MIGUEL ANTONIO CORDERO PALACIOS

Nació en Acarigua el 10/11/1971 Lic. en Educación Física, mención Técnicas Deportivas (Fútbol), Mención Ciencias Aplicadas al Deporte, Instituto Pedagógico de Caracas U.P.E.L. - I.P.C.

Licencia de Entrenador Nacional de Fútbol, Instructor Nacional de Fútbol, Colegio de Entrenadores Fútbol de Venezuela.

Preparador Físico del Caracas Fútbol Club. Desde 2004 en Sub-17, Sub-20 y Caracas B (Campeón Apertura 2ª División 2009). Desde 2010 en Primera División (Campeón Clausura 2010, Temporada 2009/2010, Copa Venezuela 2013). Selección de Venezuela en módulos (2011) y amistoso ante Honduras (2014). Jugador de Portuguesa (1987-1992), Marítimo (1993-1995, campeón temporada 1992/93), Mineros de Guayana (1996-1997), Italchacao (1997-1998). Selección Nacional en Sudamericano Sub-20 1991, Copa América 1993, Eliminatoria Mundial 1994, Copa de las Américas Sub-23 1994. ------MIGUEL CORDERO

“Cada semestre tienes que adicionar cosas nuevas”

Por Edgardo Broner

Sus vivencias como futbolista reaparecen en cada momento de la carrera de Miguel Cordero, con una década de trabajo en todas las categorías del Caracas FC, aportando siempre novedades. Busca actualizarse permanentemente en la profesión con el entusiasmo con que peleaba cada balón en la cancha. En una tregua en la sucesión de partidos de los Rojos del Ávila, se detiene para reflexionar.

VOCACIÓN Y FORMACIÓN

-¿Cómo surge su interés por ser preparador físico? - Fui un jugador al que le gustaba entrenar. Estando en Portuguesa compartí con Henry Rivero, que en ese momento jugaba y estudiaba en el Pedagógico de Barquisimeto. Una vez en la carrera, uno muestra esa gran vocación que tenía por ser docente. Iban pasando los semestres y me di cuenta del perfil que podía desarrollar más adelante. Al contratarme el Marítimo, conocí al Prof. (Jorge) Pérez Acosta y llevé mis estudios a Caracas. Cuando me retiré, empecé a viajar, a prepararme, a buscar otras cosas. Era entrenador en los colegios y fui conociendo más sobre la profesión del PF dentro del fútbol.

-Cuando tomó el curso de entrenador, ¿Pensaba dirigir o tenía en mente ser PF?

-Yo era formador, trabajaba con niños de 6 a 12 años como entrenador, pero veía que me gustaba evaluarlos. Te vas dando cuenta qué es lo que más te gusta. Fui quemando mis etapas en los cursos de entrenador, pero tenía claro que lo mío era la preparación física. Que la licencia de entrenador iba a ser un apoyo, una plataforma para entender, desarrollar los modelos de juegos. En esa promoción estuve con .

REFERENTES

-En la Vinotinto tuvo de entrenador a Ratomir Dujkovic, con el énfasis en la preparación física de la escuela yugoslava. ¿Influyó en su formación?

-Por supuesto, estuve en todo el proceso, aunque nunca pude jugar. Fui convocado, fui a la Copa América, fue una vivencia. En ese lugar me pude ir preparando para lo que soy hoy. Le di las gracias por haberme tomado en cuenta y haber vivido todas esas cosas. Uno sabía el cambio que quería producir. En ningún club en Venezuela se trabajaba así, fue un gran paso en la parte física, de métodos, de intensidad, máxima exigencia y eso me dejó marcado. Su carácter cuando entrenaba, la exigencia y la competitividad.

-Aquel Sudamericano Sub-20 en Puerto Ordaz debe haber sido un choque con la realidad de las otras selecciones…

-Debuté a los 16 con Portuguesa y fue pasar de un club amateur al profesional. En dos años fui a una selección y jugamos el Mundialito en el 90. En mi generación había bastante talento: Stalin Rivas, Edson Tortolero, Gerson Díaz, Gustavo Caraballo, . La mayoría había jugado profesional, pero no te alcanzaba para equipararte al nivel de los jugadores que enfrentábamos. Sin embargo nos fuimos preparando con varios entrenadores, teníamos la gran presión de clasificar en tu país a un Mundial, estuvimos mucho tiempo juntos. Fue un paso para después darle la continuidad al Prof. Dujkovic. Sirvió para darle un impulso al fútbol venezolano, que ya se estaba asomando en competencias internacionales. -También tuvo a Miguel Sabina de entrenador, que había llegado de Cuba como preparador físico…

-Lo vi trabajar primero como PF, lo tuve en la Selección recién llegado a Venezuela y en Marítimo como entrenador. Él me llevó a Marítimo, también me dejó marcado. Venía del atletismo, tenía muy claro lo que era la preparación física general para ese momento y pregonaba muchas cosas del mundo ruso. Me regaló varios libros para la época, sabiendo que estudiaba Educación Física. Para mí fue importante también como un tutor. No era algo obsoleto, sino que esa época dio paso para otras cosas y a mí me dejó marcado porque me fui transformando en PF en el fútbol. Fui a unos congresos en Cuba.

