Arqueología Y Documentación Para El Estudio Del Aprovechamiento
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ARQUEOLOGÍA Y DOCUMENTACI~NPARA EL ESTUDIO DEL APROVECHAMIENTO ECON~MICO DE MOLUSCOS EN LA HISTORIA DE TENERIFE * El mar supone para los habitantes de las islas una extraordinaria fuente de recursos, constatándose su explotación desde los primeros momentos del poblamiento prehistórico del Archipiélago según se com- prueba en los numerosos yacimientos excavados, donde han aparecido gran cantidad de restos rnalacológicos e ictiológicos consumidos por sus L.LIL_ ..LA.. 2- -11- -- :-Cf--- -1 :---A--&- ^^^^1 rl^^,.--^=,.rl^ ^"C..." II~UIC~ILLGS,UG GLLU sz ILLLLGIG GL ILLI~UIL~LILGpapc;~ uc;aciiipr;iiauv ---pi cawu productos como complemento proteínico en la dieta aborigen. No obs- tante, la recolección de moluscos y su posterior consumo ha llegado hasta nuestros días, aunque con cambios en los mecanismos de explotación y aprovechamiento a lo largo de la historia insular, pasando de constituir una alternativa alimenticia de las clases populares en momentos de ca- restía a formar parte, actualmente, de «comidas de esparcimiento». Esta comunicación tiene como principal objetivo exponer y valorar las diferentes estrategias de aprovechamiento de los moluscos marinos desde la etapa prehispánica hasta la actualidad. EL APROVECHAMIENTO DE LOS MOLUSCOS EN LA PREHISTORIA El marisqueo en este período constituyó una actividad económica importante para las poblaciones asentadas en el Archipiélago, como así !G atestig~:. e! ingente vc!urne:: de restes ~?~a!acdSgk~sexh~m~d=s en los diferentes yacimientos arqueológicos de las Islas; este tipo de dese- chos aparecen en emplazamientos de diversa naturaleza, encontrándose en recintos habitacionales, en menor medida en los sepulcrales, y fun- damentalmente en los denominados «concheros», acumulaciones masi- 480 C. M. Eugenio Florido vas de caparazones de moluscos que testimonian el elevado consumo que de ellos se realizaba en época prehispánica. En Tenerife, este último tipo de manifestaciones se concentra significativamente en determinados puntos, destacando el T.M. de Buenavista del Norte, donde junto a los ya conocidos concheros de Teno (Serra Rifols, J. de C. 1945 y 1946), aparece otra serie de depósitos de estas características repartidos por la franja costera comprendida entre la Pta. del Fraile y la Playa de Los Barqueros. Además, los importantes registros malacofáunicos exhumados en algunas cuevas de habitación del Conjunto Fuente-Arenas (Playa de las Arenas, Buenavista del Norte), confirman la importancia del marisqueo en las poblaciones prehistóri- cas de dicho ámbito geográfico (B. Galván et al., 1996). Posiblemente, tales yacimientos fueron más numerosos en el litoral de la Isla Baja, puesto que se observan de forma aislada, pequeñas acumulaciones de moluscos a lo largo de la franja costera del Municipio de Los Silos', debiendo existir una continuidad con los ya citados de Buenavista. Su alto grado de deterioro actual obedece a la intensa antropización que ha sufrido la zona, que ha propiciado incluso la desaparición de numero- sos yacimientos arqueológicos. E! !itnru! & b~cnr, Migll~! y @a~u&!!u cefirti[ujr e[re cúc!re donde destacan los concheros por su relativa abundancia; concretamente, el área de Rasca (Arona, Tenerife) 2, también con gran tradición maris- quera desde la prehistoria, concentra numerosas acumulaciones de capa- razones de moluscos. Sin embargo, resulta preciso establecer diferencias entre éstos y los existentes en el cuadrante NW, básicamente en cuanto al desarrollo estratigráfico de los mismos, pues de manera habitual, los concheros del Sur son simples concentraciones superficiales frente a la mayor potencia que presentan los existentes en la costa noroeste de la isla. En cualquier caso, se ha podido comprobar la reutilización histórica de ambos conjuntos hasta prácticamente la actualidad, de igual manera que sucede en los concheros de Arguamul en isla de La G~mera,~así como en los existentes en otros puntos de la geografía canaria. Un rasgo común a todos estos sitios arqueológicos es que el mayor porcentaje de conchas lo conforma el grupo destinado al consumo, inte- grado por Patella candei crenata, Patella ulyssiponensis aspera, Patella piperata (lapas), OsiEinus atratus (burgado) y en menor medida Thais haemastoma (perro o púrpura). Todos estos moluscos habitan en la zona intermareal, esto es, la fran- ja abarcada desde la línea de máxima pleamar hasta la de máxima baja- mar, lo que posibilita que durante el desarrollo de la labor de marisqueo puedan recolectarse varias especies al mismo tiempo. Arqueología y documentación para el estudio ... 