La Poética Del Espacio, De Gastón Bachelard
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Traducción GASTÓN BACHELARD ERNESTINA DE CHAMPOURCIN LA POÉTICA DEL ESPACIO FONDO DE CULTURA ECONÓMICA MÉXICO - ARGENTINA - BRASIL - COLOMBIA - CHILE - ESPAÑA ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - PERÚ - VENEZUELA Primera edición en francés, 1957 Primera edición en español, 1965 Octava edición en francés, 1974 Segunda edición en español de la octava edición en francés, 1975 Cuarta reimpresión y primera edición INTRODUCCIÓN bajo la norma Acervo (FCE Argentina), 2000 I Un filósofo que ha formado todo su pensamiento adhiriéndose a los temas fundamentales de la filosofía de las ciencias, que ha seguido tan claramen te como ha podido el eje del racionalismo activo, el eje del racionalismo cre ciente de la ciencia contemporánea, debe olvidar su saber, romper con to dos sus hábitos de investigación filosófica si quiere estudiar los problemas planteados por la imaginación poética. Aquí, el culto pasado no cuenta, el largo esfuerzo de los enlaces y las construcciones de pensamientos, el esfuer zo de meses y años resulta ineficaz. Hay que estar en el presente, en el pre sente de la imagen, en el minuto de la imagen: si hay una filosofía de la poe sía, esta filosofía debe nacer y renacer con el motivo de un verso dominante, en la adhesión total a una imagen aislada, y precisamente en el éxtasis mis mo de la novedad de la imagen. La imagen poética es un resaltar súbito del psiquismo, relieve mal estudiado en causalidades psicológicas subalternas. Nada general ni coordinado tampoco puede servir de base a una filosofía de la poesía. La noción de principio, la noción de "base", sería aquí ruino sa. Bloquearía la actualidad esencial, la novedad psíquica esencial del poe ma. Mientras la reflexión filosófica que se ejercita sobre un pensamiento científico largamente elaborado exige que la nueva idea se integre en un rítalo original: cuerpo de ideas experimentadas, aunque ese cuerpo se someta, a causa de La poétique de l'espace la nueva idea, a una elaboración profunda, como sucede en el caso de todas © 1957, Presses Universitaires de France, París las revoluciones de la ciencia contemporánea, la filosofía de la poesía debe reconocer que al acto poético no tiene pasado, que no tiene al menos un pasado próximo, remontándose al cual se podría seguir su preparación y su D. R. © FONDO DE CULTURA ECONÓMICA DE ARGENTINA S A advenimiento. El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires, Argentina ' Av. Picacho Ajusco 227; 14200 México, D. F. Cuando más tarde nos retiramos a la relación entre una imagen poética nueva y un arquetipo dormido en el fondo del inconsciente, tendremos que ISBN 950-557-354-5 comprender que dicha relación no es, hablando con propiedad, causal. La imagen poética no está sometida a un impulso. No es el eco de un pasado. Impreso en Argentina Es más bien lo contrario: en el resplandor de una imagen, resuenan los ecos Hecho el depósito que marca la ley 11.723 del pasado lejano, sin que se vea hasta qué profundidad van a repercutir y extinguirse. En su novedad, en su actividad, la imagen poética tiene un ser INTRODUCCIÓN 9 8 LA POÉTICA DEL ESPACIO tífica, me ha parecido insuficiente para fundar una metafísica de la imagi propio, un dinamismo propio. Procede de una ontología directa. Y nosotros nación. La actitud "prudente", ¿no es acaso por sí sola la negación de obe queremos trabajar en esta ontología. decer a la dinámica inmediata de la imagen? Por otra parte hemos compro Es, pues, en la inversa de la causalidad, en la repercusión, en la resonan bado cuán difícil resulta despegarse de esta "prudencia". Decir que se cia, tan finamente estudiada por Minkowsky,1 donde creemos encontrar las abandonan los hábitos intelectuales es una declaración fácil, ¿pero cómo verdaderas medidas del ser de una imagen poética. En esa resonancia, la cumplirla? Hay ahí, para un racionalista, un pequeño drama cotidiano, una imagen poética tendrá una sonoridad de ser. El poeta habla en el umbral especie de desdoblamiento del pensamiento que, por parcial que sea su ob del ser. Para determinar el ser de una imagen tendremos que experimentar, jeto -una simple imagen— no deja de tener una gran resonancia psíquica. como en la fenomenología de Minkowsky, su resonancia. Pero este pequeño drama de cultura, este drama al simple nivel de una ima Decir que la imagen poética escapa a la causalidad es, sin duda, una de gen nueva, contiene la paradoja de una fenomenología de la imaginación: claración grave. Pero las causas alegadas por el psicólogo y el psicoanalista ¿Cómo una imagen, a veces muy singular puede aparecer como una con no pueden nunca explicar bien el carácter verdaderamente inesperado de la centración de todo el psiquismo? ¿Cómo, también, ese acontecimiento sin imagen nueva, ni la adhesión que suscita en un alma extraña al proceso