Sistemática y conservación de la familia (Arachnida: : ) en

Aylin Alegre Barroso

Sistemática y conservación de la familia Biantidae (Arachnida: Opiliones: Laniatores) en Cuba

Aylin Alegre Barroso

Tesis doctoral Junio 2019

Foto de portada:

Tomada por: Sistemática y conservación de la familia Biantidae (Arachnida: Opiliones: Laniatores) en Cuba

Aylin Alegre Barroso

Tesis presentada para aspirar al grado de DOCTORA POR LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE

Doctorado en Conservación y Restauración de Ecosistemas

Dirigida por:

Dr. Germán M. López Iborra (UA, España)

Resumen

El análisis de la morfología externa y genital masculina de los biántidos cubanos permitió realizar por primera vez un estudio filogenético que sirvió para elaborar una nueva propuesta de la sistemática del grupo. Además se actualizaron las descripciones taxónómicas que incluyen una detallada caracterización de la morfología genital masculina. La familia Biantidae en Cuba contiene 20 especies, ocho de ellas constituyen nuevas especies para la ciencia. Se propone a Manahunca silhavyi Avram, 1977, como nuevo sinónimo posterior de Manahunca bielawskii Šilhavý, 1973. A partir del estudio filogenético se redefinen los límites de Stenostygninae Roewer, 1913, restaurando el concepto original de Caribbiantinae Šilhavý, 1973, status revalidado, para agrupar a todas las especies de biántidos antillanos, lo que excluye al taxón Suramericano Stenostygnus pusio Simon, 1879. Los géneros cubanos Caribbiantes Šilhavý,

1973, Manahunca Šilhavý, 1973 y Negreaella Avram, 1977, se recuperaron monofiléticos con un soporte robusto. Se ofrecen nuevos caracteres con importancia taxonómica del metarso III de los machos y de la genitalia masculina. Se actualizó la distribución geográfica de Biantidae en Cuba. Se evaluó por primera vez la representatividad de opiliones cubanos en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) dando como resultado que el 70 % de las especies se encuentran en espacios protegidos, 12 especies presentaron entre el 50-100% de sus registros de presencia dentro del SNAP, de estas, nueve presentan una distribución restringida (<500 km²). Se identificaron tres áreas de endemismo: una correspondiente al Macizo de Sagua-Baracoa, con siete especies endémicas, otra correspondiente a la Sierra Maestra y Sierra de La Gran Piedra, con seis especies endémicas y la última correspondiente a la zona central del país, con cuatro especies endémicas, que coinciden en parte con el SNAP. De las 17 especies de biántidos evaluadas, seis se categorizaron como “en peligro” (EN), ocho como “en peligro crítico” (CR) y tres “vulnerables” (VU) siguiendo los criterios establecidos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). 1. Introducción general…………………………………………………………………1

1.1. Generalidades de Opiliones……………………………………………………...…1

1.2. Estado del conocimiento y conservación de las especies del orden Opiliones en Cuba………………………………………………………..………………..………….4

1.3. Objetivo general de la tesis………………………………………..………..………7

1.4. Novedades científicas del trabajo……………………...……………………….….8

1.5. Importancia del estudio…………………………………………………….………..9

1.6. Referencias bibliográficas……………………………………………….…………11

2. Taxonomía y filogenia de la familia Biantidae en Cuba……………………..15

2.1. Introducción………………………………………………………………………….15

2.1.1. Objetivos específicos………………………………………………………...…..17

2.2. Revisión bibliográfica………………………………………………………….………17

2.2.1. Historia de la sistemática de Biantidae…………………………………………. 17

2.2.2. Situación taxonómica de las especies de Stenostygninae, con énfasis en los taxones cubanos………………………………………………………………………….22

2.2.3. Caracteres taxonómicos de Biantidae Stenostigninae utilizados con anterioridad al presente estudio……………………………………………………………………….24

2.2.4. Estudios de la genitalia masculina en Biantidae…………………….…………26

2.2.5. Posibles relaciones filogenéticas entre los taxones de Biantidae y con otras familias de Laniatores……………………………………………………………………27

2.2.6. Distribución geográfica de las especies cubanas de Biantidae………………31

2.2.7. Conocimientos sobre la historia natural de las especies de Biantidae en Cuba……………………………………………………………………………………….32 2.3. Materiales y métodos…………………………………………………………...….33

2.3.1. Material examinado……………………………………………………………….33

2.3.1.1. Lista de depositarios……………………………………………………………34

2.3.2. Estudio morfológico………………………………………………………………34

2.3.2.1. Preparación de genitalias masculinas………………………………………..36

2.3.2.2. Preparaciones SEM……………………………………………………………38

2.3.2.3. Preparación de dibujos y fotos……………………………………………….38

2.3.2.4. Caracteres de la morfología externa y de la genitalia masculina utilizados en las descripciones……………………………………………………………………………..41

2.3.3. Análisis filogenético………………………………………………………………42

2.3.3.1. Selección de especies incluidas en el análisis filogenético………………..42

2.3.3.2. Selección y codificación de los caracteres morfológicos considerados en el análisis filogenético……………………………………………………………………….43

2.3.3.3. Análisis de los datos e inferencia estadística………………………………..53

2.3.4. Estudio taxonómico…………………………………………………………. …..57

2.3.5. Preparación de mapas de distribución geográfica…………………………….57

2.4. Resultados……………………………………….………………………………….58

2.4.1. Morfología…………………………………………………………………………58

2.4.1.1. Caracterización de la morfología externa de los biántidos cubanos…………………………………………………………………………………...58

2.4.1.1.1. Morfología del metatarso III de los machos de Caribbiantinae…………65 2.4.1.2. Caracterización de la morfología de los genitales masculinos de los biántidos cubanos………………………………………………………………………...... 71

2.4.2. Filogenia……………………………………………………………………….74

2.4.2.1. Hipótesis filogenética obtenida…………………………………………...74

2.4.3. Tratamiento taxonómico de Biantidae: Stenostyninae……………………79

2.4.4. Clave dicotómica para la identificación de las especies cubanas de Biantidae……………………………………………………………………………...248

2.4.5. Historia natural de las especies cubanas de Biantidae…………………..251

2.4.6. Distribución geográfica de las especies cubanas de Biantidae…………251

2.5. Discusión……………………………………………………………………...…256

2.5.1. Utilidad de los caracteres morfológicos en la sistemática de los biántidos cubanos……………………………………………………………………………….256

2.5.2. Comentarios sobre los resultados del análisis filogenético a partir de datos morfológicos………………………………………………………………………….260

2.5.3. Sobre el estado de la taxonomía de la familia Biantidae en Cuba………266

2.5.4. Consideraciones sobre la historia natural de las especies cubanas en el contexto de la familia Biantidae……………………………………………………..267

2.5.5. Distribución geográfica de las especies cubanas de Biantidae y consideraciones biogeográficas……………………………………………………269

2.6. Referencias bibliográficas……………………………………………………..276

3. Representatividad de las especies de Biantidae en los espacios naturales protegidos de Cuba y delimitación de áreas de endemismo……………..289

3.1. Introducción…………………………………………………………………..…289 3.2. Revisión bibliográfica……………………………………………………………..292

3.2.1. Gestión de espacios naturales protegidos en Cuba. Sistema Nacional de Áreas Protegidas……………………………………………………………………….292

3.2.2. Estudios anteriores sobre la representatividad de especies en áreas protegidas del país y/o determinación de áreas de endemismo para la conservación……………………………………………………………………………296

3.3. Materiales y métodos……………………………………………………………..298

3.3.1. Metodología del análisis de la cobertura del SNAP para las especies de la familia Biantidae (Análisis de Vacíos)………………………………………………..298

3.3.2. Metodología para delimitación de áreas de endemismo: PAE (Análisis de Parsimonia de Endemismo)…………………………………………………………...300

3.4. Resultados…………………………………………………………………………301

3.4.1. Distribución geográfica de las especies de la familia Biantidae y su cobertura por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Análisis de vacíos……………………………………………………………………………………301

3.4.2. Delimitación de áreas de endemismo. Resultados del PAE……………….322

3.5. Discusión…………………………………………………………………………..332

3.6. Referencias bibliográficas………………………………………………………..338

4. Categorización de las especies de Biantidae en Cuba…………………….345

4.1. Introducción………………………………………………………………………..345

4.2. Revisión bibliográfica……………………………………………………………..347

4.2.1. Categorizaciones de los invertebrados cubanos, con énfasis en los arácnidos………………………………………………………………………………..347

4.3. Materiales y métodos…………………………………………………………….349 4.3.1. Metodología para la evaluación de las especies. Categorías y Criterios de la UICN utilizados…………………………………………………………………………349

4.4. Resultados y discusión…………………………………………………………..351

4.4.1. Categorización de las especies de familia Biantidae siguiendo los criterios de la UICN………………………………………………………………………………351

4.5. Referencias bibliográficas……………………………………………………....397

5. Conclusiones generales…………………………………………………………403

Apéndices……………………………………………………………….……………..407

Apéndice 1.1. Relación de publicaciones sobre el tema de la tesis……………….407

Apéndice 1.2. Proyectos investigativos relacionados con el tema de tesis…..…408

Apéndice 1.3. Material examinado depositado en instituciones extranjeras…410

Apéndice 1.4. Información de los especímenes utilizados para el estudio con

Microscopía Electrónica de Barrido……………………………………………….…412

1. Introducción general

En la actualidad un gran número de especies se encuentran amenazadas o en peligro de extinción y ante este hecho, los estudios taxonómicos cobran gran importancia, particularmente en aquellos grupos con alta biodiversidad y pobremente estudiados como los invertebrados. Los taxónomos zoólogos han hecho significativos esfuerzos en definir la fauna del mundo, nombrando y describiendo más de un millón de especies de animales. Sin embargo la mayoría de las especies de animales del mundo esperan por ser descubiertas, estimándose entre 5 y 30 millones de especies por descubrir, de los cuales los invertebrados representan el 97 %, por lo que éstos son el mayor vacío en nuestro conocimiento (Zhang y Shear, 2007). Aunque los registros de números de especies y su distribución proveen un punto de partida importante en la conservación de la biodiversidad (Pullin, 2002), en ocasiones éstos cálculos ignoran las contribuciones de estudios como inventarios y de aquellos sobre la alfa taxonomía (Ford et al., 2011). La conservación de invertebrados y su diversidad representan un reto para los decisores y administradores de la biodiversidad

(Engelbrecht, 2010), pero a pesar del rol que juegan los insectos y los arácnidos en la biodiversidad terrestre, éstos continúan al margen de los procesos de toma de decisiones en la conservación (Ford et al., 2011).

1.1. Generalidades de Opiliones

El orden Opiliones constituye el tercer grupo más biodiverso dentro de la clase

Arachnida con más 6519 especies descritas a nivel mundial, luego de los megadiversos ácaros y las arañas (Kury, 2011; Kury et al. 2015). Los opiliones se dividen en cuatro subórdenes vivientes: Cyphophthalmi, Eupnoi, Dyspnoi y Laniatores,

1

siendo éste último el más biodiverso (Machado et al., 2007). Estos artrópodos quelicerados están presentes en casi todas las regiones del planeta excepto en la

Antártida, ocupando todos los ecosistemas terrestres, donde juegan un papel importante como depredadores, carroñeros o frugívoros (Acosta & Machado, 2007).

Sin embargo, estos invertebrados son poco conocidos por el público en general debido a sus hábitos crípticos y nocturnos y por su similitud con otros arácnidos como las arañas. No obstante, los opiliones poseen una combinación única de características que los diferencian del resto de los arácnidos: presencia de tráqueas pareadas, glándulas repugnatorias, pene y ovopositor.

Los opiliones se encuentran entre los arácnidos más antiguos. Los registros fósiles demuestran que éstos han permanecido morfológicamente invariables por un largo periodo de tiempo. Se ha considerado que estos arácnidos están estrechamente relacionados con los escorpiones, pseuodoscorpiones y solifugos, órdenes con los cuales forman el clado denominado Dromopoda (Shultz, 1990; Wheeler y Hayashi,

1998), sin embargo según otros estudios que incluiyen fósiles, la posición filogenética exacta dentro de la clase Arachnida muestra a los Opiliones como un taxón hermano con Haplocnemata (Giribet et al., 2002) (Fig. 1.1)

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Figura 1.1. Hipótesis de relaciones filogenéticas de Opiliones con otros grupos de quelicerados, según platearon (A) Weydgoldt y Paulus (1979), (B) Van der Hammen

(1986), (C) Shultz (1990) y (D) Giribet et al. (2002) 3

1.2. Estado del conocimiento y conservación de las especies del orden Opiliones en Cuba

En nuestro país los opiliones presentan un nivel de especiación y endemismo elevado, con un total de 68 especies conocidas hasta el presente, donde 63 son endémicas (Armas et al., 2017) y de las cuales 61 presentan una distribución restringida. Esto, unido a que poseen poca capacidad de dispersión, alta dependencia a la humedad y gran sensibilidad a las alteraciones de las condiciones microambientales donde viven, los convierte en excelentes modelos para realizar estudios biogeográficos (Curtis y Machado, 2007; Machado et al.,

2007) o inclusive éstos pueden ser indicadores de la conservación de hábitats.

Pero sobre todo, tales características los convienten en un grupo ecológicamente vulnerable (Pinto da Rocha, 1999) y esto les confiere una alta prioridad en la conservación. Sin embargo, para ejecutar estudios encaminados a la conservación de la biodiversidad ya sea en áreas protegidas o no, se hace necesario incrementar el conocimiento de las entidades que viven en ellas. En la actualidad los estudios taxonómicos y sistemáticos en este orden de arácnidos en nuestro país resultan todavía insuficientes, lo cual limita considerablemente el desarrollo de investigaciones en otros campos de la biología. De las 10 familias de opiliones registradas para Cuba, solo dos familias de Laniatores han sido revisadas taxonómicamente: Agoristenidae y Kimulidae, siendo que ambas revisiones continúan inéditas (Alegre, 1999 y Pérez-González, 1999, respectivamente). Por otra parte, siete taxones de opiliones permanecen como Laniatores incertae sedis careciendo de una ubicación familiar satisfactoria. Desde el punto de vista

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biogeográfico, en el país existen zonas con un vacío total de información sobre estos arácnidos (Figura 1.2).

Figura 1.2. Mapa de Cuba que muestra la distribución de las especies descritas de

Opiliones. El sombreado progresivo indica número de especies por municipios, entre paréntesis número de municipios en cada rango.

Además, dado el nivel de endemismo del grupo en el caribe insular, es de esperar que los nuevos estudios sobre opiliones en el archipiélago cubano tengan una altísima probabilidad de contemplar la detección de nuevas especies para la ciencia reflejando la verdadera riqueza y los procesos de radiación característicos de nuestra fauna de artrópodos. Estos invertebrados, como otros, pudieran estar amenazados por actividades antrópicas, como el uso de pesticidas, la deforestación de las zonas naturales, fragmentación de habitats, contaminación de los suelos e inclusive por la introducción de especies domésticas y exóticas. Como la mayoría de los opiliones cubanos poseen una distribución restringida, pueden

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estar particulamente amenazados si estas actividades afectan el hábitat natural donde viven. Este podría ser el caso de las especies troglobias (p. e. especies con ciclo de vida restringido completamente al ambiente cavernícola) que pudieran enfrentar una extinción parcial o completa si el hábitat cavernícola o las áreas exteriores son severamente alteradas (Machado et al., 2007). Pérez-González y

Yager (2001) reconocieron cinco especies troglobias del orden para Cuba, pero este número puede incrementarse con futuros estudios dadas las amplias y ricas zonas cársicas del país que permanecen inexploradas (A. Alegre, obs. pers). El estado de conservación de estas especies restringidas al ambiente cavernícola, así como del resto de las especies cubanas de opiliones, es desconocido, lo que impone una situación mucho más agravante para la conservación del grupo.

La mayoría de los estudios taxonómicos culminan con presentar la distribución geográfica de las especies tratadas, pero pocos analizan esta distribución con respecto a las áreas protegidas del país. Pocas veces estas investigaciones básicas utilizan esta información para proponer nuevas áreas protegidas o rediseñar aquellas existentes como primer paso para asegurar la conservación de la biodiversidad. Una manera de conservar la diversidad de especies es preservando estas áreas con alta biodiversidad, denominadas “puntos calientes”

(Myers, 1988; Rodrigues, 2013), sin embargo, en muchos casos las áreas protegidas coinciden con áreas de gran diversidad de especies, pero en ocasiones no. Estos enfoques ayudan a concentrar los esfuerzos por la conservación, que generalmente tienen limitaciones financieras y de tiempo (Myers et al., 2000; Rey-

Benayas & Montaña, 2003).

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Acciones como la categorización de la fauna amenazada según los criterios de la

Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la inclusión de las especies en los libros rojos o listas rojas sirven para facilitar esta información a la comunidad científica en general, dándole prioridad a estos taxones en la conservación y posibilitando que tengan un impacto en la legislación, normas y las conductas dirigidas a proteger los recursos biológicos de una nación (Amarillo et al., 2007). Sin embargo, en Cuba como en otros países, los invertebrados en muchos casos cuentan con escasos datos para poder hacer una correcta categorización y una elaboración efectiva de listas rojas. Esto se ve reflejado en los esfuerzos de categorizaciones anteriores hehos en Cuba, donde solo aparecen especies generalmente de vertebrados o invertebrados muy carismáticos (p. e.

Pérez et al., 1996, 1998a, b, 2001; Amaro, 2012; González Alonso et al., 2012). La presente tesis se focaliza en un grupo de opiliones que posee una importancia en cuanto a su endemicidad y distribución restrigida y por tanto un alto grado potencial de amenaza a la extinción, lo que les confiere prioridad en la conservación.

1.3. Objetivo general de la tesis

Realizar estudios de taxonomía y filogenia sobre la familia Biantidae en Cuba que permitan conocer su composición y distribución geográfica, para contribuir a su gestión en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y ofrecer un diagnóstico actualizado sobre su estado de conservación.

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1.4. Novedades científicas del trabajo

- La actualización del tratamiento taxonómico de las especies cubanas de Biantidae, que incluye el reconocimiento de Manahunca silhavyi como un nuevo sinónimo más moderno de Manahunca bielawskii, la redescripción de Caribbiantes cubanus (especie tipo del género tipo de Caribbiantinae), la diagnosis enmendada de Galibrotus carlotanus, Negreaella riodiocubanicola, N. yumuriensis y N. fundorai), las cuales presentaban sus ejemplares tipo depositados fuera de Cuba; la descripción de cinco nuevos taxones para la ciencia: Manahunca matazon sp. nov. Manahunca turquino sp. nov., Caribbiantes iberia sp. nov., Caribbiantes evectus sp. nov. y Negreaella iberia sp. nov., y el reconocimiento de otros tres nuevos taxones Caribbiantes sp. nov. 1, C. sp. nov. 2 y C. sp. nov. 3, que eleva de 13 a 20 las especies de esta familia para Cuba.

- La designación de un neotipo para Manahunca bielawskii Šilhavý, especie tipo de

Manahunca, contribuirá para una correcta identificación de la especie y estabilidad del género.

- La realización del primer análisis filogenético morfológico que incluye a las especies cubanas junto a especies antillanas de Biantidae, representantes de otras subfamilias de Biantidae y otros taxones pertenecientes a otras familias de samooidea. Este estudio permitió establecer un grupo monofiletico que incluía a las especies antillanas al cual se le asignó un estatus de subfamilia que coincide con el concepto original de

Caribbiantinae Šilhavý (status revalidado), los límites de la subfamilia son redefinidos

(dignosticados) con base a caracteres taxonómicos nuevos y de igual forma se delimitaron los géneros que la componen.

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- El estudio por primera vez de la morfología genital masculina de las especies cubanas, estableciendo el patrón típico para cada género y las estructuras con variabilidad interespecífica.

- El estudio detallado por primera vez del metatarso III dimórfico de los machos de los biántidos cubanos, lo que aporta nuevos caracteres para la taxonomía de subfamilia.

- Se registra y describe por primera vez el dimorfismo masculino en 12 especies de la subfamilia Caribbiantinae (Caribbiantes cubanus, C. iberia sp. nov., C. evectus sp. nov., Galibrotus carlotanus, Manahunca bielawskii, M. matazon sp. nov., M. turquino sp. nov., Negreaella rioindiocubanicola, N. iberia sp. nov., N. yumuriensis y Decuella cubaorientalis.

- Se analiza por primera vez la cobertura que brinda el actual Sistema Nacional de

Áreas Protegidas a cada una de las especies de Biantidae y a las áreas de mayor importancia para la biodiversidad de este grupo, al tiempo que se detectan y proponen nuevas áreas que pueden ser protegidas para garantizar una conservación más amplia del grupo.

- Se categorizan por primera vez 17 especies del orden Opiliones, actualizando el conocimiento sobre su estado de conservación.

- Se proponen 14 especies para incluir en la lista roja de los invertebrados cubanos.

1.5. Importancia del estudio

La importancia teórica de este estudio radica en la redefinición de los caracteres diagnósticos existentes y levantamiento de nuevos caracteres de Biantidae

Caribbiantinae para Cuba. También se presenta el tratamiento taxonómico actualizado para todas las especies cubanas y se ofrece la distribución geográfica de las mismas.

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Estos resultados constituyen un paso importante en los estudios taxonómicos de los opiliones de Cuba. Desde el punto de vista práctico se presentan las claves de identificación para las especies cubanas, así como los mapas de distribución, descripciones detalladas y profusamente ilustradas de cada una de ellas. Con esta información se pueden identificar las especies lo que favorecerá futuros estudios de estos taxones y poder planificar la recolección de aquellos escasamente representados. Por otra parte estos aportes son aplicables en la enseñanza superior en asignaturas de pregrado de la carrera de Biología, asícomo en la divulgación científica y en actividades de concientización ambiental.

El análisis de los vacíos de conservación en las áreas protegidas del país de las especies de la familia Biantidae, así como la selección de áreas de endemismo para su utilización en la gestión del SNAP, son resultados significativos para las áreas de estudio, para Cuba y las Antillas Mayores. Estos resultados serán de gran utilidad a los manejadores de áreas protegidas y a los tomadores de decisiones, los que podrán contribuir a mejorar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas con una base objetiva desde el punto de vista de estos arácnidos. La definición taxonómica de las especies, así como la documentación de su distribución y aspectos de historia de vida, contribuirán a la correcta categorización de aquellas que posean algún grado de amenaza y a la definición de estrategias para su conservación. Dicha categorización permitirá incorporar estas especies en ediciones futuras del Libro Rojo de Invertebrados de Cuba y en la lista roja del organismo internacional UICN.

Los resultados de la tesis han sido expuestos en 14 trabajos científicos, 11 en diferentes revistas de alcance internacional y tres en diferentes eventos (Apéndice 1.1).

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Además los resultados de la tesis están relacionados con 15 proyectos de investigación

(Apéndice 1.2).

1.6. Referencias bibliográficas

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2. Taxonomía y filogenia de la familia Biantidae en Cuba.

2.1. Introducción

La familia Biantidae cuenta con cuatro subfamilias, 33 géneros y 131 especies a nivel mundial (Kury, 2013; Kury et al., 2015), que se distribuyen principalmente en la ,

Nepal, y otras islas próximas del océano Indico, África, Norte de América del Sur y las Antillas Mayores y escasamente en sureste Asiático (Kury y Pérez-

González, 2007). Según algunos autores los biántidos en su concepto actual parecen ser un grupo no natural y necesitan una profunda revisión, pues, su taxonomía se basa fundamentalmente en la morfología externa de sus especies y los estudios de genética molecular realizados no han incluido una amplia representación de especies del grupo

(Martens, 1978; Giribet et al., 2010).

En Cuba, la familia Biantidae estaba representada (antes del presente estudio) por la subfamilia Stenostygninae, con cinco géneros y 13 especies, todas endémicas del archipiélago (Kury, 2003). El resto de los estenostigninos, cuatro géneros y cinco especies se distribuyen en Haití, , Islas Vírgenes Norteamericanas y el

Norte de América del Sur (Kury, 2003). Šilhavý (1973a) y Avram (1977) resumen prácticamente el conocimiento previo sobre Biantidae en las Antillas Mayores, incluida

Cuba. A pesar de su contribución, estos autores establecieron una delimitación artificial para los géneros y especies antillanas de la familia, pues estaban adheridos a criterios completamente tipológicos impuestos por autores previos como Roewer. En ambas publicaciones, el estudio de la genitalia masculina de las especies fue pobre, limitándose al uso en la segregación de especies y con ilustraciones de escaso valor.

En estas obras, varias especies cubanas fueron descritas a partir de un solo sexo y

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otras con material insuficiente. La mayoría de las especies que componen la fauna de biántidos cubanos no han sido tratadas taxonomicamente con posterioridad a sus descripciones originales. No se cuenta con una clave que unifique todas las especies cubanas pertenecientes a la familia y que utilice caracteres sólidos, lo que dificulta la identificación de estos taxones. La monofilia de los géneros nunca ha sido probada y se desconocen sus relaciones filogenéticas.

Hasta el momento todos los géneros y especies cubanas de biántidos son endémicos de nuestro archipiélago, pero esto debería confirmarse en la medida que aumente el conocimiento del grupo a nivel de la región. La distribución conocida de Biantidae en

Cuba es centro-oriental (Kury, 2003), constituyendo la mayoría de las especies endemismos locales. Sin embargo, existen áreas de gran biodiversidad en nuestro país que permanecen inexploradas para estos arácnidos. De igual modo, en las colecciones aracnológicas del Instituto de Ecología y Sistemática (IES) se han depositado durante los últimos 40 años una gran cantidad de ejemplares de esta familia que nunca antes han sido revisados. Los datos de historia natural conocidos sobre las especies son escasos, pues no se ha realizado un levantamiento de los datos disponibles, ni se han ejecutado suficientes expediciones con el objetivo de su estudio a las localidades donde han sido registradas las especies de la familia.

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expresado, resulta imprescindible un estudio que integre el análisis de la morfología externa y genital masculina de los biántidos cubanos, utilizando enfoques modernos que permitan actualizar su taxonomía, establecer la posición filogenética de las especies cubanas dentro de la subfamilia y comprobar la monofilia de los géneros cubanos, así como actualizar su distribución

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geográfica a través del archipiélago. Finalmente, este estudio permitirá vincular los resultados obtenidos a la conservación de las especies en el país, ya sea dentro de las

áreas protegidas como fuera de ellas, y a fórmular propuestas para la inclusión de las especies en en el libro de rojo de invertebrados de Cuba y la lista roja de la UICN.

2.1.1. Objetivos específicos

- Redefinición de los caracteres diagnósticos existentes y levantamiento de nuevos caracteres que permitan esclarecer la situación taxonómica de las especies de

Biantidae Stenostygninae previamente registradas para Cuba, a partir del estudio morfológico de las estructuras externas y genitales masculinas.

- Realizar un estudio filogenético de la subfamilia Stenostygninae que permita establecer una hipótesis de relación filogenética para las especies cubanas y restantes categorías supra-especificas previamente establecidas y redefinir los limites de los géneros y categorías supragenérias con base en un criterio de monofilia.

- Actualizar el tratamiento taxonómico de las especies cubanas de Biantidae.

- Contribuir a la identificación de los taxones cubanos de Biantidae.

- Representar la distribución geográfica de las especies cubanas de Biantidae

2.2. Revisión bibliográfica

2.2.1. Historia de la sistemática de Biantidae

Karsch (1880) describió de la Islas Comores la especie Hinzuanius insulanus, que fue colocada en la familia Gonyleptidae y luego, Pavesi (1883) registró otra especie de este género para el continente africano, Hinzuanius africanus de Etiopía, siendo estas especies unos de los primeros biántidos descritos aunque originalmente bajo otra asignacion familiar. Posteriormente, Simon (1885) describió el género Biantes y dos 17

especies B. longimanus de la India y B. vittatus de Madagascar, constituyendo las primeras especies de este género. Sørensen (1886) trabajando la fauna de Australasia hizo un importante arreglo taxonómico donde propuso además de las familias

Phalangodidae y Gonyleptoidae (Gonyleptidae), cinco nuevas familias para el suborden

Laniatores: Triaenonichoidae, Zalmoxioidae, Epedanoidae, y Dampetroidae.

Rápidamente, Thorell (1889), siguiendo la clasificación de Sørensen, creó la familia

Biantidae (como Biantoidae) para colocar el género ya descrito Biantes como género tipo de la familia y la nueva especie B. lecithodes de (Burma) e incluyó además al género Hinzuanius en esta familia. Un año más tarde, Thorell (1890) añadió otra especie, Biantes vittelinus de Sumatra a la recién creada familia Biantidae.

Sørensen (1896) describió el enigmático género Lacurbs y la especie L. spinosa, a partir de material proveniente de Camerún, África y Loman (1898) describió otras dos nuevas especies del género Biantes: B. pusulosus y B. meraculus, provenientes de

África del Sur. Loman (1900, 1902) ratificó a Biantidae como una de las familias del suborden Laniatores, pero en 1902 sinonimizó Biantes con Hinzuanius, reconociendo solo tres géneros de Biantidae (Acudorsum, Hinzuanius, Lacurbs).

Contemporáneamente, Pocock (1902) propuso sustituir el nombre de la familia por

Hinzuanidae basado en que el género Hinzuanius tenía prioridad en cinco años sobre

Biantes, lo que no fue aceptado por los subsiguientes autores, ni respaldado por el

CINZ, que plantea que cualquier nombre genérico puede ser escogido no necesariamente el más antiguo. A partir de los artículos de Roewer (1912, 1923) se describieron numerosos laniatores como miembros de la familia , utilizando para ello caracteres no sinapomórficos, ello trajo como consecuencia que

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numerosas familias, entre ellas Biantidae, fueran devaluadas y consideradas como subfamilias de Phalangodidae, pero en 1912 este autor utilizó correctamente Biantinae como nombre para la subfamilia, en vez de Hinzuaninae. Roewer (1912), también revalidó Biantes sacándolo de la sinonimia con Hinzuanius y describió el género

Heterolacurbs de , así como aportó nuevas especies de otros géneros. Lawrence

(1931, 1938) continuó enriqueciendo el conocimiento de los biántidos de África del Sur, agregando nuevas especies para esta región. Henriksen en Sørensen (1932) fue el primero en cuestionar el sistema de clasificación creado por el autor alemán C. F.

Roewer y propuso, en parte, modificaciones al mismo, restituyendo el estatus familiar para Biantidae. Independientemente Mello-Leitão (1933, 1938), subdividió

Phalangodidae (sensu Roewer) en tres familias separadas, Phalangodidae, y Biantidae e incluyó en esta última tres de las subfamilias de Roewer: Biantinae,

Stygnommatinae y Dibuninae. Fage (1946) contribuyó con dos nuevas especies de biántidos de Madagascar y manifestó que algunos sistemáticos como Roewer mostraban la tendencia de crear numerosos géneros, lo cual traía consigo el enmascaramiento de las afinidades de las especies y esto a su vez influía en los cortes genéricos, dejó entrever, además, que ocurriría una fuerte reducción del número de géneros para los biántidos. Mello-Leitão (1949) en su último trabajo acotó Biantidae a las subfamilias Biantinae y Dibuninae, elevando Stygnommatinae a nivel familiar. Sin embargo, posteriormente Roewer (1949) continuó considerando los biántidos como subfamilia de Phalangodidae y bajo esta clasificación adicionó varios géneros y especies. Lawrence (1959), en un importante trabajo sobre la fauna de opiliones de

Madagascar describió nuevos taxones, aunque aún como Phalangodidae Biantinae. Es

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aquí donde también el autor creó la subfamilia Lacurbsinae, de una forma no explícita, para agrupar aquellas especies pertenecientes al género Lacurbs de África occidental- tropical e incluyó por implicación al género Heterolacurbs Roewer y su especie H. ovalis

(que originalmente habían sido ubicados por Roewer, 1912, en Phalangodidae

Biantinae). En este mismo artículo, Lawrence criticó fuertemente la práctica de Roewer de erigir numerosos géneros monotípicos que dificultaban la comprensión de la interrelación de las faunas. Kauri (1961) publicó una excelente obra sobre los opiliones de África del Sur, donde describió nuevas especies de géneros ya conocidos y el nuevo género Cryptobiantes, sin embargo, aún consideraba los biántidos como una subfamilia de Phalangodidae. Šilhavý (1973a) fue el primero en observar la propuesta de Mello-Leitão, reconociendo por primera vez en varias décadas a Biantidae como una familia independiente, incluyendo Biantinae, Stygnommatinae y Dibuninae (como en Mello-Leitão, 1938), además adicionó una nueva subfamilia Caribbiantinae para las especies caribeñas que estudió. Sin embargo, no fue hasta el trabajo de Martens

(1978) que finalmente se retomó el concepto de Biantidae como familia. En este importante estudio sobre la fauna de biántidos del Himalaya, , se aportaron 18 nuevas especies del género Biantes con excelentes descripciones. Rambla (1984) continuó considerando a los biántidos aún como una subfamilia de Phalangodidae y bajo esta clasificación describió una nueva especie del género Biantes proveniente del archipiélago de las (B. minimus), aunque al mismo tiempo acotó que

Biantinae últimamente habia sido tratatada como Biantidae por Martens (1978). Por otra parte, María Rambla, en este mismo trabajo se adhirió a los criterios de Fage,

Lawrence y Martens para criticar la excesiva pulverización de los géneros e

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inestabilidad en los criterios de diagnosis genérica establecidos principalmente por

Roewer. Posteriormente, Kauri (1985) en su trabajo sobre los opiliones de África central, ofreció ocho nuevas especies del género Metabiantes y creó la subfamilia

Zairebiantinae con una única especie Zairebiantes microphthalmus, incluyéndola en

Biantidae, junto a Dibuninae y Stygnommatinae (aunque Stygnommatinae ya había sido excluida de Biantidae y elevada al estado de familia anteriormente por Mello-Leitão

(1949)). Martens (1986) en un influyente trabajo sobre los patrones de la morfología genital masculina y femenina de varias familias, reafirmó el concepto de Biantidae como familia y concluyó que los biántidos de , Sudáfrica y del Caribe formaban un grupo natural. Staręga (1989) estableció nuevas combinaciones dentro del género

Hinzuanius y ofreció una larga lista de sinónimos para géneros creados fundamentalmente por Roewer (1949), Lawrence (1959), entre otros y posteriormente

Staręga (1992) transfirió el género Anaceros de Madagascar a Biantidae. González-

Sponga (1992) citó por primera vez la familia Biantidae para , pero no ofreció ningún registro genérico, ni específico. Pinto da Rocha (1995) percibió que las especies de Caribbiantinae estaban emparentadas con Stenostygnus pusio, especie suramericana originalmente colocada dentro la familia Gonyleptidae, subfamilia

Stygninae por Simon (1879) y luego colocada porRoewer (1913) como parte de su nueva subfamilia Stenostygninae, por lo que Pinto da Rocha (1995) planteó la sinonimia entre las subfamilias estableciendo que el nombre de Roewer tenía prioridad sobre el que propuso Šilhavý. Quedando de esta forma establecido Stenostygninae como sinónimo más antiguo y bajo el cual se encuentran actualmente agrupadas las especies de Las Antillas y S. pusio del Norte de América del Sur. Kury y Pérez-

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González (2007) ofrecieron una caracterización morfológica de Biantidae apoyada por figuras muy ilustrativas, una clave para las actuales subfamilias (Biantinae,

Stenostygninae, Lacurbsinae, Zairebiantinae), la distribución que exhibe el grupo y las familias con las cuales presenta estrechas relaciones filogenéticas. Esta obra constituye una contribución importante para establecer un punto de partida actualizado en el estudio de esta familia. Kury y Pérez-González (2015) adicionaron tres géneros a

Biantidae que se encontraban en Samoidae, Hovanoceros (dos especies), Malgaceros

(una especie) y Tetebius (1 especie). Kury et al. (2015) ofrecieron una actualización en el número de especies de Samooidea, Zalmoxoidea y incertae sedis considerando a 131 especies como pertenecientes a Biantidae.

2.2.2. Situación taxonómica de las especies de Stenostygninae, con énfasis en los taxones cubanos

La subfamilia Stenostygninae fue descrita por Roewer (1913) y se erigió como parte de la entonces familia Gonyleptoidae (Gonyleptidae) para colocar a los géneros

Stenostygnellus y Stenostygnus. Posteriormente, Sørensen (1932) creó la familia

Stygnidae para acomodar aquellas subfamilias de Gonyleptidae que no poseían tubérculo ocular común, dentro de las cuales estaban Heterostygninae, Phareinae,

Stygninae y Stenostygninae. Los géneros pertenecientes a la subfamilia

Stenostygninae permanecieron dentro de la familia Stygnidae por largos años.

Šilhavý (1973a), como ya referimos, siguiendo el estatus familiar para Biantidae adoptado por Mello-Leitão (1938, 1949) y basado en el estudio del material procedente de las Antillas inició el conocimiento de la fauna cubana de Biantidae. En esta obra se

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describieron los géneros Caribbiantes, Galibrotus y Manahunca y cuatro especies

Caribbiantes cubanus, Galibrotus carlotanus, G. riedeli y Manahunca bielawskii, también fueron descritos otros dos géneros Bidoma y Vestitecola y las especies

Bidoma indivisa y Vestitecola haitensis de Haití y el género Martibianta (=

Heterolacurbs) y su especie M. virginsulana (= H. ovalis), de las Islas Vírgenes

Norteamericanas St. Jonh y Great St. James, todas incluidas en la nueva subfamilia que denominó Caribbiantinae. Siguiendo la misma línea, Avram (1977) adicionó dos nuevos géneros para Cuba: Decuella y Negreaella y nueve especies: Decuella cubaorientalis, Galibrotus matiasis, Manahunca cuevajibarae, M. silhavhyi, Negreaella rioindiocubanicola, N, fundorai, N. palenquensis, N yumuriensis y N. vinai. Martens

(1978) basado en el estudio de la genitalia masculina especuló sobre la posibilidad de que la subfamilia descrita por Šilhavý (Caribbiantinae) no perteneciera a Biantidae, criterio que luego Shear (1982) también apoyó. Posteriormente, Martens (1986) cambió de opinión y volvió a considerar la subfamilia como parte de la familia Biantidae.

No fue hasta el trabajo de Pinto-da-Rocha (1995) que se relacionó a la especie suramericana Stenostygnus pusio, a la fauna de biántidos descrita de las Antillas, como referimos anteriormente en el acápite 2.2.1. En este trabajo se sinonimizó

Caribbiantinae Šilhavý, 1973, con Stenostygninae Roewer, 1913, y se transfirieron el resto de los géneros previamente considerados como Stenostygninae a

Heterostygninae (Stygnidae).

Pérez-González y Alegre (2009) revelaron que la especie Heterolacurbs ovalis Roewer,

1912, era el sinónimo antiguo de Martibianta virginsulana Šilhavý, 1973, dadas las

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características similares de la morfología externa y de los genitales masculinos y además por la evidencia circunstancial de un posible error de etiquetación cometido por

Roewer (1912). Como Martibianta Šilhavý, 1973, es un género monotípico, el nombre se convirtió en un sinónimo subjetivo más moderno de Heterolacurbs Roewer, 1912.

Dichos autores concluyeron que la especie H. ovalis era un taxón de la Antillas, presumiblemente de St. Thomas, Islas Vírgenes Norteamericanas, no de Togo, África como Roewer indicó y transfirieron el género Heterolacurbs de Lacubsinae a

Stenostygninae. Este trabajo esclareció la interrogante sobre la posibilidad de que la subfamilia Stenostygninae estuviera presente en el continente africano o que las semejanzas entre ambas especies fueran debidas a una convergencia evolutiva. Este estudio tiene gran importancia también para el futuro estudio filogenético de la fauna cubana de Stenostygninae.

Armas (2010) citó por primera vez la familia Biantidae para Puerto Rico y registró la presencia de una nueva especie del género Heterolacurbs, que luego, Alegre y Armas

(2012) describieron como H. perezassoi, ampliándose la distribución geográfica de la subfamilia a esta isla de las Antillas Mayores.

La taxonomía de la familia Biantidae en Cuba no ha sido revisada desde estos trabajos previamente mencionados, sin embargo, su estudio promete arrojar nuevos aportes al conocimiento de sus especies tanto desde el punto de vista taxonómico como filogenético, asi como nuevos taxones para la ciencia.

2.2.3. Caracteres taxonómicos de Biantidae Stenostygninae utilizados con anterioridad al presente estudio

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Los caracteres diagnósticos referidos por Šilhavý (1973a) y Avram (1977) para los géneros antillanos son: la armadura de las áreas del escudo dorsal y terguitos libres, primera área del escudo dorsal dividida o entera, la espinación de los pedipalpos y el número de tarsómeros. Sin embargo, estos caracteres establecieron una delimitación artificial para los géneros antillanos de la familia, pues no tuvieron en cuenta la posibilidad de convergencia evolutiva de dichos caracteres e inclusive la variabilidad de los mismos entre los individuos de la misma especie. Lamentablemente estos autores continuaban adheridos a criterios completamente tipológicos impuestos por autores previos como Roewer. El sistema roeweriano reconocía y enfatizaba las diferencias, en vez de las semejanzas y sobre todo fallaba en el valor de los caracteres para la diagnosis de los géneros (Pinto da Rocha, 1999). Otros caracteres morfológicos externos de mayor peso no fueron tenidos en cuenta en el estudio de los biántidos de las Antillas como los presentes en la morfología del metatarso III de los machos, ni en la morfología genital masculina, los cuales no fueron debidamente descritos, ni representados, en ninguna de las especies descritas por dichos autores.

Los caracteres utilizados por Pinto da Rocha (1995) para incorporar Stenostygnus pusio a Biantidae fueron la ausencia de proceso tarsal y la presencia de titiladores, unas estructuras de los genitales masculinos, que parecen aportar mayor valor taxonómico. Por otra parte, este autor también justificó la inclusión de S. pusio en

Stenostygninae por la presencia de uñas tarsales opuestas y un gran número de tarsómeros en el tarso I; así como la ausencia de la región membranosa en la placa ventral del pene, denominada Schwellkörper por Martens (1978), lo que consideró como un carácter plesiomófico. Este autor planteó que el carácter tercer metatarso en 25

los machos en forma de huso, es también una sinapomorfía para Stenostygninae, sin embargo, no pudo observar si este carácter estaba presente en los machos estudiados de S. pusio, pues no poseían la tercera pata.

2.2.4. Estudios de la genitalia masculina en Biantidae

La etapa más profunda del estudio de la taxonomía de los Opiliones comenzó con la utilización y generalización de la genitalia masculina como carácter taxonómico. Como en muchos artrópodos, el aparato genital masculino de los opiliones, exhibe características con alto valor taxonómico y de gran utilidad en consideraciones filogenéticas (Martens, 1986). En cambio, el aparato copulador femenino u ovopositor sólo ofrece información taxonómica en algunos grupos como Cyphophtalmi y Eupnoi.

En Laniatores su morfología se mantiene casi homogénea a través de las diferentes familias, por lo tanto sistemáticamente es menos útil a este nivel, pero ciertamente ofrece diferencias a niveles superiores como las superfamilias (Martens, 1988).

De manera cronológica dentro de la familia Biantidae, Lawrence (1933) fue el primero en representar, aunque rudimentariamente, la genitalia masculina de dos especies del género Metabiantes, éste señaló que los penes de ambas especies diferían marcadamente entre sí. Luego, trabajando la fauna de Biantidae de Madagascar,

Lawrence (1959) representó el pene de las especies que trató e inclusive hizo ampliaciones en sus dibujos de algunas estructuras como las sedas espiniformes y el follis, además mencionó en sus descripciones algunos detalles que observó de la morfología penial. Kauri (1961) ofreció por primera vez un estudio detallado de la genitalia de Biantidae y aportó dibujos excelentes, pero no utilizó la información

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satisfactoriamente para la separación de los géneros. Šilhavý (1973a) ofreció dibujos de los genitales masculinos de las especies de la subfamilia Stenostygninae de las

Antillas Mayores. Sin embargo, a pesar de que último autor fue uno de los pioneros en la utilización de la genitalia masculina, éste la usó solamente para la separación de especies y continuó bajo el sistema roeweriano para la segregación supraespecífica.

En esta publicación, Šilhavý lamentablemente cometió en sus dibujos superposición de líneas, mezcla de vistas externas e internas, representaciones en posiciones inadecuadas, lo que entorpece la interpretación de las estructuras con importancia taxonómica, además estos dibujos no fueron acompañados por descripción alguna.

Aunque, Avram (1977) dio a conocer la genitalia masculina de nueve especies cubanas de biántidos, de igual forma incurrió en errores similares a Šilhavý en la representación de la morfología genital masculina. Martens (1976, 1978) contribuyó al establecimiento del patrón genital de Biantidae con ilustraciones de gran valor, sin embargo Kauri

(1985) ofreció dibujos de la genitalia masculina de los biántidos de África central, poco detallados y de utilidad muy limitada. Martens (1986) ofreció una valiosísima disertación sobre los patrones generales de morfología genital tanto masculina como femenina en los diferentes subórdenes, superfamilias y familias, entre ellas Biantidae. Kury y Pérez-

González (2007), ofrecieron una descripción de la morgología genital de las subfamilias de Biantidae.

2.2.5. Posibles relaciones filogenéticas entre los taxones que integran Biantidae y con otras familias de Laniatores

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La familia Biantidae ha experimentado una inestabilidad en los grupos que la conforman desde su surgimiento. Algunos trabajos como Martens (1978) y Shear

(1982) sugirieron la salida de algunos de sus grupos como Stenostygninae y

Lacurbsinae. Martens (1986) reconsideró Stenostygninae dentro de Biantidae y por otro lado Staręga (1992) reintegró Lacurbsinae a Biantidae. Pinto da Rocha (1995) reflejó la discrepancia de diferentes autores al decidir las subfamilias que pertenecían a

Biantidae, y el propio autor consideró Dibuninae (actualmente Epedanidae) como una subfamilia de Biantidae.

Por otra parte, Kury y Pérez-González (2007) expresaron que la subfamilia Lacurbsinae

Lawrence ,1959 presenta una genitalia masculina que se aparta del patrón genital de

Biantidae. Esta subfamilia fue incluida probablemente en Biantidae por la ausencia de tubérculo ocular común y presencia de pedipalpo raptorial, caracteres que aparecen independientemente varias veces dentro de Grassatores.

Asimismo, Zairebiantes microphthalmus la única especie de la subfamilia

Zairebiantinae, necesita una redescripción. Según Pinto da Rocha (1995) esta especie no parece un Biantidae por tener sus ojos ubicados en tubérculos oculares independientes, pero situados uno al lado del otro y en el medio del cefalotorax, su genitalia masculina está pobremente conocida y los dibujos de Kauri (1985, fig. 249) dificultan relacionar esta especie a familia o subfamilia alguna. Kury y Pérez-González

(2007), también expresaron que la genitalia masculina de Z. microphthalmus se aleja del patrón típico de la familia Biantidae.

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Por otra parte, Šilhavý (1973a) hizo referencia a la estrecha relación de Caribbiantinae con “miembros de la subfamilia americana Stygnommatinae de la familia Biantidae”, actualmente .

Pérez-González (2006) planteó que los géneros Benoitinus y Mitraceras de las

Seychelles, junto a Hovanoceros Lawrence, 1959 y Malgaceros Lawrence, 1959 de

Madagascar podrían constituir otra subfamilia de Biantidae, según el patrón genital masculino que muestran. Todas estas evidencias apuntan a que Biantidae, en su concepto actual, parece ser un grupo no natural y que necesita una profunda revisión.

Los biántidos son superficialmente similares a Stygnidae (Shear, 1982), en cuanto a la forma del cuerpo y a la separación de los tubérculos oculares, lo que llevó a autores como Mello-Leitão (1944) a proponer que existía una relación entre Stygnidae y

Biantidae.

Giribet y Kury (2007) en un trabajo sinóptico, donde las superfamilias de Grassatores fueron explícitamente definidas, reconocieron a Samooidea como un grupo que incluye

(Samoidae, Podoctidae, Biantidae, Minuidae, Stygnommatidae). Según, Kury y Pérez-

González (2007) evidencias morfológicas sugieren que la familia Biantidae guarda estrechas relaciones con las familias Kimulidae, Escadabiidae, Stygnommatidae,

Samoidae y con otras especies de afinidad familiar desconocida. Según estos autores este grupo de familias conforman la superfamilia Samooidea, que parece haber alcanzado la mayor irradiación en el Neotrópico. Sin embargo, Giribet et al. (2010) en un estudio molecular obtuvieron a Samooidea como un grupo parafilético (Biantidae,

Escadabiidae, Kimulidae, Samoidae, Stygnommatidae) respecto a Zalmoxoidea.

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Luego, Sharma y Giribet (2011) en un estudio molecular obtuvieron una Samooidea algo más reducida y monofilética, con solo tres familias (Biantidae, Samoidae y

Stygnommatidae), mientras que ampliaron Zalmoxoidea transfiriendo hacia esta a

Escadabiidae y Kimulidae. Estos autores encontraron una relación de grupo hermano entre Samooidea y Zalmoxoidea, una hipótesis que también había sido sugerida previamente por Pérez-González y Kury (2007b), según evidencias morfológicas. En el estudio de Sharma y Giribet (2011) se obtuvo una Zalmoxoidea robusta (BS=89%,

PP=1.00), mientras Samooidea se mostró monofilética, pero con un soporte limitado

(BS=53%, PP=0.62). Estos autores explicaron estos resultados debido a la insuficiencia de taxones pertenecientes a Samooidea incluidos en el estudio y recomendaron hacer un mayor esfuerzo incorporando taxones de linajes africanos e indo-pacíficos, así como fortalecer la muestra de los terminales del Neotrópico y Australasia para evaluar la monofilia de Samooidea y comprobar las hipótesis de las relaciones internas dentro del clado Samooidea/Zalmoxoidea.

La sistemática actual de familia Biantidae continúa construida bajo los parámetros establecidos por Roewer (1912; 1923), los cuales se basan en el establecimiento de sus categorías taxonómicas supraespecificas a partir fundamentalmente de la morfología externa y utilizando caracteres de alta variabilidad. Por ello, es necesario realizar un levantamiento de caracteres, que requiere a su vez, de un nivel de conocimiento adecuado de los grupos que la componen, así como de las familias próximas. La caracterización del patrón de la morfología genital de Biantidae, de sus grupos y de las familias próximas, estableciendo las homologías de las diferentes estructuras de la genitalia masculina entre los diferentes patrones, es imprescindible 30

para enfrentar el análisis cladístico de la familia en el futuro. Así como también se impone redefenir los límites de las subfamilias que componen a Biantidae.

2.2.6. Distribución geográfica de las especies cubanas de Biantidae

La familia Biantidae en el nuevo mundo se distribuye en el norte de América del Sur y las Antillas Mayores, Haití, Islas Vírgenes Norteamericanas, Puerto Rico y Cuba

(Šilhavý 1973a; Avram, 1977; Pinto da Rocha, 1995; Pérez-González y Alegre, 2009;

Alegre y Armas, 2012), siendo particularmente diversa en el archipiélago cubano. La distribución conocida de las especies cubanas de biántidos estenostigninos se limita a la porción centro-oriental del país, dos especies: Caribbiantes cubanus y Galibrotus carlotanus en el centro, provincia de Cienfuegos y Sancti Spiritus respectivamente, cinco especies: Manahunca bielawskii, M. silhavyi, M. cuevajibarae, Galibrotus matiasis y Negreaella rioindiocubanicola, en varias localidades de Santiago de Cuba, una especie Galibrotus riedeli en Holguín, cuatro especies Negreaella palenquensis, N. fundorai, N. vinai y N. yumuriensis en Guantánamo y una especie Decuella cubaorientalis en Santiago de Cuba y Guantánamo. La distribución de esta última especie resulta enigmática, pues considerando las distribuciones restringidas que se observa en las especies del grupo, las localidades referidas son muy distantes entre sí y además los registros proceden de dos cavidades del oriente cubano (Cueva El

Rabón, Santiago de Cuba y Cueva Los Golondrinos, Guantánamo). Una distribución tan disyunta podría indicar la presencia de dos especies diferentes.

Sin embargo, no existen estudios actualizados sobre la distribución de la familia

Biantidae en Cuba.

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2.2.7. Conocimientos sobre la historia natural de las especies de Biantidae en

Cuba

Los datos sobre la historia natural de la familia Biantidae en Cuba son escasos. El conocimiento se limita a los datos ofrecidos en estudios principalmente de tipo taxonómico.

La información existente sobre la historia natural de las especies se restringe prácticamente a dos estudios (Šilhavý, 1973a y Avram, 1977). En el caso de Šilhavý

(1973a), examinó ejemplares provenientes principalmente de colecciones, con muy pocos datos de recolecta, sólo registró la altura sobre el nivel del mar en que fueron capturados los especímenes de Manahunca bielawskii, (entre los 1100 y 1200 m s.n.m.) y en el microhabitat donde fue recolectado: bajo piedra. Avram (1977), estudió material recolectado durante las expediciones bioespeleológicas cubano-rumanas, realizadas entre 1966 y del 1969 al 1971. Esta autora, registró la presencia de los biántidos desde los 300 msnm hasta los 1100 msnm, encontrándolos en la hojarasca húmeda y también debajo de piedras, particularmente las especies pertenecientes al género Negreaella (N. fundorai, N. vinai y N. yumuriensis) que fueron halladas en la hojarasca de bosques de pomarrosa (Syzygium jambos) de la localidad de Yumurí del

Sur, Imías, Guantánamo. Las especies de biántidos cubanos se han encontrado en su mayoría asociadas a los sistemas montañosos centro-orientales del archipiélago.

Existen pocos registros de especies halladas únicamente en cavernas dentro de la familia. Hasta el presente estudio, solo se conocían como especies relacionadas con el ambiente hipogeo, las especies cubanas Manahunca cuevajibarae Avram, 1977, y

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Decuella cubaorientalis Avram, 1977. Rambla y Juberthie (1994: 220) consideraron a

D. cubaorientalis como una especie verdaderamente troglobia por la despigmentación de su cuerpo y porque fue recolectada de la parte profunda de la Cueva el Rabón,

Santiago de Cuba, mientras que Manahunca cuevajibarae fue considerada como trogloxena. Autores como Armas y Alayón (1984) y Pérez-González y Yager (2001) también consideraron a Decuella cubaorientalis como posible especie troglobia de

Cuba.

De manera general, son pocas las especies de opiliones cubanos que tienen algún aspecto de la biología estudiado. Solo se conocen aspectos de la reproduccicón, desarrollo embrionario y postembrionario de dos especies, Cynortoides cubana cubana

(Banks, 1909) por Juberthie (1972) y Vonones sayi (Simon 1879), por Cokendolpher y

Jones (1991), pero ambas son especies pertenecientes a la familia Cosmetidae.

2.3. Materiales y métodos

2.3.1. Material examinado

Para la realización del presente estudio se examinaron un total de 693 especimenes pertenecientes a la familia Biantidae depositados en las colecciones

Zoológicas del Instituto de Ecología y Sistemática (CZACC) o adquiridos mediante expediciones realizadas a diferentes localidades del país. Se examinaron además,

36 especímenes (Apéndice 1.3), entre material tipo o de comparación, depositados en diferentes instituciones extranjeras, las cuales se pueden consultar más abajo. El material tipo de las especies nuevas descritas en este trabajo se encuentra depositado en las colecciones CZACC.

33

2.3.1.1. Lista de depositarios

AMNH – American Museum of Natural History, New York, USA.

CZACC – Colecciones Zoológicas del Instituto de Ecología y Sistemática (Antigua colección zoológica del Instituto de Zoología, Academia de Ciencia de Cuba), La

Habana, Cuba.

MCZ – Museum of Comparative Zoology, Harvard University, Cambridge, USA

MNUFRJ – Museu Nacional da Univesidade Federal de Rio de Janeiro, Rio de

Janeiro, .

NUPEM – Nucleo em Ecología e Desenvolvimiento Socio-Ambiental, Universidade

Federal de Río de Janeiro, Río de Janeiro, Brazil.

FSCA – State Collection of , Gainesville, Florida, USA.

SMF – Senckenberg Museum, Frankfurt, Germany.

2.3.2. Estudio morfológico

La caracterización morfológica se realizó sobre la base de la morfología comparada examinando tanto las estructuras externas de la totalidad de los ejemplares, como de los genitales masculinos. Todos los ejemplares fueron separados en sexos y medidos. Las medidas se dan en milímetros y se realizaron con un microscopio de disección Carl Zeiss equipado de un micrómetro ocular. Las abreviaturas utilizadas son las siguientes: (LC) longitud del carapacho, (AC) anchura del carapacho,

(LED) longitud del escudo dorsal, (AED) anchura del escudo dorsal, (Fe) fémur,

(Mt) metatarso, (Pa) patela, (Ta) tarso, (Ti) tibia, (Tr) trocánter. La terminología para la morfología externa siguió a Kury y Pinto-da-Rocha (2002); Shultz y Pinto-da-Rocha

34

(2007); Acosta et al. (2007). Los términos para describir la topología de las estructuras morfológicas siguieron a Acosta et al. (2007). La codificación de las sedas de la tibia y el tarso del pedipalpo sigue a autores previos (Kury, 1989). La notación "i" significa sedas pequeñas (la mitad del tamaño de las sedas más largas), "I" significa sedas largas y se mencionan de orden basal a distal (por ejemplo, tres sedas largas y una corta: IIIi).

Para el estudio del metatarso III de los machos se examinaron al microspcopio

óptico 5 ejemplares, siempre que fue posible, de cada uno de los taxones estudiados, y un ejemplar al microscopio electrónico de barrido (por sus siglas en inglés SEM). Solo fue posible realizar microfotografías electrónicas del metatarso

III de ocho especies de biántidos cubanos (Apéndice 1.4). Los términos utilizados para las estructuras presentes en los metatarsos dimórficos de los machos siguieron a (Willemart et al., 2010; Pérez-González et al., 2016).

Para experesar el número total de tarsómeros de cada pata se provee una fórmula tarsal (c.f. Forster, 1954), que es ordenada desde la pata I a la IV, colocando el número de tarsómeros de cada pata y en las patas I, II se coloca entre paréntesis el número de distitarsos presentes, p. e. 7(3): 13 (4): 8: 8.

Para el estudio de los genitales masculinos se realizaron preparaciones al microscopio óptico de la totalidad de las especies estudiadas y al SEM solo de nueve ejemplares pertenecientes a seis especies de biántidos cubanos y tres especies pertenecientes al grupo externo del análisis filogenético (Apéndice 1.4).

La nomenclatura seguida fue la sugerida por Kury & Pérez-González (2007). El

35

método de preparación de genitales masculinos sigue a Acosta et al. (2007) y se detalla a continuación.

2.3.2.1. Preparación de los genitales masculinos

Cuando los ejemplares son recolectados, algunos proyectan su pene hacia el exterior al morir sumergidos en etanol, esto facilita la extracción de esta estructura, pero en la mayoría de los casos el pene permanece internamente. Para extraer los genitales masculinos se realizan dos incisiones ventrales a ambos lados del opérculo genital en dirección a los espiráculos, posteriormente se levanta el exoesqueleto quitinoso y con una pinza se extrae el pene (Šilhavý, 1969). Con la ayuda de una pinza y un alfiler entomológico se retira el envoltorio membranoso o vaina, dejando el pene desnudo. En ejemplares muy pequeños resultó de mayor eficacia para la extracción del órgano genital masculino levantar los opérculos anal y genital e introducir la punta de la pinza por la apertura anal y empujar el pene.

Con este método se obtiene el pene libre de su cobertura membranosa.