48 1 La recolección de cangrejos (fundamentalmente, Plagusia depressa, cangrejo blanco) y de erizos (Paracentrotus lividus), debió realizarse frecuentemente, puesto que ambas especies no sólo resultan aptas para el consumo, sino que también se han utilizado de forma tradicional como cebo para la captura de peces, fundamentalmente la vieja (Sparisoma (Euscarus) cretense), y asimismo de pulpos (Octopus vulgaris). No obstante, aunque el destino prioritario de los moluscos sea el consumo, éste resulta compatible con otra variedad de usos (Vázquez Varela, 1974). Así, tras sufrir una serie de transformaciones, las con- chas de determinados moluscos pueden convertirse en objetos funciona- les u ornamentales. Los objetos de adorno fabricados a partir de capa- razones han sido documentados ampliamente en diferentes yacimientos insulares. Por otro lado, la presencia de lapas cuyos bordes se encuen- tran intencionalmente fracturados y pulidos constituye un hecho clara- mente demostrado. Más difícil resulta precisar la función a la que se destinan estos útiles, posiblemente relacionada con alguna actividad doméstica, sin poder establecerse hasta el momento su naturaleza con- creta. (B. Galván et al., 1996). Bethencourt Alfonso, en su obra de carácter etnográfico Historia del Puetlü Guüiictie (1994) recoge de ii~dicioiie~cuiiteiíipoiáiieas a é!, !a utilización de conchas para fabricación de instrumentos musicales, como los panderos o tajarastes, en los que las lapas funcionarían como sona- jas, o las chácaras, que se realizarían, entre otros materiales, con moluscos marinos. Del mismo modo, alude a los bucios como elemen- tos de llamada o saludo desde grandes distancias. Este autor plantea la posibilidad de que estos usos históricos de los moluscos procedan de época aborigen. El uso de conchas con otros fines diferentes al consumo se vuelve a constatar en el momento final de la conquista señorial del Archipiélago, relacionado con los rescates de oro en la costa africana, donde las con- chas circulan con valor de monedas. Hemando del Pulgar sitúa en 1477 este UYG e:: :e!aci& ::U=:: e! rescate en Sun hrge de La Mim (Guii.~,~). La recogida de conchas en Canarias destinadas al uso monetario, par- ticularmente apreciadas en Guinea, supuso en este período un lucrativo negocio, hasta el punto de constituirse en monopolio señorial. Los seño- res jurisdiccionales gravarán este producto con el impuesto de «quintos» 482 C. M. Eugenio Florido aunque se trate de una mercancía sometida a régimen especial, por estar destinada su recolección al comercio con el exterior (A. Rumeu, 1978). El único dato que se posee en cuanto a la determinación de los ca- parazones de moluscos destinados al comercio lo aporta Hernando del Pulgar quien cita su gran tamaño 5; se desconoce, por tanto, qué especie o especies se recolectaban prioritariamente con este fin. En Africa, la especie tradicionalmente utilizada como moneda en actividades comer- ciales es la Cyprea monetta, molusco originario de la región indo-pací- fica, que circulaba por todo el continente. Ahora bien, este molusco no habita en el Archipiélago, por lo que necesariamente deben ser otras las especies que se destinan a conchas de intercambio. S. Jiménez Sánchez (1957) plantea la posibilidad de que fueran los caparazones de Patellas (lapas) abandonados en los concheros los que sirvieran para iniciar y mantener durante algún tiempo este comercio, aunque no existe una base arqueológica que confirme tal realidad. En cambio, el Dr. F. García-Talavera (1990), propone la utilización de la valva libre del Spondylus senegalensis (ostrón), bivalvo relativamente abundante en algunos fondos rocosos de Canarias, como molusco em- pleado en esta actividad. Estas conchas alcanzaron elevadas cotizacio- -no a" 1 0 ?,A:",, o-".<- -o+- .<1+:-,. ....*,.- ,-.-,.-L.- :..,l.- -L- ii-a bii ha iviiita, j' ~G~UIIG~LG U~LLIIIU auwl ua mas apcuaua LuaInu IIMS roja y menos erosionada se encontraba dicha valva. Obviamente, el hecho de que determinadas conchas posean valor comercial en esta etapa, no es óbice para que el consumo de moluscos continúe produciéndose. Los cronistas señalan la recolección de diver- sas especies de moluscos y destacan la fertilidad de las costas canarias en este recurso. Las especies destinadas al consumo continúan siendo las mismas que en la etapa precedente y, en definitiva, las que históri- camente han poseído mayor interés para el marisqueo; entre las causas que podrían explicar tal fenómeno, se encontraría, junto a las preferen- cias de tipo culinario, la gran abundancia de dichas especies en las cos- tas insulares y lo accesibles que resultan para el recolector. En época de crisis el mar va a constituir una alternativa válida para paliar las carencias alimentarias, como así lo recoge el Obispo García Ximenes, ya en 1676: (.....) y los pobres se han ayudado con algún marisco y yerbas ri!vec&-es, hyhiend~ pc~e~e q~i~g ning~ne que hayaE muerto por razón de hambre. (Paz Sánchez, 1988: 45) No obstante,