CRÍMENES Y CRIMINALES. IMAGINARIO SOCIAL Y PRENSA POLICIAL EN A FINES DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

Jorge Alberto Trujillo Bretón1

Miré el cadáver, su raudo orden visible y el desorden lentísimo de su alma; le vi sobrevivir; hubo en su boca la edad entrecortada de dos bocas. Le gritaron su número: pedazos. Le gritaron su amor: ¡más le valiera! Le gritaron su bala: ¡también muerta!

César Vallejo Miré el cadáver, su raudo orden visible (fragmento)

Resumen El presente ensayo expone en las siguientes páginas que desde me- diados del siglo XX la prensa policial ha explotado con mayor in- tensidad la nota roja basada, como se sabe, en hechos criminales o de sangre, noticias que han permeado principalmente a los sectores populares. Convertida en una mercancía más, la información de este tipo representó, a través del sensacionalismo y el morbo, un buen negocio para sus propietarios y un medio para establecer un control cultural sobre sus lectores y la sociedad jalisciense en general. Palabras clave: prensa, crimen, imaginario social, sensacionalismo, control cultural.

Introducción El jueves 29 de agosto de 1945 la ciudad de Guadalajara se des- pertó con la terrible noticia de que Miguel Díaz Orozco, cura del templo de San Juan de Dios, había sido asesinado en su interior. En- tre las publicaciones que destacaron la noticia se encontraba Crímenes y Criminales que se anunciaba como un “semanario gráfico contra el crimen”, cuyo director era Samuel Sánchez Silva. Dicha noticia fue acompañada de una imagen en la que el cura asesinado parecía des-

1 Profesor investigador titular C. Dpto. de Historia, CUCSH. Contacto: [email protected] 5 Crímenes y criminales. Imaginario social... cansar en una cama, noticia que correspon- Es pues Guadalajara, la capital del estado dió al primer número del semanario. de Jalisco, y una de las más importantes y Crímenes y criminales no fue la primera re- emblemáticas de México el objetivo de esta vista o periódico policial en Guadalajara ya exposición, representado por el semanario gráfico Crímenes y criminales en el año 1946 que ese mérito le pudo corresponder a Ar- 2 gos que empezó a circular en 1907 (Véase del que emana el imaginario social que tra- Trujillo, 2010, pp. 23-40). En esta primera tó de imponer a sus lectores en una década publicación aparecían fotografías de delin- en la que la ciudad reiniciaba su moderni- cuentes, principalmente carteristas, rateros, zación. fabricantes y circuladores de moneda falsa y bandidos, de ambos sexos, aunque no Los bajos fondos tapatíos: faltaban falsificadores de documentos, abi- el barrio de San Juan de Dios geos, timadores y algunos homicidas. Esta A mediados del siglo XX Guadalajara información agregó el “modus operandis” ya había pasado por los efectos de la gue- de dichos hombres y mujeres y a los que rra revolucionaria de 1910 y sobre todo Argos identificó con sus nombres y apodos de los trastornos ocasionados por la Gue- de todo tipo y no dejó de lado su pública rra Cristera que asolara el estado de Jalis- mala fama, ni tampoco sus “defectos” con- co desde 1926-1929 en su primera etapa, siderados como propios de su “degenera- y de 1934 a 1936 en su segunda etapa por ción” racial (indígenas), de su carrera moral lo que puede decirse que, en general, la (“afeminados”, “viciosas”), de su incapa- ciudad y la propia entidad gozaban ya de cidad mental (“imbéciles”), de su posición relativa calma. Sin embargo, los proble- social (“miserables”) o de sus estigmas físi- mas que asolaban a la capital del estado cos (marcas faciales y tatuajes). bien pudieran afirmarse que eran de otro Casi cuarenta años después de que saliera tipo, más relacionados con la inseguridad a la luz Argos, apareció el primer número y la proliferación de fenómenos sociales de Crímenes y criminales que desde su singu- como la prostitución o de vicios como el lar imaginario inició una batalla moral con- consumo de alcohol y de drogas prohi- tra los comportamientos transgresores de bidas como la marihuana y el opio y que, aquellos grupos que asolaban la tranquili- según la prensa de la época, llevaban a dad de los habitantes de una ciudad dividida los individuos, especialmente a los prove- social y culturalmente como lo fue Guadala- nientes de las clases populares, a cometer jara. Su función social pudo llegar más lejos delitos como el robo o incluso el homi- al intentar transmitir y persuadir a sus lecto- cidio. res acerca de los peligros que representaban En 1940 la población del estado de los comportamientos desviados desde una Jalisco era de 1´418,310 habitantes y, se- perspectiva de control social y cultural. gún el censo de ese año se contaba con

2 Para comprender qué es el imaginario social tomo como base la siguiente definición que ofrece Juan Camilo Escobar Villegas: “conjunto real y complejo de imágenes mentales, independientes de los criterios científicos de verdad y producidas en una sociedad a partir de herencias, creaciones y transferencias relativamente cons- cientes; conjunto que funciona de diversas maneras en una época determinada y que se transforma en una multiplicidad de ritmos. Conjunto de imágenes mentales que se sirve de producciones estéticas, literarias y mo- rales, pero también políticas, científicas y otras, como de diferentes formas de memoria colectiva y de prácticas sociales para sobrevivir y ser transmitido” (Escobar, 2000, pp. 112-113). 6 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6