Para el estudio del pene, se realizó un proceso de aclarado en glicerina por un plazo de 24 horas. Los penes de los biántidos estenostigninos son pocos quitinizados y tienden a colapsarse si son colocados en glicerina directamente, por ello se sometieron a una dilución gradual de glicerol más alcohol hasta llegar a glicerol puro, de la siguiente forma: glicerol/alcohol (%): 0/100 → 30/70 → 50/50 →

70/30 →100/0. Después de su estudio, los penes fueron nuevamente conservados en etanol al 70% y guardados en un micro-frasco junto al especimen del cual se extrajo.

36

La familia Biantidae, como varias familias de Laniatores, presenta el pene con un glande complejo, situado en la porción subapical del tronco, con estructuras que se proyectan por acción de la hemolinfa (Martens, 1978). Por ello fue necesario el proceso de expansión de la cápsula interna, que se realizó a través de inmersiones en ácido láctico y agua destilada según Schwendinger y Martens

(2002). Para lograr mejores resultados se adaptó ligeramente la metodología de estos autores, realizándose de la siguiente forma: alcohol 90% (4 o 5 minutos) → agua destilada (4 o 5 minutos) → ácido láctico a temperatura ambiente (calentar durante 2 minutos y dejar reposar por otros 2 minutos sin calentar) → agua destilada (hasta que evierta la cápsula interna). Durante este proceso es preciso mantener la genitalia sumergida totalmente, sin que esta flote, pues se puede desecar y además obstruirse con burbujas de aire, lo que impedirá su correcta eversión.

Para el estudio y observación de la genitalia masculina al microscopio óptico tal y como refieren Acosta et al. (2007), fueron realizadas preparaciones no permanentes en glicerina. Se colocó una gota de glicerina en el centro de un portaobjetos no excavado y se sumergió el pene de manera que quedase orientado perpendicularmente con respecto al eje horizontal del portaobjeto, se colocaron además dos fragmentos de cubreobjetos a ambos lados de esta gota como soporte para evitar el aplastamiento de la muestra al situar el cubreobjeto, lo que también permitió la rotación de la genitalia a partir de desplazamientos delicados del cubreobjeto sin necesidad de realizar un nuevo montaje para observar diferentes vistas de la misma.

37

2.3.2.2. Preparaciones y fotos SEM

Todas las muestras se limpiaron en una solución de agua destilada y detergente comercial (3:1) en un limpiador ultrasónico durante aproximadamente 3 minutos; colocado durante 1–2 min en agua destilada limpia, y pasándolas nuevamente por el limpiador ultrasónico para eliminar el detergente. A partir de entonces, las partes del cuerpo se deshidrataron en una serie creciente de etanol hasta el 100%. Las piezas se montaron en tiras SEM de 12 mm (Electron Microscopy Sciences,

Hatfield, PA, EE. UU.), utilizando pestañas biadhesivas de carbono Ultra-Smooth

(Electron Microscopy Sciences, Hatfield, PA, EE. UU.) y se cubrieron con un objetivo Pt-Pd utilizando un Cressington 208HR sputter coater. Las imágenes se tomaron en un Zeiss Ultra-Plus FESEM o en un Zeiss Supra FESEM (microscopio electrónico de barrido de emisión de campo) en el Centro de Sistemas a

Nanoescala de la Universidad de Harvard (EE. UU.). Otras fotografías de miscroscopía electrónica de barrido fueron obtenidas por cortesía del Dr. Abel

Pérez-González, Museo Argentino de Ciencias Naturales, Buenos Aires, Argentina

(Apéndice 1.4).

2.3.2.3. Preparación de dibujos y fotos

Los dibujos de líneas fueron hechos con CorelDraw X6 y Adobe Photoshop CS3, usando como plantillas dibujos hechos con cámara lúcida (en el caso de las genitalias masculinas) o fotografías (en el caso de las vistas del habitus y del pedipalpo).

La morfología externa de las especies fue fotografiada con auxilio de una cámara digital Olympus E-330, instalada a un microscopio estereoscópico Olympus SZX7

38

o a un microscopio óptico Olympus BH-2, así como con una cámara digital JVC

KY-F70B, acoplada en un microscopio estereoscópico Leica MZ-12.5. Los especimenes en todos los casos fueron fijados con alfileres entomológicos al fondo de una placa Petri recubierto por una lámina de EVA (etileno-vinil acetato) para evitar movimientos indeseados. Cuando se trató de apéndices (quelíceros, pedipalpos o patas), se procedió a remover aquellos del lado derecho para realizar su dibujo. Se tomaron imágenes digitales en diferentes planos focales, obteniendo una serie de de 5-15 fotografías, que luego fueron superpuestas con el programa

Combine ZM o el software Auto-Montage Pro Version 5.00.0271 (Syncroscopy,

Frederick, MD, EE. UU.).

La genitalia masculina fue dibujada con auxilio de una cámara clara instalada al microscopio óptico Olympus BH-2. Los genitales masculinos fueron dibujados respetando la tridimensionalidad de la estructura. Luego, se procedió a digitalizarlos con auxilio de un escaner HP OfficeJet 4500, posteriormente con el programa CorelDraw X6 se obtuvieron los dibujos vectorizados y con Adobe

Photoshop CS3 se obtuvieron los dibujos finales.

Las ilustraciones finales se conformaron también con el programa Adobe

Photoshop CS3, donde se procedió a colocar los números, escalas y leyendas respectivas.

De cada especie fueron proporcionados básicamente 10 dibujos que contienen vistas de:

− Habitus dorsal y lateral.

39

− Genitalia masculina: vista completa lateral y dorsal, pars distalis dorsal, lateral y ventral, con sus respectivas vistas de las estructuras evertidas.

40

2.3.2.4. Caracteres de la morfología externa y de la genitalia masculina utilizados en las descripciones

Este estudio incluyó nuevos caracteres de importancia taxonómica detectados durante el estudio de la morfología comparada de las especies y los caracteres válidos utilizados por autores previos. Los caracteres de la morfología externa y de la genitalia masculina analizados se presentan a continuación:

1. Habitus: forma; armadura del carapacho, áreas mesotergales, márgenes laterales, margen posterior, terguitos libres y esternitos; posición y armadura del tubérculo ocular; profundidad de los surcos de las áreas del mesotergo; aspecto del área I (dividida o entera); armadura del opérculo anal.

2. Quelícero: perfil de la bulla; armadura de la bulla dorsal; armadura de la mano del quelícero; forma, número y posición de los dientes del dedo fijo y móvil.

3. Pedipalpo: armadura de la coxa; armadura del fémur; armadura de la patela; armadura de la tibia (fórmula de tubérculos setíferos y disposición); armadura del tarso

(fórmula de tubérculos setíferos y disposición).

4. Patas: apariencia general de las patas; armadura de las coxas I–IV; presencia de escópula; forma del último tarsómero con escópula; posición del engrosamiento del metatarso III del macho; forma del surco del engrosamiento del metatarso III; disposición de las sedas en la estructura del metatarso III; número de sedas en el metatarso III; armadura de la pata I–IV (trocánter, fémur, patela, tibia y tarso; disposición de uñas tarsales; fórmula tarsal.

41

5. Pene: forma general del pene; cápsula externa: forma del stragulum; posición del stragulum; grosor del reborde apical del stragulum; aspecto de la apertura dorsal del stragulum; apariencia del follis; cápsula interna: forma del estilo; forma de los conductores; longitud del estilo con respecto al stragulum; número, tamaño, forma y disposición de las sedas ventroapicales; número, tamaño, forma y disposición de las sedas ventrolaterales; forma del proceso apical del truncus.

2.3.3. Análisis filogenético

Fue realizado un levantamiento exhaustivo de la morfología de representantes de

Biantidae pertenecientes a las subfamilias Stenostygninae, Lacurbsinae y

Biantinae que resultó en 66 caracteres (46 exomorfológicos y 20 de la genitalia masculina). Estos caracteres están basados, en su mayoría, exclusivamente en los machos, pues éstos son los que poseen las características con mayor importancia taxonómica. Fueron excluidos del análisis aquellos caracteres muy variables o porque no fue factible la delimitación de sus estados.

2.3.3.1. Selección de especies incluidas en el análisis filogenético

En el análisis se incluyeron representantes de ocho géneros, de los nueve pertenecientes a la subfamilia Stenostygninae: Caribbiantes (3 spp.), Galibrotus (1 sp.), Decuella (1 sp.), Manahunca (3 spp.), Negreaella (5 spp.), Heterolarcurbs (2 spp.), Bidoma (1 sp.) Stenostygnus (1 sp.), procedentes de las Antillas y Norte de

América del Sur. No se incluyó Vestitecola haitensis, pues la especie está descrita de una hembra y esta no aporta suficiente información para el estudio. Tampoco se incluyeron Galibrotus riedeli, G. matiasis, Manahunca cuevajibarae, ni

Negreaella palenquensis por falta de material e información en sus descripciones 42

originales. Como grupos externos se seleccionaron representantes de otras dos subfamilias de Biantidae, Biantinae (2 spp.), Lacurbsinae (1 sp.) y un miembro del género Neoscotolemon (Samoidae) (1 sp.), así como una especie de Stygnomma de América Central. En el Apéndice 1.4 se ofrece la información de los ejemplares utilizados como grupo externo.

2.3.3.2. Selección y codificación de los caracteres morfológicos considerados en el análisis filogenético

Los datos ausentes se codificaron como “?” y los datos no aplicables fueron codificados como “-” .

1. Forma del habitus dorsal: (0) acampanada; (1) semirectangular; (2) trapezoidal;

(3) forma de matraz.

2. Perfil del escudo dorsal: (0) carapacho bajo y recto y mesotergo convexo; (1)

carapacho convexo y mesotergo convexo; (2) carapacho y mesotergo

ligeramente convexos, dando un aspecto general convexo al escudo dorsal; (3)

carapacho ligeramente inclinado, más elevado en la parte posterior y mesotergo

fuertemente convexo; (4) carapacho elevado frontalmente, con un tubérculo

ocular cónico que culmina en un apófisis espiniforme interocular.

3. Profundidad del surco I: (0) muy profundo; (1) poco profundo.

4. Relación largo del carapacho vs largo del escudo abdominal: (0) carapacho

levemente menor que el escudo abdominal; (1) carapacho marcadamente

menor que el escudo abdominal.

5. Abultamiento frontal en el carapacho: (0) ausente; (1) presente. 43

6. Posición de los ojos en el carapacho con respecto a la línea medial del

carapacho: (0) próximos a la línea medial; (1) posteriores a la línea medial.

7. Proyección posterior del tubérculo ocular: (0) ausente, (1) presente.

8. Proyección anterior del tubérculo ocular: (0) ausente, (1) presente.

9. División longitudinal del Área I, quedando dos mitades izquierda y derecha: (0)

ausente; (1) presente.

10. Armadura del Área I: (0) lisa con una apófisis espiniforme pequeña en cada

lateral; (1) granulada; (2) cubierta de tubérculos y un par tubérculos laterales en

cada mitad; (3) cubierta de tubérculos y 2 tubérculos laterales en cada mitad.

11. Proyección anterolateral del Área I dirigida hacia el tubérculo ocular: (0)

ausente; (1) presente.

12. Armadura del Área II: (0) lisa con un tubérculo lateral a cada lado; (1) cubierta

de tubérculos; (2) granulada fuertemente; (3) granulada finamente; (4) granulada

con un par de tubérculos mediales y otro par de tubérculos laterales.

13. Armadura del Área III: (0) sólo con gránulos; (1) cubierta de tubérculos y un par

de apófisis espiniformes mediales (fuertes o pequeñas); (2) cubierta de

tubérculos, con un par de tubérculos mediales (fuertes o pequeños); (3) cubierta

de tubérculos, con un par de tubérculos mediales y otro par paramedial; (4)

cubierta de tubérculos, con cuatro apófisis espiniformes (un par de apófisis

fuertes mediales y otro par de apófisis espiniformes paramediales mucho más

44

pequeñas); (5) lisa y un par de fuertes apófisis espiniformes mediales; (6)

granulada y un par de apófisis espiniformes anteromediales curvas, muy

próximas entre sí.

14. Armadura del Área IV: (0) lisa con par de fuertes tubérculos mediales; (1)

granulada; (2) cubierta de tubérculos y un par de fuertes apófisis espiniformes

mediales; (3) cubierta de tubérculos y un par de tubérculos mediales; (4)

granulada con par de pequeñas apófisis espiniformes anteromediales curvas

muy próximas entre sí.

15. Armadura del margen posterior: (0) una hilera de tubérculos; (1) dos hileras de

tubérculos o gránulos, la inferior de mayor tamaño; (2) hilera de tubérculos, con

un tubérculo medio de mayor tamaño; (3) hilera de tubérculos, con un par de

tubérculos mediales mayores; (4) liso.

16. Armadura de los márgenes laterales: (0) hilera de tubérculos y a nivel del área

III una apófisis espiniforme; (1) hilera de gránulos; (2) hilera de tubérculos; (3)

dos hileras, la interior de gránulos y la otra de tubérculos.

17. Armadura del terguito libre I: (0) hilera de gránulos; (1) hilera de tubérculos; (2)

hilera de tubérculos y un par medial de mayor tamaño; (3) hilera de tubérculos

pequeños y un tubérculo medial de mayor tamaño; (4) hilera de tubérculos, par

paramedial algo mayor de tamaño, y un tubérculo en cada esquina bien

marcado; (5) con dos apófisis espiniformes laterales y dos tubérculos laterales.

45

18. Armadura del terguito libre II: (0) hilera de gránulos; (1) hilera de gránulos y par

de apófisis espiniformes pequeñas; (2) hilera de tubérculos; (3) hilera de

tubérculos y un par de tubérculos mediales bien marcados; (4) hilera de

tubérculos espaciados y un tubérculo medial demarcado; (5) hilera de

tubérculos, un tubérculo medial de mayor tamaño y un tubérculo lateral a ambos

lados; (6) hilera de tubérculos, par paramedial algo mayor de tamaño, y un

tubérculo en cada esquina bien marcado; (7) un par de apófisis espiniformes

laterales.

19. Armadura del terguito libre III: (0) hilera de gránulos; (1) hilera de tubérculos; (2)

una fuerte apófisis espiniforme medial y a ambos lados tubérculos laterales más

pequeños que la apófisis medial; (3) un tubérculo medial pequeño; (4) par de

fuertes apófisis espiniformes mediales; (5) par de tubérculos mediales fuertes o

pequeños; (6) par de pequeñas apófisis espiniformes.

20. Hipertelia queliceral en machos: (0) ausente; (1) presente.

21. Demarcación de la bulla del quelícero: (0) suave: ángulo mayor de 90º; (1)

fuerte: ángulo igual o menor que 90º.

22. Tipo de pedipalpo: (0) con todos los segmentos gruesos y con tubérculos

setíferos en todos ellos; (1) fémur y patela finos con tubérculos setiferos

concentrados en tibia y tarso.

46

23. Largo de la coxa del pedipalpo: (0) muy larga: del mismo tamaño o mayor que el

largo del carapacho; (1) larga pero menor que el largo del carapacho; (2) corta,

del largo de la mitad del carapacho.

24. Fémur del pedipalpo fuertemente convexo dorsalmente: (0) presente; (1)

ausente.

25. Tamaño de las sedas de los tubérculos setíferos dorsales del fémur del

pedipalpo: (0) con sedas alargadas; (1) con sedas de tamaño intermedio; (2)

con sedas reducidas.

26. Tubérculo setifero ventrobasal del fémur de pedipalpo: (0) sin tubérculo

ventrobasal (1) dos basales bien desarrollados; (2) uno basal de tamaño

intermedio; (3) uno basal de tamaño pequeño.

27. Tubérculo setifero meso-distal del fémur del pedipalpo: (0) ausente; (1) presente.

28. Tubérculo setífero meso-distal de la patela del pedipalpo: (0) ausente; (1)

presente.

29. Armadura ventro-ectal distal de la patela del pedipalpo: (0) ausente; (1)

presente.

30. Cantidad de tubérculos setíferos en la tibia del pedipalpo: (0) dos ectales y dos

mesales; (1) tres ectales y tres mesales; (2) cinco ectales y cuatro mesales; (3)

tres ectales, tres mesales y 1 ventrobasal; (4) cuatro ectales y cuatro mesales;

47

(5) cuatro ectales y tres mesales; (6) cinco ectales y tres mesales; (7) cinco

ectales y cinco mesales.

31. Cantidad de tubérculos setíferos en el tarso del pedipalpo (0) dos ectales y dos

mesales; (1) seis ectales y seis mesales; (2) cinco o cuatro ectales y cuatro tres

4 o 3 mesales; (3) cinco ectales y cuatro mesales e hilera medial de pequeños

tubérculos setiferos; (4) cinco ectales y cinco mesales.

32. Disposición de los tubérculos setíferos mesales de la tibia del pedipalpo: (0)

tubérculos setíferos equidistantes; (1) tres o cuatro tubérculos setíferos distales

separados por un tramo amplio del tubérculo setífero proximal; (2) dos

tubérculos setíferos ampliamente separados; (3) dos tubérculos setíferos

proximales más cercanos entre sí que con el tubérculo setífero distal; (4) dos

tubérculos setíferos distales más cercanos entre sí con respecto al tubérculo

setífero proximal.

33. Número de tarsómeros en el distitarso I: (0) dos; (1) tres; (2) cuatro.

34. Número de tarsómeros en el distitarso II: (0) dos; (1) tres; (2) cuatro.

35. Forma del último tarsómero con la presencia de escópula: (0) bilobulado

levemente; (1) marcadamente bilobulado.

36. Metatarso III dimórfico (presente en machos): (0) ausente; (1) presente.

37. Forma del metatarso III dimórfico: (0) aplanado en forma de espátula; (1)

engrosado central o subdistalmente, con extremos más finos (forma de huso).

48

38. Ubicación de la estructura ventral engrosada del metatarso III (observada

dividiendo en 4 partes el segmento desde la porción proximal a la distal): (0) en

el centro de la tercera parte; (1) entre la tercera y cuarta parte; (2) desde la

segunda hasta una porción de la cuarta parte distal; (3) situado en las tres

porciones más distales del segmento.

39. Disposición de las sedas de la estructura ventral engrosada del metatarso III: (0)

en una hilera; (1) en dos hileras alternas; (2) las sedas dispuestas en tres hileras

hacia el centro de la estructura; (3) dispuestas en más de tres hileras.

40. Forma del surco ventral del metarso III: (0) en forma de ojal estrecho y profundo;

(1) en forma de ojal amplio y profundo; (2) área oval amplia, no profunda.

41. Forma del fémur IV: (0) retrocurvo y engrosados distalmente; (1) rectos y

delgados.

42. Desarrollo de coxa IV: (0) corta; (1) muy desarrollada; (2) de tamaño intermedio.

43. Armadura dorsolateral de la coxa IV: (0) con gránulos; (1) con tubérculos; (2)

con fuertes apófisis espiniformes.

44. Armadura ventro-distal del trocánter IV: (0) inerme; (1) armado.

45. Pata III y IV más robusta que pata I y II: (0) ausente; (1) presente.

46. Armadura del fémur IV: (0) inerme; (1) engrosado con hilera de tubérculos

ventroprolaterales.

49

47. Forma general del pene: (0) alargado, con pars basalis tubular y pars distalis

ensanchándose gradualmente en la dirección apical; (1) alargado, pars basalis

tubular y pars distalis ensanchándose abruptamente en la dirección apical

(forma de copa); (2) corto y robusto, pars basalis tubular, pars distalis

ensanchándose gradualmente en la dirección apical, extremo apical triangular;

(3) pars basalis robusta y tubular y pars distalis ensanchada con extremo apical

aplanado dorsoventralmente; (4) pars distalis globosa y compleja; (5) pars

basalis tubular y pars distalis marcadamente larga y globosa; (6) pene tubular,

pars basalis tubular, pars distalis con una concavidad, apicalmente a modo de

cáliz.

48. Región ventral de la pars distalis: (0) convexa; (1) con una lámina ventroapical

cóncava donde se inserta el grupo de cuatro sedas apicales; (2) con una

depresión medial y hendida apicalmente; (3) tipo calyx con una abertura; (4)

marcadamente globosa.

49. Forma de las sedas de la pars distalis: (0) acuminadas pequeñas; (1)

acuminadas grandes; (2) foliares; (3) cónicas muy pequeñas.

50. Disposición de las sedas de la pars distalis: (0) irregular; (1) ordenadas

simétricamente.

51. Número de sedas del grupo apicoventral: (0) sedas apicoventrales ausentes; (1)

cuatro sedas apicales; (2) seis sedas apicales; (3) siete sedas apicales.

52. Número total de sedas ventrales: (0) 4; (1) 6; (2) 8; (3) 9; (4) 10; (5) 12; (6) 14.

50

53. Lámina apicalis: (0) ausente; (1) presente.

54. Proceso apical ventral: (0) ausente; (1) presente.

55. Forma del proceso apical ventral (en vista lateral): (0) en forma de gancho

alargado; (1) en forma de gancho corto con base ancha; (2) montículo de cima

redondeada; (3) lámina ancha y curva, con extremo trunco (a manera de

lengüeta).

56. Altura del proceso apical ventral con respecto al stragulum: (0) la misma altura

que el stragulum; (1) ligeramente menor que el stragulum; (2) mucho menor que

el stragulum (3) mucho más alto que el stragulum.

57. Follis: (0) escondido y reducido, no modificado; (1) modificado.

58. Modificación del follis en: (0) titiladores; (1) stragulum.

59. Presentación del stragulum en el truncus: (0) placa(s) dorsal(es) vertical(es); (1)

placas apicales horizontales (a modo de tapas); (2) dos piezas dorsales

voluminosas, tubulares y retrocurvas que protegen el estilo.

60. Entereza del stragulum: (0) completamente dividido, dos piezas de leve

desarrollo; (1) pieza única; (2) pieza única con una hendidura dorsoapical; (3)

dividido en dos piezas con notable desarrollo y voluminosas.

61. Presencia en el follis de proyecciones o huellas de ellas: (0) ausente; (1)

presente.

51

62. Tipo de proyecciones en el follis: (0) proyecciones digitiformes; (1) pequeñas

proyecciones espinosas.

63. Mecanismo de exposición de la cápsula interna (conductores+estilo): (0)

titiladores que evierten totalmente su posición por presión de hemolinfa, dejando

expuesta la cápsula interna; (1) parte del follis inflable que desplaza por presión

de hemolinfa al stragulum (cápsula externa) que realiza un movimiento de

navaja sobre el truncus, dejando expuesta la cápsula interna; (2) cápsula interna

con dos conductores y un estilo que se proyectan directamente por presión de

hemolinfa.

64. Complexión de los conductores: (0) conductores robustos y voluminosos; (1)

finos y lamelares; (2) fuertes y lamelares.

65. Forma de los conductores: (0) conductores estrechos, con extremos apicales

libres laminares, en forma de lóbulos ensanchados a manera de “champiñón

laminado”; (1) conductores anchos, con extremos apicales libres laminares en

forma de lóbulos muy ensanchados; (2) conductores con extremos apicales

libres en forma de lóbulos laminares pequeños (3) conductores con extremos

apicales libres laminares y aguzados; (4) conductores con extremos apicales

libres laminares y truncos; (5) conductores fusionados a modo de lámina que

rodea al estilo, con dos proyecciones ventroapicales libres que poseen bordes

digitiformes; (6) conductores fusionados a modo de lámina que rodea al estilo;

(7) conductores gruesos, rígidos y cortos, con extremos puntiagudos; (8)

52

conductores acanalados con extremos apicales con dos proyecciones; (9)

conductores cortos, finos y laminares.

66. Apariencia del estilo (en vista lateral, sin evertir): (0) en forma de lanza de hoja

estrecha que se aguza gradualmente hacia el extremo apical y es ligeramente

de mayor tamaño que los conductores; (1) en forma de lanza de hoja ancha que

se aguza abruptamente hacia el extremo apical y es de mayor tamaño que los

conductores; (2) robustos, en forma de cayado o cabeza de ave y de mayor

tamaño que los conductores; (3) estilo corto en forma acanalada del mismo

tamaño que los conductores; (4) en forma de lanza que se aguza gradualmente

hacia el extremo apical, de menor tamaño que los conductores; (5) en forma de

lanza de hoja muy ancha, que se aguza abruptamente hacia el extremo apical,

borde apical aserrado y ligeramente de mayor tamaño que los conductores.

2.3.3.3. Análisis de los datos e inferencia estadística

La reconstrucción de las relaciones filogenéticas fue realizada a partir de una matriz básica de datos constituida por 22 especies (incluyendo los grupos externos) y 66 caracteres morfológicos (Tabla 2.1). Para ello se utilizaron dos métodos: Inferencia

Bayesiana (IB) y de Máxima Verosimilitud (MV). La topología resultante del análisis de

MV se reconstruyó usando RAxML v. 7.3.0 (Stamatakis, 2006), a través de la interface gráfica raxmlGUI1.5 beta, modelo MK (Silvestro y Michalak, 2011). Los valores de

Bootstrap (BS) fueron obtenidos a partir de una búsqueda de 1000 generaciones y fueron considerados como fuertes al ser iguales o mayores a 0,70 y débiles por debajo de este valor (Hillis y Bull, 1993). El análisis de la IB se llevó a cabo con el programa

53

MrBayes versión 3.2 con los parámetros a priori (Ronquist et al., 2012). Dos análisis independientes de cadenas de Markov Monte Carlo (MCMC) con cuatro cadenas simultáneas para cada uno, una fría y tres calientes, fueron corridos por 10 millones de generaciones con el muestreo de los árboles cada 1000 generaciones. La convergencia de las dos corridas fue evaluada con el programa Tracer 1.6 (Rambaut et al., 2013). Para ello, fueron considerados como buena medida de soporte estadístico valores de ESS >200 (tamaño efectivo de muestra, por sus siglas en inglés). Las primeras 2 500 000 generaciones fueron descartadas y los árboles se resumieron según la regla de la mayoría del 50%. Los valores de soporte de probabilidad posterior

(PP) fueron considerados fuertes al ser iguales o mayores a 0,95 y débiles por debajo de este valor (Larget y Simon, 1999).

Los árboles obtenidos fueron procesados en los programas FigTree versión 1.3.1

(Rambaut, 2006-2009) y Corel Draw versión 15.0.0.486 (Corel Corporation, 2010).

54

Tabla 2.1. Matriz de datos del análisis cladístico de la sufamilia Stenostygninae utilizando caracteres morfológicos. Datos

ausentes “?”, datos no aplicables “-”.

Caracteres Especie 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 Caribbiantes_cubanus 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 1 1 2 1 3 1 2 4 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 4 2 0 Caribbiantes_iberia_spn 1 1 0 0 0 1 0 0 1 3 0 1 1 2 0 3 1 2 5 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 4 2 0 Caribbiantes_evectus_spn 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 1 1 2 1 3 1 2 4 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 4 2 0 Galibrotus_carlotanus 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 1 2 2 0 2 1 2 5 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 4 2 1 Decuella_cubaorientalis 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 1 2 2 0 2 0 2 4 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 4 2 1 Manahunca_bielawskii 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 3 3 3 0 2 2 4 5 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 4 3 1 Manahunca_turquino_spn 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 3 3 3 3 2 2 4 5 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 4 2 1 Manahunca_matazon_spn 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 3 3 3 0 2 2 4 5 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 4 2 1 Negreaella_rioindiocubanicola 1 1 0 0 1 1 1 0 1 1 1 2 0 1 0 1 0 0 6 1 1 1 1 1 2 0 0 0 0 5 2 3 Negreaella_iberia_spn 1 1 0 0 1 1 1 0 1 1 1 2 0 1 0 1 0 1 5 1 1 1 1 1 2 0 0 0 0 5 2 3 Negreaella_yumuriensis 1 1 0 0 1 1 1 0 1 1 1 2 0 1 0 1 0 1 6 1 1 1 1 1 2 0 0 0 0 5 2 3 Negreaella_vinai 1 1 0 0 1 1 1 1 1 1 1 2 0 1 0 1 0 1 6 1 1 1 1 1 2 0 0 0 0 5 2 3 Negreaella_fundorai 1 1 0 0 1 1 1 0 1 1 1 2 0 1 0 1 0 0 6 1 1 1 1 1 2 0 0 0 0 5 2 3 Heterolacurbs_ovalis 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 1 3 2 0 3 4 6 2 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 2 4 1 Heterolacurbs_perezassoi 1 1 0 0 0 1 0 0 1 2 0 1 3 2 0 3 4 6 2 1 1 1 1 1 2 3 0 1 0 2 4 1 Bidoma_indivisa 1 1 0 0 0 1 1 0 0 1 1 2 4 2 2 3 3 5 3 1 1 1 1 1 2 0 0 1 0 6 2 1 Stenostygnus_pusio 1 2 0 0 0 1 0 0 0 1 0 2 0 1 0 2 0 0 0 0 1 1 1 1 - 0 0 0 0 3 0 4 Lacurbs_sp 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 5 0 4 0 5 7 2 0 0 1 0 1 - 2 1 0 1 5 0 3 Biantes_lecithodes 2 3 0 0 1 1 0 0 0 1 0 2 6 4 3 1 2 3 1 0 1 1 1 1 1 2 0 1 0 0 0 2 Metabiantes_sp 2 3 0 0 1 1 0 0 0 1 0 2 6 4 3 1 2 3 1 0 1 1 1 1 1 2 0 1 0 0 0 2 Stygnomma_teapense 2 2 1 0 0 0 0 0 0 1 0 2 0 1 0 1 0 0 0 1 1 1 2 1 1 1 1 1 0 1 0 3 Neoscotolemon_pictipes 3 4 0 0 1 0 0 0 0 1 0 2 0 1 1 1 0 2 1 1 0 0 2 0 0 1 1 1 1 7 1 2

55

Tabla 2.1 (cont.). Matriz de datos del análisis cladístico de la subfamilia Stenostygninae utilizando caracteres morfológicos.

Datos ausentes “?”, datos no aplicables “_”.

Caracteres

Especie 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 Caribbiantes_cubanus 1 2 0 1 1 1 1 0 1 2 1 0 1 0 0 0 2 1 1 4 0 1 1 1 1 1 0 2 1 1 1 1 0 0 Caribbiantes_iberia_spn 1 2 0 1 1 0 1 0 1 2 1 0 1 0 0 0 2 1 1 4 0 1 1 1 1 1 0 2 1 1 1 1 0 0 Caribbiantes_evectus_spn 1 2 0 1 1 1 1 0 1 2 1 0 1 0 0 0 2 1 1 4 0 1 1 1 1 1 0 2 1 1 1 1 0 0 Galibrotus_carlotanus 1 2 0 1 1 1 2 2 1 2 1 0 1 0 1 0 2 1 1 4 0 1 1 1 1 1 0 2 1 1 1 1 4 1 Decuella_cubaorientalis 1 2 0 1 1 1 1 0 1 2 0 0 1 0 1 0 2 1 1 2 0 1 0 0 1 1 0 2 1 1 1 1 2 1 Manahunca_bielawskii 1 2 0 1 1 0 1 0 1 2 1 0 1 0 1 0 2 1 1 4 0 1 0 0 1 1 0 2 1 1 1 1 3 1 Manahunca_turquino_spn 1 2 0 1 1 0 1 0 1 2 0 0 1 0 1 0 2 1 1 4 0 1 0 0 1 1 0 2 1 1 1 1 3 1 Manahunca_matazon_spn 1 2 0 1 1 1 1 0 1 2 1 0 1 0 1 0 2 1 1 4 0 1 0 0 1 1 0 2 1 1 1 1 3 1 Negreaella_rioindiocubanicola 1 2 0 1 1 2 0 0 0 2 0 1 1 1 2 0 3 0 2 5 0 1 2 2 1 1 1 0 1 1 1 1 5 2 Negreaella_iberia_spn 1 2 0 1 1 2 0 0 0 2 0 1 1 1 2 0 3 0 2 3 0 1 2 2 1 1 1 0 1 1 1 1 5 2 Negreaella_yumuriensis 1 2 0 1 1 2 0 0 0 2 0 1 1 1 2 0 3 0 2 3 0 1 2 2 1 1 1 0 1 1 1 1 5 2 Negreaella_vinai 1 2 0 1 1 2 0 0 0 2 0 1 1 1 2 0 3 0 2 ? 0 1 2 2 1 1 1 0 1 1 1 1 5 2 Negreaella_fundorai 1 2 0 1 1 2 0 0 0 2 0 1 1 1 2 0 3 0 3 3 0 1 2 2 1 1 1 0 1 1 1 1 5 2 Heterolacurbs_ovalis 1 2 0 1 1 1 2 1 0 2 1 0 1 0 1 0 2 1 1 4 0 1 0 0 1 1 0 2 1 1 1 1 1 5 Heterolacurbs_perezassoi 1 2 0 1 1 1 2 1 1 2 0 0 1 0 1 0 2 1 1 4 0 1 0 0 1 1 0 2 1 1 1 1 1 5 Bidoma_indivisa 2 2 1 1 1 1 1 1 0 2 1 0 1 0 1 0 2 1 1 6 0 1 3 3 1 1 0 2 1 1 1 1 1 1 Stenostygnus_pusio 1 2 ? ? ? ? ? ? 1 2 0 0 0 0 3 2 2 1 1 6 0 0 - - 1 0 - - 1 0 0 ? ? ? Lacurbs_sp 0 1 1 0 - - - - 0 1 2 1 0 0 4 1 0 1 1 1 1 0 - - 1 1 2 3 0 - 1 1 9 ? Biantes_lecithodes 0 1 1 0 - - - - 1 0 0 0 0 0 3 2 1 1 1 5 0 0 - - 1 0 - - 1 0 0 0 7 4 Metabiantes_sp 0 1 1 0 - - - - 1 0 0 0 0 0 3 2 1 1 1 5 0 0 - - 1 0 - - 1 0 0 0 7 4 Stygnomma_teapense 0 0 0 1 1 2 0 0 0 0 0 0 1 0 5 4 2 1 0 0 0 0 - - 1 1 0 1 0 - 1 1 6 3 Neoscotolemon_ pictipes 0 1 - 1 0 3 3 2 0 1 1 0 1 1 6 3 2 1 2 6 0 0 - - 0 - - - 0 - 2 2 8 4

56

2.3.4. Estudio taxonómico

Las especies fueron descritas sobre la base de patrones modernos, procurando una descripción detallada de la morfología externa y de la genitalia masculina, acompañada de ilustraciones, compuestas por fotos y dibujos según correspondió. El tratamiento para los géneros, incluyó la siguiente información (en este orden): actos nomenclaturales (sinonimias), especie tipo del género, diagnosis del género, especies incluidas, distribución y comentarios (si se requieren). Para el caso de las especies nuevas para la ciencia el tratamiento incluyó la siguiente información: tipos, material examinado, etimología, diagnosis, descripción del macho, coloración en etanol, descripción de la hembra, variabilidad, distribución, historia natural, comentarios (si se requieren). Cada uno de estos acápites se destacó en negritas en el texto. Durante todos los actos nomenclaturales se siguió el código de nomenclatura zoológica (ICZN,

1999).

2.3.5. Preparación de mapas de distribución geográfica

Los datos de distribución geográfica fueron retirados de las etiquetas del material analizado, depositado en las colecciones o provenientes de expediciones de campo realizadas durante el presente estudio y de la literatura. Los mapas de distribución geográfica fueron confeccionados en el Programa Mapinfo Versión

12.0 a partir de las coordenadas almacenadas en la base de datos en formato “xls” procedentes de las etiquetas, proporcionadas directamente por los recolectores o halladas a partir de las imágenes referenciadas de las hojas cartográficas 1: 250

000 (I.C.G.C., 1972), del programa MAPINFO. Para la construcción de los mapas

57

de distribución se superpusieron las coordenadas a las líneas de costa de Cuba digital 1: 250 000 (GEOCUBA, inédito) en la proyección NAD 27 para Cuba.

2.4. Resultados

2.4.1. Morfología

2.4.1.1. Caracterización de la morfología externa de los biántidos cubanos

Los miembros de la subfamilia Caribbiantinae (status revalidado) poseen el escudo dorsal casi rectangular con cuatro áreas mesotergales bien diferenciadas

(Fig. 2.1 A, C). Área I usualmente dividida en dos mitades, izquierda y derecha

(Fig. 2.1 C), no dividida solo en Bidoma indivisa. El margen anterior es recto y presenta escotaduras quelicerales poco profundas (Fig. 2.1 C). En las áreas mesotergales y terguitos libres se pueden presentar gránulos, tubérculos o fuertes apófisis espiniformes con gran importancia en la separación de géneros y especies (Fig. 2.1 B, D). El carapacho en vista lateral es fuertemente o ligeramente convexo y presenta dos tubérculos oculares independientes que pueden estar armados de proyecciones anteriores y/o posteriores o solo gránulos.

Los tubérculos oculares se sitúan hacia los márgenes laterales del carapacho y muy cerca del surco I. La armadura de los tubérculos oculares también tiene utilidad taxonómica (Fig. 2.1 B). Los márgenes laterales pueden presentar una o dos hileras de gránulos o tubérculos. Ventralmente los caribbiantinos no poseen características remarcables, la primera coxa, ventralmente con una hilera de tubérculos o gránulos y lóbulos maxilares, la segunda coxa no presenta lóbulos maxilares y los espiráculos son visibles. Los quelíceros presentan bulla marcada

(Fig. 2.1 D) y pueden mostrar hipertelia en algunos machos, mientras en otros se 58

presentan gráciles como en las hembras (dimorfismo intrasexual) (Fig. 2.1 A, C).

Los dedos fijos y móviles de los quelíceros presentan márgenes con dientes distales. El dedo móvil basalmente puede presentar un tubérculo romo, medialmente se puede presentar una elevación del margen con bordes aserrados en forma de domo. Los pedipalpos subquelados, son largos y delgados, dorsalmente inermes, ventralmente con fuertes tubérculos setíferos concentrados en tibia y tarso. El número y disposición de estos tubérculos setíferos varía entre géneros y especies. Los segmentos tibia y tarso varían en grosor, observados en vista dorsal. Éstos se pueden presentar ambos ensanchados, del mismo grosor (p. e. especies de Caribbiantes y Galibrotus) o ambos delgados, del mismo grosor (p. e. especies de Negreaella) o se puede presentar el tarso algo más engrosado que la tibia (p. e. Bidoma indivisa, Manahunca bielawskii y M. turquino sp. nov.). La patela del pedipalpo es engrosada en su 1/3 distal, exhibiendo forma de clava y ventralmente puede estar armada o no de un fuerte tubérculo setífero mesodistal

(Fig. 2.1 E). Generalmente las patas son lisas, patas III y IV más robustas que el resto, con escópulas bilobuladas y uñas tarsales dobles y perpendiculares al eje transverso de la pata. En algunas especies los fémur III–IV pueden presentar una proyección distal (Fig. 2.1 J) y en otras, como los Negreaella, pueden presentar una hilera de tubérculos ventroprolaterales que van aumetando de tamaño hacia el extremo distal del segmento. En los Negreaella las patelas III y IV pueden presentar una o dos proyecciones distales. El primer distitarso en los caribbiantinos posee tres o cuatro tarsómeros y el segundo distitarso cuatro tarsómeros.

59

60

Figura 2.1. Principales estructuras de la morfología externa de Caribbiantinae

(status revalidado). A-B. Caribbiantes cubanus, macho, habitus vista dorsal y lateral, respectivamente; C-D, Galibrotus carlotanus, macho, habitus vista dorsal y lateral, respectivamente; E-F. Manahunca bielawskii, macho neotipo, habitus vista dorsal y lateral, respectivamente; G-H. Bidoma indivisa, macho holotipo (MCZ

14741), habitus vista dorsal y lateral respectivamente. Abreviaturas: AE = Apófisis espiniformes; AI-IV = Áreas del Mesotergo; Bu = Bulla; Ca = carapacho; MQh=

Mano del quelícero hipertélica; MQnh = Mano del quelícero no hipertélica; EQ =

Escotaduras Quelicerales; MA = Márgen Anterior; ML = Márgen Lateral; MP =

Márgen Posterior; Pd = Proyección Distal; Pp = proyección posterior del tubérculo ocular; TO = Tubérculo Ocular; Tub = Tubérculos; S1 = Surco del Área I del

Mesotergo.

61

62

Figura 2.1 (cont.). Principales estructuras de la morfología externa de

Caribbiantinae (status revalidado). I. J. Heterolacurbs ovalis, macho, I. pedipalpos vista dorsal, J. patas III-IV, vista dorsal; K. Galibrotus carlotanus, macho, tarso IV, vista ventral; L-N. Negreaella rioindiocubanicola, L. pedipalpos, vista dorsal, M. patas III y IV, vista dorsal, N. tarso IV. Abreviaturas: Cx = Coxa; Es

= Escópula; Fe = Fémur; Mt = Metatarso; Pa = Patela; Pd = Proyección distal; Ta =

Tarso; Ti = Tibia; Tr = Trocánter; Ts = Tubérculo setífero; Tub = Tubérculos; Uñ =

Uñas.

El metatarso III en los machos presenta un dimorfismo sexual y exhibe una forma de huso debido a la presencia de una estructura glandular (detallado en el acápite

2.4.1.2). El tegumento que rodea el área de la estructura glandular ventral del metatarso III dimórfico y del resto de las patas se presenta escamoso y las escamas varían de tamaño y forma entre algunos de los géneros. En las especies de Caribbiantes y Manahunca se presentan triangulares y pequeñas (Fig. 2.2 A, B,

E), en Galibrotus carlotanus se presentan semi-hexagonales y más grandes (Fig.

2.2 C), al igual que en los ejemplares Decuella cf. cubaorientalis (Fig. 2.2 D), mientras que en los Negreaella son de bordes más redondeados, anchas y grandes (Fig. 2.2 F).

63

64

Figura 2.2. Morfología del tegumento, metatarso III. A. Caribbiantes cubanus; B.

Caribbiantes iberia sp. nov.; C. Galibrotus carlotanus, D. espécimen Decuella cf. cubaorientalis, E. Manahunca matazon sp. nov., F. Negreaella rioindiocubanicola.

2.4.1.1.1. Morfología del metatarso III de los machos de Caribbiantinae

La morfología general de las áreas engrosadas sexualmente dimórficas del metatarso III de los machos de las 13 especies de caribbiantinos examinados es similar, pero presentan variaciones específicas. El área engrosada está localizada en el calcaneus (Fig. 2.3 A, C, E, G). La superficie ventral de la región engrosada presenta un surco es de forma oval (más ancha o más estrecha), mostrando múltiples sedas conspicuas (Fig. 2.3 A, C, E, G). Los poros se presentan en el tegumento, restringidos al área delimitada por las sedas (Fig. 2.3 B, D, F, H). El tegumento de esta área carece de la textura escamosa de la superficie dorsal del metatarso y presenta surcos marcados entre sedas y poros (Fig. 2.3 B, D, F, H).

Las sedas no están insertadas en fosetas y aparecen firmemente fusionadas al tegumento (Fig. 2.3 B, D, F, H). Los tallos de las sedas son torcidos y estriados basalmente y aplanados lateralmente con un extremo apical lanceolado o trunco

(Fig. 2.3 B, D, F, H).

La morfología de la superficie ventral de la región engrosada, así como la forma, el número y disposición de las sedas muestra variación. Referente a la morfología de la superficie ventral de la región engrosada, los espécimenes Decuella cf. cubaorientalis, todas las especies investigadas de Caribbiantes, Manahunca y

Negreaella presentan un amplio y profundo surco ventral en forma de ojal (Fig. 2.3

65

A, E, G). Sin embargo, en Galibrotus carlotanus la superficie ventral no presenta surco profundo, en su lugar posee un área oval poco profunda, careciendo de sensilla chaetica (Fig. 2.3 C). Las sedas en Galibrotus carlotanus están concentradas hacia el centro de la región engrosada, dispuestas aproximadamente en tres hileras cortas, dando un aspecto circular o elíptica al

área (Fig. 2.3 C). Las sedas en todos los Caribbiantes examinados, Manahunca y en los espécimenes de Decuella cf. cubaorientalis están dispuestas de forma alterna en dos hileras paralelas, a lo largo del eje longitudinal del metatarso (Fig.

2.3 A–B, G–H). En Negreaella rioindiocubanicola, las sedas están dispuestas en una sola hilera longitudinal (Fig. 2.3 E). Las sedas en Caribbiantes y Manahunca tienen la porción apical lanceolada, similar a pinceles (Fig. 2.3 B), mientras que en

Galibrotus carlotanus y Negreaella rioindiocubanicola la mayoría de las sedas tienen un extremo apical trunco, en forma de espátula (Fig. 2.3 D, F). El número de sedas en la superficie ventral del metatarso III engrosado de cada especie es como sigue: Manahunca bielawskii presenta 27–29 sedas (n=5); M. turquino sp. nov. 37 sedas (n=1); M. matazon sp. nov. 19, 21, 27 sedas (n=3); Caribbiantes cubanus 10–15 sedas (n=4); Caribbiantes evectus sp. nov. 31, 34 sedas (n=4);

Caribbiantes. iberia sp. nov., 26, 31–32 (n=3); Galibrotus carlotanus 15–17, 19,

20, 22 (n=5); Negreaella rioindiocubanicola 8–13 sedas (n=4) y N. yumuriensis 5,

7, 8 o 10 sedas (n=4). Los poros están irregularmente dispuestos alrededor de cada seda en todas las especies (Fig. 2.3 B, D, F, H), en Galibrotus carlotanus le confieren un aspecto cribiforme al área. Ocasionalmente se observan secreciones en las sedas o en el surco ventral (Fig. 2.3 D, F, H).

66

67

Figura 2.3. Estructura glandular del metatarso III en especies de Caribbiantinae

(status revalidado), microfotografías electrónicas de barrido. A–B. Caribbiantes cubanus (CZACC 3.4371): A. Vista general del metatarso III; B. Ampliación de zona resaltada en A; C–D. Galibrotus carlotanus (CZACC 3.4373): C. vista general del metatarso III; D. Ampliación de zona resaltada en C.; E–F. Negreaella rioindiocubanicola (CZACC 3.4375): E. Vista general del metatarso III; F.

Ampliación de zona resaltada en E; G-H. espécimen Decuella cf. cubaorientalis

(CZACC 3.4377): G. Vista general del metatarso III; H. Ampliación de zona resaltada en G. Flechas blancas muestran una seda, nótese la forma de cada una; cabezas de flechas blancas señalando aberturas glandulares (poros) alrededor de las sedas.

La posición de la región engrosada muestra variación. En Manahunca bielawskii,

M. turquino sp. nov. y Caribbiantes iberia sp. nov., la región engrosada está localizada aproximadamente en el centro de la tercera porción del metatarso (de las cuatro porciones divididas desde la posición proximal a la distal del segmento metatarsal). En Manahunca bielawskii y Manahunca turquino sp. nov., la región engrosada aparece casi completamente dentro de la tercera porción del metatarso, mientras que en Caribbiantes iberia sp. nov., se extiende desde parte de la segunda porción hasta parte de la cuarta porción del metatarso. (Fig. 2.4 A,

C, F). En M. matazon sp. nov., Caribbiantes cubanus, Caribbiantes evectus sp. nov., Galibrotus carlotanus, y los especímenes Decuella cf. cubaorientalis la región engrosada está aproximadamente localizada entre la tercera y cuarta

68

porción del metatarso, extendiéndose lateralmente hacia parte de estas dos porciones (Fig. 2.4 B, D, E, G, H). Galibrotus carlotanus presenta una región engrosada breve, que solo toma una pequeña parte de la tercera y cuarta porción del metatarso (Fig. 2.4 G). Los Negreaella presentan la región engrosada aproximadamente hacia el centro de la longitud del metatarso, extendiéndose lateralmente desde parte de la segunda porción hasta parte de la cuarta porción del metatarso (Fig. 2.4 I, J, K, L).

69

70

Figura 2.4. Engrosamiento del metatarso III en Caribbiantinae, vista general del segmento, fotografías al microscopio clínico. A. Manahunca bielawskii (CZACC

3.4368); B. Manahunca matazon n. sp. (CZACC 3.4365); C. Manahunca turquino

(CZACC 3.4359); D. Caribbiantes cubanus (CZACC 3.4372); E. C. evectus sp. nov. (CZACC 3.4379); F. C. iberia sp. nov. (CZACC 3.4380); G. Galibrotus carlotanus (CZACC 3.4374); H. espécimen cf. Decuella cubaorientalis (CZACC

3.4378); I. Negreaella rioindiocubanicola (CZACC 3.4376); J. N. yumuriensis

(CZACC 3.4381); K. N. iberia sp. nov. (CZACC 3.4008); L. N. fundorai CZACC

3.4004. Escala = 1 mm; escala dividiendo en cuatro partes iguales el metatarso, para mostrar la posición relativa del engrosamiento glandular del segmento.

2.4.1.2. Caracterización de la morfología de los genitales masculinos de los caribbiantinos

Pene con truncus delgado y largo o algo más grueso y corto. Engrosamiento de la pars distalis gradual o abruptamente a partir de la mitad apical o de la tercera porción distal. Extremo apical redondeado o triangular (Figs. 2.5 A, B). Se pueden presentar dos tipos de cápsula interna, una compuesta por un estilo apicalmente aguzado y lateroapicalmente aplanado en forma de lanza, flanqueado por dos conductores finos basalmente fusionados y apicalmente ensanchados con extremos laminares en forma de lóbulos, truncos o aguzados y proyectados ventralmente (Fig. 2.5 D, J). Otro tipo de cápsula interna compuesta por un estilo lateralmente aplanado y en forma de cayado (como los Negreaella), rodeado por unos conductores gruesos, basalmente fusionados y apicalmente unidos por una

71

membrana, los extremos apicales de los conductores presentan una proyección libre ventral, algo aguzada y con bordes provistos de pequeños lóbulos (Fig. 2.5 F,

L). El truncus en los caribiántidos típicos (Caribbiantes, Galibrotus y géneros afines, excepto Negreaella), ventralmente puede presentar un proceso apical en forma de gancho o más bajo y de cima redondeada (Fig. 2.5 D, H) y dos pares de sedas apicales foliares, el par de sedas más apical siempre es más pequeño y bifurcado; dos o tres pares de sedas vetrolaterales foliares acuminadas mucho más largas que las apicales, dispuestas de forma oblicua y que guardan simetría

(Fig. 2.5 C, D, H-J). Los Negreaella presentan un proceso apical compuesto por tres montículos redondeados, el medial de mayor tamaño y con dos pares de sedas apicales, los dos laterales con una seda cada uno (Fig. 2.5 E, M). El resto de las sedas son ventrolaterales y se disponen irregularmente (Fig. 2.5 E, M). En total los Negreaella pueden presentar de 9–10, 12 sedas ventrales cortas y cónicas (Fig. 2.5 M). Los caribbiántidos típicos, presentan un stragulum que muestra una abertura ancha y bordes distales engrosados, así como numerosas arrugas en el área donde articula con el truncus (Fig. 2.5 G, H). Los Negreaella presentan un stragulum completamente hendido (formando dos piezas) que articulan con el truncus como una navaja y que se sitúan apicalmente a manera de

“tapa”, cubriendo la cápsula interna (sin evertir) y abriendo completamente cuando evierte (Fig. 2.5 F, K-M). En ambas formas de cápsula interna cuando el stragulum evierte, expone su extensión ventral en forma de un follis, espinoso (Fig. 2.5 D, F,

L)

72

73

Figura 2.5. Morfología genital masculina de Caribbiantinae (status revalidado).

A., G-I. Caribbiantes cubanus, (CZACC 3.4371); J. Caribbiantes iberia sp. nov.

(CZACC 3.4380); K-M. Negreaella rioindiocubanicola (CZACC 3.4376). A. B.

Vistas ventral y lateral total del pene; C-M: parte distal del pene: C., E. Vistas ventrales; D., F. vistas laterales expandida; G. Vista dorsal (SEM); H. Vista lateral

(SEM), I. Vista ventral (SEM); J. Vista lateroapical expandida (SEM); K-M.

Fotografías al microscopio óptico: K. Vista dorsal; L. Vista lateral, M. Vista ventral.

2.4.2. Filogenia

2.4.2.1. Hipótesis filogenética obtenida.

En ambos análisis (IB y MV) se recuperó con un soporte fuerte (PP=0.95, BS=87) un clado monofilético que incluye todas las especies de las Antillas pertenecientes a la familia Biantidae y que excluye la especie Stenostygnus pusio, del Norte de América del Sur (Figs. 2.6; 2.7). En ambas topologías este taxón se ubicó como el grupo hermano de los biantineos, aunque esta relación alcanzó un soporte débil en los dos análisis (PP=0.50, BS=58). Por otra parte, en los dos análisis se obtuvo un clado monofilético con un soporte fuerte (PP=0.99, BS=100), que corresponde al género

Negreaella, endémico del oriente de Cuba, que se separa del resto de los biántidos antillanos. El género Bidoma, representado por la especie B. indivisa, de Haití, se agrupó en el análisis de MV junto a las especies de Negreaella, constituyendo grupos hermanos, aunque esta relación presentó un soporte débil (BS=39). En el análisis de IB

Bidoma indivisa quedó como el grupo hermano del resto de los biántidos antillanos, aunque también con un soporte débil (0.62). En el análisis utilizando IB se obtuvo un

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clado, aunque con bajo soporte PP= 0.80 que agrupa a todos los biántidos del archipiélago cubano pertenecientes al resto de los géneros (excepto Negreaella) como grupo hermano de las especies del género Heterolacurbs, de las Islas Vírgenes y

Puerto Rico, alcanzando este género un soporte fuerte (PP=0.98). En cambio, con el análisis de MV se obtuvo un grupo de biántidos que contiene de forma mezclada todas las especies provenientes de las diferentes islas. En el análisis de IB dentro de este grupo de taxones cubanos se recuperaron todos los géneros como monofiléticos, pero solo Manahunca y Caribbiantes alcanzaron un soporte fuerte (PP=0.96, PP=0.98) respectivamente. Con MV también Caribbiantes, Manahunca y Heterolacurbs obtuvieron valores fuertes de soporte (BS=98, BS=92 y BS=70) respectivamente. Los dos análisis obtuvieron un clado débilmente soportado PP=0.78, BS=66, donde

Galibrotus carlotanus aparece como hermano de las especies de Caribbiantes. En el análisis de IB Decuella aparece como hermano del clado conformado por las especies de Galibrotus + Caribbiantes, aunque está relación quedó débilmente soportada

PP=0.34. Decuella cubaorientalis en el análisis de MV se muestra como el taxón más basal y grupo hermano del clado conformado por los biántidos cubanos “típicos caribbiántidos” (excepto Negreaella) y los Heterolacurbs, aunque con muy débil soporte

BS=59. En ambos análisis las relaciones entre los géneros y dentro de ellos no pudieron ser resueltas bajo esta combinación de caracteres morfológicos, pues todas las relaciones alcanzaron valores de soporte débiles por debajo de 0.95 y 70. Solo quedó fuertemente soportada por ambos análisis la relación de taxones hermanos dentro del género Caribbiantes de las especies C. cubanus y C. evectus sp. nov.

(PP=0.95, BS=98).

75

También por ambos métodos se recuperó como un clado monofilético, los representantes de la subfamilia Biantinae (Biantes lecithodes y Metabiantes leighi.), respaldado por un soporte fuerte en ambos casos (PP=0.98, BS=99). Asimismo los biantíneos junto al taxón Stenostygnus pusio constituyeron el grupo hermano del clado conformado por los biántidos antillanos, con buen soporte en el análisis de MV

(BS=71), pero débil en la IB (PP=0.80).

76

Figura 2.6. Árbol filogenético resultante del análisis con Inferencia Bayesiana (IB), empleando caracteres morfológicos. Números sobre los nodos representan los valores de probabilidad posterior (PP). Valores de PP ≥

0.95 son considerados fuertes, por debajo de este valor son considerados débiles (Hillis y Bull, 1993).

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Figura 2.7. Árbol resultante del análisis filogenético de Máxima Verosimilitud (MV), empleando caracteres morfológicos. Números sobre los nodos indican los valores de Bootstrap (BS). Valores de BS ≥ 70 son considerados fuertes, por debajo de este valor son considerados débiles (Hillis y Bull, 1993).

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2.4.3. Tratamiento taxonómico de Biantidae: Caribbiantinae

Familia Biantidae Thorell, 1889

Subfamilia Caribbiantinae Šilhavý, 1973 (status revalidado) (género tipo

Caribbiantes, Šilhavý, 1973, por designación original)

Gonyleptidae Stenostygninae Roewer, 1913: 162; 1923: 459; Mello-Leitão, 1923: 133; 1926: 23;

Roewer, 1929: 181; Mello-Leitão, 1930: 211; Kästner, 1937: 389; Roewer, 1943: 14, 37.

Gonyleptidae Stenostygninas: Mello-Leitão, 1932: 418.

Stygnidae Stenostygninae: Mello-Leitão, 1949: 32.

Biantidae Stenostygninae: Pinto-da-Rocha, 1995: 194. (Sinonimia establecia por Pinto-da-Rocha,

1995)

Biantidae Caribbiantinae Šilhavý, 1973: 133; Avram, 1977: 123.

Diagnosis enmendada: Escudo dorsal casi rectangular; cuatro áreas mesotergales bien diferenciadas; sin tubérculo ocular común, sino dos montículos independientes sobre los cuales está cada ojo, que se sitúan en el carapacho hacia los laterales y cerca del surco I; pedipalpos largos y delgados, dorsalmente inermes, ventralmente con fuertes tubérculos setíferos concentrados en tibia y tarso, patela engrosada en 1/3 distal y en forma de clava con o sin fuerte tubérculo setífero mesodistal; quelíceros con bulla marcada e hipertelia en algunos machos; metatarso III en los machos con engrosamiento en la región del calcaneus en forma de huso, que ventralmente porta una estructura glandular que exhiben sedas conspicuas y poros secretores; patas III y IV con escópulas y uñas tarsales doble y perpendiculares al eje transverso de la pata; primer distitarso con tres tarsómeros y segundo distitarso con cuatro tarsómeros; primera coxa, 79

ventralmente con hilera de tubérculos o gránulos. Pene con truncus delgado y largo o algo más grueso y corto. Pars distalis con extremo apical redondeado o triangular. Dos tipos de cápsula interna, una compuesta por un estilo apicalmente aguzado y lateroapicalmente aplanado en forma de lanza, flanqueado por dos conductores finos basalmente fusionados y apicalmente ensanchados con extremos laminares libres en forma de lóbulos o truncos que se proyectan ventralmente. Otro tipo de cápsula interna compuesta por un estilo lateralmente aplanado y en forma de cayado, rodeado por unos conductores gruesos, basalmente fusionados y apicalmente unidos por una membrana, extremos apicales de los conductores con una proyección libre ventral, algo aguzada y con bordes provistos de pequeños lóbulos. Truncus ventralmente con 2 o 3 pares de sedas apicales y 2 o 3 pares de sedas ventrolaterales. Las sedas pueden ser foliares-acuminadas que se disponen regularmente o cónicas y pequeñas dispuestas irregularmente. Stragulum que muestra una abertura ancha y rebordes distales engrosados o completamente hendido (formando dos piezas dispuestas a manera de “tapa”) que articula con el truncus como una navaja.

Comentarios: Šilhavý (1973a) erigió la subfamilia Caribbiantinae para agrupar las especies de Biantidae de las Antillas. Pinto-da-Rocha (1995) sinonimizó

Caribbiantinae con Stenostygninae, al relacionar a Stenostygnus pusio con las especies antillanas. El nombre Stenostyninae tenía prioridad sobre el establecido por Šilhavý. Según los resultados del estudio filogenético realizado en el presente trabajo basado en caracteres morfológicos se decide restaurar el estatus de

Caribbiantinae, pues a través de dos métodos de inferencia filogenética el taxón S.

