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ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política N.º 58, enero-junio, 2018, 239-253, ISSN: 1130-2097 https://doi.org/10.3989/Isegoria.2018.058.13

Sobre el neohegelianismo y Weimar: el caso de Julius Binder On Neo-Hegelianism and Weimar: the Case of Julius Bender

FEDERICO FERNÁNDEZ-CREHUET* Universidad de Granada

RESUMEN. En el siguiente artículo exploro al- ABSTRACT. In this article I explore some topics gunos temas concretos de la filosofía jurídica of the of Julius Binder. More de Julius Binder, en concreto, la relación y specifically, I explore the relation and com- compatibilidad de su pensamiento con el na- patibility of his ideas with national-socialism. cionalsocialismo. En la primera parte del tra- In the first part of the article I analyze the neo- bajo estudio el enfoque neokantiano de su fi- Kantian approach underlying to his philosophy. losofía. Posteriormente analizó su giro hacía el Subsequently I analyze his turn towards neo- neohegelianismo. En los últimos epígrafes me Hegelianism. In the last sections I address the ocupo del concepto filosófico de nación que tal philosophical concept of nation that this author autor defendió y busco cuáles son los nexos defended and I search for its links with both na- tanto con el nacionalsocialismo como con la fi- tional-socialism and Hegelian philosophy. My losofía hegeliana. La conclusión final es que final conclusion is that Hegel is not responsi- Hegel no es culpable del uso que de sus plan- ble for the use of his theories made by some teamientos se hicieron por algunos autores na- Nazi authors such as Julius Binder. zis como Julius Binder1.

Palabras clave: neohegelianismo; nacional- Key words: Neohegelianismus; National-So- socialismo; filosofía jurídica. cialism; Philosophy of Law.

c

* [email protected]. ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-8136-3107. Este trabajo se realizó en el marco de una beca de la fundación Alexander von Humboldt en el instituto Max-Planck para historia jurídica. Se encuadra dentro del proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia Tradición y Constitución: problemas constituyentes de la España constitucional (Der 2014-56291C3-3-P).

Copyright: © 2018 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0). [Recibido: junio 2016 / Aceptado: febrero 2017] 239 ISEGORIA 58 N-5_Maquetación 1 16/5/18 11:32 Página 240

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1. Introducción hueco, notable el personaje y, por tanto, quedan justificadas las siguientes líneas, al Julius Binder es poco conocido entre nosotros. menos por lo que se refiere al interés de su Al castellano se ha traducido solo una de objeto. sus obras: Derecho de Sucesiones. Lacruz No solo por sus cargos académicos Berdejo se encargó del exótico trabajo2. Los sino, sobre todo, por sus obras, Binder me filósofos del derecho no nos hemos inte- parece una figura notable. “Su época” resado tanto por él3. Ni siquiera en Ale- coincide con el arco temporal que se ini- mania, donde únicamente existe una mo- cia con la unificación alemana y concluye nografía4. Más conocido es, desde luego, con el nacionalsocialismo. “Su época” es, su discípulo Karl Larenz, al que hace re- sin lugar a dudas, turbulenta y terrible, lativamente poco tiempo Massimo Latorre pero, desde un punto de vista intelectual y dedicó una obra monográfica, y cuya fi- científico, sugerente y muy rica, quizá losofía del derecho moderno fue prologa- solo superada por aquel final del XVIII y da y traducida por Legaz Lacambra5. A Bin- principios del XIX, aquel momento en der no le faltan méritos para ser recono- que coincidieron Kant, Hegel, Savigny, cido como un jurista insigne: rector de la Goethe… En ese laberinto de tendencias y Universidad de Erlangen, Würzburg y corrientes filosóficas que alimentan –aun- Göttingen, doctor honorífico de la Facul- que desde luego no determinan– los acon- tad de Filosofía de la Universidad de Er- tecimientos políticos y sociales, donde se langen y de la Facultad de Derecho de Göt- ofrecen argumentos legitimadores de los tingen, miembro de la Academia de las más diversos regímenes políticos, es difí- Ciencias de Göttingen y de la Academia cil orientarse. Y, precisamente, en este para el derecho alemán, cofundador de la sentido, Julius Binder puede servir de hilo Sociedad Alemana de Filosofía, de la So- de Ariadna. Entre las principales corrien- ciedad “Estado alemán” y de la Asociación tes que influyen en su pensamiento se pue- Internacional Hegeliana6. den señalar: el positivismo, el neokan- Llama la atención la distancia entre tismo, el neohegelianismo y, por último, el estos dos extremos: la ausencia de litera- nacionalsocialismo. Leer a Binder es un tura por un lado y los méritos y cargos aca- excelente ejercicio para comprender qué démicos por otro. No encuentro una ex- sucedió en el ámbito de la filosofía del de- plicación. La obra de Binder es extensa, recho de principios del XX y, más con- profunda, bien anclada en el conocimiento cretamente, en la época de Weimar7. Por de los clásicos, dialogante críticamente supuesto, el suyo no es el único camino, con sus contemporáneos. Quizá –permí- pero sí uno de los que condujeron a un fi- taseme la ligereza– sea una cuestión de nal más funesto y desproporcionado. modas. Quizá tenga también algo que ver Quizá sea necesario –debido al desco- con la dificultad de los términos filosófi- nocimiento general del personaje entre cos empleados en sus trabajos. En cual- nosotros– apuntar algunos datos de carác- quier caso las razones de la laguna no im- ter biográfico, proporcionados por uno de portan ahora demasiado. Notable es el sus alumnos, Lüben Dikoff8. Nacido el 12

