MODALIDADES DE HABLA EXTREMEÑA EN LA SIERRA DE GREDOS

FERNANDO FLORES DEL MANZANO Doctor en Filología Hispánica

1. INTRODUCCIÓN

Esta comunicación pretende contribuir a la clarificación del mosaico dia- lectal altoextremeño; en concreto, de un área compleja como es la de Plasen- cia, en su porción septentrional, que corresponde a las estribaciones de la sierra de Gredos, donde se asientan tres comarcas naturales de honda perso- nalidad: el Valle del , La Vera y La Trassierra 1 . Guardan entre sí estas comarcas una sorprendente homogeneidad, manifestada en numerosos as- pectos: físico-geográfico, climático, paisajístico, productivo, histórico, cultural, etnográfico, etc. Al análisis del habla de estas tres comarcas colaterales de la Alta Extrema- dura dedicamos la comunicación, que se organiza en estos apartados: 1) La influencia del factor histórico en el mapa lingüístico de Gredos; II) Modalida des dialectales empleadas; III) Caracterización lingüística de la serranía gre- dense, en su vertiente cacereña. Desde el punto de vista metodológico señalo que este trabajo se ha elabo- rado con los datos obtenidos en numerosas encuestas' realizadas en más de 20 poblaciones pertenecientes a las tres comarcas. Estos han sido los munici- pios, ordenados por comarcas, donde he desarrollado las encuestas:

LA TRASSIERRA " " " " " " Cabrero " Jarilla " Casas del Castañar " " Jerte

' Utilizamos indistintamente La Trassierra o Traslasierra, pues las dos formas nominales están reconocidas como topónimos de la comarca. z Las encuestas, grabadas en cintas magnetofónicas, se han realizado siguiendo diversos modelos (Alvar), y las pautas de la moderna Dialectología y Sociolingüística .

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LA VERA VALLE DEL JERTE " Cuacos " " " " Guijo de Santa Bcïrbara " Rebollar " Jalandilla " " Ja raíz " Torno (El) " Pasarón " Vasdastillas " Vali ,erde de la Vera " Villantieva de la Vera

Las comarcas investigadas pertenecen al Gredos Sur o Macizo Occidental de Gredos; es decir, la porción cacereña de la serranía gredense. Quedan excluidas las comarcas abulenses de Gredos y la Sierra de Béjar.

2 . INFLUENCIA DEL FACTOR HISTÓRICO EN EL HABLA DE LA SIERRA DE GREDOS

A juzgar por los restos arqueológicos y datos históricos de que disponemos, parece demostrada la presencia de idénticas etnias y culturas en las tres comarcas serranas: vetones, celtíberos, romanos, godos y árabes han dejado testimonios variados de la ocupación territorial de los espacios gredenses que hoy- denominamos La Vera, Valle del Jerte y Trassierra. Los núcleos de estas comarcas comparten un pasado histórico común, dada su condición de aldeas o villas pertenecientes a la antigua Tierra de , ciudad cuya fundación (1186) originó el nacimiento de las actuales poblaciones, amén de otras que ya han desaparecido (San Pedro, Cabeza de Olit, Palacios, Asperilla, Ojalvo, Peña- horcada, Vadillo, Valparaíso, cte.) a. El proceso repoblador de las comarcas gredenses atravesó diversas etapas, que vamos a describir brevemente 5 : a) Finales del siglo XIIy siglo XIII.- Paralela ala repoblación de la incipiente ciudad de Plasencia, se efectúa la de las tierras próximas (Asperilla, Ojalvo), y otras más extremas en las que probablemente existiría población anterior dedicada al pastoreo serrano (Piornal, Tornavacas). A lo largo de la centuria décimo tercera van surgiendo los núcleos que compondrán los sexmos del Valle, Traslasierra y Vera. En 1254 aparecen ya 17 aldeas con iglesias en estas comarcas .

1 En estas comarcas gredenses de Ávila y Salamanca (Sierra de Béjar) se detectan ciertas coincidencias fonéticas y semánticas con dialectalismos del extremeño de Gredos (Valle, La Vera, Trassierra). Vid. NLcoLÁS DE LA FUENTE ARRIMADA, Fisiografia e historia del Barco de Ávila, edic. facsímil, Barco de Ávila, 1983, págs. 229-231 y 376-386; M. A. MARcos, El habla de Béjar, Salamanca, 1979. 4 La base histórica común de las comarcas estudiadas puede verse en: F. FLORES DEL MANZANO, Aproximación a la historia del Valle del Jerte (Cáceres, 1982) y Hacia una historia de la Alta (Plasencia, 1984);E. C. DE SANTOS CALLEJO, Historia medieval de Plasencia y su entorno geohistórico. la Sierra de Béjar y la Sierra de Gredos (Cáceres, 1986). 1 F. FLORES DEL MANZANO, Historia de una comarca altoextremeña: el Valle del Jerte (Cáceres, 1985); E. C. SANTOS CANALEJO, op. cit, en nota 4.