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pusio no se agrupa con los biántidos de las Antillas, soportando el concepto original de subfamilia de Šilhavý. Stenostygninae queda relegada, por el momento, a ser una subfamilia monotípica, aunque nuevas especies de Stenostygnus del norte de América del Sur ya han sido detectadas y están en vías de descripción

(A. Pérez-González, comunicación personal).

Género Caribbiantes Šilhavý, 1973

Caribbiantes Šilhavý 1973a: 135 (especie tipo Caribbiantes cubanus Šilhavý, 1973, por designación original)

Diagnosis enmendada. Escudo dorsal casi rectangular. Área mesotergal III y IV con par de fuertes apófisis espiniformes. Terguito libre III con par de fuertes apófisis espiniformes o par de tubérculos. Pedipalpos con tubérculos setíferos mesales de la tibia ubicados equidistantes uno del otro. Patas lisas, cubiertas solo de finos dentículos setíferos. Machos con engrosamiento del metatarso III situado principalmente entre la tercera y cuarta porción desde el extremo proximal del segmento. Engrosamiento del metatarso III con surco profundo y estrecho (como un ojal), que exhibe algunas sedas conspicuas. Sedas basalmente estriadas y torcidas, distalmente ensanchadas en forma de un pincel. Sedas longitudinalmente distribuidas en dos hileras alternas. Conteo tarsal pata I 6–7, pata II 10–15, pata III y IV 7–8. Pene con truncus delgado. Engrosamiento de pars distalis gradual a partir de la mitad apical. Cápsula interna compuesta por un estilo apicalmente aguzado y lateroapicalmente aplanado en forma de lanza (de hoja estrecha) que se aguza gradualmente hacia el extremo apical, flanqueado por dos conductores

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basalmente fusionados. Conductores finos, apicalmente ensanchados y extremos laminares en forma de lóbulos o truncos, proyectados ventralmente. Estilo ligeramente de mayor tamaño que los conductores. Truncus ventralmente con proceso apical en forma de gancho bajo de base ancha o con cima redondeada y dos pares de sedas apicales. El par de sedas más apical pequeño y bifurcado y el subapical algo más largo. Tres pares de sedas vetrolaterales mucho más largas que las apicales.

Especies incluidas. Caribbiantes cubanus Šilhavý, 1973 (especie tipo);

Caribbiantes iberia sp. nov.; Caribbiantes evectus sp. nov.

Distribución. Centro-Oriente Cuba.

Comentarios Caribbiantes está estrechamente relacionado con Manahunca y

Galibrotus, pero se diferencia de estos por la armadura de las áreas meosotergales y terguitos libres. Además, por la morfología de la genitalia masculina, fundamentalmente en la cápsula interna que está compueta por un par de conductores fusionados en la base y con extremos apiales libres, laminares ensanchados y un estilo laceolado (de hoja estrecha) que se aguza gradualmente hacia el extremo apical.

Caribbiantes cubanus Šilhavý, 1973

(Figs. 2.8–2.10, 2.44 B, tablas 2.2–2.3)

Caribbiantes cubanus Šilhavý, 1973a: 135, figs 51–58.

82

Tipos: Macho holotipo (MCZ 14702), una hembra paratipo (MCZ 38833), una hembra y dos machos paratipos. (Examinados en parte; ver comentarios). Cuba,

Mina Carlota, Trinidad, 10–15-VII-19??, Parsons coll.

Otro material examinado: Dos machos y una hembra (CZACC 3.3379; 3.3380),

Jardín Botánico Soledad (actualmente Pepito Tey), Cienfuegos (22º 08’ 00’’ N; -

80º 20’ 00’’ O;), 6 Mayo 2008, René Barba leg., bajo piedra, cerca del bosque del

Rocayal; un macho y una hembra (CZACC 3.3381; 3.3382), Finca Maisinicú,

Trinidad, Sancti Spiritus; (-80º 00’ 46.5’’ O; 21º 48’ 27.9’’ N), 22-X-1985, L. F.

Armas leg., bajo piedra (nuevo registro); un macho (CZACC 3.4371), Finca

Maisinicú, Trinidad, Sancti Spiritus (-80º 00’ 46.5’’ O; 21º 48’ 27.9’’ N), 3-X-2001,

A. Lozada y A. Ávila Legs.; una hembra (CZACC 3.3383), Loma del Heliografo,

Arroyo Blanco, Jatibónico, Sancti Spiritus (-79º 05’ 06’’O; 22º 00’ 56’’ N), 80 msnm,

25-II-2008, L. F. Armas Leg., bajo piedra (nuevo registro); un macho, Cueva del

Guano, Punta Judas, Yaguajay, Sancti Spíritus (22º 23’ 25’’ N; -79º 59’ 15’’ O), 23

Enero de 1986, L. F. de Armas Leg. (nuevo registro); un macho, Javira, Topes de

Collantes, Sancti Spíritus (21º 51’ 51,3’’ N; -80º 00’ 51.8’’ O), 27-IX-2001, R. Barba

Leg, bajo corteza (nuevo registro); un macho, Cueva del Neocnus, Rosa de

Cancio, Cabaigüán, Sancti Spiritus (coordenadas), 31-III-2007, J. M. Ramos Leg., bajo piedra (nuevo registro); un macho, Río Caballero, Topes de Collantes,

Sancti Spiritus (21º 52’ 31.6’’ N; -79º 59’ 20.9’’ O), 7-V-2002, I. Martínez, hojarasca

(nuevo registro), dos hembras, tres machos, un juvenil, Manacal, Trinidad, Sancti

Sipiritus (21º 54’ 00’’ N; -79º 44’ 00’’ O), Sancti Spiritus, X-1985, L. F. de Armas

Leg., bajo piedra (nuevo registro); dos hembras, un macho, Cuabales de

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Cubanacán, Villa Clara (22º 23’ 00’’ N; -79º 55’ 00’’ O), 1-IV-2006, T. M.

Rodríguez, bajo piedra (nuevo registro); tres hembras, Universidad Central de

Villa Clara, Jardín Botánico, Villa Clara (22º 26’ 05’’ N; -79º 54’ 28’’ O), 15-IV-2006,

T. M. Rodríguez, bajo piedra (nuevo registro); 10 hembras, tres machos, Monte

Corralillo, Villa Clara (22º 59’ 00’’; -80º 35’ 15’’), 16-VII-2000, L. M. Díaz Leg., en el interior de una palma en descomposición (nuevo registro).

Diagnosis enmendada. Caribbiantes cubanus se distingue claramente del resto de las especies del género por su pequeño tamaño. Area III, IV y terguito libre III con par de apófisis espiniformes aguzadas casi del mismo tamaño. Metatarso III de los machos con engrosamiento en la región del calcaneus que se sitúa entre la tercera y cuarta porción del segmento desde la posición proximal. En el surco ventral del engrosamiento muestra 10–15 sedas. Fórmula tarsal: 7: 10–12: 7: 7.

También se reconoce por la morfología del pene, cápsula interna compuesta por un estilo lateroapicalmente ancho y aplanado, con un extremo puntiagudo (en vista lateral), pero lados paralelos que se estrechan solo en la porción más apical del mismo, y dos conductores basalmente fusionados, con extremos apicales libres ensanchados y laminares, en forma de “champiñón laminado”, que se proyectan ventralmente.

Redescripción del macho holotipo (MCZ 14702). Medidas del escudo dorsal: LC

0.76, AC 1.48, LED 1.84, AED 1.68. Apéndices medidas en tabla 2.3.

Dorso: Escudo dorsal casi rectangular, en vista lateral muy elevado en la región de las áreas mesotergales. Margen anterior del escudo dorsal con escotaduras quelicerales poco profundas y una hilera de 4–5 pequeños dientes a cada lado,

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muy cercanos entre sí como una palizada, ubicados sobre un reborde. Carapacho finamente granulado, con gránulos visibles en la región medial y delante de cada ojo. Tubérculos oculares cerca del surco I, que se proyectan de forma lateral y cubiertos densamente con gránulos. Márgenes laterales del escudo dorsal con dos hileras de tubérculos, la más lateral con tubérculos de mayor tamaño, que aumentan de tamaño hacia el borde distal del margen. Cuatro áreas mesotergales bien definidas y fuertemente granuladas. Área I dividida en dos mitades, izquierda y derecha, por un surco medio ancho y profundo, pero longitudinalmente muy corto, que constriñe el área medialmente. Cada mitad posee un tubérculo lateral pequeño. Áreas III–IV con un par de fuertes apófisis espiniformes, las del Área IV son ligeramente menores, observable en vista lateral. Margen posterior con dos hileras de tubérculos. Terguitos libres I–II con hilera de tubérculos. Terguito libre III con un par de fuertes apófisis espiniformes divergentes del mismo tamaño que las del Área III. Opérculo anal granulado.

Vientre: Coxas cubiertas por pequeños gránulos con sedas. Coxa I con una fila anterior de pequeños tubérculos setíferos. Coxas III–IV con una fila anterior de pequeños tubérculos que parecen formar pequeños puentes con la parte posterior de la coxa precedente. Esternitos libres con una hilera de pequeños gránulos.

Opérculo genital corto y estrecho

Quelíceros: Basiquelicerito con bulla robusta. Mano grandemente desarrollada

(hipertelia), con escasos gránulos setíferos, sedas más largas hacia la porción distal de la mano. Dedo fijo distalmente con 7 dientes, dedo móvil con un diente

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basal, robusto y romo, seguido por un espacio y distalmente 8 dientes. Dedos quelícerales curvos, basalmente con una amplia apertura cuando cierran.

Pedipalpos: Coxa dorsalmente con un tubérculo bicúspide mesoproximal y un tubérculo ectoproximal. Ventralmente, con un grupo de 4 gránulos proximales y ectalmente un tubérculo distal. Trocánter dorsalmente con un tubérculo distal muy pequeño. Ventralmente, con un tubérculo setífero distal y otro proximal de mayor tamaño. Fémur, dorsalmente con 8 tubérculos setíferos muy pequeños y ventralmente con 7 tubérculos setíferos pequeños, siendo de menor tamaño los más distales. Patela engrosada distalmente en la tercera porción, dorsalmente con un gránulo. Ventralmente, con 1 fuerte tubérculo setífero mesodistal. Tibia y tarso dorsalmente granulados. Ambos segmentos ventralmente armados con fuertes tubérculos setíferos como sigue: tibia ectal IIIi (1<2<3)>4), tibia mesal IIII

(1<2=3=4); tarsus ectal IiIi (1=3>2=4), tarsus mesal iIIi (1<2=3>4). El tubérculo setífero ectodistal de la tibia se encuentra situado muy cerca del precedente, dando el aspecto de estar ambos unidos en su base. Los tubérculos setíferos mesales se encuentran ubicados equidistantes entre ellos. Tarso que termina en una poderosa uña tarsal que posee casi la misma longitud del segmento.

Patas: Casi lisas, solo cubiertas por finos dentículos setíferos. Coxa IV dorsolateralmente con pequeños tubérculos aguzados. Patela IV con una pequeña prolongación media dorsodistalmente. Uñas tarsales lisas, dobles y perpendiculares al eje de las patas. Distitarsos III y IV con escópula. Fórmula tarsal: 7(3): 12, 13 (4): 7: 7.

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Metatarso III (basado en machos CZACC 3.4372, microscopio óptico; CZACC

3.4371, SEM): metatarso con un engrosamiento en la región del calcaneus, ubicado entre la tercera y cuarta porción desde la parte proximal del metatarso, que le confiere forma de huso, (Figs. 2.4 D, 2.9 A). Superficie ventral de la región engrosada con surco profundo y estrecho, en forma de ojal y que exhibe 15 sedas distalmente engrosadas en forma de pinceles u hojas lanceoladas (Fig 2.9 A, C).

Tallo de las sedas basalmente estriados y torcidos, (Fig. 2.9 D). Sedas longitudinalmente dispuestas en dos hileras paralelas y alternas (Fig. 2.9 B).

Numerosos poros (aberturas glandulares) dispuestos regularmente alrededor de la base de las sedas (Fig. 2.9 C). Tegumento adyacente a las sedas arrugado y con surcos superficiales entre los poros y sedas (Fig. 2.9 D).

Pene (Figs. 2.10 A–I): (basado en machos CZACC 3.4371 (SEM); CZACC 3.4372 microscopio óptico). Truncus que engrosa gradualmente a partir de la mitad apical

(Fig. 2.10 C, D). Glande con un gran stragulum que articula dorsodistalmente con el tronco como una navaja. Stragulum apicalmente ancho en vista dorsal y que muestra una abertura estrecha y poco profunda, así como numerosas arrugas en el área donde articula con el truncus (Fig. 2.10 A, B, D). Cuando evierte, el stragulum expone su extensión ventral en forma de un follis, espinoso y la cápsula interna (Fig. 2.10 F). Cápsula interna con un estilo lateroapicalmente aplanado y ancho, lados paralelos pero extremo puntiagudo (forma lanceolada) y dos conductores fusionados en la base (Fig. 2.10 F). Porción apical de los conductores ensanchada en forma de lóbulo laminar dilatado y libre, ventralmente proyectada, forma de “champiñón laminado” (Fig. 2.10 F). Estilo que excede discretamente la

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altura de los conductores (Fig. 2.10 B, F). Truncus ventralmente con proceso apical en forma de gancho bajo, con 2 pares de sedas apicales y tres pares de sedas ventrolaterales (Fig. 2.10 E). El par más apical de sedas es diminuto y bifurcado, el par subapical de sedas algo más largo y también bifurcado (Fig. 2.10

F, G, I). Las sedas ventrolaterales son mucho más largas, foliares acuminadas y dispuestas en dos hileras oblicuas (Fig. E, I).

Coloración (en etanol): Prosoma amarillo-rojizo con la porción distal y lateral reticuladas en marrón. Margen anterior del prosoma con una marca marrón que delinea por debajo a las escotaduras quelícerales. Márgenes laterales con marcas irregulares marrón. Áreas mesotergales marrón y apófisis espiniformes del Área

III–IV con extremos más claros. Surcos de las áreas mesotergales y zona que las rodea, marrón más claro. Márgen posterior y terguitos libres marrones con algunas manchas redondas más claras e hileras de tubérculos con extremos amarillos, terguito libre III con par de apófisis espiniformes marrón y extremos amarillos.

Mano del quelícero amarilla y dedos amarillos-rojizos. Pedipalpos amarillos- blancuzcos, porción distal del fémur y proximal de la patela marrón con marcas reticuladas. Patas de forma general marrón, con bandas formadas por manchas moteadas en amarillo. Vientre amarillo-rojizo. Esternitos libres marrones.

Hembra (MCZ 38833) (examinada): Similar al macho. Áreas mesotergales menos granuladas. Abertura entre los dedos quelícerales ausente. Patas: metatarso III sin calcaneus engrosado o estructura glandular como en los machos. Patas III–IV con fémur, patela y tibia ligeramente más delgados que en los machos. Patrón de

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coloración como en los machos, pero de un color más pálido. Fórmula tarsal: 7(3):

11/12(4): 7: 7. Medidas del cuerpo y de los apéndices en tablas 2.2–2.3.

Variabilidad: Machos (n=4); hembras (n=4). Medidas en tablas 1–2. Quelíceros robustos en 3 machos (incluyendo el holotipo) y un macho con quelíceros no robustos, similares a los de las hembras. Dedos de los quelíceros con alguna variabilidad en la dentición; dedo fijo puede presentar de 6–7 dientes distales, dedo móvil presenta en ocasiones el tubérculo basal robusto y romo (ausente en hembras); medialmente el margen curvo en forma de domo aserrado puede también estar ausente en hembras y en machos no hipertélicos. Los dientes distales pueden variar en número de 6–8. La apertura basal entre ambos dedos puede estar ausente, como en hembras y en los machos no hipertélicos. El número de sedas en el surco ventral del engrosamiento del metatarso III de los machos puede variar desde 10–15. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos en la pata II: 7: 10-13: 7: 7.

Distribución: Conocida solo de Cienfuegos, Sancti Spíritus y Villa Clara (Fig. 2.44

B).

Historia Natural: Los ejemplares fueron colectados bajo piedras principalmente.

Los individuos de Caribbiantes cubanus comparten hábitat con Piratrinus calcaratus (Agoristenidae) y Galibrotus carlotanus (Biantidae) en algunas localidades de Topes de Collantes. Se han recolectado en vegetación secundaria, bosques siempreverdes y pluviales, en el interior de cuevas, así como en vegetación tipo mogote y matorrales xeromorfos (cuabales).

89

Comentarios: El ejemplar holotipo depositado en el MCZ, al igual que otros especímenes de la colección de Šilhavý, se encuentra con algún deterioro. Por esta razón, se prefirió realizar el montaje de la genitalia masculina de ejemplares frescos procedentes de la localidad tipo para realizar la descripción de las estructuras presentes en ellas, al igual que el metatarso III del macho. Las estructuras tanto del pene como del metatarso III se deforman a causa de un mal estado de conservación y dificulta la comprensión o inclusive puede ocasionar malas interpretaciones de las mismas.

Tabla 2.2. Medidas (en mm) del escudo dorsal y pedipalpos de Caribbiantes cubanus.

Macho (Holotipo) Hembra Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra

MCZ IZ 14702 MCZ IZ CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

38833 3.3379 3.3380 3.3381 3.3379 3.3382 3.3383

Escudo dorsal

LED 1.84 1.80 1.44 1.44 1.92 1.52 1.80 1.88

AED 1.68 1.60 1.52 1.52 1.76 1.44 1.60 1.72

LC 0.76 0.72 0.68 0.64 0.76 0.60 0.72 0.76

AC 1.48 1.36 1.32 1.28 1.48 1.24 1.36 1.36

Pedipalpo

Tr 0.28 0.28 0.3 0.25 0.27 0.25 0.25 0.27

Fe 1.60 1.16 1.25 1.02 1.25 1.12 1.22 1.25

90

Pa 0.68 0.64 1.0 0.62 0.60 0.55 0.62 0.62

Ti 0.68 0.64 1.0 0.57 0.62 0.50 0.57 0.55

Ta 0.56 0.56 0.88 0.52 0.50 0.50 0.55 0.50

Total 3.80 3.28 4.4 2.98 3.27 2.92 3.21 3.19

Tabla 2.3. Medidas (en mm) de las patas de Caribbiantes cubanus.

Macho Hembra Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra

(Holotipo) MCZ IZ CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

MCZ IZ 14702 38833 3.3379 3.3380 3.3381 3.3379 3.3382 3.3383 Tr 0.24 0.24 0.23 0.23 0.23 0.23 0.23 0.27

Fe 1.20 1.08 1.12 1.08 1.13 1.04 1.13 1.13

Pa 0.36 0.36 0.36 0.41 0.41 0.32 0.41 0.41 I Ti 1.00 0.92 0.95 0.86 0.95 0.90 0.90 0.95

Mt 1.52 1.32 1.35 1.31 1.35 1.31 1.31 1.35

Ta 0.96 0.88 0.8 0.86 0.81 0.81 0.77 0.9

Total 5.28 4.56 4.81 4.75 4.88 4.61 4.75 5.01

Tr 0.32 0.28 0.36 0.32 0.36 0.32 0.32 0.32

Fe 2.88 2.50 2.75 2.57 2.7 2.7 2.61 2.70

Pa 0.56 0.44 0.50 0.45 0.45 0.45 0.50 0.59 II Ti 2.28 1.88 2.21 2.03 2.12 2.07 2.03 2.12

Mt 3.04 3.64 2.93 2.66 2.7 2.66 2.52 2.61

Ta 1.96 1.60 1.76 1.80 1.80 1.67 1.67 1.76

Total 11.04 10.34 10.51 9.83 10.13 9.87 9.65 10.10

Tr 0.40 0.40 0.36 0.32 0.36 0.41 0.32 0.41 III Fe 2.00 1.80 1.80 1.80 1.80 1.80 1.76 1.94

91

Pa 0.56 0.56 0.50 0.54 0.54 0.45 0.59 0.59

Ti 1.28 1.16 1.22 1.22 1.22 1.13 1.22 1.31

Mt 2.32 2.00 2.16 2.12 2.03 2.07 1.94 2.12

Ta 1.06 0.92 0.86 0.95 0.86. 0.9 0.86 0.90

Total 7.62 6.84 6.90 6.95 6.81 6.76 6.69 7.27

Tr 0.44 0.40 0.41 0.41 0.41 0.45 0.36 0.45

Fe 2.96 2.80 2.79 2.70 2.66 2.88 2.70 2.97

Pa 0.64 0.60 0.59 0.59 0.63 0.54 0.59 0.63 IV Ti 1.80 1.68 1.80 1.71 1.76 1.67 1.67 1.85

Mt 3.36 2.88 3.20 3.02 2.93 3.11 2.84 3.15

Ta 1.20 1.12 1.13 1.08 1.04 1.04 1.08 1.13

Total 10.40 9.48 9.92 9.51 9.43 9.69 9.24 10.18

92

93

Figura 2.8. Caribbiantes cubanus, macho (CZACC 3.3379): A. Habitus, vista dorsal; B. Habitus, vista dorsal (Tomado de Šilhavý, 1973); C. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm.

Figura 2.9. Estructura glandular del metatarso III del macho en Caribbiantes cubanus. A–D. macho (CZACC 3.4371), microfotografías electrónicas de barrido:

A. vista general del metatarso III, zona resaltada mostrando forma del surco (forma de ojal); B. ampliación de la zona resaltada en A, mostrando la profundidad del surco; C. Ampliación del surco ventral, flecha blanca señalando una seda (en forma de pincel largo, basalmente estriada y torcida), cabezas de flechas blancas mostrando aberturas glandulares (poros) dispuestas irregularmente alrededor de las sedas; D. tegumento del surco ventral.

94

Figura 2.10. Caribbiantes cubanus, macho CZACC 3.4371 (SEM), macho CZACC

3.3379 dibujos de líneas), parte distal del pene: A. Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida; C. Vistas ventral y lateral total del pene; D. Vista Dorsal (SEM); E.

Vista lateral; F. Vista lateral expandida; G. Vista lateral (SEM); H. Vista ventral; I

Vista ventral (SEM). Escala = 0.1 mm. Abreviaturas: Abe = Abertura, Est= Estilo,

Co= conductor, Fo= Follis, Reb= reborde, Str= stragulum, SA= sedas apicales,

SV= sedas ventrales.

95

Caribbiantes evectus sp. nov.

(Figs. 2.11– 2.13, 2.44 A, tablas 2.4–2.5)

Tipos: Cuba: macho holotipo (CZACC 3.3384) Cueva la Victoria, Los Tornos,

Cumanayagua, Cienfuegos (21º 57’ 05’’ N; -80º 09’ 08’’ O), 806 m s.n.m., 16-17-

VIII-2007, J. M. Ramos Leg., zona oscura. Paratipos: una hembra (CZACC

3.3385), Parque Natural Codina, Topes de Collantes, Sancti Spiritus (21º 54’ 07’’; -

80º 02’ 26’’), 1-X-2001, René Barba, bajo piedra, pegado al farallón; un macho

(CZACC 3.3386), Cueva del Cotunto, Manantiales, Cumanayagua, Cienfuegos

(21º 58’ 50’ N’; -80º 01’ 08.2’’ O), 868 m s.n.m., 15-VIII-2007, J. M. Ramos Leg., zona oscura; una hembra (CZACC3.3387), Cueva del Vencejo, Aguacate,

Cumanayagua, Cienfuegos (21º 54’ 51.8’’ N; -80º 06’ 30.2’’ O), 850 m s.n.m., VIII-

1980, Rafael Alayo y Luis R. Hernández Leg.; un macho y una hembra CZACC

3.3389; 3.3390), Dolina de Cueva del Pirata, Caguanes, Sancti Spiritus (22º 23’

16’’ N; -79º 07’ 29’’), 22-I-1986, Luis F. Armas y A. A. Socarrás, bajo piedra; un mancho (CZACC 3.3388), La Chispa, Topes de Collantes, Sancti Spiritus, Cuba

(21° 56’ 00’’ N; -80° 02’ 00’’ O).

Etimología. El nombre específico es un sustantivo en aposición, que alude a la forma roma de las espinas en las áreas mesotergales.

Diagnosis. Caribbiantes evectus sp. nov. es similar a C. cubanus, pero difiere de

éste por el mayor tamaño del cuerpo y largo de sus patas, la armadura de las

áreas mesotergales, margen posterior y terguitos libres que presentan tubérculos y gránulos con una apariencia roma. Área III y IV y terguito libre III con par de fuertes apófisis espiniformes romas en su extremo, a diferencia de C. cubanus que

96

Caribbiantes evectus sp. nov.

(Figs. 2.11– 2.13, 2.44 A, tablas 2.4–2.5)

Tipos: Cuba: macho holotipo (CZACC 3.3384) Cueva la Victoria, Los Tornos,

Cumanayagua, Cienfuegos (21º 57’ 05’’ N; -80º 09’ 08’’ O), 806 m s.n.m., 16-17-

VIII-2007, J. M. Ramos Leg., zona oscura. Paratipos: una hembra (CZACC

3.3385), Parque Natural Codina, Topes de Collantes, Sancti Spiritus (21º 54’ 07’’; -

80º 02’ 26’’), 1-X-2001, René Barba, bajo piedra, pegado al farallón; un macho

(CZACC 3.3386), Cueva del Cotunto, Manantiales, Cumanayagua, Cienfuegos

(21º 58’ 50’ N’; -80º 01’ 08.2’’ O), 868 m s.n.m., 15-VIII-2007, J. M. Ramos Leg., zona oscura; una hembra (CZACC3.3387), Cueva del Vencejo, Aguacate,

Cumanayagua, Cienfuegos (21º 54’ 51.8’’ N; -80º 06’ 30.2’’ O), 850 m s.n.m., VIII-

1980, Rafael Alayo y Luis R. Hernández Leg.; un macho y una hembra CZACC

3.3389; 3.3390), Dolina de Cueva del Pirata, Caguanes, Sancti Spiritus (22º 23’

16’’ N; -79º 07’ 29’’), 22-I-1986, Luis F. Armas y A. A. Socarrás, bajo piedra; un mancho (CZACC 3.3388), La Chispa, Topes de Collantes, Sancti Spiritus, Cuba

(21° 56’ 00’’ N; -80° 02’ 00’’ O).

Etimología. El nombre específico es un sustantivo en aposición, que alude a la forma roma de las espinas en las áreas mesotergales.

Diagnosis. Caribbiantes evectus sp. nov. es similar a C. cubanus, pero difiere de

éste por el mayor tamaño del cuerpo y largo de sus patas, la armadura de las

áreas mesotergales, margen posterior y terguitos libres que presentan tubérculos y gránulos con una apariencia roma. Área III y IV y terguito libre III con par de fuertes apófisis espiniformes romas en su extremo, a diferencia de C. cubanus que

97

las posee muy aguzadas. Patas lisas con pequeños dentículos setíferos. Fórmula tarsal 7(3): 13–14(4): 8: 8. También es claramente distinguible de C. cubanus por la morfología del pene. El stragulum visto en posición dorsal posee una abertura profunda, a diferencia de C. cubanus que es poco profunda. La cápsula interna posee estilo aplanado lateroapicalmente, pero mucho más aguzado en su extremo. Los dos conductores fusionados en la base, exhiben ventroapicalmente extremos laminares, pero truncos en el extremo apical, no dilatados y redondeados como C. cubanus. El truncus posee un proceso apical ventral mucho más redondeado que el de C. cubanus.

Descripción del macho holotipo (CZACC 3.3384): medidas del dorso: LC 0.76,

AC 1.44, LED 1.80, AED 1.64. Medidas de los apéndices en tablas 2.4-2.5.

Dorso (Fig. 2.11 A-D): Escudo dorsal casi rectangular, en vista lateral elevado en la región de las áreas mesotergales (Fig. 2.11 C, D). Margen anterior del escudo dorsal con escotaduras quelicerales poco profundas y una hilera de 6 pequeños dentículos a cada lado, muy cercanos entre sí como una palizada, ubicados sobre un reborde (Fig. 2.11 A, B). Carapacho fuertemente granulado, con gránulos redondeados; tubérculos oculares cerca del surco I, proyectados lateralmente y con gránulos evidentes sobre su superficie (Fig. 2.11 A, B, C). Márgenes laterales del escudo dorsal casi rectos, con dos hileras de tubérculos redondeados, la más lateral con tubérculos de mayor tamaño, que aumentan de grosor hacia el borde distal del margen. Cuatro áreas mesotergales bien definidas y fuertemente granuladas con gránulos redondeados. Área I dividida en dos mitades, izquierda y derecha, por un surco medio ancho y profundo, pero largo, que constriñe

98

medialmente muy poco al área área cubierta de tubérculos redondeados y un par tubérculos laterales en cada mitad (Fig. 2.11 A, B). Áreas III–IV con un par de fuertes apófisis espiniformes romas, las del Área III son ligeramente mayores y se encuentran algo más cercanas entre ellas que las del Área IV (Fig. 2.11 C, D).

Margen posterior con dos hileras de pequeños tubérculos, la inferior mayor de tamaño. Terguitos libres I–II con una hilera de tubérculos. Terguito libre III con un par de fuertes apófisis espiniformes paramediales romas, ligeramente más pequeñas que las del Área III (Fig. 2.11 C, D), entre estas apófisis presenta 2 pequeños tubérculos. Opérculo anal granulado.

Vientre: Coxas cubiertas por gránulos setíferos. Coxa I con una fila anterior de pequeños tubérculos setíferos. Coxas III–IV con una fila anterior de pequeños tubérculos que parecen formar pequeños puentes con la parte posterior de la coxa precedente. Esternitos libres con una hilera de pequeños tubérculos. Opérculo genital largo y estrecho.

Quelíceros: Basiquelicerito con bulla robusta. Mano grandemente desarrollada

(hipertelia), con gránulos setíferos dispersos, sedas más largas hacia la porción distal de la mano. Dedo fijo distalmente con 6 dientes, dedo móvil con 8 dientes distales y un diente basal, romo. Dedos quelícerales curvos, basalmente con una amplia apertura cuando cierran.

Pedipalpos: Coxa dorsalmente con gránulos, ectalmente con un grupo de 4 pequeños tubérculos proximales, mesalmente con dos tubérculos pequeños proximales agrupados. Ventralmente, con un grupo de 3 tubérculos proximales, seguidos de 2 pequeños tubérculos y distalmente con un tubérculo setífero de

99

mayor tamaño que los anteriores. Trocánter ventralmente con un tubérculo setífero proximal y uno distal de menor tamaño. Fémur, dorsalmente con 7 tubérculos setíferos pequeños y separados entre ellos, ventralmente con 4 tubérculos setíferos pequeños, también espaciados entre ellos. Patela engrosada distalmente en su tercera porción, dorsalmente con gránulos y ventralmente, con 1 fuerte tubérculo setífero mesodistal. Tibia y tarso dorsalmente granuladas, gránulos más fuertes en la tibia. Ambos segmentos ventralmente armados con fuertes tubérculos setíferos como sigue: tibia ectal IIIi (1<2=3<4), tibia mesal IIII (1<2<3=4); tarso ectal IiIi (1>3>2=4), tarso mesal IiIi (1=3>2=4). La tibia ventralmente presenta una hilera de 4–5 pequeños tubérculos setíferos mediales. El tubérculo setífero ectodistal se encuentra situado muy cerca del precedente, dando el aspecto de estar ambos unidos en su base. Los tubérculos setíferos mesales están equidistantes entre ellos. Tarso que termina en una poderosa uña tarsal que posee casi la misma longitud del segmento.

Patas: Casi lisas, solo cubiertas por finos dentículos setíferos. Coxa IV dorsolateralmente con gránulos. Metatarso III (Macho CZACC 3.4379) en forma de huso, con engrosamiento en la región del calcáneo. El engrosamiento está ubicado entre la tercera y cuarta porción desde la parte proximal del metatarso

(Fig. 2.4 E). Superficie ventral de la región engrosada con surco profundo (no tan ancho como en Caribbiantes cubanus), en forma de ojal y que exhibe 34 sedas alargadas que poseen una forma de pinceles u hojas lanceoladas (Fig. 2.12 A, B,

D). Tallo de las sedas basalmente estriados y torcidos, (Fig. 2.12 D). Sedas longitudinalmente dispuestas en dos hileras paralelas y alternas (Fig. 2.12 B).

100

Numerosos poros (aberturas glandulares) dispuestos alrededor de la base de las sedas (Fig. 2.12 D). Integumento adyacente a las sedas arrugado y con surcos superficiales entre los poros y sedas (Fig. 2.12 D). Patela IV con una pequeña prolongación media dorsodistalmente. Uñas tarsales lisas, dobles y perpendiculaes al eje de las patas. Distitarsos III y IV con escópula. Fórmula tarsal: 7(3): 13 (4): 8: 8.

Pene (Fig. 2.13 A–J) (macho holotipo CZACC 3.3384; macho CZACC 3.4379

SEM): Truncus engrosado en la mitad apical, éste engrosamiento se alcanza gradualmente (Fig. 2.13 C). Glande con un gran stragulum que articula dorsodistalmente con el tronco como una navaja (Fig. 2.13 A, B, D). Stragulum apicalmente estrecho en vista dorsal y que muestra una abertura profunda, así como numerosas arrugas en el área donde articula con el tronco (Fig. 2.12 A, D,

F); en posición lateral el stragulum es ancho (como en las especies de

Manahunca) (Fig. 2.13 E). Cuando el stragulum evierte, expone su extensión ventral en forma de un follis, espinoso y la cápsula interna (Fig. 2.13 B, F).

Cápsula interna con un estilo lateroapicalmente aplanado y ancho en su base, pero aguzado fuertemente hacia su parte apical (forma lanceolada) y dos conductores fusionados en la base (Fig. 2.13 F). Porción apical de los conductores en forma de lóbulo laminar, trunco en su extremo apical, ventralmente proyectado

(Fig. 2.13 F). Estilo que excede la altura de los conductores (Figs. 2.13 B, F).

Truncus ventralmente con un proceso apical en forma de colina baja (ancha en su base y cima redondeada) y cinco pares de sedas (Fig. 2.13 E-J). Las sedas del par más apical son diminutas y bifurcadas (Fig. 2.13 G, H, J). El par subapical de

101

sedas es algo más largo y desigualmente bifurcado. Las sedas laterales son mucho más largas, foliares acuminadas y dispuestas en dos hileras oblicuas (Fig.

2.13 I, J).

Coloración (en etanol): Carapacho pardo-amarillo con las porciones laterales reticuladas en marrón. Margen anterior del prosoma con una marca marrón claro que delinea por debajo a las escotaduras quelícerales. Márgenes laterales con marcas irregulares marrón, más concentradas hacia el extremo posterior. Áreas mesotergales pardas-amarillas con gránulos de color marrón y apófisis espiniformes del Área III-IV con extremos marrón más oscuro. Márgen posterior y terguitos libres pardos-amarillos con los bordes marrones. Mano del quelícero amarilla y dedos amarillos-rojizos. Pedipalpos amarillos-blancuzcos, porción distal del tarso marrón y uña tarsal marrón oscuro. Patas de forma general marrón claras, con bandas formadas por manchas moteadas en amarillo. Vientre pardo- amarillo. Esternitos libres pardos-amarillos con los bordes marrones.

Hembra (CZACC 3.3385): Similar al macho, pero más grácil. Terguito libre III, presenta entre el par de apófisis espiniformes, cuatro tubérculos pequeños.

Quelícero con mano no engrosada (no hipertelia), sin abertura entre los dedos quelícerales, dedo fijo con 6 dientes distales, y dedo móvil también con 6 dientes distales. Patas: metatarso III sin calcaneus engrosado o estructura glandular como en los machos. Patas III–IV con fémur, patela y tibia ligeramente más delgados que en los machos. Patrón de coloración similar al de los machos. Opérculo genital ancho con respecto al del macho. Fórmula tarsal: 7(3): 12(4): 8: 8. Medidas del cuerpo y de los apéndices en tablas 2.4–2.5.

102

Variabilidad: Machos (n=4); hembras (n=4). Medidas en tablas 1–2. Quelíceros robustos (hipertelia) en 3 machos (incluyendo el holotipo) y 1 macho con quelíceros no robustos, similares a los de las hembras. Dedos de los quelíceros con alguna variabilidad en la dentición; dedo fijo puede presentar de 5–6 dientes distales, dedo móvil presenta en ocasiones el tubérculo basal robusto y romo

(ausente en hembras); el tubérculo en forma de domo aserrado puede también estar ausente en hembras y en machos no hipertélicos y los dientes distales pueden variar en número de 6–8. La apertura basal entre ambos dedos puede estar ausente, como en hembras y en los machos no hipertélicos. El número de sedas en el engrosamiento del metatarso III puede variar desde 31, 34. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos en patas II: 7(3):13–14(4): 8: 8.

Distribución: Centro del país, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Villa Clara (Figura

2.44 B)

Historia natural: La especie habita en cuevas, pero también fuera de ellas. Fue recolectada debajo de piedras. Comparte hábitat con especies de opiliones de la familia Cosmetidae, Samoidae (género Neoscotolemon), Agoristenidae (Piratrinus calcaratus), Kimulidae y Sclerosomatidae. Se registró hasta los 868 m s.n.m.

Tabla 2.4. Medidas (en mm) del escudo dorsal y pedipalpos de C. evectus sp. nov.

Macho Hembra Macho Hembra Macho Macho Hembra

(Holotipo) CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

CZACC 3.3385 3.3386 3.3387 3.3388 3.3389 3.3390

103

3.3384

Escudo dorsal

LED 1.80 1.88 1.68 1.92 1.80 1.80 1.80

AED 1.64 1.68 1.44 1.64 1.64 1.64 1.64

LC 0.76 0.68 0.64 0.64 0.68 0.68 0.64

AC 1.44 1.40 1.28 1.32 1.52 1.40 1.32

Pedipalpo

Tr 0.30 0.34 0.30 0.30 0.34 0.30 0.30

Fe 1.46 1.44 1.26 1.42 1.42 1.20 1.22

Pa 0.74 0.76 0.72 0.78 0.74 0.64 0.62

Ti 0.80 0.74 0.64 0.74 0.70 0.54 0.54

Ta 0.66 0.68 0.62 0.70 0.66 0.52 0.54

Total 3.96 3.96 3.54 3.94 3.86 3.20 3.22

Tabla 2.5. Medidas (en mm) de las patas de Caribbiantes evectus sp. nov.

Macho (Holotipo) Hembra Macho Hembra Macho Macho Hembra

CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

3.3384 3.3385 3.3386 3.3387 3.3388 3.3389 3.3390

I Tr 0.27 0.24 0.24 0.24 0.27 0.21 0.24

Fe 1.41 1.35 1.20 1.32 1.35 1.26 1.11

Pa 0.39 0.42 0.39 0.42 0.42 0.33 0.36

104

Ti 1.17 1.26 1.05 1.26 1.23 1.02 1.05

Mt 1.77 1.65 1.50 1.71 1.68 1.41 1.47

Ta 0.99 1.02 0.99 1.08 1.05 0.90 0.81

Total 6.00 5.94 5.37 6.03 6.00 5.13 5.14

II Tr 0.42 0.42 0.42 0.42 0.42 0.36 0.36

Fe 3.78 3.48 3.36 3.30 3.12 3.48 3.36

Pa 0.60 0.66 0.60 0.60 0.66 0.54 0.60

Ti 3.00 2.82 2.64 2.64 2.70 2.28 2.40

Mt 4.20 3.72 3.36 3.36 3.42 3.06 3.12

Ta 2.82 2.22 2.40 2.40 2.16 1.92 2.10

Total 14.82 13.32 12.78 12.72 12.48 11.64 11.94

III Tr 0.42 0.42 0.42 0.42 0.42 0.42 0.42

Fe 2.70 2.76 2.40 2.52 2.40 2.10 2.40

Pa 0.60 0.66 0.60 0.66 0.60 0.60 0.66

Ti 1.74 1.74 1.50 1.68 1.74 1.32 1.38

Mt 2.76 2.58 2.40 2.58 2.52 2.22 2.52

Ta 1.32 1.32 1.32 1.38 1.38 1.02 1.02

Total 9.54 9.48 8.64 9.24 9.06 7.68 8.40

IV Tr 0.48 0.48 0.48 0.48 0.48 0.48 0.48

Fe 3.96 4.02 3.60 3.66 3.30 3.12 3.54

Pa 0.96 0.78 0.66 0.84 0.78 0.66 0.72

105

Ti 2.52 2.46 2.10 2.46 2.22 1.92 2.16

Mt 4.02 3.96 3.60 3.78 3.60 3.30 3.54

Ta 1.92 1.92 1.62 1.86 1.86 1.26 1.26

Total 13.86 13.62 12.06 13.08 12.24 10.74 11.70

106

Figura 2.11. Caribbiantes evectus sp. nov., macho holotipo (CZACC 3.3384): A-B.

Habitus, vista dorsal; C-D. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm

107

Figura 2.12. Estructura glandular del metatarso III del macho en Caribbiantes evectus sp. nov. A–D. macho (CZACC 3.4379), microfotografías electrónicas de barrido: A. vista general del metatarso III, zona resaltada mostrando forma del surco (forma de ojal); B. ampliación de la zona resaltada en A, mostrando la profundidad del surco; C. Ampliación del surco ventral, flecha blanca señalando una seda (en forma de pincel largo, basalmente estriada y torcida), cabezas de flechas blancas mostrando aberturas glandulares (poros) dispuestas irregularmente alrededor de las sedas; D. tegumento del surco ventral.

108

Figura 2.13. Caribbiantes evectus sp. nov., macho holotipo CZACC 3.3384, dibujos de líneas, macho CZACC 3.4379 (SEM). A. Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida; C. Vista ventral y lateral total del pene; D. Vista dorsal (SEM); E. Vista lateral; F. Vista lateral expandida; G. Vista apical (SEM); H. Vista lateral (SEM); I.

Vista ventral; J. Vista ventral (SEM). Escala = 0.1 mm. Abreviaturas: Abe = 109

Abertura, Est= Estilo, Co= conductor, Fo= Follis, Reb= reborde, Str= stragulum,

SA= sedas apicales, SV= sedas ventrales, SVL= sedas ventrolaterales.

Caribbiantes iberia sp. nov.

(Figs. 2.14–2.16, 2. 44 D, tablas 2.6–2.7)

Tipos: Cuba: macho holotipo (CZACC 3.4380), Camino a la Laguna de Monte

Iberia, Parque Nacional Alejandro de Humboldt (PNAH), Municipio Baracoa,

Guantánamo, (20º 27’ 27’’ N; -74º 43’ 35’’ O), aproximadamente 500 m s.n.m., 15-

I-2009, R. Barba, bajo corteza de árbol vivo. Paratipos: una hembra (CZACC

3.4380 (el mismo vial que el holotipo), un macho (CZACC 3.3391) con los mismos datos que el holotipo; una hembra (CZACC 3.3393, Río Piloto, Moa, Holguín, (20º

25’ 50.16’’ N; -74º 53’ 08’’ O), 1-X-1996; un macho CZACC 3.3392, Toldo, Moa,

Holguín, (20º 26’ 33.2’’ N; -74º 51’ 36.9’’O), 4-X-1996, N. Viñas Dávila Leg., en trampa de plato amarillo en suelo.

Etimología. El nombre específico es un sustantivo en aposición, que alude al nombre de la localidad tipo.

Diagnosis. Caribbiantes iberia sp. nov. difiere de C. cubanus y C. evectus sp. nov., por el tamaño del cuerpo y el largo de sus patas, la armadura de las áreas mesotergales y terguitos libres. Área III y IV con apófisis espiniformes más desarrolladas que C. cubanus y C. evectus sp. nov. Terguito libre III presenta un par de tubérculos aguzados, en lugar de un par de fuertes apófifis espiniformes aguzadas como en C. cubanus o apófisis espiniformes romas como C. evectus sp. nov. Fémur II–IV con proyección dorsodistal aguzada. Metatarso III de los machos

110

con engrosamiento en la región del calcaneus centrada en el medio de la tercera porción del segmento desde la posición proximal, pero se extiende desde la segunda porción hasta la cuarta porción del mismo. El surco ventral del engrosamiento muestra 26, 31–32 sedas. Fórmula tarsal 7(3): 12–15(4): 8: 8.

También es claramente distinguible de C. cubanus y de C. evectus sp. nov. por la morfología del pene. El stragulum visto en posición dorsal posee una abertura poco profunda, similar a C. cubanus, pero el extremo distal presenta un reborde mucho más engrosado que en C. cubanus y C. evectus sp. nov. La cápsula interna posee un estilo aplanado lateroapicalmente, pero mucho más aguzado en su extremo que C. cubanus y C. evectus sp. nov. Los dos conductores fusionados en la base, exhiben ventroapicalmente extremos laminares al igual que C. cubanus, pero mucho más redondeados y dilatados que en C. cubanus. El truncus posee un proceso apical ventral en forma de gancho de base ancha, pero mucho más aguzado apicalmente que el de C. cubanus y C. evectus sp. nov.

Descripción del macho holotipo (CZACC 3.4380): medidas del dorso: CL 0.72,

CW 1.96, DSL 1.64, DSW 2.16. Médidas de los apéndices en tabla 2.7.

Dorso (Fig. 2.14 A–D): Escudo dorsal casi rectangular, pero el margen anterior y el posterior son ligeramente más estrechos dándole un aspecto algo ovoide (Fig.

2.14 A, B), en vista lateral elevado en la región de las áreas mesotergales (Fig.

2.14 C, D). Margen anterior del escudo dorsal con escotaduras quelicerales poco profundas y una hilera de 8–9 pequeños dentículos a cada lado, muy cercanos entre sí, ubicados sobre un reborde del propio margen (Fig. 2.14 A, B). Carapacho fuertemente granulado, más evidente lateralmente y por delante de cada tubérculo

111

ocular (Fig. 2.14 C, D). Tubérculos oculares ubicados muy cerca del surco I, proyectados lateralmente y con gránulos evidentes sobre su superficie. Márgenes laterales del escudo dorsal con dos hileras de tubérculos de pequeños tubérculos, la más lateral con tubérculos de mayor tamaño, que aumentan de grosor hacia el borde distal del margen. Cuatro áreas mesotergales bien definidas y fuertemente granuladas. Área I dividida en dos mitades, izquierda y derecha, por un surco medio breve y poco profundo, que constriñe medialmente al área (Fig. 2.14 A, B).

Cada mitad del Área I presenta dos tubérculos laterales pequeños. Área II con dos pares de tubérculos laterales pequeños (Fig. 2.14 A, B). Áreas III–IV con un par de fuertes apófisis espiniformes aguzadas y divergentes de la misma longitud y de base abultada (Fig. 2.14 C, D). Margen posterior y terguitos libres I–II con una hilera de pequeños tubérculos aguzados. Terguito libre III con un par de fuertes tubérculos paramediales aguzados (Fig. 2.14 A-D). Opérculo anal granulado.

Vientre: Coxas cubiertas por gránulos con sedas. Coxa I con una fila anterior de pequeños tubérculos setíferos. Coxas III–IV con una fila anterior de pequeños tubérculos que parecen formar pequeños puentes con la parte posterior de la coxa precedente. Esternitos libres con una hilera de pequeños tubérculos. Opérculo genital corto y estrecho.

Quelíceros: Basiquelicerito con bulla robusta. Mano grandemente desarrollada

(hipertelia), con gránulos setíferos dispersos, sedas más largas hacia la porción distal de la mano (Fig. 2.14 C, D). Dedo fijo distalmente con 5 dientes muy diminutos, dedo móvil con un tubérculo basal robusto y trunco, seguido de un

112

domo aserrado y 7–8 dientes distales. Dedos quelícerales curvos, basalmente con una amplia apertura cuando cierran.

Pedipalpos: Coxa ectalmente con un tubérculo pequeño aguzado proximal, mesalmente con un grupo de 4 tubérculos proximales sobre una pequeña protuberancia y un tubérculo diminuto distal. Ventralmente, con un grupo de 3–4 tubérculos proximales, seguidos de un tubérculo setífero distal. Trocánter dorsalmente con gránulos, ventralmente con un tubérculo setífero proximal, un tubérculo setífero subdistal y un gránulo distal. Fémur, dorsalmente con 6 pequeños gránulos setíferos pequeños, ventralmente con cuatro tubérculos setíferos pequeños, también espaciados entre ellos. Patela engrosada distalmente en su tercera porción, dorsalmente con gránulos y un fuerte tubérculo setífero mesodistal. Tibia y tarso dorsalmente granulados, más densamente en la tibia.

Ambos segmentos ventralmente armados con fuertes tubérculos setíferos como sigue: tibia ectal IIIi (1<2=3>4), tibia mesal IIII (1<2=3<4); tarso ectal IiIi (1>3>2=4), tarso mesal IiIi (1>3>2=4). La tibia ventralmente presenta una hilera de 4–5 pequeños tubérculos setíferos mediales. El tubérculo setífero mesoproximal de la tibia situado casi ectalmente. El tubérculo setífero ectodistal de la tibia se encuentra situado muy cerca del precedente, dando el aspecto de estar ambos unidos en su base. Los tubérculos setíferos mesales de la tibia están equidistantes entre ellos. Tarso que termina en una poderosa uña tarsal que posee casi la misma longitud del segmento.

Patas: Casi cubiertas por finos dentículos setíferos. Fémur II–IV con una proyección espiniforme distal en el fémur. Metatarso III (macho holotipo CZACC

113

3.4380; macho CZACC 3.3392 SEM): engrosado en la región del calcáneo en forma de huso. El engrosamiento está ubicado en la tercera porción desde la parte proximal del metatarso y se extiende a ambos lados de estas dos porciones, tomando parte de la segunda y cuarta porción (Fig. 2.4 F). Superficie ventral de la región engrosada con surco profundo ancho, en forma de ojal y que exhibe 31 sedas alargadas que poseen una forma de pinceles u hojas lanceoladas (Fig. 2.15

A, B, D). El tallo de las sedas, basalmente estriado y torcido, (Fig. 2.15 D). Sedas longitudinalmente dispuestas en dos hileras paralelas y alternas (Fig. 2.15 B).

Numerosos poros (aberturas glandulares) irregularmente dispuestos alrededor de la base de las sedas (Fig. 2.15 D). Tegumento adyacente a las sedas arrugado y con surcos superficiales entre los poros y sedas (Fig. 2.15 D). Coxa IV cubierta de gránulos setíferos. Trocánter II–IV dorsalmente con gránulos. Patela IV con una pequeña prolongación media dosrsodistalmente. Uñas tarsales lisas, dobles y perpendiculaes al eje de las patas. Distitrsos III y IV con escópula. Fórmula tarsal:

7(3): 13–15 (5–6): 8: 8.

Pene (Figs. 2.16 A–J) (macho holotipo CZACC 3.4380; macho CZACC 3.3392

SEM): Relativamente de mayor tamaño que el resto de las especies de

Caribbiantes. Engrosado en la tercera porción distal, éste engrosamiento se alcanza gradualmente (Fig. 2.16 C). Glande con un gran stragulum que articula dorsodistalmente con el tronco como una navaja (Fig. 2.16 D-F, H). Stragulum apicalmente ancho en vista dorsal y que muestra una abertura ancha y rebordes distales engrosados, así como numerosas arrugas en el área donde articula con el tronco (Fig. 2.16 A-B, D). Cuando el stragulum evierte, expone su extensión

114

ventral en forma de un follis, espinoso y la cápsula interna (Fig. 2.16 B-D, F-H).

Cápsula interna con un estilo lateroapicalmente aplanado y ancho en su base pero muy aguzado hacia su parte apical (forma lanceolada) y dos conductores fusionados en la base (Fig. 2.16 F). Porción apical de los conductores en forma de lóbulo laminar, muy dilatado y redondeados, ventralmente proyectado (Fig. 2.16 F,

H, J). Estilo que excede notablemente la altura de los conductores (Fig. 2.16 B, F).

El tronco ventralmente posee un proceso apical ancho en su base y extremo aguzado (Fig. 2.16 E, F, H) y cinco pares de sedas (Fig. 2.16 I, J). El par más apical de sedas es diminuto y bifurcado. El par subapical de sedas es bifurcado y algo más largo, pero las sedas laterales son mucho más largas, foliares anchas y dispuestas en dos hileras oblicuas (Fig. 2.16 F, H-J).

Coloración (en etanol): Dorso marrón rojizo, con algunas áreas amarillentas, una línea marrón oscura que bordea el margen anterior y las escotaduras quelícerales.

Dibujos reticulares anterolateralmente en el carapacho, una mancha amarilla medial y otras dos más pequeñas laterales. Última porción medial del carapacho

(junto al Área I) también amarillenta. Márgenes laterales con marcas irregulares,

Área I, II marrón con manchas circulares amarillentas, al igual que Área III y IV, pero con más manchas circulares amarillentas y de mayor tamaño. Apófisis espiniformes del Área III y IV marrón oscuras. Bordes del margen posterior y terguitos libres marrones oscuros. Patas marrón, con un patrón de manchas claras irregulares a manera de bandas. Quelíceros amarillos con manchas reticulares en marrón y dedos amarillos marrones. Pedipalpos amarillentos con bandas marrón y amarillas pálidas.

115

Hembra (CZACC 3.4380): Similar al macho, pero más grácil. Terguilto libre III, presenta entre el par de apófisis espiniformes, cuatro tubérculos pequeños.

Quelícero con mano no engrosada (no hipertelia), sin abertura entre los dedos quelícerales, dedo fijo con 6 dientes distales, y dedo móvil con 6 dientes distales.

Patas: metatarso III sin calcaneus engrosado o estructura glandular como en los machos. Patas III–IV con fémur, patela y tibia ligeramente más delgados que en los machos. Patrón de coloración similar al de los machos. Opérculo genital ancho con respecto al del macho. Fórmula tarsal: 7(3): 12(4): 8: 8. Medidas del cuerpo y de los apéndices en tabla 2.6, 2.7.

Variabilidad: machos (n=3); hembras (n=2). Medidas en tablas 1–2. Quelíceros robustos (hipertelia) en 2 machos (incluyendo el holotipo) y 1 macho con quelíceros no robustos, similares a los de las hembras. Dedos de los quelíceros con alguna variabilidad en la dentición; dedo fijo puede presentar de 5–7 dientes distales pequeños, dedo móvil presenta en ocasiones el tubérculo basal robusto y romo (ausente en hembras); el tubérculo en forma de domo aserrado puede también estar ausente en hembras y en machos no hipertélicos y los dientes distales pueden variar en número de 6–8 pequeños dientes. La apertura basal entre ambos dedos puede estar ausente, como en hembras y en los machos no hipertélicos. El número de sedas en el engrosamiento del metatarso III puede variar desde 26, 31–32. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos en pata II: 7(3)-12-15(4–6): 8: 8.

Distribución: Monte Iberia, Guantánamo, Cuba (Figura 2.44 D).

116

Historia natural: la especie ha sido recolectada bajo la corteza de árboles vivos y a 500 m s.n.m.

Tabla 2.6. Medidas (en mm) del escudo dorsal de Caribbiantes iberia sp. nov.

Macho (Holotipo) Macho Hembra Macho Hembra

CZACC 3.4380 CZACC CZACC CZACC CZACC

3.3391 3.4380 3.3392 3.3393

Escudo dorsal

LED 1.64 1.48 1.72 1.68 1.88

AED 2.16 1.92 2.16 2.12 2.20

LC 0.72 0.76 0.68 0.80 0.76

AC 1.96 1.80 1.76 1.88 1.76

Pedipalpo

Tr 0.26 0.22 0.30 0.30 0.38

Fe 1.10 1.0 1.02 1.20 1.40

Pa 0.48 0.44 0.44 0.63 0.70

Ti 0.50 0.50 0.52 0.70 0.72

Ta 0.48 0.48 0.50 0.56 0.74

Total 2.82 2.64 2.78 3.50 3.94

Tabla 2.7. Medidas (en mm) de las patas de Caribbiantes iberia sp. nov.

117

Macho (Holotipo) Macho Hembra Macho Hembra

CZACC 3.4380 CZACC CZACC CZACC CZACC

3.3391 3.4380 3.3392 3.3393 I Tr 0.30 0.24 0.30 0.30 0.30

Fe 1.41 1.35 1.29 1.29 1.38

Pa 0.39 0.42 0.39 0.36 0.45

Ti 1.05 1.05 1.02 1.08 1.14

Mt 1.56 1.56 1.50 1.59 1.77

Ta 0.99 0.90 0.90 0.93 0.96

Total 5.70 5.52 5.40 5.55 6.00

II Tr 0.48 0.48 0.42 0.42 0.42

Fe 3.30 3.42 3.18 3.36 3.66

Pa 0.60 0.60 0.66 0.60 0.60

Ti 2.52 2.52 2.34 2.52 2.64

Mt 3.12 3.12 3.00 3.36 3.36

Ta 2.40 2.58 2.16 2.46 2.46

Total 12.42 12.72 11.76 12.72 13.14

III Tr 0.42 0.48 0.42 0.48 0.48

Fe 2.46 2.58 2.46 2.46 2.70

Pa 0.60 0.60 0.66 0.72 0.66

Ti 1.68 1.44 1.38 1.50 1.56

118

Mt 2.40 2.22 2.22 2.40 2.52

Ta 1.32 1.08 1.14 1.32 1.38

Total 8.88 8.40 8.28 8.88 9.3

IV Tr 0.60 0.51 0.42 0.54 0.54

Fe 3.30 3.36 3.30 3.30 3.60

Pa 0.72 0.66 0.60 0.72 0.84

Ti 2.04 1.98 1.92 1.98 2.04

Mt 3.12 3.24 3.12 3.54 3.48

Ta 1.50 1.50 1.50 1.44 1.68

Total 11.28 11.25 10.86 11.52 12.18

119

Figura 2.14. Caribbiantes iberia sp. nov., macho holotipo (CZACC 3.4380): A, B.

Habitus, vista dorsal; C, D. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm.

120

Figura 2.15. Estructura glandular del metatarso III del macho en Caribbiantes iberia sp. nov. A–D. macho paratipo (CZACC 3.3392), microfotografías electrónicas de barrido: A. vista general del metatarso III, zona resaltada mostrando forma del surco (forma de ojal); B. ampliación de la zona resaltada en

A, mostrando la profundidad del surco; C, D. Ampliación del surco ventral, flecha blanca señalando una seda (en forma de pincel largo, basalmente estriada y torcida), cabezas de flechas blancas mostrando aberturas glandulares (poros) dispuestas irregularmente alrededor de las sedas; D. tegumento del surco ventral.

121

Figura 2.16. Caribbiantes iberia sp. nov., macho holotipo CZACC 3.4380, dibujos de línea, macho CZACC 3.3392 (SEM), parte distal del pene: A. Vista dorsal; B.

Vista dorsal, expandida; C. Vistas ventral y lateral total del pene; D. Vista dorsal expandida (SEM); E. Vista lateral; F. Vista lateral expandida; G. Vista apical, expandida (SEM); H. Vista lateral expandida; I. Vista ventral, J. Vista ventral 122

expandida (SEM). Escala = 0.1 mm. Abreviaturas: Abe = Abertura, CI = Cápsula interna, Est= Estilo, Co= conductor, Fo= Follis, Reb= reborde, Str= stragulum, SA= sedas apicales, SV= sedas ventrales, SVL= sedas ventrolaterales.

