Crímenes Y Criminales. Imaginario Social Y Prensa Policial En Guadalajara a Fines De La Primera Mitad Del Siglo Xx
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CRÍMENES Y CRIMINALES. IMAGINARIO SOCIAL Y PRENSA POLICIAL EN GUADALAJARA A FINES DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX Jorge Alberto Trujillo Bretón1 Miré el cadáver, su raudo orden visible y el desorden lentísimo de su alma; le vi sobrevivir; hubo en su boca la edad entrecortada de dos bocas. Le gritaron su número: pedazos. Le gritaron su amor: ¡más le valiera! Le gritaron su bala: ¡también muerta! César Vallejo Miré el cadáver, su raudo orden visible (fragmento) RESUMEN El presente ensayo expone en las siguientes páginas que desde me- diados del siglo XX la prensa policial ha explotado con mayor in- tensidad la nota roja basada, como se sabe, en hechos criminales o de sangre, noticias que han permeado principalmente a los sectores populares. Convertida en una mercancía más, la información de este tipo representó, a través del sensacionalismo y el morbo, un buen negocio para sus propietarios y un medio para establecer un control cultural sobre sus lectores y la sociedad jalisciense en general. Palabras clave: prensa, crimen, imaginario social, sensacionalismo, control cultural. INTRODUCCIÓN El jueves 29 de agosto de 1945 la ciudad de Guadalajara se des- pertó con la terrible noticia de que Miguel Díaz Orozco, cura del templo de San Juan de Dios, había sido asesinado en su interior. En- tre las publicaciones que destacaron la noticia se encontraba Crímenes y Criminales que se anunciaba como un “semanario gráfico contra el crimen”, cuyo director era Samuel Sánchez Silva. Dicha noticia fue acompañada de una imagen en la que el cura asesinado parecía des- 1 Profesor investigador titular C. Dpto. de Historia, CUCSH. Contacto: [email protected] 5 Crímenes y criminales. Imaginario social... cansar en una cama, noticia que correspon- Es pues Guadalajara, la capital del estado dió al primer número del semanario. de Jalisco, y una de las más importantes y Crímenes y criminales no fue la primera re- emblemáticas de México el objetivo de esta vista o periódico policial en Guadalajara ya exposición, representado por el semanario gráfico Crímenes y criminales en el año 1946 que ese mérito le pudo corresponder a Ar- 2 gos que empezó a circular en 1907 (Véase del que emana el imaginario social que tra- Trujillo, 2010, pp. 23-40). En esta primera tó de imponer a sus lectores en una década publicación aparecían fotografías de delin- en la que la ciudad reiniciaba su moderni- cuentes, principalmente carteristas, rateros, zación. fabricantes y circuladores de moneda falsa y bandidos, de ambos sexos, aunque no LOS BAJOS FONDOS TAPATÍOS: faltaban falsificadores de documentos, abi- EL BARRIO DE SAN JUAN DE DIOS geos, timadores y algunos homicidas. Esta A mediados del siglo XX Guadalajara información agregó el “modus operandis” ya había pasado por los efectos de la gue- de dichos hombres y mujeres y a los que rra revolucionaria de 1910 y sobre todo Argos identificó con sus nombres y apodos de los trastornos ocasionados por la Gue- de todo tipo y no dejó de lado su pública rra Cristera que asolara el estado de Jalis- mala fama, ni tampoco sus “defectos” con- co desde 1926-1929 en su primera etapa, siderados como propios de su “degenera- y de 1934 a 1936 en su segunda etapa por ción” racial (indígenas), de su carrera moral lo que puede decirse que, en general, la (“afeminados”, “viciosas”), de su incapa- ciudad y la propia entidad gozaban ya de cidad mental (“imbéciles”), de su posición relativa calma. Sin embargo, los proble- social (“miserables”) o de sus estigmas físi- mas que asolaban a la capital del estado cos (marcas faciales y tatuajes). bien pudieran afirmarse que eran de otro Casi cuarenta años después de que saliera tipo, más relacionados con la inseguridad a la luz Argos, apareció el primer número y la proliferación de fenómenos sociales de Crímenes y criminales que desde su singu- como la prostitución o de vicios como el lar imaginario inició una batalla moral con- consumo de alcohol y de drogas prohi- tra los comportamientos transgresores de bidas como la marihuana y el opio y que, aquellos grupos que asolaban la tranquili- según la prensa de la época, llevaban a dad de los habitantes de una ciudad dividida los individuos, especialmente a los prove- social y culturalmente como lo fue Guadala- nientes de las clases populares, a cometer jara. Su función social pudo llegar más lejos delitos como el robo o incluso el homi- al intentar transmitir y persuadir a sus lecto- cidio. res acerca de los peligros que representaban En 1940 la población del estado de los comportamientos desviados desde una Jalisco era de 1´418,310 habitantes y, se- perspectiva de control social y cultural. gún el censo de ese año se contaba con 2 Para comprender qué es el imaginario social tomo como base la siguiente definición que ofrece Juan Camilo Escobar Villegas: “conjunto real y complejo de imágenes mentales, independientes de los criterios científicos de verdad y producidas en una sociedad a partir de herencias, creaciones y transferencias relativamente cons- cientes; conjunto que funciona de diversas maneras en una época determinada y que se transforma en una multiplicidad de ritmos. Conjunto de imágenes mentales que se sirve de producciones estéticas, literarias y mo- rales, pero también políticas, científicas y otras, como de diferentes formas de memoria colectiva y de prácticas sociales para sobrevivir y ser transmitido” (Escobar, 2000, pp. 112-113). 