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b) Siglos XIV v XV.- En el siglo XIV se constata una crisis de poblamiento: algunos lugares se despueblan por una mala elección del emplazamiento (Peñehorcada) o por la excesiva proximidad entre las aldeas, como ocurre en La Trassierra . Tales pérdidas se ven compensadas con el surgimiento de otras aldeas en el Valle del Jerte (, Casas del Castañar). Otro hecho des- tacable es la presencia numerosa de juderías en las comarcas gredenses, algu- nas tan importantes como la aljama de Cabezuela, c) Etapas posteriores: Durante las etapas moderna y contemporánea se produce un flujo considerable de individuos de procedencia norteña (Galicia, Cantabria, Asturias, 141 . Las consecuencias lingüísticas de estos hechos son evidentes. La falta de uniformidad lingüística en el área gredense obedece, entre otras razones, a la diversidad en la procedencia de los repóbladoras. Aunque desconocernos con precisión la procedencia de las 'naturas' para cada pueblo, sí sabemos que a las tierras de Plasencia van llegando castellanos desde diferentes puntos: norte de Burgos, Ávila, Toledo.. . A su vez importantes grupos humanos de ascendencia leonesa penetraron, vía salmantina, en la demarcación placentina . La proyección del alfoz abulense se dejó sentir poderosamente en las pri- meras fases repobladoras, especialmente en el Valle del Jerte y en el Tiétar 7. Desde el punto de vista lingüístico conviene recordar que los pobladores de las tierras de Ávila fueron, en parte, gentes venidas de puntos tan lejanos como La Rīoja, Aragón y Navarra (Naharros y Naharrillos son topónimos evocadores) . Esta heterogeneidad del castellano importado de Ávila y otros puntos va a reflejarse en la modalidad dialectal de los núcleos ríbereños del Jerte, los de La Vera o de La Trassierra. Aunque tampoco faltaron contingentes leoneses, como lo demuestran los apellidos de rancio abolengo asentados en estos pueblos 1. La aportación leonesa fue primordial en la constitución de aldeas serranas con vocación ganadera. Por el afán de aprovechar los buenos pastos currlbre- ños v de laderas (Tormantos y Trassierra), se alzaron núcleos que en un prin cipio fueron meros agrupamientos pastoriles 9: Cabezabellosa, , Pior- nal, Barrado y Cabrero. El resultado lingüístico de esa vinculación entre lo pastoril y las `naturas' leonesas va a ser el nacimiento de una modalidad dia- lectal, la extremeñoleonesa, en la demarcación de la antigua Tierra de Plasen- cia, modalidad que se refugia, a más de en otros puntos (), en los

^ J . L. CRuz REYES, Transformación del espacio y economía de subsistencia en el Valle del Jerte (Salamanca, 1984, págs. 134-38) ; F. FLORES DEL MANZANO, op. cit., en la anterior nota 5, pá- gina 77. F. FLORES DEL MANZANO, op. cit., anterior nota 5; D. SÁNCHEZ LoRo, Historias placentinas inéditas (Cáceres, 1982, vol. 1)_ " Los patronímicos muestran la presencia vetusta en la zona de castellanos y leoneses: si en Tornavacas se asentaron las «De Ávila» o «Dávila», en Cabezuela lo hicieron los Sánchez «De León». Apellidos de procedencia asturleonesa en la zona son: Prieto, Felipe, Alfonso o Alonso, Toribio, Páramo, Retamares, Murias, Salguero, Sagredo, etc. 9 F. FLORES DEL MANZANO, Hacia una h..., cit, en nota 4.

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inicialmente minúsculos lugares serranos, ya nombrados, que tuvieron una base pobladora de pastores procedentes del noroeste peninsular. La ascenden- cia asturleonesa de esas comunidades de origen pastoril ha dejado su impronta en la cultura, en el folklore, antroponimia, cte., y, sobre todo, en el lenguaje, según demostraremos . Resumiendo, diremos que en el área serrana de Gredos se han establecido dos modalidades de extremeño: 1) una modalidad dialectal más castellanizada; que 2) otra modalidad vengo denominando extremeñoleonesa. Las dos varie- dades dialectales serán consideradas por separado en las siguientes líneas.

3 . MODALIDADES DEL EXTREMEÑO EN LA SIERRA DE GREDOS

Frente a las estrechas semejanzas en tantos aspectos entre las comarcas gre- denses, en lo lingüístico, sin embargo, no se advierte una modalidad expresiva única . Como hemos apuntado, el peso del factor histórico junto aotros facto res que señalaremos más adelante- ha sido importante para dotar de cierta variedad expresiva al había de la zona, aunque con una base lingüística común castellana v un uso dialectal que cabe en lo que denominamos extremeño : Ya he señalado en otros trabajos 10 que, en contra de lo que algunos lingüis- tas creen, el eje viario llamado «Ruta de la Plata» (N-630) no supone una frontera lingüística tajante entre el castellano y el leonés. La uniformidad castellana del área placentina «... aparece rota por varias cuñas lingüísticas introducidas en la demarcación de Gredos> ".