1´037,397 habitantes con edades de 10 a como lo fue la del propio semanario Crí- más años y de esa cifra 536,490 estaban menes y criminales. alfabetizados (51.7%) y el resto, 500,097 Es a estos barrios populares y otros que (48.3%), eran analfabetas (INEGI, 1994). se fueron instalando principalmente en el En ese contexto Guadalajara era una oriente de la ciudad, en los que la prensa ciudad que no rebasaba los 250 mil ha- tapatía gastó enormes cantidades de tinta bitantes y se encontraba dividida por y papel para realizar una crítica feroz con- la Calzada Independencia que antes de tra los habitantes de una geografía social 1910 representaba una división física, delimitada por la pobreza, el crimen y su social y cultural que estaba dibujada por particular cultura, creándose un estigma el río San Juan de Dios, en cuyas inme- territorial que aún hoy en día se mantie- diaciones y del lado oriente se encon- ne. En estos barrios, publicaciones como traban el mercado, el templo y el barrio Crímenes y criminales se dieron a la tarea de que daba nombre al antiguo río. Tanto enfrentar una guerra contra el crimen, el barrio de San Juan de Dios como los más de carácter clasista y moralista que de Analco y el Alacrán que se encontra- transmitía a sus lectores más miedo que ban prácticamente pegados, gozaban de información objetiva de lo que ocurría en una muy mala reputación por encontrar- esos lugares donde siempre acechaba el se identificados por albergar prostitutas, “mal” y en la que la prensa confrontaba vagos, léperos y pelados que pululaban en su discurso y a través de sus imágenes por el mercado de San Juan de Dios, sus su ideal acerca de las buenas costumbres antiguos mesones, prostíbulos, cantinas, versus las malas costumbres emanadas de vecindades, billares y demás lugares sór- una cartografía del vicio bien delimitada didos que dieron origen a historias de pero que amenazaba con contaminar a sangre que eran recogidas en las páginas toda la sociedad en una guerra discursiva de la prensa citadina, y muchas otras más que ya había iniciado.

Figura 1: Templo de San Juan de Dios Fuente: Biblioteca Pública del Estado de Jalisco (en adelante BPEJ), Fondos Históricos (FH), Crímenes y criminales, Guadalajara, 29 de agosto de 1946, núm. 1, p. 7. 7 Crímenes y criminales. Imaginario social...

Quizás inspirada en la película mexicana San Juan de Dios para lograr sus “paraísos La marihuana, el monstruo verde, producida en artificiales”. 3 1936, el semanario Crímenes y criminales, pu- En otro de los números, la narrativa del blicó en septiembre de 1946 un reportaje ti- semanario traspasó el horario diurno y se tulado “El Monstruo Verde” haciendo clara instaló en la transgresión de la noche y de referencia al consumo y tráfico de marihua- sus noctívagos, logrando crear un escenario na el famoso barrio de San Juan de Dios. cargado de suspenso y propenso también al La riqueza que ofrece este reportaje so- crimen que no descansaba: bre el cannabis empieza con el diálogo es- Han sonado las 12 campanadas de la cuchado por el reportero en una taberna medianoche en la legendaria y señorial o cantina en el que uno de los bebedores torre de San Juan de Dios y el barullo preguntó a otro como podía conseguir la de uno de los barrios más populosos de “mota”, es decir, la marihuana. La respuesta Guadalajara empieza a declinar. Se ve fue la siguiente: aquí y allá individuos del hampa que sa- “Sobran cantones (casas) donde expenden len de todas las piqueras y el tica (sic) de yerba. No más dime qué tantos carru- reunión de la canalla para dirigirse a la jos (cigarrillos) quieres y yo mismo te cantina y cabaret “La Azteca”.5 lo consigo”. Admirado el cliente con la Bajo ese imaginario recreado por Crímenes y respuesta obtenida preguntó nuevamen- criminales esta publicación inició una llama- te: “¿Así es que las cosas no han cambia- da “guerra contra el crimen” cuyo objetivo do nada en tantos años? ¿Todavía pue- bien pudo ser no sólo alertar a la sociedad de uno conseguir lo que necesita en los de los sujetos delincuentes, sino provocar- mesones, hoteles o casas de pecado? La les temor y persuadirla no solo de evitar el respuesta no tardó en llegar: “No nomás paso por uno de los barrios con peor fama en esos lugares. Existen ahora infinidad en esos años, pero también de los más em- de puestos, cabarets y cantinas que son blemáticos de Guadalajara por su particular visitadas por quienes se dedican a hacer cultura popular. la venta de mariguana al detalle”.4

Para el reportero la adicción a la mari- Guerra al crimen huana se había incrementado notablemente Crímenes y criminales fue una publicación en Guadalajara y si bien antes la fumaban de ocho páginas y cinco columnas que salía individuos del hampa, rateros, cinturitas, los jueves de cada semana y se vendía a 15 soldados, cargadores, choferes, lustradores centavos el ejemplar, y no señalaba su tiraje de calzado y prostitutas, a esa lista se ha- ni daba a conocer el nombre de sus reporte- bían agregado los chicos “bien” de la ciudad ros del crimen. Sus oficinas se encontraban quienes la consumían en hoteles del barrio

3 Esta película fue producida y dirigida por el alemán José Bohr (Alemania 1901-Noruega 1994), radicado en esos años en México. En esta cinta actuaron también Lupita Tovar, René Cardona, Emilio “El Indio Fernández”, el mismo Bohr y otros. La película narra la historia de un policía de narcóticos que es convertido en traficante de drogas y cuya vida tiene un desenlace fatal. En general la película construye un discurso moralizante contra el consumo de la marihuana y alerta a la sociedad para que se aleje de este maligno “vicio”. 4 BPEJ, FH, Hemeroteca. “El Monstruo Verde”, en Crímenes y criminales. Guadalajara, Jal., 5 de septiembre de 1946. 5 BPEJ, SFE, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, núm. 1, p. 7. 8 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6 instaladas en la calle Moro 433 y disponía te central una estrella de seis puntos con el de un apartado postal. El semanario con- busto de un policía y a su costado derecho taba con módulos publicitarios que segu- se representa una pistola y unas esposas, ramente le significaron a sus propietarios mientras que del lado izquierdo se observa obtener ingresos adicionales a los de la ven- en medio de una mancha que puede ser una ta de los ejemplares. Estaba dirigida a toda gota de sangre extendida una pareja y a su la sociedad, aunque por sus características lado una mano que aparenta amenazarlos. pudo serlo principalmente hacia los secto- En la parte inferior aparece la identificación res populares y su venta debió realizarse en de “Semanario gráfico contra el crimen”. los kioskos o tendidos de revistas o bien, a En general la cabecera pudo ser simbolizada través de voceadores y no se observa que como la acción de la justicia ante los hechos existiera su suscripción. criminales. En la cabecera o logotipo del semanario aparece el nombre del semanario y en la par-

