propio pensamiento, de esa subjetividad que pretende comunicar a través de las acciones que éstos desarrollan. Cada uno de sus trabajos es un capítulo de un diario íntimo, un diario en el que un hombre que ha escogido el cine, el teatro y la literatura como medios de expresión nos entrega sus consideraciones más personales. Parece claro, pues, que para el cineasta sueco el arte y la vida es todo uno. No obstante, a lo largo de este libro se ha procurado no interpretar la obra de Ingmar Bergman a partir de unos datos demasiado estrechamente biográficos, para de este modo evitar caer en un enojoso culto a la personalidad que, a buen seguro, hubiera dejado a lo importante, a las obras, en un segundo término. Lo verdaderamente particular en Bergman y que, a ciencia cierta, ha contribuido a que su trabajo haya sido mundialmente reconocido, ha sido la capacidad que ha demostrado a la hora de valerse del medio cinematográfico -ya en su aspecto de arte, ya en el de industria- como una forma de expresión profundamente personal, siendo su discurso audiovisual idóneo tanto para describir un problema existencial o psicológico, como para llevar a cabo una 4 reconstrucción socio-histórica rigurosa. En ambos casos, Ingmar Bergman se erige en una auténtico paradigma de lo que debe ser una aproximación a la reflexión filosófica, realizada desde el lenguaje fílmico. Una de las primeras características de la personalidad de Bergman que llama poderosamente la atención es que, pese a tratarse de un hombre totalmente integrado en su tiempo, enmarca su reflexión -expresada principalmente a través del cine- en un ámbito intelectual que presenta una cierta capacidad de resistencia frente a las sucesivas modas intelectuales y estéticas. Como si éstas no fueran con él, siempre que ha tenido la oportunidad de hacerlo ha abordado temáticas de un profundo interés filosófico, desligándose, en la medida de lo posible, de las exigencias de una industria que, como es el caso de la cinematográfica, no suele dedicar muchos esfuerzos a fomentar la reflexión ni la inquietud intelectual. Con un pulso firme, obtenido sobre la base de una sólida formación cultivada en el campo de las artes y las letras, y enriquecido merced a varias décadas de experiencia personal en el dominio de la técnica y de la estética fímicas, Bergman ha conseguido crear una interesante y prolífica obra, cuyo interés ha resistido el paso de los años y de las modas. Asimismo, la propia evolución del cineasta sueco, en su faceta como pensador, supone un elemento 5 fundamental de interés frente a la dimensión estrictamente artística de sus películas. En el plano estético, una parte significativa de la obra de Bergman se halla inserta en la más pura tradición del cine nórdico, caracterizada por una puesta en escena deudora del naturalismo de autores escandinavos, como la novelista Selma Lagerlöf, y en la línea de realizadores como Victor Sjöström, Mauritz Stiller o Carl Theodor Dreyer. Estos últimos fueron quienes sentaron las bases de un estilo cinematográfico propiamente nórdico, con trabajos como La carreta fantasma, La leyenda de Gösta Berling o Dies Irae. Posteriormente, el estilo de Bergman derivaría en un tono marcadamente más austero y personal, desembocando en lo que algunos críticos han dado en llamar cine de cámara o kammerspielfilm. Se trata de obras en las que el tiempo de la acción y el número de los personajes se reduce hasta acercarse al minimalismo. El empleo del primer plano será el efecto técnico más recurrido en esta fase del director sueco. El lenguaje cinematográfico empleado por Bergman en sus films, puede dar, en ocasiones, la impresión de pertenecer a un estilo propio de otro tiempo. El cine de Bergman ha ignorado muchas de las innovaciones técnicas que el medio ha experimentado en la segunda mitad del siglo XX, como lo muestra el hecho de que su primera película en color date de 1964, cuando ya habían transcurrido casi 6 tres décadas de la aparición del cromatismo aplicado al celuloide. A pesar de esta circunstancia, el director sueco ha mantenido siempre un tono vanguardista en su lenguaje fílmico, independientemente de las especificaciones técnicas empleadas en la articulación del mismo. Y ello es porque Bergman invita a una peculiar manera de acercamiento a la obra de arte. Su particular iconografía visual conduce al espectador a la búsqueda del ser interior a partir de la comunión con la obra y, desde ella, con las cuestiones fundamentales de su particular filosofía de la existencia: el ser individual, la muerte, el sentido de la vida y la búsqueda o la negación de Dios. Fijando una mirada crítica en la racionalidad pragmático-técnica que prevalece en nuestro días, podremos sentir la necesidad que presenta no sólo el cine, sino la cultura de la imagen en general, de que aparezcan autores de la categoría de Ingmar Bergman, capaces de eludir los imperativos de la moda y de la industria, y así escapar a la mediocridad intelectual que parece querer establecerse desde los diferentes medios de difusión audiovisual: televisión, cine e internet. La recuperación del humanismo, en detrimento del pragmatismo de mercado, es, tal vez, el principal desideratum que se desprende de la obra de Bergman, y a él nos adscribimos desde estas líneas. El pensamiento bergmaniano puede ser descubierto como un intento de recuperar esos interrogantes que -además de la filosofía- también se han encontrado desde siempre en el mundo del arte 7 porque, de algún modo, están presentes en el hombre de forma permanente, a poco que éste ahonde en sí mismo. Parece evidente que la obra de Ingmar Bergman es el fruto de una búsqueda existencial, más que la consecuencia racionalizada de un teórico académico. Es un trabajo fruto de una razón poética basada en la experiencia de un sujeto intuitivo y sensible. Muchos de los