3 .1 . Modalidad dialectal más castellanizada

Es la modalidad dialectal más extendida y cuantitativamente más repre- sentativa del habla gredense. Se localiza en las villas ribereñas del Jeme, en casi toda Traslasierra, y en La Veraz. Históricamente su castellanización profunda se justifica por la presencia mayoritaria de repobladores castellanos 13 . No es tampoco ajeno el hecho de que son la mayor parte de ellos pueblos ubicados en las proximidades de rutas, caminos o calzadas (ruta de la Plata, camino real a Ávila y otros puntos caste- llanos), lo que favoreció la comunicación, contactos y apertura. A veces, los modos de vida les empujaban a frecuentes viajes: la arrierïa se ha mostrado secularmente pujante en el Valle y La Vera; los arrieros, sin duda, tuvieron que abrirse a las formas castellanas, más válidas para el trato y el comercio, y fueron desplazando los rasgos dialectales.

'° F. FLORES DEL MANZANO, Contribución a la Dialectología Extremeña (Madrid, 1983), y «Vocabulario doméstico altoextremeño», en Revista de Estudios Extremeños (R.E.E}, XLI, u, Badajoz, 1985, págs. 326-351 . " F. FLORES DEL MANZANO, «Incidencia del factor histórico en la configuración geolingüís- tica de Extremadura», en Actas del I Congreso Internacional de Historia de la Lengua Espa- ñola (Cáceres, 1987), Madrid, Arco/Libros, vol. n, págs. 1449-1459. 'z F. FLORES DEL MANZANO, «Caracterización lingüística del área placentina», en Actas del 1 Congreso de Historia de Plasencia, 1986, inéditas. 11 F. FLORES DEL MANZANO, Hacia una h.'..., cit, en nota 4.

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" Núcleos encue..stados.

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Macizo occidental de Gredos- Sierra dc tormantos v montes de tra5lasierra.

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En las villas más ricas y pobladas de La Vera y el Valle del Jerte apareció, desde el siglo xvu, un sector económicamente privilegiado que pronto demandó instrumentos culturales y educativos en sus localidades. Se instalaron no sólo escuelas, sino también Estudios de Gramática en poblaciones que apenas con- taban con 400 vecinos, corno en el caso de Tornavacas 14, donde se instruía en retórica y gramática. Es fácil suponer que desde tales centros educativos se combatiese la desprestigiada expresión dialectal. El peso del sector elitista allí formado sería notable y constituiría la capa culta e ilustrada de cada vecin- dario. Piénsese que villas como Jaraíz o Cabezuela 15 contaban con una abul- tada plantilla clerical, por su condición de sedes de vicaría, en la que hallamos, a más de numerosos bachilleres, licenciados y hasta doctores. El conjunto de factores históricos y socioculturales levemente descritos ha deparado una situación lingüística que presenta un avanzado grado de caste- llanización, cada vez más creciente. Sin embargo, en el habla de estas pobla ciones pueden percibirse todavía los rasgos más generalizados del dialecto extremeño: aspiraciones de h- y de s- y otras consonantes en posición implo- siva; generalización delyeísmo, con algunas salvedades que indicaremos poste- riormente; neutralización o pérdida de -r, -1 finales; diminutivos -ino/a, -ín; formas léxicas peculiares, modismos y expresiones de acentuado localismo, etc. Los hablantes encuestador confiesan sentir su modalidad expresiva como genuinamente extremeña, equidistante del castellano usado en las colindantes comarcas del Gredos abulense (Barco de Ávila, por ejemplo) y del habla extremeñoleonesa, como la `piornalega', de la que se mofan y consideran pro- pia de gente bruta y atrasada.

3.2. Modalidad extremeñoleonesa.- la `norma piornalega'

Esta modalidad dialectal tiene un corto desarrollo en el área gredense, reduciendo sus límites a los núcleos serranos del Valle del Jerte. En cuanto a la presencia de rasgos caracterizadores puede establecerse una línea ascendente : los núcleos serranos más altos (Piornal, El Torno) preservan mejor los rasgos que los más bajos (Valdastillas, Casas del Castañar, Rebollar). Sin duda, el habla de Piornal es la que mejor representa esta modalidad dialectal, por lo que nos permitimos hablar en otros trabajos de `norma piornalega'16. Además, la actividad repobladora de Piornal, en un intento de aprovechar los pastos, originó dos núcleos serranos nuevos: Cabrero y Barrado, que entran dentro del área de influencia lingüística de Piornal. Cabezabellosa 17 se incluye en esta modalidad. Esta modalidad dialectal se explica, en parte, por el origen norteño (astur- leonés) de los pobladores, y por las peculiares condiciones de vida de las comunidades pastoriles asentadas en las cumbres del Valle del Jerte. En Pior-

'4 IbidenZ is F. FLORES DEL MANZANO, Aproximación ... Cabezuela, págs. 133-36 (nota 4). 'e F. FLORES DEL MANZANO, Contribución..., cit. en nota 10, págs. 106-8. " Cabezabellosa, encaramada sobre La Trassierra, comparte rasgos comunes con la moda- lidad éxtremeñoleonesa'de los núcleos serranos del Valle: antiguas sonoras (z), cierre de vocales, mantiene la 11, etc.

