El Himeneo En La Tumba, O, La Hechicera : Drama Fantástico En
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EL HIMENEO EN LA TUBA . # LA HECHICERA.gil*®?*»**'.. Drama fantástico en cuatro actos y en verso, original de D. Enrique Zumel, para repre¬ sentarse en Madrid el año de 1849. 11111 En la tumba hay amory en el polvo afectos. La nada tiene sus prodigios. El Vizconde de Arlincourt, del Consejo de S. M. y su Secretario honorario, ofrece esta pobre composición, creyen¬ do no sea apreciada por su valor, y si por ser un recuerdo de amistad que le consagra El Autor. 9 El Himeneo en la tumba ADVERTENCIA. Pel. Pues yo no tengo pavor, ni en supersticiones creo; Alguna parte del plan de este drama, está to¬ aquí paro, porque veo mada de la obra del Vizconde de Arlincourt que que nos puede ser mejor, se titula La.Hechicera: obra enteramente fantás¬ que por el monte seguir tica como lo es el drama: los bellos pensamien¬ con una tan gran tormenta (trueno. tos de aquella no todos podían ponerse en esce¬ Res. y en vez de calmar aumenta! na, por ser imposibles de realizar sus transfor¬ Aquí vamos á morir! maciones: he tenido que introducir dos persona- Marchemos, por san Benito, ges que son Resbalón y Quirica, con el objeto de porque si Marta viniere..! que den tiempo á los tramoyistas para disponer Pel. Que venga cuando quisiere!.. los trastos necesarios. Y últimamente, he arre¬ No me importa, lo repito. glado el argumento y situaciones de la escena, Ningún valiente cruzado apartándome á veces del todo de la novela, pues que llega de Palestina, como pueden conocer los lectores, todo lo que se acobarda ni se inclina puede leerse no puede ejecutarse. ante ese poder menguado PERSONAS. que el pueblo le ha concedido á esa Alarla, la hechicera, que con su conducta artera . Oscar, conde de (Romelia. Elvira. á todos ha sometido. Ricardo, Corazón de león. Resbalón. Res. Ay!.. Callad!... no habléis asi Pelayo de Clarenzal. Quirica. de esa bendita señora... Blondel, trovador. , Un Soldado. (hasta que pase una hora Marta, la hechicera. Un Angel. que estemos lejos de aqui.) Eleonora, Peí. He de hablar cuanto quisiese, Furiasr, damas, pages, donceles, escuderos, guerreros porque tal es mi opinión, de leltpe Augusto¿ id. de Ricardo. y aun esta misma razón ála bruja le dijese; La escena pasa en Normandía. de su vil poderme rio; y si aquesta es su morada á su astucia consagrada, yo, Marta, te desalió! (trueno.) Res. Santa Bárbara! ¡qué trueno! Ambos vamos á morir! Selva á todo foro: peñascos al frente, que cubren toda De aqui debemos salir, la parte baja de la decoración, que ha de tener un aspec¬ porque ya la Alarta... to horrible. Una encina á la derecha. Tormenta. ^>EL* , Bueno. ESCENA PRIMERA, Res. Alalísimo! si señor! (relámpago.) uy! qué relámpago, Cristo! Pelayo y Resbalón. Semejante no lo be visto; Pel. Aquí de parar debemos á cualquiera dáterror, (trueno.) mientras pasa ia tormenta, Asi! aprieta! aprieta! eso es! y luego que esté mas lenta Señor... Yo no estoy aqui! al castillo seguiremos. me voy al castillo? Res. Válgame Dios por paradas! Pel. vré, si. En este bosque? Dios santo! Res. Y cuando iréis vos? ¿queréis que con un encanto Después. la bruja me haga tajadas? (sale una llamarada de la encina.) Pues está el sitio divino! Res. Jesús! V qué llamarada Me considero encantado de aquella encina ha salido!.. y de pronto transformado No la visteis? en lechuza ó estornino. Has mentido, Vámonos pronto de aqhi que de alli no salió nada. aunque con trabajo sea Res. Ay! que Marta en sus enojos pues como Marta nos vea en breve á hechizarlo va, nos encanta, pesia á ti. y por conseguirlo, ya Pel. Eies un necio, un menguado! ha empezado por los ojos, (sale otra.) liE$« tonque no quieres creer ? A ahora, lo negarás? J Ay señor!., lo vas á ver!./" A Dios, que con bien te saque' Mas vale que acelerado pues á echarla vas de jaque ei paso por un sende.o solito te quedarás, (vase.) llevásemos, y del castillo pisáramos ei rastrillo ESCENA II. pronto, porque es enero Pelayo. y esto de en un bosque ¿star mufliendo asi la nevada Solo! si, si! quedar solo prefiero- es una broma pesada ’ nada inspira á mi pecho cobardía- ) no la quiero aguantar. si asusta á los villanos María impía nunca pavor tuviera un caballero/ o la Hechicera. Supuesto es su poder, asi lo infiero; pues delira, de otra suerte pensar fuera heregia; triste, no abate Marta la soberbia mia, llora sien su ayuda viniese el orbe entero. y aun suspira Mas todo es un error, y no otra cosa; por su venganza tomar; esa muger sin duda ba fascinado su poder la fiel credulid'ad; turba medrosa, respetemos, que sus