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de mayo de 1870 en Würzburg. Se doctora 2. Sobre el neokantismo en 1898 en su ciudad natal y dos años des- y el idealismo crítico de Binder pués obtiene una plaza de profesor ordi- nario en Erlangen. Entre 1913 y 1919 im- En la obra de Julius Binder Kant es foco parte clases en la Universidad de de críticas. Hegel, la meta. Además, el en- Würzburg. Posteriormente y hasta 1937, frentamiento con la filosofía kantiana y su trabaja en la Universidad de Göttingen, concepto de derecho se constituyen en lu- una institución de gran prestigio donde gares reiterativos a lo largo de su obra que impartieron clases Jhering, el civilista Re- nos sirven para identificar continuidades o gelsberger, Gauss o Plank9. Binder llegó bien cambios importantes. Efectivamente, tarde a la filosofía del derecho. En una las líneas introductorias de su Philosophie primera fase de su carrera académica se de- des Rechts, publicada por primera vez en dicó al derecho civil y romano10. En mi 1925, contienen una breve confesión filo- opinión, la primera obra de calado iusfilo- sófica que nos ha de servir para reubicar sófico que publica es Rechtsbegriff und intelectualmente a nuestro autor: su punto Rechtsidee, una contestación crítica y por- de partida es el idealismo proveniente del menorizada a la Theorie der Rechtswis- criticismo, no el positivismo ni ninguno de senschaft de Rudolf Stammler. Dentro de sus subtipos12. La ruptura está consumada. esta segunda fase académica dedicada a la Apenas que nos adentramos en su obra filosofía del derecho, que es la que aquí percibimos que no queda nada de Kant o, nos interesa, se han venido estableciendo mejor dicho, ésta se presenta precisamente usualmente otras divisiones: se habla de un como una crítica al kantismo desde pre- momento positivista, otro neokantiano y supuestos hegelianos. Binder critica el un tercero dominado por los planteamien- punto central y quizá uno de los más co- tos neohegelianos11. Esta tripartición puede nocidos de la Metafísica de las Costum- ser posiblemente criticada, pero nos inte- bres de Kant, a saber, su concepto de de- resa emplearla, hasta cierto punto, para or- recho que, en puridad, es una idea sobre el ganizar nuestra exposición. Aquí nos inte- derecho, ya que éste no posee, a su juicio, resa principalmente su época neohegeliana contenido empírico alguno13. A Kant no le que, en realidad, se deja sentir desde sus preocupa lo que el derecho prescriba14; a primeros trabajos serios sobre filososofía Binder tampoco. Le ocupa la “idea del jurídica. En un primer momento abordaré derecho”. El distanciamiento y la crítica los planteamientos más neohegelianos so- provienen concretamente de las funcio- bre su teoría del Estado que se encuentran nes de la idea de derecho defendidas por en sus dos obras iusfilosóficas más repre- los neokantianos. Estas, a juicio de Binder, sentativas: System der Rechtsphilosophie posee dos finalidades: a) establecer los (1937) y Philosophie des Rechts (1925). parámetros del derecho y, en sentido con- Posteriormente, daré noticia de los cam- trario, de la ilegalidad y b) crear y trans- bios que se producen en su pensamiento formar la propia realidad. A esto último es político para adaptarlos al nuevo movi- a lo que Binder denomina “función cons- miento del nacionalsocialismo. titutiva” del derecho; su elusión caracte-

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riza a la filosofía neokantiana de Stamm- tener sobre una conciencia meramente for- ler. La corriente kantiana y neokantiana mal e individual16. Y, en segundo lugar, el parecen no interesarse por la realidad. individualismo kantiano e ilustrado en ge- Stammler entendería el derecho como un neral provienen de la predilección por la mero hecho, como Willensfaktum; este metodología de las ciencias naturales; de planteamiento lo distancia de las posicio- ahí que se prime el mundo del más acá so- nes hegelianas que comprenden el derecho bre el del más allá, se conceda más peso en como realidad. Stammler, según Binder, ni definitiva a lo empírico y, por tanto, se siquiera ha interpretado adecuadamente a tiene ante los ojos el individuo como rea- Kant, pues su visión del derecho es de- lidad. En el otro extremo (y esto también masiado empirista15. sería una conquista de la Ilustración), se El otro foco de problemas –el primero ubica el concepto de Humanidad, tan que- eran las relaciones entre derecho y moral–, rido por Kant, Goethe, Schiller, Hum- la tensión entre individuo y sociedad, toma boldt17. Entre los dos polos, solo el más peso en esta obra. El individualismo abismo: Humanidad o individuo. La crí- kantiano es elevado a un rasgo general de tica de Binder incide precisamente en este todo el pensamiento iusfilosófico del XIX aspecto: ¿se puede explicar y entender y XX alemán, que ya encontraba sus raí- adecuadamente el Estado y la Nación con ces en la Ilustración alemana (obviamente, esa perspectiva individualistas?¿Se han como veremos, en sentido contrario se de construir estos a partir de la idea de hu- presenta el movimiento romántico). Es un manidad? Se contestan las dos preguntas presupuesto sobre el que se construye un de forma negativa: ni el Estado ni la Na- proceso dialéctico que, una vez más, Bin- ción pueden ser diseñados a partir de esa der finaliza en Hegel y en la idea de co- lógica robinsoniana ni desde presupuestos munidad (Gemeinschaft). El individua- cosmopolitas. lismo se apoyaría en dos presupuestos La idea de Gemeinschaft, tan extraña, fundamentales del discurso de la Ilustra- a juicio de Binder, para Kant, es la pieza ción: en la comunión existente entre dere- clave y la terapia del individualismo ilus- cho y moral que se plasma, por ejemplo en trado. El fundamento de la comunidad ra- el caso kantiano, en la Metafísica de las dica en comprender al otro como uno costumbres, en que derecho y ética son mismo; no en un sentido psicológico, sino tratados como dos realidades distintas, más bien filosófico. Somos parte de una pero con importantes concomitancias, “razón suprapersonal”. Ni la Ilustración ni como dos saberes que pueden ser aborda- el positivismo moderno habrían sido ca- dos desde planteamientos metodológicos paces de entender esta “supraindividuali- similares y que parten de la idea irrenun- dad”. Los ecos de Hegel y de Fichte en el ciable de un individuo que se presupone. terreno filosófico, y la posible justificación Las leyes morales, por tanto, pensadas de la comunidad de la sangre nacionalso- para “un Robinson solitario”, han de valer cialista, en lo político, más que resonar ru- en el terreno jurídico para el “hombre so- gen. La llegada de esa razón supraindivi- cial”; como si el derecho se pudiera man- dual se inserta, por supuesto, en un “bello