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nal,las propias condiciones físicas -a 1 .170 metros de altura- y los rigores climáticos -prolongadas nieves invernales- ahondaron más aún la natural tendencia al aislamiento que deriva del pastoreo. Han sido comunidades endogámicas, sin apenas intercambios matrimoniales con las poblaciones agrarias circunvecinas hasta hace unas décadas. La ausencia de vías y cami- nos que los abriese al exterior ha sido otro factor de incomunicación, que ha propiciado la conservación de las formas dialectales primitivas . A esto hay que sumar la tradicional falta de medios educativos que redujo a estos vecindarios serranos al más absoluto analfabetismo durante siglos 11. Hoy, la labor de la escuela y de los medios audiovisuales de comunicación están debilitando el uso de esta modalidad dialectal, relegándola a la esfera familiar y a las genera- ciones rnavores. Situación regresiva incontenible que, ante la falta de una conciencia dialectal entre los actuales usuarios, desembocará, en un tiempo no muy lejano, en la desaparición de tan primitiva forma expresiva. Denominamos como éxtremeñoleonesa'esta modalidad que tantas afini- dades guarda con el habla de las comarcas pertenecientes a la antigua Extre- madura Leonesa : Sierra de Gata, Hurdes, área de Coria, etc. Enunciaré bre vemente sus rasgos más característicos, muchos de los cuales son de estirpe netamente leonesa: cierre de vocales finales átonas -o, -e en -u, -i; epéntesis de yod en ieriatilzaciones ; cambio de -1 en -r en grupos consonánticos, o viceversa; conservación de -mb-; palatalización de 1- y n- iniciales; conservación de las autlguas sonoras -z y -s; conservación de construcciones arcaizantes; léxico Irnry peculiar y localista, con frecuentes arcaísmos y leonesismos, etc. Sin consi- derar otras características comunes al extremeño del área placentina : aspira- ciones fuertes, confusión r/l, aspiración de -s en posición implosiva ...

4 . CARACTERíSTICAS DEL HABLA EXTREMEÑA EN LA SIERRA DE CREDOS

Señalaré las características principales del habla de Gredos, agrupándolas por niveles lingüísticos, e indicando, cuando sea necesario, la exclusividad de ciertos rasgos para una modalidad de las estudiadas o para una población concreta.

4.1 . Características fonético-fonológicas

A) Vocalismos: Puede afirmarse que la realización de las vocales sigue, en líneas generales, el sistema vocálico castellano. Cuando presenta algunas peculiaridades resulta, a veces, difícil discernir si se trata de vulgarismos o dialectalismos, tan fundidos en el habla popular de la zona estudiada. Tan sólo la modalidad `extremeñoleonesa' muestra ciertas diferencias; por otro lado, comunes a otras áreas extremeñas de influencia leonesa. Observémoslo . En vocales tónicas: 1) En realización vulgar, se advierten algunas dipontaciones de o y e en formas verbales, acaso por analogía (dijieron, Crujieron). Aunque puede preso-

'" F. FLORFS DEL MANZANO, op. cil., en la anterior nota 5, págs. 103-4.

128 FERNANDO FLORES DEL MANZANO mirse un diptongo etimológico en el sustantivo mierlo/a del habla serrana ('norma piornalega'). 2) En el vocalismo átono se registra toda suerte de vacilaciones 11 y cam- bios de timbre: tttenihtro, tenaja, ovihpa, ancina- 3) Característica del habla serrana del Valle del Jerte es el cierre de -e y -o finales en -i, -tí, respectivamente. Ya señalé que este rasgo presente en el noreste de Cáceres rompía la creencia de que era exclusivo de la zona central y noroccidental de la provincia altoextremeña 2°. En la 'norma piornalega' se intensifica la tendencia al cierre de estas vocales, hasta en posiciones iniciales o interiores (ihtiercul, sigureja «hacha», ciminteriu). En finales, el cierre es sistemático: dehlindi, jocinu «hoz», jacih «haces». El fenómeno es regresivo 2 t, siendo cada vez menos frecuente entre las últimas generaciones. 4) La digtongación sigue las pautas castellanas, pero en habla vulgar encontramos diptongos formados por analogía 22, en verbos (juegal, truenal, jiedel «heder») y sustantivos (dientista, picapiedrero). O hiatos que derivan en diptongos (pioná «peonada»). 5) También hallamos reducciones (pacencia, cuetión «cuestión»), asimila- ciones de vocales en contacto por pérdida de consonante (azá «azada», alreol «alrededor»). 6) La epéntesis de _j- al final de palabras 23 como quiciá, alabancia; o en el interior (berezo «brezo»), registrada en otras hablas. 7) Pueden observarse otros cambios vocálicos: prótesis de a- (agañotal), aféresis (lacena), síncopas (ehprimental), metátesis (naide), asimilaciones y disi- milaciones (jirigoncia, prencipial). B) Consonantismo. 1) La aspiración de h- inicial, procedente de f- latina, se registra en la totalidad de los núcleos de las comarcas estudiadas (Traslasierra, Valle y Vera) 24, siendo más intensa en el habla serrana y en el registro vulgar: jundoná «hondonada», jelechu, jahtial «hastial». También la encontramos aspirada en posición medial: alajarre, rejundiL En la norma piornalega' la aspiración se extiende a la f+ ue (juenti «fuente», juerza «fuerza»). Hay casos de aspiración