Figura 2: Cabecera del semanario Crímenes y criminales. Fuente: BPEJ, FH. Crímenes y criminales.

Para imprimir sus números se empleó da tonalidad. Crímenes y criminales publicada desde tinta café marrón, negra y hasta roja, principalmente noticias de hechos de san- una pequeña diversidad de colores utiliza- gre, robos escandalosos, grupos delictivos, dos quizá más por problemas económicos catástrofes locales, crónicas policiacas no- o por la insuficiencia en el mercado de las veladas, artículos deportivos y hasta algunas tintas de un solo color que por el simbolis- secciones especializadas, una de ellas deno- mo que pudo implicar el uso de determina- minada “Guerra al crimen”.

Figura 3. Guerra al crimen. Fuente: BPEJ, FH. Crímenes y criminales.

9 Crímenes y criminales. Imaginario social...

Esta última sección, elaborada por un au- ajena en un buen negocio. El sensacionalis- tor que firmaba bajo el seudónimo de “S- mo y el morbo debían atrapar a quien fijara 3”, realizó una batalla moral discursiva que su atención en este tipo de publicaciones a involucró no sólo a los que consideraba los través de su discurso e imágenes implícitas sectores más pauperizados y viciados de la donde el cadáver era el punto central de las sociedad sino también a las autoridades mu- miradas y también el elemento principal nicipales de Guadalajara a las que observó para difundir el miedo, el morbo y el escán- como tolerantes ante una gran diversidad de dalo. problemas como la prostitución, las drogas Seguramente la noticia que más sorpren- enervantes, la proliferación de cantinas, pi- dió a los habitantes de la ciudad en esta dé- caderos y hoteles de paso, así como homici- cada fue precisamente la del asesinato del dios que escandalizaban a la sociedad como cura del templo de san Juan de Dios y que fue el propio asesinato del cura del templo Crímenes y criminales se apuró en publicar en de san Juan de Dios y muchos más que ocu- su primer número a primera plana, informa- rrieron en estos rumbos. ción que complementó en sus páginas in- teriores. Según cuenta el semanario, el cuera Horripilantes asesinatos. fue asesinado a martillazos y su cadáver fue La muerte vende “encontrado maniatado, amordazado y cu- Asesinatos, accidentes y desastres, han bierto con una raída cobija de lana”.6 traído consigo muchas veces la muerte de El semanario publicó tres fotografías del todo tipo de gente, y con ello la participa- sacerdote, en una de ellas aparece tendido ción de revistas y periódicos como Crímenes en un camastro como si pareciese descansar y criminales que montaron en ellas el espectá- y con las manos cruzadas y con los brazos y culo de la sangre que convirtió la desgracia parte del pecho desnudo.

Figura 4. Cadáver de Miguel Díaz Orozco, cura del templo de San Juan de Dios. Fuente: BPEH, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, núm. 1,

6 BPEJ, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, núm. 1, p. 7. 10 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6

En una segunda fotografía el cura apare- refleja las fuertes huellas de la violencia y ce sin vida y de cuerpo completo envuelto la cama se observa totalmente desordena- en una túnica oscura, levemente sentado o da y con manchas de sangre al igual que el inclinado en un asiento o algo semejante a cuerpo. La escena es trágica y por razones una fuente y mirando de frente. Su cabeza forenses el cuerpo no fue removido de la se encuentra coronada por las canas, era un posición en la que fue encontrado, contra- hombre entrando en la etapa de la vejez. En rio a la primera en la que fue su cadáver re- la tercera fotografía que se omite, el cuer- movido y se le dio un trato digno. po se encuentra tendido en su camastro y

Figura 5. Retrato del cura Miguel Díaz Orozco. Fuente: BPEJ, FH, Crímenes y criminales. Guadalajara, Jal., 5 de septiembre de 1946, núm. 2, p. 4.

Otro caso calificado como un “horripi- de 8 a 10 años antes y quien había sido es- lante asesinato” fue titulado por el semana- trangulada. Los hechos se desencadenaron rio como “El crimen de la Quinta Velarde”, de manera fortuita cuando un par de ope- ocurrido en inmediaciones de la antigua radores de ambulancias comentaron entre garita de Tlaquepaque en terrenos donde ellos que una joven pariente que habitaba se encontraban construyendo habitaciones en las cercanías de la Quinta Velarde había populares. Fueron obreros de la construc- desaparecido años antes. Al ser ignorados ción quienes al cavar para colocar los ci- por la policía los mimos operadores em- mientos de estas habitaciones se encontra- pezaron las indagaciones con sus propios ron con huesos humanos. Al insistir en la familiares descubriendo que el nombre de excavación localizaron una mayor cantidad la joven desaparecida era Petra Gutiérrez de huesos, una media alrededor del cuello quien la última vez que fue vista había sali- y unos zapatos de mujer. Con la participa- do con un individuo de nombre Leopoldo ción de la policía y del agente del Ministerio Hermosillo de quienes los operadores de Público se trasladó el cuerpo a la morgue la ambulancia lograron saber su domicilio. del Hospital Civil y se pudo determinar que Con los datos obtenidos los operadores los correspondía a una mujer joven de entre 18 pusieron a disposición de los agentes poli- y 20 años, y que su asesinato había ocurrido ciales que pudieron encontrar a Hermosillo