Caribbiantes sp. nov. 1

(Fig. 2.44 C)

Material examinado: Dos machos subadultos, Farallón del Negro, Cayo Coco,

Ciego de Ávila, (22º 33’ 03’’ N; -78º 24’ 32’’ O), 20-X-1985, L. F. de Armas; tres hembras, tres juveniles, La Jaula, Cayo Coco, Ciego de Ávila, (22º 31’ 43’’ N; -78º

27’ 08’’O), 141988, L. F. de Armas Leg. y R. Regalado, bajo piedra, bosque y borde de la carretera; cuatro hembras, cuatro juveniles, Loma de Cuanagua,

Morón, Ciego de Ávila, (22º 05’ 13.92’’ N; -78º 26’ 38’’ O), VII- 1977, L. F. de

Armas Leg.; un juvenil, El Yayal, Cayo Romano, Camagüey, (22º 01’ 00’’ N; -77º

39’ 36’’ O), 6-XII-1997, bosque semideciduo, bajo piedra, A. Ávila; un juvenil, Cayo

Sabinal, Camagüey, (21º 40’ 25’’ N; -77º 16’ 36’’ O), IV-1998, M. Reyes; cinco hembras, seis juveniles, La Vigueta, Sierra de Cubitas, Camagüey, (21º 36’ 12’’

N; -77º 45’ 26’’ O), 20-22-VIII-1996, A. Pérez y N. Torres, en suelo; una hembra,

Sierra del Chorrilo, Najasa, Camagüey, (21º 03’ 00’’ N; -77º 42’ 00’’ O), Mayo

1985, L. F. de Armas Leg.; ocho hembras, tres juveniles, Lesca, Sierra de Cubitas,

Camagüey, (21º 30’ 25’’ N; -77º 52’ 04’’ O), -IV- 1976, L. F. de Armas Leg.; una hembra, un juvenil, Canjilones del Río Máximo, Camagüey, (21º 34’ 00’’ N; -77º

41’ 19’’ O), 7-III-1993; una hembra, El Jato, Cayo Sabinal, Camagüey, (21º 39’

19.2’’ N; -77º 20’ 55.8’’ O), L. F. de Armas Leg., bajo piedra; cuatro hembras,

123

nueve juveniles, Loma La América, Camagüey, (21º 32’ 27’’ N; -77º 42’ 20’’ O),

19-VI-1984; un macho subadulto, dos hembras, El Aljibito, Sierra de Cubitas,

Camagüey, (21º 32’ 27’’ N; -77º 42’ 20’’), VIII-1996, col. Grupo Biokarst, Sociedad

Espeleológica de Cuba; cuatro hembras, cuatro juveniles, Tuhabaquey, Sierra de

Cubitas, Camagüey, Cuba, (21º 34’ 05’’ N; -77º 44’ 21’’ O), 16-VI-1984; una hembra, un juvenil, Loma de San Martín, Amancio Rodríguez, Camagüey, (20º 58’

16’’ N; -77º 32’ 33’’ O), II-1976, L. R. Hernández Leg.

Distribución: Norte de Ciego de Ávila (incluyendo la cayería) y Centronorte de

Camagüey (Fig. 2.44).

Comentarios: Según la morfología externa que presentan los ejemplares examinados se puede reconocer que se trata de un nuevo taxón para la ciencia.

En el presente estudio solo se obtuvieron ejemplares hembras, machos subadultos y juveniles (que no poseen genitalia masculina), por ello no se describirá este taxón hasta no adquirir ejemplares machos adultos. Se distingue por poseer un tubérculo ocular con una proyección posterior; áreas III y IV y terguito libres III armados de un par de fuertes apófisis espiniformes, las del terguito libre III son mayores y divergentes y las del área IV son más pequeñas; tubérculos setíferos mesodistales de la tibia del pedipalpo separados del tubérculo setífero mesoproximal, dejando un espacio en la serie de tubérculos, fémures III y

IV con proyección distal aguzada.

Caribbiantes sp. nov. 2

(Fig. 2.44 D)

124

Material examinado: dos hembras 6 Km. SW Puerto de Manatí, Las Tunas, (21º

21’ 44’’ N; -76º 49’ 34’’ O), IV-1978, L. B. Zayas; dos hembras, dos juveniles, Mono

Ciego, Puerto Manatí, Las Tunas, (21º 22’ 00’’ N; -76º 50’ 00’’ O), III-1979, G.

Alayón; un macho subadulto, La Isleta, Bahía de Nuevas Grandes, Las Tunas,

(21º 25’ 15’’ N; -76º 58’ 58’’ O), III- 1998, R. Fernández de Arcila y A. González; dos hembras, tres juveniles, Playa Blanca, Rafael Freyre, Holguín, (21º 04’ 53’’ N;

-76º 00’ 30’’O), 15-VIII-2006, T. M. Rodríguez Leg.; bosque semidesiduo, bajo piedra; tres hembras, un macho subadulto, cinco juveniles, Loma de la Cruz,

Holguín (20º 54’ 00’’ N; -76º 16’ 03’’ O), 2-VIII-2006, T. M. Rodríguez Leg., vegetación secundaria, bajo piedra; una hembra, dos juveniles, Bariay, Holguín,

(21º 04’ 39’’ N; -76º 01’ 28’’ O), sin más datos; una hembra, siete juveniles,

Rejondones de Baguanos, Baguanos, Holguín, (20º 49’ 47’’ N; -76º 01’ 08’’ O),

24-VIII-2006, T. M. Rodríguez Leg., bosque semideciduo, bajo piedra; cuatro hembras, un juvenil Cerro “Los Ochoa”, S del poblado Melones, Rafael Freyre,

Holguín, (20º 57’ 41’’ N; -76º 02’ 30’’ O), 26-VIII-2006, T. M. Rodríguez Leg., bosque semideciduo micrófilo; cinco machos subadultos, tres hembras, tres juveniles, La Cuaba, Holguín, (20º 49’ 17’’ N; -76º 11’ 51’’ O), 15-VI-1985, L. F. de

Armas Leg.; una hembra, dos juveniles, Lomas El Yayal, 50 Km de Holguín, (20º

48’ 47’’ N; -76º 15’ 40’’ O), 15-16-VI-1978, G. Alayón; dos juveniles, Aguas Claras,

Holguín, (20º 57’ 40’’ N; -76º 16’ 12’’ O), 7-IV-1984, L. F. de Armas Leg., bajo piedra; tres machos subadultos, un juvenil, Cañada Honda, Jagüeyes, Calixto

García, Holguín (20º 53’ 29’’ N; -76º 40’ 42’’ O), 13 -VI- 1985, L. F. de Armas Leg., bajo piedra; dos hembras, un juvenil, El Pilón, Mayarí, Holguín, (20º 39’ 12’’ N; -

125

75º 37’ 41’’ O), 1 Mayo 1974, L. F. de Armas Leg., bajo piedra; un macho subadulto, una hembra, El Uverito, Gibara, Holguín (21º 13’ 20’’ N; -76º 16’ 05’’

O), 23 Mayo 1984, L. F. de Armas Leg., bajo piedra; una hembra, Caletones,

Gibara, Holguín, (21º 12’ 00’’ N; -76º 13’ 00’’ O), 14-VIII- 1974, L. F. de Armas

Leg.; un juvenil, Cayo Saetía, Mayarí, Holguín, (20º 44’ 00’’ N; -75º 29’ 00’’ O), V-

1984, L. F. de Armas Leg.; una hembra, 2 Km N Cabo Cruz, Niquero, Granma,

(19º 50’ 26.8’’ N; -77º 43’ 36.2’’ O), 16-X-1981, L. F. de Armas Leg. y L. R.

Hernández Leg.; una hembra, un juvenil, 4 km al E de Monte Gordo, Niquero,

Granma (19º 52’ 59’’ N; -77º 42’ 30’’ O), 24-XI-1995, L. F. de Armas Leg.; una hembra, La Carretera, Cabo Cruz, Niquero, Granma (19º 50’ 26.8’’ N; -77º 43’

36.2’’ O), 23-XI-1985, L. F. de Armas Leg.; Monte Gordo, 9km N Cabo Cruz,

Níquero, Granma, (19º 52’ 59’’ N; -77º 42’ 30’’ O), 15-X-1981, L. F. de Armas Leg. y L. R. Hernández Leg.; una hembra, dos juveniles, Lomas 200 mts al S de la

Carretera de Melgarejo, Santiago de Cuba, (20º 03’ 38’’ N; -75º 56’ 19’’ O), 15

Mayo 1996, R. Teruel, sobre la vegetación.

Distribución: Norte de Las Tunas y Holguín, Níquero, Granma y en la localidad de Melgarejo, Santiago de Cuba (Fig. 2.44).

Comentarios: Luego de examinar la morfología externa que presentan los ejemplares antes mencionados se puede reconocer que constituyen un nuevo taxón para la ciencia. En el presente estudio solo se obtuvieron ejemplares hembras, machos subadultos y juveniles (que no poseen genitalia masculina), por lo que no se describirá este taxón hasta que se puedan estudiar ejemplares machos adultos. Se distingue por poseer un tubérculo ocular con una proyección

126

posterior; áreas III y IV y terguito libres III armados de un par de fuertes apófisis espiniformes, las de las áreas III y IV menores y curvadas en dirección hacia la parte posterior del cuerpo, las apófisis espiniformes del terguito libre III son mayores y divergentes; tubérculos setíferos mesodistales de la tibia del pedipalpo separados del tubérculo setífero mesoproximal, dejando un espacio en la serie de tubérculos, fémures III y IV con proyección distal aguzada. En este caso dada la distribución tan amplia que exhibe la especie y localidades algo distantes pudiera tratarse de un complejo de especies con una morfología externa muy homogénea, por ello es imprescindible el examen de la genitalia masculina e inclusive realizar estudios de ADN que permitan reconocer si son especies crípticas.

Caribbiantes sp. nov. 3

(Fig. 2.44 D)

Material examinado: un macho (en mal estado), una hembra, Soledad de

Mandinga, Baracoa, Guantánamo, (20º 16’54.9’’ N; -74º 19’ 16’’ O), 29 Mayo

2007, R. Barba Díaz, bosque siempreverde sobre carso, dentro de tronco podrido; tres machos subadultos, una hembra, Soledad de Mandinga, Baracoa,

Guantánamo, (20º 16’ 54.9’’ N; -74º 19’ 16’’ O), 29 Mayo 2007, R. Barba Díaz y A.

Alegre, bosque siempreverde sobre carso, bajo corteza de tronco de árbol vivo; dos hembras, tres juveniles, La Farola, Yumurí, Baracoa, Guantánamo, (20º 09’

32.68’’ N; -74º 28’ 10.63’’ O), IV-1984; un macho subadulto, Paso Cuba, cerca de la Farola, Baracoa, Guantánamo, (20º 09’ 32.68’’ N; -74º 28’ 10.63’’ O), 30-IX-

1983, en suelo de Pinus cubensis; una hembra, Paso Cuba, cerca de la Farola,

127

Baracoa, Guantánamo, (20º 09’ 32.68’’ N; -74º 28’ 10.63’’ O), 29-IX-1983, en suelo de Pinus cubensis; tres juveniles, Paso Cuba, cerca de la Farola, Baracoa,

Guantánamo, (20º 09’ 32.68’’ N; -74º 28’ 10.63’’ O), 3-IX-1983, en suelo de Pinus cubensis; cuatro juveniles, Yumurí, Baracoa, Guantánamo, (20º 18’ 02’’ N; -74º

17’ 53’’ O), 4-X-1983.

Distribución: Este de Guantánamo (Fig. 2.44).

Comentarios: Al examinar la morfología externa de estos ejemplares se reconoce que pertenecen a un nuevo taxón para la ciencia. En el presente estudio solo se obtuvieron ejemplares hembras, machos subadultos y juveniles (que no poseen genitalia masculina) y un macho en mal estado de conservación, por lo que no se describirá la especie hasta que se puedan estudiar ejemplares machos adultos. Se distingue por poseer los tubérculos oculares sin proyección posterior; áreas III y IV y terguito libres III armados de un par de fuertes apófisis espiniformes divergentes, las del área III de igual tamaño que el par medial del terguito libre III y mucho mayores que las del área IV; tubérculos setíferos mesales de la tibia del pedipalpo ubicados equidistantes (como en Caribbiantes spp.). Fémures III y IV con proyección distal aguzada.

Género Galibrotus Šilhavý, 1973

Galibrotus Šilhavý. Šilhavý 1973a: 136 (especie tipo Galibrotus carlotanus Šilhavý, 1973, por designación original).

128

Diagnosis enmendada. Escudo dorsal rectangular. Área mesotergal III con par de par de tubérculos y área IV con un par de fuertes apófisis espiniformes mediales divergentes. Terguito libre III con par de apófisis aguzadas fuertes o reducidas.

Pedipalpo con los tres tubérculos setíferos mesodistales de la tibia, separados del tubérculo setífero mesoproximal, dejando un espacio en la serie de tubérculos.

Machos con engrosamiento del metatarso III situado principalmente entre la tercera y cuarta porción desde el extremo proximal del segmento. Engrosamiento del metatarso III con un surco ventral poco profundo o un área oval no profunda, que exhibe sedas conspicuas cortas. Conteo tarsal pata I 5 o 6, pata II 10–15, pata

III y IV 8.

Pene con pars distalis que presenta un engrosamiento apical que se alcanza abruptamente a partir de la tercera porción, con lo cual exhibe una forma general de copa. Cápsula interna compuesta por un estilo apicalmente aguzado y lateroapicalmente aplanado y ancho, flanqueado por dos conductores basalmente fusionados. Conductores apicalmente con extremos laminares truncos, proyectados ventralmente. Truncus ventralmente con proceso apical en forma de gancho de base ancha y dos pares de sedas apicales. El par de sedas más apical pequeño y bifurcado y el subapical algo más largo. Tres pares de sedas ventrolaterales mucho más largas que las apicales.

Especies incluidas. Galibrotus carlotanus Šilhavý, 1973 (especie tipo); Galibrotus matiasis Avram, 1977; Galibrotus riedeli Šilhavý, 1973

Distribución. Centro oriente de Cuba.

129

Galibrotus carlotanus Šilhavý, 1973

(Figs. 2.17–2.19, 2.44 B, tablas 2.8–2.9)

Galibrotus carlotanus Šilhavý, 1973a: 137, figs 59–62.

Tipos: Hembra holotipo (MCZ 14684). (Examinada, ver comentarios). Mina

Carlota, Montañas de Trinidad, Sancti Spiritus

Otro material examinado: un macho, una hembra (CZACC 3.3394); un macho

(CZACC 3.3395), Topes de Collantes, Guamuhaya, Sacnti Spiritus (21° 54' 42'' N;

-80° 01' 12'' O), 5-IV-2006, T. M. Rodríguez, bajo piedra, en cafetal; 1 macho

(CZACC 3.3396), Río Caburní, Topes de Collantes, Sancti Spiritus (21° 53' 41''; -

79° 54' 20'' O), 14-XI-2007, J. L. Ponce de León; un macho, una hembra (CZACC

3. 3397), Finca Itabo, Tope de Collantes, Sancti Spiritus (21° 50' 29.5'' N; -80° 01'

17.3'' O), 27-V-2001, A. Alegre Leg., hojarasca; un macho, una hembra (CZACC

3.4374; 3.4012), Camino al Parque Natural Codina, Topes de Collantes, Sancti

Spiritus (21° 54' 07'' N; -80° 02' 26'' O), 30 de mayo 2001, A. Alegre Leg., bajo corteza de árbol podrido; un macho (CZACC 3.4373) La Chispa, Topes de

Collantes, Sancti Spiritus (21º 56’ 00’’ N; -80º 02’ 00’’), VII-1980, R. Alayo y L. R.

Hernández Leg.

Otro material no examinado: Galibrotus cf. carlotanus Avram, 1977: 124, figs. 1–

7. un macho y una hembra (ISER) (No examinados, ver comentarios). Valle del

Río Caburní, cerca de Topes de Collantes, 550 m, Sierra del Escambray, Sancti

Spiritus.

130

Diagnosis enmendada. Galibrotus carlotanus se distingue claramente de G. riedeli y G. matiasis por su menor tamaño, armadura de las áreas mesotergales y de los terguitos libres. G. carlotanus presenta area III con un par de tubérculos aguzados, área IV un par de fuertes apófisis espiniformes aguzadas y divergentes

(mayores que las otras especies del género); terguito libre III un par de tubérculos aguzados (Fig. 2.17 A-D). Fémur II-IV con proyección distal aguzada. Metatarso III con un engrosamiento breve en la región del calcaneus que se sitúa entre la tercera y cuarta región desde el extremo proximal del segmento (Fig. 2.4 G). En la región ventral de este engrosamiento se presenta un área oval no profunda (en vez de un surco profundo como el resto de las especies de Caribbiantinae analizadas) (Fig. 2.18 A, B), donde se insertan 15, 19, 22 sedas cortas, que presentan el extremo apical trunco y se disponen en tres hileras concentradas en el centro de la región (Figura 2.18 B-D); fórmula tarsal 5–6: 10–14: 8: 8. También se reconoce por la morfología del pene en forma de copa (Fig. 2.19 C), que presenta una cápsula interna compuesta por un estilo lateroapicalmente aplanado y ancho, con extremo apical aguzado (forma lanceolada) y dos conductores basalmente fusionados, cada uno con extremos apicales libres, laminares, truncos y ventralmente proyectados (Figura 2.18 F, G, J).

Variabilidad: Machos (n=5); hembras (n=4). Medidas en tablas 2.8–2.9.

Quelíceros robustos en 3 machos y 2 machos con quelíceros no robustos, similares a los de las hembras. Dedos de los quelíceros con alguna variabilidad en la dentición; el dedo fijo puede presentar de 5–7 dientes distales; el dedo móvil presenta en ocasiones un tubérculo basal robusto y romo (que está ausente en

131

hembras); el tubérculo en forma de domo aserrado puede también estar ausente en hembras y en machos no hipertélicos y los dientes distales pueden variar en número de 7–8. La apertura basal entre ambos dedos puede estar ausente, como en las hembras y en los machos no hipertélicos. El número de sedas en el engrosamiento del metatarso III puede variar desde 15-17, 19, 20, 22. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos de la pata II: 6: 10–12: 8: 8.

Distribución: Conocida solo de Topes de Collantes, Sancti Spíritus (Fig. 2.44 B).

Historia Natural: Los ejemplares examinados por Avram fueron recolectados en la hojarasca húmeda. En el material examinado en el presente estudio los ejemplares fueron recolectados también en la hojarasca, pero además bajo piedra y bajo la corteza de árboles podridos. Algunos ejemplares compartían hábitat con otros opiliones pertenecientes a las familias Agoristenidae (Piratrinus calcaratus

Šilhavý, 1973) y Cosmetidae (Cynorta sp. y Trinimontius darlingtoni Šilhavý, 1970)

Comentarios: La especie G. carlotanus fue descrita por Šilhavý (1973a) basado en una única hembra. Esta hembra holotipo (depositada en el MCZ) fue examinada y es coespecífica con el macho descrito por Avram (1977) G. cf. carlotanus, procedente de la localidad Río Caburní. Sin embargo, se conoce que las hembras en la mayoría de los grupos de Opiliones no ofrecen los caracteres taxonómicos de mayor peso, por esta razón se ofrece una diagnosis enemendada, aportando datos sobre la morfología de los genitales masculinos y el metatarso III dimórfico de los machos, así como se brinda la varibilidad de la especie basada en

(4 machos, 3 hembras). Los ejemplares que Avram examinó se encuentran depositados en el ISER y en el presente estudio no se tuvo acceso a ellos.

132

Tabla 2.8. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos de Galibrotus carlotanus.

Hembra Macho Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra

Holotipo ISER CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

MCZ IZ 3.3394 3.3395 3.3396 3.3397 3.3394 3.3397 3.4012

14684

Escudo dorsal

LE - 1.70 1.92 1.80 1.88 1.84 1.88 1.76 1.88

D

AE - 1.64 1.52 1.60 1.56 1.68 1.48 1.76

D

LC - 0.76 0.6 0.80 0.72 0.72 0.64 0.68

AC - 1.48 1.44 1.52 1.48 1.52 1.36 1.56

Pedipalpo

Tr - 0.30 0.36 0.32 0.36 0.28 0.28 0.32 0.28

Fe - 1.30 1.36 1.16 1.36 1.28 1.28 1.16 1.24

Pa - 0.60 0.64 0.60 0.68 0.60 0.60 0.60 0.60

Ti - 0.60 0.6 0.6 0.60 0.60 0.60 0.60 0.60

Ta - 0.50 0.56 0.52 0.60 0.56 0.56 0.56 0.60

Tot 3.0 3.30 3.52 3.20 3.60 3.32 3.32 3.24 3.32 al

Tabla 2.9. Medidas (en mm) de las patas de Galibrotus carlotanus.

Macho Macho Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra

I(Holotipo) Tr - ISER- CZACC0.28 CZACC0.20 CZACC0.24 CZACC0.32 CZACC0.28 CZACC0.24 CZACC0.20

MCZ IZ 14702 3.3394 3.3395 3.3396 3.3397 3.3394 3.3397 3.4012 137

Fe - - 1.20 1.00 1.13 1.08 1.08 1.00 1.08

Pa - - 0.40 0.32 0.36 0.32 0.32 0.32 0.32

Ti - - 0.80 0.72 0.88 0.80 0.76 0.76 0.80

Mt - - 1.36 1.12 1.36 1.20 1.20 1.08 1.20

Ta - - 0.84 0.80 0.80 0.80 0.88 0.76 0.80

Total 4.5 4.46 4.88 4.16 4.77 4.52 4.52 4.16 4.40

Tr - - 0.40 0.40 0.40 0.36 0.36 0.32 0.32

Fe - - 3.40 2.80 3.28 3.40 3.12 3.04 3.2

Pa - - 0.56 0.52 0.52 0.60 0.52 0.48 0.60 II Ti - - 2.40 1.02 2.24 2.28 2.2 2.08 2.16

Mt - - 3.00 2.40 2.88 2.84 2.72 2.68 2.60

Ta - - 1.92 1.88 1.96 1.88 1.88 1.88 1.88

Total 10.5 11.15 11.68 9.02 11.28 11.36 10.80 10.48 10.76

Tr - - 0.40 0.40 0.48 0.40 0.40 0.36 0.40

Fe - - 2.00 1.88 2.04 2.12 2.12 1.96 2.08

Pa - - 0.56 0.52 0.52 0.56 0.52 0.52 0.48 III Ti - - 1.28 1.16 1.20 1.20 1.12 1.08 1.08

Mt - - 2.08 1.84 2.04 2.00 2.00 1.88 1.88

Ta - - 1.08 1.08 1.16 1.00 1.00 0.92 0.88

Total 7.0 7.10 7.40 6.88 7.44 7.28 7.16 6.72 6.80

Tr - - 0.60 0.44 0.52 0.40 0.44 0.40 0.40

Fe - - 3.20 2.72 2.92 3.20 2.96 3.04 3.16

IV Pa - - 0.72 0.60 0.56 0.60 0.56 0.56 0.64

Ti - - 1.84 1.60 1.72 1.80 1.76 1.68 1.80

Mt - - 3.00 2.52 2.72 2.88 2.80 2.84 2.88

138

Ta - - 1.28 1.24 1.40 1.16 1.24 1.12 1.08

Total 9.5 9.20 10.64 9.12 9.84 10.04 9.76 9.64 9.96

139

Figura 2.17. Galibrotus carlotanus, macho (CZACC 3.3394): A, B. Habitus, vista dorsal, B. (Tomado de Avram, 1977); C. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm.

140

Figura 2.18. Estructura glandular del metatarso III del macho en Galibrotus carlotanus. A–D. macho (CZACC 3.4373), microfotografías electrónicas de barrido:

A. vista general del metatarso III, zona resaltada mostrando forma del surco (área oval no profunda); B. ampliación de la zona resaltada en A, mostrando la profundidad del surco; C. Ampliación del surco ventral, flecha blanca señalando una seda (en forma de brocha o espátula, basalmente estriada y torcida), cabezas de flechas blancas mostrando aberturas glandulares (poros) dispuestas irregularmente alrededor de las sedas, dando un aspecto cribiforme; D. tegumento del surco ventral.

141

Figura 2.19. Galibrotus carlotanus, macho CZACC 3.3394 dibujos de líneas, macho CZACC 3.4373 (SEM), parte distal del pene: A. Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida; C. Vista dorsal y lateral total del pene; D. Vista Dorsal (SEM);

E. Vista lateral; F. Vista lateral expandida; G. Vista apical (SEM); H. Vista

142

lateroapical; I. Vista ventral; J. Vista ventral (SEM). Escala = 0.1 mm. Abreviaturas:

Abe = Abertura, CI = Cápsula interna; Est = Estilo, Co = Conductor, Fo= Follis,

Reb = Reborde, St r= Stragulum, SA = Sedas Apicales, SV = Sedas Ventrales,

SVL = Sedas Ventrolaterales

Galibrotus matiasis Šilhavý, 1973

(Figs. 2.20, 2.44 D, tablas 2.10–2.11)

Galibrotus matiasis Avram, 1977: 125, figs 8–9.

Tipos: Macho holotipo (ISER). (No examinado; ver comentarios). Valle del Rio

Mogote, cerca de Matías, 300–400 m s.n.m, Santiago de Cuba.

Comentarios: G. matiasis parece ser una especie válida, a partir del análisis de la descripción de Avram (1977), por la distribución geográfica que exhibe, Valle del

Río Mogote, Matías, Santiago de Cuba (Fig. 2.44 D) y considerando el alto nivel de endemicidad que existe en este grupo de arácnidos. Sin embargo, esta especie fue descrita sobre la base de un único ejemplar macho, la genitalia masculina fue dibujada en una sola posición (lateroventral) y combinando las vistas externa e interna de las estructuras, lo que dificulta su comprensión y comparación con el resto de las especies. El ejemplar tipo se encuentra depositado en el ISER y no se ha podido examinar. Además lamentablemente para la presente revisión no contamos con material topotipo de la especie.

143

Tabla 2.10. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos del macho holotipo de Galibrotus matiasis, (tomadas de Avram, 1977).

Macho (Holotipo) ISER LED AED LC AC

Escudo dorsal 2.0 - - -

Tabla 2.11. Medidas (en mm) de las patas del macho holotipo de Galibrotus matiasis, (tomadas de Avram, 1977).

Macho (Holotipo) Tr Fe Pa Ti Mt Ta Total ISER

Pedipalpo 0.35 1.65 0.80 0.85 0.70 4.35

Pata I ------5.75

Pata II ------17.25

Pata II ------9.50

Pata IV ------15.0

144

Figura 2.20. Galibrotus matiasis, A. Habitus, vista dorsal; B. pene, vista ventrolateral (modificado de Avram, 1977), líneas de la vista interna eliminadas para mejor comprensión.

145

Galibrotus riedeli Šilhavý, 1973

(Figs. 2.21, 2.44, tablas 2.12–2.13)

Galibrotus riedeli Šilhavý, 1973a: 137, figs 63.

Tipos: Macho holotipo (MCZ 14650). (Examinado; ver comentarios). Río Piloto,

Sierra de Nipe, Holguín.

Diagnosis enmendada. Galibrotus riedeli se distingue claramente de G. carlotanus por su mayor tamaño y armadura de las áreas mesotergales y terguitos libres. G. riedeli presenta área III con un par de tubérculos aguzados; área IV con un par de fuertes apófisis espiniformes aguzadas, aunque no tan largas y divergentes como las presentes en G. carlotanus; terguito libre III con un par de fuertes apófisis espiniformes (algo menores que las apófisis espiniformes de su

área IV) en vez de tubérculos como en G. carlotanus (Fig. 2.21 A, B). Fémur II–IV sin proyección distal aguzada como en G. carlotanus; metatarso III en los machos con un engrosamiento en la región del calcaneus, no tan breve como en G. carlotanus, que se sitúa entre la tercera y cuarta región desde el extremo proximal del segmento. En la región ventral de este engrosamiento se presenta un área oval poco profunda donde se insertan sedas. Fórmula tarsal 7 o 6: 12–13: 8: 8.

Genitalia masculina desconocida.

Comentarios. Galibrotus riedeli es una especie válida, sin embargo como el ejemplar holotipo depositado en el MCZ se encuentra en mal estado, y al parecer es un subadulto, el pene no está desarrollado (como refiere Šilhavý en la descripción original) y no fue representado por el autor, por lo que se desconoce

146

su morfología. En la presente revisión no contamos con material de la localidad tipo, por lo que no podemos aportar más datos sobre la especie. Por lo tanto solo nos limitamos a ofrecer una diagnosis enmendada con los elementos que pudimos apreciar durante la revisión de este único ejemplar existente de la especie.

Tabla 2.12. Medidas del habitus de Galibrotus riedeli

Macho (Holotipo) MCZ LED AED LC AC

Escudo dorsal 2.08 1.84 0.8 1.60

Tabla 2.13. Medidas (en mm) del pedipalpo y las patas de Galibrotus riedeli.

Macho (Holotipo) Tr Fe Pa Ti Mt Ta Total MCZ

Pedipalpo 0.35 1.65 0.80 0.85 0.70 4.66

Pata I 0.32 1.50 0.46 1.30 2.02 1.26 6.86

Pata II 0.40 4.44 0.56 3.52 4.76 1.32 15.00

Pata II 0.48 3.24 0.68 1.84 3.04 1.32 9.50

Pata IV 0.50 4.75 0.80 2.60 4.50 2.00 15.15

147

Figura 2.21. Galibrotus riedeli, macho holotipo (MCZ 14650): A. Habitus, vista dorsal; B. Habitus, vista dorsal (tomado de Šilhavý, 1973); C. Habitus, vista lateral.

Escala = 1 mm.

148

Género Decuella Avram, 1977

Decuella Avram. Avram 1977: 134 (especie tipo Decuella cubaorientalis Avram, 1977, por designación original)

Diagnosis enmendada. Escudo dorsal rectangular. Área mesotergal III con par de par de tubérculos y área IV con un par de fuertes apófisis espiniformes mediales divergentes. Terguito libre III con par de fuertes apófisis espiniformes aguzadas.

Pedipalpo con los tres tubérculos setíferos mesodistales de la tibia, separados del tubérculo setífero mesoproximal, dejando un espacio en la serie de tubérculos.

Machos con engrosamiento del metatarso III, con un surco ventral en este engrosamiento que exhibe sedas conspicuas. Conteo tarsal pata I 6, pata II 12,

14–16, pata III y IV 8. Pene con pars distalis que presenta un engrosamiento apical que se alcanza abruptamente a partir de la tercera porción, con lo cual exhibe una forma general de copa. Cápsula interna compuesta por un estilo apicalmente aguzado, flanqueado por dos conductores basalmente fusionados.

Conductores apicalmente con extremos laminares, proyectados ventralmente.

Truncus ventralmente con proceso apical en forma de gancho alto y dos o tres pares de sedas ventrolaterales.

Especies incluidas. Decuella cubaorientalis Avram, 1977

Distribución. Oriente de Cuba.

Decuella cubaorientalis Avram, 1977

149

(Figs. 2.22-2.24, 2.44 D, tablas 2.14-2.15)

Decuella cubaorientalis Avram, 1977: 134, figs 41–48; Armas & Alayón, 1984: 277; Rambla &

Juberthie, 1994: 220.

Tipos: macho holotipo y tres hembras parátipos (ISER) (no examinados). Santiago de Cuba. Contramaestre: Baire, Cueva El Rabón, 1300 m de largo, Valle del

Cautillo, a 300 m de El Rabón (macho holotipo y hembra parátipo). Guantánamo.

Baracoa: La Majana, Cueva de los Golondrinos, 70 m de largo, a 80 m de Majana

(dos hembras parátipos).

Otro material examinado Decuella cf. cubaorientalis: Un macho y una hembra

(CZACC 3.3398), 1.5 km NE de Limonar de Monte Ruz, Sabaneta, Guantánamo

(20° 21’ 18’’ N; -75° 19’ 12’’ O), 22 de Mayo de 1993, L. F. de Armas Leg., bajo piedras; un macho y una hembra (CZACC 3.3399), La Matazón, Sabaneta,

Guantánamo (20° 24’ 59.5’’ N; -75° 19’ 52.6’’ O), 20-V-1993, L. F. de Armas y E.

Alonso Legs., bajo piedra, aproximadamente 350 m s.n.m.; dos machos y una hembra, (CZACC 3.4378; 3.4013), Matazón, Sabaneta, Guantánamo (20° 24’

59.5’’ N; -75° 19’ 52.6’’ O), 16-I-1993, L. F. de Armas y E. Alonso Legs.; una hembra (CZACC 3.4001), Cuzco, Guantánamo (20° 23’ 05’’ N; -75° 18’ 05’’ O), 15-

I-1993, L. F. de Armas y E. Alonso legs., bajo piedra, 300-350 m s.n.m.; un macho

(CZACC 3.4000), Cueva Los Golondrinos, Majana, Baracoa, Guantánamo (20° 19’

15’’ N; 74° 27’ 14’’ O), 4-IX-2015, A. Alegre Leg., bajo piedra, zona oscura; un macho (CZACC 3.4377), La Matazón, Gunatánamo (20° 24’ 59.5’’ N; -75° 19’

52.6’’ O), 14 de Enero, 1993, L. F. de Armas y E. Alonso Legs.

150

Descripción de los ejemplares examinados D. cf. cubaorientalis: presentan un escudo dorsal en vista lateral de plateau recto y bajo, con un par de tubérculos mediales muy reducidos de tamaño en el área III y en el área IV y terguito libre III, un par de fuertes apófisis espiniformes afiladas y divergentes (Fig. 2.22 A, B) al igual que D. cubaorientalis. Metatarso III con engrosamiento entre la tercera y cuarta porción desde el extremo proximal del segmento (Fig. 2.4 H), con un surco ventral estrecho y profundo, en forma de ojal, que exhibe de 14–15, 20 o 22 sedas cortas en forma de pincel con la base del tallo estriado y torcido (Fig. 2.23 A-D).

Pene con forma general de copa, pars distalis que presenta un engrosamiento apical que se alcanza abruptamente a partir de la tercera porción (Fig. 2.24 C), como en D. cubaorientalis. Cápsula interna compuesta por un estilo apicalmente aguzado y lateroapicalmente aplanado y ancho, flanqueado por dos conductores basalmente fusionados (Fig. 2.24 E). Conductores apicalmente con extremos en forma de lóbulos laminares pequeños, proyectados ventralmente (Fig. 2.24 E, G).

Truncus ventralmente con proceso apical en forma de gancho al igual que D. cubaorientalis, dos pares de sedas apicales y dos pares de sedas vetrolaterales largas y foliares acuminadas (Fig. 2.24 D, E, H), en vez de tres pares de sedas según representa Avram 1977 (Fig. 2.24 H). El par de sedas más apical en los ejemplares examinados es muy pequeño y bifurcado y el subapical mucho más largo (Fig. 2.24 D-G).

Variabilidad: (machos n=5; hembras n=4), medidas del escudo dorsal y apéndices en (tablas 2.14, 2.15). Los quelíceros se presentan robustos en 4 machos y un macho con quelíceros no robustos, similares a los de las hembras.

151

Dedos de los quelíceros con alguna variabilidad en la dentición; el dedo fijo puede presentar de 5–7 dientes distales; el dedo móvil en machos hipetélicos presenta un tubérculo basal robusto y romo, que está ausente en hembras y reducido o ausente en machos no hipertélicos; un tubérculo en forma de domo aserrado que puede estar ausente en hembras y reducido o ausente en machos no hipertélicos y los dientes distales pueden variar en número de 7–9. La apertura basal entre ambos dedos puede estar ausente, como en las hembras y en los machos no hipertélicos. El número de sedas en el engrosamiento del metatarso III puede variar desde 14–15, 20 o 22. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos de la pata II: 6: 12,14–16: 8: 8.

Historia natural: estos ejemplares han sido recolectados en ambientes epigeos y dentro de cueva Los Golondrinos, Majana Baracoa, ocupando el microhábitat bajo piedras en cualquiera de los dos ecosistemas donde habita.

Distribución: Guantánamo

Comentarios: La especie fue descrita de un macho holotipo y una hembra paratipo de Cueva El Rabón, Santiago de Cuba y dos hembras de Cueva Los

Golondrinos, Majana, Baracoa, Guantánamo. Debido al alto endemismo de estos opiliones es cuestionable que ejemplares provenientes de localidades tan distantes pertenezcan a la misma especie (Fig. 2.44 D). Además los ejemplares paratipos de cueva Los Golondrinos, Majana, Guantánamo son hembras, las cuales exhiben pocos caracteres de valor taxonómico. Por ello, resulta difícil la separación de especies muy semejantes basándose únicamente en las hembras.

Sin embargo, al no poseer en el presente estudio material de Cueva El Rabón y

152

tampoco tener acceso a los tipos de la especie que se encuentran depositados en el ISER, hemos asignado tentativamnte a estos ejemplares la denominación de

Decuella cf.cubaorientalis. Las medidas del cuerpo y de las extremidades del macho holotipo de Cueva el Rabón son algo mayor que el resto de los ejemplares machos provenientes de las localidades de Guantánamo. La genitalia masculina representada por Avram en la descripción original muestra al parecer tres pares de sedas ventrolaterales, en cambio los ejemplares de Guantánamo examinados en el presente trabajo poseen solo dos pares de sedas ventrolaterales (Fig. 2.24 D-G

VS. H). Según lo observado en los caribbiantinos el número de sedas ventrales es un caracterer que define especies (A. Alegre, obs. pers.). A pesar de estos indicios, es imprescindible adquirir material de la localidad tipo para realizar el estudio comparativo y poder designar con seguridad estos ejemplares a un nuevo taxón, perteneciente al género Decuella.

153

Tabla 2.14. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos de Decuella cubaorientalis.

Macho Macho Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra Hembra (Holotipo) CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC ISER 3.3398 3.3399 3.4378 3.4013 3.4000 3.3398 3.4358 3.4378 3.3399 Escudo dorsal

LED 2.10 1.88 1.92 1.92 1.68 1.88 1.88 1.88 2.0 2.0

AED - 1.56 1.64 1.68 1.44 1.64 1.60 1.64 1.68 1.72

LC - 0.80 0.84 0.80 0.72 0.80 0.76 0.80 0.88 0.76

AC - 1.40 1.40 1.48 1.28 1.36 1.36 1.36 1.48 1.40

Pedipalpo

Tr 0.30 0.40 0.36 0.40 0.32 0.28 0.32 0.32 0.36 0.32

Fe 2.60 1.84 2.08 2.08 1.76 2.20 1.76 1.92 1.84 2.0

Pa 1.50 1.20 1.16 1.20 1.12 1.08 0.96 1.04 1.08 1.12

Ti 1.05 0.84 0.88 0.88 0.80 0.80 0.80 0.84 0.84 0.92

Ta 0.90 0.68 0.76 0.68 0.68 0.80 0.68 0.72 0.64 0.80

Total 6.35 4.96 5.16 5.24 4.68 5.16 4.52 4.84 4.76 5.16

155

Tabla 2.15. Medidas (en mm) de las patas de Decuella cubaorientalis.

Macho Macho Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra Hembra Holotipo CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

ISER 3.3398 3.3399 3.4378 3.4013 3.4000 3.3398 3.4358 3.4378 3.3399

Patas Tr - 0.32 0.28 0.32 0.24 0.32 0.24 0.28 0.32 0.28

Fe - 1.48 1.56 1.92 1.40 1.60 1.28 1.48 1.48 1.48

Pa - 0.40 0.44 0.40 0.36 0.44 0.40 0.40 0.40 0.40 I Ti - 1.20 1.36 1.28 1.20 1.40 1.16 1.24 1.24 1.28

Mt - 1.96 2.04 2.08 1.80 2.08 1.68 1.96 1.88 1.88

Ta - 1.12 1.08 1.16 1.12 1.16 1.00 1.08 1.12 1.08

Total 8.75 6.48 6.76 7.16 6.12 7.00 5.76 6.44 6.44 6.40

Tr - 0.36 0.40 0.32 0.40 0.36 0.36 0.36 0.28 0.40

Fe - 3.76 2.79 3.88 3.64 4.16 3.60 3.60 3.60 3.96

II Pa - 0.56 0.68 0.52 0.52 0.60 0.56 0.60 0.60 0.60

Ti - 3.32 3.40 3.40 3.28 3.60 3.08 3.20 3.20 3.40

Mt - 4.08 4.40 4.48 3.88 4.52 3.80 3.88 3.72 4.20

156

Ta - 2.96 3.20 3.20 3.04 3.44 2.80 2.92 2.88 3.04

Total 19.15 15.04 14.87 15.80 14.76 16.68 14.20 14.56 14.28 15.60

Tr - 0.40 0.40 0.40 0.40 0.40 0.40 0.40 0.40 0.44

Fe - 2.52 2.56 2.64 2.52 2.88 2.52 2.40 2.56 2.76

Pa - 0.60 0.72 0.60 0.52 0.60 0.64 0.60 0.60 0.60 III Ti - 1.60 1.68 1.60 1.60 1.80 1.48 1.60 1.60 1.60

Mt - 2.64 2.68 2.80 2.60 2.64 2.40 2.60 2.60 2.60

Ta - 1.16 1.44 1.32 1.28 1.40 1.08 1.28 1.24 1.16

Total 10.35 8.92 9.48 9.36 8.92 9.72 8.52 8.88 9.00 9.16

Tr - 0.44 0.40 0.44 0.40 0.44 0.44 0.44 0.40 0.44

Fe - 3.56 3.56 3.64 3.56 4.04 3.52 3.56 3.56 4.00

Pa - 0.72 0.56 0.64 0.64 0.64 0.56 0.68 0.68 0.64 IV Ti - 2.12 2.20 2.40 2.08 2.52 2.08 2.20 2.08 2.20

Mt - 3.6 3.80 3.88 3.72 4.40 3.40 3.60 3.60 3.80

Ta - 1.68 1.72 1.76 1.68 2.00 1.52 1.68 1.68 1.68

Total 13.65 12.12 12.24 12.76 12.08 14.04 11.52 12.16 12.00 12.76

157

159

Figura 2.22. Ejemplar Decuella cf cubaorientalis, macho (CZACC 3.3398): A, C.

Habitus, vista dorsal; C. Habitus, vista lateral; B. Habitus, dorsal del macho holotipo (tomado de Avram, 1977). Escala = 1 mm.

Figura 2.23. Estructura glandular del metatarso III del macho Decuella cf. cubaorientalis. A–D. macho (CZACC 3.3398), microfotografías electrónicas de barrido: A. vista general del metatarso III, zona resaltada mostrando forma del surco (forma de ojal estrecho); B. ampliación de la zona resaltada en A, mostrando la profundidad del surco; C. Ampliación del surco ventral, flechas blancas señalando sedas (en forma de pincel corto, basalmente estriada y torcida), cabezas de flechas blancas mostrando aberturas glandulares (poros) dispuestas irregularmente alrededor de las sedas; D. tegumento del surco ventral.

160

161

Figura 2.24. Genitalia masculina del ejemplar Decuella cf.cubaorientalis, macho

(CZACC 3.3398), parte distal del pene: A. Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida;

C. Vista ventral y lateral total del pene; D. Vista lateral; E. Vista lateral expandida;

F. Vista ventral; G. Vista ventral, expandida. Escala = 0.1 mm. Abreviaturas: Abe =

Abertura, Est= Estilo, Co= conductor, Fo= Follis, Str= stragulum, SA = sedas apicales, SVL = sedas ventrolaterales.

Género Manahunca Šilhavý, 1973

Manahunca Šilhavý 1973a: 140; Avram 1977: 126 (especie tipo Manahunca bielawskii Šilhavý,

1973, por designación original).

Diagnosis enmendada. Escudo dorsal casi rectangular. Montículos oculares divergentes con escasos gránulos pequeños, localizados cerca del surco I. Áreas mesotergales y terguitos libres solo con tubérculos.

Patas casi lisas, solo cubiertas por finos dentículos setíferos. Pedipalpos con tibia ectal IIIi (1 <2 = 3> 4), tibia mesal IIII (1 <2 = 3 = 4), tarso ectal IiIii (1 = 3> 2 = 4 =

5) y tarso mesal IiIii (1 = 3 > 2 = 4 = 5). Tubérculo setifero mesoproximal en la tibia del pedipalpo desplazado casi ectalmente. Los tubérculos setíferos mesales distales separados ampliamente del tubérculo setífero mesoproximal, dejando un gran espacio en la serie de tubérculos. Machos con un engrosamiento distal del metatarso III, localizado principalmente en la tercera parte desde la porción proximal del segmento. Área engrosada del metatarso III con surco ventral ancho y profundo (como un ojal), con sedas conspicuas. Sedas con la base del tallo

162

estriado y torcido, distalmente ensanchado en forma de pinceles largos

(lanceolados). Sedas dispuestas longitudinalmente en dos filas alternas. Poros dispuestos irregularmente alrededor de la base de las sedas. Fórmula tarsal de la pata I 6–9, pata II 11–16, pata III y IV 8–9. Pene largo con un truncus delgado y pars distalis engrosada en el tercio distal del pene (forma de copa). Cápsula interna compuesta por un estilo apicalmente puntiagudo, lateroapicalmente aplanado y ancho, flanqueado por dos conductores fusionados basalmente.

Conductores apicalmente con una proyección ventral laminar, estrecha y con extremos aguzados. El tronco del pene presenta ventralmente una proyección apical en forma de gancho y dos pares de sedas apicales. El par de sedas más apical, es diminuto y bifurcado; los tres pares ventrolaterales posteriores son más largos.

Especies incluidas. Manahunca bielawskii Šilhavý, 1973 (especie tipo);

Manahunca cuevajibarae Avram, 1977; Manahunca turquino sp. nov.; Manahunca matazon sp. nov.

Distribución. Oriente de Cuba.

Comentarios. Manahunca parece estar estrechamente relacionado con

Caribbiantes Šilhavý 1973 en su morfología, pero se distingue claramente de éste por la presencia de tubérculos (en lugar de espinas) en sus áreas mesotergales y terguitos libres, y por la mayor longitud de sus patas. En cuanto a la morfología del pene, la cápsula interna, como en Caribbiantes, también está compuesta por un estilo apicalmente puntiagudo, lateroapicalmente aplanado y ancho, flanqueado por dos conductores fusionados basalmente. Sin embargo, los conductores en

163

Manahunca poseen apicalmente una proyección laminar ventral estrecha y aguzada, y no lóbulos dilatados como en Caribbiantes. El proceso apical del truncus en Manahunca presenta ventralmente una forma de gancho, mientras que en las especies de Caribbiantes puede presentarse en forma de gancho bajo con base ancha o de gancho alto como en C. iberia sp. nov.

Manahunca bielawskii Šilhavý, 1973

(Figs. 2.25–2.27, 2.44 D, tablas 2.16–2.17)

Manahunca bielawskii Šilhavý, 1973a: 140, figs 67–68.

Manahunca silhavyi Avram, 1977: 127, figs 11–13 (nueva sinonimia).

Tipos: Macho Holotipo y 1 juvenil paratipo (MCZ, perdidos, ver comentarios),

Montañas La Gran Piedra, Provicia Oriente (actualmente Santiago de Cuba),

Cuba, 1100–1200 m s.n.m, 7-II-1967, R. Bielawski y A. Riedel cols., bajo piedras.

Macho neotipo (aquí designado), ladera NO de La Gran Piedra, Gran Piedra,

Santiago de Cuba (20° 00' 35.5'' N; 75° 38' 13.8'' O), aproximadamente 1200 m s.n.m., 16-III-2008, Rayner Núñez y René Barba leg., en grietas de la "gran piedra"

(CZACC 3.4352).

Manahunca silhavyi Avram, 1977, tipo: macho holotipo (ISER) (no examinado),

Valle del Río Indio, Sierra de la Gran Piedra, Provincia de Oriente (actualmente

Santiago de Cuba), Cuba, 1000–1100 m s.n.m., 26-III-1969, V. Decou y St.

Negrea, en la hojarasca.

164

Otro material examinado: una hembra MCZ IZ 14651; dos hembras (CZACC

3.4353; 3.4354), un macho (CZACC 3.4355), con los mismos datos del neotipo; 1 macho, alrededores de La Isabelica (nuevo registro), Gran Piedra, Santiago de

Cuba (20° 00 '32.68' 'N; 75° 37' 18.8 '' O), 1119 m s.n.m., 10-III-2008, René Barba leg., bajo piedras (CZACC 3.4356); un macho, El Olimpo (nuevo registro), Gran

Piedra, Santiago de Cuba (20° 00 '41' 'N; 75° 39' 42'' O), 900 m s.n.m., 13-III-

2008, René Barba leg., debajo de piedras (CZACC 3.4357) y un macho, área de la torre ETECSA, Gran Piedra, Santiago de Cuba (20° 00' 21.5" N; 75° 37' 13.2" O),

1000 m snm, 17-III-2008, René Barba leg., bajo piedras (CZACC 3.4358).

Diagnosis: se distingue claramente de otras especies del género por su escudo dorsal bajo, áreas mesotergales y terguitos libres solo con tubérculos. Área IV con dos pares de tubérculos paramediales (el par externo más grande), un tubérculo medial pequeño entre ellos y un par de tubérculos laterales; terguitos libres I y III con un par de tubérculos paramediales (más fuerte en terguito libre III) y terguito libre II con un tubérculo medial. Patas lisas, solo con escasos dentículos setíferos con sedas cortas; fórmula tarsal 7: 11–13: 8–9: 8–9. Pene con cápsula interna compuesta por un estilo aplanado lateroapicalmente, ancho y muy largo, con el extremo apical puntiagudo (forma lanceolada) y dos conductores fusionados basalmente, cada uno apicalmente con un extremo libre, delgado y laminar proyectado ventralmente. La altura del estilo supera notablemente la altura de los conductores.

Descripción del macho neotipo. Medidas del dorso: LC 0.92, AC 1.72, LED 2.28,

AED 1.92. Medidas de los apéndices en tablas 2.16–2.17.

165

Dorso (Figs. 2.25 A–D): escudo dorsal casi rectangular, bajo en vista lateral (Fig.

2.25 A, B). Margen anterior del escudo dorsal con escotaduras quelicerales poco profundas y una hilera de 5–6 dentículos pequeños en cada lado, dispuestos muy juntos sobre una cresta, como una palizada (Fig. 2.25 A, B). Carapacho finamente granulado, con gránulos visibles en la región medial y delante de cada ojo.

Tubérculos oculares cerca del surco I, proyectados lateralmente y con pequeños gránulos (Fig. 2.25 C, D). Márgenes laterales del escudo dorsal con una hilera de tubérculos pequeños, bajos y redondeados que aumentan moderadamente de tamaño hacia el extremo distal del margen. Cuatro áreas mesotergales bien definidas, fuertemente granuladas. El área I se divide en dos mitades, izquierda y derecha, por un surco medio poco profundo y largo, que estrecha el área medialmente de forma ligera (Fig. 2.25 A, B). Cada mitad tiene un tubérculo lateral pequeño. Áreas II–III con un par de tubérculos paramediales y un par de tubérculos laterales. Área IV con dos pares de tubérculos paramediales y un tubérculo medial más pequeño entre ellos (Fig. 2.25 A). El par más externo de tubérculos paramediales en el Área IV es ligeramente más grande que los otros dos tubérculos paramediales, y adyacente a ellos, está presente un par adicional de tubérculos laterales. Margen posterior y terguitos libres con una hilera de tubérculos. Terguitos libres I y III con un par de tubérculos paramediales, más robustos en terguito libre III. Terguito libre II con un tubérculo medial. Opérculo anal granulado.

Vientre: Coxas cubiertas por pequeños gránulos setíferos. Coxa I con una hilera anterior de pequeños tubérculos setíferos. Coxa III–IV con una hilera anterior de

166

pequeños tubérculos que parecen formar pequeños puentes con la parte posterior de la coxa precedente. Esternitos libres con una hilera de pequeños gránulos.

Opérculo genital corto y estrecho.

Quelícero: basiquelicerito con bulla robusta. Mano muy engrosada (hipertelia), con gránulos setíferos dispersos, sedas más largas hacia la porción distal (Fig. 2.25

C). Dedo fijo con seis dientes distalmente. Dedo móvil con un diente basal, robusto y romo, seguido por un diente aserrado similar a una cúpula y distalmente 10 dientes. Dedos quelicerales curvos, con una gran abertura basal cuando están cerrados.

Pedipalpo: Coxa dorsalmente con un grupo de 5 tubérculos pequeños y un tubérculo mesoproximal pequeño. Ectalmente, con un tubérculo proximal similar a un diente (compuesto por dos tubérculos pequeños fusionados), seguido de un tubérculo sencillo y un tubérculo setífero distal. El lado ventral de la coxa muestra un grupo de 5 tubérculos proximales sobre una protuberancia, seguidos de un pequeño tubérculo setífero, otro tubérculo setífero subdistal y un tubérculo setífero distal más grande. Trocánter dorsalmente con un pequeño gránulo distal, ectoproximalmente con un tubérculo setífero, seguido de otro tubérculo más pequeño. Ventralmente, con un tubérculo proximal y un pequeño tubérculo setífero distal. Fémur dorsalmente con 6–7 tubérculos setífereos muy pequeños y ventralmente otros 8 tubérculos setífereos pequeños. Patela engrosada en la tercera porción distal, dorsalmente con escasos gránulos setíferos, pero distal fuertemente granulado. Ventralmente con un fuerte tubérculo setífero mesodistal.

Tibia dorsalmente granulada y tarso con escasos gránulos setíferos pequeños.

167

Ambos segmentos ventralmente exhiben fuertes tubérculos setíferos como sigue: tibia ectal IIIi (1<2=3>4), tibia mesal IIII (1<2=3=4); tarso ectal IiIii (1=3>2=4=5), tarso mesal IiIi (1=3>2=4). El tubérculo setífero mesoproximal de la tibia está desplazado casi ectalmente, y los tubérculos setíferos mesales subsiguientes se separan ampliamente de este, dejando un gran espacio entre ellos. En la región medial de la tibia, entre los tubérculos setíferos, hay una fila longitudinal de 5 diminutos tubérculos setíferos. Tarso que termina en una poderosa garra tarsal, que excede la longitud de este segmento.

Patas: casi lisas, cubiertas por finos dentículos setíferos. Coxa IV con gránulos dorsalmente. Metatarsos I–IV con dos sedas rígidas ventrodistales. Metatarso III

(Macho CZACC 3.4367 SEM) con un engrosamiento en la región del calcáneo ubicado en la tercera parte desde la porción proximal del metatarso; en forma de huso (Fig. 2.4 A). Superficie ventral de la región engrosada con un surco ancho y profundo, con forma de ojal, con 28 sedas (Fig. 2.25 A, B). Tallo de las sedas estriado en la base y torcido, distalmente ensanchado en forma de pinceles largos

(lanceolados) (Fig. 2.25 C). Sedas dispuestas longitudinalmente en dos hileras paralelas alternas (Fig. 2.25 B). Numerosos poros (aberturas glandulares) dispuestos de forma irregular alrededor de la base de las sedas (Fig. 2.25 C). El tegumento adyacente a las sedas es arrugado y tiene surcos poco profundos entre los poros y las sedas (Fig. 2.25 D). Patela IV con una pequeña prolongación dorsodistal medial aguda. Uña tarsal, doble y perpendicular al eje de las patas.

Distitarsus III–IV con escópula. Fórmula Tarsal: 7 (3): 11, 12 (4): 8: 8.

168

Pene (Figs. 2.27) (Macho neotipo CZACC 3.4352; macho CZACC 34367 SEM): en forma de copa, con el engrosamiento de la pars distalis en el tercio distal del truncus (Figura 2.27 C). Glande con un gran stragulum que se articula dorsodistalmente en el truncus, como una navaja. Stragulum apicalmente estrecho en vista dorsal (Fig. 2.27 A, H); con una hendidura ancha y profunda, rebordes distales y numerosas arrugas transversales sobre el área de la unión con el truncus (Fig. 2.27 A, B, H). Cuando evierte, el stragulum expone su extensión ventral en forma de un follis espinoso, exponiendo también la cápsula interna (Fig.

2.27 B, E). Cápsula con un estilo lateroapicalmente aplanado y muy ancho, con el extremo apical puntiagudo (forma lanceolada) y dos conductores fusionados en la base (Fig. 2.27 B, E). La porción apical de los conductores presenta extremos libres laminares, estrechos y distalmente aguzados, proyectados ventralmente

(Figs. 2.27 E, G). El estilo supera notablemente la altura de los conductores (Figs.

2.27 B, E, G). Truncus ventralmente con un proceso ventroapical en forma de gancho y cinco pares de sedas (Figs. 2.27 D, F, G, J). Par de sedas más apicales diminuto y bifurcado, par de sedas apicales subsiguientes notablemente más largas y también bifurcadas, sin exceder el tamaño de las sedas vetrolaterales, que son foliares acuminadas y dispuestas en dos hileras oblicuas (Figs. 2.27 D-G,

J).

Coloración (en etanol): dorso amarillo con patrones marrones. Carapacho amarillo en la región medial, con una línea marrón que delinea el borde por debajo de las hendiduras quelicerales, cerca del margen anterior. Marcas reticuladas color marrón hacia la región anterolateral del carapacho. Márgenes laterales del

169

carapacho con marcas irregulares marrón. Las áreas mesotergales son marrones, siendo más claras en su región medial. Áreas I–III lateralmente con manchas redondas más claras, sobre las cuales aparecen los tubérculos. Margen posterior marrón, con una mancha redonda medial más clara. Los terguitos libres son de color marrón, con los tubérculos pequeños más claros. Coxas de las patas marrones, con pequeñas manchas redondas más claras. Trocánteres amarillos, con manchas reticuladas marrones. Patelas marronas, con manchas redondas claras marcadas y bordes distales de color marrón oscuro. Fémur–tibia de todas las patas con bandas marronas y amarillas. Bandas más oscuras (marrones) de fémures-tibias con manchas redondas más claras. Coxas del pedipalpo amarillas.

Fémur y patela del pedipalpo con un patrón marrón reticulado hacia los bordes proximales y distales, pero amarillo en la región media. Manos de los quelíceros amarillas, con reticulaciones marrones y dedos de color marrón rojizo.

Hembra (CZACC 3.4353): Similar al macho. Margen anterior del carapacho con una hilera de 3–4 dentículos muy pequeños a cada lado lateral. Áreas mesotergales menos granuladas y con menos tubérculos que el macho. Área III con un par de tubérculos paramediales bien separados. Área IV con un par de tubérculos paramediales, y entre ellos un par de tubérculos mediales más pequeños. Quelíceros con mano delgada (sin hipertelia). Dedo fijo con 5 dientes distales. Dedo móvil con 9 dientes distales. Apertura entre los dedos quelicerales ausente. Coxa del pedipalpo que difiere del macho en el número de tubérculos: dorsalmente con un grupo de 3 tubérculos mediales pequeños; ectalmente con un tubérculo proximal similar a un diente (compuesto por 2–3 tubérculos pequeños

170

fusionados); ventralmente con un grupo de 3–4 tubérculos proximales sobre una protuberancia. Patas: metatarso III sin calcáneo engrosado, ni la estructura glandular presente en los machos. Pata IV con fémur, patela y tibia ligeramente más delgada que las del macho. Patrón de coloración como en el macho. Fórmula

Tarsal: 7 (3): 13 (4): 9: 9. Mediciones del cuerpo y de los apéndices en las tablas

1–2.

Variabilidad: Machos (n=5); hembras (n=2). Mediciones en las tablas (2.16-2.17).