i9 Autores varios, El habla en Extremadura, Mérida, 1987, pág. 28. 20 F. FLORES DEL MANZANO, Contribución ..., citado en flota 10, pág. 110. 2 1 Durante la realización de las encuestas pude comprobar cómo un mismo informante piornalego que no cerraba las vocales ante mí, sí lo hacía al hablar con un vecino que llegó de improviso a la casa. Ante los forasteros se retraen y no las cierran, tal vez por sentir el fenómeno como negativo, propio de palurdo. Complejo lingüístico. 12 AA.W, El habla en Extremadura, cit. en nota 19, pág. 28. 23 La epéntesis de yod se considera propia del habla leonesa, y en Extremadura tiene un reparto amplio (Corta, Hurdes, Mérida, cte.). 24 Sobre el fenómeno de la aspiración conviene precisar que se da en las poblaciones de las tres comarcas estudiadas, incluida Tornavacas, donde suponen que no realízala aspira- ción A. M. ESPINOSA y L. RODRÍGUEZ-CASTELLANOS, «La aspiración de la h en el sur y oeste de España», en RFE, 23, 1936, págs. 233-54,333-78. Encuestas realizadas a ancianos tornavaque- nos de más de 90 demuestran una fuerte aspiración, al igual que los demás informantes de menor edad: jelechu, jahtial, jorca, jaceh, fajoneh «zahones>, etc, Se oye pronunciar, a viejos de Tornavacas frases como ésta: 'hogaño trujo poco leno.

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en la zona no fáciles de explicar: en el Valle (Cabezuela) se oye ¡ancharse «romperse una rama», á ¡ancha' «a anchas», ¡arrapiezo «arrapiezo». 2) De las antiguas sonoras que Espinosa indicaba para la provincia de Cáceres, en la serranía del Valle del Jerte, bajo la 'norma piornalega', se con- serva entre los hablantes mayores la -z- sonora medieval: zaldu «zarzo o seca- dero», cocina «cocina», jadel «hacer» 25 . 3) En posición inicial, se encuentran casos esporádicos de s- en z-, tanto en núcleos serranos como ribereños del Jerte: zaude y zaudera «sauce», pero también se documenta zaoz y zaocera y el topónimo 'Fuente-Zaoz' en Cabe- zuela del Valle; zacho y zachar «sacho y sachar», zarpullius «salpullido». 4) La s tiene distintos comportamientos: en posición implosiva se aspira, al igual que otros fonemas (0, k, g, etc.): ehcaño «banco del lar», fuhca «basura, restos de leñas». En posición final absoluta oscila entre perderse o aspirarse ligeramente. 5) Confusión y pérdida de r y 1 implosivas 26: pe1nio, arcayata, arbañá «albañal». El comportamiento de la -rdel infinitivo es muy irregular, aun entre los hablantes de una misma población: se cambia por -1 o desaparece. 6) Han quedado fosilizados en algunas voces fenómenos lingüísticos de procedencia leonesa 27 como la palatalización de 1- y n- iniciales: yareh o llarih ('norma piornalega') «llares»; ñúo «nudo». La evolución de la y mediopalatal se atestigua en miyo «maíz». 7) En cuanto a la diferenciación entre 11/y se aprecia una tendencia cre- ciente al yeÍsmo 21, al que escapan algunas poblaciones serranas ('norma pior- nalega) 29 y hablantes mayores y femeninos de algunas villas (Navaconcejo). La gente joven se decanta hacia el yeísmo. 8) En la modalidad 'extremeñoleonesa' preferentemente se llega a supri- mir ciertas consonantes intervocálicas (-r-, -g-, -b-): paeci «parece», miaja «migAja», calaozu «calabozo de podar». 9) En grupos consonánticos conviene destacar el mantenimiento del grupo -mb- en unas pocas palabras: dambos, entrambos, lambercuza «papelón» (Piornal) 30.

