Capítulo 4 El magnicidio soñado. y el asesinato de Carrero Blanco a través del cine

Santiago de Pablo

Resumen

El asesinato del presidente del Gobierno franquista, Luis Carrero Blanco, en 1973, es uno de los hechos más conocidos de la historia de la organización terrorista vasca eta. El atentado ha sido varias veces llevado al cine, con diversas producciones centradas en este hecho, dos de ellas realizadas en la Transición: Comando Txikia (1977) de José Luis , y Operación (1979) de . En este artículo se analizan estos filmes y cómo la representación audiovisual de este magnicidio cambió más tar- de, al mismo tiempo que se modificaba la actitud de la sociedad vasca y española ante eta.

En la década de 1960, la organización eta (Euskadi Ta Askatasuna, País Vasco y Libertad) comenzó a emplear el terrorismo para luchar no solo contra Franco sino a favor de la independencia de Euskadi, en el marco de una “guerra revo- lucionaria” (Jáuregui 1985)1. A pesar de coincidir con el maquis en el uso de la violencia y en la defensa de un modelo distinto a la democracia burguesa, como alternativa al franquismo, hay muchas diferencias entre el terrorismo de eta y la guerrilla antifranquista. Por un lado, el nacionalismo revolucionario de eta, centrado en el combate por la independencia vasca, se separa de la idea central del maquis de hacer caer la dictadura en toda España. Por otro, el contexto –español e internacional– de la posguerra y del tardofranquismo, en que ambos actuaron, fue muy distinto. Frente a la acción guerrillera contra los nazis durante la ii Guerra Mundial, eta tomó como modelo la lucha armada de los movimientos de liberación del Tercer Mundo o del ira irlandés. Además, el maquis y eta actuaban en entornos distintos, predominantemente rural y

1 Este artículo forma parte de un proyecto de investigación subvencionado por la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación (HAR2015-64920-P), en el marco de un Grupo de Investigación de la Universidad del País Vasco (giu 14/30).

© koninklijke brill nv, leiden, ���7 | doi 10.1163/9789004336018_006

El magnicidio soñado 71 urbano, respectivamente2. Por último, otra característica distintiva de eta ha sido su gran continuidad, habiendo luchado mucho más contra la democracia que contra el franquismo. Así, desde su primer asesinato en 1968 hasta el ‘cese definitivo’ de su actividad en 2011 ha causado casi 850 muertos, de los que solo unos 44 ocurrieron durante la dictadura franquista3. Entre los asesinatos cometidos hasta 1975, sin duda el que más repercusión tuvo fue el que en 1973 costó la vida al presidente del Gobierno español, el almirante Luis Carrero Blanco. Debido no solo a la personalidad de la víctima, sino también a la espectacularidad visual del atentado, este ha sido objeto de varias adaptaciones audiovisuales, que analizamos en este artículo, como un ejemplo de las relaciones entre la historia, el cine y la memoria de la ­violencia de eta. Nos centraremos específicamente en las dos películas más importantes sobre el magnicidio, realizadas en la Transición, cuando se estaba formando la memoria audiovisual sobre la eta del franquismo: Comando Txikia (Muerte de un presidente) (1977), de José Luis Madrid, y Operación Ogro (1979), de Gillo Pontecorvo. Es muy significativo que –pese al gran interés que despertaba eta en la Transición– ambas películas sean ajenas al País Vasco. La inexistencia de una industria cinematográfica propia hacía difícil abordar en Euskadi una produc- ción así. Además, el tema no encajaba demasiado con la tendencia dominan- te en el cine vasco de esos años, que trataba de presentar a los etarras como víctimas de la dictadura, tal y como sucedía en El proceso de Burgos (1979), de Imanol Uribe, en vez de centrarse en sus atentados. Por último, la situación política, con una libertad de expresión aún no consolidada, no permitía a las productoras vascas hacer demasiados experimentos, tal y como demostró el caso del cortometraje Estado de excepción (1977), de Iñaki Núñez4.

Historia de un asesinato

Aunque el dictador tenía ya 80 años y una salud delicada, en 1973 parecía que había dejado todo ‘atado y bien atado’, con el objetivo de perpetuar un

2 El terrorismo es clandestino y su objetivo es “infligir dolor” (es decir, causar un daño mayor que el puramente militar, ya sea psicológico, político o económico) y la guerrilla tiene una base territorial, usa uniformidad paramilitar, realiza operaciones militares y su objetivo es vencer al Estado. Cf. Ignacio Sánchez-Cuenca 2007. 3 Cf. Fernández Soldevilla y López Romo 2011. Existen dudas sobre la autoría de algunos atentados. 4 Sobre el cine sobre eta, cf. Santiago de Pablo (2012).