Los pequeños dentículos en el margen anterior varían en número (3–7). Los tubérculos en áreas mesotergales, terguitos y esternitos libres son variables en número. El área III muestra 1–2 pares de tubérculos paramediales. Cuando se presentan dos pares, también podría aparecer un par adicional de pequeños tubérculos paramediales. Área IV con 1–2 pares de tubérculos paramediales fuertes y ocasionalmente otro par de tubérculos paramediales más pequeños y 1 tubérculo medial entre ellos. Margen posterior con 4 tubérculos, el par externo es el más grande. El grupo dorsoproximal de los tubérculos en las coxas del pedipalpo varía en el número de tubérculos (3–7). Ectalmente, la coxa pedipalpo también exhibe variabilidad en el número de tubérculos. En particular, el tubérculo proximal de la coxa, similar a un diente podría presentar 2–3 tubérculos pequeños.

Mesalmente, la coxa del pedipalpo de forma ocasional tiene un pequeño tubérculo proximal. Ventralmente, el grupo de los tubérculos proximales que se encuentran sobre una protuberancia varía en número (3–5). Quelíceros desarrollados

(hipertelia) en tres machos (incluido el neotipo) y dos machos con quelíceros delgados, similares a los de las hembras, que muestran dimorfismo masculino.

171

Dedos quelicerales con alguna variación en la dentición; dedos fijos con 5–7 dientes distales, dedos móviles a veces con un diente basal, robusto y romo

(ausente en las hembras); el diente aserrado similar a una cúpula también puede estar ausente en las hembras y en los machos no hipertélicos y los dientes distales pueden variar en un número de 8–10. La apertura basal entre ambos dedos puede estar ausente, como en las hembras y en los machos no hipertélicos.

El número de sedas en la región engrosada del metatarso III de los machos puede variar de 27–29. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos en las patas

II–IV: 7: 11–13: 8–9: 8–9.

Distribución: Solo conocida de la Sierra de la Gran Piedra, provincia Santiago de

Cuba (Fig. 2.44 D).

Historia Natural: dos machos (incluido el neotipo) y dos hembras recolectadas en las grietas de la piedra que da el nombre a la localidad (Gran Piedra), a 1200 m s.n.m. Los individuos restantes fueron recolectados bajo rocas en el bosque de pinos o en la pluvisilva. Los individuos Manahunca comparten hábitats con otras especies de opiliones laniatores como Orghidaniella granpiedrae Avram, 1977,

Dumitrescuella ornata Avram, 1977, Torrena spinata Avram, 1977 (Agoristenidae) y Kimula goodnightorum Šilhavý, 1969 (Kimulidae).

Comentarios: El espécimen en el MCZ (MCZ IZ-14651) supuestamente corresponde al holotipo masculino de M. bielawskii, pero en realidad es una hembra en malas condiciones y su etiqueta de “holotipo” fue añadida posteriormente. A este ejemplar le falta la parte distal del opistosoma y solo se conservan el prosoma, los pedipalpos, los quelíceros y una pata III. Como el

172

espécimen es un adulto, su identificación como hembra se basa en la morfología del metatarso III, que carece de la región engrosada típicamente presente en los machos. Por lo tanto, este espécimen no puede ser el holotipo descrito por

Šilhavý. A pesar de los esfuerzos por localizar el holotipo, se desconoce su paradero. Tampoco se localizaron otros especímenes asignables a esta especie, es decir, el paratipo juvenil al que se refirió Šilhavý (1973a). El Artículo No. 75 del

Código Internacional de Nomenclatura Zoológica recomienda la designación de un neotipo, dentro de la serie de paratipos o paralectotipos, en los casos en que se haya perdido el holotipo. Incluso si esta hembra fuera la misma referida por

Šilhavý en su trabajo como "otro espécimen de la misma localidad, que está dañado (faltándole la parte distal del opistosoma y algunas patas)", decidimos designar a un macho de la localidad tipo como neotipo para esta especie, ya que no está completamente claro si la hembra dañada pertenece a esta u otra especie simpátrica, dada la falta de caracteres diagnósticos en las hembras, como los caracteres de los genitales y el metatarso III de los machos.

Manahunca silhavyi se considera aquí como un sinónimo junior de M. bielawskii, luego de un análisis minusioso de las descripciones de ambas especies hechas por Šilhavý (1973a) y Avram (1977), que son casi idénticas. No pudimos identificar ningún caracter de estas descripciones originales que pudiera justificar la separación de M. silhavyi de M. bielawskii. Las únicas diferencias aparentes están en los genitales masculinos, hasta donde se puede observar en las ilustraciones originales en ambas descripciones. Sin embargo, los dibujos originales representan el pene en diferentes orientaciones, lo que pudo haber causado la

173

interpretación errónea de que eran especies diferentes. La porción apical del pene en el dibujo de Šilhavý está en la vista dorsolateral, con la cápsula interna evertida, mientras que en el dibujo de Avram está casi en vista ventral, sin eversión de la cápsula interna. La proyección amplia y baja que parece ser el proceso ventroapical en el dibujo de Šilhavý posiblemente podría ser solo la parte más apical de esta estructura. La expansión del follis, que es muy prominente desde esta posición del pene, podría haber interferido en la representación del proceso apical como un todo. Además, ambas especies fueron descritas del sistema montañoso de La Gran Piedra, en la provincia de Santiago de Cuba. La localidad tipo de M. bielawskii, a la que se refiere Šilhavý es "La Gran Piedra, 1100 m-1200 m", y para M. silhavyi según Avram es "Valle de Río Indio, prés des sources, à 1000–1100 m d'altitud, Sierra de La Gran Piedra, Provincia de Oriente

[ahora Santiago de Cuba], Cuba", dos localidades muy cercanas entre sí, aproximadamente a 2–3 km de distancia. El estudio morfológico de varios especímenes de CZACC y de múltiples viajes de campo a estas localidades y sus alrededores, siempre reveló especímenes solamente de una especie de

Manahunca con una morfología uniforme del pene y concordando con la descripción de M. bielawskii. Por lo tanto, nuestro estudio no arrojó ninguna evidencia en contra de la sinonimia propuesta.

Tabla 2.16 Medidas (en mm) del escudo dorsal y pedipalpos de Manahunca bielawskii. Tipo S. = datos del holotipo (Šilhavý 1973); Tipo A. = datos de M. silhavyi (Avram 1977).

174

Macho Hembra Hembra Macho Macho Macho Macho Macho Macho

(neotipo) CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC Tipo S. Tipo A.

CZACC 3.4353 3.4354 3.4355 3.4356 3.4357 3.4358

3.4352

Escudo

Dorsal

LED 2.28 2.32 2.40 2.20 2.28 2.20 2.20 - 1.85

AED 1.92 1.88 1.92 1.72 1.92 1.80 1.72 - -

LC 0.92 0.88 0.88 0.88 0.96 0.92 0.84 - -

AC 1.72 1.56 1.52 1.48 1.72 1.60 1.60 - -

Pedipalpo

Tr 0.42 0.39 0.36 0.42 0.42 0.39 0.39 - 0.35

Fe 2.01 1.92 1.95 1.86 1.98 1.71 1.95 - 1.90

Pa 1.08 1.14 0.96 1.02 1.08 0.96 1.08 - 1.00

Ti 0.96 0.96 0.93 0.87 0.96 0.66 0.93 - 1.00

Ta 0.78 0.78 0.75 0.75 0.75 0.78 0.75 - 0.75

Total 5.25 5.19 4.95 4.92 5.19 4.5 5.10 4.7 5.00

Tabla 2.17. Medidas (en mm) de las patas de Manahunca bielawskii.

Patas Macho Hembra Hembra Macho Macho Macho Macho Macho Macho

(neotipo) CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC Tipo S Tipo A

CZACC 3. 4353 3. 4354 3. 4355 3. 4356 3. 4357 3. 4358 I Tr 0.39 0.33 0.33 0.33 0.36 0.30 0.30 - 3.4352

175

Fe 1.56 1.53 1.53 1.50 1.56 1.35 1.53 -

Pa 0.48 0.48 0.45 0.45 0.45 0.42 0.45 -

Ti 1.38 1.35 1.38 1.38 1.35 1.14 1.35 -

Mt 2.13 2.01 2.13 1.98 2.04 1.77 2.13 -

Ta 1.20 1.20 1.20 1.20 1.20 1.08 1.20 -

Total 7.14 6.90 7.02 6.84 6.96 6.06 6.96 6.50 6.50

II Tr 0.42 0.42 0.42 0.42 0.42 0.36 0.42 - -

Fe 3.60 3.66 3.60 3.54 3.48 3.06 3.66 - -

Pa 0.66 0.60 0.66 0.72 0.66 0.60 0.72 - -

Ti 3.00 3.12 3.18 2.88 3.00 2.52 3.12 - -

Mt 3.96 4.02 4.14 3.84 3.9 3.36 4.08 - -

Ta 3.00 3.06 2.88 2.82 2.94 2.70 3.06 - -

Total 14.64 14.88 14.88 14.22 14.40 12.60 15.06 13.6 15.25

III Tr 0.54 0.42 0.48 0.48 0.48 0.42 0.42 - -

Fe 2.76 2.82 2.82 2.70 2.70 2.22 2.76 - -

Pa 0.72 0.66 0.72 0.66 0.72 0.66 0.66 - -

Ti 1.98 1.80 1.86 1.80 1.86 1.56 1.86 - -

Mt 3.00 2.94 3.06 2.88 2.94 2.46 3.06 - -

Ta 1.56 1.50 1.62 1.50 1.56 1.20 1.50 - -

Total 10.56 10.14 10.56 10.02 10.26 8.52 10.26 9.00 10.35

IV Tr 0.48 0.54 0.48 0.54 0.48 0.48 0.48 - -

176

Fe 3.60 4.08 4.08 3.90 4.08 3.00 3.90 - -

Pa 0.84 0.72 0.84 0.78 0.90 0.78 0.78 - -

Ti 2.46 2.52 2.52 2.46 2.46 2.10 2.46 - -

Mt 4.20 4.38 4.44 4.14 4.08 3.36 4.32 - -

Ta 1.98 2.10 2.16 2.10 1.98 1.80 2.16 - -

Total 13.56 14.34 14.52 13.92 13.94 11.52 14.10 12.80 13.60

177

Figura 2.25. Manahunca bielawskii, macho neotipo (CZACC 3.4352): A. Habitus, vista dorsal; B. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm.

178

Figura 2.26. Estructura glandular del metatarso III del macho en Manahunca bielawskii. A–D. macho (CZACC 3.4367), microfotografías electrónicas de barrido:

A. vista general del metatarso III, zona resaltada mostrando forma del surco (form– a de ojal); B. ampliación de la zona resaltada en A, mostrando la profundidad del surco; C. Ampliación del surco ventral, flecha blanca señalando una seda (en forma de pincel largo, basalmente estriada y torcida), cabezas de flechas blancas mostrando aberturas glandulares (poros) dispuestas irregularmente alrededor de las sedas; D. tegumento del surco ventral.

179

180

Figura 2.27. Manahunca bielawskii, macho neotipo (CZACC 3.4352) dibujos de líneas, macho CZACC 3.4367 (SEM), parte distal del pene: A. Vista dorsal; B.

Vista dorsal, expandida; C. Vista ventral y lateral total del pene; D. Vista lateral; E.

Vista lateral expandida; F. Vista ventral; G. Vista ventral expandida; H. Vista dorsal

SEM, I. Vista lateroapical (SEM); J. Vista ventral (SEM). Escala = 0.1 mm.

Abreviaturas: Abe = Abertura, Est = Estilo, Co = conductor, Fo = Follis, Reb = reborde, Str = stragulum, SA = sedas apicales, SV= sedas ventrales.

.

181

Manahunca cuevajibarae Avram, 1977

(Figs. 2.28, 2.44 D, tablas 2.18–2.19)

Manahunca cuevajibarae Avram, 1977: 126, fig.10; Armas & Alayón, 1984: 277; Rambla &

Juberthie, 1994: 220.

Tpos: Macho holotipo (ISER) (no examinado). Cuba Santiago de Cuba. Tercer

Frente, Baire, Cueva Jíbara, cerca de Las Cruces, 560 m.

Comentarios: Esta especie fue descrita por Avram a partir de un único macho, pero la genitalia masculina es desconocida, pues no fue representada. Sin embargo, consideramos aunque no ha sido posible la revisión del holotipo, ubicado en el ISER, que probablemente es una especie válida por las características externas referidas en la descripción original como: área IV con un par de tubérculos laterales afilados; terguito libre II con 4 tubérculos paramediales; terguito libre III con un par notable de tubérculos paramediales; las medidas del cuerpo y los apéndices y además por su presencia en una localidad diferente

(Cueva Jíbara, Municipio Baire, Santiago de Cuba) (Fig. 2.44 D).

Tabla 2.18. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos de Manahunca cuevajibarae. Tomadas de Avram (1977).

Macho (Holotipo) ISER LED AED LC AC

Escudo dorsal 2.30 - - -

Tabla 2.19. Medidas en (mm) de las patas de Manahunca cuevajibarae. Tomadas de Avram (1977).

182

Macho (Holotipo) Tr Fe Pa Ti Mt Ta Total

ISER

Pedipalpo 0.55 2.15 0.65 1.05 0.85 5.20

Pata I ------8.50

Pata II ------18.15

Pata II ------12.85

Pata IV ------18.20

Figura 2.28. Manahunca cuevajibarae. Habitus, vista dorsal (tomado de Avram,

1977). 183

Manahunca turquino sp. nov.

(Figs. 2.29–2.31, 2. 44 D, tablas 2.20–2.21)

Tipos. Cuba: macho holotipo, alrededores de la estación biológica Aguada de

Joaquín, Parque Nacional Pico Turquino, Granma (20° 0' 52.69'' N; 76° 50' 22.96''

O), 850 m s.n.m., I-III-2012, CarBio Team leg., cernido de hojarasca (CZACC

3.4359). Paratipos: una hembra, los mismos datos que el holotipo (CZACC

3.4360); una hembra, Descanso El Cardero, entre La Emajagua y Pico Cuba,

Parque Nacional Pico Turquino, Santiago de Cuba (19° 58' 00'' N; 76° 50' 00'' O),

1300 m s.n.m., 6-II-2000, Elier Fonseca leg., debajo de rocas (CZACC 3.4361) y una hembra, La Platica, Parque Nacional Pico Turquino, Granma (20° 00' 43.1" N;

76° 54' 09.5" O), 900 m s.n.m., 24-XI-2007, Elier Fonseca leg. (CZACC 3.4362).

Etimología. El epíteto específico es un sustantivo en aposición que alude al nombre de su localidad tipo.

Diagnosis. Manahunca turquino sp. nov. es similar a M. bielawskii, pero difiere de este por su mayor tamaño, apariencia más lisa, las áreas mesotergales y terguitos libres solo con pequeños tubérculos y gránulos. Patas lisas con escasos dentículos setíferos (de sedas cortas). Metatarsos III (de los machos) engrosados en la región del calcaneus (en la tercera porción desde la región proximal del metatarso), con 37 sedas sobre la superficie del surco ventral. Fórmula tarsal 8–9:

15–16: 8: 8 (n=4). También se distingue claramente de M. bielawskii por la morfología del pene. La cápsula interna posee un estilo lateroapicalmente aplanado y ancho con un extremo aguzado, pero presenta una proyección

184

ventrosubapical pronunciada que le confiere una forma de arpón, que lo diferencia del de M. bielawskii. Los dos conductores están fusionados en su base y cada uno presenta ventroapicalmente una proyección laminar estrecha y aguzada en sus extremos. El truncus ventralmente presenta un proceso apical en forma gancho y cinco pares de sedas como en M. bielawskii. El par más apical de sedas es mucho más corto que el resto de sedas y están desigualmente bifurcadas.

Descripción del macho holotipo: medidas del dorso: LC 1.04, AC 1.96, LED

2.68, AED 2.36. Medidas de los apéndices en tablas 3–4.

Dorso (Figs. 2.29 A-D): Escudo dorsal casi rectangular. Margen anterior con hendiduras quelícerales poco profundas y una hilera de 7–8 pequeños dentículos a cada lado (Fig. 2.29 A). Carapacho finamente granulado, con algunos gránulos que sobresalen en la región medial (Fig. 2.29 C). Tubérculos oculares cerca del surco I, proyectados lateralmente, con algunos pequeños gránulos (Fig. 2.29 A, B).

Márgenes laterales del escudo dorsal con una hilera de pequeños tubérculos redondeados, los cuales aumentan ligeramente de tamaño hacia el margen posterior. Áreas mesotergales cubiertas por pequeños gránulos redondeados y algunos pequeños tubérculos, los cuales sobresalen ligeramente sobre la superficie. Área I dividida en dos mitades, izquierda y derecha por un surco medial poco profundo y largo que constriñe medialmente de forma ligera el área (Fig. 2.29

A, B). Cada mitad del área I con un tubérculo lateral pequeño. Área II granulada con un par de tubérculos mediales y otro par de tubérculos laterales. Áreas III con un par de tubérculos mediales y otro par de tubérculos paramediales pequeños, ligeramente más evidentes que los otros tubérculos. Área IV cubierta de pequeños

185

tubérculos y con un par de tubérculos mediales algo mayores. Margen posterior y terguitos libres I y III con una hilera transversa de pequeños tubérculos, el par paramedial es ligeramente más evidente. Terguito libre II hilera de tubérculos espaciados y 1 tubérculo medial demarcado. Opérculo anal granulado.

Vientre: Coxa I con una hilera de pequeños tubérculos setíferos. Coxas III–IV también con una hilera anterior de pequeños tubérculos, que forman unos puentes cuticulares con la parte posterior de la coxa precedente. Esternitos libres con una hilera de pequeños gránulos. Opérculo genital corto y estrecho, con pequeños gránulos.

Quelícero: Basiquelicerito con bulla. Mano del quelícero grandemente desarrollada

(hipertelia), con gránulos setíferos dispersos. Numerosas sedas largas concentradas hacia la porción distal de la mano (Fig. 2.29 C, D). Dedo fijo distalmente con 7 dientes; dedo móvil con un diente basal robusto y romo y distalmente 8–9 dientes. Dedos quelícerales basalmente con una abertura ancha cuando están cerrados.

Pedipalpo: Coxa dorsalmente con 3–4 tubérculos pequeños y 1 tubérculo ectoproximal con forma de diente, seguido por 1–2 tubérculos pequeños ectales.

Coxa ventralmente con un grupo de 5 tubérculos proximales sobre un abultamiento y una hilera de 2–3 tubérculos setíferos, siendo el distal ligeramente más evidente. Trocánter dorsalmente solo con pequeños gránulos, pero ventralmente con un tubérculo setífero proximal y un tubérculo distal más pequeño. Ectalmente, el trocánter presenta un tubérculo muy pequeño. Fémur dorsalmente con 8 gránulos setíferos pequeños y otros 8 ventralmente. Patela

186

engrosada en el tercio distal, dorsodistalmente granulada y ventralmente con 1 fuerte tubérculo setífero mesodistal. Tibia y tarso dorsalmente con pequeños gránulos setíferos, pero el tarso es menos granulado. Ventralmente, ambos segmentos presentan fuertes tubérculos setíferos. Tibia ectal IIIi (1<2=3>4), tibia mesal IIII (1<2=3=4). Tarso ectal IiIii (1=3>2=4=5); tarso mesal IiIi (1=3>2=4),

Tubérculo setífero mesoproximal de la tibia ventral desplazado casi ectalmente.

Amplia separación entre el tubérculo setífero mesoproximal y los 3 tubérculos setíferos subsiguientes. Región medial del tarso exhibe ventralmente 5–6 tubérculos setíferos dispersos y muy pequeños. Tarso distalmente con una uña tarsal fuerte, que excede la longitud del tarso.

Patas: Fémures-metatarsos con pequeños y finos dentículos provistos de sedas cortas. Patelas III–IV con una pequeña prolongación dorsodistal. La forma general del metatarso III, forma del surco ventral en el calcaneus, morfología y disposición de las sedas como en M. bielawskii. Engrosamiento ubicado entre la tercera y cuarta porción del segmento metatarsal (Fig. 2.4 C) Surco ventral del metatarso con 37 sedas. No se pudo inspeccionar con SEM el tegumento de esta región para observar las aberturas de las glándulas. Uña tarsal lisa, doble y perpendicular al eje de las patas. Distitarsos III y IV con escópula. Fórmula tarsal: 9(3): 15(4): 8: 8.

Pene (Fig. 2.30): Relativamente de gran tamaño, mostrando una forma de copa.

Engrosamiento de la pars distalis hacia el tercio distal (Figs. 2.30 C). Glande con un gran stragulum que articula dorsodistalmente con el truncus como una navaja

(Fig. 2.30 A, B). Stragulum apicalmente estrecho en vista dorsal, que exhibe una hendidura ancha y profunda y rebordes distales delgados (Fig. 2.30 A-B, D-E).

187

Cuando el pene evierte, el stragulum expone su extensión ventral en forma de un follis espinoso y la cápsula interna (Fig. 2.30 E, G). Cápsula compuesta por un estilo lateroapicalmente aplanado y ancho. Estilo con extremo apical puntiagudo y una proyección ventrosubapical (forma de arpón) ((Fig. 2.30 E). Estilo flanqueado por dos conductores fusionados en su base, que apicalmente poseen extremos laminares libres, estrechos y puntiagudos, ventralmente proyectados (Figs. 2.30 E,

G). Estilo que ligeramente excede la longitud de los conductores (Figs. 2.30 B, E,

G). Truncus ventralmente con un proceso apical en forma de gancho y cinco pares de sedas (Figs. 2.30, D, F, G). Los dos primeros pares de sedas apicales del truncus más cortos que el resto, el par más apical mucho más pequeño y desigualmente bifurcado (la parte superior de las sedas visiblemente mayor que la inferior) (Figs. 2.30 D-G). Sedas ventrolaterales del truncus más largas y foliares- acuminadas, dispuestas en dos hileras oblicuas (Figs. 2.30 F, G).

Coloración (en etanol): Especimen muy despigmentado por la acción del etanol.

Dorso amarillo pálido, con algunos tonos marrón claro. Carapacho amarillo en la región medial, con algunas reticulaciones marrón claro en la región anterolateral.

Cerca del margen anterior, presenta una línea corta marrón sobre la cual emerge una hilera lateral de gránulos. Márgenes laterales con marcas irregulares marrón claro. Áreas mesotergales marrón claro, con marcas redondas más claras sobre la cual se elevan pequeños tubérculos. Región medial de las áreas con una marca longitudinal más oscura. Margen posterior y terguitos libres amarillo oscuro, con algunos tubérculos más claros. Pedipalpos y patas amarillo pálido, excepto fémur

IV y tibia IV, los cuales son amarillo oscuro casi en toda su extensión. Quelíceros

188

amarillo pálido, con márcas reticuladas tenues en la mano. Porción distal de la mano, dedos fijo y móvil amarillo oscuro.

Hembra (CZACC 3.4360): Similar al macho. Margen anterior del carapacho con una hilera de 6 pequeños dentículos a cada lado. Quelíceros no engrosados en la mano, (no hipertelia). Dedo fijo con 5 dientes distales. Dedo móvil sin diente basal, distalmente con 8–10 dientes. Abertura entre los dedos de los quelíceros ausente.

Coxas del pedipalpo dorsalmente con 3–5 pequeños tubérculos. Tubérculo ectoproximal bicúspide. Fémur del pedipalpo dorsalmente con 6–7 tubérculos setíferos muy pequeños, ventralmente con 5–6 tubérculos. Metatarso III sin calcaneus engrosado o la estructura glandular presente en machos. Pata IV con fémur, patela y tibia ligeramente más delgados que en el macho. Fórmula tarsal

8(3): 16(4): 8: 8. Opérculo genital más ancho y ligeramente más largo que en el macho. Patrón de coloración como en el macho, excepto en la pata IV que presenta fémur y tibia amarillo pálido. Medidas en las tablas 2.20–2.21.

Variabilidad: Macho (n=1); hembra (n=3): Medidas en tablas 3–4. Coxas de los pedipalpos con variabilidad en el número de tubérculos dorsoproximales (3–5).

Los tubérculos ectoproximales pueden ser tricúspide o bicúspide, seguidos de 1–3 pequeños tubérculos. Tubérculos ventroproximales (3–5) seguidos de 2–3 tubérculos ventrodistales, pero siempre el más distal es el más conspicuo. Fémur del pedipalpo dorsalmente con 6–8 pequeños tubérculos setíferos, ventralmente con 5–8 tubérculos setíferos. Fórmula tarsal: 8–9: 15–16: 8: 8.

Distribución: Conocida solo de la localidad tipo, Parque Nacional Pico Turquino, provincias Granma y Santiago de Cuba (Fig. 2.44 D).

189

Historia Natural: Los especimenes estudiados fueron recolectados debajo de piedras y en la hojarasca, entre 850–1300 m s.n.m.

Tabla 2.20. Medidas (en mm) del escudo dorsal y pedipalpos de Manahunca turquino sp. nov.

Macho Holotipo Hembra Hembra Hembra Escudo Dorsal CZACC 3.4359 CZACC 3.4360 CZACC 3.4361 CZACC 3.4362 LED 2.68 2.72 2.76 2.64 AED 2.36 2.32 2.48 2.16 LC 1.04 1.04 1.12 1.0 AC 1.96 1.88 2.0 1.88 Pedipalpo Tr 0.51 0.48 0.48 0.48 Fe 2.52 2.49 2.46 2.37 Pa 1.56 1.53 1.50 1.47 Ti 1.08 1.11 1.08 1.08 Ta 0.99 0.99 0.99 0.96 Total 6.66 6.60 6.51 6.36

Tabla 2.21. Medidas en (mm) de las patas de Manahunca turquino sp. nov.

Patas Macho Holotipo Hembra Hembra Hembra I Tr CZACC0.39 3.4359 CZACC0.36 3.4360 CZACC0.39 3.4361 CZACC0.36 3.4362 Fe 1.98 1.95 1.89 1.83 Pa 0.6 0.51 0.51 0.51 Ti 1.86 1.80 1.77 1.65 Mt 2.79 2.73 2.67 2.52 Ta 1.47 1.44 1.38 1.35 Total 9.09 8.79 8.61 8.22 II Tr 0.54 0.48 0.54 0.48

190

Fe 4.86 5.1 4.8 4.86 Pa 0.84 0.78 0.78 0.72 Ti 4.5 4.32 4.14 4.14 Mt 5.94 5.76 5.64 5.52 Ta 3.78 3.60 3.54 3.42 Total 20.46 20.04 19.44 19.14 III Tr 0.54 0.54 0.54 0.48 Fe 3.66 3.9 3.72 3.84 Pa 0.9 0.84 0.9 0.84 Ti 2.52 2.58 2.46 2.46 Mt 4.14 4.08 4.02 3.9 Ta 1.92 1.86 1.8 1.86 Total 13.68 13.8 13.44 13.38 IV Tr 0.54 0.54 0.54 0.6 Fe 4.86 5.46 5.1 5.22 Pa 1.02 0.96 0.96 0.84 Ti 3.3 3.6 3.3 3.3 Mt 5.94 4.8 5.94 5.76 Ta 2.7 2.64 2.52 2.46 Total 18.36 18.00 18.36 18.18

191

Figura 2.29. Manahunca turquino sp. nov., macho holotipo (CZACC 3.4359): A, B.

Habitus, vista dorsal; C, D. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm.

192

Figura 2.30. Manahunca turquino sp. nov., macho holotipo (CZACC 3.4359), parte distal del pene, A. Vista dorsal; B. Vista dorsal expandida; C. Vistas lateral y

193

ventral del pene total; D. Vista lateral; E. Vista lateral expandida; F. Vista ventral;

G. Vista ventral expandida. Escala = 0.1 mm. Abreviaturas: Abe = Abertura, Est=

Estilo, Co= conductor, Fo= Follis, Reb = reborde, Str = stragulum, SA= sedas apicales, SV = sedas ventrales.

Manahunca matazon sp. nov.

(Figs. 2.31–2.33, 2.44 D, tablas 2.22–2.23)

Tipos: Macho holotipo, La Matazón, municipio , Guantánamo, Cuba,

(20° 24' 59.5" N; 75° 19' 52.61" O), 280–300 m s.n.m., 25-V-1993, L. F. Armas y E.

Alonso leg., debajo de la corteza de un árbol podrido (CZACC 3.4363). Paratipos: una hembra (CZACC 3.4364), con los mismos datos que el holotipo; dos machos

(CZACC 3.4365 y 3.4366), La Matazón, municipio El Salvador, Guantánamo,

Cuba, 20-Mayo-1993, L. F. Armas y E. Alonso legs., en tronco podrido.

Etimología: el epíteto específico es un sustantivo en aposición, que hace referencia al nombre de la localidad tipo.

Diagnosis: difiere de M. bielawskii y M. turquino en su apariencia general y tamaño de cuerpo más pequeño. Las áreas mesotergales y terguitos libres poseen tubérculos más afilados y grandes que las otras especies conocidas de

Manahunca. Patas lisas, solo con escasos dentículos setíferos. Metatarso III engrosado (solo en los machos) en la región del calcaneus (entre la tercera y cuarta porción del metatarso desde el extremo proximal), con 19, 21, 27 sedas en el surco ventral. También se le distingue de M bielawskii y M. turquino sp. nov. por

194

la morfología del pene. Manahunca matazon presenta un proceso ventroapical con forma de dedo y una cápsula interna más corta, compuesta por un estilo lateroapicalmente aplanado y ancho y dos conductores basalmente fusionados. El estilo tiene el extremo apical afilado (forma lanceolada) y cada conductor apicalmente exhibe un extremo libre, laminar y estrecho, proyectados ventralmente. La longitud del estilo es ligeramente mayor que la de los conductores.

Descripción del macho holotipo: medidas del dorso: LC 0.8, AC 1.6, LED 1.92,

AED 1.8. Medidas de los apéndices en tablas 2.22–2.23.

Dorso (Figs. 2.31 A-D): Escudo dorsal casi rectangular. Margen anterior con escotaduras quelicerales poco profundas y 4 pequeños dentículos a cada lado

(Fig. 2.31 A, B). Carapacho finamente granulado. Gránulos más fuertes concentrados en la región medial del carapacho. Presencia de algunos gránulos pequeños frente a cada tubérculo ocular. Tubérculos oculares localizados cerca del surco I, con pequeños gránulos y proyectados lateralmente (Fig. 2.31 A, C).

Márgenes laterales con una hilera de tubérculos ligeramente afilados que aumentan de tamaño hacia el extremo distal del margen. Áreas mesotergales bien definidas y fuertemente granuladas. Área I dividida en dos mitades, izquierda y derecha y constreñida por un breve y estrecho surco medial, cada mitad, con un pequeño tubérculo lateral (Fig. 2.31 A). Área III con un par de tubérculos paramediales bajos, Área IV con un par de tubérculos afilados y grandes (Fig. A,

B). Margen posterior y terguitos libres con una hilera transversal de tubérculos.

Terguitos libres I con tubérculos paramediales ligeramente más grandes; terguito

195

libre II hilera de tubérculos espaciados y un tubérculo medial demarcado. Terguito libre III con un par de fuertes tubérculos paramediales, con el mismo tamaño que los tubérculos presentes en el área IV (Fig. 2.31 C, D). Opérculo anal muy granulado.

Vientre: coxas I, III–IV con una hilera anterior de pequeños tubérculos, los de la coxa I mucho mayores. Tubérculos en coxas III–IV forman un pequeño puente cuticular con los tubérculos de la coxa precedente. Esternitos libres con una hilera de tubérculos muy pequeños. Opérculo genital estrecho con pequeños gránulos.

Quelícero: basiquelicerito con bulla. Mano grandemente desarrollada (hipertélica), con gránulos setíferos pequeños dispersos, más concentrados distalmente (Fig.

2.31 C, D). Dedos quelicerales con dientes. Dedo fijo con 7–8 dientes pequeños distales. Dedo móvil con un diente basal robusto y romo, un diente aserrado con forma de domo medial y 6 dientes pequeños distales. Dedos quelicerales basalmente con una amplia apertura cuando cierran.

Pedipalpo: coxa dorsalmente con un tubérculo ectoproximal pequeño similar a un diente (bicúspide o tricúspide), seguido por 1–2 tubérculos ectales pequeños y un grupo de 4–5 gránulos dorsoproximales. Coxa ventralmente con una hilera de 4–5 tubérculos, siendo el proximal y el distal los más prominentes. El tubérculo distal porta una seda corta. Trocánter dorsalmente con un gránulo pequeño; ventralmente con un tubérculo proximal y un tubérculo setífero distal más pequeño; ectalmente, con tubérculo setífero proximal. Fémur dorsalmente solo con

5 gránulos setíferos pequeños, ventralmente con 4–5 gráunulos setíferos pequeños; gránulos a cado lado del fémur, localizados en la mitad proximal del

196

segmento. Patela engrosada en su tercio distal, dorsalmente exhibe una densa concentración de gránulos y ventralmente un fuerte tubérculo setífero mesodistal.

Tibia dorsal densamente con gránulos. Tarso dorsal con sedas dispersas y menos gránulos que la tibia. Ambos segmentos ventralmente armados con fuertes tubérculos setíferos: tibia ectal: IIIi (1˂=2=3>4); tibia mesal: IIII (1 ˂ 2=3=4), tarso ectal IiIi (1=3>2=4); tarso mesal IiIi (1=3>2=4). Tubérculo setífero ventral más mesoproximal desplazado en la tibia casi ectalmente y ampliamente separado de los tubérculos setíferos mesales subsiguientes, dejando un marcado espacio en la serie de tubérculos setíferos.

Patas: coxas IV dorsalmente con pequeños tubérculos. Trocánteres I–II ventralmente con pequeños gránulos. El resto de los segmentos solo con finos y pequeños dentículos esparcidos, que portan sedas cortas. Forma general del metatarso III, forma del surco ventral en el calcaneus, apariencia del tegumento, morfología de las sedas y disposición en el surco ventral como en M. bielawskii

(Fig. 2.32 A–D). Posición del engrosamiento del metatarso entre la tercera y cuarta porción del segmento, mayormente en la tercera porción (Fig. 2.4 B). Poros

(aberturas glandulares) dispersas, pareadas e irregularmente dispuestas alrededor de la base de la seda (Fig. 2.32 C). El surco ventral en metatarso III muestra 21 sedas, dispuestas en dos hileras alternas (Fig. 2.32 B, C). Uñas tarsales pequeñas, dobles y perpendiculares al eje de las patas. Distitarsos III–IV con escópula. Fórmula tarsal: 7(3): 14 (4): 8: 8.

Pene (Figs. 2.33 A–J): con forma de copa, con la pars distalis engosada en el tercio distal del truncus (Fig. 2.33 C). Glande con un stragulum grande que articula

197

dorsodistalmente con el truncus. Stragulum apicalmente estrecho en vista dorsal, exhibiendo una ancha y profunda hendidura y rebordes finos (Figs. 2.33 A, B, D).

En vista lateral, la porción apical del stragulum es ancha (Fig. 2.33 D). El stragulum evertido exhibe en su extensión ventral un follis espinoso y la cápsula interna (Fig. 2.33 E). Cápsula interna formada por un estilo y dos conductores.

Estilo lateroapicalmente aplanado y ancho con un extremo agudo que le confiere una forma lanceolada en general (Fig. 2.33 E). Estilo flanqueado por dos conductores fusionados en su base y porción apical de cada uno libre, laminar y estrechos, ventralmente proyectados (Fig. 2.33 E, G). El estilo ligeramente excede la longitud de los conductores (Fig. 2.33 B, E, G). Truncus ventralmente con un proceso apical en forma de dedo y cinco pares de sedas dispuestas en dos hileras oblicuas (Fig. 2.33 E-G). Los dos pares de sedas apicales más cortos que el resto, el par más apical mucho más corto y apicalmente bifurcado (Fig. 2.33 E-G). Las sedas ventrolaterales largas y foliares-acuminadas (Fig. 2.33 E-G).

Coloración (en etanol): dorso amarillo con algunos tonos marrones. Margen anterior del carapacho con una marcada línea marrón. Región medial del carapacho amarilla. Reticulación marrón hacia la región anterolateral del carapacho. Márgenes laterales con algunas marcas marrones irregulares. Área I marrón, con dos manchas circulares claras en los pequeños tubérculos laterales.

Áreas I–IV con la porción más lateral marrón, y la región medial más clara. El área

II con dos pequeñas y oscuras manchas circulares paramediales. Área IV con un par paramedial de tubérculos, afilados y de color claro. Margen posterior y terguitos libres amarillo oscuro, con tubérculos más claros. Pedipalpos y patas

198

amarillas, con bandas marrón irregulares, pero el último segmento de los pedipalpos (tibia y tarso) blanquecinos. Quelíceros amarillos, ectal y mesalmente con reticulaciones marrones en la mano. Dedos fijos y móviles marrón oscuro.

Hembra (CZACC 3.4364): similar al macho. Margen anterior del carapacho con 3–

4 dentículos pequeños a cada lado. Quelíceros no hipertélicos. Coxa del pedipalpo dorsoproximalmente con un tubérculo ectal pequeño, en forma de diente bicúspide o tricúspide, y un tubérculo mesal pequeño. Ventralmente, el pedipalpo tiene 3–4 tubérculos, siendo el proximal y el distal más conspicuos. El tubérculo distal tiene una seda corta. Trocánter ventralmente con dos tubérculos. Tubérculo proximal del trocánter más grande que el distal, con una seda corta. Dedo fijo queliceral con

5 dientes distales; dedo móvil con 8 pequeños dientes distales. El diente basal, robusto y romo presente en los machos está ausente. Sin apertura entre los dientes quelicerales. Patas III–IV ligeramente más delgadas que en los machos.

Metatarso III sin la región engrosada, y estructuras glandulares ausentes. Los patrones de coloración como el de los machos, excepto por el fémur y la tibia de la pata IV, que presentan marcas marrones irregulares un poco más pálidas que en los machos. Fórmula tarsal: 7 (3): 13 (4): 8: 8. Opérculo genital algo más ancho que en los machos. Medidas en tablas 2.20–2.21.

Variabilidad: machos (n=3); hembras (n=1). Hay una discreta variabilidad en el tamaño de los tubérculos de las áreas mesotergales, terguitos libres y esternitos libres. El número de dentículos en el margen del carapacho es variable (3–4). La coxa de los pedipalpos muestra variabilidad en el número de los tubérculos del grupo dorsoproximal (3–5). Los tubérculos ectoproximales pueden ser bicúspides

199

o tricúspides, seguidos de 1–2 tubérculos pequeños. Tubérculos ventroproximales varían en número (5–6) y pueden aparecer en grupos de 3 o 4. Fémur del pedipalpo dorsalmente con 4–6 pequeños tubérculos setíferos y ventalmente con

4–5. Quelíceros engrosados (hipertélicos) en dos machos, incluyendo al holotipo.

Un macho con quelíceros gráciles similares a los de las hembras, mostrando dimorfismo en los machos. Los dedos quelicerales también varían en el número de dientes: los dientes fijos pueden presentar 5 dientes distales (hembra y macho no hipertélico) o 7–8 dientes (en machos hipertélicos); el diente móvil puede exhibir

6–8 pequeños dientes distales, seguidos de un diente aserrado similar a un domo en machos hipertélicos, pero están ausentes en la hembra y machos no hipertélicos. El diente basal, robusto y romo en los dedos móviles está ausente en la hembra, y reducido en el macho no hipertélico. Número de sedas en el engrosamiento del metatarso III de los machos: 19, 21, 27. Fórmula tarsal 7(3):

13–14(4): 8: 8.

Distribución: La Matazón, Municipio El Salvador, Guantánamo, Cuba (Fig. 2.44

D).

Historia natural: los especimenes estudiados fueron recolectados en troncos podridos en una plantación de café a 280–300 m s.n.m.

Tabla 2.22. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos de Manahunca matazon sp. nov.

Macho Holotipo Hembra Macho Macho

Escudo Dorsal CZACC 3.4363 CZACC 3.4364 CZACC 3.4365 CZACC 3.4366

200

LED 1.92 2.00 2.04 1.84 AED 1.80 1.76 1.88 1.68 LC 0.80 0.80 0.88 0.88 AC 1.60 1.56 1.64 1.48 Pedipalpo Tr 0.33 0.33 0.39 0.36 Fe 1.65 1.65 1.65 1.59 Pa 0.96 0.96 0.96 0.93 Ti 0.75 0.75 0.78 0.75 Ta 0.69 0.69 0.69 0.66 Total 4.38 4.38 4.47 4.29

Tabla 2.23. Medidas (en mm) de las patas de Manahunca matazon sp. nov.

Patas Macho Holotipo Hembra Macho Macho

I Tr CZACC0.30 3.4363 CZACC0.30 3.4364 CZACC0.30 3.4365 CZACC0.30 3.4366 Fe 1.32 1.35 1.50 1.35 Pa 0.45 0.36 0.45 0.45 Ti 1.26 1.20 1.26 1.20 Mt 1.83 1.74 1.98 1.74 Ta 1.08 1.08 1.20 1.08 Total 6.24 6.03 6.69 6.12 II Tr 0.40 0.35 0.45 0.40 Fe 4.15 3.85 4.20 4.05 Pa 0.60 0.60 0.75 0.60 Ti 3.40 3.05 3.45 3.25 Mt 4.70 4.00 4.75 4.25 Ta 2.90 2.65 3.05 2.85 Total 16.15 14.50 16.65 15.40 III Tr 0.75 0.45 0.45 0.45 Fe 3.25 2.95 3.05 2.95 Pa 0.70 0.65 0.75 0.75

201

Ti 1.85 1.75 1.90 1.75 Mt 2.75 2.85 3.20 2.80 Ta 1.35 1.35 1.55 1.40 Total 10.65 10.00 10.90 10.10 IV Tr 0.50 0.50 0.55 0.50 Fe 4.25 4.30 4.25 4.35 Pa 0.75 0.75 0.85 0.65 Ti 2.55 2.55 2.65 2.50 Mt 4.30 4.10 4.35 4.10 Ta 1.95 1.85 1.95 1.85 Total 14.30 14.05 14.60 13.95

202

Figura 2.31. Manahunca matazon sp. nov., macho holotipo (CZACC 3.4363): A, B.

Habitus, vista dorsal; C, D. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm.

203

Figura 2.32. Estructura glandular del metatarso III del macho en Manahunca matazon sp. nov. A–D. macho paratipo (CZACC 3.4366), microfotografías electrónicas de barrido: A. vista general del metatarso III, zona resaltada mostrando forma del surco (forma de ojal); B. ampliación de la zona resaltada en

A, mostrando la profundidad del surco; C. Ampliación del surco ventral, flecha blanca señalando una seda (en forma de pincel largo, basalmente estriada y torcida), cabezas de flechas blancas mostrando aberturas glandulares pareadas

(poros) dispuestas irregularmente alrededor de las sedas; D. tegumento del surco ventral.

204

Figura 2.33. Manahunca matazon sp. nov., macho holotipo (CZACC 3.4363) parte distal del pene: A. Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida; C. Vistas ventral y

205

lateral total del pene; D. Vista lateral; E. Vista lateral expandida; F. Vista ventral; G

Vista ventral, expandida. Escala = 0.1 mm. Abreviaturas: Abreviaturas: Abe =

Abertura, Est= Estilo, Co= conductor, Fo= Follis, Str= stragulum, SA= sedas apicales, SV= sedas ventrales.

Género Negreaella Avram, 1977

Negreaella Avram. Avram 1977: 128 (especie tipo Negreaella yumuriensis Avram, 1977, por designación original).

Diagnosis emendada. Caribiantinos de pequeño tamaño. Escudo dorsal rectangular. Tubérculos oculares con proyecciones (anterior y/o posterior) localizados muy cerca del surco I. La proyección posterior de los tubérculos oculares se aproxima a una proyección del extremo anteroposterior del área I, como si formaran un puente entre ambas. Áreas mesotergales solo con pequeños gránulos. Terguito libre II provisto o no de una pequeña apófisis espiniforme medial o un tubérculo medial y terguito libre con un par de pequeñas apófisis espinifomes o un par de tubérculos.

Pedipalpos con tibia y tarso delgados, tibia ectal IIIi (1<2=3>4), tibia mesal III

(1=2=3), tarso ectal IiIi (1=3>2=4) y tarso mesal IiIi (1=3>2=4). Patela del pedipalpo sin tubérculo setífero mesodistal. Patas III y IV robustas en los machos, fémures retrocurvos, provistos de hilera de tubérculos espiniformes prolaterales distales. Machos con engrosamiento distal del metatarso III, localizado fundamentalmente en la tercera porción del segmento (medido desde la posición

206

proximal a la distal del metatarso), pero se extiende lateralmente hacia la segunda y cuarta porción. El engrosamiento ventralmente presenta un surco ancho y profundo (como un ojal) que muestra de 7–13 sedas conspicuas dispuestas en una sola hilera. Los tallos de las sedas son basalmente torcidos y estriados y apicalmente estas son truncas con forma de espátula. Los poros (aberturas glandulares) son escasos. Conteo tarsal, pata I 6, pata II 10–11, pata III y IV 7.

Pene con morfología que difiere del resto de los géneros de Caribbiantinae.

Relativamente corto con un truncus grueso. Stragulum completamente hendido

(formando dos piezas) que articulan con el truncus como una navaja y que se sitúan apicalmente a manera de “tapa”, cubriendo la cápsula interna (sin evertir) y abriendo completamente cuando evierte. Cápsula interna compuesta por un estilo lateroapicalmente aplanado y apicalmente con una proyección ventral aguzada, flanquedo por fuertes conductores que están fusionados en toda su extensión a través de una membrana y se disponen como una lámina que rodea al estilo. Los conductores en cada extremo apical presentan una proyección libre ventral, algo aguzada y con bordes provistos de pequeños lóbulos. Truncus ventralmente con un proceso apical compuesto por tres montículos, el medial de mayor tamaño, y se pueden presentar de 8–12 sedas ventrales cortas y cónicas.

Especies incluidas. Negreaella yumuriensis Avram, 1977 (especie tipo);

Negreaella vinai Avram, 1977; Negreaella fundorai Avram, 1977; Negreaella palenquensis Avram, 1977; Negreaella rioindiocubanicola Avram, 1977,

Negreaella iberia sp. nov.

Distribución. Oriente de Cuba.

207

Negreaella yumuriensis Avram, 1977

(Figs. 2.34–2.35, 2.44 D, tablas 2.24–2.25)

Negreaella yumuriensis Avram, 1977: 129, figs 14–22.

Tipos: Macho holotipo (ISER) y cuatro hembras paratipos (ISER). (No examinados). Valle del Río Yumurí, 350 m s.n.m., Yumurí del Sur, Municpio

Baracoa (actual Imías), Provincia de Oriente (actual Guantánamo), Bosque de

Pomarrosa (Syzygium jambos), en la hojarasca y humus muy húmedos.

Otro material examinado: Dos machos y dos hembras (CZACC 3.4381; 3.4002;

3.4003), Yumurí del Sur, Imías, Guantánamo, Cuba (20° 11' 0.49'' N; -74° 29' 38''

O), aproximadamente 400 m s.n.m., 21 enero 2009, René Barba leg., hojarasca de pino; un macho y una hembra (CZACC 3.4014); un macho (CZACC 3.4015),

Yumurí del Sur, Imías, Guantánamo, Cuba (20° 11' 0.49'' N; -74° 29' 38'' O) aproximadamente 400 m s.n.m., 26-IX-2009, Aylin Alegre leg., hojarasca, en bosque secundario.

Diagnosis enmendada: Negreaella yumuriensis se distingue del resto de las especies del género, por la morfología externa y de la genitalia masculina.

Presenta una apófisis espiniforme medial en el terguito libre II y un par de apófisis en el terguito libre III (Fig. 2.34 A, B), al igual que N. vinai, N. palenquensis y N. iberia sp. nov., pero a diferencia de la primera no presenta una proyección anterior en el tubérculo ocular, y la segunda no presenta proyección alguna en el tubérculo ocular. Es claramente distinguible de N. iberia especie nueva aún

208

cuando ambas presentan una proyección posterior en el tubérculo ocular y una genitalia masculina que exhibe 10 sedas ventrales cortas y cónicas, pero N. yumuriensis presenta un mayor tamaño y la armadura de los terguitos libres II y III y de las patas III y IV mucho más robusta. N. yumuriensis se distingue claramente de N. fundorai y N. rioindiocubanicola porque éstas últimas presentan una apófisis media en el terguito libre II y además presentan el pene con 9 y 12 sedas ventrales respectivamente, mientras N. yumuriensis presenta 10.

El metatarso III presenta la región engrosada ubicada aproximadamente hacia el centro de la longitud del metatarso, extendiéndose lateralmente desde parte de la segunda porción hasta parte de la cuarta porción del metatarso (Fig. 2.4 J), con un amplio y profundo surco ventral en forma de ojal como todas las especies del género, pero N. yumuriensis, presenta 5, 7, 8 o 10 sedas, la mayoría con el extremo apical trunco, en forma de espátula dispuestas en una hilera paralela al eje longitudinal del segmento. Fémur IV con 3–5 tubérculos prolaterales distales y

1–2 tubérculos retrolaterales distales o ninguno. Pene con truncus grueso, pars distalis dorsalmente con un stragulum completamente hendido, formando dos piezas que articulan con el truncus y que se sitúan apicalmente a manera de

“tapa”, cubriendo la cápsula interna (sin evertir) (Fig. 2.35 A, D). Cápsula interna compuesta por un estilo lateroapicalmente aplanado y apicalmente con una proyección ventral aguzada, flanquedo por fuertes conductores que están fusionados en toda su extensión a través de una membrana y que rodean al estilo como una lámina (Fig. 2.35 B, E). Los conductores en cada extremo apical presentan una proyección libre ventral, algo aguzada y con bordes provistos de

209

pequeños lóbulos (Fig. 2.35 B). Truncus ventralmente con un proceso apical compuesto por tres montículos, el medial de mayor tamaño y con 10 sedas ventrales cortas y cónicas dispuestas irregularmente, de estas, 6 son apicales

(Fig. 2. 35 F).

Variabilidad: Machos (n=4); hembras (n=3). Medidas en tablas 2.22–2.23

Quelíceros robustos en tres machos y un macho con quelíceros no robustos, similares a los de las hembras. Dedos de los quelíceros con alguna variabilidad en la dentición; dedo fijo puede presentar de 8–9 dientes distales, dedo móvil presenta en ocasiones el tubérculo basal robusto y romo (ausente en hembras); medialmente el margen del dedo en machos hipertélicos puede presentar una curvatura en forma de domo con borde aserrado, ausente en hembras y en el macho no hipertélico y los dientes distales pueden variar en número de 6–9. La apertura basal entre ambos dedos puede estar ausente, como en las hembras y en el macho no hipertélico. El número de sedas en el engrosamiento del metatarso

III puede variar desde 5, 7, 8 o 10. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos en la pata II: 6: 9–10: 7: 7.

Distribución: Conocida solo de Yumurí del Sur, Imías, provincia Guantánamo

(Fig. 2.44 D).

Historia Natural: Los ejemplares fueron recolectados en la hojarasca de bosque secundario y en bosque de pino (Pinus caribbaea). Compartían hábitat con otras especies de opiliones pertenecientes a la familia Kimulidae y Turquinia sp.

(Zalmoxoidea incertae sedis).

210

Comentarios: Después de revisar el material de Yumurí del Sur, no hemos encontrado ningún ejemplar asignable a la especie N. vinai. El holotipo de N. yumuriensis es un macho no hipertélico y el de N. vinai es hipertélico y mucho más robusto. Ninguno de los ejmplares examinados presentó 6 tubérculos distales ventroprolaterales en el fémur IV, ni proyección anterior en el tubérculo ocular como refiere Avram en la descripción orginal de N. vinai. Solo un ejemplar con hipertelia queliceral presentó cinco tubérculos prolaterares distales en el fémur IV, y algunos dentículos en el tubérculo ocular, entre ellos, uno situado anteriormente.

Otros ejemplares machos con hipertelia queliceral presentaron en el fémur IV cuatro tubérculos prolaterales distales y un macho no hipertélico presentó solo tres tubérculos prolaterales distales. Sin embargo, todos los machos examinados presentaron el mismo patrón de genitalia masculina, con 10 sedas ventrales cortas y cónicas. Es probable que Avram describiera dos especies diferentes basada en dos machos con dimorfismo y que exista una sola especie con variabilidad en el número de tubérculos prolaterales distales y retrolaterales del fémur IV y en la patela IV. Sin embargo, al no poder examinar el holotipo de ambas especies, depositados en el ISER, y poseer un número de machos limitado, procedentes de la localidad tipo, hemos decidido mantener ambas especies para no tomar una desición apresurada sin pruebas convincentes.

Tabla 2.24. Medidas (en mm) del escudo dorsal y pedipalpos de Negreaella yumuriensis.

Macho Hembra Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra

(Holotipo) ISER CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

211

ISER 3.4381 3.4002 3.4014 3.4015 3.4014 3.4381 3.4003

Escudo dorsal

LED 1.30 1.30 1.26 1.32 1.23 1.26 1.21 1.23 1.23

AED - - 0.93 0.96 0.87 0.96 0.90 0.90 0.93

LC - - 0.60 0.60 0.60 0.60 0.54 0.60 0.54

AC - - 0.87 0.87 0.81 0.87 0.78 0.78 0.75

Pedipalpo

Tr 0.20 - 0.24 0.24 0.24 0.24 0.21 0.24 0.24

Fe 0.95 - 0.90 0.93 0.78 0.90 0.84 1.08 1.08

Pa 0.50 - 0.54 0.54 0.42 0.51 0.45 0.51 0.51

Ti 0.50 - 0.51 0.48 0.45 0.45 0.42 0.45 0.45

Ta 0.40 - 0.45 0.42 0.39 0.39 0.42 0.39 0.36

Total 2.55 - 2.64 2.61 2.28 2.49 2.34 2.67 2.64

Tabla 2.25. Medidas (en mm) de las patas de Negreaella yumuriensis.

Macho Hembra Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra

Holotipo ISER CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

ISER 3.4381 3.4002 3.4014 3.4015 3.4014 3.4381 3.4003

Pata

I Tr - - 0.21 0.18 0.15 0.18 0.15 0.15 0.15

212

Fe - - 0.63 0.69 0.66 0.63 0.57 0.60 0.60

Pa - - 0.54 0.30 0.33 0.30 0.24 0.24 0.27

Ti - - 0.51 0.48 0.48 0.48 0.42 0.45 0.48

Mt - - 0.69 0.75 0.66 0.72 0.63 0.60 0.60

Ta - - 0.66 0.69 0.60 0.69 0.60 0.63 0.66

Total 3.15 - 3.24 3.09 2.88 3.00 2.61 2.67 2.76

Tr - - 0.24 0.24 0.18 0.21 0.21 0.21 0.21

Fe - - 1.58 1.35 1.20 0.99 1.19 1.20 1.26

Pa - - 0.45 0.45 0.45 0.45 0.42 0.42 0.39 II Ti - - 0.99 1.05 0.96 0.99 0.96 0.90 0.99

Mt - - 1.32 1.32 1.26 1.26 1.20 1.23 1.17

Ta - - 1.29 1.35 1.29 1.29 1.23 1.20 1.20

Total 5.70 - 5.93 5.76 5.34 5.19 5.21 5.16 5.22

Tr - - 0.21 0.21 0.21 0.24 0.21 0.21 0.21

Fe - - 0.84 0.90 0.87 0.90 0.84 0.84 0.87

Pa - - 0.39 0.36 0.36 0.27 0.33 0.39 0.36 III Ti - - 0.60 0.60 0.60 0.48 0.54 0.60 0.60

Mt - - 1.05 1.02 0.99 0.99 0.90 0.90 0.96

Ta - - 0.60 0.60 0.60 0.54 0.60 0.60 0.60

Total 4.00 - 3.69 3.69 3.63 3.42 3.42 3.54 3.60

IV Tr - - 0.24 0.24 0.24 0.24 0.24 0.21 0.30

213

Fe - - 1.20 1.20 1.20 1.17 1.14 1.14 1.11

Pa - - 0.45 0.42 0.39 0.36 0.36 0.36 0.36

Ti - - 0.69 0.78 0.80 0.81 0.75 0.75 0.75

Mt - - 1.35 1.35 1.38 1.32 1.29 1.26 1.29

Ta - - 0.72 0.75 0.75 0.69 0.66 0.66 0.66

Total 5.20 - 4.65 4.74 4.76 4.59 4.44 4.38 4.47

214

Figura 2.34. Negreaella yumuriensis, macho (CZACC 3.4381): A, B. Habitus, vista dorsal; B. (tomado de Avram, 1977); C. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm

215

216

Figura 2.35. Negreaella yumuriensis, macho (CZACC 3.4381), parte distal del pene: A. Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida; C. Vistas ventral y lateral total del pene; D. Vista lateral; E. Vista lateral expandida; F. Vista ventral. Escala = 0.1 mm.

Abreviaturas: Co = conductor, Est = Estilo, Fo = Follis, Str = stragulum, SA = sedas apicales, SV = sedas ventrales.

Negreaella vinai Avram, 1977

Negreaella vinai Avram, 1977: 130, figs 23–27.

Tipos: Macho holotipo (ISER), cuatro machos, seis hembras paratipos (ISER). (No examinados). Valle del Río Yumurí, 350 m s.n.m., Yumurí del Sur, Municpio

Baracoa (actual Imías), Provincia de Oriente (actual Guantánamo), Bosque de

Pomarrosa (Syzygium jambos (L. Alston)), en la hojarasca y humus muy húmedos.

Comentarios: ver comentarios de la especie N. yumuriensis.

Negreaella fundorai Avram, 1977

(Figs. 2.36-2.37, 2.44 D, tablas 2.26–2.27)

Negreaella fundorai Avram, 1977: 132, figs 32–35.

Tipos: Macho holotipo (ISER), tres machos, dos hembras paratipos (ISER). (No examinados). Valle del Río Yumurí, 350 m s.n.m., Yumurí del Sur, Municpio

Baracoa (actual Imías), Provincia de Oriente (actual Guantánamo), Bosque de

Pomarrosa (Syzygium jambos), en la hojarasca y humus muy húmedos.

217

Otro material examinado: un macho (CZACC 3.4004), Yumurí del Sur, Imías,

Guantánamo (20° 11' 0.49'' N; 74° 29' 8'' O), 400 m s.n.m., 21 Enero 2009, A.

Alegre Leg., en la hojarasca.

Diagnosis enmendada. Negreaella fundorai se distingue claramente del resto de las especies del género, por la morfología externa y de la genitalia masculina. A diferencia de N. yumuriensis, N. vinai, N. palenquensis y N. iberia sp. nov., no presenta una apófisis espiniforme medial en el terguito libre II, solo posee un par de apófisis en el terguito libre III (Fig. 2.36 A-C), como N. rioindiocubanicola. Sin embargo se diferencia claramente de esta última especie por ser más grácil; metatarso III mostrando 9 sedas ventrales espatulares en el surco ventral, dispuestas en una hilera paralela con respecto al eje longitudinal del segmento; fórmula tarsal 6(3): 10–11 (4): 7: 7. Pene con 9 sedas ventrales cónicas, de estas

7 son apicales y 2 ventrolaterales de mayor tamaño (Fig. 2.37 E-F).

Distribución: Conocida solo de Yumurí de Sur, Imías, Guantánamo (Fig. 2.44 D).

Historia natural: Los ejemplares de la serie tipo fueron recolectados a 350 m. s.n.m., en un bosque de pomarrosa (Syzygium jambos), en la hojarasca, detritus y humus muy húmedo (Avram, 1977). El ejemplar macho (CZACC 3.4004) fue recolectado a 400 m. s.n.m., en la hojarasca a partir del cernido con tamiz. Este ejemplar compartía el hábitat con otros ejemplares de otras especies de opiliones como Negreaella yumumriensis, de Kimulidae y ejemplares pertenecientes a

Turquinia sp. (Zalmoxoidea incertae sedis).

