Traje De Los Sidros De Siero (Asturias) Por: Américo López Y Ana Guerrero Vitrina: Traje Popular Domingos: 12:30 H
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MARZO Traje de los sidros de Siero (Asturias) Por: Américo López y Ana Guerrero Vitrina: Traje popular Domingos: 12:30 h. Duración: 30 min. Asistencia libre y gratuita hasta completar aforo Texto Ana Guerrero es Licenciada en Filosofía y Letras (especialidad Historia del Arte) por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha trabajado como docente y como correctora de estilo y redactora para dife- rentes editoriales. Desde 2004 trabaja en el Museo del Traje como guía y correctora de textos. Américo López ha realizado estudios superiores de Socioanálisis en el Centre d’Études THL, en París y Lyon (Francia). Es Diplomado en Consumo por el Instituto Nacional de Consumo (Ministerio de Sanidad y Consumo) y titulado como Formador de Formadores por el Instituto de Formación y Es- tudios Sociales. Ha trabajado como responsable técnico de formación estatal en UGTFAYT y en la Unión de Pequeños Agricultores; y como técnico de Desarrollo Rural en Bruselas y en diversos pro- yectos LEADER. Cordinación y maquetación Mª Jose Pacheco Corrección de textos Ana Guerrero ** Todas las imágnes de este folleto corresponden a piezas de la colección del Museo del Traje CIPE, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, son imágenes de dominio público o están liberadas bajo licencias libres. ©De los textos y fotografías, sus autores. NIPO: 030 - 17 - 002 - 0 TRAJE DE LOS SIDROS DE SIERO (ASTURIAS) El traje de sidro de este Modelo del Mes perte- dición antiquísima, que en muchos lugares ha nece a la colección estable del Museo desde desaparecido, en algunos ha sido recobrada 1942. Ese año don Luis Navia-Osorio, secre- recientemente gracias a asociaciones para la tario del entonces Museo del Pueblo Español, recuperación de fi estas y tradiciones, como ha lo recibió del Ayuntamiento de Pola de Siero, sucedido con la Vijanera de Silió (Cantabria) o capital del Concejo de Siero, en el centro del los Sidros y comedies de Valdesoto de Siero, Principado de Asturias, como consta en la y en muy pocos ha sobrevivido de forma inin- carta de agradecimiento del Museo, datada el terrumpida. Además, la mayoría se celebra a lo 1 de diciembre de 1942. largo del invierno, sobre todo desde comienzos El sidro es un guirrio asturiano, deno- de año hasta el Miércoles de ceniza, con el que minado sidro solo en los concejos de Siero fi naliza el carnaval. y Bimenes, que forma parte, como el resto, de una mascarada de invierno en torno a la El carnaval Navidad o comienzos de año, y similar a las En principio, y de modo muy general, se con- que hay, o había, en otros muchos sitios de la sideran fi estas de antruejo o carnaval las de Península (sobre todo en el centro y norte: Gali- los tres días anteriores al Miércoles de ceniza, cia, Asturias, Cantabria, Navarra, País Vasco y es decir el domingo, el lunes y el martes con Castilla). En todos los casos se trata de una tra- su correspondiente califi cativo “de carnaval”. Es una fi esta sin fecha fi ja, pues se guía por el calendario lunar: a partir de la luna llena en el domingo más cercano al Domingo de ramos, se ha de contar hacia atrás cuarenta días (que son los que llamamos la Cuaresma) y estare- mos situados en el “entierro de la sardina”, es decir, el Miércoles de ceniza. Fiesta muy extendida en nuestro país, raro es el núcleo poblacional que no tiene car- navales diferenciados. Es un tiempo de inver- sión de valores, de transgresión y exceso, en el que las burlas, las críticas, el humor, la copiosa mesa y el abundante beber, el disfrazarse y el enmascararse son lo “normal”. Tales actos (siempre dentro de un control) se han venido interpretando como válvulas de escape que sirven para descargar tensiones personales, y sobre todo sociales, reprimidas a lo largo del año, lo que permite que, una vez pasadas las fi estas, todo retorne a la normalidad y los engranajes sociales vuelvan a funcionar orde- nadamente durante un año más. En palabras de Roger Caillois: “A la vida normal, ocupada en los traba- jos cotidianos, apacible, encajada en un Carta de agradecimiento del entonces Museo del Pueblo Es- pañol al Ayuntamiento de Pola, por la donación del traje de sistema de prohibiciones cauto, donde la “Sidro”, 1942(MT008728-34). máxima quieta non movere mantiene el 3 MODELO DEL MES DE MARZO orden del mundo, se opone la eferves- presentes, hazían máscaras y disfraces, cencia de la fi esta. Ésta, si no se consi- tomando la gente noble el trage vil de los deran más que sus aspectos externos, esclavos, y los esclavos por ciertos días presenta caracteres idénticos en cual- eran libres y no reconocían señor”. quier nivel de civilización. Implica un gran La etimología del término antruejo nos lleva al concurso de pueblo agitado y ruidoso. latín introitus, que valdría por ‘introito’ o ‘intro- Esas aglomeraciones (...) favorecen (...) ducción’, haciendo referencia, claro está, a la el nacimiento y el contagio de una exal- entrada de la Cuaresma. De este término deri- tación que (...) incita a abandonarse sin van las diferentes variantes regionales existen- traba a los impulsos más irrefl exivos...”