25 Sobre este fenómeno cfr. A. M. ESPINOSA (hijo), Arcaísmos dialectales. La conservación de s y z sonoras en Cáceres y Salamanca, Madrid, 1935; R. MENÉNDEZ PIDAL, Eldialecto leonés (ed. de C. BovEs), Oviedo, 1962, págs. 75-7; J. LAMANO Y BENEITE, El dialecto vulgar salmantino, Sala- manca, 1915, pág. 43; P. SÁNCHEZ SEVILLA, «El habla de Cespedosa de Tormes», RFE, 15, 1982, pág. 150; A. LLORENTE MALDONADO, Estudiosobre el habla de La Ribera, Salamanca, 1947, págs. 61-63; J. J. VELO NIETO, «El habla de Las Hurdes», en REE xli, 1956, 74-89; D. CATALÁN, «Concepto lingüístico del dialecto 'chinato' en una chinato-hablante», en RDTP, x, 1954, pág. 14; J. G. CUMMINs, El habla de Coría y sus cercanías, Londres, 1974, págs. 66-9; A. VIUDAS CAMARASA, Diccionario Extremeño, Cáceres, 1980, pág. xxv; F. FLORES DEL MANZANO, Contribución..., pág. 110; AA.VV., El habla en Extremadura (en nota 19), págs. 30-1 . En próximas citas estas referencias bibliográficas se abreviarán, o sencillamente me remitiré a esta nota número 25. 26 AA.V., El habla en Extremadura, pág. 34. 27 Son escasos los resultados de la palatalización, lo mismo en Extremadura que en el área leonesa. Vid. obras citadas en nota 25. ze AA.VV ., El habla en Extremadura, págs. 31-4. 29 El yeísmo en La Vera es más compacto que en el Valle; en La Trassierra, Cabezabellosa realiza la 1L Pero el yeísmo se impone. 10 Es fenómeno de habla leonesa. Vid. obras citadas en la nota 25.

130 FERNANDO FLORES DEL MANZANO 10) También como rasgo de influencia leonesa en las sierras del Jerte, la -r y -l agrupadas (cl, pl, bl, pr, fr, cr, etc.) se intercambian: -I pasa a -ry viceversa (robri «roble», tabra, refldn «refrán», etc.) 31 . 11) bj, di: encontramos en núcleos serranos casos sorprendentes como marruyo «marrubio»; de la forma latina radia se documentan en la 'norma piornalega' varias soluciones: raja «hendidura», raya «linde» y racha «crica de la mujer» 32 . Se dan ciertos cambios fonéticos, más frecuentes en pueblos serranos que en las grandes poblaciones ribereñas o de piedemonte, como prótesis, epéntesis, síncopas, etc., de consonantes. He aquí algunos casos. 12) Prótesis: d- (desajeral «exagerar»); 1- (lumbral); al prefijo es- se recurre con asiduidad en el habla serrana, y, de modo especial, en Tornavacas (esca- lleja «calleja», espoza «poza»). 13) Epéntesis de lateral, nasal o vibrante (sanguán «zaguán», delantri «delante»); también de -y- (riyera, uyil «huir»); r (bridón «bidón»). 14) Aféresis de la d- (ehmochar «desmochar»); asimilaciones (fenefa «cenefa»), disimilación (pelegrino), metátesis (probe, pedrical), etc. 15) Entre hablantes de baja instrucción o en registros vulgares se obser- van abundantes casos de alternancia acústica o de errores por incorrecta audición: pareces «paredes» 33, frangüesa «frambuesa», zrancesa «francesa», derván «desván», bimbri «mimbre», etc. Estos y otros casos son comunes al castellano vulgar de otras zonas extremeñas y peninsulares.

4.2. Características morlosintácticas 1) El habla extremeña de Gredos presenta escasas anomalías respecto al castellano estándar: algún que otro arcaísmo, fosilizado en topónimos (Puen- tecilla, se oye en Tornavacas y otros pueblos), o ciertos cambios de género (la pus). En cuanto al número hay que señalar palabras que, sin serlo, se enuncian siempre en plural: ehtrebedes, ehtenadas «tenaza», yares o llaris «llar». 2) Los sufijos manifiestan ciertas preferencias por formas así: -ino/a: diminutivo tan dilecto al extremeño 34 (zagaloncino «mozalbete») que llega a acumulaciones curiosas como chiquirrininino; -ín (muchachín); -¡que (andar¡ que, aboquique «hablador»); -erro (mamerro «llorón»); -uta (mamalutas); -uco (casuco) y otros despectivos. 3) En la 'norma piornalega' se oyen algunas formas arcaicas de pronom- bres: aquesi35, aquehti, entre ancianos. 4) En las formas verbales se mezclan rasgos dialectales con vulgarismos: formación analógica del presente de subjuntivo de los verbos terminados en -ecer (creza, mereza)^ cambio de la -r del infinitivo en -1 que se conserva

31 Registrado también en áreas leonesas. Vid obras citadas en nota 25. 32 Vid. A. IGLESIAS OVEJERO, El habla de El Rebollar, Salamanca, 1982, pág. 241 . 33 Ibídem, IGLESIAS considera pareces como ultracorrección. Disentimos . 34 Vid obras citadas en notas 10, 19 y 25, sobre diminutivo -¡no. 3s Vid LLORENTE, op. Gil., en nota 25, pág. 133 (aquesi). 3,1 Estos presentes de verbos incoativos pueden considerarse como característicos del habla leonesa (obras citadas en nota 25).