Comentarios: Esta especie fue descrita a partir de un macho holotipo, dos hembras y tres machos paratipos, todos depositados en el ISER, pero la revisión

218

de este material no ha sido posible durante el presente estudio. En nuestra colección solo poseemos un macho de la localidad tipo, a partir del cual hemos podido estudiar la genitalia masculina y el metatarso III, entre otros caracteres de la morfología externa con importancia taxonómica. Con lo cual hemos corroborado que N. fundorai es una especie válida, sin embargo es imprescindible obtener más material de ambos sexos para redescribir la especie, ofrecer datos sobre la variabilidad intraespecífica y esclarecer la morfología del pene de la especie.

Según la representación de Avram del pene de N. fundorai, la parte ventral del truncus presenta más de 9 sedas. Según se puede interpretar de este diseño serían 12 sedas ventrales, como presenta N. rioindiocubanicola. Según nuestro, criterio la autora podría haber intercambiado los diseños de la genitalia masculina de ambas especies, pues según la revisión de numerosos ejemplares de N. rioindiocubanicola de la Gran Piedra, en el presente estudio, esta especie sí presenta 12 sedas ventrales.

Tabla 2.26. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos de Negreaella fundorai.

Macho (Holotipo) ISER Macho CZACC 3.4004

Escudo dorsal

LED 1.30 1.20

AED - 0.87

LC - 0.60

219

AC - 0.81

Pedipalpo

Tr 0.30 0.24

Fe 0.90 0.93

Pa 0.50 0.57

Ti 0.50 0.51

Ta 0.40 0.39

Total 2.60 2.64

Tabla 2.27. Medidas (en mm) de las patas de Negreaella fundorai.

Pata Macho (Holotipo) ISER Macho CZACC 3.4004

I Tr ISER- CZACC0.18 3.4004

Fe - 0.63

Pa - 0.30

Ti - 0.51

Mt - 0.69

Ta - 0.72

Total 3.15 3.03

II Tr - 0.21

Fe - 1.26

Pa - 0.39

Ti - 0.99

Mt - 1.29

220

Ta - 1.32

Total 5.70 5.46

III Tr - 0.21

Fe - 1.23

Pa - 0.39

Ti - 0.63

Mt - 0.99

Ta - 0.60

Total 4.00 4.05

IV Tr - 0.24

Fe - 1.11

Pa - 0.42

Ti - 0.75

Mt - 1.35

Ta - 0.75

Total 5.20 4.62

221

Figura 2.36. Negreaella fundorai, macho (CZACC 3.4004): A, B. Habitus, vista dorsal; B. (macho holotipo, tomado de Avram, 1977); C. Habitus, vista lateral.

Escala = 1 mm.

222

Figura 2.37. Negreaella fundorai, macho (CZACC 3.4004), parte distal del pene: A.

Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida; C. Vistas ventral y lateral total del pene;

D. Vista lateral; E. Vista lateral expandida; F. Vista ventral. Escala = 0.1 mm.

223

Abreviaturas: Co= conductor, CI = Cápsula Interna; Est= Estilo, Fo= Follis, Str= stragulum, SA= sedas apicales, SV = sedas ventrales.

Negreaella palenquensis Avram, 1977

(Figs. 2.38, 2.44 D, tablas 2.28–2.29)

Negreaella palenquensis Avram, 1977: 131, figs 28–31.

Tipos: Macho holotipo (ISER). (No examinado). Valle de La Jaiba, cerca de

Palenque, 420 m, Guantánamo.

Distribución: Conocida solo de la localidad tipo, Valle de La Jaiba, cerca de

Palenque, 420 m, Guantánamo (Fig. 2.44 D).

Historia Natural: Recolectada en la hojarasca y detritus muy húmedos.

Comentarios: Esta especie fue descrita a partir de un único ejemplar macho, que fue depositado en el ISER. Para el presente estudio no se tuvo acceso al material tipo, ni tampoco se obtuvo material procedente de la localidad tipo. Según la descripción original la especie se distingue claramente de las restantes por la ausencia de proyección posterior y anterior en los tubérculos oculares y por las medidas de los pedipalpos más pequeños. En el presente trabajo mantenemos la especie como válida, pero es imprescindible la revisión de material topotipo para coborar la validez de la especie y ofrecer la variabilidad de la misma, así como la descripción de la genitalia masculina. El pene de esta especie fue representado en la descripción original, pero lamentablemente el dibujo no ofrece información útil para la comparación con el resto de las especies. La autora representó en una 224

misma figura las vistas externas e internas y esto trae confunsión con las estructuras (Fig. 2.38 B)

Tabla 2.28. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos de Negreaella palenquensis. Tomadas de Avram (1977).

Escudo dorsal LED AED LC AC

Macho (Holotipo) ISER 1.20 - - -

Tabla 2.29. Medidas (en mm) de las patas de Negreaella palenquensis. Tomadas de Avram (1977).

Macho (Holotipo) Tr Fe Pa Ti Mt Ta Total

ISER

Pedipalpo 0.20 1.65 0.45 0.47 0.40 2.17

Pata I ------2.65

Pata II ------5.20

Pata II ------3.45

Pata IV ------4.50

225

Figura 2.38. Negreaella palenquensis, macho holotipo A. Habitus, vista dorsal; B.

Pene, parte distal, (tomado de Avram, 1977). Abreviatura: SV = sedas ventrales.

Negreaella rioindiocubanicola Avram, 1977

(Figs. 2.39–2.41, 2.44 D, tablas 2.30–2.31)

226

Negreaella rioindiocubanicola Avram, 1977

(Figs. 2.39–2.41, 2.44 D, tablas 2.30–2.31)

Negreaella rioindiocubanicola Avram, 1977: 133, figs 36–40.

Tipos: Macho holotipo (ISER). (No examinado). Valle del Río Indio, cerca de su origen, a 1100 m s.n.m. Gran Piedra, Municipio El Caney, Provincia de Oriente

(actual Santiago de Cuba). El ejemplar fue recolectado de un lugar recubierto de detritus vegetal y hojarasca más o menos en descomposición y húmeda.

Otro material examinado: dos machos y dos hembras (CZACC 3.4376; 3.4005),

Área de la torre de ETECSA, Gran Piedra, Santiago de Cuba (20° 00' 21.5" N; -75°

37' 13.2" O), 1100 m s.n.m., 17-III-2008, Aylin Alegre leg., hojarasca, pluvisilva; 2 machos y dos hembras (CZACC 3.4006; 3.4375), El Olimpo, Gran Piedra,

Santiago de Cuba (20° 00' 41'' N; -75° 39' 42'' O), 900 m s.n.m., 13-III-2008, Aylin

Alegre leg., hojarasca en bosque secundario y de pino.

Diagnosis enmendada: Áreas mesotergales inermes, tubérculos oculares con proyección posterior, terguito libre II solo con hilera de tubérculos, terguito libre III con un par de apófisis espiniformes mediales. A diferencia de N. yumuriensis, N. vinai, N. palenquensis y N. iberia sp. nov. que presentan una apófisis espiniforme o tubérculo medial en el terguito libre II, presenta en el terguito libre II una apófisis espiniformes medial (Fig. 2.39 A-C), al igual que N. fundoroai que también. Sin embargo se diferencia claramente de esta última especie por ser más robusta; metatarso III mostrando 8–13 sedas ventrales espatulares en el surco ventral, que se disponen en una hilera paralela al eje longitudinal del segmento (Fig. 2.40 A-D);

227

fémur IV con 4–6 tubérculos prolaterales distales y 1–2 tubérculos retrolaterales distales; fórmula tarsal 6(3): 9–10 (4): 7: 7. Pene dorsoapicalmente con stragulum hendido y reducido de tamaño (comparado con el tamaño y robustez del truncus),

12 sedas ventrales cortas y cónicas dispuestas irregularmente, de estas 6 son apicales (Fig. 2.41 A-F).

Variabilidad: Machos (n=4); hembras (n=4). Medidas en tablas 1–2. Quelíceros robustos en 2 machos, otros 2 machos con quelíceros no robustos, similares a los de las hembras. Dedos de los quelíceros con alguna variabilidad en la dentición; el dedo fijo puede presentar 5–8 dientes distales; el dedo móvil presenta en ocasiones un tubérculo basal robusto y romo (ausente en hembras); una curvatura del margen del dedo con forma de domo aserrado que puede también estar ausente en hembras y en machos no hipertélicos y los dientes distales que pueden variar en número de 6–7. La apertura basal entre ambos dedos puede estar ausente, como en las hembras y en los machos no hipertélicos. El número de sedas en el engrosamiento del metatarso III de los machos puede variar de 8–

13. El número de tubérculos distales prolaterales y retrolaterales de los fémures III y IV puede variar. En el fémur IV se pueden presentar 4–6 tubérculos prolaterales ventrales y de 1–2 tubérculos retrolaterales ventrales o estar ausentes como en las hembras. El mayor número de tubérculos retroprolaterales se presentan en los machos hipertélicos. En el fémur III se pueden presentar 4–5 tubérculos prolaterales o estar ausentes como en las hembras y uno o ningún tubérculo retrolateral. La patela IV también exhibe variabilidad en la armadura, puede presentar una proyección medial distal o 2 proyecciones distales, una prolateral y

228

la otra retrolateral. Cuando se presentan 2 proyecciones, la prolateral es de mayor tamaño. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos en la pata II: 6(3): 9-

10: 7: 7.

Distribución: Gran Piedra, Santiago de Cuba (Fig. 2.44 D).

Historia Natural: la especie habita en el parche de pluvisilva remanente en la sierra de la Gran Piedra, en los bosques secundarios y los bosques de pino orginales (Pinus cubensis Sarg. ex. Griseb) o los plantados Pinus caribaea

Morelet. Comparte el hábitat con otras especies de opiliones de la familia

Agoristenidae (Torreana spinata Avram, 1977, Dumitrescuella ornata Avram, 1977 y de la familia Kimulidae (Kimula goodnightorum Šilhavý, 1969).

Comentarios: A pesar de no haber examinado el material tipo de esta especie, que se encuentra en el ISER, se visitó la localidad tipo y se recolectó abundante material. Esto nos permitió poder aportar datos sobre la variabilidad de la especie ofrecer una diagnosis a la luz de los estándares actuales, incluyendo información sobre la genitalia masculina y el metatarso III dimórfico de los machos. La genitalia masculina representada por Avram en posición ventrolateral, presenta visibles 8 sedas ventrales, lo que no concuerda con nuestras observaciones. Podría ser que la autora haya intercambiado los diseños de esta especie con los de N. fundorai que presenta 9 sedas ventrales, como referimos en los comentarios sobre esta especie o sea un artefacto de la representación incorrecta del pene, mezclando vistas externas e internas.

229

Tabla 2.30. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos de Negreaella rioindiocubanicola.

Macho Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra Hembra

(Holotipo) CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

ISER 3.4376 3.4005 3.4006 3.4375 3.4005 3.4376 3.4006 3.4375

Escudo dorsal

LED 1.50 1.41 1.50 1.23 1.29 1.53 1.47 1.29 1.35

AED - 1.11 1.11 1.02 0.96 1.14 1.14 1.02 1.05

LC - 0.63 0.63 0.60 0.60 0.63 0.60 0.57 0.60

AC - 1.02 1.05 0.90 0.90 0.93 0.90 0.81 0.90

Pedipalpo

Tr 0.25 0.30 0.30 0.27 0.27 0.27 0.27 0.27 0.21

Fe 1.05 0.90 0.99 0.87 0.87 0.90 0.90 0.81 0.90

Pa 0.55 0.54 0.54 0.51 0.45 0.48 0.54 0.45 0.45

Ti 0.55 0.51 0.51 0.45 0.45 0.51 0.45 0.48 0.51

Ta 0.40 0.45 0.45 0.45 0.45 0.45 0.42 0.45 0.42

Total 2.80 2.70 2.79 2.55 2.49 2.61 2.58 2.46 2.49

Tabla 2.31. Medidas (en mm) de las patas de Negreaella rioindiocubanicola.

Macho Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra Hembra Hembra

Holotipo CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

ISER 3.4376 3.4005 3.4006 3.4375 3.4005 3.4376 3.4006 3.4375

230

Pata

I Tr - 0.21 0.21 0.21 0.21 0.24 0.21 0.21 0.18

Fe - 0.66 0.69 0.66 0.69 0.66 0.69 0.60 0.60

Pa - 0.30 0.36 0.30 0.30 0.30 0.30 0.24 0.30

Ti - 0.54 0.51 0.51 0.48 0.54 0.51 0.45 0.48

Mt - 0.75 0.75 0.66 0.66 0.69 0.72 0.66 0.69

Ta - 0.66 0.66 0.60 0.63 0.66 0.66 0.60 0.66

Total 3.40 3.12 3.18 2.94 2.97 3.09 3.09 2.76 2.91

II Tr - 0.24 0.27 0.24 0.27 0.27 0.27 0.24 0.24

Fe - 1.29 1.29 1.26 1.20 1.26 1.23 1.17 1.20

Pa - 0.51 0.48 0.45 0.45 0.45 0.33 0.39 0.45

Ti - 1.02 1.02 1.02 0.90 0.96 0.96 0.90 0.99

Mt - 1.26 1.29 1.20 1.14 1.14 1.11 1.08 1.11

Ta - 1.20 1.23 1.17 1.20 1.08 1.20 1.11 1.14

Total 6.00 5.52 5.58 5.34 5.16 5.16 5.10 4.89 5.13

III Tr - 0.30 0.30 0.27 0.24 0.27 0.24 0.24 0.24

Fe - 1.02 0.99 0.93 0.90 0.96 0.90 0.90 0.87

Pa - 0.39 0.42 0.36 0.33 0.45 0.36 0.36 0.39

Ti - 0.66 0.69 0.60 0.60 0.60 0.60 0.69 0.60

Mt - 1.11 - 1.05 1.02 1.05 1.05 0.90 1.05

Ta - 0.57 - 0.51 0.57 0.60 0.54 0.60 0.60

Total 4.25 4.05 3.72 3.66 3.93 3.69 3.69 3.75

IV Tr - 0.30 0.36 0.30 0.30 0.30 0.27 0.27 0.24

Fe - 1.20 1.29 0.90 1.08 1.14 1.20 1.11 1.11

Pa - 0.48 0.51 0.45 0.39 0.51 0.42 0.42 0.45

Ti - 0.84 0.90 0.84 0.81 0.84 0.81 0.75 0.78

Mt - 1.44 1.53 1.41 1.44 1.47 1.41 1.35 1.47

231

Ta - 0.66 0.66 0.66 0.66 0.66 0.66 0.63 0.63

Total 5.60 4.92 5.22 4.56 4.68 4.92 4.77 4.53 4.68

232

Figura 2.39. Negreaella rioindiocubanicola, macho (CZACC 3.4376): A, B. Habitus, vista dorsal; B. macho holotipo (tomado de Avram, 1977); C. Habitus, vista lateral.

Escala = 1 mm.

233

Figura 2.40. Estructura glandular del metatarso III del macho en Negreaella rioindiocubanicola. A–D. macho (CZACC 3.4375), microfotografías electrónicas de barrido: A. vista general del metatarso III, zona resaltada mostrando forma del surco (forma de ojal amplio); B. ampliación de la zona resaltada en A, mostrando la profundidad del surco; C. Ampliación del surco ventral, flecha blanca señalando una seda (en forma de espátula, basalmente estriada y torcida), cabezas de flechas blancas mostrando aberturas glandulares (poros), dispuestas irregularmente alrededor de las sedas; D. tegumento del surco ventral.

234

Figura 2.41. Negreaella rioindiocubanicola, macho (CZACC 3.4376), parte distal del pene: A. Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida; C. Vistas ventral y lateral total del pene; D. Vista lateral; E. Vista lateral expandida; F. Vista ventral. Escala = 0.1

235

mm. Abreviaturas: Co= conductor, Est = Estilo, Fo = Follis, Str = stragulum, SA = sedas apicales, SV = sedas ventrales.

Negreaella iberia sp. nov.

(Figs. 2.42–2.44 D, tablas 2.32–2.33)

Tipos: Cuba: macho holotipo (CZACC 3.4007), Cerca de la cima de la Meseta de

Iberia, Monte Iberia, Parque Nacional Alejandro de Humboldt, Baracoa,

Guantánamo (20° 27' 25.1'' N; 74° 43' 46.5'' W), 665 m s.n.m., 20-Mayo-2007, A.

Alegre Leg., hojarasca. Paratipos: una hembra (CZACC 3.4007) (los mismos datos del holotipo); un macho, una hembra (CZACC 3.4008); un macho (CZACC

3.4009), Monte Iberia, cerca del antiguo campamento minero, Parque Nacional

Alejandro de Humboldt, Baracoa, Guantánamo (20° 28' 54.1'' N; 74° 43' 75.9'' O),

540 m s.n.m., 13-I-2009, A. Alegre Leg., hojarasca; un macho, una hembra

(CZACC 3.4010), un macho (CZACC 3. 4011), Camino a las lagunas, Monte

Iberia, Parque Nacional Alejandro de Humboldt, Baracoa, Guantánamo (20° 28'

2.1'' N; 74° 43' 70.4'' W), aproximadamente 600 m s.n.m., 15-I-2009, A. Alegre, hojarasca.

Etimología: El nombre específico es un sustantivo en aposición, que alude al nombre de la localidad tipo.

Diagnosis: Negreaella iberia sp. nov. difiere del resto de las especies por su pequeño tamaño y por la apariencia más lisa de las áreas mesotergales, margen posterior y terguitos libres. Difiere de N. yumuriensis y N. vinai en la armadura del 236

terguito libre II que presenta un tubérculo medial, en vez de una apófisis medial y el terguito libre III un par de tubérculos pequeños, en vez de un par de apófisis espiniformes mediales. Pata III con hilera de 3–4 tubérculos prolaterales y de 0–1 tubérculos retrolateral y pata IV con hilera de 4–5 tubérculos prolaterales y de 0–1 retrolateral. Fórmula tarsal 6(3): 8–10(4): 6: 6. También es claramente distinguible de N. rioindiocubanicola y N. fundorai por presentar armadura en el terguito libre II.

Pene con 10 sedas ventrales.

Descripción del macho holotipo (CZACC 3.4007): medidas del dorso: LC 0.48,

AC 0.78, LED 1.12, AED 0.80. Apéndices medidas in tables 3–4.

Dorso (Figs. 2.42 A–D): Escudo dorsal rectangular, en vista lateral escasamente elevado en la región del carapacho y de las áreas mesotergales (Fig. 2.42 C, D).

Margen anterior del escudo dorsal con escotaduras quelicerales poco profundas y una hilera de 7–8 pequeños dentículos a cada lado, muy cercanos entre sí, ubicados sobre un reborde Fig. 2.42 A, B). Carapacho con pequeños y escasos gránulos (Fig. 2.42 C, D). Tubérculos oculares cerca del surco I, con una proyección posterior dirigida hacia el área I (Fig. 2.42 C, D). Márgenes laterales del escudo dorsal con una hilera de pequeños y escasos gránulos hacia el borde distal del margen. Cuatro áreas mesotergales bien definidas escasamente granuladas. Área I dividida en dos mitades, izquierda y derecha, por un surco medio estrecho y no profundo, que constriñe medialmente al área. Margen posterior con escasos gránulos, muy bajos. Terguito libre II con un tubérculo medial pequeño; terguito libre III con un par de tubérculos paramediales pequeños

237

(ligeramente mayores que el tubérculo del terguito libre II) (Fig. 2.42 A, C).

Opérculo anal con escasos gránulos.

Vientre: Coxas cubiertas por escasos y pequeños gránulos con sedas. Coxas I con una fila anterior de pequeños gránulos setíferos. Coxas III–IV con una fila anterior de pequeños gránulos que parecen formar pequeños puentes con la parte posterior de la coxa precedente. Esternitos libres con una hilera de pequeños gránulos casi imperceptibles. Opérculo genital corto y estrecho

Quelíceros: Basiquelicerito con bulla robusta (Fig. 2.42 C, D). Mano grandemente desarrollada (hipertelia), con pequeños y escasos gránulos setíferos dispersos, sedas más largas hacia la porción distal de la mano. Dedo fijo distalmente con 6–7 pequeños dentículos sobre una elevación curva, dedo móvil con 7–8 dientes distales sobre una elevación curva y un diente basal, romo. Dedos quelícerales curvos, basalmente con una apertura cuando cierran.

Pedipalpos: Coxa dorsal con 3–4 pequeños tubérculos proximales; ectalmente con una hilera de 4 tubérculos proximales pequeños; mesalmente con 2–3 pequeños tubérculos proximales. Trocánter dorsalmente con pequeños gránulos. Fémur dorsal y ventral solo con unos pequeños gránulos esparcidos. Patela inerme, engrosada distalmente en su tercera porción. Tibia y tarso dorsalmente con escasos y diminutos gránulos, ventralmente armados con fuertes tubérculos setíferos como sigue: tibia ectal IIIi (1=2=3<4), tibia mesal III (1>2<3); tarso ectal

IiIi (1=3>2=4), tarso mesal IiIi (1=3>2=4). Tarso de menor tamaño que tibia y que termina en una poderosa uña tarsal que posee la misma longitud del segmento.

238

Patas: Patas I–II casi lisas y delgadas, solo cubiertas por finos gránulos setíferos.

Pata III–IV más robustas. Coxas con pequeños y escasos gránulos. Trocánteres

III–IV dorsalmente con pequeños tubérculos, (trocánter III con un tubérculo dorso distal, trocánter IV con 3–4 tubérculos dorsales más evidentes). Fémures III–IV robustos y retrocurvos. Fémur III con una hilera de 4 pequeños tubérculos ventroprolaterales que aumentan ligeramente de tamaño hacia el extremo distal del fémur y 1 tubérculo retrolateral; fémur IV con una hilera de 5 pequeños tubérculos ventroprolaterales que aumentan de tamaño ligeramente hacia el extremo distal del fémur y 2 tubérculos ventroretrolaterales más atenuados.

Metatarso III con un engrosamiento en la región del calcáneo en forma de huso. El engrosamiento está ubicado hacia el centro de la longitud del metatarso, extendiéndose lateralmente desde parte de la segunda porción hasta parte de la cuarta porción del metatarso (Fig. 2.4 K). Superficie ventral de la región engrosada con surco profundo y ancho en forma de ojal, que exhibe 7 sedas que tienen un extremo apical trunco (forma de espátula), dispuestas longitudinalmente en una hilera. Patela IV con dos pequeñas prolongaciones distales, una prolateral algo mayor y una retroprolateral menor. Uñas tarsales lisas, dobles y perpendiculaes al eje de las patas. Distitrsos III y IV con escópula bilobulada. Fórmula tarsal: 6(3): 9

(4): 6: 6.

Pene (Fig. 2.43 A–G): con un truncus grueso, engrosado en la tercera porción distal (Fig. 2.43 C). Stragulum completamente hendido que forma dos piezas que articulan con el truncus como una navaja y que se sitúan apicalmente a manera de

“tapa”, cubriendo la cápsula interna (sin evertir) y abriendo completamente cuando

239

evierte (Fig. 2.43 A, B, D). Cápsula interna compuesta por un estilo lateroapicalmente aplanado y apicalmente con una proyección ventral aguzada, flanquedo por fuertes conductores que están fusionados en toda su extensión a través de una membrana y se disponen como una lámina que rodea al estilo. Los conductores en cada extremo apical presentan una proyección libre ventral, algo aguzada y con bordes provistos de pequeños lóbulos (Figs. 2.43 E). Truncus ventralmente con un proceso apical compuesto por tres montículos y 10 sedas cortas y acuminadas (Figs. 2.43 F, G). En cada montículo lateral se inserta una seda apical y en el montículo medial otros dos pares de sedas apicales, siendo las más apicales de menor tamaño. Ventralmente en el truncus se insertan otros dos pares de sedas de igual tamaño que las subapicales, dispuestas sin guardar una simetría (Figs. 2.43 G).

Coloración (en etanol): Carapacho pardo-amarillo con las porciones laterales reticuladas en marrón. Margen anterior del prosoma con una marca marrón claro que delinea por debajo a las escotaduras quelícerales. Márgenes laterales con marcas irregulares marronas, más reticuladas a nivel del carapacho. Áreas mesotergales I–III pardas-amarillas con bordes anteriores y laterales marrones y

área IV completamente marrón. Márgen posterior y terguitos libres con bordes marrones. Mano del quelícero amarilla con reticulaciones en pardo y dedos amarillos-rojizos. Pedipalpos amarillos-blancuzcos, tibias, tarsos y uña tarsal marrón. Patas marronas, con marcas marronas más oscuras y extremos distales de cada artejo amarillo, dando un aspecto de bandas. Vientre pardo-amarillo.

Esternitos libres pardos-amarillos.

240

Hembra (CZACC 3.4007): Similar al macho, pero más grácil. Quelíceros delicados, con mano no engrosada (no hipertelia), sin abertura entre los dedos quelícerales. Patas: metatarso III sin calcaneus engrosado o estructura glandular como en los machos. Patas III–IV más delgadas que las de los machos, fémur III-

IV sin hileras de tubérculos ventroprolaterales y ventroretroprolaterales, solo diminutos gránulos en su lugar. Patrón de coloración similar al de los machos.

Opérculo genital ancho con respecto al del macho. Fórmula tarsal: 6(3): 9(4): 6: 6.

Medidas del cuerpo y de los apéndices en tablas 2.30–2.31.

Variabilidad: Machos (n=4); hembras (n=3). Medidas en tablas X–Y. Quelíceros robustos (hipertelia) en 3 machos (incluyendo el holotipo) y 2 machos con quelíceros no robustos, similares a los de las hembras. Dedos de los quelíceros con alguna variabilidad en la apertura basal entre ambos, puede estar ausente, como en hembras y en los machos no hipertélicos y presente en machos hipertélicos. En los pedipalpos se presenta variación en el número de tubérculos setíferos de la tibia, donde algunos ejemplares poseen 3 tubérculos setíferos ectales de gran tamaño y distalmente uno pequeño (IIIi) y en otros no aparece el tubérculo setífero distal pequeño. En la patela IV se pueden presentar dos proyecciones distales, siendo la prolateral de mayor tamaño, como en los machos hipertélicos y solo una proyección prolateral como en machos no hipertélicos, y sin proyección como en las hembras. El fémur III presenta variabilidad en el número de tubérculos prolaterales; en machos hipertélicos se pueden presentar 3–4 tubérculos prolaterales, en machos no hipertélicos se presentan 3 tubérculos más pequeños y en las hembras gránulos casi imperceptibles. El fémur IV también

241

presenta variabilidad en el número de tubérculos prolaterales; en machos hipertélicos se pueden presentar 4–5 tubérculos prolaterales, en machos no hipertélicos se presentan 4 tubérculos más pequeños y en las hembras 5–6 gránulos casi imperceptibles. El número de sedas en el engrosamiento del metatarso III puede variar desde 5–7, 9, los machos no hipertélicos presentaron el menor número de sedas. La fórmula tarsal varía en el número de segmentos en patas II: 6(3): 8–10(4): 6: 6.

Distribución: conocida solo de Monte Iberia, Baracoa, Guantánamo, Parque

Nacional Alejandro de Humboldt, Sector Baracoa (Fig. 2.44 D).

Historia natural: Los ejemplares fueron recolectados en la hojarasca del bosque de pluvisilva submontana.

Tabla. 2.32. Medidas (en mm) del escudo dorsal y los pedipalpos de Negreaella iberia sp. nov.

Macho Hembra Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra

(Holotipo) CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

CZACC 3.4007 3.4007 3.4008 3.4009 3.4010 3.4011 3.4010 3.4008

Escudo dorsal

LED 1.12 1.14 1.06 0.98 1.06 1.14 1.14 1.10

AED 0.80 0.84 0.80 0.70 0.72 0.84 0.84 0.80

LC 0.48 0.44 0.46 0.40 0.46 0.48 0.48 0.42

AC 0.78 0.74 0.72 0.66 0.70 0.80 0.74 0.70

Pedipalpo

242

Tr 0.20 0.24 0.18 0.18 0.20 0.20 0.20 0.18

Fe 0.80 0.76 0.78 0.70 0.68 0.80 0.80 0.76

Pa 0.46 0.44 0.44 0.42 0.48 0.44 0.48 0.44

Ti 0.36 0.40 0.36 0.32 0.36 0.34 0.36 0.32

Ta 0.32 0.34 0.32 0.30 0.34 0.34 0.30 0.34

Total 2.14 2.18 2.08 1.92 2.06 2.12 2.14 2.04

243

Tabla 2.33. Medidas (en mm) de las patas de Negreaella iberia sp. nov.

Macho Hembra Macho Macho Macho Macho Hembra Hembra

Holotipo CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC CZACC

CZACC 3.4007 3.4007 3.4008 3.4009 3.4010 3.4011 3.4010 3.4008

I Tr 0.18 0.18 0.18 0.16 0.16 0.20 0.16 0.16 Fe 0.58 0.54 0.58 0.50 0.52 0.58 0.54 0.50

Pa 0.26 0.24 0.26 0.22 0.24 0.28 0.24 0.26

Ti 0.46 0.40 0.40 0.38 0.38 0.44 0.42 0.38

Mt 0.62 0.56 0.58 0.52 0.52 0.54 0.58 0.54

Ta 0.62 0.62 0.62 0.64 0.62 0.62 0.62 0.62

Total 2.72 2.54 2.62 2.42 2.44 2.66 2.56 2.46

II Tr 0.20 0.20 0.20 0.20 0.20 0.20 0.22 0.20

Fe 1.04 1.00 1.06 1.00 1.00 1.00 1.00 0.98

Pa 0.44 0.36 0.40 0.36 0.40 0.40 0.40 0.38

Ti 0.86 0.86 0.86 0.80 0.82 0.82 0.84 0.80

Mt 1.00 0.90 0.98 0.90 0.94 0.94 0.94 1.32

Ta 1.08 1.06 1.08 1.06 1.06 1.06 1.04 1.04

Total 4.62 4.38 4.58 4.32 4.42 4.42 4.44 4.72

III Tr 0.20 0.20 0.18 0.18 0.18 0.16 0.18 0.18

Fe 0.72 0.74 0.76 0.70 0.68 0.70 0.70 0.64

Pa 0.28 0.30 0.30 0.34 0.30 0.34 0.32 0.30

Ti 0.52 0.50 0.50 0.46 0.48 0.50 0.50 0.46

Mt 0.84 0.84 0.84 0.78 0.82 0.84 0.80 0.74

Ta 0.50 0.50 0.46 0.44 0.46 - 0.48 0.46

Total 3.06 3.08 3.04 2.90 2.92 2.98 2.78

IV Tr 0.22 0.20 0.22 0.20 0.24 0.20 0.20 0.20

Fe 0.90 0.92 0.90 0.90 0.94 0.94 0.94 0.90

244

Pa 0.36 0.30 0.32 0.30 0.32 0.34 0.34 0.30

Ti 0.70 0.70 0.64 0.60 0.66 0.70 0.64 0.68

Mt 1.10 1.08 1.10 1.00 1.08 1.08 1.10 1.06

Ta 0.52 0.52 0.50 0.50 0.54 0.56 0.54 0.54

Total 3.80 3.72 3.68 3.50 3.78 3.82 3.76 3.68

245

Figura 2.42. Negreaella iberia sp. nov. macho holotipo (CZACC 3.4007): A, B.

Habitus, vista dorsal; C, D. Habitus, vista lateral. Escala = 1 mm. Abreviaturas TL I,

TL II, TL III = terguitos libres I-III.

246

Figura 2.43. Negreaella iberia sp. nov., macho holotipo (CZACC 3.4007), parte distal del pene: A. Vista dorsal; B. Vista dorsal, expandida; C. Vistas ventral y lateral total del pene; D. Vista lateral; E. Vista lateral expandida; F. Vista ventral; G.

Vista ventral, expandida. Escala = 0.1 mm. Abreviaturas: Co = conductor, Est =

Estilo, Fo = Follis, Str = stragulum, SA = sedas apicales, SV = sedas ventrales.

247

2.4.4. Clave dicotómica para la identificación de las especies cubanas de

Biantidae

1.- Patela del pedipalpo con tubérculo setífero mesodistal.……………………...…..2

- Patela del pedipalpo sin tubérculo setífero mesodistal…….Negreaella….……10

2.- Áreas mesotergales y terguitos libres armados de fuertes apófisis espiniformes……………………………………………………………………….………3

- Áreas mesotergales y terguitos libres solo con tubérculos...Manahunca…....15

3.- Área III y IV con par de fuertes apófisis espiniformes de igual tamaño

….Caribbiantes……………………………………………………………………..…..…4

- Área III con par de tubérculos y IV con fuertes apófisis espiniformes………....6

4.- Apófisis espiniformes del Área III y IV aguzadas……………………….………....5

- Apófisis espiniformes del Área III y IV romas……………...…C. evectus sp. nov.

5.- Terguito libre III con par de fuertes apófisis espiniformes…….………C. cubanus

- Terguito libre III con par de tubérculos mediales………...…….C. iberia sp. nov.

6.- Fémur II–IV con proyección dorsodistal…..………………………………...……...7

- Fémur II–IV sin proyección distal…………………………………………………....8

7.- Metatarso III de los machos corto y robusto, con engrosamiento que alcanza dos o más porciones distales (de las cuatro pociones en que se puede dividir el segmento)……………………………………………………………………………...... 10 248

- Metatarso III de los machos largo y delgado, con engrosamiento muy breve.……………………………………………………………….Galibrotus carlotanus

8.- Apófisis espiniformes del terguito libre III fuertes, próximas y divergentes………………………..……………………………………………….………9

- Apófisis espiniformes del terguito libre III reducidas……………..……G. matiasis

9.- Tubérculos mediales del área III diminutos……...…….…Decuella cubaorientalis

- Tubérculos mediales del área III aguzados y elevados……...…Galibrotus riedeli

10.- Terguito libre II con una pequeña apófisis espiniforme medial o un tubérculo medial y terguito libre III con par de apófisis espiniformes o par de tubérculos mediales……………………………………………………………………………….….11

- Terguito libre II sin apófisis espiniforme o tubérculo medial y terguito libre III con par de apófisis espiniformes mediales………………………………………………..14

11.- Tubérculo ocular con proyección posterior……………………………….……..12

- Tubérculo ocular sin proyección posterior……………Negreaella palenquensis

12. - Tubérculo ocular con proyección anterior………….…………Negreaella vinai

- Tubérculo ocular sin proyección anterior…………………………………….….13

13.- Tamaño del cuerpo diminuto (LED 0.98–1.14 mm), armadura de los terguitos libres y de los fémures III y IV (tubérculos prolaterales distales) reducida de tamaño……………………..………………………………….Negreaella iberia sp. nov.

249

- Tamaño del cuerpo (LED 1.21–1.32 mm), armadura de los terguitos libres y de los fémures III y IV (tubérculos prolaterales distales) marcados

……………………………………………………………..……..Negreaella yumuriensis

14.- cuerpo robusto (AED (machos) 0.96–1.11 mm); pedipalpos y patas con segmentos robustos……………………………….……Negreaella rioindiocubanicola

- cuerpo grácil (AED (machos) 0.87 mm), pedipalpos y patas con segmentos delicados………………………………………………………...... Negreaella fundorai

15.- Tubérculos de las áreas mesotergales y terguitos libres bien demarcados………………………………………………………………………..……..16

- Tubérculos de las áreas mesotergales y terguitos libres muy reducidos de tamaño…………………………………………………..………..... Manahunca turquino

16.- Tubérculos de las áreas mesotergales y terguitos libres redondeados……..17

- Tubérculos de las áreas mesotergales y terguitos libres afilados…………………………………………………...Manahunca matazon sp. nov.

17.- Terguito libre II con un tubérculo medial……………..….. Manahunca bielawskii

- Terguito libre II con 4 tubérculos, un par medial y otro paramedial

………………………………………………………….……....Manahunca cuevajibarae

Comentario: Las especies de Caribbiantes sp. nov. 1, C. sp. nov. 2, C. sp. nov.

3, no fueron incluidas en la clave hasta conseguir machos adultos que permitan

250

estudiar caracteres taxonómicos importantes para una correcta descripción de las mismas.

2.4.5. Historia natural de las especies cubanas de Biantidae

A partir del presente estudio se conoce que los biántidos caribbiantinos ocupan diferentes microhabitats, como bajo piedras, bajo corteza de árboles, tanto vivos como podridos y la hojarasca. Se han recolectado especies en el interior de cuevas, en la zona de penumbra y en la de total oscuridad (p. e. Manahunca cuevajibarae, Decuella cubaorientalis, Caribbiantes cubanus y Caribbiantes evectus sp. nov.), así como en ecositemas que predomina el carso de forma general. Los biántidos cubanos se han encontrado en bosques de pluvisilva, bosques de vegetación secundaria, bosques de pinos originales o plantados, plantaciones de café, bosques de pomarrosa (Syzygium jambos), bosques siempreverde. Todos ecosistemas donde existe una alta humedad relativa, excepto en los bosques con vegetación tipo mogote y los cuabales sobre serpentina (matorrales xeromorfos), donde existe un ambiente más árido. Estos opiliones han sido recolectados desde la altura del nivel del mar hasta los 1300 m s.n.m

2.4.6. Distribución geográfica de las especies cubanas de Biantidae

A partir de los resultados del presente estudio la subfamilia Caribbiantinae (status revalidado) se restringe al área geográfica de las Antillas, convitiéndose en un grupo endémico de las islas que la componen. La mayoría de las especies de este grupo de biántidos se encuentran en el archipiélago cubano, que actualmente posee 20 spp. reconocidas, otras cuatro especies se distribuyen en La Española (2 spp.), Puerto Rico

(1 sp.) e Islas Vírgenes (1 sp.), lo que suma un total de 24 taxones para esta subfamilia.

251

La familia Biantidae en Cuba muestra una distribución asociada a los sistemas montañosos del centro-oriente de Cuba (Fig. 2.44 A-D), siendo todas las especies, endémicas del archipiélago cubano (Fig. 2.44 A). La mayoría exhiben una distribución localizada, solo presentan una distribución algo más amplia las especies Caribbiantes cubanus, Caribbiantes evectus sp. nov. y Galibrotus carlotanus (Fig. 2.44 B).

Figura 2.44. Mapa de distribución geográfica de los taxones cubanos de Biantidae. A. Principales áreas de distribución; B. Ampliación del recuadro superior izquierdo de la figura A: Caribbiantes cubanus (círculos rojos), Caribbiantes evectus sp.

nov. (círculos azules); Galibrotus carlotanus (triangulos amarillos).

252

Figura 2.44 (cont.). Mapa de distribución geográfica de los taxones cubanos de

Biantidae. C. Ampliación del recuadro central de la figura 2.44 A. Caribbiantes sp. n. 1 (triángulos invertidos azules).

253

Figura 2.44 (cont.). Mapa de distribución geográfica de los taxones cubanos de Biantidae. D. Ampliación del recuadro inferior derecho de la figura A. Caribbiantes iberia sp. nov. (círculo blanco); C. sp. nov. 2 (estrella blanca); C. sp. nov. 3 (triángulo invertido blanco); Decuella cubaorientalis (círculo negro); Galibrotus matiasis (cuadrado blanco); Galibrotus riedeli (cuadrado negro); Manahunca bielawskii (triángulo blanco); M. cuevajibarae (círculo verde); M. matazon sp. nov. (cuadrado amarillo); M. turquino sp. nov. (triángulo invertido negro; Negreaella fundorai (rombo blanco); N. yumuriensis (rombo azul) N. vinai (rombo rojo); N. palenquensis (círculo amarillo); N. rioindiocubanicola (estrella negra).

255

2.5. Discusión 2.5.1. Utilidad de los caracteres morfológicos estudiados en la sistemática de los biántidos cubanos

El estudio de las especies de Caribbiantinae (status revalidado) reveló la existencia de un dimorfismo de los machos. Caribbiantes cubanus, C. iberia sp. nov., C. evectus sp. nov., Decuella cubaorientalis, Galibrotus carlotanus,

Manahunca bielawskii, M. matazon sp. nov., M. turquino sp. nov., Negreaella rioindiocubanicola, N. yumuriensis, N. iberia sp. nov. muestran este dimorfismo sobre todo en la robustez de los quelíceros. El polimorfismo de los machos es frecuentemente observado en los opiliones (p. e., Fernández et al., 2014), una característica que parece estar relacionada con diferentes estrategias de reproducción y la existencia de combates macho-macho (Willemart et al. 2006,

2009; Buzzato y Machado 2014; Painting et al. 2015). Algunos machos de estas especies exhiben fuertes quelíceros, mientras otros exhiben quelíceros poco robustos, como los de las hembras. En las especies de caribiantinos, este tipo de dimorfismo en los quelíceros de los machos está pobremente estudiado, lo cual fue mencionado previamente por Pérez-González (2000) para una especie no descrita de Caribbiantes, y aparentemente se trata de un fenómeno común entre las especies de esta subfamilia (A. Alegre, obs. pers.). El debido reconocimiento de dos tipos de machos en una población es crucial para evitar identificaciones taxonómicas erróneas de estas especies.

256

Además de emplear caracteres bien establecidos en la descripción de las especies de Caribbiantinae (p. e. morfología del pene), se exploró el potencial taxonómico de la región engrosada del metatarso III de los machos a través de 5 géneros de Caribbiantinae revelando una diversidad morfológica previamente desconocida. Las porciones engrosadas de las patas en los opiliones es una clara indicación de glándulas sexualmente dimórficas, un fenómeno reportado en más de un tercio de las aproximadamente 30 familias de Laniatores (Willemart et al.,

2010; Proud y Felgenhauer, 2011, 2013; Giribet y Sharma, 2015). La morfología general del metatarso III en los géneros de Caribbiantinae: Manahunca,

Caribbiantes, Negreaella, Decuella y Galibrotus es marcadamente similar a las glándulas en el metatarso III de las especies de Samoidae y Stygnommatidae

(Willemart et al., 2010). Una estrecha relación filogenética entre estas familias ha sido revelada en estudios filogenéticos moleculares recientes (p. e., Sharma &

Giribet, 2011; Giribet & Sharma 2015; Fernández et al. 2017), pero el metatarso III engrosado no se encuentra en todos los miembros de este clado. Además, el metatarso III engrosado está también presente en algunas especies de la familia

Zalmoxidae, sin embargo este engrosamiento no está asociado al calcáneo y por lo tanto no es considerado homólogo a las estructuras glandulares del metatarso

III de Samoidae (Pérez-González et al., 2016). Un metetarso engrosado también aparece en algunos zalmóxidos, Z. derzelas Sharma et al., 2012 y Z. gebeleizis

Sharma et al., 2012 (pata III), y Z. zibelthiurdos Sharma et al., 2012 (pata IV), lo que también sugiere la presencia de glándulas en estas patas (Sharma et al.,

2012). Sin embargo, la homología entre estas glándulas metatarsales entre estas

257

cuatro familias (Samoidae, Stygnommatidae, Zalmoxidae y Biantidae) necesita un estudio riguroso. El potencial taxonómico de las glándulas metatarsales como caracteres diagnósticos en géneros y especies de Caribbiantinae es prometedor.

En el presente trabajo se investigaron 13 especies de caribiantíneos con glándulas sexualmente dimórficas, las cuales están restringidas a la región engrosada del calcaneus del metatarso III, presentando un surco ventral con un área que presenta poros y sedas torcidas. Algunas variaciones parecen ser características de los géneros y/o especies. Por ejemplo, una región engrosada localizada en la longitud media del metatarso es característica de las especies de Negreaella mientras que los otros géneros presentan regiones engrosadas del metatarso III más distales. La variación interespecífica también comprende la morfología de las sedas (lanceoladas o truncas), número de hileras longitudinales (1, 2 o 3) y número de sedas (5–37). Sería interesante investigar en un futuro esta variabilidad entre otras especies del grupo y aumentar el tamaño de las muestras para acceder a mayor información sobre la variabilidad intraespecífica.

La variación en la forma y la presencia de algunas estructuras glandulares ha permanecido como caracteres informativos en la taxonomía en opiliones, p. e. glándulas opistosomales esternales sexualmente dimórficas en Cyphophthalmi

(Giribet et al., 2012), glándulas repugnatorias (Hara y Gnaspini 2003; Gnaspini y

Rodrigues 2011) y las glándulas tarsoméricas proximales en Laniatores (Gainett et al. 2014). En el contexto del estudio sobre la monofilia de Stenostygninae =

Caribbiantinae (status revalidado) y las relaciones filogenéticas entre los géneros, la variación del metatarso III ofreció un set de caracteres útiles. La

258

inclusión de la información sobre la morfología de estas glándulas en las futuras descripciones de los caribbiantinos no solo contribuye a su uso en la sistemática, sino también estimulará futuros estudios acerca de la función y visión más amplia sobre la homología de estas glándulas a través de los grupos que poseen.

El dimorfismo sexual en estas glándulas posiblemente indica una función sexual

(Andersson, 1994), y recientes evidencias conductuales sugieren que estas glándulas sexualmente dimórficas en dos especies de laniatores son probablemente utilizados para marcar el sustrato (Fernandes & Willemart, 2014;

Murayama y Willemart, 2015). Coincidentemente, la superficie ventral del engrosamiento glandular de los caribbiantinos posee poros (ocasionalmente con secreción) y sedas con forma de pincel, las cuales pudieran ser utilizadas para

“pintar” el sustrato con las secreciones que provienen de los poros.

Desafortunadamente, las observaciones conductuales son escasas y nada se sabe acerca de cómo estas glándulas son usadas en Caribbiantinae. Por lo tanto, se recomiendan los estudios de historia natural en los caribbiantinos para poder esclarecer la función de estas glándulas.

En cuanto a la morfología de la genitalia masculina de las especies pertenecientes a la subfamilia Caribbiantinae, se puede afirmar que es una herramienta útil e imprescindible para la taxonomía. Los diferentes caracteres presentes en el pene de los caribbiantinos sirven para diferenciarlos del resto de los representantes de las diferentes subfamilias de Biantidae, para delimitar géneros y definir especies. La mayor utilidad en este sentido la encontramos en la forma general del pene, forma y presentación del stragulum, número, disposición y

259

forma de las sedas ventrales de la pars distalis, así como en las características de la cápsula interna, es decir forma y disposición de los conductores y del estilo. De forma general las estructuras presentes en el pene de los caribbiantinos encuentran sus homólogos en los patrones definidos para otras familias de

Opiliones. Este patrón los ubica dentro de la superfamilia Samooidea, junto con

Samoidae y Stygnommatidae.

2.5.2. Comentarios sobre los resultados del análisis filogenético a partir de los datos morfológicos. En ambos análisis se obtuvieron topologías similares, lo que sugiere que la hipótesis filogenética obtenida podría ser robusta (Peña, 2011). Ninguno de los dos métodos recuperaron el concepto de la subfamilia Stenostygninae sensu

Pinto-da-Rocha (1995), que incluye las especies de las Antillas y el taxón

Stenostygnus pusio del Norte de América del Sur. La subfamilia Stenostygninae se muestra polifilética si incluye a los taxones antillanos. En cambio, los resultados por ambos análisis concordaron con el concepto Caribbiantinae propuesto anteriormente por Šilhavý (1973a), que agrupa a todas las especies de las Antillas pertenecientes a la familia Biantidae, recuperándose como un grupo monofilético con un soporte fuerte en ambos casos (PP=0.95, BS=87). Desde el punto de vista morfológico este resultado es congruente, pues el grupo se distingue por presentar forma del habitus dorsal semirectangular, machos dimorficos con hipertelia queliceral, ojos posteriores a la línea media y cerca del surco I, pedipalpos largos y delgados, dorsalmente inermes y ventralmente con fuertes tubérculos setíferos en tibia y tarso, este último con 2–5 tubérculos setíferos ectales y de 3–5 mesales, 260

patas III y IV más robustas, con escópula, distitarsos I con 3 o 4 segmentos y distitarsos II con 4 segmentos, metatarso III dimórfico en los machos y en forma de huso, pene con pars basalis tubular y pars distalis engrosada y convexa, con un proceso apical ventral y con un follis modificado dorsoapicalmente en stragulum y ventralmente con proyecciones espinosas. La posición de Stenostygnus pusio

(Stenostygninae) junto a los biantineos presentó un soporte nodal débil en ambos análisis (PP=0.50, BS=58). Esto podría deberse a la influencia de los datos ausentes dada la imposibilidad de examinar la morfología del metatarso III

(dimórfico en los biántidos antillanos) y de la genitalia masculina de la especie. En el presente estudio solo se tuvo acceso a un ejemplar hembra procedente de

Napo, Pompeya, , depositado en el MCZ (MCZ-38323), la cual no aportó información para el análisis filogenético morfológico. Los datos fueron obtenidos de Pinto-da-Rocha (1995), pero la información fue limitada pues los machos examinados no presentaban la pata III y la descripción de la genitalia fue breve. La relación de S. pusio con los biantineos, aunque no posee un soporte fuerte, es consistente con la morfología de ambos grupos y podría reflejar una relación más cercana, al menos con los biantineos africanos, que con los caribiantineos antillanos. Stenostygnus pusio no posee caracteres sexuales secundarios marcados, el follis está modificado en dos titiladores y la pars distalis ventral es fuertemente cóncava y dividida apicalmente, al igual que los biantineos.

La obtención de un clado monofilético correspondiente al género Negreaella separado del resto de los Caribbiantinae antillanos por el análisis de IB, es consistente morfológicamente, pues estas especies presentan una morfología 261

externa y genital masculina que se aparta del resto de los géneros de las Antillas: diminuto tamaño, tubérculo ocular armado con tubérculo anterior y/o posterior, el tubérculo posterior dirigido hacia una proyección anterior del área I, áreas mesotergales inermes, pedipalpos con patela engrosada en 1/3 distal e inerme, trocánter de la pata IV ventrodistalmente armado de un fuerte tubérculo, fémur IV retrocurvo, engrosado distalmente y con hilera de tubérculos prolaterales, pene robusto con pars basalis tubular y pars distalis engrosada con extremo apical triangular, sedas pequeñas y cónicas dispuestas irregularmente, donde 6 sedas son apicales, follis modificado en stragulum a modo de dos placas completamente divididas y dispuestas apicalmente sobre el truncus, cápsula interna compuesta por dos conductores fusionados a modo de lámina que rodea al estilo, con dos proyecciones ventroapicales libres que poseen bordes digitiformes y estilo apicalmente en forma de cayado.

Las relaciones internas de Caribiantinae no quedaron esclarecidas con este set de caracteres morfológicos. De manera general, la morfología externa y de los genitales masculinos dentro de los biántidos se muestra muy homogénea y algunas estructuras pueden haber evolucionado convergentemente, fenómeno que no es raro dentro de varios grupos de opiliones como por ejemplo en

Phalangodidae, Triaenonychidae, y Samoidae (Hedin y Thomas, 2010;

Derkarabetian et al., 2010; Sharma y Giribet, 2011).

La obtención de un grupo, aunque con bajo soporte, que contiene a todas las especies de biántidos (caribbiantineos típicos) procedentes de Cuba mediante el

262

análisis de IB tiene coherencia morfológica y biogeográfica. Aunque todos los géneros de este grupo se recuperaron monofiléticos, estos presentan una morfología externa y de la genitalia masculina muy similar siendo difícil alcanzar un buen soporte para algunas relaciones tales como las de los géneros Galibrotus y Decuella. En este sentido, también pudo influir en el bajo soporte nodal que solo se tuvo acceso a un único representante de cada uno de estos dos géneros para los análisis. En el caso de Galibrotus, G. riedeli no fue incluido en el análisis por la ausencia de información debido al mal estado del tipo y la inexistencia de la genitalia masculina. Por otra parte, G. matiasis no ha sido recolectada nuevamente y su tipo se encuentra inaccesible en el ISER. En el caso de Decuella es un género monotípico.

Los géneros bien soportados de este grupo, Manahunca y Heterolacurbs, presentan una morfología externa y genital masculina que los distingue del resto de los caribiantineos. Manahunca presenta áreas mesotergales y terguitos libres solo con tubérculos y pene con pars basalis tubular y pars distalis engrosada que se ensancha abruptamente en la dirección apical, proceso apical ventral en forma de gancho, conductores con extremos apicales libres laminares y aguzados y estilo lanceolado que se aguza abruptamente hacia el extremo apical.

Heterolacurbs presenta una fuerte apófisis espiniforme medial en el terguito libre

III, pedipalpos con fuertes tubérculos setíferos en tibia (cinco ectales y cuatro mesales) y tarso (cinco ectales y cinco mesales). Pene con cápsula interna compuesta por un estilo anchamente lanceolado que se aguza abruptamente hacia el extremo apical, que presenta margen apicoventral aserrado y par de 263

conductores fuertes, ampliamente dilatados y lobulados en sus extremos apicales libres. Alegre-Barroso y Armas (2012) señalaron que la cápsula interna y la forma general del pene en las especies de Heterolacurbs se asemejan a la morfología que exhiben las especies de Manahunca. Sin embargo, a pesar de las estrechas semejanzas morfológicas, que muestran estos géneros su relación filogenética tiene bajo soporte. Esto resalta la necesidad de futuras evaluaciones para la delimitación de los géneros empleando estudios moleculares.

La relación de grupos hermanos obtenidas entre las especies de Caribbiantes (C. cubanus y C. evectus sp. nov.), son consistentes con la morfología y la biogeografía. Estas especies de Caribbiantes morfológicamente son muy similares y su distribución es simpátrica en algunas localidades en el centro de la isla de

Cuba, sin embargo, ambas especies podrían haber surgido a partir de una especiación alopátrica y la distribución que observamos en la actualidad pudiera ser el resultado de una dispersión posterior, particularmente de Caribbiantes cubanus que posee una plasticidad ecológica mayor por encontrarse en todos los microhabitats y ocupar un área de ditribución mayor. La relación de especies hermanas de Manahunca (M. bielawskii y M. turquino sp. nov.) aunque no obtuvo un fuerte soporte en ninguno de los dos análisis filogenéticos tiene consistencia biogeográficamente pues estas especies se distribuyen en elevaciones diferentes de la Sierra Maestra (Sierra del Turquino y Sierra de la Gran Piedra), pero que guardan estrecha relación. Para estas regiones se han registrado la presencia de especies compartidas o estrechamente relacionadas en varios grupos de la biota

264

cubana incluyendo plantas, otros arácnidos, mariposas, anfibios y reptiles

(Maceira et al., 2006; Caluff et al., 2008; Nuñez et al., 2012).

Finalmente, la posición de Lacurbsinae como taxón hermano del grupo que incluye a un representante de la familia Stygnommatidae (Stygnomma teapensis) y el resto de los biántidos, no coincide con los resultados de Sharma y Giribet (2011), basados en un estudio filogenético de los Laniatores usando 10 marcadores moleculares. Estos autores obtuvieron un grupo monofilético fuertemente soportado por ambos análisis MV e IB que agrupa a los Lacurbsinae junto con los

Biantinae, lo que definieron como Biantidae. Sin embargo, aunque los lacurbsinos presentan características como ojos separados, situados sobre tubérculos oculares independientes y pedipalpos delgados con tubérculos setíferos concentrados principalmente en tibia y tarso como los biántidos (Fig. 2.45 A, B), presentan otras como pata IV robusta, tibia IV de los machos engrosada distalmente y armada de hileras de apófisis espiniformes y una genitalia masculina que se aparta del patrón genital de Biantidae (Fig. 2.45 D-E). Por ello, varios autores previos dudaron sobre la inclusión de Lacurbsinae en Biantidae como

Martens (1978) y Shear (1982). El estudio mencionado de Sharma y Giribet

(2011), no incluyó linajes de los biántidos antillanos y una reconstrucción filogenética molecular que incluya a miembros de todas las subfamilias de

Biantidae aún está por realizarse. En cuanto a la especie Stygnomma teapense en el estudio de Sharma y Giribet (2011) quedó dentro de otro grupo filogenéticamente muy relacionado a Biantidae. Este grupo consiste en los

Samoidae sensu stricto anidados dentro de una Stygnommatidae parafilética. En 265

este caso el estudio sí incluyo varios representantes de la familia Stygnommatidae y los resultados parecen ser robustos en cuanto a la posición de Stygnomma teapense dentro de este grupo (BS=100, PP=1).

Figura 2.45. Lacurbs sp., macho MCZ 44248, Camerún, África Central, A. Habitus, vista dorsal; B. Pedipalpos, vista dorsal; C. Habitus, vista lateral; D-E parte distal del pene; D. Vista ventral, E. Vista dorsolateral.

2.5.3. Sobre el estado de la taxonomía de la familia Biantidae en Cuba

266

Con 13 especies descritas anteriormente, la ausencia crítica de material tipo y registros no catalogados, la subfamilia Stenostygninae = Caribbiantinae (status revalidado) en Cuba se encontraba en necesidad urgente de revisión. Luego del estudio taxonómico y filogenético Caribbiantinae ahora comprende 24 especies válidas, definidas por la morfología externa y del pene (20 spp. cubanas y 4 spp. de otras islas como La Española, Puerto Rico e Islas Vírgenes). La nueva sinonimia Manahunca bielawskii = M. silhavyi aquí propuesta; la designación de un neotipo para M. bielawskii, la especie tipo de este género; la descripción de cinco nuevas especies, dos de Manahunca, dos de Caribbiantes (género tipo de

Caribbiantinae) y una nueva especie de Negreaella, la redescripción de

Caribbiantes cubanus, la especie tipo de la subfamilia, así como las diagnosis enemendadas de todos los géneros cubanos y las de la mayoría de las especies, llevan a la subfamilia a los estándares modernos de la taxonomía en Laniatores.

2.5.4. Consideraciones sobre la historia natural de las especies cubanas en el contexto de la familia Biantidae.

Los biántidos a nivel mundial exhiben una distribución vertical marcada, prevaleciendo las especies que se encuentran por encima de los 200 m s.n.m., por ejemplo las especies del Himalaya, Nepal, de África del Sur y de África Central

(Martens, 1978; Kauri 1961; Kauri 1985), lo que coincide con los biántidos caribbiantinos de Cuba, que muestran una distribución asociada a los principales sistemas montañosos del centro-oriente del país. La mayoría de estas especies exhiben una distribución restringida, al igual que las especies cubanas, lo que se

267

corresponde con sus altos requerimientos ecológicos (elevada humedad, bajas temperaturas), poca vagilidad y su dependencia estrecha a los ecosistemas que habitan. En muchos casos se desconocen los datos de recolecta pues las especies descritas proceden de material de coleccciones. Sin embargo, se conoce que los Biantes de Nepal viven estrictamente en el suelo, en las capas más profundas o las más altas (dígase la hojarasca), pero raramente debajo de piedras profundamente enterradas, así como algunas pocas especies debajo de troncos en descomposición (Martens, 1978). Estos biántidos nepaleses están restringidos a bosques con humedad constante durante casi todo el año, preferentemente la zona sombreada del bosque (Martens, 1978). De igual forma los biántidos del género Metabiantes de África Central se encontraron entre los 750 y los 2800 m s.n.m. y la especie Zairebiantes microphthalmus, el único representante de la subfamilia Zairebiantinae de África Central se encontró entre 650 y los 1250 m. s.n.m., fundamentalmente todos recolectados en el humus de diferentes tipos de bosques como el de galería o de bambú (Kauri, 1985). Sin embargo, la mayoría de las especies de biántidos cubanos ocupan principalmente el microhabitat bajo piedra, unas pocas se encuentran únicamente bajo corteza de árboles podridos como Caribbiantes iberia sp. nov. y Manahunca matazon sp. nov., algunas son exlcusivas de la hojarasca como los Negreaella y otras pueden ocupar todos los microhabitats bajo piedras, hojarasca y bajo corteza, como Caribbiantes cubanus,

Galibrotus carlotanus y Caribbiantes evectus sp. nov., mostrando una mayor plasticidad ecológica, y coincidentemente son las especies que exhiben las distribuciones más amplias en Cuba. Existen pocos conocimientos sobre la

268

existencia de especies troglobias o troglofilas dentro de la familia Biantidae, las

únicas especies troglobias referidas en la literatura son Biantes aelleni Šilhavý de

Ceylon (Šilhavý, 1973b), Fagebiantes bicornis Fage, del Norte de Madagascar,

Biantes milloti Fage del Oeste de Madagascar (Lawrence, 1959) y las especies cubanas Manahunca cuevajibarae y Decuella cubaorientalis (Avram, 1977), pero ninguna de ellas exhibe marcadas características troglomorfológicas.