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proceso dialéctico”, que articula la histo- tración en general. Estos se pueden en- ria de la filosofía alemana, desde las pos- contrar en varios lugares del System der turas hiperindividualistas kantianas, pa- Rechtsphilosophie, pero me parece inte- sando por el más sensible comunitarista resante detenerme en uno de esos capítu- Fichte y Schelling, y concluyendo la sín- los, en uno de esos lugares que se añaden tesis propuesta por Binder con vestiduras sobre el viejo palimpsesto Philosophie des hegelianas: todo un camino allanado sin Rechts. Me refiero, en concreto, al apar- aparente obstáculos ni lindes históricos ni tado titulado “Individualismus und Uni- filosóficos. versalismus” que, por cierto, guarda –esta vez solo esto– concomitancias con otro 3. Hacia el idealismo absoluto apartado del libro anterior “Individualis- mus und Transpersonalismus”. Ya en la Binder continúa distanciándose del para- obra de 1925 se apuntaban los temas (in- digma neokantiano (a mi juicio, nunca es- dividualismo como rasgo fundamental de tuvo demasiado próximo a él), tan impor- la Ilustración, transpersonalismo como ca- tante en la época, y se sitúa, ya racterística del idealismo, el concepto de decididamente, en el neohegelianismo, en nación, la teoría de organismo, etc.), pero concreto en lo que él denomina “idealismo será en 1937 cuando realmente se cincelen absoluto”18. En su System der Rechtsphilo- los perfiles de estas ideas y se muestre sophie se muestran notables paralelismos e una versión más definitiva. identidades con su Philosophie des Rechts: El procedimiento de la exposición es se toman prestados en toda su literalidad aparentemente dialéctico hegeliano. Indi- pasajes, páginas y casi capítulos enteros, sin vidualismo y universalismo19 –o trasper- la oportuna referencia. Quizá hubiera sido sonalismo, en la obra de 1925– no son más probo hacer una reimpresión. Pero esta expuestos como conceptos opuestos, sino forma poco escrupulosa de trabajar de Bin- que este último incluye al primero en una der ofrece para nuestro análisis ciertas ven- síntesis superadora. La vieja y a la par tajas. Entre estos dos trabajos median 12 moderna diatriba entre individualismo y años, aquellos –recordemos– comprendi- “comunitarismo” subyace aquí. Binder dos entre 1925 y 1937, una época que está sostiene que el individuo solo es tal si se dominada por la consolidación y llegada al incardina dentro de una comunidad (se poder del nacionalsocialismo. Será, pues, emplea la oposición de Tönnies entre “Ge- ciertamente interesante, ver qué se man- meinschaft” y “Gesellschaft) y, entonces, tiene y qué se modifica o añade, qué as- más que hablar de individuo se debe em- pectos se hacen eco del “espíritu de los plear el término persona. El intento de rei- tiempos”. Una comparación pormenori- vindicar el individuo como una realidad zada y exhaustiva de estos dos textos cerrada, obliterada y abstracta le parece queda, por ahora, fuera de mis objetivos. estéril. Pero, en realidad, no hay plantea- Quisiera seguir pasando revista a los miento dialéctico alguno –esa es la inter- argumentos, esta vez más lacerantes, en pretación que trataré de defender–, se contra de la filosofía kantiana y de la Ilus- apuesta claramente por los elementos co-

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lectivos, por la idea de comunidad frente planteamientos, son por ello individualistas al individuo, que es tan importante para y parciales e, igualmente, su concepción del los dictaduras de cualquier orientación. Estado no es de carácter orgánico sino que Empecemos exponiendo sus plantea- se concibe como un mecanismo21. mientos sobre a) el individualismo y b) concluyamos –siguiendo el mismo orden b) La terapia propuesta frente al individua- que sigue Binder, lo que no me parece ca- lismo parte de asumir el idealismo objetivo sual– sobre el universalismo que no es que, antropológicamente, es colectivista. sino colectivismo. Aquí no se presentan diferencias con su etapa anterior22. Efectivamente, el sujeto a) Los presupuestos básicos del individua- no se define por medio de la autoconcien- lismo –que no pocas veces Binder ejem- cia; esta solo se entiende si se tiene presente plifica con el kantismo– son, a nivel cog- la conexión de la conciencia individual con nitivo, la separación entre objeto y sujeto la general y, por tanto, el sujeto no es una como realidades completamente distintas realidad aislada sino comprometida en el (lo que no es del todo cierto, porque, como proyecto vital de la comunidad23. Esta idea, es sabido, para los kantianos y neokantia- que anteriormente él había denominado nos, el sujeto crea el objeto del conoci- transpersonalismo, construye su historia fi- miento) y, por otro lado, la existencia de au- losófica a partir de las ideas expuestas por toconsciencia basada simplemente en una Fichte en los Discursos a la nación ale- labor de ensimismamiento e introspección. mana y en el romanticismo alemán, de- Esta antropología filosófica de cuño indi- jando de lado a la Ilustración y a los presu- vidualista es, a juicio de Binder, inútil para puestos filosóficos políticos de la la conformación de los órdenes normativos Revolución francesa. En el XIX alemán, el y del derecho en particular20. La Ilustración, principal representante de esta corriente se- al adoptar una mirada dominada por el pa- ría Julius Stahl, el “judío Julius Stahl”, radigma de las ciencias de la naturaleza, re- como se lo califica24. Si el individualismo dujo a la persona a un mero hecho, a una propio de Ilustración conlleva una teoría del mera cantidad, a un mero “átomo”, a un in- Estado basada en el contrato social y en un dividuum, sin tener para nada presentes carácter, por tanto, mecánico, la perspectiva cuestiones de carácter cualitativo. El universalista defendida por Binder propone “átomo individual” posee principalmente un Estado de carácter orgánico, formado dos características: la libertad y la igualdad: por colectividades, por la pertenencia a una libertad que es entendida como una libertad comunidad, por la inclusión de lo indivi- de carácter negativo, recortada y limitada dual en lo colectivo; solo esto otorga sen- por el determinismo propio de las ciencias tido a la persona. de la naturaleza, e igualdad, ya que la li- bertad presupone la igualdad de todos los “Personalidad: el portador de los valo- individuos para poder determinar su liber- res es el individuo no como una reali- tad de unos frente a otros. Las filosofías del dad aislada sino en la comunidad, a derecho de la Ilustración, basadas en estos través de la comunidad y para la co-