11 Crímenes y criminales. Imaginario social... y quien después de las indagatorias reali- ción. Los efectos del miedo se podían dar zadas, aceptó haber asesinado a su amante con la imagen y el discurso, al generar a tra- por cuestiones pasionales. Para el autor de vés de esas representaciones una pedagogía este interesante reportaje su solución se lo- moral que podía llegar a transmitirse hasta gró más de casualidad que por la ciencia de los últimos resquicios sociales. además, es la investigación.7 de considerar que ante la muerte el cadáver En esta noticia del crimen de la Quinta se convierte a través de los medios como la Velarde, el reportero, a diferencia de otras prensa, en un cadáver público y en un pro- notas policiales, no sólo pudo disponer de ducto de consumo para sus lectores ávidos toda la información posible para construir de noticias escandalosas. una narrativa que atrapara a sus lectores en la dureza de un crimen pasional, sin caer ne- Caifantes, pachucos, cesariamente en el morbo, y más en el sus- tarzanes y cinturitas penso que acarreaban los hechos mismos. Los profundos cambios que se estaban Crímenes y criminales también se ocupaba de dando en estos años deben entenderse 9 lo que ocurría en pequeñas localidades del como parte del pánico moral que trajeron interior del estado donde la muerte violen- consigo los nuevos comportamientos que ta asentaba sus reales como fue notorio en se dieron en el México posrevolucionario y el asesinato de una mujer en la población de que afectaron el orden y la estabilidad social Tuxcacuesco que se anunció bajo el titular de bajo cánones tradicionales que enfrentaron “Horripilante asesinato” y que narra la histo- el mundo de los adultos con el mundo de los ria de una joven mujer, de relativa belleza, ex jóvenes en los que ya sobresalían los llama- profesora y que tenía fama de rica, quien vivía dos pachucos, tarzanes, caifanes y toda una sola en su domicilio a raíz de la muerte de su fauna urbana salida de las colonias popula- padre. El semanario enfatizó no solo la rique- res y por antonomasia jóvenes y rebeldes, za de la víctima sino el hecho de haber sido deseosos de la fiesta, del vestir a la moda y casi decapitada para efecto de robarla, para lo de los amores fáciles. que se describió con lujo de detalle su asesi- Una de las lacras más asquerosas y re- nato: “Una vez ante la joven señora, los dos pugnantes que corroe actualmente nues- individuos (que la sorprendieron) para evitar tra sociedad y que es como un virus que que pidiera auxilio, le dieron un fuerte tajo en se extiende a pasos gigantescos, es el de el cuello, dejándole la cabeza pendiente”.8 la imitación de los “souteners” o apaches La muerte violenta y la crueldad o hasta de Paris, cinturitas de nuestro medio, y la festividad del acto pudo generar en los “pachucos, caifanes y tarzanes” entre las 10 lectores, desde el morbo hasta la estupefac- gentes del hampa.

7 BPEJ, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, núm. 1, p. 8. 8 BPEJ, FH, S. Sánchez Silva, “Horripilante asesinato” en Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 12 de septiem- bre de 1946, núm. 2, p. 6. 9 Stanley Cohen fue el primero en utilizar el concepto de pánico moral. Cohen explica este concepto como un episodio esporádico que representa una amenaza a los valores e intereses de la sociedad (Cohen, 1979, p. 9). Jeffrey Weeks, quien retoma de Cohen el mismo concepto, explica que dicho pánico surge por lo general, en situaciones de confusión y ambigüedad, en épocas en que los límites entre comportamientos legítimos e ilegíti- mos parecen requerir una nueva definición o clasificación (Weeks, 1998, p. 99). 10 BPEJ, FH, S. 3, “Guerra al crimen” en Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, p. 4. 12 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6