MODALIDADES DE HABLA EXTREMEÑA EN LA SIERRA DE GREDOS 131 incluso en contacto con las formas enclíticas del pronombre (trael-lu, se escu- cha en la serranía vallense); imperativos del tipo cantal, arrimai: truje, trujiera y otras formas de 'traer ; vulgarismos como habernos, habiéramos, roigo y royo para `roer ; abuso de pretéritos fuertes: dijon, puson, jizon, vinon, etc. 5) En los adverbios encontramos formas arcaizantes (hogaño, ansina, abate «por poco») 37, formas dialectales (ondi) y formas vulgares (entavía, etc.), formas sufijadas (despacino). 6) De las preposiciones destacan las agrupaciones: a por, de con, etc. 7) Contrimás «cuanto más», es forma reseñable de las conjunciones. 8) En las interjecciones, a más de algunas comunes (¡corle; ¡coilo!), las hay muy locales: ¡búa, búa.; en Navaconcejo, pueblo al que caracteriza; ¡jai, jasa, en Piornal, etc. 9) Dentro de las construcciones sintácticas subrayo el mantenimiento del artículo antepuesto al posesivo", como rasgo arcaizante (eh la mi mujel), al igual que el orden de los pronombres (yo y el mi muchacho). a) Es frecuente el vulgarismo de anteponer formas átonas a se (me se fue de conmigo), aunque se puede anteponerse en imperativos (se beba uhté eso). b) Laísmo (ehcapao la llevo eso) y leísmos extremos. c) Cada vez es más infrecuente escuchar en la 'norma piornalega' el uso arcaizante del relativo: ¿cuyu/a erih? «¿de quién eres?» 39. d) El genitivo partitivo 40 se reduce a frases como: un poco de chicha «carne», lah mah de lah cerezah se rajaron, etc. e) Pronombres y adverbios pueden acumularse al verbo: velaílo, velallí Respecto al verbo cabe señalar algunas características: f) Uso frecuente de verbos con la preposición de: le mandó de avisar, vimoh de venir, le guhtaba de ir, elloh habían de menehter... g) Formas de sersustituyen a haber en los tiempos compuestos: si fuerah venlo «si hubieses venido» 41 . h) Por el contrario, haber sustituye a estar y ser: hoy habemoh muchoh aquí; también a tener. ¡maleja cena habemoh ehta noche! i) A veces se omite estar, sobre todo, en el habla serrana: cuando tú en la mel¿ j) Verbos intransitivos que funcionan como transitivos: correr (antiel corrimoh lo campanilloh a los amontonaoh); entrar (el guarrapín no entra en el burril); caer (abate caeh la tarra); quedar (he quedao los chivoh en la corraleja). k) Aparece con frecuencia la construcción en gerundio: en acabandu la cerecera moh vamuh a segal plauh. 1) Redundancias semánticas que acompañan al verbo: ven acá, entra pa entru, baja pabajo, sube parriba.

" En la 'norma piornalega se oye albati. ae Aparece esta construcción en el castellano medieval, aunque se mantiene muy viva en Extremadura y área leonesa (vid notas 10, 19, 25). 39 Vid LLORENTE, op. cit., Pág. 133 . 4° Vid obras citadas en notas 10 y 19. 41 Esta sustitución de haber por ser es muy frecuente en Tornavacas.

132 FERNANDO FLORES DEL MANZANO 10) Modismos: a la que vino «cuando vino», ser dao «ser propenso», ir ehcapao «ir enseguida», ser muy aparente «ser válido o competente», tirar un viaje o tarahcá «agredir con navaja o similar», no me andes aginando ano me molestes».

4.3 . Características léxico-semánticas El caudal léxico utilizado en las tres comarcas gredenses que estudiamos es básicamente el del castellano, aunque con elementos dialectales que lo singu- larizan relativamente, pues algunos los encontramos en otras áreas de dentro y fuera de la región extremeña 42 . El léxico del extremeño hablado en Gredos se caracteriza por la coexisten- cia de dos tendencias: 1) Conservadurismo o tradicionalismo, reflejo de un herencia etnolingüís- tica secular, manifestado en el tono arcaizante mantenido en los núcleos serranos del Jerte y los localismos que con frecuencia afloran. 2) La necesidad de incorporar términos nuevos o foráneos como impera- tivo de los tiempos actuales. Esta tendencia juega un importante papel nivela- dor, al que hay que sumar la acción de la escuela y de los omnipotentes medios de comunicación, especialmente audiovisuales, que con su prestigio invanden hoy el rincón más apartado de la serranía gredense, con el subsiguiente efecto lingüístico. Muestra del peso de la tendencia innovadora la encontramos en las prefe- rencias léxicas, en casos de concurrencias, por el término nuevo o foráneo, siempre más prestigiado, frente al localismo o dialectalismo, que, aunque de honda raigambre, conlleva connotaciones negativas de incultura o catetismo entre usuarios de escasa conciencia dialectal. El fenómeno es más apreciable entre las nuevas generaciones, que se decantan decididamente por el término innovador: muchacho ha desplazado a zagal y juventud a moce(d)d Otro factor decisivo en la merma del léxica dialectal es la transformación de la economía y de los modos de vida en el área gredense cacereña. Con la tecnificación y especialización agrarias de estas comarcas (el Jerte, con la cereza; La Vera, con el tabaco; Traslasierra, con las fresas) se ha empobrecido notablemente el léxico tradicional agrícola de una zona marcada anterior- mente por la variedad y el policultivo (vid., castaño, olivo, huerta, etc.). El rico vocabulario de la arquitectura popular y del ámbito doméstico 43 se ve afec- tado por los cambios introducidos en las técnicas constructivas y el nuevo diseño de los espacios interiores, adaptados a las últimas exigencias del con- fort urbano. Se han arrumbado así numerosos términos de las dependencias domésticas o agropecuarias de las casas (cuyatrá, botequilla, troje, lagareta, etc.); la omnipresente cocina de butano ha terminado con las voces castizas del viejo lar (tihnera, trajuegu, arrimaol, ehcaño, etc.) 44 .