falsos portentos ba animado; festejemos mas venga con su ciencia poderosa su crueldad. que me verá tranquilo y sosegado. (cesa el baile y el coro, Marta baja del trono.) (Cae un rayo sobre la encina: ábrese esta, quedando Pel. (Estoy soñando, ó deliro!) un trono infernal, en el que aparece Marta con trage de Mar. Iluid ya de esta morada terciopelo negro, manto color de fuego con estrellas de á vuestro infernal retiro, oro: el pelo tendido, pálida y ojerosa con un hachón de pues que se convence miro luz roja en la mano.) con prueba tan no esperada. ESCENA III. (desaparecen las furias y queda todo como al prin¬ cipio.) Pelayo y Marta. Y puesto que ya el p.avor Mab. También Pelayo lo quiero, bailó morada en tu pecho, pues si logro hacer temblar quiero decirte, señor, á tan bravo caballero, que mi terrible faror es un triunfo verdadero he de verle satisfecho. de que me podré gloriar. He sabido tu venida Pel. Temblar delante de ti!.. y que al castillo llegabas, No es fácil que lo consigas; y en mi saña prevenida, no me ves tranquilo, di? en las rocas escondida Descuidado estoy, y aqui miré por donde pasabas. descansode mis fatigas, (se sienta en unpeñas- Y por detenerte aqui, Mar. Te burlas de mi poder? co.) desde los hielos del Norte, A quién desafias, necio? grande tormenta estendi, Tú dices, una muger y escondida tuve allí qué favor ba de tener? á mi palacio y cohorte. Solo merece el desprecio! Sé que ignoras la razón Mas porque testigo seas » que verte asi me obligaba; de quiénes son mis vasallos, pues quería, en conclusión, y en este mi poder creas, decirte la predicion ante ü voy á llamallos que á vuestra Elvira guardaba. para que mi corte veas. Pel. De san Telmo á la doncella? Ola, prole numerosa, Mar. Si, y prediciones fatales. manifiesta tu esplendor; Pel. Pues podrá haber para aquella ven, que te llama tu diosa, que están galana y tan bella acude aqui presurosa en aqueste mundo males? á la voz de tu señor. Mar. El libro fiel del destino (Se abren los peñascos y cambia la decoración en un grabado tengo en mi mente, templo infernal: á la transformación aparecerá el cuerpo y por él, yo vaticino de baile, vestidos de fuVias, y egecutaránun baile infer¬ con tanta destreza y tino nal serio, al par que los coristas entonarán el siguiente desde oriente al occidente. coro.) De la trompa belicosa Cono. se escucha el confuso son, Pronta tienes, Marta impía, y mucha sangre preciosa á tu saña vengadora, . corre en el valle abundosa, toda tu corte, señora, vertida del corazón. porque eres reina infernal. Pronto se disputarán Y volamos mil guerreros, y otros mil, y corremos, el amor, que anhelarán y traemos de Elvira, y combatirán una losa funeral. por su hermosura gentil. Al ver la que del abismo Será grande el eslerminio es reina, llega, Pelayo, y el estremado furor, inclinate cual vasallo cumpliráse el vaticinio; ante Marta y su dosel; lodos querrán su dominio, que el infierno todos pedirán su amor. la obedece, Mas esta lucha sangrienta y la ofrece no debe Elvira temer, su furor contra un doncel. pues batalla tan cruenta, Y asi ella, do puede, según mi cuenta, rompe, hacer daño á una muger. tala, Mas cuando suene el clarin atropella; El Himeneo en la tumba de tu padre... Mas despoja con roncos ecos marciales esos pesares del pecho, de un confín á otro confín, porque pueden á la fosa tendrán sus venturas fin*, conducirte, donde acabe y allí empezarán sus males. tu dolor con tu persona. Se acercará un caballero Elv. Oh! madre mia! mis ojos, llevando de oro su yelmo, porque soy huérfana lloran, victorioso y altanero, y no sé por qué, de noche á defender cual guerrero mi mente angustiada forja el castillo de San Telmo. males sin fin, y parece Entonce el fiero león que mi razón se sofoca. recobrará su derecho; entonce ardiente pasión Del corazón los latidos me atormentan, y una gota herirá su corazón, y lacerará su pecho. de mis ojos desprendida Su madre protegerá al punto en mis labios toca. estos nacientes amores; Estoy en esta ventana el doncel padecerá,’ viendo aparecer la aurora; y al cabo sucumbirá y al céfiro que conmueve sumergido en mil dolores. del verde prado las hojas. So los altos torreones Eleo. Pesares, Elvira mia, veráse un confuso lema á tan pocos años lloras? en fatídicos renglones, Las funestas ilusiones que anuncie á los infanzones que tanto tu pecho asombran, que se cumplió el anatema, deséchalas, pues son vanas; Y puesto que concluí, porque no hallo causa ahora de este bosque pronto sal, para temer esos males. no se diga por ahi, La guerra feroz que asóla que la vida perdió aqui los campos y las ciudades Pelayo deClarenzal.