. tes en nuestro país: antroiro, antroido, antroxu y Pero el carnaval no se ciñe de modo cerrado a antroxo en la cordillera Cantábrica, excluyendo estas fechas arriba señaladas pues, desde el el País Vasco; antroido, en Galicia y en par- punto de vista de las manifestaciones festivas, tes de Portugal; y antruejo, para fi nalizar, en es un ciclo que se extiende, según Julio Caro amplias áreas del resto del país. Baroja en su muy bien documentada y ya clá- La palabra, ahora poco usada, adquirió sica obra El carnaval, a las fi estas en torno a las un cierto valor polisémico y se usó, en ámbitos festividades de San Esteban, los Santos Ino- rurales (zonas de Salamanca, Zamora y Gali- centes, Reyes, San Antón, la Candelaria, San cia), para signifi car también a aquella persona Blas, el Jueves de compadres y el Domingo de desastrada y/o mal vestida, disfrazada o vestida piñata. Tesis avalada también por otros auto- feamente, con poco gusto (esto mismo ocurrió res. El refranero tiene abundantes paremias con el término botarga). El término antruejo que hablan de estos carnavales extendidos a aparece además como apellido, aunque poco lo largo del invierno, como por ejemplo los dos común, en Zamora, Vizcaya, en Valladolid y en que tomamos de Panizo Rodríguez: “Desde Argentina. san Antón, mascaritas son” y “Las mocitas de Desde que Julio Caro Baroja escribió poco seso, desde san Antón hacen antruejo, su libro sobre el carnaval, son muchos los auto- y las de poco más, desde san Blas”. res que han investigado los diferentes aspec- El término antruejo, con sus variantes tos que conforman esta actividad festiva. No regionales, es la antigua palabra que se usaba obstante ell tema sigue pareciendo inagotable para nombrar lo que hoy designamos como por la gran cantidad de variables locales que carnaval, aunque en la actualidad se emplea atesora y por, aún, las muchas incógnitas y/o más habitualmente el vocablo carnaval, sobre la poca información que sobre alguno de sus todo en los espacios urbanos. Ya Sebastián aspectos todavía existe. de Covarrubias lo introduce en su diccionario Entre las numerosas hipótesis exis- y nos indica que: tentes sobre los orígenes del carnaval, la más “Este vocablo se usa en Salamanca, y aceptada es aquella que entronca esta fi esta vale lo mismo que carnestolendas, y en con las romanas de las Lupercalia, las Matro- las aldeas le llaman antruydo. Son ciertos nalia y las Saturnalia. Estar entroncadas no días antes de Cuaresma que en algunas signifi ca que sean exactas, simplemente que partes los empiezan a solemnizar desde hay similitudes o paralelismos que es necesario los primeros días de enero, y en otras por resaltar. san Antón. Tienen un poco de resabio a Las Lupercalia se celebraban en la Gentilidad y uso antiguo, de las fi es- febrero y se conservaron, al menos, hasta el tas que llamavan Saturnales, porque se siglo VI de nuestra era, momento en que ya combidavan unos a otros, y se enviaban hacía tiempo que el antiguo mundo romano 4 TRAJE DE LOS SIDROS DE SIERO (ASTURIAS) había aceptado el Cristianismo como religión casas, rezaban por la felicidad de sus espo- ofi cial. El 15 de febrero se realizaba una mani- sas y les ofrecían regalos. Cuando las mujeres festación religiosa dedicada al dios Lupercus, volvían a casa daban un festín a sus esclavos en la que los componentes de su cofradía (los (esclavos varones, precisa Juan el Lidio). Las lupercos o lupercios) iban a una gruta sagrada Matronalia se celebraban al principio de los situada en el Palatino, donde se sacrifi caba un tempora fecunda, momento del año en que macho cabrío y, con el cuchillo manchado de hacía eclosión la fecundidad natural, asociando sangre, se marcaba la frente de dos lupercos. pues una subversión pasajera del orden social A continuación se limpiaba esta marca con un a un cambio del tiempo cósmico”. vellón de lana impregnado en leche, acción Una fi esta que presenta grandes pare- que provocaba la carcajada ritual de los dos cidos con esta es la de las Águedas, celebrada sujetos del rito. De la piel del animal sacrifi cado en febrero. Santa Águeda es patrona de Sicilia se sacaban unas tiras a modo de correas que y protectora de las mujeres, y se la invoca para los lupercos portaban en su carrera en torno prevenir los partos difíciles y, claro está, los al Palatino y usaban para golpear con ellas a problemas del pecho y de la lactancia; también las mujeres que encontraban a su paso, con la como protectora contra el rayo y el fuego.