Particularmente, la especie Decuella cubaorientalis, considerada por varios autores (Rambla y Juberthie, 1994; Armas y Alayón, 1984; Pérez-González y Yager,

2001), como especie troglobia, se confirmó en este estudio que es una especie que también se encuentra en hábitats epigios por lo que aquí la consideramos como troglofila. Sobre Manahunca cuevajibarae no hemos recolectado material de la localidad tipo, ni de otras localidades por lo tanto se desconoce si se restringe

únicamente a estos ecosistemas. No se descarta la posibilidad de que exista en algún sistema cavernario del mundo alguna otra especie troglobia de Biantidae, pues en el medio hipogeo pueden encontrar condiciones de humedad y alimento que favorecen su permanencia en este ecosistema, muy similares a las proporcionadas por el microhábitat bajo piedras (restricción de luz solar y alta humedad) (Alegre pers.obs).

2.5.5. Distribución geográfica de las especies cubanas de Biantidae y consideraciones biogeográficas.

Los opiliones cubanos cuentan con 72 especies descritas y de estas, 67 son endémicos de distribución restringida (Cokendolpher y Camilo-Rivera, 1989; Kury,

2003; Kury y Alonso-Zarazaga, 2011; Armas et al., 2017 y presente estudio). Los 269

caribbiantinos de Cuba son buenos ejemplos de este microendemismo. A partir de este estudio se conoce que las 20 especies de caribbiantinos cubanos son endémicas de este archipiélago de las Antillas y muestran distribuciones restringidas (Kury, 2003; presente estudio). Las especies de caribbiantinos están actualmente limitadas a su distribución geográfica de la parte centro-oriental de

Cuba. Por otra parte, esta región biodiversa no ha sido completamente muestreada, y por lo tanto nuestro actual conocimiento subestima la diversidad real de esta subfamilia.

La distribución centro-oriental que exhibe la familia Biantidae en Cuba y su asociación con los principales centros montañosos de esta región, puede estar dada por la historia geológica de las Antillas, que como en el caso de Cuba, las primeras zonas que emergieron, corresponden con los sistemas montañosos, que luego quedaron aisladas por sucesivos periodos de inundaciones (Iturralde-Vinent, 2003) (Fig. 2.46). Esto unido a la baja capacidad de dispersión de los opiliones y sus limitaciones fisiológicas como la rápida pérdida de agua o desecación contribuyen a una distribución microlocalizada.

Los sistemas montañosos les ofrecen a estos animales condiciones climáticas especiales tales como bajas temperaturas, áreas boscosas y una húmedad elevada, lo que explica su distribución altitudinal generalmente por encima de los 200 m s.n.m.

Este patrón de distribución limitado a zonas montañosas y mostrando preferencia altitudinal se ha observado en otros grupos de la fauna cubana. Por ejemplo, se conoce que en los anfibios, existe un gran grupo de especies con distribución limitada a los picos más altos de la Sierra del Turquino (macizos del Turquino y La Bayamesa y en la Altiplanicie del Toldo y Monte Iberia (Fong, 2010) 270

Figura 2.46. Mapas paleográficos del Pleistoceno tardío 20-25000 años- Pleistoceno Superior 120-125000 años de Cuba, que representan diferentes escenarios a consecuencia de cada etapa glacial e interglacial ocurrida (tomado de Iturralde-Vinnent, 2003).

271

La distribución centrooriental que exhibe la fauna de caribbiantinos en las Antillas puede ser explicada mediante la hipótesis de GAARlandia. Esta hipótesis plantea que al descender el nivel del mar y emerger algunos territorios, se estableció un puente terrestre hace 35-33 millones de años entre el Norte de Suramérica y las

Antillas, alcanzando hasta Cuba centroriental y que permaneció durante 2 o 3 millones de años (Iturralde-Vinent y MacPhee, 1999; Iturralde-Vinent, 2006)

(Figura 2.47). Esta conexión permitió el intercambio biótico desde el norte de

Suramérica a través de las islas emergidas y explica el origen de varios elementos terrestres de la biota antillana, incluyendo mamíferos como perezosos megalocníquidos (MacPhee y Iturralde-Vinent, 2000; White y MacPhee, 2001;

Dávalos, 2004), roedores histricognatos (Woods et al., 2001; MacPhee et al.,

2003; Dávalos, 2004), murciélagos (Dávalos, 2004) y primates (Horovitz y

MacPhee, 1999; Dávalos, 2004). Algunas ranas (Crawford y Smith, 2005; Moen y

Wiens, 2009), plantas (Fritsch, 2003; van Ee et al., 2008) y arañas (Binford et al.,

2008) pudieron haberse dispersado también a través de GAARlandia. Un estudio reciente, focalizado en evaluar la hipótesis de GAARlandia a través de especies de arañas del género Selenops (Selenopidae), también demostró una estrecha congruencia entre la edad del supuesto puente terrestre y los estimados de tiempos de divergencia entre los linajes suramericanos y caribeños (Crews y

Gillespie, 2010).

272

Figura 2. 47. Mapa paleogeográfico del Caribe en el tránsito del Eoceno-Oligoceno

(35-33 millones de años) que muestra la hipotésis del supuesto puente terrestre

GAARlandia, (tomado de Iturralde-Vinnent, 2004).

Las especies de Heterolacurbs de Islas Vírgenes y Puerto Rico presentan una estrecha relación filogenética constituyendo una unidad geográfica, la especie

Bidoma indivisa de Grand Riviere, Haití, aunque con muy bajo soporte en el análisis con IB se posicionó como el grupo más basal del resto de los caribbiantinos, excepto los Negreaella. Esta relación es concordante con la morfología, pues Bidoma indivisa presenta caracteres únicos y al parecer menos derivados como área I no dividida, una morfología del pene que consiste en un truncus ventralmente con un proceso apical alto y trunco “como una lengüeta”, con

273

cuatro sedas apicoventrales y cuatro pares lateroventrales foliares-acuminadas

(Fig. 2.48).

Figura 2.48. Bidoma indivisa, macho holotipo MCZ 14741, Haití, Gran Riviere, La

Española (Antillas Mayores). A. Habitus, vista dorsal; B. Habitus, vista lateral; C. 274

Vista dorsal, parte distal del pene; D. vistas lateral y dorsal general del pene; E.

Vista ventral, E. Vista lateral, F. Vista ventral.

En nuestro estudio todos los taxones antillanos, a su vez están estrechamente relacionados con el grupo conformado por Stenostygnus pusio del Norte de América del Sur y los binatineos. La estrecha relación de grupos hermanos de S. pusio, un taxón suramericano, y los biantineos de Myanmar y África del Sur podría ser explicada mediante la hipotésis de Gondwana. Esta hipótesis plantea que hace unos 205 millones de años estaba toda la masa terrestre unificada en un supercontinente que se denominó Pangea, que para finales del Jurásico se había fracturado dando lugar a dos continentes hermanos Laurasia (los continentes del norte) y Gondwana (los continentes del sur). Gondwana agrupaba en una gran masa a la actual América del Sur y el continente de África, cuya unión persistía aún en el Jurásico tardío, hace unos 154 millones de año (Iturralde-Vinent, 2003) (Fig. 2.49). Esta unión explica las semejanzas entre algunos elementos de la fauna de América del Sur y África. En Opiliones la monofilia de clados gondwanicos tropicales está débilmente soportada, aún se necesitan probar muchas hipótesis para la mayoría de los grupos, pero algunos análisis cladísticos en Cyphophthalmi (Suborden de Opiliones) soportan claramente la monofilia de la familia Neogoveidae, con representantes en África y Suramérica (incluyendo

Florida, que se originó de un fragmento Gondwánico), podría ser otro candidato para soportar esta hipótesis (Giribet y Kury, 2007). Stenostygnus pusio podría ser un ejemplo de esto, este taxón podría proceder de un linaje relacionado con el ancestro común de los biantineos .Los biantineos se distribuyen en India, Nepal,

Madagascar, Seychelles, África del Sur y África Central y algunos pocos registros de 275

Indonesia y todos al parecer están muy estrechamente relacionados. Para evaluar esta hipotésis sería imprescindible incorporar en un nuevo análisis (morfológico y molecular), tanto representantes biantineos de toda su distribución geográfica como especímenes machos de Stenostygnus pusio.

Figura 2.49. Mapa paleogeográfico, reconstrucción de la evolución paleogeográfica del planeta, periodo Jurásico tardío (154 millones de años),

(Iturralde-Vinnet, 2003).

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288

3. Representatividad de las especies de Biantidae en los espacios naturales protegidos de Cuba y delimitación de áreas de endemismo

3.1. Introducción

El proceso de selección de un área protegida está sujeto a diversos factores e intereses de las entidades a cargo de ello. Las áreas protegidas deben representar y proteger los valores más significativos de la biodiversidad, así como los valores históricos y culturales de los ecosistemas más representativos de un país, garantizando los servicios ecosistémicos que ofrecen. Sin embargo, en el pasado algunas áreas protegidas fueron diseñadas basándose en otros valores diferentes de los biológicos (Pressey y Tulley, 1994).

El Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Cuba (SNAP), a través de sus planes, ha ido perfeccionando sus metas de conservación para incorporar la biodiversidad como elemento fundamental (CNAP 2002, 2009). No obstante, la información sobre la distribución de las especies en algunos grupos que constituyen endemismos locales y/o especies amenazadas aún es escasa, y a menudo desactualizada, por lo que se dificulta el trabajo de conservación. La identificación de patrones de endemismo requiere un conocimiento aceptable de las distribuciones de los taxones (Noguera-Urbano, 2017). Para conocer el grado de protección que ofrecen las áreas protegidas es vital realizar un levantamiento de esta información. Esta tarea se puede realizar a través de los “análisis de vacíos” (del inglés “Gap Analysis”, Scott et al., 1993, Kiester et al., 1996). En este tipo de estudio se superponen los mapas de distribución de especies con los

289

mapas de áreas protegidas y se identifican coincidencias y vacíos existentes en la protección de las especies. Estos estudios pueden ser complementados con la determinación de áreas de endemismo. El reconocimiento de las áreas de endemismo permite evaluar si las áreas seleccionadas representan los valores más importantes de la biodiversidad, así como identificar nuevos sitios a proteger.

Si diversos grupos de seres vivos presentan distribuciones semejantes y restringidas a determinadas zonas geográficas, éstos nos permiten delimitar áreas de endemismo. Los métodos de identificación de áreas de endemiso también nos permite proponer hipótesis biogeográficas que expliquen la integración espacio- temporal de las especies endémicas (Noguera-Urbano, 2017).

Un área de endemismo se puede definir como una zona geográfica limitada por la congruencia espacial de las áreas de distribución geográfica de dos o más especies (Platnick, 1991; Morrone, 1994; Espinosa et al., 2001; Noguera-Urbano,

2016). También pueden ser definidas como áreas delimitadas por barreras, por lo que las especies están restringidas a las mismas (Hausdorf, 2002). Estas áreas reflejan las evidencias de aislamiento, diferenciación e historia común de la biota local (Cracraft, 1985; Humphries y Parenti, 1999; Morrone, 2001; Hausdorf, 2002;

Ruggiero y Ezcurra, 2003). Al mismo tiempo, si en estas zonas confluye la mayor diversidad en riqueza de especies, endemismo y amenazas (p. e. Ceballos y

Brown, 1995, Brooks et al., 2001, Bonn et al., 2002, Ortega-Huerta y Peterson,

2004), las podemos clasificar como áreas de alto valor o áreas de importancia para la conservación de la biodiversidad (“Hotspots” en inglés, Myers, 1988; 1990).

La identificación de estas áreas garantiza la concentración de los recursos y 290

esfuerzos en la gestión de la conservación de la biodiversidad. Diversos autores basados en esos conceptos han utilizado la delimitación de áreas de endemismo para la identificación de las áreas prioritarias para la conservación. Como ejemplo se pueden mencionar las Áreas de Aves Endémicas (Endemic Birds Areas, EBA), que son zonas en las cuales dos o más especies cohabitan y presentan áreas de distribución menores a 50,000 km² (Stattersfield et al. 1998). En los análisis de

áreas de endemismo también han sido usados los límites geográficos de aspectos geológicos, topográficos o ecológicos como criterios para apoyar la delimitación de las áreas en casos de falta de claridad en la superposición de las distribuciones de las especies endémicas (Cracraft, 1985; Statterfield et al., 1998). Otro aspecto importante es que donde ocurre la mayor restricción geográfica de especies, además de encontrarse una composición taxonómica única, es de esperar que exista un gran número de otras especies aún desconocidas por la ciencia, lo que le confiere mayor valor a estas zonas.

Los opiliones son un grupo que exhiben en Cuba un alto porcentaje de especies endémicas (92,6 %) y un gran número de ellas presentan una distribución restringida (Armas et al., 2017). El alto nivel de endemismo es debido a características biológicas del grupo, tales como baja vagilidad y alta higrofilia (Da

Silva et al., 2015). Por ello, estos arácnidos son buenos modelos para realizar estudios de biogeografía y delimitación de áreas de endemismo. Este es un grupo ecológicamente vulnerable y muchas de sus especies pudieran encontrarse amenazadas en el territorio nacional (A. Alegre, obs. pers.). Por ello, en este capítulo nos proponemos los siguientes objetivos de trabajo: 291

- Analizar la representatividad en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) de las especies de la familia Biantidae en Cuba (Ánálisis de Vacíos) para conocer el grado de protección que presentan

- Determinar áreas de endemismo a partir de la distribución conocida de las especies de la familia Biantidae y analizar su correspondencia con el SNAP para contribuir a la gestión de espacios naturales protegidos y establecer prioridades en la conservación de estas entidades taxonómicas.

3.2. Revisión bibliográfica

3.2.1. Gestión de espacios naturales protegidos en Cuba. Sistema Nacional de Áreas Protegidas

El primer paso hacia la formación de este sistema data desde la creación el 12-IV-

1930 de la primera área protegida declarada en el país, el Parque Nacional Pico

Cristal. En 1959 se habían creado, nueve parques nacionales, las primeras reservas naturales y monumentos nacionales, y se hizo la primera propuesta de un sistema nacional de áreas protegidas. Sin embargo, estas primeras áreas protegidas no contaban con una categoría de protección, el personal ni la infraestructura adecuada. En 1980 se creó la Empresa para la Protección de la

Flora y la Fauna (ENPFF) perteneciente al Ministerio de Agricultura (MINAG) para gestionar 30 áreas protegidas. Se construyeron instalaciones y se asignó personal técnico y administrativo a cada área. El Centro Nacional de Áreas Protegidas

292

(CNAP) se creó en 1995. Este constituyó el centro rector del planeamiento y la gestión del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Luego, a través de varios instrumentos legales, herramientas metodológicas, estrategias y programas, se crearon las bases para diseñar los planes estratégicos de cinco años, que constituyen el documento rector de la coordinación y el manejo de las áreas protegidas. El sistema nacional de áreas protegidas sigue las directrices de la

UICN para las categorías de manejo de áreas protegidas de 1994 (con algunas modificaciones específicas para Cuba (Tabla 3.1).

Tabla 3.1. Número de áreas protegidas identificadas del SNAP, categorías de manejo, nivel de significación y categoría de la UICN equivalente. (APSN) Áreas protegidas de significación nacional, (APSL) Áreas protegidas de significación local.

Categoría de Manejo Categoría UICN Nivel de Significación APSN APSL Reserva Natural (RN) I 4 0 Parque Nacional (PN) II 14 0 Reserva Ecológica (RE) II 19 13 Elemento Natural Destacado (END) III 10 23 Reserva Florística Manejada (RFM) IV 7 344 Refugio de Fauna (RF) IV 11 34 Paisaje Natural Protegido (PNP) V 2 22 Áreas Protegida de Recursos VI 10 8 Manejados (APRM) Total de áreas= 211 77 134

293

El Decreto Ley 201/99 del SNAP, aprobado en 1999, estableció el régimen legal para proporcionar la rectoría, control, administración, categorías de manejo, propuestas y declaración de áreas protegidas, así como el régimen de protección, entre otros elementos (CNAP, 2009). El plan 2003–2008 constituyó la primera etapa de desarrollo del sistema. Luego le siguió el plan 2009–2013, que representó una maduración del SNAP y por último el plan vigente 2014–2020, donde se ha perfeccionado el sistema y se trabaja por alcanzar varias metas propuestas en los planes anteriores. La identificación, entre el 2004 y el 2006, de

Áreas de Importancia para las Aves (IBAs, por sus siglas en inglés), fue de gran significación para el país pues se propusieron 28 sitios para Cuba (BirdLife

Internacional, 2008), que posibilitaron la identificación de 56 áreas protegidas con diferentes niveles de aprobación y categorías de manejo.

En la actualidad existen 211 áreas protegidas identificadas (Fig. 3.1), de ellas 120 se encuentran administradas (103 aprobadas por Comité Ejecutivo del Consejo de

Ministros (CECM) y 18 en proceso de aprobación) y 91 se encuentran sin administración. La mayoría de las áreas son administradas por el CITMA, pero algunas son administradas de manera conjunta con Empresas Forestales

Integrales y la ENPFF. La superficie que abarcan las 211 áreas protegidas identificadas representa el 20,20 % del territorio nacional, incluyendo la plataforma insular marina hasta la profundidad de 200 m, quedando bajo cobertura del

Sistema Nacional el 17,16 % de la parte terrestre y el 24,96 % de la plataforma marina (CNAP, 2013)

294

Figura 3.1. Mapa de Cuba que muestra las áreas protegidas vigentes.

Según el número de áreas protegidas y su nivel de significación por categoría de manejo, las categorías con mayor número de áreas son la Reserva Florística

Manejada, Refugio de Fauna y Elemento Natural Destacado (CNAP, 2013) (Tabla

3.1).

Las áreas protegidas terrestres del país, incluyen paisajes y ecosistemas relevantes, elementos significativos del relieve, el suelo, la hidrografía, valores geomorfológicos, así como las principales formaciones vegetales y un alto porcentaje de especies de la flora y la fauna con interés para la conservación. Una gran parte de los principales núcleos montañosos del país se encuentran protegidos, donde se conserva una gran diversidad de especies de la flora y la fauna, con alto valor por su endemismo y grado de amenaza (CNAP, 2013). Los principales ecosistemas terrestres de Cuba y que el SNAP abarca en alguna medida, son los de montaña, alturas y llanuras. Además, se distinguen los 295

humedales interiores y costeros y las cayerías, que incluyen importantes extensiones de manglares. Por otra parte, se encuentran los ecosistemas cársicos que abarcan más del 65 % del territorio nacional y que albergan gran parte de nuestra biodiversidad. Estos ecosistemas cársicos incluyen una amplia representación de los humedales, de las llanuras marinocosteras e interiores y de los ecosistemas montañosos, así como el ecosistema subterráneo natural (CNAP,

2009).

3.2.2. Estudios anteriores sobre la representatividad de especies en áreas protegidas del país y/o determinación de áreas de endemismo para la conservación

Cuba es el país antillano con mayor biodiversidad y alto porcentaje de sus especies, subespecies, poblaciones y comunidades bióticas que se hallan en

áreas naturales protegidas (González-Alonso et al., 2012). No obstante, una de las debilidades del SNAP es que en la delimitación espacial de las áreas no se ha seguido una metodología que permita identificar las zonas claves para la conservación de un mayor número de taxones (González-Alonso et al., 2012).

Entre los estudios en Cuba que han tenido como objetivos analizar la representatividad de especies en las áreas protegidas del país, y/o la determinación de áreas de endemismo o de importancia para la conservación se pueden citar pocos ejemplos. El programa de Áreas Importantes para Aves de

América por sus siglas en inglés (IBAs) reconoció 28 sitios en Cuba. Aguilar

(2010) analizó que la mayoría de estos sitios están parcial o totalmente incluidos

296

en el SNAP, con algún nivel de protección legal y de gestión, sin embargo, señaló que otros carecen de cualquier forma de protección. González-Alonso et al. (2012) dedicaron un capítulo del Libro Rojo de los Vertebrados de Cuba para evaluar a través de análisis de vacíos la representatividad en el SNAP de los vertebrados cubanos amenazados. En el Plan del SNAP 2009–2013 también se realizaron los análisis de vacío para diferentes grupos zoológicos como los peces dulceacuícolas, anfibios, reptiles, aves y mamíferos (González et al., 2013). En el

Plan 2014–2020, se realizó una evaluación de la representatividad de la fauna terrestre en el SNAP (CNAP, 2013). En este documento fueron analizados nuevamente, a través de análisis de vacíos, los vertebrados como los peces dulceacuícolas, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Particularmente, para los quirópteros se modeló el nicho ecológico de 24 especies de murciélagos (92% del total registrado en Cuba) para predecir sus áreas de distribución potencial. A partir de los modelos individuales se identificaron las áreas que podrían contener altos valores de riqueza de especies y se evaluó su cobertura en el SNAP. En este plan se incorporó por primera vez los análisis de vacíos para algunos invertebrados como los moluscos pertenecientes a los géneros endémicos Liguus y Polymita, 33 especies endémicas de mariposas (ropalóceras o mariposas diurnas) pertenecientes a 5 familias (Papilionidae, Hesperiidae, Pieridae, Lycaenidae y

Nymphalidae) y 24 géneros, así como tres especies de dictiópteros del género

Byrsotria. Fong et al. (2015) evaluaron el nivel de protección por el SNAP de especies claves de anfibios. En este estudio se modeló la distribución de 40 especies de anfibios de Cuba oriental y se representó en mapas la riqueza de

297

especies con el objetivo de identificar hotspots, detectar vacíos en la representación de las áreas protegidas, así como seleccionar áreas adicionales para llenar estos vacíos en el SNAP. En el Libro Rojo de Invertebrados de Cuba se realizó un análisis de los taxones representados en el SNAP, donde se obtuvo que de un total 130 taxones amenazados, 108 (83%) se encuentran en áreas protegidas (Hidalgo-Gato et al., 2016). Según estos autores, el área protegida con una mayor representatividad de invertebrados amenazados fue el Parque Nacional

Alejandro de Humboldt con seis moluscos, 13 insectos y dos arácnidos (21 invertebrados amenazados) y el Paisaje Natural Protegido Gran Piedra, con un molusco y 10 insectos; en las restantes áreas protegidas la cifra está por debajo de 9. Los arácnidos incluidos en este libro fueron seis especies de ácaros parásitos y comensales (1 extinto y 5 coamenazados) asociados solamente a vertebrados endémicos de las clases Aves, Reptilia y Mammalia con diferentes categorías de amenaza. Además, se incluyeron tres especies de garrapatas endémicas cavernícolas, que por su hábitat restringido a determinadas cuevas de calor de Cuba se encuentran con diferentes grados de amenaza y el opilión troglobio Jimeneziella decui (Alegre et al., 2016a; Alegre et al., 2016b).

3.3. Materiales y métodos

3.3.1. Metodología del análisis de la cobertura del SNAP para las especies de la familia Biantidae (Análisis de vacíos)

En este análisis se superpusieron los mapas de distribución conocida de las especies con los mapas del SNAP (211 áreas protegidas identificadas), utilizando

298

un mapa actualizado de los límites de las áreas protegidas a escala 1:250 000.

Proyección NAD 27 para Cuba. Se identificaron los vacíos existentes en el SNAP.

Se analizaron un total de 147 registros, de 112 localidades, de 5 géneros y 20 especies de la familia Biantidae.

Los registros fueron tomados de la revisión de las colecciones del IES, el MCZ y a partir de expediciones de campo. La información de la literatura fue obtenida de

(Šilhavý, 1973a; Avram, 1977; Armas y Alayón, 1984). Se construyó una base de datos en Excel (Microsoft Office®), con las coordenadas geográficas de los sitios de colecta (expresadas en el sistema sexagesimal), nombre de las especies, nombre de la localidad. Esta estructura de base de datos es compatible con los programas de edición de mapas y análisis de endemismo, y adicionalmente permite la posibilidad de modificar y/o agregar nueva información. La geo- referenciación se obtuvo en el campo por los recolectores o mediante Gacetillas

Geográficas (1: 50000) de Cuba localizando cada sitio en ellas. Los mapas se realizaron con el software MapInfo v. 10.5.

Se utilizó además una base de datos de los registros de distribución de otras especies de Opiliones diferentes de Biantidae con 1057 ejemplares procedentes de 399 localidades de todo el país, para inferir el esfuerzo de recolecta relizado en este grupo de arácnidos y corroborar de alguna forma si la distribución que muestra esta familia es la más cercana a su distribución real. Además se utilizó esta información para conocer cuáles localidades presentan un mayor esfuerzo de recolecta y ser consecuentes en los análisis y planteamientos de los resultados.

299

3.3.2. Metodología para delimitación de áreas de endemismo: PAE (Análisis de Parsimonia de Endemismo)

La búsqueda de áreas de endemismo se realizó a través de análisis parsimoniosos de endemismo (PAE) por sus siglas en inglés, siguiendo la metodología propuesta por Morrone (1994), basado en Rosen (1988).

Primeramente se confeccionó una retícula sobre el mapa de línea de costa de

Cuba con proyección NAD 27 para Cuba en el programa MapInfo v 10.5 con tamaño de celdas de 1ºx1º lat/long y luego otra con tamaño de celdas de

0.25ºx0.25º lat/long, con el fin de observar el efecto causado por esta variable

(escala espacial) en la identificación de áreas de endemismo. Cada cuadrícula de ambas retículas se denotó con un número para poder realizar el levantamiento de la información. Luego se confeccionó una matriz para cada tamaño de celda definido, en el programa Nexus Data Editor v 0.5.0 (Page, 2000) que recogió los datos de presencia/ausencia de los taxones en las celdas anteriormente delimitadas, donde se denotó con “0” la ausencia y “1” la presencia. Las cuadrículas se colocaron como columnas en la matriz y los taxones en las filas.

Cada matriz obtenida se analizó con WinClada (Nixon, 1999, 2002). Todos los caracteres fueron codificados con el sistema binario, con igual peso o no repesados para obtener el cladograma más parsimonioso (MPC) por enumeración implícita, es decir la solución exacta. Se realizaron también consensos estrictos para cada uno de los análisis. El análisis agrupa las cuadrículas en el cladograma resultante de acuerdo con las especies compartidas. El criterio utilizado para la delimitación de las áreas de endemismo fue el sugerido por Morrone (1994), 300

donde se seleccionan los grupos de cuadrículas o la cuadrícula que tuviera por lo menos dos especies exclusivas, o sea las consideradas sinapomorfías exclusivas en el cladograma. El análisis de parsimonia fue realizado con los programas Nona

2.0 (Goloboff, 1999), en conjunto con el Winclada 0.9.9 (Nixon, 1999). Fue utilizado el algoritmo heurístico TBR “tree bisection and reconnection” y la estrategia de búsqueda con los comandos “hold1000; mult*100; hold/10; mult*max*”. Para delimitar las áreas de endemismo se identificaron los grupos de celdas seleccionadas del cladograma resultante en el mapa cuadriculado, haciéndolas coincidir con la distribución de las especies endémicas que se registran en estas celdas. Los límites de estas áreas se establecieron trazando una línea (la más corta posible) que une todos los sitios conocidos en los que los taxones de las cuadrículas seleccionadas estuvieron presentes. Esta delimitación de las áreas es equivalente a la metodología para la delimitación de la extensión de presencia de la UICN (2001). El área se puede medir a través de un polígono convexo mínimo, esto es el polígono de menor superficie que contenga todos los lugares de presencia, pero que ninguno de sus ángulos interiores exceda los 180º.

3.4. Resultados

3.4.1. Distribución geográfica de las especies de la familia Biantidae y su cobertura por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Análisis de vacíos.

Como resultado de la revisión sistemática de Biantidae en Cuba, se conoce que la distribución de la familia es centro-oriental y hasta el momento las 20 especies que

301

la componen son endémicas del archipiélago cubano (Fig. 3.2). La mayoría de las especies habitan en los principales macizos montañosos del país. Como resultado del análisis de vacío se obtuvo que el 70 % de las especies (14 especies) se encuentran de alguna forma protegidas en las áreas del SNAP. Solo las especies

Negreaella fundorai; N. yumuriensis; N. vinai (Yumurí del Sur, Imías,

Guantánamo); Galibrotus matiasis (Valle del Río Mogote, Santiago de Cuba);

Manahunca cuevajibarae (Las Cruces, Baire, Santiago de Cuba); Manahunca matazon sp. nov. (La Matazón, Guantánamo) y Caribbiantes sp. nov. 3, (Soledad de Mandinga, Maisí, Guantánamo), no presentan protección alguna (Fig. 3.2).

302

Figura 3.2. Mapa de la distribución de las especies de la familia Biantidae y áreas protegidas del SNAP identificado.

303

Las 14 especies que se encuentran representadas en el SNAP presentan algunas subpoblaciones fuera de los límites de las áreas protegidas por lo que no poseen ningún tipo de protección. De estas 14 especies, 9 presentan una distribución restringida o localizada (<500 km²), solo 4 presentan registros de presencia que suponen un área de distribución algo más amplia (> 500 km²) (Caribbiantes cubanus, Caribbiantes evectus sp. nov., Caribbiantes sp. nov. 1, Caribbiantes sp. nov. 2). Una estimación de la extensión de presencia de C. cubanus resultó en unos 9371 km², de estos unos 971,33 km² se encuentran protegidos, quedando unos 8399,67 km² sin protección (Fig. 3.3 A). La especie C. iberia sp. nov. posee una extensión de presencia de 10,2 km² y presenta una total protección (Fig. 3.3

B). La extensión de presencia de C. evectus sp. nov. fue estimada en unos 3297 km², de estos, unos 461.87 km² se encuentran protegidos, quedando unos

2835.13 km² sin protección (Figura 3.3 C). La extensión de presencia de Decuella cubaorientalis se estimó en unos 1128 km², de ellos unos 383 km² están protegidos, quedando unos 745 km² sin protección (Figura 3.34 A). En el caso de

D. cubaorientalis se podrían añadir unos 20.77 km² al área protegida Resolladero del Río Cuzco y de esta forma se protegería la especie en una parte importante de su área de distribución. La extensión de presencia de D. cubaorientalis podría ser mucho menor, pues la distribución que muestra es disyunta y podría tratarse de dos especies diferentes. La extensión de presencia de Galibrotus carlotanus fue estimada en unos 290.8 km², de estos unos 160,44 km² están protegidos, quedando solo 130.36 km² sin protección, que también podrían ser asumidos por las áreas protegidas más cercanas como Pico San Juan, Aguacate-Boca de

304

Carreras o la propia área protegida Topes de Collantes (Figura 3.4 B). La especie

Manahunca bielawskii posee una extensión de presencia de 5.9 km² y se encuentra protegida en su totalidad (Figura 3.5 A). La extensión de presencia de

Manahunca turquino sp. nov. fue estimada en unos 58.85 km², unos 36.41 km² están protegidos, quedando sin protección solo unos 22,21 km² (Figura 3.5 D).

Negreaella iberia sp. nov. presenta una distribución restringida con una extensión de presencia de 6.2 km² y está protegida totalmente (Fig. 3.6 B). De igual forma la especie Negreaella rioindiocubanicola de la Gran Piedra presenta una distribución restringida a esta elevación, con una extensión de presencia calculada en unos

5.9 km² (Fig. 3.6 D). Para las especies Caribbiantes sp. nov. 1, C. sp. nov. 2, C. sp. nov. 3 (Figs. 3.3 D-F) no se calculó el área de extensión de presencia pues son especies aún no descritas y la revisión taxonómica de estas entidades pudiera arrojar datos más precisos de distribución, por ejemplo las especies C. sp. nov. 1 y

C. sp. n. 2 podrían ser un complejo de especies, con más de una especie en cada caso. Para Galibrotus matiasis, G. riedeli (Figs. 3.4 C-D), Manahunca cuevajibarae, M. matazon (Figs. 3.5 B-C), Negreaella fundorai, N. vinai, N. yumuriensis y N. palenquensis (Figs. 3.6 A-C), la información procede de un único registro (localidad tipo), por lo tanto no se pudo calcular la extensión de presencia que ocupan.

El porciento de cobertura del SNAP basado en el número de registros de presencia para cada una de las especies de la familia se puede dividir en cuatro categorías: protección nula (0%), baja (1-30%), media (31-70%) y alta (71-100%)

305

(Tabla 3.2). Seis especies resultaron con categoría nula de protección, dos especies con categoría baja, cuatro especies con categoría media y ocho con alta.

Tabla 3.2. Relación de las especies de Biantidae y su porciento de cobertura por el

SNAP

Especie % de registros de Categoría de presencia dentro del protección SNAP Galibrotus matiasis 0% nula Manahunca matazon sp. nov. 0% nula Manahunca cuevajibarae 0% nula Negreaella fundorai 0% nula Negreaella vinai 0% nula Negreaella yumuriensis 0% nula Caribbiantes sp. nov. 1 14% baja Caribbiantes sp. nov. 3 25% baja Caribbiantes cubanus 53.4% media Manahunca turquino sp. nov. 66.6% media Caribbiantes evectus sp. nov. 66.7 % media Caribbiantes sp. nov. 2 68% media Decuella cubaorientalis 80% alta Galibrotus carlotanus 91% alta Caribbiantes iberia sp. nov. 100% alta Galibrotus riedeli 100% alta Manahunca bielawskii 100% alta Negreaella rioindiocubanicola 100% alta Negreaella iberia sp. nov. 100% alta Negreaella palenquensis 100% alta

306

Figura 3.3. Mapas de distribución de especies del género Caribbiantes superpuesto con el mapa del SNAP. A. C. cubanus, B. C. iberia sp. nov. Puntos rojos registros de presencia de biántidos, puntos azules registros de presencia de otros opiliones, área sombreada en gris extensión de presencia, área sombreada en verde áreas protegidas.

307

Figura 3.3 (continuación). Mapas de distribución de especies del género Caribbiantes superpuesto con el mapa del SNAP. C. C. evectus sp. nov.; D. C. sp. nov. 1. Puntos rojos registros de presencia de biántidos; puntos azules registros de presencia de otros opiliones; área sombreada en gris extensión de presencia, solo en C, D especie en estudio; área sombreada en verde áreas protegidas. 308

Figura 3.3 (continuación). Mapas de distribución de especies del género Caribbiantes superpuesto con el mapa del SNAP. E. C. sp. nov. 2., F. C. sp. nov. 3. Puntos rojos registros de presencia de biántidos, puntos azules registros de presencia de otros opiliones, área sombreada en verde áreas protegidas. No se representa la extensión de presencia porque las especies se encuentran aún en estudio, éstas podrían constituir complejos de especies en cada caso. 309

Figura 3.4. Mapas de distribución de especies de Decuella y Galibrotus superpuesto con el mapa del SNAP. A. D. cubaorientalis, B G. carlotanus. Puntos rojos registros de presencia de biántidos, puntos azules registros de presencia de otros opiliones, área sombreada en gris extensión de presencia, área sombreada en verde áreas protegidas. 310

Figura 3.4. Mapas de distribución de especies de Galibrotus superpuesto con el mapa del SNAP. C. G. matiasis, D G. riedeli. Puntos rojos registros de presencia de biántidos, puntos azules registros de presencia de otros opiliones, área sombreada en verde áreas protegidas. 311

F igura 3.5. Mapas de distribución de especies del género Manahunca superpuesto con el mapa del SNAP. A. M. bielawskii, B. M. cuevajibarae. Puntos rojos registros de presencia de biántidos, puntos azules registros de presencia de otros opiliones, área sombreada en gris extensión de presencia (solo en A), área sombreada en verde áreas protegidas.…………………………………………………………………………………………………………………. 312

Figura 3.5 (continuación). Mapas de distribución de especies del género Manahunca superpuesto con el mapa del SNAP. C. M. matazon sp. nov., D. M. turquino sp. nov. Puntos rojos registros de presencia de biántidos, puntos azules registros de presencia de otros opiliones, área sombreada en gris extensión de presencia solo en D, área sombreada en verde áreas protegidas. 313

Figura 3.6. Mapas de distribución de especies del género Negreaella superpuesto con el mapa del SNAP. A. N. fundorai, N, vinai, N. yumuriensis, B. N. iberia sp. nov. Puntos rojos registros de presencia de biántidos, puntos azules registros de presencia de otros opiliones, área sombreada en gris extensión de presencia, solo en B, área sombreada en verde áreas protegidas. 314

Figura 3.6. Mapas de distribución de especies del género Negreaella superpuesto con el mapa del SNAP. C. N. palenquensis, D. N. rioindiocubanicola. Puntos rojos registros de presencia de biántidos, puntos azules registros de presencia de otros opiliones, área sombreada en gris extensión de presencia, solo en D, área sombreada en verde áreas

315

En cuanto al número de especies, la localidad de Yumurí del Sur, Imías,

Guantánamo es el área que posee la mayor diversidad de biántidos (3 spp.), sin ninguna protección. Topes de Collantes también posee 3 especies, pero por el contrario en esta área las especies sí presentan protección por el SNAP.

De las 25 áreas protegidas donde habitan especies de la familia Biantidae, 7 poseen la categoría de Área Protegida de Recursos Manejados, 5 presentan categoría de Parque Nacional, 5 de Reserva Ecológica, 3 áreas poseen categoría de Paisaje Natural Protegido, 3 de Elemento Natural Destacado y por último, 2

áreas son Reservas Florísiticas (Tabla 3.3). Del total de áreas protegidas del

SNAP que presentaron especies de biántidos (25), 5 aún no presentan aprobación legal (Tabla 3.3).

Se registraron 18 localidades sin protección por el SNAP con la presencia de biántidos. Cada una de estas localidades posee un área protegida cercana desde la que se pueden realizar acciones de conservación relacionadas con estos arácnidos o inclusive si la cercanía lo permite, algunos de estos territorios pudieran adicionarse al área ya creada (Tabla 3.4).

317

Tabla 3.3. Especies de la familia Biantidae, áreas protegidas donde habita, categoría de manejo, situación legal y estado de administración. RE Reserva

Ecológica, PNP Paisaje Natural Protegido, RFM Reserva Florística Manejada,

APRM Área Protegida de Recursos Manejados, PN Parque Nacional, END

Elemento Natural Destacado.

Especie Área Categoría Aprobación Administración Protegida de legal manejo Caribbiantes Pico San RE N/A Sí evectus sp. nov. Juan Caribbiantes Aguacate PNP N/A No evectus sp. nov. Boca de Carreras Caribbiantes Topes de PNP A Sí evectus sp. nov.; Collantes Caribbiantes cubanus; Galibrotus carlotanus Caribbiantes Lomas de RE A Sí evectus sp. nov. Banao Caribbiantes Sabanas de RFM A Sí cubanus Santa Clara Caribbiantes Buenavista APRM A Sí cubanus Caribbiantes Caguanes PN A Sí evectus sp. nov.; Caribbiantes cubanus

318

Caribbiantes sp. Humedales APRM N/A No nov. 1 del Norte de Ciego de Ávila Caribbiantes sp. Humedales APRM A Sí nov. 1 de Cayo Romano Caribbiantes sp. Silla de Cayo RFM A Sí nov. 1 Romano Caribbiantes sp. Cayo Sabinal APRM A Sí nov. 1 Caribbiantes sp. Cangilones END N/A No nov. 1 de Río Máximo Caribbiantes sp. Limones- RE A Sí nov. 1 Tuabaquey Caribbiantes sp. Sierra de APRM N/A No nov. 1 Cubitas Caribbiantes sp. Sierra del APRM A Sí nov. 1 Chorrillo, Najasa Caribbiantes sp. Bahía de RE A Sí nov. 2 Nuevas Grandes Caribbiantes sp. Caletones RE N/A Sí nov. 2 Caribbiantes sp. Desembarco PN A Sí nov. 2 del Granma Manahunca turquino Turquino PN A Sí sp. nov.

319

Galibrotus riedeli La Mensura- PN A Sí Pilotos Manahunca Gran Piedra PNP A Sí bielawskii; Negreaella rioindiocubanicola Negreaella Cuchillas del APRM A Sí palenquesis Toa Caribbiantes iberia Alejandro de PN A Sí sp. nov.; Negreaella Humboldt iberia sp. nov. Decuella Yara- END A Sí cubaorientalis Majayara

Caribbiantes sp. Cañón del END A Sí nov. 3 Yumurí

Tabla 3.4. Relación de especies de Biantiade, localidades no representadas dentro del SNAP y áreas protegidas más cercanas. RE. Reserva Ecológica, PNP. Paisaje

Natural Protegido, RFM. Reserva Florística Manejada, APRM. Área Protegida de

Recursos Manejados, PN. Parque Nacional, END. Elemento Natural Destacado.

Especie Localidad AP más cercana Caribbiantes Loma del Heliógrafo RFM Lebrige cubanus Caribbiantes Soledad, Cienfuegos RF Guanaroca-Punta Gavilán cubanus Caribbiantes Manacal, Trinidad, Sancti Lomas de Banao cubanus Spiritus 320

Caribbiantes Cueva Alta, Cueva La RE Pico San Juan evectus sp. nov. Victoria, Los Tornos, Cumanayagua, Cienfuegos Caribbiantes Cueva del Cotunto Cueva PNP Topes de Collantes evectus sp. nov. Manatiales, Manantiales, Cumanayagua Caribbiantes Montes Grandes, Arroyo APRM Buenavista evectus sp. nov. Blanco, Sabanas de San Felipe, Jatibonico Decuella Limonar, Cuzco, La END Resolladero del Río cubaorientalis Matazón, Guantánamo Cuzco Manahunca Descanso El Cardero, PN Turquino o RE Loma del turquino sp. nov. Santiago de Cuba Gato-Monte Líbano M. matazon sp. La Matazón, Guantánamo END resolladero del Río Cuzo nov. Caribbiantes sp. Lesca, Camagüey Sierra de Cubitas nov. 1 Caribbiantes sp. Loma La América, Cangilones del Rio Máximo nov. 1 Camagüey Caribbiantes sp. Loma de San Maritin, APRM Sierra del Chorrillo o nov. 1 Amancio Rodiriguez, END Bosque Fósil de Najasa Camagüey Caribbiantes sp. Cañada Honda, Jagüey, RFM, Monte Naranjito nov. 2 Calixto Garcia, Holguín Caribbiantes sp. El Yayal, La Cuaba, Loma RFM Matamoros-Dos Ríos nov. 2 de la Cruz, Holguin Caribbiantes sp. Aguas Claras, Holguín END Cerros Cársicos de nov. 2 Maniabón Caribbiantes sp. Lomas al Sur de RE Loma del Gato-Monte

321

nov. 2 Melgarejo, Santiago de Líbano Cuba Caribbiantes sp. La Farola, Paso Cuba, APRM Cuchillas del Toa nov. 3 Imías, Guantánamo Caribbiantes sp. Soledad de Mandinga, END Cañon del Río Yumurí nov. 3 Maisí, Guantánamo Caribbiantes sp. La Farola, Paso Cuba, APRM Cuchillas del Toa nov. 3 Imías, Guantánamo Caribbiantes sp. Soledad de Mandinga, END Cañon del Río Yumurí nov. 3 Maisí, Guantánamo

3.4.2. Delimitación de áreas de endemismo. Resultados del PAE

En el primer análisis del PAE (PAE 1) a partir de la retícula sobre el mapa de Cuba de 27 celdas con tamaño 1ºx1º lat/lon, se obtuvieron como resultado 28 árboles igualmente parsimoniosos. La figura 3.8 muestra el árbol número 27 resultado del análisis heurístico con L=23, Ci=86 y Ri=78. En el cladograma de la figura 3.8 se pueden apreciar 3 áreas de endemismo que poseen dos o más especies exclusivas: (Área 1) 27; (Área 2) 24+26; (Área 3) 11+15+16+17+20+21.

322

Figura 3.8. Resultado del PAE con tamaño de celda de 1ºx1º lon/lat. Árbol 27 de los 28 árboles más parsimoniosos obtenidos por el NONA. AE. Área de Endemismo, Círculos negros presencia exclusiva de un taxón.

En el mapa de la figura 3.9 con la retícula de celdas de 1ºx1º lon/lat, superpuesto con la capa de la distribución de las especies de Biantidae en Cuba, se pueden delimitar las áreas de endemismo basadas en el cladograma resultante del PAE 1. 323

El área 1 cuadrícula 27, con 7 especies endémicas exclusivas corresponde al Macizo Sagua-Baracoa; el área 2 cuadrículas 24 y 26, con 2 y 4 especies endémicas exclusivas, correspondientes a la Sierra Maestra y Sierra de la Gran Piedra respectivamente. Ambas cuadrículas comparten la presencia de (8) Manahunca turquino sp. nov. La especie endémica (3) Decuella cubaorientalis, se encuentra en las áreas de endemismo 1 y 2, pero el registro de esta especie en Cueva El Rabón, Baire, Contramaestre, Santiago de Cuba es considerado aquí como dudoso, algo que se debe verificar con futuros estudios. El área 3 corresponde a las cuadrículas 15 y 16, Macizo de Guamuhaya, con tres especies endémicas (0) Caribbiantes cubanus, (1) Caribbiantes evectus sp. nov. y (4) Galibrotus carlotanus, una pequeña porción de la cuadrícula 11 con C. cubanus y las cuadrículas 17, 20 y 21 con la especie (16) Caribbiantes sp. nov. 1, correspondientes al Norte de Sancti Spiritus (Alturas del Noreste de Sancti Spíritus), Norte de Ciego de Ávila y Camagüey, algunos cayos del Archipiélago Sabana Camagüey y Sierra de Cubitas.

324

Figura 3.9. Mapa de la distribución de especies de Biantidae y áreas de endemismo basadas en el cladograma resultante del PAE 1 con tamaño de celda 1ºx1º lon/lat. Área sombreada en rojo, áreas de endemismo. Símbolos de figuras geométricas, registros de presencia de las especies de biántidos.

325

En el segundo análisis del PAE (PAE 2) a partir de la retícula de 264 celdas de 0.25ºx0.25º lon/lat sobre el mapa de Cuba, se obtuvieron 27 árboles igualmente parsimoniosos. En el cladograma del árbol 27 con L=22, Ci=90 Ri=95 se reconocen cuatro clados correspondientes a cuatro áreas de endemismo (Fig. 3.10). Se pueden distinguir: AE 1 (246), AE 2 (261), AE 3 (138+124+129+139+113+114+119+106+117+130+97+137) y AE 4 (254+257+258). En el mapa de la figura 3.11 se pueden delinear las áreas de endemismo obtenidas con el PAE 2, AE 1 correspondiente a la Sierra de la Gran Piedra con dos especies exclusivas (7) Manahunca bielawskii y (12) Negreaella rioindiocubanicola, el AE 2 correspondiente a la localidad de Yumurí del Sur con tres especies exclusivas (13) Negreaella vinai, (14) N. yumuriensis, (19) N. fundorai, AE 3 correspondiente a parte de las Alturas del Noroeste (Villa Clara), Macizo de Guamuhaya, Alturas del Noreste (Sancti Spiritus) y Caguanes (Sancti Spiritus) con tres especies exclusivas (0) Caribbiantes cubanus, (1) C. evectus sp. nov. y (4) Galibrotus carlotanus y AE 4 correspondiente a parte de la Altiplanicie de Iberia y Altiplanicie del Toldo con tres especies endémicas exclusivas de esta zona (2) Caribbiantes iberia sp. nov. (15) Negreaella iberia sp. nov. y (11) Negreaella palenquensis. Otra área, correspondiente a la localidad La Matazón, Sabaneta, Guantánamo (cuadrícula 250), con dos especies (3) Decuella cubaorientalis y (9) Manahunca matazon sp. nov., no fue seleccionada como un área de endemismo con este análisis pues la especie 3 también está presente en otras cuadrículas, inclusive fuera de la provincia de Guantánamo. Esta especie exhibe una distribución disyunta y posiblemente sean dos esepcies diferentes en vez de una.

326

Figura 3.10. Resultado del PAE 2 con tamaño de celda de 0.25ºx0.25º lon/lat. A. Árbol 27 de los 27 árboles más parsimoniosos obtenidos por el NONA. AE. Áreas de Endemismo. Círculos negros significan presencia exclusiva de un taxón

327

Figura 3.11. Mapa de la distribución de las especies de Biantidae y áreas de endemismo basadas en el cladograma del PAE 2, tamaño de celda 0.25ºx0.25º lon/lat. AE. Áreas de Endemismo; Sombreado en rojo, Áreas de Endemismo.

329

Según nuestro criterio el PAE 1 obtuvo los resultados más útiles a los efectos de la selección de áreas de endemismo para este grupo de trabajo. Superponiendo los mapas de las áreas de endemismo obtenidos en el PAE 1 con el de las Áreas Protegidas del SNAP podemos observar que, en parte, hay coincidencias entre estas áreas (Fig. 3.12). Esto reafirma que las actuales áreas protegidas se enclavan en los principales sitios donde se encuentra la mayor biodiversidad y endemicidad del país. Sin embargo, en este análisis también se refleja la existencia de algunos sitios importantes que no encuentran protección en el actual SNAP (Fig. 3.12, Tabla 3.5)

Tabla 3.5. Extensión de superficie protegida por el SNAP de las áreas de endemismo seleccionadas según el PAE 1 y el porciento correspondiente de espacios no protegidos.

AE (PAE 1) Extensión del AE Espacio protegido % del AE no (km²) (km²) protegido

1 1124 810 27.9

2 5127 682.7 86.6

3 20160 6650.63 67.01

Estas cifras reflejan la necesidad de redefinir algunas áreas protegidas del país e incorporar algunos sitios en el actual SNAP inclusive declarar nuevas áreas protegidas para incorporar las áreas de endemismo obtenidas con este importante grupo de invertebrados. También podrían modificarse algunas de las categorías de manejo que poseen las áreas protegidas actuales para asegurar mejor los valores de la biodiversidad que aún presentan.

330

Figura 3.12. Mapa de la distribución de especies de Biantidae, superpuesto con las áreas de endemismo obtenidas en el PAE 1 y el mapa de las áreas protegidas del SNAP identificado. Sombreado en rojo, Áreas de Endemismo, Sombreado en verde, áreas protegidas.

331

3.5. Discusión

Según los resultados obtenidos del análisis de vacío, las localidades de Yumurí del Sur y La Matazón, ambas en la provincia de Guantánamo podrían ser evaluadas para ingresar dentro del SNAP o para realizarse acciones de recuperación de la calidad del hábitat desde las áreas protegidas más cercanas.

Ambas localidades presentaron una alta diversidad de biántidos, 3 y 2 especies respectivamente. En estas localidades también se registran otras especies de opiliones pertenecientes a otras familias, inclusive algunas aún sin describir (A.

Alegre, obs. pers.), lo que le confiere aún más importancia a estas áreas. La localidad La Matazón presenta un estado de conservación muy deteriorado, debido a que se desarrollaron actividades agroforestales como el cultivo de café, lo que implicó el desmantelamiento de la vegetación original, entre otros problemas de conservación. Mientras que en la localidad de Yumurí del Sur se realiza explotación forestal.

Según los porcientos de cobertura por el SNAP basados en los registros de presencia conocidos de cada especie de Biantidae por separado, las especies mejor protegidas son Caribbiantes iberia sp. nov., Negreaella iberia sp. nov., N. palenquensis, del PNAH, con el 100% de sus registros dentro del área protegida, al igual que las especies Manahunca bielawskii y Negreaella rioindiocubanicola de la Gran Piedra, luego le sigue la especie Galibrotus carlotanus de Topes de

Collantes, con el 91% de sus registros dentro del PNP Topes de Collantes.

Si comparamos los resultados del análisis de vacío de los Opiliones con los de los análisis de vacíos de varios grupos zoológicos realizados en el Plan de SNAP para

332

el periodo 2014–2020, podemos observar que los opiliones presentan una situación que merece atención, pues presentan el 35% de las especies evaluadas fuera del SNAP, mientras que los peces dulceacuícolas presentan el 23%, los mamíferos amenazados el 27,3%, las mariposas ropaloceras endémicas el 9,1%, los anfibios solo el 2,5%, las aves amenazadas el 3,2% y los reptiles el 13,4%, en cambio los moluscos y los dictiópteros presentaron el 100% de las especies analizadas representadas en el SNAP. Es oportuno aclarar que los opiliones evaluados solo constituyen el 27% del total de las especies de Opiliones existentes, es decir que una evaluación de un número mayor de especies podría resultar en un mayor número de especies no representadas en el SNAP.

De las 25 áreas protegidas que presentaron especies de biántidos (25), solo 5

(20%) aún no presentan aprobación legal. Sin embargo, estas áreas no presentan un número elevado de especies de Biantidae, y las especies presentes poseen subpoblaciones en otras áreas protegidas que sí tienen aprobación legal. Esto supone unas condiciones favorables para la conservación de estas especies.

Según Fong et al., (2015) el porciento de las áreas de distribución de los anfibios con distribución restringida dentro de las áreas protegidas existentes fue variable, esto refleja que el sistema no fue diseñado teniendo en cuenta estas especies y que su inclusión en áreas protegidas ha sido al azar. Según estos autores, el

SNAP cubano no provee protección a la mitad de las especies amenazadas de anfibios y esto pudiera estar dado porque el sistema ha sido diseñado basándose en consideraciones relacionadas con la vegetación y los paisajes. Este estudio

333

detectó 76 celdas no protegidas que constituyen hotspots en el sistema montañoso del macizo Sagua-Baracoa.

Los análisis de vacíos revelaron que el PNAH es el área protegida de mayor importancia para la conservación de los opiliones de esta familia. Lo mismo se ha observado con los reptiles y los mamíferos, que presentan un gran número de especies registrados en el parque (CNAP, 2009). El PNAH también es importante para otros grupos de invertebrados como los moluscos terrestres que presentan un porcentaje elevado de endemismo y predominan los endémicos locales y subregionales: 75.6% de los taxones son endémicos, de las cuales 12 especies

(26.7%) son endémicos locales propios del Parque, y 12 especies (26.7%) son endémicos de la Subregión Sagua-Baracoa (Fong et al., 2005). Las arañas presentaron 33 especies endémicas en el Parque, incluyendo 4 especies endémicas de Cuba oriental, 2 localizadas solamente en la Subregión Sagua-

Baracoa, y 7 conocidas únicamente de una o dos localidades dentro de los límites del Parque. También resultó ser un sitio importante para otros arácnidos como escorpiones, amblipígidos, esquizómidos, solífugos, ricinúlidos y telifónidos, donde de las 19 especies presentes en este, 5 constituyeron taxones nuevos para la ciencia y 14 son endémicos cubanos (Fong et al., 2005).

En cuanto a la categoría de amenaza, el PNAH también tiene prioridad para los biántidos pues la especies endémicas presentes poseen categoría de amenaza de

EN, luego le sigue en importancia en este sentido el PNP Gran Piedra con dos especies EN y PNP Topes de Collantes con 3 spp., pero con categoría VU. Estos

334

resultados coinciden con lo expresado por Hidalgo-Gato et al. (2016) que encontraron que el área protegida con la mayor representatividad de invertebrados amenazados fue precisamente el PNAH con seis moluscos, 13 insectos y dos arácnidos (21 invertebrados amenazados) y el Paisaje Natural Protegido Gran

Piedra con un molusco y 10 insectos (11).

Las áreas de Yumurí del Sur que correponde a la franja costera del sur de

Guantánamo y La Matazón, Sabaneta Guantánamo, un núcleo cársico importante, quedaron fuera totalmente del SNAP y sin embargo presentan 3 y 2 especies respectivamente, categorizadas como CR. Por ello, ambas localidades merecen mayor atención y desarrollar acciones concretas para la conservación de sus valores biológicos que aún presentan, como ya hemos referido.

Las áreas de endemismo obtenidas en el presente estudio concuerdan con lo conocido como principales regiones de biodiversidad de Cuba: en la región central, las montañas de Guamuhaya y el Archipiélago de Sabana-Camagüey; y en la región oriental, la Sierra Maestra, la ciénaga de Birama, el macizo de Nipe-

Sagua-Baracoa y la franja costera Bahía de Guantánamo-Maisí (Mateo y Acevedo,

1989; González y de Armas 2007). Nuestros resultados confirman que la distribución del endemismo se concentra en los sistemas montañosos del archipiélago. Particularmente, los núcleos montañosos del oriente cubano se consideran como el mayor centro de biodiversidad. Estas áreas sirvieron como refugio de especies en diferentes períodos de la historia evolutiva de Cuba, durante los cuales las zonas bajas se inundaron y solo quedaron emergidas

335

algunas de las montañas más altas del territorio oriental de la isla, las que sirvieron como sitios de especiación (Iturralde-Vinent, 2003). El sistema cársico cubano, notable por su extensión, antigüedad y desarrollo, también ha jugado un importante papel en la especiación de la fauna (Vales et al., 1998).

Fong et al. (2015) basados en la distribución de anfibios amenazados del oriente del país detectaron que habría que añadir al SNAP 797 km² en La Sierra Maestra y 644 km² en Sagua-Baracoa. Los hotspots delimitados por estos autores coinciden con algunas de las áreas de endemismo obtenidas en el presente estudio, p. e. Sagua-Baracoa y parte central de la Sierra Maestra. Murray (2018) detectó 29 áreas de endemismo para los reptiles del orden Squamata en Cuba, a través de un análisis similar que utilizó el PAE. Algunas de estas áreas de endemismo también coinciden con las delineadas a partir de la distribución de los opiliones biántidos (p. e. T+U (Sierra Maestra), V (Gran Piedra), Z (Baracoa), W

(Sur de Guantánamo), o+y (Escambray) (Murray, 2018, fig. 2 pág. 5). Sánchez

(2010) determinó áreas de endemismo utilizando una metodología diferente al

PAE, pero también coincide que, para las arañas pertenecientes a los géneros

Nops y Orthonops de la familia , la Región Oriental de Cuba es un área de endemismo importante.

