Mujeres Y Cine. Discurso Patriarcal Y Discurso Feminista, De Los Textos A
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UNIVERSIDAD DE SEVILLA FACULTAD DE FILOLOGÍA MUJERES Y CINE. DISCURSO PATRIARCAL Y DISCURSO FEMINISTA, DE LOS TEXTOS A LAS PANTALLAS. Tesis doctoral presentada por: Directora: M. Ángeles Cruzado Rodríguez Dra. Mercedes Arriaga Flórez 1 2 ÍNDICE: I. INTRODUCCIÓN ……………………………………………..P. 7 II. LA IDENTIDAD FEMENINA DESDE EL DISCURSO PATRIARCAL 1. El pensamiento binario …………………………………………....P. 21 2. La construcción y representación social de los cuerpos ………...P. 27 2.1. El cuerpo y la mirada …………………………………………...P. 49 2.2. La mujer como capital simbólico del varón …………………...P. 61 3. Espacio público versus espacio privado ………………………….P. 73 4. El concepto de violencia simbólica y los discursos históricos de la inferioridad de la mujer ……………………………………………..P. 89 4.1. El discurso religioso: la inferioridad moral ……………………P. 95 4.2. El discurso filosófico: la inferioridad intelectual …….………P. 105 4.3. El discurso científico: la inferioridad física…………………..P. 123 4.4. La violencia simbólica en la sociedad de masas. Mitos y estereotipos ………………………………………………………….P. 129 4.4.1. La virgen ……………………………………………………...P. 135 4.4.2. La creadora y destructora …………………………………...P. 141 4.4.3. La amante y seductora ……………………………………….P. 147 4.4.4. La madre ……………………………………………………...P. 153 3 4.4.5. La sacerdotisa y hechicera …………………………………..P. 161 4.4.6. La musa e inspiradora ……………………………………….P. 165 4.5. La mujer como encarnación del mal y los prototipos femeninos de perversidad, de las Escrituras al cine ……………………………..P. 169 III. EL CINE Y EL PATRIARCADO 1. El cine clásico …………………………………………………… P. 211 2. El cine como lenguaje: códigos, montaje, la unidad fílmica, tendencias y escuelas ……………………………………………….P. 223 3. La narración cinematográfica …………………………………..P. 247 3.1. Cine versus literatura ………………………………………... P. 267 3.2. El cine alternativo ……………………………………………..P. 271 IV. LA MIRADA MASCULINA DEL CINE DOMINANTE 1. Imágenes de la mujer: la mirada masculina del cine …………..P. 281 1.1. La madre: el rechazo de la mujer que tiene voz……………..P. 299 1.2. La homosexualidad, al margen ………………………………..P. 301 1.3. La doble discriminación de las mujeres de color …………….P. 305 V. LA MIRADA DE LA TEORÍA FEMINISTA 1. Lenguaje femenino / feminista …………………………………..P. 313 2. La espectadora …………………………………………………...P. 325 3. La teoría fílmica feminista ……………………………………....P. 333 4 3.1. Métodos de análisis …………………………………………….P. 343 3.2. Carencias de la teoría fílmica feminista ……………………....P. 347 3.3. Desarrollo cronológico de la teoría fílmica feminista ………..P. 351 4. El cine hecho por mujeres ……………………………………….P. 373 4.1. Cine de mujeres ………………………………………………...P. 377 4.2. De las precursoras… a nuestros días ………………………....P. 387 VI. ANÁLISIS FÍLMICOS 1. Directoras con un discurso masculino Jocelyn Moorhouse, 1995: Donde reside el amor ………………….P. 451 Sharon Maguire, 2001: El diario de Bridget Jones ………………..P. 473 2. Directoras con un discurso femenino Chus Gutiérrez, 2002: Poniente …………………………………....P. 489 Icíar Bollaín, 2003: Te doy mis ojos ………………………………..P. 501 VII. CONCLUSIONES ………………………………………….P. 515 VIII. BIBLIOGRAFÍA …………………………………………....P. 525 5 6 I. INTRODUCCIÓN 7 8 Desde el principio de los tiempos las imágenes han desempeñado una función comunicativa importantísima. Recién estrenado el siglo XXI, vivimos inmersos en la llamada ‘cultura de la imagen’, en la que el cine, la televisión, la publicidad y la tecnología multimedia nos inundan cada día con sus manifestaciones. Se han convertido en los principales transmisores y creadores de significados, modas y tendencias, papel que en otros tiempos correspondió por derecho propio a los libros. De entre todos estos nuevos medios nos interesa especialmente el primero, heredero del mito, en el que se funden lo antiguo y lo nuevo. El cine bebe de todas las artes –literatura, música, pintura, escultura…-, a las que imprime un toque de modernidad mediante la introducción de distintas tecnologías, pero sin perder ni un ápice de su esencia artística. Desde su nacimiento a finales del XIX, se ha convertido en uno de los principales conformadores del imaginario colectivo, ha marcado las modas y tendencias más destacadas y ha jugado un papel fundamental a la hora de definir los estereotipos y roles de género, casi siempre desde un punto de vista masculino. Es ese aspecto precisamente el que pretendemos abordar en este trabajo: cómo el cine se pone al servicio de la ideología dominante para construir una serie de significados, nada neutrales, que, gracias a la especificidad del medio, se nos hacen pasar por naturales y contribuyen a perpetuar la dominación de las mujeres. Nuestro estudio propone una visión interdisciplinar desde campos como la psicología social, la historia y, sobre todo, la literatura, y un método de trabajo deconstructivo, procedente del post-estructuralismo, de la semiótica, los estudios culturales y los post-feminismos, que desmonta las miradas tradicionales 9 presentes en los textos y en las imágenes; con él pretendemos poner de manifiesto el carácter