6 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6 1´037,397 habitantes con edades de 10 a como lo fue la del propio semanario Crí- más años y de esa cifra 536,490 estaban menes y criminales. alfabetizados (51.7%) y el resto, 500,097 Es a estos barrios populares y otros que (48.3%), eran analfabetas (INEGI, 1994). se fueron instalando principalmente en el En ese contexto Guadalajara era una oriente de la ciudad, en los que la prensa ciudad que no rebasaba los 250 mil ha- tapatía gastó enormes cantidades de tinta bitantes y se encontraba dividida por y papel para realizar una crítica feroz con- la Calzada Independencia que antes de tra los habitantes de una geografía social 1910 representaba una división física, delimitada por la pobreza, el crimen y su social y cultural que estaba dibujada por particular cultura, creándose un estigma el río San Juan de Dios, en cuyas inme- territorial que aún hoy en día se mantie- diaciones y del lado oriente se encon- ne. En estos barrios, publicaciones como traban el mercado, el templo y el barrio Crímenes y criminales se dieron a la tarea de que daba nombre al antiguo río. Tanto enfrentar una guerra contra el crimen, el barrio de San Juan de Dios como los más de carácter clasista y moralista que de Analco y el Alacrán que se encontra- transmitía a sus lectores más miedo que ban prácticamente pegados, gozaban de información objetiva de lo que ocurría en una muy mala reputación por encontrar- esos lugares donde siempre acechaba el se identificados por albergar prostitutas, “mal” y en la que la prensa confrontaba vagos, léperos y pelados que pululaban en su discurso y a través de sus imágenes por el mercado de San Juan de Dios, sus su ideal acerca de las buenas costumbres antiguos mesones, prostíbulos, cantinas, versus las malas costumbres emanadas de vecindades, billares y demás lugares sór- una cartografía del vicio bien delimitada didos que dieron origen a historias de pero que amenazaba con contaminar a sangre que eran recogidas en las páginas toda la sociedad en una guerra discursiva de la prensa citadina, y muchas otras más que ya había iniciado. Figura 1: Templo de San Juan de Dios Fuente: Biblioteca Pública del Estado de Jalisco (en adelante BPEJ), Fondos Históricos (FH), Crímenes y criminales, Guadalajara, 29 de agosto de 1946, núm. 1, p. 7. 7 Crímenes y criminales. Imaginario social... Quizás inspirada en la película mexicana San Juan de Dios para lograr sus “paraísos La marihuana, el monstruo verde, producida en artificiales”. 3 1936, el semanario Crímenes y criminales, pu- En otro de los números, la narrativa del blicó en septiembre de 1946 un reportaje ti- semanario traspasó el horario diurno y se tulado “El Monstruo Verde” haciendo clara instaló en la transgresión de la noche y de referencia al consumo y tráfico de marihua- sus noctívagos, logrando crear un escenario na el famoso barrio de San Juan de Dios. cargado de suspenso y propenso también al La riqueza que ofrece este reportaje so- crimen que no descansaba: bre el cannabis empieza con el diálogo es- Han sonado las 12 campanadas de la cuchado por el reportero en una taberna medianoche en la legendaria y señorial o cantina en el que uno de los bebedores torre de San Juan de Dios y el barullo preguntó a otro como podía conseguir la de uno de los barrios más populosos de “mota”, es decir, la marihuana. La respuesta Guadalajara empieza a declinar. Se ve fue la siguiente: aquí y allá individuos del hampa que sa- “Sobran cantones (casas) donde expenden len de todas las piqueras y el tica (sic) de yerba. No más dime qué tantos carru- reunión de la canalla para dirigirse a la jos (cigarrillos) quieres y yo mismo te cantina y cabaret “La Azteca”.5 lo consigo”. Admirado el cliente con la Bajo ese imaginario recreado por Crímenes y respuesta obtenida preguntó nuevamen- criminales esta publicación inició una llama- te: “¿Así es que las cosas no han cambia- da “guerra contra el crimen” cuyo objetivo do nada en tantos años? ¿Todavía pue- bien pudo ser no sólo alertar a la sociedad de uno conseguir lo que necesita en los de los sujetos delincuentes, sino provocar- mesones, hoteles o casas de pecado? La les temor y persuadirla no solo de evitar el respuesta no tardó en llegar: “No nomás paso por uno de los barrios con peor fama en esos lugares.