El mismo semanario asociaba a quienes por semanarios como Crímenes y criminales, componían estos grupos, identificados en lo que vieron en ellos a cuasi violadores de jó- general como “cinturitas”, con la seducción venes inocentes e impúberes que caían en y exploración de jóvenes mujeres: sus brazos al ritmo de una música agresiva Hay vulgares rufianes que explotan a las que permitía un acercamiento corporal. A mujeres desde la “edad de la punzada” la aceptación a bailar con el pachuco, la “jo- hasta los cuarenta años. Individuos que ven se levanta y a los pocos minutos es sa- viven en hoteles de barriada, visten lujo- cudida de un lado a otro; lanzada en forma sa pero ridículamente, se pasan los días grotesca y violenta hacia adelante, mientras en los billares, clubes de postín o caba- el pachuco hace contorsiones como si estu- viera rindiendo culto a uno de esos dioses rets; no trabajan en nada, y sin embargo 14 derrochan el dinero a manos llenas.11 misteriosos de la jungla”. El baile conti- nuaba bajo un ritmo frenético y la joven pu- Para “S.3”, el seudónimo del autor de esta diera sentirse fatigada y caer al suelo “pero nota, los llamados cinturitas “han alcanzado los nervudos brazos del bailarín la siguen la popularidad y la fama, triste fama des- lanzando en todas direcciones hasta que de luego, se hacen viciosos, acostumbran termina la ruidosa murga de ejecutar algo la marihuana o se inyectan morfina […] y que ni es música ni nada”. Después del baile 12 otros derivados del opio”. le seguía la seducción de la joven por par- En ellos, jóvenes de preferencia, se centró te del “temible pachuco”, quien empleando el discurso moralizante de las clases domi- para ello bebidas alcohólicas lograba “ma- nantes expresados en los periódicos y revis- léficamente” convertir a su “conquista” en tas tales como Crímenes y criminales, quienes una prostituta a su servicio a fin de que cu- externaron una evidente preocupación que briera sus gastos y sus vicios. expresaba su malestar por un comporta- Los cabarets, cantinas y especialmente los miento alejado de la familia y de las llama- salones de baile eran vistos como uno de das buenas costumbres; jóvenes que servían “esos centros donde se reúnen mujerzuelas, para nutrir el hampa y que la única manera tarzanes, viciosos y alguna que otra jovencita de combatirlo era mediante una profilaxis ingenua atraída por el ruido del jazz y el de- social con un mecanismo específico, “efec- rroche de luz eléctrica”, a los que se suma- tuar razzias en los cabarets, cantinas, antros ban los llamados pachucos, caifanes y cintu- de vicio y otros lugares frecuentados por los ritas, que fueron, tal como lo señala Gabriela 13 cinturitas”. Pulido Llano, “recipientes de una represen- Es en los salones de baile donde los nue- tación sórdida y decadente, en la mayoría de vos ritmos musicales imponían una dinámica los casos asociada a la nota roja para hacer que atraía a los jóvenes pero que escandali- una propaganda del miedo” (2016, p. 243), zaba a la sociedad adulta. Al ritmo del swing en este caso en una ciudad como Guadala- y del mambo y vestidos con los amplios tra- jara que era famosa por sus burdeles y sus jes “zoot suit”, los pachucos dieron mucho atractivas prostitutas donde no faltaba como de qué hablar y llegaron a ser criminalizados un gran negocio ilegal la trata de blancas.

11 BPEJ, FH, S. 3, “Guerra al crimen” en Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, p. 4. 12 BPEJ, FH, S. 3, “Guerra al crimen” en Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, p. 4. 13 BPEJ, FH, S. 3, “Guerra al crimen” en Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, p. 4. 14 BPEH, FH, “Alerta padres de familia”, en Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 12 de septiembre de 1946, núm. 3, p. 1 13 Crímenes y criminales. Imaginario social...

Figura 6. El tratante de blancas y sus ayudantes. Fuente: Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 12 de septiembre de 1946, núm. 3, p. 1.

Del mundo del hampa realizó el escandaloso robo de alhajas de y la corte de los milagros la famosa artista María Conesa (“La Gati- ta Blanca”) en uno de los cuartos del Hotel A similitud de Raffles, el personaje ficticio Fénix. La nota terminó haciendo alusión a de Arthur Conan Doyle, que se caracteriza- la pericia de la policía local: ba por ser un ladrón caballero, Guadalajara tuvo en el mundo del hampa real su propio El bandido ducho, astuto, y acostumbra- Raffles, que gracias a sus acciones delictivas do a ser interrogado por los principales y a la fama que le dio la propia prensa llegó sabuesos de las policías estadounidenses a trascender las fronteras nacionales, con- y europeas, creyó cosa fácil eludir a la virtiéndolo en un ladrón célebre. policía de una provincia, pero pronto el Jefe de la Corporación, Teniente Coro- En un importante reportaje Crímenes y cri- nel Manuel Torres Valdez, lo hizo decir minales publicó sobre la captura de Vicente la verdad, interrogándolo hábilmente, Roberto Alexandre Hernández, el famoso con lo que pudo recuperarse parte de “Raffles Mexicano”, quien fue detenido en lo robado a María Conesa en uno de los esta ciudad por un guardia de comercio en cuartos del mencionado hotel.15 el céntrico Hotel Fénix. El autor de este re- portaje, un tal “S. S. Silva”, pudo recuperar toda la historia que llevó al célebre ladrón a los calabozos de la policía tapatía y fue has- ta veinte minutos después de su detención, Figura 7. El Raffles, que fue reconocido comunicándose inme- un ladrón elegante. diatamente la novedad al jefe de la policía, Fuente: BPEH, FH, Crímenes y criminales, quien fue a identificar al peligroso y hábil Guadalajara, Jal., 29 ladrón al que conocía desde hace muchos de agosto de 1946, años. Con la detención e interrogatorio de núm. 1, p. 6. Raffles se pudo saber la forma en la que

15 BPEH, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, núm. 1, p. 6. 14 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6

Lo que no recordó el reportero que cubrió teriles y sus fotografías aparecían recurren- la nota es que no fue el jefe policiaco quien temente en este semanario y acompañadas logró la detención sino un humilde policía, de su nombre, apodo y especialidad como y que en el interrogatorio se pudo haber los refirió el semanario en uno de sus nú- hecho uso de la tortura. La nota trató de meros: exaltar las cualidades del jefe policíaco con- Celso Yépez Montaño, El Duente, car- trario al Raffles a quien se intentó denigrar, terista de aspecto agradable, que no obs- señalando que no solo no tuvo la habilidad tante sus pocos años trae en jaque a los para eludir el interrogatorio, sino que ade- agentes secretos. más se le exhibió como un individuo que podía disfrazarse de mujer. Con esta nota la “La Charra”, una de las más hábiles la- prensa se puso al servicio de la policía, mis- dronas del país, jefa de una banda de cru- ma que seguramente proporcionaba buena zadoras y ladronas a la alta escuela. parte de la información que publicaba y que Luis Colín Colín, Quasimodo, otro ex- representaba una importante veta para ali- ponente del hampa citadina, carterista y mentar sus páginas. vicioso como los dos anteriores, gente de En el mundo del hampa de Guadalajara peligro para los habitantes de esta Perla no todos eran delincuentes famosos como de Occidente. Raffles, quien más bien era una excepción y Pedro Zúñiga Ramírez, El Cachafas, pe- sí los numerosos ladrones y carteristas que ligroso carterista del que deben cuidarse pululaban por la ciudad y cuyas hazañas ra- nuestros lectores.16