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munidad y esto quiere decir cierta- cir al estrecho marco de las ciencias de la mente como miembro de la comuni- naturaleza. A esta nueva perspectiva que dad, a la que ciertamente pertenece de parte de presupuestos culturales y cierta- forma necesaria, la cual se presupone a mente colectivos pero con la idea de no su yoidad”25. negar la persona —y que ciertamente es un préstamo de la filosofía del derecho de El Estado de carácter orgánico pro- Radbruch—se la denomina primero trans- puesto se distancia de las teorías clásicas personalismo y posteriormente universa- ilustradas basadas en la idea de contrato lismo. social y de otro lado del organicismo de El universalismo nos conduce inexo- carácter biológico, por ejemplo, del esbo- rablemente, como nos indican las propias zado por von Uexküll26. La tara de estas reflexiones de Binder, a un nuevo tipo de orientaciones es la misma: partir del punto Estado de carácter orgánico, basado en la de vista de la naturaleza y no saber apre- idea de una comunidad espiritual (Hin- hender el carácter cultural del Estado y de delbrant)28: la nación. En esta obra, donde la nación. Esa metodología de las ciencias Binder apuesta ya claramente por posi- de la naturaleza impulsada por la Ilustra- cionamientos hegelianos; se otorga un ción le hace perder de vista el espíritu enorme peso a la teoría del Estado, una (Geist) tanto del Estado como de las per- teoría del Estado fuertemente influida por sonas. Exactamente lo mismo sucede con los acontecimientos históricos y por la lle- la perspectiva organicista no idealista que gada del nacionalsocialismo. System der explica el Estado con una perspectiva más Rechtsphilosophie se publica –subrayé- preocupada por lo cuantitativo que por lo moslo– en 1937. Estas razones hacen que cualitativo, de tal modo que el Estado se no sea del todo sorprendente que Binder convierte en una mera suma de partes. He dedique varios epígrafes a la teoría del aquí la crítica a Gierke. Por no hablar del Estado y uno en concreto al Führerstaat. organicismo biologicista que para Binder En este último existen alusiones directas a es completamente miope respecto a las Hitler como encarnación de ese nuevo tipo grandes cuestiones culturales. Cultura y de Estado. naturaleza, cultura o civilización es el de- La caracterización del Führerstaat bate que tiene en mente Binder a la hora puede ser condensada en los siguientes de afrontar la construcción del Estado. Su puntos: apuesta por la cultura supone un duro golpe al neokantismo de Marburgo, que a) El Führerstaat es algo nuevo. El Führer mantenía precisamente como uno de sus no es un “representante de la nación en el axiomas principales la aplicación de los sentido de la revolución de noviembre de presupuestos de las ciencias naturales a la 1918”; ni es un “magistrado”, tal y como razón práctica27. Binder viaja con el idea- proponen las teorías democráticas, ni es un lismo en otra dirección: el Estado como el “dictador” (se refiere al sentido dado por derecho, la moral o el lenguaje son fenó- a este término en su libro menos culturales que no se pueden redu- “Die Diktatur” de 1928). Paradójicamente,

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aunque la teoría expuesta es nueva, se ha- democracia con la regla de la mayoría cen referencias a determinados momentos (como una pura suma de individuos). históricos donde existió, de un modo u El tercer jalón de este recorrido histó- otro, este tipo de Estado: la época de Bis- rico y su fase final es, por supuesto, la marck y la época de la monarquía anterior irrupción del nacionalsocialismo. Éste no a la revolución de 1918. Por supuesto, el parte de una revolución sino que existe Führer de su tiempo es Hitler29. como una continuidad; tampoco se basa en el individualismo ilustrado y en la idea b) El Führerstaat guarda una estrecha re- de pueblo sino en el universalismo y en la lación con la idea de nación tal y como la nación: defiende Binder. Si la filosofía es el “tiempo expresado en palabras” –esta fa- “Mientras que el pueblo, el soberano de mosa frase de Hegel la repite Binder–, en- la voluntad popular, no es más que una tonces la filosofía del derecho debe tener la masa formada por individuos, de la que tarea de aprender el derecho y el Estado de Hegel afirmaba con razón que el pueblo la época a la que pertenece30. Y Binder no jamás sabe lo que quiere y que por ello sólo explica el nuevo tipo de Estado sino no tiene voluntad, la nación de ese pue- que lo justifica históricamente del siguiente blo, en cambio, representa la unidad modo. El Estado del siglo XIX fue un Es- orgánica y vital, la realización del es- tado de compromiso entre la monarquía píritu en la forma de una circunstancia absoluta y el liberalismo individualista de histórica concreta”32. cuño ilustrado, pero no descansaba en la unidad de la nación; se limitaba a defender La nación se constituye como un “am- los intereses de la burguesía, los intereses plio y vivo conjunto de generaciones, de de una clase concreta. Su finalidad última presente, pasado y futuro”. Y la otra cara era simplemente defender la libertad nega- de la nación es el Führer. Aquel quien co- tiva de unos pocos31. noce y dirige la voluntad de esa nación. El Führer presupone la existencia de una na- Un segundo momento histórico sobre ción, de su autoconciencia y de su unidad. el que se detiene en su explicación es la re- En tal tipo de Estado la finalidad principal volución de noviembre de 1918. A su jui- no es la salvaguarda de las garantías ne- cio, ésta supone una quiebra “marxista” de gativas, sino la libertad en sí; la verdadera la legalidad, por su carácter revoluciona- y única libertad es consecuencia directa de rio. La justificación por medio de la asam- la constitución de la nación y de la exis- blea constituyente solo funcionaría para tencia de un Führer33. aquellos que creen en el “dogma de la so- De este itinerario histórico se despren- beranía popular”. El Estado de la Repú- den varios aspectos interesantes. Por un blica de Weimar se sustenta, por tanto, en lado, el Führerstaat parece no depender de presupuestos individualistas que, al igual un proceso histórico hegeliano, en el que la que sucedió con la Ilustración, reducen el tesis y la antítesis culminan en una síntesis pueblo a una mera masa e identifica la superadora. El Führerstaat aparece y des-