tendencioso y artificial de los significados construidos por los filmes – especialmente en lo que a la condición femenina se refiere- así como proponer alternativas que permitan crear nuevas imágenes femeninas, más positivas y liberadoras para las mujeres reales. La primera parte de nuestro trabajo la dedicaremos a analizar el modo en que la identidad femenina ha sido construida por los principales discursos patriarcales –el religioso, el filosófico, el científico…-, que han querido ver en la mujer una triple inferioridad respecto al hombre -moral, intelectual y física- y, es más, han tratado de imponérsela como si de algo natural se tratase. Los sistemas de pensamiento del mundo occidental parten de unos esquemas binarios y reductores, que establecen una dicotomía en la que a la masculinidad corresponde todo lo positivo y a la feminidad, lo negativo 1. Aunque los pueblos primitivos veneraban a divinidades femeninas, a las que consideraban dadoras de la vida y la muerte, esos cultos pronto derivaron hacia el ensalzamiento de dioses varones, lo que culminó con la aparición de las grandes religiones monoteístas, dedicadas a la adoración de un único dios que se comunica mediante la palabra e impone el principio masculino. Tradicionalmente la feminidad canónica o ideal ha sido definida por los varones, siempre en función de sus temores y sus necesidades. A las mujeres se les ha dicho –o mejor, se les ha impuesto, aunque de manera tácita en muchos casos- cómo pueden disponer de sus cuerpos, de qué modo deben ocupar el 1 BORRELLO, G. y FIORILLO, Ch., Il pensiero parallelo. Analisi dello stereotipo femminile nella cultura filosofica e utopica , Napoli, Liguori, 1986. 10 espacio y qué posición les corresponde en la relación entre los sexos. Desde su nacimiento las mujeres adquieren un hábitus corporal dependiente e inseguro, que limitará su campo de actuación en todas las esferas de la vida. Se las relega al ámbito privado y se las exime de realizar cualquier actividad que requiera el uso de la fuerza física, pues ello pondría en entredicho su feminidad 1. En la época victoriana se predica un tipo femenino ideal, que debe hallar su máxima realización en la entrega a la familia y al cuidado del hogar. Se le supone, además, una total ausencia de deseo sexual. La moda femenina –diseñada por los hombres- ha contribuido a mantener sujetas a las mujeres, mediante la imposición de prendas como el corsé, la falda o los tacones, que limitan la capacidad de movimiento y realzan las zonas con mayor atractivo erótico. El cine ha realizado una importante labor de creación y difusión de tendencias, hasta el punto de convertirse en un gran escaparate para las creaciones de los diseñadores más destacados. Del mismo modo, ha ido modelando los cuerpos hasta conformar el prototipo femenino más deseado en cada época. La mujer es convertida en un objeto erótico expuesto a la mirada de los hombres, pero se le niega la posibilidad de mirar, así como cualquier expresión de su subjetividad. Es pura imagen o un ‘cuerpo para el otro’, socialmente construido y dependiente de la aprobación de los demás. Por ello las mujeres se someten a los rituales del maquillaje, el vestido y hasta la cirugía estética, para estar a la altura de lo que se espera de ellas. En la distribución del espacio social a las mujeres se las relaciona con el ámbito privado y a los hombres, con el público, que tiene que ver con la virilidad 1 LE DOEUFF, M., El estudio y la rueca. De las mujeres, de la filosofía , Madrid, Cátedra, 1993. 11 en el sentido de virtud y honor. Ellos desempeñan las actividades consideradas más prestigiosas, mientras que las féminas devalúan cualquier tarea que realicen. Discursos como el cine, la televisión y la publicidad fomentan el mantenimiento de esta arbitraria separación, que continúa relegando a las mujeres a los trabajos peor considerados y menos remunerados. El patriarcado, tras construir una ‘sólida’ base teórica que justificaba a todas luces la relegación de la mujer a un lugar secundario, elaboró una serie de estereotipos y relatos míticos que fueron los encargados de transmitir y arraigar esas ideas preconcebidas acerca de la supuesta naturaleza femenina. El cine es heredero de esa tradición mitológica y uno de los medios privilegiados por el patriarcado para transmitir su ideología y para hacer que las mujeres sigan asumiendo su subordinación como algo natural. En la segunda parte del trabajo nos centraremos en el hecho cinematográfico y, especialmente, en su manifestación más popular: el llamado cine dominante o texto realista clásico, un tipo de narración invisible que produce una gran impresión de realidad mediante la construcción de textos cerrados, al mismo tiempo que fomenta la identificación del espectador, que permanece pasivo 1. Este tipo de relato -vehículo privilegiado de la ideología patriarcal- está dominado por una triple mirada masculina -la de la cámara, la del protagonista masculino y la del espectador-, que representa a la mujer como un simple objeto 1 GAUDREAULT, F., y JOST, A., El relato cinematográfico. Cine y narratología , Barcelona, Paidós, 1995.