-¿A quiénes señalaría como sus referentes?

-A nivel académico a los profesores Pérez Acosta y Mario Conde. En mi época de jugador a Francisco Brandariz, Sabina y Omar Paredes. En mis inicios como preparador físico a Pablo Fernández y Rodolfo Paladini. En mi primera incursión en la Selección a Fabián Bazán. Y en el fútbol internacional a Francisco Seirulo, Rui Faría, Albert Roca, el profe (Óscar) Ortega y Lorenzo Buenaventura.

EL JUGADOR COMO PF

-Muchos jugadores cuando se retiran sienten que hay una cuenta pendiente para que los jugadores actuales tengan las cosas más fáciles. ¿Vive ese desafío?

-El desafío es conocer cosas y darte cuenta de que una cosa es como jugador y otra como profesor, ves cómo fue avanzando la tecnología. No puedes entrenar ahora como te entrenaron a ti, pero esa metodología sirvió de plataforma para llevarte a otras. Siempre les comento a mis jugadores del antes y el después. Una novedad que prevalece es el trabajo de prevención. Ahora le dedico bastante tiempo con las personas que tengo a mi lado, terapeuta, kinesiólogo, que antes no tenía. Te va quedando ese desafío de poner las cosas en su lugar, de ir creciendo, con los nuevos métodos, la tecnología. Siempre trato de conjugar lo que viví como jugador, lo que tuve en el aula y toda la experiencia que he vivido en estos años. El haber jugado me da un plus para entender más al jugador y darle más cosas para ponerlo a la altura del fútbol mundial.

-¿Qué es lo más importante en la Sub-17 y en la Sub-20?

-El ánimo de entrenar diario, el entrenamiento sistematizado, tener una rutina, el trabajo sincronizado, ha sido muy importante. Fuimos campeones del torneo Apertura de Segunda, con jugadores de 17 y 18 años que tenían proyección. Tuve grandes satisfacciones con los equipos juveniles, por cómo se comportaban en la cancha, a nivel de juego, de actividad. Nos dio el impulso para la Primera División con jugadores de la cantera, que promovimos a la Selección y al exterior. Me siento tranquilo como formador y por sus valores como la responsabilidad, la perseverancia día a día. Se acuerdan lo que uno les enseñó y cuando van a otro fútbol lo valoran.

-Usted era un futbolista aguerrido, que jugaba en distintas posiciones. ¿Cómo lo transmite en su trabajo?

-Era un jugador de carácter fuerte, competitivo, más allá de que me faltaban cosas. Antes se corría y se metía mucho, ahora se juega más. La esencia del fútbol es jugar con la habilidad y la destreza por delante, pero tienen que ir acompañadas de ese espíritu competitivo, guerrero, para correr, para meter, para no darse por vencido, con buen ritmo, buena intensidad. A mí me catalogan como una persona bastante intensa, que le gusta que cada día se mejore, que pide que en la cancha dejen todo. Trato de transmitir lo que viví como jugador, con otros métodos, con otra cultura, buscando jugadores polifuncionales, aguerridos, que jueguen cada pelota como si fuera la última. He tenido que adaptarme a varios entrenadores, Chita (Sanvicente), José Hernández, Ceferino (Bencomo), (Eduardo) Saragó. Cada uno tiene su forma, pero mi esencia de ser exigente, hacer entrenamientos participativos, muy movidos y en la cancha se ve algo de eso.

DIRECTORES TÉCNICOS

-¿En qué cambia el trabajo con cada entrenador?

-Hay que adaptarse al modelo de cada entrenador, cómo es su metodología, pero a nivel de entrenamiento uno como PF tiene que poner la parte metodológica de cómo tú eres. Yo trabajo de una forma integral la parte atlética. Se me ha hecho fácil adaptarme, todos me han respetado mi metodología. Tenemos un feed back rápido, hay que adecuarse a cómo se plantean los partidos, las necesidades de cada momento y los jugadores que el técnico quiera poner.

-¿Cómo es el trabajo con Eduardo Saragó?

-Encabeza un gran cuerpo técnico, tiene capacidad para gestionar y motivar a sus jugadores desde una perspectiva bastante compleja, consiguiendo su máximo compromiso y rendimiento en cada partido. Posee un gran conocimiento del juego y un nivel intelectual bastante alto, que le ayuda a manejar con facilidad cada instante de lo que vive el fútbol día. Eso se traduce en tomas de decisiones constantes y acertadas en pro del éxito de sus jugadores, cuerpo técnico e institución.