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aparece sin explicitarse sus causas. En la Bedeutung für die Gegenwart (Logos, época de Bismarck, en el nacionalsocia- núm. 12, 1924). De este modo, para com- lismo y, desde un punto de vista filosófico, prender adecuadamente qué tipo de Estado en las obras de Fichte, de donde –junto con se propone es necesario acudir a las refle- otras fuentes– Binder toma prestada la idea xiones allí expuestas. de nación. De otro lado, el Führerstaat pro- En estos dos escritos no existe un in- puesto parece más bien una terapia frente a tento de análisis de la filosofía fichteana la fallida Weimar, la cual es hija del indivi- en sí; más bien se trata de ver qué ideas de dualismo ilustrado, que Binder estima como Fichte son útiles para su tiempo y compa- un factor de atomización de la sociedad. La tibles con sus finalidades. Los dos escritos preocupación producida tras la IGM res- mencionados están marcados por una pro- pecto a la creación de un nuevo Estado se funda preocupación por la situación ale- deja notar aquí claramente. Los desasosie- mana de aquel entonces. Alemania y la hu- gos sociales y económicos calan en lo polí- manidad tienen “enemigos irreconciliables tico y también en la filosofía jurídica. No es que la presionan”, que buscan su “desin- tiempo de hacer más filología kantiana. Es tegración”, que quizá la han convertido en la época de pergeñar una nueva teoría del un “mero territorio”, en una “zona de in- Estado que articule una sociedad fragmen- fluencia” y no en un verdadero Estado34. tada y tanto los males como el remedio pa- Fichte debe ayudar, en definitiva, a do- recen encontrarse en el pasado: la Ilustra- meñar ese presente subyugante35. Y es que ción es la enfermedad y Fichte –junto a los paralelismos van de la mano: en la otros– su terapia. El nacionalsocialismo se época de Fichte, Alemania, es decir Prusia, constituye en la plasmación de la circuns- fue sometida por Francia, para Binder el tancia histórica concreta. tratado de Versalles y las condiciones de Alemania son similares a las circunstan- 4. Fichte y el nuevo concepto cias de aquel entonces. Es necesario, por de nación tanto, reivindicar la nación alemana con orgullo en un momento en que el enemigo Es, a mi juicio desproporcionado, el peso de siempre quiere someterla por medio de de la teoría del Estado y la idea de nación las armas y de las ideas. Pero en aquellos en la obra de Binder y en la época de Wei- años, a caballo entre el XVIII y el XIX, mar en general. Binder afronta tales temas, fue precisamente cuando, gracias a los jó- de forma sistemática y pormenorizada, en venes intelectuales, renació Alemania, lle- su Philosophie des Rechts y en System gando después “con el genio de Bis- der Rechtsphilosophie, acude una y otra marck” a su unificación36. vez al pensamiento de Fichte y nos envía Estos escritos de Binder, que tratan so- mediante la oportuna nota al pie a dos tra- bre el concepto de nación y de Estado, son bajos suyos en la revista Logos—auténtico pues textos de batalla intelectual que tratan órgano de expresión del neohegelianismo de analizar cuáles han sido las bajas del de la época—. Me refiero a Fichte und die pensamiento alemán y cómo rearmar la de- Nation (Logos, núm. 10. 1922) y Fichte fensa. El enemigo a batir está claro desde el

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principio: la Ilustración. Por ello, la pri- En segundo lugar, se critica a la Ilus- mera maniobra es desvincular a Fichte del tración por su obsesión con el método em- proceso de la Ilustración hasta donde sea po- pírico propio de la ciencias naturales que sible intelectualmente. Se comienza, pues, relega a preguntas tan fundamentales analizando la teoría del conocimiento kan- como la del valor y el sentido a un se- tiano para concluir que “Fichte no culmina gundo plano42. Además esta metodología la obra de Kant, sino que, más bien, cons- positivista reduce al sujeto a un mero truye un sistema completamente nuevo”37. átomo que es la base de todas las refle- Kant, por supuesto, es reducido sin más xiones antropológicas del pensamiento matiz a representante por antonomasia de la ilustrado –idea que se repite hasta la sa- Ilustración alemana, Fichte, en cambio, se ciedad en las obras de Binder, ya lo he se- nos dibuja crítico frente al criticismo kan- ñalado–, lo que conduce inexorablemente tiano. Binder sostiene que los tópicos clási- al callejón sin salida del individualismo. cos, repetidos hasta la saciedad, son insufi- En tercer lugar, se critica el contrato cientes para entender su filosofía. Tópicos social, pieza teórica clave de la Ilustración, que, curiosamente, coinciden con los as- y su principal representante, Rousseau. Si pectos más relevantes de Fichte como filó- el contrato social de Rousseau se funda- sofo ilustrado –el defensor del socialismo, mentaba en la defensa de un yo individual el incipiente demócrata, el adalid de la li- completamente abstracto y atomizado, el bertad de opinión y de la Revolución fran- contrato social propuesto por Fichte se cesa, el patriota conocido vagamente por los basa en el yo supraindividual. La diferen- discursos a la nación alemana38–, e, incluso cia en el resultado es palmaria: mientras reconociendo que el punto de partida de que el contrato social de carácter estricta- Fichte es la Ilustración y que, en muchos ca- mente ilustrado llega como mucho a un sos, queda inextricablemente unido a ella, “individualismo colectivista” –que Bin- trata de acentuar otras perspectivas que se der ejemplifica en la figura no solo de compadecen mejor con los objetivos de su Rousseau–, el contrato social de Fichte explicación. Fichte sería el autor alemán conduce a una recuperación de la idea de que se despide de la Ilustración39 y lo hace, nación y de colectividad que se funda- a pesar de las vinculaciones ya señaladas, menta en el derecho al trabajo43; de ahí desde los presupuestos más fundamentales todo el pensamiento social que se muestra y profundos de su filosofía. Veamos. en la obra de Fichte, especialmente en su En primer lugar, se distancia del yo obra Geschlosenes Handelstaat. En defi- empírico kantiano y lo sustituye por el nitiva, se sale de la dinámica propia de la “ich” supraindividual40, que establece un Ilustración de establecer dos polos anta- lazo de unión entre el yo, el tú y el nos- gónicos entre individuo y humanidad. otros, recuperando, por tanto, a juicio de Pero quizá el lugar central de estos Binder, el calado metafísico de la filoso- dos trabajos sea el concepto de nación, fía41. Este es, por ejemplo, el punto de que da título al primero de ellos. Parte partida de la reivindicación de lo colectivo Binder del concepto de nación de Bauch y frente a lo individual. de Spann. El primero mantiene una des-