41 Estas coincidencias léxicas pueden comprobarse en los vocabularios de VELO, ZAMORA, LAMANO, SÁNCHEZ, IGLESIAS, VIUDAS ... Vid notas 25 y 32. 43 F. FLORES, «Vocabulario doméstico...», citado en nota 10. 44 F. FLORES, Contribución..., cit. en nota 10. Allí figuran estas voces.

MODALIDADES DE HABLA EXTREMEÑA EN LA SIERRA DE CREDOS 133 Pero observemos brevemente los rasgos configuradores del léxico que analizamos. He afirmado que fundamentalmente se trata de un léxico coinci- dente con el español común, en el que se dan cita vulgarismos y coloquia- lismos, con una importante función niveladora. Junto a ellos conviven pro- fusamente arcaísmos, leonismos y localismos. A ellos voy a referirme. A) Arcaísinos: En el habla extremeña de Gredos emergen numerosas voces antiguas, sobre todo en las poblaciones serranas. La presencia de tan- tos arcaísmos constituye una nota diferenciadora del léxico que estudiamos. Sin pretensión de confeccionar una relación, ofrezco una gavilla de arcaís- mos: abangal «encorvar», ábate o albati «casi», ahondo «abundante», amolle- cel «ablandar», batía, ehmorecel «tener frío», gaveta, faldiquera, mercal, re- solgal, etc . El léxico pastoril concentra el mayor número de arcaísmos, referidos al oficio, pelaje, queso, etc.4s. , B) Leonismos: Una porción significativa de unidades léxicas, empleada en el habla que describimos (especialmente en la serrana) y no registrada en el castellano estándar, sí está atestiguada en repertorios léxicos de la 'Extremadura Leonesa', así como en Salamanca y otras zonas del antiguo reino leonés. Estas coincidencias léxicas, al igual que las de los demás nive- les lingüísticos, se justifican, al menos parcialmente, por razones históricas del período medieval y de repoblación de la zona. He aquí algunos leone- sismos: argaña «espigas o barbas de hierbas», benza «fibra», bimbri «mim- bre», bramaura «hendidura», calboti «castaña asada», candal «cerrar la puerta», chiclalse «comerse», engarnio «débil», ehbarrungal «derribar», gu- rrupéndola «oropéndola», jaquetona «mujer bien plantada», tarandango «formalidad», racha «astilla», ramá «servilleta» (Tornavacas), vicio «estiér- col» 46, yareh «llar o cadena», etc. C) Occidentalismos: Se aprecian analogías semánticas con formas galai- coportuguesas, debidas en parte a intercambios comerciales (la arriería fue muy pujante en varios de estos pueblos) y al flujo migratorio llegado desde Galicia y Portugal a las comarcas gredenses, como ya puse de manifiesto en varios de mis trabajos sobre la historia de la zona. He aquí algunas de tales voces 47 : cheira, cachelos, faca, maquila, burdallo «pez de río». D) Localismos: Sorprende que entre pueblos próximos de una misma comarca aparezcan localismos diferenciadores . Ello nos hace suponer unos modos de vida muy cerrados, unas escasas relaciones y una desconfianza hacia los pueblos vecinos con los que se han mantenido frecuentes conflic- tos por deslindes jurisdiccionales . Tornavacas, por ejemplo, es una villa marcada por su carácter frontero y su tradicionalismo, circunstancias que han favorecido los localismos: en Tornavacas se escucha jerrá, banqueta

45 Como exponente del léxico pastoril, he aquí algunos términos usados por los cabre- ros de Gredos para describir las cabras por el pelo, caddena, ruya, ¡arde, jorihcana, jerrera, galana, rebolá, rebihca, etc. Sobre la vida pastoril en Gredos tengo una obra en fase de publicación: «Los cabreros extremeños», Editora Regional (E.R.E.), Mérida. 46 Vicio, «estiércol», se oye también en Barco de Ávila. Está recogida por N. DE LA FUEEN-rE, op. cit., en nota 3, pág. 386. 11 F. FLORES, Contribución..., cit, en nota 10, pág. 111 .

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frente a tarra, tajuela con que se designa a los mismos enseres 48 en los demás pueblos del Valle. Cada pueblo verato, jerteño o de Traslasierra tiene una serie de localismos, cuya enumeración sería excesiva. Es una de las características más destacable del habla extremeña de Gredos.

48 Ibidem. Jerrá y tarra designan al cajoncillo de madera, compartimentado, donde se guar- da la sal, pimentón y cspecías; tajuela y banqueta al utensilio de madera donde se arrodillan las lavanderas. Vid., también, F. FLORES, «Vocabulario doméstico...», citado en nota 10.