Con referencia a los resultados de estudios previos que han utilizado a los opiliones como modelos para establecer áreas de endemismo, Pinto da-Rocha et al. (2005) delimitaron con éxito 11 áreas de endemismo en la selva amazónica basados en la distribución de opiliones Laniatores de la familia Gonyleptidae,

336

utilizando un análisis de parsimonia, pero en este caso el BPA (Brooks Parsimony

Analysis, por sus siglas en inglés). En este análisis se utilizó como criterio la congruencia de la distribución de al menos tres especies de Laniatores y en el cladograma obtenido en el análisis de parsimonia se sustituyeron los terminales de las especies por las áreas donde estas se distribuyen. Más recientemente, Da

Silva et al. (2015) utilizaron la distribución de opiliones pertenecientes al suborden

Laniatores, endémicos de la Selva Amazónica de Brasil. Estos autores confirmaron que los patrones de endemismo de las especies de opiliones de la selva amazónica son más restringidos que el de ningún otro organismo, corroborando la utilidad del grupo en este tipo de estudio. Relacionado con el uso de diferentes tamaños de celdas en este tipo de análisis, estos autores encontraron que retículas con celdas de mayor tamaño resulta en un mayor número de áreas de endemismo que retículas con celdas de un menor tamaño, contrario a lo que sucedió en nuestro estudio, que en el primer análisis con celdas de 1ºx1º lon/lat se obtuvo un menor número de áreas de endemismo que en el segundo. Solo que en el PAE 1 se obtuvieron Áreas de Endemismo de mayor tamaño y en el PAE 2 con celdas de 0.25ºx0.25º lon/lat se obtuvieron áreas de endemismo más pequeñas. La mejor utilidad según los ojetivos de este trabajo la encontramos con el tamaño de celda mayor. Da Silva y colaboradores plantearon que celdas muy grandes pueden contener más áreas de endemismo, pero éstas pudieran quedar enmascaradas. Además, concluyeron que el uso de diferentes métodos numéricos para detectar áreas de endemismo pudiera influir en los resultados y algunas características de un área de endemismo pudieran pasar

337

desapercibidas según el método utilizado. También se refirieron al efecto de las localidades mejor muestreadas que otras, donde estas por lo general constituyen el núcleo de las áreas de endemismo creando en ocasiones artefactos en los resultados. En nuestro estudio hemos evaluado el esfuerzo de recolecta del grupo a través del archipiégo cubano y aunque es cierto que existen localidades mejor muestreadas que otras, existe una adecuada representación de opiliones procedentes de todos los ecosistemas y zonas geográficas del país. Por último,

Silva et al. (2015) concluyeron que una combinación de criterios cualitativos para definir las áreas de endemismo y métodos es conveniente y de este modo eliminar lo mejor posible los sesgos del análisis, cirterio al cual también nos adherimos.

3.6. Referencias bibliográficas

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343

344

4. Categorización de las especies de Biantidae en Cuba

4.1. Introducción

“Para conservar, hay que conocer, comprender y cuestionar” (Feinsinger et al.,

2010). Esta frase, llamada las cuatro Cs, es utilizada por biólogos, maestros, guardaparques y personal de la conservación que promueven una metodología latinoamericana de indagación científica. Significa que en Biología de la

Conservación se impone poseer un conocimiento adecuado de lo que queremos proteger y conservar. Esta filosofía avoga porque constantemente se evalúe y se cuestione todo lo que sabemos de cada especie, de su ecosistema, de los procesos ecológicos y de las interacciones que ocurren en estos, comenzando por el nivel local. Herramientas tales como las Listas Rojas y los Libros Rojos son

útiles en este sentido. Uno de los objetivos centrales de estos es que las especies de prioridad sean conocidas por la mayoría de los ciudadanos (socialización) y que haya un impacto en la legislación, normas y conductas de la nación. Sin embargo, sin un conocimiento básico es difícil calificar el grado de vulnerabilidad o de amenaza a que se enfrenta una especie y mucho menos conseguir un grado satisfactorio de sociabilización. Los libros rojos presentan información sobre especies seleccionadas, dándoles diferentes categorías de amenaza y basados en esta información, se recomiendan medidas para su conservación (Amat et. al.,

2007). La información sobre cada taxón, en muchos casos dispersa, debe ser compilada por los especialistas de los grupos que han contribuido al conocimiento de estos. Para asignarles las categorías de amenaza a las especies seleccionadas, desde los 90, la Unión Internacional para la Conservación de la 345

Naturaleza (UICN) ha venido elaborando y perfeccionando documentos denominados “Categorías y Criterios de la Lista Roja de la UICN”, que facilitan el trabajo. Estos criterios tienen la intención de ser un sistema de fácil comprensión para clasificar especies con alto riesgo de extinción global. El sistema brinda una estructura objetiva y explícita para la clasificación de la gama más amplia de especies según su riesgo de extinción (UICN, 2001). No obstante, aunque la Lista

Roja puede dirigir la atención sobre aquellos taxones en mayor riesgo, no es el

único medio de establecer prioridades para su conservación, como vimos en el capítulo precedente. Además, para que la clasificación sea fiel, cada elección de una categoría debe estar soportada por investigaciones que tengan en cuenta la historia natural de las especies y parámetros poblacionales de las mismas.

Los invertebrados son un grupo megadiverso a nivel mundial, sin embargo son los menos estudiados. En nuestro país los insectos, moluscos y arácnidos alcanzan una diversidad y endemicidad elevada (Genaro y Tejuca, 1999; Espinosa, 2011,

2013, Armas et al., 2017). En la actualidad Cuba representa, dentro del Caribe insular, el país de mayor diversidad y donde existe el mayor nivel de información acerca de la clase Arachnida (Armas et al., 2017). Sin embargo, algunos de sus grupos como solífugos, ricinúlidos, pseudoscorpiones y opiliones, aún presentan un nivel del conocimiento bajo. De estos, se desconoce la biología de la inmensa mayoría de las especies, el efecto del cambio climático sobre sus poblaciones, así como de las actividades humanas. Como ya hemos referido en esta tesis, los

Opiliones en Cuba poseen un alto nivel de especiación y endemismo, y con anterioridad a este estudio, sus especies no habían sido evaluadas para conocer

346

el grado de amenaza que presentan. Por ello, nos proponemos en el siguiente capítulo realizar un análisis exhaustivo del estado de conservación de cada una de las especies de la familia Biantidae para asignarles las categorías de amenanza que presentan, siguiendo los criterios establecidos por la UICN.

4.2. Revisión bibliográfica

4.2.1. Categorizaciones de los invertebrados cubanos, con énfasis en los arácnidos

El número de especies de invertebrados en Cuba que han sido categorizadas en cuanto a las amenazas que presentan frente a la extinción es alarmantemente bajo en relación a la diversidad que presenta este grupo en el archipiélago. Esto refleja que el nivel de conocimiento del grupo es bajo y ello no ha permitido realizar esfuerzos en este sentido. Dentro de este grupo megadiverso, los arácnidos presentan un nivel aún más bajo de esfuerzos de categorización, con respecto a los moluscos e insectos.

El primer invertebrado categorizado siguiendo criterios cualitativos de la UICN

(1981) fue el caracol terrestre Polymita muscarum (Bidart et al., 1995). Vales et al.

(1998), en el Estudio Nacional sobre la Diversidad Biológica en la República de

Cuba, reconocieron como especies amenazadas a 131 moluscos terrestres, nueve insectos y siete arácnidos siguiendo los criterios de la versión 2.0 de la UICN

(1994). En la lista roja de la UICN de este mismo año 1994 se presentaron 18 especies de arácnidos (arañas, pseudoscorpiones y 1 opilión Banksula melones

347

que habita en la Cueva Melones de Estados Unidos). Luego, en 1996 solo se inclulyeron 10 especies de arácnidos (arañas, pseudoscorpiones y el mismo opilión Banksula melones. Los esfuerzos reales para evaluar las amenazas de las especies de los invertebrados en el archipiélago cubano comenzaron con los

Talleres para la Conservación, Análisis y Manejo Planificado de Animales

Silvestres Cubanos (CAMP, 1997, 1998, 1999). Como resultado de estos se incluyeron en alguna categoría de amenaza nueve especies de moluscos y dos de insectos. Teruel (2010) en su tesis doctoral, evaluó 26 especies de esquizómidos de Cuba Oriental y colocó tres En Peligro Crítico y 23 Vulnerables, otras cinco en la categoría de Preocupación Menor y tres en la de Datos Insuficientes.

Larramendi y Viña (2011) en el libro Rostros en Peligro, aunque de una manera divulgativa, presentaron especies de invertebrados de grupos como los moluscos terrestres, insectos y algunos arácnidos, tales como arañas, escorpiones, solífugos, amblipígidos y vinagrillos. De estos se proporcionó información sobre su hábitat, distribución geográfica y amenazas a las que se enfrentan. En la Lista

Roja de la fauna cubana, se evaluaron 293 invertebrados (Amaro, 2012), de estos los arácnidos, junto a los crustáceos e insectos fueron de los grupos con menor número de taxones categorizados, siendo de los grupos que mayor número de epecies poseen en Cuba. En ese trabajo 41 especies de arácnidos (escorpiones y esquizómidos) fueron evaluadas, 3 en peligro crítico, 29 vunerables, 5 de menor preocupación y 4 con datos insuficientes. Hidalgo-Gato et al. (2016) en el libro

Rojo de Invertebrados de Cuba presentaron seis especies de ácaros parásitos y comensales (1 extinto y 5 coamenazados) asociados solamente a vertebrados

348

endémicos de las clases Aves, Reptilia y Mammalia con diferentes categorías de amenaza. Además colocaron con diferentes grados de amenazas a tres especies de garrapatas endémicas cavernícolas, particularmente exclusivas de cuevas de calor de Cuba. Alegre et al. (2016) presentaron en este mismo libro, la especie troglobia del orden Opiliones, Jimeneziella decui). Hasta la fecha no ha sido incluida ninguna otra especie de arácnido en la lista roja de la UICN.

4.3. Materiales y métodos

4.3.1. Metodología para la evaluación de las especies. Categorías y Criterios de la UICN utilizados

Para la realización de este capitulo se tuvieron en cuenta las categorías y criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN (UICN,

2001) y para su implementación se siguieron las recomendaciones de la guía:

Standards and Petitions Working Group (IUCN, 2008).

Se revisaron las listas anteriormente publicadas por la UICN (1994, 1996, 2001,

2003, 2006, 2008 y 2011), los documentos referidos a los Talleres para la

Conservación Análisis y Manejo Planificado de Animales Silvestres Cubanos

(CAMP, 1997, 1998, 1999), el Estudio Nacional sobre la diversidad biológica en la

República de Cuba (Vales et al., 1998) y las Regulaciones para el control y la protección de especies de especial significación para la diversidad biológica en el país (2011, Gaceta Oficial de la República de Cuba, 26: 723-745).

Para la presentación de los datos se siguió el modelo de planilla (Hoja de Datos del Taxón), confeccionado sobre la base de la información que solicita la UICN y

349

que fue utilizado en el Libro Rojo de Invertebrados de Cuba (Hidalgo-Gato et al.,

2016). En esta planilla se recoge la información siguiente:

 Taxonomía (clase, orden, familia)

 Nombres comunes, en español e inglés, en el caso de que existan

 Imágenes (fotografías o ilustraciones científicas) de la especie y su hábitat,

de acuerdo a su disponibilidad

 Historia natural (Hábitat y distribución)

 Mapas de registros de presencia

 Grado de protección

 Categoría de amenaza

 Justificación de los criterios

 Acciones que se deben acometer para su conservación

Los nombres de las áreas protegidas y sus respectivas categorías de manejo con su simbología, fueron tomadas del Plan del Sistema Nacional de Áreas Protegidas

2014-2020 (CNAP, 2013)

La estructura de las categorías de la Lista Roja se muestra en la figura 4.1

350

Figura 4.1. Esquema de Estructura de Categorías de la Lista Roja de la UICN

(tomado del Libro Rojo de Invertebrados de Cuba)

4.4. Resultados y discusión

4.4.1. Categorización de las especies de la familia Biantidae siguiendo los criterios de la UICN

Hojas de Datos de los Taxones

Caribbiantes cubanus Šilhavý, 1973 (Fig. 4.2)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS

351

Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.2. A. Habitus dorsal macho de Caribbiantes cubanus. B. Topes de

Collantes

Características

Especie tipo de la subfamilia Caribbiantinae. Es un opilión epígeo que habita fundamentalmente debajo de piedras, troncos podridos y la hojarasca. Es una especie abundante y se pueden encontrar varios individuos compartiendo el mismo microhabitat.

Área de Ocupación

352

Grado de Protección

La mayoría de los registros de presencia de la especie (68%) se encuentran dentro de áreas protegidas. La localidad tipo Jardín Botánico de Soledad

(Cienfuegos), aunque no es un área protegida representa un sitio donde la especie encuentra protección. Topes de Collantes, con categoría de Paisaje Natural

Protegido constituye el área protegida de donde proceden la mayor cantidad de registros de la especie y donde posee buenas condiciones para su supervivencia.

También habita en las áreas protegidas Reserva Florisitica Manejada Sabanas de

Santa Clara; Buenavista (Área Protegida de Recursos Manejados) y el Parque

Nacional Caguanes.

Categoría de Amenaza VU B2 a b (ii, iii, iv)

Justificación de los Criterios

353

Se estima que la extensión de presencia de la especie sea menor de 2000 km². A valorar por la distancia que existe entre algunos de los registros conocidos, las subpoblaciones ocupan un área severamente fragmentada. Debido al desarrollo urbanístico de la zona y el turismo en aumento se estima que la especie ha experimentado una disminución continua del área de ocupación, de la calidad del hábitat y por tanto del número de subpoblaciones.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Se debe trabajar en el manejo de hábitat, proporcionando, en la medida de lo posible, continuidad entre las localidades que habita. Se debe desarrollar monitoreos, para constatar el estado de conservación de la especie y realizar educación ambiental en las comunidades donde habita, involuctrando a las personas visitantes de las áreas protegidas.

Caribbiantes iberia sp. nov. (Fig. 4.3)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS

Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

354

Figura 4.3. A. Habitus dorsal macho de Caribbiantes iberia sp. nov. B. Monte

Iberia, Guantánamo

Características

Opilión epígeo que habita fundamentalmente debajo de la corteza de árboles podridos o vivos. Es una especie poco abundante y los individuos no forman agregaciones.

355

Área de Ocupación

Grado de Protección

Todos los registros de la especie se encuentran dentro del Parque Nacional

Alejandro de Humboldt.

Categoría de Amenaza EN B2 a b (iii)

Justificación de los Criterios

Este arácnido está restringido a algunas elevaciones del macizo de Sagua-

Baracoa. Se estima que el área de ocupación de la especie es menor de 500 km2 y se ha encontrado solo en 3 localidades circuncritas al Parque Nacional Alejandro de Humboldt, específicamente en las altiplanicies del Toldo y Monte Iberia, que corresponden a las alturas de Moa. En estas áreas se encuentran bosques húmedos y sombríos, que en conjugación con una alta pluviosidad y una baja tasa de evaporación producen una elevada humedad relativa, así como una alta 356

humedad en el suelo y la hojarasca. Estos sitios también presentan una gran altitud y un tipo de suelo que propician condiciones únicas para este arácnido.

Este opilión presenta escasa vagilidad, y es sensible a las alteraciones del ambiente por lo que depende estrechamente del hábitat para su supervivencia. Se infiere que la extensión del hábitat natural de la especie haya disminuido y también el número de subpoblaciones existentes debido a las modificaciones antrópicas que el área ha sufrido (aún cuando es una de las zonas más conservadas de

Cuba), fundamentalmente el desmantelamiento de la pluvisilva original para la explotación minera, así como por los efectos del cambio climático. Las altiplanicies del Toldo y Monte Iberia parecen haber sido áreas que sirvieron como refugio de especies en diferentes períodos de la historia evolutiva de Cuba durante los cuales las zonas bajas se inundaron y solo quedaron emergidas algunas de las montañas más altas del territorio oriental de la isla, las que sirvieron como refugio y sitio de especiación.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Se debe incorporar esta especie en los planes de manejo del PNAH y realizar estudios para conocer su biología (desarrollo, reproducción, alimentación, requerimientos ecológicos, etc.). De esta forma se podrían entender mejor las amenazas a las cuales se enfrenta este arácnido e implementar acciones de educación ambiental basadas en la información obtenida. Implementar monitoreos periódicos para el seguimiento de las poblaciones.

Caribbiantes evectus sp. nov. (Fig. 4.4)

357

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS

Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.4. A. Habitus dorsal macho de Caribbiantes evectus sp. nov. B. Topes de

Collantes, Sancti Spíritus.

Características

Es un opilión que ha sido registrado en varias cavernas, aunque también se ha recolectado en hábitats epígeos. Habita fundamentalmente debajo de piedras.

Cohabita en algunos sitios junto a la especie Caribbiantes cubanus (Biantidae) y en otros junto a Galibrotus carlotanus (Biantidae).

358

Área de Ocupación

Grado de Protección

El 66.7 % de los registros se encuentran dentro de espacios protegidos del centro del país: Pico San Juan, Aguacate Boca de Carreras, Topes de Collantes, Lomas de Banao y Parque Nacional Caguanes. Sin embargo, presenta varias subpoblaciones sin cobertura de áreas protegidas, como aquellas registradas en algunas cuevas: Cueva la Victoria (Los Tornos, Cumanayagua), Cueva Alta (Los

Tornos, Cumanayagua), Cueva del Cotunto (Manantiales, Cumanayagua), Cueva

Martín Infierno (Cumanayagua), Cueva Manatiales (Tito, Manantiales,

Manicaragua) y las subpoblaciones de San Felipe, Jatibonico; Montes Grandes,

Arroyo Blanco.

Categoría de Amenaza VU B1 a b (i, iii, iv)

Justificación de los Criterios

359

Según los registros de presencia se puede estimar que el área de ocupación de esta especie sea menor de 2000 km² y que muchas de estas localidades actualmente no presentan una continuidad del habitat por lo que puede encontrarse severamente fragmentado. La mayoría de los registros de la especie proceden de cuevas del centro del país y muchas de estas se encuentran sin protección, por lo que este opilión puede haber experimentrado una disminución del área de ocupación y de la calidad del hábitat, además una reducción de sus subpoblaciones. Las cuevas son ecosistemas frágiles y si estas son perturbadas o destruidas se pueden eliminar con ellas subpoblaciones enteras de la especie.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Se debe proceder a la declaración de las cuevas donde habita la especie como monumentos o incluir el territorio donde se enclavan las mismas como áreas protegidas. Además se propone desarrollar monitoreos periódicos para el estudio y seguimiento de las poblaciones en estos ecosistemas, aspecto fundamental para valorar su estado actual.

Decuella cubaorientalis Avram, 1977 (Fig. 4.5)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS

Clase Arachnida

Orden Opiliones

360

Familia Biantidae

Figura 4.5. A. Habitus dorsal macho de Decuella cubaorientalis. B. alrededores de

Cueva de los Golondrinos. C. Cueva de los Golondrinos, Majana, Baracoa,

Guantánamo.

Caracterísiticas

Opilión que fue considerado como troglobio por varios autores (Rambla &

Juberthie, 1994; Armas y Alayón, 1984 y Pérez-González y Yager, 2001) por haber sido descrito de material procedente de cuevas y por presentar características tales como la despigmentación. En la actualidad se conoce que también habita en el exterior de las cavernas por lo que es una especie troglófila.

Se encuentra debajo de piedras fundamentalmente.

361

Área de ocupación

Grado de protección

Se ha registrado en 5 localidades diferentes, pero solo encuentra protección dentro del área protegida Yara-Majayara, Baracoa, Guantánamo con categoría

Elemento Natural Destacado. El registro de Cueva El Rabón, en Contramaestre,

Santiago de Cuba, no presenta ningún tipo de protección. El 80% de los registros se encuentran fuera del SNAP.

Categoría de Amenaza EN B2 a b (iii, iv)

Justificación de los Criterios

La especie solo ha sido registrada en 5 localidades, algunas de ellas consideradas aquí como registros dudosos, excepto (Cueva El Rabón, Baire, Santiago de

Cuba), que es la localidad tipo. Analizando la ubicación de los cuatro registros de

Guantánamo se infiere que la especie presenta un área de ocupación estimada 362

menor de 2000 km². Las localidades de Sabaneta, Guantánamo no presentan protección alguna y muestran un grado de antropización alto, aunque es probable que la especie se encuentre también en el área protegida Resolladero del Río

Cuzco, Elemento Narural Destacado, dada la cercanía que presentan los registros conocidos a la misma. Todas las localidades de Guantánamo se encuentran dentro del Macizo Sagua-Baracoa, sin embargo éstas se encuentran ubicadas en elevaciones diferentes y alejadas por lo que se puede infereir que el área de ocupación de esta especie está severemente fragmentada. Las localidades de

Sabaneta con respecto a la localidad de Majana, Baracoa están alejadas más de

100 km. Dada la poca vagilidad de estos arácnidos, las subpoblaciones procedentes de estas localidades podrían no poseer intercambio genético en la actualidad, lo que aumenta el riesgo de extinción de las subpoblaciones y de la especie en general. Las cuevas Los Golondrinos, del poblado de Majana, Baracoa y El Rabón, Baire, Santiago de Cuba, presentan afectaciones severas, pues se han realizado contrucciones en su interior que han aleterado la geomorfología de la caverna, así como se lleva a cabo en ellas la extracción de guano de murciélago por parte de los pobladores del área. Esta actividad dentro de las cavernas ha modificado el hábitat cavernícola produciendo grandes alteraciones en algunas cuevas, como la introducción de especies ajenas a estos ecosistemas y el desplazamiento de la fauna autóctona.

Acciones que se deben acometer para su conservación

363

Se debe trabajar en el manejo de hábitat, desarrollar monitoreos y trabajos de educación ambiental en las comunidades locales donde habita la especie. Se debe corroborar si los individuos de Cueva El Rabón pertenecen a la misma especie, pues desde su descripción original no se ha vuelto a recolectar material procedente de esta caverna y dada la escasa vagilidad y nivel de restricción geográfica que presentan los opiliones se sospecha que los individuos de

Guantánamo no corresponden al mismo taxón. Si se confirmara que los individuos que habitan en estas localidades de Guantánamo no corresponden a D. cubaorientalis, se reduciría la extensión de presencia de la especie, convirtiéndose en un taxón de distribución más restringida y cambiaría la categoría de esta especie para en pelígro crítico (CR).

Galibrotus carlotanus Šilhavý, 1973 (Fig. 4.6)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS

Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

364

Figura 4.6. A. Habitus dorsal macho de Galibrotus carlotanus. B. Topes de

Collantes, Sancti Spíritus.

Caracterísiticas

Es un opilión epígeo que habita debajo de piedras, la hojarasca y bajo la corteza de árboles.

Área de Ocupación

365

Grado de protección

La mayoría de los registros se encuentran dentro del área protegida Topes de

Collantes. Esta área protegida abarca la mayor parte del área de ocupación de la especie.

Categoría de Amenaza VU B2 a, b(iii)

Justificación de los Criterios

La especie tiene una distribución restringida al macizo de Guamuhaya, fundamentalmente se ha registrado en Topes de Collantes y en Mina Carlota,

Cumanayagua, Cienfuegos, de donde fue descrita. Por lo que el área de ocupación estimada es menor de 2000 km² y se sabe que solo existe en al menos

10 localidades de esta zona. Debido al turismo desarrollado en la zona y el crecimiento de los asentamientos humanos, así como el desarrollo de las actividades asociadas a los mismos, se infiere que este taxón puede haber experimentado una disminución continua de la calidad del hábitat, fundamentalemente en los sitios fuera del área protegida y por lo tanto una disminución de sus subpoblaciones.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Se debe incorporar la especie en el plan de manejo del área protegida Topes de

Collantes. En este plan se deben organizar monitoreos para conocer el estado de conservación de las subpoblaciones de esta especie, para ello se debe capacitar al personal del área protegida en el reconocimiento y estudio de la especie, así 366

como incluir actividades de educación ambiental para desarrollar con los pobladores y vistantes del área protegida.

Galibrotus matiasis Avram, 1977

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Caracterísiticas

Opilión conocido por un único ejemplar macho. Longitud del cuerpo de 2.15 mm.

Fue recolectado debajo de piedras húmedas.

Área de Ocupación

367

Grado de protección

El único registro procede de una localidad que no presenta protección alguna.

Categoría de Amenaza CR B2 a b (iii, iv)

Justificación de los Criterios

Solo se conoce de la localidad tipo “Valle del Río Mogote, cerca de Matías, 300-

400 m”. El área de ocupación que se estima es menor de 10 km². Luego de la descripción original no se ha vuelto a recolectar la especie. La localidad de donde procede este opilión se visitó en la década de los 80, pero solo se recolectó otra especie de opilión aún no descrita. Tampoco se han localizado hasta el momento otros ejemplares asignables a esta especie en las colecciones del IES. Por lo tanto se infiere que ha habido una disminución continua del área de ocupación y además de la calidad del hábitat debido principalmente a la fragmentación causada por la deforestación y otras actividades humanas, como el desarrollo de

áreas o asentamientos humanos.

Acciones que se deben acometer para su conservación

El primer paso para conocer el estado de conservación de la especie, es realizar censos exhaustivos en la localidad tipo y alrededores para confirmar la existencia de la misma en la actualidad y (de ser positiva) evaluar el tamaño de su pobación y área de distribución.

Galibrotus riedeli Šilhavý, 1973 (Fig. 4.7)

368

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.7. A. Habitus dorsal macho holotipo de Galibrotus riedeli, depositado en el

MCZ. B. Parque Nacional La Mensura-Piloto

Caracterísiticas

Conocida solo por el ejemplar tipo, macho, actualmente depositado en las colecciones del MCZ. No existen datos sobre su historia natural.

369

Área de Ocupación

Grado de protección

El único registro conocido de la especie se encuentra dentro del área protegida

Parque Nacional La Mensura-Pilotos.

Categoría de Amenaza CR B2 a b (iii, iv)

Justificación de los Criterios

Solo ha sido recolectada de la localidad tipo “Sierra de Nipe: Río Piloto” y se conoce un único ejemplar de la especie, depositado en el MCZ, Universidad de

Harvard, EE. UU., por el cual fue descrita la especie. No se han recolectado otros individuos de la especie desde su descripción en 1973, a pesar de que arácnologos del grupo de trabajo han visitado en múltiples ocasiones la localidad tipo y sus alrededores. Tampoco se encuentra representado en las colecciones del

IES. Se estima que el área de ocupación no excede los 10 km². Por lo que se 370

infiere que la especie ha experimentado una disminución continua del área de ocupación. También se infiere que la calidad del hábitat y el número de subpoblaciones ha experimentado una disminución continua, pues en varias localidades de la Mensura se ha practicado la minería intensiva, así como la ganadería por lo que el estado de conservación es bajo.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Se debe relocalizar nuevos individuos de la especie en su localidad tipo u otras localidades cercanas. De este modo se puede conocer el estado de conservación de la población e incluirlo en los planes de manejo del área protegida y acometer acciones de educación ambiental.

Manahunca bielawskii Šilhavý, 1973 (Fig. 4.8)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

371

Figura 4.8. A. Macho de Manahunca bielawskii. B. Gran Piedra, Santiago de Cuba.

Caracterísiticas

Opilión epígeo que habita bajo piedra y en la hojarasca de pino Pinus cubensis y de pluvisilva.

Area de Ocupación

372

Grado de protección

Se encuentra en el área protegida Gran Piedra, Paisaje Natural Protegido.

Categoría de Amenaza EN B2 a b (iii, iv)

Justificación de los Criterios

Este biántido se encuentra restringido a la Sierra de la Gran Piedra. Se estima que el área de ocupación de la especie es menor de 500 km² y no se encuentra en más de 5 localidades circuncritas a esta sierra. Debido a las modificaciones antrópicas que el área ha sufrido como el desmantelamiento de zonas de bosque pluvial para establecer cultivos como cafetales y plantaciones forestales, así como parcelas de viandas y hortalizas, se estima que la extensión del hábitat natural de la especie haya disminuido y también el número de subpoblaciones existentes.

Una de las amenazas para la biodiversidad autóctona dentro del área proviene de la introducción de especies de plantas como la Pomarrosa (Syzygium jambos) usada por los franceses para sombrear el café y el pino (Pinus caribaea) pues estas compiten agresivamente con la vegetación nativa. También existe la tala furtiva de madera.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Realizar estudios sobre la biología de la especie que se desconoce totalmente.

Realizar censos y monitoreos para determinar el estado de conservación de sus subpoblaciones. Acometer labores de educación ambiental con los pobladores de

373

la zona y capacitar al personal del área protegida en el reconocimiento de la especie.

Manahunca matazon sp. nov. (Fig. 4.9)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.9. A. Habitus dorsal del macho de Manahunca matazon sp. nov.

Figura 4.9. A. Habitus dorsal macho de Manahunca matazon sp. nov. B. La

Matazón, Sabaneta, Guantánamo.

Caracterísiticas

Opilión epígeo que habita debajo de la corteza de troncos podridos y presenta baja abundancia. 374

Área de Ocupación

Grado de protección

Sin protección

Categoría de Amenaza CR B2 a b (iii, iv)

Justificación de los Criterios

Es una especie endémica conocida de una única localidad, La Matazón,

Sabaneta, Guantánamo, que no se encuentra dentro del SNAP. Por lo que se estima que el área de ocupación no excede los 10 km². Se infiere que el área de ocupación original debe haber experimentado una disminución continua debido a los efectos de la antropización, así como el número de subpoblaciopnes existentes. De hecho, los únicos ejemplares conocidos fueron recolectados debajo de la corteza de troncos podridos en el suelo de cafetales.

375

Acciones que se deben acometer para su conservación

Evaluar la localidad para ser incluida dentro del área protegia más cercana.

Realizar monitoreos en el área para evaluar el estado de salud del hábitat y estudios de campo para conocer la abundancia y estado de conservación de la especie. Incluir actividades de educación ambienta dirigidas al conocimiento de este endémico por parte de los pobladores de la zona.

Manahunca turquino sp. nov. (Fig. 4.10)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.10. A. Habitus dorsal macho de Manahunca turquino sp. nov. B.

Turquino, Santiago de Cuba.

376

Características

Opilión epígeo de patas alargadas que habita debajo de piedras y en la hojarasca

Área de Ocupación

Grado de protección

Se ha registrado en el Parque Nacional Turquino

Categoría de Amenaza EN B1 a, b (ii, iv)

Justificación de los Criterios

Se conoce solo de tres localidades de la Sierra Maestra, dos de ellas dentro del

Parque Nacional Turquino. Se estima que la extensión de presencia es mucho menor de 5000 km². Se ha revisado gran cantidad de material procedente de colecciones y además se han realizado varias expediciones al sitio, entre estas las expediciones recientes del proyecto Biogeografía del Caribe y no se han

377

encontrado otros ejemplares de la especie en las diferentes elevaciones de la sierra, por lo que se infiere que la especie puede haber experimentado una disminución del número de las subpoblaciones, quedando algunas subpoblaciones relictuales en determinadas elevaciones de la Sierra Maestra. Según los registros de presencia se puede inferir que el área de ocupación de la especie se enuentra severamente fragmentada y que ha disminuido. En el área se ha realizado extracción de madera, cultivos y contrucción de potreros provenientes de los asentamientos humanos, así como caminos y trochas. Esto ha contribuido a la fragmentación de los ecositemas de bosque nublado y el matorral nublado natural por encima de 1 400 msnm, creando las llamadas “islas”, a pesar de la protección formal existente dentro del parque.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Realizar estudios sobre la biología de la especie que es deconocida completamente. Realizar censos y monitoreos para determinar la distribución actual de la especie y el estado de conservación de sus subpoblaciones. Acometer labores de educación ambiental con los pobladores de la zona y capacitar al personal del parque en el reconocimiento de la especie.

Manahunca cuevajibarae Avram, 1977

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones 378

Familia Biantidae

Caracterísiticas

Especie conocida solo a partir del macho holotipo que se encuentra depositado en el ISER. Solo se conocen escasos datos sobre su historia natural, ésta fue recolectada de una caverna, en la parte oscura, sobre el suelo cuebierto de barro y con gran humedad debido a las inundaciones periódicas de la caverna por un río subterráneo que la atraviesa.

Área de Ocupación

Grado de protección

No presenta protección.

Categoría de Amenaza CR B2 a, b (iii, iv)

Justificación de los Criterios

379

Solo se conoce de la localidad tipo “Cueva Jíbara, cerca de Las Cruces, 560 m,

Tercer Frente, Baire, Santiago de Cuba”. El área de ocupación que se estima es menor de 10 km². Luego de la descripción original no se ha vuelto a recolectar la especie. No se han localizado hasta el momento otros ejemplares en las colecciones del IES asignables a esta especie. El hecho de haber sido registrada de una única caverna (aún cuando no se ha confirmado su carácter troglobio o si es un troglófilo), aumenta el riesgo de extinción de la especie pues si esta cueva fuera destruida parcial o completamente puede eliminarse la población en su totalidad. Cueva Jíbara fue colectada durante las expediciones Cubano-Rumanas en los años 70. Según Orghidan et al. (1977), esta cueva es de origen fluvial, descendente, presenta unos 1462 m explorados y está atravesada por un arroyo subterráneo. En la actualidad se desconoce el estado de conservación exacto de esta caverna, pero se conoce que ha experimentado grandes pertubaciones. Se infiere que ha habido una disminución continua del área de ocupación y de la calidad del hábitat debido principalmente a la perturbación de la cueva donde habita.

Acciones que se deben acometer para su conservación

El primer paso para conocer el estado de conservación de la especie, es realizar censos exhaustivos del área para relocalizar nuevos individuos de la misma.

Negreaella palenquensis Avram, 1977

OPILIÓN

380

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Caracterísiticas

Opilión diminuto que habita en la hojarasca.

Área de Ocupación

Grado de protección

El único registro de presencia de la especie se encuentra dentro del área protegida Cuchillas del Toa, con categoría de Recursos Manejados.

Categoría de Amenaza CR B2 a, b (ii, iii)

Justificación de los Criterios

381

Solo se conoce de la localidad tipo “Valle de La Jaiba, cerca Palenque, 420 m”, que no alcanza más de 10 km². Ha sido recolectado un único ejemplar macho, a partir del cual se describió la especie. Desde su descripción original en los 70s no se ha vuelto a recolectar y no existe ningún otro ejemplar en las colecciones del

IES asignable a esta especie. La localidad tipo ha sufrido grandes alteraciones antrópicas y por ello la especie debe haber experimentado una disminución continua del área de ocupación, así como de la calidad de su hábitat.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Realizar censos exhaustivos del área para relocalizar nuevos individuos de la misma. Capacitar al personal del área protegida para llevar a cabo los monitoreos de la especie. Se debe trabajar en la educación ambiental para proteger en sí el habitat y con ello garantizar la conservación de este diminuto opilión que pasa desapercibido por las personas.

Negreaella rioindiocubanicola Avram, 1977 (Fig. 4.11)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

382

Figura 4.11. Habitus dorsal de Negreaella rioinindiocubanicola. Gran Piedra,

Santiago de Cuba

Características

Opilión diminuto que habita en la hojarasca de los bosques pluviales y de pino de la sierra de la Gran Piedra.

Área de Ocupación

383

Grado de protección

Se encuentra en el área protegida Gran Piedra, Paisaje Natural Protegido.

Categoría de Amenaza EN B2 a b (iii, iv)

Justificación de los Criterios

Este diminuto biantido, al igual que la especie Manahunca bielawskii, se encuentra restringido a la Sierra de la Gran Piedra. Se estima que el área de ocupación de la especie también es menor de 500 km² y no se encuentra en más de 5 localidades ubicadas en esta sierra por lo que enfrenta un alto riesgo de extinción. Este micropilión posee escasa vagilidad y es muy sensible a las alteracioens del hábitat, requiere de la alta humedad de la hojarasca. Debido a las modificaciones antrópicas que el área ha sufrido como el desmantelamiento de zonas de bosque pluvial para establecer cultivos como cafetales y plantaciones forestales, así como parcelas de viandas y hortalizas, se estima que la extensión del hábitat natural de la especie haya disminuido y también el número de subpoblaciones existentes.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Realizar manejo de hábitat, monitoreo de sus poblaciones y educación ambiental.

Negreaella iberia sp. nov. (Fig. 4.12)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

384

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.12. Habitus dorsal de Negreaella iberia sp. nov. Monte Iberia,

Guantánamo.

Caracterísiticas

Opilión diminuto que habita en la hojarasca, endémico restringido a la localidad de

Monte Iberia.

385

Área de Ocupación

Grado de protección

Se encuentra dentro del Parque Nacional Alejandro de Humboldt.

Categoría de Amenaza EN B2 a, b (iii, iv)

Justificación de los Criterios

Este micropilión está restringido a la altiplanice de Monte Iberia del macizo de

Sagua-Baracoa. Se estima que el área de ocupación de la especie es menor de

500 km² y se ha encontrado solo en 1 localidad de la meseta de Monte Iberia dentro del Parque Nacional Alejandro de Humboldt. En estas áreas se encuentran bosques húmedos y sombríos, que en conjugación con una alta pluviosidad y una baja tasa de evaporación propician una elevada humedad relativa, así como una alta humedad en el suelo y la hojarasca. Estos sitios están también determinados por la mayor altitud. Este opilión se encuentra adaptado a todas estas condiciones 386

únicas y depende totalmente de ellas para su supervivencia y dado su pequeño tamaño lo hace más vulnerable a las alteraciones del ambiente. Se infiere que la extensión del hábitat natural de la especie haya disminuido y también el número de subpoblaciones existentes debido a las modificaciones antrópicas que el área ha sufrido fundamentalmente por el desmantelamiento de la pluvisilva original para la explotación minera, así como por los efectos del cambio climático.

A pesar de la protección real que se le ha dado al parque, algunos de los hábitats están siendo transformados, fragmentados, o degradados por las actividades humanas, afectando a las especies nativas totalmente dependientes para su supervivencia de la presencia de microhábitats muy específicos. Los mecanismos principales de esta destrucción son la alteración por tala (p. e. la pluvisilva submontana sobre suelos de mal drenaje, al norte de La Melba) y la creación de zonas agropecuarias considerables (p. e., en Santa María-Nibujón, Cayo Berraco, y la parte baja de la cuenca del río Naranjo). Las pluvisilvas sobre suelos de mal drenaje son especialmente vulnerables no sólo por la fragilidad intrínseca de ese ecosistema sino por el área reducida que las mismas ocupan. El uso actual del suelo por parte de la población es inadecuado pues se realizan acciones incompatibles con la categoría de manejo del área (Fong et al., 2005).

Acciones que se deben acometer para su conservación

Realizar manejo de hábitat, monitoreo de sus poblaciones y educación ambiental

Negreaella fundorai Avram, 1977 (Fig. 4.13)

387

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.13. Habitus dorsal de Negreaella fundorai. Yumurí del Sur, Imías,

Guantánamo

Caracterísiticas

Opilión diminuto que habita en la hojarasca

388

Área de Ocupación

Grado de protección

Ninguna.

Categoría de Amenaza CR B2 a, b (ii,iii,iv)

Justificación de los Criterios

Solo se conoce de la localidad tipo “Yumurí del Sur, Valle del Río Yumurí, 350 m”, que no alcanza más de 10 km². Luego de su descripción original se ha relocalizado la especie constatando que este opilión diminuto no es de una abundancia elevada y que solo se encuentra en la hojarasca de los parches de vegetación existente en esta localidad, que ha sufrido una gran alteración debido a actividad forestal. Por lo tanto se infiere que esta especie ha experimentado una disminución continua de su área de ocupación, de la calidad de su hábitat y del número de subpoblaciones. 389

Acciones que se deben acometer para su conservación

Evaluar el área para incorporarla al SNAP. Realizar manejo de hábitat, monitoreo de las poblaciones de la especie y educación ambiental con los pobladores del

área.

Negreaella yumuriensis Avram, 1977 (Fig. 4.14)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.14. Habitus dorsal de Negreaella yumuriensis. Yumurí del Sur, Imías,

Guantánamo

Caracterísiticas

Micropilión que habita en la hojarasca 390

Área de Ocupación

Grado de protección

Ninguna.

Categoría de Amenaza CR B2 a, b (ii,iii,iv)

Justificación de los Criterios

Solo se conoce de la localidad tipo “Yumurí del Sur, Valle del Río Yumurí, 350 m”, que no posee más de 10 km2. Posterior a su descripción se ha relocalizado la especie constatando que este opilión diminuto solo habita en la hojarasca de los parches de vegetación existente en esta localidad, que ha sido intensamente explotada para la actividad forestal. Por lo tanto se infiere que esta especie ha experimentado una disminución continua de su área de ocupación, de la calidad de su hábitat y del número de subpoblaciones.

391

Acciones que se deben acometer para su conservación

Evaluar el área para incorporarla al SNAP. Realizar manejo de hábitat, monitoreo de las poblaciones de la especie y educación ambiental con los pobladores del

área.

Negreaella vinai Avram, 1977 (Fig. 4.15)

OPILIÓN

HARVESTMEN, DADDY-LONG-LEGS Clase Arachnida

Orden Opiliones

Familia Biantidae

Figura 4.15. Habitus dorsal de Negreaella vinai. Yumurí del Sur, Imías,

Guantánamo

Caracterísiticas

Micropilión que habita en la hojarasca 392

Área de Ocupación

Grado de protección

Sin protección.

Categoría de Amenaza CR B2 a, b (ii,iii,iv)

Justificación de los Criterios

Solo se conoce de la localidad tipo “Yumurí del Sur, Valle del Río Yumurí, 350 m”, que no posee más de 10 km2. Posterior a su descripción se ha relocalizado la especie constatando que este opilión diminuto es poco abundante y comparte el mismo nicho de la hojarasca con otras dos especies del mismo género N. fundorai y N. yumuriensis. En los bosques de pino donde habita se desarrolla la actividad forestal por lo que esta localidad ha sufrido una gran alteración en el pasado y en la actualidad. Por ello se infiere que esta especie ha experimentado una

393

disminución continua del área de ocupación, de la calidad de su hábitat y del número de subpoblaciones.

Acciones que se deben acometer para su conservación

Evaluar el área para incorporarla al SNAP. Realizar manejo de hábitat, monitoreo de las poblaciones de la especie y educación ambiental con los pobladores del

área.

Discusión

Del total de las 17 especies evaluadas, 6 se categorizaron como EN, 8 como CR y

3 VU. Las áreas protegidas con mayor número de especies EN resultaron ser el

Parque Nacional Alejandro de Humboldt y el Paisaje Natural Protegido Gran

Piedra, ambas con dos especies, por lo que constituyen áreas donde se debe incorporar en sus planes de manejo medidas de consevación que favorezcan a estas especies. De igual manera, el Parque Nacional La Mensura-Piloto y el

Paisaje Natural Protegido Cuchillas del Toa presentan cada uno una especie con categoría CR y el Parque Nacional Turquino otra especie con categoría EN. Estas

áreas protegidas también deben incorporar en los planes de manejo acciones que favorezcan la conservación de estas especies de invertebrados. La localidad de

Yumurí del Sur, Imías, Guantánamo presenta tres especies categorizadas como

CR, y que no poseen protección alguna, por lo que resulta de vital importancia la creación de una nueva área protegida o anexar esta localidad al área protegida más cercana o desarrollar acciones de restauración de los ecosistemas y de educación ambiental en la comunidad para promover la conservación de estos 394

arácnidos. Otra área importante para la conservación de estos opiliones es el

Paisaje Natural Protegido Topes de Collantes con tres especies, pero éstas presentan la categoría de VU y al parecer sus subpoblaciones poseen un estado de conservación adecuado.

Como resultado del presente estudio 14 especies de opiliones podrán ser incluidas en la Lista Roja de la UICN, particularmente aquellas con las categorías de En

Peligro Crítico (CR) y En Peligro (EN). Estas son Caribbiantes iberia sp. nov.,

Decuella cubaorientalis, Manahunca bielawskii, Manahunca turquino sp. nov. y

Negreaella iberia sp. nov. bajo la categoría EN y Galibrotus matiasis, G. riedeli,

Manahunca cuevajibarae, M. matazon sp. nov., Negreaella palenquensis, N. fundorai, N. yumurinesis y N. vinai con la categoría CR.

De forma general las amenazas mas comunes de los biántidos, son la fragmentación del hábitat y degradación por minería, deforestación. En el caso del de las especies asociadas a las cavernas la explotación del guano de murciélagos, las visitas sin control y la contaminación del ambiente cavernícola son las principales amenazas a las que se enfrentan.

Dentro de la clase Arachnida, solo los esquizómidos de Cuba oriental presentan un número de especies evaluadas mayor que los opiliones y que poseen alguna categoría de amenaza. Este grupo de arácnidos, al igual que los Opiliones, posee un alto grado de endemismo y muchas de sus especies tienen una distribución restringida por lo que enfrentan un elevado riesgo potencial de extinción. Sin embargo, los opiliones aquí evaluados solo pertenecen a una familia (Biantidae),

395

quedando por analizar otras 48 especies pertenecientes a 9 familias y otras 6 especies incertae sedis de la fauna cubana de Opiliones, lo que con seguridad aportará nuevas especies con categorías de amenaza de importancia. En este estudio 6 especies de biántidos fueron clasificadas dentro de la categoría en

Peligro Crítico, mientras de los esquizómidos evaluados por Teruel (2010) solo tres especies obtuvieron esta categoría. Sin embargo, según Teruel (2010) 23 especies de esquizómidos resultaron Vulnerables y en el presente estudio solo tres especies de opiliones presentan esta categoría.

En la Lista Roja de la UICN a nivel mundial se encuentran incluidas 21 especies de opiliones, de las cuales dos son estrictamente cavernicolas Banksula melones y Gnomulus bedoharvengorum, 8 especies se encuentran en la categoría EN (en peligro), 6 en la categoría de En Peligro Crítico, 5 especies se encuentran extintas y solo dos tienen la categoría de vulnerable (IUCN Red List of Threatened

Species, 2018).

A nivel internacional muchas especies de Opiliones parecen estar actualmente amenazadas por las actividades humanas que producen la degradación del hábitat, destrucción y fragmentación. Las especies que tienen una dstribucion restringida pueden estar particularmente amenzadas si estas actividades humanas alteran su hábitat. Este es el caso de las especies troglobias, que pueden experimentar una extinción local o completa si el hábitat cavernícola es perturbado por la contaminación, el desarrollo de las áreas aledañas o inclusive las visitas no controladas a las cuevas. En Brasil todos los taxones troglobios están

396

considerados amenazados, pero solo las especies de gonileptídeos Iandumoema uai, Pachylospeleus strinatii, Giupponia chagasi y el escadabídeo Spaeleoleptes spaeleus están incuidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas. Otro ejemplo es el piramidópido Maiorerus randoi en Las Islas Canarias, que solo se encuentra en una cueva y está incluido en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas del gobierno español (Oromí & Izquierdo, 1994). De igual manera los falangódidos troglobios Texella cokendolpheri, T. reddelli y T. reyesi, que se restringen a ciertas cuevas en Texas están en la lista de especies amenazadas en Estados Unidos por la degradación de su hábitat y en algunos casos por la invasión de la especie de hormiga Solenopsis invicta dentro de las cuevas (Reddell & Cokendolpher, 2001).

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Teruel-Ochoa R. 2011. Taxonomía, endemismo y estatus de conservación del

orden Schizomida (Arthropoda: Arachnida) en Cuba Oriental. Tesis en opción al

400

grado científico de Doctor en Ciencias Biológicas, Facultad de Biología,

Universidad de La Habana, 112 pp. +11 páginas de anexos (inédito)

401

402

5. Conclusiones generales

1. La familia Biantidae en Cuba consta de 20 especies, todas endémicas del

archipiélago cubano, ocho son nuevas para la ciencia, cinco se describen

en el presente trabajo y tres se encuentran en proceso de descripción, un

taxón constituye un nuevo sinónimo más moderno (Manahunca silhavyi =

M. bielawskii).

2. Caribbiantinae se retira de la sinonimia de Stenostygninae y se restablece

como subfamilia de Biantidae y agrupa a todas las especies antillanas de la

familia. Se redescribe la especie tipo del género tipo de la subfamilia

(Caribbiantes cubanus) y se designa un neotipo para Manahunca bielawskii,

especie tipo de Manahunca. Se enmiendan las diagnosis de todos los

géneros cubanos y de ocho especies previamente descritas.

3. Los caracteres diagnósticos de mayor importancia taxonómica en Biantidae

Caribbiantinae (status revalidado) son: armadura de las áreas del

mesotergo y terquitos libres, área I dividida, armadura de los tubérculos

oculares, armadura de la patela, tibia y tarso del pedipalpo, la disposición

de los tubérculos setíferos de la tibia y tarso del pedipalpo, la armadura de

las patas, fórmula tarsal y la morfología de los genitales masculinos. Estos

caracteres definen especies, grupos de especies, géneros y grupos de

géneros.

4. El metatarso III dimórfico de los machos ofrece nuevos caracteres

taxonómicos importantes a nivel de grupos de géneros y especies, 403

particularmente, la posición del engrosamiento del metatarso, la forma y

profundidad del surco ventral de la estructura glandular, la disposición en el

surco ventral de las sedas, su forma y número.

5. La genitalia masculina provee caracteres de alto valor taxonómico a nivel de

la subfamilia, los géneros y las especies y ofrece indicadores de afinidades

filogenéticas. Particularmente, son importantes: forma del estilo y de los

conductores (cápsula interna), forma y presentación del stragulum,

apariencia del follis, forma del proceso apical del truncus, número de sedas

ventrales, forma y disposición de las mismas.

6. Los caribbiantineos presentan dimorfismo intra e intersexual. Algunos

individuos machos presentan quelíceros robustos (hipertelia) y otros,

gráciles como los de las hembras; los machos presentan el metatarso III

abultado medial o distalmente por la presencia de la estructura glandular

ventral, lo que le confiere forma de huso, mientras que las hembras no lo

presentan.

7. Todos los géneros de Caribbiantinae se recuperaron monofiléticos, pero

solo obtuvieron un buen soporte: Negreaella, Manahunca, Caribbiantes y

Heterolacurbs. El género Negreaella alcanzó un soporte robusto

separándose del resto de los caribbiantinos lo que se justifica por la

morfología externa y del pene, que se aparta del patrón del resto de los

caribbiantineos. Las relaciones internas entre las especies de cada género

no quedaron esclarecidas con el set usado de caracteres morfológicos.

404

8. De las 20 especies de Biantidae evaluadas con el análisis de vacío, 14

(70%) encuentran protección en el SNAP, 12 especies presentaron entre el

50-100% (protección media a alta) de sus registros de presencia dentro del

SNAP, lo que supone una adecuada representación del grupo en el

sistema. Nueve de las especies de biántidos representadas en el SNAP

presentan una distribución restringida <500 km², lo que les confiere

prioridad en la conservación.

9. Las localidades Yumurí del Sur, Imías, Guantánamo y La Matazón,

Sabaneta, Guantánamo constituyen áreas de alta diversidad de biántidos (3

spp. y 2 spp. respectivamente.), presentan problemas de conservación y no

están integradas al SNAP.

10. Según el análisis parsimonioso de endemismo (PAE) con tamaño del celdas

de 1ºx1º, se identificaron 3 áreas de endemismo: AE 1 correspondiente al

Macizo de Sagua-Baracoa, con 7 especies endémicas, el AE 2

correspondiente a la Sierra Maestra y Sierra de La Gran Piedra, con 6

especies endémicas y el AE 3 correspondiente a la zona central del país,

con 4 especies endémicas, el AE 2 presenta la menor correspondencia con

el SNAP.

11. Del total de las 17 especies evaluadas, seis se categorizaron como EN,

ocho como CR y tres como VU.

12. Las amenazas más comunes de los biántidos cubanos, son la

fragmentación del hábitat y degradación por minería y deforestación. En el 405

caso de las especies asociadas a las cavernas la explotación del guano de murciélagos, las visitas sin control y la contaminación del ambiente cavernícola son las principales amenazas a las que se enfrentan.

406

Apéndices Apéndice 1.1. Relación de publicaciones sobre el tema de la tesis

1. Alegre, A. and G. Gainett. (in press). Two new species of the genus Manahunca

Silhavy, 1973 from eastern Cuba and redescription of its type species (Opiliones:

Biantidae). Zootaxa.

2. Armas, L. F. de, A. Alegre Barroso, R. Barba Díaz, T. M. Rodríguez-Cabrera, G.

Alayón García y A. Pérez González. 2017. Arácnidos. Pp. 196-223. En:

Diversidad biológica de Cuba: métodos de inventario, monitoreo y colecciones

biológicas (C. A. Mancina y D. D. Cruz, Eds.). Editorial AMA, La Habana, 502

pp.

3. Barba Díaz, R., A. Alegre Barroso, L. F. de Armas, A. Longueira Loyola y T. M.

Rodríguez-Cabrera. 2017. Invertebrados cavernícolas. Pp. 284-305. En:

Diversidad biologica de Cuba: metodos de inventario, monitoreo y colecciones

biologicas (C. A. Mancina y D. D. Cruz, Eds.). Editorial AMA, La Habana, 502

pp.

4. Alegre, A. y L. F. de Armas. 2012. A new species of Heterolacurbs (Opiliones:

Biantidae: Stenostygninae) from Puerto Rico. Journal of Arachnology, 40: 291-

295.

5. Pérez-González, A. y A. Alegre. 2009. On the enigmatic Heterolacurbs ovalis

Roewer, 1912 (Opiliones, Laniatores, Biantidae). Zootaxa, 2269: 65-67.

407

Apéndice 1.2. Proyectos investigativos relacionados con el tema de tesis

Nacionales

- Formación, Conservación y Manejo de colecciones de Historia Natural. (1999-

2003)

- Colecciones Zoológicas, su conservación y manejo. (2007-2011

- Colecciones Zoológicas, su conservación y manejo II. (2013-2017)

- Distribución potencial, actual y futura, de especies de la flora y la fauna de Cuba:

explorando efectos del cambio climático sobre la biota terrestre. (2014-2017)

- Conectando Paisajes: Conservación de Ecosistemas Montañosos. (2014-

actualidad)

- OP15. La conservación y uso sostenible de la Diversidad Biológica en

ecosistemas agro-forestales y ganaderos bajo manejo sostenible de tierra en

Guamuhaya y Delta del Cauto. (2017-actualidad)

Internacionales

- Ernst Mayr Grant, Museo de Zoología Comparada, Universidad de Harvard,

Estados Unidos. Título: Systematics of Biantidae, Thorell, 1879 and review of

the incertae sedis Anamota Šilhavý 1979 and Turquinia Šilhavý 1979 in Cuba

(Arachnida: Opiliones: Laniatores). (2011)

- Ernst Mayr Grant, Museo de Zoología Comparada, Universidad de Harvard,

Estados Unidos. Título: Systematics and Compared Morphology of Biantidae,

Thorell, 1879 in Cuba (Arachnida: Opiliones: Laniatores). (2009)

- Third World Academy of Science (TWAS), Museo Nacional, Universidad Federal

de Río de Janeiro, Brasil. (2009)

408

- Systematics Research Fund, Linnean Society of London, Inglaterra. Título:

Compared morphology, Biogeography and Natural History of the family

Biantidae in Cuba (Arachnida: Opiliones: Laniatores). (2007)

409

Apéndice 1.3. Material examinado depositado en instituciones extranjeras. ( *)

Taxones pertenecientes al grupo externo seleccionado para el análisis filogenético

Número de Catálogo e Especie Datos de la etiqueta Institución

♂ holotipo, MCZ 14702; Soledad, Cienfuegos, Cuba, I-II- Caribbiantes cubanus ♀ MCZ 38833 1936, col. Darlington.

Galibrotus carlotanus Mina Carlota, Trinidad, Cuba, 10-15- ♀ holotipo MCZ 14684 VII-19??, col. Parsons.

Río Piloto, Sierra de Nipe, Holguín,

Galibrotus riedeli ♂ holotipo MCZ 14650 Cuba4-II-1967, cols. R Bielawskii y

A. Riedel.

La Gran Piedra, Santiago de Cuba,

Cuba, 1100-1200 m, bajo piedras, 7- Manahunca bielawskii ♀ MCZ IZ 14651(no tipo) II- 1967, cols. R. Bielawskii y A.

Riedel.

Grand Riviere, Haití, I-1913, col. W. Bidoma indivisa ♂ holotipo MCZ 14741 M. Mann

La Vestite, Haití, 16-23 ix 1938, Vestitecola haitensis ♀ holotipo, MCZ 14736 Darlington coll.

♂ holotipo, MCZ 14836

♀ paratipo, MCZ 38877 St. Jonh, Bahía Cruz, Islas Vírgenes, Martibianta virginsulana ♂ MCZ 38314 II-III-1964, col. Chickering.

Heterolacurbs ovalis ♂ sintipo, SMF 9800254- Togo, Bismarckburg RI/254- 6

410

U.S. Virgin Islands, Great St James

Martibianta virginsulana ♂, ♀, FSCA Island, 13-XI-1966, col. Island Project

Staff of the University of Puerto Rico.

♀ MCZ 38323 Río Napo, Napo, Pompeya, Ecuador, Stenostygnus pusio* V- 1965, Peña Leg.

Teapa, Tabasco, México, 17-VII- ♂ holotipo AMNH Stygnomma teapense* 1943, col. Goodnight.

Town Bush, Pietermaritzburg,

Metabiantes leighi* 12 ♂♂, 7♀♀, MCZ 83928 KwaZululu-Natal, Africa del Sur, 5-iv-

2001, Gonzalo Giribet, L. Prendini.

Biantes lecithodes* ♂ MCZ 14754 Myanmar, Colector Banks.

Lacurbs sp.* 1♂ MCZ 44248 Camerún, Metet, 3º 24’ N; 11º 46’ E.

411

Apéndice 1.4. Información de los especímenes utilizados para el estudio con

Microscopía Electrónica de Barrido, por sus siglas en inglés (SEM).

Número Partes en Especie Datos de la etiqueta CZACC estudio

Finca Maisinicú, Trinidad, Sancti Spiritus (-80º 00’ Caribbiantes Metatarso III 3.4371 46.5’’ O; 21º 48’ 27.9’’ N), 3-X-2001, A. Lozada y cubanus Pene A. Ávila.

Parque Natural Codina, Topes de Collantes, Caribbiantes Metatarso III 3.4379 Sancti Spíritus, Cuba, 1-X-2001, R. Barba leg., evectus sp. nov. Pene bajo piedras, junto al farallón.

Toldo, Moa, Holguín, (20º 26’ 33.2’’ N; -74º 51’ Caribbiantes iberia Metatarso III 3.3392 36.9’’O), 4-X-1996, N. Viñas Dávila, en trampa de sp. nov Pene plato amarillo en suelo.

La Chispa, Topes de Collantes, Sancti Spiritus Galibrotus Metatarso III 3.4373 (coordenadas), VII- 1980, R. Alayo y L. R. carlotanus Pene Hernández Legs.

La Matazón, Guantánamo, (20° 24’ 59.5’’ N; -75° Decuella cf. Metatarso III 3.4377 19’ 52.6’’ O), 14-I-1993, L. F. de Armas y E. cubaorientalis Pene Alonso Legs.

En la base de la Gran Piedra, (20º 00’ 35.5’’ N; -

Manahunca Metatarso III 75º 38’ 13.8’’ O), Santiago de Cuba, Cuba, 16-III- 3.4367 bielawskii 2008, col. R. Barba Leg., bajo piedra, 1250 m Pene s.n.m.

412

La Matazón, municipio El Salvador, Guantánamo, Manahunca 3.4365 Metatarso III Cuba, 20-V-1993, L. F. Armas y E. Alonso leg., matazon sp. nov. en tronco podrido.

El Olimpo, Gran Piedra, Santiago de Cuba (20°

Negreaella Metatarso III 00' 41'' N; -75° 39' 42'' O), 900 m s.n.m., 13-III- 3.4375 rioindiocubanicola Tarso III 2008, Aylin Alegre Leg., hojarasca en bosque

secundario y de pino.

Microfotografías cortesía del Dr. Abel Pérez Neoscotolemon Metatarso III - González, Museo Argentino de Ciencias pictipes Pene Naturales, Buenos Aires, Argentina.

Town Bush, Pietermaritzburg, KwaZululu-Natal, MCZ Metabiantes leighi Pene Africa del Sur, 5-iv- 2001, Gonzalo Giribet, L. 83928 Prendini.

MCZ Biantes lecithodes Pene Myanmar, Colector Banks. 14754

MCZ Lacurbs sp. Pene Camerún, Metet, 3º 24’ N; 11º 46’ E. 44248

Metatarso III Microfotografías cortesía del Dr. Abel Pérez Stygnomma - Pene González, Museo Argentino de Ciencias teapense Naturales, Buenos Aires, Argentina.

413