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cripción de la nación basada en la idea de cificidad cultural; no se trata simplemente un idioma común y en la comunidad de la de conocer una cultura sino de seguirla sangre44. Una idea que también certifica la desarrollando. “Pueblo es quizá la comu- etimología de la palabra nación, el que nidad de origen, el Estado es la comunidad nace en un territorio concreto. Llaman po- jurídica y la nación la comunidad cultu- derosamente la atención los argumentos ral”48, concluye Binder. ofrecidos por Binder para rechazar la El criterio decisivo que hace a Binder construcción de la nación a partir de estos inclinarse por la teoría de Spann radica en planteamientos que, como se saben, fue- un debate –aquí no quiero dar argumentos ron posteriormente ideas claves del na- al respecto para no desviarme del tema cionalsocialismo. Si bien acepta que el concreto– clásico de principios del XX, el idioma es un elemento importante para debate entre cultura y civilización tan be- determinar la nación, no le parece esen- llamente descrito por Thomas Mann en cial. Primero porque puede suceder que un sus “Consideraciones de un apolítico”49 y pueblo perviva aunque se pierda su más académicamente abordado por Ferdi- idioma, como pudo ser el caso de los nand Tönnies en su libro clásico “Ge- etruscos, de los germanos nómadas o de meinschaft und Gesellschaft”50. Cultura los búlgaros. Además, a veces dos nacio- frente a civilización, Alemania frente a nes comparten un mismo idioma: “como Francia, Romanticismo e Idealismo frente nuestros hermanos austriacos que estaban a la Ilustración. Permítaseme la extrema en la mejor disposición de construir su simplificación. Y Binder en el concepto de propia nación, a pesar de que aún les une nación apuesta, como no podía ser de otro con nosotros el mismo idioma”45. Los ar- modo, por la idea de cultura —una cultura gumentos de Binder en este sentido si- ciertamente construida de una forma bas- guen siendo curiosos: “Ninguno de los tante esencialista: “no se puede pertenecer pueblos que podemos ver en el mapa te- a dos naciones”—. Desde estos presu- rráqueo, pueden arrogarse la pureza de la puestos se explica sin mucho esfuerzo el raza”. Y pocas líneas más abajo añade que rechazo a la nación como algo biológico o en Alemania en sentido antropológico no fisiológico, pues, en última instancia, se- se puede hablar ni de “una raza alemana” ría reducir el concepto de nación a pará- ni de una “raza germánica”46. Alemania metros propios de las ciencias naturales, tampoco sería el primer pueblo europeo47. perder en complejidad y en carga metafí- Estas ideas, como salta a la vista, son sica. E igualmente se opone al dis- completamente incompatibles con los curso –también de procedencia ilustrada– principios del nacionalsocialismo. El es- de que la nación sea un acto voluntario de crito de Binder es de 1922 –pero subraye- adhesión, haciendo alusión y crítica di- mos que en 1937 los valida–. Se apuesta, recta a las teorías de Renan51. por tanto, por la construcción de nación ¿Dónde queda Fichte? ¿Cuál es el con- defendida por Othmar Spann, que incide cepto de nación defendido por Fichte? ¿Se en los factores culturales e históricos. Ser justifica el título del trabajo? La primera y una nación es tener conciencia de la espe- la última pregunta se pueden casi contes-

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tar a la par. Fichte aparece al final del tra- ción defendido por Othmar Spann y por bajo, en el apartado tercero. De Fichte hay Fichte. La dignidad de la persona se le poco. Se reivindica como un puente entre otorga por pertenecer a una comuni- el individuo y la humanidad por medio de dad –Gemeinschaft–. Los problemas de su su concepto de nación52. Desde aquí, presente, entiende Binder, se producen en desde este concepto de nación como cul- buena medida por un “des-yoimiento” de la tura, se defiende que solo siendo nación, persona, por la perdida de sus vínculos con solo defendiendo su cultura, Alemania la comunidad. Persona, pues, frente a indi- puede pertenecer a la humanidad. Y ello viduum. Éste último, el individuo como pasa precisamente por lo que representa átomo aislado, está en la base tanto del ca- Fichte: por la salida de la Ilustración, pitalismo, como del socialismo, como de las que es un proceso francés, y el inicio del supuestas teorías orgánicas del Estado –se idealismo que pertenece propiamente a la cita, por ejemplo a Gierke–. La enfermedad, cultura alemana, a la nación alemana. pues, viene incubándose de lejos, desde la Fichte, por tanto, significa la supera- Ilustración. Fichte parece ser el primer y ción de la teoría del conocimiento kantiano, provisorio antídoto y como tal, dentro de él, que ya era de gran importancia, pero ade- también se encuentran aún las células vale- más la crítica acerada de la idea de ese su- tudinarias. El camino de la sanación siguió jeto empírico, impregnado de la metodolo- históricamente en las obras de Julius gía de las ciencias naturales, que aún Stahl –al que ahora en 1922– no se lo cali- sobrevivía en la filosofía kantiana, es des- fica de judío y, por supuesto, de Hegel. Los truida por la del yo fichteano. El hastío del grandes males de Alemania no han sido, individuo como mónada aislada que padece insiste Binder, provocados por las armas Binder, su crítica a los derechos humanos sino por el discurso destructor de la Ilustra- parten precisamente de no plantearse el pro- ción, el positivismo ramplón y romo y, en blema del valor y del sentido del indivi- definitiva –por decirlo con la expresión de duo. La respuesta parece encontrarla, como Thomas Mann– por los defensores de la ci- he señalado, en el concepto cultural de na- vilización frente a la cultura.