de gular y efímero que es la aparición de una imagen poética singular, puede su creación. El poeta no me confiere el pasado de su imagen y, sin embar ejercer acción -sin preparación alguna- sobre otras almas, en otros corazo go, su imagen arraiga enseguida en mí. La comunicabilidad de una imagen nes, y eso, pese a todas las barreras del sentido común, a todos los pruden singular es un hecho de gran significado ontológico. Volveremos a esta co tes pensamientos, complacidos en su inmovilidad? munión por actos breves, aislados, activos. Las imágenes arrastran —después Nos ha parecido entonces que esta transubjetividad de la imagen no po de surgir—, pero no son los fenómenos de un arrastre. Claro está que en las día ser comprendida, en su esencia, únicamente por los hábitos de las refe investigaciones psicológicas se puede prestar atención a los métodos psicoa- rencias objetivas. Sólo la fenomenología —es decir la consideración del sur nalíticos para determinar la personalidad de un poeta, se puede encontrar gir de la imagen en una conciencia individual— puede ayudarnos a restituir así una medida de las presiones —sobre todo de la opresión— que el poeta ha la subjetividad de las imágenes y a medir la amplitud, la fuerza, el sentido debido padecer en el curso de su vida, pero el acto poético, la imagen súbi de la transubjetividad de la imagen. Todas esas subjetividades y transubje- ta, la llamarada del ser en la imaginación, escapan a tales encuestas. Para ilu tividades no pueden determinarse de una vez por todas. En efecto, la ima minar filosóficamente el problema de la imagen poética es preciso llegar a gen poética es esencialmente variable. No es, como el concepto, constituti una fenomenología de la imaginación. Entendamos por esto un estudio del va. Sin duda, la tarea de desprender la acción mutadora de la imagen poética fenómeno de la imagen poética cuando la imagen surge en la conciencia co en el detalle de las variaciones de las imágenes es dura, aunque monótona. mo un producto directo del corazón, del alma, del ser del hombre captado Para un lector de poemas, la referencia a una doctrina que lleva el nombre en su actualidad. tan a menudo mal entendido de fenomenología, corre el riesgo de perma necer oscura. Sin embargo, fuera de toda doctrina, esa referencia es clara. Se pide al lector de poemas que no tome una imagen como un objeto, me II nos aún como un sustituto de objeto, sino que capte su realidad específica. Para eso hay que asociar sistemáticamente el acto de la conciencia donado Se nos preguntará tal vez por qué, modificando nuestro punto de vista an ra con el producto más fugaz de la conciencia: la imagen poética. Al nivel terior, buscamos ahora una determinación fenomenológica de las imágenes. de la imagen poética, la dualidad del sujeto y del objeto es irisada, espejean En nuestros trabajos anteriores sobre la imaginación, en efecto, estimamos te, continuamente activa en sus inversiones. En ese dominio de la creación preferible situarnos lo más objetivamente posible ante las imágenes de los de la imagen poética por el poeta, la fenomenología es, si así puede decir cuatro elementos de la materia, de los cuatro principios de las cosmogonías se, una fenomenología microscópica. Por esta razón, dicha fenomenología intuitivas. Fieles a nuestros hábitos de filósofo de las ciencias, habíamos tra tiene probabilidades de ser estrictamente elemental. En esta unión, por la tado de considerar las imágenes fuera de toda tentativa de interpretación imagen, de una subjetividad pura pero efímera y de una realidad que no va personal. Poco a poco, dicho método, que tiene a su favor la prudencia cien- necesariamente hasta su constitución completa, el fenomenólogo encuen tra un campo de innumerables experiencias; aprovecha observaciones que Cf. Eugéne Minkowsky, Vers une cosmologie, cap. IX. INTRODUCCIÓN 11 10 LA POÉTICA DEL ESPACIO mundo de los colores resplandecientes, en el mundo de la luz del Sol. Así, pueden ser precisas porque son simples, porque "no tienen consecuencias", se exige una verdadera inversión de las perspectivas psicológicas al que quie a la inversa de lo que sucede con los pensamientos científicos, que son siem re comprender, amando, la pintura de Rouault. Tiene que participar en una pre pensamientos enlazados. La imagen, en su simplicidad, no necesita un luz interior que no es el reflejo de una luz del mundo exterior; sin duda las saber. Es propiedad de una conciencia ingenua. En su expresión es lengua expresiones de visión interior, de luz interior se reivindican con demasiada je joven. El poeta, en la novedad de sus imágenes es siempre origen del len guaje. Para especificar bien lo que puede ser una fenomenología de la ima facilidad. Pero el que habla aquí es un pintor, un productor de luces. Sabe gen, para aclarar que la imagen es antes que el pensamiento, habría que decir de qué foco parte la iluminación.