Figura 8. Ladrones y carteristas. Fuente: BPEJ, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, núm. 1, p. 4

Con los apodos de ladrones y carteristas, vueltas denominó la escala zoológica, con- propios del argot del hampa, los nombres vertidos más en bestias que en hombres y de los delincuentes perdieron su singular mujeres, atrapados en fotografías más de humanidad y quedaban más distinguidos origen carcelario que Crímenes y criminales y como miembros dentro de lo que José Re- otras revistas de este tipo tendieron a deshu-

16 BPEH, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, núm. 1, p. 4. 15 Crímenes y criminales. Imaginario social... manizar a través de la denigración y estigma una corte de los milagros que deambula por de aquellos que con su atrevimiento despo- las calles anexas al templo de San Juan de jaban al ciudadano honesto de su dinero. Dios y su mercado: La última escala de la pirámide no nece- Con las campanadas del reloj anunciando sariamente delictiva lo componían los lla- la media noche, se retiran los vendedores mados pedigüeños o limosneros, quienes de pepitas y cacahuates que se colocan como una corte de los milagros asolaban las en torno a la estatua de Juárez. El bullicio zonas más céntricas de la ciudad para pedir de los destartalados y sangrientos pues- limosna a los transeúntes, haciendo notar su tos de fritangas ha terminado y lo que miseria y acompañándose muchas veces de durante el día es una especie de Corte de niños para inspirar mayor lástima y también los Milagros tapatía, ha desaparecido al algunas monedas extras. Al respecto, una tender en negro manto la señora de las nota de este semanario describía el ambien- tinieblas.17 te de la atmósfera citadina enmarcada por

Figura 9. Pedigüeños y niños. Fuente: BPEJ, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 12 de septiembre de 1946, núm. 3, p. 3.

Limosneros o pedigüeños no sólo repre- rio al espíritu capitalista de obtener el sus- sentaban una molestia para los llamados tento mediante el trabajo asalariado y en el buenos ciudadanos a los que se les molesta- que el desempleo era considerado como la ba, sino también un afeamiento a la propia principal causa del crimen. ciudad en un proceso de modernización y civilización continua que se trataba de re- construir continuamente y que era contra-

17 BPEH, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 29 de agosto de 1946, p. 7. 16 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6

Las sombras de Pancho Villa matarse tanto?” y acompañó su pregunta sa- y Jorge Negrete biendo que la mayoría de los hombres que reposaban en el cementerio fallecieron de Morir como respuesta a la violencia mas- un balazo (Flanet, 1985, p. 27). Algunos de- culina exacerbada pudo ser tan fácil y hasta cenios antes las cosas eran igual o peor que formar parte de lo festivo, como bien lo ex- en aquel año. La muerte parecía parte nece- presó en 1982 la etnóloga francesa Veróni- saria de una fiesta convertida en tragedia en que Flanet, quien en su investigación sobre la que el alcohol podía ser el animador de la la violencia en el sur de México se pregun- fiesta y también un principal desencadenan- taba: “¿Cómo en un pueblo donde la vida te de la muerte. parece tan sosegada y tan fácil, es posible

Figura 10. Alfonso Morfín: El gusto por encontrar la muerte. Fuente: BPEJ, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 12 de septiembre de 1946, núm. 3, p. 4.

En un foto-reportaje titulado “Víctimas cansaba en una habitación, el segundo entró del machismo”, realizado bajo el seudóni- intempestivamente en aquella y le asestó va- mo de “Martín Garatuza”, su autor opinaba rias heridas con una chaveta (clavo) afilada que entre la gente “bien” existían mucha- hasta causarle la muerte. Al ser detenido el chos que se dedicaban a la vagancia y que asesino declaró ante los policías que el acto eran asiduos clientes de los cabaretes, en lo había realizado para demostrar que él era donde bebían grandes cantidades de licor mucho más macho que otros. y que por cualquier problema eran capaces El problema que observó el autor de este de emprender un pleito, creyendo que eran reportaje era que “un cincuenta por ciento “más hombres que Pancho Villa y más ma- de las tragedias diarias de la ciudad, eran chos que el mismo Jorge Negrete”. Su ad- originadas precisamente por ese ´machis- vertencia la ejemplificó con el asesinato de mo´ mal entendido”. La lección moral que un joven zapatero de 18 años quien al llegar encerró este discurso alentaba al lector del ebrio a su domicilio, tuvo la mala fortuna de semanario a atenerse de los peligros que re- tropezar con el matón de la vecindad donde presentaba ser joven y de lo que significaba vivía, un individuo de 40 años, iniciándose enfrentarse a un macho. un pleito por motivos baladíes y una vez su- perada la pelea y cuando el primero ya des-

17 Crímenes y criminales. Imaginario social...

Figura 11. Una víctima más del machismo. Fuente: BPEJ, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 5 de septiembre de 1946, núm. 2, p. 1.