NOTAS 1 No puedo aquí sino apuntar esta idea que interpretación del pensamiento hegeliano de a la que dedico más espacio en un monografía cuño liberal, como, por ejemplo, las defendidas que aparecerá próximamente. En 1974, Hu- por Joachim Ritter, Manfred Riedel, René Mar- bert Kiesewetter publica una obra cuyo tí- cic o, más matizadamente, las de Topitsch. tulo –Von Hegel zu Hitler– contiene una tesis Riedel, M. Studien zu Hegels Rechtsphiloso- de partida; de Hegel a Hitler, sostiene este au- phie. Frankfurt am Main, Suhrkamp, 1969. tor, existe un camino, un nexo que se vertebra Marcic, R. Hegel und das Rechtsdenken. Salz- a través de los distintos periodos de la historia burg, Universität Verlag Anton Pustet, 1970. alemana moderna, a saber, la Prusia de prime- Kiesewetter, H. . Von Hegel zu Hitler. Die po- ros del XIX, la época bismarckiana y final- litische Verwirklischung einer totalitären mente la Alemania de Weimar y el tercer Machtstaatstheorie in Deutschland (1815- Reich. Una tesis como la indicada tiene como 1945). Bern: Peter Lang Verlag, 1974. To- presupuesto fundamental rechazar cualquier pitsch, E. Die Sozialphilosophie Hegels als

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Heilslehre und Herrschaftsideologie. Neuwid, densas e interesantes páginas a la Weimarer Re- Luchterhand, 1967. Una versión más extensa y publik. M. STOLLEIS, Öffentliches Recht in con conclusiones distintas a las aquí defendi- Deutschland: Eine Einführung in seine Ges- das (sobre todo respecto al concepto de na- chichte (16. – 21. Jahrhundert), C. H. Beck, ción), se encuentran en mi monografía de re- 2014 (existe traducción mía en Morcid Pous, ciente aparición, Hegel bajo la esvástica, 2017). Un breve panorama histórico y más da- Comares, 2017 tos bibliográficos se puede encontrar así mimos 2 J. BINDER, Derecho de sucesiones, Ed. en mi texto sobre la película M de Fritz Lang, Labor, Madrid, 1953. F. FERNÁNDEZ-CREHUET, Reflejos en la filoso- fía del derecho del cine de Weimar: M, el Vam- 3 E. DÍAZ, Estado de Derecho y sociedad piro de Düsseldorf, en J. ESCRIBANO (ED.) El democrática, Cuadernos para el diálogo, 1979 cine como recurso didáctico en la enseñanza (séptima edición), pp. 82-84. virtualizada. Estudio y análisis de alguna 4 E. JAKOB, Grundzüge der Rechtsphiloso- obras fílmicas, edual. 2016, pp. 135-152. phie Julius Binder. Mit Anhang: Fünf veröf- 8 En concreto están tomados de la nota ne- fentlichte Schriften Binders, Nomos, Baden- crológica publicada en el Archiv für Rechts- Baden, 1996. und Sozialphilosophie en 1938 (volumen 5 K. LARENZ, Rechts- und Staatsphiloso- XXXII, 1938/39, pp. 421 y ss.). Como era de phie der Gegenwart, Junker und Dünnhaupt, esperar el texto de Dikoff tiene carácter de ha- Verlag, 1935. Cito por la traducción de Truyol giografía, aunque puede ser útil para esbozar y Serra recientemente reimpresa en Editorial esta brevísima semblanza. Reus, (2007). 9 L. DIKOFF, loc. cit., p. 422. 6 R. DREIER, Julius Binder (1870-1939): 10 En concreto “Die Korrealobligationen Ein Rechtsphilosoph zwischen Kaiserreich und nach dem römischen und deutschen Recht” Nationalsozialismus, en R. DREIER, Staat, (1899) y “Die rechtliche Lage der Erben” Recht, Moral, Suhrkamp 1991, p. 142. (1901-1904). Según Dikoff será a partir de su 7 No es posible entrar aquí a esbozar si obra “Die Plebs” (1809) cuando se incremente quiera el contorno histórico, social y cultural sus preocupaciones iusfilosóficas. L. DIKOFF, que dibuja la época de Weimar. Un trabajo ibíd. En este mismo sentido, R. DREIER, loc cit., claro y con carácter de síntesis es el de H. MÖ- p. 148. Aunque este señala como punto de in- LLER, Die Weimarer Republik. Eine unvollen- flexión su trabajo Rechtsnorm und Rechtsp- dete Demokratie, Deutsche Taschen Buch Ver- flicht de 1912, que no es sino su discurso de in- lag, 1985. Un trabajo más amplio con especial vestidura de vicerrector en la Universidad de atención al panorama político es el redactado Erlangen pronunciado el 4 de noviembre de por U. BÜTTNER, Weimar. Die überforderte Re- 1911. De esta conferencia es sobre todo cono- publik. Leistung und Versagen in Staat, Ge- cida su frase, “Das Recht verpfllichtet rechtlich sellschaft, Wirtschaft und Kultur, Bundeszen- zu nichts” (El derecho jurídicamente no obliga trale für politishce Bildung, Bonn, 2010, cita en a nada), p. 47. pág. 33. Desde la historia jurídica destaca la 11 R. DREIER, loc. cit., p. 148 s. TOLLEIS obra de M. S Geschichte des öffentli- 12 chen Rechts in Deutschland. Staats- und Ver- J. BINDER, Philosophie des Rechts, Ber- waltungsrechtswissenschaft in Republik und lín 1925, p, XLIII. Cito por la reimpresión en Diktatur, sobre las disputas metodológicas pp. Scientia Verlgag de 1967. 153-199. Más recientemente este mismo autor 13 I. KANT, Die Metaphisik der Sitten, en ha publicado una versión reducida de su ya ca- Werke, Volumen IV, Insel Ver- nónica historia del derecho público alemán en lag, p. 337: “El derecho es, por tanto, la suma cuatro volúmenes en el que se dedican algunas de condiciones bajo las cuales el arbitrio de uno