IMPORTANDO Y ADAPTANDO EXPERIENCIAS -¿Qué trajo de lo que vio en sus visitas a clubes de Brasil y de otros países?

-Lo primero es darle las gracias al Caracas FC por haber apostado a mi formación. Es un club muy conocido y te abre las puertas. Lo importante ha sido la innovación en la estructura del club. Su cancha propia, traer materiales para entrenar e innovar con lo que has visto a nivel mundial. La parte preventiva y funcional, todo lo que requiere el jugador atléticamente, que a lo mejor en la cancha no se ve. Traer esa metodología para las inferiores, coordinar, capacitar y transmitir todo lo que has visto. Lo que tú haces acá es importante, pero semestre a semestre tienes que adicionar cosas nuevas. La intensidad de trabajo, hacer un organigrama con un grupo interdisciplinario, tener un gimnasio, un espacio como otros clubes, acomodado a las características del jugador venezolano, al biotipo, a nuestro club. A los jóvenes les digo que yo sé lo que necesitan para dar el salto, la preparación atlética como tal. Acá faltaba transformarla en el entrenamiento integral como tiene el fútbol internacional.

-¿Cuánto se puede personalizar el entrenamiento?

-Me he paseado por todas las metodologías de trabajo en estos 10 años y hago una mezcla de varias cosas. Una es rodearme de buenos fisioterapeutas, convertidos en reactivadores físicos, personas fuera del club que me puedan ayudar en los trabajos específicos, pero hay que utilizar la tecnología, monitorear con relojes con GPS y pulsómetro. La preparación individualizada solamente la puedes hacer teniendo la tecnología y así potenciar el trabajo del entrenador. Tienes que hacer trabajos específicos para presionar y conocer el alcance de cada uno para que haga su máximo esfuerzo. Con los datos de cómo se han comportado en cada partido, les vas dando otras cosas a los jugadores, buscando nuevas modalidades para llegar a los parámetros de otros países.

-Cuando termina un partido, ¿con qué se queda contento, más allá del resultado?

-El fútbol es un estado de ánimo. Después del partido al jugador le toca trabajo regenerativo, masaje o pasar por servicios médicos y te das cuenta rápidamente de lo que pasó. Prevalecen mucho los resultados, pero te vas satisfecho por el rendimiento del jugador, en lo que se trabajó en la semana. El nivel físico aunado a la pelota, a la línea de juego, 98 minutos a gran nivel, un cúmulo de cosas más allá del resultado. Termina, hablas con ellos, y ya empieza el siguiente partido. Son cosas encadenadas, que te las da el día a día, cómo disfruta la semana, donde empiezo a ver la concentración del jugador.

MENSAJES

-¿Qué se les puede decir a los estudiantes de Educación Física que quieren trabajar en el fútbol? -Tienen que darse cuenta de lo apasionante que es, además de la posibilidad de la retribución económica. En el futuro todos los clubes de Primera y Segunda podrán tener preparadores físicos venezolanos, pero hay que prepararse cada día más para estar a nivel de los de élite mundial. Bienvenidos sean. La APFFV también está dando preparación.

-¿Cómo ve el futuro de la Vinotinto, después de haber participado recientemente en el cuerpo técnico?

El jugador tiene otro nivel, viene de otros países. Estuve en algunos módulos, como en Maturín, con Mathías, antes de que se jugara con Argentina, una experiencia importante. Ahora se vislumbran tiempos importantes para Venezuela. Chita (Sanvicente) fue mi compañero de Marítimo, de esos años con el Caracas. La comunicación con los clubes es fluida y al cuerpo técnico lo veo de muy buena manera para lograr el objetivo. Se palpa que hay algo diferente para ver por primera vez a Venezuela en en un Mundial.

-¿Cómo resumiría el papel del PF actual en el fútbol?

- Es una figura que trabaja dentro de un cuerpo técnico, que recibe información y también asesora a diferentes profesionales que forman parte de este grupo. Está rodeado de psicólogos, de kinesiólogos, de entrenadores, de fisiólogos. Tiene que atender muchas necesidades, como que el entrenador le diga que actúe casi como metodólogo para la confección de tareas que cumplan con un objetivo técnico-táctico. Y a su vez tiene que preocuparse de que el desempeño condicional de los futbolistas esté siempre en un buen nivel. También trabaja con el fisioterapeuta o con el kinesiólogo. Y yo destacaría básicamente, que el PF actual se mueve en muchísimos medios, tiene que atender diversas desde que apareció la Preparación Física Integrada y ahora estamos moviéndonos en el mundo de la Periodización Táctica.