La ciencia y el crimen: bienes ajenos, es decir, la cleptomanía como analizando la delincuencia elemento singular para realizar un robo. Con el título de “Analizando la delin- Para el autor de esta sección, y de acuerdo cuencia”, Crímenes y criminales contenía una a criminólogos y penalistas, el criminal “sur- pequeña sección salida de la punta del pro- ge del medio ambiente y otras veces nace ta- fesor Salvador Salomé Vargas de la Torre rado y predispuesto a delinquir, tomándose que se esmeraba en darle un sustento crimi- en cuenta también al tipo ´paranoide´ que nológico, psicológico y penal a este sema- responde a impulsos en forma mecánica nario. Su apoyo inicial se dio de la mano de aún en contra de su voluntad” y enriquecía la escuela de la antropología criminal italia- esta apreciación ajena con las teorías de Sig- na encabezada por Cesare Lombroso y su mund Freud y el papel que “cuando un he- teoría del criminal nato que para esos años cho se ha repetido muchas veces, se incrusta se encontraba ya plenamente superada. La […] en el subconsciente, actuando después influencia más notoria se observa a través mecánicamente, interviene o no la voluntad, de los trabajos de Enrico Ferri más aboca- puesto que es más fuerte que ella”,18 y pre- do al estudio del medio social como factor sentaba como ejemplo los casos de cleptó- predisponente de la delincuencia en el que manos, toxicómanos y ebrios. el autor de esta sección observó la falta o Al criticar el sistema penitenciario vincu- mala educación como causales de delitos lado con la legislación penal no vio en él un como el robo, asesinato y hasta de los de- motivo real para regenerar al preso y si para litos sexuales, pero no faltó que incluyera a empeorar su situación para lo que hizo una Harry Bergson (1859-1941) (Véase Padilla, analogía con las puertas del infierno del li- 2009, pp. 285-292), un filósofo francés in- bro La divina comedia de Dante Alighieri teresado en la psicología y, a decir de Sal- al que denostó como “tarado” y de “mente vador Salomé Vargas, en el funcionamiento calenturienta”, y observó en los estableci- defectuoso del subconsciente que da lugar, mientos penales como aquellos entre otras conductas, a apropiarse de los

18 BPEH, FH, Salomón Salvador Vargas, “Analizando la delincuencia”, en Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 12 de septiembre de 1946, núm. 3, p. 2. 18 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6

donde en un ambiente de promiscuidad siglo XIX, tuvo en el caso de Jalisco im- vergonzosa se mezclaban los que por portantes repercusiones, aunque algo más necesidad han robado una pieza de pan tardía que en la ciudad de México, pues fue para sus hijos hambrientos, los que han hasta 1867 cuando se tomaron las primeras matado por el deleite morboso de matar fotos de presos de la penitenciaría jaliscien- para satisfacer una tendencia criminal, se “Antonio Escobedo” en Guadalajara, su los que tarados y enfermos han sido víc- objeto: registrar y controlar a la población timas de impulsos violentos o irrefrena- criminal y ya para 1946 se retrataba a los bles, los que por aberraciones de la na- presos, hombres y mujeres en el interior de turaleza han invertido las funciones del la penitenciaria de Oblatos para efecto de sexo.19 su registro. Pero la fotografía carcelaria tam- A fin de que un criminal se pudiera rege- bién se empleó para demostrar ante la socie- nerar, apunta Salvador Salomé Vargas, era dad que en este tipo de institución el trabajo necesario el estudio y el trabajo, misión que era un medio idóneo que estaba funcionan- se imposibilita si los individuos a regenerar do y se justificaba su existencia y no era adolecían de taras psíquicas. A fin de cuen- una “escuela del crimen” como lo intentó tas la visión personal del autor de esta sec- demostrar el mismo semanario que publicó ción en el análisis de los hechos intercalaba una fotografía en la que las presas de ese sus conocimientos criminológicos con una establecimiento posaban ante la cámara fo- moral conservadora y sexista. tográfica en un taller de costura en donde se encontraban asignadas en el Departamento de Mujeres para llevar a cabo su proceso de Una mirada hacia abajo rehabilitación. En ella el fotógrafo obser- Las fotografías nunca son “prueba” de la historia. vó a través del objetivo de la cámara a 12 Ellas mismas son lo histórico internas-costureras y permitió a su vez que John Tagg (Indi y Silva, 2017, p. 274). todas ellas dirigieran su vista por segundos Desde su invención, la fotografía ha cu- al aparato que capturaba la imagen colectiva bierto distintas funciones sociales que reba- y que añadía sus preciosos trabajos de tela saron por mucho los usos que se aplicaron sobre sus piernas o sujetas entre sus manos en sus primeros años. Afirma paradójica- y la máquina Singer y que al menos algunas mente John Mraz que en cierto sentido se de ellas fingieran operar en ese momento. El puede ver la fotografía como una especie oficio de costurera revelaba, a través de la de panóptico en el que casi toda actividad misma fotografía, que la mujer presa debía se encuentra en observación. Uno de es- continuar preparándose dentro de un oficio tos usos, correspondió al ámbito público, tradicional considerado propio de mujeres; como fue propiamente el de la cárcel en la rebeldía y la resistencia no cabía en el donde cumplió un papel eminentemente proceso rehabilitador, tampoco dentro de represivo y representó, como lo afirmara un sistema patriarcal y que al fin de cuentas Allan Sekula, una mirada hacia abajo, hacia demostraba a los lectores que la sumisión y los “inferiores”. el trabajo eran una buena moneda de cam- La fotografía carcelaria en México, ini- bio. Sin embargo, es importante referir que ciada poco después de la primera mitad del en esta foto como en cualquiera, “no están