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puede compadecerse con el arbitrio de otro se- hace con el “la Escuela vienesa del judío Kel- gún una ley general de la libertad”. sen”) y convertir este modo de proceder en 14 Esta afirmación de Binder es insosteni- una regla metodológica de obligado cumpli- ble para cualquier lector atento a los textos miento: “Un autor judío no tiene para nosotros kantianos. Desde su defensa del el ius talionis autoridad alguna […]. El añadir la palabra y la y la apuesta por un sujeto propietario que ex- designación “judío” no es algo accesorio sino cluye a las mujeres expuestos en la Metafísica esencial, ya que, ciertamente, no podemos evi- de las costumbres hasta su limitadísimo Be- tar que se sirva de la lengua alemana”. Véase suchsrecht, tantas veces mal interpretado como mi traducción de tal ponencia con una intro- un derecho cosmopolita de base universal, ducción en Anales de la Cátedra de Francisco Kant colma de contenido el hipotéticamente Suárez, núm. 47, 2013, pp. 301-315, citas en formal imperativo categórico. I. KANT, La paz pp. 312 y 311 respectivamente. perpetua, ed. Tecnos, 2013, p. 33. Al respecto 25 J. BINDER, op. cit., p. 152. O. HÖFFE, Volkerbund oder Weltrepublik en O. 26 Una exposición amplia de las teoría or- HÖFFE (ED) Inmanuel Kant. Zum ewigen Frie- gánicas con especial incidencia en los autores den, Akademie Verlag, 2004, pp. 109-133. cripto-orgánicos y un análisis pormenorizado 15 J. BINDER, Philosophie des Rechts, cit., de tal metáfora se encuentra en D. GARCÍA LÓ- p. 261. PEZ, Organicismo silente. Rastros de una me- 16 J. BINDER, Philosophie des Rechts, cit., táfora en la ciencia jurídica, Comares, 2013. J. p. 264. UEXKÜLL, Staatsbiologie, Paetel, Berlin, 1920. 27 17 J. BINDER, Philosophie des Rechts, cit., Sobre el neokantismo véase H.-L. OLLIG, p. 266. Der Neukantismus, Metzler, Stuttgart, 1979. Allí se apunta una de las principales diferencias 18 E. JAKOB, Grundzüge der Rechtsphilo- de la escuela de Marburgo, liderada por sophie Julius Binders, cit. pp. 77 y ss. Stammler y la escuela de sudoccidental, cuyos 19 Término tomado de Radbruch. Véase, G. principales representantes serían Lask y Rad- RADBRUCH, Filosofía del derecho, Madrid, bruch, a saber, los primeros apuestas por la Reus, 2008, pp. 231 y ss. estructura formal de las ciencias, mientras que 20 J. BINDER, System der Rechtsphiloso- los segundos inciden en las cuestiones de va- phie, Verlag von Georg Stilke, Berlín, 1937, pp. lor y en el enfoque de las ciencias culturales. 145 y ss. Por su parte, Alf Ross ha puesto de manifiesto 21 J. BINDER, op. cit., p. 150. cómo esta segunda corriente, a la que se acerca nuestro autor, mantiene una gran deuda inte- 22 El individualismo como perspectiva de la lectual con el hegelianismo más que con el Ilustración, el traspersonalismo como base del kantismo. A. ROSS, Kritik der Sogennate Prak- idealismo, la persona como base de la razón tische Erkenntnis. Zugleich Prolegomena zu supraindividual, etc., son argumentos que ya se einer Kritik der Rechtswissenschaft, Levin & encuentran en su Philosophie des Rechts. J. BIN- Munksgaard, Kopenhagen y Feliz Meiner, DER, Philosophie des Rechts, cit., pp. 282 y ss. Leipzig, 1935, p. 418. 23 J. BINDER, System. cit., p. 145. 28 Este autor llega incluso a entender que el 24 J. BINDER, op. cit., p. 199. Carl Schmitt individuo ha de sacrificarse por el Estado. K. ya había señalado, en su conferencia inaugural HILDEBRANDT, Norm und Verfallen des Staates, en el Congreso organizado por el grupo de es- Sybile Verlag, 1920, cita en p. 119. Extremo tudiantes universitarios de la Asociación Na- del que se distancia Binder, quien afirma, in- cionalsocialista para la Salvaguarda del Dere- cluso en 1937, que la persona no puede ser em- cho, la necesidad de marcar con el adjetivo pleada como un medio para un fin. J. BINDER, judío a los juristas de tal procedencia (así lo op. cit., pp. 158-159.

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29 BINDER, J.,op. cit., p. 318 y 319. 39 J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., 30 BINDER, J.,op. cit., p. 312. p. 299. 40 31 Aquí Binder es deudor de los plantea- J. BINDER, Fichtes Bedeutung für die Ge- mientos de Reinhardt Höhn en su obra Der in- genwart, cit., p. 210. dividualistische Staatsbegriff und die juristische 41 J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., Staatsperson, Carl Heymanns Verlag, Berlin, p. 301. 1935. En ella se hace un recorrido por la idea de 42 J. BINDER, Fichtes Bedeutung für die Ge- la personalidad del Estado poniendo de mani- genwart, cit., p. 218. fiesto su anclaje a la perspectiva individualista 43 J. BINDER, Fichtes Bedeutung für die Ge- que, en la actualidad —en 1935— ha de ser su- genwart, cit., p. 226. perada por la idea de corporación, órgano y 44 Volksgemeinschaft, porque, a la postre, “la per- J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., p. sonalidad jurídica del Estado es incompatible 288. con el concepto de Führer. El Führer se cons- 45 J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., p. truye siempre desde la comunidad”, cita en p. 290. 227. Binder afirma literalmente haber leído y 46 J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., p. utilizar para su obra las reflexiones de Reinhard 290. Höhn, J. BINDER, System, op. cit., p. 149, nota 5. 47 INDER 32 J. B , Fichte und die Nation, cit., J. BINDER, op. cit., p. 316. p. 308. 33 El desarrollo histórico se encuentra ex- 48 J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., puesto en el apartado Führerstaat, J. BINDER, p. 308. op. cit., pp. 315 y ss. 49 34 Últimamente publicado en la revista Pa- J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., sajes, núm. 43, 2014, pp. 88-100. p. 275. 50 ÖNNIES 35 F. T , Gemeinschaft und Gesells- J. BINDER, Fichtes Bedeutung für die Ge- chaft. Abhandlung des Communismus und des genwart, cit., p. 199. Socialismus als empirischer Culturformen, 36 J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., Feues Verlag, 1887, p. 288. p. 276. 51 J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., 37 J. BINDER, Fichtes Bedeutung für die Ge- p. 288. genwart, cit., p. 210. 52 J. BINDER, Fichte und die Nation, cit., 38 J. BINDER, Fichtes Bedeutung für die Ge- p. 305. genwart, cit., p. 200.

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