19 BPEJ, FH, Salomón Salvador Vargas, “Analizando la delincuencia”, en Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 12 de septiembre de 1946, núm. 3, p. 7. 19 Crímenes y criminales. Imaginario social... todos los que se encuentran en torno de la controlar y estigmatizar a los delincuentes cámara y de los fotografiados pues: hay que y otra para prevenir e informar a la socie- leer en ellas la presencia del fotógrafo, pero dad. Ciertamente en el caso de las imágenes también de los testigos y los observadores fotográficas, incorporadas en los periódicos posteriores de la escena en los medios, pu- mexicanos de principios del siglo XX, po- blicaciones y exhibiciones donde estas fotos seían, como lo señala Alberto del Castillo, se muestran” (Blejmar, 2017, p. 212). “una serie de significados para los lectores De servir para el control policial y peni- […] pues podían certificar, comprobar una tenciario de las llamadas “clases crimina- realidad; constituían una prueba de primer les”, su inclusión en revistas especializadas grado que no podía mentir. en materia policíaca debió cubrir otro im- A diferencia de Argos, la fotografía que portante papel social, al alertar a la sociedad acompañaba a Crímenes y criminales se había respecto a los hombres y mujeres que eran modificado ostensiblemente conforme a las buscados por la policía o que habían sido nuevas tecnologías y como producto de un detenidos por sus delitos. Con la fotografía pánico moral más exacerbado, producto de aparecida en revistas policíacas pareció ce- los nuevos tiempos que vivía el país. rrarse un doble cerco: uno para identificar,

Figura 12. Taller de costura en el Departamento de Mujeres de la Penitenciaría de Oblatos. Fuente: BPEJ, FH, Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal., 3 de octubre de 1946, núm. 5, p. 1.

Conclusiones social dominante y a la que representaban el mismo semanario. Su discurso, más de tipo Las revistas policiacas como Crímenes y sermonero, iba dirigido a todos los secto- criminales transmitían a sus lectores, a través res sociales, aunque es más claro que fuesen de los imaginarios compuestos en este caso a las familias pertenecientes al pueblo a las de discursos y fotografías, un submundo que alertaban de los peligros propios de la distorsionado, donde privaba el desorden y via moderna y que se pudieron ejemplificar el crimen, contrapuestos a los valores, cos- con hechos violentos, delitos económicos y tumbres, educación e intereses de la clase

20 ISSN 2448-5187 Vuelo libre. Revista de historia. No. 6 males sociales como el consumo del alcohol Referencias y de los estupefacientes y la prostitución y en los que pudiesen encontrarse inmersos Cohen, S. (1972). Folk devils and Moral Panics: sus propios hijos. Es claro que Crímenes y the creation of the mods and rockers. Londres: criminales bajo una orientación plenamente Mac Gibbon y Kee. clasista criminalizó la pobreza y satanizó a las manifestaciones juveniles, creando cier- Blejmar, J. (2017). El mal de la imagen. En tos estereotipos y revelando en sus páginas G. Indij y A. Silva (comps.) Clic! Fotografía un claro conflicto generacional. Su moral y sociedad. Buenos Aires: La Marca Editora. continuó siendo semejante a la del antiguo Escobar Villegas, J. C. (2000). Lo imagi- régimen al ser más de carácter tradicional y nario social. Entre las Ciencias Sociales rechazando cualquier tipo de transgresión y la historia. Medellín, : Fondo no sólo de carácter penal sino también de Editorial Universidad EAFIT. Recupe- tipo moral, pero los tiempos ya habían cam- rado de: https://core.ac.uk/download/ biado y el semanario parecía continuar me- pdf/47236725.pdf drando con el miedo, el morbo y la atrac- ción ejercida por un cadáver expuesto en Estadísticas históricas de México (1994). Méxi- una fría plancha de ladrillo y piedra. A pesar co: Instituto Nacional de Estadística, Geo- de todo, y como lo afirman Cathy Fourez y grafía e Informática, t. 1. Recuperado de: Víctor Martínez: “Sea lenta, brutal, fortuita, http://internet.contenidos.inegi.org.mx/ sensacional, burlesca, escandalosa y hasta contenidos/productos/prod_serv/conte- celebrada, la muerte se encuentra en el cen- nidos/espanol/bvinegi/productos/integra- tro de la vida” (2013, p. 13). cion/pais/historicas/EHMII1.pdf

Fuentes Flanet, V. (1985). La madre muerte. Violencia en México. México: Fondo de Cultura Eco- Hemerografía: nómica. Crímenes y criminales, Guadalajara, Jal.: Fourez, C. y Martínez, V. (2013). Introduc- 1. 29 de agosto de 1946 ción. En C. Fourez y V. Martínez (dirs.). La 2. 5 de septiembre de 1946 mort sous les yeux. La mort dans tout ses états a la 3. 12 de septiembre de 1946 charniere du XXe et du XXIe siegle. Paris: Her- mann editeurs. 4. 3 de octubre de 1946 5. 12 de octubre de 1946 Indij, G. y Silva, A. (comps.) (2017). Clic! Fotografía y sociedad. Buenos Aires: La Marca 6. 19 de octubre de 1946 Editora. 7. 2 de noviembre de 1946 Mraz, J. (1992). Ver y controlar: la fotogra- fía carcelaria. La Jornada Semanal, núm. 177. México.

Monsiváis, C. (1994). Los mil y un velorios. México: Alianza Editorial y CONACULTA.

21 Crímenes y criminales. Imaginario social...

Padilla, J. (2009). Henri Bergson y la historia Trujillo Bretón, J. A. (2010). Argos. Los ojos de la psicología. Revista de Historia de la psico- que vigilan. Una gaceta policiaca en el Ja- logía, vol. 30 (2-3), pp. 285-292. lisco porfiriano. En J. A. Trujillo Bretón, F. de la Torre de la Torre y R. N. Moreno To- Pulido Llano, G. (2016). El mapa “rojo” del rres (coords.). Entre regiones. Historia, sociedad pecado. Miedo y vida nocturna en la ciudad de Mé- y cultura, pp. 23-40. México: Universidad de xico 1940-1950. México: INAH. Guadalajara.

Roiz, M. (2002). La sociedad persuasora. Con- Weeks, J. (1998). Sexualidad. México: trol cultural y comunicación de masas. Barcelona, UNAM, Paidós, PUEG. España: Editorial Paidós.

22 ISSN 2448-5187